La felicidad según Sócrates

DIEGO GONZÁLEZ BONILLA
JIMENA CASILLAS C
CAFÉ&co.
La felicidad según Sócrates
"La felicidad es un estado de imperturbabilidad"
Sócrates
En nuestros tiempos es muy común escuchar a las personas decir, cuánto dinero gastaron en bienes materiales, en vicios y actividades lúdicas y los escuchas decir: "aposté hasta mi casa y si pudiera hasta mi esposa", "pues ayer en la fiesta invité a todos una botella de champagne", etc. Y lo dicen con tal orgullo que al parecer les trae una felicidad momentánea, la cual ayuda a sentirse bien consigo mismo y presumir a los demás lo que tiene en un plano meramente terrenal y sin trascendencia.
Si nos basamos en el enunciado anterior, podríamos decir que: "La felicidad proviene entonces, de cuanto poseemos materialmente, y que tanto nos dejamos guiar por los placeres mundanos y el desenfreno. Dejando a un lado la razón, lo cual nos diferencia de otras especies y dejándonos llevar por el instinto".
Si esto fuera cierto no podríamos diferenciarnos de otras formas de vida, al no utilizar la razón y la voluntad para actuar, esto se da distinto porque el ser humano tiene la facultad de poder decidir sus actos y saber cuáles son sus consecuencias (incluso, tomamos decisiones con base en adelantarnos en las consecuencias que podrías traernos). Es por eso que a diferencia de otras especies, el ser humano no llega a la felicidad tan solo con lo que siente (placeres y vicios) que se ofrecen al día a día, ya que él se encuentra hecho para poder sacar el mejor provecho de lo que la vida ofrece por medio de la razón (cuantifica) y el bien (lo que no nos afecta ni daña), por lo que ambas facultades son su medio para poder llegar a ella. Qué mejor es hacer un acto que nos lleve al bien y produzcan placer, como ayudar al prójimo, decir cosas positivas, cumplir con tus deberes, etc. Sin embargo las pasiones y el placer no siempre concuerdan con la racionalidad: no son en sí negativas, pero deben estar en la armonía y en la medida que la razón les dicta y la voluntad las encamina. Sólo así no padecemos consecuencias negativas que se producen por un poco de placer que se esfuma, como el alcohol y la cruda, lo cual sigue la tercera ley de Newton: "a toda acción corresponde una reacción".
El hombre al ser racional no puede actuar mal tan fácilmente, porque es uno de los principios básico de su creación, si actúa mal es por ignorancia, "nadie puede hacer el mal voluntariamente". Por ejemplo un ladrón roba dinero de un banco pensando que está haciendo un bien a sí mismo, sin pensar en el daño que está causando su actuar, eso se llama error intelectual o ignorancia. Sin embargo, sabemos que hay hombres sabios que buscan dañar a otros, pero no por esto se le quita la racionalidad, sino que más bien se le añaden los respetos humanos y las pasiones que no se encuentran en su lugar adecuado, como las envidias que no nos llevan a nada bueno.
La sabiduría se forma conociéndonos a nosotros mismos, formando nuestra personalidad y cuestionándonos el porqué de las cosas y de nuestro actuar. Después de habernos conocido debemos de poner en práctica algunos valores para poder ser feliz, dejando a un lado las pasiones, placeres mundanos y dándole preferencia a lo bueno y al equilibrio. Estos valores, son propios y cada persona busca alguno en especial, sin embargo todos nos llevan a tener una vida feliz y mucho más satisfactoria a pesar de las consecuencias que sucedan (no pasarse el alto).
El planteamiento de Sócrates sobre la felicidad, o también llamado Eudemonismo, es alcanzar el conocimiento del bien para poder alcanzar la felicidad. Para poder llegar a la felicidad aparte de conocer el bien también se tiene que ser capaz de vivir en plenitud siendo capaz de abandonar las pasiones y acercarse al estado divino. Este estado se caracteriza, por carecer de necesidades materiales y no aferrarse a ellas. Ya que el utilitarismo convierte al hombre en un esclavo de los bienes materiales y eso va en contra del autodominio que plantea Sócrates.
Otro de los retos del ser humano es evitar dejarnos llevar ante el mero placer terrenal ya que este es solo un impulso corpóreo y debemos controlar este tipo de deseos para poder usar la razón y saber si en verdad es bueno lo que estamos haciendo o es malo. Por ejemplo, tomar un descanso es algo bueno para nosotros y para los demás, ya que nos hace felices y a su vez tratamos bien a los demás.
Uno de los primeros pasos para lograr una vida feliz y satisfactoria, es necesario el uso del propio control, ya que nos permite estar en pleno uso de nuestra libertad y poder realizar las acciones que tiendan al bien, esto es que podamos darnos un tiempo para pensar qué es lo que nos conviene sin necesidad de abalanzarse. El autocontrol llevado a la práctica en el plano de los valores, se puede llamar templanza ya que es un principio fundamental de la sabiduría práctica, ella nos permite obrar de buen modo sin que se vea afectado nuestro juicio. Y nos permita estar, en palabras de Sócrates, "más cerca de lo divino y lo perfecto", y para alcanzarla debemos por tanto ir en busca de la sabiduría y esforzarnos por hacerse a uno mismo lo más bueno y sabio posible, para ser capaces de gobernarnos a nosotros mismos y con esto poder llegar a la sabiduría, mediante la continencia, la cual nos dará una libertad que nos hará felices, ya que si se actúa conforme a las virtudes seremos más perfectos.
Por tanto hacia aquello que nos debemos estar encaminados, es a hacernos capaces de sobreponernos a la esclavitud del placer que se presenta como inmediato, mediante la continencia y así siendo libres, poder ser capaces de reconocer bienes mayores como la contemplación.

Bibliografía:
Platón. Diálogos Socráticos. Clásicos Jackson. W.M. Jackson Inc. México, 1968.
Antonio Gómez Robledo, Sócrates y el Socratismo, Bernabé Navarro B.
El más sabio de los atenienses, Vida y muerte de Sócrates, Pérez De Laborda, Miguel, Ediciones Rialp, S.A.