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¿La Gran Red de Diseño? Por Alfredo Gutiérrez Borrero
[email protected] [email protected] Columna revista proyectodiseño (PD) No. 85, junio de 2013 Páginas 164-165 Versión impresa (página 3 de este PDF, segunda columna en adelante) El segundo idioma fuera del inglés en el cual Facebook como red social en línea estuvo completo fue el español, en febrero de 2008. En ranking.com es, para mayo de 2013, Facebook es el tercer sitio web en el mundo en tráfico (tras Google y YouTube) y según reseña Alexa.com, el primero (con Google y YouTube en segundo y tercer lugar); dentro de ambos reportes FB es el primer sitio web en tráfico en la mayoría de los países latinoamericanos y el segundo en España. En la segunda mitad de 2011, dentro de la modalidad de grupos de tal red social, y como epílogo del V certamen INDISCRETO, encuentro multidisciplinar de innovación, diseño y creatividad, organizado por el Programa de Diseño Industrial de la Universidad de Pamplona, el domingo 4 de septiembre, una conversación entre el estudiante de diseño industrial, Deivis Baldovino de la Universidad de Pamplona, y el recién graduado diseñador industrial Jorge Aristizabal de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, derivó en la ‘creación’ (o ‘apertura’), por parte del primero, de un grupo que marcaría historia en Facebook: La Gran Red de Diseño. Aunque soy activo en Facebook y hago parte de muchos, todavía estoy inseguro de lo que significa un grupo, fuera de sumar personas mediante la web, a quienes eventualmente interesa un mismo tema (la inmensa mayoría de las cuáles jamás opina siquiera); sin embargo, con La Gran Red de Diseño, en particular desarrollé especial proximidad en estos 20 meses. Acaso porque lo que en principio vinculó a estudiantes de diseño industrial de las universidades de Pamplona, Jorge Tadeo Lozano e Industrial de Santander, creció gracias a la constancia participativa de algunas personas y hoy (mayo de 2013) suma 2500 diseñadores y estudiantes de diseño de diversos países de América Latina y España (facebuquianamente un número aún insignificante). Ciertamente los grupos no crecen solos, hay que ayudarlos, así en semana santa de 2013 me dediqué a invitar personas de otros grupos de diseño en FB; de tal modo observé en paralelo a grupos de diseño de distintas especialidades y ciudades: Mexicali, Hermosillo, Ciudad Juárez, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Mérida, Valencia, Guayaquil, Quito, Santa Cruz. En todos encontré similar panorama: gente cruzándose videos, frases, requerimientos de software, búsquedas de trabajo, y pocos diálogos sostenidos, aunque la plataforma los permita. También hallé singularidades: muchos diseñadores integran varios de tales espacios pero sólo ‘postean’ (comparten información) donde siente cercano su entorno de acción (los de Bogotá, en grupos que se ‘localizan’ en Bogotá, los de Buenos Aires lo mismo y etc.); además quienes lideran las que podrían ser las comunidades de diseño comerciales, laborales, académicas, o de prestigio en
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el diseño regional, apenas si van más allá de sumar seguidores o promocionar sus proyectos; ¡cuán amplio sería el horizonte si hubiese más consonancia entre quienes coordinan los grupos de Facebook que son del gusto de la gente del diseño en América Latina y España (la revista a! diseño, Diseño Social, Diálogos con diseñadores, Foroalfa, Grafitat, SomosDi, proyectodiseño)!, todos allí y cada uno por su lado. Para cuando escribo esto, ayer es sábado 4 de mayo de 2013, y recién la Gran Red de Diseño, alcanzó 20 meses de existencia, me pregunto sobre esa otra Gran Red del Diseño, no el grupo en FB, sino esa para mí aún inexistente constituida por la gente de las profesiones del diseño unidas en torno a la modificación positiva de las condiciones planetarias para beneficio de la humanidad. ¿Qué tanto hemos avanzado en el camino de la co-creación?, bien poco, seguimos atrapados en la percepción convencional de lo que es un grupo, en FB, o donde sea, y de lo que es la “creatividad conjunta”… En diseño es bien sabido que no basta con preguntar a la gente qué es lo que quiere, y elaborar algo desde allí, hay que ir más allá, ofrecer más posibilidades. Creo que si quisiéramos, y aunque sería difícil, los diseñadores podríamos desempeñar un papel similar al de Daniel Olivaw, aquel robot positrónico que fue guardián secreto de la humanidad por milenios en la obra de Isaac Asimov. Ahí seguimos los interesados en tejer esta Gran Red, intentando generar nuevos tipos de interacciones. O tender cuerdas múltiples para vincular nuestras realidades locales. El grado cero para diseñar mediante los artefactos nuevas interacciones entre las personas, estaría en conseguir propiciar nuevas interacciones primero entre diseñadores. Eso, por supuesto, implicaría, conseguir organizar conversaciones y debates, sostenidos y creativos, acerca de los valores de las comunidades de diseñadores (en caso de que existan, lo cual pienso es aún sólo nominal, pues asociamos ‘comunidad’: con una suma de integrantes, por lo general, desarticulados entre sí, más que con grupos de personas que coordinan sostenidamente acciones en beneficio común). Entretejer nuestros valores y habilidades con resultados productivos, presupone conocerlos más y compartir: ¿cuáles son los alcances que —en nuestros contextos regionales, y formas de vivir prácticas laborales, estudiantiles, docentes, investigativas o gubernamentales— le damos al diseño? Hace falta caminar en ese sentido. Si, como decimos, somos expertos en suministrar a otras personas más de cuanto anhelan, ¿por qué nos cuesta tanto aplicarlo entre nosotros mismos? Algo para meditar durante los próximos 20 meses, en la Gran Red de Diseño, en FB (a la que convido a todos), máxime ahora que han ingresado tantos diseñadores de diversas nacionalidades cuya opinión creativa y productiva, quizás determine el tiempo por venir; y por supuesto para buscar escenificarlo en esa otra Gran Red de Diseño: la que aún es una leyenda, porque no existe todavía, fuera del reino de los módems, la fibra óptica y las pantallas.
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