La conservación del material óseo en Cueva Baño Nuevo (Patagonia Central, Aysén- Chile)

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Descripción

Kémel Sade Martínez



CONSERVACIÓN DEL MATERIAL ÓSEO EN LA CUEVA BAÑO NUEVO (Patagonia Central- Aysén, Chile) Resumen Se describirán a grandes rasgos las características del depósito estratigráfico y la cultura arqueológica temprana del sitio Cueva Baño Nuevo (Patagonia Central, Chile) mencionado/proponiendo algunos de los factores que incidieron en la asombrosa conservación de los materiales orgánicos. Características generales del sitio El sitio arqueológico Baño Nuevo-1 ó Cueva Baño Nuevo (45° 17' S, 71° 32' W) se encuentra en la porción chilena de Patagonia Central, en un lugar donde hay un clima seco y predominan pastizales nativos (festuca ovina) que incluyen algunos reductos boscosos de ñire (Nothofagus antarctica). En verano, las temperaturas fluctúan entre los 4°C y los 12°C, descendiendo en invierno a – 20°C, e inclusive menos. De acuerdo a la clasificación de Schmidt (1982), Baño Nuevo- 1 es una cueva fósil y exógena, cuya espeleogénesis es producto de la erosión hídrica de un lago de deshielo glaciar finipleistocénico (Bate, 1978- 79). Esta horadación en la masa dacítico- basáltica se extiende 20 metros N-S desde la zona hipógea hasta el acceso con una desviación de 16° W, ensanchándose 4 metros en promedio. El umbral tiene 2

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una pendiente de 115° aproximadamente, que en el exterior – desde donde casi todo el valle es dominado- cambia a aproximadamente 135° prolongándose hasta el antiguo lecho lacustre. Se han realizado cuatro temporadas de excavación de las que sobresalen los hallazgos de ocho esqueletos cuyas antigüedades se remontan ca. 9.000 años atrás (cuadro 1), perfilando a este sitio como el representante de restos óseos más antiguo de Patagonia, y uno de los más antiguos del continente (Mena, 2005). Estos datos dan pie para que la arqueología y la antropología física refinen sus hipótesis sobre problemas centrales en estas ciencias como es el caso del poblamiento de América.i (Terrazas, 2002). De los cinco individuos recuperados antes del 2005 (lo mismo puede aplicarse para los otros tres de este año) se sugiere que “... pertenecen a un mismo periodo y „estilo general‟.” (Mena y Reyes, 2001) ya que además de estar asociados estratigráficamente comparten tres rasgos en el patrón funerario: la asociación a manojos vegetales, la asociación a zorros (Pseudalopex culpaeus y/o el extinto Dusicyon avus) y el que una vez muertos fueran cubiertos con piedras. Además los tres individuos que conservan mandíbula (1, 4 y 3) tienen los incisivos “en pala”, por lo que “...parecen ser miembros de una misma población de rasgos „mongoloides‟” (curs. orig. de Mena y Reyes, 2001). Y aunque se afirma que todos los individuos pertenecen a una mismo periodo, “estilo general” y stock poblacional (Mena y Reyes, 1998) no se ha podido hacer lo mismo para avalar que los entierros fueron en un mismo evento, por que las fechas entre los individuos varía como es de esperarse para momentos tan tempranos y como es natural con los fechamientos disponibles actualmente. Desde esa primera presencia humana, se habrían producido 8 ocupaciones másii. La elección reiterada de esta cueva por parte de las antiguas bandas de cazadores- recolectores quizás se debió a que los fuertes vientos de la estepa 3

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patagónica fuesen uno de los principales agentes que influían en la configuración de la sensación térmica diaria, entorpeciendo algunas actividades domésticas como la elaboración y conservación del fuego, confección y mantenimiento de estructuras móviles para la habitación y otras, con lo cual es de esperar que en estaciones difíciles, este refugio, en donde la presencia de viento es nula, haya sido de gran ayuda. Este año se recuperaron 3 individuos (#6, #7 y #8) en un avanzado grado de deterioro (o muy buen estado si consideramos la data). En la cuadrícula 1B estaban inmersos los individuos #7 y #8, ambos recubiertos de una gruesa capa de pasto (8 cms. en las partes más grandes). El individuo #7 estaba apoyado contra la pared, cubierto de rocas y flexionado en decúbito lateral izquierdo, mientras que el ind# 6 estaba extendido en decúbito dorsal y lo cubría un fogón (vs. tb. Reyes, 2005). Como apuntes finales se plantea que la conservación de estos materiales óseos humanos se puede explicar mediante 3 factores principales: en el caso de los ind. #2, #3 y #7 a) por las rocas que los cubrían. Y todos los otros materiales óseos incluyendo restos animales, b) por el derrumbe que tapó la entrada de la caverna y c) por la ausencia de luz. Por otro lado, uno de los principales agentes de deterioro fueron las sales que describiremos más abajo. Agentes de conservación a) Las rocas En el fondo de la cueva, la alteración por presión de los sedimentos que cubrían al individuo #7, se redujo al mínimo gracias a que fue tapado por bloques de roca de 2030 cms. que sin embargo no cubrían al individuo #8 cuyo estado de deterioro era bastante mayor. Estas piedras aunque no estaban modificadas, eran claramente identificables como antrópicas por que mientras se excavaba, entre ellas se producían „bolsas‟ de aire en el 5

depósito sedimentario que se proyectaban hasta el esqueleto. Estas „bolsas‟ surgieron en el momento en el que se depositaron la rocas, en las zonas de contacto entre ellas disminuyó el paso de sedimentos desde el exterior quedando un vacío entre el núcleo ó centro de la estructura funeraria y las caras internas de los bloques líticosiii. Por el contrario, cuando se trata de derrumbes como el de la capa 2, si se producen oquedades en el momento mismo de la depositación, solo que mucho más pequeñas y sin una tendencia a un centro, que se van rellenando completa y lentamente de sedimentos, acomodándose por su propio peso y formaiv, sin dejar más rastro en el depósito que rocas de múltiples tamaños, dispersas, y dispuestas con una tendencia a la horizontalidad. b) El derrumbe del cerro que tapó la entrada Para Bate (1982), este evento debió ocurrir posteriormente a las primeras ocupaciones y sincrónicamente a un ciclo eruptivo, cuya evidencia estaría en un estrato que cubre el tercer piso ocupacional (capa 3) y en donde se encuentran abundantes piedrecillas caídas del techov. El estrato de 15 cms de piedras precipitadas y cenizas volcánicas que reportó Bate (1978- 79: 17, 21) pareciera ser un evento ligeramente posterior a las primeras 4 ocupaciones del sitio. Del derrumbe, en las cuadrículas del fondo no habría más evidencia que el patrón del depósito sedimentario, ya que las piedras ingresadas desde el exterior no habrían llegado hasta esas áreas que es de donde realiza el perfil. Sin embargo en la cumbre de capa 4 de las cuadrículas de la zona mesógea había piedras altamente meteorizadas y desembonadas que parecen haber ingresado desde la entrada y que sugieren que este evento sea anterior al tercer nivel ocupacional, sellado por un derrumbe del techo y paredes de la cueva. De esa manera la sedimentación eólica del componente temprano se interrumpió de forma abrupta inmediatamente 6

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después a la primera ocupación humana (cumbre capa 4), debido al estancamiento del flujo de aire que provocó el derrumbe. Este factor incidió directamente en un descenso en la humedad y por ende en la disminución de microorganismos (hongos y bacterias) y troglófilos que destruyeran el depósito por completo, estabilizándose así la curva de deterioro y desencadenando un equilibrio termodinámico y metaestable entre los restos orgánicos y los sedimentos, lo cual explicaría el que se hayan conservado bastantes restos óseos en comparación al resto de capa 4 y subyacentes. c) La luminosidad El derrumbe restringió la entrada de luz a toda la cueva permitiendo únicamente un paso débil a la zona epígea, y ocasionalmente en momentos de gran luminosidad (algunos días de verano) a la zona mesógea. El impacto de la luz queda reflejado también en la conservación de otros materiales arqueológicos como las pinturas rupestres que describe Bate (1970), de las que hoy no queda casi ninguna, ya que este investigador para llevar a cabo sus excavaciones tuvo que ampliar la entrada original que no superaba 1 metro de altura (com. pers.), a como se encuentra hoy día: de aproximadamente 3 metros de altura en la parte más alta y con una entrada de luz de aproximadamente 4 metros de ancho. De tal manera la luminosidad pasó a convertirse en un agente de deterioro. Agente de deterioro Las sales A través de toda la secuencia estratigráfica, excepto capas 1 y 6, hay sales que han incidido en la dinámica del depósito como un poderoso agente de deterioro. Por miles de años se mantuvieron cerca o dentro del material óseo, entre las grietas de las rocas y sueltas, dispersándose con una mayor concentración desde capa 5 y disminuyendo gradualmente hasta desaparecer entre las rocas del derrumbe de capa 2. 7

La mayor presencia de ellas en los niveles inferiores quizás sea producto de la mayor filtración a través de las paredes como remanente de los momentos en que la cueva era activa (fluía agua), coincidiendo su frecuencia con los grados de humedad de cada capa. De esta manera, las sales disueltas se habrían recristalizado aflorando a través de los huesos, destruyendo parte o la totalidad de algunos de ellos, conservándose sin embrago una rica muestra para realizar toda clase de inferencias y explicaciones del remoto pasado humano centro- patagónico. Bibliografía Bate, Luis Felipe (1970b), “Primeras investigaciones sobre el arte rupestre de la Patagonia chilena”, Anales del Instituto de la Patagonia, Punta Arenas, Chile. ----- (1978-79), “Las investigaciones sobre los cazadores tempranos en Chile Austral”, Trapananda, Coyhaique, Chile. ----- (1982) Orígenes de la comunidad primitiva en Patagonia, Cuicuilco, Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, D.F., México. Mena, Francisco, (2005) “Informe de avance”, informe de avance para el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología 1030560, Chile. Mena, Francisco y Reyes, Omar, (1998) “Esqueletos humanos del Arcaico Temprano en el margen occidental de la estepa centropatagónica (cueva Baño Nuevo, XI región)”, Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología, Santiago de Chile. ----- (2001) ”Montículos y cuevas funerarias en Patagonia: una visión desde Cueva Baño Nuevo- 1, XI Región.” Chungará, Arica, Chile. Mena, Francisco, Velázquez, H., Trejo, V., Torres- Murra, Juan, (2004) “Aproximaciones zooarqueológicas al pasado de Aisén continental (Patagonia Central Chilena)”, Zooarchaeology of South America, Mengoni, G, (edit.), Estados Unidos. Reyes, Omar, (2005) “Informe antropológico físico preliminar de los restos óseos recuperados del sitio arqueológico Baño Nuevo – 1, Ñirehuao. XI Región.”, anexo informe de avance, Proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo de Ciencia y Tecnología 1030560, Chile. 8

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Sade, Kémel, (2005) “Informe técnico de la excavación de la cuadrícula 1B en Cueva Baño Nuevo: relaciones estratigráficas y materiales asociados”, informe presentado a la Subdirección de Investigación de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, México D.F. Schmidt, Elisabeth, (1982) “Sedimentos en cuevas en los estudios prehistóricos”, Ciencia en arqueología, D. Brothwell y E. Higgs (comps.), FCC, México. Terrazas, Alejandro, (2002) “La evidencia fósil del poblamiento temprano de América. Restos óseos e interpretaciones”, Cuadernos de Trabajo del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, D.F., México. Notas Laboratorio de Tecnología de Cazadores Recolectores, Lic. Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia de México (ENAH), correo e: [email protected]  Esta ponencia se desprende de Sade (2005). i Además, la cultura arqueológica y los otros materiales asociados a los entierros son en si mismos de una gran importancia arqueológica. Entre los elementos óseos de los niveles tempranos se pueden mencionar algunos restos de megafauna como una mandíbula de caballo extinto con huellas de corte (Bate, conv. pers.) y un diente de esta misma especie además de huesos dérmicos de milodón y probablemente fragmentos de huesos largos de paleolama (en análisis). Entre los culturales destacan de excavaciones anteriores un gancho y un mango de estólica posiblemente sobre tibia proximal de guanaco (Mena et. al., 2004.) y de la última temporada de excavación raspadores y otros artefactos de láminas sobre basalto de grano fino y calcedonias translúcidas, un fragmento de un lito discoidal y una punta triangular quebrada con los bordes ligeramente aserrados.

Los litos discoidales son un

elemento típico de los primeros pobladores de Patagonia, que no son los mismos de las puntas triangulares, aunque estos últimos parecen derivar de las primeras poblaciones junto con un marcado componente andino (Bate, 1982). ii En su excavación Bate (1978- 79) distingue 9 pisos ocupacionales. iii Este dato es importante también por cuanto la combinación „esqueleto- espacio de aire- estructura de piedra‟ conforma una irregularidad en el terreno, identificables bajo los métodos de prospección geofísica de resistividad de imagen o tomografía eléctrica, que permiten obtener una combinación de calicateo y medir la variación de la resistividad de forma lateral y en profundidad. Si esta práctica funeraria en cuevas existe desde el 9 mil a.p. es posible plantear a futuro una prospección con este método a nivel macro o al menos en algunas de las cavernas cercanas conocidas por los pobladores de la Estancia en la que se emplaza el sitio.

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iv En este proceso influyó también en gran medida el pisoteo de los animales que se refugiaban (troglófilos). v Relaciones estratigráficas en cuadro 2.

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