La ciudad en papel. La revista bilbaína \"La Construcción y las Artes Decorativas\" (1922-1924) // The City on Paper. The Magazine of Bilbao \"La Construcción y las Artes Decorativas (Construction and Decorative Arts)\" (1922-1924)

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Descripción

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n 1922 se editó por vez primera una revista de arquitectura en Bilbao. La Construcción y las Artes Decorativas estuvo motivada por el interés hacia la actividad arquitectónica y urbanística que estaba definiendo la futura metrópoli bilbaína. El boletín contribuyó así a crear un foro público de opinión y reflexión, en el que se recogieron los testimonios de los principales protagonistas y artífices de la capital sobre el modelo urbano que se estaba construyendo y el que sería posible llevar a cabo. De este modo, la revista se convirtió en una ciudad paralela publicada en papel que, junto con otras fuentes, se ha convertido en un testimonio indispensable para acercarnos hasta una época, así como a sus anhelos y frustraciones que, en ocasiones , poco distan de las necesidades actuales (fig. 1).

Los inicios de una aventura editorial

La Construcción y las Artes Decorativas. Revista quincenal técnico- informativa de Arquitectura, Ingeniería y Artes industriales, apareció en Bilbao el 15 de julio de 1922 bajo la dirección del escritor bilbaíno Damián Roda y la dirección técnica del arquitecto también local Pedro Guimón1. La periodicidad quincenal de la revista, no era nada habitual para una publicación de arquitectura; y menos en una iniciativa editorial de proyección limitada que estaba dirigida a un selecto y reducido núcleo de lectores2. 1

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El bisemanario tenía una extensión habitual de doce páginas, que se editó hasta el 29 de febrero de 1924. En total se imprimieron cuarenta números en una edición cuidada y de calidad, que estaba en consonancia con otras publicaciones bilbaínas como Hermes: revista del País Vasco (1917- 1922). A pesar de las notables diferencias de contenidos, trascendencia y público de las dos revistas, La Construcción y las Artes Decorativas engarzó, de alguna manera, con la labor editorial iniciada años atrás. Además y precisamente este panorama editorial, pudo haber sido un acicate par a crear un boletín específico sobre arquitectura que, a pesar de su título, fue su principal y casi único contenido; ya que las publicaciones culturales y las apostillas de la prensa diaria, más centradas en cuestiones literarias, artísticas o musicales, apenas si prestaron atención a los temas abordados por la iniciativa dirigida por Damián Roda3. De hecho el magacín apareció en una época en la que, no sólo los grandes bancos, las grandes empresas hidroeléctricas, los deportistas más conocidos, los pintores, los escultores y la música de más renombre provenía de la capital vizcaína, sino que además se publicó cuando algunos edificios residenciales de España ya habían empezado a adoptar las formas de la arquitectura erigida en la cuenca del Nervión. Por lo que La Construcción y las Artes Decorativas fue la respuesta editorial a la sentida necesidad de aportar una mirada cercana al devenir y a la gestación de la arquitectura de aquellos años en los que Bilbao, tal y como señala la revista, tuvo un papel

La revista se imprimía en Bilbao en la casa Imp. y Ene. Vda. e Hijso de V. Hernández. García Salazar, 5. La dirección artística de Guimón en La Construcción y las Artes Decorativas, estuvo presente hasta el15 de diciembre de 1922, aunque su implicación con la gaceta continuó como colaborador. «A nuestros lectores», La Construcción y las Artes Decorativas (a partir de ahora C.A.D.), núm. 1, 15 de julio de 1922, pág. 1. Además la suscripción a la revista en Bilbao tenía un precio de

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2 pesetas mensuales, y 2,50 fuera de la capital, mientras que el precio de un número suelto era de 2,50 pesetas. Las referencias a otras artes que se realizaron desde la revista fueron testimoniales, tan sólo dos números se ocuparon de las artes plásticas (núm. 6 sobre el escultor N . Mogrovejo y núm.17 acerca del pintor A. Arteta).

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destacado en la cultura arquitectónica española del momento4 (fig. 2). La publicación bilbaína tuvo como colaboradores a los arquitectos e ingenieros locales más relevantes de la época; aunque su detallada presencia a modo de lis tado en las primeras páginas de cada número, fue más nominal que efectivaS. Su constante aparición en el boletín, podríamos entenderla como un apoyo directo de los profesionales a la iniciativa editorial, como si se de una identificación y representación profesional pública se tratara; como también fue una manera de publicidad tanto de los técnicos como de la revista. La publicidad tuvo una presencia importante en el bisemanario bilbaíno. Un total de diez páginas, más de la mitad de cada número , estaban dedicadas de manera específica a diferentes anuncios tanto en las primeras como en las últimas páginas de cada ejemplar; a la vez que varios reclamos publicitarios s e repartían entre las páginas interiores. La práctica totalidad de los anuncios, que podían ser más de cuarenta y cinco por número , estaban r elacionados con la construcción, lo que nos indica el tipo de lector al que la gaceta estaba dirigida. La mayoría de los anunciantes eran provinciales, con la salvedad de algún sponsor de Madrid, Santander o San Sebastián; y todos ellos publicitaron sus servicios de manera puntual y, salvo excepciones, ininterrumpida desde los primeros números. Los anuncios se convirtieron así en una de las principales fuentes de financiación de una revista. De hecho, fueron uno de los elementos que posibilitaron su carácter inusitadamente quincenal. Pero la publicidad fue también un medio por el que se dieron a conocer nuevas técnicas y procedimientos constructivos6. A partir del número veintiocho, de 31 de agosto de 1923, la publicación bilbaína pasó de doce a ocho pági-

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«Pedro de Ispizua», C.A.D. , núm. 14,31 de enero de 1923, pág. l. «La Universidad Comercial», C.A.D., núm. 12, 30 de diciembre de 1922. La mayoría de los artículos de la revista fueron anónimos, aunque escribieron en ella los arquitectos locales F. Agüero, R. Bastida, P. Guimón, J. Sáenz de Barés, E. Segurola, y F. Ugalde. A la vez que colaboraron otros profesionales habituales de la publicación madrileña Arquitectura como L. Lacasa, V. Lampérez y Romea o L. Torres Balbás. Así lo podemos constatar con los pavimentos de madera comprimida sin juntas de la casa suiza Eubeolith, cuya delegación en España estaba en Bilbao (anuncio publicado a partir del núm. S, 1S de septiembre de 1922). También destaca el herramental por aire comprimido de la compañía americana Ingersoll- Rand, fundada en 1871 y todavía hoy operativa (anuncio publicado a partir del número 11, de 1S de diciembre de 1922). Asimismo cabe citar el «piso rápido», un piso doble compuesto de vigas de cemento armado portátiles y transportables (anunciado a partir del número 1S , de 1S de febrero de 1923); o «rito» un producto inglés que impedía todo tipo de filtración (anunciado a partir del número 26, de 31 de julio de 1923).

nas de extensión. A la reducción de contenidos, le siguió la desaparición de esta iniciativa editorial poco tiempo más tarde. El número cuarenta de La Construcción y las Artes Decorativas de 29 de febrero de 1924, señalaba que el próximo número la revista se llamaría Propiedad y Construcción, con una nueva dirección, ajena a la arquitectura, un público más amplio y una nueva financiación a cargo de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Bilbao7. De esta forma, la iniciativa dirigida por Damián Roda se convirtió en el punto de referencia de las publicaciones editadas en años posteriores8.

Contenidos de la revista 1. Estructura Los cuarenta números de La Construcción y las Artes Decorativas siguen una estructura muy similar. Así a partir del segundo número, la revista se inicia con una monografía de un arquitecto local del que se señalan algunas de sus características y se seleccionan varias de sus obras más destacadas; en su defecto un edificio singular de un arquite cto ya tratado, o algún tema de actualidad ocupaban la portada9. Mediante el reconocimiento público que permitía la aparición en un medio de difusión, la publicación bilbaína contribuyó así a consagrar algunos de los arquitectos publicitados, que siempre eran tratados de manera laudatoria. El poco es pacio disponible en el boletín animó a sus responsables editoriales a anunciar incluso, la pronta publicación de monografías sobre arquitectos vascongados lO. A pesar de que se realizaron diferentes estudios sobre algunos

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«A nuestros lectores», C.A. D . . núm.40, 29 de febrero de 1924, pág.1. 8 Se trata de las revistas editadas en Bilbao Propiedad y Construcción (1924- 1936),la segünda etapa de Novedades (1928- 1929). o el Boletín del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco - Na varro (19321936). 9 La revista realizó monografías sobre L. Rucabado (núm.2), R. Garamendi (núm.3), M.M. Smith (núm.4). T. Bilbao (núm. S). F. Ugalde (núm.?), P. Guimón (núm.9) A. Gil (núm 10), J. Sáenz de Barés (núm.ll), E. Amann (núm.12), P. lspizua (núm.14) , J.M. Basterra (núm.15), J. Apraiz (núm.24), E. Seguro la y F.Agüero (núm.2S) y D. Basterra (núm.27). A la vez que incluyó un artículo sobre S. Zuazo (núm.1). El arquitecto vitoriano Apraiz fue el único arquitecto no local al que se le dedicó una monografía por proyectar el Banco de España en la capital. Asimismo «Barriadas económicas» (núm.8, referido a Irala- Barrí de F. Ugalde). «La ciudad satélite» (núm.13, sobre un proyecto de E. Segurola y F. Agüero). «Hogar y Clínica de San Juan de Dios» (núm.16 , que trata una obra de J.M. Basten·a y E. Amann). «El Palacio de Bilbao» (núm.19 sobre el Banco de Bilbao de R. Bastida en Madrid), «Una gran playa en Bilbao» y «Un nuevo edificio»(núms.26 y 3S, sobre proyectos de P. Guimón), «La Ciudad Jardín Bilbaína» (núm.28 de P. Ispizua) fueron algunos de los temas que abrieron la revista. 10 «D. José M. de Basterra», C.A.D., núm. 1S , 1S de febrero de 1923, pág.1.

de estos profesionalesll , las monografías nunca llegaron a publicarse; aunque sí el libro titulado La Arquitectura Moderna en Bilbao, en el que se editaron los proyectos de los arquitectos que ya habían sido objeto de estudio en las páginas de la revista12 (fig. 3).

La Construcción y las Artes Decorativas realizó en total catorce monografías que, acompañadas de fotografías de edificios, ilustraban el resto del bisemanario junto con otras imágenes relacionadas con los contenidos de cada número, que versaban sobre cuestiones relacionadas con la gestión de la ciudad y sus necesidades y proyectos. Mientras que un artículo de carácter técnico sobre ingeniería cerraba cada número. El carácter auxiliar de esta última sección con respecto a la arquitectura, podría explicar la poco habitual presencia de la ingeniería en una publicación sobre cuestiones arquitectónicas 13. Sin embargo, La Construcción y las Artes Decorativas no fue el escaparate de un nuevo modelo de cooperación técnica, ni el portavoz de avances técnicos y científicos de la época, o de cuestiones sobre el pensamiento arquitectónico contemporáneo; asuntos todos ellos de las que ya se ocupaban otras publicaciones españolas, ale11 En 1922, José Iribarne llevó a cabo un estudio sobre Pedro Guimón que se publicitó en la revista La Construcción y las Artes Decorativas. En 1933 el crítico de arte bilbaíno Juan de la Encina realizó una monografía sobre el arquitecto bilbaíno afincado en Madrid Secundino Zuazo. En ese mismo año Jaime de Egaña se encargó de realizar el estudio sobre Manuel María de Smith. Damián Roda publicó en 1935 una monografía conjunta de los arquitectos Ricardo Bastida y Emiliano Amann. IRIBARNE, J., (1922), El arquitecto Pedro Guimón y las modernas orientaciones pictóricas, Bilbao: Imp. de la Viuda e Hijos de Hernández. IRIBARNE, J., (1922), «Sobre arquitectura vasca. José de Iribanre: El arquitecto Pedro Guimón y las modernas orientaciones pictóricas en el País Vasco», C.A.D., 15 de agosto de 1922, núm. 3, págs. 3- 6. ENCINA, J., (1933),Arquitectura contemporánea en España: el arquitecto Zuazo Ugalde, Madrid: Edarba. EGAÑA, J. , (1933), Arquitectura contemporánea en España: el arquitecto Manuel Maria de Smith, Madrid: Edarba. RODA, D. , (1935), Arquitectura contemporánea en España. Ricardo Bastida. Emiliano Amann, Madrid: Edarba.

12 El libro se imprimió en septiembre de 1924, bajo la dirección de Damián Roda y el patrocinio de la Asociación de Arquitectos de Vizcaya. La publicación se sirvió de parte del material utilizado en la revista. Además el libro apareció poco después de que ésta dejase de editarse, por lo que podríamos entender su publicación como el capítulo final de un trabajo editorial que llegaba a su fin . «Una obra notable. La arquitectura moderna en Bilbao», Propiedad y Construcción, núm. 16, mayo de 1924, págs. 2- 3. RODA, D., (dir.), (1924), Arquitectura moderna en Bilbao, Bilbao: Talleres de Eguiguren y Zulaica, reeditado en 2006 por el C.O.A.V.N. con un estudio introductorio de Nieves Basurto. 13 En la sección de ingeniería se trataron temas relacionados con la ciudad como su saneamiento (núms.2, 3, 4, 5 y 6), limpieza (núms.8 , 10, 28, 30, 31 y 32), abastecimiento y transporte del agua (núms.16 y 17), gas (núm.21) y electricidad (núms.9, 11, 12, 13, 18, 19 y 20); a la vez que no faltaron artículos sobre la aplicación de nuevos materiales (núms.21, 23, 24, 27, 39 y 40). A diferencia de muchos artículos de la revista, que generalmente eran anónimos, estos trabajos estaban firmados por un ingeniero. Tan sólo uno de estos artículos hace referencia a la necesaria colaboración entre arquitectos e ingenieros. «El arte de las construcciones industriales», C.A.D., núm. 22,31 de mayo de 1923, págs.5-7.

manas, francesas, inglesas y americanas, que llegaban a la sede de la Asociación de Arquitectos de Vizcaya o a las que algunos arquitectos estaban suscritos14. La revista bilbaína se limitó a tratar los problemas que tenía que afrontar la capital vizcaína, a la vez que plasmó las opiniones sobre arquitectura de los profesionales locales.

2. Cuestiones arquitectónicas Las páginas de La Construcción y las Artes Decorativas muestran una concepción tradicional de la arquitectura, en la que ésta es considerada como arte y técnica al mismo tiempo. Pero sin embargo, la arquitectura se ve limitada por los criterios mercantilistas de querer aprovechar al máximo el suelo edificable, y las prescripciones de las ordenanzas municipales sobre vuelos, remates y otros elementos que obligan a una repetición monótona de alturas y huecos15. Se trata de una Arquitectura que no se esfuerza por crear novedades(. . .), lo que distingue a unos arquitectos de otros, es, preferentemente, el mayor o menor acierto en la interpretación y selección de temas16. Por lo que la arquitectura moderna es considerada como adaptación y reinterpretación de lo ya creado, de tal forma que el arquitecto se sirve de un repertorio de estilos y formas ya existentes que ajusta al proyecto que tiene que realizar. A la vez que se consideraba que el buen juicio crítico estaba fundamentado en el conocimiento de las obras más características de la historia de la arquitectural?. La adopción de estas formas del pasado que se acomodaban a las necesidades de la vida moderna, tenían como objetivo imprimir a la arquitectura cierto carácter representativo. Se trataba de una arquitectura sencilla en la que se destacaban la pureza, la armonía y el equilibrio; así como la proporción y ponderación de volúmenes, huecos y elementos constructivos, que debían de tener en cuenta el entorno en el que la obra arquitectónica se iba a ubicar (fig. 4).

14 El único artículo sobre un autor extranjero es el que firma Luís Lacasa sobre el arquitecto alemán Otto Schubert, que ya se publicó con el mismo título en la revista Arquitectura pocos meses antes. LACASA, L. , (1923), «Arquitectura extranjera contemporánea. Otto Schubert», C.A. D., núm. 28, 30 de agosto 1923, págs.3-5, y Arquitectura , núm.47, marzo de 1923, págs. 72- 75. 15 BASTIDA, R., (1922), «La casa de Federico Power, en la Avenida de los Aliados», C.A.D., núm. 1,15 de julio de 1922, pág. 2. 16 «Arquitectura civil», C.A. D., núm. 1, 15 de julio de 1922, pág. 7-8. 17 TORRES BALBÁS, L., (1923), «La enseñanza de la historia de la arquitectura», C.A.D., núm. 26,31 de julio de 1923, págs.7-9; y núm, 25,15 de julio de 1923, págs.6-8.Artículo publicado con el mismo título en la revista madrileña Arquitectura, en el núm. 46 del mes de febrero de 1923, págs.36-40.

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La adopción de diferentes estilos y su combinación, no siempre fue arbitraria, sino que obedecía a una asociación codificada, ya consagrada, entre formas y funciones. El gótico era así apropiado para edificios religiosos, construidos en la mayoría de los casos por José María de Basterra18. Los edificios representativos y sedes de instituciones públicas o privadas podían ser «clásicos», un estilo común y universal, que tiene la virtud de ser

eterno, es decir, que nos da la seguridad de que nunca pasará de moda19. Mientras que las viviendas unifamiliares imitaban los estilos populares, bien fuesen anglosajones, montañeses o vascos , tal y como está presente en algunas iniciativas destinadas a la burguesía que se erigieron en el barrio residencial de N eguri de la mano de Emiliano Amann, Rafael de Garamendi, Manuel María de Smith o Leonardo Rucabado20. Precisamente el arquitecto e ingeniero de origen cántabro establecido en Bilbao Leonardo Rucabado , era considerado como un referente , un creador que había logrado el resurgimiento de la arquitectura española21. No en vano, una de sus preocupaciones, fue la de definir un estilo nacional, propio, inspirado en las formas tradicionales, más concretamente en la arquitectura montañesa, a la vez que arremetió contra el exotismo del modernismo, como también lo hicieron otros arquitectos de la época22. Por su parte Pedro Guimón, al igual que Manuel María de Smith, Emiliano Amann o Diego de Basterra, se preocupó por adaptar las formas tradicionales del caserío vasco a la arquitectura moderna. Este interés hacia la arquitectura vernácula hizo que desde la revista se considerara que la arquitectura vascongada estaba adquiriendo sufisonomia definitiva23. No en vano, la arquitectura regional también estuvo presente en algu-

18 «D. José M. de Basterra», C.A.D.,núm. 15,15 de febrero de 1923, pág.1. 19 GUIMÓN, P., (1922), «The Chicago Tribune», C.A.D. , núm. 9,15 de noviembre de 1922, págs.2-8. 20 Sobre Neguri consultar: AMANN, C. E., (1922), «Neguri, suburbio jardín», C.A. D., 30 de septiembre, núm.6, págs.3-8. 21 «Leonardo Rucabado» , C.A.D., núm. 2, 31 de julio de 1922, pág. l. «Arquitectura civil», C.A.D., núm. 1,15 de julio de 1922, pág. 7-8. GUIMÓN, P., (1922), «Rucabado», C.A.D., 31 de julio, núm.2, págs. 2- 3. 22 RUCABADO, L., GONZÁLEZÁLVAREZ,A., (1914), «Orientaciones para el resurgimiento de una arquitectura nacional», La Construcción Moderna. 30 de abril de 1916, págs. 125- 128; 15 de mayo de 1916, págs. 139- 144; 30 de mayo de 1916, págs. 155- 160; 15 de junio de 1916, págs. 175- 176, presentado en el VI Congreso Nacional de Arquitectos celebrado en San Sebastián en 1915. BASTIDA, R., (1922), opus cit., págs. 2- 10. GUIMÓN, P., (1922) , «El desvarío modernista» , en IRIBARNE, J., opus cit., pág.21. 23 «Diego de Basterra», C.A. D., núm. 27, 15 de agosto de 1923, pág.1. MUÑOZ, F.J., (2004), «Del Caserío al Cubo. Nuevas propuestas para la arquitectura en el País Vasco», comunicación en prensa presentada al XV Congreso Nacional de Historia del Arte celebrado en Palma de Mallorca entre los días 20 y 23 de octubre de 2004.

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nos edificios públicos como las estaciones de tren o los grupos escolares24. Al igual que la arquitectura vernácula, el renacimiento y el barroco español también se entendieron como formas nacionales, y así lo interpretaron Leonardo Rucabado y Tomás Bilbao en algunas de sus obras25. Estas formas castizas no sólo se aplicaron en la construcción de edificios de viviendas, sino que también definieron la decoración de los espacios interiores . Así sucedió en el desaparecido «Café Nervión» de los arquitectos Fidel Iturria y Félix de Agüero en Bilbao, en el que se tuvieron en cuenta las obras de los maestros Egas, Covarrubias y Fray Bartolomé de Bustamante26. Otro tanto podemos observar en el también desaparecido «Casino de artistas» , en esta ocasión sugerido por las modernas

producciones inglesas, americanas y alemanas. Maestros exquisitos en el arte de la composición que depuran y quintaesencian las formas arquitectónicas con verdadera preocupación helénica que les permite obtener, por la ausencia de ellas de toda fútil exhuberancia decorativa, resultados de máxima simplicidad y elegancia27. De hecho , otro de los repertorios utilizado por los arquitectos de la época fueron las formas alemanas, inglesas, así como americanas que presentaban nuevos valores artísticos y de sensibilidad28. A la vez que también estuvieron presentes las influencias catalanas, francesas o austriacas, cuna del escaso sentido de modernidad en

la Arquitectura actual29. El arquitecto podía utilizar todas estas formas de diferente procedencia en un mismo edificio: siguiendo así por ejemplo las normas de la moderna construcción

vienesa, (. .. ) los estilos franceses de hace tres siglos, y, decorativamente, (. ..) los del Renacimiento español, dando como resultado un estilo moderno30, que no responde a época ni modalidad determinada31 (fig. 5). De este modo, la arquitectura de la época nos recuerda a formas ya conocidas.¿ Y qué?- se señala desde el magacín bilbaíno- ¿Existe hoy, acaso, una arquitectu-

ra original? ¿Es la arquitectura del momento otra cosa

24 «Nuevas construcciones. Grupo escolar de Achuri» , C.A. D., núm. 18, 31 de marzo de 1923, págs.2-4. 25 «Tomás Bilbao», C.A.D.. núm. 5, 15 de septiembre de 1922, pág.1. MUÑOZ, F.J., (2001), «La difusión de la Nueva Arquitectura en Bilbao», Miscelánea de Arte Contemporáneo Vasco, Bilbao: Universidad de Deusto, pág.149. 26 AGÜERO, F., (1922), «El café 'Nervión'», C.A.D. , núm. 10,30 de noviembre de 1922, págs.4-8. «Artes decorativas», C.A. D. , núm. 1O, 30 de noviembre de 1922, págs.3-4. 27 AGÜERO, F., (1922),«Artes Decorativas. El Casino de Artistas», C.A.D., núm.13, 15 de enero de 1922, págs.6-8. 28 GUIMÓN, P., (1922), «The Chicago Tribune», opus cit., págs.2-8. 29 «La Universidad Comercial de Deusto», opus cit., págs.2-5. 30 «Adolfo Gil», C.A.D.,núm. 10, 30 de noviembre de 1922, pág.1. 31 AGÜERO, F., (1922), opus cit., págs.6-8.

que una aplicación de temas constructivos, realizada, según los casos, con más o menos fortuna? Al arquitecto puede hoy dia pedirse le de todo menos originalidad. El sello representativo de la época, pudiera ser, acaso, la sencillez, la tendencia a desproveer a la construcción de todo vinculo con los estilos conocidos, sacrificando toda aspiración hacia la belleza, a un utilitarismo tosco e indigno de nuestra categoría de seres inteligentes. Y esta seria, en todo caso, la originalidad del salvaje, a la que no podemos aspirar32. Sin embargo, y a pesar de estas aspiraciones hacia la belleza, la arquitectura de la época también se caracterizó por su impersonalidad e indecisión que, salvo excepciones, se limitaba a producir viejas novedades servidas

como creaciones actuales33. Estas viejas novedades fueron las que vistieron los edificios de una época en la que también se generalizó el uso de nuevos materiales. La piedra artificial fue uno de ellos y, al igual que el repertorio de diferentes estilos, se encargó de ocultar la estructura de cemento de la arquitectura. Puesto que a pesar de que se siguieron utilizando entramados de madera, durante estos años se generalizó el uso del hormigón armado34. Federico de Ugalde fue uno de los primeros profesionales en emplearlo, y diferentes casas bilbaínas se especializaron en su uso, llegando a ofrecer sus servicios en distintas ciudades españolas, especialmente en Madrid35.

en vano, desde la publicación bilbaína se exhortaba a obtener la forma artística del cemento , puesto que era a la arquitectura a quien correspondía embellecer las formas de la estructura37. De hecho, se apuntó como en Alemania Peter Behrens, Stofregen, Albert Maix, los hermanos Rank o Riemerschmid habían sabido dar con la fisonomía adecuada de las construcciones industriales, evitando toda monotonía y uniformidad. Asimismo, se destacaron los grandes silos de carbón y las torres y depósitos de aguas, como las construcciones industriales más características38 . Aunque en ningún caso se llegó a señalar la arquitectura industrial como el modelo a seguir por la arquitectura, tal y como lo hizo Le Corbusier en esta misma época. El cemento fue , en suma, el protagonista de la arquitectura de estos años. Pero a partir de 1922 el aumento del precio de este y otros materiales fue mayor, llegando a duplicarse o incluso triplicarse con respecto a años anteriores , a la vez que los salarios fueron igualmente más caros . Esta situación influyó en la paralización de algunas obras, originando así una crisis en la construcción que se prolongó durante varios años39. Como resultado se agravó más si cabe el grave problema de la vivienda, que junto con la gestión de un nuevo espacio metropolitano, fue uno de los temas que la revista trató entre sus páginas.

3. El problema de la vivienda y la gestión

de un nuevo espacio metropolitano La Construcción y las Artes Decorativas, constataba que el hormigón armado había favorecido la eliminación de elementos suntuarios, y que los arquitectos se limitaban al equilibro de masas y luz, pero sin llegar a la construcción de practicismos (sic.) bárbaros36 . No 32 «Tomás Bilbao», opus cit., pág.1. Se da así la vuelta a la argumentación sostenida por Loos en contra del ornamento cuando señala que a medida que la cultura se desarrolla, disminuye la importancia del ornato. El papú se cubre de ornatos de lo que cae en sus manos: su arco, sus remos, los mismo que su cara y que su cuerpo. Entre nosotros es signo de degeneración que no se encuentra más que entre los criminales y los aristócratas perturbados, es un delito, Citado por ANASAGASTI, T. , (1926), «Páginas sueltas», Arquitectura, núm.84, abril, pág.15 7. LOOS, A., Escritos !, 1879- 1909, Madrid: El Croquis, págs.346 y 350. 33 «La Universidad Comercial de Deusto», opus cit., págs.2-5. 34 Son varios los artículos referidos a este procedimiento constructivo. Los núms. 23 y 24 tratan sobre la aplicación del cemento por medio de aire comprimido; el núm. 27 versa sobre el vaciado rápido de bloques de hormigón, y los núms.39 y 40 giran en torno a cales y cementos. 35 «Federico Ugalde», C.A.D., núm. 7,15 de octubre de 1922, págs.14. «Nueva sucursal del Banco de Bilbao en Madrid», C.A.D., núm. 19, 15 de abril de 1923, págs.2-5. Sobre el uso del hormigón armado en Bilbao se puede consultar: ROSELL, J., CÁRCAMO, J., (1994),

Los orígenes del hormigón armado y su introducción en Bizkaia. La Fábrica Ceres de Bilbao, Bilbao: Colegio Oficial de Aparejadores

y Arquitectos Técnicos de Bizkaia. 36 «La belleza de Bilbao», C.A. D., núm. 20, 30 de abril de 1923, pág.l.

El Estado quiso mitigar la falta de habitación a través de las diferentes Leyes de Casas Baratas (1911 y 1921), pero desde La Construcción y las Artes Decorativas se denunció elfracaso e inoperancia de estas iniciativas excesivamente burocráticas que no garantizaban casas ni bonitas, ni mucho menos baratas40. En consonancia con los criterios de la época, desde el boletín se proponía la vivienda de baja densidad en propiedad como un modelo a seguir en la resolución de la

37 LAMPÉREZ Y ROMEA, V., (1923) , «La forma artística en las obras de cemento armado» , C.A.D., núm.15, 15 de febrero de 1923, págs.2-8. 38 «El arte de las construcciones industriales», C.A.D., núm. 22, 31 de mayo de 1923, págs. 5-7. Esta misma idea fue la que sostuvo Le Corbusier en su conocido libreo Vers Une Architecture publicado en 1923. 39 «La obra: presupuesto y liquidación», C.A.D., núm. 1, 15 de julio de 1922, pág.6; «La crisis de la construcción», C.A.D., núm. 2, 31 de julio 1922, pág. (5-7). «La crisis de la construcción», C.A. D. , núm. 28, 30 de agosto de 1923, págs.2-3. 40 «Las cooperativas de casas baratas», C.A.D. , núm. 37, 15 de enero de 1924, pág.1. «La vivienda vizcaína», C.A.D. , núm. 38, 31 de enero de 1924, pág. l. «Problemas bilbaínos. Casas Baratas», C.A.D., 30 de septiembre de 1922, núm.6, pág.8.

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falta de habitación41. Así se mostraba como ejemplar el barrio de !rala- Barrí (1902- 1917), una de las primeras iniciativas emprendidas en Bilbao para mitigar esta situación entre la población con menos recursos. La barriada fue un proyecto del arquitecto Federico de Ugalde en colaboración con el maestro de obras Pedro Peláez a instancias del empresario Juan José de Irala42. La iniciativa que se realizó al margen de cualquier ayuda institucional, erigió 453 viviendas en la periferia de la ciudad, y no en

Ante esta situación no es de extrañar que el arquitecto Estanislao Segurola exigiera desde las páginas de la revista, una solución al problema de la vivienda: ¿qué

el concepto español y corriente de «casas para obreros» esto es, zahúrdas mezquinas, en pugna con la dignidad de la cultura actual, sino que siguiendo modelos germanos en los que no falta ni el hall, ni el jardín, ni el cuarto de baño, ni todo cuanto pueda contribuir a la formación del hogar. Puesto que una de las carencias que señalaba el

atenciones se vienen dedicando a dar solución de albergue humano al menesteroso, al trabajador, a la clase media? ¿Dónde pueden vivir? Sin confundir vivir, con no morirse. Nada apenas se ha hecho en este sentido y aún es poco, con tal raquitismo que más parece acentuar la pobreza que corregirla47.

El grupo ubicado en las laderas del monte Archanda estaba destinado a una clase media cualificada; por lo que este tipo de iniciativas, que tan sólo estaban al alcance de unos pocos, no podían solucionar el grave problema de la falta de habitación de la época.

magacín era precisamente la sensibilidad hacia el hogar,

un hogar modesto, humilde y civilizado43. Sin embargo la iniciativa de !rala- Barrí que la publicación bilbaína mostraba como ejemplar, fue una excepción, fruto de un interés altruista que no tuvo carácter de continuidad. Mientras que durante estos años, con las ayudas estatales, tan sólo se construyeron un número reducido de viviendas para trabajadores44 (fig. 6). En 1922 el consistorio bilbaíno convocó al amparo de las Leyes de Casas Baratas un concurso de viviendas al que la revista otorgó una especial relevancia 45. El ayuntamiento se decantó por la propuesta de Ciudad Jardín de Pedro de Ispizua, que fue recibida como el primer

ensayo serio para la implantación en nuestra querida villa de esos encantadores barrios ingleses formados por cottages sencillos, limpios y armoniosos, medio ocultos entre flores y arbolado y reveladores de toda la dulzura, de toda la poesía46.

41 «Descripción de la Ciudad Jardín Bilbaína», C.A.D., núm. 14, 31 de enero de 1923, págs.3-4. «La Ciudad Jardín Bilbaína», C.A.D., núm. 28, 30 de agosto de 1923, pág.1. 42 UGALDE, F., (1922), «!rala- Barri», C.A.D., núm. 8, 31 de octubre de 1922, págs.2-7. 43 «Barriadas económicas», C.A. D., núm. 8, 31 de octubre de 1922, pág.1. 44 En la revista se citan la barriada de Empleados Tranviarios de Burceña en Baracaldo, obra de l. Gorostiza o CiudadAlbiz en Sestao erigida según el proyecto de H. J. Murga y Acebal. «La vivienda humilde», C.A.D., núm. 30,30 de septiembre 1923, pág. l. «La ciudadAlbiz de Sestao», C.A.D., núm. 38,31 de enero de 1924, págs.2-6. Una relación de las Cooperativas de Casas Baratas erigidas durante estos años se encuentra en: GÓMEZ GÓMEZ,A. J., (2001),Nueva Imagen de la Ciudad. Las Casas Baratas de Vizcaya,

1911- 1936,

Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia. Tesis Doctoral. DOMINGO HERNÁNDEZ, M., (2004), Vivienda obrera en Bilbao y el Bajo Nervión: las Casas Baratas, una nueva forma de alojamiento (1911- 1936), Girona: Universitat de Girona. Tesis

Doctoral. 45 «Barriadas económicas», opus cit. , pág.8. 46 «Descripción de la Ciudad Jardín Bilbaína», C.A.D., núm. 14, 31 de enero de 1923, págs.3-4.

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Segurola, en colaboración con Félix de Agüero, presentó al concurso del consistorio bilbaíno un proyecto de ciudad satélite compuesta por 296 viviendas repartidas en construcciones familiares y colectivas48. Junto con esta idea de ciudad satélite Segurola propuso , seguramente influenciado por ideas europeas, otras soluciones para conseguir una construcción más económica. Entre sus sugerencias destaca la estandarización de los materiales de construcción: construcción por grandes series; así como crear un modelo económico y de calidad49 . Su objetivo final era crear una vivienda tipo adaptada a las necesidades locales, un tipo de casa económica regional. Para conseguir este propósito veía necesario hablar mucho sobre el problema, que se podía concretar en propaganda sobre el mismo, o en la organización de certámenes y concursos relacionados con la vivienda. Tampoco descartaba apelar al ultraísmo económico de los más acomodados , tal vez teniendo en mente iniciativas como Irala- Barri. A la vez que sugería reformas legislativas tanto en el ámbito de las Leyes de Casas Baratas, para hacerlas más asequibles; así como sobre cuestiones urbanísticas, para lo que proponía promulgar una ley de extensión de poblaciones que asegurara una buena ordenación del conjunto50 . Pero si Segurola señalaba la consecución de una vivienda modelo económica, que presumiblemente podría fab ricarse en serie, como una solución al problema de la habitación; desde la revista se emplazaba a adoptar una

47 SEGUROLA, E., (1924), «Temas arquitectónicos del momento», C.A.D., núm. 39,15 de febrero de 1924, págs.2-5. 48 «La ciudad satélite», C.A.D., núm. 13,15 de enero de 1923, pág. l. SEGURO LA, E., AGÜERO, F. , (1923), «La ciudad satélite», C.A. D., núm. 13, 15 de enero de 1923, págs.2-6. «Casas económicas- viviendas familiares», C.A.D., núm. 25,15 de julio de 1923, págs.4-5. P.A., (1923), «Problemas de Bilbao», C.A.D., núm. 16, 28 de febrero de 1923, págs.6-7. 49 En el número 23 apareció un artículo sobre la normalización en la industria: AGNEW, P. G., (1923), «La normalización en la industria», C.A. D., 1 de noviembre , núm.32 , págs. 7-8. 50 SEGURO LA, E., (1924), opuse it.,págs.2-5.

nueva zona para la expansión de la ciudad en la que poder acoger la demanda presente y futura de estas viviendas. Para ello se proponía adoptar el Valle de Asúa como un nuevo espacio urbano, al que la capital quedaría unida a través de un túnel en el monte Archanda51. Esta propuesta partía de la aparente insuficiencia del perímetro de la capital; a la vez que se proponía Ibarrecolanda, en el cercano municipio de Deusto, como un posible emplazamiento de una Ciudad Satélite a la manera ideada por Segurola y Agüero52. Urge, Bilbao necesita ganar para si

la gran vega de Ibarrecolanda, como antesala para buscar a su hora una expansión más amplia hacia el valle de Sondica, hasta llegar al mar, que debe ser el limite natural, y que lo será con el tiempo53. En suma, desde La Construcción y las Artes Decorativas se proponía gestionar la falta de viviendas en un nuevo marco espacial, esto es, dentro de un ámbito metropolitano, ya existente, pero que había sido ignorado hasta entonces.

La ciudad- se señalaba desde el magacín- ha retrasado considerablemente el ascenso impetuoso a ciudad de primer orden, a gran metrópoli, que le corresponde al modesto Bilbao actual(. ..) El territorio de Bilbao, va hoy, a pesar de las pequeñas organizaciones municipales, desde Galdácano hasta el mar, y su gran avenida, viva y latente, la constituida por el rio Nervión (. .. ) Bilbao se halla, por un error de concepto al plantear el Ensanche, completamente localizado y con todas sus salidas taponadas, resultando una pequeña ciudad independiente(. .. )Bilbao está, si no amurallado, circundado por obstáculos que impiden un obligado y franco desarrollo (. .. ) Hay que tender a destruir(. .. ) la exagerada elevación de precios (. .. ) estableciendo puentes sobre la 51 «Problemas de Bilbao. Barriadas económicas. Ciudad Jardín», C.A.D., núm. 10,30 de noviembre de 1922, págs.8-9. En 1934 E. Segurola propuso un «Esquema de ampliación de Bilbao hacia la Vega de Asúa» , para lo que preveía igualmente perforar el monte Archanda, que ya había ideado en el plan de urbanización de las zonas anexionadas de Deusto y Begoña que elaboró en 1929. Asimismo en los primeros años de posguerra el Ayuntamiento bilbaíno planteó una Ciudad Nacional Sindicalista en la zona de Asúa. Esta misma idea se retomó de nuevo en 1960 en el «Concurso Internacional Valle de Asúa» con el que se pretendía recabar ideas para proyectar una ciudad satélite de cien mil habitantes que no llegó a realizarse. MUÑOZ, F.J., (2007), «La arquitectura muda. Bilbao durante los años de guerra y posguerra», Bidebarrieta, XVIII, págs.361-397. Concurso Internacional del Valle de Asúa, Madrid: Copigraf, 1961. Concurso Internacional del Valle de Asúa, Bilbao: Imprenta Industrial, 1962. 52 Esta idea fue retomada por R. Bastida en 1928, al proponer una ciudad Satélite en el mismo espacio, pero no llevó a la práctica hasta 1944 cuando la Obra Sindical del Hogar construyó allí el barrio de San Ignacio de Loyola. 53 «La anexión de Begoña y Deusto», C.A. D., núm. 25, 15 de julio de 1923, pág.3.

ria en puntos más estratégicos y laborando porque la electrificación de los ferrocarriles de las Arenas y Portugalete se lleve a cabo a la mayor brevedad, y de que se de comienzo a lo anunciado por los ferrocarriles vascongados que puedan motivar un desplazamiento de la edificación (. .. ) Descongestionar Bilbao(. .. ) resolvería el problema de la construcción barata, imposible de resolver por la carestia de los solares54. Las anexiones de los municipios cercanos de Deusto y Begoña, que no se efectuaron hasta 1925, se consideraban necesarias, casi consustanciales al crecimiento de Bilbao; y se interpretaron como parte de la gestación de un Bilbao metropolitano55. Pero para que la expansión de la ciudad fuese factible, se estimaba conveniente comunicar la villa y su área de influencia a través de diferentes puentes, así como de un sistema viario y ferroviario del que la ciudad carecía56. Para el arquitecto Ricardo Bastida, no sólo era preciso concebir la ciudad y sus problemas dentro de un espacio metropolitano para intentar resolver así deficiencias de una manera más eficiente; sino que también abogaba por ordenar este ámbito espacial en diferentes zonas: zonas industriales (Deusto y Asúa), comerciales (toda la ría hasta Zorroza) , residenciales (Echevarría y faldas de Archanda), y de esparcimiento (alto de Archanda, MaHona, alto de Castrejana, Morro y Mirivilla cuando las minas se agotasen)57. Desde las páginas de la revista se señaló así la necesidad que Bilbao tenía de rehacerse, de demoler y de

crear, en lo posible, una nueva fisonomía civil... ningún tiempo pasado fue mejor. Hagamos, entonces, el Bilbao actual y del porvenir.

54 EL APRENDIZ DE ALARIFE, (1923), «El Ensanche de Bilbao y sus comunicaciones» C.A. D., núm. 20, 30 de abril de 1923, págs. 5-7. 55 «Las anexiones», C.A.D., núm. 34, 30 de noviembre de 1923, pág.l. 56 FA., (1923), «Problemas de Bilbao», C.A. D., núm. 16, 28 de febrero de 1923, págs.6-7. «Problemas de Bilbao. Puentes sobre la ría», C.A. D., núm. 18, 31 de marzo de 1923, pág. l. «La reforma viaria», C.A.D., núm. 2, 30 de julio de 1922, pág. 7. «Problemas de Bilbao», C.A. D. , 31 de agosto de 1922, núm. 4, págs. 2- 7. «Problemas de Bilbao. El derribo del Instituto», C.A. D., núm. 7, 15 de octubre de 1922, págs.4-6. «Temas del momento», C.A. D., 15 de septiembre de 1922, núm.5 , págs.6-7. 57 En esta misma época, también se planteó la costa de Guecho como un lugar para el ocio de la población de la capital y su área de influencia. BASTIDA, R., (1923) , «Encales de Bilbao con los pueblos colindantes. Comunicaciones entre las dos márgenes de la ría. Zonas diversas de urbanización», C.A.D. , núm. 21, 15 de mayo de 1923, págs.5-7 ; y núm. 22 , 31 de mayo de 1923, págs.2-3. BASTIDA, R., (1923), «El problema urbanístico de Bilbao. Trozos de la conferencia de D. Ricardo Bastida en la Asociación de Arquitectos», C.A. D., núm. 34, 30 de noviembre de 1923 , pága-2-5; y núm.35, 15 de diciembre de 1923, págs.4-6. «Una gran playa en Bilbao», C.A. D., núm. 26, 31 de julio de 1923, pág.l. «Proyecto de aprovechamiento de marisma en playa de Ereaga. La playa de Ereaga (Algorta, Guecho) es la playa de Bilbao», C.A. D., núm. 26, 31 de julio de 1923, págs.2-6.

43 7

Hay que crear la ciudad metropolitana, la ciudad moderna, el Bilbao digno de hoy. La labor está empezada58.

Concl usión La Construcción y Las Artes Decorativas inició la importante labor de dar voz a diferentes reflexiones, críticas, propuestas y alternativas para definir y crear un nuevo espacio urbano, que años más tarde siguieron otras iniciativas editoriales.

En el bisemanario se plantearon desde cuestiones relacionadas sobre las formas de una arquitectura en hormigón armado, con múltiples referencias a estilos pasados; hasta propuestas para la resolución del problema de la vivienda, en consonancia con los criterios europeos

58 «Bilbao, metrópoli», C.A.D., núm. 26,31 de julio de 1923, págs.6-7.

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del momento . Per o la situación de la industria e instituciones locales, difícilmente pudieran haberse adaptado a una estandarización de los materiales de construcción o un planteamiento urbano metropolitano que propiciase un suelo más barato en el que poder construir, a la vez que permitiese afrontar de manera más efectiva los problemas del bajo Nervión. Por lo tanto, desde el magacín se realizaron diferentes propuestas de gestión de la ciudad, en muchos casos visionarias, que no se pudieron llevar a la práctica hasta años más tarde e incluso hasta fechas r ecientes. En suma, La Construcción y las Artes Decorativas fue un medio para la difusión de ideas y creación de opinión sobre cómo construir Bilbao. La revista diseño así una ciudad futura , una ciudad en papel, sobre la que se fueron añadiendo y corrigiendo necesidades y proyectos para crear la ciudad que conocemos en la actualidad.

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