La construcción del \"Califato rojo\". El movimiento vecinal en Córdoba (1963-1986)

May 22, 2017 | Autor: J. Contreras-Becerra | Categoría: Social Movements, Contemporary History, Oral history, Andalusia, Historia Contemporánea de Andalucía
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Descripción

La Historia, lost in translation? Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea EDICIÓN PREPARADA POR:

Damián A. González Madrid Manuel Ortiz Heras Juan Sisinio Pérez Garzón

La Historia, lost in translation? Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

Edición Preparada por:

Damián A. González Madrid Manuel Ortiz Heras Juan Sisinio Pérez Garzón

Cuenca, 2017

CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA (13ª. 2016. Albacete) La Historia, lost in translation? : XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, Albacete, 21 a 23 de septiembre de 2016 / edición preparada por, Damián A. González Madrid, Manuel Ortiz Heras, Juan Sisinio Pérez Garzón.– Cuenca : Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, 2017 3815 p. ; 24 cm.– (Jornadas y Congresos ; 9) ISBN 978-84-9044-265-4 1. Historia contemporánea - Congresos y asambleas I. González Madrid, Damián A., ed. lit. II. Ortiz Heras, Manuel, ed. lit. III. Pérez Garzón, Juan Sisinio, ed. lit. IV. Universidad de Castilla-La Mancha, ed. V. Título VI. Serie 94(100)"18/..."(063) HBLW

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación solo puede ser realizada con la autorización de EDICIONES DE LA UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA MANCHA salvo excepción prevista por la ley.

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de los textos: sus autores. de las imágenes: sus autores. de la edición: Universidad de Castilla-La Mancha.

Edita: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha. Colección JORNADAS Y CONGRESOS nº 9

Diseño de la cubierta: C.I.D.I. (Universidad de Castilla-La Mancha)

Esta editorial es miembro de la UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional. I.S.B.N.: 978-84-9044-265-4 (Edición digital)

Composición: Centro de Tecnologías y Contenidos Digitales (UCLM) Hecho en España (U.E.) – Made in Spain (U.E.)

ÍNDICE ACTAS XIII CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA

PRESENTACIÓN

45

TALLER 1. Los procesos de nacionalización española. Siglos XIX y XX

49

TALLER 3. Corte y Monarquía en la Europa del siglo XIX

209

TALLER 4. El franquismo en construcción (1936-1953). Visiones y balances

251

TALLER 5. Violencia política y control social en el primer franquismo. Moralización y disciplina. Una perspectiva de género

417

TALLER 6. Espacios y experiencias de encierro y castigo en la España contemporánea

603

TALLER 7. El mundo rural en la España contemporánea: conflictos, consensos, vigencias

813

TALLER 8. Víctimas y disidentes en las dictaduras ¿Rehenes de las democracias? Nuevos retos en la transmisión de la historia reciente

845

TALLER 9. Cercanías de una conmemoración: el 150o aniversario de la Revolución Gloriosa, 1868-2018

965

TALLER 11. Populismos. Identidades nacionales e identidades de clases

1135

TALLER 12. Democracia y autoritarismo en el mundo rural (1850-2000)

1261

TALLER 13. Los problemas de la construcción del estado contemporáneo en España durante el siglo XIX

1361

TALLER 14. Las izquierdas en los procesos de transición de la dictadura a la democracia en la Península Ibérica y América Latina

1467

TALLER 15. La España del Frente Popular. Acuerdos y controversias

1597

TALLER 16. El factor internacional en la modernización educativa, científica y militar de España

1709

TALLER 18. Propiedad / (re)apropiación. Historiadores y agentes mnemónicos: conocimiento y usos del pasado

1865

5

Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

TALLER 19. ¿Del mito al logos? Revisionismos, crisis y nuevas miradas al carácter modélico de la transición en España

2041

TALLER 20. Opinión pública, medios de comunicación y propaganda en el siglo XX

2149

TALLER 21. Religión, laicismo y modernidad: perspectivas transnacionales

2377

TALLER 22. Las relaciones hispano-marroquíes en perspectiva: el legado científico y cultural

2559

TALLER 23. El ferrocarril en España: un largo debate

2639

TALLER 24. El desarrollo de la ciudadanía social y el Estado interventor en España (1890-1975)

2741

TALLER 25. El lugar de la nación 25 años después de “comunidades imaginadas”

2823

TALLER 26. Del compromiso ideológico a la sociedad de consumo reconciliada: los intelectuales y la Transición cultural española

2915

TALLER 27. “The Dreamers”: género y compromiso juvenil

3027

TALLER 28. Ciencia historiográfica, transferencia del conocimiento y humanidades digitales: metodologías de investigación, documentación digital y revistas de historia 3131 TALLER 29. Paradojas de la reacción. Medios modernos para combatir la Modernidad 3205 TALLER 31. Ciudad, modernización y lógicas de la innovación en el mundo contemporáneo 3279 TALLER 33. Asia y el Pacífico en clave comparada: estudios coloniales, postcoloniales y transnacionales

3363

TALLER 34. Repensar el fascismo español: nuevos enfoques y perspectivas

3463

TALLER 35. "Laberinto de pasiones": las relaciones España-Europa desde 1945

3613

TALLER 36. Crisis y cambios sociales: impactos en el proceso de modernización en la España del siglo XX, 1898-2008

3721

6

Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

LA CONSTRUCCIÓN DEL “CALIFATO ROJO”. EL MOVIMIENTO VECINAL EN CÓRDOBA (1963-1986)

JAVIER CONTRERAS-BECERRA1 Universidad de Granada Resumen Los estudios sobre el movimiento vecinal resultan claves para comprender los procesos de cambio político en la Península Ibérica. En esta propuesta analizamos el movimiento vecinal en Córdoba, desde su arranque en los años 60 hasta los años 80, con el desarrollo de políticas de participación ciudadanas. En su aparición serán fundamentales las redes personales en los barrios, militantes de partidos izquierdistas y cristianos de base. Las asociaciones de cabezas de familia y vecinales se convertirán en un campo de batalla de la oposición democrática para construir hegemonía social. Con la victoria del PCE en las municipales de 1979, comienza una compleja alianza Ayuntamiento-movimiento vecinal. Palabras clave: Córdoba, movimiento vecinal, cristianos de base, HOAC, JOC, PCE, participación ciudadana, movimientos sociales, protesta social, Historia de Andalucía. Abstract Studies on neighborhood movements are key to understand the political change processes in the Iberian Peninsula. This paper analyzes the neighborhood movements in Cordoba from its beginning in the 1960s until the 1980s, with the development of citizen participation policies. Neighborhood personal networks, activists from left parties and from the grassroots progressive Christian communities are essential in their appearance. Family and neighborhood associations became a field battle for the democratic opposition in order to build social hegemony. After the PCE’s victory at the local elections in 1979, a complex alliance between the local government and neighborhood movements started. Key words: Córdoba, neighborhood movement, grassroots progressive Christian activists, HOAC, JOC, PCE, citizen participation, social movements, social protest, History of Andalusia

1 Ex

investigador FPU (Ministerio de Educación) de la Universidad de Granada. Este trabajo está vinculado al proyecto internacional I+D “Ortodoxias y rebeldías. La pluralidad de intereses en la convergencia peninsular hacia Europa (1961-1986)” (ORYRE) (HAR2015-65909-R). E-mail: [email protected] y [email protected]

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Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

Javier Contreras-Becerra

INTRODUCCIÓN En este texto, pretendemos ofrecer una visión de conjunto de los comienzos del asociacionismo vecinal en Córdoba, en los años 60 y 70, así como su trayectoria hasta los 80. Trayectoria que le permitió erigirse en un potente e influyente actor social, hasta el punto de promover movilizaciones significativas en los barrios. El hecho de que en los barrios donde surgieron estas asociaciones conviviesen individuos con determinadas culturas políticas, favoreció que sus impulsores fueran principalmente militantes del PCE, la OIC y el PSOE, así como militantes cristianos de base (HOAC y JOC). Aunque una parte significativa de sus dirigentes y activistas integraron las candidaturas de las municipales de 1979, no todos resultaron electos. Por otro lado, a pesar de la lenta implantación de las políticas de participación ciudadana en el primer mandato del alcalde Julio Anguita (PCE) y del impasse experimentado por la Federación de Asociaciones de Vecinos, Córdoba se convirtió en un referente de aquellas. Por tanto, en este trabajo reflexionamos también acerca de la relación entre el movimiento vecinal y el nuevo ayuntamiento democrático. Hecho que junto con la labor del equipo de gobierno le granjeó numerosos apoyos al PCA en las municipales de 1983, consolidando la idea del «Califato rojo», por los notables porcentajes de voto a la izquierda en general y al PCE-PCA en particular en Córdoba.

1. UNA CIUDAD CON PARTICULARIDADES ESPACIALES Y HUMANAS Al igual que otras ciudades andaluzas, Córdoba experimentó un crecimiento a partir de mediados del siglo XX. Una ciudad que destacaba por albergar parte del tejido industrial de la provincia (Fábrica de aceites Carbonell, Electromecánicas, Westinghouse, hilaturas Cepansa, Cementera Asland, Azucarera de Villarrubia, etc). Una ciudad donde también gozaban de importancia actividades tales como la platería, el sector servicios y la construcción. La emigración del campo a la ciudad, sobre todo de pueblos de la Campiña de Córdoba provoca que la ciudad empiece a tener problemas de falta de viviendas (LÓPEZ ONTIVEROS, 1974: 136-138). En la periferia occidental (Cañada Real Soriana, Villarrubia, Veredón de los Frailes) empiezan a aparecer viviendas de autoconstrucción, al igual que en otras zonas del extrarradio de Córdoba (LÓPEZ BARRANCO, 2010: 20-21). Coincide, como hemos señalado, que ese movimiento migratorio procede mayoritariamente de pueblos de la provincia situados en la Campiña, colindantes o muy próximos al término de la capital (Almodóvar del Río, La Carlota, Fernán-Núñez, Espejo, Castro del Río, Bujalance, El Carpio, Pedro Abad, Villafranca de Córdoba, etc). En ello, durante el último tercio del siglo XIX y principios del XX habían tenido acogida el republicanismo federal, el anarquismo, el socialismo y el comunismo (CABALLERO CASTILLO, 2011: 16-17). Al verse obligados una parte de sus habitantes a emigrar a la capital por motivos económicos y políticos (represión tras la Guerra Civil), comenzarán a asentarse en los diferentes barrios que surgirán en la periferia cordobesa. Además, el crecimiento espacial de la ciudad se veía condicionado por las peculiaridades del casco antiguo (uno de los mayores de España) y la constante llegada de inmigrantes a la ciudad, provenientes de la provincia. La carencia de grandes solares en el casco podía suplirse con la realización de promociones rápidas en la periferia, lo que sin embargo repercutía en el aislamiento espacial respecto a la ciudad histórica. Las casas de vecinos del casco histórico habían absorbido el aumento poblacional de los años cuarenta y cincuenta. Sus habitantes, pertenecientes a las clases populares más modestas y en relativo ascenso económico-social, dejaron el hacinamiento y la convivencia en casas de vecinos en buena parte ruinosas para optar por la vivienda modernizada e individual en la zona sur (Sector Sur) y Este (Polígono de Levante, Fuensanta-Santuario). Paralelamente, se desarrollaron actuaciones inmobiliarias de calidad fuera del casco histórico y se conformó un área de servicios en el centro-norte del mismo. En consecuencia, se produjo una división socio-espacial entre un sur y este de la ciudad ocupado por las clases populares y un norte y oeste habitado por las más pudientes (MORALES RUIZ, 1999: 96-97). Las nuevas barriadas presentaban unas problemáticas muy diversas dependiendo de dónde se situaran y de su grado de urbanización, pero básicamente se podía concretar en ausencia de las infraestructuras

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Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

La construcción del “califato rojo”. El movimiento vecinal en Córdoba (1963-1986) necesarias (alumbrado, acerado, asfaltado, alcantarillado) y equipamientos (escuelas, institutos, bibliotecas, centros de salud, etc). Como hemos indicado anteriormente, en las nuevas barriadas de la periferia se asienta una emigración que en no pocos casos trae sus costumbres, usos, redes personales y tradición familiar izquierdista de sus localidades de origen, desarrollando una homogeneidad social (DOMÈNECH SAMPERE, 2012: 66-68). Unido a las relaciones personales compartidas en mismos ámbitos laborales, favorecerá que ya a fines de los años 50 el PCE comience a organizar células en barrios como El Naranjo y fábricas como la Cepansa (CABALLERO CASTILLO, 2011: 264-266; JIMÉNEZ, 2007: 37). Años después, los militantes del PCE se implican en diversas entidades, como el Círculo Cultural Juan XXIII (espacio de encuentro entre la oposición democrática) y el Club Cañero (cuya dirección recaerá en miembros de las Juventudes Comunistas) (ABAD, 2016: 322-329; NIETO ALCÁNTARA, 2015: 100-101). Con posterioridad, también lo harán en las asociaciones de cabezas de familia (CABALLERO CASTILLO, 2015: 99). Del mismo modo que las redes personales y militantes del PCE, otro elemento jugará a favor de la aparición de la autoorganización de los barrios: la iglesia de base. A lo largo de los 60 y 70, surgen varios grupos de la JOC, HOAC y cristianos de base (HENS PORRAS, 2007: 93-96). Al amparo de ciertas parroquias, tomaron un fuerte impulso tanto grupos de la JOC (barriadas de El Naranjo, Las Margaritas, Sector Sur, Fuensanta, etc.) como clubes de barrio (San Francisco, Santiago, etc)2 . Párrocos comprometidos como Domingo García Ramírez (Nuestra Señora de la Aurora, barrio de Fátima), Antonio Pareja García y Francisco Aguilera Jiménez (San Acisclo, barrio de Valdeolleros), Juan Perea Moncayo (Sagrada Familia y San Martín de Porres, barriada del Sector Sur) y Manuel Varo Arjona (Nuestra Señora del Carmen, Villarrubia) ayudarán al desarrollo de movimientos cristianos de base. Pero también se meterán de lleno en la problemática de sus barrios, promoviendo y/o participando en su respectiva asociación vecinal. Por tanto, como hemos señalado, las nuevas barriadas que iban apareciendo presentaban unas carencias de índole urbanístico. El hecho de tratarse de espacios con una cierta homogeneidad social, donde se desarrollaron redes personales, existía presencia de militantes antifranquistas (en este caso el PCE) y de una iglesia de base favoreció la autoorganización vecinal para tratar de solucionar sus problemas. Con el tiempo, esa necesidad se canalizó a través de asociaciones familiares y de cabezas de familia (primero), y de asociaciones vecinales (después).

2. EL «ENTRISMO» EN LAS ASOCIACIONES DE CABEZAS DE FAMILIA Los comienzos del movimiento vecinal en Córdoba se remontan a 1963, con la fundación de la Asociación de Vecinos Cabezas de Familia de la barriada de Cañero3 . A lo largo de la década de los sesenta, se fundarían más entidades bajo la fórmula de asociaciones de cabezas de familia, dependiendo del Ministerio del Movimiento. En sus primeros años de andadura, participaron en las elecciones municipales por el tercio familiar. A mediados de los setenta, militantes del PCE y del PSOE participaban en las directivas de dichas asociaciones de cabezas de familia, dándoles una orientación más crítica con la gestión municipal. A finales de los sesenta y principios de los setenta, la ACF de Cañero se movilizó en pos de mejoras para las viviendas del barrio. En ella, actuaba como asesor jurídico el abogado Joaquín Martínez Bjorkman, miembro del Círculo Cultural Juan XXIII y futuro senador del PSOE. En Cañero, además de la Asociación, funcionaba el Club Juvenil, animado por militantes de la Unión de Juventudes Comunistas. Algunos miembros del mismo resultaron detenidos y multados por el Gobierno Civil a causa de su participación en una manifestación4 . En 1973, la subida en el precio del billete de autobús urbano y las deficiencias en el servicio provocó una contestación social durante varios días, con boicots de los vecinos del Sector Sur, Las Palmeras, Las Margaritas, Parque Figueroa y Cañero a los autobuses de la empresa Aucorsa. 2 Entrevista

oral a Francisco NIETO MOLINA, Córdoba, 8 y 15 de marzo de 2012. oral a Francisco NIETO MOLINA, Córdoba, 8 de marzo de 2012. 4 «Actividades de un club», AGA (Archivo General de la Administración), Ministerio de Información y Turismo, Gabinete de Enlace, Leg. 08871.14. Martínez Bjorkman, Joaquín. 3 Entrevista

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Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

Javier Contreras-Becerra En esta movilización confluyeron militantes cristianos de base y comunistas. Será además la primera ocasión en que las asociaciones de cabezas de familia colaboren entre sí para exigir la mejora del sistema de autobuses. La primera asociación de vecinos como tal de Córdoba (si descontamos la posterior conversión de la de Cañero) fue la Asociación de Vecinos La Unidad del Sector Sur5 . En esas mismas fechas (finales de 1975), se sientan las bases para el surgimiento de una coordinación permanente entre asociaciones de cabezas de familia y de vecinos. A partir de una reunión de representantes de las asociaciones de cabezas de familia de Cañero, San José Obrero, Santuario, Las Moreras, Las Margaritas, Electro-mecánicas y Parque Figueroa. Meses después, se constituiría una Coordinadora de Barriadas. A esta le seguirían otras creadas ex novo, si bien la mayoría de las asociaciones vecinales tendrían su origen en asociaciones de cabezas de familia adaptadas a la nueva legislación a partir de 1977. A comienzos de 1976, parte de las asociaciones de vecinos y de cabezas de familia se ponen de acuerdo para reunirse periódicamente y exigir unas reivindicaciones comunes. Con ello, darían lugar a la Coordinadora de Barriadas. Representando a 14 barrios, la Coordinadora centró sus esfuerzos en el problema ecológico del río Guadalquivir, manifestaciones y cortes de carretera ante la inseguridad peatonal, la oposición a la subida de tarifas de basuras y del autobús, presentar una alternativa a la situación de la estación de Renfe y organizar un safari de desratización, para denunciar el estado de abandono de la ciudad (ROMÁN ASENSIO, 1986: 54). En estos primeros años, las organizaciones que gozaban de mayor implantación en el movimiento vecinal de Córdoba eran el PCE, la JOC, la HOAC, la OIC y el PSOE (NAVARRO SÁNCHEZ, 2009: 191, 218 y 252). Las dos primeras movilizaciones que protagonizaron se produjeron con motivo de un escrito de los presidentes de las ACF y la manifestación autorizada en favor del río Guadalquivir. El escrito de los presidentes pretendía denunciar la subida de precios y el coste de la vida, exigiéndose la municipalización de los servicios públicos, mercados en las barriadas, puestos escolares, impuestos equilibrados...6 . En cuanto a la reivindicación sobre el Guadalquivir, se criticaba cómo el río se había convertido en una cloaca de la ciudad por los vertidos que allí se realizaban y los malos olores. En el transcurso de la protesta, los vecinos pidieron la dimisión del alcalde Antonio Alarcón Constant. Igualmente, las asociaciones de vecinos, de cabezas de familia, familiares y socio culturales se dedicaron también a exigir mejoras para sus barrios, como se produjo durante las protestas vecinales de marzo de 1977 en las barriadas de Electromecánicas y Las Palmeras, que motivaron el corte de la carretera por la falta de seguridad a la hora de cruzarla, lo que había causado varios atropellos7 . Paralelamente, los vecinos de Moreras y Palmeras se movilizaron en contra de la subida de alquileres de sus viviendas (albergues provisionales) que pretendía el Ayuntamiento (ROMÁN ASENSIO, 1986: 53). Al mismo tiempo que desarrollaban unas reivindicaciones específicas de sus barrios, reclamaron mejoras en el servicio de autobuses urbanos, forzando un boicot en 1978. Pero, como además deseaban construir alternativas, potenciaron la cultura popular a través de fiestas y actividades de todo tipo. En pleno proceso autonómico, apostaron por la movilización, participando en las manifestaciones masivas del 4 de diciembre de 1977 y apoyando el Congreso de Cultura Andaluza8 . Las asociaciones aunaron esfuerzos y once de ellas promovieron la fundación de una Federación, a pocos meses de las municipales9 . La Federación adoptó un papel activo en las demandas del soterramiento de las vías del tren (Plan Renfe), que separaban al Norte del centro de la ciudad. Así, en 1987, respaldó las movilizaciones de la Plataforma Cívica Pro Estación Renfe, por lo que fueron juzgados cuatro miembros del movimiento vecinal. 5 «Acta

de constitución», AGMIR (Archivo General del Ministerio del Interior), Expediente AVV “La Unidad” del Sector Sur. 6 MUÑOZ PEINADO, R.: Envío al Gobernador Civil de Córdoba del escrito “A la opinión pública” (20 de marzo de 1976), Archivo de la Asociación Vecinal Nuestra Señora de Belén (AAVNSB), Carpeta 1976. 7 «Gobierno Civil de Córdoba. Memoria 1977, sig. 4.021», AGA, Ministerio de Gobernación, Caja 32/11.460. 8 «Entidades adheridas al Congreso de Cultura Andaluza hasta el 31 de mayo de 1978», AGAN, Fondo Club GORCA, Comisión Promotora del Congreso de Cultura Andaluza, Leg. 4839, carpeta Relación y títulos de adhesión al CCA. 9 «Acta de constitución», AGMIR, Expediente Federación de Asociaciones de Vecinos “Azahara”.

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Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

La construcción del “califato rojo”. El movimiento vecinal en Córdoba (1963-1986)

3. 1979: AHORA EMPIEZA TODO Las primeras elecciones municipales democráticas en abril de 1979 tuvieron una cierta particularidad en Córdoba. El Partido Comunista de España albergaría el mayor número de candidatos/as procedentes de las asociaciones de vecinos (aproximadamente 18 miembros identificados), seguido del Partido Socialista Obrero Español y la coalición conformada por el Movimiento Comunista de Andalucía-Organización de la Izquierda Comunista de Andalucía. En el otro extremo se situaban el Partido del Trabajo de Andalucía y el Partido Socialista de AndalucíaPartido Andaluz. La candidatura comunista estaba encabezada por Julio Anguita, que había participado en la Asociación de Cabezas de Familia del Barrio del Naranjo, antes de iniciar su militancia política. En la citada entidad coincidió con Ernesto Caballero, uno de los líderes del PCE cordobés (CABALLERO CASTILLO, 2011: 451-452). Posteriormente, tras ingresar en el partido, ejercería como secretario de la ACF Parque Cruz Conde. En ella figuraban otros militantes comunistas, como su presidente, el médico Fernando López Sánchez (CABALLERO CASTILLO, 2012: 90)10 . Varios factores jugarían a favor de la candidatura presentada por el PCE: - Su capacidad para la ocupación de espacios sociales (su capilaridad en la lucha del movimiento obrero, del movimiento ciudadano, del movimiento de mujeres, en las fuerzas del trabajo y la cultura) (RUIZ-HUERTA CARBONELL, 2013: 233). - La composición sociológica de la ciudad era favorable al PCE al haber sabido vertebrar y repolitizar a la población de aluvión que se había asentado en las barriadas periféricas (ANGUITA y ANDRADE, 2015: 90). - La alianza de una parte de los cristianos de base con el PCE en diferentes espacios (Círculo Cultural Juan XXIII, asociaciones vecinales, clubes de barrio, etc). El número dos de la candidatura en calidad de independiente, el abogado Rafael Sarazá (ex presidente del Juan XXIII y ex militante de la OIC), arrastró votos (PEÑA MUÑOZ, 2003: 803). - La fuerte abstención que afectó, casi exclusivamente, a la UCD (PADILLA GONZÁLEZ, 2004: 402). - El acuerdo del Comité Federal del PSOE de situar como candidato a la alcaldía a un supuestamente desconocido Antonio Zurita de Julián (ex Secretario General del PSP y ex vicepresidente de la Asociación Sociocultural de la Barriada de Ciudad Jardín). Ello en detrimento de Joaquín Martínez Bjorkman (asesor jurídico de las asociaciones de vecinos), generando un clima de descontento y desafección en las bases socialistas (PADILLA GONZÁLEZ, 2004: 403). Antonio Zurita (2012) señaló que Manuel Arenas, presidente de la AF Marina Española, perteneciente a la agrupación del PSOE de Parque Figueroa y del grupo de Martínez Bjorkman, intentó postularse sin éxito como candidato a la alcaldía. Al no lograrlo, no apoyaron la candidatura. Otra característica de las municipales (aparte del destacado número de activistas vecinales en las listas) fue la notable presencia de socios y directivos del mencionado Círculo Cultural Juan XXIII en las candidaturas. Una vez celebrados los comicios, de 27 concejales salieron 13 electos pertenecientes al Círculo (ZURITA DE JULIÁN, 2014: 165). Las urnas dieron el triunfo como lista más votada al PCE (8 concejales, seguidos de UCD y PSOE, con 7 cada uno; y el PSA-PA, con 5). El gobierno municipal se conformó con representantes de todos los partidos. Una de las actuaciones más destacadas de este primer ayuntamiento democrático fueron las políticas de participación ciudadana. Varios factores explicarían esta situación: - Un ayuntamiento con alcaldía del PCE (grupo municipal más numeroso, por delante de UCD), que llevaba en su programa la descentralización municipal (juntas vecinales) y el diálogo con el movimiento ciudadano. 10 «Acta

de la Asamblea General Extraordinaria celebrada el día 23 de junio de 1977», AGMIR, Registro Nacional de Asociaciones, Expediente Asociación de Vecinos .Al-Andalus"de la Barriada del Parque Cruz Conde.

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Actas del XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea

Javier Contreras-Becerra - La “coalición” que se produciría entre el Ayuntamiento y las asociaciones de vecinos, debidas tanto a las redes personales existentes entre comunistas y cristianos de base como a la amplia superposición de los miembros de las AA.VV. con el PCE (NAVARRO YÁÑEZ, 2000: 30). - Un ayuntamiento en donde dos de los partidos con responsabilidades de gobierno (PCE y PSA) respaldaban de manera decidida a las asociaciones de vecinos. - Las políticas de participación ciudadana disfrutaron de una continuidad, favorecidas por la mayoría absoluta del PCA en las municipales de 1983. Juan Perea (2012), cura obrero y futuro presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos “Azahara”, destacó los pequeños gestos que manifestó el equipo de gobierno cordobés. Las asociaciones de vecinos resultaban muy cuidadas sobre todo por el PCE, a pesar de la lentitud en la resolución de los problemas: - E: ¿Y notasteis un cambio...notasteis un cambio a partir de las elecciones...? - J: Hombre, notamos un cambio en cuanto a la...a la... Primero, en cuanto a las relaciones personales con los... con el equipo de gobierno de entonces. Hubo un equipo de gobierno en principio... de los tres partidos políticos: el PCA, el PSOE y el Partido Andalucista [en realidad, el PSA] Primero, las relaciones interpersonales fueron inmejorables. Lo que era... la atención, el escuchar y...la atención, el escuchar y el tener en cuenta las reivindicaciones, muy buena. ¿Estamos? Luego después las realizaciones... no tanto. Pero en cuanto a eso, hubo un cambio radical. Yo me acuerdo que llevaba un mes o por ahí Julio Anguita de alcalde en Córdoba y nos llamó. Nos fuimos. (ríe) Nos citó a las 3 y media de la tarde (...) Llegamos allí y dice la secretaria, la secretaria dice “¿Dónde vais?”. “Pues mira, Julio, que nos ha llamao, nos ha llamao, nos ha dicho que vengamos, que quiere hablar con nosotros”. “Pero está acostao”. “Pues bueno dile que estamos aquí, que a nosotros nos ha dicho esto”. [Julio Anguita] Se levantó... (gesto como de revolverse) Bueno, nos atendió. Eso no se le ocurría a Antonio Alarcón, al alcalde anterior. Y llevaba Julio un mes y medio de alcalde (ríe). Francisco Nieto (2012), primer presidente de la A.VV. “La Unidad” del Sector Sur, consideró que la cercanía al movimiento vecinal de los concejales obedecía a que varios de ellos habían coincidido en diversas luchas sindicales y ciudadanas. Lo cual no impedía comportamientos individuales “arrogantes” de concejales, que apelaban a los resultados electorales como única fuente de legitimidad: Notamos un cambio sobre todo a mejor, porque por lo menos era escuchao. Después oído. Si no escuchao, al menos oído. Que también existía la confianza que habían sido compañeros tuyos en el movimiento asociativo, y si no del vecinal, por lo menos del sindical. Es decir, había gente muy conocida en las batallas que habíamos librado en la parte... en los tiempos de la dictadura juntos. Y bueno... había un cambio de actitud, había un cambio de talante, había... Después, el problema estaba en que individualmente... cada uno de los concejales se tomaba la cosa de forma distinta. Entonces, ha habido quien se ha puesto casi a tu altura por lo menos, ha escuchao, ha oío y se ha puesto a estudiar tus planteamientos, aunque luego te haya tenido que decir que no. Y ha habido quien de antemano te decía “es que mis 80.000 votos en Córdoba me autentifican” (. . . ) Entonces actitudes individuales a ese nivel, las había. La actitud genérica no era esa. La actitud genérica pues era la de estar más cercano al movimiento vecinal. Entre otras cosas porque habíamos sido compañeros, tanto del movimiento vecinal como de otros movimientos políticos que se habían movido en Córdoba y habíamos estado juntos. Pero vamos, había un cambio hacia mejor, genérico. Aunque cuando particularizabas con determinados concejales, se les veía la vena de que, por mucho que fueran de izquierdas, el poder les daba otro tipo de funcionamiento.

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La construcción del “califato rojo”. El movimiento vecinal en Córdoba (1963-1986) El nuevo ayuntamiento aprobó en agosto de 1979 el primer Reglamento de Participación Ciudadana, fruto de las propuestas de UCD y PSOE. Éstos habían logrado imponerlas frente a las del PCE y PSA, que recogían las del anteproyecto elaborado por la Federación de Asociaciones de Vecinos “Azahara” (ROMÁN ASENSIO, 1986: 58-59). La Federación presentó varias alegaciones: Elección democrática de los miembros de las futuras Juntas Vecinales por cada barrio, pudiendo concurrir cualquier vecino. Obligatoriedad de llevar los acuerdos de las Juntas Vecinales a los plenos del Ayuntamiento. Participación con voz, pero sin voto, de todas las organizaciones populares de la barriada en las Juntas (para preservar su independencia). Voz en los plenos y acceso a las actas y cuentas del Ayuntamiento por parte de las asociaciones de vecinos. Pero el proyecto de Reglamento no satisfizo al movimiento vecinal, por cuanto consideraba que se habían creado “ayuntamientos paralelos” (Juntas Vecinales con representación de los cuatro grupos municipales). Además, temía que se fortaleciese a los partidos en detrimento de las asociaciones vecinales y que no se buscase una verdadera participación al reforzar el papel de otras entidades (peñas, clubes, etc)11 . Por otro lado, la participación ciudadana tenía carácter consultivo y provisional hasta que no se aprobara y desarrollara una nueva Ley de Régimen Local. Lo que se estaba dirimiendo es, por un lado, si se consideraba a las asociaciones vecinales genuinas representantes de los intereses de un barrio o, por el contrario, un actor más. Por otro, qué margen de maniobra iban a tener las futuras Juntas Vecinales (si el ayuntamiento iba a ceder competencias y toma de decisiones al tejido asociativo, o si los partidos seguirían gozando de preeminencia). A pesar de todo, el Reglamento se aprobó el 18 de octubre de ese año12 . Entre sus principales características, destacaban: El carácter consultivo y provisional de la participación ciudadana por motivos legales. La participación ciudadana en la gestión municipal se articularía por medio de Juntas Vecinales de Barrio y Juntas Locales de Sector. Se constituirían un total de 21 Juntas Vecinales de Barrio y 9 Juntas Locales de Sector (que comprendían las diferentes áreas o comisiones informativas del Ayuntamiento). Cada Junta Vecinal estaría compuesta por un presidente y de 5 a 10 vocales (uno por cada partido político, uno por las asociaciones vecinales y el resto, otros colectivos). La Alcaldía designaría al presidente de la Junta Vecinal a propuesta de los partidos políticos, siendo los vocales elegidos democráticamente en las asambleas de sus entidades. Atribuciones de las Juntas Vecinales: informar al Ayuntamiento sobre problemas específicos del barrio, proponer soluciones que serían estudiadas obligatoriamente por la Corporación, consulta previa por parte municipal de temas que afectasen al barrio y seguimiento de la gestión municipal en cuanto a asuntos ya aprobados Las Juntas Locales de Sector estarían presididas por un concejal delegado de servicios y de 5 a 11 vocales (uno por las asociaciones de vecinos y el resto, en representación de sindicatos, colegios profesionales, asociaciones empresariales, Universidad y diversos colectivos). 11 «Vecinos»,

AAVSSU (Archivo de la AV “La Unidad” del Sector Sur, Córdoba), Secretaría. Participación ciudadana», Archivo Municipal de Córdoba (AMCo), Actas capitulares, Acta del pleno extraordinario celebrado el dieciocho de octubre de 1979, folios 18v-19.

12 «321/79.

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Javier Contreras-Becerra Funciones de las Juntas Locales de Sector: informar al teniente de alcalde delegado de servicios sobre problemas específicos del mismo, proponer soluciones alternativas a dichos problemas, consulta previa por parte del teniente de alcalde en materias específicas, seguimiento de la gestión municipal (asuntos ya aprobados)13 . Al mismo tiempo, se contempló la participación del movimiento vecinal (5 representantes de asociaciones vecinales) en la Comisión de revisión del Plan General de Ordenación Urbana14 . Finalmente, las Juntas Vecinales de Barrio entraron en funcionamiento a lo largo de 198015 , no sin el disgusto de las asociaciones vecinales al recaer la presidencia de las Juntas en concejales, puesto que veían mermada su participación. Además, las Juntas Vecinales de Sector no se pusieron en marcha y no se llegaron a constituir todas las de Barrio (sobre todo las presididas por concejales de UCD y PSOE). Por ello, esta primera experiencia de participación duraría pocos meses (NAVARRO YÁÑEZ, 1999: 223). Más adelante, se crearía la Delegación de Participación Ciudadana, al frente de la cual se situará el concejal del PCE y ex presidente de la AVV Nuestra Señora de Belén, Rafael Muñoz Peinado. Como pieza fundamental de la política de participación ciudadana, el Ayuntamiento se preocupará por asegurar la transmisión de información, por lo que en 1982 empieza a publicar El Pregonero. El movimiento vecinal, pese a altibajos que obligarían en 1984 a refundar la Federación, apoyó los encuentros de coordinadoras y federaciones andaluzas. En el Segundo, celebrado en febrero de 1980 en Córdoba, el movimiento vecinal andaluz acordó volcarse en la campaña del referéndum autonómico del 28 de ese mismo mes, pidiendo el Sí a la vía del artículo 151 de la Constitución. Consciente de la desigualdad de condiciones, las asociaciones vecinales cordobesas pidieron el voto afirmativo a sus barrios a través de octavillas y emplearon simbología andalucista (despliegue de banderas verdiblancas en zonas visibles de los barrios defendiendo el Sí, edición de boletines informativos con el tema del referéndum). Tabla 1. Octavilla Asociación de Vecinos del Santuario “El Barrio en Marcha” con motivo del referéndum del 28-F (1980)

Fuente: “Vecino, considera las diferencias”, octavilla A.VV. del Santuario “El Barrio en Marcha”. Archivo particular de Juan Suárez Cambronero (Córdoba). 13 «Reglamento

de participación ciudadana 1979», AMCo, Caja SF/C 14782 Centros cívicos. Urbanismo», AMCo, Actas capitulares, Acta del pleno ordinario celebrado el tres de noviembre de 1979, folios 65v-70v. 15 MUÑOZ PEINADO, R.: Contestación a Julio Anguita expresándole su opinión sobre las Juntas vecinales (20 de noviembre de 1980), AMCo, Caja 07551. 14 «350/79.

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La construcción del “califato rojo”. El movimiento vecinal en Córdoba (1963-1986) Pero será en el segundo mandato municipal (1983-1987) cuando las políticas de participación ciudadana alcancen su mayor expresión. En las elecciones municipales de 1983, el movimiento vecinal cordobés continuó siendo importante en la confección de listas. El PCE-PCA incorporó a sus listas al primer presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos “Azahara”, Leonardo Rodríguez, de la Asociación Familiar de la Barriada de la Electromecánicas. Además, cinco activistas vecinales repitieron en la candidatura comunista. Finalmente, el ascendiente de Julio Anguita y rentabilizar la labor del equipo de gobierno PCE-PSA proporcionó al PCA una mayoría absoluta (17 PCA, 6 AP-PDP-UL, 4 PSOE-A). Todo ello limitó las posibilidades del resto de partidos (PSOE-A, PSA-PA, Partido Socialista de los Trabajadores) de llevar al pleno concejales electos de las asociaciones de vecinos. Incluso pese a que el candidato socialista, Joaquín Martínez Bjorkman, era muy conocido por su condición de senador y al haber ejercido como asesor jurídico del movimiento vecinal. Durante la campaña, Anguita y Martínez Bjorkman polemizaron por la ocupación de unos locales municipales por la Asociación de Vecinos de San José Obrero. Tabla 2. Presencia electoral del movimiento vecinal en las candidaturas a las municipales de 1979 y 1983

Fuentes: elaboración propia. No se incluyen los candidatos/as de la Liga Comunista Revolucionaria, al no haber sido proclamada su lista.16 Antes de las elecciones, se aprobó un nuevo Reglamento de Participación Ciudadana, elaborado por el mismo movimiento vecinal a partir de las conclusiones de unas Jornadas sobre 16 Libro

de socios y Libro de actas, AAVSSU. Libro de socios, AVSC (Archivo de la AV “Santuario”, Córdoba). Libro de socios y Libro de actas, AAVNSB. «Acta de constitución de la Asociación Socio Cultural Barriada de la Ciudad Jardín de Córdoba» (Córdoba, 2 de octubre de 1976), AAZJ (Archivo particular de Antonio Zurita de Julián, Córdoba). «Libro de socios», AAVSAV (Archivo de la A.V. “San Acisclo” de la Barriada de Valdeolleros). «Libro de socios» y «Libro de actas», AAVEP (Archivo de la AV El Parque). «Libro de socios» y «Libro de actas», AAVLP. «Libro de socios», AAVCN (Archivo de la AV Cañero Nuevo). «Acta de constitución de la Federación», AGMIR, Registro Nacional de Asociaciones, Expediente no . 232. Federación de Asociaciones de Vecinos de Córdoba “Azahara”. «Expediente Asociación de Cabezas de Familia Vecinos del Campo de la Verdad y Fray Albino», AGA, Fondo Ministerio de Presidencia, Asociaciones del Movimiento, (09) 017.021 44/9209, «Expediente Asociación de Cabezas de Familia del Parque Cruz Conde, de Córdoba», 1975, AGA, ídem fondo, Caja 44/09247; y «Expediente Asociación de Cabezas de Familia de Valdeolleros», 1976, AGA, ídem fondo, (09) 017.021 Caja 44/09282. «Relación y títulos de adhesión al CCA», AGAN (Archivo General de Andalucía), Fondo Club GORCA, sección Congreso de Cultura Andaluza, Leg. 4839. «Asociación de Vecinos Arrabal del Sur del Campo de la Verdad y Fray Albino», 1976, AGMIR, Registro de Asociaciones, Expediente no . 18.287. «Representantes Consejo de Distrito no . 10», AMCo, Archivo Intermedio, Caja 03907, Participación ciudadana, Acuerdos plenarios Constitución Consejos de Distrito. Alicia VAÑÓ BUENO: «Felicitación de la presidenta de la AVV La Luz al nuevo concejal de Participación y Relaciones Ciudadanas y comunicación de los representantes en el Consejo de Distrito (Córdoba, 20 de julio de 1983)», AMCo, Archivo Intermedio, Caja 03907, Participación ciudadana, Acuerdos plenarios Constitución Consejos de Distrito. Conversación telefónica con Florentina RODRÍGUEZ BORREGO, 29 de enero de 2015. Entrevistas orales a José LARIOS MARTÓN, Córdoba, 3 y 12 de mayo de 2012.

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Javier Contreras-Becerra Participación Ciudadana, celebradas en noviembre de 198217 . Entre sus características, figuraban: Las Juntas Vecinales de Barrio y Locales de Sector son sustituidas, respectivamente, por Consejos de Distrito y Consejos Locales de Sector. Se constituyen 15 Consejos de Distrito y 10 Consejos Locales de Sector. El Consejo de Distrito estaría formado por un presidente y entre 5 y 10 vocales. El Presidente y el Secretario serían elegidos en la sesión constitutiva del Consejo de Distrito entre sus miembros, pudiendo ser revocados por acuerdo de dos tercios. Los vocales del Consejo estarían compuestos por un representante del Ayuntamiento, otro por cada asociación vecinal que existiese en el Distrito y el resto se elegía en Asamblea General de Vecinos entre las entidades del mismo. Funciones de los Consejos de Distrito: informar y plantear alternativas a los problemas del Distrito (Ayuntamiento y otros organismos), proponer soluciones que tendrían que ser discutidas obligatoriamente por la Corporación, consulta previa por parte del Ayuntamiento en temas que afectasen al Distrito, participar con voz en las Comisiones Informativas donde se tratasen temas del Distrito, previa comunicación a su presidente; revisar y controlar los acuerdos tomados. Funciones de los Consejos Locales de Sector: informar al Ayuntamiento o al Delegado de servicios, proponer alternativas a los problemas, con posibilidad de intervenir en las comisiones informativas previa comunicación; consulta previa por parte del Delegado en asuntos que sean de trascendencia del sector y participar en los seguimientos de la gestión municipal (asuntos ya aprobados). La Corporación Municipal facilitaría a ambos Consejos el presupuesto ordinario, desglosado, con antelación para realizar sugerencias tanto al ordinario como al de inversiones. La Corporación Municipal facilitaría a ambos Consejos los órdenes del día de los plenos, comisiones informativas y comisión permanente. Posibilidad a ambos Consejos para intervenir con voz en el Pleno, comunicándolo con cierta antelación. Facilitar la representación de las asociaciones vecinales en los Consejos de Administración de las cuatro empresas públicas municipales. La Delegación de Participación Ciudadana velaría por el cumplimiento de los acuerdos de los diferentes Consejos, se reuniría con ellos, elaboraría de un programa de actividades priorizando el gasto y cubriría sus costes de organización y comunicación. Obligación por parte del Ayuntamiento de convocar referendos locales en asuntos de interés general, previa consulta a las asociaciones vecinales. Creación por parte del Ayuntamiento de centros municipales en todos los barrios, dotados de sede para las asociaciones vecinales, biblioteca, etc18 . Con este nuevo Reglamento, teóricamente el margen de maniobra de las asociaciones vecinales se ensanchó. No sólo porque incrementaban su número de representantes (uno por cada asociación del distrito) y la elección del presidente del Consejo de Distrito no dependía en exclusiva de los grupos municipales. También por todas las posibilidades que ofrecía participar en comisiones informativas (donde se trataban los asuntos de competencia municipal), que se les formulasen consultas sobre el presupuesto (lo que ayudaba a detectar necesidades en los barrios), conocer previamente el orden del día de plenos y comisiones (información sin la cual no es posible participar), poder intervenir en los plenos (que se pudiera comunicar con poca 17 MUÑOZ

DE LA ESPADA BELLO, I.: Certificado del acuerdo del Excmo. Ayuntamiento Pleno en sesión ordinaria celebrada el día siete de abril de mil novecientos ochenta y tres, AMCo, AI/C 03099, Acuerdos plenarios sobre reglamento de participación ciudadana y posteriores modificaciones 18 Reglamento de Participación Ciudadana. Excmo. Ayuntamiento de Córdoba. 1983, Archivo de Juan Suárez Cambronero.

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La construcción del “califato rojo”. El movimiento vecinal en Córdoba (1963-1986) antelación facilitaba hablar de la problemática de los barrios), que el alcalde tuviera en cuenta su criterio en caso de convocatoria de referendos locales (valorando su representatividad, al margen del número de afiliados), tener derecho a subvenciones para actividades y funcionamiento (mediante la Delegación de Participación Ciudadana) y estar presente en los Consejos de Administración de Empresas Públicas Municipales (con lo que conllevaba de labor de control y de velar por los intereses populares). El nuevo Reglamento resultaría aprobado por el PCA, PSA y PSOE, votando en contra la UCD. Paralelamente, la política informativa del Ayuntamiento pasaría por seguir publicando El Pregonero, ofreciéndole además a las asociaciones la posibilidad de recoger sus aportaciones en él19 . En la Delegación de Participación Ciudadana, se alternarían Antonio Santacruz Fernández (antiguo socio de la A.VV. “San Vicente Ferrer”, nueva denominación de la ACF de la Barriada de Cañero) y Cándido Jiménez Sánchez (ex vicepresidente de la ACF del Barrio del Naranjo). Las buenas relaciones en general entre el equipo de gobierno municipal y el movimiento vecinal no impidió que existieran desencuentros e incluso rupturas. En 1987, la Asociación de Vecinos “Arrabal del Sur”, ante el presunto olvido municipal del barrio y la actitud supuestamente despectiva de algunos concejales, decidió abandonar el Consejo de Distrito, no asistir a reuniones que convocara el Ayuntamiento, no colaborar en actos municipales e informar al barrio de la situación. A finales del segundo mandato, se sentaron las bases para la creación del nuevo órgano del Consejo del Movimiento Ciudadano y se suscribió un convenio Ayuntamiento-movimiento vecinal que delegaba parcelas de poder en las áreas de Cultura, Participación Ciudadana y Deportes.

CONCLUSIONES En el texto nos hemos referido a Córdoba como una ciudad con unas particularidades que influyeron en el desarrollo posterior del movimiento vecinal. Así pues, ¿qué le hace singular respecto a las capitales de provincia cercanas? En primer lugar, una intensa emigración a la capital desde pueblos con una cierta tradición izquierdista (en particular de la Campiña) y el asentamiento de esta población de aluvión en barrios de la periferia. En segundo lugar, el desarrollo de redes personales. En tercer lugar, la presencia en los mismos de células del PCE, cristianos de base y otras fuerzas políticas (si bien en menor medida). En cuarto lugar, el carácter pionero de las asociaciones de cabezas de familia cordobesas respecto a sus homólogas andaluzas, así como la participación de militantes clandestinos del PCE y del PSOE a mediados de los 70. Como quinta característica, la continuidad de la mayoría de las asociaciones de cabezas de familia, adaptadas a la nueva legislación como asociaciones vecinales. En sexto lugar, la alianza entre sectores cristianos y el PCE, favorecida por espacios de encuentro como el Círculo Cultural Juan XXIII. En séptimo lugar, unas primeras elecciones municipales ganadas por el PCE, con notable presencia de activistas vecinales en su candidatura. Por último, una apuesta del mismo por las políticas de participación ciudadana, que serán apoyada en particular por otra de las fuerzas de izquierda con representación en el Ayuntamiento, el PSA. El movimiento vecinal cordobés, al igual que sus homólogos andaluces, se implicó en la reivindicación de mejoras para los barrios y la exigencia de participación popular en los ayuntamientos. Por otro lado, potenció la cultura popular a través de fiestas de barrios, la programación de diversas actividades y el apoyo al Congreso de Cultura Andaluza. Además, supo sumar a buena parte de las asociaciones dentro de una coordinadora (posteriormente federación) en torno a un proyecto de ciudad. Esta coordinación resultó crucial durante la campaña del referéndum autonómico del 28 de febrero de 1980, conforme se fueron negociando con el ayuntamiento el desarrollo de políticas de participación ciudadana (especialmente durante el segundo mandato municipal) y con motivo de las movilizaciones en pro de una nueva estación de ferrocarril en 1987.

19 «Informe

de la gestión realizada por la Junta Directiva de la Federación en el periodo: junio 85/julio 87», AAVLP, Secretaría.

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