La continuidad de los sistemas hidráulicos. Nuevos testimonios en Córdoba.

June 6, 2017 | Autor: Antonio Moreno Rosa | Categoría: Al-Andalus archaeology, Aqueducts, Roman aqueducts and water supply, Roman Archaeology
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Descripción

Portada: Cartel del Congreso AQVAM PERDVCENDAM CVRAVIT. Diseño del logo: Virginia Alejandro García, Francisco de B. Zuleta Alejandro.

EDITA Seminario Agustín de Horozco de Estudios Económicos de Historia Antigua y Medieval. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Cádiz. [email protected] PRIMERA EDICIÓN © De los textos: sus autores. © De las fotografías, mapas e ilustraciones: sus autores o instituciones propietarias, excepto cuando estén bajo una Licencia de documentación libre de GNU o Creative Commons. EDITORES Lázaro Gabriel Lagóstena Barrios. José Luis Cañizar Palacios. Lluís Pons Pujol. SECRETARIA TÉCNICA María del Mar Castro García. COLABORADORES Adolfo Moreno Márquez. María Nazaret Valero Foncubierta. Guillermo Fernández Pozo. DISEÑO, MAQUETACIÓN Y RETOQUE FOTOGRÁFICO Francisco de B. Zuleta Alejandro. Ángel David Bastos Zarandieta. José Ángel Mena Martín. I.S.B.N. 978.84.693.6373.7 Depósito legal: Imprime: Imprenta La Isla Tirada de ejemplares: 300 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Grupo de Investigación del III PAI-HUM-240 - Patrimonio Histórico de Andalucía en la Antigüedad. Seminario Agustín de Horozco de Estudios Económicos de Historia Antigua y Medieval http://agustindehorozco.uca.es/ Esta edición ha sido financiada en el marco del Proyecto de Excelencia Captación, usos y administración del agua en los municipios de la Bética romana (P06-HUM-02409) de la Consejería de Innovación, Ciencia y Tecnología de la Junta de Andalucía. Comité Científico: Dr. D. José María Blázquez Martínez, Catedrático Emérito de Historia Antigua. Real Academia de la Historia. Dr. D. Francisco Javier Lomas Salmonte, Catedrático de Historia Antigua, Universidad de Cádiz. Dr. D. Philippe Leveau, Catedrático Emérito de Arqueología, Université de Provence. Centre Camille Jullian. Dr. D. Cristóbal González Román, Catedrático de Historia Antigua, Universidad de Granada. Dr. D. Francisco Beltrán Lloris, Catedrático de Historia Antigua, Universidad de Zaragoza.

Edición: Lázaro Gabriel Lagóstena Barrios, José Luis Cañizar Palacios, Lluís Pons Pujol. Área de Historia Antigua. Universidad de Cádiz. Patrocina: Gobierno de España. Ministerio de Ciencia e Innovación. Junta de Andalucía. Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. Junta de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente. Agencia Andaluza del Agua. Universidad de Cádiz. Vicerrectorado de Investigación. Grupo de Investigación PAI-HUM-240 - Patrimonio Histórico de Andalucía en la Antigüedad. Proyecto de Excelencia: P06-HUM-02409- Captación, usos y administración del agua en los municipios de la Bética romana. Cádiz 2010.

PONENCIAS Les aqueducs romains , le territoire et la « gouvernance » de l’eau.

1

PHILIPPE LEVEAU

El agua y las relaciones intercomunitarias en la Tarraconense.

21

FRANCISCO BELTRÁN LLORIS

El agua en las ciudades de la Bética: organización y funciones.

41

CRISTÓBAL GONZÁLEZ ROMÁN

Polisemia e polimorfismo della cura aquarum tra repubblica e impero.

67

ANNA DOMIZIA BIANCO

Estudiar el agua en la Antigüedad: una metodología para su investigación en el marco de la Bética romana.

83

LÁZARO G. LAGÓSTENA BARRIOS

Los acueductos romanos en Hispania.

95

JOSÉ MARÍA BLÁZQUEZ MARTÍNEZ

COMUNICACIONES Las conducciones romanas de Mérida. Nuevos datos para su conocimiento.

129

MERCEDES GÓMEZ DE SEGURA IRIARTE, PEDRO DÁMASO SÁNCHEZ, NURIA SÁNCHEZ CAPOTE, ISAAC SASTRE DE DIEGO

El abastecimiento de agua a la Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino.

147

CARME MIRÓ I ALAIX

La continuidad de los sistemas hidráulicos. Nuevos testimonios en Córdoba.

165

ANTONIO MORENO ROSA, GUADALUPE PIZARRO BERENGENA

Nuevas aportaciones al estudio hidráulico del acueducto romano de Tempul.

183

JENNY PÉREZ MARRERO, ISABEL BESTUÉ CARDIEL

El Municipium Sexi Firmum Iulium producción de salazones.

y el agua. El acueducto y la

197

ELENA SÁNCHEZ LÓPEZ, JENNY PÉREZ MARRERO, MARGARITA ORFILA PONS, ISABEL BESTUÉ CARDIEL

Identificación de un nuevo acueducto en Baetica: estudio preliminar de recientes hallazgos en la Sierra de Líjar. ANGEL DAVID BASTOS ZARANDIETA

217

A captação e o uso da água em Bracara Augusta.

225

RUI MORAIS

Valeria: el foro como ninfeo, el ninfeo como templo, ¿qué es qué?

245

ANGEL FUENTES DOMÍNGUEZ, MÓNICA MONTORO CASTILLO

Sierra Aznar ¿castellum aquae o caput aquae?

261

ESPERANZA MATA ALMONTE, FRANCISCO DE BORJA ZULETA ALEJANDRO, LÁZARO GABRIEL LAGÓSTENA BARRIOS, LUIS COBOS RODRÍGUEZ

Arqueología experimental en las termas romanas de San Juan de Maliaño (Camargo, Cantabria- España).

271

MARÍA LUISA RAMOS SÁINZ, RAQUEL VIGIL DE LA VILLA, MARÍA LACAL RUIZ, MARÍA JOSÉ ALCEGA MARTÍNEZ

Public Baths in the Roman and Islamic Medieval World: some Reflections on Hygienic and Moral Issues.

287

IEVA REKLAITYTE

Captación y traídas de aguas en la ciudad hispano-romana de Consabura (Consuegra. Toledo).

297

FRANCISCO GILES PACHECO

313

Estudio arqueológico de la presa romana de Consuegra (Toledo). SANTIAGO RODRÍGUEZ UNTORIA

La presa romana de Muel: novedades de hidráulica romana en el Valle del Ebro.

333

PAULA URIBE AGUDO, Mª ÁNGELES MAGALLÓN BOTAYA, JAVIER FANLO LORAS, MANUEL MARTÍNEZ BEA, RAFAEL DOMINGO MARTÍNEZ, IEIVA REKLAITYTE, FERNANDO PÉREZ LAMBÁN

Captación y almacenamiento del agua en el oppidum iberorromano de Zahara de la Sierra (Cádiz).

347

LUIS COBOS RODRÍGUEZ, LUIS IGLESIAS GARCÍA

Control y uso del agua en las villas de la Bética.

365

ALEJANDRO FORNELL MUÑOZ

Sobre los sistemas de regadío en época romana. El caso del territorio de Tarragona y Almería.

383

ALBERTO PRIETO ARCINIEGA, ISAÍAS ARRAYÁS MORALES, Mª JUANA LÓPEZ MEDINA

Drenaje de espacios agropecuarios romanos: concepción identificación.

e

397

Infraestructuras hidráulicas en el territorio de una colonia romana de la Bética: el caso de Astigi, Colonia Avgvsta Firma (Écija, Sevilla, España).

409

DANIEL MARTÍN-ARROYO SÁNCHEZ

PEDRO SÁEZ DE LA VEGA

FERNÁNDEZ, SALVADOR ORDÓÑEZ AGULLA, SERGIO GARCÍA-DILS

Presencia y significado de las aguas saladas y salmueras en la Antigüedad.

439

NURIA MORÈRE MOLINERO

El agua en la escritura pública del poder: panegíricos, legislación imperial y leyes municipales.

449

JOSÉ LUIS CAÑIZAR PALACIOS

Leggi prediali e regolamenti cittadini: realizzazione e gestione degli acquedotti africani.

461

MASSIMO CASAGRANDE

Notas sobre ius aquarum en la Bética.

473

CARLOS SANCHO DE LA CALLE

Les aménagements fluviaux dans le delta du Rhin: représentations anciennes de l’organisation romaine des eaux deltaïques.

485

MELISSA SIMARD MORIN

El uso del agua en la cultura visual romana.

499

IRENE MAÑAS ROMERO

Captación y uso del agua en contextos funerarios y rituales. Estructuras hidráulicas en la necrópolis de Cádiz (siglos III a.C. - I d.C.).

511

ANA MARÍA NIVEAU DE VILLEDARY Y MARIÑAS, VERÓNICA GÓMEZ FERNÁNDEZ

Los acueductos de Mauretania Tingitana. Estado de la cuestión.

533

LLUÍS PONS PUJOL, LÁZARO G. LAGÓSTENA BARRIOS

La gestión integral del agua en la provincia Hispania Ulterior Baetica.

543

MARÍA DEL MAR CASTRO GARCÍA

RELACIÓN DE CONGRESISTAS

553

LA CONTINUIDAD DE LOS TESTIMONIOS EN CÓRDOBA.

SISTEMAS

HIDRÁULICOS.

NUEVOS

ANTONIO MORENO ROSA. Arqueólogo. GUADALUPE PIZARRO BERENGENA. Convenio UCO – GMU.

I. INTRODUCCIÓN. Nuestra comunicación se centra en los resultados de la intervención arqueológica llevada a cabo en la Huerta de Santa Isabel Oeste de Córdoba entre los años 2006 y 20081. Los trabajos en esta zona, a medio camino entre la ciudad y el yacimiento de Madīnat al-Zahrā’, han sacado a la luz una serie de infraestructuras hidráulicas de época romana e islámica que consideramos de interés para los asistentes a este congreso (figs. 1 y 2). A. Ventura puso las bases del conocimiento del sistema de abastecimiento de aguas de la Córdoba antigua y medieval en dos monografías2. Posteriormente sus conocimientos se han visto acrecentados con nuevos hallazgos arqueológicos derivados de la expansión urbanística de los últimos quince años. Nuestra comunicación es una muestra de ello.

1 Agradecemos al Prof. Dr. D. Ángel Ventura su ayuda y recomendaciones, sin las cuales no habría sido posible la redacción de este trabajo. La intervención fue dirigida por Antonio Moreno Rosa, y en ella participaron los arqueólogos Carlos Albarrán, José Domingo Carretero, Ana Galván, Rosa López, Vanessa Mariscal, Guillermo Abad Prieto, María del Carmen Rodríguez, Víctor José Rodríguez, Juan Carlos Rubio, Luisa Marta Sáiz, Verónica Sánchez, y Fernando Javier Tristell. A su esfuerzo y profesionalidad se debe el éxito de la intervención cuyos resultados presentamos ahora. 2 A. VENTURA, El abastecimiento de agua a la Córdoba romana I. El acueducto de Valdepuentes, Córdoba 1993; IDEM, El Abastecimiento de agua a la Córdoba romana II. Acueductos, ciclo de distribución y urbanismo, Córdoba 1996.

Actas del Congreso Internacional AQVAM PERDVCENDAM CVRAVIT. Captación, uso y administración del agua en las ciudades de la Bética y el Occidente romano, Universidad de Cádiz, 9 al 11 de noviembre de 2009. Cádiz 2010, 165-182.

ANTONIO MORENO ROSA, GUADALUPE PIZARRO BERENGENA.

Fig. 1 - (1) Situación de la intervención respecto al recinto amurallado romano de Colonia Patricia; (2) Cañito de María Ruiz; (3) Cortijo del Alcaide y (4) Vado de Casillas, junto al Guadalquivir.

Hasta el momento se han descubierto tres acueductos romanos que sirvieron para abastecer a los ciudadanos de Colonia Patricia. El más antiguo, que la historiografía vino en llamar Acueducto de Valdepuentes, fue identificado como el Aqua Augusta Vetus, construido entre los años 15 y 5 a.C.3 Dedicaremos breves párrafos a describir los detalles técnicos de la estructura, puesto que la excavación de la Huerta de Santa Isabel ha localizado un tramo de casi 100 m de longitud de este acueducto. El Aqua Vetus procedía de los manantiales ubicados al oeste de Córdoba, en los Arroyos Bejarano y Escarabita. Desde allí se encaminaba a Córdoba sorteando desniveles y vaguadas sobre arcuationes y, en el punto más escarpado del terreno, continuaba su bajada hacia la ciudad gracias a un sistema de pozos de resalto, spiramina que servían para compensar el brusco descenso de cota entre pozo y pozo. A la vez estos pozos servían para redirigir las aguas hacia el camino apropiado ubicando el canal de salida de cada spiramen en ángulo de 90 grados respecto al canal de entrada4. Desde este punto, atravesaba la llanura que lo separaba de Córdoba de forma subterránea. No obstante, su morfología puede observarse de primera mano gracias a que un pequeño tramo cercano a la ciudad fue exhumado y trasladado in loco a un jardín público. El specus consiste en una caja de opus caementicium de 90 cm de luz x 64 cm de anchura, delimitada por paredes de 35 a 40 cm y revestida al interior por opus signinum. Su cubierta la constituye una bóveda de medio cañón de 60 cm de diámetro del mismo caementicium que las paredes.

3 4

J. D. BORREGO, La entrada del Aqua Vetus en Colonia Patricia, AAC 19, 2008, pp. 99-124, esp. p. 117. A. VENTURA, El abastecimiento de agua a la Córdoba romana II. Acueductos…, pp. 30-40.

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AQVAM PERDVCENDAM CVRAVIT

LA CONTINUIDAD DE LOS SISTEMAS HIDRÁULICOS. NUEVOS TESTIMONIOS EN CÓRDOBA.

Fig. 2 - Vista de los sondeos 122, 123 y 124 de la intervención: (1) restos de un gran depósito hidráulico; (2) zanjas de saqueo de los pilares de una arcuatio; (3) acueducto de caementicium y (4a) tramo del qanāt islámico cuya zanja de saqueo (4b) rompió al anterior.

La excavación en la Huerta de Santa Isabel ha exhumado superficialmente dicha cubierta abovedada. El canal, procedente del noroeste, cambiaba de dirección justo en la Huerta de Santa Isabel5. Desde aquí, viraba de nuevo hacia el noreste, en dirección a Córdoba6 y finalmente su tramo final discurría sobre las arcuationes de sillares que una reciente investigación ha puesto de relieve7. Colonia Patricia estuvo abastecida por dos acueductos más, posteriores al Aqua Vetus: el Acueducto del Arroyo Pedroche, identificado con el Aqua Nova Domitiana Augusta, y el localizado en la Estación de Autobuses junto al sifón inverso que distribuía sus aguas a presión. Su cronología se ha fijado entre la segunda mitad del s.I e inicios del II d.C.8

A. VENTURA, El abastecimiento de agua a la Córdoba romana I. El acueducto … Otras intervenciones arqueológicas recientes también han exhumado parte de la traza del Aqua Vetus en el terreno que media entre la Huerta de Santa Isabel y la muralla de Colonia Patricia. 7 J. D. BORREGO, La entrada… 8 A. VENTURA, El abastecimiento de agua a la Córdoba romana II. Acueductos…, p. 59; M. MORENO, S. CARMONA, M. GONZÁLEZ, Un basurero califal con piezas de vidrio procedente del Acueducto de la Estación de Autobuses de Córdoba, AnAAC 1, 2008, pp. 233-246. 5 6

CAPTACIÓN, USO Y ADMINISTRACIÓN DEL AGUA EN LAS CIUDADES DE LA BÉTICA Y EL OCCIDENTE ROMANO.

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ANTONIO MORENO ROSA, GUADALUPE PIZARRO BERENGENA.

Todos los acueductos patricienses presentan una característica común: su funcionalidad los hizo perdurables en el tiempo. A. Ventura demostró que el abastecimiento de agua de la ciudad palatina de Madīnat al-Zahrā’ se basaba en la reutilización del tramo septentrional del Aqua Vetus. También el acueducto romano de la Estación de Autobuses fue reconducido a partir del siglo X por el Califa al – Hakam II para llevar agua a la mezquita y a los baños que construyó junto a la aljama9. Las estructuras hidráulicas halladas en la Huerta de Santa Isabel, aunque alejadas del ámbito urbano, vienen a demostrar esta misma dinámica de uso ininterrumpido. Abordamos su estudio en las siguientes líneas. II. LOS GRANDES DEPÓSITOS HIDRÁULICOS DE LA HUERTA DE SANTA ISABEL OESTE. En época romana, la zona ubicada al suroeste de la Huerta de Santa Isabel estuvo ocupada por una necrópolis. En ella se hallaron tanto incineraciones de cronología altoimperial como inhumaciones con elementos de ajuar claramente tardoantiguos. Los individuos enterrados allí habrían trabajado en vida en las instalaciones de una villa romana cuya pars urbana no estaría lejos de la necrópolis. En nuestra intervención se han encontrado algunos elementos que formaron parte del paisaje del fundus, precisamente destinados al almacenamiento de grandes cantidades de agua. En primer lugar describiremos un gran depósito de opus caementicium hallado muy cerca de la necrópolis antes aludida. Sus dimensiones son 15 m de longitud por 4 m de anchura y 1,35 m profundidad. Su planta rectangular está rematada en ambos extremos por sendos ábsides semicirculares, el oriental con una escalera que permitiría el acceso al interior del depósito. La estructura no estuvo completamente impermeabilizada: el signinum propio de las obras hidráulicas romanas se aplicó sólo en la base del depósito dejando a la vista las huellas del encofrado de madera con que se levantaron sus muros. La ubicación de este depósito absidado cerca de las tumbas altoimperiales antes aludidas y la escalera de acceso conservada en su extremo occidental nos hacen pensar que las aguas que contenía no sólo se usaron con fines productivos (figs. 3 y 4). En Córdoba se ha constatado la disposición de grandes depósitos hidráulicos en diferentes necrópolis10, de modo que sus aguas pudieron estar destinadas al mantenimiento de las tumbas o a la celebración de determinados ritos funerarios11.

9 M. MORENO ET ALII, Nuevos datos sobre el abastecimiento de agua a la Córdoba romana e islámica, Arte y Arqueología 4, 1997, pp. 13-23. 10 En la zona del Tablero Bajo, necrópolis de la Constancia, Manzana de Banesto y calle San Pablo. El carácter fragmentario de estos hallazgos, impuesto por la dinámica de la arqueología urbana, dificulta su interpretación. 11 D. VAQUERIZO, Espacios y usos funerarios en Corduba, D. VAQUERIZO (ed.), Espacios y usos funerarios en el Occidente romano, Córdoba 2002, pp. 141-200, esp. p. 162, n. 37.

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LA CONTINUIDAD DE LOS SISTEMAS HIDRÁULICOS. NUEVOS TESTIMONIOS EN CÓRDOBA.

Fig. 3 - Detalle del depósito absidado hallado cerca del área de necrópolis.

Más clara es la función productiva de otro depósito más localizado al suroeste del que acabamos de describir. Aunque sólo se ha excavado parcialmente, sus dimensiones totales fueron impresionantes: 70 metros de longitud mínima por una anchura máxima documentada de 5 m (fig. 2 y 5). Para construir éste depósito se practicó una zanja en el terreno geológico y el fondo de la misma se regularizó con una capa de ripios y mampuestos de calcarenita trabados con mortero de cal, de 14 cm de espesor. Encima de esta preparación se dispuso otra capa de cantos de río sobre la que se vertió el caementicium que constituye la base de la cisterna, de 1 m de espesor. Tanto ésta como las paredes del depósito estuvieron impermeabilizadas mediante una capa de signinum y molduras en forma de cuarto de bocel del mismo material, de 40 cm de anchura. El lateral suroeste del depósito presenta una técnica edilicia diferente, y esto nos hace pensar que sufrió una reforma parcial. Dicho muro oeste es de sillares dispuestos a soga y unidos con abundante mortero de cal. Su unión con la obra de caementicium más antigua quedó sellada con una moldura de menores dimensiones (0,21 cm de anchura) y color algo más rojizo a las originales. Es difícil precisar en qué momento tuvo lugar esta reforma: ante la ausencia de material cerámico significativo, nos basamos en la técnica edilicia del muro para fecharla en época islámica. Esto implicaría que el depósito hidráulico estuvo en uso desde época romana hasta el s. X, lo cual se ha constatado en otras grandes cisternas halladas en el territorio que rodea Córdoba, entre ellas la conocida como alberca del Cañito de María Ruiz y un depósito hidráulico documentado en la antigua finca de Rabanales12.

Se trata de una alberca de opus caementicium de 165 m. de longitud. Ésta siguió funcionando tras la conquista islámica mediante la disposición de un forro de sillares al interior de la estructura. Agradecemos a su directora, Sonia Vargas, el acceso a los datos obtenidos en la intervención. Al suroeste de Córdoba, en el Cortijo del Alcaide, se conservan otras dos estructuras

12

CAPTACIÓN, USO Y ADMINISTRACIÓN DEL AGUA EN LAS CIUDADES DE LA BÉTICA Y EL OCCIDENTE ROMANO.

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Fig. 4 - Detalle del mismo ábside al interior. Escalinata. Fig. 5 - Vista del ángulo de un gran depósito hidráulico, de más de 70 m de longitud. Junto a ésta, pilar realizado en caementicium.

Junto al extremo noroeste de este depósito se hallaron tres conducciones de agua, dos acueductos romanos y un qanāt islámico. Aunque la relación de anterioridad o posterioridad del depósito hidráulico con estos tres conductos deberán esclarecerlo intervenciones futuras, cada una de ellas merece un análisis por separado al que dedicamos las páginas siguientes. III. HALLAZGO DE UNA CONDUCCIÓN SUSTENTADA SOBRE PILARES. El primer canal que describimos es una conducción aérea que apareció completamente arrasada. De ella apenas se conservan tres sillares correspondientes a otros tantos pilares. No obstante conocemos la ubicación de 17 pilares más gracias a la huella que dejó la zanja de saqueo de dichos soportes en el terreno geológico. Su trazado algo sinuoso y su prolongación en más de 142 m, noroeste–sureste, son argumentos suficientes para interpretar que corresponden a la base de una conducción hidráulica que discurría elevada sobre el nivel de suelo (fig. 6). Su cimentación en terreno estéril y la ausencia de relaciones estratigráficas con otras estructuras dificultan fijar la cronología de esta conducción: sólo uno de los sillares hallados mostraba una marca de cantero también documentada en el templo romano de la c/Claudio Marcelo de Córdoba13; otro más, las huellas de los mecanismos que sirvieron para su anclaje. En el fondo de algunas de las zanjas de saqueo de la estructura aun se conservaban escasos restos de mortero.

hidráulicas de gran tamaño cuyo uso se prolongó en el tiempo. Una de ellas es la llamada alberca del Cañito de María Ruiz, cuya descripción incluimos en las siguientes páginas; vide infra. 13 Se trata de una marca de cantero romana cuya cronología no ha podido determinarse de forma más precisa. M.I. GUTIÉRREZ, Marcas de cantero romanas en Córdoba, AAC 15, 2004, pp. 249-270, esp. p. 255.

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LA CONTINUIDAD DE LOS SISTEMAS HIDRÁULICOS. NUEVOS TESTIMONIOS EN CÓRDOBA.

Fig. 6 - Alineación de sillares y zanjas de saqueo de una arcuatio.

Teniendo en cuenta las dimensiones de los pilares hallados en la Huerta de Santa Isabel, 0,94 m de largo x 0,75 de ancho y 0,50 m de grosor, y que éstos están separados a intervalos de 1,45 m, el tramo de conducción documentado debió contar al menos con 63 pilares, y aún pudieron ser más puesto que no sabemos dónde se iniciaba ni dónde terminaba la conducción exactamente. Los pilares no podrían tener mucha altura: con su tamaño, no serían capaces de sostener un gran peso, ni siquiera si el specus era de madera. Quizás la cercanía entre unos y otros estuvo determinada precisamente por la longitud de los troncos en que se talló el canal. Pensamos que el acueducto de los Bañales, en la Comarca de Uncastillo (Zaragoza) puede servir de paralelo formal y cronológico a la conducción aérea de la Huerta de Santa Isabel. Un tramo de aquel acueducto discurría sobre pilares de sillares que debieron ser muy parecidos a los de Córdoba. Presentan un perfil ligeramente piramidal, pues se construyeron superponiendo bloques de arenisca cuyo tamaño se iba haciendo menor a medida que ganaban altura. Los de la cúspide están horadados para encajar un specus, probablemente de madera, de unos 50 cm de ancho por 10 de alto14. La cimentación de los pilares de los Bañales conserva marcas de anclaje similares a la de la conducción cordobesa y en las juntas también se aprecia una fina capa de cal con arcilla, luego el sistema construcción de ambos pudo ser muy parecido. Sin embargo, la escala del acueducto de los Bañales es muy superior a la de nuestro ejemplo: la altura de los pilares varía entre los 3 y los 8 metros, y estaban separados entre sí por una distancia de 4 m15. Esto podría J. ANDREU, S. GONZÁLEZ, V. GARCÍA ET ALII, Cuestiones urbanísticas en torno a la civitas de los Bañales (Uncastillo, Zaragoza), SPAL 17 –en prensa-. 15 J. ANDREU, S. GONZÁLEZ, V. GARCÍA ET ALII, Cuestiones urbanísticas … 14

CAPTACIÓN, USO Y ADMINISTRACIÓN DEL AGUA EN LAS CIUDADES DE LA BÉTICA Y EL OCCIDENTE ROMANO.

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deberse a que el acueducto zaragozano estaba destinado al abastecimiento de una ciudad. En cambio, la modestia de la conducción de la Huerta de Santa Isabel indica que sus aguas tendrían otra finalidad, quizás el riego del espacio agrícola colindante. En cuanto a su cronología, las últimas investigaciones acerca del acueducto de los Bañales plantean la posibilidad de que el tramo que discurría sobre estos característicos pilares corresponda a una refacción tardoantigua de la conducción original del s. I d.C., para la cual se habrían utilizado materiales de acarreo16. En nuestro caso no disponemos de elementos que nos permitan fechar el acueducto sostenido por pilares de piedra con precisión: gracias al paralelo de los Bañales podemos afirmar que se trata de una obra de cronología romana. IV. UN NUEVO ACUEDUCTO DE OPUS CAEMENTICIUM

EN COLONIA PATRICIA.

Cerca de los pilares que acabamos de describir se halló un acueducto romano cuya técnica edilicia es mucho más habitual que la de la conducción anterior: se trata de un acueducto de caementicium de pequeñas dimensiones que discurría a nivel de suelo. El tramo descubierto es de 134 m de longitud pero el canal es de dimensiones reducidas: mide 63 cm de ancho por 35 cm de potencia al exterior. El specus, al interior, mide 19 cm de anchura, mientras su calado es apenas de 15 cm (figs. 7 y 8). En cuanto a su cubierta, estaba formada por simples tegulae que se han hallado muy fragmentadas junto al conducto. Un pequeño tramo conserva una cobertura distinta, formada por ladrillos de diferentes tamaños que deben corresponder a una reparación del canal.

Fig. 7 - Vista de un tramo del acueducto de caementicium.

16

J. ANDREU, S. GONZÁLEZ, V. GARCÍA ET ALII, Cuestiones urbanísticas …, nota 95.

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LA CONTINUIDAD DE LOS SISTEMAS HIDRÁULICOS. NUEVOS TESTIMONIOS EN CÓRDOBA.

Fig. 8 - Detalle del specus del acueducto de caementicium, sin restos de signinum al interior.

El rasgo más destacable de este acueducto es la ausencia de revestimiento de signinum y de boceles hidráulicos en su interior (fig. 8). Sólo en el pequeño tramo cubierto de ladrillos se podían observar algunas concreciones calcáreas provocadas por la libre circulación del agua. Sorprende además que las cotas de los dos tramos descubiertos sean contradictorias: en el localizado más al noroeste, de 48,19 m de longitud, la pendiente del fondo del specus varía entre los 126,63 y los 126, 41 m.s.n.m. en sentido noroeste-sureste y la pendiente resultante es de 0,47% (0,0047). En cambio, en el tramo siguiente la libratio es a la inversa, es decir, el specus asciende en sentido noroeste-sureste entre las cotas 125,92 y 126,07 m.s.n.m. Esto nos hace pensar que el agua sólo pudo circular forzada, a presión, al interior de tuberías de plomo17 protegidas por el canal de caementicium. Una vez que el acueducto quedó inutilizado fueron saqueadas, por lo que no queda rastro de ellas. Las dimensiones y la factura de este acueducto son muy similares a las del acueducto de Segobriga, en Saelices, Cuenca, obra del s.I d.C.18. Éste también presenta un trazado muy superficial y es de dimensiones reducidas: el canal de caementicium mide 1,20 m de ancho por 1 m de profundidad; el specus, que conserva restos del revestimiento de signinum al interior, mide 15 cm de anchura por 20 cm de potencia. Toda la obra estuvo cubierta por tegulae cuyos restos se hallaron desperdigados a lo largo de su trazado. El acueducto se encaminaba a Segobriga adaptándose a las curvas de nivel para mantener una pendiente constante y, ya cerca de su destino, superaba dos grandes desniveles del terreno mediante sendos sifones inversos. Cerca de la conducción se encontraron algunos fragmentos de tuberías de plomo que pertenecieron a dichos sifones, de 10 cm de diámetro y de 2 a 3 cm de grueso, pero no se ha encontrado ningún resto de la caja de caementicium que

No se han hallado fragmentos de tubos cerámicos cerca de esta conducción. M. ALMAGRO BASCH, El acueducto romano de Segóbriga. Saelices (Cuenca), Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos 79.4, 1976, pp. 875-901. 17 18

CAPTACIÓN, USO Y ADMINISTRACIÓN DEL AGUA EN LAS CIUDADES DE LA BÉTICA Y EL OCCIDENTE ROMANO.

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debió proteger estas tuberías19. Lo lógico sería que los sifones de Segobriga, como el ejemplo que presentamos, careciesen de signinum. Sin embargo la Huerta de Santa Isabel de Córdoba no presenta el relieve accidentado de Saelices. Por eso el siguiente paso será dilucidar dónde pudo estar el punto de inicio y el destino de las dos conducciones romanas que hemos descrito y en cuál de ellos hubo necesidad de recibir agua a presión. V. ORIGEN DE LAS CONDUCCIONES ROMANAS DE LA HUERTA DE SANTA ISABEL OESTE. La Huerta de Santa Isabel Oeste es un lugar abundante en agua: el nivel freático se alcanzó en varios puntos de la excavación y esto dificultó la continuidad de los trabajos. De hecho, en la confluencia de Sierra Morena con las terrazas del Guadalquivir abundan los veneros, manantiales conocidos históricamente por la calidad de sus aguas que han sido largamente explotados tanto para riego como para consumo humano. Precisamente la planimetría de Córdoba de 192820 señala la existencia de un manantial dentro del ámbito de nuestra intervención, justo en el punto en que se unen las actuales Carreteras de Trassierra y en Camino de los Toros, en el ángulo noroeste de la Huerta de Santa Isabel. Sin embargo, este punto coincide con el tramo del Aqua Vetus que hemos documentado: A. Ventura ya señaló que las filtraciones del freático en el interior del acueducto hicieron que algunas partes del canal siguieran funcionando de forma precaria siglos después de que quedara arruinado. Lo mismo pudo ocurrir en la Huerta de Santa Isabel: las aguas del supuesto manantial-pozo que señala el mapa serían las aguas del Arroyo Cantarranas filtradas en el interior del specus del Aqua Vetus. Así, aunque la existencia de un manantial en este punto nos resulta especialmente sugerente, el caput aquae de las conducciones romanas que hemos descrito debió estar más alejado. Al noroeste de Córdoba existe un manantial que ya se explotaba en época romana, el llamado Venero de Vallehermoso. Éste parte de una captación en mina cuyo uso continuado a lo largo del tiempo ha hecho que se encuentre muy transformado. De aquí partía un acueducto romano cuyo trazado y morfología estudió A. Ventura, quien dudaba si este canal era un ramal del Aqua Vetus o si en cambio se trataba de una conducción independiente21. Este mismo autor describió las características de su specus: el Acueducto de Vallehermoso tiene de 30 cm de lado y carece de revestimiento al interior. Los Acueductos de Vallehermoso y el de Valdepuentes son muy semejantes entre sí y esto hizo pensar que ambos pertenecían a un mismo proyecto constructivo: misma técnica edilicia, cubierta abovedada, acusada pendiente, todo excepto la ausencia de revestimiento de opus signinum de Vallehermoso. Por otra parte, el punto en que ambos se conectan no se ha encontrado: A. Ventura apuntó que lo más probable es que estuviera en un lugar donde aún se ven tres pozos de resalto separados por escasa distancia, en un punto donde la topografía no justifica su

M. ALMAGRO BASCH, El acueducto romano…, pp. 889 y ss.; M. ALMAGRO, J. ABASCAL, Segóbriga y su conjunto arqueológico, Real Academia de la Historia, Madrid 1999, pp. 132-133. 20 Hoja nº 10 del plano catastral de Córdoba de 1928. La misma zona aparece representada en la hoja 132 del plano catastral de 1949. En el punto que antes se identificaba como manantial apenas se indica la existencia de un simple pozo. 21 A. VENTURA, El abastecimiento de agua a la Córdoba romana I. El acueducto…, pp. 100-115. 19

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presencia. Con ellos se compensaría el incremento de caudal aportado por Vallehermoso a Valdepuentes22. Por nuestra parte pensamos que la unión del ramal de Vallehermoso con la conducción “a presión” hallada en la Huerta de Santa Isabel no es descabellada y varias hipótesis son posibles: ambos pudieron formar parte de un mismo proyecto desde un principio. Por otra parte, el canal de Vallehermoso pudo abastecer primero al Acueducto de Valdepuentes y a partir de un momento determinado, a una nueva conducción a presión. No podemos descartar que la conducción de Vallehermoso diera sus aguas al acueducto de tuberías de plomo de la Huerta de Santa Isabel Oeste una vez el Aqua Vetus había quedado fuera de servicio23. VI. ¿HACIA DÓNDE SANTA ISABEL?

SE DIRIGÍAN LAS CONDUCCIONES HALLADAS EN LA

HUERTA

DE

En vez de encaminarse hacia un punto elevado sobre la ciudad de Córdoba, que habría sido el más apropiado para distribuir sus aguas a la población, ambas conducciones descienden hacia el sureste. En esa dirección existen varios depósitos hidráulicos fechados en época romana a las que pudieron abastecer. Uno es la conocida alberca del Cañito de María Ruiz24, una estructura rectangular de 10 x 6 m y 1 m de altura, construida en opus caementicium. Hoy se encuentra revestida en el interior con una fina capa de mortero y en el lado sur presenta unas arcadas de ladrillo entrelazadas de factura islámica, pero las características constructivas de la obra y su ubicación en un yacimiento de cronología altoimperial nos indican que se trata de un depósito romano reutilizado posteriormente25. Hasta hace pocos años cerca de la alberca del Cañito existía una conducción de agua cuya cronología no pudo ser determinada. Otro posible destino del acueducto hallado en la Huerta de Santa Isabel es el yacimiento ubicado en el Cortijo del Alcaide. En esta misma finca se conservaban hasta los años sesenta los restos de una fundición de calcopirita, con hornos y escorias de cronología romana. Junto a estas instalaciones había grandes muros de sillares que delimitaban un espacio

Por eso los responsables del matadero remozaron primero el ramal más pequeño, Vallehermoso, y llegados al punto final de éste, el canal al que se unía, es decir, el Aqua Vetus; A. VENTURA, El abastecimiento de agua a la Córdoba romana I. El acueducto…, p. 108. 23 El último estudio sobre Valdepuentes plantea la posibilidad que éste quedara inutilizado, entre otras causas, por el terremoto que tuvo lugar a mediados del s. III, el cual produjo la caída de la fachada del teatro de Colonia Patricia; J.D. BORREGO, La entrada del Aqua Vetus…, p. 110. 24 Muy cerca de aquí se encuentra la Huerta de Valladares, lugar descrito por Sánchez de Feria quién comprobó que Sobre este sitio caen varios como nacimientos de agua que son aqueductos antiguos perdidos. B. SÁNCHEZ DE FERIA, Antigua descripción de Córdoba, su sitio, y mas notables antiguos edificios. Apéndice primero a la Palestra Sagrada ó Memorial de Santos de Córdoba con notas y reflexiones críticas sobre los principales sucesos de sus historias, vol. I, Córdoba 1772, p. 58. Sin embargo, todos los acueductos que hemos descrito ya estaban destruidos en el s. XVIII, por tanto Sánchez de Feria no podía referirse a ellos a no ser que se hubiesen rehabilitado parcialmente los tramos más cercanos a Córdoba. También R. Castejón, señaló que en terrenos de la Granja Agrícola desprende un ramal que se dirige a mediodía, seguramente para abastecer al alcázar de los califas. R. CASTEJÓN, Una excursión por la sierra de Córdoba. Cómo surtieron los musulmanes de agua a la capital del califato. I. Diario de Córdoba, 5 de agosto de 1925. Este pasaje ha dado lugar a distintas interpretaciones y Castejón pudo referirse tanto al canal procedente de Vallehermoso como a otros. Por otra parte, ignoramos si lo que vio Castejón era una conducción ya amortizada o un canal en funcionamiento. 25 Mª.C. RODRÍGUEZ, El ager Cordubensis: estudio arqueológico del territorio de Corduba-Colonia Patricia, trabajo de investigación presentado en la Universidad de Córdoba (inédito), 2005, nº 18. 22

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residencial. Por otra parte A.Mª. Vicent halló en el Cortijo del Alcaide varios mosaicos del siglo II d.C. e interpretó las estructuras aparecidas junto a ellos como unas termas26 (fig.1). Aunque en época contemporánea el Cortijo del Alcaide se regaba con las aguas procedentes de dos manantiales, la existencia de un establecimiento termal en este punto es de gran interés para nosotros: si aquí hubo unas termas, éstas necesitaron agua a presión que, en un punto alejado de la muralla que no estuvo urbanizado, pudieron ser las conducidas por la conducción supuestamente de plomo hallada en la Huerta de Santa Isabel. Esto quiere decir que se trata de un acueducto privado, construido y financiado por su propietario para llevar agua hasta sus posesiones. Puede tratarse de un caso similar al del Aqua Vegetiana, construido en el año 91 d.C. por el cónsul Mummius Niger Valerius Vegetus para llevar agua a la villa de su propiedad, ubicada en la actual Viterbo (Italia). La conducción también incluía tramos en que el agua circulaba a presión al interior de tuberías de plomo, quizás los más cercanos a la villa. Vegetus no sólo adquirió la fuente de la que partía el acueducto sino también el derecho a conducir sus aguas y la franja de tierra necesaria para construirlo, la cual discurría tanto a través de terrenos privados como públicos27. En cuanto a las causas que provocaron la desaparición del Acueducto de la Huerta de Santa Isabel, una vez que el establecimiento termal al que servía desapareció, la conducción a presión dejó de funcionar y las tuberías de plomo fueron saqueadas para ser refundidas. Es posible que su specus siguiera transportando agua allí donde lo permitía su pendiente: de este modo se explica que uno de sus tramos apareciese remozado con una cubierta de ladrillo. No obstante esta situación no se prolongó: la construcción de un nuevo canal, un qanāt islámico de grandes dimensiones, indica que su amortización definitiva tuvo lugar en el s.X. VII. EL QANĀT NĀ’ŪRAH?

ISLÁMICO DE LA

HUERTA

DE

SANTA ISABEL. ¿LA

CONDUCCIÓN DE AL-

El extremo noreste del acueducto de caementicium hallado en nuestra intervención estaba cercenado por una zanja de enormes dimensiones que correspondía al saqueo de los sillares de un qanāt islámico. Por fortuna aún quedan algunos tramos del canal bastante íntegros y gracias a ello pudieron comprobarse sus características técnicas, que corresponden a una manera de hacer típicamente islámica (fig. 9 y 10). La construcción del qanāt se inició excavando una zanja en el terreno geológico de 1,75 m de anchura y 2,20 m de profundidad máxima. El fondo de la zanja se regularizó con una capa de mortero de cal y arena mezclada con pequeños trozos de calcarenita. Esta preparación sirvió de apoyo a la base del qanāt, la cual estaba formada por una plataforma de sillares dispuestos a tizón, orientados en sentido perpendicular al trazado del canal y unidos con mortero de cal y arena. Sobre ellos se levantaron sus paredes, también de sillares (1,08 x 0,47 x 0,20 m). El interior de la conducción se impermeabilizó con una capa de mortero de cal, arena y pequeños fragmentos de cerámica pintado a la almagra. Las esquinas existentes en los ángulos de unión del fondo con las paredes del conducto se sellaron con sendas molduras del mismo mortero. Éste mide 8,80 x 4,60 m. mientras que los dos restantes, con decoración geométrica, miden 5,15 x 3,45 m. y 3,45 x 1,57 m. respectivamente. En el hábitat residencial aparecieron numerosos fragmentos de cerámicas romanas comunes, terra sigillata itálica, mármoles de colores, tegulae, laterculi (algunos de ellos decorados), metales, una moneda de Gordiano y una piedra de molino. Al respecto A.Mª. VICENT, Informe sobre el hallazgo de mosaicos romanos en el llamado Cortijo del Alcalde (Córdoba), Noticiario Arqueológico Hispánico 8-9, 1965, pp. 220-222; Mª C. RODRÍGUEZ, El ager cordubensis…, nº 1. 27 R. TAYLOR, Public needs and private pleasures: water distribution the Tiber river and the urban development of ancient Rome, Roma 2000, pp. 60-65. 26

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Fig. 9 - Vista en sección del qanāt islámico.

Fig. 10- Otro tramo del qanāt islámico arrasado hasta el nivel del fondo del canal. Detalle de pozo de registro.

Una vez terminado el qanāt, el espacio que quedaba libre entre la zanja de construcción y sus paredes se rellenó con mortero de cal mezclado con pequeños mampuestos. El interior apareció cubierto por una capa de concreciones calcáreas, producto del transcurrir del agua. No se han conservado restos de su cubierta y de hecho la conducción se encontró bastante cercenada en altura. Aun así sabemos que su specus medía unos 0,72 m de alto y que su anchura era de 0,58-0,60 m. Dado que el fondo del canal se ha localizado en varios puntos hemos podido comprobar su pendiente. En una distancia de 704,50 m descendía de la cota 129,30 m.s.n.m. a la cota 122,68 m.s.n.m., resultando una inclinación de 0,009 m. Además se han localizado dos de sus pozos de registro. Uno de ellos, el ubicado más al norte, está prácticamente arrasado, pero se puede apreciar que era de sección cuadrada y que el fondo estaba a mayor profundidad que el del resto del qanāt para que en él se depositasen las impurezas que pudiera arrastrar el agua. En otro punto, la última hilada de sillares visibles de la pared oeste presenta unos rebajes que también parecen apuntarse en la pared enfrentada. Todos ellos podrían definir un pozo de sección hexagonal de 0,95 m de profundidad. El qanāt estuvo en uso durante un periodo de tiempo bastante breve, pues los materiales recuperados de la zanja de saqueo de sus materiales son de cronología tardoislámica. En los tramos mejor conservados apareció casi completamente cegado con restos de mortero que no son resultado de una colmatación lenta y progresiva. El hecho no es nada frecuente pues, como hemos visto, en el periodo andalusí las infraestructuras relacionadas con el abastecimiento y almacenamiento de agua se mantuvieron en buen estado, bien mediante sucesivas reparaciones, bien mediante la derivación de sus aguas con un nuevo destino. Más sorprende aún al tratarse de una obra de gran magnitud y utilidad28, comparable con las Aguas de la Fábrica de la Catedral a la que aludíamos antes. Ambas obras requerían conocimientos técnicos especializados y el empleo de recursos económicos abundantes.

También tras la conquista cristiana se intentó mantener en buen estado la infraestructura creada en época andalusí -J.M. ESCOBAR, Córdoba en la Baja Edad Media, Córdoba 1989, p. 98- y de hecho en muchos casos se constata su uso hasta mediados del s. XX. J. LÓPEZ, Las Aguas de Córdoba. Descripción del origen y curso de las Aguas Potables en 1876, Córdoba 1997. 28

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Teniendo en cuenta estos datos podemos deducir que esta conducción es una de aquellas promocionadas por la dinastía Omeya de las cuales nos hablan las fuentes escritas. Por orden cronológico sabemos que ‘Abd al-Rahmān II fue el primero que trajo el agua potable a Córdoba, introduciéndola en sus alcázares29. La dotación de agua del alcázar se aumentó posteriormente durante el mandato de ‘Abd al-Rahmān III, quien dio también orden de que se construyese un pilón en la fuente del caño que había a la entrada del alcázar y la puerta de éste, llamada Puerta de la Celosía. La construcción se hizo con todo esmero y se le pusieron tres tazas alimentadas de agua, para comodidad de los que venían a por ella. Quedó todo terminado dentro de un año y fue obra de muy gran utilidad30. Las actuaciones de este califa no se limitaron a la mera construcción de una fuente. A ‘Abd al-Rahmān III corresponde la construcción de al menos dos qanawāt: en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba se conserva una inscripción que celebra la finalización de uno de ellos … a finales de Safar del año 329 [3 de Diciembre de 940]. El comienzo de los trabajos de esta canalización, a partir de su punto de partida, en Šhawwāl del año 328 [10 de Julio a 7 de Agosto de 940]. La ejecución de estos trabajos fue bajo la dirección de su mawlà, de su visir y de su sahib al-Madīna ‘Abd [Allāh] ben Ba[d]r…31. Además ‘Abd al-Rahmān III completó una conducción más, un qanāt con el que llevó agua potable hasta la almunia de al-Nā’ūrah. Dicha almunia, construida en tiempos del emir ‘Adb Allāh (888 - 912), recibía su nombre de la noria dispuesta sobre el Guadalquivir con la que se regaban sus campos. Posteriormente se convirtió en la residencia preferida de al-Nāsir, quien mejoró la dotación de agua de sus jardines32: En el principio de este año completó al-Nāsir la construcción de una magnífica conducción, la cual traía agua potable desde la Sierra de Córdoba hasta el alcázar de al-Nā’ūrah, situado a occidente de Córdoba. El acueducto era una maravilla de la técnica de ingeniería; por su interior abovedado corría el agua por medio de una disposición portentosa, y terminaba dicha conducción en una alberca sobre la que había la figura de un león enorme (…). Esta agua regaba los jardines del alcázar citado en toda su extensión, así como los terrenos de la almunia, y la sobrante la arrojaba al Guadalquivir. Tanto el acueducto como la alberca se parecían a aquellos monumentos de los reyes de la antigüedad por todas las características de ambos: dimensiones, forma de construcción y métodos de construcción. La obra duró, desde que se empezó en la Sierra hasta que llegó el acueducto a la alberca, doce meses y el día que por primera vez arrojó agua a la Alberca fue un viernes de la luna nueva de la ŷimadà II de este año ( 3 de marzo 941)…33. Por último al-Hakam II construyó una conducción destinada a llevar agua hasta la mezquita aljama. La obra, como hemos visto, consistió en la derivación de un acueducto romano a través de un canal de factura andalusí, el hallado en la Estación de Autobuses de Córdoba (vide supra)34. Es posible que las fuentes escritas no citen todas las conducciones que se construyeron durante el periodo andalusí, o puede que los textos que alabaran su construcción no se hayan conservado. Un ejemplo es que la inmensa obra de reparación del Aqua Vetus, que sirvió para llevar agua a Madīnat al-Zahrā’, no aparece citada en ningún texto, quizás ensombrecida por la magnitud del proyecto urbanístico o quizás minimizada por tratarse de la reutilización de una A. ARJONA, Anales de la Córdoba Musulmana, Córdoba 1982, p. 34, documento 32. Crónica de al-Nāsir. A. ARJONA, Anales de la …, p. 87, documento 109. 31 E. LEVÍ PROVENÇAL, Inscriptions arabes d’Espagne, Paris 1931; A. ARJONA, Anales de la ..., p. 99, documento 135. 32 L. TORRES BALBÁS, El contorno de las Ciudades hispanomusulmanas, al-Andalus 15.2, 1950, pp. 437-486, esp. p. 451. 33 al-Maqqarī, Analectes I, pp. 371-380. A. ARJONA, Anales de la…, p. 99, documento 134b. 34 A. VENTURA, Los acueductos romanos de Córdoba y su rehabilitación omeya, Empúries 53, 2002, pp. 113-128, esp. pp.125126. 29 30

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obra previa35. Tampoco sabemos cómo se abastecía el palacio de Almanzor, al-Zāhira, ubicado a oriente de Córdoba, ni ninguna de las restantes almunias de época omeya cuya construcción implicaría la de sistemas hidráulicos, qanawāt, dignos de mención. No obstante conocemos la traza aproximada de al menos tres de las conducciones citadas por las fuentes escritas andalusíes. Éstas fueron remozadas a lo largo de los siglos para seguir en funcionamiento y en su última etapa, entre mediados del siglo XIX y mediados del XX, pasaron a ser propiedad de la Empresa de Aguas Potables. Entonces se realizaron planos y descripciones detalladas de sus trazados destinadas a facilitar las labores de mantenimiento de la infraestructura de abastecimiento de agua de Córdoba, la cual, en algunos casos ya tenía casi un milenio de antigüedad36. El examen de estos planos resulta muy clarificador y la arqueología ha demostrado la correspondencia de los canales que aparecen en ellos con obras de factura antigua y medieval. Tal es el caso de las Aguas de la Fábrica de la Catedral y de las Aguas de la Huerta del Alcázar, que discurren junto al lienzo occidental de la muralla. No obstante debemos ser precavidos y no olvidar que estos planos y la descripción de las conducciones se realizaron al final de su vida útil. Parece imposible que a lo largo de mil años continuasen en funcionamiento sin que algunos ramales quedasen arruinados, que no recibiesen el aporte de canales de nueva factura o que el destino de sus aguas permaneciese sin variaciones. Además estos documentos no mencionan aquellos qanawāt saqueados, destruidos o fuera de uso antes de la conquista cristiana, caso del hallado en la Huerta de Santa Isabel Oeste. Las canalizaciones que en el s. X se dirigían al alcázar y la mezquita, según los textos medievales, fueron tres, y tres son las que a mediados del s.XX llegaban a esa misma zona urbana37: El primero que se documentó con metodología arqueológica fue el construido por alHakam II, que llevaba agua a la mezquita. Sabemos que uno de sus ramales nacía en terrenos de la Albaida, inmediatamente al noroeste de la Huerta de Santa Isabel: los textos escritos, los planos conservados y los resultados de la excavación de parte del canal en la Estación de Autobuses indican que aquella captación occidental funcionaba a finales del s.XIX, por tanto no puede ser el localizado en nuestra intervención38. Otra conducción que se dirigía al mismo punto de la ciudad es la conocida como Aguas de la Huerta del Alcázar39. A finales del XIX se sabía que su conducto principal nacía en las proximidades de la Arruzafa, también a occidente de Córdoba, y en su recorrido recibía las aguas de cuatro ramales más40. La atarjea transcurría junto al lienzo occidental de la muralla y es allí donde diferentes intervenciones han constatado la cronología islámica de la conducción, sus dimensiones y su técnica edilicia. El punto de mayor calado del canal debía estar junto a la muralla, puesto que allí ya transportaba las aguas reunidas de cinco manantiales. Sin embargo, las dimensiones del tramo excavado en ese lugar son mucho más modestas que la del qanāt de la Huerta de Santa Isabel (la luz varía entre los 0,45 y 0,70 m por 0,48 m de anchura). El canal

35 Lo cual no impidió que el qanāt construido para llevar agua a la mezquita fuera muy alabado por los autores de la época; vide infra. 36 Agradecemos a D. Ángel Martos el acceso a la documentación conservada en la Empresa Municipal de Aguas Potables, así como su ayuda en la investigación. J. LÓPEZ, Las Aguas de Córdoba… 37 La conducción conocida como Aguas de San Basilio, servía para abastecer el barrio del Alcázar Viejo. Ésta fue construida en el s. XVIII, por lo que no la incluimos en nuestro análisis. 38 J. LÓPEZ, Las Aguas de Córdoba …, p. 41; M. MORENO ET ALII, Nuevos datos … 39 J. R. CARRILLO, Mª.T. CASAL, M. MORENO ET ALII, Informe Técnico Preliminar A.A.P. Parking de la Victoria, Informe administrativo (inédito), 2005. 40 J. LÓPEZ, Las Aguas de Córdoba…, pp. 51-52.

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que le aportaba sus aguas desde el Oeste aun funcionaba a finales del XIX, por tanto descartamos la correspondencia entre las dos conducciones. Por último conocemos el trazado de otra canalización más cuyo destino era el ángulo sureste de la medina. Los planos del llamado Venero de Esquina Paradas muestran el punto de inicio de esta conducción al oeste de Córdoba. Sin embargo lo que hasta ahora se suponía que era su caput aquae es en realidad el punto intermedio de su trazado41: la conducción era mucho más extensa. No conservamos ninguna descripción escrita de la obra, pero la planimetría antigua indica que Esquina Paradas se dirigía al ángulo sureste de la medina, donde estuvo la Huerta del Rey. Efectivamente, los documentos de archivo referidos a las Aguas de la Huerta del Rey, del s. XV, afirman que éstas nacían en tierras de la Albaida, varios kilómetros al oeste de Córdoba. Por tanto ambos topónimos, Esquina - Paradas y Huerta del Rey, se refieren a una misma conducción42. Desgraciadamente el único tramo se ha interceptado de este conducto, aún en funcionamiento, no arroja datos sobre su cronología. Las paredes están realizadas con mampuestos de 1,40 m de luz x 0,50 m de anchura, y su cubierta es a dos aguas43. Es cierto que en época andalusí existieron conducciones de mampuesto44, pero no podemos asegurar que toda la conducción presente la misma técnica edilicia ni que ésta corresponda a un periodo concreto. Así las cosas, los argumentos que nos quedan para defender el origen islámico de este canal son, por una parte, el destino de sus aguas hacia el sector suroccidental de la medina, es decir, hacia el alcázar andalusí, y por otra, el sugerente topónimo del lugar al que abasteció durante siglos, la Huerta del Rey. Más difícil es establecer la identidad exacta de las Aguas de la Huerta del Alcázar y de Esquina Paradas – Huerta del Rey. Uno y otro sólo pudieron ser los construidos por ‘Abd alRahmān II y ‘Abd al-Rahmān III para abastecer al alcázar, pero su correspondencia con el qanāt de la Huerta de Santa Isabel es más que dudosa: todas ellas siguieron funcionando después de la conquista cristiana y el aparecido en nuestra intervención, en cambio, estaba completamente arrasado. La única conducción mencionada por las fuentes andalusíes que aún no ha sido identificada es el qanāt que ‘Abd al-Rahmān III construyó para abastecer a la almunia de alNā’ūrah. La factura de aquel qanāt debió tener la categoría de una obra regia como la del hallado en nuestra intervención. En la Huerta de Santa Isabel también se documentaron cuatro grandes edificios de cronología islámica, dos emirales y dos califales, pero el conducto (mejor dicho, su zanja de saqueo) parece sobrepasarlos. La dirección que toma el qanāt de la Huerta de Santa Isabel es, como los acueductos romanos allí encontrados, hacia el Sureste. Su continuidad hacia el Sureste la tenemos en el testimonio de R. Castejón, quien vio el mismo qanāt hallado por nosotros en las obras de construcción de la Sociedad Electromecánicas:

Tenemos noticias orales de que en el solar de donde parte la conducción había un aljibe de sillares de grandes dimensiones, pero la intervención arqueológica realizada allí no lo ha encontrado. La captación de donde hoy parten sus aguas fue totalmente remozada a finales de los noventa. 42 M. NIETO, Historia de Córboba 2. Islam y Cristianismo, Córdoba 1984, p. 263; J. LÓPEZ, Las Aguas de Córdoba…, p. 56. 43 A. MORENO ROSA, Actividad Arqueológica Preventiva en la calle Antonio Maura nº 31 de Córdoba, AAA’04. I, Sevilla 2009, pp. 830-836, esp. p. 834. 44 Nos referimos a la documentada por J.A. Morena en terrenos del Tablero Bajo, de dimensiones parecidas a Esquina Paradas: 1,40 m de luz y 0,60 m de anchura interior. El hallazgo de un dirhem de época de ‘Abd al-RaÈmān I sobre el suelo del canal sirvió para aquilatar la cronología del conducto. J.A. MORENA, Nuevas aportaciones sobre el Aqua Vetus Augusta y la necrópolis occidental de Colonia Patricia Corduba, AAC 5, 1994, pp. 155-180, esp. p. 165. 41

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LA CONTINUIDAD DE LOS SISTEMAS HIDRÁULICOS. NUEVOS TESTIMONIOS EN CÓRDOBA.

“También se descubrió, al hacer las obras de cimentación de la S.E.C.E.M. una espléndida conducción, de piedra, cegada, que abastecería estos lugares”45. Sabemos que la almunia al-Nā’ūrah estaba situada a orilla del río más debajo de Córdoba, contigua a la musalla del campo (fahs) antiguo de la musara46. Tradicionalmente el emplazamiento de la almunia al-Nā’ūrah se ha identificado con el del Vado de Casillas, muy próximo al Cañito de María Ruiz y al Cortijo del Alcaide antes mencionados. Es más, la cercanía del Cañito de María Ruiz al Guadalquivir y el hecho de que dicho caño estuviera en funcionamiento en el s.XX se ha esgrimido como prueba de que la almunia de al-Nā’ūrah citada por las fuentes se encontraba en ese lugar47. De hecho la intervención arqueológica realizada en el mismo vado, justo a la orilla del río, ha sacado a la luz los restos de un edificio de grandes dimensiones que se defendía de las crecidas del Guadalquivir con un murallón de sillares. Formando parte del mismo conjunto se halló un espacio ajardinado regado por un sistema de acequias48. No sabemos cómo se abastecía exactamente este gran edificio pero el lugar que ocupa coincide con las descripciones de al-Nā’ūrah que hacen las fuentes escritas: la identificación de yacimiento con la almunia califal es más que posible. Las fuentes escritas nos dicen que tanto al-Nā’ūrah como la almunia de al-Rusāfa y el alcázar de Córdoba fueron saqueados por ‘Abd al-Ŷabbār tras la fitna, a principios del s.XI49. El motivo de la destrucción del qanāt pudo estar en que, una vez desaparecida la almunia a la que abastecía, dejó de tener sentido mantener en buen estado la conducción. Esta podría ser la explicación de que el qanāt hallado en nuestra intervención, cuya factura islámica es indudable, haya aparecido totalmente arrasado. Pensamos que su identificación con la conducción de alNā’ūrah que citan las fuentes es más que probable. Pero si esto es así, ¿a qué corresponde entonces el conocido Cañito de María Ruiz? ¿Puede ser el mismo canal hallado por nosotros que filtra las aguas del freático como el Aqua Vetus? CONCLUSIÓN. La continuidad de los sistemas hidráulicos de origen romano en la Huerta de Santa Isabel, en el Cañito de María Ruiz y otros parajes extramuros de Córdoba es evidente. El hecho de que las fuentes indiquen expresamente que ‘Abd al-Rahmān III completó la conducción de al-Nā’ūrah, refuerza la idea de que la obra del califa consistió en la restauración o desviación de una obra anterior. Los acueductos y qanāt hallados en la Huerta de Santa Isabel también se sucedieron en el tiempo y, aunque ignoramos en qué lugar captaron sus aguas, pensamos que los destinos de ambos estaban ubicados en el mismo paraje. En un primer momento una conducción romana condujo agua a presión hasta las termas de una villa situada en el Cortijo del Alcaide. Siglos más tarde, se construyó un gran R. CASTEJÓN, Medina Zahira. Una Córdoba desaparecida y misteriosa, BRAC 8, 1924, pp. 153-174, esp. p. 164. A. Carbonell hizo referencia al mismo hallazgo, en A. CARBONELL, La Minería y la Metalurgia entre los musulmanes en España, BRAC 25, 1929, pp. 179-217, esp. p. 191. 46 Ibn Hayyan, Muqtabis, pp. 38 y 39. Cerca de la almunia había una cárcel y un edificio donde al – Hakam II trasladó la Casa de las acémilas en el año 972. E. GARCÍA GÓMEZ, Anales Palatinos del Califa de Córdoba al-Hakam II, por ‘Isa iban ahmad alRazi (360-364 H. = 971-975 J.C.), Madrid 1967, p. 80; A. ARJONA, Anales de la…, p. 63, documento 66. 47 L. CID, Memoria, Ms. Conservado en EMACSA (inédito), Córdoba 1905; A. ARJONA, P. MARFIL, A. RAMÍREZ, Los restos de la famosa almunia Dar ar-Nau’ra en el Cortijo del Alcalde y Huerta del Caño María excluidos del Plan especial de Madinat alZahra, BRAC 135, 1988, pp. 245-258. 48 G. GALEANO, R. GIL, Intervención Arqueológica de Urgencia en “Casillas” (T.M. Córdoba), AAA’2001. vol. 2, 2005, pp. 285-290. 49 L. TORRES BALBÁS, El contorno de…, p. 451. 45

CAPTACIÓN, USO Y ADMINISTRACIÓN DEL AGUA EN LAS CIUDADES DE LA BÉTICA Y EL OCCIDENTE ROMANO.

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ANTONIO MORENO ROSA, GUADALUPE PIZARRO BERENGENA.

qanāt islámico (¿tomando sus aguas de un mismo manantial?) para conducir agua a un emplazamiento cercano, a al-Nā’ūrah. La confirmación de nuestras hipótesis estará en futuras intervenciones que, hallando el punto final de estas conducciones, desvelen cuál fue su verdadero destino. Del mismo modo, aún está por desvelar la factura de los tres ramales que abastecían de agua a los qanawāt que se dirigían a Córdoba desde el Oeste.

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