La leyenda negra de Sor Juana

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Descripción

gENERAL

martes 9 de noviembre de 2010

EXPRESSO

LA HISTORIA HA DISTORSIONADO LA IMAGEN REAL DE LA POETISA

La leyenda negra de Sor Juana Por Emilio Robles Burgos

El escritor Alejandro Soriano estará el próximo viernes en la Feria del Libro, donde hablará de la verdadera vida de la Décima Musa.

En sus libros intenta ofrecer al lector la imagen más real y completa sobre la poetisa. Es la que existió, a la que debemos descubrir a través del método histórico, que exige la aportación de pruebas y la discusión académica de las mismas. Lo demás es pura fantasía, afirma Alejandro Soriano Vallès, especialista en el tema, investigador y escritor. ER. Hay dos versiones que han prevalecido sobre la imagen de Sor Juana: Que no tenía vocación religiosa y que se recluyó en el convento sólo para escribir. Desde su punto de vista, ¿es eso correcto? En cambio usted afirma lo contrario, que incluso la Iglesia la impulsó…: que fue muy querida y protegida, dice usted, por la sociedad y la jerarquía de su tiempo, al grado de que la Iglesia solía encargarle villancicos y otros trabajos

ASV. Existe, en efecto, una versión “laicista”, por así llamarle, de la vida de Sor Juana. De acuerdo con ella, se habría hecho monja con la intención de poder escribir, porque, como no quería casarse, era la única opción que le quedaba. Según

este punto de vista, la Fénix careció de la verdadera motivación que lleva a las mujeres al convento, de modo que su ingreso en él habría sido una especie de “mal menor”. Esta visión de las cosas adolece del defecto de no tomar en cuenta las explícitas declaraciones de Sor Juana referentes a su vocación religiosa. En su autobiografía, por ejemplo, habla claramente de cómo hacerse monja (son sus palabras) “era lo menos desproporcionado y lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad que deseaba de mi salvación”. A lo cual agrega: “a cuyo primer respeto (como a fin más importante) cedieron y sujetaron la cerviz todas las impertinencillas de mi genio”. Nótese que dice que su salvación

era el “fin más importante”, y que todo lo demás (escribir, por ejemplo) dependía de él. Asimismo, en su testamento, hecho al momento de profesar según se acostumbraba, aclara: “siempre he sido inclinada al estado de religiosa”. Ante tan contundentes confesiones, es imposible aseverar, como hacen los laicistas, que Sor Juana fue una persona dispuesta a cualquier cosa con tal de poder escribir. Negar su vocación monástica constituye un atentado contra la verdad. Esa versión biográfica mutila a la madre Juana para volverla “actual”; hace caso omiso de lo expresado por ella misma, intentando amoldarla a los deseos personales de los críticos. Lo anterior se relaciona con otra adulteración: la suposición de que Juana Inés fue vista con desconfianza (y hasta perseguida) por la Iglesia católica. Afortunadamente, no sólo los testimonios de la época conocidos desde siempre, sino los muy recientes hallazgos, prueban, sin que quepa ninguna duda, que la Iglesia se sintió tan orgullosa de contarla entre los suyos que promovió su escritura, encargándole a lo largo de toda su vida múltiples trabajos poéticos. Los villancicos, justamente, son buena muestra de cómo las iglesias y catedrales de Nueva España le daban trabajo. Esto no habría podido ser sin la complacencia de la jerarquía eclesiástica. Otro ejemplo de ello es el Arco para recibir al virrey de la Laguna, encargado a Sor Juana por el arzobispo de México y votado por el cabildo catedralicio. En el Decreto donde se estipuló el pago quedó anotado: “atento lo singular de la circunstancia de que una

mujer hubiese emprendido esta obra y ser una pobre religiosa digna de ser socorrida, le manden librar los señores jueces hacedores doscientos pesos en los efectos de fábrica, sin que de esto se haga ni alegue ejemplar en adelante”. O sea, le pagaron más de lo que se acostumbraba pagar a los hombres. Es patente que la sociedad novohispana se ufanaba de Sor Juana. ¿Desde cuándo inició esa distorsión sobre la persona de Sor Juana?

Esa distorsión se inició con el siglo XX, luego de la moda antibarroca de los siglos XVIII y XIX, al renacer el interés en su persona y obra. ¿Por qué se dio?

Fue causada por las ideologías de signo anticlerical. Paulatinamente, conforme se revaloraba la estética de la poesía barroca pero, al modo de las centurias anteriores, se seguía deplorando la civilización cristiana que la había engendrado, varios críticos hicieron el insólito experimento de quedarse con la primera sin la segunda. Querían un árbol sin raíces. ¿Por qué en el Siglo XX?

Porque, como señalé con anterioridad, durante el s. XX se dio la revaloración del arte barroco. Además, fue el siglo donde las ideologías anticristianas realmente se masificaron. ¿En qué se basan los detractores…?

Los detractores de la vocación religiosa de Sor Juana no se basan en nada, porque no tienen una sola prueba que fundamente sus pretensiones.

¿De dónde viene toda esa imagen, cómo se fue creando? Como lo que argumentan los detractores va contra lo que sucedió, es decir, contra la verdad, suelen apelar al recurso de prestar oídos sordos a lo que no les conviene. El objetivo es construir una Sor Juana como la que a ellos les hubiera gustado que existiera. Así, es frecuente hallar en sus obras citas mutiladas o sacadas de contexto; palabras o frases cambiadas; mezclas de obras distintas, etc. No es extraño descubrir lo que las feministas llaman “retórica”, o sea, leer lo que Sor Juana escribió en sentido contrario de lo que el texto dice, como si ellas (y nada más ellas) supieran exactamente cuándo hay que interpretarlo literalmente y cuándo no. Resulta evidente que con ese recurso cualquiera puede concluir de la vida y obra de la Décima Musa lo que se le antoje. Entonces, ¿es un mito más creado por nuestra época?

Sí. Aunque quizá sería mejor llamarlo bulo, porque se trata cabalmente de una noticia falsa propalada con el fin muy concreto de usar a Sor Juana como ariete contra la Iglesia católica.

En términos generales, díganos en qué consiste la diferencia entre Doncella del Verbo (o sus libros sobre la Fénix) y Las trampas de la fe del poeta mexicano Octavio Paz. A diferencia del libro de Paz (y de los de sus adeptos), mis obras no rehuyen las dificultades. Tampoco hablo por capricho. Yo me he tomado la molestia (y en algunos casos ha sido un auténtico fastidio) de analizar, desmenuzándolas,

las proposiciones y argumentaciones principales de quienes no coinciden con lo que afirmo o de quienes arguyen sin demostrar. Nunca asiento nada sin examinarlo y ofrecer las pruebas de ello. Tanto Doncella del Verbo como mis otros libros sobre Sor Juana están estrictamente basados en la documentación histórica existente. A partir de ella intento ofrecer al lector la imagen más real y completa que se pueda sobre la poetisa. Por otro lado, las Trampas de Paz fueron publicadas hace casi 30 años. Aparte de sus grandes aciertos (y de sus grandes fallas) el texto ha envejecido. Desde entonces ha salido a luz una enorme cantidad de información que hace indispensable repensar seriamente lo que se ha venido diciendo de Sor Juana. Como investigador y escritor, ¿a qué circunstancias se ha enfrentado por sus esfuerzos de aclarar el verdadero rostro de Sor Juana?

Precisamente, dado que el prestigio de Paz ha logrado que se generalice la imagen de una Sor Juana “rebelde”, “anticlerical”, fatua, licenciosa, soberbia, “perseguida”, etc., el principal reto ha consistido en no dejar de insistir, contra la inquina y los intereses de muchos, y a partir de muy escasos apoyos materiales, en que su primorosa vida fue exactamente al revés.

Cuando usted saca a la luz esos documentos que muestran otra faceta de Sor Juana, los detractores, ¿callan? Como dije previamente, los detractores de la vida religiosa de Sor Juana, los laicistas, tienen entre sus métodos el prestar oídos

sordos a lo que no les conviene. Por ejemplo, en 2004 el investigador peruano José Antonio Rodríguez Garrido publicó dos extraordinarios documentos que descubrió en su país, los cuales, entre otras cosas, demuestran que Sor Juana no fue perseguida por la jerarquía católica. Pues bien, hoy, seis años más tarde, a excepción de un par de inocuos artículos que no tratan el fondo del asunto, los laicistas siguen sosteniendo la patraña de la “persecución” como si dichas pruebas no existieran. He tratado el asunto en mi libro La hora más bella de Sor Juana. Me gustaría ahora decir que los contundentes documentos que presento en Doncella del Verbo harán cambiar de actitud a los laicistas, aunque en realidad no importa, porque no es a ellos a los que hay que convencer, sino a la gente común, al lector desinteresado y de buena voluntad. Pareciera que hay muchas Sor Juanas…

No, no hay muchas “Sor Juanas”. Sólo hay una, la que existió, a la que debemos descubrir a través del método histórico, que exige la aportación de pruebas y la discusión académica de las mismas. Lo demás es pura fantasía. Sabemos que pronto publicará su nuevo libro, ¿qué novedades tiene Doncella del Verbo… respecto a los anteriores que ha escrito sobre Sor Juana?

Mis otros libros han tratado aspectos particulares, por así decirlo, de la vida y obra de la Décima Musa. Tengo un par de libros sobre su poema más importante, Primero sueño, por ejemplo. Doncella del Verbo es un estudio completo de su vida y de sus principales obras. Es un análisis muy detallado de las mismas. En este

sentido, es muy novedoso, porque ofrece un panorama amplio y concienzudo, pero lo hace a partir de la documentación más reciente, a la cual incorpora trascendentales hallazgos, como la Carta de Puebla. ¿Que viene a Sonora?

Así es, estaré en Hermosillo en el aniversario de Sor Juana, el 12 de noviembre. ¿Qué lo trae por aquí?

Respondo a la generosa invitación que el Comité de la Feria del Libro de Hermosillo, la asociación de Escritores de Sonora y la editorial Garabatos me hicieron para conversar sobre lo que he denominado la Leyenda negra de Sor Juana; es decir, el bulo de que hablé anteriormente. Espero el alegre momento de compartir con los sonorenses la pasión por Sor Juana, así como presentar ante ellos Doncella del Verbo. Perfil de Alejandro Soriano Vallés

Escritor independiente, Alejandro Soriano Vallès ha formado su singularidad y estilo literario al amparo de la filosofía escolástica, la poesía barroca y la música de rock. Biógrafo, crítico y poeta, su obra, bajo la influencia de autores como Maritain, Chesterton y Patti Smith, se halla interesada en devolver al pensamiento contemporáneo la alegría del contacto con la vida y la verdad del ser. Ganador del Premio Nacional de Ensayo Sor Juana Inés de la Cruz, su labor en torno a la Décima Musa ha sido prolífica y animosa. Reconocido internacionalmente por sus estudios sorjuanistas, entre las publicaciones que ha dedicado a la monja mexicana destacan: El Primero Sueño de Sor Juana Inés de la Cruz. Bases tomistas (México, UNAM, 2000), La hora más bella de Sor Juana (México, Conaculta/Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, 2008), Aquella Fénix más rara. Vida de Sor Juana Inés de la Cruz (México, Minos III Milenio, 2010) y «Estudio introductorio» a Protesta de la fe de Sor Juana (México, Centro de Estudios de Historia de México Carso/Planeta, 2010).

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