La colonialidad en la migración indocumentada contemporánea: una propuesta cartográfica.1 Sergio Prieto Díaz Universidad Iberoamericana, México. Esta ponencia aborda el problema de la migración indocumentada desde la postcolonialidad. O lo que es lo mismo, la colonialidad como marco constitutivo de este problema. Parto de un pretexto interpretativo en apariencia inocente: la coincidencia en el mapa y en el territorio entre la ruta actual que utilizan las personas migrantes indocumentadas con menores recursos rumbo a EE.UU. (el ferrocarril mexicano conocido genéricamente como La Bestia), respecto del histórico Camino Real de Tierra Adentro (en adelante, CRTA). Estos Caminos, con todas sus evidentes diferencias, parecen guardar algunas similitudes aparte de su trazado, siendo las primordiales su función extractiva y su significancia para el establecimiento de políticas de control y gestión del territorio y sus poblaciones. La metáfora del Camino, que nos introduce en el problema de la colonialidad, abarca entonces dos dimensiones: - A nivel físico, como estructura material para la movilidad, la penetración, el control y la articulación de los territorios. - A nivel simbólico-discursivo, los distintos paradigmas de control y gestión de las migraciones naturalizados como “Camino” a seguir. Si el fin del colonialismo supone el fin del control físico-material de los territorios, su pervivencia como colonialidad se localiza en la persistencia de estructuras simbólicas, en nuevos esquemas de dominación resignificados desde lo inmaterial (la cultura o la política, por ejemplo). Los Caminos materiales que apuntalaron el colonialismo ibérico y la hegemonía occidental tendrían su correlato en el Camino simbólico-discursivo de la colonialidad global, personificada crudamente en la figura de la migración indocumentada procedente de los antiguos territorios colonizados. Durante la consolidación de estos Caminos de la colonialidad, emergen grupos sociales conflictivos sobre los cuales se legitima y naturaliza la asunción de determinadas políticas, que buscan integrar funcionalmente estas poblaciones. Se puede argumentar que las mismas aparecen como centrales en ambas dimensiones de la colonialidad que proponemos: en lo físico, utilizan los Caminos para su propio beneficio, desafiando su función sistémica, convirtiéndose así poblaciones problemáticas pues no se sujetan a la lógica funcional. En lo simbólico-discursivo, se construyen como objeto justificador de políticas destinadas a su control y/o gestión funcional. Identifico la emergencia de ésta problemática en momentos tan lejanos, pero sobre sujetos tan parecidos, como las y los chichimecas coloniales, y las personas migrantes indocumentadas postcoloniales. Este último grupo, sujeto de mi atención, será aproximado a la noción de subalterno (desde su concepción gramsciana, hasta su redefinición en el marco de los estudios postcoloniales y su actual funcionalidad para el discurso de los DD.HH.), enfatizando no sólo los problemas bajo los cuales es argumentalmente construida, sino también su carácter instrumental para el mantenimiento de la lógica transversal que condiciona todo esta estructura: el desarrollo y expansión del sistema capitalista. A partir de dicha problematización, presento en esta ponencia algunas reflexiones argumentales sobre los marcos de interpretación más destacados de mi investigación en proceso. La interpretación de las personas migrantes indocumentadas (su razón de ser, los discursos que la abordan, las políticas específicas y económico-comerciales, sus mismas experiencias) como sujeto subalterno global apunta a identificar el sistema que las construye, y con las cuales el mismo sistema se construye y legitima asumiendo la dirección Se presentan con esta ponencia algunas de las reflexiones, supuestos y avances que forman parte de mi investigación doctoral “Cartografías del poder postcolonial: hacia un Sistema Hegemónico Global de Control y Gestión de las Migraciones”, realizada en la Universidad Iberoamericana con apoyo del programa de becas CLACSO-CONACYT.
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de la definición de políticas públicas al respecto. Alrededor del control y la gestión de estas poblaciones conflictivas, subalternas, invisibilizadas, se ejercen dos doctrinas que lejos de ser antagónicas resultan complementarias, y bajo las cuales se gesta lo que denomino sistema hegemónico global de control y gestión de las migraciones. Se consideran así nociones y aportes de Quijano (2000), Gramsci (1934), Domenech (2013), Santi (2011) y Mezzadra (2003), entre otros/as. Al mismo tiempo, presento avances de una propuesta metodológica basada en mapeos, individuales y participativos (no debemos olvidar que el pretexto interpretativo de esta investigación surge a partir de mapas) que buscan iniciar una cartografía de dicho sistema. Dos propuestas para mapear la interpenetración entre los distintos aspectos de lo material y lo simbólico, lo histórico y lo contemporáneo, lo teórico y lo vivencial, que conforman y condicionan la explicación del fenómeno de la migración indocumentada. Una forma de representar, junto a las personas migrantes subalternas, distintos aspectos de la colonialidad bajo la que se desenvuelven. 1. DEL PRETEXTO DE INVESTIGACIÓN AL PROBLEMA GLOBAL: COLONIALIDAD COMO RASGO DISTINTIVO DEL PROCESO HISTÓRICO DE LA MIGRACIÓN. Las imágenes con que se nos presenta el camino de La Bestia, o como se nos presenta el drama del Mediterráneo, muestran la desesperación de personas que ya no tienen miedo a nada. El nombre La Bestia, con que se designa a las diversas rutas ferroviarias que utilizan las personas migrantes indocumentadas en su camino a EE.UU., predispone a pensar que aquel/a que se atreva a subir a sus lomos, está cerca de la locura. De alguna forma, se hace parte de la misma Bestia cuando se sube a ella. Lo mismo podría decirse de las frágiles embarcaciones atestadas de migrantes cruzando el Mediterráneo. Esa imagen, su espectacularidad, su extremismo, su drama subyacente, nos presenta a un grupo poblacional que no es visible salvo en dichas estampas, en una parte de su camino migratorio. Suele mimetizarse lo más posible a su paso por la vida cotidiana, ocultándose pues son perseguidas/os, mostrándose sólo cuando es necesario, conveniente, o imprescindible. Por eso La Bestia es un espacio privilegiado desde el cual empezar esta problematización: nos permite vislumbrar ese otro mundo que es la migración indocumentada. Alegóricamente, es un tren sólo de carga (los viajes con pasajeros desaparecieron en México con la privatización), amenazado y amenaza al mismo tiempo para las personas migrantes. Un canal de dolor a lo largo del país, sobre el que se ejercen las más intensas y más avanzadas políticas globales sobre esta migración, ya sea aludiendo al uso indebido que provoca accidentes por sobrecarga, o bajo la excusa de la defensa de los Derechos Humanos de quienes se transportan en ella. Con ese discurso, a partir del Plan Frontera Sur de 20142, ahora no podemos verlas/os ni siquiera en La Bestia. La llamada de La Bestia, la relevancia que tiene centrarse en ella, requiere observarla de múltiples formas, prestando atención a sus variados ejes de relevancia. A través de distintos mapas del país, empiezo a ver como una de sus rutas principales (la que atraviesa México por su área central, en amarillo en el mapa) tiene prácticamente el mismo trazado que el CRTA, camino colonial del s. XVI vinculado al tránsito de los diversos expolios sobre los que se cimentó el modelo hegemónico actual. MAPA 1. LA BESTIA VS. EL CRTA El Plan Frontera Sur es una política migratoria iniciada por el gobierno de México en Julio de 2014, centrada en la vigilancia y realización de redadas a lo largo de la ruta de La Bestia. El antecedente más inmediato previo a la realización de dicho Plan fue la llamada “crisis de lxs menores indocumentadxs”, de abril del mismo año. Por esas fechas, las autoridades migratorias estadounidenses denuncian un aumento radical en el número de menores no acompañadxs que son detenidos en la frontera México-EE.UU. Esta “crisis” es inmediatamente asociada a un discurso que pretende abordar el problema bajo el discurso de la protección de sus Derechos Humanos: sin embargo la acción que toma el estado mexicano es incrementar la vigilancia a lo largo del tren para evitar que las personas migrantes puedan abordarlo, lo cual resulta en una mayor invisibilización y vulnerabilidad de estas mismas poblaciones, desplazadas fuera de las rutas tradicionales. 2
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Elaboración propia mediante gvSIG 1.1
Esta similitud en los Caminos sirve como pretexto para sostener la vigencia de una colonialidad en el ser, sentido y fin del problema de la migración indocumentada contemporánea: transita por una ruta histórica cuya lógica de explotación y movilización de recursos no ha cambiado demasiado, salvo en su receptor principal. ¿Qué más continuidades o aproximaciones pueden establecerse? No es cuestión aquí de profundizar. Pero de forma tentativa, establezco un marco genérico de aproximación entre ambos momentos en los mismos lugares, con vista a sostener mi argumento analítico-epistémico postcolonial. Porque las continuidades, o las semejanzas, no se limitan a los aspectos materiales (el/los Caminos en sí), sino que, como colonialidad, se extienden a la producción simbólica, de sentidos, y por supuesto, de problemáticas funcionales. Merece la pena detenerse brevemente en los antecedentes históricos, siguiendo a Bakewell (1991). El CRTA inicia de México-Tenochtitlán a partir de 1550, y conecta bajo la lógica colonial vigente los puntos de extracción mineral que se van descubriendo hacia el Norte con esta ciudad y el puerto de Veracruz. Aparte de esta función de movilización mineral, el CRTA será escenario del transitar de la movilidad y el reasentamiento humano de la época. El control del territorio por parte de los invasores se va a ceñir a este camino y sus alrededores: ciudades y asentamientos junto a las minas, haciendas que las proveen, iglesiasfuerte, cuarteles. El CRTA es camino, y es frontera, línea de control único y vital. Según el CRTA sigue extendiéndose hacia el norte, incentivado por el descubrimiento de las minas de Zacatecas en 1546 y posteriormente con las de Guanajuato entre 1554 y 1556, una población móvil, nómada, se convierte en problemática cuando utiliza el Camino en su propio provecho desafiando su función sistémica. Los pueblos chichimecas, situados al norte de Zacatecas, serán durante la última mitad del s. XVI un reto para el proyecto de control colonial, y para el sistema imperial en su conjunto. Atacando el Camino, dificultan el transporte de mercancías, el asentamiento, el control de otros pueblos en resistencia. El “problema chichimeca” constituye un problema para la visión hegemónica, poniendo en cuestión el funcionamiento (y por ende, la lógica constitutiva) del Camino. Alrededor de este grupo poblacional problemático se van a ensayar dos tipos de políticas: durante 1570 a 1585, la guerra a sangre y fuego. Reforzando las características de sus modelos de conquista militar, se permite la persecución, esclavitud, y exterminio de los pueblos en resistencia. Esta aproximación no tuvo repercusiones relevantes, y será a partir de 1585 cuando se inaugure una nueva perspectiva: la pacificación mediante “compra”. El rol de las órdenes religiosas se torna central, y mediante técnicas no (tan) violentas, consiguen neutralizar el conflicto a gran escala. Cualquiera de las dos aproximaciones perseguía el mismo fin, aunque tenía funciones distintas que otorgar a las poblaciones objetivo de su gobierno.
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Ambas perspectivas, paradigmas de las políticas públicas coloniales hacia el control y gestión de la movilidad, serán las precursoras en nuestra argumentación de las doctrinas de la Seguridad Nacional y de los Derechos Humanos contemporáneas. Más allá de otros debates sobre esta aproximación, merece destacarse que en ambos momentos emerge, se hace visible sobre un Camino un grupo problemático, bárbaro, móvil, desplazado, menor… pero necesario: un sujeto subalterno merecedor de ser gobernado. TABLA 1. CHICHIMECAS VS. INDOCUMENTADAS/OS
Indocumentada/o (s. XXI)
Chichimeca (s. XVII)
Caracterización
"Ilegal"
"Bárbaro"
Espacio de aparición
La Bestia
Camino Real Tierra Adentro
Problematización
Atraviesa territorio ajeno, y privado
Habita y transita suelo codiciado
Ingresa a territorio hegemónico
Resiste la conquista/colonización
Aprovecha los Caminos
Ataca los Caminos
Afecta caminos y fronteras
Afecta al camino/frontera Forma de vida, conocimiento del territorio y armas, lo hace enemigo elusivo y peligroso
Abordaje
Sujeto de políticas (control/gestión)
Sujeto de políticas (sangre/paz) Fuente: Bakewell (1991). Elaboración propia.
2. LA FUNCIONALIDAD DE LA MIGRACIÓN INDOCUMENTADA: APROXIMACIONES HACIA UN SUJETO/OBJETO SUBALTERNO GLOBAL. Los procesos migratorios aparecen y desaparecen, se transforman, mutan, se hacen sistémicos. Resulta para mí poco trascendente centrarse en sus particularidades actuales sabiendo que más pronto que tarde estas cambiarán. Resulta más interesante adoptar una mirada amplia del fenómeno, atendiendo a sus razones estructurales y sistémicas. Interesa más el fondo, que las formas. Sin embargo, en unas pocas líneas podemos trazar los rasgos constitutivos del grupo contemporáneo que nos interesa: la clase de migración que se traslada en La Bestia. Porque hay formas de migrar y formas, las personas que viajan en la Bestia podrían considerarse las más desfavorecidas. No sólo viajan sin documentos, como muchas otras, sino que además tampoco cuentan con los recursos suficientes para trasladarse en otros medios más cómodos o seguros. Eso las pone en la situación de mayor vulnerabilidad. Serán víctimas del crimen organizado, tanto del público como del privado, con toda su variedad y jerarquía: maras, cárteles, minutemen, la migra, militares, policías, comerciantes, vecinos, otros migrantes. Pueden caer de La Bestia, o ser empujados. Inyectarse un anticonceptivo intravenoso se convierte en costumbre para las mujeres ante el alto riesgo de ser violadas. Su camino está marcado por la violencia hasta límites que nos son difíciles de imaginar, cada segundo de 4
cada día. Por supuesto surgen en su seno resistencias, particularidades, redes y alternativas, que no interesa tratar aquí. Estas son las personas migrantes que no vemos salvo en aquellas panorámicas, a quienes apenas escuchamos y entendemos mal. Son mostrados selectivamente, de forma conflictiva o amenazadora, siempre silenciados, para justificar la adopción de políticas públicas que minimicen su sufrimiento y aprovechen su potencial. Su mera existencia y conveniente visibilidad legitima la organización de un cuerpo de instituciones, normas, prácticas y discursos para gestionar su desorden. En la emergencia de esta migración podemos identificar la emergencia de una estructura cuya función va a ser naturalizarla en todas sus formas, instrumentalizarla como insumo del sistema hegemónico, y borrar cualquier vínculo histórico con sus reales causas. En la emergencia de este sistema global, la migración indocumentada es la base sobre la que lo demás se construye. Podría decirse que su función sistémica más relevante, habida cuenta que en este mundo casi todo acaba siendo cuestión de racionalidad económica, es la de control de la inflación estructural en los países de destino.3 Por supuesto, sus efectos beneficiosos no quedan aquí, y son múltiples: las remesas, el rejuvenecimiento poblacional, el sostenimiento de los sistemas de previsión social, las cifras de desempleo… Pero nos olvidamos no sólo de los dramas que provoca hoy día (la desintegración familiar, la precariedad, la xenofobia), sino los dramas a partir de los que es continuamente provocada: la tremenda y creciente desigualdad entre regiones y países, la violencia sistémica, y la desesperación. Esas son las condiciones, los dominios de la máquina colonial del poder que diría Mignolo (2000), que permiten la construcción de ese Otro subalterno: la economía, la autoridad política, el conocimiento y las subjetividades, la naturaleza, el género y la sexualidad. Una otredad subalterna que el mismo Mignolo señala se produce, a partir de esos dominios, mediante enunciado (discurso) y enunciación (conocimiento). Se podría añadir como causas la desigualdad, la violencia, y la desesperación de las regiones del Sur global, en las que tiene una implicación activa el mundo Norte global: no son naturales, ni objetivas, ni neutrales. Hay muchas razones para migrar, pero muy pocas pueden ser consideradas naturales. Incluso las climáticas, hoy día, son producto de nuestra civilización. Si interpretamos las migraciones desde una perspectiva que las considere no como actos voluntarios, razonados, o normales, sino como desplazamientos forzados en muchos sentidos (con la migración indocumentada en el centro), nuestra forma de entenderlas podría variar. Así junto a Sandoval (2009) podemos establecer conexiones con el proceso histórico de formación de otros sujetos subalternos más o menos globales, funcionales a la etapa correspondiente del desarrollo del modelo capitalista: las/os chichimecas, la esclavitud y la explotación de los pueblos indígenas se corresponden con la fase de acumulación originaria del capitalismo; los trabajadores coolies, el “indentured labour”4, o el Programa Bracero, con la etapa de acumulación ampliada. Los indocumentados son el insumo laboral básico en esta etapa de acumulación flexible. A lo largo del tiempo va cambiando la categoría de los excluidos, los grupos poblacionales marginales, subalternos. Siempre con sus dos caras: chivo expiatorio de todo mal en lo visible, y remedio invisibilizado para otros tantos males ocultos. Una paradoja que se extiende a la forma en que su presencia y visibilidad se abordan: justificando a partir del discurso de los DD.HH. una mirada aún coercitiva y utilitarista. Esta población, y su planteamiento
El empleo de personas indocumentadas facilita el control salarial de los estratos básicos de una economía. Siendo este sustrato el que define los incrementos y diferencias para los estratos superiores de la misma, la migración indocumentada permite que los salarios de una economía se mantengan con pocos incrementos. 4 Tanto el trabajo coolie como el indentured son sistemas laborales ideados tras la abolición de la esclavitud, que en el fondo mantienen parte de su sentido. Se trata de acuerdos escritos y legales, en forma de contrato, que obligaban a la prestación del trabajo y al desplazamiento necesario, y fueron utilizados para la movilización de millones de trabajadores asiáticos desde las excolonias británicas durante los siglos XVIII y XIX. Ver McKeown (2004) 3
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problemático, facilitan la emergencia de un sistema (instituciones, doctrinas, discursos) basado en justificarlo, naturalizarlo, e instrumentalizarlo convenientemente. . 3. NATURALIZANDO LA HEGEMONÍA Y LA COLONIALIDAD: EMERGENCIA DE UN SISTEMA GLOBAL DE CONTROL Y GESTIÓN DE LAS MIGRACIONES. La problematización acerca de la colonialidad subyacente a la irregularidad migratoria lleva a analizar el surgimiento y las implicaciones del discurso sobre la gobernabilidad de los contingentes indocumentados, como paradigma complementario más que antagónico de la clásica doctrina de la seguridad nacional5. Avanzamos entonces hacia la exploración de las nociones que han prevalecido para definir, justificar, y abordar la naturaleza de las migraciones, así como en el surgimiento de la migración indocumentada como problema central y global. Las instituciones desde donde surge este discurso, y su perspectiva ideológica subyacente, serían síntoma y resultado de una estructura de poder de larga duración que puede caracterizarse desde la colonialidad de Quijano, la hegemonía gramsciana, o la larga duración de Braudel. A partir de la construcción de un grupo problemático, se justifican nuevos mecanismos de control y vigilancia de la migración en sentido amplio, amparados en la lógica de la “gestión” (funcional con el modelo liberal de desarrollo, el sistema económico y la división internacional del trabajo –Santi, 2011- ), y en el discurso de los Derechos Humanos. Una de las doctrinas que se han utilizado para el abordaje del problema de la migración indocumentada, ha sido la de la Seguridad Nacional. Esta doctrina está fuertemente ligada a EE.UU. y la Unión Europea. Enfatiza el control y la seguridad, bajo una lógica de militarización de las fronteras, criminalización y persecución de las personas migrantes, dispositivos de control electrónicos y tecnológicos, y externalización a países limítrofes, bajo acuerdos comerciales, de controles preventivos y acuerdos de repatriación. Este paradigma refuerza la imagen de la migración como peligro a ser controlado, por lo que se caracteriza por su escasa o nula atención al respeto a cualquier derecho, y en el uso justificable de la violencia. Por otro lado, a partir de la noción que en su momento planteó la Comisión Trilateral, la doctrina de la gobernabilidad de las migraciones se vincula fuertemente con el discurso de los Derechos Humanos (Meissner, Hormatts et al, 1993). Bajo esta perspectiva, la migración indocumentada ha de ser gobernada convenientemente, potenciando sus posibilidades y reduciendo sus peligros. Pero este gobierno ordenado y lógico debe serlo según unas determinadas reglas, nociones, y mejores prácticas, que sean aceptadas internacionalmente. Este papel lo ha ido asumiendo, y detenta actualmente, la Organización Internacional para las Migraciones. El análisis de esta organización remite a su origen privado y bilateral, y a su orientación Occido-céntrica que ejerce cada vez con mayor autoridad. Enarbolando el discurso de los DD.HH. imposibilita el cuestionamiento de sus prácticas, que grosso modo se centran en promover y facilitar la adecuación de las normativas migratorias globales hacia los intereses económicos y marcos legales de las grandes regiones hegemónicas (Mezzadra, 2003). En ese marco la Organización Internacional para las Migraciones (como institución representante de la colonialidad migratoria6) adquiere, según Santi, una “función legitimadora de los discursos en la construcción de políticas migratorias que buscan “beneficios para todos” en un contexto internacional y de desarrollo desigual”. Se podría pensar que ambas doctrinas están enfrentadas, pues parten de concepciones en apariencia antagónicas con respecto al control y/o gestión de la migración. Pero nada más lejos de la realidad. Hay que señalar que en la evolución de estas doctrinas, y mostrando su cercanía más que su pretendido antagonismo, México ha sido el primer país del mundo en adoptar el concepto de “Seguridad Humana”, propuesto por la OIM. Es evidente en este concepto la interrelación de los paradigmas considerados. 6 Sugiero que se trata de una organización que bajo su supuesto carácter multilateral, replica tanto en sus bases fundacionales como en sus dinámicas de funcionamiento, una visión eminentemente occidental que bajo supuestos de racionalidad universal se implanta en países y sectores estratégicos a los intereses de las regiones hegemónicas. 5
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Resultan más bien complementarias, pues mientras la Seguridad Nacional se mantiene como paradigma dominante para las fronteras externas de las regiones hegemónicas, los DD.HH. sirven para adecuar convenientemente los países de origen, en términos de su eficiencia y eficacia a la hora de remitir personas hacia el Norte global. Ejemplo paradigmático de esta imbricación funcional y sistémica, es, de nuevo, México, laboratorio permanente para la aplicación hegemónica de innovadoras políticas públicas. Se trata del primer país del mundo en asumir la doctrina de la Seguridad Humana, noción propuesta desde la OIM. Aún es pronto para caracterizarla pero el nombre en sí a estas alturas ya resulta bastante sugerente. 4. CARTOGRAFÍAS DEL SISTEMA HEGEMÓNICO GLOBAL Entonces, hasta el momento he tratado de presentar las líneas teóricas fundamentales que van a ser tenidas en cuenta para problematizar nuestro objeto de estudio: la colonialidad de las migraciones indocumentadas. Partimos de un pretexto inicial, que nos permite introducir y justificar tentativamente la pervivencia de estructuras y dinámicas que podrían interpretarse desde esta perspectiva. Vemos, nos percatamos de la migración indocumentada a partir de su imagen apocalíptica, a lomos de la Bestia. A partir de su emergencia, y a través de un mapa, comprobamos la coincidencia entre las rutas modernas y las coloniales. Espacios privilegiados de análisis, próximos en cuanto a su relevancia para el establecimiento de políticas relacionadas con el control de territorios y poblaciones. Sobre estos caminos, para el mantenimiento de su función sistémica, se han ejercido distintos paradigmas de control y gestión, divididos en ambos momentos históricos entre el ejercicio fuerte, o débil, de la soberanía hegemónica vigente. En ambos momentos, se hace necesario ejercer y justificar un orden de poder desigualmente repartido, y gestionar poblaciones que emergen como problemáticas por la hegemonía, y al mismo tiempo son imprescindibles para mantenerla. Estas continuidades me permiten una aproximación al fenómeno contemporáneo de la migración indocumentada en términos de su colonialidad. Obligan a situar a este sujeto/objeto problemático en el centro del análisis, pues es con su emergencia que podemos reinterpretar la migración en su sentido más amplio, prestando atención a las estructuras que naturalizan, justifican, e instrumentalizan su existencia. Es alrededor de este fenómeno, de forma principal, que existen hoy día la doctrina de la Seguridad Nacional, y la de la los Derechos Humanos. Las dos partes de las que constaría el Sistema Hegemónico Global de Control y Gestión de las Migraciones. Ahora bien: más allá de revelar, nombrar, caracterizar y problematizar este Sistema, es importante en este punto retomar la importancia que los mapas han tenido para el devenir de esta investigación. La problematización teórica debería permitir un nuevo relacionamiento entre ambas metodologías, en una especie de avance combinado o compartido. La construcción y utilización de mapas podría permitir representar los alcances y relaciones que se producen en los procesos migratorios por efecto de las políticas, las emergencias, los discursos, los acuerdos de comercio, los recursos energéticos, los mercados de trabajo, entre muchos otros. En ese sentido, utilizo la noción de cartografía crítica a partir del trabajo de Montoya Arango (2007) para plantear una propuesta metodológica que acompañe al desarrollo teórico-conceptual de la tesis. La cartografía crítica recupera la relevancia histórica de los mapas como herramienta político-epistémica, tratando de subvertir su tradicional rol de justificadores de visiones e intereses dominantes. Plantea la posibilidad de apropiarse del mapa y objetivarlo, cuestionando sus patrones de elaboración, las leyendas, los colores, el centralismo occidental. Así, la representación contenida en los mapas se abre al proceso colectivo y participativo. Los mapeos de nuestras realidades permiten la entrada de sentimientos, de experiencias, de conocimientos identitarios. No hay dos mapas críticos iguales. Por tanto, mi propuesta de mapeos incluirá dos vertientes. Una individual, teórico-epistémica podría decirse, realizada mediante un software libre de PC (gvSIG), en base a la problematización de la tesis. Con 7
ella se realizarán mapeos de México y la región centroamericana, representando alcances y tratando de conectar relaciones, entre políticas y programas (relacionadas con la migración, con especial interés por las económico-comerciales), organizaciones, lugares de violencia, lugares de apoyo, lugares de remesas, centros de detención, rutas y sus cambios, etc. Algunos de los primeros mapas individuales, teórico-epistémicos, realizados son presentados en Anexo7. Han de disculpar su apariencia de poca profesionalidad, no tenía experiencia previa en el manejo de este tipo de programas ni metodologías. En sí mismos, hasta ahora no dicen mucho, muestran lo que podría llamarse la parte fácil, puntos, rutas y relaciones conocidas. Pero su intención es seguir ampliándose, tanto en el detalle como en su transformación histórica, y llegar a ver por ejemplo cual ha sido el efecto del Plan Frontera Sur en el cambio de las rutas, si se mantiene la llegada a centros de Organizaciones de la Sociedad Civil (la gran mayoría de orientación religiosa, y muchos muy cercanos a las vías) o estas se relocalizan; la situación de los centros de recepción de remesas, un fenómeno muy interesante; y en resumen, las relaciones, emergencias y construcciones alrededor del fenómeno de la migración indocumentada. Por otro lado, planteo la realización de mapeos participativos y colaborativos por parte de las personas migrantes indocumentadas. Este ámbito es el fundamental de esta propuesta metodológica, pues representa y quiere resaltar la experiencia de las y los migrantes indocumentada como conocimiento. Al nivel y la importancia del conocimiento académico también imprescindible para una investigación. Supone dar su espacio al conocimiento subalterno, a la voz y la presencia invisibilizadas. Para ello, se seleccionaron 3 albergues, cada uno en una región del país (Huixtla, Chiapas, en el sur; San Luis Potosí, en la región centro; Altar, Sonora, en el norte). Estos mapeos serán llevados a cabo sobre distintas territorialidades (regional, nacional, y local), cada uno de ellos según técnicas distintivas. En estos mapeos mi función es la de facilitador: el mapeo en su totalidad, la información que se muestre/oculte, y el uso del resultado final, queda en manos del colectivo. Hay que destacar que es la primera vez que se plantea la generación de mapeos participativos con personas migrantes indocumentadas en México, si bien la cartografía participativa cuenta en el cono sur del continente con el colectivo Iconoclasistas (2013) como referente de otras varias iniciativas académico-comunitarias. Los mapas nos han mostrado, y muestran, distintas imágenes e interpretaciones del mundo. Su potencialidad transformadora radica en que podemos aprehenderlos para el fin de nuestros propios propósitos, aunque son sin duda arma de doble filo. Su utilización crítica apunta a complementar los avances de nuestras investigaciones, con la finalidad de tener miradas más amplias sobre procesos y fenómenos tan complejos. Quizás la permanente tendencia a la superespecialización de los estudios, a la disección del fenómeno en miles de pequeños segmentos imposibles de relacionar si no es bajo esa mirada amplia, encuentre en los mapas soportes en torno a los cuales reconstruir nuestras miradas decolonialmente. BIBLIOGRAFÍA Bakewell, P. (1991). El sistema colonial en la América española. Barcelona: Crítica. Casillas, R. (2008). The routes of central americans through México: characterization, principal agents and complexities. Migración y Desarrollo, 10: 157-174. Recuperado el 15 de mayo de 2013 del sitio web de Redalyc: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=66001007. 7
Todos los mapas son de elaboración propia, mediante el programa de código libre gvSIG 1.1. Este programa funciona mediante capas de datos individuales para cada ámbito representado. Se han obtenido datos de fuentes como Casillas (2008 ), la página web del Servicio Jesuita al Migrante, el Instituto Nacional de Migración (Rodríguez Chávez et al, 2011), y la página web del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Mediante su selección y tratamiento, se han elaborado las capas convenientes para esta investigación.
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MAPA 3: PRINCIPALES RUTAS, Y CENTROS DE DETENCIÓN A 2000.
MAPA 4: PRINCIPALES RUTAS, Y CENTROS DE DETENCIÓN A 2005.
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MAPA 5. PRINCIPALES RUTAS, CENTROS DE DETENCIÓN A 2005, Y CINTURONES DE SEGURIDAD.
MAPA 6. PRINCIPALES RUTAS, CENTROS DE DETENCIÓN A 2005, CINTURONES DE SEGURIDAD, Y OSC’S.
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