La construccion de identidad profesional en Trabajo Social

June 8, 2017 | Autor: Tati Fink | Categoría: Trabajo Social, DOCUMENTOS DE TRABAJO SOCIAL, Trabajo Social Crítico
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Descripción

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LUJAN

“La construcción de identidad profesional en el neoliberalismo: un desafío ético”

Tatiana Fink

TRABAJO FINAL DE GRADUACIÓN

LICENCIATURA EN TRABAJO SOCIAL

2004

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Página de aprobación

__________________________________

_______________________________________

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Resumen

El Trabajo social como práctica social, es decir en su carácter de práctica profesional especializada, y legitimada por un saber acreditado académicamente, está inserta en la trama de las relaciones sociales y económicas. En otras palabras, dicha práctica profesional estará determinada por las condiciones políticas, sociales y económicas en las que esta se desarrolla en un momento dado. En este sentido y considerando el particular desarrollo de la profesión, adquiere relevancia la articulación que tiene en cada período histórico, con el modelo de política social, los espacios socio-ocupacionales y los procesos de formación profesional. Consideramos necesario en este momento aportar algunos elementos para que como colectivo profesional asumamos un proceso de análisis y reflexión respecto al proceso de construcción de Identidad Profesional en el marco del neoliberalismo. Con estas premisas, nos abocaremos a la tarea de analizar y problematizar los distintos trabajos escritos y ponencias presentadas por trabajadores sociales y estudiantes avanzados en los dos Congresos Nacionales de Trabajo Social celebrados durante el año 2003 en Tandil y La Pampa respectivamente: I Congreso Nacional de Trabajo Social del Centro de la Provincia de Buenos Aires “El Trabajo Social y la Cuestión Social: Crisis, Movimientos Sociales y Ciudadanía”; XXII Congreso Nacional de Trabajo Social “Cultura democrática y participación para el desarrollo social. El desafío de ser argentinos”. Ambos organizados conjuntamente por Unidades académicas y Colegios profesionales. En este sentido, el presente trabajo pretende constituirse en un aporte al conocimiento sobre el tema de la construcción histórica de la Identidad Profesional del Trabajo Social en el marco del sistema capitalista,

a fin de

promover la reflexión y el análisis que permita a los Trabajadores Sociales responder de manera competente y crítica a las exigencias emergentes en este nuevo siglo.

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5

Índice

Introducción

5

I) Repensando la histórica construcción de Identidad del Trabajo Social...

7

-

¿Cómo entendemos la categoría identidad?

7

-

La cuestión de la Identidad profesional: un poco de historia

9

II) El Trabajo Social en el Neoliberalismo

18

-

Acerca del Neoliberalismo

18

-

Características del programa neoliberal

21

-

Nuevos actores emergentes

24

-

¿Cómo impactan las transformaciones sociales desarrolladas por el programa neoliberal en el Trabajo Social?

Estrategia teórico-metodológica

27 31

III)Trabajo Social y construcción de identidad: una mirada desde la práctica profesional -

33

La Intervención Profesional en relación a la Cuestión Social, el Estado y las Políticas Sociales

34

 El Trabajo Social frente a las nuevas formas de organización popular

34

 La Intervención profesional en el marco de los actuales programas sociales

39

 Los espacios socio-ocupacionales del Trabajo Social ¿cambios en el mercado de trabajo profesional?

46

 El Trabajo Social en relación a los procesos de formación profesional y la intervención profesional

50

 Las dimensiones del Trabajo Social en la intervención profesional 58 IV) Concepción de Trabajo Social: hacia una nueva práctica social

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Reflexiones finales

73

5

6

Bibliografía

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Anexo

82 Introducción

El Trabajo social como práctica social, es decir en su carácter de práctica profesional especializada, y legitimada por un saber acreditado académicamente, está inserta en la trama de las relaciones sociales y económicas. En otras palabras, dicha práctica profesional estará determinada por las condiciones políticas, sociales y económicas en las que esta se desarrolla en un momento dado. En este sentido y considerando el particular desarrollo de la profesión, adquiere relevancia la articulación, que tiene en cada período histórico, con el modelo de política social, los espacios socio-ocupacionales y los procesos de formación profesional. Consideramos necesario en este momento aportar algunos elementos para que como colectivo profesional asumamos un proceso de análisis y reflexión respecto al papel de la profesión en el marco de las actuales políticas neoliberales. Desde aquí, el presente trabajo no apunta a transmitir un saber distinto sobre la historia de la profesión; si no más bien a compartir una búsqueda, en la que como colectivo estamos embarcados. La intención es la de aportar algunas ideas en un proceso que nos permita comprender y recuperar un saber sobre nosotros mismos como institución -el Trabajo Social-. El momento actual nos presenta un mundo de incertidumbre y turbulencia que nos envuelve, donde día a día se agudiza la problemática social y cada vez son más quienes viven en situación de vulnerabilidad, precarización laboral, explotación, fragmentación y polarización; manifestaciones estas de la cuestión social contemporánea. La caída generalizada y desigual de los ingresos, un mercado de trabajo más segmentado y excluyente, fuertes modificaciones en el papel de Estado dan como resultante sociedades que se reestructuran y se transforman en el contexto de pueblos que se empobrecen cada día un poco más. América Latina enfrenta 6

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actualmente la crisis más aguda en este siglo. La misma ha generado un deterioro continuo y crítico de la situación social provocando esto altos niveles de incertidumbre y desconcierto frente a estas manifestaciones de la actual cuestión social. Es urgente, entonces, volver a las fuentes, hacer una aproximación al origen de los hechos, romper con lo aparente e investigar lo que esta implícito a fin de repensar la realidad social. Ésta

es un fenómeno complejo,

multidimensional y dinámico donde los diferentes actores sociales construyen y reconstruyen su propia identidad, en un proceso dialéctico donde teoría y praxis se influyen mutuamente. Las profesiones y disciplinas no escapan a esta construcción, de donde se deriva que los objetos de éstas son elaborados socialmente, y por lo tanto mutables, flexibles y dinámicos. Se trata, pues, de descifrar y desentrañar cómo se presenta esta realidad al Trabajo Social, y cómo enfrenta la profesión el desafío de construir su Identidad en este marco. En este sentido, la presente investigación –de tipo bibliográfica pretende constituirse en un aporte al conocimiento sobre el tema de la construcción histórica de la Identidad Profesional del Trabajo Social en Argentina, a fin de promover la reflexión y el análisis que direccionen el debate y la crítica a las exigencias emergentes en este nuevo siglo. Reflexionar sobre el Trabajo Social, sobre su significado histórico, sobre su Identidad Profesional, en este momento de transformaciones tan intensas, se torna un compromiso verdadero con este presente y con la perspectiva de un futuro con justicia, democracia e igualdad de oportunidades. Como profesionales del Trabajo Social no podemos permanecer al margen de los acontecimientos ya que son varios los aportes desde la profesión que podemos hacer. Análisis de la problemática social, inscripción de la misma dentro del contexto socio histórico, en pasado y en presente, producidas en nuestro país, en Latinoamérica y el resto del mundo. En esencia, de lo que se trata es de intentar ver todos estos factores dentro del movimiento histórico y para ello, es necesario que nos miremos como sujetos activos en un mundo en construcción permanente, donde cada uno tiene "algo que decir" y que aportar al desarrollo de nuestra profesión. 7

8

Con estas premisas, nos abocaremos a la tarea de analizar y problematizar los distintos trabajos escritos y ponencias presentadas por trabajadores sociales y estudiantes avanzados en los dos Congresos Nacionales de Trabajo Social celebrados durante el año 2003 en Tandil y La Pampa respectivamente: I Congreso Nacional de Trabajo Social del Centro de la Provincia de Buenos Aires “El Trabajo Social y la Cuestión Social: Crisis, Movimientos Sociales y Ciudadanía”; XXII Congreso Nacional de Trabajo Social “Cultura democrática y participación para el desarrollo social. El desafío de ser argentinos”. Ambos organizados conjuntamente por Unidades académicas y Colegios profesionales. En un primer momento, se brindará una perspectiva que aporte a repensar la histórica construcción de identidad profesional del Trabajo Social; Y en un segundo momento, se presentarán las principales características del Programa Neoliberal. Asimismo, se analizará cómo impactan las transformaciones sociales desarrolladas por el programa neoliberal en el Trabajo Social. Finalmente, se desarrollará un análisis sobre el proceso de construcción de Identidad Profesional del Trabajo Social, fundamentalmente a partir de la lectura y reflexión de distintos trabajos escritos presentados por trabajadores sociales y estudiantes avanzados en los Congresos mencionados anteriormente.

Repensando la histórica construcción de Identidad del Trabajo Social...

¿Cómo entendemos la categoría Identidad? El termino “identidad” puede ser entendido desde distintas y hasta contradictorias matrices, es por ello que se hace preciso clarificar el concepto; así como también posicionarnos desde una perspectiva teórica particular a fin de poder desarrollar el análisis que nos proponemos respecto a esta temática. Por lo tanto, podemos decir que para responder a nuestro interrogante sobre qué es la identidad, nos remitiremos a ciertos autores que abordan el tema. En primer lugar, Martinelli M.L nos plantea que es imperioso reconocer la categoría identidad desde una concepción de totalidad, entendiendo que la misma se encuentra en constante movimiento, cambio, y enmarcada en el propio proceso de transformación social de la realidad. En términos de la misma, ”se 8

9

desprende, por tanto, la importancia de la determinación reflexiva que deviene de la contradictoriedad de la realidad, de su tensión permanente, de su movimiento incesante. Como consecuencia de ese proceso del que forman parte, los seres son inevitablemente marcados por una dualidad interna, encontrándose en ellos tanto la simiente de lo nuevo cuanto la presencia de lo viejo. De la misma forma, se encuentra en ellos también tanto la identidad como la alteridad, una vez que cada ser determina en la relación con el otro y se determina también en la relación consigo mismo”1. María Silvina Cavalleri, Carina Moljo y Gustavo Parra hablan en sus textos sobre la construcción de la identidad y concuerdan cuando dicen que no se puede hablar de identidad como algo estático, cerrado e inmutable. Históricamente, la categoría identidad ha estado asociado a lo “idéntico”, a lo “igual”, a lo “no diferente”, expresando y transmitiendo un carácter de permanencia y ausencia de movimiento. Pero estos autores acuerdan que a la identidad hay que considerarla como una categoría histórica, social, política y cultural. Como categoría dinámica, en permanente movimiento que se construye en la trama de las relaciones sociales y en oposición a formas estáticas o prescriptivas del “deber ser”. Entonces, no se puede entender la identidad como algo inmutable, estático y cerrado, sino mas bien, citando las palabras de Cavalleri S., como “una construcción de procesos identitarios, lo que posibilita el reconocimiento y existencia de movimientos permanentes, de construcciones que no acaban, de procesos relacionados entre si de construcción, deconstruccion, reconstrucción.”2 De lo anterior, entonces, se entiende que la categoría identidad no puede ser pensada como un conjunto de rasgos y características que portan sujetos, grupos, pueblos y/o profesiones en particular. Es por ello que desde este trabajo,

1

Martinelli M. L. (S/f): “El uno y el múltiplo: relaciones entre las áreas del saber.

Un abordaje socioeducacional” en Martinelli M. L, Rodríguez On M. L, Tannus Muchail S. (org) O uno e o Múltiplo nas relacoes entre as áreas do saber. Cortez Ed/Educ. (traducción: Lic. M. Silvina Cavalleri en Desde el fondo N° 23 UNER, 2001) pg. 24 2

Cavalleri Silvina (1999): “Construyendo Identidad en Trabajo Social. Los aportes

de la investigación en el fortalecimiento de la categoría profesional. Buenos Aires, Mimeo Asignatura TS IV. Pg. 2 9

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nos abocaremos al análisis de la construcción de Identidad profesional distanciándonos de aquellos análisis que conciben la identidad apoyada en el principio de la igualdad, lo estable, y lo permanente. Es en este sentido, que se apunta a estudiar, analizar y comprender algunas de las vertientes que el proceso de construcción de Identidad en Trabajo Social comprende. Y en relación con lo anterior, resulta importante remarcar como dice Martinelli, que en dicho proceso se halla “tanto la simiente de lo nuevo cuanto la presencia de lo viejo”, por lo que se podría afirmar la convivencia de rasgos de “la identidad atribuida” a los profesionales durante el surgimiento de la profesión, en el propio proceso de construcción de identidad.

La cuestión de la identidad profesional: un poco de historia ...

Existen múltiples formas de analizar el Trabajo Social y, en relación a ellas, al abordaje de su historia. Desde nuestra perspectiva de análisis ubicamos el surgimiento y desarrollo del Trabajo Social en cuanto profesión y practica institucionalizada, dentro del modo de producción capitalista. “El Trabajo Social, como una totalidad históricamente determinada, -y por lo tanto en clara oposición a visiones evolucionistas de la caridad y la filantropía-, se encuentra inserto dentro de las relaciones sociales que este modo de producción impone, tanto a los agentes profesionales como a los sectores con los cuales trabaja”.3 Siguiendo con el análisis que desarrolla Parra G., si analizamos la construcción de identidad profesional desde una perspectiva histórica, es posible evidenciar en este proceso continuidades y rupturas, que podrían estar vinculadas por una parte, a rasgos característicos de la “identidad atribuida” (inmediatez, pragmatismo, subalternidad, rutinizacion de practicas, etc), pero asimismo por otro lado, nuevas vías de superación que trasciendan dichos rasgos, las cuales podrían estar encaminadas hacia una construcción de identidad profesional que reconozca las diferencias, las pluralidad, la autonomía, que rompa con lo establecido y se oriente no a la “resolución de problemáticas”,

3

Parra Gustavo (1999): “Antimodernidad y Trabajo Social”. UNLU, Bs. As, Arg.

Cap 1, pg.75. 10

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sino mas bien a la construcción de ciudadanía con pleno ejercicio del Derecho. La consustancial inequidad que marcó el transcurrir de la humanidad y que hace crisis al agudizarse las contradicciones económicas y sociales -con el fortalecimiento del capitalismo como modelo hegemónico, coadyuvado por los logros en el campo de la industria en el siglo XIX y comienzos del siglo XX-, demandó acciones paliativas de carácter filantrópico desde las iniciativas privadas, y luego, con el advenimiento de la función interventora del Estado en el ámbito social, se constituye el escenario institucional que ofrece el espacio para que comience el desarrollo de una profesión que atiende las manifestaciones de las contradicciones estructurales de una sociedad capitalista. “Las condiciones peculiares que determinaron (el surgimiento del Trabajo Social) como fenómeno histórico, social y como actividad profesional, y en las cuales se produjeron sus primeros modos de aparecer, marcaron al Servicio Social como una creación típica del capitalismo, por este engendrada, desarrollada y puesta permanentemente a su servicio, (...) como una ilusión necesaria para, conjuntamente con muchas otras ilusiones por éste creadas, garantizarle la efectividad y la permanencia histórica.”4 De este modo, agrega Cavalleri S., “se concibe al Trabajo Social como proceso, como profesión que se transforma al transformarse las condiciones y relaciones sociales en las cuales esta inserta”5. Entonces, el Trabajo Social al igual que otras profesiones, tiene su origen en la existencia de una dinámica social que genera espacios que hacen posible el surgimiento de una profesión. Para el caso del Trabajo Social, su principal campo de acción, por ser estatal, lo constriñe a los límites que la lógica de las funciones del Estado le señalan; esto es, la función de cohesión social especificada en funciones económicas, coercitivo-legales y de control social e ideológico. Respecto a este tema, Gustavo Parra sostiene que la cuestión social, “como manifestación de las desigualdades y antagonismos políticos, económicos y culturales anclada en las contradicciones propias del desarrollo capitalista y

4

Martinelli M.L (1997): “Servicio Social: Identidad y Alineación”. Cortez Ed. San

Pablo. Pg 72 5

11

Cavalleri Silvina (1999): op.cit, pg 1, 2

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poniendo en jaque el poder hegemónico de la burguesía, atentando contra el orden social establecido generó múltiples estrategias del poder instituido para enfrentarla, callarla, naturalizarla, disminuirla o incorporarla. Es en este sentido que podemos afirmar que el surgimiento del Trabajo Social, en cuanto profesión dentro del orden capitalista, se constituyó en una de esas diversas formas de enfrentar la cuestión social, tanto como una cuestión de policía como una cuestión política”6. Más adelante plantea este autor que “la legitimación de la intervención profesional provino casi exclusivamente del Estado,

quien realizó

una

incorporación de este profesional dentro de su estructura y organización gubernamental”7 y en palabras Martinelli, “como un importante instrumento de control social”8. Iamamoto por su parte plantea también que la cuestión social se redefine históricamente a partir de que “no es sino expresión del proceso de formación y desarrollo de la clase obrera y de su ingreso en el escenario político de la sociedad exigiendo su reconocimiento como clase por parte de empresarios y del Estado. Es la manifestación, en lo cotidiano de la vida social, de la contradicción entre el proletariado y la burguesía, la cual pasa a exigir otros tipos de intervención, más allá de la caridad y de la represión”. (Iamamoto en Parra 1999: 81). Asimismo, sostiene que el Trabajo Social se gesta como profesión reconocida en la división social del trabajo con el desarrollo capitalista, y reconoce en la cuestión social la base de justificación del Trabajo Social como especialización del trabajo9. Respecto a la temática de cuestión social, Netto ha desarrollado un análisis de mucho interés. El mismo sostiene la tesis de que “no es la cuestión social el motivador de la institucionalización del Trabajo Social”

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, y considera que el

6

Parra, Gustavo (1999): “Antimodernidad y Trabajo Social”. Universidad Nacional de Luján, Bs. As, Arg. Pg 81-85. 7

Parra Gustavo (1999): op. cit pg 86

8

Martinelli M.L (1997): op. cit pg 23

9

Iamamoto M. (S/f): “Servicio Social y División del Trabajo” Cortez Ed. San

Pablo. Cap 2, pg 91 10

Netto J. P. (2002): “Reflexiones en torno a la cuestión social” en AAV: Nuevos escenarios y practica

profesional. Una mirada desde el Trabajo Social. Espacio Ed.Buenos Aires, Argentina. Pg19

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Trabajo Social como profesión, solamente se desarrolla en nuestras sociedades cuando la cuestión social, además de ser reconocida como tal, es objeto de un trato específico del Estado. En este sentido, sólo cuando el Estado se propone intervenir con formas institucionales, se crea el espacio para la profesionalización del Trabajo Social. “Entre los años ‟90 y ‟40 (s.XIX-s.XX) lo que marca la posibilidad de institucionalización del Trabajo Social es el reconocimiento de que la cuestión social no es solucionable por medio de la represión contra aquellos que la denuncian, y que, por el contrario, es necesario encontrar formas integradoras para aquellos que sufren las expresiones de la cuestión social. Y de ahí la institucionalización de las políticas sociales, que dejan de ser episódicas y pasan a constituir instrumentos de regulación social (...) Entonces, es precisamente en este cruce entre políticas sociales, derechos sociales y reconocimiento de la cuestión social que emerge el Trabajo Social. Y lo hace bajo la idea claramente conservadora de que una intervención técnicamente adecuada, ideológicamente coherente con ésta y claramente despolitizada, es la vía para el enfrentamiento de la cuestión social”.11 Desde esta perspectiva, toma especial importancia el papel que cumplen las políticas sociales tanto en el surgimiento del Trabajo Social como en su desarrollo. En este sentido, y siguiendo con el análisis de Netto, podríamos decir que al plantearnos el tema de la construcción de Identidad en Trabajo Social, es fundamental pensar y dilucidar la relación existente entre las políticas sociales y el Trabajo Social. Desde aquí, retomaremos luego dicha relación enmarcándola puntualmente en el régimen de políticas sociales neoliberales a fin de comprender o simplemente interrogarnos cómo dichas políticas sociales condicionan e inciden en la construcción de identidad en Trabajo Social. Es importante remarcar que el Trabajo Social en sus orígenes construyó su identidad en el sustento teórico-ideológico del conservadurismo, a través del cual se privilegiaba una armonización de las relaciones contradictorias y antagónicas del sistema capitalista y una justificación de las desigualdades, “naturalizando” la historia y eliminando posibilidades de transformación social. De esta manera, es la racionalidad formal-abstracta la cual hegemonizó la práctica profesional y en

11

13

Netto (2002) op. cit, pg 21

14

este sentido, es sabido que la profesión se constituyó en una práctica profesional, principalmente

de

carácter

operativo,

reconocida

históricamente

por

su

funcionalidad al sistema capitalista en su fase monopolísta. En esta línea de reflexión, consideramos que la racionalidad formalabstracta, racionalidad hegemónica del orden burgués y de base positivista, ha ejercido una preponderancia en las teorías que inspiran a la profesión y las formas de actuar de los trabajadores sociales. Si comprendemos que el Trabajo Social en sus orígenes construyó su identidad en el sustento teórico-ideológico del conservadurismo, es posible considerar que la intervención profesional es dimensionada tanto en lo teóricometodológico, lo operativo-instrumental y lo ético-político, a partir de la racionalidad formal-abstracta y por lo tanto con una racionalidad que captura apenas la forma de aparecer de los hechos y los fenómenos, permitiendo que los trabajadores

sociales

fijen

los

hechos

en

padrones

y

procedimientos

predeterminados, cristalizados, pero impidiendo que avancen más allá de ellos. En términos de Guerra Y. (1999) “la racionalidad formal-abstracta, porque vacía los hechos de sus contenidos concretos y los separa de las relaciones que los engendran, tampoco permite que se perciba la conexión, la articulación, la vinculación entre las instancias socio-económicas, políticas, ideo-culturales, etc.”12 De este modo, podemos caracterizar al Trabajo Social en sus orígenes, como una práctica alienada, no permitiendo ser caracterizada como “praxis”, dado que su intervención privilegió el aspecto “instrumental” e imposibilitando con ello las posibilidades “emancipatorias” de la práctica social para la libertad de todos los hombres. Sin embargo, es importante remarcar nuevamente que esta identidad atribuida de la cual estamos haciendo alusión, es parte constitutiva de nuestra identidad en sí, y aún coexiste en el proceso de construcción de identidad profesional. Por otra parte, como se ha venido planteando, al referirnos al Trabajo Social, lo hacemos entendiendo al mismo como una forma de especialización profesional que se ubica dentro de la división socio-técnica del trabajo; y por lo tanto, su ejercicio profesional está limitado por las contradicciones, los 12

Guerra Y. (1999): “Elementos para la comprensión de la instrumentalidad del Trabajo Social” Escuela de Trabajo Social –Universidad de Costa Rica- Boletín electrónico Surá N° 30, pg 11

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antagonismos y la reproducción de las relaciones sociales. Con lo cual, y siguiendo el análisis de Martinelli (1995), la profesión surge en el escenario histórico con una “identidad atribuida”, respondiendo al proyecto político capitalista, determinando un recorrido alineado, alienante y alienador de la práctica profesional. La alianza que le dio origen al Trabajo Social (Estado, Iglesia y Burguesía) marcó sus directrices hacia el terreno del disciplinamiento y control social, lo cual no dio espacio a la incorporación de los intereses y expectativas de los propios agentes profesionales, y como dice Parra “no permitieron que la misma se constituyera como una típica profesión “liberal”, muy por el contrario, subordinó permanentemente su práctica profesional a los proyectos hegemónicos.” (Parra,1999:78) Esta “identidad atribuida”, que respondía al proyecto hegemónico burgués y atendía sus intereses, se presentaba como fija e inamovible, prescriptiva del “deber ser” profesional, y adaptada

a las

exigencias

del capitalismo,

desconociendo en su actividad los intereses y necesidades de los sujetos que recibían su atención o servicio. Este proceso de identidad atribuida, entendida como identidad prefabricada, y sin posibilidad de cuestionamiento, generó que los profesionales

del

Trabajo

Social

asumieran

como

propios

procesos

y

comportamientos prescriptos, ingresando a la máquina burocrática, ritualista e inmediatista, reproduciendo el proceso capitalista, con pocas posibilidades para el cambio. Para Cavalleri es en este proceso de adjudicación de identidad en donde el Trabajo Social asumió los rasgos señalados, y según Parra y Moljo expresar que la identidad es atribuida es indicar un vacío de identidad, lo cual no significa ausencia de identidad. Es decir que el hecho de haber asumido determinados rasgos por parte del colectivo profesional implica de alguna forma una construcción de identidad, pero una construcción direccionada desde los sectores dominantes y no desde los profesionales. Desde el movimiento de reconceptualización se comenzó a pensar y reflexionar sobre la práctica profesional que se estaba realizando hasta ese momento y se abrieron las posibilidades para pensar en la construcción de la identidad profesional. Al respecto, Cavalleri nos dice que pensar en la identidad 15

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construida en el Trabajo Social implica reflexionar acerca de las implicancias políticas de su práctica profesional como práctica que está atravesada por el proceso de lucha de clases. La identidad construida debe estar fuertemente marcada por una intencionalidad de autonomía. Es decir, dar cuenta de una dimensión política que promueva en los profesionales el ejercicio autónomo en el proceso de toma de decisiones y así también que rompa con la imposición, subordinación y alienación con la clase hegemónica. En este sentido la profesión necesita de Trabajadores Sociales fortalecidos en su capacidad teórica y metodológica, que les permita la crítica fundamentada y la consolidación como verdadera profesión, siendo el espacio de la alteridad y de la pluralidad en el que es posible pensar y desarrollar la construcción de identidad profesional. Sobre este tema, Parra y Moljo nos dicen que el proceso de construcción y reconstrucción de la identidad tiene lugar en el campo de las relaciones sociales con el otro, como expresión del movimiento y de las determinaciones que contiene la realidad social. La identidad se construye justamente en la “experiencia humana”, relacionándose al modo de vida, a los valores, costumbres e ideas y en relación con la estructura económica. En esta dirección, toman especial importancia ciertas cuestiones como ser, el imaginario social existente sobre el Trabajo Social, la imagen que los propios agentes construyen sobre si mismos y las orientaciones que la construcción de identidad profesional va tomando. Entendiendo que la construcción de identidad profesional se dá en el campo de las relaciones sociales es importante remarcar, por lo tanto, ciertas temáticas que se ponen en debate y discusión entre los profesionales, las cuales orientan y son parte constitutiva del proceso mismo de construcción de identidad. A saber, el tema de la especificidad profesional y la interdisciplinariedad (entre otros) han sido motivo de debate en muchas ocasiones. Se podría decir que, en general los análisis respecto a dichos temas se han caracterizado por centrar la atención en los asuntos referidos a la intervención: el objeto específico, los sujetos y los métodos e incluso a veces suelen plantearse la búsqueda de una teoría propia o bien la relación entre especificidad y legitimidad. Otros han cuestionado este enfoque endogenista para plantear la discusión desde un eje histórico-estructural y en esta perspectiva hay quienes plantean el 16

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debate en términos de la existencia de un objeto disciplinario del Trabajo Social; la no existencia de un objeto exclusivo y la distinción entre el objeto disciplinario y objetos particulares de intervención profesional. Sobre esto es interesante incorporar una idea desarrollada por el Dr. José Paulo Netto en su exposición realizada en el Congreso de Trabajo Social celebrado en abril del 2003 en Tandil. El mismo afirma que “el capitalismo es en sí mismo crisis”. Por lo tanto, crisis capitalista no significa desaparición del capitalismo, sino más bien transformación y/o cambio en los gérmenes del mismo. Esta idea resulta sumamente enriquecedora para los investigadores sociales que tienen una perspectiva de totalidad, ya que el análisis de la realidad social desde cada disciplina social no se puede focalizar específicamente en un objeto, sino en el conflicto central de “Capital-Trabajo”. Desde esta perspectiva, la multi – inter y transdiciplinariedad en las distintas disciplinas sociales desarrollan un análisis acotado y fragmentario de la realidad social, obstaculizando la comprensión de la sociedad como totalidad. También aborda esta cuestión Montaño C., cuando sostiene que plantearse el tema de la especificidad es quedar atrapado en la comprensión positivista de los que producen conocimientos y los que lo aplican, lo cual lleva a la separación entre ciencia y técnica; pero también señala que, negar la existencia de las especificidades en las profesiones, no significa desconocer que éstas posean características generadoras de cierta auto representación, sentimientos de pertenencia e identidad profesional. Sin embargo, cada profesión no puede ser reducida a un área específica del saber o del conocimiento, o viceversa. Por lo tanto, no existe una relación de correspondencia directa entre un tipo de profesión y una ciencia que la complementa. “Las profesiones son formas sociotécnicas del trabajo humano, más o menos vinculadas, que dan respuesta a una parcela más o menos determinada de la realidad, y para ello, capta e interpreta situaciones y fenómenos valiéndose de todos los conocimientos y campos del saber que le sean necesarios y elabora propuestas de intervención que contribuyan a la solución de problemas”.13

13

Montaño, Carlos (1998). La Naturaleza del Servicio Social. San Pablo, Brasil.

Cortez Editora. Pg. 33 17

18

Cabe agregar a este análisis la perspectiva de Susana García Salord (1991), quien sostiene que de la triangulación entre los sujetos sociales portadores de recursos y satisfactores (desde nuestro punto de vista el Estado y las ONG's), por otro lado, los sujetos sociales portadores de necesidades y carencias y, en tercer término, el sujeto social intermediario (trabajador social), nace el objeto de intervención bajo la forma de los efectos de las contradicciones en las condiciones de vida de las clases subalternas. Desde nuestro punto de vista, la triangulación entre sujetos es superada por el concepto de actor social, protagonista en el cumplimiento, el disfrute y la exigibilidad de los derechos; así como también contraponemos a esta afirmación, la noción de construcción y problematización. Al respecto otro autores han desarrollado esta temática desde una perspectiva critica y superadora del análisis endogenista, los cuales se han ido citando a lo largo de este trabajo. Por otra parte, J. P. Netto (1997) trata el tema de lo que él considera la estructura sincrética del

Servicio Social,

y plantea que desde su

institucionalización como profesión la discusión sobre su naturaleza estuvo vinculada al debate de la relevancia de sus papeles socio ocupacionales y la herencia de sus protoformas. La preocupación recurrente por legitimarse como profesión “científica”, sintetiza la conexión entre una problemática teórico cultural e histórico social para la clarificación del estatuto teórico del Servicio Social. En la reflexión intelectual del Servicio Social el estatuto profesional es colocado como dependiente de sus fundamentos “científicos”

pero en esa masa documental

aparece de forma residual la argumentación que procura explicarlo sustentándolo en el contexto de la división social y técnica del trabajo imperante en la sociedad burguesa madura y vinculándola a sus modalidades de reproducción social. Se supone que se eligió la vía del fundamento científico para romper con la imagen en relación con las protoformas de intervención asistencialista, asistémáticas y filantrópicas. Esto hace que se desconsidere lo esencial, que es su surgimiento a partir de demandas histórico sociales macroscópicas. Según este autor, la naturaleza socioprofesional del Trabajo Social carece de un referencial teórico crítico-dialéctico, desarrollándose asímismo un proceso

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19

acumulativo donde se incorporaron nuevos cuadros teóricos analíticos sin poner en cuestión su congruencia y padrón de articulación con la masa crítica anteriormente

existente

(virajes

psicologistas,

luego

funcionalistas,

constructivistas, etc.), produciendo ésto un ejercicio práctico profesional sincrético. Según Iamamoto, M.; Netto, P.; y Montaño, C. el desarrollo de la profesión es comprendido como fenómeno histórico, resultante de determinaciones de la realidad, por las relaciones sociales de producción y poder. Pero también, la profesión es resultante de su capacidad para reconocer y redefinir su legitimidad en el contexto de la diversidad y complejidad de las demandas. En este sentido, la construcción de identidad profesional en Trabajo Social nos remite a pensar la profesión desde todas sus dimensiones y enmarcándola en la historia. Y en este proceso de construcción es válido preguntarnos ¿qué implicancias tiene este proceso? ¿ Es posible construir identidad profesional desde el colectivo profesional? ¿Cómo se construye dicha identidad en el neoliberalismo? En el próximo apartado se irán exponiendo algunas ideas que permitan orientarnos en la búsqueda de respuestas, las cuales obviamente solo podrán ser entendidas como vías de acceso a la comprensión del tema objeto de este trabajo.

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El Trabajo Social en el Neoliberalismo

Acerca del neoliberalismo

Para entender qué es el neoliberalismo se hace preciso ir a los orígenes de éste, desentrañar sus principales características e introducirnos en la trama del mismo. El neoliberalismo surge luego de la Segunda Guerra Mundial, en una región de Europa y de América del Norte donde imperaba el capitalismo. Nace como una reacción teórica y política contra el Estado intervencionista y de Bienestar. A raíz de la crisis del modelo económico de posguerra, en 1973 cuando el mundo capitalista avanzado cayó en una larga y profunda recesión- el contexto se transformó en su totalidad y desde ese momento, las ideas neoliberales comenzaron

a

ganar

terreno.

Su propósito era combatir el

keynesianismo y el solidarismo reinantes, y preparar las bases de otro tipo de capitalismo, duro y libre de reglas, para el futuro. Las raíces de la crisis, afirmaba Hayek entre otros, se debían al poder excesivo y nefasto de los sindicatos y, de manera más general, del movimiento obrero, que había socavado las bases de la acumulación privada con sus presiones reivindicativas sobre los salarios y con su presión para que el Estado aumentase cada vez los gastos sociales. Estos dos procesos fueron tomados como los desencadenantes de los procesos inflacionarios y la destrucción de los niveles necesarios de beneficio de las empresas. De esta manera, en términos de Anderson P. “el remedio, entonces, era claro: mantener un Estado fuerte en su capacidad de quebrar el poder de los sindicatos y en el control del dinero, pero limitado en lo referido a los gastos sociales y a las intervenciones económicas. La estabilidad monetaria debería ser la meta suprema de cualquier gobierno. Para eso era necesaria una disciplina presupuestaria, con la contención de gasto social y la restauración de una tasa “natural” de desempleo, o sea, la creación de un ejército de industrial de reserva para quebrar los sindicatos.”14

14

Perry Anderson (1999) “Neoliberalismo, un balance provisorio” en E. Sader y P.

Gentile (compiladores) La trama del Neoliberalismo, CLACSO/EUDEBA, Buenos Aires. 20

21 En este marco anteriormente expuesto, a partir de la década del ‟70 se han llevado a cabo numerosas y significativas transformaciones en el ámbito político, económico, social y cultural, provocando esto importantes modificaciones en la estructura social, en el Estado, en la relación con la sociedad civil, en el modelo de producción y acumulación y a esto cabe agregar que, dichas transformaciones están íntimamente vinculadas unas con otras. Desde inicios de los ‟90, el Banco Mundial llevo adelante una reformulación del modelo de “crecimiento con orientación de mercado” impulsado durante los años ‟80 en América del Sur y, luego, en Europa Oriental. Por ejemplo, revisó el vinculo Estado/mercado y, también, aceptó que el crecimiento económico por sí sólo resulta insuficiente para el logro de mejoras sociales. Por ende, hubo cambios y su tarea se encauzó en dar respuesta a la explosión de la pobreza y la desigualdad que tuvo lugar en el Sur durante los ‟80, década de implantación de los “ajustes estructurales”. En términos de Ezcurra A. “se conformó un esfuerzo por neutralizar los riesgos políticos que tal deterioro social supuso (y comporta) para aquel modelo. En suma, se dieron modificaciones, que comenzaron ya en 1990 y que luego, al promediar la década, continuaron con las llamadas “reformas de segunda generación” y no obstante, se trata de cambios, sí, pero dentro de un paradigma invariable: el neoliberal.”15 En efecto, la doctrina neoliberal originaria vivió su primera fase de transformación, con dos ámbitos de cambio: 1. Por un lado, fijo los parámetros de un programa de política económica relativamente uniforme y de alcance mundial que se plasmo en los denominados ajustes estructurales, que por encima de sus diferencias nacionales exhiben un diseño común, inspirado en el credo neoliberal. En los ‟80, un hecho significativo fue que el mercado mundial paso a ser considerado como principal mecanismo de asignación de recursos. Como corolario, se produjo un agudo sobreacento en la búsqueda de competitividad (externa), lo cual exacerbo la política de deprimir el costo de

Cap 1, pg 15, 16 15

Ezcurra Ana Maria (1999) “Visión general” en ¿Qué es el Neoliberalismo?.

Lugar Editorial. Buenos Aires. Pg. 15 21

22 la fuerza de trabajo y los salarios. “El trabajo pues, retrocedió al papel de una mera mercancía comprada al menor precio posible. Se trata entonces, de una bandera ortodoxa que persiste en los ‟80, aunque agudizada; y que continua hasta el presente, nuevamente intensificada (con los programas de flexibilización laboral)”.16 2. Por otra parte, durante la primera administración Reagan (1980-83) la ortodoxia neoliberal tuvo su cambio mas significativo. En efecto, fue rearticulada por el pensamiento neoconservador. Es decir, se desencadeno un proceso de reorganización ideológica tan intenso que dio lugar a una nueva síntesis, con dos novedades centrales:  El ensamble del ideario neoliberal con valores democráticos (de raíz liberal), típicamente neoconservadores, mientras que en el neoliberalismo clásico ocuparon un lugar expresamente subordinado. Así se consolido un proyecto de sociedad integral, que no se limita al terreno económico y abarca al régimen político. En otros términos, se robusteció el impulso de una transformación global de las sociedades, una tendencia que perduro y se acentuó en los ‟90, sobre todo, con la incorporación de un régimen especifico de políticas sociales.  Se despunto una firme voluntad internacionalista, también de estirpe neoconservadora, que incito y estimula la expansión mundial del programa, en un intento de homogenización de alcance planetario, también conocido como “globalización”. En los ‟80 el programa alcanzo una extraordinaria expansión, teniendo como principales escenarios de experimentación a los países del cono sur de América Latina. Puntualmente en Chile bajo la dictadura de Pinochet se implanto el programa neoliberal de forma drástica y decidida: desregulación, desempleo masivo, represión sindical, redistribución de la renta a favor de los ricos y privatización de los bienes públicos. Por su parte, Bolivia bajo el gobierno de Sachs Jefferey (1985), a diferencia de Chile puso en marcha el plan neoliberal no para quebrar a un movimiento obrero poderoso, sino para frenar la hiperinflación. A estos países se suman México con la presidencia de

16

22

Ezcurra A.: op. cit. Pg. 16, 17

23

Salinas (1988), Argentina con la llegada al poder de Carlos Menem (1989), Venezuela bajo el segundo mandato presidencial de Carlos Andrés Pérez en el mismo año y Perú de mano de Fujimori (1990). Cabe decir que, ninguno de estos gobernantes confeso al pueblo, antes de ser electo, lo que efectivamente hizo después. Menem, Pérez y Fujimori, por cierto, prometieron exactamente lo opuesto a las políticas radicalmente antipopulistas que implantaron en los años ‟90.

Características del programa neoliberal

El neoconservadurismo-liberal constituye un proyecto, y no la expresión necesaria

de determinaciones históricas inexorables.

Un proyecto

cuya

propagación mundial es incitada, básicamente, por ciertas estructuras políticas. En particular, por aparatos estatales: los Estados del capitalismo avanzado y sobre todo, el de los Estados Unidos, por si mismos a través de su estrategia exterior

y,

también,

por

medio

de

instituciones

económico-financieras

internacionales. Al respecto, sobresale el papel adquirido por las agencias de Bretón Woods, a saber, el Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, que desde los ‟80 incrementaron notablemente su poder y se convirtieron en el dispositivo nodal para la implantación de los ajustes estructurales en el Sur y, luego, en el ex bloque soviético. Cabe recordar que se trata de organismos multilaterales; o sea, que sus miembros son Estados. Y que la capacidad resolutiva de cada país (en dichas entidades) es proporcional al capital comprometido. De ahí que los Estados centrales tengan un rol decisivo en la definición de políticas y en la toma de decisiones. Dichos organismos acuden y apelan a un instrumento critico para la efectiva implantación del programa: el condicionamiento de políticas, por lo cual desempeñan un rol notablemente activo en su formulación. Ello entraña una injerencia acentuada en las cuestiones internas, singularmente aguda en los países deudores. En otras palabras, la agenda de políticas: las políticas fundamentales, atinentes a los modelos particulares de cada sociedad, no son dispuestas ni por los ciudadanos, ni por los partidos, ni por los gobiernos 23

24

latinoamericanos provocando esto una significativa falta de gobernabilidad, lo que pone en cuestión los alcances democráticos de los gobiernos hoy vigentes en el subcontinente. Desde el inicio, ya en 1990, el papel del Estado se ubico principalmente en una mayor intervención publica pero con fines distributivos, lo que comporta un distanciamiento de las funciones y obligaciones tradicionales de éste. Empero, a la vez se aboga por una intervención módica, “amistosa con los mercados” y, mas aun, se auspicia la generalización de criterios y mecanismos de mercado en el Estado, incluso en servicios públicos sociales como la educación y la salud (por ejemplo, en los procedimientos de asignación de recursos estatales o el arancelamiento de ciertas prestaciones). Se trata, pues, de una intervención mercantilizada. En materia de políticas, el Banco Mundial esbozo una revisión de conjunto que llamó estrategia de “dos vías”, lanzada en el Informe sobre el Desarrollo Mundial 1990. La primera “vía” estribaría en el restablecimiento de un crecimiento económico alto y estable, haciendo hincapié

en el patrón de crecimiento,

promoviendo una matriz de base amplia, intensiva en trabajo y que expanda las posibilidades de empleo. Sin embargo, el dispositivo fracasa y en efecto, en América Latina el crecimiento económico se asocia con tasa de desocupación constantes y en aumento. Ante ello, en los últimos años la banca multilateral ejerce presiones en pro de una reforma estructural específica y jerarquizada: la desregulación del mercado de trabajo, una flexibilización profunda (en rubros como la contratación, el régimen de despidos y “los costos no salariales”, entre otros), presentada como vía principal para la creación de empleo. No obstante, el resultado central es otro: la restauración de una lógica mercantil en el vínculo capital / trabajo, asalariado / empleador, con:  Un abatimiento del costo de la fuerza de trabajo  Una proliferación de formas precarias de relación salarial, con poca o nula protección social, retribuciones bajas y aumentos de las cargas de trabajo. Respecto a las políticas sociales, como ya se ha mencionado, las mismas son impulsadas y diseñadas en buena medida por el Banco Mundial. Un principio directriz y distintivo del régimen neoliberal de políticas sociales es la focalización. Básicamente, alude a que las prestaciones sociales provistas por el Estado 24

25

procedan a una selección y reducción de los destinatarios. Así pues, se trata de acotar el gasto publico social. Bajo el argumento de la focalización, el régimen neoliberal de políticas sociales recurre a un cauce distributivo principal que, en rigor, constituye la “segunda vía” de la reformulación estratégica: una reforma profunda de ciertos sectores públicos sociales y, en particular, de los sistemas de salud y educación; alentando en estos mecanismos de mercado (como el pago de aranceles. De ahí la prioridad de la educación básica sobre la universitaria, y la prevalencia de los cuidados primarios de salud respecto de la medicina especializada. En definitiva, se promueve una reforma financiera, por medio de cambios en la composición del gasto publico a través de una reasignación de recursos entre niveles de un mismo sector. Por otra parte, el Banco Mundial argumenta que las “reformas” traen consigo impactos adversos que, aunque ineludiblemente transitorios, reclamarían intervenciones especificas y adicionales. Por ello, desde 1990 la reformulación estratégica

añadió

un

curso

de

acción

complementario:

programas

compensatorios, de corto plazo. Iniciativas temporarias encaminadas a aminorar algunas consecuencias peculiarmente desfavorables del ajuste y ciertos padecimientos de la pobreza extrema. Sobre todo, se auspician acciones de emergencia típica como la creación de empleo publico temporario, así como la provisión de servicios e infraestructura básicos como la nutrición, cuidados de salud y agua potable, saneamiento e irrigación. también se incluyes procesos de capacitación de mano de obra y esquemas de crédito. Es preciso explicitar que las transformaciones antes citadas provocaron en la población significativos cambios en sus condiciones de vida, principalmente en los sectores de la población que fueron severamente afectados por las políticas de ajuste, entre ello

los llamados “nuevos pobres”. Estos grupos sociales

pertenecen a la clase media empobrecida durante los años ‟90 que, debido a la reducción de sus ingresos por la perdida del empleo se ven imposibilitados al acceso de determinados bienes y servicios necesarios. Cabe agregar que dicha franja de la población se halla en una situación de total abandono y protección por parte del Estado, ya que las políticas en su conjunto son direccionadas hacia la población considerada en pobreza extrema (pobres estructurales). 25

26

A modo de cierre, como se apuntó, el programa neoliberal ensalza y prescribe un Estado empapado por una lógica de mercado. Por lo tanto, la formula del Estado eficaz, que desplaza y suple al viejo ideal del Estado mínimo, equivale a un Estado mercantilizado. también en el régimen de políticas sociales, el principio rector es expandir la competencia. Para ello, se patrocina un arsenal de procedimientos variados, con algunos preceptos directrices comunes. Sobre todo, se aboca en: a) una reducción del papel del Estado como agente directo, delegando (parte de) las prestaciones al sector privado. Es decir, se trata de agrandar la gestión u oferta privada (en especial, empresas capitalistas,

aunque

se

añaden

Organizaciones

No

Gubernamentales y entidades locales) b) una mutación substancial en la asignación de los recursos gubernamentales. En particular, se auspicia que el sistema de prestadores (públicos y privados) compita por los caudales estatales. El corolario es doble:  se incluye y promueve el financiamiento publico de la oferta privada; y  se incita el financiamiento por proyectos (presentados por los interesados, quienes rivalizarían entre si para conseguir los fondos.

c) un cambio decisivo en materia de fuentes. O sea, respecto del origen de los fondos: una “diversificación” que apunta centralmente a una privatización del sector estatal. Nuevos actores emergentes

La década de los 90 se inicia para gran parte de los países de América Latina en el marco de una recesión económica persistente y de una creciente pobreza para amplias capas de la población, mientras surgen cada vez mas evidencias de que la crisis de los 80, y los procesos de ajuste que la acompañaron, han afectado con dureza a toda la población. 26

27

Entre los países seriamente afectados en este sentido se encuentra la Argentina. La cadena que se inicia con la crisis y continúa con la aplicación de las llamadas “políticas de ajuste” ha tenido consecuencias sobre las condiciones de vida de amplios sectores de la población.

Una serie de indicadores tanto

económicos como sociales dan algunas pautas de la profundidad de los cambios que se han producido Las medidas económicas tomadas a partir de mediados de los 70 produjeron en los primeros años una declinación del crecimiento del PBI para después pasar a un contexto claramente recesivo. El sector industrial sufrió una profunda crisis que significó una caída de más de 20% de su producto en el periodo 1975-82 y una significativa disminución de su participación en el PBI (Aspiazu, 1989). En el periodo 1974-85 el número de empresas grandes (más de 100 trabajadores) disminuye en 12%, mientras que se incrementan las pequeñas y las microempresas. Simultáneamente se produce una concentración del producto en los grande establecimientos por sobre las pequeñas. Para 1985 las ramas altamente concentradas aportan más de la mitad del valor de la producción industrial y los establecimientos de mayor tamaño generan dos tercios de la producción del sector. De este modo queda conformado un panorama en el que se evidencia una concentración y centralización del capital a través de la constitución de grandes grupos económicos, mientras que la crisis afecta fundamentalmente a las pequeñas y medianas empresas (Aspiazu, Basualdo y Khavisse, 1986). La deuda externa constituye otro aspecto decisivo en la situación de la Argentina no sólo por su monto sino también por su destino pues, a diferencia de lo ocurrido en otros países de la región, prácticamente no ha sido aplicada en inversiones productivas o de infraestructura sino que, transformada en capital privado, fue sacada del país. El monto total de la deuda privada y pública era para 1983 de más de 40 mil millones de dólares, el 55% del PBI. La deuda externa creció a un ritmo mucho mas lento entre 1983 y 1991 (algo menos de 1.700 millones de dólares por año en promedio). Pero en 1991 comenzó para América Latina otra etapa de abundante oferta de financiamiento externo, que dio origen a la deuda nueva. Esta deuda creció a 27

28

un ritmo vertiginoso: paso de 58.588 millones de dólares en 1991 a 144.657 millones en el 2000. Al asumir el Estado la responsabilidad sobre el total de la deuda, con la estatización de la deuda en 1983, lo que provoca es una todavía mayor debilidad y un menor margen de maniobra debiendo buscarse “a cualquier modo y cualquier costo” comprimir el déficit y “ordenar las cuentas”. Los distintos programas implementados y la situación económica, no sólo nacional sino también y en muchos aspectos en forma determinante el contexto mundial, llevan al Estado no solo a perder el papel protagónico sino a constituirse en muchos aspectos, en un elemento de regresividad. 17 En efecto, el “Estado de Bienestar” solo parcialmente llegó a implantarse en la Argentina, dejando importantes áreas sociales y grupos de población sin cubrir. La presencia parcial, desarticulada, ineficiente y burocrática del sector publico, dió pie a un cuestionamiento global de la legitimidad de su accionar. Las principales características del Estado de Malestar están dadas por un comportamiento procíclico; vaciamiento presupuestario con especial énfasis en los sectores sociales; políticas sociales inexistentes o demasiado acotadas; descentralización desfinanciada de servicios altamente deteriorados; privatización total o parcial de servicios sin reglas que aseguren su eficiencia y mecanismos que permitan un acceso universal a los mismos; transferencias a las familias y a la comunidad de responsabilidades referidas

a la cobertura de necesidades

básicas que anteriormente pertenecían a la esfera pública; desregulación y flexibilización de las relaciones de trabajo. Los efectos de la crisis en el mercado de trabajo se han traducido no sólo en una pérdida de su dinamismo (incapacidad para generar nuevos puestos de trabajo), sino fundamentalmente en una profunda reestructuración. Así, el aumento del desempleo y subempleo se presenta dentro de un contexto en el que se verifica una caída del empleo asalariado industrial; aumento del empleo femenino y del trabajo a tiempo parcial; incremento de la segmentación del

17

En este punto se sigue con la argumentación expuesta por E. Bustelo en su

articulo(1991) “La producción del Estado de Malestar. Ajuste y Política Social en América Latina. UNICEF, Buenos Aires, Argentina. 28

29

mercado y de la precariedad laboral. Los signos principales del proceso de empobrecimiento se pueden simplificar en los puntos que siguen:  Concentración económica  Contracción del Estado y retiro de sus funciones redistributivas  Modificaciones en el mercado de trabajo con un creciente aumento de la precarización y desempleo  caída del salario y del ingreso  Aumento de la pobreza con la incorporación de sectores medios o “nuevos pobres”

Cada uno de estos aspectos constituyen el contexto en el cual toma cuerpo y forma la

actual crisis argentina.

Configuran

un panorama que

afecta

profundamente las condiciones de vida de la población y que ha desencadenado y fomentado la presencia de nuevos emergentes y actores sociales. Frente a ésta crisis surgen nuevas formas de organización popular, ya sea con objetivos solidarios y de ayuda inmediata18, como aquellos que demandan con urgencia un cambio radical desde el espacio político como ser aquellos movimientos populares que están actualmente realizando reclamos desde la actividad política, sea a través de acciones directas, manifestaciones populares y asambleas. La participación popular pugna por hacer de sus mentores y gestores “mas sujetos”, y de revertir la alienación desde abajo hacia arriba, desde lo local a lo global, desde lo social a lo político. Esto no significa que ésta nueva lógica regule todos los movimientos sociales que emergen en la actualidad así como todo lo que se hace y siente al interior de los mismos. Suponerlo seria incurrir en una ingenuidad y un voluntarismo excesivos.

¿Cómo impactan las transformaciones sociales desarrolladas por el programa neoliberal en el Trabajo Social? 18

Como es el caso de los comedores comunitarios que funcionan actualmente en los

barrios, así como los organismos (ONGs) que trabajan en la asistencia y ayuda social. 29

30

Se podría plantear que las transformaciones sociales

que se vienen

llevando a cabo ya desde la década del ‟70 en adelante, impactan e influyen notablemente en la particularidad de cada profesión. Siendo de nuestro interés especial el Trabajo Social. A partir del análisis desarrollado por la autora Cavalleri Silvina19, entendemos que la actual situación atraviesa el desempeño profesional, influyendo sobre sus condiciones de trabajo, modalidades y áreas de intervención, como así también sobre las condiciones de vida de la población usuaria de los servicios sociales. “Las transformaciones societarias, reconfigurando las necesidades sociales dadas y creando nuevas, al metamorfosear la producción y reproducción de la sociedad, afectan directamente la división sociotécnica del trabajo, incluyendo modificaciones en todos sus niveles (parámetros de conocimiento, modalidades de formación y practicas, sistemas institucional-organizacional, etc)”20. Ahora bien, desde esta perspectiva entendemos al Trabajo Social como una especialización del trabajo y por lo tanto, una profesión ubicada dentro de la división sociotecnica del trabajo. Entonces, podríamos vislumbrar ciertas tendencias y orientaciones que se fueron marcando a partir de las “reformas neoliberales”: -

reformulación de planes de estudio en distintas escuelas, facultades y carreras de Trabajo Social. En este sentido, se propició una mayor especialización en el área técnica, especialmente en la formulación, diseño y evaluación de proyectos sociales.(gerenciamiento social)

-

Cambios en el mercado de trabajo profesional. Nuevos espacios socioocupacionales para la inserción laboral.

-

Alteraciones

19

en

la

relación

laboral:

terciarizacion,

precarizacion,

Cavalleri M. Silvina (2002): “El Trabajo Social – como una especialización del

Trabajo- en la sociedad capitalista de los „90” en su Tesis de Maestria: Trabajo Social y Metodología en la formación de los trabajadores sociales. Un estudio de caso sobre el plan de estudios vigente en la Escuela Superior de Trabajo Social de la UNLP. La Plata, Argentina. 20

30

Netto J.P.(1996) pg. 89, en Cavalleri Silvina. Op cit pg. 1

31

subcontratación, reducción del nivel de salario, ampliación de los contratos de trabajo temporario, desempleo, etc. 21 -

en el marco de políticas sociales residuales y paliativas, la demanda se dirige a una intervención profesional tecnocrática, burocratizada y despolitizada.

-

Refilantropización social, donde las grandes corporaciones económicas pasan a preocuparse y a intervenir en la cuestión social dentro de una perspectiva de “filantropía empresarial”.

-

Intervenciones

profesionales

eclécticas,

con

una

incorporación

indiscriminada de diferentes análisis o estrategias de intervención, sin un análisis profundo sobre las bases teórico-metodologicas en que se sustentan dichas matrices teóricas. (a modo de ejemplo: gerencia social, mediación jurídica, teoría sistémica, entre otros).22 En el marco de lo anteriormente expuesto, podremos aproximarnos a comprender de qué manera la sociedad capitalista, y específicamente el pensamiento neoliberal atraviesan, influyen y condicionan en gran medida la intervención profesional, así como también el proceso de construcción de identidad profesional en el Trabajo Social. En este sentido, Rozas Margarita23 al analizar las tendencias actuales de la intervención profesional plantea que se podrían esbozar tres tendencias: 1- Una tendencia tecnicista, basada fundamentalmente en el gerenciamiento social. Esta postura empezó a perfilarse en la Argentina junto con el modelo neoliberal y reforzada por los organismos internacionales como el Banco

21

Para profundizar el tema: ver Iamamoto, M. (2003) “El Servicio Social en la contemporaneidad. Trabajo y formación profesional” San Pablo, Cortez Ed. Cap I.

22

Para profundizar el tema: ver Parra Gustavo (2002) “Los proyectos socioprofesionales en el Trabajo Social argentino. Un recorrido histórico” en AA.VV. Nuevos escenarios y practica profesional. Una mirada critica desde el Trabajo Social. Espacio Ed. Buenos Aires. Argentina

23

Rozas Pagaza Margarita (S/f): “Tendencias del Trabajo Social en el marco de un

currículum”en Rev. Desde el fondo, N° 22, UNER. 31

32

Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, quienes después de los resultados de las políticas de ajuste, respecto al crecimiento de la pobreza, empezaron a orientar políticas para "combatir la pobreza". Para ello se propuso buscar la efectividad de los programas sociales en relación con el parámetro costo-beneficio. En esta dirección se plantea la necesidad de ser rigurosos en definir la población-objetivo, elaborar diagnósticos más exactos y proyectar el éxito de los programas para garantizar su efectividad. 2- Junto a la tendencia anterior coexiste la del Trabajo Social de casos, y el eclecticismo. La autora entiende este concepto, en términos generales, en el sentido de un método que consiste en reunir lo mejor de la doctrina de varios sistemas. Desde el punto de vista filosófico es una mezcla que no obedece a principios determinados de un punto de vista, concepciones filosóficas, premisas teóricas, valoraciones políticas distintas y a menudo contrapuestas. El principal defecto metodológico del eclecticismo estriba en la imposibilidad de hallar el eslabón principal en la cadena de acontecimientos y establecer una estrategia adecuada. En tal sentido, se plantea para el trabajo social una apropiación indiscriminada de teorías contrapuestas o una mezcla de corrientes teóricometodológicas. 3- La tendencia crítica. La autora toma como referencia para ésta caracterización los planteos desarrollados por profesionales que presentan una visión basada en cierta actitud "crítica". La misma remarca que esta tendencia no siempre se sustenta en la teoría marxista, o en todo caso, un sector de profesionales hace una interpretación libre de los marxismos, teniendo como base la influencia de los pensadores franceses como Bourdieu, Rosanvallon, Castel o Castoriadis; asimismo la autora observa la influencia de Giddens y Habermas en un sector muy reducido de los profesionales. Por último, en esta postura, la autora también hace referencia a aquellos colegas que vienen de la izquierda peronista, y la izquierda radical, o aquellos profesionales que vienen de los grupos de izquierda de los años setenta; de los cuales algunos profesionales han tomado posturas posmodernas y focalizan el estudio de la subjetividad.

32

33

De este modo, existen tendencias que emergen con grados diversos de explicitación y, en algunos casos, se vinculan a concepciones de “Cuestión Social” e “Intervención Profesional” desde una perspectiva teórica y metodológica de base neoconservadora. En este sentido, es importante remarcar que dichas tendencias enmarcadas en el pensamiento tecnocrático operan desde un posicionamiento que termina siendo funcional al modelo neoliberal. Por otra parte, Iamamoto M. (2003) al analizar los cambios en el mercado de trabajo profesional plantea la existencia de nuevos espacios socio-ocupacionales para la inserción laboral los cuales deben de ser apropiados, descifrados y desarrollados por los trabajadores sociales. En este sentido, la autora menciona como nuevas posibilidades de trabajo: el Trabajo Social en el área de Recursos Humanos empresarial, así como también en las organizaciones de filantropía empresarial; en el marco de la descentralización y municipalización de las políticas sociales, se abren posibilidades de trabajo a nivel municipal; y otra parte del

mercado

profesional

de

trabajo

se

encuentra

constituido

por

las

organizaciones no gubernamentales (ONGs). El proceso de transformación del mercado de trabajo profesional no debe ser entendido como, en términos de la autora, un proceso de “desprofesionalización” o “desvío de funciones”, sino que el mismo debe ser descifrado y apropiado por los profesionales. Asimismo, es importante reconocer que la polivalencia, terciarización, subcontratación, reducción del nivel de los salarios, ampliación de los contratos de trabajo temporario, desempleo, etc, son dimensiones de la propia tendencia actual del mercado laboral, y no una realidad ajena al Trabajo Social.

Estrategia teórico-metodológica

El presente trabajo constituye un estudio con características de tipo exploratorias y analíticas, por lo tanto es de carácter cualitativo. El mismo se propone desarrollar un análisis sobre la construcción de Identidad profesional en el marco del neoliberalismo, tomando como referencia trabajos escritos por trabajadores sociales y estudiantes avanzados de la carrera Trabajo Social. En este sentido, el mismo cuenta con dos ejes fundamentales. 33

34

El primer eje lo constituye el relevamiento de las ponencias presentadas por trabajadores sociales y estudiantes avanzados de la carrera de Trabajo Social, en dos Congresos Nacionales celebrados durante el año 2003 en Tandil y La Pampa: I Congreso Nacional de Trabajo Social del Centro de la Provincia de Buenos Aires “El Trabajo Social y la Cuestión Social: Crisis, Movimientos Sociales y Ciudadanía”; XXII Congreso Nacional de Trabajo Social “Cultura democrática y participación para el desarrollo social. El desafío de ser argentinos”. Ambos organizados conjuntamente por Unidades académicas y Colegios profesionales. El segundo eje se estructura en torno al análisis y profundización de las ponencias seleccionadas para integrar la muestra, siendo el mismo orientado por las concepciones de “Intervención profesional”, “Cuestión Social”, “Estado”, “Políticas Sociales” e “Identidad Profesional”. Para la elaboración de la presente monografía de compilación bibliográfica se realizó una lectura preliminar de las 85 ponencias presentadas en el Congreso celebrado en Tandil, así como también de las 39 ponencias presentadas en el Congreso realizado en La Pampa. Los criterios para la selección de las ponencias (integradas a la muestra) fueron construidos con el fin de responder a los objetivos que el trabajo se propone. En este sentido, se priorizaron aquellas ponencias que analizaran alguna experiencia de práctica profesional o pre-profesional. Y asimismo, que profundizaran la reflexión en torno a las concepciones de: Intervención Profesional, Cuestión Social, Estado, Política Social, Identidad Profesional. Teniendo presentes los criterios para la selección, se tomó como muestra 29 ponencias24 presentadas por trabajadores sociales y estudiantes avanzados de todo el país, con el fin de analizar los diversos planteos y reflexiones desarrollados en sus respectivos trabajos. Existen varias taxonomías de tipos de investigación según distintos criterios. En este trabajo se consideraron dos criterios básicos: en cuanto a los fines y en cuanto a los medios. Para poder dar respuesta a los fines que esta investigación tiene, se desarrolló una investigación de tipo exploratorio-analítica,

24

Pampa. 34

16 presentadas en el Congreso de Tandil y 13 presentadas en el Congreso de La

35

realizándose esta por medio de una revisión bibliográfica. La técnica a utilizar para la elaboración del trabajo fue el fichaje. Para ello fue preciso diseñar distinto tipos de fichas según el fin. De esta manera, se utilizaron fichas de trabajo y de lectura, fichas temáticas, y fichas por autores (bibliográfica). Con el objetivo de facilitar la lectura y el análisis del material bibliográfico seleccionado (29 ponencias), se construyó una matriz de sistematización del material, de esta manera se posibilitó la interrelación entre los conceptos tratados por cada autor.25

Trabajo Social y construcción de identidad: una mirada desde la práctica profesional

Visualizar la identidad en la perspectiva que la estamos situando trae como exigencia implícita la necesidad de analizar no sólo los marcos teóricos que desarrollen dicha temática, sino también los análisis elaborados por los propios 25

35

Ver en ANEXO el fichaje de las 29 ponencias seleccionadas.

36

profesionales y estudiantes de Trabajo Social. Desde aquí, hemos seleccionado como muestra 29 ponencias presentadas por profesionales en ejercicio y estudiantes avanzados de la carrera, en los Congresos Nacionales de Trabajo Social celebrados en Tandil en abril de 2003 y La Pampa en septiembre del mismo año. Por tanto, el presente análisis pretende presentar algunas reflexiones en torno a la construcción de identidad profesional, tomando inicialmente como referencia trabajos elaborados por profesionales y estudiantes de Trabajo Social. Con el fin de organizar el presente estudio, se han diseñado algunos ejes los que orientaran el análisis del tema. En primer lugar, se abordará la relación entre “Intervención profesional, Cuestión social, Estado y Políticas sociales”;

teniendo como principales

cuestiones a reflexionar: las nuevas formas de organización popular, los programas

sociales

actualmente

implementados,

los

espacios

socio-

ocupacionales y las condiciones laborales de los profesionales, los procesos de formación profesional y las dimensiones de la intervención profesional. En segundo lugar, nos abocaremos a reflexionar en torno a la concepción del Trabajo Social, haciendo especial hincapié en presentar algunos de los rasgos característicos de la “identidad atribuida” que aun permanecen en el Trabajo Social, marcando e influyendo, de algún modo, su intervención profesional y la construcción de identidad. Asimismo, finalmente se enunciarán algunas líneas generales que orientan el proceso de construcción de identidad profesional, entre las cuales se destacan principalmente los procesos de ciudadanización y el fortalecimiento de las dimensiones teórico-metodológica, operativo-instrumental, y ético-político de la intervención profesional. En este sentido, el presente análisis se propone realizar alguna reflexiones en torno a la cuestión de la identidad en el Trabajo Social, a los procesos vinculados entre sí de atribución y construcción de identidad en la profesión; y se parte por entender que históricamente conviven rasgos de identidad atribuida y construida y que en dicho proceso de construcción de identidad existen tensiones permanentes, contradicciones, obstáculos, limites, pero aun más importante existen capacidades, búsqueda, posibilidades y transformación.

36

37

La Intervención profesional en relación a la Cuestión Social, el Estado y las Políticas Sociales  El Trabajo Social frente a las nuevas formas de organización popular

La participación popular se ha convertido en el último tiempo en una cuestión de sumo interés para el Trabajo Social. Ciertamente el programa neoliberal ha profundizado las inequidades sociales en todo el mundo, y la aparición a escala mundial de organizaciones populares no es un simple acontecimiento aislado; por el contrario, las mismas resultan una preocupación de orden histórico en las Ciencias Sociales. En los últimos años han emergido nuevos actores sociales que han planteado una serie de formas de resistencia al capitalismo y a sus efectos más negativos en la Sociedad. Se podría decir que la participación tiene como motivación central el ser “mas actor” es decir, ser protagonista en la construcción de la historia. Ser actor dentro de los hechos que reproducen la vida de los hombres, hechos que configuran y desarrollan el acontecer histórico. Como expresión de ello, se evidencia un sentimiento creciente en la población de impotencia frente a las medidas de la economía capitalista global y el retroceso de las funciones sociales del Estado, promoviendo ésto la demanda por mayores oportunidades e igualdad social por parte de la población. De esta manera, surge la experiencia reciente de los nuevos movimientos sociales que nacen como respuesta a dicho sentimiento. No obstante, en la última década se ha venido observando que han aparecido nuevas formas de protesta que tienen como centro de sus reclamos a los Estados nacionales tanto como a los organismos internacionales que detentan el poder económico y político. Si bien a lo largo de la historia han ido apareciendo distintas manifestaciones de rechazo al programa neoliberal, sea a través de las huelgas laborales, ollas populares, manifestaciones y marchas; el fenómeno de las organizaciones populares, entre ellos el conocido movimiento piquetero, las asambleas barriales y comedores populares entre otros, han producido una clara transformación en los procesos de protesta social, promoviendo ésto una fuerte participación y ejercicio ciudadano. Ahora bien, ¿cómo influyen en la construcción de identidad profesional, 37

38

estas nuevas formas de organización popular?; En primer término, podríamos decir que a lo largo de las ponencias analizadas en este trabajo, es llamativo encontrar una gran cantidad de profesionales y estudiantes de Trabajo Social quienes plantean la necesidad de incorporar dichos movimientos sociales como un nuevo espacio socio-ocupacional. En este punto citamos algunas de las reflexiones extraídas de ponencias que abarcan esta temática:

-

“La emergencia de estas nuevas formas de organización popular, los desafíos que enfrentan y el proyecto social que se intuye en sus prácticas son elementos que no pueden ser obviados por el trabajo social. Son muchos los estudiantes, los profesionales y docentes que se encuentran ante este nuevo escenario, sin saber muy bien qué hacer. Es una realidad que el trabajo social no tiene la presencia que se podría esperar en estas organizaciones sociales, no aporta los elementos que por su formación esta en condiciones de hacer. Esta realidad es vista por muchos profesionales como un desafío, como un cuestionamiento, como una cuestión interpeladora que debe ser enfrentada. Nosotros creemos que en este proceso el trabajo social tiene un lugar que no está ocupando en plenitud: favorecer la organización de los sectores populares y, siendo aún más consecuente: organizarse junto al pueblo.”(resaltado nuestro) - (Ponencia N° 3 – Congreso de Tandil – Ver en Anexo)

-

“Aparecieron nuevos espacios en la intervención, debimos problematizar los ámbitos donde se sucede la vida cotidiana de los trabajadores desocupados como: “el piquete”; “el corte de ruta”; “la asamblea”; “movilizaciones”; “comedores”; entre otros. Aparecieron fundamentalmente discusiones nuevas, debates que interpelan al Trabajo Social, a la Universidad y a la sociedad en su conjunto. (...)

Los debates sucedidos se centran

alrededor de: trabajo profesional o trabajo militante; la dimensión política del Trabajo Social; (...) ¿Cuál es el rol del Trabajo Social en un movimiento social?; ¿Qué Trabajo Social necesitan los piqueteros?”- (Ponencia N° 4 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Sería de gran valor heurístico la incorporación de estudiantes en formación a los movimientos descriptos. Esto, en el sentido del “privilegio” antes descripto: la posibilidad de participar y observar las formas que se da nuestro pueblo para la lucha en la resolución de sus

necesidades. Por lo tanto se abriría una perspectiva en términos de

intervención para el Trabajo Social donde los sujetos recuperaran la centralidad muchas veces perdida en las instituciones tradicionales burocratizadas. Así la práctica en ámbitos de mayor ejercicio democrático habilitaría a que los profesionales futuros tengan mayor capacidad de democratizar relaciones en las instituciones, hacer lectura política dentro de las mismas, especialmente en lo que se requiere para la construcción de viabilidad de la

38

39 intervención.”-(resaltado nuestro) (Ponencia N° 5 –Congreso de Tandil – Ver en Anexo)

Es posible constatar entonces por parte de los profesionales y futuros Trabajadores Sociales un fuerte llamamiento a intervenir, como también a formarse profesionalmente en este nuevo emergente de la realidad social a fin de repensar la intervención profesional. Sin embargo, si entendemos y ubicamos al Trabajo Social como una especialización del trabajo colectivo, como profesión configurada dentro de la división social del trabajo y por lo tanto como un trabajador asalariado, cabe preguntarnos ¿en carácter de qué intervendría el trabajador social en dichas organizaciones? ¿como militante, voluntario, asesor, o asalariado? De ser así ¿ quién sustentaría el salario del profesional?

¿en qué

condiciones laborales desarrollaría su intervención? Estos son sólo algunos de los interrogantes que se nos plantean al momento de pensar como un nuevo espacio socio-ocupacional dichos movimientos. En este sentido, lo que se intenta es abrir el debate respecto a este posible nuevo espacio laboral, pero sin desconocer las limitaciones que este implica, al no haber resuelto aún cuestiones tales como las anteriormente planteadas. Por otra parte, es importante considerar que desde el Trabajo Social lo importante sería identificar la emergencia de esta nueva lógica participativa que pone a la luz proyectos alternativos de sociedad y reclama por una transformación urgente de la realidad; sin caer por ello en una idea restringida que plantee a estos espacios como los únicos donde se puede construir ciudadanía y democracia. Al mismo tiempo, resulta interesante señalar que si bien existe poca profundización desde el colectivo profesional respecto a la posibilidad de un nuevo espacio laboral como es el caso de las nuevas organizaciones sociales; se hace preciso incorporar al análisis algunas de las propuestas que surgen de las ponencias:

-

“Es necesario que se replantee el posicionamiento del trabajador social. Se puede plantear el problema de las nuevas formas de organización popular desde afuera, como observadores; o bien, se puede plantear en términos de involucramiento. (...) Si asumimos que la fragmentación social y la falta de articulación de las prácticas organizativas populares son un problema, la posición del Trabajo Social frente a las nuevas formas de organización debe ser totalmente implicativa, buscando aportar desde el saber específico

39

40 a los objetivos planteados por estas organizaciones, realizando investigación participativa de sus problemas para alcanzar su solución, planteando claramente sus desafíos para que sean superados, construyendo los escenarios que hagan posible la constitución de redes y la participación que supere el espacio barrial.” (Ponencia N° 3 -Congreso de Tandil- Ver Anexo)

-

“Es posible pensar al Rol del Trabajo Social comprometido con los procesos sociales emergentes de la Cuestión Social hoy, construyendo y construyéndose en y a partir de éstos.” (Ponencia N° 13 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

En este sentido, se evidencia una necesidad por parte de los profesional de conocer, analizar, desentrañar este nuevo emergente social, a fin de replantear la intervención profesional, en términos de posicionamiento teórico-metodológico, operativo-instrumental y ético-político. Dicho replanteo se orienta claramente hacia una ruptura con prácticas de base conservadora, favoreciendo un posicionamiento profesional que responda a las demandas populares. -

“Nuestro Equipo apunta a desarrollar un Trabajo Social que se comprometa con la clase, clase obrera, con la clase trabajadora, hoy “mal que nos pese” con la clase trabajadora desocupada. Debemos, entonces desde esta perspectiva apuntar al Fortalecimiento de la Autonomía de los Proyectos populares expresados en las particularidades de los sujetos y/ o grupos, organizaciones populares con las que trabajamos. Creemos importante revisar y resignificar las categorías analíticas de Derechos Humanos, sosteniendo que desde aquel rol asignado a principios de siglo y con todo nuestro recorrido histórico, de qué modo nos volvemos a ubicar en esa desigualdad social, propia de la contradicción capital-trabajo, y desde esa lectura política es que nos interpela permanentemente en nuestras prácticas el conflicto generado por la violación de los DDHH que produce este sistema capitalista.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 4 Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Asimismo, sostener como compromiso la revisión y resignificación de las categorías analíticas de Derechos Humanos, así como también el “rol asignado a principios de siglo” a la profesión, responde a una actitud de ruptura con los rasgos de identidad atribuida, favoreciendo esto la construcción de identidad profesional desde una perspectiva autónoma y comprometida con los sectores populares. Es preciso entonces; repensar la cuestión social, investigar sus 40

41

manifestaciones más urgentes, y en términos de Iamamoto el desafió es “desarrollar la capacidad de descifrar la realidad y construir propuestas de trabajo creativas y capaces de preservar y tornar efectivos los derechos, a partir de las demandas emergentes en el cotidiano. En fin, ser un profesional propositivo y no sólo ejecutor.”26(resaltado nuestro) -

“Nuestra responsabilidad ética de no sólo enunciar sino también denunciar pero fundamentalmente transformar esa realidad.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 3 Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“El recorrido institucional, la “peregrinación institucional” que realizan los sujetos para obtener un bolsón de alimentos al mes o una olla de comida para la cena, ¿es acceder al derecho de alimentarse? Este interrogante no niega la necesidad urgente de sostener niveles de asistencia, pero nos interpela como profesionales y sujetos políticos en pensar estrategias en lo que refiere al acceso a los derechos en tanto constructo de ciudadanía plena, activa, emancipada”.(Ponencia N° 6 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

“Hablábamos anteriormente del criterio profesional, como especialista en un área, y por ello la necesidad de continuar su capacitación que lo habilite a intervenciones donde, el sincerarse con la realidad y sus conflictos, no solo enuncie los procesos y cambios. Deberá junto a ello y a través de su posición crítica, plasmar una acción, que conlleva un saber y un aprendizaje previos. Es sin dudas una decisión el promover políticas sociales, observar las ya vigentes y analizar alternativas que superen los límites inscriptos en temas como salud, educación, trabajo, etc”. (Ponencia N° 10 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

En este sentido, muchas de las reflexiones emanadas de las ponencias analizadas en este punto redundan en responder a una actitud de romper con la actitud burocrática y rutinaria, favoreciendo el ejercicio de proponer, defender, investigar, actuar, transformar.

Siguiendo este camino, podría

pensarse en una construcción de identidad profesional, la cual supera la histórica tendencia de sumisión y subordinación en la que la profesión tuvo origen, para enmarcarse en una perspectiva que fomente la proposición, la 26

Iamamoto M. (2003): “El Servicio Social en la contemporaneidad. Trabajo y

formación profesional”. Cortez Ed. San Pablo. Brasil. Cap 1, pg 33. 41

42

problematización y el fortalecimiento de mayores niveles de emancipación.

 La intervención profesional en el marco de los actuales programas sociales

En el campo de lo social, el programa neoliberal fue generando poco a poco el debilitamiento de los programas sociales, mediante las estrategias de la focalización, la compensación, y la privatización provocando ello la reducción del aparato estatal, del presupuesto (en particular la transferencia al sector privado de funciones sustantivas que el Estado había tenido en campos como la educación, la salud, y la seguridad social, entre otros), y generando respuestas de corte individual.

-

“En el actual contexto de las políticas sociales donde se observa la presencia de sectores de la sociedad civil (Ej. Iglesia Católica, voluntariado) hay una existencia de mecanismo de distribución de los servicios sociales que reformula la noción de derecho social ante una necesidad, en función de la focalización. Las políticas sociales focalizadas responden a una concepción residual de la política social, destinadas a asegurar a las poblaciones más vulnerables un mínimo de servicio de primera necesidad.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 5 –Congreso de La PampaVer en Anexo)

-

“En el marco de estas transformaciones la cuestión social es tratada de manera fragmentada, respondiendo a la lógica del mercado que promueve una intervención estatal focalizada, mediante políticas sociales financiadas en muchos casos por organismos externos al Estado, lo que implica también un cambio en el significado y alcance de las mismas, ahora con un perfil netamente restrictivo que las reduce a un conjunto de medidas tomadas con criterio institucional, y que intenta de manera paliativa responder a las demandas de un sector de la población que son definidas como "problemas sociales de carácter transitorio”(...) Los programas sociales, en tanto instrumentos que operacionalizan la intervención estatal a través de acciones concretas con el objeto de incidir en la calidad y el modo de vida de la sociedad, no rompen con la lógica del capital, por el contrario al institucionalizar los conflictos de manera fragmentada dentro de los marcos estatales, legitiman el modelo hegemónico de dominación.” (Ponencia N° 1 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

De este modo, la focalización es una de las estrategias para identificar a 42

43 sectores poblacionales, bajo criterios considerados como “prioritarios para una intervención social”. Es así que la política social se manifiesta tras la crisis y el ajuste con una tendencia cada vez más excluyente e individualizada en la atención de los problemas sociales, visto más claramente en la actualidad no como un derecho de las personas, si no como una respuesta restringida de auxilio temporal. En este sentido, los profesionales reflexionan y realizan una lectura de la realidad social desde un posicionamiento crítico, cuestionando principalmente el modelo neoliberal , el objetivo de las políticas sociales, y el papel del Trabajador Social en la ejecución de dichas políticas.

-

La agudización de la desigualdad social está creciendo a pasos agigantados en estos últimos meses: la marginalidad, desocupación, el aumento de enfermedades prevenibles, vastos sectores sociales privados de vivienda son algunas de las consecuencias de la aplicación de un modelo económico que despoja y deja sin sentido los Derechos Sociales. La implementación de políticas sociales no pueden (y no intentan) dar respuestas integrales a las manifestaciones de la cuestión social por estar basadas, justamente en la lógica de un modelo económico excluyente, política y socialmente. La supremacía de la lógica del mercado, en el marco de este modelo neoliberal, ha posicionado a la salud como una mercancía más a la cual sólo tienen acceso aquellos que cuentan con los recursos económicos, de este modo la instauración de la lógica economicista ha incidido en el aumento del sector privado en la atención sanitaria en detrimento de atención pública.(Ponencia N° 2 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“El modelo excluyente impuesto, que ha convertido a la Argentina en un país pobre con bolsones de riqueza, que ha destruido el entramado de protección social del Estado, formula una propuesta de políticas sociales focalizadas basadas en la asistencia y en el clientelismo, ubicadas en las antípodas de la justicia distributiva, convirtiendo a la mayor parte de la infancia en ciudadanos parciales, incompletos.” (Ponencia N° 8 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Las políticas sociales son intervenciones del Estado orientadas a legitimar un modelo de acumulación económica, estas suponen, asimismo, la producción / reproducción de pautas de organización social. Si estas remiten a modelos "de" y "para" la conducta social, resulta coherente pensar que el comportamiento de los actores sociales remiten a mecanismos que subyacen a los principios de las políticas sociales.” (Ponencia N° 5 Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

43

44

Lo explicitado anteriormente por las ponencias analizadas, se podría asociar a lo que Parra denomina como “un alter Estado” Dicho autor plantea que las políticas sociales al tener un carácter sectorial y compensatorio, demandan al trabajador social un rol tutelar. En este sentido, el mismo actúa como “juez de los méritos de los individuos en recibir ayuda” no garantizando un derecho, sino legitimando un acto de voluntad. 27 Por lo tanto, podemos comprender como ciertos rasgos de la identidad atribuida permanecen y hasta se profundizan en la intervención profesional en el marco actual, evidenciándose (desde los organismos diseñadores de políticas sociales) en una demanda de profesionales “ejecutores” y “técnicos” en la resolución de problemáticas sociales. Asimismo, en este contexto adquieren nuevamente

significación

conceptos

tales

como

“ajuste”,

“integración”,

“normatización”, “seguimiento, “control”.

-

“Se nos requieren tareas vinculadas a la “prevención” entendida como anticipación de conflictos, desde una lógica de control social que intenta incidir sobre los parámetros

del

“desvío”,

sin

romper

con

lo

instituido,

sólo

se

propone

cambiar/controlar “comportamientos de riesgo” en la población, aportando “modelos saludables de vida transmitidos por un líder con estrategias de convencimiento y concientización”, sin cuestionar la lógica de producción y reproducción de “esos riesgos”. (...)

Pareciera que el Trabajador Social en el marco del Programa

Preventivo, tiene a su cargo la elaboración de diagnósticos y pronósticos de cómo prevenir

siguiendo

una

propuesta

metodológica

delineada

por

organismos

internacionales, independientemente de las condiciones sociohistóricas de los sujetos con los que se trabaja, lo que permitiría resignificar la cuestión problematizada. Se nos requiere básicamente una actividad pedagógico educativa que promueva por un lado,

27

“Las políticas sociales del monopolio adquieren un carácter sectorial, atomizando la

“cuestión social”, marcadas por un proceso de deseconomizacion (...) llevando al terreno de lo individual y psicologizando los problemas sociales. (...) Es así como las políticas sociales adquieren un fuerte carácter compensatorio, no dirigidas a asegurar los derechos universales, sino fundamentalmente como formas de regulación de la relación capitaltrabajo, (...) Ante esto, el profesional actúa como un alter Estado, adquiere un rol tutelar, se convierte en juez de los meritos de los individuos en recibir “ayuda”.” (Parra G.,1999:88,89) 44

45 la construcción colectiva de normas que una vez introyectadas, reduzcan los comportamientos sociopáticos; y por otro lado que se psicologice el problema social, ocultando

el

carácter

coercitivo

de

la

acción

e

incorporando

el

sustrato

individualista.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 1-Congreso de Tandil- Ver

en

Anexo) -

“Cuando nos referimos al lugar instituido del trabajador social aludimos a la tarea asignada históricamente por la institución:

intervenir controlando que “el tutelado”

cumpla de acuerdo a lo estipulado por el juez. Es decir la demanda de intervención se delimita entre el silencio del sujeto frente a su situación y un trabajo social burocratizado reducido a un ejecutor de las políticas de Estado, en un lugar de auxiliar. Esta ley sustentada en el discurso del orden, busca “velar por la seguridad pública” y parte del supuesto que el sujeto que atraviesa por el Patronato de Liberados es un sujeto “enfermo”, “desviado”, “peligroso” al que es necesario tratar, asistir, controlar, tutelar y supervisar.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 15 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

En este marco, se evidencia una demanda al trabajador social de una intervención profesional que responda requerimientos tales como: supervisar, controlar, asistir, normalizar, etc; imponiendo ello al profesional límites a la práctica profesional. Ante esto, adquiere especial importancia la reflexión en torno a cuestiones tales como “la autonomía profesional”, “la construcción de identidad”, “los rasgos de identidad atribuida” y “la ética”, entre otras. La reflexión sobre estas temáticas resulta de suma importancia para promover el debate, al mismo tiempo que analizar las limitaciones existentes en la práctica profesional. En este sentido, Iamamoto sugiere un planteamiento que merece atención. La misma sostiene que, la actual coyuntura no condiciona unidireccionalmente las perspectivas profesionales, pero impone a estos al mismo tiempo limites y posibilidades. Entonces, se puede decir que siempre existe un campo para la acción y la proposición de alternativas creadoras, inventivas. Esto permite pensar una “línea de fuga”, una salida a las exigencias impuestas, y comprender esto es importante para evitar, como dice la autora, “una actitud fatalista” del proceso histórico y del propio actuar profesional que terminaría conduciendo a la acomodación, la rutinizacion, burocratismo y mediocridad.

En esta línea se

encuentran algunas de las reflexiones de las ponencias analizadas, las cuales 45

46

potencian un posicionamiento profesional propositivo, creativo y alternativo a lo “requerido e instituido”, lo que estaría dando cuenta de opciones teóricas, políticas y éticas, así como también del ejercicio de la autonomía relativa: -

“Frente a la complejización de las problemáticas por las que atraviesan los sujetos, sólo la capacidad de trabajar desde lo cotidiano y singular, convirtiendo esas problemáticas en demandas de intervención desde una perspectiva transformadora es posible generar líneas de fuga a lo instituido. Trabajar desde una perspectiva creativa no significa, la

creación de algo que hasta el momento es desconocido, sino la

capacidad de poner en juego las herramientas teóricas y metodológicas que tiene el profesional más los recursos institucionales aunque sean escasos, para generar proyectos que contengan líneas de trabajo pensadas con y desde los sujetos potencializándolos desde un lugar activo. Se trata de trabajar para recuperar ese lugar de "ser" sujeto, persona con palabras, y trabajar conjuntamente para liberar el poder de sus propias palabras, es y deber ser una responsabilidad ética del Trabajo Social. Es desde este posicionamiento ético, político, ideológico, metodológico desde donde partimos para intervenir. Nuestra práctica interpela a los sujetos de nuestra acción profesional, problematizar críticamente desde dónde nos posicionamos, porqué, para qué intervenimos nos hace inevitablemente remitirnos a los Derechos Humanos. Es pensar un Trabajo Social de construcción con el otro, recuperando su lugar de persona, recuperando su saber y poniendo en juego en este encuentro la posibilidad real y concreta de transformar situaciones de violencia social. Se trata de pensar y construir los informes junto a los sujetos, para elaborar posteriores líneas de intervención y que no sólo sean una nota para el juez. Problematizar las diferentes herramientas con las que trabajamos para utilizarlas interdisciplinariamente y lograr abordar así las problemáticas en todas sus dimensiones.” (Ponencia N°15 – Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Por otro lado, y en oposición a la “actitud fatalista” es necesario evitar otra perspectiva, que Iamamoto ha llamado “mesianismo profesional”, es decir posicionarse desde una visión heroica del Trabajo Social que refuerza unilateralmente la subjetividad de los sujetos y su voluntad política sin confrontarla con las posibilidades y limites de la realidad social. Desde esta perspectiva encontramos entre algunas de las reflexiones de las ponencias estudiadas esta última tendencia:

-

46

“Nos enrolamos en este perfil de programas, que para el caso de Trabajo Social, se

47 constituye en una de las escasas posibilidades que se presentan para llevar adelante los objetivos de la disciplina: en marcos de libertad, sin la presión institucional, que a veces con su burocracia y normativas impiden un trabajo liberador, cara a cara con la gente y su realidad.(...) Desde hace unos años, se ha convenido desde los organismos financieros y los estados, que todos los programas y proyectos sociales que se ejecuten deben necesariamente ir acompañados de instancias de capacitación a los beneficiarios de dichos programas, como modo de ir construyendo ciudadanía y asegurar la sostenibilidad de las acciones en el tiempo, buscando generar capital social y por lo tanto un impacto en la población.”(resaltado nuestro)(Ponencia N° 9 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Consideramos que reflexiones de este orden constituyen una visión “idealizada “ de la realidad ya que desde la perspectiva con la que venimos analizando las políticas sociales, resulta “ingenuo” pensar y entender dichos espacios de intervención como “liberadores”, “emancipatorios”, y/o como únicas instancias de construcción de ciudadanía. Si bien el Trabajo Social cumple un papel imprescindible en la implementación de políticas sociales, es de suma importancia conocer en qué marco dichas políticas son ejecutadas y con qué objetivos. En este sentido, tal vez sea preciso “desenmascarar” ciertos conceptos utilizados en el diseño de los programas sociales tales como “capacitación”, “participación”, “inclusión”, “calidad de vida”, etc.; a fin de potenciar en la población una mirada crítica para con la realidad,

favoreciendo

procesos

participativos

y

constructores

de

un

posicionamiento “activo” en la ejecución de los programas sociales. En esta línea de pensamiento, se encuentran algunas de las reflexiones de los profesionales:

-

Es responsabilidad del Trabajador Social promover la conformación de grupos sujetos, actores sociales, es decir sujetos que al reconocer relaciones sociales injustas desarrollen acciones sobre ellas. Para ellos debemos abogar por un constante accionar reflexivo – PRAXIS- que permita trabajar en post del respeto y ejercicio de los derechos y autonomía de los sujetos. (...) La intervención debe viabilizar acciones que movilicen a la sociedad en el ejercicio y defensa del derecho a la salud, calidad de vida y sobre todo a participar. Promover acciones ciudadanas activas, es decir que cada uno se responsabilice por las decisiones y no dejemos que otros hagan o decidan.” (Ponencia N° 12 – Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

47

“Desde nuestras prácticas buscamos crear condiciones de posibilidad para que

48 distintos sectores de la sociedad puedan construir y apropiarse de estrategias de facilitación social y escenarios públicos de diálogo, que permitan destrabar y activar debates rígidos sobre temas y discusiones que polarizan a distintos actores sociales. Son estrategias de formación, acción y transferencia que tienden a fortalecer espacios democráticos de articulación e intercambio y posibilitan la sustentabilidad del sistema democrático en sí mismo, posibilitando la activación y fortalecimiento de redes sociales. (...) El trabajador social debe poder provocar y facilitar la re-construcción crítica del conocimiento, a través de provocar distintas formas de pensar: apoyando, acompañando,

orientando

el

re-inventar,

re-escribir,

crear,

dudar,

analizar,

emocionarse, asombrarse, criticar, usar herramientas de averiguación, para resolver, plantear y transformar problemas en contexto”. (Ponencia N° 11 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

Por último, resulta interesante presentar algunas de las reflexiones desarrolladas por los estudiantes avanzados y profesionales, quienes se plantean desafíos en la intervención profesional en el marco de los programas sociales, los cuales se podría pensar que se constituyen en directrices en la propia construcción de identidad profesional: -

“Es muy

fuerte el desafío que impone a los profesionales de Trabajo Social, la

complejidad de la cuestión social, no sólo a nivel económico, político, social sino también en la conformación de una nueva subjetividad; no sólo de los sujetos con los cuales trabajamos sino también a nosotros como sujetos que reconocemos la condición de asalariados de una profesión. Todo ello hace que debamos esforzarnos en la recuperación de la intencionalidad de la intervención profesional traspasando las zonas difusas que acompañan a nuestras concepciones y valores. En este marco los Trabajadores o Asistentes Sociales

nos enfrentamos

a la necesidad de asumir

nuevos desafíos frente a la complejidad de la cuestión social actual, el deterioro de las instituciones en las cuales desarrollamos la cotidianeidad profesional y la realidad, muy bienvenida, del ejercicio de derechos ciudadanos de los usuarios, que sin duda nos enfrentan a nuestras propias contradicciones”. (Ponencia N° 8 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

“Compartir con la gente del campo, sus vivencias, escuchar acerca de sus historias de vida, cómo sienten las injusticias que parten de la desigualdad de oportunidades, nos lleva a asumir el compromiso que como trabajadores sociales tenemos de seguir con nuestra labor en el ámbito rural, porque visualizamos que sosteniendo una actitud abierta, que propicie la horizontalidad en las relaciones y la transferencia de saberes entre todos los actores sociales, es posible ir avanzando en la construcción de

48

49 ciudadanía, para la transformación de distintas situaciones no deseadas. (...) Favorecer procesos para la construcción de ciudadanía, problematizando la naturalización de la pobreza, tratando de crear condiciones para eliminar las situaciones de vulnerabilidad”. (Ponencia N° 3 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo) -

“Creemos necesario destacar que generar procesos autónomos, debería ser un objetivo fundamental de toda intervención del Trabajo Social, si queremos aportar a la construcción de una Democracia Participativa.” (Ponencia N° 13 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“El contexto nos impone re pensar y re significar nuestras prácticas, pero también nos obliga a reafirmar nuestro compromiso democrático con la verdad, con la justicia, con la esperanza. El momento histórico nos señala la necesidad del debate, la reflexión y el pensamiento crítico respecto de los nuevos escenarios sociales, el rol del Estado. En la tensión intervención - cuestión social se plantea que, históricamente, ha sido parte del imaginario social adjudicar la responsabilidad a los pobres, asociando pobreza con irresponsabilidad, incapacidad, desidia, y por lo tanto una estigmatización que lleva una carga valorativa negativa que se generaliza a todas las esferas de la conducta y de la vida de los sujetos, a los que se considera que no están en condiciones de tomar decisiones, no pueden hacer uso de la libertad. (...) En términos de ciudadanía, el desafío consistirá en contribuir para que los derechos dejen de ser sólo un enunciado y recuperen su cualidad de herramientas para la inclusión, la dignidad; en términos de intervención, será la búsqueda de estrategias que aporten a la reconstrucción de una trama comunitaria solidaria que opere como sostén, como red de identificación”. (Ponencia N° 8 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Todo esto permite pensar la orientación que la construcción de identidad profesional está tomando y en este sentido, es posible vislumbrar una fuerte tendencia que se dirige hacia el fortalecimiento de la participación activa, democrática y libre de los sectores populares. Asimismo, ésta plantea la necesidad imperiosa de romper con prácticas asistencialistas, clientelares y paternalista, favoreciendo el ejercicio pleno de los Derechos Sociales. La práctica

profesional,

en

este

marco,

se

propone

generar

acciones

participativas y de compromiso social que contribuyan al ejercicio y construcción de ciudadanía, promoviendo el mejoramiento de la calidad de vida de los sectores populares. 49

50 

Los espacios socio-ocupacionales del Trabajo Social: ¿cambios en el mercado de trabajo profesional? El colectivo profesional de trabajadores sociales está sujeto, al igual que

todos los demás trabajadores, a las actuales tendencias del mercado de trabajo. En este sentido, la ampliación del desempleo y el creciente proceso de precarización

de

las

relaciones

laborales

constituyen

los

rasgos

más

sobresalientes de las actuales tendencias. La alteración del patrón de acumulación, bajo la hegemonía del capital financiero, en la medida en que altera significativamente la relación entre el Estado y la sociedad civil, provoca, concomitantemente, impactos en las relaciones laborales y en la propia subjetividad del ser que trabaja, al mismo tiempo que estos profesionales pasan a vivenciar directamente la actual configuración de la cuestión social que ellos mismos abordan cotidianamente. Tan sólo para ejemplificar, vale la pena hacer referencia a una de las múltiples formas de precarización laboral que hoy constituye un pedido recurrente por parte de muchas organizaciones: las “becas” y “pasantías”, sean éstas realizadas por estudiantes avanzados en su formación o por profesionales, vale decir, que es preciso saber distinguir entre las pasantías curriculares y los contratos promovidos (amparados por las Leyes de Empleo de 1991 y 1995). Si bien, ambas condiciones aparecen con la misma denominación, las primeras se atribuyen como importancia de la Universidad la formación académica de los futuros profesionales. En el segundo caso, en cambio, la pasantía aparece como medio para que los jóvenes “recién graduados” puedan adquirir experiencia laboral, la que supondría estar dotada de dispositivos que fortalezcan la formación y capacitación. En este segundo caso, la pasantía esconde y encubre una situación laboral de precariedad en la medida en que se emplea una fuerza de trabajo calificada con una remuneración mínima, cuando no inexistente, además de no habilitar derechos en el campo de la salud ni los respectivos aportes sociales. Todavía, no podemos dejar de considerar que a la cuestión coyuntural, se suma, una condición de subalternidad que se ha ido estructurando fuertemente en la historia de la profesión del trabajador social. Subalternidad que se ha ido 50

51 configurando por tener un antecedente “voluntarista”, “filantrópico” y de carácter muchas veces “religioso”; lo que hoy hace muchas veces pensar, desde el sentido común, que la labor del trabajador social la puede hacer cualquier otra persona y, además, que este tipo de trabajo puede ser hecho hasta de forma gratuita. En este marco, abordar el tema de la construcción de identidad profesional supone analizar la práctica profesional en relación con sus espacios de intervención,

entendiendo

que

en

la

medida

en

que

estos

sufren

transformaciones, inevitablemente impactan en la profesión atravesándola en todas sus dimensiones. En este sentido, nos proponemos en este punto reflexionar sobre las transformaciones que se han venido dando en los espacios de intervención profesional, así como también las condiciones laborales en que los trabajadores sociales desarrollan su practica profesional, a fin de poder comprender en qué contexto se desarrolla el proceso de construcción de identidad profesional. Hacer referencia a los espacios socio-ocupacionales del Trabajo Social nos remite a definir nuevamente la perspectiva con la cual entendemos la profesión. En este sentido, la comprendemos situándola históricamente, y configurada como un tipo de especialización del trabajo colectivo dentro de la división social del trabajo de la sociedad capitalista. Por lo tanto, hablamos de una profesión asalariada la cual es contratada por instituciones del Estado –mayormenteaunque también por organismos de la sociedad civil (ONGs), o eventualmente de manera directa por empresas. Si bien es claro que el Trabajo Social es una profesión asalariada, es también recurrente encontrar trabajadores sociales “voluntarios” y/ o con dedicación “ad-honorem” interviniendo en distintas instituciones. Podría decirse que esto se encuentra fuertemente ligado a lo que Parra y Moljo plantean al analizar

la

identidad

profesional:

“El

proceso

de

institucionalización

y

profesionalización del Trabajo Social no fue lineal, sino que estuvo atravesado por rupturas y continuidades en el desarrollo de la profesión. Las continuidades expresadas a través de aquellas formas previas de intervención en lo social – ligadas a la caridad y filantropía- sobre las cuales el Estado construyó una nueva estrategia de enfrentar la cuestión social, (...) Y las rupturas marcadas por la condición de asalariado del nuevo profesional (...) como por el establecimiento de 51

52

una determinada ética normativa profesional con códigos y reglamentaciones.”28 De esta manera, ya desde sus orígenes la profesión tiene una profunda marca de lo “misional”, lo “solidario”, lo “voluntario”; y aún hoy es posible encontrar rasgos de lo antedicho, lo cual influye notablemente en las condiciones laborales en las que los profesionales desarrollan su intervención.

-

“(...) ante esto Cáritas –y en este caso particular- los profesionales del Trabajo Social que allí somos voluntarios debe incansablemente trabajar para que

el

Estado, responsable de asegurar el bien común sin discriminaciones políticas, religiosas ni de ninguna otra índole, cumpla con sus funciones.”(resaltado nuestro)

(Ponencia N° 10 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo) Como es señalado en la cita, no es extraño hoy en día en ocasiones encontrar trabajadores sociales realizando su práctica profesional en condición de “voluntario” o aún más “de moda” como “pasantes”. En cuanto a lo primero, podría decirse que de alguna manera es el propio profesional quien se ofrece a desarrollar el trabajo y por lo tanto estaría aceptando y avalando las condiciones que se le imponen, en una palabra “la no-remuneración”; Sin embargo, respecto a los profesionales que se encuentran como “pasantes”, debemos hacer una diferencia con lo anterior, ya que en muchas oportunidades estos son contratados bajo condiciones laborales sumamente precarias, es decir: bajos salarios, sin cobertura social, ni aportes jubilatorios, etc. Por otra parte, como ya se ha explicitado anteriormente, la estrategia neoliberal de desregulación del mercado, fue llevada a cabo en gran medida por la reforma de la legislación laboral. En este marco, los trabajadores en general, y los profesionales de Trabajo Social en particular, fueron sumamente afectados en sus condiciones laborales. Entonces, además de ser precarias las condiciones laborales de los ya nombrados “pasantes” también lo son para los profesionales de planta (aquellos efectivizados en su cargo y en relación de dependencia). En este sentido, las 28

Moljo C., Parra G (1998): “Identidad Profesional del Trabajo Social: propuestas

para el debate” Revista Escenarios N° 5/6, Escuela Superior de Trabajo Social –UNLP. pg114 52

53

medidas neoliberales impactan considerablemente en la profesión imponiendo cada vez más la precarización laboral materializada en los contratos temporarios, las pasantías rentadas y no rentadas, los cargos ad-honorem, etc. Asimismo, los profesionales reflexionan sobre este tema haciendo alusión a las formas en que dicha precarización laboral toma forma, así como también a las exigencias que el modelo imperante tiene para con la profesión.

-

“El protagonismo que adquiere el tercer sector en la fase de implementación del Programa, mediante el financiamiento a instituciones civiles con fines públicos, hecho que se corresponde con una lógica privatista de atención a un problema social público que demandaría una intervención universal; y que además nos interpela como profesionales en tanto nos instala en condiciones laborales precarias y en un ámbito privatizado desde el cual se nos requiere una intervención “pública y tecnificada” (resaltado nuestro)(Ponencia N° 1 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Es importante agregar entonces el papel que las ONGs cumplen en la oferta de espacios laborales. Como se ha mencionado, el Estado al desligarse de muchas de sus obligaciones, delega en dichas instituciones (también religiosas en algunos casos) funciones que en gran medida están altamente vinculada al tratamiento de “lo social”. Ante esto cabe pensar que las mismas debieran tener a su cargo trabajadores sociales, cuando fuese necesario, sin embargo es sabido que muchas intervenciones (propias del Trabajo Social) son llevadas a cabo por ”personas

de

buena

voluntad”,

“gente

solidaria”,

provocando

ello

una

“mistificación del voluntariado” privilegiando como dice Iamamoto “el ser sobre el saber”. Por otra parte, los profesionales que allí trabajan muchas veces se ven limitados en su práctica, ya que mayoritariamente estos son “contratados” (no efectivizados en su cargo) lo cual constituye un obstáculo al momento de realizar criticas y/o modificaciones en la estructura institucional. Al encontrarse en condiciones laborales precarias, el miedo a la pérdida del trabajo, genera obstáculos en la intervención profesional, imposibilitando esto una practica autónoma. Lo explicitado anteriormente, nos plantea la necesidad de analizar las transformaciones

que

se

vienen

desarrollando

en

los

espacios

socio-

ocupacionales del Trabajo Social, así como también el desafío de articular 53

54

acciones concretas desde el colectivo profesional, que garanticen los derechos laborales de los profesionales, además de una intervención autónoma sin subordinación. En este sentido, es importante remarcar ciertas cuestiones que hacen a la presente reflexión: ¿es posible que la historia de la profesión esté condicionando las formas de contratación de los profesionales, demandando muchas veces intervenciones “voluntarias” y/o “gratuitas”? ¿cómo impacta en las condiciones laborales de los trabajadores sociales el actual contexto neoliberal? ¿cómo se orienta la construcción de identidad profesional en este marco? En tiempos neoliberales como los que corren, el desafío del Trabajo Social como profesión que lucha por una práctica profesional emancipadora y llena de sentido, podría buscarse a partir de la generación de prácticas de posicionamiento crítico y fortalecimiento colectivo frente a un proyecto que apunta a una creciente tendencia de “neofilantropización” como producto de la retirada del Estado en las cuestiones sociales, apagando una intervención crítica y emancipatoria. Para terminar, estos planteos se proponen aportar a la reflexión al interior de la profesión respecto a los espacios socio-ocupacionales y los cambios producidos en el mercado de trabajo profesional. Pero es preciso además profundizar y fortalecer acciones que privilegien las demandas de los profesionales a fin de poder apuntar a la construcción de identidad profesional desde la intencionalidad de autonomía .  El Trabajo Social en relación a los procesos de formación profesional y la intervención profesional

En este punto nos proponemos la tarea de analizar e interpretar el proceso de formación de los trabajadores sociales y sus vinculaciones con la práctica profesional comprendidos en su configuración histórica, lo que implica situarlas en el proceso de producción y reproducción del orden social capitalista. Analizar los procesos de formación profesional resulta de fundamental importancia para enmarcar la reflexión en torno a la construcción de identidad profesional, dado que la formación es la base que sustenta la práctica profesional dándole una direccionalidad y sentido a la misma. 54

55

Retomando el análisis desarrollado por Iamamoto (2003) sobre los cambios en el mercado de trabajo profesional, la misma plantea la existencia de nuevos espacios socio-ocupacionales para la inserción laboral los cuales deben de ser apropiados, descifrados y desarrollados por los trabajadores sociales. En este sentido, la autora menciona como nuevas posibilidades de trabajo: el Trabajo Social en el área de Recursos Humanos empresarial, así como también en las organizaciones de filantropía empresarial; en el marco de la descentralización y municipalización de las políticas sociales, se abren posibilidades de trabajo a nivel municipal; y

otra parte del mercado profesional de trabajo se encuentra

constituido por las organizaciones no gubernamentales (ONGs). Cabe aclarar que estos planteos son trabajados por la autora brasilera, sin embargo los mismos se pueden relacionar con la realidad argentina. De esta manera, las transformaciones contemporáneas exigen un nuevo perfil profesional y, en este sentido, cabe dar lugar al papel de la formación. Aquí es preciso plantearse cuál es la función de la Universidad hoy, entendiendo que las contemporáneas calificaciones laborales exigen nuevas competencias para el mercado de trabajo. No obstante, la función de la Universidad trasciende esta cuestión de formar sujetos con aptitud para competir en el mercado de trabajo en la medida en que ésta asume la tarea de producir y transmitir conocimientos científicos y universales que posibilitan la construcción de un proyecto de sociedad. Por otra parte, si lo que se pretende es formar profesionales críticos y reflexivos, la formación profesional no debe restringirse a adaptarse a lo que el mercado demanda. Pensar entonces la Universidad en estrecha vinculación con la sociedad, nos remite a analizar las implicancias que las nuevas organizaciones populares tienen y el lugar que la Universidad ocupa en dichos procesos participativos. Asimismo, es importante aclarar que la relación Universidad – Sociedad supera la consideración de los nuevos Movimientos Sociales; sin embargo, tomamos principalmente ésta temática en el presente análisis con el fin de profundizar la reflexión respecto al tema del trabajo. En relación al papel de la Universidad frente a los procesos sociales emergentes de la Cuestión Social contemporánea, hay una importante cantidad de ponencias presentadas por estudiantes avanzados de Trabajo Social, quienes 55

56

reflexionan desde su experiencia de practica pre-profesional acerca del lugar del Trabajo Social en las organizaciones populares. -

“Acuerdo con cierta posición que sustenta que tanto los procesos de enseñanza y de aprendizaje, como de investigación y extensión, debieran estar fuertemente vinculados, en la presencia cotidiana, con los sujetos políticos que están sosteniendo la lucha y la resistencia en la Argentina de hoy. Esto no significa asumir el viejo militantismo, pero sí un lugar en el acompañamiento, asesoramiento, en la presencia en las luchas concretas, en el caminar conjunto en marchas, cortes de ruta, tomas de fábricas... en el aprendizaje que estos procesos posibilitan.” (Ponencia N° 12 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“El TS puede insertarse en dichos procesos (movimientos sociales) ya que los estudiantes pueden realizar su práctica a partir de acciones específicas, como por ejemplo: realización de diagnósticos, articulación intersectorial, diseño y ejecución de proyectos, etc.” (Ponencia N° 5 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Nos llama aquí el compromiso profesional, el compromiso de poder desplegar en experiencias territoriales, experiencias de organización y lucha propias

de nuestros

tiempos, todo nuestro acervo profesional. Nos referimos a las lecturas de la disciplina, al análisis y a la acción. Es decir al despliegue concreto de nuestras instrumentaciones para aportar a que las organizaciones populares se desarrollen efectivamente(...) Se trata de: “organizador, dirigente y técnico que pone su capacidad al servicio de la creación de condiciones favorables para la organización de la propia clase a la que se encuentra vinculado. Tenemos un aporte específico desde nuestra dimensión política en el proceso de intervención, pudiendo incidir en los procesos de concientización política en la reafirmación de la Clase para sí, contribuyendo

así al desarrollo de una conciencia

crítica.” (Ponencia N° 4 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Si nos detenemos en los proyectos socio-profesionales desarrollados por Gustavo Parra (2002:48), quien retoma a Margarita Rozas (1997) podemos identificar tres perspectivas diferentes para enfrentar el desafío de la intervención profesional frente a la actual cuestión social: “Una primer perspectiva se basa fundamentalmente en la construcción de modelos de gestión social, con un carácter técnico – operativo, claramente identificable con un aggiornamiento de las posturas tecnocráticas que el Trabajo Social desarrolló en la década del 60. La segunda postura busca su fundamentación en la especificidad de la profesión y la intervención profesional se construye en la fragmentación y parcelamiento de los 56

57

problemas sociales derivados de la cuestión social; la realidad es de ese modo fragmentada y parcializada. Por último una tercer postura, que promueve el conocimiento riguroso de las teorías sociales para poder construir mediaciones que posibiliten argumentar e intervenir en la nueva dinámica de la cuestión social. Es decir, el análisis teórico y científico de la realidad social unido a la dimensión ético – política, permite aprehender las mediaciones teórico – prácticas que posibilitan recrear la intervención profesional”.29 Si analizamos los planteos citados de las ponencias desde esta perspectiva, se podría inferir que los mismos tienden a fortalecer la tercera perspectiva que el autor menciona ya que se enuncia en ellos una actitud investigativa, la que incita al estudio y el conocimiento de las configuraciones que los procesos participativos tienen. Sin embargo, no es factible afirmar que los mismos se inscriban en dicha perspectiva, ya que en general éstos plantean la necesidad de investigar, estudiar y analizar la realidad social, con un objetivo de orden inmediatamente interventivo; es decir, la investigación se dirige más a la elaboración de diagnósticos y planificaciones que a la producción de conocimiento científico. En esta dirección, además de proponer las organizaciones populares como espacios para la intervención profesional, también se argumenta con fuerza la necesidad imperiosa de fortalecer la dimensión ético-político que direccione dicha intervención profesional, como también profundizar las capacidades teóricometodológicas. -

“Nuestra responsabilidad ética de no sólo enunciar sino también denunciar pero fundamentalmente transformar esa realidad (...) se debe fortalecer una práctica de alto contenido de la dimensión política del trabajo social.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 4 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Queremos insistir en la necesidad de que cada experiencia de campo se realice desde una mirada teórica, con un fuerte ejercicio reflexivo(...) Deberíamos poder establecer con claridad cual es

la dimensión ético-política del Trabajo

Social”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 5 -Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

29

Parra Gustavo (2002): “Los proyectos socio-profesionales en el Trabajo Social argentino. Un

recorrido histórico” en AAVV Nuevos escenarios y practica profesional. Una mirada critica desde el Trabajo Social. Espacio Ed. Bs As. Pg 48

57

58

-

“Esto exige una clara direccionalidad ético política, que refuerce un proyecto alternativo al servicio de la clase trabajadora, lo que supone por nuestra parte como profesionales, una comprensión de las implicancias de nuestra práctica a partir de enriquecer nuestras competencias teóricas, técnicas y políticas.” (Ponencia N° 1 Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Las nuevas configuraciones de los conflictos sociales con las cuales habitualmente trabajamos nos plantean desafíos que pueden ser abordados desde una mirada estratégica, intentando una ruptura con el discurso y las prácticas hegemónicas; lo que implica reasumir nuestra responsabilidad intelectual potenciando nuestra capacidad investigativa sobre las manifestaciones de la cuestión social, para aportar elementos que permitan explicar y comprender “lo social”. (Ponencia N° 1 – Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Si bien nuestra profesión históricamente estuvo vinculada en la atención de los problemas y conflictos sociales, creemos que en este momento se torna indispensable ampliar nuestra mirada respecto de las dificultades y los obstáculos que cotidianamente se nos presentan en la práctica profesional. En cada momento histórico debemos maximizar nuestras capacidades teóricas y operativas a fin de tener un análisis riguroso de la realidad social y poder concretar acciones que redunden positivamente en los sujetos con los cuales trabajamos en términos de derechos tanto individuales como sociales.” (Ponencia N° 2 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Por otra parte, las exigencias del mercado demandan profesionales cada vez más “técnicos” y especializados en los aspectos instrumentales referentes a la implementación de políticas sociales. Esto podría encuadrarse en la primera tendencia a la que Parra hace mención; la cual se basa en el análisis de Rozas Pagaza M, siendo ésta una tendencia tecnicista, basada fundamentalmente en el gerenciamiento social. Esta postura empezó a perfilarse en la Argentina junto con el modelo neoliberal y reforzada por los organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, quienes después de los resultados de las políticas de ajuste, respecto al crecimiento de la pobreza, empezaron a orientar políticas para "combatir la pobreza". Para ello se propuso buscar la efectividad de los programas sociales en relación con el parámetro costobeneficio. En esta dirección se plantea la necesidad de ser rigurosos en definir la población-objetivo, elaborar diagnósticos más exactos y proyectar el éxito de los 58

59

programas para garantizar su efectividad. Esto tiene gran implicancia tanto en la formación como en la intervención profesional, ya que ésta tendencia es sustentada por una racionalidad conservadora y funcional al modelo hegemónico, la cual dimensiona la intervención profesional no sólo desde lo operativo-instrumental, sino también desde lo teórico-metodológico y lo ético-político. En este marco, se refuerzan los rasgos de identidad atribuida, demandando en los profesionales intervenciones de orden instrumental, pero en el sentido negativo de la instrumentalidad ya que la demanda se dirige a desarrollar acciones burocráticas, las cuales aborden principalmente la inmediatez y lo urgente. Sobre esto, algunos profesionales reflexionan: -

“Se nos exige (a los trabajadores sociales) una permanente actualización en todo lo referido a legislación, recursos existentes, normatización para el acceso a los beneficios sociales (jubilaciones, pensiones, subsidios por externación, becas asistenciales

y

de

capacitación,

planes

de

empleos

públicos

y

privados,

cumplimentación de requisitos en tiempo y forma y pasos burocráticos a seguir. Se suma la excesiva burocratización de las políticas sociales vigentes; hoy la mayor parte de nuestro tiempo laboral está destinado a la resolución de problemáticas inherentes a la gestión, la lucha para la obtención de un recurso nos exige desde la elaboración de un proyecto hasta el conocimiento minucioso de los pasos a seguir.” (Ponencia N° 2 – Congreso de Tandil- Ver en Anexo) -

Deteniéndonos en este último aspecto o sea, la expropiación es cuando se parte de la incapacidad y cosificación del problema. Resuenan en este nivel frases tales como “yo te lo resuelvo” o “yo me encargo”. El criterio que se adopta es el de la protección por sustitución, por expropiación, por reemplazo, por salvataje, por emergencia. Estamos superados por la emergencia”. (resaltado nuestro) (Ponencia N° 2 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

Por otro lado, vemos también indicios de la segunda perspectiva la cual hace referencia a la búsqueda de la especificidad profesional y particularmente a la intervención profesional interdisciplinaria. Se podría decir que, en general los análisis respecto a dichos temas se han caracterizado por centrar la atención en los asuntos referidos a la intervención: el objeto específico, los sujetos y los métodos, e incluso a veces suele plantearse la práctica profesional del Trabajo Social entendida como un “rol”, perdiendo de ésta manera la noción de la 59

60

intervención profesional concebida como proceso. Es posible encontrar en algunas de las reflexiones de los profesionales ésta tendencia a pensar la práctica profesional como un “rol”, el cual en muchos casos se hace evidente al explicitar la metodología del trabajo interdisciplinario. -

“La propuesta de construir un trabajo interdisciplinario,

implica

hacer explícita la

especificidad de cada disciplina, de modo de nutrirse de cada una de ellas y

luego

renunciar a la idea que el saber propio de cada una, es suficiente para dar cuenta de los problemas (...)También le asignan un rol de nexo y facilitador con otros equipos de salud extra hospitalarios, a manera de obtener diversos recursos (pasajes de transporte, planes sociales, turnos para la realización de consultas o tratamiento médico, como estudios, etc.) y por otro lado, realizar pasaje de sala conjunto” (resaltado nuestro) (Ponencia N° 7 Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“La Trabajadora Social, como parte integrante del equipo de salud, realiza el aporte de las variables socio económicas y culturales que permitirán el seguimiento y la orientación adecuados frente a las situaciones particulares de cada asociado. El rol del Trabajador Social consiste en evaluar al grupo familiar del niño en atención, a fin de determinar los factores sociales que inciden en su estado nutricional.” (resaltado nuestro) (Ponencia N°6 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“El rol del Trabajo Social en la escuela rural, aparece como generador de espacios participativos para la elaboración de estrategias que faciliten la construcción de ciudadanía.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 3 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

“Aquí me arriesgo a mencionar, y quizás sea para otro congreso que la especificidad y especialización del Trabajo Social nos sitúa en el abordaje desde el tratamiento social; no tengamos miedo de pensarnos en este rol.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 9 – Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

Constituye hoy un desafío, recrear otra lógica, de carácter emancipatorio, diferente a las tendencias endógenas, fragmentarias, tecnocráticas. El camino que oriente la construcción de identidad debe dirigirse hacia la profundización de la capacidad de análisis crítico de la realidad, para aportar al fortalecimiento de la autonomía profesional. Principalmente para lograr esto se precisa una sólida formación académica y, en este sentido, es preciso trascender la formación meramente técnico 60

61

instrumental a que quieren reducir los programas de estudios bajados con la lógica del Banco Mundial, como también el eclecticismo teórico. Este concepto, en términos generales, consiste en reunir lo mejor de la doctrina de varios sistemas. Desde el punto de vista filosófico es una mezcla que no obedece a principios determinados de un punto de vista, concepciones filosóficas, premisas teóricas, valoraciones políticas distintas y a menudo contrapuestas. El principal defecto metodológico del eclecticismo estriba en la imposibilidad de hallar el eslabón principal en la cadena de acontecimientos y establecer una estrategia adecuada. En tal sentido, se plantea para el Trabajo Social una apropiación indiscriminada de teorías contrapuestas o una mezcla de corrientes teóricometodológicas, provocando ésto una lectura ahistórica, acotada y fragmentada de la realidad social. Respecto a esta influencia del eclecticismo en la formación profesional, una de las ponencias analizadas desarrolla una reflexión interesante:

-

“En la diversidad y por momentos eclecticismo que continúa caracterizando el proceso de formación, existen presencias y ausencias que es necesario reconocer, discutir, analizar, comprender su significado teórico pero a su vez profundamente ético político. Es desde aquí que la trama entre lo teórico y lo político-ideológico asume mayor claridad. En el qué, cómo, para qué enseñar se materializan concepciones de sujeto, de enseñanza, de aprendizaje, de construcción de conocimiento, pero también de sociedad, de historia, de cambio social... es desde estos lugares que miramos el mundo y proyectamos acciones, prácticas profesionales.” (resaltado nuestro) (Ponencia N° 12 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

En este sentido, enriquecedores son los aportes de Iamamoto (2003), cuando plantea la necesidad un perfil profesional que sea (además de estar dotado de un instrumental técnico-operativo) capaz de realizar las acciones específicas de su ejercicio profesional, y sea sobretodo, un profesional informado, crítico y propositivo, que apueste al protagonismo de los sujetos sociales, lo cual, exige una competencia crítica que supere, tanto el teoricismo estéril como el mero pragmatismo. En fin, un perfil profesional propositivo que, necesariamente requiere un compromiso con su actualización permanente y un compromiso con la propia realidad en la medida en que se torna capaz de acompañar, con sentido crítico, el ritmo de los cambios del escenario social contemporáneo. 61

62

 Las dimensiones del Trabajo Social en la intervención profesional.

Son diversos los esfuerzos que se han realizado en la profesión por precisar sus dimensiones, que permiten comprender y direccionar la intervención profesional del Trabajo Social; en esta búsqueda se ha propiciado el avance reflexivo en los últimos tiempos respecto a las dimensiones teóricometodológico, operativo-instrumental, y especialmente la dimensión éticopolítico de la intervención profesional. Pensar en la construcción de identidad profesional implica reflexionar, en primer lugar, acerca de la racionalidad que sustenta las dimensiones de la intervención profesional.

Y en segundo lugar, si nos dirigimos hacia la

superación de identidades atribuidas, es importante analizar las implicancia que dicha racionalidad tiene en el proceso de construcción de identidad. En este sentido, tomamos el análisis desarrollado por Guerra Yolanda (1999) quien considera que existen tres tendencias que acompañan la trayectoria profesional en lo referente a las formas de entender la teoría y la práctica. La primera encierra “los profesionales que toman la práctica como el fundamento de la determinación de sus acciones, las teorías no pasan de construcciones abstractas, ya que se sitúan secundariamente frente a la práctica, cabiéndole a ésta en última instancia, proveer indicativos sobre los instrumentos operativos capaces de posibilitar una acción efectiva en las situaciones concretas. (...) De este modo de ver la relación teoría-practica, cuyo sustrato se localiza en el empirísmo positivista de un lado y en el pragmatismo del otro, se deriva que estas dos determinaciones singulares, son tomados sin las debidas articulaciones con lo particular y con lo universal, y aún así, las acciones inmediatas desencadenadas sobre la realidad son identificadas como práctica profesional.” 30 La segunda tendencia estaría compuesta por “los profesionales quienes

30

Guerra Y. (1999): “Elementos para la comprensión de la instrumentalidad del

Trabajo Social” Escuela de Trabajo Social –Universidad de Costa Rica. Boletín electrónico Surá N°30. pg 3,4 62

63

consideran que las construcciones teóricas son determinaciones de la práctica, la opción del profesional por una teoría pasa a constituirse en su “camisa de fuerza” (...) exigiendo de ella respuestas e instrumentos capaces de colocar la “teoría en acción”. El valor de la teoría, en este caso, consiste en construir un cuadro explicativo del objeto que contemple un conjunto de técnicas e instrumentos de valor operacional.”31 En cuanto a la tercera tendencia, la autora sostiene que ésta difiere de las anteriores ya que la concepción de teoría es distinta. Por lo tanto, esta vertiente “reconoce la teoría como procesos de reconstrucción, de refiguración de la realidad por el pensamiento, vinculada a proyectos de sociedad determinados, a visiones de hombre y mundo –frente a los cuales el profesional asume una posición-, y a determinados métodos de conocimiento e interpretación de la sociedad. Aunque se las dimensione coherentemente, también reclama la ausencia de indicativos teórico-prácticos que posibiliten romper con el anticuado conservadurismo que acompaña la trayectoria de la profesión.”32 Si relacionamos lo antedicho con el proceso de construcción de identidad profesional es posible realizar algunas reflexiones. En este sentido, teniendo en cuenta las dos primeras tendencias que menciona la autora, podríamos decir que estas formas de considerar la teoría y la práctica se basan en una racionalidad conservadora y de un claro corte positivista. Entonces, cabe pensar que así como existió en la profesión una fuerte base conservadora, aún hoy vemos como la misma permanece expresada a través de las interpretaciones fragmentadas, dicotómicas, ahistóricas respecto a la realidad social.

-

“La intervención de los Trabajadores Sociales del Consejo Provincial del Menor está fuertemente connotada en la relación con los familiares de los niños desde un poder que les da el saber el cual “autoriza” a los Trabajadores Sociales a dar “consejos” a las madres sobre cómo atender a sus hijos, lo que deben hacer con ellos, cuáles son las pautas de „buena‟ madre, si pueden ejercer la patria potestad, decidir sobre el futuro de los niños,

63

31

Guerra Y. (1999): op. cit, pg 4

32

Guerra Y. (1999): op. cit, pg 4

64 decidir si viven en riesgo y unilateralmente decidir la ubicación con familias sustitutas, pequeños hogares, internación en hogares de menores, etc. La representación social como „sacachicos‟ forma parte del imaginario social acerca de la intervención de los Trabajadores Sociales de esa organización institucional, generadora de miedos, también, la de distribuidor de recursos que es la demanda que reciben en la generalidad.” (Ponencia N° 8 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Se trata de informes ahistóricos, que no rescatan o tratan de reconstruir la historia de vida familiar y social para entender y analizar los diferentes procesos que llevan a la concreción del “delito” por parte de la persona.

En estos informes no aparece la mirada

problematizadora del Trabajador Social, sino por el contrario una mirada descriptiva e inspectora que nos remite a un Trabajo Social netamente positivista, una mirada que condena desde el prejuicio hábitos, conductas y formas de vida de los sujetos. Consideramos que la intervención nunca es neutra, y que no podemos negar las consecuencias que tiene ésta sobre el otro, teniendo en cuenta que nuestro accionar tiende a la promoción o a la cancelación de autonomía.” (Ponencia N° 15 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

Es importante remarcar que el Trabajo Social en sus orígenes construyó su identidad en el sustento teórico-ideológico del conservadurismo, a través del cual se privilegiaba una armonización de las relaciones contradictorias y antagónicas del sistema capitalista y una justificación de las desigualdades, “naturalizando” la historia y eliminando posibilidades de transformación social. De esta manera, es la racionalidad formal-abstracta la cual hegemonizó la práctica profesional y en este sentido, es sabido que la profesión se constituyó en una práctica profesional, principalmente

de

carácter

operativo,

reconocida

históricamente

por

su

funcionalidad al sistema capitalista en su fase monopolísta. En esta línea de reflexión, consideramos que la racionalidad formalabstracta, racionalidad hegemónica del orden burgués y de base positivista, ha ejercido una preponderancia en relación a cómo explicar la Sociedad y cómo intervenir profesionalmente. Si comprendemos que el Trabajo Social en sus orígenes construyó su identidad en el sustento teórico-ideológico del conservadurismo, es posible considerar que la intervención profesional es dimensionada tanto en lo teóricometodológico, lo operativo-instrumental y lo ético-político, a partir de la racionalidad formal-abstracta y por lo tanto con una racionalidad que captura 64

65

apenas la forma de aparecer de los hechos y los fenómenos, permitiendo que los trabajadores

sociales

fijen

los

hechos

en

padrones

y

procedimientos

predeterminados, cristalizados, pero impidiendo que avancen más allá de ellos. De este modo, es posible evidenciar a través de los fragmentos de las reflexiones de los profesionales, cómo en el proceso de construcción de identidad profesional se reproducen –al mismo tiempo- rasgos de la “identidad atribuida” como lo es el basamento conservador; generando esto que los profesionales del Trabajo Social desarrollen procesos y comportamientos prescriptos, ingresando a la máquina burocrática, ritualista e inmediatista, reproduciendo el proceso capitalista. En este sentido, es importante incorporar al análisis el concepto de “control social”, y la vinculación que éste tiene en la construcción de identidad profesional. Grassi E. (1989) entiende al control social como “todas las formas de dirección de la vida de los pobres, con vistas a disminuir el costo social de su reproducción y a evitar los conflictos sociales derivados de la explotación económica, tendientes a garantizar las relaciones sociales de producción. El control social asume formas de vigilancia directa sobre la vida de los pobres y las actividades de asistencia y beneficencia son recursos privilegiados en ese sentido. Presentados bajo el ropaje del desinterés propio y del interés por el bién del otro, se legitima su derecho a intervenir, corregir, convalidar, aconsejar, normar, la vida familiar y cotidiana de los pobres.”33 Tomando en cuenta lo citado, es posible encontrar en algunas reflexiones de los profesionales, esta presencia del “control social” en la práctica profesional: -

“Observamos mínimamente dos formas de intervención: desde el control o desde el cuidado. Son dicotomías, son palabras que confunden, a la hora de definir de quien es el problema. Las respuestas pueden ser diversas por exportación (derivación), compartir (trabajo intradisciplinar o interdisciplinar) o por expropiación”. (Ponencia N° 2 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

“La intervención en lo social surge desde la necesidad de controlar y neutralizar la necesidad de los ”. (Ponencia N° 5 –Congreso de La Pampa- Ver en

33

Grassi E. (1989): “La Mujer y la Profesión de Asistente Social. El Control de la

Vida Cotidiana. Editorial Humanitas. Buenos Aires, Argentina. Cap. 1, pg. 15. 65

66 Anexo) -

“Desde la perspectiva teórica que determina el pensamiento único se utiliza como herramienta “el control social” mediante seguimiento diario, semanal, mensual, bimestral, semestral, anual dispuesto por el Juez sin fijar una fecha de finalización del mismo, que posibilite una intervención hacia la transformación de la situación problemática de la familia y/o los niños. Se trata de una respuesta de cumplimentación de las resoluciones judiciales mediante

exigencias (constancia de la enfermedad

padecida, la higiene como cuestión de apariencia personal, la obligatoriedad de la asistencia a la escuela, la presentación de facturas por compra de alimentos o medicamentos, etc.) más que de objetivos de satisfacción de las necesidades de los sujetos”. (Ponencia N° 8 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Cuando nos referimos al lugar instituido del trabajador social aludimos a la tarea asignada históricamente por la institución:

intervenir controlando que “el tutelado”

cumpla de acuerdo a lo estipulado por el juez. Es decir la demanda de intervención se delimita entre el silencio del sujeto frente a su situación y un trabajo social burocratizado reducido a un ejecutor de las políticas de Estado, en un lugar de auxiliar. Esta ley sustentada en el discurso del orden, busca “velar por la seguridad pública” y parte del supuesto que el sujeto que atraviesa por el Patronato de Liberados es un sujeto “enfermo”, “desviado”, “peligroso” al que es necesario tratar, asistir, controlar, tutelar y supervisar.” (Ponencia N° 15 –Congreso de Tandil- Ver enm Anexo)

De esta manera, vemos nuevamente la incidencia de rasgos de identidad atribuida en la intervención profesional contemporánea. Es importante identificar estos procesos de “moralización, normatización y normalización” presentes en la intervención profesional a fín de emprender la búsqueda de alternativas que superen y evadan estas acciones que difunden, reproducen y legitiman el ejercicio del poder de clase. Asimismo, también se evidencia un ejercicio de poder para con los propios profesionales, ya sea por subordinación o por falta de jerarquización de la profesión en el espacio profesional: -

“Hay que señalar aquí, que la demanda de intervención no surge de la iniciativa de los sujetos involucrados como normalmente ocurre en otros servicios: aquí el Juez está dotado de autoridad para imponerle a la familia la intervención del profesional y también para ordenar al profesional que intervenga. Así,

no sólo el profesional

queda

subordinado a su autoridad, sino que la familia también. Por eso hablo de contexto de

66

67 control, donde las relaciones se plantean en términos de poder. (...) Un ligero repaso de lo ordenado en los casi cuatrocientos legajos técnicos habilitados en l994, permite corroborar lo expresado: Désele intervención a la A.S. a fin de que se constituya en el domicilio del actor y verifique tal cosa..., que se constituya en el hogar de la progenitora y realice un amplio socio ambiental..., que se constituya y constate la situación en que se encuentran los menores..., que previo a resolver incidente sobre visitas, realice los estudios pertinentes..., que se constituya en el domicilio de los guardadores y realice un pormenorizado informe acerca de..., no surgiendo de autos con precisión la edad y número de Los menores como medida previa, practíquese con intervención de la Asistente Social en el domicilio de la señora, sito en...informe de Los menores y sus progenitores. Notifíquese.” (...) La organización verticalista –arraigada en el Poder Judicial- vuelve para obstaculizar la horizontalidad pautada. La opinión de los operadores jurídicos, abogados y la de los operadores que sin ser abogados alcanzaron el rango de funcionarios judiciales, continúa teniendo más peso que la de los profesionales que integran el Equipo Social”. (resaltado nuestro) (Ponencia N° 13 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

Por otro lado, es posible vislumbrar una clara postura de rechazo a esta práctica de subordinación del Trabajo Social, apelando a un posicionamiento crítico y activo por parte de los profesionales. También cabe resaltar las reflexiones que se orientan a superar la racionalidad conservadora promotora de procesos moralizadores, y reproductores de la ideología capitalista. Lo antedicho puede ser ejemplificado con las siguientes citas:

-

“Es preciso identificar procesos, características particulares, mediaciones a través de las cuales el conservadurismo se hace presente en nuestra formación y nuestras prácticas profesionales. Sólo esta identificación nos permitirá construir el debate necesario, la explicitación de la divergencia, la posibilidad de reconocer las tramas donde se ocultan/evidencian proyectos, asumir elecciones teóricas con sus correspondientes connotaciones ético políticas desde una decisión consciente e intencional.” (Ponencia N°12 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Nos conformamos como Trabajadores Sociales en una praxis, a pesar de nuestro origen positivista que conlleva no sólo a una teoría sino también a una metodología determinada (...) No es repetitivo decirnos con dolor para nuestro colectivo profesional que estamos hartamente impregnados del continuo positivista de control y represión en nuestras prácticas. El control de la encuesta, el carnet, el informe socio-ambiental aunque con formas aggiornadas no nos salvan del carácter policial interventivo.(...) Si nuestra disciplina no reconoce primero esta matriz positivista, a esta altura resignificada y

67

68

naturalizada, y no comienza a problematizarla, nuestro desarrollo profesional se estanca, fundamentalmente porque la historia nos va a pasar por encima.” (resaltado nuestro) (Ponencia N° 4 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo) -

“Hoy, frente a una nueva vulnerabilidad de masas, y ante la evidencia del brutal desajuste entre la manera en que se plantea la nueva cuestión social y los modos de intervención social para su conjura, se vuelve fundamental alcanzar una correcta comprensión de los procesos sociales que atravesamos y de las formas de intervención social que tienen lugar en la actualidad. Es por ello que creemos necesario buscar una conceptualización que dé cuenta de la nueva complejidad de esas intervenciones, para lo cual ya no alcanza la referencia incierta a viejos conceptos.” (Ponencia N°7 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

“Seguimos bregando por fortalecer nuestra identidad y actualizando el proyecto profesional para que; desde lo teleológico nos ponga a tono con las demandas sociales actuales, que nos permita vincularnos adecuadamente con la realidad y articularnos en la lucha de la ciudadanía por la defensa de valores democráticos; desde lo teórico metodológico se abra a nuevos espacios de discusión en busca de los modelos adecuados a tales fines, desde lo técnico operativo movilice nuevas alternativas de valor y nos anime a experimentarlas en la práctica; que desde lo ético profesional inste a examinar cuestiones fundamentales del hacer profesional, para aclararlas críticamente”. (Ponencia N°13 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

Considerando las reflexiones de los profesionales es factible sostener que a grandes rasgos, pareciera que la necesidad por trascender la dicotomía entre teoría-practica se ha puesto a la orden del día. En este marco, los trabajadores sociales plantean la urgencia por romper con las prácticas reproductoras de control y moralización, poniendo especial énfasis en la actitud investigativa, la problematización constante y el fortalecimiento del ejercicio ciudadano. Si retomamos el análisis de Cavalleri (1999) respecto a la construcción de identidad profesional podemos relacionar lo anterior con lo que la autora plantea al pensar en una “identidad construida en el Trabajo Social”. La misma sostiene que

es

prioritario

“una

profundización

del

bagaje

teórico-metodológico,

profundización que debe ir acompañada por el análisis exhaustivo de dicho bagaje desde una perspectiva crítica. Dicho bagaje teórico-metodológico constituye el recurso fundamental de los profesionales para su intervención,

68

69

contribuye a la lectura de la realidad, orienta y le da forma a la acción.”34 Entonces, en este proceso de construcción de identidad los profesionales están asumiendo como prioritario la tarea de repensar dicho bagaje, así como también se encuentran no sólo cuestionando los rasgos atribuidos a la profesión, sino también aquellos que aún permanecen siendo aceptados y reproducidos en la práctica cotidiana.

-

“Los Asistentes Sociales hemos sido dotados de una identidad profesional que nos fue atribuida socialmente y con un “débil perfil” y una práctica profesional que se fue legitimando a través del tiempo. (...) La mejor articulación se ha dado sin dudas en el plano del poder-saber, esto es en la relación juez-profesionales, donde por momentos se tiende a la horizontalidad del poder, y en otras, esa tendencia se desvanece frente a la autoritaria, quedando el saber en el plano de la subordinación sin posibilidad de consenso.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 13 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

-

“Consideramos fundamental el ejercicio permanente de problematizar lo que plantea la ley y no adherirnos acríticamente a los vocablos y conceptos que allí se expresan, para que nos permita romper con el lugar instituido del Trabajo Social dentro de esta institución. Es decir, el lugar de control

en dónde los sujetos son considerados como “objetos de

asistencia” y muchas veces culpables de su propia situación.” (Ponencia N°15 – Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Debemos comenzar a discutir y a problematizar al interior de las instituciones esta modalidad de asistencia, no sólo en los términos técnicos de la intervención, sino también desde su dimensión política.” (Ponencia N° 2 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“Creemos importante revisar y resignificar las categorías analíticas de Derechos Humanos, sosteniendo que desde aquel rol asignado a principios de siglo y con todo nuestro recorrido histórico, de qué modo nos volvemos a ubicar en esa desigualdad social, propia de la contradicción capital-trabajo, y desde esa lectura política es que nos interpela permanentemente en nuestras prácticas el conflicto generado por la violación de los DDHH que produce este sistema capitalista.” (Ponencia N° 4 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

34

Cavalleri S. (1999): “Construyendo identidad en Trabajo Social. Los aportes de la

investigación en el fortalecimiento de la categoría profesional.” Buenos Aires. Mimeo Asignatura TS IV, UNLU. Pg 14 69

70

Lo antedicho nos remite a pensar la dirección que el proceso de construcción de identidad profesional está tomando, y en este sentido es importante remarcar la importancia que los profesionales le dan a la dimensión ético-política de la intervención profesional.

-

“Para pensar en un futuro diferente será necesario hacer camino en sentido opuesto al que se ha venido haciendo este último tiempo. Es decir, diseminar en diversos espacios y actores prácticas de "ciudadanización", entendidas como prácticas de inclusión social, lo que implica entre otras cosas para Trabajo Social, recuperar la dimensión política de nuestra intervención.”(resaltado nuestro) (Ponencia N° 14 –Congreso de Tandil- Ver en Anexo)

-

“(...) Asumir elecciones teóricas con sus correspondientes connotaciones ético políticas desde una decisión consciente e intencional.” (Ponencia N° 12 –Congreso de TandilVer en Anexo)

-

“Es importante buscar máximos niveles de coherencia entre el proyecto ético – político que orienta el Código de Ética, los planes de estudios de las escuelas, las leyes de reglamentación profesional, los ejes organizadores de las entidades de profesionales y de estudiantes y que estos elementos sustantivos en la ética profesional tengan

una

intencionalidad, un posicionamiento ético y político de la defensa de la libertad, de la justicia social, de las políticas públicas, de los derechos sociales y humanos en oposición a todas la formas de opresión, de discriminación y de autoritarismo”. (resaltado nuestro) (Ponencia N° 8 –Congreso de La Pampa- Ver en Anexo)

En relación a esto, Cavalleri (1999) argumenta que “pensar en una identidad construida en el Trabajo Social implica reflexionar acerca de las implicancias políticas de su práctica profesional, como práctica atravesada y participante del proceso de lucha de clases. Esto le plantea al profesional la necesidad de realizar una opción teórico-práctica en relación a un proyecto colectivo de sociedad. Ligado a esto, si se piensa en la superación de identidades atribuidas, esta opción debe encaminarse hacia la búsqueda de formas que posibiliten a los trabajadores sociales situarse al servicio de los usuarios, sujetos que se encuentran atravesando situaciones particulares

70

71

de negación de derechos.”35(resaltado de la autora) Desde esta perspectiva, consideramos que la racionalidad subyacente en las dimensiones de la intervención profesional direccionan de alguna manera el proceso mismo de construcción de identidad. Por lo tanto, en la medida en que permanezcan concepciones positivistas en la práctica profesional, esto impacta en la intervención y en la construcción de identidad reproduciendo los ya conocidos “rasgos de identidad atribuida”. Asimismo, el ejercicio de una práctica profesional comprometida con una opción teórica, metodológica y política conciente y al servicio de la población beneficiaria, fortalecerá un proceso de construcción de identidad autónomo que reconozca los intereses de los agentes profesionales en un ámbito democrático, de diversidad y pluralismo. En este camino de construcción de identidad, como ya se ha dicho, la dimensión ético-política tiene especial relevancia, ya que desde ella se toma posición y se interviene profesionalmente. En este sentido, Heler Mario (2002) ha realizado un gran aporte al análisis de la “ética” y especialmente a la “reflexión ética” en Trabajo Social. Desde su perspectiva, la “reflexión ética” es también la “reflexión critica” y una forma de entender esta doble pregunta de la indagación es a través de dos movimientos complementarios. “Por un lado se trata de la “deliberación”: la consideración de los factores que apoyan o socavan los posibles cursos de acción frente a la situación conflictiva que demanda una decisión responsable. En este sentido, la reflexión ética contribuye a la toma de decisiones individuales o grupales, ejerciendo la autonomía. La deliberación brinda las razones para optar, y permite responder por nuestras acciones: nos hace responsables.”36 Por otro lado, se trata de cerciorar las pautas, los criterios, la ley que se aplica en la deliberación, los que han sido interiorizados en la socialización, en la formación y en la experiencia profesional. A este segundo tipo de reflexión ética, complementario de la búsqueda de la mejor decisión en las deliberaciones, lo ha llamado “elucidación”, en el sentido dado por Castoriadis a la noción “trabajo por el cual los hombres intentan pensar lo que hacen y saber lo que piensan” 35 36

Cavalleri S. (1999): op. cit. Pg, 14 Heler M. (2002): “Filosofía Social y Trabajo Social. Elucidación de un campo profesional.” Editorial

Biblos. Buenos Aires. Cap V, pg 121

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(Castoriadis en Heler M 2002:121) En el caso del Trabajo Social, se trata de pensar lo que se hace y saber lo que se piensa. En términos del autor “comprometerse con este trabajo de elucidación lleva a una revisión crítica de la propia identidad profesional; una revisión siempre relativa y fragmentaria, que no obstante va produciendo modificaciones, en conjunción con luchas de poder y cambios en las prácticas. La tarea de elucidación es individual y a su vez grupal. Es la forma de dar cuenta de la propia profesión y construir entre los miembros de la comunidad profesional un sentido de la ocupación, donde tengan lugar el respeto y el reconocimiento de todos los involucrados.”37 Por lo tanto, siguiendo con esta perspectiva de análisis, la construcción de identidad profesional debe incluir principalmente el recurso de la “reflexión ética” (como la entiende Heler M.) y consecuentemente esto implica sostener actitudes de tolerancia y respeto al pluralismo teórico e ideológico, el reconocimiento de la diversidad y la diferencia, el rechazo de la discriminación y de los prejuicios. En este sentido, es importante rescatar la noción de “elucidación” en la búsqueda de la mejor decisión en las deliberaciones, pensando lo que se hace ( el qué y para qué de la intervención) y principalmente sabiendo lo que se piensa (el porqué y cómo de la intervención). Asimismo, la reflexión ética como recurso necesario para la construcción de identidad profesional, orienta a los profesionales en la deliberación por un posicionamiento teórico-metodológico particular el cual definirá y dimensionará la intervención profesional desde lo ético-político, lo operativo-instrumental y lo teórico-metodológico. Cabe remarcar la importancia de reconocer en este movimiento “elucidatorio” la racionalidad en la que se basa la intervención profesional y la perspectiva desde la que se trabaja, teniendo en cuenta las pautas y criterios que direccionan la intervención; pudiendo establecer claramente sobre qué racionalidad se están tomando decisiones profesionales, las cuales pueden dirigirse a sostener los “rasgos de identidad atribuida” o a romper con éstos. Para concluir, provisoriamente por cierto, consideramos que el recurso de la reflexión ética contribuye en gran medida a la construcción de identidad profesional

37

72

Heler M.(2002): op. cit. pg 122

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autónoma, reconociendo las diferencias, la diversidad y el pluralismo como elementos constitutivos de dicho proceso. De este modo; la reflexión ética, instalada en el plano individual y colectivo de la profesión,

constituye una prioridad si

queremos que el proceso de construcción de identidad se oriente hacia el fortalecimiento de la autonomía profesional, del ejercicio democrático y la construcción de prácticas sociales nuevas.

Concepción de Trabajo Social: hacia una nueva práctica social

Es imperioso reconocer que la reflexión respecto de la identidad profesional, como campo donde pulsan diversidades, alteridad, movimiento; es vital si queremos superar las prácticas subordinadas a las exigencias del modelo hegemónico. Es preciso desde la profesión analizar y proponer estrategias de enfrentamiento a la cuestión social, alternativas a las dominantes y en este marco, esto se constituye en un desafío y una oportunidad histórica para el Trabajo Social. En este sentido, podríamos decir que los caminos a seguir son dos, contradictorios y opuestos por cierto: “o se la enfrenta (nos referimos a la cuestión social) valiéndose de los mecanismos históricos dominantes, característicos de la identidad atribuida por el capital, o se la asume fortaleciendo procesos constructores de identidad, los que sin duda posibilitarían un crecimiento de la categoría profesional –con importantes incidencias en lo social-.”38 A lo que la autora agrega que desde ésta última tendencia se estaría contribuyendo a la construcción de prácticas sociales nuevas. Visualizar la identidad en la perspectiva que la estamos situando, y buscar

38

73

Cavalleri S. (...): op. cit. Pg 18. (paréntesis nuestras)

74

una práctica profesional que fomente la construcción de nuevas prácticas sociales que tengan en la consolidación de la democracia y en el fortalecimiento de la ciudadanía su fundamento, trae como exigencia implícita la necesidad de reposicionar no sólo el eje de la intervención profesional, más, sobre todo, las determinaciones políticas que la impregnan y las relaciones entre las áreas del saber que la conforman. Es indispensable asumir, de inmediato, que tal ruptura depende fundamentalmente de los propios trabajadores sociales en sus prácticas concretas con las clases sociales. De este modo, son los agentes profesionales quienes les dan vida con su ejercicio profesional, el cual, coherentemente con el proyecto ético-político singular en articulación con proyectos societarios más amplios, deberá impulsar el proceso de transformación de la realidad. Coincidimos con Martinelli M.L (S/f.) en la perspectiva desde la cual se debe visualizar la construcción, consolidación y fortalecimiento de esta nueva práctica social. Es entonces a partir de la comprensión histórica que se puede comprender esta nueva práctica social como: -

expresión de saber: entendiendo que toda práctica social es teoría en movimiento, es articulación de saberes, es construcción colectiva en búsqueda de objetivos socialmente determinados e históricamente establecidos. Lo que transcurre en la propia práctica y que se acumula en la vivencia con los sujetos usuarios de las instituciones es extremadamente valioso y, existe allí un importante capital para la construcción de nuevas mediaciones, capaces de permitir atender los objetivos buscados por la profesión.

-

Práctica educativa: toda práctica social concebida en la perspectiva que estamos anunciando es verdaderamente una práctica educativa: es la expresión concreta de la posibilidad de trabajar con los sujetos sociales en la construcción de su realidad, de su vivir histórico. Es una práctica que se despoja de la visión asimétrica de los sujetos con los cuales trabaja y que se posiciona ante ellos como ciudadanos, como constructores de sus propias vidas. “Es, por tanto, práctica de encuentro, de la posibilidad del

74

75

diálogo, de la construcción compartida.”39 -

Práctica política: no existe práctica social que no sea política. La práctica social, dialécticamente concebida, es por excelencia, la posibilidad de operar con proyectos políticos que tengan por horizonte la consolidación de la democracia y el fortalecimiento de la ciudadanía. Se trata, por tanto, de una práctica que parte de una teleología y que construye, junto con la población usuaria, mediaciones consistentes para atenderla, articulándose permanentemente a las prácticas concretas de las clases sociales. En palabras de la autora “se trata de una práctica que asume plenamente su vocación social y su compromiso político”40.

Desde esta perspectiva de visualizar las nuevas prácticas sociales, retomamos el análisis desarrollado por Martinelli para desde aquí reflexionar sobre la construcción de identidad profesional. La autora conjetura algunas orientaciones respecto a la construcción de una nueva práctica social, las cuales resultan de fundamental importancia para los fines del presente trabajo. En este sentido, tomaremos el análisis de dicha autora pero encuadrándolo en la tarea de pensar la construcción de identidad profesional en Trabajo Social. Procurando aproximarnos más consistentemente a aquello que es el objetivo de este trabajo, nos valdremos del análisis de Martinelli M.L. (S/f.) quien expone algunas proposiciones que creemos se constituyen en un gran aporte para orientar la construcción de identidad profesional. En este marco, consideramos que las siguientes nociones brindan una propuesta sumamente valiosa para tener presente en el proceso de construcción de identidad profesional:  saber establecer una nueva relación con el pasado: esto es fundamental si queremos dar un sentido histórico a la construcción de identidad. Por lo tanto es preciso reconocer las marcas que dejaron en el Trabajo Social los diferentes elementos constitutivos de la identidad atribuida por el capitalismo (expresado en la alianza Estado, Iglesia y Burguesía) reconociendo de manera colectiva, el sentido histórico social de la profesión y 39

Martinelli M.L. (S/f.): “El uno y el múltiplo: relaciones entre las áreas del saber. Un abordaje socioeducacional.” En Martinelli M.L, Rodríguez On M.L, Tannus Muchail S. (org) O Uno e nas relacoe entre as áreas do saber. Cortez Ed./Educ. San Pablo. Brasil. Pg 8

40

75

Martinelli M.L (S/f.): op. cit. pg 9

76

el papel que ha venido desempeñando en la sociedad capitalista. De ningún modo se debe suprimir la historia, más, por el contrario; es fundamental conocerla para así no reproducir acciones alejadas del proyecto ético-político que se busca construir.  saber establecer una nueva relación con la profesión: teniendo presente que quien produce la práctica profesional son los sujetos sociales que de ella participan -trabajadores sociales, agentes institucionales y población usuaria- y en este sentido la intervención profesional debe tender a ser legitimada no por los “mandatarios y contratantes” de la práctica, sino por los usuarios. Es indispensable tener claro que en toda práctica hay limites y posibilidades y, por tanto, un espacio de creatividad a ser explotado y vías de transformación a ser accionadas. Ninguna práctica es un bloque monolítico, impenetrable, siempre hay caminos críticos y vías de superación a ser tomadas, sin embargo la transformación no es inmediata y los obstáculos serán rápidamente encontrados por quienes emprendan dicha tarea.  saber establecer una nueva relación con la institución: reconociéndola como organismo político al servicio de los usuarios. La institución es un organismo

participante

del

flujo

histórico,

creada

para

permitir

la

operacionalización de políticas sociales direccionadas a los ciudadanos, siendo su deber ético y político producir prácticas dotadas de efectividad y alcance

social.

En

este

sentido,

es

fundamental

superar

prácticas

burocratizadas, rutinizadas y paternalistas (clientelismo político) en pos de potenciar la participación activa de los usuarios y el ejercicio efectivo de los Derechos. Asimismo, es urgente crear “líneas de fuga” a las exigencias de focalización y privatización de las políticas sociales teniendo como presupuesto básico el reconocimiento de los Derechos Sociales.  saber establecer una nueva relación entre profesionales: se trata de una exigencia absolutamente fundamental y directamente relacionada a la “concepción de saber como espacio de múltiplo (en la diversidad, pluralismo, divergencia), de encuentro de los signos, mas allá de ser alimentada también por una nueva concepción de profesionales.”41 En este sentido, el desafío pasa 41

76

Martinelli M.L (S/f.): op. cit. pg 10

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por trascender y superar la especificidad profesional para incorporar el concepto de dialogo por encima del de imposición, acabando así con la subordinación y jerarquización histórica que nuestra profesión tiene respecto a otras profesiones (principalmente el área médica y judicial) y para ello es imprescindible un colectivo profesional fortalecido en su capacidad de defensa de los derechos de sus trabajadores. Asimismo, es prioritario fortalecer el colectivo profesional, superando la fragmentación y la división según áreas de intervención. Es decir reconocernos e identificarnos principalmente como trabajadores: asistente social, trabajador social, docente, investigador, etc. Todos conformamos el colectivo profesional y es nuestra responsabilidad fortalecerlo en su capacidad de denuncia, de defensa y de construcción de identidad profesional desde el plano colectivo. Creyendo en estas posibilidades se abre un camino hacia una identidad profesional

construida

por

los

propios

trabajadores

sociales,

la

cual

necesariamente debe producirse en el espacio de la alteridad, de la pluralidad, de la divergencia; a la vez que esté basada y comprometida con valores democráticos y se oriente a la construcción y garantización del ejercicio pleno de los Derechos. ¡Esta es nuestra esperanza, nuestra lucha, nuestro desafío permanente ...42!

Reflexiones finales

En el desarrollo de este trabajo hemos intentado dar cuenta de la tendencia que

la

construcción

de

identidad

profesional

está

tomando

en

la

contemporaneidad, enmarcando la misma en el desarrollo capitalista y específicamente en el neoliberalismo.

Al mismo tiempo, hemos realizado un

análisis respecto a las concepciones de Trabajo Social, Cuestión Social, Estado, Política Social, Identidad Profesional; y

a su vez,

reflexionamos sobre la

incidencia que los rasgos de identidad atribuida tienen en el proceso de construcción de identidad profesional. Es verdad que desde los comienzos de la profesión se le atribuyó una 42

77

Martinelli M. L: op. Cit. Pg 11

78

identidad que hoy, en muchos casos, sigue existiendo. Cuando uno pregunta por la calle a la gente sobre los Trabajadores Sociales o Asistentes Sociales suele aparecer la misma respuesta, que “trabajan con los pobres”, “en las villas dan comida y chapas”, que “sacan chicos” y hasta que “no hacen nada”. Es nuestro deber y nuestra ética la que nos exige que aportemos a la construcción de una identidad profesional autónoma, la cual esté basada y comprometida con valores democráticos y se oriente a la construcción y garantización del ejercicio pleno de los Derechos. Desde las Universidades, desde los espacios laborales y desde los colegios profesionales se debe trabajar por construir una identidad profesional autónoma, que rompa con practicas alienadas y alienantes. Hoy, en el contexto neoliberal se ha violentado la base de sustentación teórica, funcional y laboral del Trabajo Social, violentando por tanto la identidad profesional del Trabajador Social. Las coordenadas de las formas de nombrar e interpretar las transformaciones sociales se ven replanteadas. Los espacios laborales se ven transformados y es entonces urgente asumir los cambios y enfrentar el desafío ético de construir la identidad profesional en el marco del neoliberalismo. Las condiciones originadas hoy, con el desarrollo y la profundización de la política neoliberal, modifican las relaciones sociales y las mediaciones entre Estado y Sociedad Civil. En este marco, la cuestión social se agudiza y toma características particulares según el momento histórico. De esta manera el proceso de construcción de la Identidad Profesional adquiere particularidades socio-históricas que la singularizan según las demandas que exige la cuestión social en cada momento histórico. Desde esta perspectiva la Identidad es pensada dialécticamente, como una categoría política y socio-histórica que se construye en la trama de las relaciones sociales, en el espacio social más amplio de la lucha de clases y de las contradicciones que las engendran y son por ella engendradas. En este sentido, la Identidad es construcción y reconstrucción permanente, es condición de ser y posibilidad. Esta posibilidad abre camino a enfrentar los desafíos que se presentan hoy al Trabajo Social: el combate a fondo contra la neofilantropía, contra su particular 78

79

interpretación de las necesidades y contra los procesos de desciudadanización que provoca. Asimismo, es preciso que se fomente la transformación de prácticas controladoras, moralizadoras, y reproductoras de la ideología dominante. Este desafío de la profesión es un desafío también de las instituciones formadoras

de

Trabajadores

Sociales,

que

tienen

el

compromiso

y

responsabilidad no sólo con la profesión misma, sino con la sociedad. En esta dirección, es fundamental que la formación profesional permita a los profesionales dimensionar

la

intervención

profesional

comprometidos

y

posicionados

concientemente en el aspecto teórico-metodológico, operativo-instrumental y ético-político. La racionalidad que sustente las dimensiones de la intervención profesional debe de ser una elección tomada por los profesionales en un contexto de reflexión crítica y ética, favoreciendo así la superación de prácticas burocráticas, inmediatístas y rutinarias, propias de una racionalidad conservadora y positivista. Por último deseamos agregar que hoy día es preciso volver a replantear muchos aspectos, como nuestras prácticas, nuestra intervención, la racionalidad que sustenta dicha intervención, los objetivos profesionales, los límites que se imponen en la práctica profesional, etc, y es prioritario hacerlo en forma conjunta con los profesionales con experiencia, los nuevos profesionales y estudiantes. La situación laboral y nuevos espacios profesionales, así como la incertidumbre en algunos contextos, nos permite reflejar la crisis de los espacios laborales y el desplazamiento a veces obligado a otros nuevos espacios de trabajo profesional los cuales se caracterizan por su precariedad e informalidad. Las organizaciones, colegios profesionales, Universidades, etc, no deben perder la visión de entes formadores de profesionales críticos, responsables y comprometidos, para así no fomentar la falta de reflexión frente a la crisis actual, ni facilitar la pérdida de plazas laborales, así como también la “mercantilización en algunos casos de la formación profesional”. Es necesario convencernos de que nuestra profesión debe asumir una posición crítica y reflexiva frente al sistema capitalista imperante, para constituirnos como actores sociales. Romper con las ideas filantrópicas, con el fin de constituirnos en profesionales que estemos en capacidad de ser facilitadores y promotores de un proceso transformador de las situaciones sociales, con la 79

80

colaboración e intervención de otros profesionales vinculados a diferentes áreas, estas organizaciones deben ser democráticas legítimas y que asuman la responsabilidad de propiciar la participación de sus integrantes. Los Trabajadores Sociales tendremos que lograr identificar y alcanzar nuevas propuestas de intervención que respondan a las nuevas exigencias históricas. Si nuestra práctica tiene un sentido político, éste consiste en poder articular lo particular con lo general, identificando los hilos que articulan estrategias políticas y reconociendo las relaciones de poder presentes en la sociedad. Tenemos un desafío que consiste en poder descifrar la realidad y reconocer entre las múltiples expresiones de la cuestión social los aspectos centrales de la misma. En este sentido se nos presentan varios desafíos; en primer lugar como categoría profesional,

debemos ser capaces de proponer,

evaluar y recrear propuestas a nivel de políticas sociales e institucionales y de organización de la sociedad civil. Necesitamos tener competencia para defender el espacio laboral, nuestras funciones, poder viabilizar nuestros proyectos y captar que detrás de las demandas individuales hay una problemática que está redimensionando la actual cuestión social. En cuanto a nuestra intervención, la misma debe tender a reforzar y viabilizar los derechos sociales, transformando nuestro espacio laboral en espacios de participación y deliberación. En este sentido, nuestra intervención profesional puede tener una opción de difusión de ideología oficial y de control social pero decididamente puede tener otra dirección relacionada a prácticas democráticas tendientes a efectivizar derechos sociales.

80

81 Por tal motivo es imprescindible preguntarnos cuál es el “objetivo” de nuestro trabajo y conocer especialmente qué racionalidad estamos reforzando en nuestra práctica profesional. Retomando el tema de la formación profesional y los nuevos requisitos de calificación exigidos por el mercado de trabajo, podemos afirmar que la existencia y convivencia de diferentes niveles de profesionalización de los Trabajadores Sociales, exige el desafío de un compromiso con la capacitación permanente y una reflexión ética cotidiana como se ha planteado desde la perspectiva de Heller. Finalmente podemos resumir que para alcanzar competencia crítica y alcanzar competencias sólidas en la formación, los Trabajadores Sociales debemos contar con una formación teórico-metodológica que nos posibilite superar el pragmatismo; apuntar hacia la concreción de una dimensión éticopolítica que nos permita ser consciente del objetivo de nuestra intervención y tener competencia técnico-operativa a partir de la cual podamos elaborar estrategias de acción capaces de responder a las demandas de la población. A esto se suma la actualización permanente y capacidad de formular y realizar investigaciones. A modo de cierre, creemos que es prioritario apuntar al fortalecimiento del diálogo y el trabajo conjunto entre espacios de formación, sean estos Universidad y escuelas terciarias, colegios profesionales, organizaciones estudiantiles e instituciones donde intervenimos cotidianamente, a fin de profundizar el proceso de construcción de identidad desde un plano que contemple la diversidad, pluralidad, y principalmente la autonomía profesional. Al final de este viaje en la vida quedar á nuestro rastro invitando a vivir por lo menos por eso es que estoy aqu í. Somos prehistoria que tendr á el futuro somos los anales remotos del hombre estos años son el pasado del cielo estos años son cierta agilidad. Al final del viaje está el horizonte al final del viaje partiremos de nuevo al final del viaje comienza un camino otro buen camino que seguir d escalzos contando la arena, al final del viaje ... -Silvio Rodríguez-

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Aires, Argentina.  Parra, Gustavo (1999): Antimodernidad y Trabajo Social. Universidad Nacional de Luján, Buenos Aires, Argentina.  Perry Anderson (1999): “Neoliberalismo, un balance provisorio.” En Sader E. Y Gentile P. (comp.) La trama del Neoliberalismo. CLACSO/EUDEBA. Buenos Aires, Argentina.  Rozas Pagaza Margarita (S/f): Tendencias del Trabajo Social en el marco de un Currículum. Revista Desde el fondo, N° 22, UNER. Entre Ríos, Argentina.  I Congreso Nacional de Trabajo Social del Centro de la Provincia de Buenos Aires “El Trabajo Social y la Cuestión Social: Crisis, Movimientos Sociales y Ciudadanía”; 23, 24 y 25 de Abril de 2003, Tandil, Buenos Aires, Argentina.  XXII Congreso Nacional de Trabajo Social “Cultura democrática y participación para el desarrollo social. El desafío de ser argentinos” La Pampa, Argentina.  PONENCIAS CONGRESO DE TANDIL 1) Lic. Verónica Cruz (2003) ¿Cómo repensar la intervención profesional en el marco de los actuales programas sociales? Escuela Superior de Trabajo Social UNLP. 2) Lic. Mariela Mendoza, Lic. Adriana Sánchez, Lic. Arrigoni María Cristina (2003) El Servicio Social del Hospital Dr. Alejandro Korn ante el aumento y la complejidad de las demandas de atención. Hospital Dr. Alejandro Korn. 3) Cristian Arroyo (2003) Nuevas formas de organización popular. Una aproximación desde la Red de Ollas Populares “OYITAS”. Universidad Nacional de Mar del Plata. 4) Lic. Cappello Marina, Lic. Mamblona Carolina, Lic. Redondi Valeria (2003) “Los piqueteros necesitan otro Trabajo Social.” Experiencia con el Movimiento de Trabajadores Desocupados “Anibal Verón” de Florencio Varela. Escuela Superior de Trabajo Social –UNLP. 5) Lic. Fuentes María Pilar, Lic. Staffieri María Fernanda, Lic. Barreiro Ana María 84

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(2003) Nuevas formas de participación y prácticas de formación profesional. UBA. 6) Lic. Deus, Mariel; Lic. Scalise, Analía; Lic. Sigliano, María Fernanda (2003) El Trabajo Social y las Asociaciones Mutuales “una perspectiva de trabajo”. Asociación Mutual de Protección Familiar. 7) Feller, Claudia, Ferreyra, Laura, Weber Suardiaz, Clara (2003) La catástrofe sanitaria desde la perspectiva de los trabajadores de la salud. La interdisciplina como herramienta de la intervención profesional. UNLP. 8) María Guadalupe Kloster - Ana María López (2003) La intervención con niños. Las prácticas de Trabajadoras Sociales para el desarrollo integral de niños en condiciones de pobreza. Centro de Desarrollo Infantil San Cayetano - Consejo Provincial del Menor. Parana - Entre Ríos. 9) Lic. Eduardo Landriel (2003) Las capacitación en el marco de la ejecución de proyectos comunitarios en sectores rurales pobres de la provincia de Santiago del Estero. Universidad Nacional de Santiago del Estero. 10) Lic Paula Sañudo (2003) “Cáritas, tensión entre voluntarismo y promoción social” Acerca de los nuevos tiempos... Fraterna Ayuda del Carmen. Tandil, Buenos Aires. 11) Lic. Marcela Velurtas, Lic. Lidia Fernández, Lic. Claudia Weller, Lic. Cristina Salmeron (2003) Procesos de intervención profesional en el espacio urbano-local: El caso del Programa Servicios Sociales Zonales. Subsecretaría de la Coordinación del Plan Social Integral, Secretaría de Desarrollo Social, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 12) Paola Invernizzi (2003) El proyecto ético político subyacente en el proceso de formación de los trabajadores sociales del Comahue. Universidad Nacional del Comahue. 13) Natalia De Marinis, Florencia Lorenzini, Jimena Verón, Mag. Elsa Samperio (2003) ¿Lugares de encuentro o encuentros para la participación? Relato de una experiencia comunitaria desde la perspectiva de la intervención de Trabajo Social. Universidad Nacional de Mar del Plata. 14) Mónica Alejandra Gómez - Mónica Alicia Gutvay (2003) Relaciones interinstitucionales en la construcción de ciudadanía. Universidad Nacional de San Luis. 15) Kilduff Fernanda, Laurini Mariana, Lozano Juan Ignacio, Vitalone Federico (2003) Aportes a los procesos de ciudadanización desde el Trabajo Social en el Patronato de Liberados Bonaerense. Escuela Superior de Trabajo Social. U.N.L.P / Patronato de Liberados Bonaerense 16) Lic. René Pablo Larrea, Lic. Graciela Bracaglioli, Mg. Elsa Samperio (2003) Generando significados de Trabajo Social en lo cercano del aislamiento rural. 85

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Experiencias de Trabajo Social en escuelas rurales del partido de General Pueyrredón. Universidad Nacional de Mar del Plata.

 PONENCIAS CONGRESO DE LA PAMPA 1) Doffo Analia (2003) Espacios de ejercicio profesional / posicionamiento institucional. 2) Baeza. P, Enriquez. L. (2003) La Doble Virtualidad: Niño y Estado. 3) Lic. Graciela Bracaglioli, Lic. Ma. Lorena Pastore, Ada Ledesma, Sonia Meineri (2003) La Ciudadanía en el medio rural: un campo escasamente abordado por el Trabajo Social. 4) Lic. Jonny Huanel Vargas (2003)La Participación Social de los Adultos Mayores en tiempos de “Deshumanización”. Realidades posibles y alternativas de Desarrollo Social. 5) Laneri, Lopez, Meca (2003) Los Juegos Sociales en torno a la pobreza: una construcción permanente entre reglas y estrategias. 6) Lic. Laura Inés Massa (2003) Estrategias de sobrevivencia y de redes sociales. Posibilidades de construcción de ciudadanía. UNLU 7) Lic. Ricardo Rubio (2003) ¿Es válido hablar hoy de una tendencia a la refilantropización de las políticas sociales? 8) Antón, Banus, Macias, Pacheco, Perulan (2003) Ética Y Trabajo Social. Una mirada Latinoamericana. 9) Lic. Alejandra Erica Montaña (2003) “Había una vez un Estado”. La relación entre el espacio público y el espacio privado desde el hacer del Trabajo Social. 10) Lic. José Antonio Acevedo (2003) Cultura del encierro. Ámbitos de exclusión y dilemas éticos del profesional en escenarios conflictivos. 11) Kremer L., Maniaci A., Mulatero D., Romero M (2003) Redes, Escenarios y Herramientas para facilitar conversaciones públicas. Modelos para armar. 12) Lic. Onofri, Adriana, Bioq. Kalapodis Alejandra, Dr. Morales, Victor Hugo, Dr. Soratti, Carlos (2003) Registro Nacional de Donantes Voluntarios de Células Progenitoras Hematopoyéticas. Centros de Captación: Una estrategia de compromiso y participación Social. 13) Lic. Mabel Sacra (2003) Los dilemas de la Práctica Profesional en un contexto de control. 86

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ANEXO

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PONENCIAS “CONGRESO DE TANDIL Ficha N°: 1 Ponencia: Cómo repensar la intervención profesional en el marco de los actuales programas sociales? Referente empírico: "Programa de Prevención y Asistencia de Adicciones" dependiente del gobierno de la Pcia de Bs. As, implementado desde el año 1993 y hasta el año 2001. TS: “... mi adhesión a la concepción crítica del Trabajo Social, entiendo que el mismo se inscribe como profesión cuando adquiere su condición de trabajo asalariado en el mercado, en el proceso de reproducción de las relaciones sociales. De aquí deriva su carácter contradictorio en tanto responde a las necesidades del capital y del trabajo, y puede hacerlo por la mediación de los opuestos en una relación contradictoria.” Lectura de la realidad social: “En el marco de estas transformaciones la cuestión social es tratada de manera fragmentada, respondiendo a la lógica del mercado que promueve una intervención estatal focalizada, mediante políticas sociales financiadas en muchos casos por organismos externos al Estado, lo que implica también un cambio en el significado y alcance de las mismas, ahora con un perfil netamente restrictivo que las reduce a un conjunto de medidas tomadas con criterio institucional, y que intenta de manera paliativa responder a las demandas de un sector de la población que son definidas como "problemas sociales de carácter transitorio”. Si bien el consumo de tóxicos se inscribe como entidad para un conjunto de discursos científicos, jurídicos, y sociales; la intervención del Estado asume un carácter residual, con políticas sociales regresivas sustentadas en los principios de privatización, focalización, y descentralización; en contraposición a la promoción de un reconocimiento de derechos sociales. Los programas sociales, en tanto instrumentos que operacionalizan la intervención estatal a través de acciones concretas con el objeto de incidir en la calidad y el modo de vida de la sociedad, no rompen con la lógica del capital, por el contrario al institucionalizar los conflictos de manera fragmentada dentro de los marcos estatales, legitiman el modelo hegemónico de dominación.” Identidad atribuida: “El protagonismo que adquiere el tercer sector en la fase de implementación del Programa, mediante el financiamiento a instituciones civiles con fines públicos, hecho que se corresponde con una lógica privatista de atención a un problema social público que demandaría una intervención universal; y que además nos interpela como profesionales en tanto nos instala en condiciones laborales precarias y en un ámbito privatizado desde el cual se nos requiere una intervención “pública y tecnificada” (...) se nos requieren tareas vinculadas a la “prevención” entendida como anticipación de conflictos, desde una lógica de control social que intenta incidir sobre los parámetros del “desvío”, sin romper con lo instituido, sólo se propone cambiar/controlar “comportamientos de riesgo” en la población, aportando “modelos saludables de vida transmitidos por un líder con estrategias de convencimiento y concientización”, sin cuestionar la lógica de producción y reproducción de “esos riesgos”. Pareciera que el Trabajador Social en el marco del Programa Preventivo, tiene a su cargo la elaboración de diagnósticos y pronósticos de cómo prevenir siguiendo una propuesta metodológica delineada por organismos internacionales, independientemente de las condiciones sociohistóricas de los sujetos con los que se trabaja, lo que permitiría resignificar la cuestión problematizada. Se nos requiere básicamente una actividad pedagógico educativa que promueva por un lado, la construcción colectiva de normas que una vez introyectadas, reduzcan los comportamientos sociopáticos; y por otro lado que se psicologice el problema social, ocultando el carácter coercitivo de la acción e incorporando el sustrato individualista.” Identidad profesional: “Los Trabajadores Sociales debemos potenciar y direccionar prácticas participativas transformadoras, que amplíen la ciudadanía en términos de representatividad de los diferentes grupos sociales portadores de intereses válidos y demandas legítimas (...) es fundamental que reconozcamos la asistencia como ámbito de intervención profesional, donde nuestra dimensión educativa en ese quehacer no

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89 se reduzca a una política paternalista, sino mas bien se constituya en una construcción de consensos en espacios de intereses divergentes. Esto exige una clara direccionalidad ético política, que refuerce un proyecto alternativo al servicio de la clase trabajadora, lo que supone por nuestra parte como profesionales, una comprensión de las implicancias de nuestra práctica a partir de enriquecer nuestras competencias teóricas, técnicas y políticas.” Desafios actuales: ”Las nuevas configuraciones de los conflictos sociales con las cuales habitualmente trabajamos nos plantean desafíos que pueden ser abordados desde una mirada estratégica, intentando una ruptura con el discurso y las prácticas hegemónicas; lo que implica reasumir nuestra responsabilidad intelectual potenciando nuestra capacidad investigativa sobre las manifestaciones de la cuestión social, para aportar elementos que permitan explicar y comprender “lo social”. Pensar una intervención que contemple las dimensiones sociales de la subjetividad, contrarrestando la focalización en la atención individual del sufrimiento, lo que refuerza la privatización de los conflictos en perjuicio de la construcción de una sociabilidad; exige indagar respecto de la articulación tensa de los marcos teóricos, saberes y prácticas médicos, con las representaciones y prácticas de los grupos sociales implicados en la problemática y el contexto social en su conjunto, prestando atención a las disputas teóricas y políticas que allí se dan.” Conceptos claves: Interv. Prof.- Programas Sociales – Adicciones - Cuestión Social - Estado - Politicas sociales

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Ficha N°: 2 Ponencia: El Servicio Social del Hospital Dr. Alejandro Korn ante el aumento y la complejidad de las demandas de atención. Referente empírico: Modalidad de atención en salud mental del Servicio Social del Hospital Alejandro Korn de la provincia de Buenos Aires. TS: “Consideramos que cuestión social, demanda de atención y condiciones de trabajo son dimensiones constitutivas que modelan y determinan la práctica profesional. El Servicio Social implementa acciones, a partir de la evaluación de las demandas que se presentan, que faciliten el acceso de las personas a la obtención de los recursos requeridos. El asesoramiento, la orientación, la coordinación con diferentes instituciones públicas y sectores de la comunidad y la resolución de urgencias se constituyen en tareas cotidianas.” Lectura de la realidad social: “El momento particular de nuestro país, en el que la situación social está provocando serias condiciones de exclusión social, vulnerabilidad e inseguridad social, expresada en un crecimiento de problemáticas sociales (aumento de la violencia, de las adicciones, el resurgimiento de enfermedades de la pobreza, (etc.) y los cambios culturales, están generando nuevas formas de sufrimiento mental que desafían a las modalidades instituidas de la atención en salud. La agudización de la desigualdad social está creciendo a pasos agigantados en estos últimos meses: la marginalidad, desocupación, el aumento de enfermedades prevenibles, vastos sectores sociales privados de vivienda son algunas de las consecuencias de la aplicación de un modelo económico que despoja y deja sin sentido los derechos sociales. La implementación de políticas sociales no pueden (y no intentan) dar respuestas integrales a las manifestaciones de la cuestión social por estar basadas, justamente en la lógica de un modelo económico excluyente, política y socialmente. La supremacía de la lógica del mercado, en el marco de este modelo neoliberal, ha posicionado a la salud como una mercancía más a la cual sólo tienen acceso aquellos que cuentan con los recursos económicos, de este modo la instauración de la lógica economicista ha incidido en el aumento del sector privado en la atención sanitaria en detrimento de atención pública.” Identidad atribuida: “Se evidencia claramente la jerarquización de la figura del médico, al ser el único profesional capacitado para establecer el diagnóstico y el tratamiento psicofarmacológico correspondiente, lo que determina una organización institucional: resulta primordial la presencia y la palabra médica pues a partir de su intervención comienzan a organizar su intervención las otras disciplinas: psicología, trabajo social, enfermería y terapia ocupacional, desde una perspectiva de subordinación. Se nos exige una permanente actualización en todo lo referido a legislación, recursos existentes, normatización para el acceso a los beneficios sociales (jubilaciones, pensiones, subsidios por Externación, becas asistenciales y de capacitación, planes de empleos públicos y privados), cumplimentación de requisitos en tiempo y forma y pasos burocráticos a seguir. Se suma la excesiva burocratización de las políticas sociales vigentes; hoy la mayor parte de nuestro tiempo laboral está destinado a la resolución de problemáticas inherentes a la gestión, la lucha para la obtención de un recurso nos exige desde la elaboración de un proyecto hasta el conocimiento minucioso de los pasos a seguir.” Identidad profesional: “Si bien nuestra profesión históricamente estuvo vinculada en la atención de los problemas y conflictos sociales, creemos que en este momento se torna indispensable ampliar nuestra mirada respecto de las dificultades y los obstáculos que cotidianamente se nos presentan en la práctica

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91 profesional. En cada momento histórico debemos maximizar nuestras capacidades teóricas y operativas a fin de tener un análisis riguroso de la realidad social y poder concretar acciones que redunden positivamente en los sujetos con los cuales trabajamos en términos de derechos tanto individuales como sociales.” Desafios actuales: “Como profesionales que conformamos el campo de atención, debemos comenzar a discutir y a problematizar al interior de las instituciones esta modalidad de asistencia, no sólo en los términos técnicos de la intervención, sino también desde su dimensión política. La exigencia conjunta entre los trabajadores de la salud y la comunidad de implementación de políticas sanitarias que contengan un enfoque interinstitucional e intersectorial se identifica como una de las tareas que debemos comenzar para recuperar el valor social de la salud y el derecho a su acceso que tienen los ciudadanos.” Conceptos claves: Salud mental – Demanda de atención – Cuestión social – salud publica – intervención profesional – política sanitaria

Ficha N°: 3 Ponencia: Nuevas formas de organización popular. Una aproximación desde la Red de Ollas Populares “OYITAS” Referente empírico: Red de Ollas Populares “OYITAS” TS: “La emergencia de estas nuevas formas de organización popular, los desafíos que enfrentan y el proyecto social que se intuye en sus practicas son elementos que no pueden ser obviados por el trabajo social. Son muchos los estudiantes, los profesionales y docentes que se encuentran ante este nuevo escenario, sin saber muy bien que hacer. Es una realidad que el trabajo social no tiene la presencia que se podría esperar en estas organizaciones sociales, no aporta los elementos que por su formación esta en condiciones de hacer. Esta realidad es vista por muchos profesionales como un desafío, como un cuestionamiento, como una cuestión interpeladora que debe ser enfrentada. Nosotros creemos que en este proceso el trabajo social tiene un lugar que no esta ocupando en plenitud: favorecer la organización de los sectores populares y, siendo aún más consecuente: ORGANIZARSE JUNTO AL PUEBLO.” Lectura de la realidad social: “Estos años de políticas neoliberales produjo la más alta concentración del ingreso de la historia de nuestro país, el impagable endeudamiento externo, la destrucción del aparato productivo y la desnacionalización de la economía. Este desastre económico tiene evidente consecuencias sociales: el desempleo, padre de la fragmentación del tejido social y de la pobreza que origina la increíble realidad del hambre en este país productor de alimentos. Actualmente, la hegemonía del capital sobre cualquier otra fuerza y la cooptación del estado por parte de este bloque hegemónico, ha empujada a los pueblos a buscar un intersticio entre el Estado y el Mercado, aparece un nuevo espacio: la sociedad civil organizada. (...) Es imprescindible que las organizaciones sociales no ocupen acríticamente el espacio vacío dejado por el Estado neoliberal, sino que su acción se inscriba en una lógica de la ciudadanía que haga eje en los derechos sociales y en la responsabilidad del Estado en el bienestar de la población. Desde el Estado propiciando espacios de Cogestión y Democracia Participativa (el punto máximo en este aspecto es la experiencia de Presupuesto Participativo), la planificación conjunta y la articulación de acciones con la sociedad civil.” Identidad atribuida: “Generalmente nuestras practicas participativas se recortan al espacio microlocal. Este hace imposible la percepción de la realidad global en la que ese microespacio esta inserto. A mi entender esto sucede debido a que la participación de los sectores populares en niveles más amplios que el espacio barrial crea conflictos que como “profesionales” queremos evitar. La interelación con actores que escapen al barrio, la problematización sobre la distribución social de los recursos, el análisis de la gestión pública, etc. los pondría en situación de comprender relaciones sociales de subordinación (política y económica) que provocaría el paso, tan temido por algunos profesionales, a la discusión más general sobre el espacio público: la política.”

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92 Identidad profesional: “Es necesario que se replantee el posicionamiento del trabajador social. Se puede plantear el problema de las nuevas formas de organización popular desde afuera, como observadores; o bien, se puede platear en términos de involucramiento. (...) Si asumimos que la fragmentación social y la falta de articulación de las practicas organizativas populares son un problema, la posición del trabajo social frente a las nuevas formas de organización debe ser totalmente implicativa, buscando aportar desde el saber especifico a los objetivos planteados por estas organizaciones, realizando investigación participativa de sus problemas para alcanzar su solución, planteando claramente sus desafíos para que sean superados, construyendo los escenarios que hagan posible la constitución de redes y la participación que supere el espacio barrial.” Desafios actuales: “Fragmentación social, incapacidad de articulación, falta de identidad, disgregación social, falta de proyectos comunes, individualismo. Si aceptamos esta realidad como punto de partida, seguramente estaremos de acuerdo en que es un desafío fundamental para todas nuestras practicas. Debemos buscar la manera de reconstruir las redes solidarias a un nivel mayor del que se encuentran actualmente. (...) Queremos compartir solo 4 aspectos que se encuentran íntimamente ligados entre sí, y que son desafíos urgentes a los que debemos dar respuesta.  Distinguir al “diferente” del “antagónico”  Necesidad de articular acciones  Conformar nuevas identidades colectivas  Alcanzar una visión general de la sociedad que nos permita construir un nuevo proyecto societario. “ Conceptos claves: Movimientos Sociales – Participación - Estado – Sociedad – Trabajo Social

Ficha N°: 4 Ponencia: “Los piqueteros necesitan otro trabajo social.” Experiencia con el Movimiento de Trabajadores Desocupados “Anibal Verón” de Florencio Varela. Referente empírico: Desde el año 1998 la Cátedra de Trabajo Social V de la Escuela Superior de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata desarrolla desde su programa de formación de grado, prácticas pre-profesionales en el movimiento de Trabajadores Desocupados “Anibal Verón” del Partido de Florencio Varela. TS: “Aparecieron nuevos espacios en la intervención, debimos problematizar los ámbitos donde se sucede la vida cotidiana de los trabajadores desocupados como : “el piquete”; “el corte de ruta”; “la asamblea”; “movilizaciones”; “comedores”; entre otros. Aparecieron fundamentalmente discusiones nuevas, debates que interpelan al Trabajo Social, a la Universidad y a la sociedad en su conjunto. (...) Los debates sucedidos se centran alrededor de: trabajo profesional o trabajo militante; la dimensión política del trabajo social; ¿el lugar histórico de la clase trabajadora desocupada es el mismo que el de la clase obrera?; ¿el movimiento piquetero es el actor social que ocupa un lugar fundamental en la lucha de clases?; Cuál es el rol del Trabajo Social en un movimiento social?; ¿Qué Trabajo Social necesitan los piqueteros? (...) Nuestro equipo, comprometido en la tarea del rol docente-universitario, no concibe la formación disciplinar sin el desarrollo de las PRACTICAS PRE-PROFESIONALES en la constitución del proceso de enseñanzaaprendizaje. Por que no se puede pensar nuestra profesión sino en conjunto con el concepto de PRAXIS. En este sentido, nos conformamos como Trabajadores Sociales en una praxis, a pesar de nuestro origen positivista que conlleva no sólo a una teoría sino también a una metodología determinada. Nos encontramos con personas que llevan como pueden sus problemas sociales. No lo describimos ni lo observamos, sino que nos implicamos en procesos de acompañamiento donde nuestro rol cobra un sentido en cada intervención siendo, en muchas oportunidades la única disciplina en escucha, en proceso cotidiano real y concreto donde los efectos de la exclusión hace que ya no lleguen a muchas instituciones del Estado.” Lectura de la realidad social: “El proceso histórico sucedido principalmente en estos últimos dos siglos en nuestro país y en América Latina tiene mucho para enseñarnos. Las diferentes luchas de los pueblos por conquistar sus emancipaciones y libertades nos colocó a nosotros (como a otros sectores de la sociedad civil), intelectuales y trabajadores sociales como interlocutores válidos para favorecer o entorpecer esos procesos de lucha. Estamos siendo partícipes, y aquí irán las autocríticas pertinentes, de una Universidad elitista como ya fue caracterizada, una Universidad que disocia permanentemente el Conocimiento Científico de la realidad de nuestro pueblo: diferentes prácticas cientificistas, intentan “aislarse” de las necesidades del Pueblo, y usufructúan históricamente saberes y prácticas de experiencias populares, a favor de su status profesional. El actor principal en este momento de la lucha de clases está expresado en los movimientos de desocupados, los piqueteros. Esto se fundamenta en que el lugar histórico de la clase obrera hoy está protagonizado, ante procesos

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93 masivos de desocupación, por el trabajador desocupado organizado. Son los propios movimientos de trabajadores desocupados quienes no resignaron su lugar de clase; por lo tanto renunciaron al plan de aniquilamiento, desaparición y exclusión propuestos por el neoliberalismo.” Identidad atribuida: “No es repetitivo decirnos con dolor para nuestro colectivo profesional que estamos hartamente impregnados del continuo positivista de control y represión en nuestras prácticas. El control de la encuesta, el carnet, el informe socio-ambiental aunque con formas aggiornadas no nos salvan del carácter policial interventivo.” Identidad profesional: “Nuestro Equipo apunta a desarrollar un Trabajo Social que se comprometa con la clase, clase obrera, con la clase trabajadora, hoy “mal que nos pese” con la clase trabajadora desocupada. Debemos, entonces desde esta perspectiva apuntar al Fortalecimiento de la Autonomía de los Proyectos populares expresados en las particularidades de los sujetos y/ o grupos, organizaciones populares con las que trabajamos . Creemos importante revisar y resignificar las categorías analíticas de Derechos Humanos, sosteniendo que desde aquel rol asignado a principios de siglo y con todo nuestro recorrido histórico, de qué modo nos volvemos a ubicar en esa desigualdad social, propia de la contradicción capital-trabajo, y desde esa lectura política es que nos interpela permanentemente en nuestras prácticas el conflicto generado por la violación de los DDHH que produce este sistema capitalista. Nos llama aquí el compromiso profesional, el compromiso de poder desplegar en experiencias territoriales, experiencias de organización y lucha propias de nuestros tiempos, todo nuestro acervo profesional. Nos referimos a las lecturas de la disciplina, al análisis y a la acción. Es decir al despliegue concreto de nuestras instrumentaciones para aportan a que las organizaciones populares se desarrollen efectivamente. Se trata de: “organizador, dirigente y técnico que pone su capacidad al servicio de la creación de condiciones favorables para la organización de la propia clase a la que se encuentra vinculado. Tenemos un aporte específico desde nuestra dimensión política en el proceso de intervención, pudiendo incidir en los procesos de concientización política en la reafirmación de la Clase para sí, contribuyendo así al desarrollo de una conciencia crítica. La conciencia crítica no es un acto apriorístico en el plano de las ideas (ideal) sino, desde la perspectiva del método dialéctico, es producto de las condiciones concretas de existencia (real), determinadas por el modo de producción, concepto que permite analizar cualquier sociedad como un todo en el que siempre hay una contradicción. Las condiciones concretas de existencia son parte de la esfera de nuestra intervención profesional.” Desafios actuales: “Nuestra responsabilidad ética de no sólo enunciar sino también denunciar pero fundamentalmente transformar esa realidad. La primera está ligada a nuestro origen de control y de ser garantía estatal de que el sistema capitalista crezca, se desarrolle y multiplique a través de los seres humanos. Si nuestra disciplina no reconoce primero esta matriz positivista, a esta altura resignificada y naturalizada, y no comienza a problematizarla, nuestro desarrollo profesional se estanca, fundamentalmente porque la historia nos va a pasar por encima. (...) fortalecer una práctica de alto contenido de la dimensión política del trabajo social, como estas, nos permitirá estar claramente posicionados en las instituciones clásicas del Estado.” Conceptos claves: Movimientos sociales – Estado - Derechos Sociales – Práctica profesional

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Ficha N°: 5 Ponencia: Nuevas formas de participación y prácticas de formación profesional Referente empírico: centros de formación profesional; en el 2003 de la Carrera de Trabajo Social de la UBA : asambleas barriales y fábricas autogestionadas como centros de práctica. TS: “El TS puede insertarse en dichos procesos ya que los estudiantes pueden realizar su práctica a partir de acciones específicas, como por ejemplo: realización de diagnósticos, articulación intersectorial, diseño y ejecución de proyectos, etc. Como sostiene Clemente (2002:200) “el núcleo problematizador del T. Social es la resolución de los problemas sociales. Esta resolución no es un proceso lineal (intervención/ resolución); los conflictos sociales y su resolución son construcciones colectivas y dependen de las articulaciones y alianzas entre sujetos de acción política en momentos históricos determinados, más que de prácticas profesionales. Queremos insistir en la necesidad de que cada experiencia de campo se realice desde una mirada teórica, con un fuerte ejercicio reflexivo.” Lectura de la realidad social: “La crisis actual encontró, desde la sociedad y particularmente en estos últimos años, respuestas sectoriales organizadas: los cortes de ruta de piqueteros y desocupados; la conformación de múltiples asambleas barriales; los paros generales; la protesta de docentes, estatales y jubilados; las marchas de pequeños productores. (…) El punto más alto, espontáneo e inorgánico de protesta social se manifestó en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 implicando la emergencia y articulación de los sectores medios pauperizados por pérdida de ingresos – empleo y de sectores populares marginalizados arrastrados a niveles insostenibles de sobrevivencia que tomaron masivamente las calles y plazas de la República para producir un cambio institucional histórico.” Identidad atribuida: “La trayectoria de la profesión ha ocultado el carácter esencialmente político de la misma, a partir de su inscripción en la división socio-técnica del trabajo, manifestando apenas una apariencia de actividades dispersas, discontinuas, de carácter filantrópico, marcadas por la concesión de beneficios sociales. Esa trayectoria va a derivar en un arsenal de mitos hoy presentes en la comprensión de la práctica social, y más específicamente de la práctica profesional. Como componentes de esa „mitología‟ podríamos enumerar los siguientes elementos: a) la práctica social reducida a cualquier actividad, a la actividad en general; b) la concepción utilitaria de la práctica social, traducida profesionalmente en la preocupación con la eficacia técnica, con el resultado inmediato y visible, cuantitativamente mensurable;

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c)

la práctica social aprehendida en su inmediaticidad, como un dato que tendría el poder milagroso de revelarse a si misma, como una „cosa natural‟. Esa naturalización de la vida social y esa cosificación de la práctica -apariencias necesarias e históricamente gestadas en la propia sociedad capitalista- son aprehendidas unilateralmente como si fueran reveladoras de la concepción de lo real. Así las expresiones de la práctica social pasan a ser aprehendidas en sí mismas de manera auto-suficiente, en un proceso de parcialización progresiva de la totalidad de la vida social.”

Identidad profesional: “Sería de gran valor heurístico la incorporación de estudiantes en formación a los movimientos descriptos. Esto, en el sentido del “privilegio” antes descripto: la posibilidad de participar y observar las formas que se da nuestro pueblo para la lucha en la resolución de sus necesidades. Por lo tanto se abriría una perspectiva en términos de intervención para el trabajo social donde los sujetos recuperaran la centralidad muchas veces perdida en las instituciones tradicionales burocratizadas. Así la práctica en ámbitos de mayor ejercicio democrático habilitaría a que los profesionales futuros tengan mayor capacidad de democratizar relaciones en las instituciones, hacer lectura política dentro de las mismas, especialmente en lo que se requiere para la construcción de viabilidad de la intervención.” Desafios actuales: “Deberíamos poder establecer con claridad cual es la dimensión ético-política del trabajo social -componente esencial de nuestro quehacer y que cuando está ausente es ciertamente también un tipo de compromiso- para que la práctica de los estudiantes garantice el aprendizaje de los contenidos conceptuales e instrumentales correspondientes; y que no se convierta sólo en una experiencia militante.” Conceptos claves: Participación – formación profesional – Movimientos sociales - Estado

Ficha N°: 6 Ponencia: El Trabajo Social y las asociaciones mutuales: “una perspectiva de trabajo” Referente empírico: Intervención del Trabajador Social en el ámbito de una Asociación Mutual; describiendo específicamente dicha intervención desde el Servicio Social de la Asociación Mutual de Protección Familiar. TS: “Los principios o reglas que rigen al sistema mutual responden en esencia a la idea ética del bien común; aspecto que podemos encontrar contemplado tanto en la definición del ejercicio profesional como en su código de ética. Es así que se considera “ejercicio profesional del Servicio Social o Trabajo Social a la actividad esencialmente educativa, de carácter promocional, preventivo y asistencial, destinada a la atención de situaciones de carencia, desorganización o desintegración social, que presentan personas, grupos y comunidades, así como la de aquellas situaciones cuyos involucrados requieran sólo asesoramiento o estimulación para lograr un uso más racional de sus recursos potenciales. La actividad profesional, por sí o en el marco de servicios institucionales y programas integrados de desarrollo social, tiende al logro, en los aspectos que le competen, de una mejor calidad de vida de la población, contribuyendo a afianzar en ella un proceso socio – educativo” . Lectura de la realidad social: “El HOY nos encuentra en un contexto de crisis civilizatoria, en el que el modelo neoliberal hegemoniza y es el marco en el cual aparecen o recrudecen la pobreza, las situaciones de exclusión, discriminación y vulneración de los derechos de los sujetos sociales, que ven conculcadas sus garantías sociales en tiempos en que estas más son proclamadas” . Identidad atribuida: “La Trabajadora Social, como parte integrante del equipo de salud, realiza el aporte de las variables socio económicas y culturales que permitirán el seguimiento y la orientación adecuados frente a las situaciones particulares de cada asociado. El rol del Trabajador Social consiste en evaluar al grupo familiar del niño en atención, a fin de determinar los factores sociales que inciden en su estado nutricional y realizar su intervención de acuerdo a la problemática evaluada, estimulando y fortaleciendo el potencial de la familia hacia la recuperación integral. Desde una acción preventiva se tiende a actuar sobre las causas de las patologías o problemáticas biopsicosociales que afectan a los asociados para evitar la aparición de las mismas o el surgimiento de factores desencadenantes de dichos problemas.”

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Identidad profesional: “Hemos esbozado aquellos aspectos más importantes en la relación existente entre el ejercicio profesional y el sistema mutualista, los cuales se traducen en el hecho de haber surgido en pos de la ayuda al prójimo, enmarcados en principios filosóficos e ideales éticos, considerando primordialmente al ser humano en su dimensión integral. Es importante destacar que consideramos a la profesión desde un rol mediador de una ciudadanía social, portadora de derechos y con la posibilidad de su reconocimiento en forma directa a través de representantes en la defensa de sus intereses a quienes los representan. Considerando, a su vez, que nuestra intervención es un proceso de construcción histórico – social que se genera en la dinámica social referida a la relación sujeto – necesidad.” Desafios actuales: “Desde este trabajo deseamos abrir una puerta que convoque a nuestros colegas a conocer un ámbito no explorado, el cual consideramos propicio para la creatividad en lo que refiere a la intervención individual, grupal y comunitaria. Adherimos a la idea de que el sistema mutualista se ofrece como una herramienta válida, basada en la solidaridad, el trabajo y la idoneidad; que permite dar respuestas concretas frente a la necesidades de una sociedad desprotegida y olvidada por el Estado.” Conceptos claves: La intervención profesional - Servicio Social - Asociación Mutual - trabajo en red planificación estratégica -

Ficha N°: 7 Ponencia: La catástrofe sanitaria desde la perspectiva de los trabajadores de la salud. La interdisciplina como herramienta de la intervención profesional. Referente empírico: Relatos particulares de los trabajadores de la salud, la situación actual y concreta de algunas instituciones de salud de la ciudad de La Plata y Gran La Plata. La recopilación de los datos se realizó en el mes de noviembre del 2002, durante tres días, seleccionando una muestra intencionada de 24 personas asistentes del Curso: “Administración y gestión hospitalaria”, del Nivel I y II dictado en el Colegio de Médicos, Distrito I La Plata. TS: “Se señala una función interdisciplinaria a través de la formación de Equipos asistenciales que atienden diferentes problemáticas (embarazo adolescente, neurología infantil, trasplante, etc.) y construyen estrategias conjuntas para el abordaje con la familia del usuario, sea para los que residen en L.P, alrededores o los del interior. Se diferencian las funciones del T.S en relación con el Servicio al cual pertenezca el profesional encuestado.” Lectura de la realidad social: “Se evidencia de manera dramática la crisis sanitaria por la que atraviesa la Argentina, predominantemente el estado calamitoso de los hospitales públicos y en consecuencia el deterioro profundo de la atención en salud de toda la población que se atiende en ellos. El sistema se encuentra colapsado ante el aumento de la demanda en los últimos años, debido al aumento de la pobreza, agravado ahora por el desabastecimiento de todo tipo de insumos, que van desde la falta de guantes y materiales de esterilización hasta la provisión de oxígeno. Por otro lado, el derrumbe de la seguridad social es notorio y sus causas son: el desempleo y el trabajo en negro, que hicieron caer del 70% al 40% el porcentaje de la población afiliada a las obras social.” Identidad atribuida: “Con respecto a la relación con el área de Trabajo Social, en su mayoría tienen vinculación estrecha con dicha profesión y reconocen la importancia a la hora de resolver problemáticas con los usuarios y su entorno familiar, social y económico. También le asignan un rol de nexo y facilitador con

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97 otros equipos de salud extra hospitalarios, a manera de obtener diversos recursos (pasajes de transporte, planes sociales, turnos para la realización de consultas o tratamiento médico, como estudios, etc.) y por otro lado, realizar pasaje de sala conjunto. A diferencia de lo expuesto recientemente, algunos encuestados expresaron el rol del T.S como colaborador del profesional médico, desde un trabajo “complementario”.” Identidad profesional: “Como futuras trabajadoras sociales, creemos que en el ámbito de la salud la clave de nuestra intervención esta en la posibilidad de construir un espacio interdisciplinario de la intervención; por eso la idea de cierre de esta ponencia se centra en la interdisciplina como ámbito de dialogo, de consensos y acuerdos, de discusión alrededor de los derechos de los pacientes y de los trabajadores de la salud.” Desafios actuales: “La propuesta de construir un trabajo interdisciplinario, implica hacer explícita la especificidad de cada disciplina, de modo de nutrirse de cada una de ellas y luego renunciar a la idea que el saber propio de cada una, es suficiente para dar cuenta de los problemas. El desafío de superar la especialización y poder construir una interdisciplina que incorpore el concepto de dialogo por encima del de imposición; para que esto sea posible, en el ambito de la salud, es necesario discutir marcos conceptuales generales acerca del proceso salud- enfermedad, en la búsqueda de acuerdos y consensos, alrededor de los derechos de los pacientes, la noción da salud , la visión de problema social, etc. Nuestro desafío (como integrantes de la sociedad y como profesionales) en este nuevo siglo es, dar voz y poder a los que no lo tienen. El empezar a pensar como materializar estas propuestas nos permite asumirnos como actores, verdaderos protagonistas de la construcción del futuro que queremos. La transformación comienza por dejar la queja y el reclamo permanente centrado en las clases dirigentes, para pasar a la creación y acción real de alternativas.” Conceptos claves: crisis sanitaria – interdisciplina – especificidad – Servicio social

Ficha N°: 8 Ponencia: La intervención con niños: Las prácticas de Trabajadoras Sociales para el desarrollo integral de niños en condiciones de pobreza Referente empírico: Centro de Desarrollo Infantil "San Cayetano", creado en 1997 en el marco del Programa Materno Infantil y Nutricional (PROMIN). TS: “La intervención se centra generalmente en la lógica demanda - recursos, mediante la implementación de programas de distribución de subsidios para la mayoría de las demandas y como respuesta a los problemas. Desde la perspectiva teórica que determina el pensamiento único se utiliza como herramienta “el control social” mediante seguimiento diario, semanal, mensual, bimestral, semestral, anual dispuesto por el Juez sin fijar una fecha de finalización del mismo, que posibilite una intervención hacia la transformación de la situación problemática de la familia y/o los niños. Se trata de una respuesta de cumplimentación de las resoluciones judiciales mediante exigencias (constancia de la enfermedad padecida, la higiene como cuestión de apariencia personal, la obligatoriedad de la asistencia a la escuela, la presentación de facturas por compra de alimentos o medicamentos, etc.) más que de objetivos de satisfacción de las necesidades de los sujetos. La perspectiva de intervención desde la epistemología de la complejidad y desde la fundamentación de las teorías críticas posibilitan entender al niño como sujeto, es decir, como emergente de un proceso histórico y con pertenencia a una cultura, constituyendo la centralidad del planteamiento de una visión integral.” Lectura de la realidad social: “Es incuestionable el aumento de la pobreza en Argentina en los últimos años y sus diferentes manifestaciones en términos de vulnerabilidad y exclusión de los sectores populares de nuestro país. El fenómeno genera, en los sectores medios, la pérdida de su capacidad de acceso a bienes materiales y culturales, de la histórica movilidad social que los caracterizaba y, en los sectores de pobreza

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98 estructural, se agudiza la imposibilidad de satisfacer sus necesidades. Los ajustes socio económicos, la desigual distribución de los ingresos y los cambios estructurales en el país, producto de las políticas neoliberales, han provocado un incremento de la desigualdad, pérdida de integración social y aumento de la pobreza; dando por resultado una infancia con titularidad de derechos, pero sin acceso a los bienes y servicios; lo que pone en duda la condición de ciudadanos de los niños. El modelo excluyente impuesto, que ha convertido a la Argentina en un país pobre con bolsones de riqueza, que ha destruido el entramado de protección social del Estado, formula una propuesta de políticas sociales focalizadas basadas en la asistencia y en el clientelismo, ubicadas en las antípodas de la justicia distributiva, convirtiendo a la mayor parte de la infancia en ciudadanos parciales, incompletos.” Identidad atribuida: “La intervención de los Trabajadores Sociales del Consejo Provincial del Menor está fuertemente connotada en la relación con los familiares de los niños desde un poder que les da el saber el cual “autoriza” a los Trabajadores Sociales a dar “consejos” a las madres sobre cómo atender a sus hijos, lo que deben hacer con ellos, cuáles son las pautas de „buena‟ madre, si pueden ejercer la patria potestad, decidir sobre el futuro de los niños, decidir si viven en riesgo y unilateralmente decidir la ubicación con familias sustitutas, pequeños hogares, internación en hogares de menores, etc. La representación social como „sacachicos‟ forma parte del imaginario social acerca de la intervención de los Trabajadores Sociales de esa organización institucional, generadora de miedos, también, la de distribuidor de recursos que es la demanda que reciben en la generalidad.” Identidad profesional: “El contexto nos impone re pensar y re significar nuestras prácticas, pero también nos obliga a reafirmar nuestro compromiso democrático con la verdad, con la justicia, con la esperanza. El momento histórico nos señala la necesidad del debate, la reflexión y el pensamiento crítico respecto de los nuevos escenarios sociales, el rol del Estado. Según sea nuestra intervención será la orientación que facilite o coarte el proceso de desarrollo integral de los niños, fundamentalmente cuáles son las concepciones de hombre y de mundo en que cada uno se posicione. En la tensión intervención - cuestión social se plantea que, históricamente, ha sido parte del imaginario social adjudicar la responsabilidad a los pobres, asociando pobreza con irresponsabilidad, incapacidad, desidia, y por lo tanto una estigmatización que lleva una carga valorativa negativa que se generaliza a todas las esferas de la conducta y de la vida de los sujetos, a los que se considera que no están en condiciones de tomar decisiones, no pueden hacer uso de la libertad.” Desafios actuales: “En términos de ciudadanía, el desafío consistirá en contribuir para que los derechos dejen de ser sólo un enunciado y recuperen su cualidad de herramientas para la inclusión, la dignidad; en términos de intervención, será la búsqueda de estrategias que aporten a la reconstrucción de una trama comunitaria solidaria que opere como sostén, como red de identificación. En el campo de la niñez el desafío pasa por: una intervención reivindicativa, basada en los derechos sociales políticas y prácticas que aporten al efectivo ejercicio de esos derechos estrategias institucionales cuyo principio directriz sean los derechos de los niños recursos para su bienestar, para su desarrollo integral políticas sociales universales no sólo de asistencia sino de prevención y promoción restablecimiento de los lazos sociales y por lo tanto, del tejido comunitario como lugar por excelencia de la contención social. construcción de redes ínter institucionales para la atención, defensa y promoción de la niñez desarrollar con las familias la conciencia de la titularidad de derechos en la niñez y el reclamo de su ejercicio legitimar socialmente el paradigma de la protección integral.” Conceptos claves: Niñez – pobreza – cuestión social – política social – intervención profesional

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Ficha N°: 9 Ponencia: La capacitación en el marco de la ejecución de proyectos comunitarios en sectores rurales pobres de la provincia de Santago del Estero. Referente empírico: Experiencias recogidas y pretendidamente sistematizadas a partir de diversas instancias de capacitación desarrolladas en una serie de proyectos ejecutados a través del Programa FOPAR (M.D.S.) y del Instituto Provincial de Acción Cooperativa (IPAC) en áreas rurales pobres de la provincia de Santiago del Estero. TS: “Nos enrolamos en este perfil de programas, que para el caso de Trabajo Social, se constituye en una de las escasas posibilidades que se presentan para llevar adelante los objetivos de la disciplina: en marcos de libertad, sin la presión institucional, que a veces con su burocracia y normativas impiden un trabajo liberador, cara a cara con la gente y su realidad. La práctica educativa, como la plantearon Paulo Freire y los reconceptualizadores, casi sin dudas, aportará caminos posibles en la base de la intervención. No se podría concebir intervención sin educación, son intrínsecamente recíprocas. En esta afirmación está una de las pocas certezas de la profesión. Es en la formación profesional en donde se deben incluir, de no existir, espacios curriculares que enseñen a operar en contextos rurales pobres, con especial énfasis en lo educativo, y dentro del mismo la capacitación socioorganizativa en estos sectores, brindando las herramientas teóricas, metodológicas y técnicas

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100 necesarias.” Lectura de la realidad social: “Desde hace unos años, se ha convenido desde los organismos financieros y los estados, que todos los programas y proyectos sociales que se ejecuten deben necesariamente ir acompañados de instancias de capacitación a los beneficiarios de dichos programas, como modo de ir construyendo ciudadanía y asegurar la sostenibilidad de las acciones en el tiempo, buscando generar capital social y por lo tanto un impacto en la población.” Identidad atribuida: “Desde una guía Fopar se rescata que la tarea de capacitar a la comunidad es un trabajo que requiere de: Sensibilidad para captar el sentir y pensar de sus miembros, Capacidad para generar en ella un clima de realismo, optimismo y confianza en el esfuerzo compartido; Competencia para conducir y facilitar el proceso de aprendizaje: Un paciente compromiso con el proceso de aprendizaje que le permita asumir a los participantes cada día con mayor autonomía su propio destino.” Identidad profesional: “En el marco de las contradicciones que plantea el mundo actual comandado por un feroz capitalismo, que ha cercenado casi toda posibilidad de emerger como una fuerza homogénea, no sólo como profesión o disciplina, sino como una fuerza social holística, de defensa, lucha e integración de las fragmentaciones que deja la pobreza, para volver a potenciarlas como una nueva fuerza. Pero en esto, no hemos avanzado más allá de las utopías, de patinar en nuestras propias contradicciones y fragmentaciones como disciplina. Aunque es parte de la evolución, y en cierto modo de su identidad como tal. En base a la experiencia de trabajo con sectores populares, parecería que hay un camino que posibilite por lo menos visualizar un sendero frente a las incertidumbres: la educación, entendida como lo plantea la esencia del Trabajo Social. El trabajo social será cambiado por el modo de intervención para la transformación humana, social y ecológica, que formará constructores de nuevos caminos, no seguidores de caminos ya existentes. Los actores sociales serán percibidos ciudadanos con derecho a tener derechos, y como “talentos humanos” capaces de imaginar y de crear más allá de su conocimiento y experiencias previas. Los trabajadores sociales desarrollarán el talento para formar talentos. Inspirada en la pedagogía de la autonomía de Paulo Freire, la intervención para la transformación es una especie de meta-intervención crítica, cuya realización requiere de articulación y práctica de varios modos particulares de intervención, tales como: intervención para la solidaridad, intervención para la esperanza, intervención para la interacción, intervención para la posibilidad, intervención para la sostenibilidad, intervención para la construcción y apropiación social, intervención para las contradicciones, intervención para la incertidumbre, intervención para el altruismo, intervención para el compromiso, intervención para la ética,(...)” Desafios actuales: “La intervención para la transformación ofrece el desafío de un Trabajo Social con sentido de resistencia, aunque expuesto a los peligros que asechan su SER desde diversos posicionamientos. Esta vulnerabilidad deberá enfrentarse con el fortalecimiento de sus cimientos, tanto teóricos como metodológicos. Uno de esos desafíos será el de apertura a la innovación y cambio en la formación profesional, pero con fundamento epistemológico claro y coherente con el compromiso ético político que históricamente ha tenido en la sociedad junto a los más débiles y a los excluidos.” Conceptos claves: capacitación - proyectos comunitarios - sectores rurales – pobreza – intervención profesional - educacion Ficha N°: 10 Ponencia: “Caritas, tensión entre voluntarismo y promoción social” Acerca de los nuevos tiempos... Referente empírico: Fraterna Ayuda del Carmen es una organización civil sin fines de lucro con Personería Jurídica fundada por un grupo de laicos y un sacerdote español hace 23 años en la ciudad de Tandil, con el fin de brindar asistencia al Barrio de Villa Cordobita. (Forma parte de Cáritas Argentina) TS: “Como Trabajador Social de una organización no gubernamental es necesario estar situado y guiarse por los criterios coherentes con los valores y principios fundacionales de la institución a la que se pertenece. En los últimos dos años se ha puesto a Cáritas (y también a otras ONGS de reconocida trayectoria) como garantes de la transparencia y en ocasiones como los únicos capaces de administrar lo público. Ante esto Cáritas –y en este caso particular- los profesionales del Trabajo Social que allí somos voluntarios debe incansablemente trabajar para que el Estado, responsable de asegurar el bien común sin discriminaciones políticas, religiosas ni de ninguna otra índole, cumpla con sus funciones.” Lectura de la realidad social: “En estos años, caracterizados por la pobreza creciente, la alta desigualdad,

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101 la desesperanza de los excluidos, en la que Cáritas se ha visto desbordada en su capacidad de respuesta, se estima que deberá triplicarse la ayuda alimentaria para aliviar la crisis social de la Argentina. En cuanto a la crisis de nuestro país que muestra rasgos inéditos, tanto por la persistente retracción económica como por el consecuente deterioro del cuadro social; es a partir de estas circunstancias que se ha producido un cambio notable en la escala de las demandas sociales. Frente a esto se ha respondido tomando medidas urgentes y básicas pero tanto el sector público estatal como el sector de las Ongs se han visto desbordados para dar respuestas a esta demanda creciente.” Identidad atribuida:

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Identidad profesional: “Los Trabajadores Sociales somos una de las profesiones preparadas y formadas para la elaboración de políticas sociales y no debemos ceder espacios ante el avasallamiento de lo urgente e inmediatista. Nuestro Código de Ética Profesional nos marca en sus Principios que “Toda sociedad, cualquiera que sea, debe funcionar con miras a proporcionar una mejor calidad de vida a la totalidad de sus miembros” (Capítulo I – Art.3), proceso que no se logrará si se desmembra el Estado y se lo “privatiza” en manos de las Ongs, ya que las políticas sociales dejarán de tener los parámetros de igualdad como ciudadanos. Y también nos dice que “El Trabajador Social profesional tiene como misión el compromiso con los demás, lo cual debe primar sobre cualquier otro interés o ideología particular, debe contribuir con su accionar democrático a la plena vigencia de los derechos humanos” ( Capítulo 1 - Art4), para ello hay que reivindicar al Estado como garante de horizontalidad y como generador de políticas públicas que democraticen las relaciones.” Desafios actuales: “Como Trabajadores Sociales no podemos tener una actitud de indiferencia o gatopardista convalidando situaciones de despojo de las funciones esenciales del Estado.” Conceptos claves: Iglesia (Caritas) – ayuda – pobreza - rol profesional - Estado

Ficha N°: 11 Ponencia: Procesos de intervención profesional en el espacio urbano-local: El caso del Programa Servicios Sociales Zonales Referente empírico: Experiencia de trabajo que se origina a partir de la reapertura del Programa Servicios Sociales Zonales en la órbita de la Subsecretaría de la Coordinación del Plan Social Integral dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desde marzo 2002. TS: “Resultó necesario sumar profesionales para atender la cuestión social, los cuales desarrollaran un exhaustivo conocimiento de la realidad barrial y de alternativas concretas de trabajo en cada zona. De manera de identificar prioridades de trabajo en función de los problemas y recursos, alertar sobre la gravedad de las situaciones sociales emergentes o pendientes de resolución y detectar las tensiones que pudieran constituir un problema a corto y mediano plazo.”

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Lectura de la realidad social: ------------------------------------------Identidad atribuida: -------------------------------------------------------Identidad profesional: “La posibilidad de no perder la actitud critica y reflexiva como parte de la tarea profesional, ante las repetidas problemáticas sociales que se presentan, implica un desafío y una meta a lograr en el trabajo de los zonales. Estas reflexiones tienen por objeto presentar y desarrollar una mirada crítica y operativa de los problemas que enfrentamos y a la vez desrutinizar algunas prácticas profesionales convencidas de que la crisis exige, mas que nunca, la construcción colectiva de una institucionalidad participativa en el Estado y la sociedad.” Desafios actuales:

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Conceptos claves: Estado – Sociedad- Servicio Social zonal – intervención profesional – programas sociales

Ficha N°: 12 Ponencia: El proyecto ético político subyacente en el proceso de formación de los trabajadores sociales del Comahue. Referente empírico: Particularidades del proceso de formación de los trabajadores sociales del Comahue. TS: “Las matrices de conocimiento instalan preocupaciones, ejes de discusión, alertan acerca de lo medular y lo secundario, construimos desde ellas formas de mirar que definen formas de hacer profesional.” Lectura de la realidad social: “En la diversidad y por momentos eclecticismo que continúa caracterizando el

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103 proceso de formación, existen presencias y ausencias que es necesario reconocer, discutir, analizar, comprender su significado teórico pero a su vez profundamente ético político. Es desde aquí que la trama entre lo teórico y lo político-ideológico asume mayor claridad. En el qué, cómo, para qué enseñar se materializan concepciones de sujeto, de enseñanza, de aprendizaje, de construcción de conocimiento, pero también de sociedad, de historia, de cambio social... es desde estos lugares que miramos el mundo y proyectamos acciones, prácticas profesionales.” Identidad atribuida: “Los trabajadores sociales, se afirma, intervenimos en situaciones problema. Afirmación presentada desde el lugar de la verdad, desvinculada generalmente de su matriz de conocimiento, lo que implica apelar a una aceptación naturalizada, formando parte de lo que ES y no de elecciones teóricas, éticopolíticas de los sujetos.” Identidad profesional: “Es preciso identificar procesos, características particulares, mediaciones a través de las cuales el conservadurismo se hace presente en nuestra formación y nuestras prácticas profesionales. Sólo esta identificación nos permitirá construir el debate necesario, la explicitación de la divergencia, la posibilidad de reconocer las tramas donde se ocultan/evidencian proyectos, asumir elecciones teóricas con sus correspondientes connotaciones ético políticas desde una decisión consciente e intencional.” Desafios actuales: “Acuerdo con cierta posición que sustenta que tanto los procesos de enseñanza y de aprendizaje, como de investigación y extensión, debieran estar fuertemente vinculados, en la presencia cotidiana, con los sujetos políticos que están sosteniendo la lucha y la resistencia en la Argentina de hoy. Esto no significa asumir el viejo militantismo, pero sí un lugar en el acompañamiento, asesoramiento, en la presencia en las luchas concretas, en el caminar conjunto en marchas, cortes de ruta, tomas de fábricas... en el aprendizaje que estos procesos posibilitan.” Conceptos claves: Formación profesional – trabajo social – proyecto ético político

Ficha N°: 13 Ponencia: ¿Lugares de encuentro o encuentros para la participación? Relato de una experiencia comunitaria desde la perspectiva de la intervención de Trabajo Social. Referente empírico: Experiencia que realizamos en un tiempo de nuestra formación profesional desde la Unidad de Práctica IV de la Lic. en Servicio Social de la UNMDP.

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104 TS: “Sustentamos nuestro involucramiento en el proceso comunitario desde revalorizar el saber popular impreso en la historia de la comunidad, como un elemento necesario para la intervención del Trabajo Social. Durante el año se trabaja en jerarquización de necesidades, resolución de conflictos, problematización y concreción de demandas tomando elementos básicos de la Investigación Acción Participativa.” Lectura de la realidad social: “Fue durante el año pasado, tiempo signado por la profundización de la exclusión y nuevas formas de discriminación: el indigente, el nuevo pobre, el desocupado, el beneficiario. Todos estos términos aluden a derechos vulnerados por un sistema basado en la injusticia social y el aparente reconocimiento de los mismos por medio de políticas que naturalizan la situación de exclusión.” Identidad atribuida: “Aquí aparece la representación social del Rol del Trabajo Social muy ligado a la asistencia, y al no ir nosotros con recursos materiales que ofrecer, se generaba un ambiente de incertidumbre con respecto a nuestro quehacer.” Identidad profesional: “Creemos necesario destacar que generar procesos autónomos, debería ser un objetivo fundamental de toda intervención del Trabajo Social, si queremos aportar a la construcción de una Democracia Participativa.” Desafios actuales: “Es posible pensar al Rol del Trabajo Social comprometido con los procesos sociales emergentes de la Cuestión Social hoy, construyendo y construyéndose en y a partir de éstos.” Conceptos claves: participación –praxis –Investigación Acción Participativa -problematización – redes naturales y asociativas ––comunidad- vida cotidiana -saberes instituyentes e instituidos-control social – identidad – Rol profesional

Ficha N°: 14 Ponencia: Relaciones interinstitucionales en la construcción de ciudadanía Referente empírico: Práctica académica realizada en el año 2002, por Alumnos del Taller de Práctica V de la

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105 Licenciatura en Trabajo Social de la FICES, en la Secretaría de Acción Comunitaria de la Municipalidad de Villa Mercedes, enmarcado en el Programa “Erradicación de Asentamientos”. TS: “Utilizamos el concepto de la intervención como un dispositivo o sea como un instrumento de naturaleza esencialmente estratégico, lo que supone que se trata allí de una cierta manipulación de relaciones de fuerza, de una intervención racional y concentrada de dichas relaciones de fuerza, ya sea para desarrollarlas en cierta dirección, o bien para bloquearlas, o para estabilizarlas, utilizarlas etc.” Lectura de la realidad social: “La construcción del problema objeto de intervención parte de su conceptualización, las relaciones causales que lo explican y la población objetivo del mismo. Resulta definido como la "Privación al acceso de la titularidad de vivienda”, siendo algunas de sus principales causas la escasez de recursos económicos, agravada por imposibilidad de insertarse al mercado laboral y su reducida demanda; insuficiente acceso a la información, empeorada por el bajo nivel educativo alcanzado por los jefes/jefas de hogar y falta de retención de sus hijos en el sistema educativo; carencia de expectativas y deseos de cambio agudizada por limitadas oportunidades que promueven situaciones de exclusión social. En los últimos años el deterioro de las condiciones de vida de gran parte de la población ha obligado a dar cuenta de la problemática desde un concepto que supere a la noción economicista de pobreza nos estamos refiriendo al problema de la exclusión.” Identidad atribuida: “Al inicio de la vinculación interinstitucional el problema objeto de intervención es planteado por el Municipio en términos de apropiación ilegal de terrenos y viviendas; reconociendo a los sujetos con categorías estigmatizantes, como por ejemplo: usurpadores, ilegales, delincuentes y proponiendo como solución la "Erradicación de esos Asentamientos", ya que además constituye un obstáculo para el desarrollo de un Centro Cultural, a construirse en ese espacio. A medida que se realiza el relevamiento programado, se observar, a través de recuperar el relato de los pobladores un reconocimiento de la situación de ilegalidad en la que están inmersos y la ausencia de la pretensión de "apropiarse" de esos terrenos o viviendas. Esto dio lugar por parte de la Asignatura involucrada en esta experiencia a la reconstrucción del problema objeto de intervención como la "privación al acceso de la titularidad de una vivienda” y a una nueva conceptualización de sujetos desde su lugar no elegido de exclusión. La confrontación de estas dos visiones de un mismo hecho y actores involucrados genera en un primer momento reacciones defensivas de parte del municipio que obligan a una explicación minuciosa sobre la recolección de la información al Intendente y al personal técnico y político de la Secretaria de Acción Social.” Identidad profesional: ”Para pensar en un futuro diferente será necesario hacer camino en sentido opuesto al que se ha venido haciendo este último tiempo. Es decir, diseminar en diversos espacios y actores prácticas de "ciudadanización", entendidas como prácticas de inclusión social, lo que implica entre otras cosas para Trabajo Social, recuperar la dimensión política de nuestra intervención.” Desafios actuales: “Tal vez sea prematuro pensar en construir “lineas de fuga”, porque queda pendiente el trabajo con los pobladores para promover la construcción de una ciudadanía emancipada, dado que el diseño de la estrategia que aplicaría el municipio, dista de ser la ideal.” Conceptos claves: ciudadanía – Estado – Pobreza

Ficha N°: 15

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106 Ponencia: Aportes a los procesos de ciudadanización desde el Trabajo Social en el Patronato de Liberados Bonaerense. Referente empírico: Práctica académica en el Patronato de Liberados Bonaerense - Escuela Superior de Trabajo Social U.N.L.P TS: “Como pasantes de Trabajo Social consideramos fundamental el ejercicio permanente de problematizar lo que plantea la ley y no adherirnos acríticamente a los vocablos y conceptos que allí se expresan, para que nos permita romper con el lugar instituido del Trabajo Social dentro de esta institución. Es decir, el lugar de control en dónde los sujetos son considerados como “objetos de asistencia” y muchas veces culpables de su propia situación. (...) Los informes eran muy sintéticos, reproducían la mirada de control para el juez y no lograban dar cuenta de la palabra o la situación particular del sujeto. Se trata de informes ahistóricos, que no rescatan o tratan de reconstruirla historia de vida familiar y social para entender y analizar los diferentes procesos que llevan a la concreción del “delito” por parte de la persona. En estos informes no aparece la mirada problematizadora del Trabajador Social, sino por el contrario una mirada descriptiva e inspectora que nos remite a un Trabajo Social netamente positivista, una mirada que condena desde el prejuicio hábitos, conductas y formas de vida de los sujetos. Consideramos que la intervención nunca es neutra, y que no podemos negar las consecuencias que tiene ésta sobre el otro, teniendo en cuenta que nuestra accionar tiende a la promoción o a la cancelación de autonomía.” Lectura de la realidad social: “No desconocemos la precariedad laboral ocasionada desde el Estado como así tampoco el aumento en la cantidad de “tutelados” (un trescientos por ciento en cinco años), no acordamos ni pretendemos contribuir en nuestra intervención a la idea del “nada se puede hacer”. Frente a lo implacable de la verdad del hambre, sufrimiento, dolor de los hombres y mujeres que a diario encontramos, no puede el Trabajo Social desconocer que los derechos que implican la ciudadanía, no son sólo palabras enunciables sino que se trata de una lucha que va desde la denuncia, lo reivindicativo hasta la práctica cotidiana de construcción de sentidos, de llenar de contenidos esas palabras a través de la acción diaria con los sujetos. En los últimos años se han producido profundos cambios, la lógica que entendía al Estado como el principal ente regulador de la política económica y social es sustituida por otra donde el Estado relega sus funciones y su papel de soberano transfiriendo al individuo la responsabilidad de responder y solventar sus derechos: salud – educación – trabajo (entre otros), ahora considerados bienes de cambio. El Estado se transforma así en un ente administrativo, abandonando su papel articulante de la sociedad y el sujeto, al tiempo que cede su espacio al mercado regido por la oferta y la demanda. Esta situación genera un desmantelamiento de los derechos sociales y un ataque a la idea de responsabilidad pública, destruyéndose así la solidaridad y la igualdad entre los sujetos. Se intenta implantar de este modo el individualismo y el reconocimiento de la desigualdad como motores de la competencia, nuevos valores éstos, que se tornan como centrales para el crecimiento de la actividad económica y la ampliación del mercado. Cada vez se hacen más visibles situaciones de pobreza, vulnerabilidad, violencia, precariedad, inequidad social, que son a la vez, problemas estructurales de la sociedad capitalista. El Estado, a través de sus aparatos represivos e ideológicos busca garantizar la reproducción de este modelo capitalista.” Identidad atribuida: “Cuando nos referimos al lugar instituido del trabajador social aludimos a la tarea asignada históricamente por la institución: intervenir controlando que “el tutelado” cumpla de acuerdo a lo estipulado por el juez. Es decir la demanda de intervención se delimita entre el silencio del sujeto frente a su situación y un trabajo social burocratizado reducido a un ejecutor de las políticas de Estado, en un lugar de auxiliar. Esta ley sustentada en el discurso del orden, busca “velar por la seguridad pública” y parte del supuesto que el sujeto que atraviesa por el Patronato de Liberados es un sujeto “enfermo”, “desviado”, “peligroso” al que es necesario tratar, asistir, controlar, tutelar y supervisar”.” Identidad profesional: “Frente a la complejizacion de las problemáticas por las que atraviesan los sujetos, sólo la capacidad de trabajar desde lo cotidiano y singular, convirtiendo esas problemáticas en demandas de intervención desde una perspectiva transformadora es posible generar líneas de fuga a lo instituido. Trabajar desde una perspectiva creativa no significa, la creación de algo que hasta el momento es desconocido, sino la capacidad de poner en juego las herramientas teóricas y metodológicas que tiene el profesional más los recursos institucionales aunque sean escasos, para generar proyectos que contengan líneas de trabajo pensadas con y desde los sujetos potencializándolos desde un lugar activo. Se trata de trabajar para recuperar ese lugar de "ser" sujeto, persona con palabras, y trabajar conjuntamente para liberar el poder de sus propias palabras es y deber ser una responsabilidad ética del Trabajo Social. Es desde este posicionamiento ético, político, ideológico, metodológico desde donde partimos para intervenir. Nuestra práctica interpela a los sujetos de nuestra acción profesional, problematizar críticamente desde dónde nos posicionamos, porqué, para qué intervenimos nos hace inevitablemente remitirnos a los Derechos Humanos. Es pensar un Trabajo Social de construcción con el otro, recuperando su lugar de persona, recuperando su saber y poniendo en juego en este encuentro la posibilidad real y concreta de transformar situaciones de violencia social. Se trata de pensar y construir los informes junto a los sujetos, para elaborar posteriores líneas de

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107 intervención y que no sólo sean una nota para el juez. Problematizar las diferentes herramientas con las que trabajamos para utilizarlas interdisciplinariamente y lograr abordar así las problemáticas en todas sus dimensiones.” Desafios actuales: “Es por eso que nos resulta imprescindible cada día revisar nuestro lugar de Trabajo Social dentro de los diferentes espacios de labor en el Patronato. Nos encontramos y trabajamos con personas, seres humanos, hombres y mujeres que piensan, sienten, sufren dolor, transitan situaciones violentas, de opresión, humillación e inmensa vulnerabilidad y desamparo. Este es quizás el desafío ético del Trabajo Social, contribuir con su intervención a la creación y fortalecimiento de la autonomía de los proyectos populares. Esta posibilidad enriquecedora para el Trabajo Social de acompañar los procesos de constitución colectiva y subjetiva significa contribuir a la formación de sujetos que protagonizan a través de su práctica social la construcción del conocimiento y de la historia del pueblo.” Conceptos claves: Patronato – Ley – Intervención profesional – ciudadanía – Estado – Pobreza

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Ficha N°: 16 Ponencia: Generando significados de Trabajo Social en lo cercano del aislamiento rural. Experiencias de Trabajo Social en escuelas rurales del partido de General Pueyrredón. Referente empírico: Práctica social que se desarrolla desde la formación en Trabajo Social de la Licenciatura en Servicio Social – Unidad de Práctica IV- Facultad de Ciencias de la Salud- UNMDP, en el contexto de escuelas rurales del partido de General Pueyrredón. TS: “El Trabajo social que se propone el desarrollo de lo comunitario desde la escuela en un trabajo que vincula el reconocimiento de los derechos humanos y la generación de espacios participativos, trata en este ámbito de desarrollar la idea de nucleamiento como sentido de la participación. Se trata de generar encuentros entendidos como pedagógicos recreativos, que integran en una jornada a integrantes de las comunidades educativas de las escuelas con el fin de crear espacios que fomenten la socialización, la gestión conjunta de proyectos, el diálogo, el juego.” Lectura de la realidad social: “Las condiciones económicas de la última década, permitieron que se acentuara la tendencia histórica en Argentina de acumulación de grandes extensiones de tierra de características latifundistas, que obviamente impiden el desarrollo de pequeñas unidades de producción a la vez que favorece la precarización del empleo y la naturalización del trabajo infantil. Esto último tiende a agudizar y legitimar criterios de discriminación, pues cuando una situación de injusticia e ilegalidad no es problematizada, es decir, se naturaliza, se niega de antemano la posibilidad de modificación de tales realidades por medio de alguna acción. Como parte de este modelo las situaciones de marginalidad, de exclusión, son manifestaciones de la cuestión social contemporánea en lo local. Pero el pensamiento neoliberal aún sigue entendiendo a la cuestión social en términos de disfuncionalidad, reeditando en formas nuevas aquella concepción de hace dos siglos. La situación tiende así a ser vista más como un estado de cosas que como el producto de un proceso.” Identidad atribuida:

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Identidad profesional: “No nos acercamos a la escuela tratando de reeditar, cartografiar roles instituidos en el Trabajo Social, sino más bien de pensar desde las consecuencias de nuestras pequeñas prácticas. Es innegable que esto lo hacemos desde aquellos sentidos ya construidos en la historia del Trabajo Social que van conformando nuestra matriz conceptual, y que, como todo proceso, conserva elementos de su historia, suprime otros y transforma. El poder reflexionar sobre este proceso de construcción de significados del hacer profesional es posible desde una mirada que selecciona elementos de un horizonte emancipatorio en la realización de la persona. Pero al mismo tiempo reconoce esas funciones que están implicadas en el ser profesional, como dijimos, en su historicidad. Esto aparece en las representaciones sociales que del Servicio Social, del Asistente Social, manifiestan las familias, las instituciones.” Desafios actuales: “Las pequeñas experiencias que podemos relatar desde su unidad de significado son muchas. Plantean elementos de diagnóstico y posibilidades de intervención. Quizá lo más importante para avanzar sea el sentido de problematización permanente. Creemos que este camino no oculta los logros, por el contrario contribuye a su realización.” Conceptos claves: Participación – Educación –Trabajo Social – Comunidad – Derechos Sociales

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PONENCIAS “CONGRESO LA PAMPA”

Ficha N°: 1 Ponencia: Espacios de ejercicio profesional / posicionamiento institucional. Referente empírico: Experiencias laborales e inquietudes acerca del ejercicio profesional expresadas por el autor. TS: “Cuando escucho algunas colegas decir “esta persona no cambia más, ahora qué vendrá a pedir”, considero que son rótulos que le ponemos a las personas, generalmente tomamos esta actitud cuando no somos capaces de profundizar la raíz del problema, nos satisface saber que damos una ayuda material y creemos que esto es suficiente para cerrar un caso, y es todo lo contrario es el momento de comenzar a poner en juego nuestro desempeño profesional. (...) A raíz de este análisis de nuestro quehacer profesional se hace indispensable evocar tres enfoques diferentes de intervención profesional que mencionan las autoras Nidia Aylwin, Ignacia Jiménez y Angélica Palma: 1 -El Enfoque Asistencial 2- El Enfoque Promocional 3- El Enfoque Mixto (...) La visión de las personas que predomina en los trabajadores sociales es identificarlos como sujetos pasivos, con escasa capacidad de participación en la solución de sus problemas. Todo esto hace que los trabajadores sociales asuman una posición mas bien vertical y de mucho poder frente a las personas. El Trabajo Social, desde mi humilde experiencia, puedo aseverar que cada día que pasa es más enriquecedor. El aprendizaje es continuo, depende de nosotros el modo de mirar la realidad y los cambios permanentes que en ella se suscitan, es decir si nuestro concepto es que el ciudadano lo único que hace es ir a pedir y nos quedamos con esa falencia material, económica, etc. y no nos detenemos a realizar un diagnóstico donde analizamos indicadores culturales, sociales, económicas, ideológicas, psicológicas, etc., nuestra intervención en consecuencia vá a ser muy limitada y nuestro Trabajo Social frustrante sin posibilidades de crecer e innovarnos. Toda demanda no debe ser solucionada y tratada con carácter de emergencia.” Lectura de la realidad social:

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Identidad atribuida: “El Trabajo Social identificado en su especificidad por ser una profesión estrechamente vinculada a la acción (...)” Identidad profesional: “Mis inquietudes como Trabajadora Social donde constantemente me pregunto acerca de porqué con otras colegas tenemos conceptos diferentes de las personas y sobre todo el modo de intervención ante diversas situaciones en las cuales cada una actúa de manera diferente, sin considerar en muchas situaciones que el sujeto es en gran parte producto de su historia, que tiene derecho a darse sus propias orientaciones de valor y vida dentro de los límites de la convivencia y de la realización de su propia dignidad. Me atrevo a plantearme y plantear a otras Trabajadoras Sociales la importancia de analizarnos y evaluar dentro de que enfoque estamos situadas, más allá de las características de la Institución a la cual representamos, debemos detenernos un instante para poder mirar nuestro desempeño profesional, nuestras debilidades y fortalezas, cada una de las formas de intervención, el concepto de ciudadano que adherimos y sobre todo hacernos una autocrítica acerca de nuestro trabajo. Desafios actuales: Trascender las prácticas asistencialistas ha sido desde los ámbitos profesionales del trabajo social un desafío permanente. Desafío que debe poner límite a cierta liviandad intelectual dominante, que trata de transformar el derecho social y la promoción humana en utopías del pasado. Es hora de comenzar a realizar una lectura profunda acerca de nuestro compromiso con la profesión, estancarnos significa detener el curso de una cosa, no podemos ejercer un Trabajo Social de los años 60 cuando en realidad nuestra Profesión ha avanzado constantemente. Conceptos claves: Ejercicio profesional – Intervención profesional – Espacio institucional

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Ficha N°: 2 Ponencia: La Doble Virtualidad: Niño y Estado Referente empírico: Reflexión teórica a partir de prácticas profesionales en el marco una investigación desarrollada respecto a Niñez en Riesgo y Políticas Sociales. TS: Desde el rol del Trabajador Social en cuanto a su abordaje e intervención deberíamos interrogarnos acerca de cuál es el problema, en qué intervenimos cuando vamos a disponer de la vida de los ajenos. (...) Se trata de identificar los contextos concretos de acción (la calle, la familia, la institución, el trabajo, la escuela, la pandilla, etc.) en los cuales el menor esta en grado de desarrollar facultades de cooperación asociadas a la capacidad de generar autonomía. La resiliencia implica también la adquisición de poder. Una nueva concepción de poder, igualitario y capaz de resolver problemas. Es la doble capacidad de resistencia y construcción. Lectura de la realidad social: Estado, economía y estructura social. Una estructura social que genera oportunidades de vida distintas genera en sí misma, la injusticia social. Es en este medio donde se encuentran las familias, donde los niños cambian radicalmente sus roles y funciones. Momento de gran desestructuración social, donde la situación material destruye la base de lo colectivo. No solamente desaparece la protección económica sino también la protección social. Lo que perjudica a los niños y adolescentes es la combinación de pobreza y violencia, pobreza e ignorancia, pobreza y falta de oportunidades, pobreza y ausencia de valores, pobreza y falta de amor. detrás de cada uno de estos programas hay una necesidad insatisfecha y que la misma se transformó en un negocio. Un negocio político en la recolección de voluntades a cambio de asistencia, un negocio económico en el manejo de fondos, simplemente un negocio donde unos lucran y otros pierden. En este conjunto de acciones aparece el servicio social mediando sus propios objetivos profesionales con una práctica contradictoria y subordinada a las demandas institucionales. Es el Estado el que legitima instituciones, políticas y profesionales. Identidad atribuida: Observamos mínimamente dos formas de intervención: desde el control o desde el cuidado. Son dicotomías, son palabras que confunden, a la hora de definir de quien es el problema. Las respuestas pueden ser diversas por exportación (derivación), compartir (trabajo intradisciplinar o interdisciplinar) o por expropiación. Deteniéndonos en este último aspecto o sea, la expropiación es cuando se parte de la incapacidad y cosificación del problema. Resuenan en este nivel frases tales como “yo te lo resuelvo” o “yo me encargo”. El criterio que se adopta es el de la protección por sustitución, por expropiación, por reemplazo, por salvataje, por emergencia. Estamos superados por la emergencia. Identidad profesional: Aparece el Servicio Social mediando sus propios objetivos profesionales con una práctica contradictoria y subordinada a las demandas institucionales.Hay que detener la emergencia, para reflexionar y revisar las prácticas. Se impone la necesidad de hacer un paralelismo entre lo urgente y lo constante. Lo urgente, son las necesidades básicas. Garantizar alimento, abrigo, protección, un techo. Lo constante es la construcción de un modelo diferente desde la acción y el afecto. Un modelo de no violencia, de no maltrato, de derechos, de lucha por las convicciones, de valores. Educar en su más amplio sentido, más allá de contenidos, focalizando siempre en la formación de sujetos críticos, pensantes, capaces no solo de cambiar su realidad, sino también de ser actores de una sociedad más justa. Desafios actuales: El desafío es la construcción de una lógica de innovación, que denote el tiempo cotidiano de intervención, se adentre en preguntas nuevas y tenga como resultado una gestión profesional competente y sólida. Conceptos claves: Ciudadanía – Derechos – Niñez – Riesgo Social – Estado – Practica profesional

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Ficha N°: 3 Ponencia: La ciudadanía en el medio rural: un campo escasamente abordado por el Trabajo Social. Referente empírico: Practica social desarrollada por un equipo de trabajo integrado por estudiantes y docentes de la Lic. en Servicio Social- Unidad de Práctica IV - Facultad de Ciencias de la Salud - Universidad Nacional de Mar del Plata; con la participación del Servicio Social de O.S.P.R.E.R.A. (Obra Social del Personal Rural y Estibadores de la Republica Argentina). TS: Consideramos que como trabajadores sociales nos encontramos en una posición de privilegio con respecto a los aportes que se pueden realizar en la construcción de ciudadanía, por la proximidad de nuestra especificidad profesional en la cotidianeidad de las personas. Partimos de la idea, de que la realidad se construye a través de la vivencia cotidiana con el otro, y que es aquí, en donde el Trabajo Social puede y debe comprometerse con la practica social.(...) El equipo de trabajo social elige adoptar la itinerancia como modalidad de intervención, porque posibilita el intercambio de experiencias, de vivencias que amplia la visión y fortalece la tarea en cada una de las escuelas rurales; recreando un espacio para la reflexión crítica acerca de nuestra vida cotidiana y es así paulatinamente como vamos relacionando distintos aspectos de la realidad, tratando de transformarla, asumiendo actitudes solidarias, mediando el respeto, articulando acciones, promoviendo el ejercicio de una cultura democrática. Lectura de la realidad social: Cuando hablamos de cultura democrática y participación para el desarrollo social, no podemos dejar de pensar en la situación que viven los pobladores de la zona rural, quienes debido al aislamiento que existe respecto a la ciudad, se sienten en su gran mayoría marginados, postergados y olvidados por las instituciones que deberían conocer y dar respuestas a sus necesidades y expectativas. (...) El proceso de globalización que atraviesa en la actualidad a todos los países del mundo se manifiesta en Argentina a partir de cambios significativos producidos en el orden económico, político, social y cultural. En este nuevo contexto, se observa como las condiciones económicas de la última década, permitieron que se acentuara la tendencia histórica en nuestro país de acumulación de grandes extensiones de tierra, de características latifundistas, que obviamente impiden el desarrollo de pequeñas unidades de producción, a la vez, que favorece la precarización del empleo, las formas de contratación ilegal y la naturalización del trabajo infantil. Identidad atribuida: El rol del Trabajo Social en la escuela rural, aparece como generador de espacios participativos para la elaboración de estrategias que faciliten la construcción de ciudadanía. Identidad profesional: Compartir con la gente del campo, sus vivencias, escuchar acerca de sus historias de vida, como sienten las injusticias que parten de la desigualdad de oportunidades, nos lleva a asumir el compromiso que como trabajadores sociales tenemos de seguir con nuestra labor en el ámbito rural, porque visualizamos que sosteniendo una actitud abierta, que propicie la horizontalidad en las relaciones y la transferencia de saberes entre todos los actores sociales, es posible ir avanzando en la construcción de ciudadanía, para la transformación de distintas situaciones no deseadas. Desafios actuales: Favorecer procesos para la construcción de ciudadanía, problematizando la naturalización de la pobreza, tratando de crear condiciones para eliminar las situaciones de vulnerabilidad. Conceptos claves: Ciudadanía – Participación – Medio rural – Trabajo Social - Educacion

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Ficha N°: 4 Ponencia: La Participación Social de los Adultos Mayores en tiempos de “Deshumanización”: Realidades posibles y alternativas de Desarrollo Social Referente empírico: Investigación en Gerontologia Social – Centros de jubilados TS: Estamos en tiempos de cambios vertiginosos, también es el tiempo del adulto mayor y es este tiempo el que nos marcará las posibilidades reales de concreción social de los objetivos de los adultos mayores, nuestra tarea profesional es acompañarlos, formarlos en sus requerimientos y orientarlos en la búsqueda de sus proyectos tanto personales como grupales y en este sentido en el futuro se irán constituyendo en un grupo de poder, a la hora de las planificaciones sociales de las políticas públicas.(...) En nuestro ejercicio profesional con las personas mayores se requiere una especialidad, hacer uso de un paradigma constructivo y valorativo, dado que no cualquiera está preparado personalmente y profesionalmente para afrontar una tarea constructiva y renovadora en este grupo poblacional. Al trabajar con los ancianos tenemos en nuestro encuadre de tarea un elemento intangible e insoslayable que es la muerte, siendo un condicionante que determina que los proyectos a emprenderse deben ser a corto plazo, en tiempo presente y, sujeto a cambios, proponiendo inquietudes y realizando el asesoramiento pertinente, pero lo más importante es que lo realice desde mi función como trabajador social que contribuye al logro de las tareas de los centros de jubilados y pensionados respetando principalmente los intereses y las decisiones de sus integrantes sin erosionar la autonomía que poseen. Lectura de la realidad social: En el marco de este contexto social vigente y encuadrado en una sociedad consumista y competitiva, propio de los fenómenos neoliberales de la globalización, caracterizado por la indiferencia, la despersonalización, pérdida de valores, pérdida de la identidad, de constante vulnerabilidad de los derechos inherentes a la persona, somos testigos de un marcado y sostenible crecimiento del envejecimiento poblacional en el cual es relevante considerar la figura del adulto mayor como un actor social capaz de modificar su mundo y en grupos se constituyan en grupos de presión. (...) La globalización plantea un conjunto, pero del que no todos formamos parte, donde se plantean exclusiones estructurales ... y esto define cambios en los espacios y en las identidades de los sujetos sociales. sin embargo los problemas sociales se agudizaron y permanecen históricamente con otros matices, tenemos problemas similares en contextos diferentes, es decir problemas globalizados y cada vez son más los que menos tienen y viceversa la riqueza se concentra en unos pocos. Identidad atribuida: En el ámbito de la gerontología y de la geriatría hay un predominio de los modelos teóricos y/o de intervención que priorizan los aspectos más negativos de las personas mayores, configurándose éstos en su objeto de su especialidad, transformándose en un estigma que legitima lo socialmente dado. (...) En el modelo del trabajo social, las personas mayores tienen determinadas necesidades que han de ser evaluadas y objetivadas a los que se aplicarán unos recursos encuadrados en el marco de los planes que se implementan en determinado momento que responden a los lineamientos y objetivos institucionales para el cual fueron creados siguiendo una lógica asistencialista. Identidad profesional: Desafios actuales: Lograr organizaciones eficientes y a la vez participativas es el desafío tanto de los miembros como de sus dirigentes para el logro de sus objetivos personales, grupales y comunitarios de inserción social. (...) En el contexto de las necesidades básicas en especial las necesidades económicas de los adultos mayores, el acceso a determinados servicios sociales, debería permitir un salto de calidad hacia una promoción y un protagonismo eficaz de los ancianos tanto en el desarrollo personal como grupal en los centros de jubilados y pensionados, propiciando la instrumentación de herramientas que permita por un lado

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113 el conocimiento y cumplimiento de los derechos y la generación de alternativas de acciones autogestivas.(...) En lo que concierne a nuestra región las carreras que suponen una práctica profesional podrían adecuar sus contenidos curriculares con temas relacionados con este sector poblacional que permita una visión integral de la persona y acceder a nuevos ámbitos de prácticas. Conceptos claves: Adulto mayor – Participación – Organización - Desarrollo Social

Ficha N°: 5 Ponencia: “Los Juegos Sociales en torno a la pobreza: una construcción permanente entre reglas y estrategias” Referente empírico: Trabajo llevado a cabo por las autoras a lo largo de sus prácticas pre-profesionales de la Carrera de Trabajo Social (UBA) durante los años 1999, 2000 y 2001, tomando como escenario de análisis un comedor infantil promovido por la Iglesia Católica. TS: La sistematización de la práctica realizada en el Comedor Parroquial, orientada por el problema de investigación planteado, contribuye a conceptualizar una realidad cotidiana que atraviesa el Trabajo Social. Esto es, lo referido al rol que debe cumplir como gestor de las necesidades sociales pero también como promotor de situaciones estratégicas de poder de los sujetos sobre quienes realiza la intervención. La construcción de categorías de necesidad y pobreza interpelan, desde diferentes planos (filosófico, teórico y operativo), a la profesión requiriendo de su explicitación para evitar, así, el ocultamiento de la direccionalidad de la práctica del trabajador social. Lectura de la realidad social: En el actual contexto de las políticas sociales donde se observa la presencia de sectores de la sociedad civil (Ej. Iglesia Católica, voluntariado) hay una existencia de mecanismo de distribución de los servicios sociales que reformula la noción de derecho social ante una necesidad, en función de la focalización. Las políticas sociales focalizadas responden a una concepción residual de la política social, destinadas a asegurar a las poblaciones más vulnerables un mínimo de servicio de primera necesidad. Dicha focalización fragmenta al interior de la institución y al propio sector de las políticas sociales.(...) El Comedor Parroquial, evidencia empírica del servicio destinado a la asistencia alimentaria, funciona bajo la lógica Neofilantrópica. Esta considera la ayuda como un deber de los que tienen, vis a vis, de los que necesitan.(...) Las políticas sociales son intervenciones del Estado orientadas a legitimar un modelo de acumulación económica, estas suponen, asimismo, la producción / reproducción de pautas de organización social. Si estas remiten a modelos "de" y "para" la conducta social, resulta coherente pensar que el comportamiento de los actores sociales remiten a mecanismos que subyacen a los principios de las políticas sociales. Identidad atribuida: La intervención en lo social surge desde la necesidad de controlar y neutralizar la necesidad de los . Identidad profesional: Hasta aquí algunas conclusiones que nos permiten sintetizar las primeras líneas fundamentales de este trabajo. Cabría preguntarse como estos mecanismos identificados como operantes en las prácticas y discursos del Comedor Parroquial, y que "nos hablan" de pautas de organización social, su producción y reproducción y los sujetos que se construyen en dichos procesos (en tanto agentes del mismo), comienzan a ser replanteados ante nuevos parámetros de organización social que parecen vislumbrarse en las lentas pero reales transformaciones en el modelo de acumulación, lo cual implica pensar un nuevo posicionamiento ante la cuestión social. Desafios actuales: Conceptos claves: Pobreza – ONG‟s – Iglesia – Asistencia – Voluntariado – Estado

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Ficha N°: 6 Ponencia: Estrategias de sobrevivencia y de redes sociales. Posibilidades de construcción de ciudadanía. Referente empírico: Se enmarca en el primer nivel de una beca de formación en investigación de la Universidad Nacional de Luján y pretende dar cuenta de los resultados parciales de un proyecto de investigación que se ha llevado adelante en el periodo 2002-2003 con mujeres de sectores populares de diez barrios que rodean el casco urbano de la ciudad de Luján. TS: El recorrido institucional, la “peregrinación institucional” que realizan los sujetos para obtener un bolsón de alimentos al mes o una olla de comida para la cena, ¿es acceder al derecho de alimentarse? Este interrogante no niega la necesidad urgente de sostener niveles de asistencia, pero nos interpela como profesionales y sujetos políticos en pensar estrategias en lo que refiere al acceso a los derechos en tanto constructo de ciudadanía plena, activa, emancipada. Lectura de la realidad social: Ante las situaciones de crisis las familias/unidades domesticas de sectores populares deben recurrir a recursos propios para sobrevivir, los cuales están constituidos por una multitud de mecanismos que vinculan procesos de distintos nivel de complejidad, de lo individual, lo microsocial, lo colectivo, lo macrosocial. Estos recursos son un abanico de respuestas entre sujetos afectados por las mismas condiciones estructurales, donde coexisten diferentes formas de organización social y familiar. Existe una gran diversidad de combinaciones posibles entre distintos aspectos de la vida cotidiana de los sujetos que vulnera los derechos: la falta de acceso a agua segura, a la distribución de agua al interior de la vivienda, el hacinamiento, la construcción de las viviendas con chapa, madera, cartón o plástico, o bien de ladrillos sin revestimiento, el desempleo, las actividades de cirujeo o cartoneo, los llamados “planes de empleo”, el sub, sobre o pluriempleo, la vulnerabilidad y/o exclusión social que ello genera son situaciones productoras y productos de procesos de desciudadanización, donde los sujetos son víctimas de un proceso de exclusión que los margina tanto de espacios económicos como de aquellos de sociabilidad generando un estado de pasividad radicalmente opuesto tanto a vivencia como a la posibilidad de hacer exigible cualquier esfera en los que se enmarcan los derechos humanos. Identidad atribuida: Identidad profesional: Desafios actuales: Conceptos claves: Participación – Ciudadania – Pobreza – Redes sociales – Género

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Ficha N°: 7 Ponencia: ¿Es válido hablar hoy de una tendencia a la refilantropización de las políticas sociales? Referente empírico: Análisis crítico con relación a las actuales formas de intervención social en el enfrentamiento de la presente cuestión social. TS: -----------------------------------------------Lectura de la realidad social: La nueva cuestión social se manifiesta en el ascenso de una vulnerabilidad de masas. Frente a esto, las respuestas del Estado neoliberal, por el lado del "trabajo", es propiciar una suerte de retorno al trabajo libre, libre de las regulaciones y protecciones impuestas por el Estado social; y por el lado del "socorro" promueve una retracción de la intervención estatal como garante de la vigencia de los derechos sociales. Identidad atribuida: ----------------------------------------Identidad profesional: Hoy, frente a una nueva vulnerabilidad de masas, y ante la evidencia del brutal desajuste entre la manera en que se plantea la nueva cuestión social y los modos de intervención social para su conjura, se vuelve fundamental alcanzar una correcta comprensión de los procesos sociales que atravesamos y de las formas de intervención social que tienen lugar en la actualidad. Es por ello que creemos necesario buscar una conceptualización que de cuenta de la nueva complejidad de esas intervenciones, para lo cual ya no alcanza la referencia incierta a viejos conceptos. Desafios actuales: --------------------------------------------Conceptos claves: Políticas sociales – filantropía – Neofilantropia – Estado

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Ficha N°: 8 Ponencia: Etica y Trabajo Social. Una mirada Latinoamericana Referente empírico: Investigación con financiamiento del CIUNC (Centro de Investigaciones de la UNCuyo) a partir del año 2003. Se trata de una investigación básica sobre paradigmas éticos, aplicada al Trabajo Social, a través de el estudio y análisis de textos, entre los que se han priorizado los de origen latinoamericano respecto del tema. TS: el Trabajo Social asume un compromiso histórico con la justicia social. (...) Lectura de la realidad social: Se han consolidado las desigualdades sociales, concentración del poder económico y político, reducción de políticas sociales y derechos sociales conquistados históricamente por los trabajadores, ataques y obstáculos a la consolidación de las democracias latinoamericanas, la vulneración de derechos humanos y sociales de los trabajadores en general y de los profesionales de Trabajo Social en particular, en tanto este contexto ideológico político pone límites en el ejercicio profesional, imponiendo decisiones a las organizaciones y a los profesionales del Trabajo Social. Identidad atribuida: Desde la Perspectiva Histórica, La intervención profesional siempre ha tenido una relación con lo ético, en tanto dicha intervención se orientó desde sus orígenes en función de normas y valores desarticulados de una perspectiva teórica que fundamentara dicha intervención, sobre todo normas que tuvieron un origen basado en la caridad cristiana. Identidad profesional: El código de ética supone un proyecto ético – político, con dimensiones teóricas y prácticas que deben ser incorporados a las prácticas cotidianas. La ética profesional está vinculada a proyectos con sentido político. La política es la forma de realizar los valores éticos. Deben surgir de una producción colectiva relacionada con los Derechos Humanos. El principio fundamental es la libertad y la teleología debe estar dirigida hacia la superación de los impedimentos a la libertad y la construcción de condiciones favorecedoras de su realización. Es importante buscar máximos niveles de coherencia entre el proyecto ético – político que orienta el Código de Ética, los planes de estudios de las escuelas, las leyes de reglamentación profesional, los ejes organizadores de las entidades de profesionales y de estudiantes y que estos elementos sustantivos en la ética profesional tengan una intencionalidad, un posicionamiento ético y político de la defensa de la libertad, de la justicia social, de las políticas públicas, de los derechos sociales y humanos en oposición a todas la formas de opresión, de discriminación y de autoritarismo. (...) La elaboración de Códigos de Ética que propongan determinados valores acordados colectivamente, contribuirán a la construcción de una nueva identidad profesional. Desafios actuales: Es muy

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fuerte el desafío que impone a los profesionales de Trabajo Social, la

117 complejidad de la cuestión social, no sólo a nivel económico, político, social sino también en la conformación de una nueva subjetividad; no sólo de los sujetos con los cuales trabajamos sino también a nosotros como sujetos que reconocemos la condición de asalariados de una profesión. Todo ello hace que debamos esforzarnos en la recuperación de la intencionalidad de la intervención profesional traspasando las zonas difusas que acompañan a nuestras concepciones y valores. En este marco los Trabajadores o Asistentes Sociales nos enfrentamos a la necesidad de asumir nuevos desafíos frente a la complejidad de la cuestión social actual, el deterioro de las instituciones en las cuales desarrollamos la cotidianeidad profesional y la realidad, muy bienvenida, del ejercicio de derechos ciudadanos de los usuarios, que sin duda nos enfrentan a nuestras propias contradicciones. Conceptos claves: Etica profesional – Identidad Profesional – Trabajo Social

Ficha N°: 9 Ponencia: Habia una vez un Estado. La relación entre el espacio público y el espacio privado desde el hacer del Trabajo Social. Referente empírico: Análisis critico con relación a las nuevas configuraciones del espacio laboral del Trabajo Social. TS: En este debate somos protagonistas desde varios roles, uno de ellos como profesionales del Trabajo Social, articulando la ejecución de la política social. (...) La constitución de las áreas de intervención del trabajo social.. como su objeto de estudio y análisis teórico-practico, que se construyó en derredor del espacio publico; atraviesa modificaciones muy importantes. (...) Estos cambios ideológicos, le imprimen a la metodología, el ejercicio diario de la empatía y abandonar el control social como práctica profesional. Aquí me arriesgo a mencionar, y quizás sea para otro congreso que la especificidad y especialización del Trabajo Social nos sitúa en el abordaje desde el tratamiento social; no tengamos miedo de pensarnos en este rol, no estamos usurpando campos de intervención de otras disciplinas; en todo caso, estaríamos recuperando lo que por omisión hemos cedido a otras profesiones y aún cuando lo hacen, no les compete por incumbencias profesionales. (...) La naturaleza misma del Trabajo Social como disciplina plasma su quehacer con la gente, la persona, sus manifestaciones en un orden social, con las características y particularidades que la libertad de su cotidiano ejercicio de ser persona, le permita o tenga lugar en un escenario donde la interrelación, el intercambio igualitario, le demande su manifestación. Lectura de la realidad social: Vivimos una crisis en todos los ordenes, político, social, económico y de legitimidad de las representaciones; este convulsionado dinamismo, nos ha llevado a profundizar sobre las nuevas áreas de intervención y el contexto teórico. Así de manera conjunta y simultanea vamos redefiniendo el espacio público y jerarquizando el espacio privado. (...) Vemos como en pos de “una reforma fiscal y la modernización de la administración pública” , dejó en la población efectos devastadores con relación a la pobreza, el desempleo, fractura en los sistemas de seguridad social, educativos y de representación, entre otros que son parte de una realidad mundial globalizada. (...) Los efectos de la aplicación del modelo neoliberal nos ha puesto en un proceso de crisis económica, social y política; generando un estado de “incertidumbre” , respecto del futuro que arrastra profundas desigualdades, planteando un límite muy próximo casi inconfundible, con la exclusión y la exclusión estructural. Identidad atribuida: El imaginario social y la objetivación del quehacer profesional del Trabajo Social, esta vinculado a la inserción laboral en las instituciones del Estado. (...) Este modelo que se encuentra vigente,

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118 propone atender la integralidad de los problemas sociales captando la potencialidad de quienes reciben la intervención del Trabajo Social. Vemos entonces como la movilidad social, el propio dinamismo de la sociedad, nutre a las ciencias sociales para delinear su quehacer profesional y rol de intervención. Identidad profesional: Las demandas sociales para el Trabajo Social son cada vez mayores, de un nivel de exigencia que provienen de todo lo planteado hasta ahora. Nos ha puesto en un nivel de análisis de una magnitud y una complejidad que nos obliga a propiciar no solo cambios sino transformaciones profundas en los planos ideológico, conceptual, marco teórico en redefinir el objeto y también nuestro espacio de aplicación, es decir lo laboral. Este dinamismo social es simultaneo con nuestro debate interno en el colectivo profesional, con lo cual la importancia de abordar la aparición del Tercer Sector como alternativa laboral, no debería ser mirado así, sino como una inserción que jerarquiza al Trabajo Social, como un nuevo campo de acción. Las contradicciones a las que hacia referencia no son solamente de tipo ideológicas, sino estructurales, porque nos impulsa a pensar a la profesión desde un ejercicio diferente e independiente. (...) No se puede dejar de hacer referencia a la demanda privada no lucrativa, este es una de los aspectos que requiere ser analizado pensar la profesión independiente no quiere decir “ad-honorem”, entonces tenemos, la posibilidad de revisar el contrato social de empleo que queremos para nuestra profesión. En otras palabras, hay una transformación interna, que se relaciona y por que no decirlo, hace tambalear la propia escala de valores y la ética. Desafios actuales: Necesitamos distanciarnos por ahora, de la idea de anhelar como estable al Estado y sus instituciones, como único generador de ofertas de empleo. (...) Conceptos claves: Estado – Espacio privado – Ejercicio Profesional – Identidad profesional

Ficha N°: 10 Ponencia: Cultura del encierro. Ámbitos de exclusión y dilemas éticos del profesional en escenarios conflictivos. Referente empírico: Análisis critico respecto a los dilemas éticos en torno al ejercicio profesional en escenarios conflictivos, específicamente la cárcel. TS: Implica para el Trabajador Social un conocimiento, de las leyes vigentes que sancionan la conducta observada judicialmente, la dimensión de la sanción social, las vivencias de otros internos y reconocimiento de una escala de valores de la cual este es portador. (...) Se permite identificar interacciones, protagonistas y un análisis de la disciplina, Trabajo Social, abocada al tratamiento de la persona privada de libertad, infiriendo posicionamientos y postulando una disposición al abordaje que procura un encuentro con la Dignidad de la persona. (...) La prevención, asistencia y tratamiento ante situaciones de crisis, familiares o personales, son su eje cotidiano, con perspectiva de aproximarse, por lo menos, a la obtención de los recursos que permitan a las personas el ejercicio pleno de su dignidad humana. (...) Como disciplina, el Trabajo Social, se inscribe en las ciencias sociales, con un conjunto de principios y un método que, en esencia, tiene al ser humano como sujeto de intervención y con él sus necesidades vitales; para ello confluye en identificar, sistemas de creencias. Creencias que se constituyen en ordenamientos interpretativos como sus códigos éticos y deseos de trascendencia y comunicación, que hacen a su propia cultura, la cual pretende el profesional, conocer objetivamente con Lectura de la realidad social: Nuestro pueblo, doliente, necesitado; ¿deberá hacer escuchar su grito?.Tal vez como instancia de apertura, de dar a conocer un sentir, de reclamar justicia, de ejercicio de derechos ciudadanos y necesidad de activa participación, no domesticada. Identidad atribuida: La investigación de las problemáticas sociales, la actuación en el diseño y evaluación de proyectos, en las intervenciones institucionales calificadas y la investigación participativa con una practica comprometida; le han permitido sistematizar las acciones que, otrora, acompañaran procesos de cambio, para pasar a ser protagonista y actor con autodeterminación e independencia de las consignas emanadas del sistema, que lo llevaran a manipular habilidades, con disfraz de respeto, para llevar a la/s persona/s en situación, a aceptar, conformarse o encuadrar en patrones de comportamientos. (...) Podría especularse que

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119 conserva como depositario, un rol social específico, asignado por la sociedad, en un momento determinado y frente a especificas situaciones y relaciones de los miembros de esa tal sociedad. Identidad profesional: Hablábamos anteriormente del criterio profesional, como especialista en un área, y por ello la necesidad de continuar su capacitación que lo habilite a intervenciones donde, el sincerarse con la realidad y sus conflictos, no solo enuncie los procesos y cambios. Deberá junto a ello y a través de su posición crítica, plasmar una acción, que conlleva un saber y un aprendizaje previos. Es sin dudas una decisión el promover políticas sociales, observar las ya vigentes y analizar alternativas que superen los límites inscriptos en temas como salud, educación, trabajo, etc. Desafios actuales: Es menester apelar a la memoria para la construcción de espacios, donde se instala irremediablemente el conflicto, de valores, de representaciones sociales; pero, donde sin dudas, tienen lugar las utopías, el recupero de la identidad, dirimiendo así la lucha por la libertad y la equidad en lugar de la esclavitud. Conceptos claves: Ciudadania – Exclusión –Libertad – Etica profesional

Ficha N°: 11 Ponencia: Redes, escenarios y herramientas para facilitar conversaciones públicas. Modelos para armar. Referente empírico: Análisis sobre el Programa Diálogos Públicos y Mediación Ciudadana (DIME) para el fortalecimiento de los procesos de ciudadanía, a través del uso de dos metodologías de trabajo: los diálogos públicos y la generación de REDES. TS: Desde nuestras prácticas buscamos crear condiciones de posibilidad para que distintos sectores de la sociedad puedan construir y apropiarse de estrategias de facilitación social y escenarios públicos de diálogo, que permitan destrabar y activar debates rígidos sobre temas y discusiones que polarizan a distintos actores sociales. Son estrategias de formación, acción y transferencia que tienden a fortalecer espacios democráticos de articulación e intercambio y posibilitan la sustentabilidad del sistema democrático en sí mismo, posibilitando la activación y fortalecimiento de redes sociales. (...) El trabajador social debe poder provocar y facilitar la re-construcción crítica del conocimiento, a través de provocar distintas formas de pensar: apoyando, acompañando, orientando el re-inventar, re-escribir, crear, dudar, analizar, emocionarse, asombrarse, criticar, usar herramientas de averiguación, para resolver, plantear y transformar problemas en contexto. Lectura de la realidad social: Formamos parte de un contexto que se caracteriza por fuertes crisis de representación social, política y cultural. Nuestra sociedad se presenta atomizada, desdibujada, apática, con discursos dominantes que ofrecen caminos únicos e inevitables: fragmentación, conflictividad, aislamiento, individualismo que conllevan el vaciamiento de los espacios públicos. (...) El cuadro social, político, cultural y económico, de exclusión, marginalidad y falta de entrenamiento en una participación activa y responsable de amplios y distintos sectores hace que se vuelva pertinente intentar otras, diferentes soluciones creativas y auto sustentables para dialogar de otro modo con los actores y entre ellos. Identidad atribuida: La función del Trabajador Social es enseñar a pensar: Estimulando las propias elaboraciones de los que aprenden, Ayudando a tener confianza para controlar y guiar sus propios procesos

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120 de aprendizaje y pensamiento, Aportando habilidades para investigar, plantear y transformar (resolver) problemas, Planteando dificultades, Invitando a asumir riesgos, a ser libre, Incentivando el deseo de aprender, la curiosidad, la responsabilidad, Guiando el descubrimiento, Contribuyendo al desarrollo de capacidades para actuar (intervenir en conversaciones). Identidad profesional: El trabajador social es un educador - facilitador cuando entre otras cosas: Abre, limpia caminos minados de obstáculos , Analiza , relaciona, integra, articula contextos, Facilita el entretenerse, el inter-cambio, Anima a explicitar, a vivenciar, a intervenir, a contar historias narradas. Historias contadas de las que somos parte, Es co-autor de nuevas historias. Pregunta -desde el no saber- para coconstruirlas, Colabora en mirar de frente realidades complejas, Plantea preguntas, problemas y reflexiones sobre el proceso, re-visiones continuas, Negocia provocando el re-conocimiento del otro, de la diversidad, de lo heterogéneo, Participa e invita a participar en la construcción, de- construcción, interpretación, traducción de acciones y de ideas. Así, nunca podría ser neutral, Promueve prácticas reflexivas para poder verse de un modo novedoso. Entrevistas narrativas y no paradigmáticas, Abre y mantiene espacios conversacionales, entra y sale, oportunamente, Habla “con”, no “al” otro,Es irreverente a sus propias verdades. Busca nuevas posiciones para elaborar, redescubrir lugares en las conversaciones, provee herramientas para comprender posibilidades que no pueden ser pre-determinadas por modelos teóricos, Propicia la activación de redes. Para que cada persona pueda verse como participante reflexivo y no objeto de una masa humana anónima, Estimula, guía, ayuda, a pensar, Usa habilidades para investigar, para tomar decisiones, para asumir desafíos, para co-diseñar estrategias, para abordar y transformar los conflictos, Busca superar lo obvio, Intenta tolerar el fracaso Desafios actuales: Conceptos claves: Redes sociales – ciudadania – participación

Ficha N°: 12 Ponencia: Registro Nacional de Donantes Voluntarios de Células Progenitoras Hematopoyéticas. Centros de Captación: Una estrategia de compromiso y participación Social. Referente empírico: La experiencia a relatar se desarrolla en el ámbito del INCUCAI dentro del Registro Nacional de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) – médula ósea – sangre periférica. TS: Como Trabajadora Social, me convocan a desempeñar funciones en el Registro principalmente en el primer nivel operativo, a fin de coordinar la creación y tarea de los Centros de Captación. El requerimiento es el diseño de una propuesta comunitaria que incluya las estructuras organizativas existentes, léase Jurisdicciones y ONG abocadas a la donación de órganos, siendo el objetivo informar y difundir el tema en la sociedad, captando donantes efectivos como principal finalidad. (...) Desde la dimensión técnica, administrativa y educativa, el Trabajo Social, aporta en el diseño de una estrategia integradora que promueva la participación y el compromiso social. Si bien las tres dimensiones de la profesión se hacen presentes es la de educador social a la que se apela potenciar, debido a la necesidad de instalar el tema. Para ello se debe identificar a los posibles multiplicadores del mensaje y capacitarlos en el tema a fin de que propaguen la información en la población y generen la inquietud de participar y sumarse al Registro. El objetivo de la intervención será y es generar acciones participativas y de compromiso social que contribuyan al ejercicio y construcción de la ciudadanía, fortaleciendo la política de trasplante y el derecho social de la salud y mejoramiento de la calidad de vida, en este ámbito de trabajo. Lectura de la realidad social: Según las estadísticas mundiales y locales, entre el 70 y 75% de los pacientes con indicación de trasplante de CPH alogénico no cuentan con un donantes compatible. Para dar respuesta a este tema se han creado en el mundo Registros de donantes voluntarios. Hasta el 1 de abril de 2003, en Argentina todo paciente sin un donante familiar debía recurrir a Registros Internacionales en búsqueda de un

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121 donante no emparentado, lo cual implicaba un costo económico, psicológico y un tiempo que no todo paciente y/o grupo familiar podía afrontar. Estas situaciones hacían de esta práctica de alta complejidad y costo un tratamiento para pocos, vulnerando el derecho de acceso a la salud en forma equitativa y digna para todo ser human Identidad atribuida: Es para mí un desafío grande desempeñarme en este Organismo, pocos profesionales tienen la posibilidad de participar en la estructuración de un programa, que hace a una política social en este caso de trasplante. Por lo general bajan los programas y adaptamos sus requisitos a la tarea. Identidad profesional: Es responsabilidad del Trabajador Social promover la conformación de grupos sujetos, actores sociales, es decir sujetos que al reconocer relaciones sociales injustas acciones sobre ellas. Para ellos debemos abogar por un constante accionar reflexivo – PRAXIS- que permita trabajar en post del respeto y ejercicio de los derechos y autonomía de los sujetos. (...) La intervención debe viabilizar acciones que movilicen a la sociedad en el ejercicio y defensa del derecho a la salud, calidad de vida y sobre todo a participar. Promover acciones ciudadanas activas, es decir que cada uno se responsabilice por las decisiones y no dejemos que otros hagan o decidan, para esto es imprescindible la educación social, espacio privilegiado de los Trabajadores Sociales. Desafios actuales: Conceptos claves: Salud – Política sanitaria – Participación social

Ficha N°: 13 Ponencia: Los dilemas de la practica profesional en un contexto de control. Referente empírico: Análisis critico respecto a la práctica profesional en contextos de control, específicamente el Tribunal de Familia y Menor de la ciudad de Santa Rosa, Pcia. La Pampa. TS: La práctica profesional en este contexto debe considerar entonces, tres cuestiones primordiales: que la solicitud de intervención no proviene del usuario que, a menudo, sufre la intervención, que es imposible no intervenir, que la intervención en la situación señalada no se puede efectuar si se prescinde de un análisis de las relaciones entre el contexto y otras instituciones-servicios-programas implicados. (...) Merece un comentario especial el tan requerido informe socio ambiental. Debo decir que en el contexto judicial, forma parte del ritual propio de la organización. Tiene que estar. Algunas veces como necesario, otras como un mero trámite burocrático. (...) No es desafío a la autoridad. Es plantear una estrategia idónea para la cuestión que se ventila. Es hacer prevalecer la autonomía profesional en el contexto en que se actúa. (...) Hacer un diagnóstico, una visita domiciliaria, entrevista familiar, control de guardas otorgadas por el Juez pueden constituir en nuestra praxis, una “cuestión de mero trámite” como dicen Los operadores jurídicos, pero al momento de informar, al momento de dar cuenta de lo actuado esa INFORMACION adquiere una particular relevancia frente al deber etico y frente a la responsabilidad profesional del Asistente Social: la información que se aporta es para decidir respecto de la vida de otros. Y esto no admite omisiones ni negligencia. Requiere prudencia. (...) Lo que me he planteado para que la intervención no se viva como agresiva , es informar adecuadamente a la familia acerca del contexto desde donde intervengo, porqué y para qué se está interviniendo. Y esto no es

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122 depositar culpas en otros, esto es poner claridad en la relación profesional a fin de permitir que mis entrevistados decidan libremente si desean o no darme información en el marco explicitado. Si el menor acusado de cometer un delito tiene el derecho de negarse a declarar sin que ello implique presunción alguna en su contra, cuánto más válido resulta este derecho en el caso de sus padres frente a una relación profesional que se instaura como consecuencia de aquella acusación. (...) En uno y otro caso, diseñar el proyecto de intervención es un tema exclusivamente nuestro. La elaboración de un proyecto de intervención se torna en una operación especialmente delicada, por cuanto se ponen en juego todas las premisas mentales y teóricas del profesional, se trata de un proyecto sobre cuya base el Juzgado podrá tomar decisiones. El profesional tiene un DEBER ETICO, una responsabilidad ética para hacer de su intervención, sea en el marco de lo asistencial, sea en el de lo tutelar, gala de su idoneidad técnica Lectura de la realidad social: Digo contexto de control porque las múltiples relaciones que allí se traban , vienen planteadas en términos de poder (mando obediencia) y suelen tornarse paradojales . Como contexto de control, puede volverse en una estructura de características opresivas si la práctica profesional no se plantea mínimos desafíos en lo cotidiano. (...) Los cambios comienzan a producirse lentamente porque el impacto de la tecnología no puede ser ignorado. Para agilizar el servicio se impone el cambio de mentalidad, apertura hacia nuevas ideas, el trabajo en equipo, la reingeniería del recurso humano a través de herramienta informática, el reemplazo de los caducos esquemas verticalistas por el de la horizontalidad pautada que implica confronte de ideas, sin que se pierda de vista el principio de autoridad. Decididamente, el Servicio de Justicia debe tomar el rumbo de los tiempos que corren. De igual manera, el proyecto profesional de los Asistentes Sociales debe adecuarse a las nuevas demandas sociales, que cada vez más, tienden a judicializarse. Identidad atribuida: Los Asistentes Sociales hemos sido dotados de una identidad profesional que nos fue atribuida socialmente y con un “débil perfil” y una práctica profesional que se fue legitimando a través del tiempo. (...) La mejor articulación se ha dado sin dudas en el plano del poder-saber, esto es en la relación juez-profesionales, donde por momentos se tiende a la horizontalidad del poder, y en otras, esa tendencia se desvanece frente a la autoritaria , quedando el saber en el plano de la subordinación sin posibilidad de consenso. (...) Hay que señalar aquí, que la demanda de intervención no surge de la iniciativa de los sujetos involucrados como normalmente ocurre en otros servicios: aquí el Juez está dotado de autoridad para imponerle a la familia la intervención del profesional y también para ordenar al profesional que intervenga. Así, no sólo el profesional queda subordinado a su autoridad, sino que la familia también. Por eso hablo de contexto de control, donde las relaciones se plantean en términos de poder. (...) Un ligero repaso de lo ordenado en los casi cuatroscientos legajos técnicos habilitados en l994, permite corroborar lo expresado: “Désele intervención a la A.S. a fin de que se constituya en el domicilio del actor y verifique tal cosa..... que se constituya en el hogar de la progenitora y realice un amplio socio ambiental..... que se constituya y constate la situación en que se encuentran los menores.. que previo a resolver incidente sobre visitas, realice los estudios pertinentes.... que se constituya en el domicilio de los guardadores y realice un pormenorizado informe acerca de.... no surgiendo de autos con precisión la edad y número de Los menores como medida previa, practíquese con intervención de la Asistente Social en el domicilio de la señora, sito en...informe de Los menores y sus progenitores. Notifíquese.” (...) La organización verticalista –arraigada en el Poder Judicial- vuelve para obstaculizar la horizontalidad pautada . La opinión de los operadores jurídicos abogados y la de los operadores que sin ser abogados alcanzaron el rango de funcionarios judiciales, continúa teniendo más peso que la de los profesionales que integran el Equipo. Creo que en el “imaginario de la clientela” del complejo tutelar asistencial, la imagen del Asistente Social es la de “uno más del sistema judicial”, que además está vinculado con el sistema policial, lo cual siempre va a generar cierto recelo y desconfianza....De allí que considero prudente no insistir cuando observo que alguien retacea información. Identidad profesional: Seguimos bregando por fortalecer nuestra identidad y actualizando el proyecto profesional para que; desde lo teleológico nos ponga a tono con las demandas sociales actuales, que nos permita vincularnos adecuadamente con la realidad y articularnos en la lucha de la ciudadanía por la defensa de valores democráticos; desde lo teórico metodológico se abra a nuevos espacios de discusión en busca de los modelos adecuados a tales fines, desde lo técnico operativo movilice nuevas alternativas de valor y nos anime a experimentarlas en la práctica; que desde lo ético profesional inste a examinar cuestiones fundamentales del hacer profesional, para aclararlas críticamente. Desafios actuales: El tema de la responsabilidad profesional es un tema a debatir con mayor profundidad, pero tenemos que empezar a hablar del accionar negligente, de impericia, de la falta de prudencia y de las consecuencias que nos puede acarrear . Ni pensar en las omisiones. (...) Tal vez con el aporte de todos nos aproximemos a un modelo de trabajo que nos permita abordar la problemática de la familia y el menor de manera más eficiente.

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123 Como decía al comienzo, tenemos que seguir luchando para reforzar la identidad profesional y lograr un proyecto profesional acorde con las demandas sociales y para eso, se necesita del aporte de todos. Conceptos claves: Practica profesional – Control Social – Estado – Identidad profesional – Etica profesional – Derechos Sociales

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