La habilitabilidad de la arquitectura - el caso de la vivienda

August 22, 2017 | Autor: Christopher Duarte | Categoría: Arquitectura
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Descripción

La habitabilidad de Ia arquitectura. El caso de la uivienda The hab¡tab¡lity of architecture. The case of housing Fec lr do:23

delnar0

de

2010 ADr0bad0 1l

de may0 de 2010.

Ja

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de As aín

U,rrlor aritrl¡rLr tcr ¿ un wn r¡d rl? lrl¡ilr d l¿tdráli0 d? L:t:lra ! iD rpis i ó.A itL r¿ iad::arr ¿d¡srirrrnraerM¿ird Ser n¡rdrl]¡r 0;rarr E. Eipa¡r lL,ndad0 Ll: ¿ C¿ledr¿ de ArqL l¿tIra \' !a ¿r ¿ Ey.irl] a SutLr 0 .h AfqLr 1r.

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prof,ndd, r1¿ dpf r;.ion md: orF'rLidl de ld arquitectura que la hab¡tabilidad. Es (como la tacionalidad que distin-

p,tbitali ex

hombfe dentro del reino anlmal), lo que determlna a la arqoitec tura y lo que la distingue de todas las otras bellas artes en e mundo

Uritet5itJ¿l de Serlla 24i1. pa

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de la cLrltu ra. ,4/gullec¿ul¿ es el espacio habitable. lvluchos han hablado de el o y es interesante apreciar la preocupac ón que, desde los primeros tratados de arquitectura, despieña el tema. La referencia a vitrubio resulta espec almente peÉinenterr

I / !,r &4lfrLlr¡i

Cualqlr¡er cosa que se construya ha de sef atendienda ala só .lez lil m¡las adeclac ó¡ a la lunc ón que desernpeña ufllllas y a a bel eza,

a a adeclac ón de edilic o cua.do la disir blción es mpecable y faci ita en todo el uso para el lin a qL,e se dedlca t. .l (l bro

l. .l Se atieide

será adecuación nalura tenef uz ¡acienie en os dofr¡itofios y en las

l!z ponlenle en las ve¡1anas de os baños y en las hab lnvierno y luz de norie en las sa erias de p niura [. .] (libfo

b b iotecas, la

laciones de

{.I

ha dese eccio.arse

!n luga¡ o más sa udabe

tro. Porque cuando se dan especiácu

os

pos b e para

e

tea-

os espectadores, co¡ sus

esposas e hitos, se sie¡tan todos juntos encaniados, y

s!s cuefpos

in-

móviles en su d vers ón, tienen os poros ab erios dentro de los cua es peneifan los v entos. S estos vientos vienen de pantanos o c énagas o de

olfos uqares i¡sa ubres, introduc fán

exha acioies nocivas para la

salud. Por cons gúienle, se ifatará de evitar estos males se ecc onando cu dadosamente

I..I

e leré.o de teairo [..]

(libro v, cap. I l)

.leber¡os cons derar con el mayor cuidado a acústica del ieaifo

para conrproba¡que se ha seLecc onado un sit odonde lavozlensa una

caida agfadáb e y no sea devueta con se¡t do ndist nto alo¡do (jibfo

Deben consfu rse

cóllm.aias deirás de a esce¡a a fin de lue si

la

lluvia niempesiiva inleffunrpe a fepresentacón, la 9ente te¡sa donde g!arecefse ytamb én para q!e haya espac o pafa la pfeparación de todo e eq!ipo delescenar

o

(librov cap.lx).

ianto [. ], deben las c L,dades ser dotadas de paseos espac osos adórradós a a re lbrey bajo cie o ab erlo. Por

y

Eiespacio centra enlre las columnatas y abie*o al cle o ha de embel eceÉe coi jard nes, pofque pasea¡ al aire I bre es ñ!y salldab e, esp-"cia denle para los ojos, yaquee a re reiinadoy puriicadoquev¡enede pl.rntasverdes e.conirandoenradaen el c!erpo abiedo pore ejerc c o

lisico ia !fla image. clarade las cosas, dela a vlsta clara pr.. jr (l b¡o v cap. x)

'

ya

mage.

Ahor¡, Dúes si es un hecho que los paises diiiefen t.os de otros y sor diversos e. clima, de lorma que hasta los honbres ¡ac dos en eL os se

F00¡a páq na

oprera C¿b¡ña.i Aio.n co

d lere¡cian naiuralmenie en su co¡lormación fis cay menial, no pode-

mosvac¡ar en hacer ¡uestras casas adecradas a las peculiaridades de las naciones y razas, porque la m sma ¡aturaleza nos o ndica (libfo vr cap. ).

B.rlt

I

ieri¡

rrqrÉ.1!?

r r en ¡

Hemos encontrado, lncluso, algunas reiefencias anterrores que se citan Buit y J. Perlin publicado en Era Soiari,

en trn artículo de K.

e¡ n!nrerosas ciadades sr esas clásicas mueslran que la arq! tecilra solar lloreció en loda la reqión. Las v Las excavac¡ones modefnas

viendas se orentaban al Su¡ y se p anilicaron ciudades e¡teras para permit I a tódos sus habitanies igua d f¡ute del sol de nvierno. Una casaor e¡tad

a

solarmente reducia la dependencia de sus ocúpantes de

los braseros de carbó¡ conseruando combustlble y ahorando di¡efo. Como c ta Jenófonle, Sócfates explicaba el sistema en estos térm nos:

'En las casas ofie¡iadas a suf, el sol peneira en el pórl co en nviefio, mlent|as que e¡ vemno el afco solar descrio se e eva sobre nueslfas cabezas y por enc ma del teja.lo, de manera que hay sombra. Estos s¡mples prin.ip os de dise¡o s rviero¡ de base

a

a arquitectura so ar

de la ani¡gua Grecia. Conroquiera que los sriegos veneraban al sol, e desarc o de a arq! ieci!ra so are¡coriró pocos nr ped im entos c u ltu rales. Teolasro cono

cido nat!rista de la época, comeniaba la creencia de cada ci!dadano sesúne cual E so proporc¡onaelcalofnecesarioa nrantenim entode la vda de ós aninralesy asp anias. Pfobab emenie lambién sumin s

tfasrcalora asllarnasterfe¡ales.S n ugaradudas,muchasentecree estarcapturando los rayos de so cuando a umbra su fueqo'.

e

diseño arquilectónico, cuando la habitab ldad se ha estudiado se lena de s gnificado y capacldad expres va mientras rnantiene dichas garantias. S en el juego se pierde la relación con la habitabilldad, lo formal se conv erte en accesorio, superficial, frívolo e insustancial. En

y garantizado, comienza el juego de lo formal y

I

!P r.f

t'Ut

I

Rellexionando sobre el texto de Heldegger, en su llhta El afte y el es. paclo, 'a verdade¡a necesidad de habitaf coÍrsiste en el hecho de que los r¡oda es, buscando siempre de nuevo la -.sencia del habitar, deben aún aprender a habitar', 3 e interpreiándolo desde una perspectiva del presente, podemos inferif que todavía seguimos aprendiendo a habitaf el mundo, o lo que es lo m smo! qlre debemos segu r nco¡porando a nuestro habltar elementos y valores de medio que puedan proporcionarnos una r¡ayof riqueza cualitatlva de sensaciones y fruiciones, Nluchas de ellas no serán ¡uevas, sino olv dadas o rnarginadas por el

mperiodelatecnologíaydelcorisur¡o.La uzye calordelsol,lafrescue aroma y la tersura de una flor, la leja¡ía paisaje, de u¡ la coniemplación atenta de la escena urbana, a fluidez de nlresha comunicacón con el otro, a co p'efsión de un leno!¡je cu tura ajeno y tantas otras v¡venc as que constituyef el hab tar, fonna¡ pade de ese aprend zaje que una vez másj hemos de realizar. ra de la brisa en nuestra piel,

!,

: , * F.ru,ar CasaFanswortr dise'i¡da p.r Lrdy! l¡ es!di d¿rR!fre P¿no rrinoÉ EradosUndos.

Para e lo, probab emente, debemos retornar de la confus ón prodLrcida

t. rolog r o. qJ" I os e rgdnó Lon,, -pd e . t€s logros y creó un med o ambiente adific al, co¡taminado, distofsiopo.al r¿. o.anuolo dé lo

nado, incor¡prensib e y aleno.

pade esos valores, esos nuevos despertares de vive¡cias, hemos de buscar os en ei medio en que la arqu tectura se inserta, en ¿/ lugar de la arquitectura, para que sean natura es y radica es, es decif Por otra

fefer dos a sus ra ces.

Nuestros rnaestros lnmediatos. aque los arquitectos que s€ enfrentaron a pr ncipios de siglo con a nLreva arqu tectLra sin pfeluiclos formales y en e vacio de Lrna nueva época hisiór ca, c|] iufal, eco¡ómica y social nos seña afon las claves para tratar de apre¡der a habitar

Tengo muy presente la preclsa exp icació¡ qrLe Richard Nelrtra nos h zo del uso de aquel pequeño rad ador que ca entaba nuestra espalda

a sitrarnos frente a

iavabo y, a a vez, ref ejaba su calof en ei espejo calenia¡do nuestro rostro, cuando nos nstalaba en ei apartamento de ifvitados de su casa Asíconro a descf pción que hace lse Gfopius del lugar de la constrLrcc ón de su casa en L ¡co n:a Enlre los solares pa¡a a constrlcció¡ q!e la Sn. Stotrow nos orre¿ ó eleqinros una pequeia co lra rodeada pof un gran ponrar co¡ u¡a bonita v sla del monle Wachrssel Se plede rtamb,é¡ andandodesde

¡l i ¿ lago Thore¡u

lofl¡!lac

W¿

de.. i¡nrósó !n tó.]ó e

ri!.dó por

os

eso to! ¿e Hénfy

q! er la¡ proÍundanro¡tc i¡ri !ró sobre Vlahatma Gardh ón de mov mlenlo de reslstencia no v o e¡to.

cn su

La Sra.

Stofrow nos dio buenos y pfáciicos cóñsejos sobre cómo so

brellevar las tome¡tas de nieve en nv erno y cómo capt!€r las b¡isas Ircscas e¡ verano, perot,l poroüa parte, nunca

nterv¡oeneldiseñode

acasa, a pesaf de que e laefa nlestfaveci¡a r¡ásdlreclae¡ su enorme mansiónen loaltode acoli¡a arbolada so brc San dy Pond. Cada tade deambulábamos para ver a puesia de sol desde nuestra nueva pfop edad y pensábamós a or entac ón de as venianas para sa

care

mayor padido posib e de las vistas y de

Por estas razo¡es

m

la

uz.

marido quería construir una casa compacia! capaz

de soportar los figofes de un clima que lendía a

lriumpif en exiremos de

frioocalo¡,con condic ones árticas pade de año mie¡trasque en elfesto produciavegeiac ón irop ca,

Am¡ mardo algunas veces e preguniaban pof q!é enco.tfó ¡ecesar o poner una chir¡enea e¡ e saló.. Expl caba que a él sier¡prc e glsiaba proveer una casa con lo bás co pam

cias. Durante os huracanes

en

podersob€vivir ncluso e¡ emergen.

os dias de escasez de petróleo



a Se.

gu¡da Guefta Vlund al la ch r¡enea demostfó ser en ocas ones ¡uestro único med o de mantenefnos ca ie¡les y de coc na[ ya que cortaban la ectr c dad a menudo durante dias. Pero fuera de este valor práci co e¡ momentos de emergencia él aprcciaba el efecto psicolós co del lueso

e

ab erto, que habiamos aprendido

asabofed duÉnle nuesiraesta¡c aen

Londfes. Crea una atnróslera relajaday parece sai¡sfacer e deseodese¡

I rse sequrc y a salvo dura¡te una gra¡ nevada. Encontrábanros tar¡bién

eldulce olorde la madeñ qler¡ada como el nrejof perfurne delmundo. Es mucho más dilíc I oreriar una casa para evitaf os efectos de calor de verano y de la humedad s n un alre acond cionado que proporc o¡e suficiente calof para los meses de inv erno. E¡ rv erno as ve¡ia¡as de comedor y del salón hac ia e suryeioestepermtíanq!ee solpenetra. se a ambas habitaciones én abundancia de tal modo que eñ ios dias claros cualqu er ca or altilicial podia ser supr

n

do

dura.le las horas de

mediodía, incl!so €n os días de l lrío enefo. En ve¡anó, pof ói/á parte, con e so en !na posiciÓ¡ mucho ñás alta, a esias habitaciones les da sonb¡a un alefo en a seqlrnda p anta, que está calculado para sup¡¡ m ir

com pletamenie

e

soLde las hab iaciones desde nrayo a sepi embre.

Pefo perm tifá entrar el aire caliente desde de

la

!na abe/lum de tres pies e¡ire elmrro de

ría de los aleros creados para el cobijo del

osa de la a

teraza

a través

casa y ela ero. La mayo-

so pródúcen

a re

eslancado

bajoelos que !eso meten e.las habiiacionesen lós días sin v enio. A lavenla¡adeloeste, que olrece la r¡ejorv sta, ño se e puede daf som bn de este modo, ya que e sol está der¡as ado bajo. Por lo ianto, una qran pers ána de al!m¡¡¡o que cub¡e toda la extens ón de a ve¡tana está instaladafuera aunque püede ser manejadadesde denlfo. fe¡ié¡do aluera, cor¡ endo porcariles, ños perm lccetrar a en osdias

decalorcomos fuese una capa proiectorade meialque repele e calor antesdeqreésteacance a ventana y co ¡ secúenie mente ahabiación. De esta nranera es pos b e

ma¡tener la temperalura de sa ón s emprc

gra.los pordebato de alemperatufa exler¡o¡, sul c e¡le para resu tar confortable y elim nar ]a .eces dad de aife acónd. o.ado que n!¡ca 10

fue añad do aesta casa €n los anos posteriores estanclo d sponib e.

La mayoria

de uz qúe e¡traba en a os ojós. No se daba¡ deq!eeldes !mbra.te eleciode uzbri anteen!na

de a senle

pensó que la ca¡t dad

las hab¡taclones causaria ¡riaclón consla¡te

cuenta ldle hecho habitación no es produc dosólo poflafuente de luz en sí, sl¡otambiér póf e cóniraste enire el espac o qLre

resulta oscuro

a

de aventanaye

muro cefcano a ésla,

ojo. Cuando 2 o 3 venlanas están puestas a una

sia¡cia enire si, resu ta muy dañ no pata el ojo mirar fijar¡re¡t€ en su d fecc ón, a me¡os que estén b en ocu ias po¡ coriinas, persia¡as o vls los que elim nan la vista del exierior y lueu a a la genie ¿ '¡undo ence¡def la luz al mediodia de u¡ día de v€rano. d

Pero la s

l!ac

ón es comp elamenie d¡ferenie cuandó el muró por com

convieÍe e¡ una venlana dando lu2 b¡iLla¡te, apasada o d fusa sesún se preliera, añadiendo persianas o codinas de libn traslúcida p eto se

que crean

uia luz

un lorme, no des umbradora, aqradab e deb do

a

a

elminac ón.le los conimsies. Nosotros lnveirimos mucho lieñpo en la constr!cción de jafdín Al princip o só o fueron planiados tres árbo es est¡aiéqicamenle e¡ el

solar Dós baslanie srandes pinos

b

ancos en el frenle y



airasera

de la casa páfa ayúdar a crcar sómbfas en verano y ca or é¡ invierno.

Tañblé¡ un roble rojo ca de a marques

e.

a esqllna suroesle de

¡a de a e¡trada y !. olr¡o ar¡er ca¡o en me.lio

de

aparcamiento. El o mo, el cual habia empezado a dar una asradable

sombrasóbree dom torio, m!f¡ó de laenfermedad.le omo,yelhaya qre había sobrepasado su dimensló¡ prev sta, fuerasp aitada al pat o del cenlro de graduaclón de Harvafd que Gfop!!sy sus cor¡pañeros de

Architects Collaborative habian const|uido en 1952. Los attos átbotes ahota han üipl¡cada su tañañoy ñuchosotrcs han s¡do aña.l¡dos, caño las.los cedras azules en el lado este y oeste de la casa y ñuchos cedrcs rcios y enebrcs Pfifzeren en Ia veniente este.

sür de a meseia está fodeada por un apenas v sible muro de piedás q!e fue pueslo aLli por el ant guo pfop¡etario del soLar Un pe El área

queño rob e que enco¡ifamos allí ahora ha alcanza.lo

!n

respelable

tamaño. A la derecha e izq!lerda de ésie plantamos dos doswoodlsl anreficanos y !no ch no y un árbol agfidulce. Por otra pade, esietal á¡ea permite Lavlsión de la colina deárboles que bofdean la propiedad a u¡a disianc a de 61 meros a iravés de

!n campo en pe¡diente co¡

unós nagníl¡cos cantos rodados. Nosolros coñseq! mos sólo liseramenie ailórar algunos de éstos qLe esiaban cubiedos co¡ zarzas y a

me¡udo poco v sibles, y cónvei( dós állí do¡de sé eñconiraba¡ en lla mal vos centros para plantas conro peonias, yucas y lir os. Cada planla fue e eq¡da po¡ su res stencia al exlsente clima de Nueva Inglatera y pafa proveef.os def ofes a lo larso de las estac ones desdeeltempra. io florecimiento de la andrómeda y ellaurel hasta la entradade la casa.

e Phlox del florec mlento tardío. la de Smokebush en el este del

Una

de

as v¡sias más lascinantes es

césped cua¡do llorece en

julo entre

nubes de humo rosado que duran hasta la €sca¡cha La parra Co.cord

que pusiuós e.ffente del m!ro de lad illo e¡ el lado oesie, ha zado el techo, da

!na !ran cantkad de

uvas,

alcal

.on lo que produce u¡a

sensac ón de sabor sureño en las lieslas de vera¡o.

F0rfa2 Vsl¡desdeuna¡¡ezqúiasobreFtcüiro

5

A r¡r

y t,1er Sm

ri¡¡¡

Eq pro ForoqranarLeytayuiis.

O, desde una postura más personatiza.la y

ll]¡,¡ Lnr¡

vitatista et mensaje de Ali_ son y Peter Smithson nos transmite en upper Lawn:" E¡ un inleniodeÍearunacasactimátrcasencilta,en

aquepoderáb¡ir

las zonas de seruicio de ta p anra bata a tas a¡iisuas áreas pav me¡iadas del iardín y poder cefiartas rápidamerie c!an.lo cambie el tier¡po

t...1

PamdescLrbrif loqLees v virlodo e añoe¡tnqiarerae iachadas de vidrio at Sur EsreyOesteycomprobars pledeobte¡efse a mayór parte dei año slfic enle cator sólar como para conrpensaf en c erta rnedida tas pérdidas ié¡m cas La casa se hatta siluada en

!n paisaje ¡ng és .le sisto xvii .ó¡ ta .leli, berada ntención de disf¡utardes!s p aceres y s! nrsror ay de somerer se a sus estac ones adm t endo la metancolía qre a quieiud y ctichos camb os esiacio¡ates p!eden entrañar. El pabe lón

f!e

pfoyectado cof¡o

!n apafaio cuyo esquema de hab ra

lrilidad podia varia¡ con et iienrpo [. ] !¡a distr buctón de habiiaciores y peqle¡os espacos de jardín que irían sinlontzando con et paso.le las esiaciones co. tos cañb os en ta liit ¿ación fam tiai con tas varia, c ones en ase¡sibiidad pótqúeUppetLa||n e'aun aparalocon elqué expefimeniarcósasen !no m smo.

allídonde expto¡á¡¡os tos pequeños ajustes, ios acto¡nos rempo.ales, la invefc ón de aque os s gno_s de cambio q!e más rafde legarja Fue

la necesa¡ia tabof de /a .lrafta genencbn de N,lovimiento Ntoder¡o.

Las cond crones b oclimátrcas det habiiar se hacen objeto de aprendj zaje y, por ia¡to, gen€ran una neces clad de espac o habitable. Los as-

pectos f siológicos (térmicos, tumín cos y acús|cos), tos psico ógicos, los cu tLrales y estét cos se confunden e inierpretan en Lrna sinfonia

que no sólo se siente, no sólo se contempla, no sólo se sueña, si¡o que, todo a la vez, nos envuelve y nos sumerge en algo tan sencillo, tan i¡med ato y simple como es el hab¡lar un espacio arqu¡tectónlca.

fundamental. El medio, el clima, el lugar han ido conformando al hor¡bre y a su desarollo cultural, y son la más segura ref€rencia para la construcción de una hisioria de la arquitectura.

Y tan

princ pio que, cuando eljuego de lo formal se queda sin soporte, sin fundamento, la forma se conviefte en accesoria, superficial, frívola e insustancial, y el resultado es algo que se queda incompleto He d cho al

atquiteclun a med¡as. Es de temer que la "arquitectura cLrlta ollcial" controlada por los saniones y por los chupatintas qLe viven de una imagen, se encuentra actualmente en esa situación, y como siempre, resulta difíc I sacar agua fresca del pozo. ¿Par qué en las rcvistas de aryuiteclun la fofognfia está siemprc deshab¡tada? Propongo que aprendamos de nuevo a habitat que recuperemos ñuestra pfeocupación por el medio y volvamos nuestra mirada al lugary a las condiciones que ese lugar nos ofrece, para feencontrarnos con la arqu tectura y empezar a construir la vivlenda del hombre del srglo xxl.

B

ib

llog rafía

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19i3. !E

L.

De Architectuta.

Madtid

Ed

itorial

U. E.R.TS.A.

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