LA DIMENSIÓN MARÍTIMA DE LAS ÓRDENES MILITARES DURANTE EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XVII

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Descripción

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ANEX03 PUERTO DEcADlZ

EN 1778: IMPORTACIONES

GENERAL, 2.415

To~o :tI=. S'o"+I.~O 'C: Acks de. lq. X

Corn

POR EL SISTEMA DE LIBRE COMERCIO

R. veIloR:

R. veIloR ,Santisima Trinidad

,28.559

N.' S.' del Carmen

2.446

N.' S.' del Rosario

2.663

San Juan Bautista

N.' S.',del Carmen Santa Rosalia , N.' S.' del Buen Camino

0

: Senor San Jose

12.950

: Santo Cristo del Calvario

s:~

13.464

\'N.'

25.254

San Francisco de Paula

\ Principe Carlos

13.772

Senor San Jose las Animas

: N.' S.' del Rosario

42.841

N.' S.' del Carmen

89.13 7

N.' S.' de la Merced

J ase

: SenorSan : San Jose :N.'S.'

: Ramo de Oliva : N.' S.' del Carmen N.' S.' del Buen Viaje

. .San . -

Juan Bautista

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-

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: ,San Quircey

.

San Cayetano

38.072 5.515

Santisima Trinidad

1:468

N.' S.' de la Cinta

5.173

Virgen del Carmen

43.259

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N.' S.' de la Misericordia .

Santa Julita

N.' S.' de la Concepcion

32.240 1.300 0

,.Santo Cristo del Calvario, La Luz

Santa Rosalia

16.274

N.' S.' del Rosario

39.777

Santo Angel de la Guarda

Santa Faz • San Jose San Cristobal San Buenaventura

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N.' S.' de Belen JesiisNaza~re~n~0~~~_~

0 2.217 516

154 : 27.7i j,'j

San Jose

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San Francisco de Paula

8.347 12.608

San Jose

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TOTAL

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Tras la conquista de Granada, Y la expulsi6n del secular enemigo, se agudizaron las contradicciones intemas en el seno de las Ordenes Militares sobre su raz6n de ser (pre~entes ya desde finales del siglo XIV), pues el principal objetivo que justificaba su presencia habia desaparecido, y ahora debian encontrar un nuevo lugar en la sociedad de principios del siglo XVF. La politica de expansion por el norte de Africa, de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, podria ser el marco ideal en el que estas milicias desarrollaran todo su potencial belico, pero 10 cierto _es que, coincidiendo con estas campanas, la Corona empez6 a ver con buenos ojos que los comendadores de las Ordenes Militares, en lugar de concurrir con su

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La realizaci6n de eslll eOlliunicuci6n hu sido posihlc, en grun Illedidn. gl'llcius u unu Beca Doctoral, concedida porIa Fundnci6n Caju Mndrid. al proyeclo l.ilulndo «Nohll1zn. gUl1lTny scrvicio a la Corona. Los caballeros de hl,hi(o en eI Higlo XVI!),. Regia de la orden de la eablll/erill dt' SlIn/lllgo, COli nO/II.I' ,w/I/'/' IIlglII/O.l' tic ,\'14.1' capl/ulo,I' y un apendice de varias documen/o. Madrid, 17l) I. Xl). POSTIOO CASTELLANOS, E., «Cnhulleros del Hey Cllit'lliell. l>isel10 de una nobleza confesionab>, en llispania, 189, 1995, 175·176,

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Ulusulmanes), el sometin;iento de los moriscos granadinos (1568) y en la batalla de Lepanto (1571) ..p~ro poco despues, pOt «no tener partedonde se recogiesen y tuviesen guarda segura, se deshlcleron y desarmaron por causas bien leves»9.

persona y las lanzas correspondientes a su encomienda, 10 hicieran con una cantidad en metalico, dependiendo de la riqueza generada por cada una de ellas\ Con todo, a mediados del siglo XVI, se trato de estimular la vertiente militar de estas corporaciones, en concreto de la dimension naval. En suma, se trataba de que mantuvieran a su costa una serie de galeras, con las cuales contribuir a mejorar la seguridad del litoral peninsular4• Segun Fernandez Izquierdo, esto fue posible porque se consigno parte de las cantidades que los titulares de las encomiendas debian satisfacer en concepto de lanzas, para el mantenimiento de estos navios'. En cuanto al origen de esta obligacion, segun De la Mota, quedo codificada a mediados del siglo XVI, el principe Felipe mando celebrar Capitulo General de la Orden de Santiago, en 1551, cuyos acuerdos aparecen en los establecimientos del ano 1565. En ellos se alude a la obligacion que los caballeros de la orden de Santiago tienen de estar «diestros y expertos en la orden de pelear contra los enemigos de nuestra santa fe catolica», para 10 cual se ordena que los aspirantes al habito «han de estar un verano y hacer' en las dichas galeras profesion, sin dispensacion alguna,que en otra parte la pueda hacer. Y entendemos que el verano sea hasta que las galeras paren y, por causa del invierno, dejen de

Con todo, sabemos que en el Capitulo General celebrado en Madrid elafio 1573, se acordo nombrar un contador que se hiciera cargo de los fondos destinados al mantenimiento de las galeras'o. Ademas, ese ano se entregaron a Sancho Biedmall, general de las galeras de la orden, 84 esclavos para que sirvieran en ellas como galeotes, cuyo valor ascendia a 3.150.000 maravedies, los cuales fueron pagados Con cargo alas rentas de esta milicia. Pero tras la pertinente reclamacion, formulada en este Capitulo, la Corona se comprometio a reintegrar dicha cantidad, aunque fodavia se quedaban debiendo mas de 2 '2 millones de maravedies por este conceptol2• La orden de Calatrava tambien contrajo obligaciones similares, {;'luessegun refiere Rades los aspirantes a vestir el habito de esta milicia, debian prestar se~icio en las galeras durante 6 meses y, ademas, presentar testimonio de haberlo hecho13• Esta exigencia todavia estaba vigente a mediados del siglo XVII, segun refleja Francisco de Ocampo, al tiempo que hace hincapie en la funcion militar de estas corporaciones y la importancia de que los caballeros adqllieran experiencia y destreza en el manejo de las armas, segun se estableci6 en su momentol4,

y Andrada,

navegar»". AI parecer, en esta ocasion las reflexiones teoricas se tradujeron en resultados pn\cticos, pues desde 1552 la orden de Santiago se comprometio a tener operativas cuatro galeras al mando del comendador mayor de Castilla, que a la sazonera D. Luis de Requesens, y que se financiasen con los dos quintos de la media anata de las encomiendas vacantes. Tal disposicion fue ratificada en 1553, y confirmada por bula papal de Julio III ese mismo anol. En cuanto a la financiacion, Fernandez Izquierdo apunta que, entre 1552-1559 se consignaron 25.000ducados anuales para tal fin, procedentes de los fond.os de estas corporaciones (rentas de la mesa maestral, encorniendas y demas beneficios de la orden)N. No oQstante, el objetivo se alcanzo parcialmente, ya que solo tres estuvieron finalmente operativas, las cuales fueron asignadas, en 1561, alas Galeras de Espana, donde estuvieron presentes en la reconquista del Penon de Velez de Ia Gomera en 1564 (pues en 1522 habia sido tomado de nuevo por los

Pese a todo, a paliir de las decadas finales del Quinientos, se asiste a la consolidaci6n y fortalecimiento de una corriente de pensamiento, caracterizada por unos phmteamientos sumamente criticos con el estado y la funci6n de estas corporaciones en la sociedad del momento. Como podremos comprobar, esta tendencia se vera fortalecida durante las decadas siguientes, y dara Illgar a una amplia polemica entre sus partidarios ysus detractores (0 mas

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10

FERNANDEZ IZQUIERDOJ .. «Los caballeros cruzados en el ejercito de la Monarquia Hisp{mica durante los siglos XVI y XVI!: i.anhelo 0 realidad'?». en Re\'ista de Historia Moderna. Anales de la Univer-

principio de ella. (De acuerdo al Capitulo General celebrado en Toledo-Madnd.

Henares. 1565. , FERNANDEZ IZQUIERDO. F..

Ofl.

cif .. 25.

1560-1562). Alcala de

Era oriundo de la ciudad de Baeza (Jaen), y prest6 servicios militares en los ejercitos de Carlos V, donde alcanz6 el empleo de capitan. En 1543 recibio el habito de la orden de Santiago, al tiempo que se Ie enco,mend6 la defensa de la costa de yranada, y posteriormente el generalato de las galeras de la orden de SantIago. Algunos datos en UHAGON, F. R. de, «Desafio entre Rodrigo de Benavides y Ricardo de Merode», en Boletin de la Real Academia de la Historia, 40, 1902, 177-251. 12 Establecimientos de la orden ..., fol. II0r-v. 13 RADES Y ANDRADA, F., Catalogo de las obligaciones que los comendadores, caballeros, priores y otros religiosos de la orden y caba/lerla de Calatrava, lienen en ./imci6n de su hilbito. Madrid, 1571. Fol. 52v. . II

sidad de AlicclI1te. 22.2004. 15-17. En este sentido. los primeros ailos del reinado de Felipe I! son testigo de una ofensiva pOl' parte de las escuadras musulmanas. tanto las otomanas como las de los corsarios berberiscos. contrala Cris~iandad. No sabemos si estos reiterados. ataques luvieron algo que vel' con la decisi6n de vinculaI' alas Ordenes Militares con el servicio naval. pero 10 cierto es que. cualquier ayuda que se pudiera conseguir en este sentido seria bien recibida. BUNES IBARRA. M.A. de. «La defensa de la Cristiandad; las armadas en el Mediterrill1eo en la Edad Modema». en C/ladernos de Historia Modema. An~ios. 5. 2006. 83-85. FERNANDEZ IZQUIERDO. F.. op. ci/ .. 20 (, DE LA MOTA. D.. Tratado sohre /In prohlema en el q/le se adl'ier/e como.\'e ha de pretender el hcrbitode las 6rdenes mi/i/ares I' Ius pmlres encwllinar a S/l.\'hijos. Valladolid. 1603. tols. 201'-231'. i Regla.l' es/ablecimie,;/os. de la orden de 10 calwl/erla de Salltiago del ESfiada. COlila historia del ori:'Jen .I'

Discurso sobre el ejercicio militar de las Ordenes Militares para la defensa de las costas de Africa. S.f., s.1. (probablemente de Ios ailos inmediatamente posteriores a la expulsion de los moriscos). BN, Mss, 9442. Fol. 132v. Establecimientos de la orden de Santiago (segun el Capitulo celebrado en Madrid en 1573). Madrid, 1577. Fol. 1101'. .

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«(...) se cstableci6 que cn noviciado dc eslos caballeros fucsc scis IlICSCSen las galeras con eertificacion de su capitanes gencmics y Ull IlICScn cl convcnlo lIprclldicndo la rcgla y lIsperezas de ella, como consta en cl capilulo H del tllulo 5 dcl t~Nlablceilllilmto dondt, se dice pOl' 10 quc para el fin principal de la orden, que es In defenso de III fe, illlporta que los caballeros I~ngnn cxpcriencia y ejerciciode las armas». OCAMPO, F., OlJI/gaclonlw de los cabal/eros de II/ rl'iiMirlndl' Santiago por (...). S.f., s.l., (posiblemente de mediados del siglo XVlI). UN, Mas, H51. 1"01.45r. _

concretamente, los que abogan por una renovaci6n profunda de las Ordenes Militares, muy pr6ximos a la corriente arbitristaI5). En este sentido, los auto res inscritos dentro del grupo de «renovadores» presentan una serie de puntos en comun: en primer lugar, el deseo dereforzar el vinculo entre Ordenes Militares y valares castrenses, al tiempo que se busca resucitar el espiritu de cruzada y lucha contra el infiel (tanto musulman como luterano 0 calvinista). La segunda similitud, y muy relacionada con la anterior, se refiere a la legitimidad de utilizar las rentas de estas milicias en proyectos cuyo objetivo ultimo sea, precisamente, el potenciar su dimension militar. De la misma manera,el virtujll destinatario de sus escritos es el estamento nobiliario (entendido en sentido amplio, pues se abarca un amplio espectro de realidades: nobleza titu'lada, hidalgos, caballeros. En concreto, se identifica un notorio inte-' res hacia sus miembros mas jovenes, pues se les trata de ofrecer un modo de vida gracias al cual puedan, cuando menos, igualar las hazanas belicas de sus pasados), con el objetivo de insuflar nuevo brios al binomio nobleza-guerra, el cual, segun algunos tratadistas, mostraba sintomas preocupantes

de disolucion.

La cuarta coincidencia hace referencia a la problematica servicio-recompensa, que no parecia discurrir por los conductos adecuados. As!, asistimos a un intento de poner en el primer peldano del podia los servicios prestados con las armas, frente a cualesquier otros, en 10 referente al acceso a los habitos y encomiendas de las Ordenes Militares. Asi, el servicio en las galeras podria ser un buen camino para corregir las deficicncias existentes en esta materia, y reconducirla hacia' otros parametros mas acordes con 10 que demandaban tales autores. En quinto y ultimo lugar, comparten argumenlos mas «rcalislas», pues no se puede ignorar que, tanto el Mediterraneo como el AtUlI1tico, cran tcatros dc operaciones que se caracterizaban par la inseguridad, aspecto que repercutia negalivamente en las relaciones comerciales de la monarquia espanola. En este sentido, mas alia de disposiciones teoricas, se imponia la necesidad de asegurar las rutas navales, y limpiar de enemigos unas zonas tan sensibles como aquellas para los intereses espanoles. Uno de los escritos en los que se reflejan estas sensibilidades, es lIll memorial surgido de la pluma de Ramon Ezquerra, el cual fue dado a conocer en noviembre de 15, en GARciA HERNAN, E. Y MAFFI, D. (Eds.), Guerray sociedad en la Monarquia Hispcmica: PoUtica, estrategia y cultura en la Europa Moderna (1500-1700), Madrid, 2006, Torno II, 691-708. I' Ibidem. 70 I. IU /llItlllMn de 10,1'trl'lnla y s(!/s fII/la calwllo y denIo cincuenta mil infantes con la traza para haber m/mll,),\' dt· /rl.l' /lrdemw dc Sanlla!-to, Chris Ius, Monlesa, Stm Juan, Calatrava y Alcantara, para conquis11Irla /lcrlJt'rla y dl!ji'/IIkr l'i l/e/rlO, I'Ompuesto pori). I/I/fad de la Barreda y Figueroa, vecino de Madrid, ellriM/do a la fIIl/Jewladdel rc'y /)0(1 Felipe, ifill' Dio,~ guardl' fIIuchos aflos. S.f., 5.1. AGS, Estado, Leg. 4l):J.l\didblll1lodtmlll: ! de fl. 114al'! dl' la /larrcda y F/J.:IWroll,Mudrid, 2003, 101-116. '" SCgl1ll HIIeritIJrio, noH CIlL,olllrnrlullloH untIJ l\IlO de IOHprcecdclllcs del proyccto. de la Uni6n de Armas, prescntuuo u Felipe IV en 1624. 1/Jit/('//I, pp. 1J6-l:1H. 2\ Ibidem. 121.

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Pero su designio no solo se circunscribia al ambito peninsular, sino que tambien buscaba la expansi6n por el norte de Africa; en suma, Ia conclusi6n de la tarea-iniciada por los Reyes Cat61icos y el cardenal Cisneros. Asi, las 6rdenes de Santiago, Calatrava, Alcantara, Cristo y Montesa, debian acometer, cada una de elias, la conquista de una plaza norteafricana, la cual pasarian a convertirse en «cabeza del maestrazgo», donde residirian los comendadores mayores junto con los caballeros de las respectivas 6rdenes22• Tras la toma y consolidaci6n de estas bases de operaciones, se pasaria a la segunda fase de su plan, la conquista de toda Berberia, que pasaria a ser dividida en 6 provincias, al igual que 10 proyectado para la peninsula.

La puesta en marcha de su proyecto no ofrece, a priori, ninguna novedad digna de meni6n, pues se reduce a que cada una de las tres milicias se estableciera en una plaza orteafricana, y tuviera a su cargo cierto"numero de galeras: Santiago 6 u 8, mientras que latrava y Alcantara gobemarian 4 cada una (loque haria un total de 14-16 galeras)26. En te sentido, nos llama la atertci6n que las hipoteticas fuerzas a despiegar sean sensiblemente feriores a las que proyectaban tanto Ezquerra como Barreda. Asi, podemos considerar su oderaci6n como una muestra de la hipotetica viabilidad de su propuesta. Pues al contrario ue otros autores, se centra en objetivos mas razonables y, por ende, mas faciles de alcanzar.

Una vez suspendidas las hostilidades en los Paises Bajos, con motivo de la firma de la Tregua de los Doce Afios en 1609, y la renuncia momentanea a alcanzar la supremacia en el Norte, todo 10 relacionado con el Mediterraneo y la lucha contra los musulmanes parece sufrir un renovado interes. En este contexto vio la luz un memorial, an6nimo, en el cual se celebraba la expulsi6n de los moriscos y el repliegue de la Monarquia Hispanica sobre el Mediterraneo. Pero junto alas cuestiones de caracter estrategico, se encuentra implfcita una critica al abandono en que han caido las Ordenes Militares y la nobleza, con respecto a sus obligaciones castrenses, deficiencia que debe ser subsanada 10 antes posible. Y la mejor manerade conseguirlo, seria vincular alas Ordenes Militares con la defensa del litoral meditemineo, la zona del estrecho de Gibraltar23 y de las plazas espafiolas norteafricanas; al tiempo que se trata de hacer atractivo el servicio militar a los subditos mas importantes de la

Considera que el establecimiento de la escuadra de galeras no debeda ofrecer demasiados problemas, pues ya hay legislaci6n vigente que la autoriza, s610 es necesario hacerla cumplir. .Se refiere a la mencionada.bula del Papa Julio III promulgada en 1553, segun la cual se 'honcedia licencia para destinar los dos quintos de la media anata de las encomiendas vacan'tes, durante dos afios, a la dotaci6n de las galeras (de las tres partes restantes, una ida dirigida al tesoro de la orden y las otras dos para reparar las encomiendas). Segun sus cMculos, si se ponsiguieran aprestar 70.000 ducados anuales, sin cargo para la Real Hacienda, ya que procederian de las rentas de las Ordenes Militares, seria posible ponerlo en marcha. Pues considera que sedan suficientes para aparejar 16 galeras a 5.000 ducados cada una27.

Monarquia24• A pesar del caracter reformista de, su propuesta, tiene unos cimientos que no destacan por su originalidad: los Capitulos Generales de la orden de Santiago que tuvieron lugar en 1509 y en 1553, los cuales se tradujeron en la determinaci6n de expandirse por el norte de Africa, a costa de los musulmanes, y el compromiso de mantener una serie de galeras operativas para contribuir ala defensa del Mediterrane025.

" «( ...) Que haciendo jornadas en Berberia, 10 primero, que se tome un puerto acomodado. Y como se haya tomado, se quede alii el comendador mayor de la orden de Santiago con todos los caballeros de su orden, y este puerto quedepara siempre para el maestre de Santiago. Yen tomando otro, se quede el comendador mayor de Calatrava con todos los caballeros de su orden. y quede este puerto como cabeza del maestrazo de Calatrava. ( ...) Y despues que esten ganados cinco puertos, para que sean cabezas de los maestrazgos, podra Y.M. mandar que con cada comendador mayor haya escuadras de galeras que sean menester para los caballeros y soldados de cad a comendador mayor». Ibidem. p. 184. " GARciA GARCiA, B. J., «La Guarda del Estrecho durante el reinado de Felipe III}), en Actas del Segundo Congreso Inlernacional El Estrecho de Gibraltar. Madrid, 1995,247-258. ,. «Viendose libre nuestra Espana del eminente peligro que la amenazaba tan de cerca con la expulsi6n de la gente mahometana, y ahora anadiendo la feliz nueva de la entrega de Larache, parece justo poner en los oj os la conservaci6n y defensi6n de provincia tan cat6lica. Que por serlo tanto, y el amparo y propugnado dela religion, tiene conmovidos contra si los animos de los enemigos de nuestra santa fe, los euales, solicitados de tanta multitud de enemigos domesticos, como 105. que han salido por la fuerza, han de inquietar el sosiego. Los unos con el animo de conquistar, y los otros con el niismo. y con otro mas de volver a su patria, que jamas podran blvidar el peligro que se puede. temer, es forzosamente el mar Mediterraneo. que es por donde ha tenido Espana sus infortunios, y por donde la han acometido las naciones extranjeras (...)>>. Discwso sobre el ejercicio militGl~.. Fo\. 13Or. " Ibidem. Fols. 130v-132r.

Pero de poco servia poder aportar los medios materiales necesarios, si no se contaba con los recursos humanos adecuados. En 10tocante a este aspecto, considera imprescindible adoptar una primera medida: convocar a todos los caballeros de habito a quienes se habia concedido «relevaci6n de galeras» (es decir, que no estaban obligados a servir en las galeras de su orden durante seis meses, una vez recibida esta distinci6n), con vistas a invalidar dicha exenci6n. La puesta en marcha de esta disposici6n ocasionaria dos grandes beneficios a la hora de alcanzar el fin pretendido. En primer lugar, se dispondda de un importante numero de individuos con los cuales llenar las galeras de cada una de las 6rdenes. Por otro lado, debido a que un numero considerable de caballeros alegarian su edad 0 la falta de salud para acudir a servir, se podria aprovechar esta circunstancia para exigirles el pago de una cantidad en metMico, que el autor establece en 500 ducados, la cual serviria para destinarla a gastos militares28.

26 27

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Ibidem. Fa!. 13lr. Esta cifra se alcanzarla de varias partidas. En primer lugar, 15.000 ducados procedentes de la media anata de las encomiendas vacantes; otros 5.000 que tenian asignados para la repllraci6n de sus fortalezas; 30.000 ducados procedentes de la venta de trigo norteafricano y los 20.000 restantes de los ingresos generados por un deposito de 400.000 ducados, que saldrla de la venta de las dehesas de las Ordenes Militares, cuyo rendimiento'no es el deseado. Ibidem. Fois. 136r-137v. «(...) Y mandando S.M. que todos los caballeros de las 6rdenes, a quienes tiene concediQas relevaciones de galeras, con que las hayan de ir a servir cuando se les ordellare, que vayan a cumplir con su obligaci6n, se harlan dos efectos: el uno, que ycndo los que no tienen impedimento, se poblarian las galeras de gente principal, y el otro, que no podnl dejar de haber muchos quc tuvicscnlegltimo impedimento, 0 por la edad o por la enfermedad, y a estos se les podrla conrnutar III residcncia en 500 ducados a cada uno, que los danln de muy buena gana. Y son tantos, que de todns Ins brdencs, los que se excusasen legitimamente, se puede entender pasarian de 300, que vienen a ser 150.000 dllcndos, que no seria de pequefia aynda. Asi para asentar este negocio tan importante, como para sitllar alguna renta para 10 de ade1ante». Ibidem. Fo!. 137r.

Como seria imposible cubrir las plazas necesarias solo con los caballeros de habito, sera necesario buscar m:is efectivos. Para ella, propone asociar a este designio a parte de las guarniciones norteafricanas.; en concreto de Oran (1.500 infantes y 200 caballos), de donde se podrian tomar 500 soldados, el Penon de Velez de la Gomera y Melilla, pues alIi
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