La iglesia del Convento de Santa Cruz, panteón de los Marqueses de Moya (Carboneras de Guadazaón, Cuenca)

June 30, 2017 | Autor: J. Martínez Peñar... | Categoría: Modern Architecture
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Descripción

Los reinos peninsulares en el siglo XV. De lo vivido a lo narrado. Encuentro de investigadores

En recuerdo a Enrique Toral Peñaranda y Manuel Urbano Pérez Ortega Andújar 20 y 21 de marzo de 2015 Dirección: Cristina Moya García Universidad de Sevilla

Secretaría: M. Ángeles Expósito López Ayuntamiento de Andújar Organiza: Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler Excmo. Ayuntamiento de Andújar Colabora: Academia Andaluza de la Historia

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Los reinos peninsulares en el siglo XV. De lo vivido a lo narrado. Encuentro de investigadores

En homenaje a Michel García Al cuidado de Francisco Toro Ceballos

andújar

Ayuntamiento Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler ∙ MMXV ∙ 5

© Asociación Cultural Enrique Toral y Pilar Soler © Ayuntamiento de Andújar © Autores de los artículos Pedidos: Ayuntamiento de Andújar I.S.B.N. 978-84-89014-74-9 D.L. J-215-2015 Impresión: Tres Impresores Sur, S.L. 953 58 43 94

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Nuestro agradecimiento a Nieves Párraga Bravo, viuda de Manuel Urbano, por su generosidad.

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Tabla Michel García, un medievalista en tierras de Jaén Cristina Moya García

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Viajes españoles del siglo XV José María Bellido Morillas

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La imagen de Alfonso X en torno a finales del XV. La visión de Diego Rodríguez de Almela Elena Caetano Álvarez

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Beatriz Pacheco, Alhama y el duque de Medina Sidonia Juan Luis Carriazo Rubio

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La Andújar de Pedro de Escavias Juan Vicente Córcoles de la Vega

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Aproximación al estudio de la obra sentimental a través de Cárcel de amor de Diego San Pedro Zouaoui Chuocha

61

La hermosura jaenera en la literatura árabe Abdelkhalek Derrar

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El Condestable Miguel Lucas en Andújar (1470) Michel García

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La comicidad híbrida de las Coplas de la Panadera Miguel García-Bermejo Giner

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El tratado de la adivinanza de Lope de Barrientos en el contexto europeo Folke Gernert

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Disputas territoriales entre el concejo de Jaén y la Orden de Calatrava en el siglo XV. Un problema enquistado José Carlos Gutiérrez Pérez

111

Andújar en el siglo XV. Una aproximación Enrique Gómez Martínez

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Pérfidos malhechores y leales capitanes: la piratería y el corsarismo en el guerra naval castellana de finales del s. XV a través de los cronistas Jesús Hernández Sande

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Las primeras inquisiciones en Guadalupe Manuel Herrera Vázquez

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El rescate de cautivos según la ley dada por Enrique IV en las Cortes de Toledo de 1463 Carmen Juan Lovera – María Teresa Murcia Cano 159 9

Un clérigo sepulvedano escritor, Clemente Sánchez: estado de la cuestión Antonio Linage Conde

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¿San Miguel o San Lucas? La primacía de devociones por intereses políticos en el Jaén del siglo XV Pablo Jesús Lorite Cruz 177 Lucha en la frontera jiennense durante el siglo XV: Aspectos técnicos en la crónica del Condestable Miguel Lucas Manuel Ángel Martín Vera 191 Aproximación al XV alcalaíno Domingo Murcia Rosales

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El Reino de Granada (1492-1500): De una coexistencia difícil a la más feroz de las confrontaciones bélicas Lorenzo Luis Padilla Mellado 209 Sanlúcar de Barrameda en la encrucijada. Notas sobre los siglos XIV y XV Manuel J. Parodi Álvarez - Jesús Rodríguez Mellado

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Dos familias, dos tendencias narrativas: visiones del poder nazarí a través de los textos sobre Abencerrajes y Nayares del siglo XV Antonio Peláez Rovira

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Las invenciones y letras de Luis de Torres, poeta giennense del Cancionero General Óscar Perea Rodríguez

241

La Quinta Angustia o Piedad en el entorno isabelino como reflejo de una nueva religiosidad. Fuentes literarias e iconográficas Cristina Pérez Pérez

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El Arcedianato de Andújar José Rodríguez Molina

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La hora de contar cuentos. Cuando el tiempo pasa en la obra de arte Irene Romo Poderós

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Alcalá la Real, siglo XV, en la novela histórica Ricardo San Martín Vadillo

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Las monjas de Jesús María de Andújar. Primer convento femenino de San Francisco de Paula Cristina Segura Graiño

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La iglesia del Convento de Santa Cruz, panteón de los Marqueses de Moya (Carboneras de Guadazaón, Cuenca) Consuelo Vara Izquierdo – José Martínez Peñarroya

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El relato cronístico en la reconstrucción de las relaciones lusocastellanas en el siglo XV: posibilidades, problemáticas y límites de la fuente narrativa Néstor Vigil Montes

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La iglesia del Convento de Santa Cruz, panteón de los Marqueses de Moya (Carboneras de Guadazaón, Cuenca) Consuelo Vara Izquierdo José Martínez Peñarroya CASTRVM patrimonio histórico S.L.

A si mesmo en aquellas cortes, el Rey é la Reyna conociendo los leales servicios que el Mayordomo Andres de Cabrera é su muger Doña Beatriz de Bovadilla señores de la villa de Moya les ficiéron, seyendo Príncipes, é despues que fuéron Reyes, acordáron de los remunerar, dándoles título de Marques é Marquesa de la su villa de Moya: é por los honrar, mandáron que aquel dia comiesen á su mesa. E la Reyna les fizo merced de ciertos lugares en el Reyno de Toledo, que se llaman el Sesmo de Valdemoro, los quales eran de tierra de Segovia, porque pudiesen mejor sostener el estado é dinidad que les habían dado." (Pulgar, 1780; Cap. XCVI, pág. 169).

Con el fin de activar el turismo en la provincia de Cuenca, la Excma. Diputación provincial ha promovido un plan de una treintena de actuaciones de rehabilitación y puesta en valor de otros tantos monumentos y lugares de interés histórico repartidos por toda la superficie de su competencia. Este conjunto de actuaciones se ha denominado “Plan de Mejora de Infraestructuras Turísticas de la Provincia de Cuenca” (PLAMIT). Uno de estos bienes es la Iglesia Panteón de los Marqueses de Moya, que formaba parte del extinto convento de Dominicos de Carboneras de Guadazaón. El proceso de degradación del conjunto quedó en parte detenido, tras la rehabilitación de la cubierta que se llevó a cabo a inicios de la década de los años ochenta del siglo XX. En la actualidad solo queda en pie la iglesia, habiendo desaparecido casi la totalidad del resto de la edilicia del convento. El Proyecto de “Rehabilitación del Convento de los Marqueses de Moya de Carboneras de Guadazaón” fue redactado por el Estudio San Juan Arquitectura S.L. El director y coordinador del trabajo es el arquitecto D. Manuel San Juan, a quien agradecemos las facilidades para la redacción de nuestro proyecto de actuación arqueológica. La Casa de Moya, origen de la Fundación del Convento de la Santa Cruz En el mes de abril de 1480, los reyes Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón convocan cortes en la ciudad de Toledo. Allí es jurado el Príncipe Don Juan como sucesor de los reinos de Castilla y León. El férreo gobierno de los monarcas sigue abonando el camino hacia la paz y la unidad de los reinos de España. Para ello han sometido a la nobleza y concluido las guerras civiles que se han sucedido en la segunda mitad de este siglo XV. No obstante, han de rodearse a su vez de una nueva nobleza afín a sus intereses y uno de estos nuevos linajes será el del Marquesado de Moya1, que tendrá en las tierras del oriente conquense y del sudeste madrileño, la jurisdicción necesaria para el acrecentamiento de su hacienda. 1 El título del marquesado de Moya ha sido ostentado hasta el pasado año por Dña. Cayetana Fitz James Stuart, Duquesa de Alba (1926 -2014).

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Doña Beatriz de Bobadilla fue la camarera de la reina Isabel I. Era hija de Mosén Pedro Bobadilla, que tuvo la alcaidía de Madrid y de la Casa de El Pardo, con la guarda de sus montes. Su esposo, Andrés Cabrera, mayordomo del rey Enrique IV, fue el alcaide del alcázar de Segovia y jugará un papel determinante en la aspiración de la infanta Isabel a la Corona de Castilla. En agradecimiento al matrimonio, se les concederá el título de señorío de Moya y parte de los sexmos segovianos de Casarrubios y Valdemoro y el título de marqueses en 1480. No se les conocen tierras de posesión en su patrimonio, pero si la fortaleza de Moya y las dos levantadas por los marqueses en los sexmos, una en Chinchón y otra en Odón (actual Villaviciosa), casas principales en Madrid y edificios propiedad de los marqueses en Segovia (Molina, 1989; Franco, 1996). Una veintena de años después, el linaje está consolidado. Los marqueses establecen dos mayorazgos entre sus cuatro hijos y planifican un lugar para su descanso eterno. El primero de estos mayorazgos queda oscurecido al enlazarse la siguiente generación con los marqueses de Villena. El segundo mayorazgo se realiza sobre el señorío de los sexmos de Casarrubios y Valdemoro, que el Emperador Carlos convertirá en el condado de Chinchón (Molina, 1989). El lugar elegido para panteón del linaje será el lugar de Carboneras de Guadazaón, en el extremo oeste de las tierras de su jurisdicción y encrucijada de caminos que separan las tierras de allende los Montes Universales y el Levante Mediterráneo. Allí fundan los marqueses, en julio del año 1500, el convento de la Santa Cruz, junto a Don Juan Pérez de Cabrera, Arcediano de Toledo. La fundación es encomendada a la Orden de Predicadores, que permanecerán hasta la desamortización del año 1835. El convento tiene su época de esplendor durante el siglo XVIII cuando es sede de la Universidad de Filosofía Tomista y Teología (González y Moreno, 2010). Del rico patrimonio que debió contener la iglesia y convento, apenas restan ocho tablas, conservadas en el Museo Diocesano de Cuenca y realizadas por Juan de Borgoña (c. 1470-1535) que en su día formaron parte del retablo del altar mayor de la iglesia del Convento de Santa Cruz de Carboneras de Guadazaón. Al parecer las tablas se trasladan a la capital en 1927 y son parte de un programa iconográfico mariano. Posiblemente fueran encargadas por el Arcediano y se fechan entre 1500 y 1504, ya que Juan de Borgoña aparece asociado a la Catedral de Toledo y allí realiza los retablos de la Concepción y de la Epifanía. Entre 1509 y 1512 realiza la decoración de la Sala Capitular (González y Moreno, 2010). A la iglesia Panteón de los Marqueses de Moya, se le incoa expediente de declaración de monumento el día 14 de noviembre de 19802, declarándose como tal el día 8 de marzo de 19813. Parte del texto de la declaración reza: “Junto a la carretera que lleva de Cuenca a Teruel y extramuros de Carboneras de Guadazaón se halla el templo y panteón de Santa Cruz, del que fue convento de Padres Dominicos y Estudio General de Teología y Filosofía tomistas. Del conjunto de edificios que en principio existieron, hoy solamente queda en pie la iglesia panteón de los Marqueses de Moya, en trance de desaparecer si no se pone pronto los medios para evitarlo. La iglesia es un bello ejemplar del gótico 2 Resolución de 14 de noviembre de 1980 de la Dirección General de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas, por la que se ha acordado tener por incoado expediente de declaración de monumento histórico–artístico a favor de la iglesia panteón de los Marqueses de Moya en Carboneras de Guadazaón (Cuenca). Publicado en el BOE 13 de Enero de 1981, pág. 775. 3 Real Decreto 1128/1981, de 6 de marzo, por el que se declara monumento histórico-artístico de carácter nacional a la iglesia panteón de los Marqueses de Moya en Carboneras de Guadazaón (Cuenca). Publicado en el BOE nº 142 de 15 de junio de 1981. pág. 13647.

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isabelino, con hermosa portada casi sin desperfectos ni modificaciones. El interior, más deteriorado debido al mal estado de techumbre, conserva la bóveda de crucería primitiva con sus nervaduras sin retoques ni alteraciones. El resto de la nave fue reformado en el siglo XVIII por Martín de Aldehuela, cubriendo las paredes, artesonados y pilastras con yeso según su estilo y época, resultando un estucado de notable belleza. También se conservan las tumbas de los fundadores, los Marqueses de Moya, don Andrés de Cabrera y doña Beatriz de BobadilIa, personajes muy destacados en el reinado de los Reyes Católicos.” Ya en este siglo se incoará expediente de declaración del entorno del citado monumento4. Arquitectura monástica y fundaciones dominicas en el Reino de Cuenca El tiempo de paz y expansión que supone la monarquía de los reyes Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón tiene su reflejo en la obra cultural y arquitectónica promovida por Corona y nobleza, como patronos y mecenas (Morena, 1999). Una de las plasmaciones de esta actividad edilicia serán las capillas funerarias, donde se “petrifica” el linaje mediante el lenguaje heráldico. Por otra parte, el tránsito entre los siglos XV y XVI supondrá con pervivencia de un estilo artístico bajomedieval, como es el mudéjar, la irrupción de influencias en el gótico tardío provenientes de Centroeuropa, así como la preparación para el arte renacentista que tendrá su colofón en el Monasterio de El Escorial5. Al respecto, las grandes familias bajomedievales, como los Villena o los Mendoza, edifican sus moradas en vida (Escalona, Guadalajara) y muerte (capilla de la Catedral de Toledo, convento de San Francisco de Guadalajara). Los propios Reyes Católicos, de itinerante corte, preparan en el toledano San Juan de los Reyes su reposo eterno. Pero Granada, se interpondrá en su camino y en la Capilla Real descansa parte de la familia que tan determinante fue para la España Moderna6. El modelo de la arquitectura conventual de la Edad Moderna, que tanto se prodigará durante los siglos XVI y XVII, tendrá su origen en varias fundaciones de la primera etapa del reinado de los Reyes Católicos. Especialmente significativo serán dos conventos que se fundarán extramuros de la ciudad de Ávila, cada uno destinado a las dos órdenes de más predicamento en esa época, franciscanos y dominicos. En este sentido, el monasterio 4 Resolución de 17 de marzo de 2004 de la Dirección General de Patrimonio y Museos de la Consejería de Cultura, por la que se determina incoar expediente para la delimitación del entorno de la “Iglesia Panteón de los Marqueses de Moya” localizada en Carboneras de Guadazaón (Cuenca) declarada bien de interés cultural, con la categoría de monumento. BOE nº 103 de 28 de abril de 2004 pág. 16786. 5 “Por otra parte, se trata de un periodo en el que se construyó mucho y bien y en el que la arquitectura, que no había dejado nunca de ser un signo externo de poder, cobró un renovado interés ante sus mecenas, esto es el rey y la corte, la iglesia y la nobleza, sin menospreciar al creciente poder municipal, que vio alzar los primeros edificios de ayuntamientos o casas consistoriales, incitados por los Reyes Católicos, que en 1480 dictaron varias disposiciones, recogidas en la Novísima Recopilación...” (…) “La Iglesia secular y regular siguió marcando la pauta del curso general de la arquitectura a través de las grandes empresas catedralicias y de las nuevas fundaciones conventuales, franciscanos y dominicos principalmente, que ahora tienen mayor peso en la sociedad y ante los reyes que las viejas órdenes monásticas.” (Chueca y Navascués, 2002: 250). 6 No obstante, el modelo de la elección de recintos monásticos para acoger la última morada de personajes de la realeza, nobleza o clero, tiene unos orígenes que se remontan a los primeros siglos del cristianismo. Por no abundar en ejemplos demasiado lejanos, citamos la presencia de los panteones reales en monasterios como las Huelgas de Burgos y Poblet (de las dinastías castellana y aragonesa, respectivamente), así como el panteón real de San Isidoro de León, lugar de reposo eterno de los monarcas leoneses. En tiempos más recientes, hemos de mencionar la edificación de la capilla real de Pedro I, monarca de la dinastía Trastámara, promovida por su nieta Constanza, priora del Monasterio de Santo Domingo de Madrid (Rabadé, 2003).

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de Santo Tomás (Campderá, 1995; 2003); se hallará muy vinculado a la familia real y será edificado en su parte principal, entre los años 1482 y 1493, bajo el patrocinio de D. Hernando Núñez de Arnalte, tesorero y secretario de los monarcas Católicos. La planta de la iglesia será de “nave única y un crucero de brazos cortos que no sobrepasan el perímetro exterior de las capillas que, entre contrafuertes, se abren a la iglesia.” (Chueca y Navascués, 2002:252). Las trazas las realiza el maestro Martín de Solorzano, que coloca el usual coro alto en los pies de la iglesia para permitir así la asistencia de la comunidad monástica a las ceremonias litúrgicas, separados de esta manera del resto de los feligreses. La novedad en esta iglesia será la edificación de un altar también en alto, por lo que se igualan los planos del coro y altar, siendo más fácil así seguir las ceremonias por parte de la comunidad. El conjunto adquiere mayor importancia al adoptar los monarcas el patronazgo de la capilla mayor al situar bajo el crucero el sepulcro del infante Don Juan, fallecido en 1497, tras su boda con Margarita de Austria. (Chueca y Navascués, 2002). Este tipo de templo conventual se repetirá hasta la saciedad, uno de cuyos ejemplos será el de este monasterio de Santa Cruz de Carboneras que nos ocupa en estas líneas, aunque también se apunta por algunos autores los precedentes del modelo a lo largo del propio siglo XV7. En las villas y pueblos del antiguo reino de Cuenca no fue desconocido el fenómeno de las fundaciones conventuales de diversas órdenes. Lo usual fue la presencia de un convento por núcleo (Campillo de Altobuey, Casas de Benítez, Castillo de Garcimuñoz, Garaballa, San Lorenzo de la Parrilla, Sisante, Tarancón, Villamayor de Santiago), aunque algunas villas duplican las fundaciones (Belmonte, Villanueva de la Jara y Villaescusa de Haro), e incluso de la mismas órdenes, como Priego y Moya, con monasterios concepcionistas y franciscanos. Otros núcleos procuran el asentamiento de cuatro cenobios (San Clemente y Huete). No obstante la capital acogerá hasta ocho conventos en su suelo. (Palomero y Plaza, 2011). Cada orden monástica adaptará el modelo arquitectónico de la fundación conventual a las necesidades y exigencias de su propia regla, cual es el caso de franciscanos (Martínez Peñarroya, 1998; 1999; 2008), carmelitas (Muñoz, 1990; Verdú, 1996; Narváez, 2003), o jerónimos (Ladero, 1986; Sánchez Herrero, 1994; Mayoral, 1998). La Orden de Predicadores no será una excepción y desde sus fundaciones primigenias en solar hispano, entre las que destaca el Monasterio de Santo Domingo de Madrid (Rabadé, 2003, Cirujano, 2006), casi coetáneo a la fundación príncipe del Madrid medieval, la benedictina de San Martín (Martínez Peñarroya, 2012), trazará unos cenobios de grandes dimensiones y gran calidad edilicia, que fueron lugar elegido como última morada por relevantes personalidades de la Edad Media (Vera, 1991; Cendón, 1994). En esta línea, buen ejemplo de los que decimos son las fundaciones, coetáneas a la que nos ocupa, en las tierras del Bajo Guadalquivir. No debemos olvidar que la iniciativa en la evangelización del Nuevo Mundo fue llevada a cabo por las órdenes de los dominicos y los franciscanos y que para el tránsito a esas tierras era obligado partir desde los puertos 7 “Es singular la gran importancia de este templo de El Parral, porque inaugura, siendo la más antigua, la serie de las iglesias monásticas, de jerónimos y de mendicantes sobre todo, del tipo que se ha llamado “Reyes Católicos”, si bien en este caso el tipo precede a los monarcas que lo bautizaron. Se trata de un templo de una nave, con capillas entre los contrafuertes, crucero alineado con los muros parietales y cabecera poligonal. El coro se coloca a los pies, en alto, sobre una bóveda que abajo sirve de vestíbulo. Para su mejor visibilidad, desde el coro, el altar se eleva sobre unas gradas, hoy, desdichadamente, rebajadas.” (Chueca y Navascués, 2002:264).

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andaluces y en especial de Sanlúcar de Barrameda, capital del “más poderoso estado señorial de Castilla, el de los duques de Medina Sidonia”, la familia Pérez de Guzmán (Salas, 2011). Serán los duques los patronos de una serie de fundaciones conventuales que se relacionaban directamente con las estancias previas de los religiosos en su viaje a las Indias y que se hallaban “desde las fundaciones en los puertos onubenses a los grandes conventos de las inmediaciones del Guadalquivir, desde el convento jerónimo de San Isidoro del Campo –que se alza como una fortaleza en las estribaciones del Aljarafe, dominando el valle del Guadalquivir– a las grandes fundaciones de su corte señorial de Sanlúcar” (Salas, 2011). Hoy día ya no quedan cenobios dominicos en la actual región de Castilla la Mancha, siendo cuatro masculinos los que se fundaron en las tierras de la actual provincia de Cuenca. Estas cuatro fundaciones, una de las cuales nos ocupa en estas líneas, se hallaban situadas estratégicamente en el territorio del antiguo reino de Cuenca9. El nefasto siglo XIX que asoló especialmente a España fue el causante de la desamortización y extinción de las comunidades de los cuatro conventos. Unos sufrieron más que otros en su fábrica y mientras el de San Pablo de Cuenca, cambiaba de uso y quedaba definitivamente desvinculado de la iglesia a inicios de la década de los años setenta pasados, otros, como el de Villaescusa de Haro veía desaparecer sus piedras convertido en cantera del castillo del vecino Belmonte. El convento de Santo Domingo de Huete, mal que bien, se conserva en manos privadas, pero necesitado a todas luces de una adecuada puesta en valor (García Martínez, 1998). Con todo, el uso hotelero al que se destinó el de la capital ha mantenido su fábrica en sus elementos esenciales, mientras que la iglesia del monasterio de Santa Cruz de Carboneras se mantiene en casi su total integridad, habiéndose perdido la casi totalidad del recinto conventual a lo largo del presente siglo. Del convento dominico de Villaescusa de Haro apenas resta los paramentos de la iglesia que se halla en proceso de dotarla de una nueva cubierta. Tenemos noticias de la existencia en la provincia de al menos tres conventos de la rama femenina de la orden de predicadores. No fueron especialmente prolíficas estas fundaciones, al contrario de otras órdenes, especialmente los franciscanos, debido a las reticencias que desde tiempos medievales tuvo la rama masculina en atender las necesidades espirituales de los cenobios femeninos. Dicha asistencia se denominaba “Cura Monialium” y al respecto se han publicado algunos estudios que así lo exponen (Ríos de la Llave, 2008). No obstante, hemos de señalar al menos la existencia de las dominicas

8 “...el componente simbólico de la actividad fundadora de las grandes Casas señoriales. La vinculación del patrono con el elemento sagrado, la legitimación a través del desvío de recursos económicos a favor del clero y la propia imagen de opulencia y poder que plasmaban los mensajes heráldicos que por doquier adornaban los grandes edificios religiosos, son los componentes básicos entorno a los que se han interpretado la mayor parte de tales fundaciones”. Fruto de ello fue la fundación de un magnífico convento dominico en la villa sanluqueña bajo el patrocinio del VI Duque de Medina Sidonia, edificado entre los años 1530 y 1568 y destinado también a mausoleo familiar...” (Salas, 2011:195). 9 Tres de los monasterios dominicos del reino de Cuenca se hallan en los vértices de un triángulo isósceles, con el vértice apuntando al este, Carboneras, quedando la capital hacia la mitad de camino desde este lugar a Huete. El tercer ángulo sería el monasterio de Villaescusa de Haro, en la Mancha. La distancia entre Huete y Carboneras y entre este lugar y Villaescusa es de unos 80 km. por las sendas más rectas, mientras que entre este último monasterio y Huete, el camino se acorta hasta unos 60 km.

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de Belmonte10 y las de Uclés11. Los datos de los que disponemos hasta el momento de los tres conventos masculinos no son muy extensos. En la villa de Huete, la afilada pluma de Antonio Ponz nos describe el panorama anterior a los mencionados desastres del siglo XIX. Así menciona que la villa tenía cuatro conventos de religiosos y dos de religiosas, así como una casa u hospicio de Monjes de San Benito, siendo uno de los conjuntos más notables el convento de Santo Domingo12. Fue fundado a fines del siglo XIV siendo sede de la rama femenina, gracias al patronazgo de la reina de Castilla Catalina de Lancaster, Señora de Huete. En el año de 1425 las monjas fueron sustituidas por frailes. La actual iglesia fue proyectada en el año 1620 por el conocido arquitecto carmelita fray Alberto de la Madre de Dios. Al año siguiente se iniciaron las obras bajo dirección de Antonio de Mazas, al que continuó en la labor Pedro del Valle, hasta que finalizaron en 1642. En palabras del autor que ha estudiado el conjunto “La iglesia responde a un estilo de arquitectura que evoluciona del Clasicismo al Barroco. La severidad de su interior y de la fachada de la Plazuela contrasta con la fachada principal, en la que destacan elementos más avanzados como la portada y las dos espadañas. También es novedosa la creación de una anteplaza para facilitar la contemplación de la fachada desde las diferentes calles de acceso, con ánimo de conmover al visitante”. (García Martínez, 2014: 19). El convento de San Pablo no atesora mucha más literatura y también es el propio Ponz quien nos introduce al número de fundaciones que convivían en la Cuenca de finales del XVIII13, así como a la crítica de las últimas adiciones a su fábrica14. Su emplazamiento destaca en un alto risco sobre la hoz del río Huécar y enfrentado a las famosas Casas Colgadas. Fue fundado por el canónigo Juan del Pozo en el año 1523 y para salvar la mencionada hoz se construyó un puente de cinco ojos. El encargo se hizo en primera instancia al maestro Francisco de Luna, que falleció en 1551, paralizándose la obra durante una década. La finalización contó con el afamado Andrés de Vandelvira (Rokiski, 2005), artífice de numerosas obras en las villas de Úbeda y Baeza, además de 10 El pintor Bernardo de Oviedo, acuerda pintar en el año 1565 un retablo de talla y pintura, que el entallador Pedro de Sazeda había realizado para el convento de las dominicas de Belmonte. En notas se cita “El convento, puesto bajo la advocación de Santa Catalina de Siena, fue fundado por el infante don Juan Manuel en la villa de La Alberca y trasladado a Belmonte por don Juan Pacheco, duque de Escalona. El convento, el 27 de julio de 1936, fue asaltado, saqueado y destruido. (Rokiski, 1989:46). Como se menciona en la cita, este convento tuvo su fundación original en la villa de la Alberca (Ayllón, 2009). 11 Además del convento de Santiago, tiene la villa de Uclés otros dos, es á saber, uno de Carmelitas Descalzos, y otro de Monjas Dominicas. Hay también tres parroquias, lo que prueba que antes era villa más poblada”. (Ponz, 1789: 164). 12 “Mejor que todo lo dicho es la fábrica del convento de Santo Domingo, sino que en partes amenaza ruina, y según dicen, no hay dinero para componerlo. Así la iglesia, coma (sic) la portería, tienen bellas fachadas con columnas de orden dórico, quatro en cada una. El claustro tienen sus arcos, y columnas algo enanas, que acaso se haría por la poca fortaleza de la piedra, que es arenisca. La iglesia es bastante buena, y su altar mayor muy antiguo, que me dixeron haberse trasladado aquí desde Cuenca; está lleno de obra muy razonable” (Ponz, 1789: 167). 13 “Bien se podrian decir excelentes cosas de otros Prelados de esta iglesia [Catedral de Cuenca], pero no es negocio de cansar á V. mas tiempo, y así empezaré á referirle lo mas particular que en la ciudad he visto, especialmente dentro de sus iglesias. El número de estas es de doce parroquias, y á mas de ellas de los conventos de religiosos del Carmen Descalzo, S. Francisco Observante, la Merced, S. Agustin, Dominicos, Descalzos de S. Francisco, y S. Felipe Neri. Las religiosas, es á saber, de la Concepción Angélica, de la Concepción Francisca, de Benedictinas, de Bernardas, de S. Lorenzo Justinian, Descalzas de Santa Teresa. La que fué de Jesuitas está hoy agregada á la casa de Misericordia, en donde se crían los niños expósitos. Hay también una iglesia, y hospital de Santiago, y otro de S. Antón”. (Ponz, 1789:96).

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otras realizadas en su natal Alcaraz, Villanueva de los Infantes y San Clemente (Herrera, 2005; Rokiski, 2005). El conjunto tiene en la actualidad incoación para su declaración de BIC15. Finalizamos esta somera visión sobre las fundaciones dominicas masculinas del Reino de Cuenca, con el convento de Santo Domingo de Villasescusa de Haro. Como hemos citado en líneas superiores, los restos de su iglesia se hallan en proceso de rehabilitación para transformarlos en un centro “polifuncional”, como se acostumbra a denominar ahora. No tenemos más noticias de su historia, por el momento, que las vertidas en su incoación como BIC16, aunque si las de la realización de excavaciones arqueológicas en el solar de las dependencias conventuales, observándose en la actualidad en el lugar, parte de los cimientos de las mismas, así como los restos de unos lienzos que bien pudieran haber sido parte de su perímetro17. Arqueología del Monasterio de la Santa Cruz de Carboneras de Guadazaón Varios son los momentos edilicios que podemos apreciar en lo que resta de la fábrica de la iglesia Panteón de los Marqueses de Moya. Por una parte el edificio de la iglesia conventual edificado a inicios del siglo XVI y que con pérdidas en su cubierta ha llegado hasta nosotros en aceptable estado de conservación. A esa fábrica primigenia se le añade en el siglo XVIII un revestimiento completo en yeso18 de los paramentos verticales y parcial en la cubierta interior, concretamente en sus tres tramos de la nave, incluido el sotocoro. De esta forma, queda en su bóveda primitiva la capilla mayor y el crucero. Por tanto dos son las etapas edilicias presentes en el monumento, una que significa la 14 “Pasado el puente se llega inmediatamente á la iglesia del convento de S. Pablo. Si V. viera la fachada que últimamente le han hecho, creo que echaría á correr muy lexos de ella. No sé como el Canónigo Pozo no escapa del su sepulcro por no estar en parage adonde se entra por tan monstruosa puerta. (...)” Tampoco elogia en nada el altar mayor y poco habla de la estatua del sepulcro del Canónigo Juan del Pozo. (Ponz, 1789: 117). 15 Resolución de 6 de abril de 2005, de la Dirección General de Patrimonio y Museos, de la Consejería de Cultura, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural, con categoría de monumento, el “Convento de San Pablo”, en Cuenca. Publicado en: BOE núm. 132, de 3 de junio de 2005, páginas 18918 a 18919. 16 Resolución de 11 de septiembre de 1997, de la Dirección General de Cultura de la Consejería de Educación y Cultura, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural, con la categoría de monumento, el inmueble correspondiente al Convento de los Dominicos, localizado en Villaescusa de Haro (Cuenca). Publicado en BOE núm. 255, Viernes 24 de Octubre de 1997. pág. 30861. 17 “Fue fundado por don Sebastián Ramírez de Arellano en 1542, y en 1547 estaba concluido en su mayor parte. Actualmente quedan algunos restos conservados de lo que fue la iglesia del convento, al parecer de una nave, con capillas laterales y cabecero poligonal, posiblemente cubierto por la crucería que surgiría del potente apilastraıniento fasciculado adosado interiormente a la fábrica. Del exterior se conserva la portada del piecero, de dos cuerpos (estilisticamente adscrita al primer renacimiento). El primero de estos dos cuerpos presenta un arco triunfal con apilastramiento pareado; todo ello coronado por entablamento corintio en cuyas hornacinas de concha hay imágenes pétreas; este cuerpo presenta, asimismo, decoración de medallones en las enjutas y escudos orlados con guirnalda. El segundo cuerpo mantiene una hornacina central, de concha, entre dos escudos; a los lados, otras hornacinas de concha entre pilastras estriadas, que cobijan imágenes. Termina en una cornisa y, encima de ella, tiene una ventana de arco en derrame entre restos de alfiz. La fábrica exterior es de mampostería, reforzada por sillarejo en las esquinas. En el interior de la iglesia se aprecia la cuidada estereotomia de los elementos construidos conservados (pilastras, arcadas, etc.)”. Santiago Palomero 18 “Después de El Escorial las yeserías abandonan la decoración mural y los trabajos en yeso se utilizan en los cuerpos moldurados, como capiteles y cornisas y en la decoración de los techos, con interpretaciones clásicas de molduras, cenefas, nervaduras, arcos, descomposición de bóvedas, casetones, etc... menos o más decorados, siempre con motivos grecorromanos, en función del estilo arquitectónico al que se adaptan.” (Villanueva, 2012).

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fábrica primera del edificio (inicios del siglo XVI) y otra que redecora casi la totalidad del templo, en el siglo XVIII. El estado de conservación de la bóveda de la capilla mayor y el crucero es bueno, manteniéndose la casi totalidad de sus elementos. No cabe decir lo mismo de la primitiva cubierta de la nave de la iglesia y del coro. Aquí tuvo lugar el proyecto de restauración que se realizó a finales de los pasados años setenta19. El proyecto que se realiza en la actualidad contribuirá, sin duda, a la estabilización de la cubierta por un largo tiempo. Las yeserías que cubren los paramentos de la totalidad del templo y de la bóveda de la nave también se hallan en buen estado, aunque se ha producido pérdidas por derrumbamiento en algún sector, como la bóveda sobre el coro, en el que el motivo central se ha perdido por completo. No obstante, en su día se retiraron todos los escombros, por lo que no hemos podido tomar datos mensiocronológicos para la restitución de aquella. Las yeserías se hallan pintadas de diversos colores, sobre todo en el crucero y además se realizaron algunas representaciones figurativas de pasajes del Nuevo Testamento en los paramentos de la parte baja de la nave. Según testimonios orales fueron realizadas hace unas décadas por el cura párroco de Carboneras. Una de ellas, tras su documentación fotográfica, fue retirada al descubrir la puerta de comunicación del antiguo claustro con la iglesia, para permitir el paso de la maquinaria necesaria para la rehabilitación de las bóvedas. La iglesia ha sufrido notable deterioro a lo largo de su medio siglo de existencia. Conserva aún el suelo original, formado por losas de piedra de pequeño tamaño, así como los sepulcros de los fundadores en el crucero, junto a la capilla mayor. Una de las dos losas se halla rajada aproximadamente en su mitad, mientras que la otra se encuentra, al parecer, completa. En esta fase no se prevee la realización de ninguna actuación sobre los pavimentos de la iglesia, aunque esperamos realizar la lectura de ambos sepulcros, que creemos inéditos. Recientemente y con motivo de las celebraciones en torno al quinto centenario de la iglesia panteón, se colgó una gran lona que cubre todo el altar y el lugar donde estuvo el retablo. Desde luego este tipo de iniciativas no añade nada positivo a un conjunto que se explica mucho mejor en la presencia de sus relieves y detalles. Además esta lona ha contribuido al anidamiento de palomas en el interior de la iglesia, que deterioran con sus excrementos las yeserías y pavimentos de la iglesia. Los restos del edificio conventual se hallan en la actualidad en una parcela de propiedad privada (Polígono 527, parcela 5030) y básicamente consisten en los paramentos exteriores a este, sur y oeste de la iglesia, habiéndose perdido todo rastro del claustro y del muro de cierre al norte, junto a la entrada de la iglesia, que debió de presentar un espacio en este lugar a modo de “compás”. Parte del muro oeste de la crujía este del edificio conventual se conserva, además de los restos de una espadaña con acceso mediante escalera de caracol, adosada al muro sudeste del crucero de la iglesia. La única crujía que se halla en buenas condiciones de conservación, aunque dedicada a usos agropecuarios es la sur, aunque en su paramento exterior denota reformas posiblemente en los siglos XVII o XVIII. Es la misma sensación que se tiene al observar el paramento exterior de la crujía oeste. Dicha crujía se halla reintegrada con un cuerpo de fábrica 19 León Meler, Francisco (1983): “Carboneras de Guadazaón – Cuenca – Castilla – La Mancha. Proyecto de restauración de la iglesia de la Santa Cruz en Carboneras de Guadazaón. C-531”. Expediente conservado en el Archivo Central del IPCE (Instituto del Patrimonio Cultural Español). Sección de Monumentos y Arqueología. Ministerio de Cultura. Ciudad Universitaria. Madrid. Leg. 386 / nº 4., consultado el día 11/06/2013.

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contemporánea y cubierta de tejado de fibrocemento (tipo uralita) y también destinada a usos agropecuarios. No se aprecian a simple vista los muros que puedan quedar de la primitiva huerta del convento, que debió de ser extensa a tenor de la vega en uno de cuyos márgenes se alza el edificio que nos ocupa en estas líneas. Solamente hemos constatado la presencia de un inicio de muro de mampostería de piedra que se adosa al exterior de la capilla mayor de la iglesia y que discurre paralelo apenas unos metros a la carretera N - 420 que limita el conjunto por el norte. Es muy posible que este lugar fuera el emplazamiento primitivo de una vía de tránsito que circunvalara el núcleo urbano situado en alto, ya que siempre ha sido más cómodo circular por las áreas más llanas –en este caso la vega y junto a un promontorio situado al norte de la vía– que no ascender hasta el núcleo urbano, para después descender. Al respecto, en el repertorio de caminos de Villuga (1546) el camino de Cuenca a Teruel no aparece descrito, aunque si dibujado como existente, aunque si se enumeran las etapas del camino de Albarracín a Teruel (nº 47) y la vía de Teruel a Valencia (nº 48). Antonio Ponz se dirige desde Cuenca a Levante por otro camino20 y por ello no cita el convento de la Santa Cruz de Carboneras. Nuestra actuación arqueológica ha supuesto la apertura de una puerta lateral tapiada para facilitar el acceso de la maquinaria necesaria para la reintegración de la cubierta del coro y de la restauración de la bóveda de la nave. También hemos realizado el control arqueológico imprescindible sobre los trabajos de restauración, para documentar los elementos originales y la correcta adición de nuevos elementos decorativos perdidos en el largo proceso de deterioro del conjunto edilicio. Actuaciones como esta son necesarias para establecer las fábricas originales de estructuras arquitectónicas de este tipo, así como para establecer las hipótesis cronológicas de cada una de ellas, ante la usual falta de documentación archivística que nos narre el pasado de estos monumentos de inicio de la Edad Moderna.

20 “Entre Melgosa, y Cuenca se pasa el río Moscas, y entre Cañada, y Pajaron el riachuelo Guazaon, junto á las casas de Monte mayor. Desde Pajaraoncillo á Boniches se camina por entre altos cerros, y pinares algunos trechos á orilla del río Cabriel, que una legua antes de llegar á Boniches se pasa por puente, junto al qual se le une el rio Cañete, y van á Jucar. A dos, ó tres leguas de Talayuelas hay un Santuario de nuestra Señora, que llaman de Texeda, en convento de Religiosos Trinitarios Calzados. Tres leguas antes de llegar á Tueja se pasa por puente de poca importancia el Rio blanco, Turia, ó Guadalaviar, que es el que va por Valencia, y por él se lleva toda la madera (pag. 207) necesaria que se corta en estos pinares, particularmente en los del Marquesado de Moya. Al otro lado del rio empieza el Reyno de Valencia”. (Ponz, 1789:206).

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