La izquierda y la vinculacion religiosa. Primera entrega

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LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, ELEMENTOS IDEOLÓGICOS PARA LA TEOLOGÍA LATINOAMERICANA, Y LA APLICACIÓN A LA REALIDAD SALVADOREÑA
Luis Napoleón Quintanilla*

RESUMEN
En el conflicto armado salvadoreño de la década de 1980 se conformaran alianzas que, a lo largo de los años y en opinión de la iglesia, son de ideologías diametralmente opuestas: los cristianos por un lado y los revolucionarios – marxista leninista como lo dirán sus estatutos -por el otro. Pero esta unidad estratégica no se da de la noche a la mañana, sino que responde a todo un proceso ideológico que se intensifica en la década de 1970.
PALABRAS CLAVE
El Salvador / Doctrina social / Liberación / Iglesia / Conflicto Armado /
INTRODUCCIÓN
La década de 1970 es fundamental para la conformación de las organizaciones político-militares de carácter revolucionario en El Salvador. Estas se enfrentaran en el conflicto armado de la década 1980. Esta conformación tiene sus particularidades al resto de las organizaciones latinoamericanas ya que incorporan una masa de cristianos ideologizados por la Teología de la Liberación a las organizaciones político-militares en plena construcción. La FPL y el ERP serán la vanguardia de las organizaciones revolucionarias salvadoreñas que logran esta unión estratégica entre cristianos y revolucionarios. No se pretende establecer ganadores o perdedores entre ambos bandos – iglesia y organizaciones político militares – sino que se pretende encontrar los elementos que hacen que estos dos pensamientos construyan una unidad en la diversidad.
Vale aclarar que esta investigación sigue tres ejes importantes: el primero, el que desarrollamos aquí, es la evolución en el pensamiento de la iglesia católica y su aplicación en américa latina. El segundo eje se desarrollara en otro avance y pretende establecer las condiciones internas de las organizaciones político-militares FPL y ERP que llevaron a la construcción de esta alianza. El tercero pretende abordar el problema de las Comunidades Eclesiales de Base en los sectores campesinos que se incorporan a la lucha armada de masas.
El pensamiento social de la iglesia. Construcción de la doctrina
La iglesia católica ha representado a lo largo de los siglos un referente directo en el comportamiento social del ser humano, por esta razón su pensamiento ha evolucionado y se ha modificado respecto a los hechos históricos, o en palabras propias de la iglesia, se ha ido acomodando al Signo de los tiempos. En este apartado no se pretende elaborar una historia acerca del pensamiento social de la iglesia, pero si establecer antecedentes que expliquen el discurso anticomunista que domino su accionar hasta mediados del siglo XX, la evolución de este discurso del magisterio y como se dio la aplicación de estos principios sociales en América Latina y particularmente en El Salvador a partir de la segunda mitad del siglo XX.
Para la Comisión Nacional de Justicia y Paz de El Salvador hay dos vías en las que se exterioriza este pensamiento social, a través de Documentos oficiales de la Iglesia y por medio de la expresión de los católicos sociales. Es así como podemos encontrarlo en los documentos conciliares, las encíclicas papales, cartas a las congregaciones, documentos de obispos, documentos de sínodos episcopales, cartas pastorales, por mencionar solo algunos. Para el caso de El Salvador estas dos fuentes de información son precisamente la Nunciatura Apostólica de la Santa Sede por una parte, y por la otra el Arzobispado de San Salvador.
La iglesia católica, arraigada históricamente a los gobiernos estamentales de antiguo régimen, ha nutrido su doctrina social con un ataque directo a toda forma de gobierno que se basen en principios de modernización, utilizando su doctrina social como fuente de estos ataques. Es así como a finales del siglo XIX encontramos un marcado ataque contra los movimientos obreros y socialistas, que buscaban la reivindicación del proletariado.
"Un fantasma recorre Europa" escribía Marx en su manifiesto comunista en 1848 "el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma" En esta misma línea el papa León XIII escribe algo similar en su encíclica papal Quod Apostolici Muneris, el comunismo es "esta plaga mortal que se está arrastrando en las fibras de la sociedad humana". Queda claro que el Sumo Pontífice reprueba las ideas comunistas que proponen una "perfecta igualdad de todos los hombres en derechos y deberes" igualdad que, para León XIII, únicamente consiste en que "todos son hijos de Dios, quien también permite la desigualdad de los hombres" La encíclica además se pronuncia contra la sublevación a las "autoridades que reciben de parte de Dios el derecho de mandar" e insiste en que los menos favorecidos deben aguardar la voluntad de Dios con paciencia y acelerarla en constante oración.
Hasta ese momento la caridad era suficiente. La iglesia obligaba a aquellos que poseían más a ayudar a los que tienen menos, basándose en que la desigualdad, como se mencionó arriba, viene de la ley natural. Este discurso se había mantenido durante siglos, pero los socialistas propagaban ideas contrarias. La desigualdad no es natural entre los hombres, por lo que los pobres deben luchar por su liberación. Entonces la iglesia los condena. Los hombres no debían más que obedecer el orden establecido por Dios porque esa era su voluntad. De esta manera la iglesia esta dibujando las líneas por las que debe transitar la iglesia mundial.
Mientras la implantación del sistema capitalista sigue su camino en Europa, y la industrialización de los grandes centros le siguen el paso, la masa de obreros aumenta su número rápidamente. La Iglesia dice no estar en contra de la organización sindical de los obreros siempre y cuando sea bajo la tutela de la iglesia y no bajo las órdenes de las ideas comunistas que se propagan a finales del siglo XIX. Los obreros y proletarios deben estar contentos con su suerte y vivir una vida apacible y tranquila.
Aunque León XIII no es el primero de los pontífices en atacar "el germen socialista" si es el primero en sistematizar una doctrina social de la iglesia con la que legitima, de manera infalible, la postura anticomunista de la iglesia. León XIII articula toda la doctrina social de la Iglesia en su encíclica Rerum Novarum, publicada en 1891. Con este documento el papado ofrece su apoyo ideológico al gobierno terrenal para así lograra "concientizar" a los creyentes contra las ideas comunistas del momento. Siendo este un documento redactado por el Papa goza de infalibilidad y cuenta con la propaganda obligatoria por parte de toda la jerarquía religiosa hacia una masa de fieles adeptos en todo el mundo.
El Rerum Novarum, además de sistematizar la doctrina social de la iglesia, resulta ser otro tratado anticomunista, pero esta vez elaborado con mayor tenacidad que el anterior. León XIII critica el movimiento socialista y lo desaprueba como alternativa al problema social, ya que ataca de lleno las leyes naturales de la propiedad privada, la familia y el estado, defendiendo principalmente la propiedad privada frente a la idea de convertir los bienes en comunes. Atribuye la causa del enfrentamiento entre clases a los socialistas, por agitar a las clases obreras contra los ricos, incitando al reparto de la propiedad privada. Supone también que el comunismo llevaría directamente a una miseria general y que los socialistas agravan la condición de los obreros, se les quita el derecho a disponer libremente de su salario, con lo que les arrebatan toda esperanza de poder mejorar su situación económica.
León XIII consideró que la Iglesia, en aquella época, tenía como parte de su misión combatir el comunismo, además vio la íntima conexión entre la injusticia, la perturbación del orden social y el crecimiento del socialismo, y propuso la práctica de la justicia como medio para lograr la paz social y vencerlo.
El discurso predominante que ocupa toda la atención de la iglesia a finales del siglo XIX es la lucha frontal contra todo acto de colectivización de la propiedad:
"Para remedio de este mal los socialistas, después de excitar en los pobres el odio a los ricos, pretenden que es preciso acabar con la propiedad privada y sustituirla con la colectiva, en que los bienes de cada uno sean comunes a todos, atendiendo a su conservación y distribución los que rigen el municipio o tienen el gobierno general del Estado. Con este pasar los bienes de las manos de los particulares a las de la comunidad, y repartir luego estos mismos bienes y sus utilidades con igualdad perfecta entre los ciudadanos, creen que podrán curar la enfermedad presente"
Este pensamiento, que se fundamenta en la doctrina social de la iglesia del Rerum Novarum, se mantendrá vigente durante toda la primera mitad del siglo XX y la iglesia, con sus representaciones diplomáticas distribuidas en todo el mundo, velara por que sean aplicadas cada vez que el orden natural, en este caso los Estados capitalistas burgueses, se vea amenazado por los grupos proletarios, obreros y comunistas.
El otro asunto que tomará protagonismo en el discurso del pensamiento social de la iglesia en este periodo, es la división de la sociedad en clases sociales desiguales, avalada y estipulada por el derecho natural. Para León XIII es imposible que en la sociedad civil todo el mundo sea elevado al mismo nivel y prohíbe a los trabajadores, que en nombre de la razón y la justicia, trastoquen el orden establecido por la divina providencia. Esta forma de pensar dentro de la iglesia fortalece la idea de que los cristianos deben practicar la virtud de la paciencia y soportar su condición dada por la ley natural.
Es lógico que, como dentro de la iglesia se defiende la división de la sociedad en clases sociales, se prohíba a los cristianos participar en movimientos de lucha de clases, explícitamente movimientos comunistas y socialistas. Esta práctica se lograba neutralizando la conciencia de clase de los obreros cristianos, es decir, la iglesia permitía la participación de los obreros en sindicatos mixtos en los cuales se perdía su contenido de clase.
Ya entrado el siglo XX, esta doctrina social permaneció vigente y era aplicada siempre que la iglesia y el orden natural lo necesitaran. Y es que parece extraño que cada vez que el movimiento obrero progresa en cada nueva etapa, la iglesia recuerde que existe una "doctrina social", así como sucedió en el siglo XIX con el Rerum Novarum, surgido años después de la formulación del Manifiesto comunista, los hechos de la Comuna de Paris y de diversas revueltas en las industrias europeas.
Muestra de la continuidad de estas doctrinas la encontramos en el hecho de que, a razón de celebrar los cuarenta años de la publicación de Rerum Novarum, el papa Pio XI publica una encíclica titulada Quadragesimo Anno, en la que se ofrece una renovada condena del comunismo. Además el Papa apoya a quienes deseen hacer apostolado entre los socialistas, pero no aprueba ninguna complicidad con ellos, sino que estos deben buscar y mostrar claramente la verdad:
"Considérese como doctrina, como hecho histórico o como "acción" social, el socialismo, si sigue siendo verdadero socialismo, aun después de haber cedido a la verdad y a la justicia en los puntos indicados, es incompatible con los dogmas de la Iglesia católica, puesto que concibe la sociedad de una manera sumamente opuesta a la verdad cristiana".
A pesar de defender la existencia de los sindicatos, se prohíben las huelgas y se critica duramente a las organizaciones socialistas, pero propone una alternativa, el trabajo de la Acción Católica. Resulta entonces, una clara continuidad de los principios sociales de León XIII aunque con ciertos matices de cambio no radicales todavía. Aunque un punto de gran repercusión que Pío XI aprueba en plena contradicción con lo dicho por León XIII será la discusión de la conciencia de clase. Pío XI dirá que:
"Este esfuerzo perseverante, cuyo objetivo era el de impregnar a los obreros en el espíritu cristiano, contribuyo además a hacerlos tomar conciencia de su verdadera dignidad, a esclarecerlos en cuanto a los derechos y deberes de su clase…"
Sobre todo este sistema de principios sociales que se han venido planteando a lo largo de este apartado, la sociedad se dispone a enfrentar la segunda mitad del siglo XX. Pero antes la iglesia está dispuesta a salir al encuentro del problema comunista y desarraigarlo de la cristiandad desde la raíz.
1948 represento un año decisivo para la iglesia católica y su relación con los comunistas. La iglesia demostró su apoyo al Partido Demócrata Cristiano en Italia en las elecciones en las que se enfrentaban estas dos corrientes ideológicas y decidió condenar a todos aquellos que votaran por los primeros. Pero no fue hasta 1949, tras autorizar a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se emitió un comunicado en L´Osservatore Romano en donde expresamente se prohibía la filiación e inscripción en partidos comunistas, se prohibía la publicación, propagación y lectura de libros, periódicos o folletos que propaguen doctrinas materialistas y comunistas, y se excomulgaba a los fieles que profesaban la doctrina comunista, materialista y anticristiana.
La iglesia arremete nuevamente y basándose en su doctrina social el papa Juan XXIII en su primera encíclica Ad Petri Cathedram, declara que el socialismo "es una doctrina falaz, a la que volvemos a condenar". Es precisamente este Sumo Pontífice quien, en su papel de cabeza de la iglesia, convoca a un concilio ecuménico que para muchos cristianos ha sido el acontecimiento eclesiástico espiritual más significativo, y para otros, no tan cristianos, representa un congreso político que influencio la vida ideológica de los cristianos. En lo que si se coincide, es en la repercusión que sus conclusiones tuvieron en la experiencia del cristiano, sobre todo en América Latina que vivía intensos enfrentamientos entre los regímenes defendidos por la iglesia – aquellos vinculados al gran capital- y los movimientos obreros, proletarios y campesinos que, como se analiza en párrafos anteriores, la iglesia había condenado.
Vaticano II represento la aplicación de ideas sociales en un mundo capitalista, legado de la segunda guerra mundial, que respondieran al mantenimiento del orden establecido. Juan XXIII establece dos puntos importantes que para él toman relevancia, el primero es la paz en el mundo, el segundo es la justicia social. Particularmente este concilio no fue concluido por el papa que lo inicio, sino por su sucesor Pablo VI, quien aun manteniendo el espíritu del concilio, le da un pequeño signo de "inclusión" ya que intenta crear un clima de apertura y diálogo, a base de escuchar desde la fe otras voces, como la de los pobres, los alejados, los hermanos de otras confesiones cristianas y de otras religiones, todo desde una urgente y provechosa finalidad pastoral.
Simultáneo a este Concilio Ecuménico se da la firma de un documento denominado El pacto de las catacumbas. Leonardo Boff publica, en portugués, el texto que se firmó en 1965 por 40 obispos, incluidos latinoamericanos. Las ideas principales de este documento son la vida en pobreza, y ser una iglesia servidora de los pobres. Adolfo Perez Esquivel, dirá que en este pacto los firmantes, dentro de los cuales se encontraba Oscar Arnulfo Romero, adoptaban el compromiso de la opción por los pobres.
Medellín: La realidad de América Latina
América Latina recibió las conclusiones del Vaticano II con gran expectación, sobre todo por el alto contenido en materia social y sus esfuerzos en buscar la paz de los pueblos y las reprimendas al sistema capitalista por sus actitudes injustas en materia económico-social. Para analizar las conclusiones y enmarcarlas en el contexto real latinoamericano, los obispos de la región convocan a una Conferencia Episcopal que se celebra en Medellín en 1968. El papa Pablo VI fue el encargado de abrir las conferencias, y en su discurso inaugural reforzara de nuevo su discurso anticomunista cuando dice:
"Entre los diversos caminos hacia una justa regeneración social, nosotros no podemos escoger ni el marxismo ateo, ni el de la rebelión sistemática, ni tanto menos el del esparcimiento de sangre y el de la anarquía."
De Medellín salieron nuevos conceptos de amplia difusión como el de la opción preferencial por los pobres y la iglesia de los pobres, paradigmas que abrazaron la mayoría de obispos, sacerdotes, monjas, teólogos, catequistas, y la cristiandad en toda la América Latina. Además se ve un claro compromiso de la iglesia por la Justicia social partiendo de la idea de que los pueblos latinoamericanos se han convertido en un pueblo crucificado. El episcopado latinoamericano no puede quedar indiferente ante las tremendas injusticias sociales existentes en América Latina. Un sordo clamor brota de millones de personas, pidiendo a sus pastores una liberación que no les llega por ninguna parte. Por otra parte el documento de las conclusiones finales de la conferencia alentara a la organización social de la población en el sentido de buscar la justicia "muy especialmente las clases populares, han de tener, a través de estructuras territoriales y funcionales, una participación receptiva y activa, creadora y decisiva, en la construcción de una sociedad".
Pero el documento concluyente de la Conferencia en Medellín, resulto ser un llamado al trabajo conjunto de los sectores de base, sobre todo campesinos, con la Pastoral local, autorizando lo que estudiaremos en el tercer apartado de este trabajo, las Comunidades Eclesiales de Base. Asi el documento dice lo siguiente:
"Deseamos afirmar que es indispensable la formación de la conciencia social y la percepción realista de los problemas de la comunidad y de las estructuras sociales. Debemos despertar la conciencia social y hábitos comunitarios en todos los medios…Esta tarea de concientización y de educación social deberá integrarse en los planes de Pastoral de conjunto en sus diversos niveles."
En 1977 la Conferencia Episcopal de El Salvador emite un mensaje al pueblo salvadoreño en el que retoma vívidamente estas conclusiones. En este documento se disponen a hablar la realidad de aquellos que no tienen voz. Denuncian problemas sociales como la represión que las autoridades ejercen a los campesinos y todos los que les acompañan en su justa toma de conciencia, haciendo referencia a las comunidades cristianas que venían trabajando en esta línea.
Al analizar las líneas de este documento, además de encontrar las acciones sociales encaminadas por la iglesia marcando el paso de Medellín, también se reflejan las actitudes del sistema política que ha aumentado su violencia institucionalizada contra las masas populares y también contra los representantes eclesiales. Esta realidad no solo concierne a El Salvador, sino que se generaliza en los países latinoamericanos. Esta carta del episcopado salvadoreño es solo una muestra de lo que representaba la iglesia en la década de 1970, se estaba reflejando la figura que se venía construyendo desde Vaticano II, pasando por el episcopado latinoamericano en Medellín y que ahora tomaba fuerza en todas las congregaciones de cristianos de la región.
A lo largo de este apartado se ha mostrado el desarrollo del pensamiento social de la iglesia y de cómo este se transformó en su teoría como en su aplicación a la realidad social. El discurso de la iglesia se transformó y aperturó, sobre todo después de Medellín, procesos de trabajo conjunto con movimientos revolucionarios en contra de aquel "orden natural" que había defendido antes del Vaticano II. El discurso se estaba nutriendo des las conclusiones de Medellín y de los conceptos de liberación, opción por los pobres, iglesia de los pobres entre otros.
El Salvador: El tema de la liberación
La Comisión Nacional Justicia y Paz de El Salvador, coordinada en 1975 por un representante del capital salvadoreño, José Jorge Simán reprobaba la simple observación de los hechos y fomentaba una evaluación concreta de la realidad. Además exponen el hecho de que los partidarios de una política social se limitan a proponer reformas al régimen existente, mientras que los partidarios de una reforma social pretenden transformar la estructura de la vida social.
Tanto había cambiado el pensamiento de la iglesia que se reflejaba en las expresiones de los cristianos. La Comisión nacional Justicia y Paz mantenía que siempre habían existido cristianos reconocidos como conservadores y otros progresistas. También el mismo Simán en su libro testimonial hace referencia a la percepción de los católicos conservadores respecto a los principios del Vaticano II:
"…por otro lado, estaban los católicos que no querían que nada cambiara. Y si uno les decía: Pero mirá lo que dice el Concilio Vaticano II, te respondían: Es que ese Papa es comunista."
Cuando Monseñor Oscar Arnulfo Romero es elegido Arzobispo de San Salvador en 1977, era conocido por formar parte de estos cristianos del ala conservadora de la iglesia. Su pensamiento se transformó solo cuando se aproximó a la realidad de su pueblo. Monseñor Romero se regirá por la doctrina social de la iglesia y propondrá que la liberación de la iglesia solo se logra si es orientada en esta línea doctrinal. Su predicación como pastor de El Salvador se orienta a un trabajo conjunto entre el cristiano y el oprimido, exhortando que se debe dar el apoyo a la causa de la liberación.
El boletín cristiano Justicia y Paz orienta sus esfuerzos en la concientización del campesinado, la cual encamina al pueblo a la organización colectiva. Julián González ve que la liberación es un medio para llegar a un fin. Expone que este elemento es común entre los cristianos progresistas y los revolucionarios adscritos a movimientos de reivindicación, pero que en lo que difieren es en el fin, los primeros buscan el reino de Dios y los segundos el cambio de régimen político. Este boletín fue ampliamente difundido en los sectores campesinos del país, porque precisamente nace para eso, particularmente en sectores cuya estructura de base estaba ya organizada en comunidades cristianas donde se estudiaba la biblia. Estas zonas campesinas tendrán amplia participación en los procesos de liberación nacional llevada a cabo por organizaciones político-militares.
En este apartado queda expuesto el proceso que siguió el pensamiento social de la iglesia como institución. Los esfuerzo latinoamericanos por contextualizar a su realidad las doctrinas dictadas por la Santa Sede, y particularmente el desarrollo y aplicación de este en la realidad concreta salvadoreña que en boca de sus portavoces, oficiales o no, prepararon espiritual e ideológicamente a los cristianos para afrontar los procesos de liberación que se aproximaban.

BIBLIOGRFIA
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León XIII. "Carta Encíclica Rerum Novarum: Sobre la situación de los obreros ", 1891.
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———. "Carta Enciclica: Quamquam Pluries: Sobre la devoción a San José." 1889.
———. "Carta Encíclica:Quod Apostolici Muneris: Sobre el socialismo, comunismo, nihilismo y otros errores." 1878.
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———. "Carta Encíclica: Populorum Progressio." (1967).
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———. "Discurso Inaugural de la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana. Medellin." (1968).
Paz, Comisión Nacional Justicia y. "Doctrina Social de la Iglesia." Pensamiento Social de la Iglesia, 1 (1980).
———. "El pensamiento social cristiano y los sistemas socio-económicos." El Pensamiento Social de la Iglesia, 2 (1980).
———. "La doctrina social." El Pensamiento social de la iglesia, 1 (1980).
Pio XI. "Carta Encíclica : Quadragesimo Anno:Sobre la restauración del orden social." 1931.
Romero, Oscar Arnulfo. Monseñor Oscar Arnulfo Romero: Su pensamiento. Vol. II. San Salvador: Arzobispado de San Salvador, 1977.
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Simán, Jose Jorge. Monseñor Oscar Arnulfo Romero: Un testimonio. San Salvador: Talleres Graficos UCA, 2015.
Suprema Congregacion del Santo Oficio. "Decreto contra el comunismo." Roma, 1 Junio de 1949.
UCA. Los obispos latinoamericanos entre Medellín y Puebla: Documentos Episcopales 1968-1978. Vol. 3, La iglesia Latinoamericana. San Salvador: UCA editores, 1978.
———. Los textos de Medellín y el proceso de cambio en América Latina. San Salvador: UCA editores, 1977.




*Salvdoreño.Estudiante de la licenciatura en Historia por la Universidad de El Salvador. Graduado del colegio Bautista de Teología en 2014. Este avance es parte del proyecto de investigación "De cómo la evolución del pensamiento social de la iglesia sirve como herramienta de vinculación de las organizaciones de izquierda FPL y ERP con las comunidades eclesiales de base para incorporarlas en la lucha revolucionaria, en la década de 1950 a 1979"
Pablo VI, "Carta Encíclica: Gaudium et spes: Sobre la iglesia en el mundo actual," (1965).
La Comisión Nacional Justicia y Paz es una institución constituida en El Salvador en 1975 por el Arzobispo de San Salvador Monseñor Luis Chávez y Gonzales ("Simán y Monseñor Romero" http://archivo.elfaro.net/dlgalp/romero/siman.asp) que deriva de la Pontificia Comisión "Justitia et Pax" instituida por el Papa Pablo VI en enero de 1967. La Comisión tiene como función "estimular a la comunidad católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional" (Gaudium et Spes n. 90) y como finalidad "promover la justicia y la paz en el mundo según el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia" (Pastor Bonus art. 142).
Comisión Nacional Justicia y Paz, "Doctrina Social de la Iglesia." Pensamiento Social de la Iglesia, 1(1980).
———, "El pensamiento social cristiano y los sistemas socio-económicos." El Pensamiento Social de la Iglesia, 2(1980).
Jean Kanapa, La doctrina social de la Iglesia. (Argentina: Ediciones Diáspora, 1962).
Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del partido comunista. (Moscu: Progreso, 1973).
León XIII, "Carta Encíclica:Quod Apostolici Muneris: Sobre el socialismo, comunismo, nihilismo y otros errores," (1878).
Ibid., Capitulo 1.
Ibid., Capitulo 2.
Ibid., Capitulo 1.
Ibid.
En la segunda mitad del siglo XIX la iglesia no hacia diferencia entre comunismo y socialismo y utilizaba estas y otras palabras para hablar del "mismo mal". La diferenciación entre una y otra se establecerá a mediados del siglo XX cuando el socialismo ha tomado impulso y de una u otra manera la iglesia apoyara ciertas medidas de este que las ve como positivas, no así del comunismo que durante todo ese siglo seguirá la iglesia manteniendo su discurso anticomunista.
La infalibilidad pontificia fue establecido como dogma por el antecesor de León XIII, el papa Pio IX en el concilio Vaticano I en 1870, para legitimar la opinión del pontífice en materia doctrinal ya que con las revoluciones burguesas esta institución había comenzado a perder la credibilidad y la autoridad que había gozado hasta entonces. Por esta razón el Papa no se equivoca en su carácter de Sumo Pontífice.
Kanapa, La doctrina social de la Iglesia.
León XIII, "Carta Encíclica Rerum Novarum: Sobre la situación de los obreros " (1891).
Ibid.
Kanapa, La doctrina social de la Iglesia.
León XIII, "Carta Encíclica:Quod Apostolici Muneris: Sobre el socialismo, comunismo, nihilismo y otros errores."
———, "Carta Encíclica Rerum Novarum: Sobre la situación de los obreros ".
———, "Carta Enciclica: Quamquam Pluries: Sobre la devoción a San José," (1889).
———, "Carta Encíclica:Quod Apostolici Muneris: Sobre el socialismo, comunismo, nihilismo y otros errores."
———, "Carta Encíclica: Longinqua Oceani." (1895).
Pio XI, "Carta Encíclica : Quadragesimo Anno:Sobre la restauración del orden social," (1931).
Ibid.
Suprema Congregacion del Santo Oficio, "Decreto contra el comunismo," (Roma1 Junio de 1949).
Publicada en 1959 a razón de ser electo como sumo pontífice.
Juan XXIII, "Carta Encíclica: Ad Petri Cathedram: Sobre la verdad, unidad y paz que se han de promover con espiritu de cairidad," (1959).
Juan Pablo II, "Carta Encíclica: Novo Millennio Ineunte," (2000).
Joseph Ferraro, La Lucha de La Iglesia contra el Comunismo: de Leon XIII al segundo Concilio Vaticano II. (Mexico: Universidad Autonoma Metropolitana, 2009).
Debido a la lenta y casi nula industrialización de la región, el número de obreros era menor al número de proletarios y aun mucho menor al número de los campesinos. Esto responde a que para la segunda mitad del siglo XX países como El Salvador, Nicaragua, Honduras, Guatemala, mantenían economías basadas en la exportación agrícola.
Juan XXIII, "Radiomensaje del 11 septiembre de 1962," (1962). Estos documentos oficiales se encuentran recopilados en Jose Maria Burgos, El concilio día a día: Documentos e informes oficiales del Vaticano II. vol. 1 (Madrid: Ediciones Accion Catolica, 1963).
Pablo VI, "Discurso de apertura de la segunda sesión del Concilio Vaticano II," (1963).
Leonardo Boff, "LEONARDO BOFF: O pacto das catacumbas vivido pelo Papa Francisco," Journal de Sao Nicolau(2014), http://www.jsn.com.cv/index.php/opiniao/1562-leonardo-boff-o-pacto-das-catacumbas-vivido-pelo-papa-francisco.
Adolfo Pérez Esquivel, "San Romero de América camina junto a los pueblos de nuestro continente " http://www.adolfoperezesquivel.org/?p=3703.
Pablo VI, "Carta Encíclica: Populorum Progressio." (1967).
———, "Discurso Inaugural de la Segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana. Medellin." (1968).
UCA, Los textos de Medellín y el proceso de cambio en América Latina. (San Salvador: UCA editores, 1977).
Ibid.
Ibid., Apartado de Promoción Hhumana.
———, Los obispos latinoamericanos entre Medellín y Puebla: Documentos Episcopales 1968-1978. vol. 3, La iglesia Latinoamericana (San Salvador: UCA editores, 1978).
Ibid.
———, Los textos de Medellín y el proceso de cambio en América Latina. Apartado de La Paz.
———, Los obispos latinoamericanos entre Medellín y Puebla: Documentos Episcopales 1968-1978.
León XIII, "Carta Encíclica Rerum Novarum: Sobre la situación de los obreros ".
Bajo estos conceptos teorizan los teólogos jesuitas de la UCA Ignacio Ellacuría, Jon Sobrino, Martin Baró, que representaban los intelectuales de una teología latinoamericana, conocida como Teología de la Liberación, ya que apoyaban la búsqueda de la liberación del cristiano en su plano espiritual y material. En este contexto la UCA se convierte en difusor de estas ideas de liberación, nutriendo las pastorales campesinas. Elaboraban cuadernillos en los que se estudiaba la palabra de Dios y se aplicaba a la realidad social de la comunidad. Estas organizaciones locales cristianas serán conocidas como Comunidades Eclesiales de Base, de las cuales se hablara en el tercer apartado de esta investigación.
Esta institución se fundamenta después de Medellín y se expresa en su texto de conclusiones finales en el apartado de promoción humana que sostiene que "La comisión de Justicia y Paz deberá ser promovida en todos los países, al menos a escala nacional" UCA, Los textos de Medellín y el proceso de cambio en América Latina.
Jose Jorge Simán, Monseñor Oscar Arnulfo Romero: Un testimonio. (San Salvador: Talleres Graficos UCA, 2015).
Comisión Nacional Justicia y Paz, "La doctrina social." El Pensamiento social de la iglesia, 1(1980).
Ibid.
Ibid.
Simán, Monseñor Oscar Arnulfo Romero: Un testimonio.
Ibid.
Oscar Arnulfo Romero, Monseñor Oscar Arnulfo Romero: Su pensamiento. vol. II (San Salvador: Arzobispado de San Salvador, 1977).
Ibid.
No está ligada a la Comisión Nacional Justicia y Paz sino que es un boletín que inicio su publicación en 1972 y se nutría del aporte de católicos laicos conectados con la realidad nacional y no de teólogos o filósofos de la liberación. Ver Julian González, "Cristianismo y liberación en El Salvador: el boletín católico Justicia y Paz, 1972-1980." Realidades 110(2006).
Ibid.
Ibid.

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