La experiencia Facebook: El usuario ante el ciberespacio y la red social como convergencia entre lo público y lo privado

October 3, 2017 | Autor: R. Ramírez Basualdo | Categoría: Facebook, Redes sociales, Filosofia De La Tecnologia
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Descripción

La experiencia Facebook:

El usuario ante el ciberespacio y la red social como convergencia entre lo público y lo privado Ricardo Ramírez Basualdo Cuarto Año de Ped. en Filosofía PUCV Andrés Zenteno Cardoso Tercer Año de Licenciatura en Filosofía Universidad de Chile

Resumen Si invocáramos en un mismo pensamiento los términos sociedad, comunicación y siglo XXI, ¿Qué pensaríamos? Sin lugar a dudas los Medios Masivos de Comunicación y el aparentemente excesivo y complejo entramado de las redes sociales vendría instantáneamente a nuestra mente. El fenómeno de las comunicaciones e interacciones sociales parece ir en un espiral ascendente sin límites. En dicho contexto, sabido es que el ciberespacio no es un mero lugar, sino muchos a la vez, que se construyen -como es el caso de Facebook- a modo de plataformas centrales de comunicación y configuración social. En ellos las personas se juegan entre lo privado y lo público, entre las conexiones con los contactos y la formación de “amistades”; se generan

instancias

de

conversación,

producción

e

intercambio

de

información.

A partir de una investigación desarrollada en la Universidad de Buenos aires, denominada “Proyecto Facebook”, queremos elaborar una reflexión en torno a dicha red social en particular, el rol que cumple en la configuración identitaria, las complejas relaciones del usuario con la alteridad y su rol persuasivo dentro de la sociedad, donde incluso provoca fenómenos como el elitismo, la individuación y la imperceptible pero potente modificación de la experiencia humana.

Introducción Cuando estamos frente a la pantalla del computador, celular o tablets; minutos, horas e incluso días, son variadas las actividades que podemos realizar: trabajar, jugar, escribir, leer, o estar inserto en una de las tantas redes sociales, en la cual interactuamos a diario donde el espacio y el tiempo tienen otro sentido y otra medida. Conversamos en segundos con aquellos que estamos separados por continentes y muchas veces ya no es necesario ir a visitar a la tía y primos que están a cuatro regiones de distancia, solo basta un clic para entablar una conversación y enterarnos como se encuentran.

La red social más grande, importante e influyente: Facebook incluye funcionalidades de otros sitios webs diferente en la cual los adultos la ocupan para reencontrarse con sus ex compañeros de colegio, los jóvenes para realizar casi toda su vida social diaria y los niños para jugar a partir de los perfiles de sus padres. Ésta red social también influye en organizaciones políticas, científicas, sociales, ciudadanas e incluso religiosas, y para el mundo católico también es una herramienta de socialización, y por qué no decirlo, de evangelización. Pero en el presente trabajo no pretenderemos abordar el aspecto evangelizador que se puede dar en Facebook, sino que abordaremos qué es Facebook. De manera que veamos aquello que no vemos cuando estamos todos los días sentados frente a la pantalla chateando, publicando estados, fotos, videos y enviando invitaciones para eventos. 1. Comunidad virtual e individuo: La conformación y modificación de identidad en la red social ¿Cuántas veces revisamos Facebook diaria o semanalmente? Resulta verdaderamente impresionante constatar cómo en pocos años la red social de Zuckerberg logró entrar y arraigarse en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, la cuestión que subyace a esto es mucho más profunda: ¿Alguna vez nos hemos preguntado qué impacto tienen las redes sociales como Facebook en nuestra propia vida y en la conformación o modificación de nuestro comportamiento e incluso de nuestra identidad?

La dinámica de Facebook, obedece a una suerte de sistema regulador, donde el usuario posee libertad de desenvolverse, pero bajo no pocas restricciones, muchas de las cuales ni siquiera son perceptibles a simple vista. En esta red social se promueve la “construcción del yo”, por medio de una narrativa, puesto que el usuario es incentivado a plasmar sus reflexiones, ideas y convicciones; compartiendo sentimientos, éxitos y aflicciones; y usando estrategias, al escoger qué fotografías, videos y enlaces propios o ajenos compartir. Lo interesante es que no lo hace desde el anonimato, como otras instancias cibernéticas (blogs, foros y otros) nos tenían acostumbrados. Muy al contrario, Facebook promueve el uso de la identidad real, cambiando radicalmente el modo de actuar del usuario en la misma. Ya no soy un número, un comentador que habla en la web desde el anonimato tras la pantalla del computador, sino un rostro, un individuo con nombre propio, expuesto a la sociedad. Sumado a lo anterior se da la paradojal idea de “comunidad” que Facebook desarrolla. En efecto, para que la red social no pierda vigencia, es fundamental que el usuario interactúe con otros, llamados “amigos”, creando vínculos directos (chat, comentarios, likes) o indirectos (en grupos, eventos y paginas de fans). Sin embargo, curiosamente la comunidad se constituye únicamente desde la individualidad. Citando a Sued en su estudio: “Cuando actualizo mi estado, usando la herramienta que ocupa el lugar central de mi perfil, digo qué estoy pensando: soy netamente autorreferencial. Esto no implica que no se genere una interacción con otros usuarios, pero ella tendrá la particularidad de darse a partir de lo que “yo digo” o de lo que “yo pienso”.(…) El objetivo pareciera ser diferenciarse de los foros y otras plataformas similares, para formar comunidades a partir de la suma de egos.” (Sued, 2010)

Esta estructura predeterminada de Facebook nos lleva a comprender que la red social no es tan flexible como a simple vista simula, y además, al estar sustentada en el yo, supone una construcción del mismo. Al narrar la vida y escoger elementos, de algún modo se construye un “yo ideal” donde se favorecen ciertos aspectos y se descartan de plano otros. El yo interior se muestra, pero a la vez se adapta en tanto que se expone a otros, en busca de la aceptación social.

Así, la relación con la alteridad se transforma en un potente factor de conformación de identidad, donde se descubren tres ejes básicos:

-

Construyo mi “yo" para el otro; lo cual es observable en que generalmente el usuario escoge lo que publica en función de la aceptación social, la popularidad que puede ganar o el estatus que pretende mantener. De algún modo, el usuario se “moldea”, define o configura para encajar en la sociedad virtual.

-

El otro construye mi yo, pues escribe en mi perfil, comenta mis estados, manifiesta aprobación o desaprobación, sube fotos etiquetándome en eventos o situaciones varias.

-

Por último, dada la interacción, yo también soy un “otro” que favorece la configuración del “yo” de los demás usuarios. Comento, doy aprobación, ignoro, publico a otros, etiqueto a amigos en mis álbumes de fotos, etcétera.

La identidad del sujeto se modela, entre otras cosas, a partir del contexto cultural en que está inserto. Así, en nuestra sociedad actual, cuyo énfasis en el “yo” es claramente observable, Facebook se vislumbra como el culmen de la tradición egocentrista contemporánea, donde el sujeto se desenvuelve y “vincula” con otros, pero siempre desde la individualidad, una individualidad que curiosamente tampoco es plenamente espontánea, sino que está regulada por la red social, ya que, en palabras de Sued: “Construimos nuestra identidad en Facebook, pero Facebook construye el modelo de identidad socialmente aceptada en los tiempos que corren.” (Sued, 2010).

2. Entre lo público y lo privado “El cíber espacio no es un lugar sino muchos lugares” (Gruffat & Schimkus, 2010) en él nos encontramos al momento de estar en la red social Facebook, este espacio se construye por una especie de arquitectura que configura el espacio y lo que pueden o no hacer las personas en la red, por lo que Piscitelli afirma que es como una política de control de contenidos. Entonces, la pregunta que se puede realizar es: “¿Facebook promueve la interacción entre pares o más bien una construcción autorreferencial? Para Lessige hay cuatro modos en que la conducta puede ser

regulada, entre las que están las leyes, las normas, el mercado y la arquitectura que “permite e impide ciertas formas de vida, establece que se puede hacer y que no, los límites entre lo público y lo privado” (Gruffat et al. 2010). Dentro de este marco se encuentra la capa de los contenidos que son aquellos más influenciados dentro de éste código de las redes sociales; las que se basan en la web y que permiten a los individuos “construir un perfil público o semi público dentro de un sistema delimitado” (Gruffat et al. 2010). Al tener un perfil se puede dar a conocer una representación autentica de sí mismo a partir de una serie de preguntas como la edad, ubicación e intereses, para obtener de forma completa la identidad de aquel individuo que se presenta a la sociedad, característica propia de esta red social que tiene un fuerte correlato con lo real y una cantidad de datos como correos que aseguran una cierta veracidad. Dentro de él también se observa una articulación de lista de otros usuarios con los que compartimos la conexión, y en Facebook “la mayoría de los sitios ayuda al mantenimiento de las redes sociales preexistentes […] no es que permiten a los individuos conocer extraños sino más bien articular y hacer visibles sus redes sensibles” (Gruffat et al. 2010), no estaba hecho en un principio para conocer gente nueva, sino de la que ya formaban parte de su red social, en la cual es fundamental la exhibición pública, donde la lista de amigos presenta los perfiles de cada uno de sus amigos , en los cuales hay elementos distintos que proporcionan diversos niveles de privacidad configurado por cada uno. En el caso de los amigos hay una relación re direccional, puesto que requiere una confirmación del otro al momento que agregamos a alguien a Facebook; a diferencia de las páginas de fans y seguidores. En el caso de lo re direccional “es una señal de la identidad, que puede servir para validar información de la identidad presentada en los perfiles” (Gruffat et al. 2010). En este sentido se puede ver el internet no como una biblioteca desorganizada, sino como

un café u oratoria donde se realiza conversación, donde existen amigos con correlato real y local, el cual “se organiza sobre todo alrededor de la gente, no de intereses” (Gruffat et al. 2010). En Facebook, los grupos son los que se añaden como información al perfil de cada uno, más que ser un espacio de intercambio y producción de conocimiento colectivo. Vemos que la arquitectura de Facebook privilegia la publicación personal por sobre el debate y conocimiento entre pares, lo más fácil y transparente es lo autorreferencial, como la foto de perfil, de portada, la información personal y el estado. Recordemos que la foto de portada surgió como una forma de mostrar

momentos fundamentales en la vida y es una de las que más cuesta poner en privacidad. Lo más opaco y reservado es el chat, los grupos, los cumpleaños. Esto se hace a partir de cómo circula la información, dentro de la cual podemos observar una circulación expansiva que se divide en dos: Puerta a puerta y Barrilete. La primera se observa en las solitudes de amistad, eventos, si bien se puede dirigir a muchos, está diciendo: “quiero que tú veas esto”, la respuesta es individual. La segunda, la vemos en los estados y en la publicación de videos y fotos: “los publican y salen en la página de inicio de todos sus contactos, quedando a la expectativa de que alguien los comente o interactúe con ellos” (Gruffat et al. 2010). También está la colectiva en la que la información se dirige a todos los miembros del grupo pero la circulación de la información es pull: “cada uno tiene que ingresar al grupo para enterarse de las novedades” (Gruffat et al. 2010). La circulación boomerang o ping – pong

se da en espacio más privado como el chat, donde no es

imprescindible quien conteste porque es dirigido a varios. En Facebook podemos ver como al publicar un estado se pone a disposición de infinitas relecturas y recombinaciones en la cultura, lo que se llama rip, mix and burn (roba, mezcla y difunde).

3. Persuasión y rol social en Facebook Si tenemos que una red social es un “conjunto de elementos conectados entre sí, donde básicamente los datos a extraer son los nodos (personas, objetos, documentos, etc) y lo que se busca indagar son los enlaces entre estos nodos, saber cómo están vinculados, que relaciones tienen y cuales se conectan con cuales” (Uman & Venecio, 2010), en este sentido cada usuario configura su propio entorno de información, y un elemento que se da mucho entre los usuarios es el de la persuasión. Vemos como muchos jóvenes han sido víctimas de engaños por medio de esta red social por ser persuadidos a hacer algo impropio o aquello que no deseaban, así como muchos encuentran en esta red una forma de ser persuadidos por mensajes y frases motivadoras. Hay seis componentes de persuasión interpersonal masiva: La primera es la de Experiencia Persuasiva “que se crea para modificar actitudes, conductas o ambas” (Uman et al. 2010) tal es el caso de los llamados morales, o los memes espirituales o políticos. La segunda es la Estructura Automatizada en la que al cliquear un botón se entrega y aceptan invitaciones, lo cual hace las cosas más simples. Tercera; la Distribución Social, que “permite compartir la experiencia entre

amigos, y en el marco de una cultura altamente confiable como la de Facebook, lo que le da mayor credibilidad” (Uman et al. 2010). Una cuarta es el Ciclo Rápido que genera motivación y entusiasmo para persuadir de mayor a menor tiempo. La quinta es el Enorme Grafo Social que le da carácter masivo, donde a mayor alcance mayor persuasión. Y por último el Impacto Medible que permite que el efecto de la experiencia persuasiva sea observable por creador y usuarios.

Existe una vialidad de uso de aplicaciones por participar en Facebook, donde cada uno es persuasión, veremos entonces un ejemplo con tres frases, la primera son frases en estado etílico, que se entregan en el círculo interno del creador, donde obtuvo 17 usuarios y 9 fans. En segundo lugar frases de comunicación, donde se obtuvo 917 usuarios y 55 fans. Esta diferencia se basa en la distribución social que fue clave, pero en ambos fue un refuerzo de redes preexistentes. Un tercer ejemplo es de frases de excusas para no salir, donde se obtuvo 1492 usuarios y 42 fans, el cual muestra el círculo del cual depende la persuasión del contenido de la información que se quiera entregar, donde las redes tienen la importancia para ser capaces

de direccionar la

información. Hasta tal punto ha llegado la influencia de Facebook que se plantea que puede llegar a ser el segundo google ya que construye un internet paralelo con información creada por los usuarios, basada en el contexto social de cada uno, a diferencia de los algoritmos de google, el cual se considera centrifuga es decir, que expulsan a los usuarios ya que lo utilizan para saltar a otras páginas. Facebook, por su parte, se considera centrípeta puesto que “ofrece un entorno de comunicación tan potente y completo que no tenemos necesidad de abandonarlo” (Uman et al. 2010). Al hacer más personal y humana la internet, Reig propone que “esta mayor

personalización en el acceso a la información puede conducir a una sociedad más elitista y asimétrica” (Uman et al. 2010), Facebook muestra un modelo social basado en la actual fuerza de la red: las influencias, los amiguismos que influyen en las decisiones de los individuos en la sociedad de la vida en 3d también en la 2d como son las redes sociales.

4. La experiencia Facebook Facebook es el medio social de convergencia por antonomasia, en él interactúan nativos digitales, cuyo estilo de vida está fuertemente compenetrado con la tecnología, y los llamados

“inmigrantes digitales”, aquellos que aunque no nacieron de la mano de la tecnología, la han incorporado a sus vidas, haciéndola parte importante del quehacer cotidiano. En este contexto, es interesante observar el impacto de Facebook en la vida de sus usuarios y aun más inquietante, el innegable nivel de éxito que ha tenido en las masas. ¿Qué lleva a los usuarios a ser activos en Facebook? ¿Qué hace de Facebook una plataforma tan llamativa?

Facebook se desarrolla como un universo donde la simplicidad y la instantaneidad son imprescindibles. Variadas funcionalidades, desde álbumes con fotografías familiares, hasta juegos como Candy Crush o Dragon City, coexisten en un mismo espacio con total naturalidad. La concentración homogénea de tan variadas aplicaciones y su conexión con otras redes como Tumblr, Instagram, Twitter o Pinterest hacen de Facebook todo un éxito.

Sumado a lo anterior hay un atractivo fundamental que se entrelaza con la estructura de la red social de Zuckerberg: la utilización de Facebook está íntimamente relacionada con la necesidad de compartir experiencias. Los usuarios cuentan hechos de su vida cotidiana mediante fotos, videos o estados, pueden etiquetar a sus amigos y ser etiquetados por ellos. Ahora bien, dichas experiencias no son del todo libres, sino reguladas por la estructura de la misma red social, mediante perfiles estandarizados, tipografías, álbumes, likes y comentarios. De algún modo Facebook dirige el comportamiento de los sujetos. Aun así, la simplicidad de las acciones como publicar, comentar o compartir ayuda a la participación masiva de los usuarios, ya sean nativos o inmigrantes digitales. El problema radica en que esta construcción básica e instantánea no fomenta la reflexión, sino la rapidez y la constante actualización, lo cual conlleva a la banalización de las propias experiencias y contenidos compartidos. Ciufolli y López lo diagnostican como: “Degradación de los contenidos publicados y de los vínculos establecidos. Un espacio que propicia el entretenimiento banal y la publicidad de nuestras relaciones, actividades y gustos para provecho de empresas, gobiernos y organismos de control.” (Ciufolli y López, 2010)

La construcción de identidad, las propias convicciones e incluso las relaciones interpersonales se trivializan, tornándose superficiales. “Un fenómeno que privilegia las relaciones como interacciones en superficie, la adhesión sobre el involucramiento, la instantaneidad sobre la permanencia, lo público sobre lo privado” –advierten Ciufolli y López-. La experiencia humana se transforma volviéndose algo efímero y sin real valor, prescindible. La banalidad de las actualizaciones de tipo “qué estoy cenando” o “con quién estoy en el cine”, además de un carácter superfluo, conllevan una pérdida del real sentido de lo que la experiencia, en su más profunda concepción posee: aquello que deja huella, que conmociona al sujeto, que le entrega algo con qué reflexionar, algo de lo cual nutrirse y crecer.

Frente a este panorama es licito preguntarse no sólo por la irrelevancia de compartir cada aspecto de la vida, sino -y más aún- por las consecuencias que ello trae consigo, la potencial perdida del sentido, la invisible destrucción de la experiencia humana, de la cual sólo queda un cúmulo de situaciones efímeras y banales. Podrían evocarse las palabras que acertadamente expresaba Orwell; el escritor británico en su obra 1984 ya sostenía: “Lo más característico de la vida moderna no era su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido.” Conclusión Tomando en consideración todo lo abordado y sumando a eso la propia experiencia, es innegable que las redes sociales están arraigadas en la vida cotidiana, más aún, constituyen todo un universo virtual paralelo a la realidad contingente, universo construido por la interacción de los propios usuarios. Por ello en Facebook es crucial la actualización constante, la publicación consecutiva de fotos, noticias y enlaces diversos, que no sólo aportan contenido (por muy superfluo que éste pueda resultar), también articulan la red social misma.

Facebook es antecedente social y cultural del actual proceso de globalización, dejando en evidencia la compleja red de vínculos interpersonales, tan connatural al mundo contemporáneo, pero además –y quizá más profundo- resulta el proceso de individualización que sufre el hombre moderno, palpable en Facebook, donde el usuario es siempre autorreferencial y la sociedad nunca

deviene en comunidad, sino en una mera suma de egos, de individuos encerrados en su yo. Podríamos vislumbrar a Facebook como un potente antecedente, o más gráfico aun, como un dibujo de nuestra realidad. En palabras de Ciufolli y López: “Un dibujo que se escurre en un sinfín de formas de vivir y comprender el mundo, tan disímiles e iguales a la vez. Un dibujo que, en definitiva, se despega de Facebook para transformarse, ahora sí, en síntoma de la mutacion cultural.” (Ciufolli y López, 2010) Facebook aparece ante nuestro ojos, se inserta en la vida cotidiana y la impacta notoriamente; frente a ello, es imperioso que el individuo, en virtud de su racionalidad, analice, juzgue y dictamine ¿Es facebook una mera herramienta de comunicación, o constituye un poderoso motor que interviene, modifica y moldea incluso el actuar humano?

Bibliografía 

Sued, Gabriela 2010, “Pensando a Facebook, una aproximación colectiva por dimensiones”, en Alejandro piscitelli, Iván adaime e Inés binder (eds.) El Proyecto Facebook y la pos universidad. Sistemas operativos sociales y entornos abiertos de aprendizaje, Barcelona: Ariel.



Gruffat, Carolina y Schimkus, Roberto 2010 “La arquitectura es la política de la red. Facebook y sus rivales”, en Alejandro piscitelli, Iván adaime e Inés binder (eds.) El Proyecto Facebook y la pos universidad. Sistemas operativos sociales y entornos abiertos de aprendizaje, Barcelona: Ariel.



Uman, Ignacio y Venecio, María Carolina 2010 “Cómo ver lo invisible: estrategias para visualizar información en Facebook”, en Alejandro piscitelli, Iván adaime e Inés binder (eds.) El Proyecto Facebook y la pos universidad. Sistemas operativos sociales y entornos abiertos de aprendizaje, Barcelona: Ariel.



Ciuffoli, Clara y López, Guadalupe 2010, “Facebook como paradigma de la alfabetización digital en tiempos de barbarie cultural”, en Alejandro piscitelli, Iván adaime e Inés binder (eds.) El Proyecto Facebook y la pos universidad. Sistemas operativos sociales y entornos abiertos de aprendizaje, Barcelona: Ariel.

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