La copla popular morala: una pequeña cata en un tesoro inagotable

October 3, 2017 | Autor: A. González Terriza | Categoría: Folklore, Literatura medieval, Romancero pan-hispánico, poesía oral, Navalmoral De La Mata, Coplas
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Descripción

La copla popular morala:una pequefia cala en un tesoro inagotable por Alejandro Arturo Gonzalez Terriza

Ma Angustias Nuevo Marcos (ACCESIT «CENTRO DE PROFESORES»)

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Alejandro A Gonuilez y M" A11gustias Nuevo

Declaraci6n de intenciones - Ya se oyen palabras viejas. - Pues aguzad las orejas. (Antonio Machado)

El objetivo de esta ponencia es dar un pequefio repaso a algunas de las coplas tradicionales que se cantaban y se siguen cantando en nuestro pueblo (aunque, por desgracia, cada vez menos). Son letrillas que los moralos conocemos de haberlas ofdo desde la nifiez y a las que quiza no hemos dado demasiada importancia, por considerar que no tienen valor literario o que son vulgares. Pues bien: eso de que no tienen valor literario ni poetico habrfa que discutirlo. (Y lo vamos a discutir.) En cuanto a que sean demasiado vulgares, y a veces atrevidas y hasta soeces, digamos de entrada esto: que no lo son ni mas ni menos que cualquiera de nosotros: simplemente, se atreven a decir claro y con gracia lo que muchos prefieren pensar oscuro y retorcido. EI objetivo es, como decimos, recoger estas canciones, aver si ponerlas de nuevo en danza contribuye, aunque sea un poco, a que nose pierdan ni se nos borren defini. Jlllente de la memoria. ·o les vamos a ofrecer ninguna cosa novedosa, puesto que son canciones de sobra chs: pero sf haremos aquf un inventario Jo mas exhaustivo posible de esta forrna · · c:. en la medida que la extension de estas ponencias permite. a abordar aquf la musica con que se cantan estas canciones, esto es, las Jo hizo en su momento y cumplidamente Flor Quijada Frailey tambien =dines Sanchez Mendez e Hipolito Fraile Pedraza en su Cancionero de ..\unque, por supuesto, no quepa ignorar la fntima relacion entre .imitaciones de espacio nos centraremos aquf en las letras. ~ .. ~

aquf nos las han proporcionado numerosos informantes, alrros del Instituto de Ensefianza Secundaria Augustobriga. especialmente a Basilio Ramos, a Flori, de Afioranzas ~D el cante siempre que pueden) y al afiorado grupo La s podido enriquecer nuestra propia memoria popular y 93

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nos han ayudado a desenterrar nuestros recuerdos.

;, Cuando se canta en Navalmoral? Remontandonos en el tiempo bastantes afios atnis podriamos decir que en Navalmoral se cantaban cantares y coplas en momentos sefialados de la comunidad: en las bodas, en los Camavales, en los dias de! «sorteo» de quintos, en las matanzas y, por supuesto, en Nochebuena. Hoy en dia, al haber desaparecido en buena parte la dimension social y familiar de estos acontecimientos (la matanza reunia a familiares y vecinos y era as unto importante para la economfa familiar, el ser quinto valido suponia el ingreso de! mozo en la vida adulta, etc) los cantares que acompafiaban a estas celebraciones tambien han desaparecido.

Con los Camavales la cosa cambia, pues si bien es cierto que perviven (y con tremenda fuerza), se celebran de otra manera yen esta nueva manera no tiene cabida el salir a cantar cantares. De este modo, estos «ciclos» de cantares se han agrupado y aparecen mezclados unos con otros, todos juntas, siendo interpretados en la (mica epoca en la que se sale de ronda, esto es, en los dias anteriores a la Nochebuena. En el Navalmoral de antafio, las cuadrillas empezaban a ensayar y a «inventarse cantares» poco despues de la festividad de Todos los Santos, de modo que a finales de noviembre, cuando comenzaban a hacerse las matanzas, se empezaba asf mismo a rondar. Era tfpico que al concluir la dura jomada de la matanza, al anochecer, entre trago y trago de anfs se fueran templando zambombas y almireces. De es ta man era, a cornienzos de diciembre, y aun antes, ya estaban los cantaores de ronda por las calles. La mayor intensidad de rondas se daba, por supuesto, las vfsperas de Nochebuena, el dia de Nochebuena y el dia de Navidad. Pero tambien, y mucho, se rondaba el dfa de

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Alejcmdro A. Go11zlilez y M" Atigustias N11evo

Fin de Afio, el Dfa de! Nifio y el Dfa de Reyes. Se rondaba no s6lo por la calle principal, sino por todos y cada uno de los barrios del pueblo, se ofan cuadrillas por la Peligrosa, por la Plaza Vieja, por los Cafios, por el Cerro, por las Minas, por la Carretera, etc. Hoy, en cambio, las rondas se concentran s6lo en los dfas inmediatamente anteriores al dia de Nochebuena. Rara vez se sale a cantar en Fin de Afio o en Reyes y las cuadrillas, salvo excepciones, se limitan a recorrer la zona de la calle principal y la Plaza Vieja y sus bares.

La metrica de nuestros cantares. Historia de la copla. De la riqueza metrica de nuestra tradici6n hemos escogido para estas ponencias la que quiza sea la estrofa popular mas comun y emblematica: la copla. La etimologia de la palabra no deja de ser curiosa: copla viene de copula, «union», en referencia al enlace de los versos que riman entre sf. La misma rafz da el frances couplet, de donde surgi6 el termino en castellano cuple, «canci6n corta y ligera, que se canta en teatros y otros locales de espectaculo» (DRAE). En ingles, couple es una pareja (de personas, de versos ... ) y couplet un dfstico: dos lfneas sucesivas de verso que tienen la misma medida. A lo que llamamos en espafiol «copla» tambien se le llama cantar, cuarteta asonantada o tirana, o cuarteta a secas. Es una forma muy antigua: aparece atestiguada ya en las jarchas hispano-hebreas del siglo XI, como esta que cita Navarro Tomas (1986: 55):

Garid vos, ay yermanelas, I ;, com' contener e meu mali? I Sin el habib no vivreyu, I ed volarei demandari. [Decidme vos, hermanitas, I ;,como contener mi mal? I No vivire sin mi amado, I a buscarlo he de volar.] Segun este estudioso (1986: 68), se trata en origen de un pareado en versos de arte mayor, que se reinterpreta luego como una estrofa de cuatrb octosflabos, al considerarse versos independientes lo que eran hemistiquios:

Esta dueiia me firio con saeta enarbolada; I atraveso el corar;on; en el la tengo clavada. (Libro del Buen Amor, estrofa 597). En ocasiones puede tratarse tambien de inicios de romances que se han independizado:

Triste, ;, que sera de mf? I Desamparado, ;, do irfa ? I Pues la fortuna me corre I con su mala compaiifa. Del siglo XVI se conservan algunas muy notables:

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La bella malmaridada,de las mas lindas que vi, I si quieres tener amores, I Linda, acuerdate de ml. (popular) En la sierra esta la nina I su ganado a repostar, I hermosa coma las flares, I sanosa coma la mar. (Gil Vicente) Esta tradici6n peninsular hubo de pasar, de 1492 en adelante, a tierras americanas. Del siglo XVII cita Navarro Tomas (1986: 292) esta, glosada por la mexicana sor Juana Ines de la Cruz:

Aunque cegue de mirarte, I t que importa cegar o ver, I si gozos que son de/ alma /tambien un ciego las ve? Los escritores (pos)romanticos le dieron nueva vida, con ejemplos tan celebres como este de Becquer:

Par una mirada un mundo, I par una sonrisa un cielo, I par un beso... yo no se /que te diera par un beso. Aunque la rima de las coplas no tiene que ser necesariamente consonante, de hecho lo es con bastante frecuencia, lo que le afiade una sonoridad rotunda. Pues bien: la tradici6n morala popular nos ofrece valiosfsimos ejemplos de la vitalidad y vigencia actuates de esta forma poetica. Tan ingente es el material de que disponemos que nos limitaremos a dar aquf una muestra (aunque, como se vera, bastante amplia) ordenada por temas, de los muchos registros de que dispone. Empezaremos por aquellas coplas que tienen un interes antropol6gico y casi arqueo16gico, por referirse a costumbres y rituales en trance de desaparici6n: asf, las que se cantaban con ocasi6n de las bodas; las que se cantaban en tiempo de Camaval (pues si bien el Camaval se sigue celebrando, ya nose ronda con ese motivo); las de quintos; etc.

Canciones de boda Este tipo de canciones son una forma tradicional de epitalamio [literalmente, «(canci6n que se canta) sabre el talamo», sabre el lecho nupcial]. No deben confundirse con las coplas satfricas alusivas al matrimonio y a la vida de casados, de tono y finalidad muy distintos. Veamos algunos ejemplos:

Dame un diente de tu boca I de esos que tienes de/ante, I que me lo ponga en el pecho I y me sirva de diamante.

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Subiste las escalones I estando moza y soltera I ahora las bajas casada, I que par muchos anos sea. Esta manana temprano I estrenaste un vestido; I te lo has venido a quitar I a las pies de tu marido. Una rosa entr6 en la iglesia I toda llena de rodo I y al momenta se regresa I casada con su mar{o Viva la novia y el novio I y el cura que las cas6, I la madrina y el padrino, I las convidados y yo.

Canciones de quintos En epoca del servicio militar obligatorio, las quintos eran las mozos de la misma edad que eran llamados a filas. Antes de partir, tenfan la costumbre de reunirse para salir de ronda, cantando canciones que se componfan especialmente para la ocasi6n o se reservaban para este momenta. Los quintos que tenfan novia insistfan en irle a cantar a la ventana en compafifa de sus camaradas. Entre burlas y veras, en las canciones encontramos las preocupaciones mas hondas de estos zagales: la fidelidad o no de la novia que dejaban en el pueblo, la vigilancia de las futuras suegras sabre sus hijas, el dolor de las madres y las novias que se quedaban esperando, etc. A pesar de la tristeza, la partida hacia el cuartel era tambien una sefial de madurez de la que el quinto estaba muy orgulloso: el obligado exilio le daba la oportunidad de conocer mundo y sabfa que a su vuelta serfa reconocido coma un adulto con todos las derechos, par ejemplo, el de fumar delante de su padre.

Porque soy quinto de este ano I ya no me vas a querer, I ya no saldras a la puerta /coma solfas hacer. Porque soy quinto, I mi madre llora, I la mi morena I se queda sola.y ella me dice, I la descarada, I que cuando vuelva I estara casada y yo la digo I que no me importa: I que cuando vuelva I me echare otra y ella me dice I con mucho mimo I que cuando vuelva I ya tendra un hijo. Salir morenitas, I salir a bailar I con gracia y salero I para enamorar; salir morenitas, I salir al balc6n I a ver tos las mozos, I todos en reunion. Algunas de estas canciones contienen referencias a la guerra de Africa, que sirven para datar su composici6n aproximadamente a finales del XIX o comienzos de! XX:

Si te toca, te jades, I que te tienes que ir I a luchar con las moros I a cager el 97

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fusil.Si te toca, te jades I que te tienes que ir. Son bastante frecuentes las reproches a las novias, a las que se presenta coma inconstantes e insensibles:

Las madres son las que lloran, I que las novias no lo sienten, I se van con Los amigotes I y con ellos se divierten. Sin embargo, el sentimiento de soledad que segufa a la fiesta es patente en coplas sentimentales coma esta, puesta en boca de la novia que queda sola:

Ya se van Los quintos, madre, I ya se va mi coraz6n, I ya se va el que me tiraba I chinitas en el balc6n.

Canciones de Carnaval El Carnaval, fiesta de relajo y desenfreno, es el momenta id6neo para el inicio (a veces, inicio y final) de muchas relaciones amorosas. Como ta! aparece reflejada en esta copla, que aconseja paciencia a las mozas menos afortunadas:

Ya vienen los carnavales, I la fiesta de las mujeres, I la que no le salga novio, I que espere al ano que viene. 0 esta otra un tanto filos6fica y fatalista:

Carnavalitos se vienen, I carnavalitos se van I y nosotros nos iremos I y no volveremos mas.

Variedad tematica de los cantares moralos Las coplas que no iban asociadas a un ritual o fiesta especfficos muestran una notable diversidad tematica. Par supuesto, la parte del le6n se la llevan las canciones de amor; pero encontramos tambien algunas que abarcan las asuntos mas diversos. Algunas tienen ribetes legendarios, coma esta, conocida tambien en Santiago de Alcantara, que parece colof6n de un cuento de hadas y seres fabulosos:

Ya se muri6 la culebra I que estaba en el castillo,/ la que por la boca echaba I rosas, claveles y lirios. Hagamos una clasificaci6n que nos permitira poner orden y concierto en este inmenso corpus de cop las populares:

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Aleja11dro A. Gom:iilez y M" A11gus1ias Nuevo

Canciones sobre la naturaleza Tenemos como ejemplo esta que reflexiona sobre el ciclo diario de la mafiana y tarde, y que, por su tono mitico, bien podrfamos Hamar cosmog6nica:

La luna y el sol partieron I el dfa por dos mitades; I el sol cogi6 la manana, I la luna cogi6 la tarde. Los astros personificados protagonizan un grupo muy interesante de cantares, como este elegfaco:

Un lucerito se ha muerto I y la luna llora, llora I y las estrellas del cielo I de luto se visten todas. En una de las mas conocidas, la luna personificada aparece como adversaria de los amantes, que rehuyen su fulgor:

Todos los enamorados I tienen pleito con la luna, I la luna por alumbrarlos I y ellos por estar a oscuras.

Albadas Ya es de d{a y amanece, I ya canta la gallarna I y el que quiera ir al molino, I que coja la madrugada.

Objetos cotidianos personificados ii Que delito ha cometido I el pobrecillo candil I que siempre le dan la muerte I al tiempo de irse a dormir?

Reflexiones morales y filos6ficas En algunas canciones, el moralo no resiste la tentaci6n de reflejas sus inquietudes espirituales:

Si quieres que viva, viva, I quiera Dias que nunca muera, I que la muerte deseada I parece que nunca llega. Dicen que he sido malo I pero me voy a enmendar I y el que es malo y se arrepiente, I se le debe perdonar.

Cantares alusivos a la valentia de los mozos

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Un lobo en la serran{a I me quiso clavar el diente;/ yo le gane la partida, I jvivan los hombres valientes! En la esquina del castillo I me quisieron dar la muerte, I saque mi puiial dorado I y huyeron los valientes. Para pasear tu calle I no necesito cuchillo: I ese novio que tu tienes, I me lo meta en un bolsillo.

Cantares alusivos a la vejez Los achaques y sinsabores de la vejez tambien estan presentes:

Que me voy hacienda viejo I la desgracia es para m(, I que se me arruga el pellejo I y me meo sin sentir. Donde hay mozos hay fachenda, I donde hay mozas, alegr{a; I donde hay viejas reguiionas, I sermones todos las d{as. La vejez recibe a veces un tratamiento burlesco:

Ahora tiene mi abuela I solo un colmillo, I donde cuelga mi abuelo I las calzoncillos. Mi abuelo meaba un d{a, I meaba tras de un tomillo, I se la miraba y deda: I «jque buen mango pal martillo!». Una vieja Jue a lavar I un par de medias azules I y se le meti6 una rana I entre el domingo y el lunes. Una vieja de cien aiios I y otra de noventa y siete I se dicen una a la otra: I de rechupete!».

« jestamos

Una vieja se me6 I en un vaso reluciente I y otra vieja lo bebi6 I creyendo que era aguardiente. Una vieja se cag6 I al pie de un confesionario I y otra vieja lo cogi6 I creyendo que era un rosario. Una vieja muy revieja I a la sombra de un solano I se lo miraba y deda: I «;Que triste estas, Cayetano!». Una vieja se pey6 I en un mont6n de salvao; I de las arrobas que hab{a, I no

Alejmu/ro A Go'1:.tilez y J.r A11gustills Nuevo

qued6 mas que un punado. Una vieja muy revieja I se lo miraba y decfa: I« icuantas veces habra entrado I el canon de artillerfa!». Una vieja y un candil, I la perdici6n de una casa: I la vieja par lo que grune I y el candil par lo que gasta.

Cantares que aluden a la Nochebuena La epoca de Navidad es la tfpica de rondar puesto que ya no se sale de ronda en ninguna otra epoca del afio. Alusi6n a la Nochebuena la encontramos en las siguientes cop las:

Esta noche es Nochebuena I y manana Navidad, I las abuelos a las nietos I buenos chorizas les dan. Esta noche es Nochebuena I y manana Navidad, I saca la bota, Marfa, I que me voy a emborrachar. Esta noche nace el nino I y manana lo bautizan I y el dfa de las Candelas I sale con su madre a misa. Nochebuena, Nochebuena, I buena me la dio mi padre, I que empez6 con el mas chico I y acab6 con el mas grande. Nochebuena, Nochebuena, I icuando acabas de venir I para ver a las borrachos I de la tabema salir!

Cantares alusivos a las rondas Hay canciones que aluden al hecho de cantar, a Jos rondadores, a la moza objeto de la ronda o a las calles que se recorren segun se va rondando, etc. Al llegar a una casa es costumbre saludar, que es Jo que hace la gente educada; los rondadores tambien saludan a su manera, o bien van anunciando su llegada a la que van a rondar:

A esta casa hemos llegado I con alegr{a y contento I para dar las buenas noches I a la gente que hay adentro. A esw casa hemos llegado I cuatrocientos en cuadrilla; I si quieres que nos en;emos. I saca cuatrocientas sillas.

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A esta casa hemos llegado I cuatrocientos en cuadrilla; I si quieres que te cantemos, I sdcanos pan y morcilla. Esta casa sf que es casa, I pero no tiene balcones; I pero tiene una morena I que roba Los corazones. Viva quien canta y quien baila I y quien toca el instrumento I y Los amos de esta casa I y todos Los que estamos dentro. Otros rondadores dejan muy claro su firme voluntad de rondar a su amada diciendo:

Esta noche rondo yo, I maiiana ronde quien quiera; I esta noche rondo yo I la calle de mi morena. Ya se que estas acostada, I pero dormidita no; I ya se que estards diciendo: «ese que canta es mi amor». Otras coplas refieren las penurias que tiene que sufrir el que es firme y devoto enamorado:

Ya se que estds acostada I con Los pies a lo caliente I y yo estoy a la tu ventana I pegando diente con diente. A tu puerta rondo yo I y me mojan Los canales; I dbreme la puerta, cielo, I que soy aquel que tu sabes. 0 bien son lamentos por la crueldad y dureza de la muchacha ante Jos ruegos del rondador:

Anoche a la tu ventana I rondando me dio la una; I no me quisistes abrir, I coraz6n de peiia dura. Tambien aluden al hecho gozoso de cantar acompafiado de un animado grupo de amigos dispuestos a pasarlo bien:

Ahora sf que estoy contento, I ahora s{ que estoy a gusto, I porque me estoy divirtiendo I con amigos de mi gusto. Zaragata, zaragata, I zaragata es lo que quiero, I que a m{ siempre me han gustado I Los cuerpos zaragateros. Venga juerga, venga juerga, lvenga juerga y alegr{a, I que a m{ me gusta la

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Alejf111dro A Go11Wlez. y

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juerga I mas de noche que de d{a. Llega la noche serena I y el cantor en su trovar Iva dejando en sus coplas I lo que quiere y nada mas. No cantamos por dinero I ni cantamos por turr6n, I cantamos porque nos gusta I y nos lleva la afici6n. Cuando sientas de cantar, I as6mate a la ventana, I que somos los percheleros I que venimos de jarana. Esta noche va a salir I la ronda de la alpargata; I si sale la del zapato, I se forma la zaragata. Otros rondadores se defienden adelantandose a las posibles crfticas por su poca pericia como cantaor:

Dicen que canto muy mal; I pa lo que me dan, bien canto; I el canto, para los curas, I que cantando ganan cuartos. Otros, en cambio, presumen de su amplio repertorio de canciones:

Aunque estuviera cantando I un ano con trece meses, I si no me diera la gana, I no canto un cantar dos veces. A cantar nos ganaran, I pero no a saber cantares: I en mi casa tengo un area I y encima siete costales. En algunas coplas se piropea a los rondadores:

Bendita sea la madre I que pari6 a los zambomberos, / que cuando van por el mundo I van repartiendo salero. Al que toca la zambomba, I de buena gana le diera I cinco duritos diarios I para que se mantuviera. Otras le animan a que redoble sus brfos para ser ofdo:

Dale, zambombero, dale I a la zambomba que suene, I que esta muy lejos la cama I donde mi morena duerme. Canciones alusivas a las calles, segun se va rondando:

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X Coloquios Historicos-Culturales

Esta es la calle del aire, I la calle del remolino, I donde se remolinean I tus amores con los mfos. Esta calle huele a lirios, I salero quien vive aqu(; I tu padre quiso a tu madre, I yo tambien te quiero a ti. Si esta calle fuera m(a, I yo la mandar(a empedrar I con onzas de chocolate I y en cada esquina un rosal. Por esta calle que vamos I echan agua y salen rosas, I y por eso la llamamos I la calle de las hermosas. Por esta calle me voy, I por la otra doy la vuelta; I la que quiera ser mi novia, I que deje la puerta abierta. Por esta calle viv(a, I ya no se si vivira, I la que me lav6 el paiiuelo I con el agua de fregar. Esta calle esta empedrada I con agujas de coser; I a mi novia, que es costurera, I se las voy a recoger. En esta calle viv(a I mi novia calabacera, I la que me dio calabazas I antes que la pretendiera. Par esta calle que voy I me han dicho que no hay salida./ Yo la tengo que encontrar I aunque me cueste la vida. La noche mas oscurita I tengo que andar por la calle, I por ver si alguna rosita I se deshoja con el aire.

Canciones que exaltan a Navalmoral El amor a la patria chica esta presente en muchas de nuestras coplas: todo lo moralo parece al lugareiio incomparable y digno de elogio, desde la Santa Patrona a la Piedra Caballera, pasando por la fuente de la Bamba y los ojos de las moralas. Navalmoral y su entomo aparecen compendiados en alguna de las coplas mas famosas:

Cuando vino Dios al mundo I vino por Navalmoral, I el Cristo por Peraleda I y el Angel por Valdehuncar. Navalmoral de la Mata I es un pueblo de primera I que tiene por monumento I a la Piedra Caballera.

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De hecho, no se retrocede ante las comparaciones mas osadas: Ni Plasencia ni Trujillo I ni Caceres capital I no llegaran a la altura I que tiene Nava/moral. Nuestra patrona se rnide tarnbien de tu a tu con otras de mas renombre, y se ofrece coma modelo de todas las mozas moralas: La virgen de las Angustias I le dijo a la de! Pilar: I «tu eres patrona de Espana

I y yo de Nava/moral». La Virgen de las Angustias I es la mejor moralita; I yo le quitare la pena I de su cara tan bonita. Como a toda buena patrona, se le piden tambien favores, como en este caso de sequia pertinaz: Agua, Virgen Soberana, I que se seca el molinillo. I i Como vamos a lavar I Los panales de Los ninos? Las fuerzas vivas del pueblo (alcaldes, sacerdotes) reciben tambien su raci6n de elogio: Nava/moral de la Mata I es un Madrid en pequeno, I se lo debe agradecer I a don Agustin Carreno. Moralita, gentil moralita, I orgullosa tu debes estar I porque al fin hay agua en abundancia, I la trajo el alcalde de Navalmoral. (El alcalde en cuesti6n era D. Agustin Carreno, inspirador de varias de estas coplas, todas en tono de alabanza) En el cielo manda Dias I y en la tierra las gitanos I y en Navalmoral, senores, I don Julio y don Emiliano. En el cielo manda Dias I y en la tierra las gitanos I y en Navalmoral, senores, I don Felipe se ha hecho el amo. Otras coplas hacen referencia a algunas tabemas justamente famosas, donde las parroquianos agradecidos pasaron muy buenos ratos: En Navalmoral, senores, I se vive con ilusion, I porque se hebe buen vino I en casa de Calderon. Ya no podemos comer I las peces del Trujillano I ni tomar en la Paleta I el

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famoso bacalado. Un manojo de canciones particularmente celebres exaltan la belleza irresistible de la mujer morala:

-;,Con que te lavas la cara, I moralita resala ? I -Me lava con agua clara I y Dias pone lo demas. -;,Con que te lavas la cara, I que la tienes tan bonita? I -Me lava con agua clara I de la fuente de la ermita. -;,Con que te lavas la cara I que te conservas tan guapa? I -Me lava con el agiiita I de la fuente de la Bamba. Un zapatito bien hecho I en el pie de una morala, I sabiendolo menear, I jcuantos corazones mata! Decreer a la copla, no hay morala fea (o estan todas muy bien escondidas):

Desde la fuente La Bamba I hasta la cruz de la Ermita I no me deja de encontrar I mas que moralas bonitas En el mar se cr{an conchas I y en el rio caracoles I y en Navalmoral se cr{an I mocitas coma soles. Mirailas y reparailas, I que de Navalmoral son, I estrechitas de cintura I y alegres de coraz6n. Tambien, para no hacerles de menos, se manifiesta preferencia por los mozos moralos frente a los de otros pueblos cercanos:

No quiero zapatos bajos, I que se me llenan de arena; Is{ quiero novio moralo, I no lo quiero de La Vera. Hay coplas que se refieren hechos, personajes, lugares y situaciones muy especfficas de Navalmoral. Estos personajes, lugares y situaciones son inmediatamente reconocidos por todos los moralos, sobre todo los que tienen ya cierta edad. Nadie tiene por que ofenderse, pues estan hechas con sana ironia, y, como dice uno de estos cantares, no insultan a nadie:

En el baile del Rosneo I ya no se puede bailar I porque estan las Perinolas I con las tetas levantas.

Alej . Alla va la despedida I con un ramo de alhel{, I con el te mando un beso, morena I para que te acuerdes de mf. Otras son una promesa de retorno:

Nos vamos a despedir I coma el sol de las paredes, I que por las noches se va I y por las mananas vuelve. La que sigue a continuaci6n es inusualmente expeditiva:

Alla va la despedida I al estilo de mi tierra, I al que nace lo bautizan I y al que se muere lo entierran. En la siguiente despedida, de nuevo se alude al vino y sus virtudes medicinales, sin cuya ingestion puede sobrevenirle al rondador una seria enfermedad:

Alla va la despedida, I que se me seca el ombligo I porque no veo venir I la botella de vino.

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Canciones de amor El amor se lleva de forma natural la parte del le6n en la tematica de las canciones populares. De hecho, no pocas de las que llevamos vistas nacen del sentirniento amoroso, exteriorizado con ocasi6n de practicas tradicionales, como las rondas festivas o de las despedidas de los quintos. Como tema, el amor es todo un mundo: en las canciones que hablan sobre el caben todas las actitudes posibles, desde el romanticismo mas idealista hasta el cinismo mas brutal. Como metodo, quiza lo mejor sea empezar por el principio: es decir, en este caso, por el enamorarniento, y, aun antes, la predisposici6n a enamorarse, el estar abierto a sugerencias. No en vano advierte el cantar que

Ltis ventanas a la calle I dicen que son peligrosas I pa los padres que tienen I en casa hijas hermosas. Como un constipado, el amor acecha a los que se exponen a su contagio. Si en las mozas la actitud que la tradici6n espera es la de dejarse ver, en espera de propuestas, de los mozos se espera que exploren el terreno, a ver que se encuentran. Como rememora la seguidilla,

Dicen que andando, andando, I se encuentran cosas, I yo me encontre contigo, I cara de rosa. Confirmando el temor patemo, las ventanas a las que se asoman las mozas son a menudo ocasi6n del flechazo. Llega a establecerse una identidad metaf6rica entre estas ventanas y los ojos de las zagalas, como en este copla, que tiene el aire de una adivinanza bien resuelta:

Entre dos cortinas negras I dos minas me han vuelto loco: I las cortinas, tus pestanas; I las ninas, las de tus ojos. Otras veces es al reves: es la ventana la que, para el amante exaltado, se trasfigura en imagen de la amada inasequible:

El cristal de tu ventana I con el aliento lo empano: I en el escribo tu nombre I y a besos lo voy borrando. Entrevista entre las cortinas o los visillos, la amada llega a tomar alguna vez una apariencia sobrenatural:

Ltis cortinas de tu alcoba I son de terciopelo azul; I entre cortina y cortina, I

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un angel pareces tu. Lastima que la empresa amorosa tenga a veces ma! final, y la reja de la ventana se convierta entonces en la imagen visible de un obstaculo insalvable:

En la reja a tu ventana I hay un gavilan prendido I que se ha querido llevar I la paloma de este nido. Como ya hemos comentado al hablar de ellas, las fiestas, con su relativo relajo de la vigilancia sabre los j6venes, brindaban la mecha a muchos amorfos. El baile, ademas de ofrecer a los enamoriscados la posibilidad de un contacto fntimo, aunque sea a la vista de todos, permite a las muchachas con garbo desplegar todos sus encantos, centrando las miradas de! entendido:

Arrfmate bailaor, I arrfmate que no pecas, I que el que baila y no se arrima I es comer el pan a secas. Ahora s{ que canto yo I con alegr{a y salero I porque ha salido a bailar I la chica que yo mas quiero. Como se ve en esta copla, el musico popular, ya sea cantante o guitarrista, tiene especial atractivo para las mozas de cuerda sensible:

Cuando tocas la guitarra, I la tocas muy despacito I parece que vas diciendo I que te quiera otro poquito. Fuera del pueblo, las fuentes y arroyos donde las mozas acudian a lavar la ropa eran tambien lugar muy a prop6sito para el coqueteo y el enamoramiento. Como suele decirse, de tanto ir a la fuente, el cantaro se rompe. No s6lo el cantaro ... :

Paso el rfo, paso el puente, I paso la verde arboleda; I siempre te encuentro lavando, I rosita de primavera. Todos Los enamorados I se enamoran en el baile; I yo me enamore de ti I yendo a por agua una tarde. Yo a mi novia acompaiie I a llenar la botijica I jque buenos ratos pasamos I cerca de la fuentecica! En el camino de arena I hay un molino que muele I perejil y hierbabuena I para las damas que tienen I amores en tierra ajena. Mocita de junta al rfo, I ya te tengo el ojo echado: I si no me caso contigo, I

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X Coloquios Hist6ricos-Culturales

jamas me hubiera casado. En este ultimo ejemplo, resulta admirable el juego de los tiempos verbales: lo queen los dos primeros versos parece un requiebro lanzado aqui y ahora, en los dos ultimas se revela un recuerdo emocionado del hombre que ya ha pasado por la vicaria. Beber agua clara, recien cogida de la fuente, llega a asociarse de forma indeleble al amor:

Una rubia me dio a m{ I agua en un cantaro nuevo; I cada vez que bebo agua, I de aquella rubia me acuerdo. Dicen que el agua divierte, I quita penas y fatigas; I yo me arrimare a una fuente I por ver si el agua me anima. La amada ideal parece pertenecer mas al campo que a la ciudad. Visionariamente, se la puede convertir en una verdadera driade o ninfa de los arboles:

Bajo un laurel florido I tiene mi dama la cama I y cuando se va a acostar I cuelga el candil de una rama. Tengo yo una cufiadita I que todo se lo merece: I hasta la hierba que pisa I si esta seca, reverdece. En ausencia de ninfas, buenas son pastoras, o al menos serranas:

Dicen que las pastoras I hue/en a sebo; I pastorcita es mi novia I y huele a romero. A la sierra me he de ir I aunque me arrizca de jr{o I par ver si puedo traerme I una serrana conmigo. Como se ve por esta ultima copla, el encuentro en el campo no siempre aparece enfocado de forma romantica e idealizada. Es cierto que en ocasiones se habla de la amada como si fuera la mas bella flor o yerba del campo:

Eres coma hierbabuena I que en campo verde nace, I eres como caramelo I que en la boca se deshace. ~Como quieres, capullito, I compararte con las rosas I teniendo el olor mas Jina I y las hojas mas hermosas?

Pero otras veces es un punto de vista bastante mas lascivo el que mueve las cuer-

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Alejandro A. Gonuflez y

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A11gustias Nuevo

das:

Cuando ibas entrando I en el jardfn, I nina, las pantorrillas I yo te las vi. Donde empieza un noviazgo, hay tambien espacio para un rapido aqui te pillo aqui te mato, evocado a posteriori con gracia lorquiana:

Un vez que Jui a aceitunas I con unas aceituneras I me hicieron pasar el rfo,/ sin puente y sin pasaderas. (cf. el romance de La casada infiel: Aquella noche corr( I el mejor de las caminos, I montado en potra de nacar I sin bridas y sin estribos). Volviendo al enamoramiento, a veces vemos ya latir en el el fantasma de los celos, expresado en una altemativa drastica: o mfa ode nadie:

Unos ojos negros vi I en una cara morena; I si no han de ser para m( I que se los trague la tierra. Par la calle abajo va I la que tiene que ser m(a, I la que tiene que juntar/ su carita con la m(a. Para el enamorado ferviente, la vision de la amada es algo realmente excepcional, de intensidad casi dolorosa:

Manojitos de alfileres I me parecen tus pestanas: I cuando te miro de frente I se me clavan en el alma. Tengo penas si te veo I y si no te veo, doble; I no tengo mas alegr(a I que cuando escuclw tu nombre . No es extrafio que, al modo de un Werther, de Melibea o de la esproncediana Elvira, unos enamorados tan exaltados no acepten como altemativa al amor correspondido otra cosa que la muerte:

Los amantes de Teruel I murieron de sentimiento; I yo tambien me morire I si no logro lo que intento. Las tejas de tu tejado I son de plata y pesan poco; I la vida me ha de costar I si tzi te casas con otro. Si me quieres, dfmelo I y si no, dame veneno, I que sea la primera dama I que se muere par su dueno.

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Cierto que no siempre Bega la sangre al rfo. Los dirninutivos y cierto tono pfcaro rebajan a veces la temperatura tnigica del lamento:

Morenita, morenita, I mal hay en tu morenura, I pues me tienes en la cama I malito y sin calentura. Despues de todo, sarna con gusto no pica:

Viva Cadiz, viva El Puerto, I viva el saber querer, I viva el que pasa en el mundo I penas por una mujer. A los mozos tocados por Cupido no suele resultarles facil expresar sus sentirnientos en publico, y por ello juguetean a menudo con la idea de convertirse, siquiera por un instante, en alguno de los objetos intimos que acompafian siempre a la amada:

Quisiera ser por un rato I arillo de tus pendientes I para decirte al ofdo I lo que mi coraz6n siente. Para las chicas honestas el papel socialmente asignado de resistirse pero no cerrarse en banda, nadar pero guardar siempre la ropa no era (ni es aun) nada facil de llevar. En todo caso, la iniciativa socialmente sancionada corresponde al hombre. Una dedicatoria comun hoy dfa en los cuadernos de nuestras escolares afirma que los besos de verdad no se piden: sedan (aun arriesgandose a recibir un guantazo a cambio). Mas poeticamente,

Un beso tengo en los labios I a salir y no se atreve: I sacamelo con los tuyos I si es que es verdad que me quieres. Con todo, la vigilancia patema o matema sobre el recato de las hijas Bega a veces a ser demasiado agobiante, y si la moza se queja con raz6n de que nada puede hacer que no despierte sospecha:

Si canto dicen que canto, I si lloro dicen que lloro I y si me estoy calladita I dicen que pienso en el novio. La mayorfa de edad para el amor no es la misma que la penal o la polftica. Segun el decir popular, no hay quince aiios feos. A riesgo de sonar polfticamente incorrecto en segun que ofdos, el cantar insiste en la misma consideraci6n:

Que bonita esta una parra I con los racimos colgando; I mas bonita esta una niiia I de catorce a quince aiios. A veces la atenci6n se dirige no s61o a las beBas en flor, sino a las que, asomadas

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Alejandro A. Got1:::.6fez y Ar A11gus1ills Nuevo

prematuramente a las ventanas, aun estan verdes, aunque apuntan maneras:

Aquella clavellina I que esta puesta en la ventana I si la riegan esta noche, I clave/es para maiiana. Vista de otra forma menos benevola, pezqueiiines no, gracias:

Eres mas chica que un huevo I y ya te quieres casar, I anda, ve y dile a tu madre I que te enseiie a cocinar. Tan pequeiiita y con novio, I ya se lo dire a tu madre, I que no te deje salir I ni a la puerta de la calle. Una vez iniciado con el primer beso, el primer amor es (o se espera que sea) imborrable. Segun una de esas dedicatorias que citabamos antes, El primer amor es el de verdad; los demas son para olvidar el primero. Parecidos sentimientos hallamos en coplas como esta:

No hay carretera sin curvas I ni puente sin arroyuelo, I no hay mocita que se olvide I de sus amores primeros. Este romanticismo choca con la desenvoltura de otras canciones, en las que la mujer ya experimentada se burla de sus primeras experiencias amorosas:

El primer novio que tuve I le met{ en una ma/eta, I le lleve a la casa empeiio I y me dieron tres pesetas. No es raro que, al hacer balance, muchas
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