La izquierda como problema y posibilidad

June 14, 2017 | Autor: M. Astete Checaña | Categoría: Political Science, Antropología, Ciudadanía, Izquierda
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La izquierda como problema y posibilidad

Marco Antonio Astete Checaña 14/10/2014 Pensamiento Antropológico Latinoamericano Ladislao LandaVasquez Escuela Académico-Profesional de Antropología Facultad de Ciencias Sociales Universidad Nacional Mayor de San Marcos

La izquierda como problema y posibilidad Marco A. Astete Checaña. Por fin libre y seguro Puedo cantar. Rompiese el duro freno, Descubriré mi seno Y con lenguaje puro Mostrará la verdad que en él se anida Mi libertad civil bien entendida (Mariano Melgar, A la libertad) Introducción El texto insertado arriba corresponde a una Oda del poeta Arequipeño Mariano Melgar. En esta Oda el poeta hace loa a la libertad con motivo de la elección del primer ayuntamiento de Arequipa, después de la promulgación de la Constitución Española de 1812. El motivo por el que presento este párrafo se debe a que el deseo de la libertad no es algo reciente sino ya viene de larga data, la diferencia con ahora es que ya es más posible. Este presente ensayo quiere introducir la noción de la libertad. Pues la libertad si bien fue enarbolada en el siglo XVIII hoy más que nunca da la posibilidad del desarrollo humano con dignidad. Quiere decir que para que una persona se desarrolle y con ello desarrolle su sociedad necesita la libertad plena, que incluye tener los recursos para lograrlo. Pero lo fundamentalmente este texto quiere analizar a la izquierda en Latinoamérica. Planteamos a la izquierda desde una revisión histórica como un problema y con el sometemos a análisis la viabilidad de la izquierda en el futuro. Una de las interrogantes que nos hacemos sobre la izquierda en Latinoamérica es sobre su peculiaridad en el continente, si existe una izquierda latinoamericana. Otra interrogante que nos hacemos es acerca de sus pros y contras de la izquierda en sus momentos que tuvo mayor protagonismo. Y una de las preguntas centrales es si reamente es posible y deseable la izquierda en un contexto que la parecer ya no importan las banderas políticas. Estas interrogantes surgen porque en el momento histórico en el que nos ubicamos para ser que la civilización es solo un espectáculo, en donde imperan las incertidumbres y las verdades se relativizan.

La crítica no es para nada posmoderna, pues partimos desde bases reales y queremos llegar a ellas. Para llegar a comprender el desenvolvimiento de la izquierda hacemos una revisión histórica del proceso de la izquierda en el continente y de esa manera queremos conocer la identidad de la izquierda, si realmente podemos hablar de izquierda latinoamericana. Así también queremos ver las posibilidades de poder aplicar una izquierda en los países que aún mantienen deudas con su población. Pues la pobreza y los problemas ambientales son los más urgentes y para ello invocamos a la izquierda. Creemos que las propuestas de Castañeda son válidas, pero no las suficientes ya que los problemas actuales no solo están presentes en Latinoamérica sino comprenden todo el hemisferio global. Identidad de la izquierda latinoamericana Se asume que la izquierda es una postura ideológica en la política. Su pasado está envuelto con la acción política que lucha por los derechos de las clases trabajadoras, llamados proletarios. Desde su aparición en el siglo XIX en Francia sus promesas estuvieron ligadas a la construcción utópica de un mundo diferente. Pues el contexto era la revolución industrial y en ese entonces las condiciones de trabajo habían rebajado al hombre a la mas mínima expresión de dignidad, llegando incluso a convertirlo en “un apéndice de carne de la maquina”. Es así que la primera expresión de izquierda en el mundo es el socialismo utópico. Luego de una propaganda del socialismo utópico apareció un impulso renovador y de la mano de Marx y Engels este socialismo paso a llamarse científico. Así, el socialismo científico basado en el materialismo histórico tenía en sus planteamientos: la lucha de clases, el

cambio en la Base o Estructura (Economía) provoca cambios en la

Superestructura (Estado, Legislación, Ideología, Política, Religión, Educación, Arte); los modos de Producción son la comunidad primitiva, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo y por último la dictadura del Proletariado pondrá fin a la propiedad privada y por ende a las clases sociales. El siglo XX fue escenario de la puesta en práctica del socialismo, aunque la postura que llego a dominar efectivamente fue el comunismo en Rusia. Con el fin de tomar el poder surgieron movientes con la adscripción de partido de izquierda. En Europa se llegó a lograr grandes pedidos, como es el caso de las mejoras laborales. Pero en América Latina el contexto era diferente y por ende la izquierda tuvo sus propias particularidades. Existen

varios estudios sobre la izquierda en América Latina, tanto a nivel general como sobre cada país en particular. El texto de Castañeda La utopía desarmada es una especie de radiografía de la izquierda en América Latina. Definir la izquierda en américa latina es una tarea ardua, pues para ello es necesario hacer una revisión histórica y tener herramientas teóricas y conceptuales. Castañeda desde su formación política, como politólogo y militante, nos ofrece un panorama de la izquierda, con desarrollos políticos particulares, esquemas biográficos, coyunturas específicas y entrevistas personales. Es así que Castañeda dice: “No es fácil definir la izquierda en América Latina, y los contornos mencionados aquí dejan muchas preguntas al aire.” (Castañeda, 1993, pág. 26) En vista de que no se puede definir la izquierda, al menos podemos señalar su identidad mediante sus características. En América Latina casi todos los intelectuales se han identificado con la izquierda. Desde la formación de estados y repúblicas independientes en América Latina la cantidad de intelectuales fue escasa, generalmente procedían de familias acomodadas y su preocupación se orientaba a la formación de sus nuevas republicas. En los albores del Siglo XX los intelectuales por diversas fuentes tomaron algo del marxismo. Ese acercamiento intelectual se debe a la proximidad espacial, fue por ello que los primeros militantes surgieron en Argentina. Estos intelectuales al sentirse e identificarse con sus países tuvieron la sensibilidad social y es por ello que reflexionaron y fueron militantes. En Perú se sabe mucho de los críticos Haya y Mariátegui. Pero por diversas razones los intelectuales fundaron partidos y organizaciones de izquierda en países lejanos a su patria. Esta cuestión lo señala Castañeda de manera literaria, además de su fracaso: “Estos orígenes exóticos explican el pecado original y esencial del comunismo en América Latina.” (Castañeda, 1993, pág. 33) La izquierda en el transcurso del Siglo XX tuvo muchos momentos importantes en el escenario mundial. Pero los más importantes son cinco. El primer acontecimiento es la revolución cubana en 1959. La segunda es un periodo de seis años delineado por las muertes de el Che Guevara en 1967 y de Salvador Allende en 1973. El tercer hito es el triunfo de la Revolución nicaragüense el 19 de julio de 1979. Y el último acontecimiento es la derrota electoral de los sandinistas el 25 de febrero de 1990. Además de estos periodos clave la izquierda puede clasificarse de acuerdo a la ideología y la política y de acuerdo a su funcionalidad. Ideológica y políticamente se puede

clasificar en cuatro grupos: los partidos comunistas tradicionales, la izquierda nacionalista o populista, las organizaciones político militares, y los reformistas. De acuerdo a su funcionalidad se pueden clasificar como izquierda social y la izquierda intelectual. Argentina es el primer país que importo nuevas ideas en el continente. La razón de esto se explica porque Argentina está más próximo a Europa por el mar atlántico y por lazos comerciales. “Argentina siempre ha importado y exportado la revolución.” (Castañeda, 1993, pág. 15) El antecedente más eminente es San Martin. Pero recién con la revolución rusa y con la internacional comunista la izquierda llega a consolidarse como postura política. Al inicio la izquierda latinoamericana estuvo más vinculada a movimientos populistas, autodenominados comunistas. Estos movimientos se identificaron con líderes carismáticos o con organizaciones de masas, tales son los casos de Cárdenas en México, Perón en Argentina, Getulio Vargas en Brasil y Haya de la Torre en Perú. Es recién con el triunfo de la revolución cubana que esta postura dio un viraje. La revolución cubana es toda una crónica. Entre las causas que originaron la revolución señalamos que lo fundamental era la dependencia económica y política de Estados Unidos. A partir de la década de los treinta, la política cubana estuvo dominada por la figura de Fulgencio Batista, quien dirigió el destino del país primero como comandante del ejército (1933 – 1940) y luego como presidente (1940 – 1944 y 1952 – 1959), considerada como una dictadura. La isla estaba, en este periodo, completamente entregada al capitalismo estadounidense, que controlaba el 90% de las minas y de las haciendas, el 40% de la industria azucarera, el 80% de los servicios públicos y el 50% de los ferrocarriles y de la industria petrolera. Hacia la década de los cincuenta, Cuba tenía un elevado ingreso per cápita gracias a sus exportaciones. Sin embargo, existían profundas diferencias sociales entre ricos y pobres, y un alto índice de desempleo, debido al carácter estacional del trabajo en las haciendas azucareras. Fidel Castro fue el máximo dirigente de la revolución cubana. Estudió Derecho en la Universidad de La Habana, en la cual se doctoró en 1950. Su ideología izquierdista le llevó a participar en actividades revolucionarias desde muy joven, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo (1947). Desde 1949 militó en el Partido del Pueblo Cubano. En 1953 dio un intento de tomar el poder,

lamentablemente el asalto al cuartel Moncada fue un fracaso y Castro fue encarcelado. Al trasladarse a México fundo el Movimiento 26 de Julio para organizar la liberación de cuba (1955). Un año después de fundar el M-26-7 se dio el Desembarco del Granma, en el que luego de enfrentarse a las tropas de Baptista los rebeldes se refugian en la sierra maestra. Así, finalmente el 1 de enero de 1959 triunfa la revolución castrista con la toma de La Habana. Luego del triunfo de la revolución cubana, Castro organizo un servicio de inteligencia. Manuel Piñeiro es un personaje vinculado al servicio de inteligencia. Pues, una vez declarada Cuba como país socialista, la dirigencia apoyo financiera y logísticamente otros procesos revolucionarios en América Latina. Pues el emblema de la lucha armada no dejaba de tener vigencia. Los procesos revolucionarios simultáneos y posteriores a Cuba no lograron gran éxito, debido a las derrotas y pérdidas humanas en los enfrentamientos. Luego de la maduración de la Revolución cubana surgieron nuevas organizaciones, a las que denominamos como segunda Ola de revoluciones. El cono sur dejo de ser escenario y países de Centroamérica y el Caribe fueron escenario de contiendas, entre ellos: Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Jamaica y Granada. Pero el caso más particular es la aparición de Sendero Luminoso en el Perú, que por cierto representa una ruptura con la tradición Castrista por ser más independiente. La acusación más grave que se les hizo a los gobernantes de izquierda es que tan pronto llegaron al poder se volvieron en conservadores. Muchos dicen que este fenómeno es normal por las tendencias y evidencias históricas. Pero lo particular en Latinoamérica es que, por mucho que se haya seguido las recetas de la CEPAL, la izquierda siempre fue conservadora en su política económica. Incluso se llegó a decir que las revoluciones en América Latina fueron revoluciones negociadas. “En Latinoamérica hoy, la izquierda reformista encierra más posibilidades que otros sectores de la izquierda de proporcionar respuestas a los temas y debates principales de la actualidad, pero también corre el riesgo de virar hacia la derecha y perder sus raíces y, por lo tanto su camino.” (Castañeda, 1993, pág. 206) Otro aspecto de la izquierda es que, una vez en el poder, por su mismo inicio violento, el ejercicio del poder se basó en la represión. Casos como argentina, Nicaragua, El Salvador, México, Cuba, Perú, practicaron la criminalización y persecución política, incluso se

tienen noticias de que hubo asesinatos. El carácter violento del gobierno es eminentemente de la izquierda y es un pecado que por mucho que se le oculte determino el fracaso de la izquierda. Mientras la izquierda llego a gobernar, aunque se solo de nombre, el sistema de partidos en esos países era unipartidista o a lo mucho fue bipartidista. Lo cual indica que hubo una baja calidad democrática. Sumado a esto está la poca transparencia de los gobernantes. Lo que sugiere llamar a este tipo de gobiernos como autoritarios, pues el recurso a la violencia para atenuar la violencia fue un hecho común. El laberinto de América Latina América latina como lugar y como proceso es un continente complejo. Antes de la llegada de los europeos el continente americano constituía un heterogéneo conglomerado de poblaciones, con lengua, cultura y economía distintas. Con la llegada de los españoles el continente se incorporó al sistema mundial que estaba en proceso de crecimiento. “Con la constitución de América (Latina), en el mismo momento y movimiento históricos, el emergente poder capitalista se hace mundial, sus centros hegemónicos se localizan en las zonas situadas sobre el Atlántico—que después se identificarán como Europa—y como ejes centrales de su nuevo patrón de dominación se establecen también la colonialidad y la modernidad. En breve, con América (Latina) el capitalismo se hace mundial, eurocentrado y la colonialidad y la modernidad se instalan asociadas como los ejes constitutivos de su específico patrón de poder, hasta hoy.” (Quijano, 2000, pág. 340) El fenómeno de la colonialidad del poder se instaura con más fuerza en América Latina y está dentro del contexto del sistema mundial moderno. Con la colonialidad apareció por vez primera lo dominación y explotación de los “naturales”1 por los europeos. El argumento para esto fue que, luego del debate entre Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas, que estos eran hombres pero de inferiores, de raza más débil. La colonialidad tiene como eje el racismo, el hecho de que se clasifique a las personas en categorías sociales de acuerdo a sus características físicas. La clasificación calo en el escenario social y en la época colonial coexistieron dos repúblicas, de indios y españoles. Quiere decir que los “indios” vivieron en la marginación. No tuvieron la posibilidad de 1

Preferimos utilizar el término naturales, extraído de las crónicas de españoles, debido a que la palabra indígena, pese a no estar definido, genera polémicas. Pues se arguye que el término está obsoleto y denigra a muchas personas. Aunque en Ecuador o en poblaciones amazónicas la palabra indígena es emblema para la acción social.

participar en la decisión de la política ni la economía. Si hubo normas que abrieron espacio para la participación fueron débiles e imprecisas. Estos fenómenos persistieron en la época republicana, pues las nuevas elites siguieron practicando, incluso con más intensidad, la exclusión en la vida nacional de los “indios”. Por mucho que los estados republicanos elaborados por los pioneros americanos hayan prometido libertad y autonomía en la práctica no fue más que una “herencia colonial”. (Cotler, 2005) En años posteriores los gobiernos trataron de ser más inclusivos, pues la cuestión nacional se asumió con más seriedad. Es así que en México, con la revolución de inicios del siglo XX, el gobierno incluyo a los campesinos indígenas en la nación. En Perú se dieron una serie de normas que incluyeron al indio, la Ley de la Conscripción vial, pese a lo que traía consigo, es una de las primeras formas de inclusión. La secular marginación, la pobreza y la discriminación con una constante en América Latina. La pobreza es considerada como el principal problema del continente. Es el problema sobre el cual han girado todos los debates y las propuestas. Además de ser considerado el más urgente, es un problema que enlaza otros problemas, además de ocasionarlos. Junto a la pobreza, pese al fenecimiento de la lucha armada, aun se evidencia una continuidad infinita de la violencia. El alzamiento zapatista en Chiapas es evidencia de ello, que además demuestra la vigencia de la perspectiva de Castañeda. Pero, es necesario señalar que la revolución ya es una propuesta caduca en América Latina. El carácter de la sociedad fragmentada es un asunto aún más complejo. Si bien es considerado como un mal congénito, por los procesos iniciales y la conquista. No esta demás señalar que la fragilidad de los sistemas políticos es un mal que si se puede atenuar. Pues para ello es necesario un trabajo concienzudo en aumentar la cultura política y tener voluntad política para lograrlo. Frente a las grandes movilizaciones políticas y la gran recesión económica en Chile se implanto el modelo económico del Consenso de Washington. El mismo ejemplo lo siguieron los demás países. En Perú lo implantaron en los 90’s, como solución a una crisis económica que el gobierno anterior no puedo afrontar. En efecto la entrada del neoliberalismo se dio por el agotamiento del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones y por importar nuevas ideas con facilidad. El modelo no se implanto por su fortalece, sino por la debilidad de sus opositores.

América latina no puede pensarse como una sociedad desligada del sistema mundo moderno ni del patrón de poder colonial moderno. Los problemas que carcomen al continente y al mundo son acentuados principalmente con la conquista de América. Quiere decir que los problemas no son pequeños rasguños, sino más bien son grandes enfermedades crónicas que necesitan ser sanados a nivel sistémico. Los gobiernos de izquierda por mucho que hayan tenido voluntad de hacer “revoluciones” o reformas más viables no han podido desligarse del carácter sistémico del mundo; en otras palabras, estaban constreñidos al curso de la economía internacional. Frente a estos fenómenos se abren una serie de preguntas como cuestionamientos. Una primera cuestión es ¿Por qué, sabiendo los procesos de dominación, no nos liberamos? La segunda interrogante tiene que ver con el sistema económico imperante, ¿Por qué, a pesar de su inviabilidad, el capitalismo no fracasa? Otra tercera pregunta es ¿Por qué América Latina sigue la misma ruta de desarrollo? Y finalmente ¿Por qué a pesar de las crisis epistemológicas, habiendo otras epistemologías desde el sur, las del norte aún persisten?2 Para poder dar respuesta a estas interrogantes debemos considerar siete puntos, que son al mismo tiempo amenazas y ventajas en la escena mundial. Primero, la democracia, pues como un hecho reciente a reconfigurado el escenario mundial, pues los estados ya nos son los mismos que había en el siglo pasado. Como segundo punto está la destrucción de la naturaleza que es efecto de la expansión capitalista y que hoy más que nunca está generando estragos en diversas partes del globo. El tercer punto es la mercantilización del conocimiento y de la vida, pues el conocimiento es poder, y en la actualidad las universidades en los países centrales se dedican a la producción de la racionalidad instrumental. El cuarto aspecto es la desvalorización del trabajo; en la actualidad, con la tecnología, se utilizan mecanismos en donde se expolia trabajo a las personas, tal es el caso de los productos desarmables que al comprarlo la persona tiene q armarlo para poder utilizarlo y su trabajo no es remunerado por nadie. La recolonización de las diferencias es el quinto aspecto. Pues, si bien el racismo está siendo combatido, la aparición de movimientos subcultura, tribus urbanas, movimientos de homosexuales, están siendo marginados como los indígenas. El sexto aspecto es la criminalización de la protesta, pues la sociedad del control ha minimizado a la más mínima expresión la acción política, 2

Interrogantes planteadas por Boaventura en un Foro en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Setiembre del 2014.

llegando a penalizarlo. Por último, y a mi parecer el más urgente, es la desaparición del Estado. El neoliberalismo a desplazado al estado en el control de la economía y prácticamente el mundo es movido por las grandes corporaciones. Apertura a la ciudadanía Antes de tocar el punto de la ciudadanía, considerando que es el punto máximo de la acción policía, debemos tratar la viabilidad de la izquierda. Considerando que todo plan o propuesta, ya sea de izquierda, centro o derecha, debe estar orientado al ejercicio pleno de la ciudadanía. Esta cuestión nos podemos plantear con la siguiente interrogante. ¿En la actualidad, en vista de los grandes fracasos de la izquierda en el pasado, aun tiene viabilidad la izquierda en el continente? ¿Se puede hablar aun de algún tipo de socialismo? El trabajo exhaustivo y apasionante de Castañeda, La utopía desarmada, nos da la “Afirmación de que la izquierda latinoamericana tiene un futuro, parece plausible, tanto por las probabilidades de la historia, como por argumentos.” (Fermandois, 1994, pág. 3) En vista de que no se puede definir la izquierda Latinoamericana, al menos se le puede identificar por algunas características. La cuestión entonces seria, dado que el pasado no es nada heroico, la manera y forma de plantear la nueva izquierda. Además de la propuesta de una nueva izquierda también está la cuestión de la voluntad de hacerlo. La propuesta de una nueva izquierda debe empezar con el principio de democratizar la democracia. Esto invoca al abandono total del modelo tradicional leninista. Y también dar una mirada a las poblaciones más necesitadas. Una propuesta de nueva izquierda para el siglo XXI debe partir con la consideración y reconocimiento de la explosión de la base. Pues es la sociedad civil mayoritaria la que posee la soberanía, parte de él y el ejercicio del poder está en él. En el pasado los gobiernos no prestaron atención a los problemas y necesidades más urgentes de las grandes masas, pues no quisieron reconocer la realidad. Debido a su desprestigio la izquierda activa paso a la ilegalidad, pues una de las principales tareas debe ser traer a la izquierda a la sociedad civil, hacerla legal. Pasará de la izquierda social a la izquierda política. En los primeros años del Siglo pasado apareció El antiimperialismo y el Apra de Haya de la Torre. En esta propuesta política se plantearon cuatro puntos. Uno de ellos invocaba a la acción antiimperialista norteamericana de las naciones sudamericanas. En el fondo el plan exhortaba a la unión de nacional de los países pobres, en el que la propuesta

nacionalista no estaba ausente. Tomando esta propuesta, sin desmerecerla por su antigüedad, consideramos que una identificación continental contribuiría a una acción conjunta de cooperación. La primera tarea es, pues, liberarse de los constreñimientos económicos de los países centrales. Solo con la unidad se podrá independizar; no necesariamente liberarse, porque eso sería seguir las recetas del cepalismo. Cualquier plan económico necesariamente debe discurrir por el estado. No quiere decir que el estado sea el único encargado de diseñar y aplicar las propuestas. Pues, hoy los estados, como parte de su gobernabilidad, son construidos por la ciudadanía. En ese sentido, la acción estatal debe estar orientada a la aplicación de nuevos modelos económicos. El modelo necesariamente debe estar alejado del cepalismo. Copiar los modelos seria trasplantar modelos y eso no es muy viable, pero en el caso de practicar un eclectismo, sacar lo mejor de cada uno, sería más deseable. Si se tratara extraer algo del modelo europeo y asiático podemos admirar a Alemania y Japón como ejemplos emblemáticos. En todo caso es necesario hacer una gran reforma del estado, en donde la propuesta del estado benefactor no debería ser descartada. Pero estas no son las únicas epistemologías, hay otras. La acción estatal enfrenta muchas paradojas, lo cual es necesario reconocer y ofrecer soluciones en base a la realidad. Una primera antinomia que se presenta es el universalismo versus la selectividad. Al tratar de hacer un estado benefactor se debe beneficiar a todos por igual. Castañeda propone aumentar la capacidad de recaudación del Estado para así tener más inversión. Pero quitar, por medio de impuestos, a los que tienen mucho no es viable, pues la desconfianza que generan los gobiernos latinoamericanos es un hecho evidente por los hechos de la historia. El paradigma de tipo selectivo ha tratado de estar dirigido a los más pobres, ofreciéndoles educación básica y salud, pero para ser más inclusivo debe ser más integral, debe también considerar los derechos sociales: salud, educación, vivienda, seguridad social y programas asistenciales. Al precisar sobre el Estado benefactor se podrá evitar el universalismo que solo favorece a los ya favorecidos. La antinomia de la producción publica versus la privatización parece ser ya resuelta. Hay sectores que, frente a la arremetida del neoliberalismo, insisten en la participación del estado y hay otros sectores que definitivamente creen que el estado no debe figurar en la escena económica. Los segundos consideran que la producción pública es escarpada,

árida, rocosa, mientras que la producción privada es más despejada, serena, fértil y hermosa. El crecimiento equitativo es otro asunto aun irresuelto. La antinomia se presenta como la formula redistribución versus crecimiento. En países como el Perú se dice a menudo que el país avanza o que le crecimiento es acelerado, pero concretamente no se logra visibilizar. Ese crecimiento, a pesar de ser considerado una mentira por algunos sectores, es cierto pero solo para los que poseen más. Lo más apropiado para un gobierno sería generar mayor crecimiento económico para aumentar la recaudación y así tener mayores gastos. Finalmente esta la antinomia aun irresuelta que desde los primeros años del siglo pasado ya se planteaba. Un caso pionero es el de José Carlos Mariátegui en sus Siete Ensayos. La antinomia que se discute es la centralización versus la descentralización. Al centralismo se le da un sinfín de adjetivos porque efectivamente genera muchos obstáculos. En cambio la descentralización ofrece una mayor autonomía, permite el desarrollo integral, armónico y sostenible. Además, la descentralización conduce a la democracia municipal. Con la transferencia de responsabilidades y dispersión del poder de la decisión política se da apertura a la participación política de un mayor sector de las poblaciones. Una democracia efectiva y plena puede ser pensada desde la mirada de Arendt Lijphart y Sartori con “El modelo Westminster de Democracia” y el “Modelo de Democracia de Consenso”. Esta democracia asume las siguientes características: el poder radica en el pueblo, la existencia de un pluralismo político, alternancia en el poder, presencia de la oposición, el principio de sometimiento, la participación popular directa, respeto por los derechos humanos, la división de poderes, el control interorganico, el control intraorganico y la tolerancia En la actualidad hay mucha sociedad civil participativa. No se puede elogiar mucho pero si reconocer que parte de la reforma del Estado Peruano en particular son las nuevas leyes que se dieron recientemente. Entre las leyes más importantes podemos mencionar a la Ley de derechos de participación y control ciudadanos, la Ley de bases de la descentralización, la Ley orgánica de Gobiernos Regionales, Ley Orgánica de Municipalidades. Con la admisión normativa del estado y con el aumento de la cultura política de la población se hace más evidente la participación política en estos últimos

años. Son muchos los lugares en donde acontece esto, pero los que se estudiaron y se dieron a conocer son Villa el Salvador, El Agustino, Ilo, Haquira, Colquemarca, Limatambo y Tupe. (Ramirez, 2010) Esto da cuenta que la sociedad se mueve desde abajo y desde la periferia. Para concluir, sabemos que al identificar las características de la izquierda se pueden plantear nuevas propuestas para una nueva época. Pues, hoy “La izquierda aprendió que el poder no lo es todo, aunque es mucho. Sobre todo, entendió que se encuentra en todas partes: en las calles y ciudades perdidas, en las escuelas y ayuntamientos, en los libros y en los periódicos, en la televisión, en las fábricas y el campo. Sin poder no se puede lograr nada, pero este cobra formas y magnitudes múltiples; todas ellas conducen adonde se quiere llegar. Lo principal es saber qué hacer y qué no. Esta es la lección que ha aprendido la izquierda latinoamericana y que la puede encauzar por el buen sendero al cerrarse el siglo y un ciclo de su historia.” (Castañeda, 1993, pág. 566) Conclusiones Ya vimos todo el camino sinuoso de la izquierda en Latinoamérica. La izquierda se originó en Europa. Las propuestas que dio Marx fueron para Londres del siglo XIX y no necesariamente esas propuestas tienen que ser válidas para todo el mundo. Es necesario tener en cuenta la inconmensurabilidad de las sociedades. Las primeras manifestaciones de izquierda en américa latina fueron desde los intelectuales. Su fin último fue la toma del poder por medio de la lucha armada. Así uno de los acontecimientos más importantes de la izquierda es la Revolución Cubana. Luego de la revolución los países del continente se inspiraron en la hazaña y quisieron aplicar el modelo. La vía por las armas no dejo su vigencia, por lo que se le da el carácter violento a la izquierda. Pero una vez en el poder los gobiernos no pudieron aplicar lo que esperaban, a lo mucho aplicaron unas cuantas reformas, pues no quisieron comprender que no pueden estar desligados del sistema mundo. A pesar de dos siglos de independencia del continente aún no se termina con el fenómeno de la colonialidad del poder. Los problemas que acarrea siguen vigentes. El problema de la pobreza sigue siendo un flagelo que en vez de reducirse va aumentando. Con la supuesta solución de la economía de mercado lo que más se ve es que el extractivismo ha puesto en peligro la viabilidad del planeta y hasta el momento no genera desarrollo sostenible. Los conflictos sociales se han acentuado aún más, ahora ya no son

movimientos campesinos o movimientos ecologistas, ahora se da la etnicidad de segundo grado, nativos que luchan por sus territorios. La solución planetaria no necesariamente lo dará un partido de izquierda, pues ellos tampoco se han cuestionado el desarrollo. La agenda del siglo pasado fue la solución de la pobreza, y pese a los fracasos, el continente sigue con las mismas recetas. En la actualidad se están dando propuestas que parten de nuevas epistemologías. El hecho de que el planeta entero entre en peligro es un asunto serio que ya debe ser tratado. De la misma forma, en las amenazas que plantea Boaventura, las relaciones del trabajo entran en gran peligro, llegando incluso a ser desvalorizados. Lo que se está presenciando posiblemente es una crisis del sistema mundo, a la manera que lo plantea Inmanuel Wallerstein. Lo que se decida hacer hoy determinara en el futuro, es por ello que se necesita decidir bien. Es muy posible que una propuesta de un nuevo sistema sea descabellado, además los sistemas se transforman solos por la interacción de sus componentes, no por la voluntad de un programador. Pero cambiar la lógica de los componentes posiblemente cambie de a pocos. En ese sentido, una respuesta inmediata como atenuante seria el fortalecimiento de la ciudadanía y la participación política integral, pues por medio de todas las propuestas concertadas se pueden crear planes más plausibles. Bibliografía Abercrombie, T. (1992). La fiesta del carnaval postcolonial en Oruro: clase, etnicidad y nacionalismo en la danza folklorica. (C. B. Casas, Ed.) Revista Andina, 10(2). Bigheño, M. (1996). Imaginando lo imaginado: las narrativas de las naciones bolivianas. Revista Andina(2). Briones, C. (1988). (Meta)cultura del Estado-Nacion y estado de la (meta)cultura. Serie Antropologica. Castañeda, J. (1993). La utopia desarmada: intrigas, dilemas y promesas en America Latina. Mexico: Editorial Planeta. Cotler, J. (2005). Clases, Estado y Nacion en el Perú. Lima: IEP. Fermandois, J. (1994). La nueva izquierda a la ofensiva. Estudios Publicos(56), 1-13.

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