“La cosmética en la antigua Roma: concepto, modalidades y recetas”, Gesabe. Revista sobre Género, Salud y Belleza 1 (2014), 71-81. ISSN 2386-4257

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Descripción

Gesabe Revista sobre Género, Salud y Belleza 1

Asociación de Estudios Históricos sobre Género, Salud y Belleza Córdoba

Imagen de portada: Retrato de Elizabeth Wharton Drexel. Giovanni Boldini (1842-1931)

EDITA Asociación de Estudios Históricos sobre género, salud y belleza. CONSEJO DE REDACCIÓN María Dolores Ruiz Sotillo, Rocío García Bueno, Teresa Mª Criado Vega, Adolfo Hamer Flores. SECRETARIA Y ADMINISTRACIÓN GESABE Reyes Católicos, 11, 2º, A 14001 Córdoba MAQUETACIÓN María Dolores Ruiz Sotillo ISSN 2386-4257 Las opiniones sostenidas por los autores de los artículos reflejan solamente su criterio personal. La redacción de GESABE no hace suyos necesariamente esos puntos de vista. Toda la correspondencia deberá ser dirigida al domicilio de la Asociación de Estudios Históricos sobre genero, salud y belleza, Reyes Católicos, 11, 2º, A, 14001, Córdoba.

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Gesabe Revista sobre Género, Salud y Belleza 1

Asociación de Estudios Históricos sobre género, salud y belleza

Córdoba, 2014

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INDICE

Prólogo……………………………………………………………………………………

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Artículos:

- MARÍA DOLORES RUÍZ SOTILLO, El vino en la evolución del ser humano……….. 8 - HAYAM ABDOU, Relatos de madres e hijas en la narrativa femenina española: relatos en el espejo………………………………………………………………………..

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- GABRIEL LAGUNA MARISCAL, La cosmética en la antigua roma: concepto, modalidades y recetas…………………………………………………………………..

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- ROCÍO GARCÍA BUENO y ADOLFO HAMER FLORES, La Beneficencia en Jaén. El Hospital de la Misericordia – San Juan de Dios……………………………………….

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- TERESA MARÍA CRIADO VEGA, La belleza y el cuidado de la mujer entre la edad media y los tiempos modernos………………………………………………………….

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BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN…………………………………………………………….. 123

NORMAS DE PUBLICACIÓN………………………………………………………….

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LA COSMÉTICA EN LA ANTIGUA ROMA: CONCEPTO, MODALIDADES Y RECETAS

Dr. Gabriel Laguna Mariscal Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media Universidad de Córdoba

Resumen: El uso de la cosmética, tanto conservativa como decorativa, se remonta a épocas muy tempranas de la Humanidad. Por ceñirnos a culturas del Mediterráneo, el maquillaje tuvo mucha importancia en el Egipto antiguo, en Grecia y en Roma. En este trabajo se pasa revista al concepto de cosmética en la Antigüedad, a sus dos modalidades (conservativa y decorativa), a las fases históricas del uso del maquillaje en la Roma antigua y a las principales recetas y productos usados en cada una de las dos modalidades. En cosmética decorativa, se buscaba implementar la combinación ideal de tez blanca y rojo del rubor. Palabras clave: Cosmética, maquillaje, antigua Roma, recetas. Abstract: The use of cosmetics is a well established practice from very ancient periods of Mankind. There are two main purposes for the use of cosmetics: preservation and adornment. Make-up was much practiced in Ancient Egypt, Classical Greece and Ancient Rome. In this paper, the concept of cosmetics, its two main modalities, and the main recipes and products used in Ancient Rome are documented and discussed. In decorative cosmetics, the preferred ideal beauty was a combination of pale skin and red blush. Keywords: Cosmetics, make-up, ancient Rome, recipes.

Introducción

En todas las culturas antiguas que se desarrollaron en torno al mar Mediterráneo (Egipto, Grecia, Roma), el uso de cosméticos se hizo muy popular, especialmente entre las mujeres. Nos proponemos presentar un panorama sobre el uso de los cosméticos en la Roma clásica. Distinguiremos, en primer lugar, el

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concepto de cosméticos y las dos modalidades principales de cosméticos que se distinguían en la Grecia y Roma clásicas: conservadora y decorativa. Posteriormente trazaremos un esbozo de la historia de los cosméticos en la Roma antigua, desde la etapa arcaica a la tardía. Pasaremos revista a los principales productos y recetas usados. 1. La cosmética en la Roma Antigua

1.1 Concepto y tipos de cosmética

Entendemos por cosméticos cualesquiera de los productos, de origen vegetal, animal y mineral, que se aplican artificialmente (ars) al cuerpo (especialmente, a la cara), por parte sobre todo de las mujeres (pero sin excluir a los hombres), con el doble propósito de preservar la belleza natural y de incrementarla. Es lo que, siguiendo al médico griego Galeno (XII 434-435), llamaremos aquí cosmética conservativa (kosmētiké téchne) y cosmética creativa o decorativa (kommētiké téchne). A esta distinción alude expresamente el inicio de la obra de Ovidio Medicamina faciei

femineae: Discite quae faciem commendet cura, puellae, / et quo sit uobis forma tuenda modo (Ov. Medic. 1-2), “Aprended qué tipo de cuidado acicale el rostro y mediante qué procedimiento ha de ser preservada vuestra belleza”1.

1.2 Panorama sobre los orígenes de la práctica

El uso de cosméticos se remonta a épocas remotas de la Humanidad y puede relacionarse con otras prácticas que en la Antigüedad compartían el mismo fin de contribuir al ornato (ornatus, cultus) de la persona, como el acicalamiento del cabello, la aplicación de perfumes y el lucimiento de joyas2. 1

Luis RIVERO GARCÍA, “Estructura y valor literario del poema ovidiano sobre cosméticos”, La obra amatoria de Ovidio, Ed. José Luis Arcaz, Gabriel Laguna Mariscal y Antonio Ramírez de Verger, Ediciones Clásica, Madrid, 1996, pp. 125-127. 2

Tratamientos generales sobre del ornato femenino en Roma: Conceta BARINI, Ornatus muliebris. I gioelli e le antiche romane, Loescher, Torino, 1958; John PERCY VYVIAN DACRE BALSDON, Roman women: Their History and Habits, The Bodley Head, London, 1962, pp. 252-265; José GUILLÉN, URBS ROMA. Vida y costumbres de los romanos. I. La vida privada, Ediciones Sígueme, Salamanca, 1989, pp. 265-329; Antonio María MARTÍN RODRÍGUEZ, “Eres alta y delgada: estereotipos de la belleza femenina en la literatura romana”, El cuerpo, Eugenio – Santana Padorno, Editado Excmo. Ayuntamiento de Arucas – Fundación canaria Mapfre Guanarteme – Servicio de Publicaciones de la ULPGC, Las Palmas de Gran Canaria, 2005, pp. 45-92; Alicia MARTÍNEZ CRESPO, “La belleza y el uso de afeites en la mujer del siglo XV”, Dicenda 11, 1993, pp. 197-221; Rosario MORENO SOLDEVILA, “Descripción de la belleza de la amada”, Diccionario de motivos amatorios en la literatura latina (siglos III a. c. – II d. c.), Edita Rosario Moreno Soldevila, Universidad de Huelva, Huelva, 2011, pp. 136-137; Rosario MORENO SOLDEVILA, “Joyas”, Diccionario de motivos amatorios en la literatura latina (siglos III a. c. – II d. c.), Edita Rosario Moreno Soldevila, Universidad de Huelva, Huelva, 2011, pp. 213-215; Rosario MORENO SOLDEVILA,

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Fig. 1. Figura de dama egipcia perfumándose. Tumba de Nebamum (1400-1350 a.C.).

En la cultura egipcia la cosmética, tanto conservativa como decorativa, estuvo muy bien considerada en las clases medias y altas. De hecho, su uso estaba incluso legitimado por un episodio mítico de carácter etiológico: el dios Horus perdió un ojo en su lucha con su tío Seth e inventó el maquillaje para disimular su mutilación facial. Consiguientemente, los egipcios fueron probablemente el pueblo antiguo que más desarrolló el arte y práctica del maquillaje. Cabe recordar el uso de polvos para blanquear la cara y de una máscara negra (llamada kohl, fabricada mediante la molienda de la galena) para perfilar los ojos. En los frescos egipcios estamos acostumbrados a contemplar el claro perfilamiento de los ojos de hombres y mujeres (fig. 1). En la cultura griega las mujeres atenienses blanqueaban sus mejillas con albayalde (carbonato básico de plomo), pues la tez blanca se consideraba signo de estatus social elevado (Grillet, 1975: 97-100). En Roma3 es de suponer que se conoció el maquillaje desde la época primitiva, si bien los autores de época imperial especifican retrospectivamente que las romanas “Perfumes”, Diccionario de motivos amatorios en la literatura latina (siglos III a. c. – II d. c.), Edita Rosario Moreno Soldevila, Universidad de Huelva, Huelva, 2011, pp. 319-321. 3

Tratamientos generales del maquillaje en Grecia y Roma son John PERCY VYVIAN DACRE BALSDON, Roman women: Their History and Habits, The Bodley Head, London, 1962, pp. 252-265; Andrea

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antiguas no usaban maquillaje, lo que se interpreta in bonam partem como indicio de moralidad (Marcial X 58, 3-4) o in malam partem de rusticidad y primitivismo (Ovidio, Medicamina 11-16). Se considera, en todo caso, que desde el siglo II a.C. se incrementaron todas las prácticas relacionadas con el lujo y al refinamiento, incluyendo la del maquillaje, por influencia de la cultura griega de época helenística 4. Los historiadores de la época, incluyendo a Valerio Antias y a Catón el Censor, interpretaron esta tendencia como una muestra de declive moral y dataron el cambio en el año 202 a. C., como corolario indeseable de la victoria romana sobre los cartagineses en la Segunda Guerra Púnica (Balsdon, 1962: 33). De hecho, sobre esta época se intentó poner coto al lujo excesivo en el ornato de las mujeres mediante una ley suntuaria, la Lex Oppia, vigente entre el 215 y el 195 a.C. La abolición de la ley en el Senado del año 195 a. C. contó con la oposición del mismísimo Catón, quien pronunció un vehemente discurso en contra de la derogación, transmitido luego por el historiador Tito Livio5. En 189 a. C. se prohibió (sin lograr gran efecto) el uso de cosméticos y de unguenta exotica, “pontigues foráneos” (Plinio, Naturalis Historia XIII 24). No es casual que sea en esta época cuando se documentan literariamente las primeras referencias hostiles al acicalamiento femenino en Plauto y en Terencio, en forma de denuesto del maquillaje (Laguna Mariscal, 2002).

KNECHT, Gregor von Nazianz. Gegen die Putzsucht der Frauen, Winter, Heidelber, 1972, pp. 39-55; Agustín F. SABOT, Ovide poète de l´amour dans ses oeuvres de jeuness, Orphys, Paris, 1976, pp. 394398; Gianpero ROSATI, Ovidio. L cosmetici delle donne, Marsilio, Venecia, 1985, pp. 9-20; Ángela BRAVO, Femenino singular. La belleza a través de la historia, Alianza, Madrid, 1996; Luis RIVERO GARCÍA, “Estructura y valor literario del poema ovidiano sobre cosméticos”, La obra amatoria de Ovidio, editores José Luis Arcaz, Gabriel Laguna Mariscal y Antonio Ramírez de Verger, Ediciones Clasica, Madrid, 1996, pp. 112-142; Luis RIVERO GARCÍA, Publio Ovidio Nasón. Obra amatoria II […] Cremas para la cara de la mujer, CSIC, Madrid, 1998; Gabriel LAGUNA MARISCAL, “Un tópico satirico: el denuesto del maquillaje femenino”, Estudios de literatura comparada, Editores, José Enrique Martínez Fernández, SELGyC, León, 2002, pp. 339-351; Susan STEWART, Cosmetics and perfumes in the Roman World, London, Tempus Publishing, 2007; Gabriel LAGUNA MARISCAL, “Cosmeticos”, Diccionario de motivos amatorios en la literatura latina (siglos III a. c. – II d. c.), Edita Rosario Moreno Soldevila, Universidad de Huelva, Huelva, 2011, pp. 109-112. 4

Es lo que denuncia Juvenal (VI 286-313). Para este incremento del lujo en Roma, véanse John PERCY VYVIAN DACRE BALSDON, Roman women: Their History and Habits, The Bodley Head, London, 1962, pp. 32-37; Jasper GRIFFIN, “Augustan Poetry and the Life of Luxury”, Jorunal of Roman Studies, 1975, pp. 1-31. 5

Sobre la Lex Oppia, las fuentes romanas son Tito Livio XXXIV 1-8; Tácito, Anales III 33-34; y Valerio Máximo IX 1; léanse John PERCY VYVIAN DACRE BALSDON, Roman women: Their History and Habits, The Bodley Head, London, 1962, p. 33; Francisco GARCÍA JURADO, “Las críticas misóginas a las matronas por medio de las meretrices en la comedia plautina”, Cuadernos de Filología Clásica. Estudios Latinos 4, 1992, pp. 39-48; “Las críticas al exceso ornamental femenino en la comedia latina a partir de los recursos relativos a la Lex Oppia”, Minerva 6, pp. 193-208; “Recursos léxicos en los textos relativos a la Lex Oppia”, Actas del VIII Congreso Español de Estudios Clásicos, SEEC, Madrid, Vol. I, pp. 527-531; Gabriel LAGUNA MARISCAL, “Un tópico satirico: el denuesto del maquillaje femenino”, Estudios de literatura comparada, Editores, José Enrique Martínez Fernández, SELGyC, León, 2002, pp. 339-340. Tito Livio transmite una versión del discurso de Catón en XXXIV 3-4.

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Fig. 2. Monumento funerario de Neumagen, anterior al año 220 d. C. Origen: Trier, Rheinisches Landesmuseum. Fotografía: Barbara McManus, 2013. VROMA

El uso del maquillaje se difundió más en época imperial (fig. 2), como atestiguan, a veces críticamente, autores como Horacio, Propercio, Ovidio, Marcial y Juvenal. En este momento, la práctica se extiende significativamente a los hombres, quienes se pintaban sobre todo los ojos con antimonio (stibium) o con negro de humo (fuligo). El maquillaje en los hombres es objeto especial de invectiva y repulsa (Cicerón, In Pisonem 25; Juvenal II 92-109), si bien Ovidio lo defiende como algo natural en el contexto del refinamiento general de la época (Medic. 23-26). Con respecto al maquillaje de las mujeres, los tratados más completos los encontramos en el mismo Ovidio (cf. Rivero García, 1998), quien recomienda a las mujeres el uso de maquillaje con vistas a la seducción de los hombres (Medic. 1-36; Ars III 193-208) y proporciona una lista de recetas (Medic. 51-98), pero advierte que el carácter es el mejor adorno de la mujer (Medic. 43-50) y aconseja que estos procedimientos cosméticos se apliquen a escondidas de los hombres (Ars III 209-234). Propercio coincide con Ovidio en que el mejor maquillaje en una mujer es una buena disposición y complacencia sexual para con su amante: mi formosa sat es, si modo saepe venis (II 18D, 30).

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2. Tipos de cosmética.

2.1 Cosmética conservativa

En cosmética conservadora, su usaban fricciones de aceite y de lanolina (oesypum), sustancia lípida obtenida de la lana (Ovidio, Ars III 213-14). También se usaba un emplaste llamado lomentum, hecho con harina de haba, al que se atribuían propiedades de alisar las arrugas6. Las mujeres pudientes podían también bañarse con leche de burra, que actuaba como exfoliante o “peeling” de la piel, como la reina egipcia Cleopatra y Popea Sabina, la mujer de Nerón7. Ovidio desarrolla en su obra Medicamina faciei femineae (que es la “biblia” romana sobre el tema) una introducción general (1-36), una disuasión de las artes mágicas (37-42) y una defensa del buen carácter (43-50). A estas tres partes sigue una sección de cinco recetas de carácter conservativo (51-98), a pesar del aserto inicial (1-2) de que tratará ambos tipos de cosmética (conservativa y decorativa):

1) Harina de cebada y arvejas, mezclada con huevos y bulbos de narciso. 2) Harina de altramuces y de habas, con albayalde y nitro rojo (esta receta parece una variedad enriquecida del lomentum). 3) Crema del nido del alción (no está claro si se trata de una alga o de espuma marina). 4) Incienso y sosa cáustica, con goma, mirra y miel, hinojo, rosas secas y espuma de cebada. 5) Adormidera machacada con agua. 2.2 Cosmética decorativa

Respecto a la cosmética decorativa, hay que partir de la premisa de que, hasta hace muy poco tiempo, el color que más se apreciaba en la cara femenina era la blancura o palidez (candor), especialmente cuando ésta contrastaba con el rubor (rubor) de las mejillas8. En este sentido, tanto Horacio como Virgilio aprecian el color blanco (albus, candidus) de la tez; Propercio se queja de que el color blanco (candor)

6

Marcial III 42, 1; XIV 60; Juvenal VI 472-473; Plinio, Naturalis Historia XVIII 117.

7

Juvenal VI 468-469; Plinio, Naturalis Historia XI 238.

8

Catulo LXI 186-188; Virgilio, Aen. XII 67-69; [Tibulo] III 4, 33-34; Propercio II 3, 11-12; III 24, 7-8; Ovidio, Ars III 199-200 scitis et inducta candorem quaerere creta; / sanguine quae vero non rubet, arte rubet; Ovidio, Met. III 423 in niveo mixtum candore ruborem; 491; Tertuliano, De Paenit. 11; De cult fem. II 5, 2.

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de su amada era artificial (III 24, 8); y Ovidio reconoce que el objetivo primario del maquillaje es conseguir el contraste entre blancura y rubor (Ars III 199-200 candorem quaerere creta; /... arte rubet). Por tanto, los dos colores (medicamina, pigmenta, colores) de maquillaje más frecuentemente documentados sean precisamente el blanco y el rojo (junto a un tercero, el negro, para perfilar cejas o sombrear párpados). Para el blanco se usaban principalmente tres productos: 1) el blanco de plomo (carbonato básico de plomo) o albayalde (cerussa); 2) la cera (cera), formando parte de emulsiones; y 3) la tiza o greda (creta)9. También se usaba con dicho propósito el “blanco de Melos” (Melinum), una tierra blanca de composición aluminosa (Plauto, Mostellaria 264). Los pigmentos rojos o rosados usados eran también principalmente tres: 1) el fucus, extraído de un alga marina llamada orchilla de mar; 2) el cinabrio o bermellón, un mineral del mercurio (minium); y 3) una mezcla de arcilla y púrpura, llamada purpurissum, que, además de como colorete, se usaba como carmín de labios (Cicerón, In Pisonem 25)10. También se menciona como pigmento rojo el excremento de cocodrilo11. Como negro de ojos para delinear las cejas, rimel de pestañas o sombra de párpados se usaba el antimonio (stibium) y el negro de humo, fabricado con hollín (fuligo)12. Es relevante recordar que esta preferencia perdura en la Edad Media, en el Renacimiento y llega hasta el siglo XIX. En el Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita, Don Amor aconseja al Arcipreste que busque una “dueña” en que “la su fas sea blanca, sin pelos, clara, e lisa,” (estrofa 435, v. 2). Igualmente, en La Celestina Calisto caracteriza la tez de Melibea con un color muy blanco, mezclado con rubor: “La tez lisa, lustrosa, el cuero suyo oscurece la nieve, la color mezclada, cual ella la escogió para sí” (Acto I). Y no podemos olvidar el celebérrimo Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega, en cuyo arranque se muestra el ideal renacentista de la dama de color pálido que contrasta con el rojo (“En tanto que de rosa y azucena / se muestra la color en vuestro gesto,”. vv. 1-2), el mismo ideal de belleza plasmado gráficamente por Tiziano en su retrato de Isabel de Portugal (fig. 3).

9

Cerussa: Plauto, Most. 258; 264; Ovidio, Med. 73; Plinio, Nat. XXXV 30; Marcial II 41, 11; VII 25, 2. Creta: Plauto, Truc. 294; Horacio, Epod. XII 10; Ovidio, Ars III 199; Petronio XXIII 5; Marcial VI 93, 9; VIII 33, 17. 10

Fucus: Plauto, Most. 275; Horacio, Epod. XII 11; Tibulo I 8, 11; Plinio, Nat. XII 154. Purpurissum: Plauto, Most. 261; Truc. 290; Cicerón, In Pis. 25. 11

Horacio, Epodos XII 10-11; Plinio, Naturalis historia XXVIII 109; 184; cf. Hendry, 1995.

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Ovidio, Ars III 203; Juvenal II 92; VI 366, 22; Tertuliano, De cult. fem. II 5, 2.

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Fig. 3. Retrato de la emperatriz Isabel de Portugal. Tiziano (1548). Museo del Prado .

En cambio, el aprecio por la tez morena solo surgió a partir de los años 20 del pasado siglo XX, auspiciado por Coco Chanel. Hoy se prestigia el bronceado en mujeres y hombres, a pesar de los efectos perjudiciales del sol en la salud, lo que provoca que se recurra a rayos UVA o autobronceadores para conseguir una tez morena mediante procesos artificiales. Hemos llegado al otro extremo de la trayectoria del péndulo.

3. Conclusiones

En este trabajo hemos presentado el concepto de cosmética en primer lugar. Hemos distinguido desde la Antigüedad dos objetivos básicos en el uso de la cosmética: el conservativo y el decorativo. Hemos trazado un panorama histórico sobre los diferentes períodos en el recurso al maquillaje en Roma: es de suponer que en las épocas de la Monarquía y de la República temprana el uso de maquillaje era muy parco; desde finales del siglo III a. C. se documenta un incremento sustancial de todas las actitudes relacionadas con el lujo y el refinamiento, como el uso de cosmética; por último, en época imperial el maquillaje se generaliza en las mujeres y alcanza incluso a los hombres, de modo que suscita crítica y denuesto entre muchos autores masculinos. Se han descrito los principales productos y recetas usadas en la Antigüedad en una y otra modalidad cosmética, con especial atención a la Roma antigua y teniendo en consideración los testimonios literarios. Está más documentada 78

la cosmética decorativa que la conservadora. En cosmética cuyo fin es el adorno los tres colores más usados son el blanco (para la piel de base), el rojo (para las mejillas y los labios) y el negro (para perfilar los ojos). Resulta llamativo que en un pueblo meridional como el romano, caracterizado por la tez morena, el ideal de belleza femenina que se pretendía conseguir mediante la aplicación de cosmética decorativa fuera la piel blanca, contrastando con el rojo del rubor de las mejillas. Esa preferencia estética ha perdurado durante la Edad Media y los Siglos de Oro, y llega hasta el siglo XX. Bibliografía

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Asociación de Estudios Históricos sobre Género, Salud y Belleza Reyes Católicos, 11, 2- A 14001 Córdoba

BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN

Nombre y apellidos…………………………………………………………………… Dirección……………………………………………………………………………… Ciudad………………………………………. Distrito Postal………………………... Correo e-mail…………………………………………………………………………. Teléfono…………………………………Teléfono móvil……………………………. Dirección y teléfono de trabajo……………………………………………………….. Número cuenta bancaria………………………………………………………………. Especialidad histórica (si la hay)……………………………………………………… Cuota anual: 15 euros (por domiciliación bancaria) Enviar este Boletín a: Asociación de Estudios Históricos sobre género, salud y belleza Reyes Católicos, 11, 2º, A 14001, Córdoba Firma y fecha

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NORMAS DE PUBLICACIÓN DE TRABAJOS EN LA REVISTA GESABE

1. Los artículos serán originales, referidos a una investigación que trate sobre género (violencia, educación, matrimonio, familia…), salud (medicina, farmacopea, gastronomía, vinos, cerveza, licores…) y belleza (cosmética, perfumería y cuidado del cuerpo en general).

2. El título del trabajo aparecerá al comienzo de éste, en mayúscula, centrado. Si ocupase varias líneas, estarán también centradas. Debajo del título, a la derecha, el nombre del autor y, debajo de este último, el centro o institución al que pertenezca, en cursiva. 3. La jerarquización de epígrafes seguirá siempre el siguiente esquema: 1. TITULO PRINCIPAL, con mayúsculas 2. Titulo secundario, en cursiva, sangrando la línea, A) Título terciario, a la caja y con letra normal. Se prescindirá totalmente de clasificaciones decimales (1.1, 1.2.3.). Los títulos de los epígrafes no llevaran punto al final.

4. El sangrado de cada párrafo se lograra con un solo golpe de tabulador, no con la barra espaciadora.

5. Las citas textuales se harán siempre con letra normal, entrecomillando el texto, sin emplear cursiva.

6. Las notas a pie de página se pondrán delante del signo de puntuación y detrás de la palabra que trata de aclarar el mismo.

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7. Todas las colaboraciones deberán ajustarse al formato siguiente: márgenes superior e inferior de 2,5 cm, e izquierdo y derecho 3., tipo de letra Arial y Times New Roman, tamaño 11 y 12 respectivamente, y espacio interlineado 1,5; las notas a pie de página, irán asimismo con los citados tipos de letras, tamaño 9 y 10 respectivamente, y espacio interlineado 1,5.

8. Los trabajos se remitirán al correo electrónico de la asociación, preferiblemente en Word.

9. Referencias bibliográficas: Deberán respetarse escrupulosamente las siguientes normas: -

Cuando se cite en nota a pie de página un estudio monográfico (libro), se hará del siguiente modo: Rafael SERRANO DEL ROSAL (o R. SERRANO DEL ROSAL), Transformación y cambio del sindicalismo español contemporáneo, CSIC, Córdoba, 2000, pp. 23-24.

-

Cuando se trate de artículos de revista: Luis SUAREZ, “Castilla (1350-1406)”, HERMP, XIV, 1995, pp. 20-22.

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Los capítulos de Libro o Libros de Actas, se citaran de la siguiente manera: Alejandro MARTÍNEZ DHIER (O A. MARTÍNEZ DHIER), “Los marginados durante el reinado de Felipe IV: la situación jurídica y social de los gitanos”, Poder y Derecho bajo el reinado de Felipe IV. – Actas del Congre ac al de Historia del Derecho y de las Instituciones político-administrativas, Valladolid, Ayuntamiento de Valladolid, 2006, pp. 205-208.

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Para citar un articulo, libro o capitulo, ya citado de modo completo, por segunda o tercera vez, se hará del siguiente modo: Rafael SERRANO DEL ROSAL (o R. SERRANO DEL ROSAL), Transformación y cambio del sindicalismo español contemporáneo, pp. 2324.

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Cuando se citen obras en un listado al final del trabajo se hará del mismo modo, salvo en el nombre del autor, que se pondrá después de los apellidos. SERRANO DEL ROSAL, Rafael (o SERRANO DEL ROSAL, R.), Transformación y cambio del sindicalismo español contemporáneo, , CSIC, Córdoba, 2000.

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En caso de que repitan las mismas referencias bibliográficas o documentales en notas consecutivas la primera vez que se repita se reemplazara el cuerpo de la referencia por Ibidem (o Ibid.) y a partir de la siguiente por Idem (o Id.).

10. Los artículos se acompañaran de: a) Dos resúmenes, uno en el idioma del texto y otro en inglés. b) El título original del artículo traducido al inglés. c) Una serie de palabras claves en los dos idiomas de los resúmenes.

11. Los autores enviaran su dirección de correo electrónico, a ser posible, y en su defecto su dirección, con el fin de remitirles a ella la correspondencia que la colaboración suscite. Asimismo se incluirá el nombre de la Universidad o Institución, del Departamento.

12. Cuando un artículo incluya ilustraciones, estas deberán tener la calidad suficiente para ser reproducidas.

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13. Los artículos pueden incluir apéndices documentales, su extensión no deberá exceder de 12.000 palabras.

14. Todo autor que no cumpla con los requisitos de formato y presentación o contenido, le será devuelto el trabajo. 15. Los autores son los únicos responsables del contenido de los artículos. Asimismo, GESABE mantendrá los derechos que la ley ampara sobre sus trabajos.

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