La educación y el cambio social (2001)

Share Embed


Descripción

1

LA EDUCACION Y EL CAMBIO SOCIAL JOAQUIN GIRO MIRANDA UNIVERSIDAD DE LA RIOJA

2

RESUMEN:

LA EDUCACION Y EL CAMBIO SOCIAL La escuela ha tomado desde hace años un protagonismo absoluto en el proceso de socialización de los individuos. Los cambios económicos, sociológicos, culturales y tecnológicos que se han producido en estas últimas décadas, y que se están produciendo en la sociedad española en este principio de siglo, llevan incorporados también, cambios en el quehacer educativo. Las múltiples aplicaciones de las nuevas tecnologías que empiezan a introducirse en las aulas, el cambio en el entorno educativo y de las etapas y edades del aprendizaje, así como las variadas posibilidades de movilidad real y virtual del estudiante, traen consigo cambios en los conceptos de escuela y educación. Hoy en día, incluso los valores cambian al albur de progreso tecnológico, a través de los nuevos sistemas de comunicación, cesando el largo proceso de introducción a la cultura del grupo familiar y social, en beneficio de una rápida y eficaz socialización de corte individualista, y más próxima al grupo de iguales, es decir, del grupo de edad, género, clase y etnia. ABSTRACT:

EDUCATION AND SOCIAL CHANGE The school has taken since long time ego a great importance in the socialization process. The econmic, social, cultural and technological changes have taken place in the last decades and from the beginning of this centhury they are taken place in the spanisch society. All this has caused many changes in the education system as well. The multiple applications of the new technologies that they start to be introduced in the classrooms, the change in the stages in the learning process, the same as the wide range of possibilities of real and virtual mobility of the students suppuse changes in the concept of the school and education. Nowadays, even the values change due to the technological process, through the new wais of communication. The great process of introduction to the family and social group is almost finished and it is closer to a fast and effective socialization with individualistic nature and nearer the group of equals, that is to say, age, gender, class and ethnic group.

3

LA EDUCACION Y EL CAMBIO SOCIAL La escuela ha tomado desde hace años un protagonismo absoluto en el proceso de socialización de los individuos. Los cambios económicos, sociológicos, culturales y tecnológicos que se han producido en estas últimas décadas, y que se están produciendo en la sociedad española en este principio de siglo, llevan incorporados también, cambios en el quehacer educativo, el cual, no lo olvidemos, se ha universalizado en los años ochenta del siglo pasado. Los cambios son producto de diversos factores que según el lugar y el tiempo inciden sobre la sociedad de un modo lento y pausado, o bien de un modo rápido y violento, incluso en la combinación de esos factores, unos pueden tomar protagonismo, obscureciendo la labor real pero menos perceptible de los otros. Como señala Fernández Enguita 1, hay muchas opciones a la hora de resumir los procesos que han llevado a la humanidad de la sociedad tradicional a la sociedad moderna, desde el despliegue interminable de procesos sectoriales (en la población, la familia, la producción, el consumo, la política, la propiedad, el uso de la información, la constitución de los estados, el carácter de las guerras, etc.) hasta el intento de reducirlos todos a uno al que se otorgaría la posición dominante (la racionalización, la industrialización, la división del trabajo, el capitalismo, etc.). Si nos situamos ante los principales cambios, vislumbrados en este nuevo siglo, hablamos de la globalización de las relaciones internacionales, y de los riesgos mundiales ante los desastres ecológicos; de la menor autonomía decisoria de los países; del aumento de la información a través de la incorporación de las nuevas tecnologías a la vida cotidiana, principalmente en los países del primer mundo, lo cual está abriendo una nueva brecha que ahonda en las diferencias y desigualdades entre países y sectores de la población mundial. Percibimos, sentimos, una mayor movilidad laboral, incrementada por las demandas de la nueva economía y por el empuje de los países emergentes, así como por la inmigración económica, la cual ha traído consigo una mayor exigencia de eficacia en los resultados productivos. Además, participamos de los cambios en las formas de organización familiar y en las relaciones de género, conducentes a una democratización y respeto en las relaciones de pareja, y necesariamente, a cambios en las escalas de actitudes y valores sociales. Estos cambios, apuntados aquí de modo genérico, no hacen si no incidir en los determinantes cambios, dados en los procesos de socialización y educación. No hay mas que reconocer la existencia de un modelo económico basado en la globalización de los mercados financieros, y la aceptación de un sistema laboral flexible y cambiante al albur de las necesidades productivas, para entender la necesidad de una educación igualmente cambiante, no basada en la transmisión de saberes, sino en el aprendizaje de tareas tendentes a la creación de conocimiento. Los contenidos escolares se van a interrelacionar más con el mundo laboral, primando el conocimiento sobre la información y la creatividad sobre la reproducción. Los profesionales de la educación podrán ser externos al propio recinto escolar, sin que su presencia o vinculación al entorno sean una garantía para la transmisión de los conocimientos. 1

Fernández Enguita, Mariano (1997): “La escuela en una sociedad en cambio”, pag.60

4

Las múltiples aplicaciones de las nuevas tecnologías que empiezan a introducirse en las aulas, el cambio en el entorno educativo y de las etapas y edades del aprendizaje (que se ha convertido definitivamente en continuo), así como las variadas posibilidades de movilidad real y virtual del estudiante, traen consigo cambios en los conceptos de escuela, educación y trabajo 2. Estos cambios se van a producir, o se están produciendo de un modo azaroso, debido a la existencia de un vacío metodológico ante las nuevas tecnologías. La escuela desconoce o apenas vislumbra, guías y caminos que le permitan afrontar las nuevas tecnologías de una manera adecuada a los objetivos educativos que se formulan desde las familias y la sociedad. LOS VALORES La tecnología ha alterado los procesos de transmisión y aprendizaje tradicionales, donde el saber y la ciencia se encontraba depositado en los profesores expertos, y donde los valores, actitudes y pautas de comportamiento eran transmitidos por la escuela, en armonía o en colaboración, con los que se suponía eran los propios de la familia de procreación. No obstante, en un estudio 3 publicado en septiembre de 2000, se afirmaba que casi un 88% de los 3.000 alumnos encuestados (de primaria, primer y segundo ciclo de la ESO y bachillerato), creían que la escuela era el factor más influyente de su educación. Por debajo de ella se encontraría la familia (84%), y muy por debajo, los medios de comunicación (24%). Es decir, que la percepción de los jóvenes estudiantes, seguía depositando la confianza en la tutela de la calidad de la enseñanza, en la escuela y la familia, pese a que la relación con sus iguales, con sus compañeros, es el aspecto más valorado dentro del proceso educativo. La sociedad de la segunda mitad del siglo XX tenía unos valores muy homogéneos que eran más fáciles de transmitir a las jóvenes generaciones. Hoy día, los roles se transmiten no sólo a través de padres y maestros, sino también por los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, que manejan una información inabarcable para los primeros. En consecuencia, los cambios de paradigma cultural hacia lo audiovisual y lo instantáneo, son parte de ese dominio ejercido por las nuevas tecnologías de la información, el cual está acompañado por una cierta desidia cooperativa de las familias, así como la inevitable devaluación de la figura del maestro y profesor. Desde otra perspectiva, la catedrática de Historia de las Ideas Políticas y Académica de la Lengua, Carmen Iglesias 4, aducía con buen criterio, que la crisis de la educación formaría parte de una crisis que de modo general alcanza también a la política, a los valores y a las ideologías, añadiendo que eran tres los principios que habrían conducido a la situación actual: por un lado, la convicción de que existen dos mundos separados entre el mundo de los jóvenes y el mundo adulto; la idea de que los 2

El desarrollo del industrialismo, la economía de mercado y la competencia mundial (globalización), parece habernos metido en un callejón sin salida. Mucha gente estima que el trabajo es un medio para conseguir un modo de vida distinto; pero los hechos demuestran que el trabajo es el modo de vida. Probablemente esta distorsión entre lo que se desea y lo que es, viene motivada por un cierto debilitamiento de la cultura del trabajo en las sociedades avanzadas. Jose Luis Veira y José Romay: “La cultura del trabajo y el cambio de valores”. Sociológica nº3 (1998), septiembre, pag.34 3 Realizado por IDEA (Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo). 4 Conferencia pronunciada en la Fundación Santillana, dentro del ciclo de conferencias “La educación que queremos”. Madrid, 21 de noviembre de 2000.

5

profesores deben centrarse más en la técnica de la docencia que en los contenidos de las materias, y por último una visión pragmática en todos los niveles de la cultura que conduce a que los niños no diferencien entre el juego y el trabajo. No se hasta que punto interviene en la crisis de la educación, el tipo de dedicación docente, pero si atendemos a las exigencias de enseñar más contenidos en un horario estable, necesariamente, el profesorado deberá ingeniárselas para acometer tan ingente labor (o recurrir a la enciclopedia virtual). La voluntad o el esfuerzo, la disciplina y la organización personal, el trabajo bien hecho (colectivo o en competencia), la solidaridad, etc., son algunos de los valores que fundamentaban el proceso de socialización de la escuela. Hoy en día se ha producido un proceso de individualización 5, donde la autorrealización y la felicidad personales se han convertido para mucha gente en la motivación más importante para organizar su escala de valores, efectuando la selección de los mismos sin tener en cuenta las orientaciones institucionales. Este proceso de individualización comienza por mostrarse en una creciente desconfianza de los ciudadanos respecto de algunas instituciones, y en cierto distanciamiento de ellas. Esta tendencia aparece en los distintos subsistemas sociales de la religión, la política, la economía y el trabajo, y las relaciones primarias. Se trata, en definitiva, de la adaptación de los valores a una particular e individual escala, donde domina componentes éticos de baja intensidad, o de bajo compromiso. Se buscan valores que no produzcan dolor, o más bien que eviten la frustración, de tal modo que en dicha escala se procura la adaptación al entorno más acomodaticio y favorable del individuo moderno. Los valores cambian al albur de progreso tecnológico, a través de los nuevos sistemas de comunicación, cesando el largo proceso de introducción a la cultura del grupo familiar y social, en beneficio de una rápida y eficaz socialización de corte individualista, y más próxima al grupo de iguales, es decir, del grupo de edad, género, clase y etnia 6. LA FAMILIA También los cambios habidos en la estructura familiar, con la incorporación de la mujer al mundo del trabajo y la búsqueda de una mayor igualdad entre los sexos, ha incidido en la socialización temprana de las personas, que hasta hace poco estaba restringida al ámbito familiar, entendiendo éste como el espacio en el que se encontraban, en ocasiones, hasta tres generaciones (la sociedad rural y tradicional). Hoy día asistimos al desenlace de un proceso de descenso de la natalidad (1,07 hijos por mujer en edad fértil, muy lejos de la considerada tasa de reposición que es poco más de dos hijos). Según la última Encuesta de Fecundidad del INE, presentada a fines del año 2000, se confirmaba un leve repunte de la natalidad impulsado por el 5

Jose Luis Veira y José Romay: “La cultura del trabajo y el cambio de valores”. Sociológica nº3 (1988), septiembre, pag.28 6 “Aunque he sostenido que el sexo, la raza y la clase social son relativamente autónomos y no se pueden incluir unos en otros, es casi imposible comprender completamente cada uno de ellos a través de un análisis discreto. Esto quiere decir que vivimos en una sociedad estructurada al mismo tiempo según la clase, el sexo y la raza. Es precisamente la articulación entre los tres factores lo que hay que comprender, y no s´lo sus tendencias aisladas. Esta afirmación no pretende devaluar la clase, sino mostrar sus cualidades relacionales emergentes, mostrar su materialización en sujetos sexuados y pertenecientes a una raza. Apple (1989): pag.181

6

mayor número de hijos que tienen las familias inmigrantes (mientras un 47% de las españolas no tiene ningún hijo, un 42% de las mujeres de América Central y del Sur tiene dos hijos, y más del 30% de las africanas tiene tres o más. Las causas por las que el 47% de las mujeres españolas en edad fértil renuncian a la maternidad son muy diversas: el retraso en la edad del matrimonio; edad más tardía en acudir a la maternidad; nuevas formas familiares; parejas que deciden no tener hijos, pero sobre todo, la incorporación de la mujer al mercado laboral y el escaso apoyo hacia los embarazos en la mujer trabajadora. El ámbito doméstico de socialización ha pasado irremisiblemente su responsabilidad a la institución escolar. Cada vez se exige más a la escuela, responsabilizándola de las carencias familiares y sociales, las cuáles debe cubrir como suyas. Los jóvenes transitan por ella más horas que por los ámbitos domésticos o públicos, por lo que debe asumir otros servicios que los puramente escolares. Sin embargo, las nuevas tecnologías pueden alterar el tiempo educativo, entendido como tiempo escolar. Los estudiantes podrán realizar su aprendizaje y consumar sus prácticas escolares también en el domicilio familiar, por lo que la interrelación con los padres, y la proyección de sus experiencias podrán nuevamente reafirmarse sobre la base del diálogo, la responsabilidad, la cooperación y la exigencia con los hijos. Por otra parte, la teoría del capital humano ha calado hondamente en las mentes de las familias con hijos estudiantes, que advierten el proceso educativo como una etapa preparatoria para un mundo altamente competitivo, donde, por tanto, los resultados académicos son la expresión mediata del triunfo social. Aquellos que por dificultades en el proceso de aprendizaje, o por mal comportamiento, se encuentran con resultados académicos negativos, son percibidos por las familias y por el conjunto social, incluida la escuela, como individuos con un destino social propio de las clases más desfavorecidas y trabajadoras, sin cualificación suficiente, y por tanto, sin aspiraciones en la escala social. Con esta percepción social, no es de extrañar que la mayor parte de los padres deseen estudios de titulación universitaria para sus hijos, y sigan despreciando la Formación Profesional, como una titulación destino para los segregados por el sistema educativo. Los resultados de las encuestas realizadas a padres con hijos en edad escolar ofrecen la perspectiva de unos padres preocupados por dotar a sus vástagos de los medios suficientes con los que triunfar en sociedad. A mayor nivel educativo de los padres 7 hay una mayor exigencia de titulación en sus hijos, y sólo si estos cumplen las expectativas paternas, sienten los padres que la escuela ha cumplido con la misión educativa encomendada, pero si los hijos no aceptan como válidos los deseos de los padres, y se declaran objetores escolares, o bien trazan itinerarios educativos quebrados y sinuosos, los padres demandan a la escuela (principalmente al profesorado), por incumplir con las exigencias que se le suponían.

7

Según el estudio del INCE, Sistema estatal de indicadores de la educación 2000, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2000, “más de dos padres de cada tres esperan que sus hijos obtengan un titulo universitario. La expectativa de estudios universitarios para los alumnos la manifiestan, de cada 10 padres, todos si sus estudios son de este nivel; entre 8 y 9 padres si su nivel es de bachillerato o formación profesional; entre 5 y 7 padres si poseen estudios primarios completos o incompletos y entre 3 y 4 padres si no tienen ningún nivel de estudios”, pag.22

7

Por si los estigmas de los resultados académicos no fueran suficientes, también las familias han comenzado a percibir la titularidad de los centros como otro modo de diferenciación social, donde los centros privados y concertados son la vía elitista de la educación, y donde los centros públicos se convierten en los depositarios de todos aquellos alumnos con problemas (sean estos de aprendizaje, pertenencia a minorías étnicas o mal comportamiento), mientras los hijos de las clases medias se desvían hacia la red privada. A favor de esta tesis se observan los titulares de prensa que denuncian el fenómeno de la violencia escolar (más bien indisciplina y desorden por falta de autoridad), precisamente en centros de titularidad pública, alejados del remanso de paz que se les supone a los centros privados y concertados. LOS ESTUDIANTES Los jóvenes estudiantes, tampoco representan el papel que la educación tradicional les había asignado. Familias y profesores asisten desconcertados a una etapa del ciclo vital sumamente cambiante, que si bien se acepta como inevitable, no logra suscitar la necesaria colaboración entre familias y escuela. Los jóvenes de la educación secundaria asisten, por su parte, a unos cambios en las formas de adquirir trabajo, alejadas de la percepción que las familias han aprendido con su experiencia. El joven observa un mundo donde la estabilidad en el empleo se protagoniza como un desideratum social, mientras la realidad presenta expectativas de precariedad, contratos basura y autoempleo. En este sentido, la contrariedad entre educación (familias y profesorado), y mercado laboral conlleva que el joven otorgue a su formación práctica, orientada al mercado laboral, un valor añadido que la educación, entendida como formación integral del individuo, es incapaz de proporcionarle, al menos de un modo deseable. En un informe 8 del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, el catedrático Josep Oliver señala que el avance de la población activa por encima del número de ocupados durante las dos últimas décadas, ha tenido como consecuencia un incremento del paro en el tramo de estudios superiores (el desempleo afecta principalmente al colectivo de jóvenes entre 25 y 35 años, que concentra casi el 80% del total), si atendemos que las familias españolas han apostado durante todos estos años por la formación universitaria como medio para encontrar empleo de mejor calidad y más fácilmente y, también porque estudiar resultaba barato, en el sentido de que el mercado laboral estaba poco activo. Además, aunque el tiempo de búsqueda del primer trabajo es más largo entre los universitarios que en el resto de los grupos, cuanto más elevado es el título, es más fácil mantener el empleo. Sin embargo, en estos últimos años asistimos a la sobrecualificación de los trabajadores (a igualdad de costes, los empresarios tienden a inclinarse por los más cualificados), que invertirá la tendencia en la formación de los jóvenes, que necesariamente se inclinarán por estudios medios de Formación Profesional 9 o nivel medio, tal y como ocurre en los países más avanzados de Europa.

8

Informe Manpower sobre la convergencia laboral en España con la Unión Europea, dirigido por Josep Mª Oliver. Diciembre 2000. 9 Según el estudio Formación y Empleo de la Fundación Argentaria, entre 1999 y 2004 harán falta cien mil titulados de Formación Profesional de segundo grado. En este periodo, en el que se van a incorporar

8

Han sido los propios estudiantes, quienes de modo fehaciente han denunciado el funcionamiento del sistema educativo, como generador de una proporción elevada de personas que se sienten fracasadas, sobre todo durante la adolescencia y hasta la conclusión de la etapa escolar. Una de cada tres personas encuestadas en el “Informe de Juventud de España 2.000”, manifestaba haber experimentado fracaso escolar (27% algo y 9% mucho), provocando el desencanto sobre el valor de la educación. El fracaso escolar vuelve a exhibirse como estandarte propicio en la pugna política y legislativa. Así, asistimos a informes 10 que señalan que con la LOGSE ha disminuido el fracaso escolar respecto a la Ley General de Educación de 1970, aunque dicha mejoría no es igual en primaria que en secundaria. En ésta última, los avances apenas son significativos, dado que sigue siendo un 70% de los alumnos, los que no alcanzan resultados “satisfactorios”. Para el gobierno, una tasa de fracaso escolar demasiado elevada en la ESO y el Bachillerato, pone en evidencia la desmotivación del alumnado, los profesores y los directores. Pero si algo está presente tras la expresión de fracaso escolar, es la existencia de un número de alumnos también etiquetados como “objetores escolares”, que no son sino jóvenes, expulsados de la escuela uniforme y selectiva, segregados de los centros especializados, hacia la diversa, plural, cambiante y conflictiva sociedad de los adultos. LOS CENTROS La denominada violencia escolar es un handicap para el buen desarrollo de las tareas educativas de los centros; sin embargo, estos conflictos entre estudiantes y autoridades académicas, provienen no de los propios centros, sino del entorno social donde se originan, es decir, de situaciones de marginación social. Nos referimos a situaciones que viene propiciadas por la falta de integración de colectivos migrantes y minorías étnicas, por situaciones de desestructuración familiar, por desorganización social en definitiva, que conlleva en el caso de los jóvenes estudiantes, un proceso de mimetización con dichos entornos, trasladando a la escuela cuanto acontece en su experiencia social. La necesidad de atender a esta gran diversidad de casos y situaciones, obliga a una concentración de esfuerzos por parte del profesorado, que si estuviera dotado de apoyos técnicos y humanos, podría promover los fines educativos que le encomienda la sociedad. Además, están las necesidades de formación del profesorado. Los centros educativos, cuando sostienen cierto número de alumnos en situación desfavorecida (inmigrantes y gitanos principalmente), tienen derecho a solicitar un profesor de apoyo. Sin embargo, los profesores del centro no reciben una formación específica, o bien poseen una formación inadecuada o insuficiente para atender las expectativas y necesidades que demanda la diversidad de alumnos y alumnas existentes en el aula.

al mercado 900.000 graduados universitarios y 400.000 titulados de Formación Profesional de segundo grado, sólo se demandarán 625.000 titulados universitarios y 500.000 de FP de segundo grado. 10 Roberto Rey y Alvaro Marchesi: Informe Educativo 2000, Fundación Hogar del Empleado.

9

Los centros sostenidos con fondos públicos se deben responsabilizar por igual de los estudiantes con necesidades educativas especiales 11; y aquellos que se encuentran situados en zonas socioeconómicas más desfavorecidas, deben recibir más apoyos personales y económicos que el resto. Desde diversas organizaciones de la comunidad educativa se ha interesado por la creación de comisiones de evaluación, a modo de ventanilla única de escolarización, que haga posible una distribución adecuada de los alumnos por los centros con financiación pública, impidiendo la discriminación en el acceso (selección escolar), y la situación de “guetos”, exhibida en algunos centros. Un apoyo selectivo como el demandado, tiene que ver con el tipo de relaciones entre los centros y la administración educativa; las cuales se deben construir sobre el eje vertebrador de la autonomía, la diferencia y la evaluación de los centros, tal y como señala Marchesi 12, al constatar, que el habitual trato igualitario que la administración dispensa a los centros –mismos gastos de funcionamiento, misma plantilla de profesores, mismas normas para su organización para los que tienen el mismo número de alumnos- debe dejar paso a una estrategia más diferenciada en la que, una vez que los centros reciban los recursos necesarios para garantizar una enseñanza de calidad, se profundice en su autonomía, se incentiven proyectos propios y se evalúe su funcionamiento. Hace falta un nuevo marco organizativo que abra perspectivas a los centros docentes y que les ofrezca capacidad de decisión, posibilidades para colaborar con asociaciones e instituciones externas, apertura al exterior y flexibilidad organizativa. EL PROFESORADO Familias, estudiantes y centros compiten en el mismo espacio educativo, en ocasiones con un gran desajuste en sus estructuras de funcionamiento. En este caso, quien a juicio de las familias y de buena parte de la sociedad debe adoptar el papel de apagafuegos, es el profesorado. Este debe resolver la enorme contradicción que se abre como una brecha entre los valores sostenidos por la educación y los valores ensalzados por la sociedad de economía liberal y mercado globalizado. Los profesores deben aceptar papeles de guarda y custodia de la infancia, adolescencia y juventud, desarrollando la comprensividad, la atención a la diversidad y la integración de las minorías. Además, se les supone preparados para el desarrollo de tales tareas y satisfechos con el reconocimiento social de su profesión, expresado a través de la crítica y el prestigio social y, por supuesto, de la remuneración económica. La realidad viaja en dirección contraria, pues los profesores son sometidos a la voluntad política de la Administración, la cual no contribuye a la necesaria y permanente labor de formación de este profesorado, aunque sí les exige nuevas funciones, sin por ello gratificarles económica y socialmente. El desánimo cunde en la profesión, cuando no la resistencia activa frente a la Reforma o las reformas educativas.

11

En el resumen estadístico del curso 2000/2001, que elabora la Dirección General de Gestión Educativa, se indica que de los 364 alumnos de Educación Especial que existen en La Rioja, sólo 46 están escolarizados en centros privados, asumiendo la escuela pública la concentración de este tipo de alumnado. 12 Marchesi, A. (2001), pag.43

10

En el Informe 13 España 2001 se citan entre los factores que originan la insatisfacción de los profesores, los siguientes: a) El cuestionamiento continuo de su profesión y la necesidad de adaptación a las reformas educativas. b) La falta de consideración social. c) Percepción negativa o poco valorada de los padres y madres respecto al trabajo de los profesores. d) Salarios comparativamente bajos y escasas posibilidades de promoción. e) Inestabilidad en el puesto de trabajo debido a ajustes de plantilla, descenso de la natalidad y reformas curriculares. f) Vulnerabilidad y sensación de soledad ante alumnos, padres, compañeros e inspección, sobre todo en situaciones conflictivas. g) Problemas disciplinares en el aula. h) Acumulación de roles. Todos estos factores con desigual importancia según individuos, centros, lugares, tienen un aspecto común, y es la indefinida identidad del profesor. Inevitablemente, hemos pasado de una profesión con fronteras bien delimitadas a una constante construcción de su identidad, donde status y roles, están en constante mudanza, dependiendo de los cambios sociales y las demandas que generan en la ciudadanía. Por supuesto, la función de guarda y custodia de la infancia, adolescencia y juventud, no estaba anticipada en las responsabilidades de un profesorado, más preparado para la transmisión de los saberes y los conocimientos, que para la educación en valores, la formación ética, la orientación profesional, la tutorización 14 y el apoyo psicológico; en definitiva, la preparación de las personas para su relación, no sólo con la propia escuela, sino principalmente con el mundo. Alvaro Marchesi, uno de los padres de la LOGSE, apunta 15 que la enseñanza requiere, en la actualidad, diálogo y participación de los alumnos y alumnas, orientación y tutoría, relación con los padres, colaboración en la gestión de la escuela, contacto con actividades formativas que se desarrollan fuera de la escuela, trabajo en equipo con los compañeros y programación de actividades en el aula capaces de suscitar el interés y el esfuerzo del alumnado.

13

Centro de Estudios del Cambio Social. Fundación Encuentro, Madrid 2001. Según Martina Pérez Serrano, que realizó un estudio sobre las necesidades de formación que perciben los profesores, sobre una muestra de 1200 profesores en ejercicio, pertenecientes a cuatro comunidades autónomas (Madrid, Castilla La Mancha, Castilla y León y Andalucía), las necesidades formativas que los profesores consideran más acuciantes son: la formación en técnicas de tutoría; mayor dedicación a la orientación al alumno en todos los ámbitos académico, personal y profesional. Profundizar y prepararse mejor en el uso de estrategias de actuación docente en la observación, las entrevistas, los hábitos de estudio y trabajo, así como en el empleo y manejo de los instrumentos pertinentes para ello. Adquirir las destrezas necesarias para la elaboración de proyectos educativos y curriculares debidamente contextualizados. Saber utilizar con soltura las nuevas tecnologías en la tarea académica del profesor. Incorporar las propuestas metodológicas actuales en el desarrollo de las clases diarias. Más formación en las estrategias de investigación aplicada en el aula. Mayor conocimiento de la teoría y la práctica de la evaluación de los alumnos, de los proyectos y de los programas del centro. Fomentar y trabajar mas en equipo todo el grupo de profesores que están en el mismo centro. Finalmente, ser más exigentes para mantener una actualización continua en el campo científico. Tendencias Pedagógicas (1999), nº4, pag.21. 15 Marchesi, A. (2001): “Cambios sociales y cambios en las escuelas”. Aula de innovación educativa, nº98, pag.43 14

11

De este modo, con la LOGSE, el perfil profesional del profesorado se ha modificado, al incluir junto a las tareas tradicionales en torno al binomio enseñanza aprendizaje, otras como la atención a la diversidad, intervención y participación, globalización, orientación y tutoría, temas transversales, etc. Enseñar se ha convertido en el arte de suscitar la curiosidad y el conocimiento del alumno. Al profesor se le supone así, una persona capaz de organizar y vertebrar las distintas experiencias de sus alumnos, facilitando el empeño e interés por la creación y el conocimiento, sin obviar su desarrollo afectivo, social y moral. En un proceso de conquista por el control del propio trabajo y sus contenidos (habilidades docentes 16), puede que se necesite una o dos generaciones de profesores, antes que estos sean resueltamente los consultores o tutores de estudiantes, que enseñen a seleccionar, asimilar, e interrelacionar contenidos, con el fin de lograr prácticas creativas de conocimiento. En este sentido se valuarán más las habilidades cognitivas, tales como la capacidad expresiva, de análisis y de síntesis; es decir la capacidad de comunicar y conducir la experiencia de la información. Otra cuestión es tratar de enseñar al alumno de otra etnia, de otro idioma, de otras costumbres, con otros valores u otra religión; en definitiva, de otra cultura. Aquí, los profesores deben salir del entorno cotidiano de sus aulas y deben enfrentarse a una tarea superior. Se trata de conciliar la atención individualizada, el diálogo con la familia y la adaptación de ambos con fines de integración social. Las políticas de apoyo, pasan necesariamente por la regularización del idioma y la normalización verbal, a fin de que alumnos y familias puedan defender sus intereses en connivencia con los del centro escolar. Aquí es donde profesiones como la del mediador social o el trabajador social, deben insertarse en modelo educativo sin menoscabo de la labor docente del profesorado. Visto en su conjunto, el balance sobre la situación del profesorado no es nada halagüeño, pues al caos de exigencias pedagógicas, sin distinción de nivel, se une la corta e inadecuada preparación que se ofrece, bien a través del CAP, o bien a través de las Escuelas de Magisterio, todavía devaluadas en el régimen universitario, por el perfil de diplomatura. La falta de comunicación entre los centros, se plasma en el nulo intercambio entre profesores de las diferentes experiencias pedagógicas, sin obviar, que la escasa investigación o las parceladas publicaciones, no tienen el eco suficiente y revulsivo en el quehacer cotidiano y pedagógico. Ya en último lugar, pero no el menos importante, está la mala comunicación con los padres, cuando no inexistente o superficial. Es necesario que se modifiquen los actuales cauces informativos y 16

La idea de habilidad no denota tan sólo una relación técnica con un proceso de trabajo concreto. Además, y fundamentalmente, es un concepto social. Se refiere a las luchas, con o sin éxito, por conquistar el control del propio trabajo y su contenido. Implica una conexión entre concepción y ejecución, que es una relación tanto técnica como de poder. En las escuelas, el concepto tiene hondas raíces en la historia de la política sexual. El continuo esfuerzo de los administradores y burócratas del Estado por definir las habilidades docentes como un conjunto de competencias objetivamente determinadas, así como por racionalizar el trabajo mismo a través de esas competencias y a través de un libro de texto manifiestamente estandarizado, maestros estandarizados, comprobaciones estandarizadas para los estudiantes y un ordenador, documenta exactamente esta conexión ininterrumpida entre habilidad y poder. La especificación externa de las “competencias” docentes es una rearticulación de esa lucha, una rearticulación en la que las especificidades de sexo permanecen ocultas bajo el artificio retórico de la técnica y la responsabilidad. Apple (1989), págs. 183 y 184

12

comunicativos, bien sea a través de un nuevo diseño de participación de los padres en la gestión educativa, o bien a través de la intervención de la administración de los centros, que dirima a favor de la necesaria y permanente comunicación entre progenitores y profesorado. LA LOGSE Y LA REFORMA Como es lógico, todos estos cambios sociales, empujaron a la Administración a promover nuevas leyes que adaptaran el ordenamiento educativo a las demandas sociales y profesionales. Las tres Leyes Orgánicas –la LODE (1985), la LOGSE (1990) y la LOPEG (1995)- fueron aprobadas sin otra oposición que la del actual partido en el gobierno, si bien la última tampoco recibió el apoyo de las fuerzas sindicales. Las tres leyes son el resultado de conciliar las diferentes perspectivas sobre el artículo 27 de la Constitución, que en su primer punto unía el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, es decir, las interpretaciones que progresistas y conservadores han otorgado a la educación, desde las lejanas Cortes de Cádiz (1812). También el artículo 27 señala la necesaria participación efectiva de todos los sectores afectados, añadiendo en el punto siete, que los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la ley establezca. A esta participación se dirige la LODE con la creación de los consejos escolares, extendiendo la necesaria participación a los centros concertados, pese a la titularidad privada de dichos centros, democratizando en cierta medida la gestión de los mismos. Se puede afirmar que nació la LOGSE (escolarización obligatoria hasta los dieciséis años, formación común hasta esa edad, integración y atención a la diversidad, e introducción de la educación en valores), desde luego, con el desconocimiento, la incomprensión y hasta con la abierta oposición de amplios sectores, que por motivos políticos o profesionales, sólo vieron en tal marco legislativo, la pérdida de algunos privilegios y sobretodo el cambio en la función reproductora que hasta entonces había sostenido la escuela. Al día de hoy, la aplicación de la reforma es ya un hecho objetivo en todo el territorio, sin embargo, nos encontramos con las primeras medidas de cambio normativo, en concreto, las que afectan a la extensión de los conciertos a tramos de enseñanza no obligatoria (tanto infantil como postobligatoria), y las que afectan a las enseñanzas mínimas de la ESO y del bachillerato. Este cambio normativo viene impulsado desde 1996 con el Gobierno del PP, el cual comenzó el periodo de exploración y sondeo con la ministra Aguirre, le siguió el ministro Rajoy, es decir, una legislatura dedicada casi por completo al debate, y que parece que ha culminado con la ministra del Castillo, que sacará las reformas de todas las etapas educativas incluida la Formación Profesional y la Universidad. Entre los objetivos propuestos y las medidas que se van a adoptar existen serias contradicciones. Desde numerosos sectores se han apreciado que estos cambios no son sino el preludio de otros no muy lejanos que van a introducir vías separadas de formación, y por tanto la vuelta a un sistema basado en la selección y segregación de las personas, acabando con el carácter comprehensivo de la ESO.

13

A tenor de las declaraciones de la ministra del Castillo: “La vía de actuación va a ser, básicamente, crear tres itinerarios distintos para los alumnos de 14 a 16 años (en el 3º y 4º curso del 2º ciclo de la ESO) según sus necesidades educativas. La idea es que se preste una atención distinta a los alumnos que tienen diferentes estímulos o necesidades. Todos obtendrán el mismo título de enseñanza secundaria obligatoria y estudiarán en el mismo instituto. Haremos un itinerario para los que vayan a irse del sistema educativo, otro para los que pasen a la formación profesional y otro para los que sigan el bachillerato. Todos tendrán la posibilidad de cambiar de una situación a otra, si las demandas e intereses del alumno cambian”, habrá que admitir la vuelta a un sistema diferenciador o discriminador y no unitario, en el sentido de estimar a los individuos según su opción educativa 17. Si eligen la vía del perdedor o del ganador (abandono o continuidad en los estudios), quedarán marcados por unos cuantos años o de por vida. Si eligen ganador, dependerá como hasta hoy, de si eligen la vía elitista y de prestigio (bachillerato, preparatorio para Universidad), o si eligen la vía clasista y desprestigiada (la Formación Profesional, preparatoria del mundo laboral). En cualquier caso asistiremos al fin del carácter comprehensivo de la ESO y a la necesaria atención a la diversidad. Si se segrega en los niveles obligatorios de la educación, se estará condenando al fracaso a los alumnos no elegidos. Hay sectores del profesorado que piensan que la autonomía curricular, o la adaptación del currículo (o planes de estudio) al entorno, o los criterios de evaluación van a ser modificados, y por tanto, parte de la autonomía profesional de los grupos docentes. Y es que con la LOGSE y su posterior desarrollo normativo, se ha llegado a considerar el proceso de toma de decisiones, como un proceso múltiple, tanto por la finalidad como por las personas que intervienen en las mismas, a través de documentos como el Proyecto Educativo, el Proyecto Curricular de Etapa y la Programación General. Esta amenaza sobre la autonomía de los centros y los grupos docentes procede de la orientación de las políticas educativas, que necesariamente toman en consideración los problemas sociales. De ellos provienen las necesidades de cambio educativo. En la solución de dichos problemas se encuentra la base de las modificaciones del sistema educativo, y no en las necesidades de los centros o del profesorado. Otra cuestión es reconocer estos problemas sociales, saber quienes los viven como tales, y si afectan a la generalidad o a una parte de la población, para finalmente adoptar las decisiones pertinentes para la resolución de los mismos. En tales decisiones de política educativa, además, deberán implicarse la comunidad y la familia, a través de la organización educativa de la ciudad (administración, centros, asociaciones, etc.), así como a través de la asunción de responsabilidad y participación de los padres en su relación con el centro y los profesores.

17

Es como si los adolescentes de 16 años tuvieran un criterio suficientemente madurado, acerca de si les conviene declararse objetores escolares. Los centros preguntarán a esa edad: tú que prefieres, formar parte de la clase obrera, de la clase media o de la clase de poder. Según decidas tenemos un itinerario educativo ad hoc, y la responsabilidad (balones fuera), es tuya o /y de tu familia.

14

Si en el conjunto de actores implicados en la docencia, la Reforma de la LOGSE se ha entendido como la opción neoconservadora, es porque se ha percibido la vuelta a la docencia clásica, mediante la restauración cultural (ver contenidos mínimos del curriculum de historia), el papel preponderante del profesorado en las relaciones escolares, el aumento de la disciplina (en el sentido de orden en las aulas), la profesionalización de las funciones directivas, y el triunfo de las editoriales de libros de textos educativos, que son en última instancia, las ganadoras en este pulso entre opciones neoconservadoras y opciones progresistas (aquellas que señalan la autonomía de los alumnos, del profesorado, de los centros y los padres, para organizar la educación y la docencia). CAMBIOS CULTURALES. LA DIVERSIDAD. LA INTERCULTURALIDAD Un aspecto paralelo a los cambios económicos, tecnológicos y sociales es el cambio cultural. No sólo cambio en cuanto a los elementos propios de la cultura (arte, religión, creencias, técnicas, saberes, etc.), es decir, de cuanto hemos aprehendido en cuanto miembros de la sociedad, de esta sociedad; si no cambio cultural, en cuanto a la incorporación de otras culturas llegadas de fuera a nuestra sociedad, es decir, a la diversidad cultural. Nuestra sociedad es ya, afortunadamente, una sociedad multicultural 18, producto de las migraciones. La emigración se dice que es un fenómeno imparable, mientras las desigualdades que produce la globalización del mercado, obliguen a las personas a buscar los medios de supervivencia que no encuentran en su territorio. Pese a que la experiencia de más de 500 años con la cultura gitana ha sido negativa en el proceso de educación intercultural, hoy día se presenta una ocasión única para no repetir los errores del pasado. En este sentido, la diversidad cultural, trae consigo la búsqueda de avances significativos en la educación intercultural, donde empezando por el lenguaje y siguiendo por la religión, podemos encontrar numerosos aspectos novedosos, que si bien interesan principalmente a los profesionales de la educación, bien es verdad que la responsabilidad de una sociedad más justa y equilibrada corresponde a todos. Si no existe una adecuada atención a la diversidad se corre el peligro de que aparezcan nuevamente los grupos de perdedores y fracasados, que buscarán sus propias fuentes y medios educativos de carácter individualista y sectario, con los que resistir al sistema que los señala como diferentes. Desde la sociología de la educación se ha incorporado desde hace años el concepto de reproducción social, por el que entendemos que las desigualdades de clase, género o etnia que ya existen en la sociedad, se mantienen y se extienden por el sistema educativo. Por otra parte, el proceso de globalización (económica, comercial, tecnológica), ha conllevado grandes cambios estructurales en nuestras sociedades y en el mismo proceso de reproducción social. La segmentación de los mercados de trabajo ha aumentado la distinción socioeconómica entre países del primer mundo y los del tercer mundo. Un efecto importante de ese cambio ha sido la llegada de inmigrantes económicos a los países más desarrollados, entre otros España.

18

Tras el proceso de regularización, el año 2000 finalizaba con un censo de 938.783 residentes extranjeros, lo que supone el 2,7% de la población española; corto pero esperanzador porcentaje

15

La comunidad autónoma de La Rioja, no ha sido ajena a este contingente inmigratorio, pues a los índices macroeconómicos favorables se ha unido la necesidad de una mano de obra, en su mayoría poco cualificada, que ha sentado su residencia en dicho territorio, constituyendo la base necesaria para la incorporación del grupo familiar que permaneció en los países de origen. Por el status inferior de estos inmigrantes en los países y regiones de acogida (además de otros grupos étnicos tradicionalmente marginados, por la cultura paya española y riojana, como los gitanos), así como por la creciente distinción entre países desarrollados y subdesarrollados, se ha observado una “racialización 19 de las desigualdades de clase”; es decir, una división del trabajo y los recursos económicos por grupos étnicos en vez de clases. Ese cambio se ha visto reflejado en la escuela y señala una transformación en el proceso de la reproducción social, al ser los rasgos étnicos del alumnado, en vez de características socioeconómicas, las que determinan en gran parte su éxito en la escuela y su posición futura en la sociedad. En La Rioja, y por extensión en España, dos tipos de grupos étnicos se encuentran marginados por la sociedad y el sistema educativo: los gitanos y los inmigrantes extracomunitarios. Aunque los gitanos han sido una presencia constante en la sociedad española, todavía se enfrentan a la discriminación, la pobreza y el fracaso escolar. Las oleadas de inmigrantes han comenzado básicamente en los años ochenta, las cuáles incluyen a grupos de africanos, latinoamericanos y asiáticos, aunque los magrebíes son los más numerosos, y han mantenido una mayor relación con los españoles, por lo que su discriminación está más asentada. Con el comienzo del nuevo siglo, la percepción de la inmigración económica se ha hecho patente en los ámbitos administrativos. La población inmigrante se ha multiplicado, mientras que los hijos escolarizados de esta inmigración se han duplicado. Se está imponiendo la necesidad de conocer la realidad en su justa medida, a través de estudios que señalen las circunstancias de la emigración en cada colectivo étnico. Esta es una demanda de las distintas administraciones, pero que tiene su expresión más inmediata en las solicitudes de apoyo de los profesionales de la educación y los servicios sociales, desconcertados ante los desequilibrios que producen los flujos migratorios. Si atendemos a que el 36% del total de alumnos de países extranjeros, domiciliados en La Rioja, son alumnos diagnosticados con desfase escolar, habría que dar por bueno nuestras hipótesis sobre reproducción social, en términos de desigualdad étnica. Si a esta perspectiva nada halagüeña, sumamos la intención del Ministerio de crear itinerarios diferenciados al finalizar la ESO, convendremos que el destino del alumnado inmigrante es reproducir la situación de sus padres en el mercado de trabajo; es decir, de mano de obra barata y sin cualificar. Necesitamos un estudio que examine la situación de los gitanos y de los inmigrantes dentro de la escuela riojana, para ver si el proceso de reproducción social y los problemas que sufren en la escuela se basan en su status como etnia minoritaria y diferenciada, o en otros factores como su posición socioeconómica o sus actitudes culturales sobre la educación y el sistema educativo (resistencia). 19

Solé (1995), p.7-8

16

Además, debería estudiarse los fenómenos de la segregación, a través de las expectativas del profesorado y sus actitudes hacia los alumnos, así como su contribución al proceso de reproducción social. Finalmente, se buscarían maneras positivas en las que el sistema educativo contribuye a la movilidad social, y al establecimiento de medidas que sirvan la igualdad de oportunidades para la realización de las metas y objetivos educativos de los estudiantes, a la superación de las limitaciones del sistema educativo y la obtención de posibilidades de promoción e integración de los estudiantes gitanos e inmigrantes.

BIBLIOGRAFIA APPLE, M. W. (1989): Maestros y textos. Una economía política de las relaciones de clase y de sexo en educación. MEC, Paidós, Barcelona. CENTRO DE ESTUDIOS DEL CAMBIO SOCIAL (2001), Informe España 2001, Fundación Encuentro, Madrid. FERNANDEZ ENGUITA, Mariano (Coord.), (1997), “Sociología de las Instituciones de Educación Secundaria”. ICE/HORSORI, Universitat de Barcelona. MARCHESI, Alvaro (2001), “Cambios sociales y cambios educativos”. Aula de innovación educativa, nº98, pp.43-45 PEREZ SERRANO, Martina (1999), “¿Qué necesidades de formación perciben los profesores?. Tendencias Pedagógicas, nº4, pp.7-23 SOLÉ, Carlota (1995), Discriminación racial en el mercado de trabajo. Madrid: Consejo Económico y Social VEIRA, Jose Luis y ROMAY, José (1998), “La cultura del trabajo y el cambio de valores”. Sociológica, nº3, pp.23-38

17

Autor: JOAQUIN GIRÓ MIRANDA Profesor de Sociología de la Educación de la UNIVERSIDAD DE LA RIOJA Tf: 941 231602 Fax 941 241652 E-mail: [email protected] Licenciado en Sociología por la U. Complutense de Madrid Doctor por la U. de La Rioja Profesor de Sociología en las distintas especialidades de la titulación de Maestro Profesor de Métodos y Técnicas de Investigación Social en la titulación de Trabajo Social. En la actualidad participa en el proyecto de I+D “Ciudadanía y participación”

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.