“La clase social de los hogares argentinos. Reconstruyendo el perfil de la estructura de estratificación social de Argentina a comienzos del siglo XXI”

July 17, 2017 | Autor: Lautaro Lazarte | Categoría: Clase Obrera, Movilidad social, Estratificación social, Clases Medias, Clases Sociales
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Descripción

I CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE SOCIOLOGÍA “Nuevos protagonistas en el contexto de América Latina y el Caribe” Campus Resistencia. Universidad Nacional del Nordeste Chaco 29, 30 y 31 de Octubre de 2014

Mesa: "Mesa Nº 26: Análisis de clases sociales en América Latina: teorías, metodologías y temáticas actuales." Título: “La clase social de los hogares argentinos. Reconstruyendo el perfil de la estructura de estratificación social de Argentina a comienzos del siglo XXI” Autores: Pablo Dalle, Joaquín Carrascosa, Lautaro Lazarte, Pablo Mattera y Germán Rogulich*

Resumen

La mayoría de los estudios actuales que reconstruyen la estructura de estratificación social y analizan las pautas de movilidad social intergeneracional en Argentina, utilizan unidades de análisis individuales: las personas que componen la PEA ocupada o las personas mayores de 25 años con ocupación actual o la última desarrollada. En este estudio partimos de la necesidad de tener una visión ampliada de los procesos de posicionamiento de clase y movilidad social intergeneracional reconstruyendo la clase social del hogar. El trabajo persigue dos objetivos relacionados: i. describir el perfil de la estructura de clases en Argentina utilizando como unidad de análisis a los hogares. ii. analizar pautas de movilidad social intergeneracional desde y al interior de las clases populares en la Argentina focalizándonos en las diferencias que se observan cuando se utilizan a los hogares en vez de a los individuos como unidad de análisis. En el caso de los hogares en los cuales ambos cónyuges tienen una inserción ocupacional, dicho análisis implica reconstruir una tipología de la clase social del hogar. Para realizar el trabajo, se utilizó una metodología cuantitativa basada en el análisis de datos de la encuesta de Estratificación y movilidad social de 2007 dirigida por el Dr. Raúl Jorrat en el Instituto de Investigaciones Gino Germani.

1

* Pablo Dalle: Dr. en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Investigador del Instituto de Investigaciones Gino Germani / CONICET. [email protected] Joaquín Carrascosa: Estudiante de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. [email protected] Lautaro Lazarte: Estudiante Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. [email protected] Pablo Mattera: Estudiante Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. [email protected] Germán Rogulich: Estudiante Sociología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. [email protected]

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Introducción

Esta ponencia se enmarca en un estudio mayor cuyo objetivo general es analizar cambios y continuidades en las condiciones de reproducción y movilidad social de las clases populares en el contexto de dos etapas diferentes de desarrollo económico: i.) la década de 1990´ caracterizada por la apertura de la economía, privatización de empresas del estado y endeudamiento externo para sostener un tipo de cambio sobrevaluado, y ii.) la primera década del siglo XXI en la que hubo un giro en el modelo de desarrollo orientado a favorecer al sector productivo (la industria y el agro), sin llegar a adquirir los contenidos

altamente

proteccionistas

de

la

industrialización

por

sustitución

de

importaciones. La reorientación del papel económico del estado generó el marco propicio para un elevado crecimiento económico apoyado en la exportación de commodities y sobre todo en la expansión del mercado interno. En este contexto, el estudio se propone analizar si los cambios en el modelo de desarrollo en el período 2003-2013 le han otorgado un nuevo impulso a procesos de movilidad social ascendente individuales y colectivos en las clases populares. Este proyecto forma parte del Programa UBACyT 2013-2016 en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, bajo la dirección del Dr. Pablo Dalle. En el marco del citado proyecto, el objetivo de esta ponencia es describir el perfil de la estructura de clases de Argentina actual tomando como unidad de análisis el hogar. Nos focalizaremos en identificar qué diferencias se observan en la composición de las clases sociales, en especial en las clases populares y en las pautas de movilidad social intergeneracional desde las mismas cuando se utiliza como unidad de análisis a los hogares en vez de los individuos de ambos sexos mayores de 25 años y menores a 65. El trabajo busca discutir con la noción de “círculo vicioso de la pobreza”, o con otras similares como “crecimiento de la segmentación social” según la cual aún en etapas de crecimiento económico y demanda de empleo el segmento marginal de las clases populares presenta un mayor alejamiento de los mecanismos de regulación laboral y de los sectores medios (Salvia, 2007); bajo la hipótesis de que en el contexto de un modelo de desarrollo económico que favoreció el crecimiento del empleo registrado y la redistribución del ingreso a las clases populares y medias, se abrieron canales de ascenso social desde el estrato no calificado y precarizado de las clases populares a la clase trabajadora consolidada. Por lo general, no se precisa qué nivel de movilidad social ascendente es necesario para que una sociedad sea considerada abierta, en este caso, 3

planteamos que si es mayor la tasa de ascenso social a la clase trabajadora consolidada que la reproducción en la fracción no calificada y precarizada de las clases populares, esto implica que la estructura de clases no está segmentada sino más bien que existen intercambios fluidos de corta distancia entre las fracciones de clase popular, y la dirección de estos movimientos depende del carácter incluyente o excluyente del modelo de desarrollo económico (Dalle, 2014). A través del análisis de la composición ocupacional de los miembros del hogar buscamos aproximarnos a una comprensión más amplia de las clases sociales. El supuesto que guía el estudio es que al tomar el hogar como unidad de análisis, la fracción más baja de las clases populares es menor porque existe una mayor probabilidad de que algún miembro del hogar tenga un empleo registrado y por lo tanto esté conectado con mecanismos laborales tales como seguridad social, convenios colectivos de trabajo y representación sindical que mejoran las condiciones materiales de vida y amplían el abanico de oportunidades de vida.

Fuente de datos y tipo de análisis Para realizar el trabajo, se utilizó una metodología cuantitativa basada en el análisis de micro-datos de la encuesta de Estratificación y movilidad social de 2007 dirigida por el Dr. Raúl Jorrat en el IIGG. La misma cuenta con datos sobre la ocupación principal actual o última –en caso de ser jubilados o desocupados- de los encuestados/as y su cónyuge y la de su padre y madre cuando el encuestado/a tenía 16 años. En la base de datos, contamos con la codificación de las ocupaciones de ambas generaciones de la familia según la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones-1988 (CIUO-88)1. La estrategia metodológica utilizada permite reconstruir a partir de unidades individuales la estructura de posiciones de clase, entendida como una “estructura de oportunidades” de movilidad social a nivel general de la sociedad (Sautu, 2003; Jorrat, 2000). Hemos filtrado la base de datos con respecto a la edad, limitando esta al intervalo de 25 a 64 años. Este procedimiento se justifica en que a la edad de 25 años, las personas alcanzan un mínimo de estabilidad laboral, lo cual brinda una imagen aproximada de su pertenencia de clase.

1

Dicha codificación fue elaborada por Manuel Riveiro, quien pertenece al grupo de investigación del área de estratificación social del Instituto Gino Germani.

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Qué son las clases sociales y cómo medirlas

Las clases sociales constituyen un componente central de la estructura social de un país2. Son agrupamientos de colectivos poblacionales que comparten una posición similar en la estructura económica a partir del control o exclusión de ciertos recursos que se valorizan en esa estructura y que brindan, a la vez, oportunidades de vida y poder desigual. Poseen por un lado un carácter objetivo y otro subjetivo o superestructural que refiere a formas comunes de obrar y actuar.3 Las clases sociales no son grupos sociales o colectivos aislados unos de otros, son por el contrario relaciones sociales, en la medida en que la apropiación de recursos por parte de los miembros de una clase, implica la existencia de mecanismos de cierre social que excluyen a otros de dichos recursos. El rasgo distintivo de la estructura de clase “es el poder y las relaciones sociales que se establecen a raíz de la producción económica” (Sautu, 2011: 129). La posesión de estos recursos confiere poder y permiten monopolizar oportunidades. A su vez, las clases sociales crean experiencias comunes y campos de interacción que condicionan la vida de las personas y sus descendientes (Sautu, 2011). En los enfoques contemporáneos, tanto de raíz marxista –por ejemplo el de Erik Olin Wright (1983, 1992)-, como de inspiración weberiana –el de John Goldthorpe (1992, 2002)-, coinciden en que el control de los recursos de capital, autoridad y calificaciones, genera una estructura con posiciones de clase jerárquicamente diferenciada, donde los conjuntos poblacionales disputan por su apropiación. Tal como plantea Wright (1983), las clases no pueden ser definidas por fuera de la lucha de clases, es decir, que en la estructura económica, ellas existen en contraposición unas con otras.

2

El término estructura social se refiere también a la composición etaria, por sexo y migratoria además de la estructura de clase de una sociedad. 3 Muchos autores han descripto el doble carácter de las clases sociales: Germani (1955) señala criterios estructurales y psico-sociales, donde los segundos refieren principalmente a la autoidentificación de los miembros de cada ocupación con una clase en particular y el sistema de actitudes que reproduce normas y valores de una clase en diferenciación con otra. También para el marxismo, las clases sociales tienen un doble componente: estructural y superestructural. Para Marx (2000) los campesinos franceses eran una clase en si porque compartían condiciones materiales de vida y tenían intereses materiales comunes según su posición en las relaciones de producción pero no constituían una clase para sí porque no tenían conciencia de clase y por ende carecían de organizaciones que los representen políticamente.

5

Retomando el enfoque de estos estudios concebimos al análisis de clase como una herramienta esencial para entender los fundamentos de la desigualdad social y la transmisión intergeneracional de oportunidades de vida (Dalle, 2012). Si por un lado, en los enfoques marxistas, las clases sociales se constituyen dentro de las relaciones de producción, para los weberianos, es el mercado el ámbito donde estas se definen. Sin embargo, ambos enfoques confluyen en el carácter relacional de las clases “según la cual las posiciones en la estructura de clases se definen a partir de la inserción ocupacional y el control/exclusión de recursos económicos” (Dalle, 2011: 65). Por un lado, los weberianos entienden a esos recursos y a la inserción ocupacional como mecanismos de exclusión o cierre, y por otro, los marxistas los analizan como fuentes de explotación de una clase sobre otra. Sin embargo, a los fines de un estudio de movilidad social, el análisis de las fronteras de clase medidas por la propiedad de capital, la autoridad o la calificación pueden corresponder a cualquiera de los dos enfoques. La clásica división de las clases sociales para el marxismo, ha entrado en cuestionamiento por el aumento exponencial de las clases medias, fenómeno que resulta difícil de explicar utilizando sólo la división burguesía-proletariado. Para solucionar este conflicto teórico, Wright (1983) plantea la existencia de posiciones entre esas dos grandes clases y las denomina posiciones contradictorias de clase. Se refiere a que, si por un lado, la burguesía posee los medios de producción y los trabajadores poseen su fuerza de trabajo para vender, han surgido posiciones intermedias que cumplen parcialmente esas definiciones. Por ejemplo, los directivos altos y medios refieren a situaciones contradictorias porque, si bien poseen un grado de autoridad que les permite “separarse” del resto de los trabajadores asalariados, no poseen la propiedad de los medios de producción. Algo similar sucede con los profesionales y técnicos, que han acaparado credenciales educativas, las cuales los ponen en posiciones diferentes tanto a la clase obrera como a los capitalistas. En este trabajo recuperamos los estudios de Germani (1955; 1963) quien desarrolló un esquema de estratificación de clases a partir de la inserción ocupacional de la población que es útil para pensar cómo se estructura la desigualdad en la sociedad argentina. Por un lado, identifica tres grandes clases sociales –clase alta, clases medias y clases populares- pero a la vez permite describir las fracciones de clase al interior de las mismas. El enfoque de Germani, combina una visión gradacional con una relacional de las clases sociales a la vez que sus análisis empíricos permiten comprender la influencia de distintos procesos macro sociales como el tipo de desarrollo económico y las 6

corrientes migratorias en la conformación de la estructura de estratificación social de un país, tanto en lo referido al volumen y composición de las clases sociales, al nivel de apertura de la estructura, como a sus formas de organización, comportamientos e idiosincrasia. En sus palabras: “En cada momento la estructura de clases de un país lleva la impronta de su historia, a veces de una historia ya remota, y siempre la del desarrollo económico y social de dos o tres generaciones” (Germani, 1955: 142). El nivel de integración o diferenciación, de apertura o cierre de la estructura de clases de una sociedad varía según el tipo de modelo de desarrollo económico que influye en la distribución de recursos entre las distintas clases, condicionando las condiciones de vida y las oportunidades de ascenso social desde los estratos de clase popular (Dalle, 2014).

El esquema de posiciones de clase utilizado

El esquema de posiciones de clase utilizado se basa en una reelaboración del esquema desarrollado por Germani (1955) actualizada por Dalle y Palomino (2012) y Dalle (2012) a la sociedad argentina de comienzos del siglo XXI. En esta ponencia, hemos incorporado a este esquema la condición de empleo registrado / no registrado en la seguridad social de los trabajadores asalariados, bajo el supuesto que el mismo contribuye a definir mejor fracciones de clase al interior de las clases populares según condiciones materiales y chances de vida para las familias y sus descendientes. Los indicadores que utilizamos para la construcción del esquema son: 1.

Categoría de ocupación, lo que nos permitió ubicar a los encuestados en las

relaciones de producción (asalariado, cuenta propia o propietario). 2.

Los propietarios de capital fueron distinguidos entre sí por el indicador proxy

“cantidad de empleados del establecimiento”. 3.

Los trabajadores asalariados y cuenta propia se han clasificado según el CIUO-88.

Esto nos aportó información sobre el tipo de trabajo (manual / no manual) y nivel de calificación del mismo. 4.

Nivel de autoridad: indicador utilizado para identificar grupos ocupacionales

directivos y gerenciales.

De la combinación de estos indicadores se conformaron los grupos ocupacionales presentados en el cuadro 1. A partir de estos estratos, conformamos las grandes clases sociales que detallaremos a continuación. 7

Clase alta4: está compuesta por grupos que poseen una gran acumulación de capital o tienen un alto nivel de autoridad al interior de los procesos de organización del trabajo en grandes empresas o el Estado. Está integrada por grandes empresarios (de establecimientos con 50 o más empleados) y gerentes generales de empresas grandes o funcionarios estatales de alto rango.

Clases medias: en estas podemos distinguir por un lado, trabajadores asalariados que poseen ocupaciones de tipo no manual y por el otro, un sector autónomo compuesto por pequeños y medianos propietarios de capital que ocupan a menos de 50 empleados y grupos que desempeñan su ocupación por cuenta propia, ya sean calificados o que cuenten con un local con firma establecida o equipo propio para desarrollar las tareas laborales. Las clases medias se caracterizan por ser heterogéneas, lo que lo ha llevado a Germani a distinguir entre un segmento superior y otro inferior. El autor justifica dicha distinción en base a criterios de “prestigio social” y “tipo de existencia” (Germani, 1955).

El estrato medio superior está conformado por quienes poseen credenciales profesionales y/o se encuentran en posiciones donde organizan o contribuyen al proceso de organización del trabajo (autoridad). Al controlar estos recursos, poseen ingresos comparativamente superiores a otros asalariados, además de niveles de mayor autonomía y decisión sobre tareas laborales. Encontramos aquí a los profesionales, tanto asalariados como autónomos y los directivos de nivel medio. Por otro lado, hemos incluido en este grupo a la llamada “pequeña y mediana burguesía”, conformada por empresarios que dirigen establecimientos que tienen entre 5 y 49 empleados.

El estrato medio inferior está compuesto por aquellos sectores generalmente asalariados como técnicos, empleados administrativos y docentes. Por el lado de los autónomos, ubicamos en este sector a los microempresarios que poseen establecimientos que no superen los 4 empleados, así como los trabajadores cuenta propia, que poseen local propio o aquellos que no lo poseen pero tienen capacitación técnica para realizar trabajos mejor remunerados. Según Germani (1955), luego de la segunda posguerra, la parte

4

8

El método de encuesta tiene dificultades para captar el volumen y composición de la clase alta.

asalariada de este grupo ha tendido a actuar de manera similar a los obreros, sobre todo en lo referido a la organización sindical y a la legislación del trabajo.

Clases populares: está conformada por personas asalariadas o cuenta propia que llevan a cabo tareas manuales. Dentro de este sector, hemos distinguido dos fracciones por calificación y condición de registro/no registro del trabajo asalariado. Los obreros (en tanto asalariados) han sido distinguidos tanto por su calificación como por el registro o no de su empleo mientras que los trabajadores cuenta propia se han diferenciado según posean o no oficios.

El estrato de clase popular consolidada corresponde a los obreros calificados de las ramas de manufactura, logística/transporte, servicios básicos, construcción y comercio y servicios personales que están insertos en la seguridad social. Además incluye a los artesanos con oficio sin local que se desempeñan de manera autónoma. Los trabajadores del sector asalariado de este estrato se encuentran insertos en redes institucionales que les garantizan mejores condiciones de vida y una mayor estabilidad laboral mediante el acceso a negociación de convenios colectivos de trabajo.

El estrato de clase popular precarizada está integrado por trabajadores de los mismos sectores productivos mencionados anteriormente, aunque con empleos no registrados. También integran esta fracción los trabajadores cuenta propia no calificados sin local, los trabajadores no calificados (tanto registrados como no registrados), y por último los trabajadores de servicio doméstico. Esta es una fracción compuesta por trabajadores que se encuentran por fuera de los mecanismos de protección institucional, lo que los ubica en una situación de mayor precariedad e inestabilidad. Hemos elegido colocar en este estrato a los trabajadores no calificados registrados bajo el supuesto de que el criterio de calificación es más estable y da cuenta de procesos estructurales de más larga duración como el desarrollo industrial- que la condición de registro, la cual puede estar más asociada a situaciones más coyunturales como los regímenes de empleo promovidos desde el Estado (Palomino, 2010) De esta clasificación resulta el siguiente esquema:

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Cuadro 1: Inserción de los grupos ocupacionales en el esquema de posiciones de clase CLASE ALTA Grandes propietarios (+50 empleados) Gerentes generales CLASE MEDIA AUTÓNOMA

ASALARIADA Superior

Profesionales autónomos Pequeños propietarios (5 - 49 empleados

Profesionales asalariados Directivos (Nivel de autoridad medio) Inferior

Micro empresarios (1 - 4 empleados) Cuenta propia con local y calificados sin local

Técnicos Docentes secundarios Docentes primarios Empleados administrativos

CLASE POPULAR CUENTAPROPIA

ASALARIADOS Consolidada

Artesano con oficio REGISTRADA Manufactura Logística y servicios básicos Construcción Comercio y servicios personales Precarizada Cuenta propia no calificado sin local

NO REGISTRADA Manufactura Logística y servicios básicos Construcción Comercio y servicios personales No calificados Registrados No formales Servicio domestico

El cuadro 2 sintetiza el tipo y grado de control de recursos de los grupos ocupacionales y fracciones de clase del esquema utilizado.

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Cuadro 2: Estratos socio-ocupacionales según recursos

Posesión de Insersión en los medios Tipo de Nivel de mecanismos de calificación autoridad inst. producción CLASE ALTA Grandes empresarios Gerentes generales CLASES MEDIAS Superior Profesionales autónomos Pequeños y medianos empresarios Profesionales asalariados Directivos (Nivel medio) Inferior Micro empresarios Cuentapropia c/ local o calificados s/ local Técnicos y docentes Empleados administrativos y de oficina CLASE POPULAR Consolidada Obreros calificados registrados Artesano con oficio Precarizada Obreros calificados no registrados Cuenta propia no calificado sin local No calificados registrados No calificados no registrados Servicio doméstico

Sí No

Cred. Prof.

Alto Alto

Sí Sí

Sí Sí No No

Cred. Prof. Cred. Prof. -

Medio

Sí Sí Sí Sí

Sí Sí No No

N/s Técnica Hab. no manual

-

Sí Sí Sí Sí

No Si

Oficio Oficio

No No

Sí -

No No No No No

Oficio No No No No

No No No No No

No No Sí No N/s

Fuente: elaboración propia

El hogar como unidad de análisis

La elección de las unidades de análisis, en las investigaciones sobre estratificación social, depende de los objetivos que se propongan. Sorensen (1994) señala que cuando el propósito de las investigaciones se centra en ofrecer un mapa de la estructura de clases entendidas como posiciones dentro de un sistema de producción o establecer la desigualdad según el género en el mercado de trabajo, la unidad de análisis apropiada es el individuo. Por otro lado, las investigaciones que se proponen el estudio de la estratificación social vinculada a la distribución de los recursos compartidos y las 11

condiciones de vida comunes, deben considerar la interdependencia entre los miembros del grupo que las comparten, es decir, el hogar. En este trabajo, nos proponemos combinar ambos enfoques, reconstruir el perfil de la estructura de clases a través de la distribución de recursos compartidos en los hogares. Como plantea Torrado el hogar es más propicio para estudiar las clases sociales (1998: 20) porque constituye un “grupo de personas que interactúan en forma cotidiana, regular o permanente a fin de asegurar mancomunadamente el logro de los siguientes objetivos: I) su reproducción biológica, II) la preservación de su vida; III) el cumplimiento de todas aquellas prácticas, económicas y no económicas, indispensables para la optimización de sus condiciones materiales y no materiales de existencia”. El miembro proveedor del hogar es entendido aquí como el miembro económicamente activo de la unidad familiar. A partir de esto, identificamos tres tipos de hogares: aquellos que poseen un solo proveedor con cónyuge inactivo, otros que poseen un proveedor sin cónyuge y finalmente aquellos en los que ambos cónyuges son proveedores5. En este último caso, la categorización de clase del hogar implicó construir una tipología a partir de la inserción de clase de cada uno de los cónyuges6. Un antecedente importante en Argentina de este estudio es el realizado por Gómez Rojas y Riveiro (2014) en el cual introducen una mirada de género en los estudios de movilidad social y muestran los efectos de considerar a la inserción de clase de las mujeres tanto en orígenes como destinos, pero a diferencia de este utilizan el criterio de dominancia (la posición de mayor jerarquía) para clasificar a los hogares con dos proveedores y distinguen las tasas de movilidad social de varones y mujeres.

En base a lo mencionado anteriormente la tipología de posiciones de clase del hogar es la siguiente (Cuadro 3):

5

La encuesta no permitía indagar la ocupación de otros miembros del hogar como hijos mayores, padres, tíos, etc. 6 El análisis de la clase social de ambos cónyuges en Argentina ha sido desarrollada en estudios previos del área de estratificación del IIGG, con el objetivo de visibilizar el lugar de las mujeres en la estructura de clases (Gómez Rojas, 2011) y de estudiar el nivel de apertura de la misma según pautas de homogamia/heterogamia (Rodríguez, 2012).

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Cuadro 3: Tipología de posiciones de clase del hogar

Los hogares de clase alta: son aquellos en los que alguno de los dos proveedores es de clase alta y el otro pertenece a la clase alta o media. Estos hogares se encuentran en una posición privilegiada de la estructura de clases ya que controlan un mayor volumen recursos de capital y autoridad.

Los hogares de clase media típica: son aquellos en los que ambos proveedores pertenecen a la misma sin importar si dicha pertenencia es al estrato superior o inferior. Hogares de clase alta o media con relaciones contradictorias de clase 7: las combinaciones en las que uno de los proveedores es de clase alta o media superior y el otro de clase popular dan como resultado hogares que presentan relaciones de clase contradictorias en su interior, en tanto uno de los cónyuges ocupa una posición privilegiada respecto de la apropiación de recursos de capital, autoridad o credenciales educativas, mientras que el otro ocupa una posición subordinada. 7

Para una profundización de las relaciones contradictorias de clase al interior del hogar desde una perspectiva marxista ver Wright (1997).

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Hogares de clase trabajadora consolidada: resultantes de a) la unión de trabajadores de cuello blanco pertenecientes a la fracción inferior de la clase media y trabajadores del estrato de clase popular consolidada, o b) de uno de esos dos grupos con alguien perteneciente al estrato de clase popular precarizada. Dentro de este tipo de hogares no hallamos una relación contradictoria, debido a que sus miembros presentan mayor cercanía en el espacio social, dado que, a pesar de existir una diferenciación entre trabajo manual y no manual, no se presentan condiciones tan disímiles en cuanto a oportunidades de vida. Además, con frecuencia, los trabajadores de cuello blanco y de cuello azul comparten formas de organización y de lucha, por lo que sus condiciones de vida dependen del grado de movilización social para incidir en los conflictos por la distribución del ingreso.

Hogares de clase popular precarizada: son hogares cuyos proveedores pertenecen ambos a la clase popular precarizada, caracterizada por ser el estrato obrero desvinculado de los mecanismos de protección social y los trabajadores manuales no calificados.

En el siguiente cuadro detallamos los valores que presentan las diferentes fracciones de clase según tomemos como unidad de análisis a individuos u hogares.

Cuadro 4a: Estructura de posiciones de clase de Argentina en 2007 medida en individuos (en %) Posición de clase Clase Alta Clases Medias Clase media superior Clase media inferior Clases Populares Clase popular consolidada Clase popular precarizada TOTAL Fuente: Encuesta IIGG-UBA, 2007

14

% 0,5 45,2 10,2 35,0 54,3 29,1 25,2 100

Cuadro 4b: Estructura de posiciones de clase de Argentina en 2007 medida en hogares (en %) Posición de clase Clase Alta Clases medias Clase media típica Clase media con relaciones contradictorias de clase Clases populares Clase trabajadora consolidada Clase popular precarizada TOTAL

En hogares 0,2 42,9 36,3 6,6 56,9 42,6 14,3 100

Fuente: Encuesta IIGG-UBA, 2007

Al tomar como unidad de análisis a los hogares para reconstruir la estructura de estratificación social es posible observar diferencias sustantivas con la clasificación que surge de utilizar como unidad de análisis al individuo. En primer lugar, observamos que cambia la composición de las clases populares: disminuye la proporción la clase popular precarizada (de 25,2% a 14,3%) y complementariamente adquiere mayor peso la clase trabajadora consolidada (42,6% en comparación a 29,1) la cual está vinculada a mecanismos laborales o desempeña actividades por cuenta propia con oficio de manera continuada. Esto nos indica que en muchos casos, aunque uno de los componentes del hogar se encuentre en una situación laboral precaria, el otro tiene acceso a una ocupación asalariada registrada o cuenta propia con oficio, lo cual brinda al hogar mejores oportunidades de vida. Desde una perspectiva marxista, Elbert (2010; 2013) analiza trayectorias ocupacionales de las personas de clase obrera y la conformación de sus hogares cuestionando la tesis de la heterogeneidad estructural que segmentan o fragmentan la clase obrera. Muestra así, que los vínculos construidos en los hogares de la clase obrera son importantes para comprender el proceso de identificación de clase de los trabajadores. Por otro lado, las clases medias alcanzan valores levemente menores al analizar hogares ya que algunos individuos de clase media pasan a integrar hogares de clase trabajadora consolidada. También encontramos que un 6,6% de los hogares presentan relaciones de clase contradictorias a su interior en donde uno de sus componentes 15

pertenece a la fracción superior de la clase media mientras el otro posee una posición de clase popular Movilidad social intergeneracional desde hogares de clase popular. Una lectura comparada y en perspectiva histórica En esta sección comparamos las pautas de movilidad social intergeneracional observadas en el año 2007 utilizando como unidad de análisis a los individuos y a los hogares. Asimismo, compararemos nuestros resultados con datos de 1960 presentados por Germani en su clásico estudio La movilidad social en Argentina (1963) y con datos presentados por Dalle en 2011. Es necesario aclarar que los datos presentados por Germani y Dalle son el resultado de estudios llevados a cabo en el AMBA, a diferencia de este que está basado en una muestra del total del país. Además, cada trabajo utilizó diferentes criterios de clasificación para construir su esquema de estratificación de clases. A pesar de estas diferencias, creemos que este ejercicio representa una aproximación sugerente para apreciar cambios en las pautas de movilidad social intergeneracional de 1960 a 2007.

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Cuadro 5: Movilidad e inmovilidad social intergeneracional de personas de ambos sexos de 25 a 65 años en Argentina (2007) (Porcentajes de salida) Destinos de clase Clase alta

Clase media superior

Clase media inferior

Clase popular consolidada

Clase popular precarizada

4,2

41,7

33,3

12,5

Clase media superior

2,0

23,9

50,3

Clase media inferior

0,7

11,8

0

Origen de clase

Clase alta

Clase popular consolidada Clase popular precarizada Total

Total

N

8,3

100

8*

16,2

7,6

100

171

44,4

27,0

16,1

100

587

6,6

32,0

31,3

30,1

100

487

0

4,7

14,0

38,3

43,0

100

423

0,5

10,2

35,0

29,1

25,2

100

1676

Fuente: Encuesta IIGG-UBA: 2007 * Nota: El valor absoluto de la celda marginal es muy bajo para hacer analizar los % de la fila, se incluyeron en el cuadro a fin de completar todas las celdas pero no es posible interpretarlos.

Al observar los porcentajes de salida, específicamente lo ocurrido con las personas de ambos sexos con origen en las clases populares, notamos que la fracción precarizada presenta un valor de herencia muy alto, de 43%, en contraste con el 38,7% observado en 2005 por Dalle (2011), aunque es importante marcar que en este trabajo incluimos en esta fracción no sólo a los trabajadores semi o no calificados, sino también al sector no registrado de los obreros calificados, conformándose así un estrato más amplio que el considerado en 2005. A nuestro criterio entonces, no alcanzaría con aprender un oficio para ascender, sino también es esencial el carácter de registro del empleo asalariado. Los individuos con origen de clase en este estrato ascienden a la fracción consolidada de las clases populares en un 38,3% de los casos contra el 30,4% de ascensos que se observa en 2005. Mientras tanto, solo un 18,7% logró cruzar la frontera manual / no manual al incorporarse a ocupaciones técnicas o de cuello blanco, contra el 30,7% observado en 2005. 17

Por otro lado, en 2007 el estrato consolidado de las clases populares presenta una tasa de herencia de clase de 31,3% similar al 29,6% observado en 2005, sin embargo, el descenso a la fracción precarizada es de 30,1%, mayor al 24,1% observado en el estudio de Dalle, lo que nos muestra una tendencia a la pérdida del oficio o de una caída en el trabajo no registrado. Por otra parte, también observamos la existencia de canales de movilidad social ascendente de corta distancia hacia las clases medias, un 32%, casi idéntico al 32,6% medido en 2005. Mientras tanto el ascenso a la fracción superior de la clase media es de 6,6%, menor al 10,0% observado en 2005. Cuadro 6: Movilidad e inmovilidad social intergeneracional en hogares en Argentina (2007). (Porcentajes de salida) Clase del hogar del encuestado Clase de hogar de origen

Clase media con rel. de clase cont.

Clase trabajadora consolidada

Clase popular precarizada

Total

N

50,0

25,0

15,0

10,0

100

4*

Clase Clase alta media típica

Clase alta Clase media típica

0,2

51,6

6,4

33,6

8,2

100

587

Clase media con rel. de clase cont.

5,2

52,6

5,3

31,6

5,3

100

106

Clase trabajadora consolidada

0,1

33,1

6,4

45,9

14,5

100

689

Clase popular precarizada

0,4

15,5

5,9

50,9

27,3

100

232

Total

0,2

36,3

6,6

42,6

14,3

100

1618

Fuente: Encuesta IIGG-UBA: 2007 * Nota: El valor absoluto de la celda marginal es muy bajo para hacer analizar los % de la fila, se incluyeron en el cuadro a fin de completar todas las celdas pero no es posible interpretarlos.

Tomando a los hogares como unidad de análisis tanto en destinos como en orígenes (considerando la ocupación del padre y la madre) en comparación con los datos del cuadro 5 notamos que los hogares de clase popular precarizada presentan un nivel de herencia mucho menor (27,3%), mientras que la tasa de ascenso intergeneracional a un hogar de clase trabajadora consolidada es de 50,9%, muy superior al observado para 18

individuos (38,3%); por otro lado el ascenso a la clase media se da en un 21,4% de los casos similar al observado con individuos (18,7%). En los hogares de clase popular consolidada también observamos diferencias sustanciales con los valores a nivel individual, estos presentan un nivel de herencia intergeneracional considerablemente más alto (45,9%) y un descenso mucho menor a la fracción precarizada (14,5%). Por otro lado el nivel de ascenso a hogares de clase media o con relaciones contradictorias no varía mucho y alcanza al 39,5% de los casos. Remontándonos al estudio pionero de Germani (1963), dos de las rasgos salientes de la estructura de estratificación social en 1960 eran que: i. más de un tercio (36,5%) de los jefes de hogar que provenían de hogares de clase popular habían ascendido a las clases medias y medias altas (44,6% desde el origen obrero calificado y 26,0% desde el no calificado) y ii. la mitad (50,6%) de los jefes de hogar que provenían del estrato obrero no calificado accedieron a una posición obrera calificada. Si comparamos estas tasas de movilidad social con las presentadas en esta ponencia notamos que los niveles de ascenso desde las clases populares a las clases medias en la actualidad son menores tanto al analizar individuos como hogares, lo que sugiere una estructura de clase más cerrada. También encontramos diferencias en lo ocurrido al interior de las clases populares. En 1960 se observaban bajas tasas de reproducción en la fracción no calificada (23,4%) y un alto ascenso de estas a la fracción calificada (50,6%) impulsado por la industrialización por sustitución de importaciones. Sin embargo, en 2007 observamos un proceso inverso a este, en donde el estrato precarizado de las clases populares se reproduce en un 43% y tiene una tasa de ascenso hace el estrato consolidado de 38,3% aunque, como mencionamos anteriormente esta tendencia se revierte si observamos los hogares, que muestran un 27,3% de reproducción en el estrato precarizado y un 50,9% de ascenso al estrato consolidado, valores cercanos a los presentados por Germani. Algo similar ocurre desde el origen de clase popular calificada, Germani observa tasas de descenso a la fracción no calificada de 11,9% y de herencia de 43,5%, estos valores son muy diferentes al 30,1% de descenso y 31,3% de herencia que observamos en la actualidad utilizando a los individuos como unidad de análisis. Sin embargo los valores presentados por Germani son similares a los que encontramos para los hogares en 2007: 14,5% de descenso al estrato precarizado y 45,9% de herencia de clase.

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Comentarios finales:

Dos corolarios que se desprenden de tomar como unidad de análisis a los hogares en vez de los individuos son: i. Un perfil de la estructura de clases diferente. Se observa un cambio desde una forma piramidal con un amplio volumen relativo del estrato bajo de las clases populares compuesto por trabajadores manuales no calificados y/o no registrados, hacia otra más parecida a un rombo en el que adquiere mayor peso relativo la clase trabajadora consolidada. Esto nos indica que en un porcentaje considerable de hogares de clase popular aunque uno de sus integrantes se encuentre en una situación laboral precaria, el otro, en este caso medido a través del cónyuge –pero puede ser extensible a otros integrantes del hogar-, está inserto en una posición obrera calificada lo cual implica la inclusión en mecanismos laborales que garantizan derechos sociales para el hogar. La amplitud de la clase trabajadora consolidada también se debe a la existencia de un porcentaje significativo de hogares que comparten proveedores con empleos de “cuello azul” (de overol que refiere al taller) y “cuello blanco” (de camisa más ligado a la oficina). Por otro lado, se visibiliza la existencia de hogares con relaciones de clase contradictorias a su interior que no pueden ser distinguidas si se considera a los individuos. ii. Las dinámicas de movilidad social desde y al interior de las clases populares cambian, desde altos niveles de reproducción en el estrato popular precarizado que da la idea de segmentación y cristalización del sector marginal, hacia una tendencia inversa en la que es mayor el ascenso social intergeneracional de corta distancia desde el estrato popular precarizado a la clase trabajadora consolidada y se incrementa el nivel de herencia en esta última.

Estas pautas de movilidad social intergeneracional de las clases populares se acercan más a las observadas por Germani en 1960, aunque las tasas de ascenso a las clases medias son un poco menores. Si bien luego de casi una década de crecimiento económico a tasas muy elevadas aún persiste un importante estrato precarizado con empleos no registrados que excluyen de garantías de seguridad social a un amplio sector de las clases populares, al tomar en

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cuenta la dimensión temporal a través del análisis de pautas de movilidad social intergeneracional observamos que no se trata de un segmento cristalizado. A partir de las pautas observadas en este trabajo, consideramos que la idea de segmentación de la estructura de estratificación social es excesiva ya que existen canales de ascenso social de corta distancia tanto al interior de las clases populares como hacia la clase media. El pasaje a la clase trabajadora consolidada a través del aprendizaje de oficios manuales y el acceso a ocupaciones obreras con registro que amplía el abanico de oportunidades de vida de los miembros del hogar es más frecuente que lo que se suele considerar. La evidencia aportada en este estudio de carácter exploratorio sugiere que la tarea de análisis de los hogares argentinos, al tener en cuenta la interdependencia entre sus miembros considerando distintas inserciones ocupacionales y el carácter compartido de sus condiciones materiales y oportunidades de vida, es central para entender la estructura de estratificación social del país. En esta línea, el espejo nos devuelve una imagen de una estructura de estratificación social menos polarizada y segmentada.

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