La doble identidad de Garcilaso de la Vega, El Inca, en los Comentarios reales de los incas

June 26, 2017 | Autor: Vladimir Villalobos | Categoría: Literatura, Identidad, Cronicas del Nuevo Mundo, Incas, Crónicas de Indias, Los Comentarios Reales
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Descripción





Para ampliar la información recomendamos consultar Obras completas del Pseudo Dionisio Areopagita, obra editada en Madrid por la Biblioteca de Autores Cristianos.
Garcí Sanchez fue un primo del Inca Garcilaso.
Nos parece que vale la pena mencionar esto para una mejor comprensión del entorno en el que se desenvuelve y al que se enfrenta Garcilaso


La doble identidad de Garcilaso de la Vega, El Inca, en los Comentarios reales de los incas.

David López Corpus, Vladimir Villalobos López
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.


El Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616)

Considerado uno de los más grandes cronistas de América, el primer escritor que presintió la peruanidad antes de que el Perú existiese, y uno de los mejores prosistas del renacimiento hispánico. Su visión del imperio de los incas es fundamental en la historiografía colonial, porque da a las fuentes orales y mitológicas la total validez historiográfica que antes raramente habían alcanzado; y porque brinda una imagen armoniosa, artísticamente idealizada y emocionalmente intensa del mundo incaico y los primeros años de la conquista.
Nació en el Cuzco y era hijo natural pero noble por ambas ramas: su padre fue un capitán español vinculado a ilustres familias y su madre una ñusta (princesa) incaica, vinculada a la corte cuzqueña. Escuchó tradiciones y relatos de los tiempos del esplendor incaico y asistió a las primeras acciones tras la conquista del Perú y las guerras civiles entre los conquistadores; resumió esa visión del fin de una era y el comienzo de otra muy distinta en una frase famosa: "Trocósenos el reinar en vasallaje".
Sin derecho a usar el nombre de su padre Sebastián Garcilaso de la Vega (llevaba el de Gómez Suárez de Figueroa), de naturaleza tímida y reservada, la formación intelectual del Inca fue lenta, y tardía su producción madura.
Los Comentarios reales de los incas se produce enteramente en España, adonde viaja en 1560 con el propósito de reclamar el derecho a su nombre —entre sus antepasados ilustres se encontraban el poeta Garcilaso de la Vega, Jorge Manrique y el marqués de Santillana—, lo que consigue y al que agrega orgullosamente el apelativo Inca por el que se le conoce. Se establece en Montilla (1561), donde goza de la protección de sus parientes paternos, y luego en Córdoba (1589), donde se vinculó a los círculos de humanistas españoles y se dedicó al estudio y la investigación que le permitirían escribir sus crónicas. Se inició en la vida literaria con la notable traducción (1590) de los Diálogos de amor de León Hebreo, a partir del original italiano. Su primera crónica, La Florida del Inca (1605), epopeya en prosa, nada tiene que ver con el Perú sino con la conquista de la península de ese nombre (actualmente parte de los Estados Unidos) por Hernando de Soto, pero prueba las altas virtudes del Inca como prosista y narrador. Su obra máxima son los Comentarios reales, cuya primera parte (1609) trata de la historia, cultura e instituciones sociales del imperio incaico; y la segunda, titulada Historia general del Perú (publicada póstumamente en 1617), que se ocupa de la conquista de esas tierras y de las guerras civiles.
La crónica ofrece una síntesis ejemplar de las dos principales culturas que configuran el Perú, integradas dentro de una concepción providencialista de los procesos históricos, que él presenta como una marcha, desde los oscuros tiempos de barbarie al advenimiento de la gran cultura europea moderna. Se le considera y aprecia como excepcional y tardío representante de la prosa renacentista, caracterizada por la mesura y el equilibrio entre la expresión y los contenidos, por su sobria belleza formal.
Para abordar el tema principal del trabajo presente, debemos entender que la identidad del Inca estará en dos partes, y tendremos que abordarlas de manera detallada, empezaremos por la fuente materna, donde el inca se crio.


La Cultura Inca.

Empecemos por ver una de las vertientes que forman al Inca, donde el dominio de la cultura madre servirá de mucho en su primer apartado, el la bienvenida a una cultura perdida por cronistas anteriores.
Diferente a los cronistas, sus Comentarios Reales muestran varios elementos mestizos. "De la Vega se ha integrado a una mentalidad católica española, pero no puede olvidar su origen… ambos forman parte de un destino: no de un choque de mentalidades, de culturas." (Majfud p. 290) Para resolver este conflicto o aparente contradicción, los integra en un proyecto común: la cultura inca, su concepción teológica, su destino religioso; ahora son un estado previo al cristianismo. Lo predicen y lo hacen posible.
En los Comentarios Reales de los Incas, Garcilaso no puede sacudirse ya el esquema providencialista desde el que se interpreta la historia cristiana: todo en el mundo evoluciona y avanza guiado por la Providencia de Dios y encaminado hacia su plenitud, que se logra por la incorporación de los pueblos al "orden cristiano". Este "providencialismo ascendente" implicaba sacrificar mucho para Garcilaso. Por lo pronto la posición histórica de los Incas quedaba profundamente trastocada. Ellos que habían representado el cenit de lo humano en el Perú, (continuaban significándolo en algún lugar recóndito del corazón de Garcilaso) pasaban a ser una etapa intermedia en el camino ascendente y, en el mejor de los casos, la "puerta" que la razón natural guiada por el Dios cristiano había logrado abrir para permitir pasar más "naturalmente" a su pueblo a la verdadera religión y a la verdadera historia. Dentro de este esquema, la pugna interna por su identidad y el gran esfuerzo interpretativo de Garcilaso se van a dirigir, a mostrar y demostrar que: (1) la sociedad incaica estaba muy por encima de la barbarie; (2) representaba el máximo nivel humano logrado en esa parte del mundo; y (3) que sus logros y méritos preparaban la venida y aceptación del cristianismo.

Pero siempre más allá del propósito documental, se percibe el afán de Garcilaso por ordenar el proceso histórico del Perú a partir de sus circunstancias personales. Al orientar la narración de esa manera, percibimos también que la crisis individual de Garcilaso y su condición de mestizo se convierte gradualmente en una realidad historiable. (Pupo-Walker).

Ese hecho, al parecer tan simple, en realidad no lo es. La manera autobiográfica del texto en un principio nos parecía una relación histórica de causalidad lineal, ahora tendremos que verla como escritura que se ocupa de si misma y que por lo tanto diversifica de manera excepcional sus funciones expresivas. Pupo-Walker nos menciona lo siguiente:

[…] en los Comentarios postula un concepto de valor humano que se apoya en las virtudes y los logros del individuo, y no exclusivamente en la legitimidad. Desde esa posición el Inca no sólo exalta la dignidad inherente al mestizo, sino que indirectamente alude al criterio con que debe valorarse al hombre americano del porvenir. (Pupo-Walker)

Para el Inca que vivía como mestizo en un contexto social e histórico indefinido, los Comentarios serán, en primer lugar, el vehículo que establece en un sentido amplio la solvencia histórica de su persona, la forma de ver el mestizaje se retomara más adelante.
Y continúa Pupo-Walker:

Después de numerosos fracasos personales y de otra índole, Garcilaso mediante su obra se dispone a recuperar el pasado para crearse un presente y de esa manera insertarse en la historia desde su escritura. "Garcilaso aprovechará una gran variedad de episodios-tanto en los Comentarios como en la Florida-para dignificar su condición de mestizo y para exaltar orgullosamente los valores culturales que confluían en su persona. (Pupo-Walker).

Si algo contiene una y otra vez en la construcción individualizada de los hechos, serán los resentimientos personales que Garcilaso expresa al rectificar las noticias que dieron otros cronistas sobre sus antepasados
Observaremos que la escritura de Garcilaso se transforma en una recuperación del pasado, y hace mención de un "Yo", por ejemplo: "Yo nací —dice Garcilaso— ocho años después que los españoles ganaron mi tierra, y como lo he dicho, me crie en ella hasta los veinte años, y así vi muchas cosas de las que hacían los indios en aquella su gentilidad" (I, I, cap. XIX). La lectura del texto nos demuestra que el empeño de Garcilaso no era —como sí lo fue para otros cronistas— la simple corroboración de su autoridad como testigo excepcional de los hechos, sino que debemos tomarla como una declaración de identidad cultural que no cesa y que gradualmente llega al limite de su objetivo.






Mestizaje.

Como Introducción tendríamos que hablar del mestizaje, al fin y al cabo el mestizaje es una construcción teórica y, como todo lo que el hombre construye, resulta a su medida y un poco a su semejanza.
Garcilaso de la Vega está al comienzo de ese camino y pertenece a la primera generación mestiza proveniente de la conquista del Imperio Incaico.
La obra de Garcilaso tiene el mérito de ser una expresión de carácter agónico y combativo de lo mestizo, y quizá por esta razón Majfud señala un aspecto en cuanto a la visión de Garcilaso: "No por casualidad se nombra "Inca" con un apellido español, de la Vega, y lucha por conciliar ambas tradiciones: es un proyecto histórico, una voluntad de síntesis y una reivindicación personal." (Majfud) Quizás por esta razón, la personalidad de Garcilaso contiene una riqueza de facetas y motivaciones que ha concitado el interés de historiadores.
Existe una dimensión personal unida a su cultura y la cultura europea del momento. Una concepción humanista y progresista de la historia y hace una "reivindicación" de los incas, su raza, en un contexto español ciego a la posibilidad de algo bueno o verdadero fuera del dogma católico.
Compara y encuentra fundamentales similitudes entre esta cultura-centro, su historia- y la cultura cristiana. Principalmente estas "coincidencias" se basarán en observaciones teológicas y la concepción unitaria de la divinidad en los incas.

José Luis González habla acerca de una manera de exaltar a la cultura incaica de una manera sutil pues el Inca tiene fundamentos y fuentes de las cuales puede valerse, y es su condición de testigo la que debería dar prestigio y aun mayor veracidad a los relatos escritos ya que, en la formación del Inca tales relatos fueron enseñanzas que tuvo por parte de la familia real, de la cual era integrante, y podemos decir que este los conocimientos adquiridos fueron gracias al linaje al que pertenecía y que seria fundamental en su escritura, publicación y credibilidad de los hecho, y más si se pretendía exaltar la cultura inca, pero esto nos remitiría a fabricar una serie de preguntas, las cuales trataremos de responder. En primer lugar si es verdad que quiere exaltar una cultura de otra ¿cuál es esa cultura? y ¿qué fines persigue en los Comentarios reales? Además, dado el caso en el que los elementos anteriores coincidieran ¿cuál sería el verdadero significado del titulo de la obra Comentarios reales de los Incas?


Identidad de Garcilaso.

Toda la obra de Garcilaso está atravesada de "confesiones de identidad" mestiza e indígena. Curiosamente su condición española a cuya construcción y afirmación le dedicó la mayor parte de su vida, no es objeto de tanta preocupación. Ocasionalmente siente la necesidad de atestiguar su calidad de "indio cristiano católico por la infinita misericordia. (José Luis González, p. 20)

Esa urgencia intima se transparenta hasta en los pliegues de normas retóricas que eran lugares comunes de la historiografía y la novela en el siglo XVI, incluso mucho antes. Me refiero a un claro estilo, a la tópica que exalta la historia y la narrativa en general como instrumentos destinados a rescatar del olvido las hazañas gloriosas y ejemplares. Al respecto, José Luis González nos dice que "[…] tuvo que experimentar la inexorable ambigüedad de la condición de quien pertenece a dos mundos y, a la vez, no pertenece a ninguno." (José Luis González, p.21)
Aparentemente se diría que la principal preocupación de Garcilaso fue la construcción de su posición española: noble, soldado, letrado y clérigo. Sin embargo, leyendo sus obras parece reconocerse que su gran pasión en la madurez de su vida fue la reconstrucción de su memoria indígena. Este punto es importante en cuanto a la idea de poder buscar una identidad clara del Inca. Primero debemos recordar que ambas culturas chocaban por el control total, era una lucha que trasladó a la mente del Inca Garcilaso, pues la batalla interior que enfrentaba era inmensa: cómo un hombre que tuvo una formación en un mundo puede estar viviendo en otro con el cual también se siente plenamente identificado.
Dentro de este esquema, la pugna interna por su identidad y el gran esfuerzo interpretativo de Garcilaso se van a dirigir, a mostrar y demostrar que los tres puntos sugeridos anteriormente efectivamente eran una realidad. Esto es lo máximo que el clérigo Garcilaso logra rescatar del sentido de su pasado indígena: el mundo incaico es una simple mediación para lo definitivo que es el orden occidental y cristiano. Carmen Bernard lo ilustra de la siguiente manera: "El deber de memoria de Garcilaso y sus lealtades duales convierten al mestizo en un ser próximo de los "cristianos nuevos", que vivían el conflicto entre dos tradiciones religiosas y por lo tanto, condenados al disimulo y al silencio." (Carmen Bernand)
En el libro III de los Comentarios, Garcilaso describe detalladamente la Casa del Sol. Aunque la palabra "casa" se aplique a todo tipo de morada, es significativo que el Inca recurra a una imagen bíblica, siendo la Casa el primer Templo de los Hebreos cuya construcción Yahvé indica a Moisés. El Templo del Sol fue célebre por su riqueza y antes de detenerse en hacer la descripción, Garcilaso recuerda que en el mundo, el Perú fue "con razón famoso, pues a todo él ha llenado de oro y plata, de perlas y piedras preciosas" (De la Vega, 1609: I-15). El Templo del Sol tuvo dos fundaciones, una fue la de Manco Capac y la otra, la de Pachacutec. No hubo "destrucción" del templo pero si un cierto abandono que incitó a Pachacutec a embellecerlo y agrandarlo. Ambos edificios, el templo de Salomón y Coricancha, fueron construidos mediante el tributo de los pueblos, están recubiertos de planchas de oro y la magnificencia y el esplendor se reflejan también en los jardines.

Garcilaso maneja todos los argumentos que sean útiles para demostrar simultáneamente que: - los Incas representan la cúspide de una marcha ascendente en la evolución histórica del área andina; y - en sus logros, providencialmente, Dios ha preparado el paso al cristianismo. (José Luis González)

Con los elementos que los diferentes autores que recapitulamos hasta ahora podemos responder la primera pregunta que formulé en el apartado del mestizaje. Es claro que el Inca no quiere que su cultura madre sea olvidada ni esclavizada con los términos de barbarie, porque no lo es; para él existía una unificación de culturas teológicas que tenían mucho en común y al tener estas características pueden ser elementos que permitan comprenderse como destinadas a sobrevivir. Para aclarar más esta idea se debe volver a lo que dice José Luis González, él nos menciona la idea de que la religión incaica tenia similitud con el cristianismo, pero que estaba llegando a un momento de culminación, sin embargo al tener estas similitudes con el cristianismo, permitía a dicha cultura introducirse sin ningún problema y ser aceptada por los incas. La barbarie para el Inca no era termino descriptivo aplicable a esa su cultura madre, quizás carecía de elementos que los conquistadores vinieron a enseñar pero eran elementos que completaban un circulo que los incas iniciaron y los conquistadores con su religión cerraron de manera correcta. Sin embargo la exaltación a una cultura por sobre otra es difícil de ver en este momento, pero al parecer existe un balance entre ambas culturas dentro de la mentalidad de Garcilaso, esto porque a lo largo de la obra trabajada en el presente trabajo se puede apreciar que para el Inca Garcilaso no existe una diferencia entre ambas, al menos no una diferencia inconjugable, él trata de transmitir que ambas culturas estaban destinadas a conocerse, ver similitudes y cerrar círculos que no eran completados por la ausencia del otro; la batalla que enfrenta el Inca es escoger entre ambas naciones, ideologías que formaron al propio de la Vega, ideología bajo la que fue adoctrinado y que busca ofrecer un enlace entre ambas para lograr justificar las acciones anteriores. En resumen no existe preferencia por una cultura, lo que en verdad quiere hacer es crear un vínculo muy íntimo entre ambas y que ningún elemento se pierda.

Las letras como arma de combate en los Comentarios Reales.

La segunda pregunta antes formulada se busca responder en este apartado Para ver qué fines podría pretender el Inca se muestran los siguientes. El primero se aclara en el apartado anterior pues la búsqueda de exaltar a una cultura por encima de la otra es nula, ambas son de gran importancia para él, así que, reiterando, crea un vínculo entre ambas. Sin embargo, también existe otro fin que persigue en su texto y es el de corregir los errores que los cronistas anteriores tuvieron al contar historias equivocadas acerca del encuentro entre estas naciones. La escritura de los Comentarios reales es una manera de enmendar los errores de los cronistas, que no han "mamado" la leche como en las costumbres de los Incas, pero también es la ocasión de probar, a través de su caso personal, que los hombres oriundos del Nuevo Mundo tienen capacidades semejantes o superiores a los del Viejo.

En sus Comentarios Reales de los Incas procura una reivindicación de su pueblo original, en un contexto español; para ser aceptado, se propone no reescribir directamente la historia oficial, pero trastoca los significados de aquellos "hechos" narrados con anterioridad por los españoles en su Perú natal. (Majfud)

Estos propósitos los desarrolla en los diferentes proemios, siendo el último, el que precede la "Historia del Perú", el más combativo puesto que está dirigido a los Indios, los mestizos y los criollos, es decir a los americanos en oposición a los españoles. Majfud nos menciona a dos fuentes importantes en Garcilaso:

Sus fuentes escritas serán el padre Blas Valera y Cieza de León. Es decir, españoles que vivieron en Perú. De la Vega, peruano que vivió y escribió en España, tendrá una perspectiva diferente. Pero la diferencia, la única autoridad que se atribuye sutilmente, es la de haber conocido el objeto de los escritos ajenos: la lengua, la cultura, las creencias de los incas. (Majfud)

Al mencionar a personajes que fueron testigos de una cultura que es descrita erróneamente, las fuentes dan más veracidad a su obra pues son dos fuentes que describen la verdad de una cultura inca que no se encontraba en la ya mencionada barbarie sino que era capaz de permitir el paso a otra cultura que tendría que también posee gran valor. La importancia de su memoria actuara como factor igualmente fundamental para la credibilidad de su escrito pero no solo la memoria será elemento de verosimilitud, el poder o linaje que tenía en su formación como hombre también jugará un papel vital, y es precisamente en este segundo elemento donde se responderá la tercer pregunta hecha anteriormente.


Lo real de los incas.

Para responder la pregunta se citará de nueva cuenta a Jorge Majfud, quien ha sido un eje principal de este trabajo. Él menciona algo de suma importancia:

Con una formula barroca de excesiva modestia, de la Vega se presenta antes sus lectores (principalmente españoles) como si careciera de estas pretensiones: se trata de "comentarios", de alguna que otra precisión lingüística, alguna que otra curiosidad teológica, pero nada más. Sin embargo, el resultado es el contrario. En los Comentarios Reales no se cuestiona la letra escrita de otros historiadores españoles; se cuestiona las interpretaciones de los hechos narrados, la lectura de la letra escrita, su significado "real". (Majfud p. 288)

Él menciona que no se cuestiona la letra de otros historiadores, discrepando con Majfud, pareciera que sí, que en realidad si los cuestiona. El Inca ve en otras obras, que describen muy mal a su primer cultura, que no es una descripción fiel, y la están degradando a favor de los españoles, por eso Garcilaso tiene que recurrir a su obra, no solo para recuperar el pasado de la cultura inca sino para también establecer los vínculos de manera correcta, sin tener algún tipo de preferencia.
Por otro lado pareciera correcta la manera en que nos menciona que la palabra "real" hace referencia sobre el origen del inca. El titulo: "Comentarios Reales de los Incas." juega con este doble significado específicamente en la palabra "real". Primero Comentarios es referencia a los hechos que narra el Inca a manera de glosa, y que también son rescatados por él. Pero por otro lado al llegar a "real" podemos inferir que esconde un doble significado, primero se refiere a la veracidad de dichos comentarios, los cuales tendrán una importancia específica para la corona y por otro lado se puede pensar que Garcilaso nos narra lo ocurrido desde su muy particular situación ya que él tuvo una formación real, recordemos que su madre era una princesa incaica y su padre se trataba también de un noble, sólo que perteneciente a la cultura española. Por esto es que Garcilaso, grosso modo, bien pudo valerse de esta peculiaridad suya para otorgarle autoridad, y por lo tanto mayor verosimilitud, a su texto y no solamente autoridad para los españoles. El Inca Garcilaso nos dice, estos son mis comentarios y son reales, no sólo por ser verdaderos sino porque lo dice un noble y esto aplica tanto para la cultura española como para la cultura incaica.
El texto lanza un llamado a la movilización moral, intelectual y militar de ese pueblo mixto: "[…] a los cuales todos como a hermanos y a amigos, parientes y señores míos ruego y suplico se animen y adelanten en el ejercicio de virtud, estudio y milicia [...] Y de camino es bien que entienda el mundo viejo y político que el nuevo, a su parecer bárbaro, no lo es ni ha sido sino por falta de cultura". Explicando la segunda razón que lo mueve a escribir esta "Historia" —el celebrar las heroicas hazañas de los conquistadores—, Garcilaso se dirige a sus descendientes, mestizos como él:

Afilarán sus aceros con nuevo brío y denuedo para imitar las pisadas de sus mayores, emprendiendo grandiosas proezas en la milicia de Palas y de Marte y en la escuela de Mercurio y de Apolo [...] llevando adelante el buen nombre de su linaje, que parece traer su origen del cielo, adonde como a patria propia y verdadera deben caminar por este destierro y valle de lágrimas y poniendo la mira en la corona de gloria que les espera, aspirar a llevársela entrando por picas y lanzas, sobrepujando dificultades y peligros [...]

La bella prosa del Siglo de Oro recubre la asperidad de la esperanza mesiánica en el pueblo electo, esta vez mestizo de Incas y de conquistadores.
Resumiendo lo dicho hasta ahora, podemos hablar del Inca Garcilaso de la Vega como quien logró buena parte de lo que pretendía y necesitaba. Nos resistimos a verlo como el galardón al "encuentro" de los dos pueblos, pero debemos pensar que su objetivo era enaltecer a su cultura madre, de la cual apreció, y escucho muchas historias en su niñez. Garcilaso y todo lo mestizo ha sido resultado de una mezcla de sangres y culturas, impuesta por los conquistadores y no buscada por los vencidos.
A 500 años de los hechos, debemos llamar al pasado por su nombre. Sentimos que Garcilaso adquiere una mayor talla histórica cuando se le presenta más como hombre de a pie que como genio, un hombre con pasiones e intereses, mestizo con recuerdos y fantasmas, clérigo de juicios moralizantes. Se presenta con un pasado indio, pero también como un español que triunfa en su presente.






Identidad.

Identidad deriva del latín idem que significa el mismo o lo mismo. Se trata de un conjunto de características propias de un individuo, características que lo perfilan frente a los demás.

El concepto de identidad es inseparable de la idea de cultura, debido a que las identidades sólo pueden formarse a partir de las diferentes culturas a las que se pertenece o en las que se participa. […] la gente echa mano de recursos culturalmente disponibles en sus redes sociales inmediatas y en la sociedad como un todo. Por consiguiente, las contradicciones y disposiciones del entorno sociocultural tienen que ejercer un profundo impacto sobre el proceso de construcción de la identidad" (Canales p. 2)

Vemos, en una primera aproximación que la identidad tiene una estrecha relación con la idea que se tiene sobre quienes somos frente a nosotros mismos pero también frente al otro. Esto implica la posibilidad de efectuar comparaciones entre las distintas individualidades y hallar tanto semejanzas como diferencias entre uno y los otros.
La memoria es un elemento constitutivo de la identidad. Un sujeto que sólo viviera el presente o bajo el anhelo de un futuro soñado, no sabría quién es si no se detiene a rememorar su pasado. Las costumbres o la forma de vida, incluso el mismo carácter, pueden cambiar, esto dado que son contingentes. Lo único que permanece firme y seguro en medio del fluir de estas circunstancias es la identidad moral, la responsabilidad del hombre para con su palabra.
A lo largo del tiempo el problema de la identidad ha sido una constante, ya los griegos se cuestionaban al respecto. Un ejemplo lo encontramos entre las leyendas recogidas por Plutarco. En esta leyenda se cuenta la historia del barco en el que volvió Teseo desde Creta y como a lo largo de los años le reemplazaban a la embarcación partes usadas por otras nuevas y más resistentes. El problema planteado por los griego es sobre si a pesar de dichas modificaciones el barco sigue siendo el mismo o si pasa a tener una identidad diferente.
Ubicándonos en la edad media y tratando de tener una perspectiva más afín con el contexto del Inca Garcilaso nos encontramos con la concepción de la trinidad divina (padre, hijo y espíritu santo), para el pensador Pseudo-Dionisio Areopagita, pensador que constituiría la concepción actual tanto de la trinidad como de la jerarquía celeste, la trinidad tiene un reflejo en el mundo terrenal. El Padre representa "el si" que se desprende de si y da lugar a El Hijo (hijo en busca de sentido, de identidad) para, finalmente retornar al si por medio de El Espíritu Santo. Esta triada aplica a la vida del hombre si vemos al hombre como un ser en constante búsqueda de sentido, aceptando la hipérbole que Dionisio Areopagita nos plantea resulta evidente que si la misma divinidad necesita reafirmarse como ente, la emanación de esta divinidad, es decir el hombre, también necesita reafirmarse como individuo; necesita re-formarse una identidad.
Para comenzar a vislumbrar el inmenso problema de la identidad en el Inca Garcilaso de la Vega, consideramos pertinente tomar en cuenta la formación literaria que recibió durante su estadía en España. El Inca poseía sobre todo biblias, breviarios, salmos, vidas de santos. Contaba también con libros de Aristoteles, las Vidas paralelas de Plutarco, La Eneida, Las tragedias de Seneca, Sentencias de Cicerón así como libros de Dante y Petrarca, La Celestina y Comentarios a Platón de Marsilio Ficino por mencionar los más importantes. En primera instancia gracias a esta biblioteca suya queda clara la fuerte carga religiosa y neoplatónica que sin duda tuvo una influencia directa en su pensar.


Los Comentarios reales y la doble identidad

Propiamente hablando de los Comentarios reales de los incas tenemos una obra dedicada a la princesa Doña Catalina de Portugal. "En los comentarios reales no se cuestiona la letra escrita de otros historiadores españoles; se cuestionan las interpretaciones de los hechos narrados, la lectura de la letra escrita, su significado real." (Majfud p. 288) La lectura del texto nos demuestra que el empeño de Garcilaso no era (como aparentemente si lo fue para otros cronistas) la simple corroboración de su autoridad como testigo excepcional de los hecho. En un sentido más profundo, los datos en torno a su persona forman parte de una declaración de identidad cultural que no cesa y que gradualmente marca enormemente su obra. "Más confiado en la infinita misericordia, digo que a lo primero se podrá afirmar que no hay más que un mundo y aunque llamamos Mundo Viejo y Mundo Nuevo, es por haberse descubierto éste nuevamente par a nosotros. Y no por que sean dos, sino todo uno" (I, I, cap. I)
Con una amplia formación en el lenguaje escrito, el Inca Garcilaso no se limita a narrar lo sucedido llanamente. Utiliza construcciones literarias complejas que retoma de creaciones puramente literarias como el caso de la Araucana, poema que le servirá también como fuente de autoridad dotando de mayor verosimilitud a su texto. "desde entonces tomaron por costumbre de formar muchos escuadrones divididos para pelear con los españoles en batalla, como lo dice don Alonso de Ercilla en el primer canto de su Araucana" (I, IV, cap. XXIV) Así mismo el Inca utiliza como referencias directas a los libros de caballería. (I, VI, cap. XXIV)
Garcilaso reúne una serie de testimonios verídicos-imaginarios y conjuga a la persona histórica con la persona literaria como en "el naufragio de Pedro Serrano" (I,I, caps. VII, VIII) de elaboración cuidadosa y clara procedencia literaria. (es una clásica Novella de naufragios y rescates) Garcilaso deja la narración documental para convertirse en narrador omnisciente al grado de adentrarse en la conciencia del personaje: "serrano al ver a otro náufrago imagino que era el demonio que venia en figura de hombre para tentarle en alguna desesperación […] todo este cuento, como se ha dicho, contaba un caballero que se decía GarcíSanchez de Figueroa a quien yo se lo oi, que conoció a pedro serrano"
Garcilaso es una síntesis dialéctica nunca acabada porque es parte permanente de la relación entre vencidos y vencedores. Superpone una y otra vez las fuentes documentales y sus visiones idealizadas del pasado. Recordemos que Garcilaso escribió su obra en la vejez cuando vivía principalmente de reminiscencias nostálgicas y guiado por un afán vehemente de reivindicación personal.

A momentos adquiere el tono de confesión personal que nos muestra en los comentarios un dialogo intimo y que nos confirma la visión individualizada que el Inca tiene de su obra: "Reprendiendo yo a mi memoria por estos descuidos, me responde ¿Qué por qué la riño de lo que yo mismo tengo la culpa? Que advierta yo que ha cuarenta y dos años que no hablo ni leo (sic) en aquella lengua. Valgame este descargo para el que quisiere culparme de haber olvidado mi lenguaje (I, VIII, cap. XVIII). (Pupo-Walker p. 134)

El inca se ha integrado a una mentalidad católica española pero no puede (ni quiere) olvidar su origen. Este conflicto lo integra en un proyecto común y nos plantea que: la cultura inca, su concepción teológica, su destino religioso, son un estado previo al cristianismo. Lo predicen y lo hacen posible. Ambos forman parte de un destino; no de un choque de mentalidades, de culturas.
Garcilaso nos recuerda que si bien los cronistas anteriores a él atribuían a la cultura incaica una enormidad de dioses a los que adoraban, él nos aclara que efectivamente había quien adoraba a cualquier cantidad de dioses pero matiza que no se trataban de sujetos inmersos en la cultura inca sino a culturas antecesoras. El Inca hace la distinción entre la etapa pre-incaica y la etapa del imperio Inca en si. La adoración a múltiples divinidades, nos dice Garcilaso, pertenece al marco de las civilizaciones pre-incaicas.
Recupera también el orgullo del mestizo y nos dice: "A los hijos de español y de inca….nos llaman mestizos. Por decir que somos mezclados de ambas naciones: fue impuesto por los primeros españoles que tuvieron hijos en indias y por ser nombre impuesto por nuestros padres y por su significación, lo llamo yo a boca llena y me honro con el"
A lo largo del texto vemos entonces que el inca como los de su época tiene una concepción humanista de la historia y hace una reivindicación de los incas, en un contexto español ciego a la posibilidad de algo bueno o verdadero fuera del dogma católico.
Siguiendo esta línea de asimilar a ambas culturas por medio de la religión, el Inca cuenta que tenían los Reyes Incas en el Cuzco una cruz de mármol fino, de color blanco y encarnado, además de no saber exactamente desde cuándo la tenían ahí. Y no sólo esto sino que en todo el libro vemos esfuerzos de Garcilaso por hermanar ambas culturas y se sirve de testimonios dados por españoles que sirven como autoridades que le otorgan verosimilitud a su idea. Por ejemplo retoma lo que dijera el padre Blas de Valera dice: Los que comían carne humana, que ocuparon todo el imperio de México y todas las islas y mucha parte de los términos del Perú, guardaron bestialisimamente esta mala costumbre hasta que reinaron los Incas y Españoles"
Recordemos que en la España del siglo XVI la posición y distinción social se alcanzaba mediante la sangre, las armas, la iglesia o las letras. En una clara búsqueda por identificarse y sentirse parte de los vencedores Garcilaso incursiona en las cuatro vías para ser reconocido socialmente, aunque sin duda las letras y la iglesia dominarían el resto de su pensar.
Retomando una vez más la idea trinitaria de los cristianos vemos que para el Inca Garcilaso dicha jerarquización le sirve para demostrar, otra vez por via religiosa, lo cerca que estaban los incas de los españoles. Por un lado tenemos un dios único, el sol; y por el otro el espíritu universal de Pachacámac: El padre y el espíritu santo. Jesucristo es para ambos el hijo, justifica la conquista y a la vez dignifica a los Incas.
Para el inca, comparando de nuevo a los incas con los españoles, había notables semejanzas también en el ámbito político. Para el tanto para unos como para otros el poder procedía de Dios único y este poder no llegaba al pueblo sino por medio de intermediarios únicamente.
Hasta cierto punto, el Inca Garcilaso se opone a Guaman Poma, recordemos que Guaman Poma cree en el porvenir de la cultura inca y pide la abolición de la colonia. A diferencia de él, El Inca Garcilaso ve a los incas como una etapa superada, como una especie de escalón, muy importante y significativo, hacia el cristianismo, hacia lo español.
A pesar de esto, ha quedado latente que no deja de lado los tres objetivos que hemos mencionado anteriormente y que su intento de reivindicación hacia la cultura inca no choca con esta mediación para lo definitivo, viendo lo definitivo como el orden imperante en occidente, el cristianismo.
Dentro de su obra encontramos un pequeño fragmento del cap. II del segundo llibro donde habla de cómo los reyes incas y los amautas rastrearon al verdadero Dios que crió y creo el cielo y que lo llamaron Pachacamac. Con esto Garcilaso busca demostrar que los incas habían alcanzado un nivel de abstracción que incluso podría compararse con el alcanzado por grandes culturas como Grecia y Roma. Así mismo trata de evidenciar que su pueblo había alcanzado este conocimiento de forma "natural" sobre un dios único, dios que bien podría ser el cristiano.

Conclusión

Si bien dar una conclusión definitiva respecto a la identidad del Inca Garcilaso de la Vega reflejada en sus Comentarios reales de los incas resulta demasiado complejo y requiere de un estudio más a fondo aunado a un entendimiento más completo y cabal del contexto en el que se desenvolvió el Inca, si podemos establecer una línea a seguir al respecto. Encontramos en el Inca Garcilaso no sólo al hijo de una princesa incaica y un español noble, no se trata sólo de un mestizo que dadas las circunstancias se situó en un lugar excepcional y que probablemente no tenga parangón alguno en las historias de la conquista del llamado Nuevo Mundo. Garcilaso viene a ser el "mestizo cumbre," es el producto de ese mestizaje no únicamente genético sino que viene a ser el producto de un intenso choque de culturas, costumbres, cosmovisiones, si con similitudes pero también con enormes discrepancias. Es dentro de este entorno de diferencias donde la figura del Inca se magnifica y sobresale, por un lado su tradición basada en la oralidad es innegable, tradición bajo la que vivirá veinte años; por el otro lado Garcilaso se encuentra con una sociedad que ya se basa casi por completo en un lenguaje escrito. Sólo alguien con la ascendencia del Inca podría haber tenido un contacto tan franco con estas dos formas constitutivas de lenguaje al grado de apropiarse de ellas y mezclarlas en una sola obra, los Comentarios reales de los incas.
Los Comentarios reales son entonces un constante dialogo entre ambas culturas, es cierto que por lo trabajado anteriormente podemos vislumbrar una inclinación por justificar y dignificar a la cultura inca, sin embargo no hay que perder la vista que esta inclinación la hace manifiesta desde el bando "vencedor", solo cuando ya es considerado una autoridad en España es cuando nos presenta estos textos, es decir, nos plantea esta necesidad de justificación y reencuentro con su pasado desde el poder, nos dice que efectivamente la conquista del imperio inca era algo que tenía que suceder pero se ayuda de su condición de inca. No se limita con dar su versión de lo acontecido sino que corrige y desautoriza las versiones anteriores: la idea que tenían en España era equivocada y él llega para enmendarla y modificarla. No sólo reivindica a su cultura materna sino que remueve los cimientos de España y altera una concepción que ya se encontraba plenamente establecida en occidente. Los originarios del Nuevo Mundo no son ningunos barbaros, el Viejo Mundo es más parecido a este de lo que ellos creen y de alguna forma ambas culturas, ambos mundos pueden coincidir en uno sólo. Eso es el Inca Garcilaso y eso nos plasma en sus obra, él es esa fusión armoniosa, aunque no inmutable, de dos culturas, el es la más pura oralidad y la más elaborada escritura, es inca y español, es el Viejo y el Nuevo Mundo en uno solo. Eso mismo son sus Comentarios reales de los incas, una dualidad de culturas y visiones que tienen valía para ambas partes, su verosimilitud e importancia están ahí, no son simplemente comentarios reales por un bagaje de la cultura más amplio. Son reales por que el Inca Garcilaso de la Vega los escribe, el hijo de realeza inca y española, el mestizo cumbre.


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