La emergencia del Peronismo como única expresión de izquierda nacional

July 13, 2017 | Autor: Fernando Ortiz Sosa | Categoría: Historia política y social siglos XIX y XX, Peronismo, Izquierda, Golpe De Estado, Juan Domingo Perón
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Descripción

La emergencia del Peronismo como la única posible Izquierda Nacional


" "
"El peronismo era una "
"clase, era la clase "
"trabajadora que no puede "
"ser destruida, el eje de "
"un movimiento de "
"liberación que no puede "
"ser derrotado, y el odio "
"que ellos nos tenían, era "
"el odio de los "
"explotadores por los "
"explotados. "
"Julio Troxler en Operación"
"Masacre (Rodolfo Walsh, "
"1972) "


Materia: Partidos Políticos

Docentes: Omar Barberis, Virginia Tomassini, Gudalupe del Barco

Alumnos:

Paula Daniela Amaya (Mat. 16895)
Fernando Nicolás Ortiz Sosa (Mat. 16896)




1 - Introducción:

La Ley Sáenz Peña, sancionada en Febrero del año 1912, establece el
voto universal, secreto y obligatorio para todos los ciudadanos argentinos
varones, nativos o naturalizados, mayores de dieciocho años y que
estuvieran inscriptos en el padrón. Ésta reforma del sistema electoral
argentino, permite una modernización y apertura política que tuvo como
corolario la elección como Presidente de la Nación, en el año 1916 de
Hipólito Yrigoyen, proveniente de la Unión Cívica Radical quien contaba con
un apoyo popular masivo como nunca antes se había visto en el País.
Con un programa tendiente a restaurar los derechos y libertades
civiles, rápidamente Yrigoyen entró en tensión con los sectores más
conservadores del poder argentino, tanto por fuera de su arco político como
por dentro del mismo partido.
Es así, que luego de un período de presidencia de Marcelo T. de Alvear
(1922-1928), don Hipólito vuelve a ocupar el sillón presidencial, pero es
depuesto en 1930 a través de un golpe de estado cívico militar liderado por
el General José Félix Uriburu, poniendo fin al primer intento de gobierno
popular e iniciando una dictadura que desembocaría en lo que se denominó
"la década infame", caracterizada por el fraude electoral y políticas de
dependencia económica con las potencias occidentales, principalmente Gran
Bretaña.
Este primer intento fallido de gobierno popular vino a encarnar un
creciente sentimiento de movilización de masas que en su momento tuvo como
exponente a la misma UCR, pero que luego siguió un camino de búsqueda de
identidad y representación que encontraría en el Coronel Juan Domingo Perón
y sus políticas a cargo de la Secretaría de Trabajo de la Nación a partir
de 1943, una serie de reivindicaciones y mejoras en el nivel general de
vida como nunca antes había experimentado.
A partir de ello, es que la dicotomía que se presenta entre la
Argentina pre peronista, caracterizada por el gobierno fraudulento y
preeminencia de la oligarquía y el gobierno popular en el que la Revolución
de Junio del ´43 se convierte; representa una oposición de derecha e
izquierda, y, como expone Hubeñak (2012) siguiendo a Bobbio, no por ser
conceptos absolutos ni calidades intrínsecas al universo político de la
Argentina de mediados del Siglo 20; sino por estar en determinado lugar en
el espacio político, empleándose los términos para designar contrastes
ideológicos en los que está dividido el espectro político en un contexto
determinado.
En este marco, la fuerza política que nace a partir de la Revolución
del 04 de Junio de 1943, liderado por el Grupo Obra de Unificación del
Ejercito (GOU – Luego se conocerá como Grupo de Oficiales Unidos) y que
tiene al Coronel Perón como principal protagonista, poco a poco toma esa
posición en el arco político y se comienza a identificar con una expresión
política de incipiente desarrollo caracterizado por ser un nacionalismo
anticolonial y antiimperialista que para nosotros, encuadraría en la idea
de Izquierda Nacional.
Es entonces que éste trabajo es una aproximación a la idea del
Peronismo como una expresión de Izquierda Nacional con capacidad de mostrar
una alternativa nacionalista y antiimperialista, partiendo de una realidad
local y regional única. Pero para ello, se debe partir de la comprensión
del contexto nacional e internacional previo al surgimiento del Peronismo,
el conocimiento del sistema electoral Argentino imperante en el momento y
las diversas expresiones teóricas e ideológicas que permitirán sustentar la
idea propuesta en el presente trabajo.


2 - Contexto Nacional e Internacional. Década Infame y Nacimiento del GOU.

2.1 – La Argentina y la Segunda Guerra Mundial

Resulta difícil comprender el surgimiento del Peronismo escindiéndolo
de una realidad internacional convulsionada y en guerra, que caminaba
inexorablemente hacia una bipolaridad que signaría las décadas siguientes
entre dos bloques antagónicos en lo económico e ideológico.
El 4 de Septiembre de 1939, tres días después de la invasión alemana
a Polonia, el entonces Presidente Ortiz declara la neutralidad de la
República Argentina en el conflicto bélico que se desataba en Europa;
continuando con una tradición neutralista que ya se había tomado en ocasión
de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y la Guerra Civil Española (1936-
1939).
Si bien, en un principio el carácter "neutral" del país ante el
conflicto internacional, es solo formal, siendo en la realidad un intento
de acercamiento hacia el gobierno norteamericano; mas adelante se comienzan
a sentir las presiones de éste ultimo para que se produzca la ruptura con
las potencias del eje que combatían en Europa (Alemania-Italia). Esta
situación diplomática, de presión por parte del gobierno norteamericano con
el apoyo de muchos países de Latinoamérica, tiene como trasfondo el recelo
británico de perder influencias políticas y económicas en el seno del
gobierno Argentino.
Al respecto, Abelardo Ramos (2006) señala que "un compromiso directo
de la Argentina en la guerra mundial, podía acentuar un traslado de
dependencia de la esfera inglesa a la yanqui; la segunda, más inmediata, se
fundaba en la necesidad de asegurar sin complicaciones políticas de
imprevisibles alcances el aprovisionamiento de carne argentina" (p. 53).
Ya en Enero del ´44, el gobierno argentino rompe relaciones
diplomáticas con los países del Eje, lo que produce la salida de Ramírez a
cargo del Ejecutivo y la entrada de Farrel como nuevo presidente acompañado
por Juan Domingo Perón a cargo de la vicepresidencia del país. A pesar de
eso, las presiones por parte de EEUU no ceden agudizando la tensión entre
ambos países, lo que desembocaría en declaración de guerra por parte de
Argentina a Alemania y Japón por medio del Decreto Nro. 6945 del día 28 de
Marzo de 1945.
En palabras del propio Perón, sistematizadas por Rom (1980): "si la
Argentina se convierte en "país beligerante", tiene derecho a entrar en
Alemania cuando se produzca el desenlace final; esto quiere decir que
nuestros aviones y barcos estarían en condiciones de prestar un gran
servicio" (P. 118). Esto permitió que numerosos científicos que trabajaban
para el régimen Nazi en Alemania, llegaran al País a los fines de
instalarse en el sector industrial, sobre todo en aviación militar y civil.
Es importante destacar que la Segunda Guerra Mundial enfrenta, al
principio, al modelo nazi-fascista representado sobre todo por Alemania e
Italia, con las democracias liberales encarnadas por Gran Bretaña y
Francia. El ingreso posterior de Estados Unidos, a causa del ataque Japonés
en Pearl Harbor pone al continente americano en una situación de
beligerancia a instancia del país norteamericano en donde a la Argentina se
le hacia cada vez mas difícil mantener su status de neutralidad y resistir
las presiones de sus vecinos latinoamericanos alineados con los Estados
Unidos. Luego, con la entrada de la Unión Soviética Stalinista para el
bando de los aliados, el comunismo hace su aparición en la escena política
internacional que tendría repercusiones en nuestro país a la hora de lograr
una unificación opositora a las gestiones realizadas por Juan Perón a cargo
de la Secretaría de Trabajo.
Esto último es así en tanto que el enfrentamiento a nivel mundial del
nazi-fascismo contra países Democrático-Liberal y Comunista, tendría su
paralelo político al emparentar al Gobierno de Farrel, y sobre todo a la
gestión del Vicepresidente Perón con el fascismo, que tendría su punto mas
álgido en las elecciones presidenciales de 1946. Esto es un tema que será
objeto de análisis más delante.


2.2 – La Década Infame


Como se dijo en un principio, la Ley Nro. 8.871, más conocida como Ley
Sáenz Peña, permitía al radicalismo llegar por primera vez al poder
nacional a 25 años de su creación, triunfando con el 45.59% de los votos
válidos. En el ínterin se sucedieron tres revoluciones: 1890, 1893 y 1905.
Este aparente retroceso del conservadurismo tras la llegada de Yrigoyen,
fue solo aparente. Su reclusión en el Senado de la Nación mantuvo bajo
control el gobierno de tinte popular encarnado por el caudillo radical,
frenando todos los proyectos de índole progresistas que ingresaban por
Diputados. Aun así, y a pesar de las ideas del presidente Yrigoyen, el
radicalismo contaba en su seno con figuras pertenecientes a la oligarquía
nacional que también serían un escollo insalvable a la hora de introducir
los cambios que el pueblo, escasamente movilizado, comenzaba a reclamar.
Como lo demuestra Felipe Pigna (2006), si bien el gobierno radical fue
el primero en recibir delegaciones obreras, impulsar una avanzada
legislación laboral incluyendo ley de jubilación de ferroviarios y
empleados de servicios públicos, legalización del derecho a huelga, etc.,
tuvo que ver frustradas sus iniciativas por el bloqueo conservador en el
parlamento. Sin embargo, muchos avances en la materia se lograron en esos
años, incluyendo también una Reforma Universitaria en Córdoba, que sería
única en Latinoamérica, permitiendo el ingreso a la casa de altos estudios
de los sectores provenientes principalmente de las clases medias en sus
aspiraciones de ascenso social a través del ejercicio de profesiones
liberales.
A Yrigoyen le tocó una serie de huelgas laborales de carácter
explosivos, de tipo sindical la mayoría, entre las que se encontró las de
la "Semana Trágica" donde las fuerzas del orden, aun bajo el control de los
sectores mas reaccionarios de la política argentina llevaron a una feroz
represión que dejaron una huella indeleble en la historia de los reclamos
laborales. Aún así, estas fuerzas no solo eran enemigas del Sindicalismo
incipiente, sino también del propio Yrigoyen, atribuyéndole la
responsabilidad por los levantamientos obreros al carácter "paternalista"
de su gobierno.
Tras su primer mandato, lo sucedería Alvear, ganando las elecciones
del año 1922 con un 47.75%, lo que configura un segundo rotundo triunfo que
demostraba el carácter popular que se le quería imprimir al gobierno
radical. Sin embargo, Alvear provenía de la misma oligarquía que tanto
combatía interna y externamente a Yrigoyen. Así, completó su período en
medio de la aprobación general de los grandes monopolios internacionales
(Rom, 1980).
La segunda presidencia de Yrigoyen, ganada por otra abrumadora mayoría
del 57.41%, no fue como la primera. La edad y la presión por parte de los
sectores más conservadores de la Argentina, impidieron que se siguieran
implementando políticas transformadoras, hasta que, el 06 de Septiembre de
1930, se produce el primer golpe de estado cívico-militar en contra de un
gobierno popular y democrático.
Así inicia la que se denominaría con el tiempo la "Década Infame", que
tendría su expresión electoral mas acabada con las elecciones
presidenciales de 1931, en donde parte de la UCR se encontraba proscripta,
como también sucedió con el Partido Comunista, derivando luego de una
elección fraudulenta apenas disimulada por el régimen militar, en el
triunfo de la formula liderada por Agustín P. Justo y Julio Argentino Roca
(h) con el 31.17% de los votos, frente al 29.14% del binomio de la
Democracia Nacional que presentaba la fórmula Lisandro de la Torre –
Nicolás Repetto.
La aplicación del llamado "fraude patriótico", implicaba, además de
proscripciones; las clásicas amenazas hacia los votantes, impidiendo a
algunos ejercer su voto, el secuestro de libretas de enrolamiento, la
falsificación de actas electorales y cambio de urnas.
La conformación de un gabinete de gobierno integrado por eminentes
nombres provenientes de la oligarquía nacional y de los sectores
conservadores de la política, daba el indicio de que se sucederían años de
retroceso en cuanto a los pocos avances logrados en el gobierno
yrigoyenista.
En materia económica, el gobierno de Justo acentúa la dependencia con
el imperio británico, sin embargo el desplome de la bolsa en Wall Street y
la baja del precio de las materias primas argentinas, obliga a iniciar un
proceso de industrialización por sustitución de importaciones, siguiendo
las recetas económicas de John Keynes, que por entonces se encontraban en
boga y aconsejaba una intervención estatal en la economía para incrementar
el consumo y estimular la demanda global (Pigna 2006). Así es que con el
transcurso del tiempo, la industria se convierte en un sector que comienza
a tener mayor preeminencia en la economía, junto con el ya consolidado
sector terrateniente.
Este proceso provoca la quiebra de numerosos pequeños propietarios
rurales y el desplazamiento de grandes cantidades de trabajadores al ámbito
urbano. Estos trabajadores no tenían pasado político ni gremial por lo que
no entraban dentro de la estructura de los partidos o sindicatos obreros de
la época, caracterizados por ser afines al socialismo o anarquismo. Estos
obreros desplazados hacia la ciudad, constituirán la base de la masa social
que representará el peronismo en años posteriores, modificando la
composición del movimiento obrero.
Esta cantidad de trabajadores "nuevos" no se identificarán con el
sindicalismo que venia operando en las grandes ciudades, que estaba
dividido en dos principales centrales obreras: la flamante CGT integrada
por la fusión entre la Unión Sindical y la Confederación Obrera Argentina y
la FORA, de carácter más anarquista.
A pesar de la sistemática complicidad del radicalismo antipersonalista
con las políticas llevadas adelante por el gobierno conservador, en 1935
nace la Fuerza Orientadora Radical de la Juventud Argentina (FORJA),
contando en su seno con importantes cuadros de orientación yrigoyenista,
tales como Arturo Jauretche, Scalabrini Ortiz y Homero Manzi, entre otros,
quienes algunos años después serian un importante apoyo intelectual al
gobierno popular de Perón.
El carácter anticolonial y antiimperialista de los hombres de FORJA,
representarían en si mismo una denuncia a las autoridades partidarias de la
UCR, declarando en su manifiesto inicial: "Somos una Argentina Colonial.
Queremos ser una Argentina libre", denunciando los fraudes y negociados de
la década en volantes, cuadernos, afiches y discursos esquineros marcando a
fuego la sumisión argentina al imperialismo británico (Galasso, 2006),
dando inicio en plena década infame, al pensamiento antiimperialista
nacional.
Con Roberto Ortiz ganando, nuevamente con fraude, las elecciones de
1937 a la formula radical de Alvear-Mosca (53.77 % a 40.02%), se inicia el
segundo y último mandato pseudo democrático de la década, siguiendo con la
misma tendencia que su antecesor, a pesar de que su supuesto espíritu
democrático y de defensa a las instituciones, lo llevarían a intentar
cambiar las practicas fraudulentas. Aún así, por cuestiones de salud, debe
entregar el poder a manos de su vicepresidente, Ramón Castillo en el año
1940, quien mantuvo la política de neutralidad pro-aliada en el conflicto
bélico mundial.


2.3 – Nacimiento del GOU y la Revolución de Junio del 43.


En este proceso para descubrir como el nacimiento del peronismo se
convierte en la única expresión de izquierda nacional de la Argentina, es
indispensable conocer el surgimiento y pensamiento del Grupo de Obra de
Unificación (GOU), fundado el 10 de Marzo de 1943 en los salones del Hotel
Conte. Sus principales referentes eran el Coronel Juan Domingo Perón y el
Teniente Coronel Enrique P. González.
En vista a las elecciones de 1943, con el gobierno desgastado ante la
perdida de apoyos, sobre todo del ejercito y sumado a la muerte de los ex
presidentes Alvear, Ortiz y Justo; el presidente Castillo se prepara para
lanzar la candidatura de Patrón Costas a la sucesión presidencial para el
día 07 de Junio de 1943, algo que nunca llegó a suceder ya que el 04 de
Junio se produce la llamada Revolución de Junio, liderada por los oficiales
agrupados en el GOU.
El mismo Juan D. Perón (Síntesis, 1994), expresa que el objetivo del
GOU, ante la inminencia del golpe de estado que se produciría por esos días
previos al 4 de Junio, fue asegurarse que la revolución no se desviara como
pasó en 1930, logrando que se cumpliera el programa diseñado, imponiendo
normas de conducta y un contenido económico, social y jurídico.
Es así, que tras el golpe y una fugaz presidencia del General Rawson
que duró solo 48 horas, se elige en el seno del GOU a quien había sido
Ministro de Guerra de Ramón Castillo, el General Pedro Ramírez, hombre de
"honor, buena voluntad y buenas intenciones" a decir del mismo Perón, a
cargo del Poder Ejecutivo Nacional y dando inicio así a la labor a cargo
del Departamento Nacional de Trabajo del Coronel Juan Domingo Perón.
Cuando el General Ramírez, por presiones de los Estados Unidos rompe
relaciones con el Eje que combatía en Europa, se produce su desplazamiento
del gobierno, asumiendo la presidencia el General Edelmiro Farrel, hombre
de confianza del GOU, siendo Perón el nuevo Vicepresidente, Ministro de
Guerra y Secretario de Trabajo.
Así, nuevamente el Ejercito asume un rol de arbitro en la política
argentina, pero esta vez con sentido nacionalista y de arraigo popular,
algo que no es nuevo y que tiene raíces mucho mas profundas en la historia
nacional, tal como lo expresa Abelardo Ramos (2006): "La transformación del
Ejército en partido político no constituía, por lo demás, una absoluta
novedad. Desde el Acta de Rancagua, donde San Martín rompe con Buenos Aires
y es designado comandante en jefe por sus oficiales hasta los episodios más
significativos de la guerra civil, hubo siempre en el país un sector del
Ejército que estuvo con el pueblo o los intereses nacionales, enfrentado a
otro que defendía los intereses opuestos. Con sus propias divisas y sus
propias ilusiones, los oficiales del 4 de junio entraban arduamente a la
política argentina para cortar el nudo gordiano de tres lustros de infamia"
(P. 25).


3 – De Ramírez a la Revolución de Octubre: Sembrando la Justicia Social

3.1 – Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión

En el Departamento Nacional de Trabajo, aun con Pedro Ramírez a cargo
del Poder Ejecutivo, Perón comienza su labor tendiente a llevar adelante la
reparación histórica que los trabajadores venían reclamando, en silencio la
mayoría de las veces, desde casi principios de siglo. Aún así, dada la
importancia que tenía el Coronel en el armado del nuevo gobierno, llama la
atención el hecho de que haya elegido para sus funciones ejecutivas, un
departamento que parecía menor, casi olvidado.
Sin embargo, a poco más de un mes después de haber asumido en el
Departamento Nacional de Trabajo, Perón logra la creación de la Secretaría
de Trabajo y Previsión, llamada luego "La casa de los Trabajadores". Así,
el modesto departamento se transforma en una Secretaría con rango de
ministerial y separada del Ministerio del Interior.
Antes de la revolución de Junio, los sindicatos se encontraban
divididos en distintas corrientes ideológicas: comunistas, socialistas,
anarquistas y trotskistas. A ello se le sumaba que siempre fueron afines a
las patronales y con una mirada hacia Europa que poco tenia que ver con las
realidades de los trabajadores argentinos, sobre todo los que durante la
década del 30 fueron migrando desde el campo a la ciudad. Esta debilidad de
las entidades gremiales, y por supuesto, de la masa trabajadora; se
acentuaba aun mas cuando su agremiación estaba dividida por especialidad de
labor y no por grandes ramas de la industria o actividades comerciales, y
esto los ponía a muchos de ellos, en clara desventaja a la hora de la
negociación con las patronales.
La labor de Perón al respecto, fue la aglutinación de los sindicatos
por rama, grandes frentes de lucha que les otorgó la fortaleza que años
después fueron adquiriendo las grandes centrales obreras, dándole
reconocimiento legal a los delegados y la imposibilidad de que fueran
despedidos por su trabajo gremial.
En cuanto a la legislación laboral y jubilación, cabe aclarar que para
1943, muchas de ellas ya existían legalmente, pero aun así, se aplicaban
solo a un pequeño grupo de trabajadores. La labor del Perón consistió en
extender los beneficios a todos los trabajadores argentinos. Se
perfeccionaron otras leyes existentes, adaptándolas y modernizándolas a las
necesidades de los trabajadores.
Pero hubo dos medidas, centrales, que fueron las más combatidas por
los capitales concentrados, tanto del sector terrateniente, como del sector
industrial: El Estatuto del Peón Rural y el Sueldo Anual Complementario
(Aguinaldo).
En cuanto al primero, el Estatuto del Peón Rural vino a poner en una
situación de justicia social a una enorme masa de trabajadores del campo
que, a decir del propio Perón, se encontraban en una situación de cuasi
esclavitud y donde el trabajador rural encarna toda la idea de injusticia
social, diametralmente opuesta a las políticas que se intentan implementar.
Como afirma Groppo (2009), el Estado no es un ente neutral, que solo debe
regular organización de las relaciones sociales, sino que intervenir
activamente a favor de los trabajadores y como tal al Estatuto del Peón
Rural como una herramienta de igualdad entre el trabajador del campo y el
de la ciudad, equiparando los derechos y totalizando su alcance.
Algo similar ocurrió con la sanción del Decreto Ley Nro. 33.302 de
Diciembre del 45, cuando establecía una regulación salarial y el
otorgamiento obligatorio de un bonus anual consistente en un sueldo
completo, agregado al salario de fin de año.
Ambas medidas se encontraron con una fuerte resistencia, del sector
terrateniente por un lado y de la Unión Industrial por el otro, quienes
reclamaban que el efecto totalizador de ambas medidas perjudicaría el
normal desenvolvimiento del sector.
Estas políticas laborales, ponían un limite a la acción explotadora
del capitalista dueño de los grandes monopolios, tanto agrícolo-ganadero,
como industriales; y pondrían al trabajador en una situación de amparo a
través de la Secretaría de Trabajo que oficiaba como órgano arbitral y
siempre con laudos a favor de los trabajadores. Pero las resistencias no
sólo provenían de los sectores de concentración de capital, sino también de
otros sectores, muchos de los cuales se hacían llamar "obreros". Tal es el
caso del Partido Comunista que llama a una huelga para el 31 de Octubre del
44 que fracasa rotundamente al no tener adhesiones por parte de los
trabajadores.
La actitud del Partido Comunista al que se le suma el Partido
Socialista, ambos aliadófilos que acusan a Perón de Nazi-Fascista, son
claramente referenciadas a las actividades que sus pares realizan en
Europa. El Comunismo Stalinista y el Socialismo Demo-Liberal son incapaces
de ver la realidad argentina y ven en Perón un peligroso elemento de
desestabilización que les estaba ganando a los obreros y los sindicatos.
Sin embargo, las masas obreras argentinas no sabían de nazismo, no
conocían a Marx. Solo sabían que estaban consiguiendo la dignidad que
durante muchos años les negaron, incluso los partidos de corte obreros.
Como claramente lo expresa Abelardo Ramos (2006): "…En la Argentina esa
grandiosa marea nacionalista y revolucionaria tendía a expresarse a través
del Ejército y de su más resuelto Jefe, el Coronel Perón. Para
desacreditarlo a los ojos de la «opinión pública», sus enemigos lo
calificaban de «nazi». Pero las masas populares argentinas no conocían el
nazismo. En cambio, conocían al imperialismo, que era anglosajón." (P. 64).


3.2 - Camino al 17 de Octubre del 45


Tras el reemplazo de Pedro Ramírez en la Presidencia, y la designación
en su lugar del General Farrel, el Coronel Perón mantiene su lugar de
trabajo a cargo de la Secretaria de Trabajo y Previsión, pero ahora también
es designado como Ministro de Guerra y Vicepresidente de la Nación.
En paralelo a su trabajo a cargo de la Secretaría, Perón también
avanza en el frente político nacional, intentando demostrar que algo nuevo
nacía de la Revolución de Junio. Es así que consolida sus contactos con
múltiples sectores del ámbito político y académico. A su relación con los
miembros de FORJA (Jauretche, Scalabrini Ortiz, Homero Manzi, y Armando
Casella entre otros), se le suman los contactos con miembros de la UCR
Junta Renovadora, de donde saldrá su futuro compañero de formula, Hortensio
Quijano, y donde figuraba gente como Cooke, Leloir y Saadi entre otros;
toma contacto también con jóvenes dirigentes conservadores dispuestos a
cambiar la historia de su partido, entre los que se encuentra Héctor
Cámpora y quienes terminaran fundando el Partido Independiente, que será
uno de los aliados de Perón en la elección de 1946, o con algunos
exponentes del Socialismo como Manuel Ugarte. Todo esto, sin perder el
apoyo de la masa que poco a poco será peronista. Los trabajadores que
vieron satisfechos sus reclamos, mejorado su nivel de vida, con acceso a
"lujos" de los que nunca antes tuvieron derecho.
Y así, cuadros de los viejos partidos políticos, sindicalistas de las
viejas corrientes sindicales, algunos militares, muchos profesionales,
intelectuales o más que eso trabajadores del pensamiento y mucha, pero
mucha gente simple, trabajadora, no afiliada a ningún partido, pasan a
formar parte del nuevo movimiento que está naciendo. Nadie se equivocó,
todos buscaban una revolución nacional. 
Pero el antagonismo entre nacionalismo antiimperialista, se terminaría
configurando con la llegada del Embajador de los Estados Unidos, Spruille
Braden, que ni bien pisa suelo argentino lanza una frase que demostraba las
intenciones por parte del país del norte para con la Argentina: "no vamos a
permitir un brote nazi-fascista en el continente". Las causas por las que
EEUU a través de su embajador intenta tomar la ofensiva en el plano
interno, tienen que ver con que nuestro país no reconocía el liderazgo
estadounidense en el continente y por el otro lado, el avance de la
legislación social que pone en riesgo la rentabilidad de las empresas de
capital norteamericano.
Inmediatamente Braden se pone al frente del arco opositor. Se reúne
con opositores, es agasajado en la Sociedad Rural, mantiene contactos con
la Unión Industrial, la Cámara de Comercio, estudiantes y todo ello con un
ajetreado contacto con la llamada "prensa independiente".
A esta altura del año 1945 y con la llegada de Braden al país, empieza
a tomar forma lo que en breve será la Unión Democrática, es decir la
coalición de partidos opositores a Perón. La oposición creó la Junta de
Coordinación Democrática que reunió a diversos sectores: Comunistas,
Socialistas, Radicales, Partido Demócrata Nacional (conservador) y
Demócrata Progresista.
El 1° de Agosto de 1945, se anuncia la reforma del Estatuto de
Partidos Políticos, algo que la oposición rechaza de plano a pesar de que
ellos mismos la habían pedido. También querían evitar a toda costa el
llamado a elecciones, siempre que Perón siga siendo una amenaza para el
triunfo de los partidos tradicionales. A eso había venido Braden, a
derrocar al Gobierno y sacar a Perón del medio.
Muchos planes se gestaron, desde el golpe del estado al asesinato
mismo del Secretario de Trabajo. Estaba claro que la situación se tensaba
cada vez mas, la prensa emitía interminables columnas de crítica al
gobierno, entrevistas a Braden y el arco opositor, "la Unión Industrial
Argentina anunciaba en una solicitada del 23 de junio su solidaridad con el
manifiesto de las fuerzas vivas que habían insinuado días antes la
necesidad de otra «semana trágica». Al día siguiente, la Sociedad Rural
Argentina, con la firma de su presidente, José María Bustillo, se
pronunciaba sugestivamente contra el intervencionismo estatal en la
economía" (Abelardo Ramos, 2006: P. 73).
Aun así, Perón recibía el apoyo de numerosos sindicatos, entre ellos,
la Confederación de Empleados de Comercio, la Unión Obrera Metalúrgica, la
Unión Obrera Textil, la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos. El
escenario estaba listo para los acontecimientos de Octubre, solo faltaba
levantar el telón.
Hace aparición formal la Unión Democrática y lanza un multudinario
acto, en la sede del Luna Park, organizado por el Partido Comunista donde
se podían ver las fotos de Roosevelt, Churchill y Stalin en el palco.
La llamada "Marcha por la Constitución y la Libertad", organizada por
el Embajador Norteamericano, se proyectó para el día 19 de Septiembre de
1945. Según quien lo midiera, se dice que hubo de 60.000 a 200.000 personas
participando en ella. Sin lugar a dudas, la convocatoria fue un éxito que
aglutinó a una buena porción de la clase media porteña, estudiantes
universitarios (la FUA había declarado paro para ese día) y por supuesto a
la oligarquía porteña que marchaba en la vanguardia de la columna
enarbolando banderas de Estados Unidos junto al embajador Braden. Es de
notar que no solo fue la oligarquía y la clase media quienes participaron
de la marcha, sino también los partidos de izquierda que se encolumnan en
la Unión Democrática, decretando un paro laboral los gremios que aun
estaban en manos de estos partidos. Un dato curioso representa la
entonación de "La Marsellesa" por parte de los manifestantes, de izquierda
y de derecha; algo que recuerda a los acontecimientos que relata Carlos
Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte donde la burguesía utiliza al
proletariado para hacer su revolución y luego la desecha.
Los sectores antiperonistas del ejército aprovechan el golpe de ánimo
que infundía la marcha de la derecha y se subleva en Córdoba al mando del
General Rawson; pero fue rápidamente socavado por fuerzas leales al Coronel
Perón esa misma noche. Esto, sin embargo fue el punta pié inicial para que
la situación tensa que se vivía en otros sectores del ejercito se
comenzaran a manifestar, sobre todo en Campo de Mayo de donde había salido
la idea de asesinar al Coronel Perón y mantener a Farrel en la presidencia.
Durante las jornadas del 9 de Octubre, y ante el inminente
levantamiento de las guarniciones de Campo de Mayo, y con la intención de
evitar que la cuestión pasara a mayores; el Coronel Perón presenta su
renuncia a los cargos de Vicepresidente, Ministro de Guerra y Secretario de
Trabajo y Previsión. Perón sabía que su destino no pasaba por los caprichos
de la oficialidad del ejercito, que dicho sea de paso la mayoría le era
leal, sino que su verdadero poder residía en el pueblo trabajador quienes
habían sido los principales beneficiarios de las conquistas sociales que
caracterizó la gestión del Coronel; tal como lo demuestra su discurso de
despedida frente a mas de 70.000 trabajadores el 10 de Octubre y el cual es
transmitido por radio en todo el país.
Los partidos demoliberales, el ejército antiperonista y los sectores
antiperonistas se dan cuenta de que por más que Perón haya renunciado, su
poder no se había extinguido. El discurso de despedida seguía retumbando en
sus oídos. Es por eso que el 13 de Octubre, se decide detener al Coronel.
Farrel argumenta que la detención fue para asegurar su protección ante las
amenazas de muerte que se recibían constantemente, pero en el fondo eso es
lo que siempre quisieron los sectores opositores. Un Perón libre, seguía
siendo un peligro para ellos. Lo que no sabían, es que un Perón preso
terminaría siendo el hecho que necesitaba el pueblo para manifestarse.
A partir de ese día, los acontecimientos se van desarrollando a una
velocidad vertiginosa y con innumerables detalles que no se pretenden
plasmar en este trabajo, a los fines de no redundar en detalles históricos
innecesarios para el objetivo del presente; pero basta con decir que el
pueblo ya había empezado a movilizarse y a reclamar por la liberación de
Perón, y la CGT anuncia una huelga general para el 18 de Octubre. Llama la
atención de que en su proclama no se lo nombra al Coronel. Sin embargo, el
día que posteriormente seria proclamado como "de la lealtad" no lo
realizarían los Sindicatos, cada día mas burocratizados.
Los acontecimientos del histórico 17 de Octubre de 1945, son únicos en
la historia de un país que hasta el momento solo permitía las voces de
conservadurismo y la defensa de los intereses foráneos. La gente comenzó
desde temprano a movilizarse por sus propios medios al enterarse de que el
Coronel Perón estaba en el Hospital Militar. Los obreros dejaban sus
puestos espontáneamente y con la única consigna de que le devuelvan a su
jefe político, al único que alguna vez tuvieron. Durante todo el día, la
masa de gente que se agolpaba frente a la Casa Rosada fue creciendo, se
estimaron más de 350.000 personas que, llegadas desde todos los rincones de
Buenos Aires, soportaron una agobiante jornada de calor. La oligarquía
ponía el grito en el cielo al ver los "cabecitas negras", ese "subsuelo
sublevado de la patria" mojar sus pies en la fuente de la Plaza de Mayo.
Esa plaza que a partir de ese día seria de Perón, Evita y el pueblo
trabajador.
Claro está que el gobierno tomó nota de lo que acontecía y decidió
llamar a Perón para que se presentase en la casa de gobierno, donde se
decide su liberación, su baja en el ejército y la promesa de elecciones
libres para aplacar a las masas movilizadas. Perón sale al balcón y habla
frente a la muchedumbre que lo aclama, se produce un diálogo entre un
hombre y el colectivo movilizado.
El antagonismo se marcaba a fuego. Por un lado los sectores
dominantes, aglutinados en partidos políticos obsoletos que pregonaban
volver a la década anterior, estuvieron a contramano de la historia y sus
aparatos partidarios no estuvieron a la altura de las circunstancias. El 17
de Octubre fue el fracaso de los partidos, en tanto no pudieron o supieron
darle cabida a las masas en sus estructuras.
Desde demócratas liberales, hasta los autodenominados representantes
de los trabajadores como eran el Partido Socialista y el Comunista que
nunca vieron lo que realmente estaba sucediendo, quedaron afuera de la
expresión popular. Ellos se posicionaron políticamente, independientemente
de sus doctrinas, siempre europeizadas, pero de pretendida izquierda. Ese
día mas que nunca estuvieron en la derecha, en la defensa de un status quo,
un continuismo sin pueblo que lo enfrentó con una nueva izquierda.
Izquierda en un sentido de ubicación en el espectro político, fue izquierda
por que se enfrentaba a ese pretendido continuismo y resistencia al cambio
que marcaría a fuego la historia argentina de ahí en mas.
Son elocuentes las palabras de Angel Perelman (1968), dirigente
sindical de la época, quien relata como nadie lo que significó el 17 de
Octubre: "…las masas habían deglutido a los sistemas de organizaciones
sindicales y los miles de delegados de fábrica estaban a la cabeza de la
muchedumbre que debía encontrar su unidad a través de cien calles y barrios
en la histórica Plaza de Mayo…".

4 – Elecciones presidenciales. El sistema electoral argentino.


Las elecciones presidenciales estaban programadas para el 24 de
Febrero de 1946. Es decir, apenas cuatro meses después de los
acontecimientos del 17 de Octubre, con un "peronismo" en proceso de
formación y sin un partido propio con el cual afrontar las elecciones y
competir con los partidos tradicionales que ya tenían una estructura armada
y lista.
El surgimiento del Partido Laborista se funda en la necesidad de
institucionalizar un movimiento creciente y dicha tarea es llevada adelante
por un grupo de dirigentes sindicales leales a Perón. Este partido,
inspirado en el laborismo ingles se terminará convirtiendo en la fuerza que
congregará todas las expresiones que apoyarían la candidatura del Coronel y
contaba con una extracción social totalmente diferente a la que
configuraban los demás partidos tradicionales y será un primer esbozo de lo
que mas tarde representaría al Movimiento Peronista, con la coexistencia de
distintos sectores sociales detrás de un mismo objetivo, desde el
sindicalismo, hasta sectores radicales escindidos del radicalismo
tradicional (como lo fue los de la UCR la Junta Renovadora).
Un aporte importante que recibe la candidatura de Perón, fue la que
brinda FORJA, esta agrupación de radicales yrigoyenistas que, habiendo
surgido en la Década Infame y pregonando el nacionalismo antiimperialista,
ve en este nuevo movimiento una oportunidad de llevar adelante muchas de
los reclamos que venía exigiendo desde hacia poco mas de diez años de
existencia, pero no sin ciertos reparos en algunos casos.
El acta de disolución de FORJA del 15 de Noviembre del 45, bajo los
argumentos de la identidad de la gran mayoría de sus miembros con el nuevo
movimiento naciente y la declaración de que "…el pensamiento y las
finalidades perseguidas al crearse F.O.R.J.A. están cumplidos al definirse
un movimiento popular en condiciones políticas y sociales que son la
expresión colectiva de una voluntad nacional de realización cuya carencia
de sostén político motivó la formación de F.O.R.J.A. ante su abandono por
el radicalismo" (Acta de disolución de 1945), dándole libertad de acción a
sus militantes; es la entrada de muchos de sus exponentes al Peronismo,
entre los que se encuentra un personaje fundamental para la interpretación
doctrinaria del movimiento, como lo fue J.W. Cooke.
Si bien, no todo nacionalista se declara peronista, si el peronismo
incluye al nacionalismo en tanto que uno de sus objetivos es la defensa de
los intereses nacionales, políticos, patrimoniales, históricos, culturales
y económicos del país.
Otro de los apoyos importantes que obtuvo la alianza electoral pro
peronista, fue el aporte del Partido Independiente, integrado dirigentes
del interior del país ligados al conservadurismo nacional, que no
compartían las ideas ni los métodos de los Conservadores tradicionales.
Finalmente, y de algún modo sorprendente, un aporte que sería de gran
valor fue el que recibió de la Iglesia Católica, a partir de un documento
emitido por el Episcopado Argentino, conocido como "Carta Pastoral
Colectiva". La conveniencia del apoyo, tibio e indirecto, que el peronismo
recibe en ese comunicado, tiene mas que ver con una respuesta positiva ante
el Decreto-Ley Nro. 18.411 de 1943 donde se imponía la educación religiosa
en las Escuelas públicas; pero también como una toma de posición ante
ciertos sectores de la Unión Democrática que se definían abiertamente como
anticlericales como la Democracia Progresista, el Partido Socialista y el
Partido Comunista. (Monseñor Quarracino, Revista Criterio "La Iglesia en la
Argentina de los últimos cincuenta años", 1977).


4.1 – Elecciones de Febrero de 1946


En 1946, estaban habilitados para votar 3.405.173 ciudadanos varones,
excluidas las mujeres y los ciudadanos de los territorios nacionales que no
elegían autoridades. Todo ello en consonancia con el sistema electoral
establecido en la Ley Saenz Peña de 1913, pero con la enmienda que se
realizó durante el gobierno de Justo, mediante la Ley Nro. 12.298.
De esta manera, se elegía mediante el sistema de votación indirecta,
utilizando el colegio electoral para designar al Presidente, Vicepresidente
y Senadores por la Ciudad de Buenos Aires. En este mecanismo, según
Carlota Jackisch (1993), la elección primaria solo sirve para determinar la
cantidad de electores (o compromisarios), quienes serán los encargados de
elegir los representantes en una segunda instancia. En el caso particular
para las elecciones del 46, en el país, el cual estaba dividido en 15
distritos, se eligieron 376 electores en total, y se elegían a lista
completa por simple pluralidad de sufragios.
En cuanto a las elecciones de Diputados Nacionales, estos eran
elegidos de manera directa por el pueblo y a lista incompleta; es decir que
era una elección de primer grado donde el votante elige directamente a su
representante parlamentario, en una única instancia, permitiendo que las
minorías tengan representación a partir de la implementación de la lista
incompleta (Jackisch, 1993).
La elección de Senadores Nacionales (Excepto Ciudad de Buenos Aires),
la llevaban adelante las Legislaturas Provinciales, a dos senadores por
Provincia.
Y todo este proceso, bajo lo ya establecido por la Ley Sáenz Peña en
cuanto al voto universal, es decir votaban todos los ciudadanos o
naturalizados varones mayores de 18 años; secreto, en tanto se prohibía el
voto cantado y el votante debía hacer su elección en un cuarto oscuro; y de
manera obligatoria, so pena de recibir las sanciones que establecía la Ley.
Bajo este sistema, se llevaron a cabo las elecciones el 24 de Febrero
de 1946, imponiéndose el Partido Laborista con la formula Perón-Quijano con
un 52,40% de votos validos, contra un 42,51% de la formula Tamborini-Mosca
de la Unión Democrática, configurando así un sistema bipartidista que
signarían las elecciones nacionales hasta finales de la década del 80,
donde aparecerían nuevos partidos en la escena política argentina
dispuestos a disputar el poder a la UCR y el PJ (Andrés Malamud, 2004).


4.2 - Surgimiento del Partido Peronista


Perón había llegado al poder con el apoyo de tres fuerzas: El Partido
Laborista, el Independiente y la UCR Junta Renovadora. En las filas del
primero, el que mas representaría el espíritu de movimiento que nacía de
manera institucionalizada, había numerosos dirigentes sindicales, como
también socialistas y comunistas que no habían aceptado formar parte de la
UD.
Esta conformación heterogénea del Partido Laborista lo llevó a tener
distensiones en su seno interno que se agudizaban cada vez más entre los
distintos sectores, llevando incluso a decir de Cipriano Reyes
(Sindicalista de la Carne) que el movimiento había superado al líder. Por
otro lado, los radicales de la Junta Renovadora no tenían poder suficiente
en el interior del partido para imponer sus ideas, como igual sucedía con
las extracciones de izquierda que se le habían plegado.
Esto lleva a Perón a disolver el PL en 1946 y conformar el Partido
Único de la Revolución (PUR), que poco tiempo después será reemplazado por
el Partido Peronista (nombre que perdurará hasta 1971 que se reemplaza por
Partido Justicialista). Esto demuestra que los cuadros internos del partido
no pudieron resistir la presión del líder y tuvieron que ceder ante ella.
Esto se debe a que la clase trabajadora, nunca tuvo un partido propio
que les representara realmente, más aun con las deserciones que se habían
producido en los Partidos Socialista y Comunista, lo que provocó que los
obreros apoyaran directamente la figura de un líder carismático. Era una
estructura política vertical, monolítica y rígida que fue la consecuencia
del bonapartismo ejercido por Perón donde su poder se sitúa por encima de
las clases en pugna haciendo de árbitro entre ellos (Abelardo Ramos, 2006).
En consecuencia, y siguiendo las características organizativas de los
partidos de Panebianco (1990), el proceso de formación del Partido
Peronista, responde a una modalidad mixta con un desarrollo inicial por
difusión, en tanto que una variada cantidad de agrupaciones locales (sobre
todo en el interior del país) se constituyen independientemente y luego son
absorbidas por el Partido Peronista, además de contar con la fusión de los
tres importantes partidos caracterizados anteriormente; pero también tiene
un desarrollo por penetración, en tanto que una vez constituido, se dedica
a rellenar los vacíos a aquellos lugares a donde no se contaba con una
estructura previa.
Asimismo, de acuerdo con lo que teoriza el autor, el componente
carismático en la formación del Partido Peronista es quizás el elemento mas
importante, donde el líder aparece como el interprete indiscutido de un
conjunto de símbolos políticos que llegan a ser inseparables de su persona.
Es también, a decir de Duverger (1957), un partido de Sección, en
tanto que apela a las masas para su configuración como partido y tiene una
estructura organizativa mas centralizada, con una penetración territorial
con trabajo permanente mucho mas intensa que los demás partidos
tradicionales.


5 – La Izquierda Nacional y el Peronismo


Durante el desarrollo del presente trabajo, intentamos una
aproximación a lo que fue el surgimiento del Peronismo que irrumpe en el
escenario político nacional como una fuerza liberadora para las clases
trabajadoras, en amplia diferenciación con los Partidos Políticos
tradicionales que monopolizaron el manejo del país desde hacía varias
décadas, con la salvedad, quizás, del periodo de gobierno (sobretodo el
primero) de Hipólito Yrigoyen.
Como habíamos dicho al principio, y tal como lo desarrolla Hubeñak
(2012), a partir de Bobbio en su trabajo; las posiciones de izquierda y
derecha, si bien tienen una significación particular, tiene que ver
mayormente en la posición que toma una fuerza dentro de un contexto
político determinado. Así, izquierda y derecha son términos de lenguaje
político que se venía utilizando desde la Revolución Francesa y que
engarzan con el concepto de la relación antagónica "amigo-enemigo" que
desarrolla Carl Schmitt.
Estos "espacios políticos" que representan la derecha y la izquierda,
son llenados con ideologías; pero no dejan de ser el posicionamiento donde
se ubica una fuerza determinada. En general, señala el autor, las
ideologías de derecha tienden a ser defensoras del orden natural y la
tradición. Se identifican más con las fuerzas conservadoras que se sienten
continuadoras de las fuerzas del pasado que forjaron un país. En su versión
liberal, la derecha prioriza lo privado y las fuerzas del mercado, ya que
ven a esta última como una variante del orden natural establecido. Las
desigualdades se crean por ese orden natural y hay que respetarlas.
Las izquierdas, en cambio; se caracteriza por oponerse a un orden
establecido (el que quiere conservar la derecha) en nombre de la igualad de
todos los hombres, pero una igualdad basada en la reducción de las
desigualdades sociales.
Si bien, a través de Hubeñak, Bobbio nos refiere a una visión
europeizada de la concepción de derecha e izquierda, donde la primera se
relaciona mas con el nacionalismo y la segunda con el internacionalismo;
creemos que esta distinción no es taxativa si lo debemos aplicar a una
realidad particular que mucho dista de ser la misma que la de los países
europeos, como es la Argentina.
En nuestro país, el antagonismo vino a ser desenmascarado con la
llegada del peronismo, en tanto presentaba una opción de enfrentamiento a
las formas y medidas políticas imperantes en la época. Los partidos obreros
y sus sindicatos, nunca fueron representativos del trabajador argentino,
sobretodo el llegado desde las zonas rurales o el interior del país durante
la década del '30, que no estaba politizado ni tuvo acceso a las ideas
anarquistas, socialistas o comunistas que se difundían en las grandes
ciudades, sobre todo en Buenos Aires.
La prueba de esto es la reacción de estos partidos ante la irrupción
del peronismo, presentando una resistencia a su contenido obrero y
operándole en contra; acusando al gobierno de totalitario y nazi-fascista,
pero sin lograr ver cuales fueron las razones por las que el trabajador
argentino elije aglutinarse detrás de la figura de Perón y no en las filas
de su "partido de clase".
Sin embargo, no son pocos los que si tomaron nota de esto y se pasaron
a las filas del peronismo, aun teniendo algunos posiciones marxistas muy
influenciadas por el leninismo-stalinismo; como sucedió por ejemplo, con el
caso de la "célula ferroviaria" del PC, liderada por Rodolfo Puiggrós (el
que luego editará el periódico Clase Obrera), quienes interpretaban que el
caso peronista, si bien era un partido que representaba a la burguesía
nacional, daba una lucha contra el imperialismo norteamericano y
consideraban que esto era una etapa de la revolución nacional que llevaba
al socialismo. (Carlos Altamirano, 2011).
La izquierda nacional surge con el grupo trotskista de Frente Obrero,
dirigidos por Aurelio Narvaja y donde tiene una participación Abelardo
Ramos. En su interpretación del 17 de Octubre, Frente Obrero expresa que
"…Al gritar ¡Viva Perón!, el proletariado expresa su repudio a los partidos
pseudo-obreros cuyos principales esfuerzos en los últimos años estuvieron
orientados en el sentido de empujar al país a la carnicería imperialista".
(Disponible en www.ruinasdigitales.com).
Aquí, Perón es un representante de la lucha antiimperialista, y es
allí donde se produce el antagonismo. O se está con el imperio o se esta en
contra. O se esta con el Peronismo, liberador y emancipador de las fuerzas
sociales y económicas, o se esta con la oposición, aliadófila y entreguista
del país a los imperios occidentales.
John William Cooke, "el bebe", diría años mas tarde sobre esta
concepción, según lo recoge Galasso (2005): "En 1945… el peronismo fue el
movimiento que surgió y triunfó contra todos los partidos, que hizo saltar
el esquema de los partidos repartiéndose el poder político. No es que la
izquierda hiciera crisis; es que era una parte de la superestructura
política del imperialismo y saltó junto con los demás pedazos de esa
superestructura… el movimiento popular que atacó a la oligarquía y al
imperialismo pasó a ser la izquierda, por cuanto representaba las fuerzas
del progreso nacional y de la dependencia del extranjero. Fue una situación
revolucionaria, donde los esquemas teóricos no servían. Faltaba una
Izquierda Nacional y ese papel pasó a ocuparlo el peronismo, aunque sin
definirse como tal" (p. 18).
Luego, en una de las tantas cartas que intercambiaba con Perón, Cooke
dirá que desde el punto de vista de la orientación, el peronismo es de
izquierda ya que "…la palabra izquierda tiene un significado muy claro y
doblemente claro en Argentina, donde la izquierda fue cipaya – es decir, no
fue de izquierda – pero ya la confusión se desvaneció. Si postulamos la
revolución social y la liquidación de los lazos coloniales, somos de
izquierda, o ocultándonos de esa realidad no progresaremos nada". (Ibidem,
p. 167.).
La postura de Cooke, si bien escrita en los años posteriores al
derrocamiento de Perón, evidencia a las claras de cómo una importante
fracción de la izquierda nacional veía en el peronismo las bases para la
liberación y el fin de los lazos coloniales que nos ataban a las potencias
ganadoras de la guerra. La confluencia de grupos socialistas, de comunistas
como los de Puiggrós, Trotskistas como Frente Obrero con Abelardo Ramos y
muy especialmente de radicales yrigoyenistas como Jauretche (que luego será
muy critico con Perón a medida que el partido se burocratiza), Cooke y
demás exponentes de FORJA; muestran a las claras de que independientemente
del contenido doctrinario que cada uno le imprimía al movimiento peronista,
estaban dentro del mismo "espacio político" de lucha en un Frente Nacional
Antiimperialista, como lo destacamos mas arriba en la posición de Hubeñak.


6 – Conclusiones: El peronismo, ¿es izquierda nacional?

Comenzamos este trabajo con la propuesta de desentrañar los sucesos
que acarrearon la llegada de Perón al poder y como esto podía significar
una nueva posición de izquierda dentro del juego político en la Argentina.
De este modo, nos plantamos desde la postura de Bobbio de vaciar de
doctrinas los lugares políticos y tomarlos como simplemente eso, espacios
en los que se posicionan los actores para luego llenarlos de contenido.
La historia posterior a la caída de Perón en 1955 y ante su exilio de
18 años sin poder regresar al país, con el partido proscripto y muchos de
sus referentes y militantes perseguidos por las fuerzas del orden de la
derecha, llevaron a que se desarrollaran numerosas interpretaciones de lo
que el peronismo significó.
Si bien Perón no estaba muerto, su ausencia dejaba un lugar vacío que
intentó ser llenado, no sólo físicamente, sino también ideológicamente, en
virtud de las mandatos contradictorios que el líder enviaba desde el
exterior. Desde el fomento a una revolución armada en sus cartas a Cooke,
hasta su consentimiento casi expreso a los acuerdos que otros sectores
llevaban adelante con los gobiernos cuasi democráticos de Frondizi e Illia
y las fuerzas militares que se sucedían en el poder.
Dentro de este espectro, no se debe perder de vista lo que realmente
fue el peronismo, como movimiento emancipador, anticolonial y
antiimperialista desde su surgimiento a mediados de la década del cuarenta.
Esto es, un movimiento dispuesto a plantarse frente a la oligarquía, esos
exponentes de la línea "Mayo-Caseros", como diría Arturo Jauretche, donde
para ellos la Patria no era la Patria de Rosas, Yrigoyen o Perón, sino que
era la Patria de los Terratenientes, la que mira a Europa con nostalgia.
Entonces, la posición de izquierda del peronismo no se debe confundir
con un contenido marxista que nunca tuvo en sus orígenes. Si bien Perón
admiraba la Revolución Bolchevique de 1917, diciendo que si bien la
Revolución Francesa termina con el gobierno de las aristocracias, la Rusa
terminó con el gobierno de las burguesías y comenzando con el gobierno de
las masas (Abelardo Ramos, 2006: 64); nunca fue el marxismo un contenido
doctrinario del Peronismo.
Es entendible que referentes provenientes de corrientes marxistas, o
aquellos que con el tiempo se vuelcan al marxismo, hayan visto en el
Peronismo un momento dialéctico previo al socialismo, que lo contendría en
una síntesis (Cooke, 1973), aún así, y a pesar de ser un partido de masas,
nunca fue un partido que planteara una dictadura del proletariado y
expropiación de los medios de producción a la burguesía; sino que
simplemente la idea de "Comunidad Organizada" que proponía Juan Perón,
integraba, no sólo a su componente obrero, sino también a su componente
burgués, que para el líder era fundamental para el reparto equitativo de la
riqueza y la consecución de la justicia social.
Tampoco decimos que el Peronismo es un partido burgués, ya que como
dijimos arriba, a pesar que la burguesía (fundamentalmente la pequeña y
nacional) tiene su espacio de relevancia dentro del movimiento, la
composición del mismo es de mayoría obrera, y deben ser los obreros quienes
lo deben conducir, transformándolo en esencia, en un partido de clase. Allí
es donde reside la dificultad de analizar al peronismo desde una
perspectiva marxista, en tanto que su composición de mayoría trabajadora,
no deja de ser pluriclasista también y dentro de esa "Comunidad Organizada"
puesta en marcha por Perón, todos los sectores deben tener una
participación necesaria para lograr los tres ejes de la doctrina peronista:
Justicia Social, Soberanía Política e Independencia Económica.
Esa ausencia de Perón durante la proscripción y su muerte posterior,
sumado al contenido pluriclasista del movimiento, hacen que sus elementos,
heterogéneos y antagónicos por momento, se terminen ubicando en distintos
espacios del espectro político, según la coyuntura. Cooke temía por esto al
reclamarle en una de sus correspondencias a Perón, la necesidad de
organizar el movimiento: "…Porque el pueblo necesita que esa idolatría a
Perón -mito indestructible- se transforme en elemento aglutinante para
crear el instrumento que resuelva los nuevos problemas que se van
presentando: es decir, el Partido-Movimiento. (…) Debe tener los mejores
dirigentes, los más revolucionarios, capacitados y ágiles. (…) Y cuando Ud.
haya muerto su supervivencia no será exclusivamente emocional, sino
traducida en formas vivas y dinámicas, en realizaciones que prorrogarán su
vigencia más allá del hecho físico…" (Aritz Recalde, 2011:111).
Sin embargo, ese miedo a que el peronismo se convierta en un simple
fetichismo al líder, en simple conjuro emotivo o simple valor sentimental
(Ibidem, p. 153); terminó por configurarse en ese amplio campo de juego
ideológico en el que se convirtió el peronismo con el correr de los años a
partir de 1955.
Entendiendo de que no es posible identificar al peronismo con el
marxismo, por lo expuesto anteriormente, pero tampoco con una derecha
liberal y entreguista o, como planteaba parte de la burocracia sindical,
reducirlo solo al sostenimiento de conquistas laborales; el Peronismo que
nace lentamente de la Revolución de Junio, gestado en años de infamia y
entrega al imperialismo occidental, es sin duda la única expresión de
izquierda nacional posible en Argentina.
Consideramos que esto es así, en tanto que es la única fuerza política
y social con capacidad real de gobierno y apoyo popular que puede proponer
una alternativa frente al liberalismo económico más ortodoxo y la
dependencia con los imperialismos dominantes. Y esto es posible, en tanto
que se posiciona en un lugar antagónico a estos partidos de derecha, y ese
lugar, sin lugar a dudas y necesariamente es la izquierda.




BIBLIOGRAFIA:


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Recursos Web utilizados:

Historiadelperonismo.com copyright © 2009/2020. Roberto Maffeis.

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autónoma de buenos aires – argentina. Disponible en www.elortiba.org
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