La educación sobre patrimonio bibliográfico y documental: elementos teóricos, informativos y bibliotecarios

September 7, 2017 | Autor: J. Palma Peña | Categoría: Patrimonio Cultural, Patrimonio Documental
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Descripción

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Patrimonio cultural documental De la idea a la acción Coordinador: Daniel Jorge Sanabria Barrios (México)

BIBLIOTECA BÁSICA DE DOCUMENTACIÓN EDITORIAL www.documentalistas.org

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Daniel Sanabria nació en 1971, en Montevideo, Uruguay. En 1998 se graduó como Licenciado en Bibliotecología por la Escuela Universitaria en Bibliotecología y Ciencias Afines (UdelaR, Uruguay) y como Técnico en Administración de Empresas por la Escuela de Administración de Facultad de Ciencias Económicas (UdelaR). Desde 1993 a 2001 trabajó en la Biblioteca de la Facultad de Odontología (UdelaR), sucesivamente como becario y luego bibliotecólogo, donde compiló la Bibliografía Nacional en Odontología. En 2002 se incorpora al Tecnológico de Monterrey (México), pasando a residir de manera permanente en Monterrey. Trabaja allí primero como catalogador de tiempo completo, y a partir de 2006 funge como Director de Adquisiciones y Administración del Conocimiento. En 2008 es designado Coordinador Operativo de Patrimonio Cultural, y en 2011, Director de Patrimonio Cultural y Biblioteca Cervantina en el propio Campus Monterrey. En 2005 se graduó como Maestro en Ciencias de la Información y Administración del Conocimiento por la Universidad Virtual del Tecnológico de Monterrey, y en septiembre de 2011 obtuvo el grado de Doctor en Bibliotecología y Estudios de la Información por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Ejerce la docencia en la Maestría en Ciencias de la Información de la EGE del Tecnológico de Monterrey, donde es titular de Proyectos de Investigación. Ha dictado un Diplomado y cursos de capacitación en diversas partes del país sobre temas de la especialidad. Ha presentado más de 20 ponencias y conferencias en congresos nacionales e internacionales en México, Uruguay, Brasil y Puerto Rico. Ha participado en la organización de diversos eventos profesionales de tipo nacional e internacional. Recientemente ha publicado un libro en Argentina, basado en su tesis doctoral. Ha publicado varios artículos de divulgación, arbitrados y en memorias de congresos en Uruguay, México, España, Italia y Holanda.

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Carlos M. Talavera – editor © 2014 Biblioteca Básica de Documentación - www.documentalistas.org Fundación Ciencias de la Documentación Apartado 545 - 10600 Plasencia. Cáceres (España) ISBN-10: 84-938738-9-6 ISBN-13: 978-84-938738-9-9 Foto portada: Todos los derechos reservados. Este libro no podrá ser reproducido por ningún medio, ni total ni parcialmente, así como distribuido mediante alquiler o préstamos públicos, sin el previo permiso escrito del editor, bajo las sanciones establecidas por las leyes. Los contenidos del libro expresan exclusivamente el punto de vista y las opiniones personales de sus autores, y en ningún modo pueden considerarse representativos de los posicionamientos del staff de la Fundación Ciencias de la Documentación, o sus patronos. Asimismo, los autores son los únicos responsable ante terceros de la autoría de sus escritos o de aquellos otros elementos suministrados por ellos (fotos, ilustraciones, dibujos, etc.). Página 4 de 210

ÍNDICE Página

Presentación …................................................................................................ 7

Autores …......................................................................................................... 7

La Memoria del Mundo y la preservación del Patrimonio Documental en la era digital. Abdelaziz Abid (Túnez) …............................................................... 10

Digital platforms and culture patrimony: Access and use in the Americas. Anton duPlessis and Kent Norsworthy (USA) ….............................................. 22

El Patrimonio Documental de México y el programa Memoria del Mundo de la UNESCO. Rosa María Fernández de Zamora (México) ….......................... 50

O Patrimônio Documental Brasileiro. Vitor Manoel Marques da Fonseca (Brasil) ….......................................................................................................... 73

Le Patrimoine Documentaire et la collaboration internationale: Le rôle de l'IFLA. Raphaële Mouren (Francia) ….............................................................. 101

La educación sobre Patrimonio Bibliográfico y Documental: Elementos teóricos, informativos y bibliotecarios. Juan Miguel Palma Peña (México) …. 128

Relaciones entre el Patrimonio Documental y el Turismo: Una mirada latinoamericana. Miguel Angel Vásquez Guillén (Perú) .................................. 189

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PRESENTACIÓN Con mucho gusto presentamos esta obra, fruto de la colaboración de plumas insignes en torno al tema planteado: “Patrimonio cultural documental: De la idea a la acción”. Agradezco a la Fundación Ciencias de la Documentación, en particular a su presidente, el Dr. José Raúl Vaquero, la apertura para poder acoger el concepto de la obra, de vigencia creciente no solo a nivel de ciertos ámbitos académicos y culturales, sino a nivel de autoridades y sociedad toda. Y es que en los últimos años, la discusión sobre importancia del patrimonio cultural documental, su resguardo y ante todo su difusión, se ha disparado a la luz de las nuevas tecnologías de información y comunicaciones, que hacen posible enterarse de la existencia de verdaderos tesoros, antes solo conocidos presencialmente de manera limitada. AUTORES Abdelaziz Abid (Túnez) nos deleita con sus consideraciones en torno al Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, del cual fue impulsor inicial y que cumplió ya 20 años, siempre avanzando vigorosamente. Sin duda la experiencia y conocimientos de quien fue protagonista de este programa y de la creación de la World Digital Library (http://www.wdl.org/en), son un verdadero acicate para la lectura de este interesante trabajo, en el que aparecen consideraciones muy importantes acerca de necesidades futuras y no tan futuras sobre las que hay que trabajar en este campo del patrimonio cultural documental. Página 6 de 210

Anton duPlessis y Kent Norsworthy (USA) presentan un panorama muy completo de la historia de iniciativas estructuradas en su país para poder resguardar colecciones patrimoniales, entre otras. Hacen mención de manera particular a algunos proyectos como el de “Primeros libros de las Américas”. Rosa María Fernández de Zamora (México) nos habla de la activa presencia de su país en los programas de la UNESCO destinados a influir en la salvaguardia del patrimonio. Se centra de manera muy atractiva en el papel de México en el Programa Memoria del Mundo, en sus distintos niveles, donde posee registros la nación azteca, los que ilustran y explica de manera suscinta esta experta autora. Vitor Manoel Marques da Fonseca (Brasil) hace un recorrido sumamente interesante por la historia de las instituciones patrimoniales de su país, aportando luz a aspectos desconocidos o raramente vinculados o reunidos en un solo texto, lo que enriquece su distinguido aporte. Raphaële Mouren (Francia) nos relata cómo la IFLA desde sus orígenes ha estado al pendiente de la importancia del Patrimonio Cultural Documental mediante acciones concretas, buscando concientizar y

difundir la

importancia de la salvaguardia de tesoros documentales. Juan Miguel Palma (México) nos hace una propuesta sobre educación patrimonial en el ámbito educativo bibliotecario. Es un trabajo teórico que apunta a sentar las bases para una propuesta concreta en conceptos de gran interés y que hacen reflexionar más profundamente sobre el patrimonio cultural documental. Página 7 de 210

Miguel Angel Vásquez Guillén (Perú) nos explica las razones por las que es posible vincular turismo con archivos históricos, particularmente en el Centro Histórico de Lima. En su descripción fascinante de los mencionados archivos surge el cuestionamiento de por qué no sería posible poner en práctica una estrategia de turismo cultural integral que los incluyera en recorridos y paquetes turísticos ya existentes.

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LA MEMORIA DEL MUNDO Y LA PRESERVACIÓN DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL EN LA ERA DIGITAL Abdelaziz Abid El año pasado, el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO ha celebrado su 20° aniversario. A lo largo del año numerosas actividades fueron organizadas para crear conciencia sobre la preservación del patrimonio documental de la humanidad. Lanzado en 1992, el Programa es una iniciativa internacional que tiene el fin de procurar la preservación y el acceso del patrimonio histórico documental de mayor relevancia para los pueblos del mundo, así como también promocionar el interés por su conservación. Este patrimonio refleja la diversidad de los idiomas, los pueblos y las culturas; es el espejo del mundo y su memoria. Ahora bien, esta memoria es frágil y todos los días desaparecen para siempre partes irremplazables de ella. Una proporción considerable del patrimonio documental de la humanidad se desvanece debido a causas naturales: Papel acidificado que se desintegra; pergaminos, cuero, películas y cintas magnéticas atacados por la luz, el calor, la humedad o la contaminación. Inundaciones, incendios, huracanes, tormentas, terremotos, etc., constituyen la lista interminable de desastres de cuyos efectos es difícil preservarlo, a menos que se adopten las medidas preventivas necesarias. El Programa se basa en la idea de que la memoria colectiva de los pueblos de la tierra es de vital importancia para preservar las identidades culturales, establecer un vínculo entre el pasado y el presente y modelar el futuro. El patrimonio documental que yace en bibliotecas, archivos y museos constituye una parte fundamental de dicha memoria y refleja la gran diversidad de las culturas. Este patrimonio pertenece a la humanidad, debe Página 9 de 210

ser preservado y protegido íntegramente para todos y, con el debido respeto de los hábitos y prácticas culturales, debería estar accesible a todos de manera permanente y sin traba alguna. Preservación y acceso La misión del Programa consiste por lo tanto en facilitar la preservación del patrimonio documental mundial, promover su acceso universal a través de las técnicas más apropiadas y elevar la conciencia a nivel mundial sobre su existencia, su significado y la necesidad de su protección. Los principales vehículos para esta concientización son los registros de la Memoria del Mundo, que ahora operan a nivel internacional, nacional y regional. La preservación del saber del mundo es un requisito previo indispensable para el acceso universal e influirá considerablemente en el grado en que se desarrollen las sociedades del conocimiento. El acceso a la información y su difusión se basan en la estabilidad de los documentos y en la posibilidad de recuperar su contenido. Paradójicamente, la evolución y mejora de la técnica da lugar con frecuencia a una mayor inestabilidad y a una disminución de las vidas de los documentos. Por ejemplo, las tabletas de arcilla de Mesopotamia pueden durar varios milenios y los documentos audiovisuales, en cambio, solo unos decenios. La vida de los objetos digitales no sobrepasará, por término medio, los diez años. Además, las catástrofes naturales y las guerras destruyen con frecuencia colecciones enteras de archivos y bibliotecas. El objetivo último es hacer accesible este patrimonio al mayor número Página 10 de 210

posible de personas, recurriendo para ello a la tecnología más adecuada, dentro y fuera de los países en que se halle. Por consiguiente, la UNESCO adopta medidas encaminadas a salvaguardar el patrimonio escrito y audiovisual sea en formato análogo o digital. Estructura El Programa consigue sus objetivos animando proyectos y actividades no sólo de una perspectiva global, sino también de perspectivas regionales, nacionales y locales. Además del Comité Consultivo Internacional que es el órgano supremo, existen Comités Regionales y Nacionales del Programa. Los comités regionales y nacionales forman una parte crucial de la estructura del Programa. Hay, hoy en día, cincuenta y ocho comités nacionales y varios comités regionales. El Comité Consultivo Internacional -CCI- se reúne de manera bienal para la selección de los proyectos nominados por cada comité regional y nacional que integran la lista del Registro de la Memoria del Mundo. Por ejemplo, el Comité Regional del Programa en América Latina y El Caribe se conformó desde el año 2000 con nueve expertos nombrados a título personal. Los comités regionales ofrecen un medio para tratar cuestiones que quedan fuera de las posibilidades prácticas del Comité Consultivo Internacional por un lado, y de cada uno de los comités nacionales por el otro; constituyen un mecanismo de cooperación y trabajo complementario que trasciende las fronteras nacionales. Entre sus miembros se hallan normalmente representantes de los correspondientes comités nacionales. Los Comités Regionales se reúnen cada año para revisar las Página 11 de 210

propuestas a los Registros Regionales respectivos y consideran las colecciones pertinentes para nominación al Registro Internacional. El Registro El Registro Memoria del Mundo es el repertorio del patrimonio documental de interés universal identificado por el Comité Consultivo Internacional durante sus reuniones bienales (que han tenido lugar desde 1997) y que ha sido aprobado por el Director-General de la UNESCO. El CCI selecciona las nominaciones al registro entre las proposiciones de inscripción presentadas por los Estados miembros a través de los diversos comités o directamente por instituciones o individuos. El Registro del Programa Memoria del Mundo incluye toda una serie de documentos, fondos de archivos y colecciones documentales que abarcan una vasta gama de soportes materiales: piedra, pergamino, celuloide, grabación sonora, etc. Hoy se cuentan 299 inscripciones en el Registro Internacional de la Memoria del Mundo, y el número de nominaciones aumenta en cada fase de evaluación. Por ejemplo, España cuenta con las siguientes dos inscripciones: 

Las Capitulaciones de Santa Fe: Son los documentos de la Real Cancillería en los que se consignan los acuerdos que Cristóbal Colón suscribió con el rey Fernando II de Aragón y la reina Isabel I de Castilla el 17 de abril de 1492 en la localidad de Santa Fe de la Vega, pocos meses después de la toma de Granada. En las Capitulaciones se establecen las condiciones del primer viaje de Colón, que condujo al descubrimiento de América en ese mismo año.



El Tratado de Tordesillas: Fechado el 7 de junio de 1494, este Tratado Página 12 de 210

se compone de una serie de acuerdos entre el rey Fernando II de Aragón y la reina Isabel I de Castilla, por una parte, y el rey Juan II de Portugal por otra, en virtud de los cuales se establece una nueva línea de demarcación entre las dos coronas, que corre de uno a otro polo, 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Este documento es esencial para comprender la historia de América y las relaciones económicas y culturales entre América y Europa. 

Llibre del Sindicat Remença (“Libro de la agrupación de campesinos): Es un manuscrito en latín que recoge la crónica de reuniones realizadas por campesinos catalanes entre 1448 y 1449. Eran siervos que se reunían para denunciar los abusos señoriales y preparar el camino para pedir la abolición de la servidumbre.



Los “Decreta” de León de 1188: Constituyen el testimonio documental más

antiguo

que

se

conserve

y

conozca

de

los

sistemas

parlamentarios europeos. Estos documentos son el resultado de una ‘Curia Regis’ (Consejo Real), durante el reinado de Alfonso IX de León (1188-1230). Por primera vez la plebe participa de estas reuniones, donde se tratan temas de gran importancia y se toman decisiones en conjunto con el rey, la Iglesia y la nobleza. 

Materiales relativos a la misión Keicho a Europa: Este registro es conjunto con Japón. Son documentos vinculados a la mencionada misión diplomático-comercial, encabezada por Hasekura Rocuyemon y realizada entre 1613 y 1620, en un recorrido que, además de Roma y España, pasó por las Filipinas y México. De escasos resultados tangibles, fue un excepcional acercamiento del Lejano Oriente al mundo occidental. Página 13 de 210

No

obstante,

persiste

el

problema

del

elevado

número

de

inscripciones en el Registro Internacional procedentes de Europa, las cuales suman alrededor del cincuenta por ciento. De allí los esfuerzos llevados a cabo en los últimos años y en diferentes regiones a fin de aumentar la proporción de nominaciones no europeas. Existen dos registros Regionales activos: El de Asia y Pacífico y el de América Latina y El Caribe. El Comité del Programa Memoria del Mundo para América Latina y El Caribe cuenta, en su registro regional, con colecciones de catorce países diferentes que contribuyen con acervos documentales de valor excepcional. La Memoria del Mundo en la era digital El patrimonio documental se convierte cada día más en un patrimonio digital, pues todos los dominios de la actividad humana son tocados por el digital. El mundo produce anualmente más de un zettabite, es decir un millón de millones de gigabites de información, con una tasa de crecimiento anual del orden del 50%. El número de objetos digitales crece aún más, gracias a la presencia de ficheros cada vez más pequeños, como es el caso de Twitter. Cerca de la mitad de este diluvio numérico está vinculado con el ocio. La proliferación de las plataformas sociales incorpora diariamente a nuevos usuarios que intercambian textos, fotos, vídeos, ficheros musicales, juegos, software, etc. La incorporación de las empresas en las plataformas sociales sólo acentúa esta tendencia. La "galaxia Gutenberg" (el mundo del libro) y la "galaxia Marconi" (el mundo audiovisual), están a su vez sumergidos por la ola digital. Página 14 de 210

El mundo de la ciencia también debe hacer frente a una cantidad increíble de datos que administrar, resultado de las experimentaciones de laboratorio o de observaciones que provienen de diferentes instrumentos (satélites,

radares,

telescopios,

sondas,

captadores,

micro

cámaras

cinematográficas, etc.). La salvaguardia de esta información representa para el progreso de la ciencia un reto tan grande e importante como su creación e interpretación. Agujero negro digital Este diluvio de datos que circula sobre la web es también captado por los gigantes informáticos, las grandes empresas comerciales, las agencias de información, de seguridad y de publicidad. Estos datos son tratados por softwares competitivos, son cruzados, recortados y reutilizados con fines de información, control y publicidad. Estas prácticas han provocado acalorados debates sobre el derecho de acceso a la información, la protección de la propiedad intelectual o la salvaguardia de la vida privada. Estas cuestiones se ponen sobre la mesa todos los días, pero a la fecha, son pocas las voces que atajan el problema de la conservación y la preservación del patrimonio digital mundial. Ya se ha perdido o imposibilitado el acceso a un gran número de documentos digitales, deficiencia que no parece arreglarse con el tiempo. Asegurar la conservación de los contenidos digitales constituye un desafío considerable, pues los retos son numerosos y tocan en particular aspectos sobre la integridad y la autenticidad de la información. Una mejor comprensión del entorno digital es esencial para definir modelos de preservación que llenen los vacíos legales y sociales. Página 15 de 210

La preservación del universo digital no es ni un oxímoron ni un fin en sí

mismo, sino una condición indispensable para permitirles a los

ciudadanos del planeta tener acceso a la información. Desafortunadamente, ni aun contando con el volumen total de los medios de almacenamiento que se producen hoy en día, se podría contener el tsunami digital. A este respecto, es necesario notar que no todo lo que circula sobre el espacio cibernético merece ser conservado. El 75 % del universo digital está constituido de copias y sólo 25 % de los objetos son únicos. Una gran parte de esta información única necesita medidas de seguridad y de preservación. Para las instituciones que tienen a su cargo tradicionalmente

recoger

y

preservar

el

patrimonio

cultural,

es

extremadamente urgente saber cuáles son los materiales que conviene conservar y cómo hay que proceder a su selección y a su preservación. Otro problema complejo toca al copyright. Aún no existe a nivel mundial un acuerdo sobre el derecho a preservar y reproducir material basado en un depósito legal digital, es decir, aún no se reconoce el derecho de las bibliotecas y archivos nacionales a copiar material digital con el fin de preservarlo. Los gobiernos y la UNESCO juegan un papel clave en esta materia. Es necesario actualizar la legislación relativa al derecho de autor con el fin de ponerla en concordancia con el mundo digital. El desafío de la preservación exige implicar también a los creadores de la información y los fabricantes de software, quienes deberían tomar en cuenta la conservación cuando conciben sus productos. Los tiempos donde la conservación era un problema de las bibliotecas y los archivos han Página 16 de 210

pasado.

Hoy en día, una larga cadena tecnológica debe movilizarse y

trabajar de común acuerdo con los creadores, los especialistas en conservación, los usuarios y todos los demás compañeros de la cadena digital. Se deben encontrar soluciones técnicamente viables y evitar así a la humanidad la zozobra de tener un gigantesco agujero negro digital. Conservación, derecho de acceso, transparencia y vida privada Con el fin de estudiar estos problemas a profundidad y analizar las principales cuestiones que afectan a la conservación del patrimonio documental digital, la UNESCO organizó una conferencia internacional titulada ‘La Memoria del mundo en la era digital: Digitalización y preservación’, que tuvo lugar del 26 al 28 de septiembre del 2012 en Vancouver, Canadá. Su objetivo fue el de aportar soluciones y desarrollar estrategias que contribuyeran a una mayor protección de los recursos digitales. Los

participantes

examinaron

los

factores

que

afectaban

la

digitalización de los documentos analógicos y la preservación a largo plazo de los contenidos digitales. Notaron que las políticas de preservación no seguían el ritmo de las evoluciones tecnológicas y sociales y que había que establecer urgentemente una hoja de ruta que respondía a los principios de derecho a la información y transparencia en el gobierno. La pérdida frecuente de ficheros digitales y el desconocimiento de los problemas ligados a su conservación tienen un coste económico y social elevado, las inversiones a favor de una política de preservación que garantiza su accesibilidad a largo plazo están plenamente justificadas. La Conferencia recomendó a la UNESCO la creación de un programa Página 17 de 210

de digitalización de urgencia para la salvaguardia digital de las colecciones documentales amenazadas por catástrofes naturales o conflictos armados. Se trata en cierto modo de lanzar una campaña de digitalización preventiva cada vez que los elementos que constituyen el patrimonio documental mundial son expuestos a riesgos de destrucción, como es el caso reciente de Tombuctú, en Malí, donde numerosos manuscritos del Instituto Ahmed-Baba han sido quemados por miembros de grupos islamistas radicales. Los participantes también instaron a la UNESCO a sostener los esfuerzos de los profesionales que trabajaban en las bibliotecas, archivos y museos, con vistas a garantizar la preservación del patrimonio cultural ya digitalizado y estimular su acceso universal equitativo. Recomendaron por otra parte que los Estados miembros elaboraran estrategias de transparencia basadas en datos oficiales fiables y dignos de confianza. Los gobiernos también deberían destinar recursos a la formación de especialistas en la preservación y gestión de los archivos digitales, lo que permitirá reforzar la capacidad del personal de las bibliotecas, archivos y museos que administran el patrimonio digital. Estas instituciones deberán desarrollar recursos y servicios que correspondan a las necesidades del poder público y de los ciudadanos. Se ha instado también al sector privado para que ayude a garantizar la accesibilidad a largo plazo de la información digital que produce, y a adherirse a las normas descriptivas, particularmente a las normas de metadatos reconocidas que permiten la creación de depósitos digitales fiables. Finalmente, las organizaciones profesionales tales como el Consejo Página 18 de 210

Internacional de los Archivos deben cooperar con el poder público, la industria informática y el mundo de los negocios para garantizar la permanencia de los documentos creados de manera digital, y elaborar una visión clara de los pasos a seguir para administrar y preservar esta información. La Conferencia ha reunido a profesionales de los sectores de Patrimonio, así como gobiernos, industria de tecnologías de la información y otros interesados, para evaluar las políticas actuales, a fin de proponer recomendaciones prácticas para asegurar el acceso permanente al patrimonio documental digital. Aunque hoy el conocimiento es creado y se consigue principalmente a través de medios digitales, es muy efímero y su desaparición podría conducir al empobrecimiento de la humanidad. A pesar de la aprobación de la Carta de la UNESCO sobre la preservación del Patrimonio Digital en el 2003, todavía no hay suficiente conciencia sobre los riesgos que conlleva la pérdida del patrimonio digital. La información digital tiene valor económico como producto cultural y como fuente de conocimiento; desempeña un papel importante en el desarrollo nacional porque, cada vez más, se crea información personal, gubernamental y comercial sólo en forma digital. Los recursos nacionales digitalizados constituyen también una inmensa riqueza para los países interesados y la sociedad en general. La desaparición de este patrimonio generaría un empobrecimiento económico y cultural y obstaculizaría el avance del conocimiento. Asegurar la continuidad digital de los contenidos requiere superar Página 19 de 210

obstáculos legales, tecnológicos, sociales, financieros y políticos. El futuro El Programa Memoria del Mundo ha tenido un éxito considerable y ha suscitado mucho interés desde su creación. Prueba de ello es el aumento de las nominaciones para inscripción en el Registro en un 50% en el ciclo pasado. No obstante, y como lo subrayaron varios oradores durante la 4ª Conferencia Internacional del Programa Memoria del Mundo, celebrada en Varsovia, Polonia en junio 2011, aún existe confusión en la mente del público sobre el papel exacto de la Memoria del Mundo en la protección del patrimonio mundial. En la conferencia de Varsovia se propusieron las posibles vías para darle mayor protagonismo al Programa y dotarlo de recursos. Ojalá que las celebraciones del 20° aniversario propicien una mayor conciencia sobre este tema y promuevan los ideales y principios del Programa en todo el mundo. Sin patrimonio documental todos los otros tipos de patrimonio se encontrarían en riesgo de abandono, de negligencia y desaparición. Ya sea que se trate de patrimonio tangible o intangible, material o inmaterial, mueble o inmueble, cultural o natural, vivo o inerte es su representación documental la que le da presencia y visibilidad. El patrimonio documental y digital habita el corazón de la memoria colectiva y el patrimonio cultural común de la humanidad.

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DIGITAL PLATFORMS AND CULTURE PATRIMONY: ACCESS AND USE IN THE AMERICAS Anton duPlessis and Kent Norsworthy This chapter will explore the ways in which memory and cultural patrimony institutions in the United States are confronting the challenges of digital stewardship, of preserving and providing sustained open access to cultural heritage materials in the digital era. We will briefly mention nationallevel initiatives underway in a number of different sectors, but the case studies that we will use to explore these issues in greater detail are drawn from one sector which plays an especially vital role in preserving cultural patrimony: the research libraries of our public universities. Given the rapid pace of technological change in this arena, we have chosen to focus on ongoing initiatives and methodologies, rather than on the underlying technologies, since most of what we might write today about the latter would soon be outdated. While we will treat digital preservation and access as separate categories for analytical reasons, it is important to note that they are ultimately part of a single, intertwined process. Digital preservation activities are only meaningful to the extent that they can assure ongoing and long-term access and use by end users. The list of challenges associated with digital preservation is lengthy. A first set of issues arises from a generalized lack of awareness, beyond the community of professionals who work in cultural heritage institutions, of the relatively short lifespan of digital objects. There is a common misconception that print is fragile and requires professional preservation, whereas a digital object is somehow inherently long-term simply by virtue of the fact that it Página 21 de 210

exists in digital format. The reality is a good deal more complex, and in some regards quite the opposite. One set of complexities stems from the fact that digital preservation requirements vary widely depending on the specific community or digital format involved. Another derives from the fact that those involved in digital preservation must strive to anticipate future uses for the digital objects they are working to preserve. Yet another stems from the sheer volume of born digital data, which implies significant scaling issues, as well as the ever-expanding array of digital format types. We will now examine in brief a number of US-based institutions and initiatives that are engaged at a large scale in the work of confronting the challenges of digital collection building and digital preservation. Digital Initiatives at the National Level The Library of Congress is the oldest federal cultural institution in the United States and in many ways is called upon to play a leadership role in terms of setting policy and direction for digital library and archive initiatives at the national level. Organizationally, this work is done out of the Library’s Office of Strategic Initiatives. In terms of national-level policy and standards, the United States Library of Congress has been at the helm of two major initiatives regarding preservation of digital heritage materials. In December of 2000, Congress appropriated funds to the Library of Congress for creation of the National Digital Information Infrastructure and Preservation Program (NDIPP). The NDIPP was structured as a national network of partners seeking to preserve specific types of at risk digital content. In July 2010, the Library of Congress created the National Digital Stewardship Alliance (NDSA) to extend the work Página 22 de 210

of the NDIPP. The NDSA’s mission is “to establish, maintain, and advance the capacity to preserve our nation's digital resources for the benefit of present and future generations” [1]. NDSA members work collaboratively to assure the preservation of and access to national digital heritage in the United States. It works towards these objectives through a series of working groups that receive general guidance from an NDSA coordinating committee and support from the NDSA secretariat. There are currently five working groups operating, each organized around issues in a specific area of digital stewardship: Content, Standards and Practices, Infrastructure, Innovation, and Outreach. The NDSA membership reflects a broad range of stakeholders, including representatives from universities, professional societies, commercial businesses, professional associations, and government agencies at the federal, state, and local levels. The universe of digital content can be divided into two groups, based on origin: content that originated in print or other media formats and was digitized, and content that was born digital. Each presents its own unique set of challenges. While there are, literally, thousands of localized, usually collection-based, digitization projects scattered across the country, there have only been a few large-scale or mass digitization efforts. An early large-scale book digitization initiative was led by the Internet Archive, a San Francisco-based non-profit that aspires to the lofty goal of promoting “universal access to all knowledge.” Since its founding in 1996, the Internet Archive has been a forceful advocate for broad open access to digital content of all types and formats. Their collections currently include copies of some 350 billion web pages in the Wayback Machine, over 1.6 million audio recordings and 1.3 million video recordings, and over 4.5 million digital texts. Página 23 de 210

The Internet Archive is also the primary force behind the Open Library, a catalog which seeks to create a page on the web for every book ever published.

Open Library began in 2007, and currently contains over 20

million records, nearly two million of which provide free and open access to scanned copies of the corresponding book. The Open Library is an ongoing initiative; it is built on open software and all of its data is open, including its documentation, and they encourage public participation in building and editing both the records and the platform. Another large-scale digital content platform, this one anchored squarely in the academic and research library community, is the HathiTrust Digital Library. HathiTrust is both a robust digital storage and preservation repository and a functionality-rich access platform. In contrast to the Internet Archive, which focuses exclusively on open content, the HathiTrust provides long-term preservation and access services for both public domain and in copyright content. Digital content in the HathiTrust originates from a variety of sources, including Google and its Google Books mass digitization project, the Internet Archive, Microsoft, and the in-house digitization efforts of the HathiTrust partner institutions. More than just the construction of the preservation and access platform itself, HathiTrust seeks to rely on community standards and best practices in the development of policies and procedures to manage digital content and related services at scale. Structured as a membership organization, HathiTrust currently has 84 affiliated partner institutions, mostly research universities in the United States. As of June 2013, the repository contained nearly 11 million digitized volumes, almost one third of which were classified as public domain and as such available for reading or download by the general public [2]. An important national level aggregator of digitized open access Página 24 de 210

content is the Digital Public Library of America (DPLA). The DPLA harvests metadata from over 450 digital library partners—including the HathiTrust-through its Digital Hubs Program, a national network of more than 40 state or regional digital library aggregators. The DPLA is designed to provide a single access point for end users, as well as an open platform for developers, to digital cultural heritage materials from libraries, archives, and museums throughout the United States. The scope of the DPLA’s collecting efforts is very broad: “It strives to contain the full breadth of human expression, from the written word, to works of art and culture, to records of America’s heritage, to the efforts and data of science” [3]. The DPLA seeks to ensure the broadest possible public access to its digital holdings through three elements: a web-based Portal for end users, an enabling Platform built around open data and an API for software developers, and by serving as a forceful Advocate for a public option in terms of open access to digital content. Where the HathiTrust is primarily focused on preservation, the DPLA’s main goal is to increase access to digital content by the broadest possible audience, through mechanisms such as innovate search and use tools like timelines, maps, and apps. Initiatives like the NDIPP, Internet Archive, HathiTrust, and the DPLA are reshaping our digital future at the national level through their efforts to bring more digital content online, to work toward the long term preservation of that content, and to assure the broadest public access to these digital cultural heritage materials. But all of these large-scale initiatives are in one way or another building upon the work that is being done in this area at a more localized level, by public libraries and museums, by local historical societies, by state and local governmental entities, and by a host of other institutions whose mission includes preserving and providing access to our cultural Página 25 de 210

heritage. We will now take a more in depth look at the role played in this arena by one such institution: university research libraries. We must first note that this group includes many of the largest libraries in the world. Out of the roughly 125 members of the Association of Research Libraries, at least seven have collections of over 10 million volumes, and over 25 have collections over 5 million volumes. These university research libraries are in the midst of a far-reaching process of change as they struggle to adapt to a teaching and learning landscape that is being transformed on a daily basis by a host of fiscal, pedagogical, social, and technological factors. Of the myriad elements of change research libraries must confront, we will focus here on just two. One of the key drivers of change has been the rapid globalization of the universities where they are housed and the rise of international scholarship across virtually all academic disciplines and areas of study. Another key driver has been the ever-increasing demand on the part of students and faculty for digital, as opposed to print, resources. In the context of growing demand for international information sources, and digital formats, faculty and students at research universities increasingly rely on primary sources to do their work. Together, these trends are helping to push special collections, once thought to be in danger of being marginalized as relics of the past, into the forefront of change as they become a key asset of the globalized university. The changing landscape facing research libraries is the focus of a growing body of literature and reports, as leaders from the field attempt to find common ground and collaborative strategies for confronting these many challenges. To cite one example, in December 2012 a group of research library leaders gathered for a symposium held at Duke University. The final Página 26 de 210

report from this forum, The Global Dimensions of Scholarship and Research Libraries: Finding Synergies, Creating Convergence, summarizes its recommendations for action into three main areas: 1. Aggressively pursue broad digital access to international information resources 2. Internationalize research library services and perspectives 3. Broaden and internationalize library collaborations We will now examine in greater detail two concrete examples or case studies that were designed to confront varying aspects of the challenges highlighted in this report, one in the area of born digital collecting, the other based on an international collaborative digitization initiative. Preserving born digital heritage: Web archiving Web archiving is a relatively new practice in the area of digital librarianship that seeks to gather, preserve and provide access to born digital content from the World Wide Web. While mandates vary widely from country to country, and between different types of memory institutions, preservation of web content has as a matter of practice largely fallen to national libraries and archives, research libraries, state libraries, museums, and similar institutions whose mission includes stewardship of cultural resources [4]. In an organizational sense, web archiving has an important role to play both externally and internally. Externally, web archive collections have a clear and demonstrated value vis-a-vis future research, akin to the role played by books and other artifacts of the cultural record in the pre-digital era. Like other forms of ephemeral content, web resources have value as evidence about Página 27 de 210

what was happening at the time they were created or modified. Such evidence can be of value not only for historical research, but for activities such as marketing or legal work. Internally, web archiving can play a vital role in the internal records management process of an organization. As an institutional practice, web archiving began in 1996. In that year, Brewster Kahle launched the Internet Archive with the lofty goal of creating a universally accessible digital library. While the Internet Archive has diversified its service offerings significantly since then, preserving web content remains at the core of their work. It was also in 1996 that the National Library of Australia and the National Library of Sweden launched what would become the first efforts by such institutions to capture part of their national domain, in this case the and domains. Today, many national libraries from around the world are engaged in such efforts. In the United States, in the year 2000 the Library of Congress launched the Minerva Project, an ongoing program for collecting focused collections of web content in different areas of U.S. history, politics, and culture. Minerva was eventually renamed the Library of Congress Web Archives. Web archiving as a field reached a major milestone in 2003 with the birth of the International Internet Preservation Consortium (IIPC). The IIPC, which currently has 44 members, primarily national and major research libraries, from 25 countries, is dedicated to “improving the tools, standards and

best

practices of

web

archiving while promoting international

collaboration and the broad access and use of web archives for research and cultural heritage” [5].

Página 28 de 210

One of the main software tools used for gathering content into a web archive is the Internet Archive’s Heritrix crawler, first released in 2002. In 2009, the Heritrix file output format, the WARC file, was adopted as an ISO standard for web archiving. And in 2006, the Internet Archive launched its Archive-It web archiving service, a subscription based initiative that helps partner organizations to harvest, build, manage, and preserve born digital collections. As of July 2013, Archive-It had 225 partners in 45 U.S. states and 15 countries worldwide. To date, these partners have created over 2,000 public collections containing over 6 billion URLs using Archive-It [6]. In 2013, the Internet Archive and the Archive-It team released the Web Archiving Life Cycle Model as part of broader efforts aimed at establishing a set of best practices for web archiving and to increase awareness of the central role web archiving should play as part of broader digital preservation strategies. The goal of the model is to present what a typical web archiving workflow might look like and to put forth a measurable model that organizations can use when they are building or upgrading their web archiving programs. The Model is based on a series of steps and phases that together represent the process of web archiving in a series of circular bands. The outermost band corresponds to policy, since as a practical matter nearly all aspects of web archiving are based on a policy decision of one type or another. Another band corresponds to metadata and description, activities that, like policy, are generally ongoing and are present throughout the entirety of the life cycle. The model then brings together a series of steps that represent high-level decisions that any group embarking on a web archiving activity will need to grapple with. These steps are: vision and objectives, resources

and

workflow,

access/use/reuse, Página 29 de 210

preservation,

and

risk

management. The model then breaks down the lower-level tasks that are part of a web archiving program; these tasks are: appraisal and selection, scoping, data capture, storage and organization, and quality assurance and analysis. Finally, at the very center of the model is the collection, which comprises the actual archived web content. The data that comprises the collection is the end product of all the preceding activities, and it is the actual focus of the preservation efforts. To gain a deeper appreciation of how web archiving works in the context of a research library, we will look in depth at one initiative as a case study, the Latin American Government Documents Archive (LAGDA) at the University of Texas at Austin [7]. LAGDA, which is conducted as a partnership between the University of Texas Libraries, the Benson Latin American Collection, and the Teresa Lozano Long Institute of Latin American Studies (LLILAS), seeks to apply web archiving technology to a specific collecting area: born-digital Latin American government documents. The LAGDA effort was the immediate product of a 2003 planning grant at LLILAS designed to explore methodologies for harvesting and preserving web content. Since 2005, LAGDA has been a partner with the Internet Archive’s Archive-It web archiving service. The project grew out of a collecting challenge faced by the Benson Collection. Historically, the library had systematically collected Latin American official government documents, including annual State of the Union reports, or Mensajes Presidenciales, as well as annual reports that individual government ministries are required by law to produce. Traditionally, such reports were published and collected in print format. But beginning in the late 1990s, increasing numbers of Latin American government entities ceased paper publication of these official documents and reports, opting instead to Página 30 de 210

publish them in digital format directly to the Web. Initially, the Benson library hoped to be able to continue fulfilling its collecting responsibilities by directly linking to these born digital versions of the reports on the web and integrating those links in the existing library catalog records for these serial publications. However, this approach soon ran into a serious obstacle: while creating the initial set of links was fairly straightforward, over time, the number of reports remaining online at the original address declined significantly as part of the process known as “link rot.” Typically, when a new annual report or State of the Union is produced and uploaded, the publishing entity deletes the previous year’s version from the website. Critical gaps in the coverage of these reports historically provided by the Benson, in some cases stretching back to the nineteenth century, began to appear. LAGDA was launched with a view toward plugging these gaps by providing for systematic capture of Latin American government websites. Benson library staff identified close to three hundred key sites from eighteen countries in Latin America and the Caribbean, primarily government ministries and presidential sites, where such documents were published to the Web. Four times per year, LAGDA uses Archive-It to crawl the entire contents of these websites. The resulting collection today totals over 90 million URLs, or discrete documents/files, amounting to over seven terabytes of data. Users can consult the archived sites in two different ways, both available through the LAGDA website. First, they can conduct a full-text search across all contents of the archive, where the search result list consists of direct links to the archived content. Or second, they can browse the archived content starting at a list of links, ordered by country, of the nearly three hundred ministries and presidencies targeted by librarians at the Benson Collection. Página 31 de 210

Digital librarians at LLILAS and the Benson play a key role in the LAGDA partnership, both coordinating overall project activities and taking lead responsibility for managing the Archive-It application. This includes precrawl tasks, using the application to manage the list of target URLs and configure the web crawl settings, as well as postcrawl tasks, such as reviewing crawl reports and applying a quality control protocol to the archived sites. Librarians also use the Archive-It application to manage metadata associated with each archived website, in sum, all of the tasks that are described above as part of the Web Archiving Life Cycle Model. A systematic review conducted by LANIC has confirmed that LAGDA contains thousands of official documents and speeches from Latin American governments that have long since disappeared from the live Web, including not only text documents, but also audio and video files. In addition to the annual reports and state of the union addresses, included are large numbers of speeches delivered by Latin American presidents and their cabinet ministers, sectoral reports, economic indicators, survey results, and other data gathered by government entities. Another advantage LAGDA provides for researchers is that all documents and other types of web content are preserved in their full original context, that is, the entire website where such documents were originally housed. This is vital, because in surveys and other venues, scholars have repeatedly stressed the importance of preserving the entire intellectual context, including the “look and feel”, of born digital materials. Web archiving is a good example of a mechanism for mainstreaming special collections within research libraries. In this era of ever-growing budget constraints in libraries and in higher education, in order for special collections Página 32 de 210

to thrive, they must have a strong presence on campus in terms of cutting edge digital initiatives. And these initiatives must be structured in a way that integrates them into the mainstream of library activity. In the case of the web archiving projects at UT Austin, which originated out of special collections, processes have been integrated, to the extent possible, into existing library workflows, including in the areas of acquisition, cataloging, metadata, and long term preservation [8]. We will now turn to our second case study, which examines these same issues, but this time in the context of a digitization initiative. International Collaborative Digitization: Primeros Libros de las Américas Primeros Libros de las Américas: Impresos Mexicanos del Siglo XVI en las Bibliotecas del Mundo is a digital library project composed of libraries, archives, and other cultural institutions in Mexico, the United States, Chile, and Spain. The project models collaborative international cooperation and showcases the potential of technology to facilitate the preservation, open access, dissemination, and scholarship of historical cultural patrimony, in this case, as found in the earliest imprints from the New World. As an example of collaborative international cooperation, technical expertise and materials are shared among the project’s partner institutions, as the technical requirements of a digital project at this scale can be quite extensive [9]. Insufficient technical and monetary resources can be major barriers to participation in projects of this type. In order to overcome these hurdles, project members practice sharing technical resources that might otherwise preclude primeros libros holding institutions from participating in the Página 33 de 210

project:  A “V-shaped” cradle scanner, an aerial scanner (for larger and/or fragile materials), and an archival scanner small enough to transport are housed at the Biblioteca Histórica José María Lafragua (Puebla, Mexico). As the small scanner, which was purchased by Texas A&M University, can be moved from location to location, primeros libros that cannot be sent to the production center at the Lafragua library for digitization are instead digitized at their home library and the digitized images are sent to Lafragua’s production center.  A bilingual project website is hosted by the University of Texas Libraries. The site design process was a collaborative effort between The University of Texas (UT; Austin, TX), Texas A&M (TAMU; College Station, TX), and Lafragua.  The metadata schema was developed jointly by UT and TAMU, with substantial contributions from Lafragua and the Centro Interactivo de Recursos de Información y Aprendizaje (CIRIA) of the Universidad de las Américas Puebla regarding technical and descriptive metadata.  Overall project coordination and administration, as well as derivative file production, are done jointly by TAMU, Lafragua, and UT.  The

Centro

de

Recursos

Académicos

Informáticos

Virtuales

(CREATIVA) at the Universidad Autónoma de San Luis Potosí (San Luis Potosí, Mexico) has taken on the role of designing, building, and hosting a DSpace repository as a distribution system for the array of image files, both archival and web ready, where project partners can Página 34 de 210

download the images for their use. This repository uses the project’s existing metadata schema. As a corpus, the primeros libros [10] were printed in Mexico between 1539 and 1601 covering topics such as arithmetic, law, linguistics, literature, medicine, military science, navigation, philosophy, religion, and rhetoric. Languages present in the corpus include Huastec (Chuchona, Otomi, Zotzil), Latin, Mixtec, Nahuatl, Spanish, Tarascan (Michuacana, Purépecha), and Zapotec; in many cases exemplars are bilingual, but occasionally trilingual. Given 400 years of use, the books typically show signs of wear such as missing or worn pages, damaged bindings, warping, water and fire damage, worm holes, and pages trimmed into the text block from rebinding. As is expected of books from this early period of printing, there are significant variations in printings, typography, engravings, gatherings, as well as marginalia among multiple exemplars of the same work, thus creating ample opportunities for bibliographic scholarship. Of the 220 works thought to have been produced [11], approximately 135 works survive in institutions around the world. Ideally, the project seeks at least one exemplar of each surviving title while also digitizing and placing on the web as many duplicate copies of these works as possible. These duplicate exemplars facilitate inquiry since marginalia, typographical variants and engravings, ex libris, and other copy-specific attributes are often critical for interpretation and other scholarly purposes. During the course of the Primeros Libros project, previously unknown holdings of works have been discovered in the collections of project participants, increasing the number of known exemplars or titles and highlighting discovery as another benefit of working collaboratively.

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The project website holds digital copies of these 16 th Century works in a variety of formats (JPG and PDF) as well as offering book viewers, navigational aids, and metadata describing the materials. Additionally, ancillary materials

about

the

primeros

libros,

their

publishers

and

bibliographies are included on the website. While the website is hosted by UT Libraries,

the

Texas

Digital

Library’s

(TDL)

Preservation

Network

Infrastructure [12] stores the archival master files of each exemplar, and the full array of archival and web-ready files are archived in multiple locations around the world, including Mexico and Texas. Any project member, even if they only contribute one book, is entitled to a copy of all of the digitized books in all of the archival and derivative formats and may choose to host and/or archive a copy of the entire collection, as long as each partners’ books maintain their institutional branding [13]. Given the variety of possible uses of the digitized books, several file formats, in different resolutions, are produced for archival or web use. Archival images, termed Archival Masters, are saved in both TIFF and JPF/JP2 file formats with the following specifications [14]:  400 pixels per inch (ppi) resolution, minimum;  24 bit color;  lossless compression;  single page capture (i.e., one page of the book per image);  presence of the Kodak Color Separation Guide with ruler (or equivalent) and, if not legible, a high contrast, 2 inch/5 cm photo documentation ruler;  imaging should be done on a non-reflective black or dark background. As the Archival Master is considered the “Master” file for preservation Página 36 de 210

purposes, Quality Control / Quality Assurance is performed at this stage to ensure the accurate reproduction of the primer libro as a physical object [15]. These master files are in TDL’s dark storage system as well as dispersed among members for a wide geographic distribution. The Archival Master is duplicated - retaining the original scan's specifications - but cropped to produce an intermediate file termed the “Split” [16]. The Split serves as the basis for the subsequent web ready files – JPG, JPF/JP2, and PDF – used in image viewers and thumbnails. These web ready files retain the 24 bit color of the Archival Masters, but the image resolution has been changed to 100 ppi from 400 ppi. While the Primeros Libros project website currently uses a traditional web-based book viewer using JPG formatted images, another viewer developed by the Texas A&M University Libraries, dubbed Cobre – Comparative Book Reader –, that utilizes various open source technologies [17] to display JPF/JP2 images, will be added as development concludes. The Cobre viewer features a suite of specialized tools that facilitate different kinds of interaction with digital images, in this case the collection of primeros libros. Key to the operation of Cobre is a filmstrip metaphor that puts page images in contextual order coupled with user-controlled speed levels to scroll through the images. The viewing tools in Cobre can be broadly divided into reading and editing functions. The reading functions are available to all users and support both casual reading and scholarly interaction with the books, as well as printing and downloading of images either as individual files or as a PDF of the complete exemplar.

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Reading Tools

Editing Tools

Book View

Basic

Reading View

Canonical

Detailed View

Frankenbook

Repository View

Annotations

Comparison View

Structural

Quick Comparison View

Non-structural

Transcription Table 1: Roster of tools and views within the Cobre image viewer. Cobre includes a side-by-side page reading view to browse through a primer libro, but the single page detailed view also offers a variety of magnification and movement tools, a variable speed and scrollable filmstrip of page images, and three diffident thumbnail sizes. Clicking the thumbnail in the filmstrip loads that page into the detailed viewer and allows the user to drag the image as well as to view (and to enter, if an authorized user) transcriptions [18] like OCR output. The repository view displays the images in tiled thumbnails and provides descriptive and image technical metadata. Finally, the comparison view allows the synchronous examination of multiple books by displaying parallel, scrollable filmstrips of the selected books. Essentially, this view allows the user to simultaneously view and manipulate multiple exemplars of the same work, which would be virtually impossible in the case of the physical copies since they are often located across several continents and, given their rarity, do not leave the confines of their institution.

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Figure 1: Cobre’s detailed view with transcription panel. The browse, search and view interfaces include mechanisms that allow the user to add books to a comparison list. When multiple books have been added to the list, the comparison view is accessible by clicking on the “compare” button. Each filmstrip has its own interface controls, similar to the detailed view, allowing each book to be moved independently; however, the filmstrips can also be locked together giving the user the ability to scroll through the page images of multiple exemplars at the same time, thus facilitating the rapid exploration of points of comparison or variation between exemplars. Different copies of the same book that have been individually scrolled can easily be synchronized with the sync icon (green circular arrows) bringing the different filmstrips into alignment on the same selected image. If a page is clicked upon when the image filmstrips are locked, the individual Página 39 de 210

pages from each book can be inspected at the same time in a collateral quick zoom view. This view also has the transcription box for viewing OCR output or allowing, if authorized, the entry of observations about each distinct page.

Figure 2: Cobre’s comparison view. The comparison view creates opportunities for academic research and instruction by facilitating the examination of variations in print runs - offering a means to investigate state, emission, and edition of an exemplar, per Gaskell - the use of woodcuts and other decorative elements, typographical variation, overcoming missing or obstructed text or missing / damaged pages.

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Figure 3: Cobre’s quick comparative view with transcription panel. Authorized users (curators, scholars, etc.) can edit certain features of the books’ page images and metadata by accessing Cobre’s integrated editing tools. While the basic page editor allows, via a drag-and-drop method, the reordering, adding or deleting of page images, it also permits more complex editing, if needed, to overcome the fact that some exemplars of primeros libros are missing pages in arbitrary locations, thus hampering comparison among exemplars. By operationalizing the idea of the “ideal copy” from an abstract/theoretical construct, the canonical editor permits the alignment of different exemplars of the same work (title) by leveraging the structural metadata of the image files. This canonical construction allows for synchronization of text images seen in the comparative viewer since the canonical version is an abstract, but complete version of the book - no page images present, but its structure (i.e., proper number of pages) is complete and serves as a standard for alignment and synchronization of page images. “Frankenbooks” are an application of the canonical construct using images drawn from any exemplar(s) to replace the image placeholders of the Página 41 de 210

canonical version. An authorized user can collate pages from different exemplars of a particular primer libro to create a single master copy from several different copies, i.e. create a custom version of the text based upon the scholar’s criteria; replace, for instance, an illegible page with one that can be read, or fill in a missing page in one copy of a book with the corresponding page from a different copy. The

annotation

editor

provides

a

notational

structure

to

accommodate identifiable aspects of a book’s structure such as a table of contents, sections that one may find in a bibliography, or nuanced markings on specific pages of inquiry, such as engravings or fire marks [19]. There are two types of annotations: structural elements that are found across exemplars (and will propagate to the exemplars if entered on the canonical version) and non-structural elements that are copy specific. The editor can be used to add, edit, and remove annotations or copy the annotations from one exemplar of a book to another. These annotations are navigation elements allowing users to click and be taken to that particular entry. The functionality of the annotation editor has been leveraged to create the transcription editor in the detailed and quick comparative views. The idea is to manually facilitate transcription of page corrections, in the case of OCR text, or to serve as a notation area for scholars in the midst of research. In the detailed view, the transcription button opens a pane where text output from OCR is populated or text can be entered. Saved entries of either type appear below the filmstrip of page images. This editor has an export function by storing the saved text into a metadata file [20] used within Cobre that can be parsed and output into a different format such as a .TXT file. As the quality of scanned images often makes for easier reading Página 42 de 210

(magnification controls to increase text size, better contrast) than is the case with the printed version, detailed examination of these works no longer requires the physical exemplar. This results in less handling overall of the primeros libros while simultaneously providing greater accessibility, since Cobre permits the parallel comparison of multiple exemplars and the creation of custom versions by collating pages from different exemplars of the same title. In addition, facilitating scholarly research, the development of new bibliographic tools, and academic instruction increases the valuation of the primeros libros while fulfilling a needed patrimony role – exposing these exemplars to a wider audience to prevent their neglect. Annex: Primeros Libros Partners and Exemplars Exemplars Exemplars Exemplars

Mexico

held

1

Biblioteca Histórica José María Lafragua,

digitized

on wete

8

8

5

Puebla Biblioteca Franciscana, Universidad de las 1

1

1

11

11

11

2

2

2

Benemérita Universidad Autónoma de 2

Américas Puebla / la Provincia Franciscana del Santo Evangelio de 3

México Biblioteca Palafoxiana – Ministerio de Cultura del Estado de Puebla

4

Centro de Documentación Histórica Vito Alessio Robles Instituto Coahuilense de Cultura

Página 43 de 210

5

Centro de Documentación Histórica Rafael 2

2

2

9

7

2

4

4

2

7

I/P

0

9

Jesús INAH

4

0

0

1

Biblioteca Cervantina del Tecnológico de

90

At least

0

0

Monterrey

Montejano y Aguiñaga de la Universidad 6

Autónoma de San Luis Potosí Biblioteca Francisco de Burgoa de la Universidad Autónoma Benito Juárez de

7

Oaxaca Biblioteca Publica Universidad Michoacana de san Nicolás de Hidalgo

8

Biblioteca Eusebio Francisco Kino del Colegio de Estudios Teológicos de la Provincia Mexicana de la Compañía de

62

Total exemplars United States 1 Cushing Memorial Library and Archives –

138

97

25

18

18

18

2

Texas A&M University Benson Latin American Collection,

50

50

49

3

University of Texas John Carter Brown Library, Brown

73

67

6

4

University Houghton Library, Harvard College –

7

6

6

5

Harvard University Dumbarton Oaks Library & Research

2

2

0

Collection - Harvard University 6 Latin American Library, Tulane University Total exemplars

12 162

12 155

0 79

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Spain 1 Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla 2

de la Universidad Complutense de Madrid Biblioteca General Histórica de la

Universidad de Salamanca Total exemplars Chile 1 Biblioteca Nacional de Chile

7

7

7

11

I/P

0

18

Grand Total exemplars

7

7

22

I/P

0

340

259

111

In the table above, the three numerical columns indicate the number of exemplars held, the number digitized, and the number available for use on the Primeros Libros website. In certain cases, exemplars are undergoing conservation and have not been digitized yet. Notes 1 See “Our Mission,” at http://www.digitalpreservation.gov/ndsa/. 2 See “Currently Digitized”, at http://www.hathitrust.org/about. 3 See “What is the DPLA”, at http://dp.la/info/about/faq/. 4 For a good introduction to the history and practice of web archiving, including an exhaustive bibliography,

see WebArchiving@UNT:

Web

Archiving Bibliography 2013, by Brenda Reyes Ayala. 5 See “About IIPC” at http://netpreserve.org/about-us. 6 Up to date statistics can be found at http://www.archive-it.org/learn-more.

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7

Additional

details

on

the

LAGDA

project

can

be

found

at

http://lanic.utexas.edu/project/etext/llilas/portal/portal099/lanic.pdf 8 For more, see Web Archiving and Mainstreaming Special Collections. 9 Components include scanners (and associated PCs, storage, software), training, metadata schema (MODS, METS, Preservation, etc), production workflows and standards, website with the necessary interfaces to access and view these books. 10 Beginning in 1584, printing also took place in Peru, but those materials have not yet been included in the project. 11 See Garcia Icazbalceta, Medina, Wagner, Fernandez Zamora, etc. 12 TDL is a collaboration of universities in Texas that supports the scholarly activity of universities’ faculty by developing software, building digital repositories, and facilitating preservation of digital collections. 13 See the Primeros Libros Project Agreement. 14 See the Primeros Libros Project Agreement. 15 Scanning is done to minimize strain on the binding and spine of the particular volume. It is crucial to digitize the entire book as a whole object, both for the sake of possible future facsimile production, and for the appropriate full representation of the original to the end user. Every page plus book covers, binding boards, spine, end-papers, blank pages, and ex libris should all be scanned as an integral part of the book. In addition, each and Página 46 de 210

every page plus the book’s structural elements (book covers, spine, etc.) must be documented in the metadata schema. 16 Prior to cropping, the color guide may be used, if necessary, to slightly adjust the image to better represent the physical object; for example, modifying the image’s color (contrast, saturation and hues). This is also the stage at which images, if necessary, may be de-skewed. 17 Examples include, Apache SOLR, jQuery, DSpace, Django, and Djatoka. 18 The transcription function is new to Cobre and was developed as part of the Mellon Foundation grant-funded Early Modern OCR Project (eMOP), “an effort, on the one hand, to make access to texts more transparent and, on the other, to preserve a literary cultural heritage … by improving Optical Character Recognition (OCR) software that is trying to translate” the page images of English texts of the hand press period into “archiveable, mineable texts. By using innovative applications of OCR technology and crowd-sourced corrections, eMOP will solve this OCR problem.” The text produced by this OCR process will be contributed to the Digital Public Library of America under the auspices of the Advanced Research Consortium (ARC). 19 See for exmple, Catálogo Colectivo de Marcas de Fuego. 20 This metadata, termed “bitstream metadata bitstream,” contains the image file roster as well as the text, be it OCR output or saved entries from the transcription editor. References

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Fernández Zamora, R. Los Impresos Mexicanos del Siglo VXI: Su Presencia en el Patrimonio Cultural del Nuevo Siglo. México: UNAM, CUIB, 2008. García Icazbalceta, J. Bibliografía Mexicana del Siglo XVI, 2a ed. A. Millares Carlo, Ed. México: Fondo de Cultura Económica, 1954. Gaskell, P. A New Introduction to Bibliography. New Castle, DE: Oak Knoll Press, 1995. Liles, B., Creel, J., Maslov, A., Nuernberg, S., duPlessis, A., Mercer, H., McFarland, M. and Leggett, J. “Cobre: A Comparative Book Reader for Los Primeros Libros.” Proceedings of the 45th Hawaii International Conference on System Sciences (HICSS45), Maui, HI, USA. January 4-7, 2012, pp. 17071716. Medina, J. Historia de la Imprenta en los antiguos dominios españoles de América y Oceanía. Santiago de Chile, Chile: Fondo Histórico Bibliográfico José Toribio Medina, 1958. Wagner, H. Nueva bibliografía mexicana del siglo xvi. Suplemento a las de don Joaquín García Icazbalceta. México: Polis, 1940.

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EL PATRIMONIO DOCUMENTAL DE MÉXICO Y EL PROGRAMA MEMORIA DEL MUNDO DE LA UNESCO Rosa María Fernández de Zamora Introducción México es uno de los países que más han colaborado con el Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, pues su riqueza documental así lo demanda. Reconocer y difundir el patrimonio documental mexicano a través de los reconocimientos que la UNESCO otorga por medio de Memoria del Mundo es una tarea necesaria. México tiene una larga historia documental que manifiesta la pluralidad y riqueza de su cultura. La presencia del libro en México remite a los documentos pictográficos prehispánicos: los códices mexicanos que constituyen bellos y expresivos testimonios de las culturas autóctonas y de su visión del mundo. Además, México fue el primer país fuera de Europa que contó con la imprenta de tipos móviles (1539). Asimismo desde el siglo XVI empezaron a formarse bibliotecas y archivos de gran riqueza. La Unesco y el Patrimonio cultural de la Humanidad Con el fin de reconocer y preservar el patrimonio cultural de la humanidad, la UNESCO ha establecido tres importantes proyectos:  La Convención del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural en 1972.  La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Intangible en 2003.  El Programa Memoria del Mundo en 1992. Página 49 de 210

Las dos convenciones están integradas en el Sector Cultura de UNESCO y el Programa Memoria del Mundo en el Sector de Comunicación e Información, esta situación ha causado extrañeza a lo largo de los veinte años del Programa, por lo que recientemente se solicitó a UNESCO que el Programa pasara al Sector Cultura lo que propició una discusión que fue resuelta en la 191 Reunión del Comité Ejecutivo realizada en abril de 2013 y en la que el señor embajador Mario Chacón, representante de México señaló: “Hay sin embargo una propuesta que merece una llamada de atención: integrar el Programa Memoria del Mundo en el Sector Cultura. Coincidimos con la necesidad de fortalecerlo y de incrementar su visibilidad, pues este exitoso programa, que ha cumplido ya veinte años, adolece de la notoriedad que merece y que para México es muy importante, en virtud de los acervos que hemos inscrito en los registros internacional, regional y nacional, así como de la calidad del trabajo realizado por nuestro Comité Nacional, desde su creación en 1996. “Sin embargo, hacemos un llamado a no descuidar un aspecto que es esencial a dicho programa. La memoria descansa en soportes que se deterioran. Y su valor esencial no es sólo estético o patrimonial, sino la información que éstos resguardan. Hacerla accesible y difundir su contenido es lo que el Programa Memoria del Mundo procura. “Nunca produjo la humanidad tanta información como ahora. La mayor parte de la información contemporánea descansa en soportes digitales que, pese a sus innegables ventajas, son los más difíciles de Página 50 de 210

conservar y acceder conforme pasa el tiempo, o sea cinco años. “Hacemos por lo tanto un llamado para que Memoria del Mundo no pierda este aspecto esencial de su misión en su nueva adscripción, y que la colaboración estrecha entre los sectores de Cultura y Comunicación e Información a este respecto sea una práctica cotidiana y constructiva, en el espíritu de la Declaración de Vancouver sobre la Memoria del Mundo en la era digital (2012). “No queremos que, al transferirlo, el Programa pierda poco más de la mitad de su razón de ser y su valor transversal. Solicitamos a este Consejo ser muy cuidadoso al respecto, pues para México, tanto como para el mundo, representa un gran activo de esta Organización que merece crecer, no fracturarse. Todos necesitamos la información.” La resolución del Comité Ejecutivo fue dejar el Programa en el Sector de Comunicación

e Información y solicitar a la Conferencia General lo

convierta en una Recomendación para fortalecer el Programa. La Convención del Patrimonio Mundial La Convención, establecida en 1972, señala que

el patrimonio

cultural está cada vez más amenazado de destrucción, no sólo por las causas tradicionales de deterioro, sino también por la evolución de la vida social y económica, que las agrava con fenómenos de alteración o de destrucción, aún más temibles. El fin de la Convención es la preservación de los bienes culturales inmuebles y de los bienes naturales como son los monumentos arqueológicos, arquitectónicos, centros históricos, paisajes naturales, etcétera; todos estos bienes son más visibles y cercanos a la Página 51 de 210

sociedad que los documentos. México cuenta con 31 Bienes inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de los cuales 27 son culturales y cuatro naturales, con lo cual ocupa el sexto lugar mundial y primero en América. Como ejemplo de los reconocimientos en la Lista Mundial están el Paisaje de agaves y antiguas instalaciones culturales de Tequila (2006), el Campus Central de la Ciudad Universitaria de la UNAM (2007) y la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca (2008). La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial Esta Convención que celebra en 2013 el décimo aniversario de haber sido establecida, tiene como finalidad la preservación de las tradiciones de una comunidad. Para la UNESCO el patrimonio intangible es el conjunto de creaciones basadas en la tradición de una comunidad cultural expresada por un grupo o por individuos y que reflejan su identidad cultural y social: lengua, literatura, música y danza, juegos y deportes, tradiciones culinarias, los rituales y mitologías, conocimientos y usos relacionados con el universo, los conocimientos técnicos relacionados con la artesanía y los espacios culturales se encuentran entre las muchas formas de patrimonio inmaterial. La Lista Representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad está compuesta por expresiones culturales que muestran la diversidad del patrimonio inmaterial y contribuyen a la sensibilización sobre su importancia. Entre los reconocimientos que México tiene en la Lista Representativa están: la Fiestas indígenas dedicadas a los muertos (2008), la Ceremonia Página 52 de 210

ritual de los voladores de Papantla (2009), la Cocina tradicional mexicana, cultura comunitaria, ancestral y viva (2010), y el Mariachi, música de cuerdas, canto y trompeta (2011). Programa Memoria del Mundo, 1992 En 2012 el Programa Memoria del Mundo cumplió 20 años de haber sido fundado por la UNESCO con la finalidad de despertar la conciencia de la humanidad sobre el valor y la importancia del patrimonio documental, y alertar a los gobiernos y al público en general sobre su propio patrimonio. Los documentos constituyen la esencia de nuestra identidad como individuos y como sociedad. Sin documentos no existimos, sin documentos no se puede certificar el valor patrimonial de los monumentos, del patrimonio intangible y toda clase de patrimonio. El Programa Memoria del Mundo de la UNESCO es sin duda el fundamento del Patrimonio Cultural de la Humanidad. En 1992 se creó el Programa Memoria del Mundo para proteger los irremplazables tesoros del patrimonio documental de la humanidad en cualquiera de sus manifestaciones. Su finalidad es incrementar y despertar la conciencia de la humanidad sobre el valor y la importancia del patrimonio documental, y alertar a los gobiernos y al público general sobre su propio patrimonio. La memoria del mundo representa la evolución del pensamiento, de los descubrimientos y de los logros de la humanidad: Es el legado del pasado a la comunidad del presente y del futuro. La mayoría de esta memoria se encuentra en bibliotecas, archivos, fototecas, filmotecas, fonotecas y otras instituciones. Página 53 de 210

Reconocimientos La UNESCO reconoce el valor patrimonial de los documentos al inscribirlos en las listas del Registro Memoria del Mundo, las cuales pueden ser de significado internacional, regional o nacional. El Registro promueve que el patrimonio documental sea más visible y apreciado y se otorga cuando las colecciones cumplen con los criterios de identidad, autenticidad, importancia mundial, regional o nacional. Otros criterios relevantes que se toman en cuenta hacen referencia al tiempo, al lugar, a la forma, al estilo, a la rareza, a la unicidad, a la integridad, a la información legal sobre los documentos, el plan de preservación y otros criterios más. El concepto de patrimonio documental incluye todo tipo de documentos: manuscritos, impresos, sonoros, fílmicos, fotográficos, gráficos, electrónicos y digitales. Este concepto abarca también desde rollos de papiro o tabletas de arcilla hasta películas, grabaciones sonoras o archivos digitales. Para su funcionamiento el Programa está asesorado por Comités de diferente nivel: Un Comité Consultivo Internacional (MOW-IAC por sus siglas en inglés) formado por 14 miembros que duran cuatro años en el cargo. (México ha sido miembro de este Comité); Comités Regionales como el Comité Regional de América Latina y el Caribe para el Programa Memoria del Mundo (MOW-LAC) y por Comités Nacionales como el Comité Mexicano Memoria del Mundo (CMMM) el cual existe desde 1996. Éste ha sido reconocido como uno de los comités nacionales más activos y destacados por el entusiasmo con el que ha colaborado en el desarrollo del Programa en sus tres niveles. La Coordinación del Programa reside en París. Página 54 de 210

Registros Memoria del Mundo El número de documentos reconocidos en el Registro Memoria del Mundo de carácter internacional hasta 2011 es 245 colecciones o documentos individuales de más de 90 países. México ocupa el quinto lugar mundial por los reconocimientos que ha obtenido y primero en América. Los países con mayor número de registros son: Alemania 13, Austria con 12, Rusia 11, Polonia 10, México y Corea con 9. Cuenta además con cinco Registros Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe y con 18 Registros Memoria del Mundo de México. México en la Memoria del Mundo México cuenta con nueve reconocimientos obtenidos del 1997 a 2011: En 1997 logró tres registros: La Colección de Códices Mexicanos que se conserva en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia del INAH, el Códice Techaloyan de Cuajimalpa y los Códices del Marquesado del Valle de Oaxaca, ambos en el Archivo General de la Nación.

Códice Colombino

Códice García Granados Página 55 de 210

En 2003, el negativo original de la película Los Olvidados de Luis Buñuel (Filmoteca. UNAM-Televisa) obtuvo el registro.

En 2005, la Biblioteca Palafoxiana: Colección siglos XVI al XVIII. Puebla, fue reconocida como Memoria del Mundo.

En 2007 los registros fueron para La Música Colonial Americana. Cancionero Musical de Gaspar Fernández del Archivo de la Catedral de Oaxaca

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y para la Colección de Lenguas Indígenas de la

Biblioteca Pública.

Universidad de Guadalajara.

En 2009 fue registrada la Colección del Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí. Siglo XVI-Siglo XX. CDICA.

En 2011 las Pictografías de los siglos XVI-XVIII del fondo de archivos “Mapas, dibujos e ilustraciones”, del Archivo general de la Nación.

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Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe El Comité Regional acordó reconocer para este registro los reconocimientos internacionales Memoria del Mundo, más los otorgados por el Comité Regional, que son: - La Colección Hugo Brehme, de fotografías, que resguarda la Fototeca Nacional de Antropología e Historia, 2003

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- Los incunables Americanos. Libros impresos en México en el siglo XVI. Colecciones de la Biblioteca Nacional y Biblioteca Cervantina del ITESM, 2003.

1548

1556

1583

- Colección Siglo XVI-Siglo XX. Comunidad Ashkenazi de México. Centro de Documentación e Investigación, 2007.

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- Fondos Colegiados en el Archivo José María Basagoiti Noriega. Colegio de San Ignacio de Loyola. Vizcainas, 2010.

- 50 Encuentros de Danza y Música Indígena. Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. CDI, 2012.

Memoria del Mundo de México México fue el primer país de América que promovió los registros nacionales Memoria del Mundo, actualmente cuenta con 18 registros:

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- Voz Viva de México (UNAM), 2005

- Colección Lafragua. Siglo XIX. Biblioteca Nacional, 2005.

- Archivo Salvador Toscano. Fundación Carmen Toscano, ahora en la Filmoteca de la UNAM.

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- Archivos

de

Porfirio

Díaz

y

Manuel

González.

Universidad

Iberoamericana, 2005.

- Colección Siglo XVI- Siglo XX del Centro de Documentación e Investigación, Comunidad Ashkenazí de México. CDICA, 2008.

- La Educación de la Mujer en la Historia de México. Fondos Colegiales en el Archivo “José María Basagoiti Noriega”, del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas, 2008.

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- Los suplementos de Cabildo 1532- 1686. Memoria de la Fundación de Puebla. Archivo Municipal, 2010 y Documentos Primigenios de la Ciudad de Los Ángeles. - Real Cédula de 1532 y Real Provisión de 1538. Archivo Municipal, 2010.

- Acervo Manuel M. Ponce. Escuela Nacional de Música. UNAM, 2010.

-Colección Thomas Standford. Medio Siglo de Grabaciones de Música Tradicional Mexicana. Fonoteca Nacional. CONACULTA, 2010.

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- “Aquí nos tocó vivir”. Serie Televisiva de Cristina Pacheco. Videaogramas 1978-2009. XEIPN Canal Once, 2010.

- Colección Álbumes Fotográficos Históricos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. BNAH-INAH, 2010.

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- Archivo de la Real Audiencia de la Nueva Galicia 1541-1824. Biblioteca Pública del Estado de Jalisco. Universidad de Guadalajara, 2010.

- Archivo Ernesto García Cabral. Taller Ernesto García Cabral, 2012.

- Fondo del Ayuntamiento de la Ciudad de México. Archivo Histórico del Distrito Federal, 2012.

Página 65 de 210

- Serie Radiofónica “De Puntitas”. Radio Educación.

Con la voz de Emilio Ebergenyi; producción de Marta Romo. - Serie de Televisión “Tratos y Retratos”. Silvia Lemus. Canal 22, 2012.

- 50 Encuentros de Música y Danza Indígena. Comisión Nacional para el Desarrollo Indígena, 2012.

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Como se puede concluir, México ha trabajado con gran dedicación en el Programa Memoria del Mundo y ha jugado un papel relevante en sus tres niveles ya que considera una prioridad preservar y difundir la gran riqueza de su patrimonio documental. Compromiso de las instituciones Obtener un registro en Memoria del Mundo no es la finalidad del Programa. Se puede decir que es el principio, puesto que sus Directrices señalan que hay que preservar los documentos para tener acceso a ellos. De esta manera al recibir el reconocimiento de UNESCO empieza el compromiso de la institución para difundir ampliamente ese patrimonio documental mediante carteles, separadores, videos y todas las tecnologías de la información que tenga a su alcance.

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Diploma Memoria del Mundo de México Más información: http://portal.unesco.org/webworld/mdm http://memoriadelmundo.mx Bibliografía Chacón, Mario. Discurso de México que pronunciará el Secretario General de la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO, Emb. Mario Chacón. 2013 Decisiones Adoptadas por el Consejo Ejecutivo en su 191 Reunión (París, 10 a 26 de abril de 2013) http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002207/220725s.pdf Fernández de Zamora, Rosa María. “La labor de los profesionales de la Página 68 de 210

información en la valoración del patrimonio documental”, en De Patrimonio documental y bibliotecología en México. Miradas diversas. Coord. RMFZ. México:

UNAM.FFL/Posgrado

en

Bibliotecología

y

Estudios

de

la

Información, 2012. P. 201-216 Fernández de Zamora, Rosa María. México en la Memoria del Mundo. Power Point, 2012. Memoria del Mundo. Directrices para la salvaguardia del patrimonio documental ed. rev. Ray Edmonson. Paris: UNESCO, 2002. México en la Memoria del Mundo. Los jóvenes y el patrimonio documental mexicano. El Programa Memoria del Mundo de UNESCO. México: Comité Mexicano Memoria del Mundo, 2011. Resumen I. Registros Memoria del Mundo. 1. Colección de Códices Mexicanos. BNAH, 1997. 2. Códice Techaloyan. AGN, 1997. 3. Códices del Marquesado de Oaxaca. AGN, 1997. 4. Los Olvidados. Filmoteca. UNAM-Televisa, 2003. 5. Biblioteca Palafoxiana. Colección siglo XV-XVIII. Secretaría de Cultura. Puebla, 2005. 6. Colección Lenguas Indígenas. Biblioteca Pública. U de G, 2007. 7. Música Colonial Americana. Cancionero Musical de Gaspar Fernández. Archivo Catedral de Oaxaca, 2007. 8. Colección Siglo XVI- Siglo XX del Centro de Documentación e Investigación, Comunidad Ashkenazí de México. 2009. Página 69 de 210

9. Pictografías de los siglos XVI-XVIII del fondo de archivos “Mapas, dibujos e ilustraciones”. AGN, 2011. II. Registros Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe. 1. Colección Hugo Brehme. Fototeca Nacional. INAH, 2003. 2. Incunables Americanos. Biblioteca Nacional y Biblioteca Cervantina. ITESM, 2003. 3. Colección Siglo XVI- Siglo XX. Centro de Documentación e Investigación. Comunidad Ashkenazí de México, 2008. 4. La Educación de la Mujer en la Historia de México. Fondos Colegiales en el Archivo “José María Basagoiti Noriega”, del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas. 2010. 5. 50 Encuentros de música y danza indígena. CDI. 2012. III. Registros Memoria del Mundo de México 1. Voz Viva de México. Dirección de Literatura. UNAM, 2005 2. Colección Lafragua. Siglo XIX. Biblioteca Nacional, 2005 3. Archivo Salvador Toscano. Fundación Carmen Toscano, 2005 4. Archivos Porfirio Díaz y Manuel González. Universidad Iberoamericana, 2005 5. Colección Siglo XVI-Siglo XX. Centro de Documentación e Investigación. Comunidad Ashkenazí de México, 2008 6. La Educación de la Mujer en la Historia de México. Fondos Colegiales en el Archivo “José María Basagoiti Noriega”, del Colegio de San Ignacio de Loyola, Vizcaínas. 2008 7. Los suplementos de Cabildo 1532- 1686. Memoria de la Fundación de Puebla. Archivo Municipal. 2010 8. Documentos Primigenios de la Ciudad de Los Ángeles. Real Cédula de 1532 y Real Provisión de 1538. Archivo Municipal. 2010 Página 70 de 210

9. Acervo Manuel M. Ponce. Escuela Nacional de Música. UNAM. 2010 10. Colección Thomas Standford. Medio Siglo de Grabaciones de Música Tradicional Mexicana. Fonoteca Nacional. CONACULTA. 2010 11. “Aquí nos tocó vivir”. Serie Televisiva de Cristina Pacheco. Videogramas 1978-2009. XEIPN Canal Once. 2010 12. Colección Álbumes Fotográficos Históricos de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. BNAH-INAH. 2010 13. Archivo de la Real Audiencia de la Nueva Galicia 1541-1824. Biblioteca Pública del Estado de Jalisco. Universidad de Guadalajara. 2010 14. Archivo Ernesto García Cabral. Taller Ernesto García Cabral. 15. Fondo del Ayuntamiento de la Ciudad de México. Archivo Histórico del Distrito Federal. 16. Serie Radiofónica “De Puntitas” Radio Educación. 17. Serie de Televisión “Tratos y Retratos”. Canal 22. 18. 50 Encuentros de Música y Danza Indígena. CDI.

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O PATRIMÔNIO DOCUMENTAL BRASILEIRO Vitor Manoel Marques da Fonseca Introdução O objetivo deste artigo é historiar a evolução da ideia de patrimônio no Brasil, traçando um quadro resumido da situação atual, com destaque para as chamadas instituições patrimoniais, ou seja, arquivos, bibliotecas e museus. Ainda que extremamente relevantes, as discussões teóricas acerca do conceito de patrimônio e a problemática da patrimonialização cada vez maior na sociedade contemporânea não estão no escopo deste trabalho. Após uma rápida análise do desenvolvimento da noção de patrimônio no país, são apresentadas as primeiras instituições patrimoniais brasileiras, com informações a respeito dos contextos específicos em que foram criadas no século XIX. Por fim, são descritas as mudanças introduzidas pelo Serviço de Patrimônio Histórico e Artístico Nacional, atual IPHAN, a partir de fins da década de 1930, e as tendências atualmente percebidas no quadro das instituições patrimoniais brasileiras. A noção de patrimônio no Brasil Hoje, começos do séc. XXI, está difundida na sociedade brasileira a noção de patrimônio como um conjunto de bens culturais que abrangem objetos de arte, edificações, sítios arqueológicos, documentos arquivísticos e bibliográficos, manifestações culturais e espaços naturais ou mesmo modificados pelo homem e que pertencem a toda a nação e são de interesse da humanidade. Tal conceito é usado com relativa frequência para valorizar expressões culturais populares, como o carnaval, saberes tradicionais de determinados grupos sociais, edificações consideradas relevantes e objetos Página 72 de 210

carregados de significado histórico, que vão desde esculturas, até livros e documentos arquivísticos. Além disso, no ano de 2012, o Brasil saudou o fato de o Rio de Janeiro tornar-se a primeira cidade do mundo a ser inscrita na lista de patrimônio da humanidade da Unesco, por sua paisagem cultural urbana [1]. Essa compreensão de patrimônio, entre os brasileiros, como ademais em todas as sociedades e culturas, é recente. A base da noção de patrimônio, tal como expressa anteriormente, nasce na Europa no final do Setecentos e cresce ao longo do séc. XIX – quando o processo de formação dos estados nacionais leva à valorização da história e dos traços culturais distintivos dos povos, como parte fundamental do fortalecimento de identidades sociais – e somente se vulgariza e amplia com a integração do chamado patrimônio intangível, no século passado. Esse processo pode ser acompanhado por meio de uma rápida pesquisa nos dicionários. No começo do séc. XIX, ainda vigorava fundamentalmente a acepção de patrimônio como um conjunto de bens pertencentes a uma pessoa ou família. O dicionário de Moraes e Silva, em 1813, assim definia o termo: “Patrimônio, s. m. Bens dados, ou herdados, do pai, mãe, avós. §. Quaisquer bens pertencentes a alguém, dos quais, ou de seus frutos vive, e se trata” [2]. Mesmo no fim desse século, a compreensão ainda se mantinha basicamente a mesma, como se pode ver no Lello: Patrimônio , s. m. (lat. patrimonium). Bens, que vêm do pai ou da mãe: um rico patrimônio. Bens de família. Bens necessários para a ordenação e sustento d’um eclesiástico. Cabedal comum a uma classe de homens, a uma coletividade: a glória de Camões faz parte do patrimônio português. Patrimônio de S. Pedro, fundos d’uma Igreja. Bens destinados para a ordenação e sustento d’um eclesiástico [3]. Página 73 de 210

No mesmo dicionário, há uma acepção específica para a expressão patrimônio de São Pedro, definida como “parte dos antigos Estados da Igreja, outrora doados à Santa-Sé pela condessa Matilde e cuja cap. era Viterbo” [4]. Em meados do séc. XX, o dicionário Caldas Aulete pouco acrescentara ao conceito, conforme se vê no verbete: Patrimônio, s. m. bens herdados dos pais: O mais do povo, que obedecia aos hebreus, ocupando parte da terra do seu patrimônio, era composto de hereges, ou de idólatras. (R. da Silva, Fastos, I, 1, c. 3, p. 101, Ed. 1870.) ││Bens de família. ││Bens destinados para a ordenação e sustentação de um eclesiástico. ││ Qualquer espécie de bens pertencentes a uma pessoa, instituição ou empresa. ││ F. lat Patrimonium [5]. É interessante observar que, entre os dicionários mais populares no Brasil, será o Aurélio, em 1975, o primeiro a manter as acepções tradicionais e acrescentar duas novas, relacionadas a um conceito de patrimônio cultural. São elas: 4. Bem, ou conjunto de bens culturais ou naturais, de valor reconhecido para determinada localidade, região, país, ou para a humanidade, e que, ao se tornar(em) protegido(s), como, p. ex., pelo tombamento2, deve(m) ser preservado(s) para o usufruto de todos os cidadãos: Os bens culturais e naturais de valor universal excepcional, como as cidades de Ouro Preto, Olinda e o Parque Nacional do Iguaçu, são incluídos na Lista do Patrimônio Mundial da Unesco; “A idéia de posse coletiva como parte do exercício da cidadania inspirou a utilização do termo Página 74 de 210

patrimônio para designar o conjunto de bens de valor cultural que passaram a ser propriedade da nação, ou seja, do conjunto de todos os cidadãos” (Londres Fonseca, O Patrimônio em Processo, p. 58). 5. Fig. Riqueza: patrimônio moral, cultural, intelectual [6]. O novo sentido, no entanto, manteve a carga valorativa dos significados tradicionais, apenas deixando de enfatizar o aspecto financeiro para ressaltar os aspectos culturais, estéticos, históricos, morais etc. A valorização de bens históricos enquanto símbolos repletos de significado identitário já existia, entretanto, independentemente do uso do conceito de patrimônio. As primeiras instituições patrimoniais do Brasil Já no séc. XVIII, a Coroa portuguesa manifestou preocupar-se com a preservação de resquícios materiais ligados à sua história [7], embora essa preocupação estivesse relacionada naquela ocasião somente à parcela europeia do território. No entanto, das quatro instituições patrimoniais mais antigas do Brasil [8] (denominadas, atualmente, Arquivo Histórico do Exército, Arquivo Nacional, Fundação Biblioteca Nacional e Museu Nacional), três foram criadas quando ainda estávamos ligados a Portugal [9]. O Arquivo Histórico do Exército tem suas origens no Real Arquivo Militar, criado pelo decreto de 7 de abril de 1808, com a função de reunir e tornar acessíveis à administração lusitana “os mapas e cartas tanto das costas, como do interior do Brasil, e também de todos os meus [do príncipe regente] Domínios Ultramarinos” [10]. A situação de guerra que então vivia Portugal e a necessidade de conhecer os territórios sob seu domínio, até Página 75 de 210

para defendê-los de uma eventual invasão, explica sua importância, como comprova esse mesmo diploma ao acrescentar ao novo órgão, sujeito à Repartição da Guerra, outras funções além da mera guarda de documentos – a de copiar e examinar as mesmas cartas. “[...] quanto à exatidão com que forem feitas, para que possam depois servir de base, seja a retificação de fronteiras, seja a planos de fortalezas e de campanha, seja a projetos para novas estradas e comunicações, seja ao melhoramento e novo estabelecimento de portos marítimos [...]” [11]. Nesse caso, predominava a noção da utilidade funcional dessa documentação – que servia à manutenção do patrimônio territorial português – mais do que a ideia de o acervo documental ser um patrimônio em si. Em 1934, atendendo a novos preceitos administrativos, esse arquivo se constituiu em organização militar, recebendo o nome de Arquivo do Exército e passando a reunir o acervo de outros gêneros documentais produzido por essa força. Em 1986, a instituição ganhou a atual denominação de Arquivo Histórico do Exército. No caso da Biblioteca Nacional, a situação é um pouco diversa. A Coroa portuguesa já possuía – e tinha grande orgulho disso – uma “livraria” real, famosa em toda a Europa por seu acervo, acumulado desde d. João I, “O de Boa Memória” (1385-1433) [12]. O grande terremoto que assolou Lisboa em 1755 provocou não só inúmeras mortes, e a derrubada de boa parte das edificações, como também vários focos de incêndio que castigaram ainda mais a cidade, e que no caso dos bens da Coroa destruiu o palácio real e acabou com a vasta coleção da Real Biblioteca da Ajuda. Na sequência da recuperação do país, d. José inicia a formação de uma nova biblioteca com base em compras, doações e a incorporação de acervos Página 76 de 210

oriundos de algumas das ordens e congregações religiosas extintas na segunda metade do Setecentos [13]. Se a coleção original era estimada em setenta mil itens, no início do séc. XIX, o novo acervo já montava a sessenta mil peças, distribuídas entre manuscritos raros, incunábulos, livros, gravuras, mapas, moedas, etc. Com a iminente ameaça de entrada em Portugal das tropas napoleônicas em 1807, a família real é trasladada para o Brasil, trazendo o que podia e o que fundamentalmente considerava necessário a sua estada na colônia. No primeiro caso, para atenuar o saque inevitável pelas tropas invasoras; no segundo, para manter as condições mínimas para, a partir da América, continuar administrando o império colonial e mesmo organizar a reação à invasão de Portugal continental. Ao acervo da Real Biblioteca da Ajuda juntou-se aquele da biblioteca da Casa do Infantado, destinado ao aprimoramento intelectual dos príncipes, mas as condições de atropelo em que se deu o embarque da família real fez com que várias das grandes caixas abarrotadas de livros fossem esquecidas no cais, tendo de retornar ao Palácio da Ajuda. Dois anos mais tarde, já liberada Lisboa da presença inimiga, as caixas com os livros começaram a chegar ao Rio de Janeiro. No início, a biblioteca foi depositada no andar superior do Hospital da Ordem do Carmo. Posteriormente, essas instalações foram consideradas inadequadas, e o decreto de 29 de outubro de 1810, para resolver o problema, determinou a transferência do acervo para as catacumbas do Convento do Carmo, que deveriam ser reformadas. A data do decreto é tida como a de fundação da Biblioteca Nacional brasileira. No ano seguinte, por ordem do conde de Aguiar, então mordomo-mor da Casa Real, ministro e secretário dos Negócios do Brasil e presidente do Real Erário, os livros, apesar de ainda em organização, já podiam ser acessados por estudiosos Página 77 de 210

que obtivessem permissão real. A Biblioteca só será franqueada ao público em 1814 [14], embora em Portugal existisse uma instituição congênere aberta ao público desde o alvará d. João de 29 de fevereiro de 1796 – a Real Biblioteca Pública da Corte. Os estatutos da Real Biblioteca, de 1821, dispunham que ela serviria ao aprimoramento intelectual de estudiosos, regulavam o horário de funcionamento e definiam as condições de asseio e organização que ela deveria ter, estando também previsto que, para atender “alguma pessoa de consideração”, ela fosse aberta mesmo em dia de feriado [15]. Em 1821, d. João, agora VI – já que com a morte de d. Maria I fora coroado em 1818 –, retorna a Portugal cumprindo determinação da vitoriosa revolução liberal de 1820 iniciada na cidade do Porto. Ao embarcar de volta a Portugal, não da maneira apressada como havia se trasladado 13 anos antes para a colônia, o rei leva consigo algumas peças de seu acervo. Entretanto, deixa no Brasil, como regente, seu filho mais velho, Pedro, e a maior parte dos livros, gravuras, documentos e mapas trazidos em 1807, cujo conjunto inicial já fora acrescido por compras e doações de muitos outros itens e coleções. No ano seguinte, liderando a independência do Brasil, o príncipe seria coroado como imperador Pedro I. No contexto das negociações que se seguiram ao fim da Guerra de Independência, em 1825, a Real Biblioteca foi avaliada como um patrimônio e arrolada entre os bens que, por permanecerem no Brasil, deveriam ser indenizados a Portugal. O valor total dos bens indenizados à antiga metrópole foi de 2 milhões de libras esterlinas, facilitadas ao Brasil por empréstimo da Grã-Bretanha – empréstimo considerado por alguns estudiosos como a origem da dívida externa brasileira. Desse valor, 250 mil libras, ou 12,5% do total da dívida, referiam-se à Biblioteca. Embora alto, o Página 78 de 210

valor garantiu a permanência no Brasil da Real Biblioteca, que ficou indissoluvelmente ligada à independência do país. O Museu Nacional foi criado como Museu Real em 6 de junho de 1818, quando a presença da família real no Rio de Janeiro já contava uma década, d. Maria I havia falecido e d. João deixara de ser príncipe regente para se tornar rei do Reino Unido de Portugal, Brasil e Algarves. A paz retornara à Europa e a administração do império português no Brasil estava consolidada. É nesse contexto que, mediante decreto, d. João decide criar o Museu Real, para isso recorrendo a motivos extremamente práticos: Querendo propagar os conhecimentos e estudos das ciências naturais no Reino do Brasil, que encerra em si milhares de objetos dignos de observação e exame, e que podem ser empregados em benefício do comércio, da indústria e das artes, que muito desejo favorecer, como grandes mananciais de riqueza: Hei por bem que nesta Corte se estabeleça um Museu Real para onde passem, quanto antes, os instrumentos, máquinas e gabinetes que já existem dispersos por outros lugares [...] [16]. Esse caráter utilitário da instituição, no sentido de proporcionar o desenvolvimento econômico, foi marcante – com o ingresso de máquinas, equipamentos, coleções de amostras minerais e de animais taxidermizados –, mas não exclusivo. Objetos outros, como um arcabuz, uma arma de caça com profusa decoração em madrepérola e marfim [17], e uma taça de prata dourada com corais, representando a batalha de Constantino, foram presentes de d. João à instituição, que criou uma tradição mantida por seus descendentes de enriquecimento do acervo [18]. A ideia de artefatos de valor – patrimônio – compreendia então não só objetos culturais, como a arma e a taça acima referidas, mas também objetos naturais, que podiam ser Página 79 de 210

empregados economicamente e que funcionariam, na expressão do legislador, como “mananciais de riqueza” [19]. É interessante observar que o Museu Real, apesar de manter o caráter patrimonial, jamais perdeu o perfil de instituição de pesquisa. Tratava-se não mais de uma pesquisa com objetivos práticos e fins assumidamente econômicos, o que certamente contribuiu para que, na década de 1940, após muitos anos subordinada ao Ministério da Agricultura, a instituição tenha passado a integrar a atual Universidade Federal do Rio de Janeiro. Das quatro instituições patrimoniais criadas na primeira metade do séc. XIX, o Arquivo Nacional é a única não estabelecida pela administração real portuguesa e cujo surgimento está associado à formação do Estado nacional brasileiro. Embora prevista na Constituição outorgada de 1824, que afirmava que os originais das leis deveriam ser encaminhados para guarda no Arquivo Público [20], a instituição passa a existir de fato a partir do regulamento n. 2, de 2 de janeiro de 1838, que “dá instruções sobre o Arquivo Público provisoriamente estabelecido na Secretaria de Estado dos Negócios do Império” [21]. De início, o Arquivo Público foi constituído por três seções – Legislativa, Administrativa e Histórica. A Seção Legislativa voltava-se à conservação do arcabouço legal da nova nação, formado por originais da Constituição, de atos adicionais, de atos legislativos das assembleias constituinte e legislativa, cópias dos atos legais das assembleias legislativas provinciais, atas das eleições de senadores e deputados e cópias autênticas das mensagens e propostas enviadas pelo Executivo ao Legislativo, bem como das nomeações de senadores. A Seção Administrativa guardaria os originais dos atos do Executivo Página 80 de 210

“expedidos para boa execução das Leis” [22], de atos do Poder Moderador, originais ou cópias de outros documentos do Executivo que fossem considerados relevantes para guarda, regulamentos e atos dos presidentes de províncias expedidos para execução de leis provinciais, originais de proclamações

e

manifestos

do

Executivo

central,

documentos

comprobatórios da propriedade de bens nacionais, originais de contratos e empréstimos

públicos,

originais

de

concílios,

letras

apostólicas

e

constituições eclesiásticas com aplicação geral e que houvessem recebido a aprovação imperial, e cópias autênticas de documentos semelhantes denegados, originais de bulas, breves e rescritos apostólicos. Receberia, também, originais de processos do Senado estabelecidos para apuração de possíveis delitos individuais de membros da família imperial, ministros e conselheiros de Estado, senadores e deputados, cópias autênticas das nomeações das principais autoridades civis e eclesiásticas, originais de credenciais, instruções e plenos poderes de diplomatas estrangeiros, originais de tratados e convenções políticas firmados com nações estrangeiras, bem como protocolos e outros documentos que lhe fossem relativos, cópias autênticas de declarações de guerra feitas pelo Brasil, bem como originais das que recebessem e dos tratados de paz que fossem firmados, e originais e cópias autênticas da correspondência do governo brasileiro com os de outros países sobre assunto de interesse público. Finalmente, à Seção Histórica competia a guarda de originais de contratos e atos de casamento, batismo e óbito do imperador, príncipes e princesas

imperiais,

mapas

e

relações

estatísticas

enviadas

pelos

presidentes de província, correspondência enviada pelos presidentes de província tida como relevante, notícias relativas a úteis descobertas em Página 81 de 210

termos

de

história

natural,

mineralogia

ou

botânica,

notícias

de

acontecimentos naturais, cópias autênticas de patentes e outros documentos relativos a invenções, originais de memórias ou planos relativos à história do Império e progressos de sua agricultura, comércio, navegação, indústria, ciência e artes. Assim como as demais instituições patrimoniais que o antecederam, conforme se observa nos documentos que lhe eram destinados, o Arquivo Público preservava dois tipos de patrimônio – um de caráter mais imediato e ligado a critérios econômicos; e outro relacionado fundamentalmente à cultura, às origens históricas e aos valores da nacionalidade, demonstrando que já nessa época, informações e história eram vistas como patrimônio. Esses valores não se excluíam nem estavam restritos a alguma das seções em que a Instituição se dividia: se nas seções Legislativa e Administrativa predominavam aqueles documentos relacionados à gestão política, jurídica e administrativa do Brasil, na Histórica coexistiam desde documentos relativos à vida civil dos membros da família imperial, como outros relativos ao patrimônio natural, além de invenções e planos idealizados para aumento do progresso econômico do país – ou seja, bens naturais e bens culturais já eram vistos como bens patrimoniais. Do séc. XIX até o início do XX, abrangendo o período imperial e o começo da República, proclamada em 1889, ocorreram outras iniciativas direcionadas à preservação do patrimônio nacional, entre as quais a criação de novos arquivos, bibliotecas e museus, e a realização de expedições, de variadas temáticas, em partes do território brasileiro, que incluíam entre seus objetivos identificar e inventariar patrimônios diversos. No entanto, a partir de 1930 percebe-se uma mudança estrutural no que diz respeito a essas ações.

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Mudanças conceituais: o Serviço de Patrimônio Histórico e Artístico Nacional No contexto do governo revolucionário iniciado em 1930, que tinha como uma de suas grandes preocupações a modernização do Estado e a construção de uma nação brasileira, as iniciativas tomadas no sentido de defender o que era pensado como patrimônio brasileiro têm, no nível federal, um primeiro marco, com a criação do Conselho Federal de Expedições Artísticas e Científicas (CFEAC). Por meio do decreto n. 22.698, de 11 de maio de 1933, “considerando a urgência de proteger os monumentos naturais, históricos, legendários e artísticos do país” [23], o Governo Provisório, liderado por Getulio Vargas, estabeleceu o Conselho Federal que deveria não só autorizar tais expedições e determinar os integrantes brasileiros que as acompanhassem, como fiscalizar seus resultados, tomando por base os seguintes pressupostos: Art. 5º Nenhum espécime botânico, zoológico, mineralógico e paleontológico poderá ser transportado para fora do país senão quando existirem similares em algum dos Institutos Científicos do Ministério da Agricultura, ou no Museu Nacional. Art. 6º Todo o material científico colhido pelas Missões estrangeiras deverá ser dividido, em partes iguais, entre o Governo Brasileiro e os expedicionários. Art. 7º Nenhum monumento natural, histórico, legendário ou artístico do pais, poderá ser transportado para o estrangeiro sem autorização expressa do Governo brasileiro [24].

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Subordinado ao Ministério da Agricultura, o CFEAC teria sete membros: um assistente-chefe do Instituto de Biologia Vegetal (responsável pela área de Botânica), um assistente-chefe do Instituto Geológico e Mineralógico do Brasil (responsável pelas áreas de Geologia, Mineralogia e Paleontologia), dois professores do Museu Nacional (responsáveis pelas áreas de Zoologia, Arqueologia e Etnografia), um chefe de Seção do Museu Histórico (objetos históricos), um professor da Escola Nacional de BelasArtes (arte antiga e tradicional) e um chefe de Seção do Serviço Geográfico Militar (Topografia e Cinematografia), além de, como elementos consultivos e de ligação, um representante do Ministério das Relações Exteriores e um do Ministério da Fazenda. A criação do CFEAC demonstrava o reconhecimento definitivo de que existia um enorme patrimônio nacional – histórico, natural e cultural – fora de instituições públicas, disperso em áreas do país pouco conhecidas e pouco povoadas, e que, ademais, estava em risco de perda por exportação indevida. Em outras palavras, assumia-se haver quem reconhecesse como patrimônio aquilo que o próprio Brasil desconhecia, e previam-se ações para controlar os efeitos desse desconhecimento. Nesse mesmo ano de 1933, pelo decreto n. 22.928 de 12 de julho, a cidade de Ouro Preto, antiga Vila Rica, que havia sido sede do governo da capitania e depois capital do estado de Minas Gerais, foi declarada monumento nacional por ser “teatro de acontecimentos de alto relevo histórico na formação da nossa nacionalidade e que possui velhos monumentos, edifícios e templos de arquitetura colonial, verdadeiras obras d’arte, que merecem defesa e conservação” [25]. Em 1934, pelo decreto n. 24.735, de 14 de julho, que aprovava o Página 84 de 210

regulamento do Museu Histórico Nacional, confiou-se a essa instituição o encargo de criar um catálogo de edifícios de valor artístico-histórico, propor ao Governo Federal aqueles que deveriam se tornar monumentos nacionais e inspecionar esses últimos e o comércio de objetos artísticos históricos. No entanto, o passo inicial na implementação de uma política de preservação do patrimônio – inclusive assumindo no nome esse termo – se dá pela criação do Serviço de Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (SPHAN), órgão que permanece atuante hoje, com alterações mínimas em sua própria denominação [26], embora com significativa ampliação de competências. Por solicitação de Gustavo Capanema, então ministro da Educação e Saúde do governo Vargas, o intelectual modernista Mário de Andrade, preocupado com a preservação da cultura nacional, havia elaborado um projeto de lei do patrimônio, tendo sido determinado que Rodrigo de Melo Franco organizasse esse serviço. O presidente Getúlio Vargas, entretanto, desejoso de implantar um governo autoritário, aproveitou-se do alardeado perigo comunista para decretar o Estado Novo e o fechamento do Congresso Nacional. Dessa forma, aa instauração da política relativa ao patrimônio vai ser fundamentada juridicamente num decreto-lei promulgado pelo presidente sem consulta nem aprovação de representantes do povo. O SPHAN foi criado no bojo do decreto-lei n. 25, de 30 de novembro de 1937, que instituía o tombamento de “bens móveis e imóveis existentes no País e cuja conservação seja de interesse público, quer por sua vinculação a fatos memoráveis da história do Brasil, quer por seu excepcional valor arqueológico ou etnográfico, bibliográfico ou artístico”. O mesmo instrumento legal ampliava o conceito de bens de forma a incluir “os Página 85 de 210

monumentos naturais, bem como os sítios e paisagens que importe conservar e proteger pela feição notável com que tenham sido dotados pela Natureza ou agenciados pela indústria humana” [27]. Tais bens, após seleção, passavam a constituir patrimônio histórico ou artístico nacional, ao serem relacionados em um dos quatro livros de tombo existentes, o de Tombo Arqueológico, Etnográfico e Paisagístico, o Histórico, o de Belas-Artes e o das Artes Aplicadas. O decreto-lei estabeleceu o controle dos bens tombados por meio da fiscalização da sua transferência e, no caso dos privados, da sucessão de proprietários. Proibiu também a exportação de bens tombados, regulou sua conservação e eventuais intervenções e reservou o direito de preferência do Estado no caso de venda do bem. Além disso, determinou o cadastro de “negociantes de antiguidades, de obras de arte de qualquer natureza, de manuscritos e livros antigos ou raros” [28] e do registro de seus acervos, bem como a obrigatoriedade de leiloeiros enviarem seus catálogos com antecedência para análise. Embora o projeto inicial de Mario de Andrade previsse também a preservação de outras manifestações culturais, como danças, culinária etc., durante muito tempo, por opção do Estado, houve a predominância do tombamento de bens edificados – igrejas, fortalezas, casas-grandes –, sobretudo aqueles identificados com o período colonial. Essa é a visão ainda hoje mais presente quando se fala de bens tombados. As razões para isso são muitas mas pode-se citar, entre elas, sem preocupação com o grau de importância, a forte presença colonial em Minas Gerais, estado visitado desde 1919 por Mário de Andrade, em sua busca pelas raízes da identidade nacional, e a própria origem mineira de Rodrigo de Melo Franco de Andrade, presidente do SPHAN por trinta anos, de 1937 a 1967. Página 86 de 210

Houve poucos casos de tombamento específico de documentação arquivística e bibliográfica: o da documentação referente ao Quilombo do Ambrósio (Ibiá, Minas Gerais); a do Convento do Carmo, em Santos (hoje, custodiada pelo Arquivo Nacional); a Coleção Mário de Andrade, que inclui uma subcoleção bibliográfica e arquivística (Instituto de Estudos Brasileiros IEB, São Paulo), e o Acervo Histórico da Discoteca Oneyda Alvarenga (Centro Cultural São Paulo, São Paulo) [29]. No entanto, em reunião do Conselho Consultivo em 1985, decidiu-se que, no caso de conventos, igrejas e capelas tombados até aquela data, estariam incluídos nos atos de tombamento os acervos móveis que os integravam, como alfaias, objetos de culto e arquivos [30]. Em 1979, pela lei n. 6.757, de 17 de dezembro de 1979, foi instituída a Fundação Nacional Pró-Memória, personalidade jurídica de direito privado que assumiu as funções executivas do então extinto Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional, sob a supervisão de um órgão do Ministério da Educação e Cultura, a Secretaria do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional. Pretendia-se, assim, garantir maior flexibilidade à atuação do governo em termos de preservação patrimonial. Em 1990, tanto a Secretaria quanto a Fundação são extintas, sendo sucedidas pelo Instituto Brasileiro do Patrimônio Cultural que, por sua vez, foi transformado em Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional pela medida provisória n. 752, de 6 de dezembro de 1994. A Constituição de 1988 estabeleceu a defesa do patrimônio cultural brasileiro, conceituado como: [...] os bens de natureza material e imaterial, tomados individualmente Página 87 de 210

ou em conjunto, portadores de referência à identidade, à ação, à memória dos diferentes grupos formadores da sociedade brasileira, nos quais se incluem: I - as formas de expressão; II - os modos de criar, fazer e viver; III - as criações científicas, artísticas e tecnológicas; IV - as obras, objetos, documentos, edificações e demais espaços destinados às manifestações artístico-culturais; V - os conjuntos urbanos e sítios de valor histórico, paisagístico, artístico, arqueológico, paleontológico, ecológico e científico [31]. Sobre esse patrimônio, legislou também que: §1º - O Poder Público, com a colaboração da comunidade, promoverá e protegerá o patrimônio cultural brasileiro, por meio de inventários, registros, vigilância,

tombamento

e

desapropriação,

e

de

outras

formas

de

acautelamento e preservação. §2º - Cabem à administração pública, na forma da lei, a gestão da documentação governamental e as providências para franquear sua consulta a quantos dela necessitem. §3º - A lei estabelecerá incentivos para a produção e o conhecimento de bens e valores culturais. § 4º - Os danos e ameaças ao patrimônio cultural serão punidos, na forma da lei.

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§ 5º - Ficam tombados todos os documentos e os sítios detentores de reminiscências históricas dos antigos quilombos [32]. As determinações anteriores, como seria de se esperar, tiveram consequências

na

estruturação

dos

órgãos

responsáveis

pela

implementação da política patrimonial no país. No caso do IPHAN, recentemente, obedecendo à Constituição de 1988 e a uma tendência internacional amparada pela UNESCO, a proposta de Mário de Andrade de registro de bens de natureza cultural foi retomada com o Registro de Bens Culturais de Natureza Imaterial e a criação do Programa Nacional do Patrimônio Imaterial, instituídos pelo decreto n. 3.551, de 4/8/2000. Dez anos depois, pelo decreto n. 7.387, de 9/12/2010, foi criado o Inventário Nacional da Diversidade Linguística para “reconhecimento e valorização das línguas portadoras de referência à identidade, à ação e à memória dos diferentes grupos formadores da sociedade brasileira” [33]. Quanto ao registro de bens de natureza imaterial, seguindo a mesma lógica que preside o registro daqueles móveis e imóveis, existem quatro livros: o dos Saberes (conhecimentos e modos de fazer), o das Formas de expressão (manifestações literárias, musicais, plásticas, cênicas e lúdicas), o das Celebrações (rituais e festas que marcam o trabalho, a religiosidade, o entretenimento e outras práticas da vida social) e o dos Lugares (mercados, feiras, santuários, praças e outros espaços de práticas culturais coletivas). O IPHAN tem tido, ao longo de toda sua existência, papel fundamental na disseminação da importância da preservação e na criação de uma consciência da defesa do patrimônio natural e cultural, móvel, imóvel ou imaterial. Embora o número de acervos arquivísticos e bibliográficos especificamente tombados não seja significativo, observa-se que a ação do Página 89 de 210

IPHAN tem repercutido também na área de arquivos e museus, ao vulgarizar a preocupação com o patrimônio e a ideia de responsabilidade do Estado e do cidadão na tarefa de preservação. Finalmente, cabe o registro de que a noção de patrimônio histórico e artístico ultrapassou o âmbito federal, e institutos semelhantes foram criados e existem hoje em diversos estados e municípios brasileiros, recorrendo a ações de tombamento como mecanismo de preservação. E isso não se deu somente em relação ao patrimônio imóvel e móvel, mas também em relação ao de natureza imaterial, inclusive com sugestiva ampliação de esfera de ação desse conceito, como revela matéria de jornal que trata da criação de uma nova categoria de patrimônio imaterial na cidade do Rio de Janeiro, a de atividade econômica notável [34]. O contexto atual do patrimônio no Brasil Além do IPHAN e das quatro instituições patrimoniais até aqui citadas, existem várias entidades públicas – de âmbito federal, estadual e municipal – e privadas [35] que interagem e devotam sua existência à preservação e ao acesso público a acervos de diferentes tipos e conteúdos. A natureza desses conjuntos, a diversidade de ações realizadas e as diferentes condições de atuação dessas instituições impedem qualquer análise totalizante. Nesse sentido, optou-se aqui por discorrer a respeito de algumas ações sistêmicas, do impacto que a recente legislação sobre acesso à informação teve na área de patrimônio e da atuação do Programa Memória do Mundo da UNESCO no Brasil. Os três principais mecanismos de atuação sistêmica no âmbito das instituições ligadas a patrimônio são: o Sistema Nacional de Arquivos, Página 90 de 210

coordenado pelo Conselho Nacional de Arquivos (CONARQ), o Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas, coordenado pela Fundação Biblioteca Nacional, e o Sistema Brasileiro de Museus [36], todos de criação razoavelmente recente, a partir da década de 1990. Dos três sistemas, dois estão ligados ao Ministério da Cultura (o de Bibliotecas Públicas e o de Museus), sendo o de Arquivos vinculado ao Ministério da Justiça, órgão ao qual se subordina o Arquivo Nacional. Nos três casos, suas ações se voltam para instituições públicas de âmbito federal, estadual e municipal, embora entidades privadas também possam integrar o Sistema Nacional de Arquivos, por convênio voluntário. Os sistemas agem no sentido de criar e disseminar normas e diretrizes para suas respectivas áreas de atuação, além de propor e, em alguns casos, implementar as políticas públicas pertinentes. Do ponto de vista de sua gestão, com exceção do sistema de Bibliotecas Públicas, cuja direção está corporificada em setores administrativos da Fundação Biblioteca Nacional, as decisões dos demais são tomadas por representantes de diferentes instituições integrantes do sistema e mesmo da sociedade civil, como associações de profissionais, representantes dos cursos universitários pertinentes e usuários de seus acervos. Quanto à questão das políticas públicas, cabe observar que a área de museus foi particularmente eficiente ao realizar um feito estratégico que as duas outras ainda buscam: uma pesquisa que traça o perfil de mais de três mil instituições desse tipo em todo o Brasil, que resultou no Guia dos Museus Brasileiros [37]. Embora o Guia, por si só, não tenha como objeto as políticas públicas – e as políticas na área antecedam sua realização – é óbvio que esse foi um passo fundamental no sentido de criar condições de atuação mais eficazes e consequentes. Por outro lado, o avanço na qualidade técnica Página 91 de 210

do trabalho em arquivos no Brasil teve como um de seus mais importantes elementos propulsores a criação e disseminação de conhecimentos e normas técnicas, por ações conjuntas do Conarq e do Arquivo Nacional [38]. Assim como no caso do tombamento, a ação, no âmbito federal, de criação de sistemas é reproduzida em iniciativas de criação de sistemas de arquivos, bibliotecas e museus estaduais e municipais. O Programa Memória do Mundo da UNESCO tem crescido na esfera nacional nos últimos anos como um importante polo de ações de divulgação da ideia de preservação do patrimônio, especificamente aquele de natureza arquivística e bibliográfica. O Comitê Nacional do Brasil foi instituído no âmbito do Ministério da Cultura pela portaria n. 259, de 2 de setembro de 2004, sendo integrado por representantes do Arquivo Nacional; da Comissão Nacional

da

UNESCO/Instituto

Brasileiro

de

Educação,

Ciência

e

Cultura/Ministério das Relações Exteriores; Conarq; Fundação Biblioteca Nacional; IPHAN e Ministério da Cultura, além de representações dos setores do audiovisual, história eclesiástica e religiosa, história militar, arquivos estaduais e municipais, arquivos privados, associações de ensino e pesquisa e dois especialistas de renomada competência. Além da submissão de candidaturas ao Programa nas suas esferas regional (Comité Regional para América Latina y el Caribe – Mowlac) [39] e internacional, instituições nacionais têm apresentado cada vez mais propostas ao registro brasileiro, à medida que enxergam no Programa o reconhecimento do valor de seus acervos e, indiretamente, de si próprias como instituições patrimoniais, e podem tornar isso um fator relevante para a obtenção de recursos a investir na conservação de seus documentos. A aprovação

internacional

da

candidatura Página 92 de 210

“Rede

de

informações

e

contrainformação do regime militar no Brasil” (1964-1985) – que congregou documentos de diferentes instituições brasileiras em variados estados, juntamente com a realização de oficinas em vários deles para apresentação do Programa e treinamento no preenchimento das candidaturas – estimulou a participação de diversas entidades, suscitando 36 propostas ao Comitê Brasileiro e duas ao registro internacional no ano de 2012. A mais recente iniciativa com repercussões na área de patrimônio foi a promulgação da Lei de Acesso à Informação (lei n. 12.527, de 18/11/2011), regulamentada pelo decreto n. 7.724, de 16/5/2012 [40]. Tais instrumentos legais determinam o funcionamento da transparência ativa e passiva, regulam a classificação do grau de sigilo de documentos e permitem ao cidadão ter direito de acesso a informações que, até os documentos serem recolhidos aos arquivos públicos, estariam disponíveis apenas ao Estado ou, excepcionalmente, a um pesquisador específico. Ainda que muito recente, e por isso é precoce avaliar sua influência, a contribuição fundamental da Lei de Acesso, no que tange a nossas preocupações neste artigo, é ter incluído na agenda de discussão política e de direitos de cidadania o patrimônio informacional do Brasil, o que, certamente, terá outros desdobramentos. REFERENCIAS 1 Ver: RIO é Patrimônio Mundial como paisagem cultural urbana. O Globo, Rio de Janeiro, 1 jul. 2012. Disponível: em http://oglobo.globo.com/rio/riopatrimonio-mundial-como-paisagem-cultural-urbana-5363704. Acesso em: 13 mar. 2013. 2 MORAES E SILVA, Antonio de. Diccionario da língua portugueza. Rio de Janeiro: Litho-Tipographia Fluminense, 1922 [fac-símile da 2ª. ed. de 1813). Página 93 de 210

Observe-se que, neste artigo, os textos antigos estão sendo modernizados com relação à ortografia. 3 LELLO UNIVERSAL EM 4 VOLUMES. Porto: Lello e Irmão, [1895?]. Organizado e publicado pela Livraria Lello sob a direcção de João Grave e Coelho Netto. 4 Idem. 5 CALDAS AULETE. Dicionário Contemporâneo da Língua Portuguêsa. Rio de Janeiro, Ed. Delta S.A., 1964. 6 FERREIRA, Aurélio Buarque de Holanda. Novo Dicionário da Língua Portuguesa. Rio de Janeiro: Nova Fronteira, [1975]. 7 Alvará de lei de 20 de agosto de 1721, proibindo “que se desfaça ou destrua, em todo nem em parte qualquer edifício que mostre Ser daqueles tempos ainda que em parte esteja arruinado e da mesma Sorte as Estatuas mármores e Cepos em que estiverem esculpidas algumas figuras ou tiverem Letreiros Fenícios, Gregos e Romanos Góticos e Arábicos ou Lâminas ou Chapas de qualquer metal que contiver’ os ditos Letreiros ou Caracteres como outrossim medalhas ou moedas, que mostrarem Ser daqueles tempos nem dos inferiores até o Reinado do Senhor Rey D. Sebastião nem encubram ou ocultem alguma das sobreditas cousas”. Cf. Arquivo Nacional da Torre do Tombo (Portugal), gav. 2, m. 4 nº 64, ff. 1 e 2. In: COSTA, Avelino de Jesus da, Pe. Álbum de Paleografia e Diplomática portuguesas vol. 1 – estampas. Coimbra, Fac. de, Letras da Universidade de Coimbra, Instituto de Paleografia e Diplomática, 1983, doc. 276. 8 Durante o governo de Luís de Vasconcelos e Sousa, vice-rei do Estado do Página 94 de 210

Brasil, foi fundada em 1784 a chamada Casa dos Pássaros, em que foram reunidos e preparados animais, produtos naturais e artefatos indígenas para envio a Portugal. Apesar de ser considerada precursora do Museu Real, fundado em 1818, a Casa dos Pássaros não se caracterizava como uma instituição patrimonial no sentido usado neste texto. 9 O Brasil foi colônia de Portugal até 1815, quando esse status foi alterado pelo fato da sua elevação a reino unido a Portugal e Algarves. 10 BRASIL.Decreto de 7 de abril de 1808, que cria o Real Arquivo Militar e lhe dá regimento. Disponível em: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/revista/Rev_23/dec_7abril.htm. Acesso em: 14 mar. 2013. 11 Idem. 12 HERKENHOFF, Paulo. Biblioteca Nacional: a história de uma coleção. Rio de Janeiro: Salamandra, 1996, na p. 6 afirma que, para muitos, essa livraria é a primeira biblioteca da era Moderna. 13 Para mais informações sobre a Real Biblioteca, sua reconstrução, transporte para o Brasil e primeira parte de sua vida no Rio de Janeiro, cf. SCHWARCZ, Lilia Moritz. A longa viagem da biblioteca dos reis: do terremoto de Lisboa à independência do Brasil. São Paulo: Companhia das Letras, 2002. 14 Lilia Schwarcz (2002, p. 257) afirma que, naquele ano, a Biblioteca foi aberta ao público, mas que esse público era muito seleto (p. 277). 15 Cf. Estatuto da Real Biblioteca, citado por Rocha, Débora Cristina Página 95 de 210

Bondance. A circulação de romances na Bibliotheca Nacional e Pública do Rio de Janeiro (1833-1856), p. 233. In: ANAIS DO SETA, n. 3, 2009. Disponível

em:

www.iel.unicamp.br/revista/index.php/seta/article/download/.../403.

Acesso

em: 27 mar. 2013. Cabe observar que a Biblioteca era considerada uma instituição relevante e digna de ser apresentada a visitantes estrangeiros, muitas vezes por razões de natureza política, o que permite supor que ela precisasse ser aberta fora dos dias habituais. 16 BRASIL. Decreto de 6 de junho de 1818. Cria um Museu nesta Corte, e manda que ele seja estabelecido em um prédio do Campo de Santana que manda comprar e incorporar aos próprios da Coroa. 17 Atualmente, integra o acervo do Museu Histórico Nacional. 18 Como são exemplos a coleção egípcia, comprada por D. Pedro I de um comerciante italiano, e peças arqueológicas italianas, doadas mais tarde por D. Tereza Cristina. 19 Cabe observar que o Jardim Botânico do Rio de Janeiro, criado como Jardim de Aclimatação por decreto de D. João em 13/6/1808, tinha por finalidade aclimatar plantas exóticas ao Brasil para cultivo com objetivos econômicos. 20 “Art. 70. Assinada a Lei pelo Imperador, referendada pelo Secretario de Estado competente, e selada com o Selo do Império, se guardará o original no Arquivo Público, e se remeterão os Exemplares dela impressos a todas as Câmaras do Império, Tribunais, e mais Lugares, aonde convenha fazer-se pública.” Cf. CONSTITUIÇÃO POLÍTICA DO IMPERIO DO BRAZIL. Disponível em: Página 96 de 210

http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/constituicao/constitui%C3%A7ao24.htm Acesso em: 27 mar. 2013 21 Ementa do referido regulamento. 22 Cf. Regulamento n. 2, de 2 de janeiro de 1838.

Disponível

em::http://www.portalan.arquivonacional.gov.br/media/Regulamento %20AN.pdf Acesso em: 29 maio 2013.e 23 BRASIL. Decreto n. 22.698, de 11 de maio de 1933. Disponível em: http://legis.senado.gov.br/legislacao/ListaNormas.action? numero=22698&tipo_norma=DEC&data=19330511&link=s. Acesso em: 29 maio 2013. 24 Idem. 25 BRASIL. Decreto n. 22.928 de 12 de julho de 1933. Disponível em: http://legis.senado.gov.br/legislacao/ListaPublicacoes.action?id=32122 Acesso em: 29 maio 2013. 26 O SPHAN é hoje sucedido pelo Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN). 27 Cf. BRASIL. Decreto-Lei n.25, de 30 de novembro de 1937, art. 1º. Disponível

em:

http://portal.iphan.gov.br/portal/baixaFcdAnexo.do?id=284

Acesso em: 29 maio 2013. 28 Idem, art. 26. A criação desse cadastro se dá pela Instrução Normativa nº 01, 11 de junho de 2007, cf. Em http://portal.iphan.gov.br/portal/montarPaginaSecao.do? Página 97 de 210

id=12241&sigla=Legislacao&retorno=paginaLegislacao 29 Esses foram os casos claramente perceptíveis em INSTITUTO DO PATRIMÔNIO HISTÓRICO E ARTÍSTICO NACIONAL (BRASIL). Bens móveis e imóveis inscritos nos Livros do Tombo do Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional: 1938-2009 / [Org. Francisca Helena Barbosa Lima, Mônica Muniz Melhem e Zulmira Canário Pope]. 5. ed. rev. e atual. [versão preliminar] – Rio de Janeiro: IPHAN/COPEDOC, 2009. Disponível em: http://portal.iphan.gov.br/portal/baixaFcdAnexo.do?id=1356 Acesso em: 2 jun 2013. Mesmo que algum tenha passado desapercebido, seu número é pouco relevante frente ao total de bens tombados. 30 Cf. Idem, Introdução. 31 Cf. BRASIL. Constituição. 1988. Disponível em: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/constituicao/constituicaocompilado.htm. Acesso em: 3 jun. 2013. 32 Idem. 33 Cf. INSTITUTO DO PATRIMÔNIO HISTÓRICO E ARTÍSTICO NACIONAL (BRASIL). Patrimônio imaterial. Disponível em: http://portal.iphan.gov.br/portal/montarPaginaSecao.do? id=10852&retorno=paginaIphan Acesso em: 13 jun. 2013. 34 Cf. RUA da Carioca: imóveis e atividades preservadas. O Globo, 13 jun. 2013, p. 13. 35 À guisa de exemplo, podemos citar, entre outras entidades públicas, a Cinemateca Brasileira, o Instituto Brasileiro de Museus (Ibram), arquivos do Página 98 de 210

Senado Federal, da Câmara dos Deputados, de tribunais, arquivos, bibliotecas, museus e centros de cultura estaduais e municipais, e entre as privadas, o Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro (fundado em 1838), institutos históricos estaduais e municipais, centros culturais, centros de pesquisa e documentação, museus etc. 36

Cf.

Conselho

Nacional

www.conarq.arquivonacional.gov.br/;

de

Arquivos,

Sistema

Nacional

disponível de

em

Bibliotecas

Públicas, disponível em http://snbp.bn.br/; o Sistema Brasileiro de Museus, disponível em http://www.museus.gov.br/sbm/main.htm. Todos esses sites foram acessados em 3 jun. 2013. 37 Cf. INSTITUTO BRASILEIRO DE MUSEUS. Guia Brasileiro de Museus. Disponível

em:

http://www.museus.gov.br/guia-dos-museus-brasileiros/

Acesso em 3 jun. 2013. 38 Além de resoluções, destacam-se a Norma Brasileira de Descrição Arquivística, O Dicionário Brasileiro de Terminologia Arquivística e o e-ARQ Brasil: modelo de requisitos para sistemas informatizados de gestão arquivística de documentos. 39 Cf. http://mowlac.wordpress.com/ 40 Cf. BRASIL. Lei n. 12.527, de 18 de novembro de 2011. Disponível em: http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_ato2011-2014/2011/lei/l12527.htm. Acesso em: 13 jun. 2013; BRASIL. Decreto n. 7.724, de 16 de maio de 2012. Disponível

em:

http://www.planalto.gov.br/CCIVIL_03/_Ato2011-

2014/2012/Decreto/D7724.htm. Acesso em: 13 jun. 2013.

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LE PATRIMOINE DOCUMENTAIRE ET LA COLLABORATION INTERNATIONALE: LE RÔLE DE L'IFLA [1] Raphaële Mouren L’IFLA –International Federation of library Association– fut créée le 30 septembre 1927, à l’occasion du cinquantième anniversaire de la Library Association britannique [2]. Le patrimoine documentaire n’était pas un des motifs de la création de la fédération. En France en particulier, le patrimoine avait ralenti le développement des bibliothèques depuis le début du XIXe siècle, et les bibliothécaires qui ont créé l’Association des bibliothécaires de France en 1906, comme par exemple Eugène Morel, et ceux qui ont œuvré à la création d’une fédération internationale professionnelle, comme Gabriel Henriot,

étaient

plutôt

préoccupés

par

l’échange

des

données

bibliographiques, la modernisation des bibliothèques ou encore la formation des bibliothécaires aux nouvelles techniques documentaires. Mais les premiers bibliothécaires actifs dans l’IFLA avaient été formés à l’étude du livre ancien, à l’image d’Isaak G. A. Collijn, directeur de la bibliothèque royale de Suède et incunabuliste, qui fut le premier président de l’IFLA et participa à la réorganisation de la bibliothèque Vaticane en travaillant sur les incunables [3]. Il était jusqu’alors de tradition d’intégrer le patrimoine documentaire dans les reunions de The International Congress of Librarians and friends of the books de Prague, en 1926, qui avait vu les préparatifs de la création de l’IFLA l’année suivante, était divisé en six sections, intégrant History of books and libraries [4]. Dans les premières années d’existence de la fédération, le patrimoine apparaît donc bien dans les communications qui sont proposées lors du congrès annuel, en 1929 une des sessions est consacrée à «industrie du livre et bibliophilie», et accueille onze communications où l’on parle de Página 100 de 210

conservation, de collectionneurs, de bibliophilie, mais aussi et davantage, de la situation du monde de l’édition à l’époque; une section est consacrée au livre italien, et accueille plusieurs dizaines de communications centrées sur l’étude de manuscrits, d’imprimés anciens, sur des projets en cours ou en préparation de catalogues collectifs, de catalogues spécialisés, de bibliographies rétrospectives, sur la valorisation du patrimoine et la présentation de bibliothèques spécialisées [5]. En 1932 Eugène Tisserant, préfet de la bibliothèque Vaticane, parle de «What the preservation of the records of scholarship means to changing civilization» [6]. En 1929 toujours, à l’occasion du premier congrès italien, l’État italien organisa une «route d’expositions» de Naples à Venise en passant par Rome, Florence, Modène et Bologne. Le catalogue de ces expositions, publié en 1933 [7], montre bien que c’est son patrimoine qu’a voulu montrer le gouvernement fasciste, ou plus précisément, par l’exposition de ce patrimoine, «Rome et l’idée de Romanité au travers des siècles», thème de l’exposition principale présentée à Rome [8]. Le colloque de l’IFLA a été vu comme une occasion d’exposer cartes anciennes, manuscrits du Ve siècle, textes humanistes. Plus classiquement, les autres expositions présentaient l’histoire du livre et du graphisme italiens des origines à nos jours (Florence et Rome), editiones principes (Modène), reliures (Venise), musique (Bologne). S’y ajoutaient les multiples expositions non officielles, à Milan, Montecassini et Naples, dans la désormais célèbre bibliothèque des Girolamini. L’année 1929 fut sans conteste, grâce au congrès, l’année du patrimoine écrit en Italie. Quatrevingts ans plus tard, à l’occasion du congrès de Milan de 2009, le patrimoine fut à nouveau mis en avant, dans des proportions moins fastueuses, l’époque n’étant pas la même, mais d’une façon spectaculaire: au centre de la galerie Vittorio Emanuele III, un des lieux les plus emblématiques et les plus fréquentés de Milan, la bibliothèque Ambrosienne exposa quelques heures aux yeux de tous, sous la garde de deux policiers armés (et de deux Página 101 de 210

bibliothécaires inquiets), le célèbre manuscrit De divina proportione de Luca Pacioli, illustré par Léonard de Vinci. La bibliothèque Trivulziana proposa une exposition de reliures, ainsi qu’un manuscrit de Léonard de Vinci. Aujourd’hui encore, les congrès de l’IFLA donnent parfois lieu à des expositions présentant les collections patrimoniales, mais elles sont souvent discrètes. L’évolution de l’organisation du congrès, qui intègre désormais des circuits de visites, peut malgré tout être l’occasion de pallier la faible présence du patrimoine écrit. La section Special Libraries est créée dès 1936, et le Committee for Rare and Precious Books, qui a peut-être existé auparavant, est relancé à l’occasion de la grande réorganisation de l’IFLA, en 1956 à Munich, sous la présidence du Français Robert Brun, ancien directeur de la Réserve des livres rares de la Bibliothèque nationale de Paris, Inspecteur général des bibliothèques, auteur de nombreuses publications consacrées à l’histoire du livre ainsi qu’à la gestion des collections patrimoniales; il était membre du Governing Board de l’IFLA depuis 1949 [9]. Le Committee s’intéresse à l’époque aux questions de conservation et de préservation, de catalogage et de reproduction [10]. Pourtant, à la même époque, le patrimoine n’est pas toujours considéré comme un élément important des préoccupations de l’IFLA. En 1954, alors que l’IFLA réfléchit à sa nécessaire réorganisation, un article important est publié par Shiyali Ramamrita Ranganathan sur le sujet. L’organisation qu’il propose est composée de

divers groupes, au sein

desquels il n’envisage ni la conservation, ni l’histoire du livre, ni même les bibliothèques spécialisées, mais prévoit comme catégories possibles un «body» consacré aux incunables [11]. Les dénominations sont parfois difficiles à fixer, lorsque les bibliothécaires essaient de préciser ce qui les intéresse réellement. Le Página 102 de 210

Commitee for Rare and Precious Books, recréé en 1956, est renommé dès 1961 Committee for Rare and Precious Books and Documents [12], puis en 1990 Section for Rare Books and Manuscripts (RBMS) [13]. Bien des années plus tard, en 2011, la section a réfléchi à nouveau au changement de nom qu’elle pourrait demander pour mieux montrer ses intérêts, se tournant plutôt vers des idées comme «Documentary Heritage», mais sans prendre de décision. Elle ouvre en 2013 un blog officiel sous le nom de «Special Collections». Même si le patrimoine est rarement cité comme axe d’intérêt de la fédération pendant ses premières années d’existence, les activités globales de l’IFLA concernent de près le patrimoine des bibliothèques; c’est le cas tout particulièrement des questions qui s’attachent au signalement des collections et acquièrent bientôt, au niveau international, valeur de norme suivie par tous. Les nombreuses normes et recommandation en matière de catalogage régissent le signalement des collections, y compris les collections patrimoniales: autrefois au travers, des Principes de Paris (1961), de la norme ISBD(A) (première version 1990), aujourd’hui dans l’ISBD consolidé (2007) [14], dans les FRBR [15], etc. De nombreux groupes de travail se sont constitués au fil des ans, même s’ils n’ont pas toujours abouti à des résultats utilisables; citons par exemple les réflexions menées à plusieurs reprises sur le catalogage des manuscrits en format MARC ou suivant la norme ISBD [16]. Des sessions du congrès sont régulièrement consacrées au signalement, comme ce fut le cas en 2012 dans la session organisée par la RBMS, «Cataloguing standards and special collections» [17]. Un intérêt affiché pour la préservation du patrimoine L’inondation de 1966 à Florence, au cours de laquelle de nombreuses Página 103 de 210

collections historiques sont détruites à l’Archivio di Stato comme à la Biblioteca

nazionale

centrale,

voit

une

exceptionnelle

participation

internationale au sauvetage, à la restauration des collections et une des conséquences est, en 1972, la création du Working Group on Preservation, devenu plus tard la section Preservation and conservation [18]. En complément, un programme fondamental consacré au patrimoine et à la conservation a été créé par l’IFLA en 1984, le Preservation and Conservation Core Activity, désormais Strategic Programme [19]. Des personnels permanents, installés à la BnF de 1992 ã 2013, ont créé des centres régionaux et le programme, à travers ses propres actions, l’animation et la création des centres régionaux, joue un rôle important dans le domaine. Il publie une revue, International Preservations News (soixante-et-un numéros parus), et une collection, International Preservation Issues [20]. Il organise des conférences thématiques, dont il assure parfois la publication [21]. Dans les années 1990, la préservation et la conservation du patrimoine documentaire est un des six programmes prioritaires de l’IFLA, à côté du Contrôle bibliographique universel, de l’Accès universel aux publications, du programme Marc international, du Flux transfrontière des données et enfin du Développement de la bibliothéconomie dans le TiersMonde [22]. Cet axe ne s’est pas démenti depuis. En 2010, à la suite du tremblement de terre d’Haïti, l’IFLA a lancé un programme d’aide centré sur la conservation. L’IFLA a aussi, à la suite de ce désastre, fixé comme une de ses cinq key initiatives pour le mandat 2011-2013 le «Cultural Heritage Disaster Reconstruction Programme». Le Governing Board a ainsi montré son attachement à ces questions, particulièrement d’actualité depuis la fin du XXe siècle à la suite des guerres qui ont détruit à plusieurs reprises des collections patrimoniales.

Página 104 de 210

Les questions de conservation et de préservation ont pris récemment une place de plus en plus grande dans les préoccupations des bibliothécaires. Elles donnent lieu à des sessions organisées par des sections qui, à première vue, ont d’autres buts. Rappelons, pour exemple, la session organisée en 1994, à l’occasion du congrès de Cuba, par les trois sections régionales (Amérique latine et Caraïbes, Asie et Océanie, Afrique), session consacrée à la conservation et à la préservation [23]. En 2007, à nouveau, la section Asie et Océanie a choisi la conservation comme thème principal de sa session [24]. La section des périodiques s’est

elle

aussi préoccupée

de

conservation à plusieurs reprises, ce qui se comprend aisément. Chacune de ses publications parle peu ou prou de conservation. En août 1987, le Working Group on Newspapers de la Section on Serial Publications organisait un congrès à Londres, «International Symposium on Newspaper Preservation and Access» [25]; deux ans plus tard, la même section proposait à Washington «Managing the Preservation of Serial Literature: an International Symposium», dont les actes furent publiés en 1992 [26]. Avec l’arrivée de la numérisation, une attention renouvelée fut portée aux journaux anciens, particulièrement fragiles et menacés de destruction: en mai 2006 à Salt Like City, puis en août de la même année lors du congrès de Séoul, la section ce concentre sur la numérisation [27]. En avril 2007, la numérisation, l’histoire et la conservation font l’objet d’une conférence au Chili [28]. L’année suivante, la préservation est à nouveau bien présente aux côtés de la numérisation lors de la conférence de Singapour (avril 2008) et du congrès international de Québec (août 2008), dont les actes sont publiés dans les semaines qui suivent [29]. En 2003, déjà, publiant un ensemble de communications présentées lors de plusieurs congrès passés de l’IFLA, la toute nouvelle section –elle était Round table jusqu’en 2002– avait montré l’étendue de ses Página 105 de 210

intérêts. Les publications rapprochées des travaux de la section Newspapers sont l’occasion de constater à quel point certains domaines doivent être abordés comme un tout, sans qu’il soit possible de séparer d’un côté le catalogage, de l’autre la conservation, ailleurs enfin la valorisation. Parmi les cent-soixante volumes publiés dans la collection «IFLA publications» chez l’éditeur Saur (aujourd’hui De Gruyter-Saur), un seul est consacré à la formation à la preservation: il s’agit des actes d’un séminaire international qui s’était tenu à Vienne en 1986, Education and training for preservation and conservation [30]. Toutefois, le sujet a fait l’objet de sessions à plusieurs reprises, comme en 1989 lors du congrès de Paris [31], ou, en 2012, le mid-term meeting de la section Rare Books and Manuscripts à Anvers, qui a donné lieu à une publication [32]. Des formations ont été organisées parfois de manière informelle en direction des pays émergents: citons par exemple un séminaire à destination des bibliothécaires africains anglophones, organisé en 1990 à Loughborough, ou une formation au Centre de conservation de la Bibliothèque nationale à Sablé-sur-Sarthe l’année suivante; ou enfin des financements conjoints de l’IFLA et du Conseil international des archives qui ont permis à la même époque à des bibliothécaires africains d’assister à un séminaire sur le même sujet à l’université de Colombia [33]. Conférences sur le patrimoine Plusieurs sections et un programme fondamental sont aujourd’hui spécialisés dans les questions patrimoniales, mais d’autres groupes ont parfois l’occasion de mettre leur spécificité au service du patrimoine documentaire. Ainsi, à la fin des années 1980 et au début des années 1990, les bibliothèques ont procédé à la conversion rétrospective de leurs Página 106 de 210

catalogues. Cette opération, qui leur a demandé de gros efforts, et dont les enjeux intégraient les questions de compatibilité et de normalisation, était d’une très grande importance pour le patrimoine documentaire. Il est d’ailleurs significatif qu’en 1988, la section de Bibliographie a consacré une session à la conversion rétrospective, mais a aussi, en collaboration avec la Rare Books and Manuscripts section, proposé une session sur les bibliographies rétrospectives, où ont été présentés plusieurs projets qui sont aujourd’hui disponibles en ligne: le Eighteenth Century Short Title Catalogue, le Short-Title Catalogue Netherlands [34]. Un groupe de travail a même été créé au sein de l’IFLA à cette époque [35]. De façon générale, le patrimoine relève des intérêts de nombreuses sections, ce qui étoffe chaque année l’offre de conférences et sections. Depuis le développement des conférences satellite, un certain nombre d’entre elles ont été consacrées aux questions patrimoniales, comme celle qui a été organisée en 1989 par la section des bibliothèques d’art, sur “le patrimoine culturel”. On a vu que la conservation en particulier a attiré l’attention de sections et groupes dont les intérêts prioritaires ne sont pourtant pas tournés vers le patrimoine. De la même façon, la question de la valorisation et de la communication intéresse plusieurs sections, en particulier celle des bibliothèques d’art, qui s’était intéressée en 2009 aux rapports entre ces bibliothèques et les médias, ce qui incluait la question de l’accessibilité aux images et de leur valorisation [36], question aujourd’hui particulièrement d’actualité. Il est intéressant de noter que des sections qui se saisissent des questions patrimoniales, le plus souvent la conservation et la préservation, parfois même sans faire appel aux sections spécialisées, pour elles, manifestement, le patrimoine documentaire fait partie de facto de leurs Página 107 de 210

missions et elles peuvent s’en occuper sans considérer qu’il faut le laisser aux spécialistes. C’est bien entendu très important car on sait que de nombreuses bibliothèques ne disposent pas de spécialistes du patrimoine, et qu’il revient à des bibliothécaires non spécialisés de prendre en charge la gestion de ces aspects. Certaines

sections,

dont

les

intérêts

ne

sont

pas

tournés

particulièrement vers la conservation, se préoccupent parfois de la pérennisation des travaux qu’elles encouragent. La section Bibliographie, qui s’occupe de la bibliographie courante annuelle fournie par les pays chaque année, s’intéresse de temps en temps à la survie de ces bibliographies, comme ce fut le cas en 2009, où le thème, «Promoting and preserving national bibliographies, our testimony of cultural heritage», donna pourtant lieu davantage à des communications consacrées à la promotion qu’à la préservation [37]. En 1995 la section des bibliothèques nationales organisa sa session sur le thème des «politiques de préservation: rôle des bibliothèques nationales, planification». Les congrès de l’IFLA peuvent être l’occasion d’organiser des sessions, ou des conférences satellites, destinées à faire le point sur la situation du patrimoine dans les pays hôtes. Ces sessions ont pour objectif affiché d’aider les bibliothèques de la région du monde où se tient le congrès annuel à progresser dans leur connaissance des fonds patrimoniaux et des actions qu’il faut mener pour en assurer la conservation et la valorisation. Elles rejoignent alors parfois les missions du Preservation and Conservation Core Program, particulièrement chargé d’aider les régions en cours de développement

à

s’intéresser

à

la

préservation

des

collections

documentaires, qui est souvent à l’origine de l’organisation de ces sessions. En 1994 à Cuba, la section Preservation and Conservation organisait deux Página 108 de 210

sessions, dont une avec la section Latin America and the Carribean, consacrées aux questions climatiques et au sauvetage de collections [38]. Au-delà des rencontres régulières que constituent le congrès et ses conférences satellites, l’IFLA a participé à l’organisation de manifestations ambitieuses dans le domaine du patrimoine, comme la Conférence panafricaine

sur

la

préservation

et

la

conservation

du

patrimoine

documentaire, organisé en 1993 à Nairobi par la section régionale, les programmes fondamentaux Advancement of Librarianship in the Third World et Preservation and Conservation avec la collaboration du Comité international des archives et des Archives nationales du Kenya, grâce à des financements multiples, et dont les actes ont été édités [39]. La question centrale de la conservation, rendue plus cruciale sous les climats moins favorables, a à nouveau été abordée quinze ans plus tard, à la conférence satellite proposée en 2007 à l’occasion du congrès mondial de Durban, «Mold, Pests and Dust: Preservation Policies and Management». Cette conférence proposée par la section Preservation and Conservation, en collaboration avec les sections Rare Books and Manuscripts et Newspapers ainsi

que

par

le

programme

Preservation

and

Conservation,

n’a

malheureusement laissé aucune trace écrite. En complément, la section Rare Books

and

Manuscripts

avait

organisé

une

session

consacrée

à

«Preservation in African collections: perspectives and case studies». Ce type de sessions permet d’accueillir des études de cas présentées par des bibliothèques de la région [40]. Si, en 2007, la préservation était mise en valeur, d’autres facettes des missions patrimoniales ont été retenues à d’autres occasions, comme par exemple lors de la conférence satellite proposée en 2011 par la section Rare Books and Manuscripts et le programme Preservation and Conservation à Porto Rico.

Página 109 de 210

Une conférence exceptionnelle consacrée aux plans d’urgence et aux actions à mener en cas de sinistre avait été organisée en 2003 à Berlin par la section

Preservation

and

Conservation,

le

programme

fondamental

Preservation and Conservation, le Council on Libraries and Information Resources, avec la participation de l’Akademie der Wissenschaften et la Staatsbibliothek zu Berlin [41]. Les actes de cette conférence documentent les plus importants sinistres de ces dernières années, grâce à des photographies de l’inondation de Prague (2003), d’archives et bibliothèques iraquiennes, du Pentagone après le 11 septembre 2011, etc. Ils proposent des réflexions et des conseils sur les situations d’urgence. D’autres fois, les sessions et conférences satellites s’attachent à des sujets plus internationaux, soit pour faire le point sur des connaissances dans des domaines qui ont connu des évolutions rapides, soit pour présenter les pratiques de bibliothèques dans tous les aspects qui touchent à la gestion des fonds patrimoniaux. Dans ces derniers cas, la collaboration avec des sections qui n’ont pas parmi leurs missions principales les questions patrimoniales est souvent très intéressante: ainsi en 2012, à Helsinki, la section Preservation and Conservation et la section Education and Training ont proposé une session consacrée à la formation des personnels [42]. À intervalles réguliers, le congrès de l’IFLA ou une conférence satellite est l’occasion d’accueillir la présentation des dernières innovations techniques utiles pour la conservation ou l’étude du patrimoine documentaire; on peut citer par exemple en 1995 la conférence organisée par la section Preservation

and

Conservation

et

le

programme

Preservation

and

Conservation à Budapest [43] ou bien celle de 2010, tenue à Uppsala et organisée par la section Preservation and Conservation avec la participation de la section Rare Books and Manuscripts, «New Techniques for Old Documents». Página 110 de 210

Les entreprises de reproduction et microfilmage avaient beaucoup occupé l’IFLA dès ses débuts; les nouveaux supports font leur apparition à partir de la fin des années 1980: - les vidéodisques: les bibliothèques d’art y consacrent leur section en 1989 [44]; - les premières entreprises de numérisation (Admyte, Archivo Digital de Manuscritos y Textos Españoles, lancé par la Biblioteca nacional de Madrid à l’occasion du Ve centenaire de la découverte de l’Amérique sous forme de CDROM en 1990, dont la deuxième version a été présentée en 1995 [45]), et les entreprises de numérisation de masse (1996) [46]. Les premières entreprises de numérisation des images attirent aussitôt l’attention de la section des bibliothèques d’art, qui s’interroge dès 1995 sur leurs conséquences pour leurs activités [47], et de la section Rare Books and Manuscripts, dont la session 1995 recense un certain nombre de projets de numérisation d’images – la différence d’approche des deux sections sur le même sujet est intéressante à relever [48]- internet, au début des années 1990. Histoire du livre et des bibliothèques L’histoire du livre tient dans la vie de l’IFLA la même place symbolique que dans la vie des bibliothèques. En 1935, l’Allemagne invitait l’IFLA pour son congrès 1940, qui coïnciderait ainsi avec les célébrations du cinquième centenaire de l’invention de l’imprimerie par Gutenberg, mais sur le sujet «The Library and its users» [49]. La guerre empêcha bien sûr la tenue du congrès. Au-delà de la complexe situation politique du temps, il est probable aussi que si le pape Pie XI a reçu tous les délégués à la bibliothèque Página 111 de 210

Vaticane lors des congrès de 1928 et 1929 à Rome, une des raisons était qu’il avait dirigé les bibliothèques Ambrosienne et Vaticane [50]. En 1989, alors que le congrès est à Paris, au Louvre, à l’occasion du bicentenaire de la Révolution française, le président Hans Peter Geh commence ainsi son discours d’ouverture: «Le patrimoine littéraire mondial illustre la libre circulation des idées et des sentiments et celle-ci conduit à un échange culturel croissant et un processus de rapprochement fructueux. De ce point de vue les bibliothèques jouent, partout dans le monde, un rôle exceptionnel en tant qu'intermédiaires et dépositaires de la culture...» [51]. L’histoire des bibliothèques en revanche est apparue bien tardivement dans les intérêts de l’IFLA. Créée en 1978 comme Working Group/Round Table, oscillant entre histoire des bibliothèques et histoire de la lecture, elle est transformée en section avant de redevenir, en 2010, un Special Interest Group car elle réunit peu de membres [52]. Comme aujourd’hui la Rare Books and Manuscripts Section, le Rare and Precious Books Commitee, dans les années 1950, porte aussi un intérêt à l’étude du patrimoine écrit. En 1959, il demande à chaque pays qui possède des incunables de faire un rapport sur les recherches et les publications [53]. Une entreprise très importante, dans le même domaine, a été l’ABHB, Annual Bibliography of the History of the Book. Publiée tous les ans sous forme papier pendant de nombreuses années, organisée en comités nationaux qui se chargeaient d’assurer le dépouillement des ouvrages et périodiques, cette bibliographie signalait toutes les publications paraissant dans le domaine à travers le monde; devenue History of the Book Online, elle a été confiée à la Bibliothèque royale des Pays-Bas qui a cessé d’organiser son enrichissement au début des années 2000 avant de la confier à la société Brill en 2012. Página 112 de 210

La variété des lieux où se tiennent les congrès donne aussi l’occasion régulièrement d’approfondir l’histoire du livre et des bibliothèques dans ces régions. On prendra pour exemple la conférence satellite organisée par la section Rare Books and Manuscripts à Hangzhou, en Chine, en 2006, qui a débouché sur des publications [54]. Le programme satellite de 2009, organisé à Munich par la présidente de la RBMS, Bettina Wagner, «Early printed books as material objects», très international, a attiré à Munich tous les spécialistes européens du sujet, et a fait l’objet d’une publication l’année suivante [55]. L’histoire du livre et des bibliothèques fait traditionnellement partie des intérêts principaux de la section des manuscrits et livres rares, mais d’autres sections s’y penchent parfois. Plus largement, de façon assez naturelle, les bibliothécaires font parfois appel au passé pour étudier le présent: lors d’une séance sur les pratiques de lecture par exemple, il semble assez naturel de trouver une communication consacrée à l’histoire de la lecture [56]. Manifestes et manuels L’IFLA a elle-même rédigé, ou a validé, un certain nombre de manifestes, de déclarations et de guidelines. Dans ces documents, le patrimoine tient une place importante, en partie grâce aux collaborations de l’IFLA avec d’autres institutions internationales. Dès 1931, les membres de l’IFLA sont invités à donner leur avis sur la résolution de la League of Nations Committee of Expert Librarians concernant la préservation des manuscrits et des

imprimés

[57].

Lors

des

congrès

sont

aussi

émises

des

recommandations à certaines époques, et les bibliothécaires s’occupant du patrimoine ont eu l’occasion d’en préparer. En 1970, par exemple, parmi les recommandations émises lors du congrès de la Fédération, celle du Rare and Página 113 de 210

Precious Books Committee recommandait la création d’un International Center for the Preservation of Books and Manuscripts [58]. Une des activités menées depuis toujours à l’IFLA est la production d’outils. Parmi ces outils, les répertoires occupent une place importante. On pense bien entendu au monumental World guide of libraries, ou bien le Répertoire des bibliothèques d’art qui a connu quatre éditions. D’autres projets très ambitieux de description sont difficiles à mettre en œuvre et restent bien souvent à l’état de vœu pieux, énoncé à l’occasion d’un congrès mais jamais mis en œuvre. Ainsi en 1995, la section des bibliothèques d’art annonçait un guide international sur les fonds d'archives d'artistes dans les bibliothèques et archives de musées [59]. L’IFLA a souvent réagi aux catastrophes qui ont touché les bibliothèques, publiant des manifestes ou au moins dédiant des sessions du congrès à l’occasion de destructions de bibliothèques: bibliothèque universitaire de Bucarest, Croatie, Bosnie Herzégovine au début des années 1990, Haïti, Japon, Nouvelle Zélande, Chili, Égypte, Lybie au début des années 2010… [60] Les collaborations L’IFLA travaille avec l’Unesco, organisation qui a joué un rôle central dans le domaine de la coopération internationale entre bibliothèques, depuis la création de cette dernière [61]. L’accord, signé entre les deux organisations en 1947, précise toutefois dans son article II que les buts généraux de la coopération consiste à s’employer «par tous les moyens en leur pouvoir, à faciliter le développement, l’amélioration et l’extension des services de bibliothèques» [62]. Le patrimoine n’est pas un aspect présent à ce moment Página 114 de 210

là, ce qui s’explique dans le contexte géopolitique du temps. Le patrimoine est entré peu à peu dans les limites de l’accord de coopération entre les deux institutions; en 1986, une convention était signée pour l’organisation et le financement de la conférence internationale Preservation of Library Materials, tenue la même année [63], en 1999, un contrat les unissait pour lancer un projet de Worldwide Survey of Digitized Collections in Major Cultural Institutions [64]. L’UNESCO pilote aujourd’hui le programme Memory of the World, auquel participe un représentant de l’IFLA. Depuis plus de vingt ans, l’IFLA, et plus particulièrement la section Rare

Books

and

Manuscripts,

travaille

avec

d’autres

associations

internationales, en particulier LIBER (Ligue des Bibliothèques Européennes de Recherche) et le CERL (Consortium of European Research Libraries). Le cœur des intérêts communs de ces associations a longtemps été le catalogage des collections et les catalogues collectifs. Au début des années 1990, on cherchait à organiser le catalogage informatisé des manuscrits, qui connaissait alors quelques tentatives dans divers pays, comme par exemple le projet français Palme [65]. Les réflexions intégraient la question des formats informatiques (faut-il utiliser MARC?), question qui était traitée aussi à l’intérieur de l’IFLA par plusieurs sections (et qui a été abandonnée très tardivement, au début des années 2010). LIBER avait pris les choses en mains en organisant des séminaires en 1991 et 1992 à Rome et Londres. Dès 1993, il y a vingt ans, la RBMS avait aussi consacré sa session au projet du CERL, créé l’année précédente, de constitution d’un catalogue collectif des livres anciens, devenu le Hand-Press Book Database (aujourd’hui Heritage of the Printed Book) [66]. Depuis le début des années 2000, l’IFLA suit enfin l’activité du Bouclier bleu dans les régions en guerre [67].

Página 115 de 210

Conclusion Au moment de la création de l’IFLA, le patrimoine documentaire n’était pas au cœur des préoccupations. Mais les bibliothécaires qui se sont investis dans la nouvelle fédération n’imaginaient pas encore les bibliothèques sans leur patrimoine, et, par ailleurs, la place symbolique de ces collections est présente depuis lors. Peu à peu, l’IFLA a pris en compte ce patrimoine et ses difficultés, en particulier pour les questions cruciales comme le catalogage et l’interopérabilité des informations, la constitution des collections ou plus encore leur préservation et leur conservation, comme c’est encore le cas aujourd’hui. Le rôle de l’IFLA est loin d’être anecdotique, aussi bien au travers de programmes phares comme le programme fondamental Preservation and Conservation, que par le biais des conférences, des trop rares formations et des publications. Les intérêts de l’IFLA se confondent aujourd’hui avec le domaine désigné sous le nom Library and Information Science; ils recouvrent la bibliothéconomie, sous tous ses aspects, mais aussi l’histoire du livre et des bibliothèques. Dans le domaine de la normalisation bibliographique, dans celui de la préservation, l’IFLA est aujourd’hui un acteur central du patrimoine des bibliothèques. Notes 1 Le Bulletin des bibliothèques de France est disponible en ligne sur le site http://bbf.enssib.fr. Le Bulletin d’information de l’ABF est disponible en ligne sur le site http://www.enssib.fr. Je remercie Jeffrey M. Wilhite pour son aide et sa patience. 2 Joachim Wieder, « An outline of IFLA’s History », dans IFLA'S first fifty years: achievement and challenge in international librarianship, ed. Willem R. Página 116 de 210

H. Koops, Joachim Wieder, München, Verlag Dokumentation, 1977 (IFLA publications, 10), p. 11-55 (14). Malheureusement, l’IFLA s’est assez peu plongée dans son histoire jusqu’ici. IFLA’s first fifty years, publié en 1977, est un tout petit volume de 150 pages, dont une partie des chapitres envisage le futur de l’association. Jeffrey M. Wilhite a publié en 2012 une histoire des congrès de l’IFLA, mais une étude plus approfondie reste à faire: Jeffrey M. Wilhite, 85 years IFLA: a history and chronology of sessions 1927-2012, Munich, De Gruyter Saur, 2012 (IFLA Publications, 155). Nous disposons essentiellement du textes des sessions proposées au sein du congrès mondial, édités dans les actes du congrès ou dans des comptes rendus diffusés dans diverses revues, très difficiles à trouver et pas numérisés pour le moment; désormais, les communications au congrès annuel sont mises en ligne par l’IFLA et disponibles en ligne. Il reste souvent peu de traces des conférences satellites. 3 Joachim Wieder, «An outline of IFLA’s History», cit., p. 19; The Library Journal, January 1928, p. 410. 4 Rudolf Málek, «The origins of the international organisation of librarians (IFLA)», Libri, 20, 3, 1970, p. 222-224. 5 Cette seule section constitue un volume entier (410 pages) de l’édition des actes du colloque: Primo congresso mondiale delle biblioteche e di bibliografia, Roma-Venezia 15-30 giugno 1929 a. VII, atti pubblicati a cura del ministero della educazione nazionale (Direzione generale delle Accademie e Biblioteche, vol. 3, Memorie e communicazioni (II), Roma, La libreria dello Stato, 1933 – a. XI. 6 Eugène Tisserant, «What the preservation of the records of scholarship Página 117 de 210

means to changing civilization», dans Id., Adresses, Reprinted from the Proceedings of the fifty-fifth annual conference of the American library association, December 15, 1933, [Chicago], ALA, 1933. 7 Primo congresso mondiale delle biblioteche e di bibliografia, cit., vol. 6, Cataloghi delle mostre. 8 Ibid., p. 15. 9 Joachim Wieder, «An outline of IFLA’s History», cit., p. 33. Sur Robert Brun voir André Masson, «Robert Brun (1896-1978)», Bulletin des bibliothèques de France, 23, 7, 1978, p. 419-422; Maurice Caillet, «L’œuvre de Robert Brun», Revue française d’histoire du livre, 30, 1er trimestre 1981; Jacques Guignard, « Robert Brun (1896-1978) », Bulletin d’informations de l’ABF, 100, 1978, p. 175-176. Jeffrey M. Wilhite. 85 years IFLA, cit., p. 136. 10 Joachim Wieder, «An outline of IFLA’s History», cit., p. 33. Je n’ai pas pu trouver davantage d’information sur la date de création de ce comité, non plus que Jeffrey M. Wilhite. 11 S. R. Ranganathan, «IFLA: what it should be and do», Libri, 5, 2, 1954, p. 182-189. 12 Jeffrey M. Wilhite. 85 years IFLA, cit., p. 174. 13 Ibid., p. 265. 14 International Standard Bibliographic Description (ISBD), Recommended by the ISBD Review group and approved by the Standing committee of the Página 118 de 210

IFLA Cataloguing Section, München, K. G. Saur, 2007 (IFLA series on bibliographic control, 31). 15 Functional requirements for bibliographic records: final report, München, K.G. Saur, 1998 (IFLA Series on Bibliographic Control, 19). 16 Au début des années 1990 puis à nouveau en 2010: compte rendu de Nicolas Petit, «Section livres rares et manuscrits», dans «L’IFLA: 59 e conférence générale: Barcelone, 22-28 août 1993», Bulletin d'informations de l'ABF, 161, 1993, p. 51-59. 17 http://conference.ifla.org/past/ifla78/session-212.htm [consulté le 5/1/2013] 18

Joachim

Wieder,

«An

outline

of

IFLA’s

History»,

cit.,

p.

45.

http://www.ifla.org/preservation-and-conservation [consulté le 23/2/2013] 19 http://www.ifla.org/pac [consulté le 23/2/2013] 20 Par exemple: John McIlwaine, dir. Marie-Thérèse Varlamoff, IFLA disaster preparedness and planning: a brief manual, Paris, IFLA-PAC, 2006 (International preservation issues, 6), disponible en plusieurs langues à l’adresse http://www.ifla.org/publications/international-preservation-issues 21 Pour ne prendre qu’un exemple: Managing the Preservation of Periodicals and Newspapers / Gérer la conservation des périodiques et de la presse, Proceedings of the IFLA Symposium / Actes du Symposium IFLA, Bibliothèque nationale de France Paris, 21-24 August 2000, ed. Jennifer Budd, Munich, Saur, 2002 (IFLA Publications,103).

Página 119 de 210

22 Dominique Reviller, Les relations IFLA/UNESCO et le développement de la coopération bibliothéconomique internationale, DESS direction de projets culturels, sous la direction de Jacques Keriguy, Lyon, ENSB – Grenoble, Institut d’études politiques, Université de Grenoble 2, 1990, p. 12. 23 «Comptes rendus des sections», dans «IFLA 1994 à Cuba», Bulletin d'informations de l'ABF, 165, 1994, p. 85-101. 24 Session 140, Information providers coping with disaster in Asia and Oceania;

les

communications

sont

disponibles

à

l’adresse

http://archive.ifla.org/IV/ifla73/Programme2007.htm [consulté le 5/1/2013]. 25 Robert Harriman, «Foreword», dans Managing the Preservation of Serial Literature: An International Symposium, conference held at the Library of Congress, Washington D.C., May 22-24, 1989, Sponsored by the International Federation of Library Associations and Institutions and the Library of Congress, ed. Merrily A. Smith, Munich, K. G. Saur, 1992 (IFLA Publications, 57), p. vii. 26 Managing the Preservation of Serial Literature: An International Symposium, conference held at the Library of Congress Washington D.C., May 22-24, 1989, Sponsored by the International Federation of Library Associations and Institutions and the Library of Congress, ed. Merrily A. Smith, Munich, K. G. Saur, 1992 (IFLA Publications, 57). 27 Newspapers of the World Online: U.S. and International Perspectives, Proceedings of Conferences in Salt Lake City, ed. Hartmut Walravens, Munich, K. G. Saur, 2006 (IFLA Publications, 122).

Página 120 de 210

28 Newspapers collection management: printed and digital challenges –La gestión de colecciones de periódicos: desafíos en impresos y digitales, Proceedings of the International Newspaper Conference, Santiago de Chili, April 3-5, 2007, ed. Hartmut Walravens, Munich, K. G. Saur, 2008 (IFLA Publications, 133). 29 The Impact of Digital Technology on Contemporary and Historic Newspapers, Proceedings of the International Newspaper Conference, Singapore, 1-3 April 2008, and papers from the IFLA World Library and Information Congress, Québec, Canada, August, 2008, ed. Hartmut Walravens, collab. National Library of Singapore, Munich, K. G. Saur, 2008 (IFLA Publications, 135). 30 Education and training for preservation and conservation: papers of an international seminar on "The Teaching of preservation management for librarians, archivists and information scientists", Vienna, April 11-13, 1986, ed. Josephine Riss Fang and Ann Russell, Munich, K. G. Saur, 1991 (IFLA Publications, 54). 31 «La formation des bibliothécaires dans les domaines de la préservation et de la conservation». 32 Ambassadors of the book: competences and training for heritage librarians, Edited by Raphaële Mouren, Berlin/Munich, De Gruyter Saur, 2012 (IFLA Publications 160). 33 Winston Roberts, «L'IFLA et les bibliothèques d'Afrique», Bulletin des bibliothèques de France, 39, n° 4, 1994, p. 87-93.

Página 121 de 210

34

Françoise

bibliographique

Bourdon,

«Conversions

rétrospectif»,

dans

de

catalogues

«Nouvelles

de

et

l’IFLA»,

contrôle Bulletin

d’informations de l’ABF, 140, 1988, p. 44-45. 35 «57e conférence de l'IFLA: Moscou, 16-24 août 1991, compte rendu des travaux», Bulletin d'informations de l'ABF, 153, 1991, p. 58-75 36 «Les médias traditionnels dans l'économie des bibliothèques d'art: illustration du patrimoine culturel»: voir Huguette Rouit, «Les bibliothèques d’art», dans «Programme professionnel», «La 55 e conférence de l'IFLA», Bulletin d'informations de l'ABF, 145, 1989, p. 27-28; Maria Deurbergue, «Patrimoine et archives», Huguette Rouit, «Le patrimoine culturel», Michel Albaric, «Art religieux», dans «La 55 e conférence de l'IFLA (suite)», Bulletin d'informations de l'ABF, 146, 1990, p. 47-49. 37 http://conference.ifla.org/past/ifla75/programme2009-en.php, session 77 [consulté le 29/1/2013]. 38 «Comptes rendus des sections», dans «IFLA 1994 à Cuba», Bulletin d'informations de l'ABF, 165, 1994, p. 85-101. 39 Proceedings of the Pan-African Conference on Preservation and Conservation of Library and Archival Materials, Nairobi, Kenya, 21-25 June 1993, ed. Jean-Marie Arnoult, Virginia Kremp, Musila Musembi, The Hague, Netherlands, IFLA Headquarters, 1995 (IFLA professional reports, 43); voir Winston Roberts, «L'IFLA et les bibliothèques d'Afrique», cit. 40 Le programme de la session 139-1, Perspectives on African culture and heritage, est disponible à l’adresse Página 122 de 210

http://archive.ifla.org/IV/ifla73/Programme2007.htm [consulté le 5/1/2013]. 41 Preparing for the Worst, Planning for the Best: Protecting our Cultural Heritage from Disaster, Proceedings of a conference sponsored by the IFLA Preservation and Conservation Section, the IFLA Core Activity for Preservation and Conservation and the Council on Library and Information Resources,

Inc.,

with

the Akademie

der

Wissenschaften

and

the

Staatsbibliothek zu Berlin, Berlin, Germany, July 30-August 1, 2003, ed. Johanna G. Wellheiser, Nancy E. Gwinn, Munich, K. G. Saur, 2005 (IFLA Publications, 111). 42 «Empowering staff through preservation training! How your library and users will reap the benefits». 43 «Istambul 1995: compte rendu des sections», dans «Conférences de l'IFLA», Bulletin d'informations de l'ABF, 170, 1996, p. 94-101. 44 Huguette Rouit, Françoise Jacquet, Françoise Bourdon, Geneviève Boisard «Programme professionnel», dans «La 55 e conférence de l'IFLA», Bulletin d'informations de l'ABF, 145, 1989, p. 6-39. 45 «Istambul 1995: compte rendu des sections», cit. Admyte est désormais disponible sur Internet: http://www.admyte.com/ [consulté le 5 janvier 2013]. 46 «Istambul 1995: présentation», dans «Conférences de l'IFLA», Bulletin d'informations de l'ABF, 170, 1996, p. 91-93. 47 Marc Chauvainc, «Conférences de l'IFLA : Istanbul 1995 (2e partie)», Bulletin d'informations de l'ABF, 171, 1996, p. 70-77. Página 123 de 210

48 Ibid. 49 Joachim Wieder, «An outline of IFLA’s History», cit., p. 23-24. Johanna L. de Vries, The history of the International federation of library associations from its creation to the Second World war 1927-1940, Master’s thesis, supervisor P. Harvard-William, Dept. of Library and Information Studies, Loughborough University of Technology, 1976, p. 104. 50 Primo congresso mondiale delle biblioteche e di bibliografia, cit., vol. 1; Johanna L. De Vries, The History of the International Federation, cit., p. 21. 51 Hans Peter Geh, discours d’ouverture, dans La 55e conférence de l'IFLA, cit. 52 Jeffrey M. Wilhite, 85 years IFLA, cit., p. 233. 53 Ibid., p. 168. 54 Première publication en chinois, 2009; en anglais: The History and Cultural Heritage of Chinese Calligraphy, Printing and Library Work, edited by Susan M. Allen, Lin Zuzao, Cheng Xiaolan and Jan Bos, Munich, De Gruyter Saur, 2010 (IFLA Publication, 141). 55 Early Printed Books as Material Objects, Edited by Marcia Reed and Bettina Wagner, Munich, K.G. Saur, 2010 (Ifla Publications, 149). 56 Comme ce fut le cas au congrès de La Havane en 1995, lors de la session « recherches sur la lecture », qui accueillit une communication de Paul Página 124 de 210

Sturges sur la lecture en Grande-Bretagne et aux États-Unis au XIX e siècle: «Comptes rendus des sections», dans IFLA 1994 à Cuba, Bulletin d'informations de l'ABF, 165, 1994, p. 85-101. 57 Jeffrey M. Wilhite, 85 years IFLA, cit., p. 103. 58 Ibid., p. 206. 59 Marc Chauvainc, «Conférences de l'IFLA: Istanbul 1995 (2 e partie)», cit. 60 Jeffrey M. Wilhite, 85 years IFLA, cit., p. 264, 274, 335… 61 Dominique Reviller, «IFLA-UNESCO: Leurs relations et le développement de

la

coopération

bibliothéconomique

internationale»,

Bulletin

des

bibliothèques de France, 1992, 37, n° 6, p. 62-67. 62 Document reproduit par Dominique Reviller, Les relations IFLA/UNESCO et le développement de la coopération bibliothéconomique internationale, DESS direction de projets culturels, sous la direction de Jacques Keriguy, Lyon, ENSB – Grenoble, Institut d’études politiques, Université Grenoble 2, 1990, annexe 1. 63 Jeffrey M. Wilhite, 85 years IFLA, cit., p. 253, 259. 64 Ibid., p. 295. 65 Gérard Cohen, «Le répertoire national des manuscrits littéraires français du XXe siècle», Bulletin des bibliothèques de France, 52, 5, 2007, p. 72-77.

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66 Nicolas Petit, «Section livres rares et manuscrits», dans L’IFLA: 59e conférence générale: Barcelone, 22-28 août 1993, Bulletin d'informations de l'ABF, 161, 1993, p. 51-59. 67 Jeffrey M. Wilhite, 85 years IFLA, cit., p. 308, 327.

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LA EDUCACIÓN SOBRE PATRIMONIO BIBLIOGRÁFICO Y DOCUMENTAL: ELEMENTOS TEÓRICOS, INFORMATIVOS Y BIBLIOTECARIOS Juan Miguel Palma Peña Resumen El patrimonio bibliográfico y documental es valioso para la construcción histórica, educativa y cultural de la sociedad, por tanto, es necesario desarrollar acciones educativas e informativas para asegurar su conocimiento y su permanencia. El objetivo de este trabajo es delimitar aspectos teóricos, informativos y bibliotecarios para una educación sobre patrimonio bibliográfico y documental. El presente trabajo consta de cuatro apartados que tienen como propósito: 1. Plantear qué es el patrimonio bibliográfico y documental. 2. Determinar la significación del patrimonio documental. 3. Analizar acciones para socializar el patrimonio. 4. Abordar teóricamente los entornos formales y no formales en la estructura de servicios para desarrollar una educación sobre patrimonio documental. Introducción En el siglo XXI, la sociedad contemporánea ha manifestado el interés y la necesidad por valorar el patrimonio cultural nacional e internacional para Página 127 de 210

diversos fines, entre los que destacan fortalecer la identidad y el progreso socio-cultural. En particular, el patrimonio bibliográfico y documental de la humanidad es un objeto de estudio que posee particularidades materiales, sociales, históricas, contemporáneas, entre otras, y por las cuales es significativo. Resulta relevante que el patrimonio documental a través de mecanismos educativos y bibliotecarios sea conocido, valorado, transmitido, difundido, conservado y usufructuado para asegurar su permanencia. El objetivo de este trabajo es delimitar aspectos teóricos, informativos y bibliotecarios para una educación sobre patrimonio bibliográfico y documental. Se parte del supuesto que si el patrimonio bibliográfico y documental es relevante y valioso para la construcción histórica, educativa y cultural de la sociedad, entonces, es necesario desarrollar acciones educativas e informativas para asegurar su conocimiento y permanencia. La estructura del presente trabajo consta de cuatro apartados en el que primeramente se plantea qué es el patrimonio bibliográfico y documental. Posteriormente se determina la significación del patrimonio documental para así analizar acciones para socializar dicho patrimonio. Finalmente se aborda teóricamente los entornos formales y no formales en la estructura de servicios para desarrollar una educación sobre patrimonio documental. El patrimonio bibliográfico y documental de la humanidad Diversas son las manifestaciones y los contenidos que han producido las culturas del mundo a través de la historia para informarse, comunicarse y sustentar su desarrollo. Algunas expresiones elaboradas continuamente por las sociedades desde épocas inmemoriales hasta las contemporáneas son los libros y los documentos [1], los cuales son manifestaciones del Página 128 de 210

pensamiento humano útiles [2] que han sido objetivadas en forma bibliográfica y documental, que son parte esencial del patrimonio cultural. Para la elaboración de los libros y los documentos, las sociedades han empleado diversos materiales, que de acuerdo al orden cronológico en que se han empleado, son los siguientes: inscripciones en piedras, tablillas de arcilla, papiro, pergamino, pieles, telas, papel, cintas magnéticas, discos compactos y soportes electrónicos y digitales. Para un conocimiento integral en torno al patrimonio bibliográfico y documental es necesaria una visión global [3] del mismo. No obstante la relevancia y el tratamiento académico que se ha realizado sobre el patrimonio cultural, aún es complejo saber “1) en qué consiste el patrimonio cultural de un pueblo […]; y 2) en qué radica su importancia… para el común de la gente” [4]. En México, el patrimonio cultural se considera como “… ese acervo de elementos culturales –tangibles unos, intangibles otros- que una sociedad determinada considera suyos y de los que echa mano para enfrentar sus problemas… para formular e intentar realizar sus aspiraciones y sus proyectos; para imaginar, gozar y expresarse” [5]. A partir de algunos conceptos, así como por las interrogantes sobre patrimonio cultural, el patrimonio bibliográfico y documental puede ser comprendido

como

las

expresiones

artísticas,

históricas,

culturales,

folklóricas, educativas, intelectuales, científicas, entre otras, que han sido producidas para ser testigo fiel del desarrollo de las sociedades y que han sido

objetivadas

en

manuscritos,

impresos,

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medios

audiovisuales,

documentos electrónicos, etc., cuya finalidad es almacenar, transmitir, preservar, conservar, comunicar y difundir la suma de conocimientos. Un ejemplo de clasificación de documentos que integran el patrimonio bibliográfico y documental, en el caso de México, es la siguiente [6]: Colecciones de manuscritos: prehispánicos, coloniales, modernos, contemporáneos. Colecciones de impresos: S. XV a la actualidad. Colecciones de archivo: antiguas y modernas: admón. pública y religiosa, archivos personales, de las propias bibliotecas y otras instituciones, ONG’s. Colecciones de microformatos: películas, fichas. Colecciones o fondos audiovisuales: fotografías, discos, casetes, Cd’s, películas, diapositivas, archivos de radio y televisión. Colecciones digitales: documentos digitales: portales Web, libros, revistas. La clasificación anterior expone la necesidad porque los ciudadanos de la sociedad actual conozcan la diversidad de documentos que integran el patrimonio bibliográfico y documental, tanto nacional como internacional, y de esta forma ampliar el panorama informativo de aquéllos, para paso posterior, valorarlo y difundirlo e interpretarlo. En este sentido, aun cuando el patrimonio bibliográfico y documental ha sido tratado en diversas esferas públicas y académicas, actualmente quedan pendientes tareas para su valoración, organización, socialización, interpretación y difusión, para valorarlo en paralelo a los bienes muebles e inmuebles históricos. Página 130 de 210

Por lo anterior, el desarrollo de perspectivas educativas e informativa sobre el patrimonio es un campo pendiente de la disciplina bibliotecológica, razón por la cual en esta tesis se pone de manifiesto el planteamiento de una propuesta de educación sobre patrimonio documental, la cual se podrá caracterizar por ser flexible, propositiva en acciones educativas no formales en torno al patrimonio documental, cuyo objetivo sea registrar, rescatar, conservar, transmitir, almacenar, comunicar y difundir la información y los conocimientos que posee la memoria documental de la humanidad. Para sustentar una educación sobre patrimonio documental como campo bibliotecológico, es necesario ubicar sus elementos teóricos integradores con una perspectiva informativa y bibliotecaria. Significación del patrimonio bibliográfico y documental En su devenir histórico la humanidad ha generado múltiples conocimientos para apoyar su desarrollo y su comunicación. Esta suma de conocimientos se ha resguardado y trasmitido en diversas manifestaciones y representaciones culturales que en su conjunto conforman el patrimonio bibliográfico y documental, mismo que por sus particularidades históricas, sociales e informativas es significativo. La significación del conjunto de manifestaciones que integran al patrimonio documental promueven la comprensión del pasado de la humanidad, así como también, permiten entender el presente y dilucidar el futuro, construir identidad, proteger raíces culturales, tomar conciencia [7], ejercer democracia, impulsar el desarrollo, realizar ejercicios críticoscreativos [8], entre otros. Página 131 de 210

Para determinar la significación del patrimonio documental existe un conjunto de valores sociales que han sido tanto desarrollados por las culturas a partir de tiempos inmemorables, así como por algunos promovidos en espacios educativos, a partir de un consenso colectivo. El valor se refiere a la construcción mental que hace algún individuo o grupo, respecto a la importancia y la relevancia simbólica que posee el conjunto de manifestaciones y representaciones que la humanidad ha producido. Estos mismos valores son sujetos a tratarlos mediante la formación. La formación de valores tiene relación con algunos planteamientos teóricos para el desarrollo de una sociedad altamente educada [9], en función de que los ciudadanos adquieran en consenso atributos para comprender la trascendencia de la humanidad, la historia, la identidad cultural y un espíritu nacionalista [10]. Uno de los principios de la formación en valores, radica en que con procesos de racionalidad [11] y crítica que hagan los individuos sobre las manifestaciones cotidianas, les permita reconocer la relevancia y la importancia de las prácticas y los productos sociales. En general, la formación en valores es un proceso individual en el que se lleva a cabo un juicio moral [12] para tomar decisiones morales significativas [13].

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Formación en valores En la formación en valores intervienen cuatro actores: la familia, los docentes [14], los estudiantes y las instituciones de educación, en las que figuran las bibliotecas. Sobre los docentes, éstos deberán reflejar lo que quieren transmitir, para emprender la mejora del estado epistémico [15] de los estudiantes. En la perspectiva docente, algunos elementos para una formación en valores, son [16]:  Establecer un contexto para el diálogo, la comunicación, la confianza, el respeto, la aceptación, la crítica, la reflexión y la discusión de problemas.  Promover la difusión a través de la oralidad y la escritura, ya que ésta es un medio racional que promueve el juicio moral y el análisis crítico [17].  Utilizar conceptos ya existentes, proceso que se denomina asimilación [18].  Provocar desequilibrio conceptual, dicho proceso se denomina acomodación [19].  Intersubjetividad [20]: En nuevas concepciones aceptadas en lo

individual se requiere la credibilidad de la comunidad para fortalecer la validez de las interpretaciones. Los elementos anteriores apuntan en beneficio de ampliar el panorama valorativo de los estudiantes. Respecto a los estudiantes, éstos se caracterizan por ser los Página 133 de 210

principales destinatarios y futuros desarrolladores de sociedades educadas, concientes y humanizadas [21]. En el proceso educativo se podrán promover acercar a los ciudadanos con las manifestaciones para que ejerciten procesos de valoración. Algunas características de los estudiantes en la formación de valores, son [22]: aprender a aprender, aprender a adquirir conocimiento, aprender a aprovechar el conocimiento obtenido, practicar la lectura, tener actitud reflexiva y abierta al aprendizaje para toda la vida [23], realizar trabajos cooperativos, tener actitud autodidacta, entre otros. Sobre las instituciones de educación superior, en las que se localizan las bibliotecas, se podrá tener por premisa que tanto los docentes como los estudiantes adquieran conciencia sobre la representatividad de las manifestaciones informativas, a partir de actividades bibliotecarias. El enfoque y la corriente del aprendizaje mediante el cual las bibliotecas podrían actuar para la formación en valores es el constructivismo [24], el cual al trasversalizarlo [25] con la perspectiva bibliotecológica apuntará a que se desarrollen estrategias de aprendizaje para la adquisición y la acomodación de información, y que los ciudadanos construyan conocimientos significativos [26]. Asimismo, la apertura de espacios educativos, formales [27] y no formales [28], busca impulsar que las ideas, las representaciones y la información sean construidas y acomodadas por los ciudadanos en una cultura del aprendizaje [29], la cual se caracteriza por impulsar aprendizajes significativos, críticos y reflexivos.

Página 134 de 210

El dinamismo de la sociedad, manifiesta que el análisis de la cultura [30] requiere abordarse con una perspectiva global [31], para comprender que aquella es una construcción histórica y contemporánea, integrada por elementos

renovables

que

permitan

identificar

y

usufructuar

las

representaciones socioculturales. Por lo anterior, las bibliotecas para la cultura a través de la transmisión de habilidades [32] podrán articular procesos educativos, y que con acceso a la información se apoye el inicio, el desarrollo y la conclusión de las actividades formativas de los individuos para su progreso social, educativo y cultural. En suma, en las instituciones de educación superior y en bibliotecas se puede apuntar por construir y difundir una cultura del aprendizaje en la que se impulse la formación de valores sociales y patrimoniales en consonancia con las necesidades cognitivas de la comunidad y la sociedad actual. Valores sociales Algunos elementos a considerar para el desarrollo humano y la formación de sociedades conscientes en el siglo XXI son los valores sociales [33]. Para la adquisición de valores sociales, las instituciones de educación superior tienen un lugar principal, ya que a través de los docentes, los estudiantes y las bibliotecas, articulan los fundamentos epistemológicos, las estrategias de enseñanza-aprendizaje y los criterios para valorar las representaciones

socioculturales

pasadas,

Página 135 de 210

presentes

y

futuras

respectivamente. Algunos fines que se podrán lograr con los valores sociales son los siguientes: ciudadanos con actitudes y cualidades para la solución de problemas, crítica respecto a los hechos, compromiso y participación con la sociedad [34], entre otros. Tres maneras a considerar sobre los valores sociales son: valores que el individuo ha heredado, valores desarrollados en contextos educativos formales y valores adquiridos a través de acciones educativas no formales. La vinculación entre valores [35] y educación radica en que los primeros representan la esencia humana [36], ya que posibilitan el reconocimiento de esfuerzos individuales y sociales depositados en las manifestaciones

producidas.

Dicho

reconocimiento

es

denominado

conciencia del valor [37]. Respecto a la educación, se considera axiológicamente como el medio para la transmisión y el intercambio de valores, así como para inducir la humanización de los individuos. Entre los valores y la educación, la actitud de los individuos será prioritaria ya que favorecerá que los sujetos realicen juicios de valor [38] para estimar la valía de las manifestaciones. Otro factor a considerar para la educación de valores es el usufructo [39] de las representaciones sociales, mismo proceso en el que están inmersos los valores y los intereses individuales [40].

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Elaborar una lista de valores resultaría restrictivo debido a la complejidad por representar aquellos aceptados socialmente, por tanto, es pertinente presentar los valores de sociedades letradas [41] y concientes. Los valores [42] sociales que se consideran relacionados con el objeto de estudio del presente documento son los siguientes: educación, responsabilidad, sinceridad, diálogo, confianza, autoestima, creatividad, paz, amistad, respeto, justicia, cooperación, observación, compartir, identidad, crítica, autonomía, reflexión, entre otros. Para alcanzar penetrar significativamente con los valores anotados en la sociedad, es requisito que los integrantes de la misma los interioricen a partir de entornos, formales y no formales. El nexo entre los valores sociales, los entornos y las manifestaciones culturales apunta a desarrollar tanto perspectivas informativas como contenidos educativos para impulsar la comprensión razonada y significativa por parte de los individuos. En suma, se pueden plantear dos posturas sobre los valores sociales para este documento: primera, impulsar la formación en valores sociales como elementos para la toma de conciencia de los individuos, y así, que estimen las manifestaciones socioculturales con base en valores heredados y desarrollados educativamente, y segunda, promover la valoración de las representaciones documentales a través de valores patrimoniales, los cuales pueden ser difundidos en procesos educativos.

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Valores patrimoniales De acuerdo al objeto de estudio del presente documento, para valorar las manifestaciones informativas se pueden utilizar criterios consensuados que se denominan valores patrimoniales. Los

valores

patrimoniales

promueven

en

los

ciudadanos

la

comprensión racional y vivencial de las particularidades materiales, simbólicas, espirituales, históricas e informativas que constituyen el patrimonio documental. Algunas finalidades de los valores patrimoniales pueden ser determinar la valía de las representaciones documentales, impulsar que los ciudadanos conozcan y usufructúen el legado que protegen, incrementar el acceso, la prevención, la conservación y la protección de la herencia documental. Teóricamente, un vehículo que puede utilizarse para socializar y asegurar la permanencia del patrimonio a partir de promover valores patrimoniales es la educación, mismo proceso, que al ser por y para los individuos, potenciará el progreso y la superación de las culturas, así como promoverá la estimación, la toma de conciencia y el uso de las expresiones culturales. Por lo que educación, valores sociales y valores patrimoniales se conjugan para articular apreciaciones morales, vivenciales y culturales respectivamente, que promuevan la estabilidad de la memoria documental. En la valoración patrimonial con perspectiva educativa participan Página 138 de 210

docentes, estudiantes e instituciones de educación superior, incluidas las bibliotecas. Así ésta se articula con dos enfoques: la educación formal, con previa selección del conjunto de particularidades significativas que poseen las manifestaciones documentales, lo que manifiesta un proceso deductivo, y la educación no formal, en la que los individuos a partir de intereses y/o necesidades personales seleccionen y determinen las expresiones a valorar, lo que manifiesta un proceso inductivo. La participación de los docentes en este tipo de valoración se puede dar en dos sentidos: primero, con la observación de necesidades e intereses de los estudiantes, y así, promover las expresiones que complementarán el desarrollo formativo de cada individuo; segundo, mediante el autodidactismo, en el cual los docentes induzcan a los individuos en la elección consciente de las manifestaciones para su desarrollo cultural personal [43]. Por otro lado, la vivencia como parte de los valores patrimoniales es destacada por ser “una vivencia de clase particular que puede llevarse a cabo de un modo preferentemente sentimental (es decir, con movimiento interior), o de un modo dominantemente intelectual (es decir, con íntimo reposo) […]” [44]. Con base en la vivencia del valor, los individuos podrán comprender el significado

de

las manifestaciones

culturales a partir

de

conjugar

racionalidad, experiencia, apreciación e intereses personales. Ante la amplitud y la subjetividad que revisten a los valores patrimoniales, tanto por las particularidades para determinar la significación de las expresiones culturales, como por las formas en que se desarrollan aquellos, se pueden acentuar algunos valores con óptica bibliotecológica Página 139 de 210

sobre aquel proceso, tales como [45]: protector-difusor [46], acceso a la información, educación y progreso [47]. En paralelo a los valores anteriores, algunos criterios particularidades para valorar libros y documentos son: intelectuales [48], materiales [49], gráficas [50], sociales [51], históricas [52], influencia, periodo, lugar, vida y obra de una persona, asunto o tema, forma y estilo, y valor excepcional, sea social, cultural o espiritual [53]. Los valores patrimoniales mencionados se consideran por cuatro finalidades para este trabajo: primero, responder en qué radica la importancia [54] del patrimonio documental; segunda, identificar particularidades de libros y documentos para asegurar su estabilidad [55], preservar, conservar y socializar aquel a través de las bibliotecas; tercera, que los criterios mencionados permitan a nivel nacional y local analizar, identificar, registrar, sensibilizar [56] y salvaguardar para potenciar el acceso al patrimonio documental; y cuarta, que los ciudadanos realicen juicios morales para apreciar las expresiones documentales a partir de actividades promovidas en bibliotecas y otros centros de información [57]. El interés porque los valores patrimoniales sean difundidos con procesos educativos formales y no formales, radica en que aquellos “ … son importantes y decisivos para la dinámica de las culturas cuando son muchas las comunidades que los aceptan y reproducen a lo largo del tiempo en un proceso intergeneracional” [58]. En suma, las escuelas y las bibliotecas como instituciones sociales tienen la opción de asumir la responsabilidad por promover valores patrimoniales para contribuir al desarrollo de sociedades humanizadas que Página 140 de 210

tienen como insumo a la información y que ejercitan sus derechos humanos y culturales. Socialización del patrimonio bibliográfico y documental El que la sociedad tenga acceso a las manifestaciones informativas mundiales mediante la socialización se promoverá el respeto a otras culturas, el fortalecimiento de la universalidad de las expresiones, igualmente posibilitará la comprensión de los derechos humanos y culturales que posee todo ciudadano. La socialización de las manifestaciones culturales, bibliográficas y documentales son distintas. Para este apartado se analiza la socialización de las expresiones con base en derechos culturales, así como con enfoque bibliotecológico y patrimonial. Organismos nacionales [59] e internacionales [60], así como especialistas [61] sobre expresiones culturales, han delimitado algunos temas sobre la socialización de las manifestaciones, tales como los usos del patrimonio, los propósitos de la conservación material y digital, el patrimonio en la época de la industria cultural y del conocimiento, los criterios estéticos y filosóficos, el acceso al patrimonio, la difusión del patrimonio, el patrimonio y los medios de comunicación, la educación sobre el patrimonio, entre otros. La socialización del patrimonio cultural con perspectiva políticocultural [62], articula las siguientes acciones: el tradicionalismo sustancialista [63], el mercantilista [64], el conservacionista y monumentalista [65] y el participacionista [66].

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Por lo anterior, al transversalizar la socialización del patrimonio documental con derechos culturales con base en la relevancia cultural y humanizadora de aquellos atributos, se podrá impulsar la preservación y el usufructo razonado de las expresiones, que los ciudadanos valoren sus culturas de procedencia y las que los rodean, que estén informados para fortalecer la construcción y la identidad individual y colectiva, así como que ante las sociedades contemporáneas los derechos culturales informen, difundan y protejan el patrimonio documental de la humanidad. En este sentido, los derechos culturales podrán promover dos factores: primero, reconocer las maneras en que los grupos culturales mundiales producen sus expresiones para transmitir sus saberes, luego, asegurar la estabilidad de las representaciones, la conformación de identidad histórica, cultural y nacional, basada en la conciencia y el respeto. Para considerar a los derechos culturales como socializadores de las manifestaciones documentales es fundamental deshacer la red de conceptos que envuelven los derechos, los cuales poseen atributos autónomos que promueven la participación ciudadana en la promoción de la identidad cultural, el impulso de la conciencia y el disfrute del patrimonio, la preservación y la difusión de las expresiones culturales, la educación sobre representaciones culturales, entre otras actividades cuyo por objetivo sea que los ciudadanos conozcan, disfruten, protejan y usufructúen las manifestaciones culturales e informativas. En el siglo XXI, los derechos culturales [67] requieren un enfoque integrador que sumado al reconocimiento de la diversidad y la identidad como

fundamentos

de

tales

derechos,

permita

comprender

las

particularidades de las manifestaciones producidas por las culturas del Página 142 de 210

mundo, y considerar que la participación de las culturas en la construcción y el fortalecimiento de la identidad es un proceso dinámico. Algunos derechos culturales que se podrán emplear para guiar el planteamiento de este documento son: identidad cultural, participar en la vida cultural, en la educación, en la creatividad y a beneficiarse de cualquier acción científica, educativa y artística, a la información y a la cooperación cultural internacional [68]. Con base en los derechos culturales mencionados, se hace un acercamiento teórico respecto a qué protege los derechos culturales, al mismo tiempo que se sostiene que la relación entre aquéllos y las bibliotecas se fundamenta en el acceso a la información como derecho indiscutible. Relación entre derechos culturales, bibliotecas y patrimonio documental La relación entre derechos culturales y bibliotecas se fundamenta en el acceso a la información como derecho indiscutible [69] así como también, porque aquellos derechos concuerdan con algunos objetos de estudio de la disciplina bibliotecológica, tales como la identidad cultural, la educación, la información, el patrimonio cultural y la cooperación. Tres premisas se pueden considerar entre derechos culturales y bibliotecas: primera, el vínculo entre patrimonio cultural, bibliográfico y documental y los derechos culturales, el sensibilizar sobre derechos culturales a los ciudadanos a través de la educación, y finalmente, por comprender a las bibliotecas como entornos socializadores y protectores de los derechos culturales y del conjunto documental. Página 143 de 210

Al considerar a la información y al patrimonio documental como uno de los ejes para el desarrollo cultural del siglo XXI por ser testigo fiel de las culturas del mundo en materia de derechos culturales, se promueve que los ciudadanos, mediante el ejercicio de tales derechos, tomen conciencia de la representatividad social y cultural de la información objetivada en distintos soportes puesto que la información sea oral, escrita, impresa o digital, transmite las tradiciones, las costumbres y los saberes de grupos humanos. La información en el plano de los derechos culturales, es promotora de distintas interpretaciones culturales, ya que el dinamismo de las sociedades, la variedad de expresiones culturales y el intercambio de información, ponen de manifiesto que el acceso, la producción y la difusión de información sean factores de la socialización y la preservación del conjunto documental [70]. La conceptualización de los atributos socializadores mencionados es teóricamente denominada como infodiversidad [71]. La infodiversidad en la diversidad cultural, y en la perspectiva del presente trabajo, se construye con base en la importancia del acceso a la información y los beneficios que de aquél resultan. De ahí, que la infodiversidad se pueda comprender como un derecho cultural. Comprender a la infodiversidad como derecho cultural podrá propugnar por dos objetivos: fortalecer el diálogo entre los grupos humanos y salvaguardar y proteger las expresiones culturales, en concreto las informativas [72]. La infodiversidad y el patrimonio bibliográfico y documental, Página 144 de 210

comparten una característica común, la cual se refiere a que ambos son una construcción social dinámica. La construcción dinámica, la complejidad social, la movilidad de la sociedad y el intercambio de información, promueven como parte del derecho cultural informativo, la satisfacción de necesidades informativas de los grupos humanos, la adquisición de identidad, el usufructo del conjunto cultural local y mundial, así como el aseguramiento del desarrollo individual, al comprender a la información como promotora de progreso social. Un factor primordial de la información es su valoración y utilización a través de la sensibilización y la socialización, mismas actividades que tienen como agente principal a la educación. La educación tiene la finalidad de promover que los ciudadanos realicen juicios razonados para valorar la relevancia de las manifestaciones culturales, y así, ejercer conscientemente sus derechos culturales tales como la vivencia, el respeto, el acceso, el usufructo y la difusión de la suma de conocimientos objetivados en las manifestaciones informativas. Tales ejercicios tienen como marco a la educación, la cual es “un proceso permanente de enriquecimiento continuo del conocimiento y del saber hacer o ‘saber cómo hacer’; es también el mejor medio para la construcción privilegiada de cada persona y de las relaciones entre individuos, grupos y naciones” [73]. La educación en la sociedad contemporánea contribuye al desarrollo de sociedades informadas tanto por el acceso a la información como por el ejercicio los derechos humanos y culturales [74], así como porque en la Página 145 de 210

medida en que los sistemas políticos, sociales y económicos se respalden con una educación integral y de ciudadanos con cultura [75], el desarrollo de los países será progresivo, dado que el proceso educativo permitirá formar en valores sociales, promover la socialización y la estima de las culturas y sus manifestaciones y asegurar el desarrollo humano. Con base en las responsabilidades educativas actuales, la educación contemporánea podrá poseer atributos como planes y programas de estudio con enfoques culturales y patrimoniales, así como promover estrategias educativas en entornos formales y no formales [76]. Respecto a los espacios educativos, los escenarios no formales son propicios para incluir valores vivenciales con objeto de enriquecer los contenidos teóricos construidos en los espacios formales. En la educación no formal, se apunta por reconocer que las culturas del mundo han transmitido su información y sus conocimientos por distintas vías, tales como la oralidad y la experiencia, es decir, por medio de la vivencia. Las instituciones de educación superior son agentes socializadores que atienden actividades relacionadas con las expresiones culturales endógenamente,

tales

como

la

formación

en

valores

sociales,

la

investigación y la difusión de las manifestaciones [77]. En paralelo al proceso educativo institucional, la participación de las bibliotecas es destacada, ya que éstas por antonomasia son depositarias, preservadoras y difusoras de información en múltiples soportes.

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Las bibliotecas son potenciadoras del acceso a la información como derecho cultural para fortalecer la toma de conciencia sobre la significación de las manifestaciones informativas, además propician la comunicación, el intercambio de ideas, enfoques, valores, y establecen canales interactivos que son naturales en los grupos [78], por lo que contribuyen al desarrollo de sociedades informadas, plurales y responsables de sus entornos y expresiones, igualmente impulsan y promueven la cohesión social [79]. Considerar a la información como producto cultural, por medio de las bibliotecas, se facilita y asegura la transmisión generacional del conjunto de saberes que proporcionan identidad a los individuos. Por lo que el acceso a la información, y en particular la memoria documental, promoverá la comprensión informativa de los derechos humanos y culturales. Un enfoque bibliotecológico dirigido a conocer, preservar, conservar y usufructuar el patrimonio bibliográfico y documental, se podrán desarrollar catálogos colectivos [80] y otros recursos de información [81] sobre la memoria

documental,

misma

construcción

que

requiere

trabajo

interdisciplinario. Los catálogos anotados, entre otros elementos, apuntan por contener registros de obras y documentos para proporcionar a la sociedad una radiografía de la memoria documental heredada. Algunos ejemplos sobre la organización y la difusión de información sugerida, son los siguientes:  Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico (BVPB) [82]. En 2007 contenía 651,000 documentos históricos digitalizados.  World Digital Library (WDL) [83]. Presentada en 2009. Contiene registros sobre el patrimonio bibliográfico y documental mundial. Página 147 de 210

La organización de recursos de información sobre patrimonio puede exhibir los siguientes avances: la socialización, la protección y el acceso a la información, así como también, proporcionar a los ciudadanos las herramientas, los contextos informativos y tecnológicos, para que se apropien [84] y usufructúen las manifestaciones socioculturales. Las acciones anteriores posicionan a las bibliotecas por su carácter potencializador para la socialización de la información y del patrimonio documental por excelencia, por medio de servicios de información, a través de actividades para satisfacer necesidades informativas de los ciudadanos y fomentar los derechos culturales a partir del acceso equitativo a la información, la formación en valores sociales, la alfabetización informativa sobre patrimonio formal y no formal, la vivencia de los valores, entre otros. Por tanto, los servicios de información pueden considerarse como un referente cultural, educativo e informativo de suma relevancia para la diversidad y los derechos culturales. El tratamiento sobre el patrimonio bibliográfico y documental es amplio y complejo, principalmente porque aún no se logran unificar criterios referentes a la preservación, la conservación [85], el acceso y los usos sociales del patrimonio. De ahí, que dicho tratamiento represente subjetividades culturales, educativas, informativas, entre otras. Ante

estas

subjetividades,

en

los

entornos

educativos

y

bibliotecológicos se pueden revisar tanto los currículos educativos, las acciones sobre la preservación y la difusión del patrimonio como las investigaciones y estrategias bibliotecarias sobre la memoria documental, con objeto tanto de asegurar su estabilidad en el mundo actual, comprender Página 148 de 210

la utilidad pública [86] como maximizar la utilidad social de los registros [87]. Finalmente, proponer que los derechos culturales y el patrimonio bibliográfico y documental son un binomio esencial de las estructuras históricas, sociales, políticas, económicas y contemporáneas, propugnará porque los ciudadanos participen en procesos culturales, gocen de las actividades culturales, aprendan sobre determinadas culturas, desarrollen y fomenten actividades, entre otras participaciones, y consolidar el binomio apuntado. Asimismo, habrá que valorar la participación de las bibliotecas y los bibliotecólogos en materia de derechos humanos, para el acceso a la información, y la formación sobre el patrimonio en entornos formales y no formales. Entornos

universitarios

para

la

educación

sobre

patrimonio

bibliográfico y documental. Histórica y culturalmente la educación universitaria tiene como finalidad

que

los

ciudadanos

adquieran

conocimientos

y

aprendan

explícitamente en diversos entornos formales y no formales. El dinamismo de la sociedad actual ha manifestado necesidad por repensar los procesos educativos de las instituciones, tales como las realizadas por la Universidad y las bibliotecas universitarias. En las innovaciones educativas, las estrategias vivenciales en espacios formales y no formales podrán garantizar estabilidad al patrimonio, así como mejorar la forma en que los ciudadanos aprenden y toman Página 149 de 210

conciencia de las expresiones culturales y documentales, y asegurar el usufructo y la salvaguarda del conjunto patrimonial y, de esta forma, que el acto educativo sirva para el futuro. Dos formas se pueden considerar para lograr que el aprendizaje sea útil para el futuro. Una de ellas es promover que, mediante la educación y la estructura [88] de currículos, los estudiantes organicen y construyan conocimientos sobre lo que se busca significar; la otra, que teóricamente con base

en

ideas

generales

[89]

los

estudiantes

comprendan

ideas

fundamentales [90]. En la educación propuesta, podría considerarse la estructuración de contenidos fundamentales sobre el legado informativo e instruir con base en ideas generales, para la construcción de conocimientos significativos sobre aquel conjunto. La misión de la educación sobre patrimonio es informar y socializar las manifestaciones documentales a los ciudadanos, por lo que un medio por antonomasia que ha protegido y transmitido el patrimonio documental, para este trabajo, son las bibliotecas universitarias. La visión de la educación planteada es que con base en valores sociales,

valores

autodidactismo,

patrimoniales, diálogo

y

análisis,

disertación,

reflexión, se

investigación,

analice

inter

y

multidisciplinariamente al patrimonio, para fortalecer su carácter teórico y empírico promovido en espacios bibliotecarios. Puesto que las bibliotecas como espacios propicios para el desarrollo de la educación formal y no formal, y para que los ciudadanos conozcan y Página 150 de 210

aprecien mejor al patrimonio, podrán impulsar la significación del patrimonio con base en escenarios presenciales y digitales, puntos de acceso, alfabetización informativa sobre patrimonio, entre otros. En el planteamiento de la educación sobre patrimonio documental, podrán intervenir procesos de asimilación y acomodación conceptual, impulsar la sensibilización, la comprensión y la apreciación de los contenidos teóricos con perspectivas constructivistas y pragmáticas. Se puede precisar que la educación formal y no formal, el patrimonio bibliográfico y documental y las bibliotecas, son elementos que contribuirá a la construcción histórica y cultural de la sociedad actual y del sistema educativo universitario respecto a dicho objeto de estudio, ya que en la medida en que se transversalizen aspectos interdisciplinarios y actividades informativas empíricas, los ciudadanos podrán desarrollar construcciones cognitivas sólidas. Ante la diversidad de entornos educativos para desarrollar procesos de enseñanza-aprendizaje sobre patrimonio documental, la educación no formal se puede considerar un marco flexible para desarrollar, con perspectiva teórica y empírica, la comprensión individual y colectiva de la representatividad del patrimonio documental en el mundo actual. Educación sobre patrimonio bibliográfico y documental en los entornos no formales Las particularidades que poseen los entornos educativos no formales para lograr los objetivos de aprendizaje sobre el patrimonio bibliográfico y documental puede analizarse por las premisas de las particularidades Página 151 de 210

favorables que posee el proceso de enseñanza y aprendizaje en escenarios formativos no formales y la de desarrollar en entornos educativos no formales como bibliotecas universitarias especializadas, actividades y recursos de información que apoyen el proceso educativo sobre patrimonio documental. El proceso de enseñanza-aprendizaje en espacios no formales tiene como fin involucrar a los estudiantes en actividades flexibles relacionadas con los objetos de estudio formales para provocar “un estado interior y profundo, una especie de polaridad del alma que le oriente en un sentido definido, no sólo durante la infancia, sino para la vida entera” [91]. El anterior planteamiento, manifiesta factores inter y multidisciplinarios para desarrollar actividades formativas no formales encaminadas a que los ciudadanos comprendan razonadamente la relevancia que tiene la memoria documental para la sociedad, al mismo tiempo de comprender que dichos entornos promueven e impulsan acciones vivenciales y socializadoras para proteger, conservar y divulgar el patrimonio documental. La relación entre entornos formativos no formales y la memoria documental radica en que la sociedad contemporánea al manifestar interés por contemplar e interpretar los significados que poseen intrínseca y extrínsecamente las expresiones culturales y documentales, este proceso se realice en espacios flexibles, tales como los entornos no formales, cuya dirección sea fortalecer el entrenamiento intelectual y sensible [92], de los ciudadanos a través de la adquisición de códigos que les permitan comprender e interpretar las particularidades de la memoria documental. El segundo objetivo consiste en que a través de la instrucción basada Página 152 de 210

en ideas generales fundamentales, se estimule a los estudiantes a realizar ejercicios de asimilación y acomodación mediante la vivencia; misma perspectiva que ha sido analizada en el modelo “Csik” [93]. Ambos objetivos se plantean en función de contribuir a una cultura del aprendizaje no formal con responsabilidades como proponer situaciones de aprendizaje significativas, ejercitar la asimilación y la acomodación sensorial, familiarizar a los ciudadanos con los objetos para producir placer vivencial y perceptivo [94]. Un elemento para fortalecer la cultura del aprendizaje no formal sobre patrimonio documental radica en considerar el planteamiento teórico del habitus [95]. Por lo que mediante entornos educativos no formales basados en ideas generales fundamentales sobre determinadas expresiones, se impulsará que los ciudadanos construyan estructuras cognitivas teóricas y empíricas mediante las cuales podrán comprender la significación de la herencia documental. Por su parte, en la óptica hermenéutica, el uso de metáforas podrá ser relevante para la efectividad de situaciones de aprendizaje, porque si a través de aquellas se transmite información sobre el valor de los documentos, que a su vez, se relacione con los intereses personales y colectivos, la validez de las interpretaciones y los conocimientos construidos serán significativos. En paralelo a la perspectiva hermenéutica, los procedimientos fenoménicos [96] son relevantes para los procesos de aprendizaje no formales, ya que promueven que los estudiantes lleven a cabo un proceso de comprensión

mediante

la

experimentación Página 153 de 210

sobre

determinadas

manifestaciones socioculturales. Un factor a considerar de los entornos educativos no formales son las particularidades inter y multidisciplinarias contemporáneas, en función de estimular que los ciudadanos aprendan, aprecien, asimilen, acomoden, comprendan y valoren las representaciones socioculturales libremente con distintas perspectivas teóricas y pragmáticas. En este orden de ideas, las bibliotecas universitarias especializadas en relación con la educatividad [97] situacional no formal poseen particularidades favorables sobre patrimonio documental, entre las que se encuentran: socializar la información, salvaguardar las manifestaciones documentales, desarrollar servicios bibliotecarios e integrar recursos de información para estimular la construcción de aprendizajes sobre el legado informativo. Las acciones bibliotecológicas se proponen para satisfacer las necesidades educativas, informativas y culturales a través de situaciones de aprendizaje con métodos educativos e informativos, pues las bibliotecas como espacios no formales son relevantes para fomentar la comprensión cultural [98], con base en desarrollos conceptuales, procedimentales, actitudinales y vivenciales. En el acto educativo no formal, la participación de los ciudadanos es sustancial, por lo que es preciso analizar cómo llevar a cabo acciones de aprendizaje no formales con estructuras mentales formadas en espacios formales. Al respecto, destacan objetivos como que los ciudadanos construyan Página 154 de 210

conocimientos significativos sobre patrimonio [99], promover la actitud y el deseo por educarse durante toda la vida, incitar transitar de la contemplación a la interpretación del patrimonio, fomentar la cooperatividad e incrementar la interacción social. Respecto a los actores para la educación no formal propuesta, la participación de los profesionales de la información requerirá que éstos posean una formación sólida orientada a contemplar, comprender, proteger y usufructuar razonadamente el conjunto del patrimonial documental; y así, sustentar la interlocución de los bibliotecarios entre la información, la sociedad y los procesos educativos. En paralelo, los docentes son actores medulares para provocar en los individuos el interés y el compromiso por comprender y proteger razonadamente, ya que aquellos son representantes de la continuidad cultural universal [100] Ante los objetivos y compromisos de la educación no formal sobre patrimonio documental, una responsabilidad sustancial de los docentes deberá ser reflejar explícitamente lo que desean transmitir. Por lo que los entornos educativos no formales aplicados al patrimonio documental, en una perspectiva de servicios bibliotecarios apuntan por proponer el desarrollo de una alfabetización informativa [101] sobre patrimonio documental. Dicho planteamiento se produce por tres factores; uno son las limitaciones con que tradicionalmente se difunde el patrimonio documental en la sociedad, las limitantes con que se encuentran los ciudadanos al intentar Página 155 de 210

comprender la significatividad de la herencia informativa, y porque el tratamiento académico sobre la alfabetización informativa, ha planteado diversos conceptos [102] y enfoques [103] no obstante, existe poca producción académica con el enfoque que este trabajo plantea. Por lo anterior, las acciones en alfabetización informativa sobre patrimonio en bibliotecas se podrán dirigir a formar e informar. Las tendencias sobre los servicios bibliotecarios contemporáneos manifiestan orientar a los ciudadanos en el uso de recursos de información como formar en competencias y estrategias informativas para satisfacer sus necesidades relacionadas con el legado informativo, lo que da lugar al desarrollo de la alfabetización informativa sobre patrimonio documental, en el cual se podrán conjugar perspectivas formativas e informativas. La alfabetización informativa sobre patrimonio se refiere al desarrollo y la construcción de acciones, actividades, destrezas, habilidades, procesos y situaciones tanto formales como no formales, mediante las cuales se impulse que los ciudadanos se acerquen a las manifestaciones bibliográficas y documentales para conocerlas, apreciarlas, comprenderlas y usufructuarlas Algunos objetivos de la alfabetización propuesta son los siguientes: proporcionar herramientas informativas, en las que se incluyan TIC, para conocer la herencia documental, impulsar el desarrollo de habilidades y destrezas para recuperar información sobre patrimonio documental, estimular actitudes favorables sobre la memoria documental, propiciar situaciones de aprendizaje e informativas para acercarse a las expresiones documentales, promover

la

manifestaciones

valoración

cognitiva,

documentales,

vivencial

proteger

Página 156 de 210

y

e

informativa

preservar

el

de

las

patrimonio

documental, asegurar la transmisión del patrimonio generacionalmente, entre otros. La visión de la alfabetización informativa sobre patrimonio es que los ciudadanos tomen conciencia de la herencia documental, comprendan la significación

del

patrimonio

documental,

construyan

conocimientos

significativos sobre el patrimonio, así como también, difundan la valía que éste posee. Un

componente

esencial

para

el

desarrollo

eficiente

de

la

alfabetización patrimonial serán los entornos en los que se llevarán a cabo la misma, y que podrán ser propositivos, abiertos [104] sociales, flexibles, e interoperables. Por lo que el marco pertinente para llevar a cabo la alfabetización informativa sobre patrimonio documental son las bibliotecas universitarias especializadas en humanidades y ciencias sociales. Una particularidad intrínseca de la alfabetización sobre patrimonio será su carácter interdisciplinario, ya que podrá constituirse por ser un campo en el que converjan diversas áreas del conocimiento, que a su vez, manifiesta atender a una comunidad de usuarios heterogénea. En el desarrollo de la alfabetización sobre patrimonio en bibliotecas, la participación de los bibliotecólogos será central, ya que podrán desarrollar aquella en razón de satisfacer necesidades cognitivas de los estudiantes, promover la comprensión y el uso razonado de la herencia documental, así como impulsar el usufructo de recursos de información y de TIC. En este trabajo, se plantea que la alfabetización sobre patrimonio podrá considerarse como una estrategia educativa e informativa formal y no Página 157 de 210

formal en apoyo a la educación sobre patrimonio documental, encaminada a generar comprensiones conceptuales y vivenciales que posibiliten a los ciudadanos interpretar el pasado, el presente y el futuro de la humanidad, así como desarrollar en los estudiantes estrategias, habilidades y destrezas para el uso de recursos de información. Finalmente, para fortalecer el planteamiento de la alfabetización sobre patrimonio se manifiesta, primero, considerar en las bibliotecas del área de humanidades y ciencias sociales, la introducción de acciones bibliotecarias que promuevan procesos conceptuales, procedimentales y situacionales sobre la herencia documental y además, impulsar que los escenarios bibliotecarios contemporáneos desarrollen actividades de alfabetización como medio de información, socialización y construcción de conocimientos significativos sobre el legado documental de la humanidad. Consideraciones Finales En el contexto social actual, los aspectos posmodernos, los culturales, sociales e informativos adquieren interés por parte de los ciudadanos, debido a que las manifestaciones, las representaciones y las expresiones producidas por las culturas del mundo son elementos que fortalecen la identidad de las culturas, fomentan el respeto por los derechos humanos y culturales, refuerzan los procesos educativos mediante información heredada y construida, entre otros atributos. En la era de la información, la información misma es considerada un bien social e insumo básico para el progreso social, por lo que resulta fundamental desarrollar acciones que potencien el usufructo racional del conjunto de expresiones culturales y documentales. Página 158 de 210

Ante la relevancia que posee el patrimonio cultural y documental en la sociedad contemporánea es necesario que mediante el proceso social por antonomasia que es la educación, se promuevan acciones cognitivas e informativas sobre dichas manifestaciones. Por lo que la educación sobre patrimonio documental planteada en el presente documento, manifiesta algunos elementos teóricos educativos e informativos que posibilitarán guiar el campo de aprendizajes sobre dichas manifestaciones tales como los conceptos sobre patrimonio bibliográfico y documental, la significación del patrimonio con valores sociales y valores patrimoniales, la socialización de las manifestaciones con derechos culturales, así como los entornos formales y no formales para el desarrollo de dicha educación. Los elementos mencionados, al momento de su transversalización, se consideran articuladores de acciones formativas e informativas con bases conceptuales, contextuales y procedimentales para sustentar la educación sobre patrimonio documental en el contexto universitario y para el plano social. A continuación se anotan algunas consideraciones finales respecto a los elementos analizados: El patrimonio documental como objeto de estudio requiere de aspectos cognitivos e informativos para socializarlo, difundirlo y que la sociedad lo usufructúe. Las características materiales, históricas, simbólicas, informativas, culturales del conjunto de manifestaciones son atributos mediante los cuales se puede determinar la significación de aquel en el Página 159 de 210

mundo actual, así como determinar su importancia para conservarlo y difundirlo. La significación del patrimonio es un factor encaminado a conocer las particularidades del patrimonio documental con base en acciones educativas e informativas para potenciar determinar su relevancia. Para determinar la significación del patrimonio se propone sea con base en valores sociales y valores patrimoniales. En relación a los valores sociales, resulta relevante promover la formación de aquéllos ya que permiten

determinar

el

significado

que

tienen

las

manifestaciones

documentales en la sociedad. Los valores para dicha determinación consisten en valores heredados culturalmente, y valores que el ciudadano desarrolla en su formación formal y no formal. Los valores sociales heredados y formados potenciarán determinar la significación del patrimonio documental mediante procesos racionales e informativos en función de la toma de conciencia de los ciudadanos. En los planos informativos existe un conjunto de valores patrimoniales con los cuales se podrá determinar la significación de las expresiones informativas históricas y contemporáneas a partir de sus particularidades, tales como la materialidad, lo social, la temática y la historicidad. La finalidad de los valores patrimoniales es proteger la memoria documental cuya fragilidad es considerable para su permanencia futura, y para uso educativo, informativo, recreativo, entre otros. Paralelamente, los valores patrimoniales a partir de procesos Página 160 de 210

educativos, potenciarán la significación de las manifestaciones para que sean usufructuadas de manera racional, vivencial y responsablemente. En tal orden de ideas, la socialización de las manifestaciones documentales es un eslabón teórico-social para la educación sobre patrimonio bibliográfico, debido a que para apreciarlo, valorarlo, respetarlo, usufructuarlo, conservarlo y transmitirlo es necesario conocerlo. Potenciar el acercamiento entre los ciudadanos y las expresiones mediante el acceso resulta sustancial. Para objeto de este trabajo, la socialización para determinar la significación del patrimonio documental radica en considerar la relevancia y el ejercicio de los derechos culturales como atributos que permitirían informar, difundir, transmitir los saberes, asegurar

la

estabilidad

de

las

expresiones

objetivadas

en

las

manifestaciones informativas. La relación entre derechos culturales, bibliotecas y patrimonio documental, se planteó como trinomio que mediante el ejercicio los derechos, el acceso y el usufructo cognitivo-vivencial-informativo de las expresiones culturales, representará en términos educativos no formales, la sensibilización de los ciudadanos sobre aquellas expresiones. Los elementos analizados en el presente capítulo, podrán conjuntarse en espacios educativos e informativos formales y no formales, al considerar a la educación como vehículo transmisor de tradiciones, usos y costumbres culturales. En este tenor, las bibliotecas se consideran escenarios no formales socializadores y protectores del patrimonio documental en función de los procesos de aprendizaje.

Página 161 de 210

La visión de la educación sobre patrimonio documental en las bibliotecas universitarias, se considera fomentará procesos no formales para apoyar acciones educativas formales, y que con base en valores sociales y patrimoniales, reflexión, investigación, autodidactismo, diálogo y disertación, impulsar analizar inter y multidisciplinariamente el patrimonio, para fundamentar su difusión y usufructo razonado en los espacios bibliotecarios. Por lo anterior, las bibliotecas podrán basarse en los elementos de sus estructuras funcionales y de uso, tales como los servicios y los recursos de información. Sobre los servicios vinculados con el proceso educativo no formal de la memoria informativa, se apunta por desarrollar una alfabetización informativa sobre patrimonio documental, cuyas bases radican en formar en competencias

informativas,

tecnológicas

y

sobre

patrimonio

a

los

ciudadanos. El planteamiento teórico de la alfabetización sobre patrimonio se produce por las limitaciones con que se difunde el usufructo del legado documental en la sociedad, que a su vez, refleja las limitantes con que se encuentran los ciudadanos al intentar comprender la significatividad de la herencia informativa. Por lo que las acciones, para atender las necesidades sobre el legado informativo, se propone adquieran las posiciones de formar e informar. La visión de la alfabetización informativa sobre patrimonio propone que los ciudadanos sean capaces de buscar, recuperar, y saber qué hacer con la información a la que tienen acceso.

Página 162 de 210

En suma, los elementos abordados teóricamente para fundamentar la propuesta de una educación sobre patrimonio documental lo están para delimitar el campo en construcción que representa el tema, así como enfatizar aquellos factores de aprendizaje y bibliotecarios que requiere tal educación. En el plano bibliotecológico, la transversalización de los elementos educación,

valores

sociales

y

patrimoniales,

derechos

culturales

y

bibliotecas, se articulan para estructurar un corpus teórico, procedimental, actitudinal y situacional respectivamente, que permitirán postular una educación sobre patrimonio. Misma propuesta educativa que corresponde a la necesidad que un mundo globalizado manifiesta requiere fortalecer su pasado, su identidad con perspectivas contemporáneas. Asimismo, en el siglo XXI la educación sobre patrimonio documental podrá dirigirse a ser un núcleo de integración de conocimientos -principalmente en humanidades y ciencias sociales, sin eximir la participación de las áreas científicas- y cuyo objetivo será conocer, valorar, respetar,

difundir,

transmitir,

conservar,

usufructuar

razonada,

conscientemente a las expresiones informativas. Referencias bibliográficas 1 Son aquellos recursos impresos y digitales que tienen como finalidad informar y comunicar. Pueden considerase como una extensión de los libros. Su elaboración la realizan ciudadanos e instituciones. 2 La utilidad consiste en que los ciudadanos tanto en lo individual como en lo colectivo usufructúen los bienes documentales para distintas finalidades; al Página 163 de 210

tener en cuenta la integridad de los mismos. 3 Una comprensión global se refiere a tomar en cuenta conceptos en torno al tema –en este trabajo sobre patrimonio bibliográfico y documental- a partir de los diferentes análisis y normatividades nacionales e internacionales. Es decir, impulsar una visión amplia, libre de barreras geográficas y etnocentrismos, equitativa e interdisciplinaria, por mencionar algunas. Cfr. Llull, Josué. Evolución del concepto y de la significación social del patrimonio cultural. En Arte, individuo y sociedad. V. 17. p. 180. 4 Bonfil, Guillermo. Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de significados. Cfr. Florescano, E. (comp.) El patrimonio cultural de México. México: CNCA, FCE, 1993. p. 19. 5 Bonfil, Guillermo. Op cit. p. 21. 6 Fernández, Rosa. “El Programa Memoria del Mundo de la UNESCO y los acervos patrimoniales de las bibliotecas públicas”. En El bibliotecario 6 (65). p. 16. 7 Se refiere al desarrollo de juicios morales racionales y el ejercicio de los mismos por parte de los individuos, con base en los valores que heredan culturalmente y adquieren mediante la asimilación y la acomodación de acuerdo a sus necesidades personales y colectivas. La conciencia posibilitará a los ciudadanos apreciar con diversas perspectivas la vasta diversidad de manifestaciones y representaciones materiales y no materiales producidas por la humanidad. El proceso mediante el cual se podrá promover dicha conciencia es la educación, ya que a través de ésta los individuos podrán interiorizar los valores, así como ampliar su panorama informativo, Página 164 de 210

reflexivo y dialógico, con la finalidad de formar ciudadanos conscientes y responsables socialmente. 8 El pensamiento crítico-creativo permitirá a los ciudadanos una mejor comprensión sobre la relevancia de proteger el patrimonio documental de la humanidad, mismo patrimonio que se caracteriza por ser el medio para la conciencia cultural de las generaciones futuras. Este pensamiento tiene fines educativos, los cuales podrán asegurar la permanencia del patrimonio al difundirlo mediante diversas acciones educativas formales y no formales. Cfr. Morales, Estela. ¿Por qué estudiar bibliotecología? Ponencia en XVII Reunión del Consejo para Asuntos Bibliotecarios… 2001. p. 8. Cfr. Ríos, Jaime. Didáctica de la bibliotecología… pp. 119-120. 9 Schmelkes, Sylvia. La formación de valores en la educación básica. México: Secretaría de Educación Pública, 2004. p. 14. 10 Delors, Jacques. Learning: the treasure within. París: UNESCO, 1996. Cfr. Schmelkes, Sylvia. Op cit. p. 15. 11 “La racionalidad es el juego, el diálogo incesante, entre nuestro espíritu, que crea las estructuras lógicas, que las aplica al mundo, y que dialoga con ese mundo real”. Cfr. Morin, Edgar. Introducción al pensamiento complejo. España: Gedisa, 2001. p. 102. 12 Schmelkes, Sylvia. Op cit. pp. 52-54. 13 Son aquellas que mediante un juicio moral y una reflexión sobre determinadas situaciones, permite establecer decisiones deliberadas con relevancia para futuras situaciones. Es decir, la significatividad estará Página 165 de 210

encaminada a que las decisiones tomadas sean relevantes en función de que al ser reflexionadas reflejen su aportación. 14 Kohlberg, Lawrence. Prólogo. En Reimer [et al]. Promoting moral growth: from Piaget to Kohlberg. Prospect Height, Waveland. Cfr. Schemelkes, Sylvia. Op cit. p. 63. 15 La mejora del estado epistémico está relacionada con la estructura de ideas, pensamientos, conceptos e información que adquieren los estudiantes tanto en sus experiencias previas como aquellos que construyen a través de procesos educativos. El resultado de esta integración deberá ser que los estudiantes tomen decisiones adecuadas, reflexionen, proporcionen juicios críticos, entre otros. 16 Schemelkes, Sylvia. Op cit. p. 64. 17 En sociedades letradas. 18 Proceso en que los ciudadanos a partir de sus experiencias previas, y conceptos existentes, los emplean para trabajar con nuevos conocimientos. Cfr. Acomodación de un concepto científico: hacia una teoría del cambio conceptual / G.J. Posner, K.A. Strike, P.W. Hewson, W.A. Gertzog. En Porlán, Rafael. Constructivismo y enseñanza de las ciencias. España: DIADA editora, 1995. p. 91. 19 Proceso cognitivo en que los ciudadanos al momento en que sus conocimientos preexistentes son inadecuados para asimilar conceptos nuevos, deben reemplazar o reorganizar sus conceptos generales. Cfr. Acomodación de un concepto científico… Op cit. p. 91. Asimismo, este Página 166 de 210

proceso es considerado paralelo al de la vida humana. Cfr. Villalpando, José. La educación, como proceso integrativo. En Filosofía de la Educación. México: Porrúa, 1976. p. 87. 20 Se refiere a la formulación de creencias a partir de la aceptación de las interpretaciones realizadas por los individuos. Impulsa la interacción social en la que las bibliotecas tienen amplia ingerencia. Se trata en cómo fijar la creencia, no sólo del individuo, sino de la comunidad, en búsqueda de legitimidad y credibilidad de las interpretaciones. La intersubjetividad es la segunda prueba de validez para la interpretación de textos, la cual es parte del círculo hermenéutico Cfr. Armstrong, Paul. El conflicto interpretativo y la validez. En Lecturas en conflicto: validez y variedad en la interpretación. México: UNAM, 1992. p. 13. 21 La humanización de los individuos se refiere a que a través de la educación se les proporcionarán las bases epistemológicas y empíricas para que asimilen y acomoden las manifestaciones y las representaciones de la cultura. 22 Morales, Estela. El uso de la información y la reflexión, condiciones para llegar a la universidad del conocimiento. Infodiversidad, Sociedad de Investigaciones Bibliotecológicas, 7. 2004. pp. 73-74. 23 Informe de seguimiento de la EPT: educación para todos en 2015 ¿alcanzaremos la meta? / UNESCO. Paris: UNESCO, 2007. 24 “El constructivismo tiene tres ejes, que son: los contenidos: qué se aprende; los procesos: cómo se aprende y; las condiciones: entornos para el aprendizaje.”

Cfr.

Picardo,

Oscar.

Pedagogía

Página 167 de 210

informacional…

En

Organización de Estado Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Disponible en: http://www.oei.es/revistactsi/numero3/art04.htm p.5 . 25 La transversalización propuesta se desarrolla de acuerdo a los tipos de constructivismo, epistemológico, instruccional y social; compuesta por la relación entre posturas constructivistas y educación en valores. Cfr. DíazBarriga, Frida. Estrategias docentes para un aprendizaje significativo… México: McGraw-Hill, 2002. p. 29; Pozo, Juan. Aprendices y maestros: la psicología cognitiva del aprendizaje. España: Alianza Editorial, 2008. pp. 136137. 26 Habilidades de los individuos para conjuntar sus conocimientos previos y sus capacidades cognitivas desarrolladas para encaminarlas a la toma de conciencia, mejorar la solución de problemas y valorar las manifestaciones, y así que éstas sean usufructuadas y salvaguardadas. 27 Se desarrolla en espacios presenciales. Posee estructura curricular. Los tipos de educación son: básica, media superior, superior y posgrado. 28 Se proporciona con actividades informativo-divulgativas. No posee estructura curricular. Tiene fines educativos intrínsecos, tales como: la toma de conciencia, la estructuración y la asimilación, la amplitud del panorama informativo, entre otras. Algunas actividades son: exposiciones, visitas guiadas, conferencias, entre otros. 29 Pozo, Juan. Op cit. pp. 67-120. 30 La cultura se refiere al “conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un Página 168 de 210

grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.” Cfr. UNESCO. Declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad

cultural.

París:

UNESCO,

2001.

p.

1.

Disponible

en:

http://portal.unesco.org/es/ev.phpURL_ID=13179&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html 31 La globalización con perspectiva informativa, cultural y educativa, es el proceso por el cual los elementos interculturales, multiculturales, educativos, históricos, entre otros, se internacionalizan. El objetivo de esta globalización, es proporcionar prosperidad a las sociedades mundiales, que aprovechen la información, fortalezcan las interrelaciones, refuercen las identidades, eliminen la discriminación, incrementen la curiosidad de los ciudadanos, entre otros. La perspectiva propuesta es integradora, y se suma a las perspectivas económicas que posee la globalización. 32 Shera, Jesse. Lo que el bibliotecario necesita saber. En Los fundamentos de la educación bibliotecológica… México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1990. p. 212. 33 Casa, Beatriz. La formación de valores en la educación superior… Op cit. p. 20.; Rugarcía, Armando. La formación de valores. En Los valores y las valoraciones en la educación. México: Trillas, 1999. p. 52. 34 Casa, Beatriz. La formación de valores en la educación superior… Op cit. p. 16. 35 En filosofía de la educación los valores son “ … esencias, cualidades ideales, la particularización… de una actitud racional, de reconocimiento, de Página 169 de 210

cotejo con la naturaleza personal, de identificación o diversificación de ella, de aceptación o de repulsa, de afán de realización plena, de apropiación cabal, y hasta de modelación de la persona en razón de tales valores.” Cfr. Villalpando, José. Los bienes educativos, y su dimensión cultural. En Filosofía… Op cit. pp. 133-134. 36 Villalpando, José. Los bienes educativos, y su dimensión cultural. En Filosofía… Op cit. p. 133. 37 “La conciencia del valor es una actitud generalizada ante todo lo que representa una forma cultural … ” Cfr. Villalpando, José. Los bienes educativos … Op cit. p. 133. 38 Villalpando, José. Los bienes educativos … Op. cit. p. 134. 39 Apreciación, disfrute y uso de las manifestaciones. 40 Valoración denominada vivencia del valor. Cfr. Villalpando, José. Los bienes educativos … Op. cit. p. 134. 41 Las sociedades letradas se constituyen porque los individuos en situación de aprendizaje realizan juicios morales, reflexionan, dialogan, debaten, entre otros aspectos, a partir de los valores que ha desarrollado en su cultura, así como los que se le han sido presentados en los procesos de enseñanzaaprendizaje. Esta postura educativa no se refiere a la educación como un proceso intelectual tradicional. 42 Carreras, Llorenc. Cómo educar en valores: materiales, textos, recursos, técnicas / Llorenc Carreras, Pilar Eijo, Assumpció Estany, [et al.] Madrid: Página 170 de 210

Narcea Ediciones, 2008. p. 43 Villalpando, José. Op cit. p. 137. 44 Messer, August. Filosofía y educación. Buenos Aires: Losada, 1949. p. 138. Cfr. Villalpando, José. Op cit. p. 147. 45 Gorman, Michael. Our enduring values: librarianship in the 21st century. Chicago and London: American Library Association, 2000. pp. 26-28. 46 La relevancia de este valor radica en tres objetivos, primero, preservar los registros de información; segundo, promover que las futuras generaciones bibliotecológicas tengan conocimientos sobre los objetos de estudios de la disciplina y los valores que guían la práctica bibliotecaria; y tercero, proporcionar estrategias de preservación sobre la memoria documental. 47 Otros valores con perspectiva bibliotecológica que han sido planteados para regular la identidad social, son los siguientes: autorrealización, democracia, libertad, educación y progreso. Cfr. Ríos, Jaime. La biblioteca pública… Op cit. p. 322. 48 Se refieren a la temática que trata el documento. 49 Identificar la materia que poseen los documentos en su producción. 50 Tratan las representaciones que ilustran la temática del documento. 51 Aportaciones culturales, educativas, científicas, etc., de los documentos para un determinado grupo humano. Página 171 de 210

52 Relevancia de los documentos en algún período de la humanidad. Este factor se refiere a las características que las representaciones han adquirido a través de la historia. 53 Abdelaziz, Abid. Memoria del Mundo: conservando nuestro patrimonio documental. México: Comisión Nacional de los Estados Unidos Mexicanos para la UNESCO: UNAM: UAEM, 1998. pp. 16-17. 54 Véase Supra p. 2. 55 UNESCO. Memoria del mundo: directrices para la salvaguarda del patrimonio documental. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2002. p. 9. 56 Entre los medios que se emplearán para la sensibilización sobre el patrimonio documental, y que tienen relación con este trabajo, destacan la educación y la difusión de información. 57 Otros centros de información que resguardan el patrimonio bibliográfico y documental son: hemerotecas, museos, galerías de arte, etc. 58 Mendes, Sivio. Valores, patrimonio edificado y ciberespacio. UNESCO. Museum Internacional 215: Heritage issues in the information society 1. p. 23. 59 A nivel nacional, son el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), el Instituto Nacional de las Bellas Artes (INBA), y la Universidad Nacional Autónoma de Página 172 de 210

México (UNAM) 60 Algunos organismos internacionales, son la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Cfr. Los usos del patrimonio cultural en la sociedad de información 1. Museum International, 215, 2003. pp. 4-7. 61 Algunos especialistas en México que abordan los usos sociales del patrimonio cultural son: Enrique Florescano, Néstor García, Sonia Lombardo, Enrique Nalda, Lourdes Arizpe, entre otros. 62 García Canclini, Néstor. Los usos sociales del patrimonio cultural. En El patrimonio cultural de México. Florescano, Enrique, comp. México: CNCA, FCE, 1993. p. 48-50. 63 Se refiere a “… quienes juzgan los bienes históricos únicamente por el alto valor que tiene en si mismos, y por eso conciben su conservación independientemente del uso actual. Consideran que el patrimonio está formado por un mundo de formas y objetos excepcionales en el que han desaparecido las experiencias sociales y las condiciones de vida y trabajo de quienes lo produjeron” Cfr. García, Néstor. Op cit. p. 48. 64 “Ven en el patrimonio una ocasión para valorizar económicamente el espacio social o un simple obstáculo al progreso económico… Los bienes acumulados por una sociedad importan en la medida en que favorecen o retardan el ‘avance material’…” Cfr. García, Néstor. Op cit. p. 49. 65 “El papel protagónico del Estado en la definición y promoción del Página 173 de 210

patrimonio se funda en una concepción conservacionista y monumentalista. En general las tareas del poder público consisten en rescatar, preservar y custodiar especialmente los bienes históricos capaces de exaltar la nacionalidad, de ser símbolos de cohesión y grandeza” Cfr. García, Néstor. Op cit. p. 49. 66 “… concibe el patrimonio y su preservación en relación con las necesidades globales de la sociedad. Las funciones anteriores –el valor intrínseco de los bienes, su interés mercantil y su capacidad simbólica de legitimación- son subordinadas a las demandas presentes de los usuarios.” Cfr. García, Néstor. Op cit. p. 50. 67 Stavenhagen, Rodolfo. Educación y derechos culturales: un desafío. En VI Coloquio internacional de educación en derechos humanos…. Puebla, Puebla,

10-12

de

julio,

2002.

Disponible

en:

http://catedradh.unesco.unam.mx/Puebla2002/TextRStavenhagen.htm. p. 7. 68 Symonides, Janusz. Cultural rights. En Human rights: concepts and standards… Great Britain: UNESCO, 2000. pp. 189-195. 69 Symonides, Janusz. Derechos culturales… Op cit. p. 3. 70 García, Néstor. Diferentes, desiguales y desconectados: mapas de la interculturalidad. Buenos Aires: Gedisa, 2004. 71 Morales, Estela. El uso de la información… Op cit. p. 67. 72 Morales, Estela. El multiculturalismo, la sociedad globalizada y la biblioteca. En El multiculturalismo… Op cit. p. 60. Página 174 de 210

73 Almada, Margarita. Sociedad multicultural de información y educación… Revista Iberoamericana de Educación, 024, 2000. p. 107. 74 Palma, Juan. El patrimonio bibliográfico y documental: reflexiones para su permanencia en la sociedad del conocimiento. En Simposio virtual Patrimonio y sociedad… 2009 p. 6. Disponible en: www.redpatrimonio.org.mx 75 Los ciudadanos con cultura tienen como valores “… la función de comprender y ayudar a comprender. Los instrumentos que han enriquecido su capacidad de comprensión son resultado del ejercicio de la propia vida cultural y científica: la inteligencia abierta, el análisis riguroso, la duda, la tolerancia, la discusión y el diálogo.” Cfr. Florescano, Enrique. El patrimonio cultural y la política de la cultura. En El patrimonio cultural de México… México: CNCA, FCE, 1993. p. 17. 76 De acuerdo con la Estrategia de la UNESCO en materia de derechos humanos, 2003, la educación en los derechos humanos y culturales podrán impartirse en espacios formales e informales. Cfr. Párrafo 26 de la Estrategia de la UNESCO en materia de derechos humanos. En Educación ciudadana y educación en derechos humanos… México: UNESCO, 2003. p. 8. 77 Estas actividades algunos objetivos de la Estrategia de la UNESCO en materia de derechos humanos. Cfr. Párrafo 27 de la de la Estrategia de la UNESCO 2003… Op cit. p. 9. 78 García, Néstor. Latinoamericanos buscando un lugar en este siglo. Buenos Aires: Paidós, 2002.

Página 175 de 210

79 La cohesión social a través de las bibliotecas parte de la comprensión que las últimas tienen sobre la relevancia y el valor que poseen las manifestaciones y las representaciones culturales. Dado que “… las ideas, creencias, símbolos y mitos no sólo son capacidades y valores cognitivos, sino también fuerzas de unión/cohesión sociales” Cfr. Morin, Edgar. Culturaconocimiento. En El método IV: las ideas, su hábitat, su vida, sus costumbres, su organización… Madrid: Cátedra, 1998. p. 20. 80 En la elaboración de catálogos colectivos del patrimonio documental podrán

coadyuvar

factores

institucionales,

económicos,

sociales,

académicos, tecnológicos, entre otros, con el propósito de trabajar por un objetivo común, el cual consiste en conocer, preservar, conservar y difundir la memoria documental. 81 Una propuesta de recurso de información es la construcción de una biblioteca digital sobre patrimonio documental. Véase p. 91. 82

Biblioteca

virtual

del

patrimonio

bibliográfico.

Disponible

en:

http://bvpb.mcu.es/es/estaticos/contenido.cmd? pagina=estaticos/presentacion 83 World Digital Library (WDL). Disponible en: http://www.wdl.org/es/ 84 García, Néstor. Usos sociales… Op cit. p. 60. 85 Olivé, Julio. El patrimonio cultural: posiciones del Colegio Mexicano de Antropólogos. En Primer foro por la defensa del patrimonio arqueológico, histórico y subacuático. México: Delegación D-II-IA-I antes (D-II-345), trabajadores académicos del INAH, sección X del SNTE, 1989. p. 184. Cfr. Página 176 de 210

Vázquez, Irene. Legislaciones y patrimonio intangible. En El patrimonio sitiado… Op cit. p. 96. 86 La utilidad pública radica en que al ser elaborados los documentos por las sociedades, conllevan un fin social. Cfr. Meneses, Felipe. La defensa del patrimonio bibliográfico-bibliotecario-documental… En 2º Parlamento Alterno de Cultura y Educación… Op cit. p. 4 87 Shera, Jesse. Los fundamentos de la educación bibliotecológica… Op cit. p. 115. 88 Bruner, Jerome. El proceso de la educación / Trad. Carlos Palomar. México: UTEHA, 1963.p. 11. 89 Ibid. p. 27. 90 Lo fundamental radica en considerar que una idea tiene aplicabilidad amplia y potente. Cfr. Bruner, Jerome. Op cit. 91 Durkheim, Émile. L’Evolution pédagogique en France. Paris: PUE, 1890, p. 38. Cfr. Morin, Edgar. La mente bien ordenada: repensar la reforma, repensar el pensamiento. España: Editorial Seix Barral, 2001. p. 59. 92 García. Néstor. Introducción: la sociología de la cultura de Pierre Bordieu. En Bordieu, Pierre. Sociología y cultura / Trad. Martha Pou. México: Grijalbo, 1990. p. 24. 93 El modelo “Csik” plantea que los métodos educativos informales deben apuntar a promover que los individuos realicen ‘enganches emocionales’ Página 177 de 210

sobre diversas expresiones culturales, con base en los postulados teóricos sobre la asimilación y la acomodación. Cfr. Asensio Mikel. El marco teórico del aprendizaje informal. En Nuevos escenarios en educación: aprendizaje informal sobre el patrimonio, los museos y la ciudad… Buenos Aires: Aique, 2002. pp. 50-51. 94 El placer vivencial y perceptivo tendrá por objeto producir efectos placenteros en quien observa las manifestaciones culturales, bibliográficas y documentales. Este tipo de placer tiene su fundamento en el hedonismo perceptivo. 95 El habitus es el proceso por el que lo social se interioriza en los individuos y logra que las estructuras objetivas concuerden con las subjetivas. La finalidad del habitus es garantizar la coherencia entre las prácticas individuales y el desarrollo social. Cfr. García. Néstor. Introducción a la sociología… Op cit. p. 34. 96 Para este trabajo, lo fenoménico es una herramienta para procesos de aprendizaje no formales, ya que por medio de la comprobación cualitativa se busca un incremento en la adquisición de información, la asimilación y la acomodación conceptual de los estudiantes, con objeto de mejorar su estado epistémico. 97 La educatividad es la capacidad para formar, para promover y dirigir la formación de los demás. Cfr. Villapando, José. Op cit. p. 183. 98 Se refiere a comprender los cambios y los significados contenidos en diversas expresiones culturales.

Página 178 de 210

99 Son habilidades de los individuos para conjuntar tanto sus conocimientos previos como sus capacidades cognitivas, para encaminarlas a la toma de conciencia sobre el valor e importancia que posee el patrimonio cultural de la humanidad, y así, usufructuarlo y salvaguardarlo. 100 Villalpando, José. Op cit. p. 187. 101 Consiste en desarrollar de estrategias, destrezas y habilidades por medio de las cuales los usuarios adquieran las bases para saber cómo buscar, cómo recuperar, cómo usar y cómo se organiza la información, tanto para que otros puedan aprender de ellos y que construyan conocimientos. ALA. Final report: ALA-Presidential Comisión on Información Literacy. Chicago: (GE Mensching and TB Mensching, eds. Pieran Press, Ann Arbor MI. Crf. Bawden, David. Revisión de los conceptos de alfabetización informacional y alfabetización digital… p. 380. 102

Bawden,

David.

Revisión de los

conceptos de alfabetización

informacional y alfabetización digital… Anales de Documentación, 2002. 5. pp. 361-408. 103 Un enfoque que posee relación con la educatividad del patrimonio con perspectiva informal, es la interpretación del patrimonio. La interpretación del patrimonio tiene como base seis principios: relacionar los objetos de divulgación o rasgos interpretativos; considerar que la interpretación es una forma de comunicación basada en la información; la interpretación es un arte basado en el uso de los sentidos para construir conocimientos y reacciones; las reacciones deben despertar curiosidad; la interpretación debe ser una presentación del todo y no de las partes aisladamente; la interpretación debe ser dirigida a un público determinado. No obstante los enfoques con que se Página 179 de 210

ha analizado la interpretación del patrimonio con perspectivas recreativas. Dichas acciones pueden tomarse como ejemplo para el desarrollo de la alfabetización informativa sobre patrimonio. Una fuente esencial sobre interpretación del patrimonio es la siguiente: Tilden, Freeman. Interpreting our heritage: principles and practices, for visitors services in parks, museums, and historic places. New York: Chapel Hill; University of North Carolina, 1957. 110 p. 104 La particularidad abierta está vinculada con el movimiento de acceso abierto a la información, el cual se refiere a la: “… disponibilidad gratuita en Internet, para que cualquier usuario la pueda leer, descargar, copiar, distribuir o imprimir, con la posibilidad de buscar o enlazar al texto completo del artículo, recorrerlo para una indexación exhaustiva, usarlo como datos para software, o utilizarlo para cualquier otro propósito legal, sin otras barreras financieras, legales o técnicas distintas de la fundamental de acceder a la propia Internet.” Cfr. Budapest Open Access Initiative (BOAI). Disponible en: http://www.soros.org/openaccess/ Obras consultadas Abdelaziz, Abid. Memoria del Mundo: conservando nuestro patrimonio documental. México: Comisión Nacional de los Estados Unidos Mexicanos para la UNESCO: UNAM: UAEM, 1998. 39 p. G.J. Posner, K.A. Strike, P.W. Hewson, W.A. Gertzog. “Acomodación de un concepto científico: hacia una teoría del cambio conceptual”. En Porlán, Rafael. Constructivismo y enseñanza de las ciencias. España: DIADA editora, 1995.

Página 180 de 210

Almada, Margarita. “Sociedad multicultural de información y educación: papel de los flujos electrónicos de información y su organización”. Revista Iberoamericana

de

Educación,

024.

Organización

de

Estados

Iberoamericanos (OEI), Madrid, España, 2000. pp. 103-133. Armstrong, Paul.

Lecturas en conflicto: validez y variedad en la

interpretación. México: UNAM, 1992. Asensio, Mikel. Nuevos escenarios en educación: aprendizaje informal sobre el patrimonio, los museos y la ciudad / Mikel Asensio, Elena Pol. Buenos Aires: Aique, 2002. Bawden, David. Revisión de los conceptos de alfabetización informacional y alfabetización

digital

/

tr.

Piedad

Fernández

Toledo.

Anales

de

Documentación, 5, 2002. p. 361-408. Bonfil, Guillermo. “Nuestro patrimonio cultural: un laberinto de significados”. En El patrimonio cultural de México. México: CNCA, FCE, 1993. pp. 19-39. Bordieu, Pierre. Sociología y cultura / Trad. Martha Pou. México: Grijalbo, 1990. Bruner, Jerome. El proceso de la educación / Trad. Carlos Palomar. México: UTEHA, 1963. Budapest

Open

Access

Initiative

(BOAI).

Disponible

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RELACIONES ENTRE EL PATRIMONIO DOCUMENTAL Y EL TURISMO: UNA MIRADA LATINOAMERICANA Miguel Angel Vásquez Guillén El presente capítulo busca relacionar dos conceptos: el patrimonio documental y el turismo, con el fin de exponer que el patrimonio documental puede ser considerado un recurso turístico, y que puede ser de interés para un público que no sean los usuarios e investigadores que suelen visitarlos. Para ello expondremos sobre las oportunidades que tienen los Archivos Históricos que se encuentran en el Centro Histórico de Lima, es cual es reconocido como uno de los principales atractivos turísticos de la capital peruana. La definición del Patrimonio Documental en el contexto peruano En la legislación peruana existen dos documentos legales cuyas definiciones difieren sobre los documentos de archivo que puedan conformar nuestro patrimonio. La primera, es la ofrecida por el Decreto Legislativo Nº 19414 [1], que dice lo siguiente acerca del Patrimonio Documental: Está constituido por la documentación existente en los archivos de todas las reparticiones y organismos del Sector Público Nacional; en los archivos históricos, notariales, eclesiásticos, parroquiales y de conventos, en los archivos particulares y en general por el material documental, aun de origen privado, que sirvan de fuente de información para estudios históricos y del desarrollo cultural, social, económico, jurídico o religioso de la Nación (AGN, 1999: 17). La segunda, está precisada en el Decreto Supremo Nº 011-2006-ED Página 188 de 210

[2], el cual precisa: Es el conjunto de documentos de cualquier época, manifestada en todas sus expresiones, en lenguaje natural y cualquier expresión gráfica, sonora o en imagen, recogidas tanto en soporte convencional o informático, generados y/o recibidos en cumplimiento de las competencias y actividades de las entidades públicas o privadas del ámbito nacional (INC, 2009: 50). Según nuestro análisis, para la primera definición, la importancia de los documentos radica en su uso como fuente de investigación y que se conservan en los archivos, mientras que, la segunda se refiere al universo de documentos de archivo, es un concepto general y amplio. Pero no todos los documentos pueden integrar el Patrimonio Cultural, para que un documento sea reconocido como tal debe tener ciertas características: importancia para la investigación y ser elementos significativos para la formación de la identidad de una sociedad. De esta manera, reflexionamos que la definición y conceptualización normativa de Patrimonio Cultural Archivístico es incorrecta, por lo que en las siguientes líneas nos referiremos al Patrimonio Documental de la Nación como aquel que debe ser gestionado como recurso turístico [3]. CLASIFICACIÓN DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL

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Consideraciones sobre el turismo Para adentrarnos al tema, es necesario comprender los conceptos de turismo y turista. El turismo es el conjunto de actividades que realizan las personas durante sus viajes cuyo principal objetivo es la distracción y el ocio, su tiempo de estadía sea menor a un año y que realice estas actividades durante su tiempo libre. Un turista es aquella persona que se desplaza de su residencia habitual y se aloja, al menos una noche en el lugar de visita, cuya motivación sea la distracción, en caso que no pernocte se le denomina excursionista [4]. Asimismo, las actividades de consumo que realizan los turistas son básicamente el transporte, la alimentación y el alojamiento, razón por la cual el turismo es una actividad económica. La elección de un destino por un turista se debe a que lo considera un atractivo, es decir, se siente atraído por un recurso turístico. Sobre recursos turísticos recogemos la siguiente definición del MINCETUR: Son aquellos elementos naturales, culturales y humanos que pueden motivar el desplazamiento de los turistas, es decir, generan demanda (MINCETUR A, s.f.: 2). Para que este recurso se convierta en producto deben converger ciertos elementos: 

Los atractivos turísticos [5].



La existencia de servicios en la zona del recurso (hospedaje, alimentación).



Infraestructura (vías de acceso, comunicaciones).



La puesta en valor por los organismos competentes (gobierno nacional y gobiernos locales). Página 190 de 210

Según las motivaciones personales existen diversas modalidades de turismo, entre ellas el denominado “turismo cultural”. Cuando la motivación del turista es conocer el patrimonio cultural de una comunidad (material o inmaterial) [6], interactuar con su entorno paisajístico o sus costumbres, se le denomina turismo cultural. Por lo tanto, el turista cuyo interés sea conocer el patrimonio documental, es un turista cultural. PROMPERÚ (2007) [7] citado por Guerra (2008), recoge las apreciaciones de los turistas extranjeros sobre su entendimiento acerca del turismo cultural: Es esencialmente un aprendizaje de los estilos de vida de otras civilizaciones y de su legado cultural. Esta definición está muy relacionada a las motivaciones que los llevan a practicar este tipo de turismo fuera de su país (Guerra, 2011: 27). El turista cultural elige un destino por los atractivos culturales que éste posee, la existencia de una relación entre el patrimonio cultural con el estilo de vida de una sociedad. Igualmente debemos resaltar que, la gestión de los recursos turísticos debe ser “de manera que satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida”, a lo cual se le denomina turismo sostenible (MINCETUR B, s.f.). Archivos y turismo, un breve estado de la cuestión A continuación presentaremos algunas propuestas de archiveros, Página 191 de 210

quienes exponen sobre las actividades culturales que realizan los archivos para luego, relacionar estos aportes con nuestra exposición. Al respecto citamos a José María Fernández Hevia, quien publicara en el Boletín de la Boletín de la Asociación de Archiveros del Principado de Asturias, Contexto, un trabajo titulado “De Archivos, museos y turismo cultural” (2008: 8-16), quien nos presenta la gestión del Museo de los Manuscritos del Mont-SaintMichel (Avranches, Normandía), formado a partir de la colección de manuscritos medievales de la abadía del Mont-Saint-Michel, con una previsión de 70000 visitantes anuales. Sobre su análisis, citamos el siguiente párrafo: Los archivos aportan información de primera mano, original, única y exhaustiva sobre un territorio o comunidad determinados que ningún otro tipo de centro está en condiciones de ofrecer. Con esta materia prima, y en conjunción con otros documentos y objetos de otras procedencias, pueden articularse discursos expositivos coherentes y atractivos para un público deseoso de conjugar aprendizaje y entretenimiento. Una posibilidad generalmente desaprovechada por falta de medios (Fernández, 2008: 15). Otro trabajo similar es el presentado por Boix, en el libro Archivos y cultura: Manual de dinamización, su trabajo lleva por nombre “Historia, Ciudadanía y turismo cultural” (2001: 107-134). En éste, la autora señala la importancia que tiene la labor de los archiveros para convertir los archivos en centros de información cultural. Al respecto dice: Ciertos documentos pueden ayudar a valorizar el archivo si se tiene un mínimo de sensibilidad para los temas de actualidad que afectan a la sociedad. El archivero debe colaborar con los medios de Página 192 de 210

comunicación para sacar a la luz y rentabilizar estos documentos que cobran especial significación en determinadas circunstancias (Boix, 2001: 117). Un archivero muy importante, cuya producción académica es sobre la acción cultural de los archivos, nos referimos a Ramón Alberch, quien en uno de sus últimos trabajos, el cual lleva por título “Difusión y acción cultural” en el libro Administración de documentos y archivos. Textos fundamentales (Madrid, Coordinadora de Asociaciones de Archiveros, 2011: 483-488), expone lo siguiente: A través de las actividades culturales [de los archivos] es posible sensibilizar a los ciudadanos del carácter patrimonial de los archivos, de la necesidad de garantizar su preservación para el futuro y de su utilidad para el legítimo proceso de recuperación y fortalecimiento de las identidades locales y nacionales (Alberch, 2011: 475). Julio Cerdá, ocupando las páginas 359-382, publicó en el número 11 de la Revista Tábula (2008) el artículo “Las exposiciones documentales. Técnicas y tendencias”. En éste, expone que los documentos nacen para ser consultados pero, a través de la exposición, se modifica su función informativa para representar signos visuales que los relacionen con el contexto histórico en el que fueron creados, en palabras del autor: “pasan de ser leídos a visualizados, cumpliendo una labor que se aleja de la propiamente informativa, y que está más propiamente relacionada con su poder de representación o evocación para remitirnos a tiempos pasados” (Cerdá, 2008: 362). Por otro lado Boadas, en un ensayo titulado “Archivos, ciudadanos y Página 193 de 210

cultura: Un encuentro posible”, cuya versión digital la podemos encontrar en la página web del Ayuntamiento de Girona, propone, que el objetivo principal del desarrollo de las actividades de los archivos debe ser el satisfacer las necesidades de sus usuarios, porque “a menudo las acciones se han realizado pensando más en el archivo que en aquellos que deberían recibirlas”, haciendo clara alusión a los usuarios (Boadas, 1998: 7). Un trabajo sobre la comunicación que debe existir entre los centros de difusión patrimonial [8] y sus visitantes, es el presentado por Giulia Catardo, quien publicara en el Boletín de la ANABAD un artículo titulado “Reflexiones sobre museos y público” (2005: 159-170). Sobre éste, nos interesa su comentario sobre la transmisión de conocimientos de los museos para sus visitantes, la cual depende de tres tipos de preguntas: 

¿Qué tipo de información proponer a los visitantes?, es decir, sobre los datos de la obra que se presentarán al público.



¿Cómo desarrollarla?, por medio de la utilización de recursos humanos y materiales [9].



¿A quien presentarla?, específicamente conocer los intereses de sus visitantes.

Los archivos en el centro histórico de Lima El Centro Histórico de Lima está conformado por numerosos monumentos arquitectónicos de la época colonial, fue declarado como Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1991 [10] y actualmente es reconocido como uno de los principales destinos turísticos de la capital, situación que es aprovechada por los restaurantes, tiendas y centros comerciales que aquí se encuentran. En pleno Centro Histórico de Lima, en Página 194 de 210

el llamado Damero de Pizarro [11], se localizan los siguientes archivos históricos: a) El Archivo Colonial del Archivo General de la Nación, ubicado a media calle del Palacio de Gobierno y de la Plaza Mayor, en el edificio de la antigua Casa de Correos y Telégrafos. Su principal joya documental es el “Protocolo Ambulante de los Conquistadores”, también llamado “Libro Becerro” [12], este local cuenta con una pequeña sala de exposiciones la cual es de acceso libre para el público lo visita [13]. b) En el Palacio Municipal de Lima, al frente de la Plaza Mayor está el Archivo Histórico de la Municipalidad Metropolitana de Lima, donde se conservan los documentos generados por el antiguo Cabildo de Lima, durante la Colonia, y los que fueran generados durante la República. Aquí se encuentra el Acta de Fundación de Lima y el Acta de la Independencia del Perú. c) El Archivo Histórico de Límites, creado en 1888 con el fin de acopiar todas las pruebas documentales que demostraban la soberanía y posesión de las áreas limítrofes del país (Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, 2003: 3). En este archivo se localizan protocolos notariales, planos, mapas, croquis y demás documentos que aún son consultados para resolver problemas limítrofes. d) Archivo Histórico del Instituto Riva-Agüero, ubicado en la casa RivaAgüero a dos calles del Archivo Colonial del Archivo General de la Nación. Formado con los documentos que legara el doctor José de la Riva-Agüero y Osma a la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su fondo documental corresponde a los años 1542 a 1944, y lo integra los Página 195 de 210

documentos conservados por la familia Riva-Agüero, entre estos los del primer presidente del Perú, José de la Riva-Agüero y Sánchez Boquete. Los documentos que conserva este archivo tienen un alto valor histórico, además, debemos sumarle a éste, el valor que posee la Casa RivaAgüero, que fuera construida en el último tercio del siglo XVIII y que “es un muy claro ejemplo de casa limeña que, por las distintas etapas de su construcción y reconstrucción combina diversos modos y estilos arquitectónicos” (AGN, 2012: 444). e) Archivo Histórico de la Sociedad de Beneficencia de Lima Metropolitana, ubicado a cuatro calles de la Plaza Mayor. Su fondo documental conserva documentos desde el año 1560 y posee información sobre la acción de la Fundaciones, Hospitales, Hospicios, Patronatos y Cofradías durante la Colonia hasta la primera mitad del siglo XIX (Benito, 2012: V). f) Archivo del Cabildo Metropolitano de Lima o Archivo Histórico de la Catedral de Lima, ubicado en la Catedral de Lima al frente de la Plaza Mayor, cuyo documento más antiguo data de 1543 [14]. Su valor radica en

que

“proporciona

información

sobre

la

historia

del

Cabildo

Metropolitano y de la Iglesia como institución” (AGN, 2012: 576). Al estar ubicado dentro de la Catedral de Lima, sus visitantes pueden disfrutar de los encantos arquitectónicos y artísticos que ésta última posee. g) Archivo San Francisco de Lima, ubicado en el Convento de San Francisco, a una calle de la Plaza Mayor. Conserva los documentos generados por la misión franciscana desde su llegada al Perú en el siglo XVI. Entre sus documentos más importantes está “la obra de fray Luis Jerónimo de Oré, autor del símbolo católico indiano (1548), que incluye, además, una gramática en quechua y aymara, una descripción geográfica Página 196 de 210

del Perú e informaciones sobre las antiguas costumbres prehispánicas” (AGN, 2012: 581). Además, el Convento de San Francisco es un importante recurso turístico de la ciudad de Lima, por ser uno de los complejos religiosos más importantes de América y porque en sus galerías subterráneas se encuentran las catacumbas, que sirvieran como cementerio durante el virreinato (Programa de Gobierno Regional de Lima Metropolitana, 2008: 81, 82). h) Archivo Histórico Domingo Angulo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, ubicado en los límites del Damero de Pizarro, en el edificio del Colegio Real, a media calle del Congreso de la República. Posee el acervo documental generado por la Universidad desde su fundación, en el año de 1551, hasta documentos de la época contemporánea, sirviendo como fuente de investigación sobre las actividades académicas y administrativas de la Universidad, y ser testimonio documental de la comunidad académica de Lima a lo largo de su historia. Entre los documentos más importantes que posee, encontramos el facsímil del documento matriz de su Real Cédula de fundación, la Bula Papal de confirmación y copia de la Real Cédula de fundación (UNMSM, 2007: 25). Asimismo, la construcción del edificio del Colegio Real data de fines del siglo XVI, por lo cual la ubicación del Archivo es perfecta y acorde según su contexto. El ingreso a todos estos archivos está determinado por sus directivas internas para el acceso y uso de sus documentos, pero la asistencia a sus exposiciones documentales es libre.

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Ubicación de los Archivos en el centro histórico de Lima

El Archivo General de la Nación y sus usuarios El Archivo General de la Nación tiene su más antiguo antecedente en el Archivo Nacional, institución creada mediante Ley rubricada por el ex presidente Ramón Castilla en el año de 1861, cuyo objetivo fue “crear un archivo donde se depositen los documentos históricos y oficiales de la Región y de datos estadísticos de más importancia” (AGN, 1999: 55). Página 198 de 210

Actualmente, tanto en su Archivo Histórico y como en su Archivo Intermedio, se conservan los documentos generados desde la época colonial hasta la época contemporánea, poniendo a disposición de sus usuarios sus fondos documentales a través de su sala de investigaciones y de su sala de consultas, la primera es para el uso de investigadores y estudiantes universitarios quienes acceden a sus fondos con fines académicos y la segunda es para los usuarios externos, quienes buscan el acceso a los fondos documentales con fines jurídicos o administrativos. Los servicios que se ofrecen a través de la sala de investigaciones son: 

Acceso a los fondos documentales.



Reproducciones de documentos en soporte papel y digital.



Expedición de carné de investigadores.



Transcripciones paleográficas.



Peritaje diplomático.



Entre otros.

Por otro lado, en su sala de consultas ofrece los siguientes servicios: 

Búsqueda de documentos.



Exhibición.



Expedición de constancias.



Transcripciones documentales.



Expedición de copias simples, certificadas.



Entre otros.

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La sala de investigaciones recibe visitas tanto de usuarios nacionales como extranjeros, cuyo desplazamiento se justifica en la búsqueda de información para el desarrollo de tesis universitarias, publicaciones científicas o trabajos universitarios (Cuadro 1): CUADRO 1 SERVICIOS EN LA SALA DE INVESTIGACIONES - SEGUNDO SEMESTRE 2012

NACIONALIDAD MES

OCUPACIÓN

CONSULTAS Nº de

Peruano Extranjero Profesionales Estudiantes documentos

Julio 274 83 241 Agosto 256 50 227 Setiembre 329 30 257 Octubre 269 33 199 Noviembre 211 21 126 Diciembre 197 30 172 Total 1536 247 1222 Total de visitas de investigadores Total de documentos consultados Fuente: AGN [15]

106 89 102 103 106 55 561

consultados 1165 338 977 900 999 694 5073 1783 5073

En este cuadro podemos apreciar que, no existe una constante entre la cantidad de investigadores que visita el Archivo General de la Nación, solo vemos que durante los meses de agosto y diciembre, el número de estudiantes disminuye, probablemente, porque en agosto reinician las clases universitaria luego de un breve periodo de descanso y en diciembre son los exámenes finales. Según información del propio Archivo Histórico, el fondo cuyos documentos son más consultados es Protocolos Notariales de Lima e Ica (S. XVI, XVII, XVIII y XIX) con 1551 consultas entre los meses de julio a Página 200 de 210

diciembre del año 2012. Los usuarios extranjeros podrían considerarse como turistas, pero, la motivación de estos no es la distracción ni el ocio, su estancia es motivada por la investigación científica [16]. ¿El Patrimonio Documental como recurso turístico? Como hemos mencionado, un recurso turístico es aquel elemento natural o cultural que motiva el desplazamiento de los turistas, pero ¿El patrimonio documental lo motiva? LOS RECURSOS TURÍSTICOS CULTURALES

Para un público especializado, el patrimonio cultural tangible de un país es una motivación para la elección de un destino turístico, ya sean Página 201 de 210

monumentos o complejos arqueológicos o sus museos. En el año 2005, el Instituto de Investigación de la Escuela Profesional de Turismo y Hotelería de la Universidad San Martín de Porres, con el financiamiento del Convenio Andrés Bello, publicó una investigación denominada El impacto económico de la cultura en el Perú, que tuvo como objetivo realizar un análisis de la oferta cultural de nuestro país según la visión de las industrias culturales, entre ellas los museos y sitios arqueológicos. Los Archivos no formaron parte de este estudio. Podemos asumir, que esta omisión se debe a un desconocimiento por parte del equipo de investigación, porque los Archivos también generan ingresos económicos. Los Archivos del Centro Histórico de Lima, realizan sus actividades según su público objetivo, quienes son la comunidad académica, universitaria y aquellos usuarios que requieren la información de los Archivos para asuntos personales. Sus exposiciones, no tienen la difusión suficiente para atraer a otro público que no sean los ya mencionados. Su ubicación estratégica no es aprovechada al máximo, teniendo un mercado potencial. Sumado a ello, el bajo presupuesto que se les destina no les permite realizar una inversión mayor en sus actividades de difusión cultural y externa. Por ello, si las actividades que realizan los Archivos siguen destinadas a los usuarios que siempre lo visitan, no será considerado como recurso turístico.

Propuestas a modo de conclusión Para que el patrimonio documental sea reconocido como recurso turístico debe motivar su elección por parte de los turistas, quienes estarían Página 202 de 210

interesados por conocerlo y apreciarlo comprendiendo su valor e importancia para la sociedad. Ante ello, los Archivos tienen la importante misión de crear este interés, de convertir al patrimonio documental en recurso turístico, además que sea apreciado por la comunidad. Por ello proponemos las siguientes actividades: 

Las exposiciones que desarrollen los Archivos, deben presentarse dentro de un contexto histórico-social que se relacione con temas de actualidad, de interés para la sociedad o sobre festividades nacionales, por ejemplo, sobre crisis económica, diferendos limítrofes, Independencia del Perú, entre otros.



Asimismo, la presentación de estas exposiciones debe ser didáctica, con un contenido práctico, que le permita al visitante disfrutarla. Igualmente, su difusión debe plantearse para un público no especializado en patrimonio documental. Además, para aquellos Archivos que se encuentren en edificios históricos, la exposición debe incluir al inmueble.



Los Archivos deben establecer relaciones estratégicas con empresas proveedoras de circuitos turísticos para que incluyan dentro de sus paquetes, visitas a los Archivos del Centro Histórico de Lima.



Crear y promover circuitos turísticos, que comprendan visitas a los Archivos del Centro Histórico de Lima (Archivo Colonial del AGN, Archivo Histórico de la Municipalidad de Lima, Archivo Histórico del Instituto RivaAgüero, etc.) y que sus exposiciones documentales representen la misma temática. Es decir si el tema es Independencia del Perú, todos los Archivos presentarán exposiciones sobre éste.

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Gestionar convenios con otras instituciones responsables de la custodia y promoción de bienes culturales muebles y formar alianzas estratégicas que permitan desarrollar actividades de promoción turística para los Archivos.



Gestionar convenios con instituciones especializadas en la promoción y puesta en valor de recursos turísticos y sea incluido en las políticas nacionales de promoción turística. En este caso las instituciones competentes son el MINCETUR y el PROMPERU.



Encontrar asesoramiento con instituciones especializadas en temas de promoción turística a través de convenios interinstitucionales (Escuelas profesionales, Centros de Formación en Turismo).



Gestionar financiamiento por Cooperación Técnica Internacional, para la implementación y adecuación de las salas de exposiciones. Además, de crear espacios en los Archivos, que sean utilizados por los turistas para que su visita sea acogedora.



Por último, no por ello menos importante, se debe involucrar a la población vecina de estos Archivos, ya sea por medio de invitaciones a las exposiciones o solicitudes de financiamiento para los comercios cercanos a cambio de publicidad entre los visitantes del Archivo. La implementación de estas propuestas, permitiría que aumente el

número de visitantes de los Archivos, que sus nuevos visitantes comprendan el valor del patrimonio documental, que las empresas vean en este una posibilidad de inversión para la expansión de sus marcas y los estamentos del gobierno inviertan más recursos para su conservación. Página 204 de 210

NOTAS 1 Con esta norma se aprueba la Ley de Defensa y Conservación del Patrimonio Documental de la Nación. norma promulgada en el año 1972, durante el denominado gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas. 2 Esta norma aprueba el Reglamento de la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, emitida en el año 2006, a más de 30 años de la anterior. 3 No citamos lo expuesto por la UNESCO porque el presente está determinado en un contexto que pueda ser aplicado en una organización pública dependiente del gobierno central. 4 Definiciones técnicas de la Organización Mundial del Turismo (OMT). 5 Un atractivo es aquel recurso que cuenta con las condiciones necesarias para ser visitados por los turistas. 6 Al respecto la ley del Patrimonio Cultural de la Nación, clasifica al Patrimonio Cultural en tangible e intangible, material e inmaterial. 7 La ex Comisión de Promoción del Perú (PROMPERÚ) fue un organismo público dependiente del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), cuyo objetivo fue promover el turismo receptivo interno y externo en nuestro país posteriormente se fusionó con la Ex Comisión de Promoción del Perú actualmente se denomina como Comisión de Promoción del Perú para la Exportación manteniendo sus siglas. Página 205 de 210

8 En este caso específico hablaremos de los museos. 9 Por ejemplo los guías del museo, uso de carteles, señalización, guías impresas entre otros. 10 En 1988 se inscribió al Convento de San Francisco en la lista del Patrimonio Mundial y en 1991 se hizo extensiva al Centro histórico de Lima (Ministerio de Cultura, s.f.). 11 Se conoce como Damero de Pizarro al área original que ocupaba la ciudad cuyos límites son: por el norte con el río Rímac, por el sur con la avenida Colmena, por el este con la Avenida Abancay y por el oeste con la avenida Tacna. 12 “Constituido por las primeras escrituras públicas que realizaron los conquistadores españoles dando testimonio de las operaciones de compra y venta, poderes y escrituras de compañía, etc.” (AGN, s.f.), el cual ya forma parte del Registro Memoria del Mundo de América Latina y el Caribe de la UNESCO. 13 Las exposiciones que realiza el Archivo General de la Nación están compuestas

en

su

mayoría

por

reproducciones

documentales,

ocasionalmente se pusieron a exhibición documentos originales pero en las salas del Museo de la Nación. 14 Hablamos del Acta de erección de la Catedral de Lima, escrita en latín firmada por el entonces Obispo Jerónimo de Loayza.

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15 Datos proporcionados por la Dirección Nacional de Archivo Histórico del Archivo General de la Nación. Los datos otorgados por el Archivo General de la Nación consideran el número de visitas realizadas más no la cantidad de usuarios que acceden a este mensualmente. 16 Hay autores que hacen referencia a un tipo de turismo, Turismo de Investigación, pero este es discutido por diversos especialistas en la materia, por ello nuestro análisis acepta lo expuesto por la OMT. BIBLIOGRAFÍA Alberch i Fugueras, R. Difusión y acción cultural. En Administración de documentos y archivos. Textos fundamentales. (págs. 473-488). Madrid: Coordinadora de Asociaciones de Archiveros, 2011. Archivo General de la Nación. Legislación archivística peruana (Segunda ed.). Lima: Archivo General de la Nación, 1999. Archivo General de la Nación. Guía de Archivos del Perú. Lima: Archivo General de la Nación, 2012. Archivo General de la Nación. Plan Estratégico Institucional. 2012-2016. Lima: Archivo General de la Nación, 2012. Benito Rodríguez, José Antonio. Blog de José Antonio Benito. Recuperado el 7 de 03 de 2013, de Un "ar-chivo" expiatorio, 2012. La Sociedad de Beneficencia

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