La Candelaria hacia las Indias. La orden dominica y un poder de su cofradía en 1608

September 11, 2017 | Autor: C. Rodríguez Morales | Categoría: Religiosidad Popular, Documentación Notarial
Share Embed


Descripción

A

R

T

E

S

p

L

Á

S

T

I

e

A

S

La Candelaria hacia las Indias. La Orden dominica y un poder de su cofradía en 1606 CARLOS RODRÍGUEZ MORALES

Resumen. En 1606la comunidad conventual de Candelaria (Tenerife) recibió como miembros de la cofradía de la Virgen a dieciséis personas residentes en distintas partes de América, y les otorgó poder para que gestionasen la recepción y el envío de todas las limosnas y donaciones efectuadas allí a la imagen y a su santuario. El documento, cuya transcripción paleográfica se incluye, permite formular algunas consideraciones sobre la actitud de la Orden dominica ante esta devoción mariana de intensa proyección atlántica, en los años que marcan el paso del siglo XVI al XVII. Palabras clave: cofradías religiosas, devoción mariana, relaciones canarioamericanas. Abstract. In 1606 the conventual community ofCandelaria (Tenerife) accepted sixteen people who resided in different locations of America as new members ofthe confratemity, and gave them powers to manage the reception and shipping of all the alms and donations received there for the image and her sanctuary. The document, whose palaeographic transcription is included, permits us to draw up sorne considerations conceming the attitude ofthe Dominican order in respect ofthis devotion to the Virgin Mary, with far reaching Atlantic extent, which take place in the years that mark the transition between the XVI and XVII centuries. Key words: religious confratemities, marian devotion, canary-american relations.

Los isleños llevaron hasta América la devoción a la Virgen de Candelaria, que se tradujo en abundantes limosnas y dádivas remitidas desde el Nuevo Mundo donde su jama se difundió tempranamente. Valga citar el testimonio de fray Alonso de Espinosa al expresar que durante su juventud en Guatemala tuvo «de esta santa imagen noticia (¿mas dónde no se tendrá?)

34

ESTUDIOS CANARIOS

[2]

y oí contar prodigiosas cosas de ella» 1• Cimentado en la etapa de la evangelización, el culto a la Virgen concitó a pobladores prehispánicos, conquistadores y colonos de las Islas, y convirtió su santuario en una suerte de símbolo y punto de encuentro de la nueva sociedad. En 1534 el Concejo de Tenerife cedió la imagen y su iglesia a la Orden de Santo Domingo para fundar convento. A partir de los años finales del siglo XVI detectamos que este movimiento devocional adquirió una dimensión ultramarina cuyos beneficios llevaron a los dominicos a tratar de controlarlo no sólo en su aspecto religioso sino también en el meramente material, esto es, el cobro y la recepción de las mandas y ofrendas destinadas a la imagen y a su santuario. Ya en 1602 los conventuales de Candelaria habían otorgado escritura de poder a dos canarios, el capitán Gaspar Alfonso de Albamas y el licenciado Guillén Peraza de Ayala (el primero avecindado en Sevilla y el segundo allí residente) para demandar, resebir, aber y cobrar judisial y estrajudisialmente, y sacar de la Casa de la Contratas:ión de Sevilla y de qualesquier partes y personas en cuyo poder estén, y de sus bienes y de quien con derecho pueden y deban, conviene a saber todos los maravedís, oro, plata y otras qualesquier cosas y mercadurías que se deben y debieren, de aquí adelante, a este dicho convento y monasterio, ansí que ayan dejado i legado y mandado qualesquier personas en testamentos o fuera de ellos 2 ·

La conquista americana había situado y privilegiado a Sevilla como centro del comercio indiano; por ella salían los europeos y entraban las mercancías del Nuevo Mundo. Se entiende así la necesidad de los dominicos de contar en la ciudad del Guadalquivir con personas encargadas de gestionar la recepción de dinero y bienes remitidos al convento de Candelaria y de encaminarlos hasta la Isla. Pero el volumen de donaciones y legados y su diversa procedencia debió animarles poco después a extender su red de intermediarios por el continente americano, sin descuidar el control de la vía hispalense. Tal es el objeto de la escritura que motiva este trabajo, un documento por el que los frailes del convento tinerfeño otorgaron su poder a dieciséis personas avecindadas o residentes en distintos lugares de las Indias (Méxi-

1 A. de Espinosa, Historia de Nuestra Señora de Candelaria (edición original: Sevilla, 1594), Santa Cruz de Tenerife, 1980, pág. 16. 2 Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, Protocolos notariales, signatura 463, escribanía de Juan de Anchieta, fols. 53r-55v, 19 de abril de 1602. 3 Véase el anexo documental.

[3]

LA CANDELARIA HACIA LAS INDIAS

35

co, Santiago de Cuba, La Habana, Florida, Santo Domingo, Caracas y Cartagena de la Tierra Firme), a quienes recibieron «por hermanos y cofrades de la cofradía de Nuestra Señora de Candelaria»; a la vez, los facultaron para acoger nuevos cofrades, apuntándolos en sus libros y tomando razón de sus limosnas, y para recibir y cobrar cualquier género de donativos o legados destinados al convento y a la imagen de la Virgen3 • De estos personajes más de la mitad eran canarios y dos eran frailes dominicos con altos ministerios eclesiásticos, el obispo de Santiago de Cuba y el arzobispo de La Española. Del resto desconocemos su conexión con las Islas o con la Orden de predicadores: Jerónimo de Carcano, canónigo de la catedral de México; Francisco Femández Poveda, residente en La Florida; Bartolomé Díaz, proveedor de la gente de guerra de Santo Domingo; y Pedro López Treviño, vecino de Cartagena de Indias. En cuanto a los hombres naturales del Archipiélago, el documento puede valorarse como un pequeño directorio de canarios bien situados en América. Luis López de Azoca, natural de La Laguna, había sido teniente general de la provincia de Chile, alcalde de Corte de la Real Audiencia y Chancillería de la Ciudad de los Reyes en Perú, alcalde del Crimen de Lima y finalmente, desde 1601, alcalde de Corte de México, cargo citado en este documento, además de su pertenencia al Consejo de su majestad y su grado de doctor, obtenido en Leyes en el Colegio de Osuna. Su proximidad devocional a los dominicos se concretó además en la fundación de un convento de la Orden en el pueblo de San Bartolomé, en Chile, y en la de una capellanía en el convento de su ciudad natal 4 • Recibió poder también su cuñado Fernando del Hoyo y Azoca, quien desempeñó en México distintos cargos: corregidor y justicia mayor de las provincias de Chalco y Tlamanalco, y corregidor y alcalde mayor de la villa de Colima y Xilotán5 . El mercader de Icod Gaspar Alfonso -o Afonso- de Albamas, a quien ya hemos citado, vivió en Sevilla conectado con la carrera de Indias y el comercio canario-americano, y actuó también allí como intermediario en gestiones y encargos formulados desde las Islas6 • Tras enviudar en 1600 se estableció en México, donde fue administrador general de su Hospital Real,

4 A. Cioranescu, Diccionario biográfico de canarios americanos, Santa Cruz de Tenerife, 1992, t. II, págs. 232-233. 5 AA.VV., Nobiliario de Canarias (obra que escribió Francisco Femández de Béthencourt ampliada y puesta al día por una junta de especialistas), La Laguna, 1952-1967, t. Ili (1959), pág. 902. A. Cioranescu, Diccionario biográfico ... , ob. cit., t. I, pág. 125. 6 C. Rodríguez Morales, «Arte y comercio sevillano en La Laguna (1575-1635)», XIV Coloquio de Historia Canario-Americana (2000), Las Palmas, Cabildo Insular de Gran Canaria, 2002, págs. 1472-1481; y «Unas andas sevillanas para la parroquial de Icod», Ycoden. Revista de Ciencias y Humanidades, no 4, págs. 206-208.

ESTUDIOS CANARIOS

36

[4]

como se le menciona en el poder que nos ocupa. El capitán Alonso Perrera y su deudo Diego Díaz Perrera, asimismo nacidos en Tenerife, se habían establecido en La Habana donde se dedicaron principalmente al comercio de caldos isleños7 ; de Diego Álvarez, citado también en la escritura como residente en La Habana, suponemos su ascendencia canaria pero no hemos podido verificarla. Pedro de Ponseca Betancor, natural de La Laguna, fue nombrado dos años después de ser inscrito como cofrade de la Candelaria contador y juez de la Real Hacienda de Venezuela; luego fue regidor de Caracas y gobernador de Cuba8 • Naturales de Garachico y residentes en Caracas eran Pedro Blanco y sus parientes los hermanos Tomás y Juan de Ponte, el primero alcalde ordinario de Caracas en 1613 y el segundo alcalde de Caracas en 1604, procurador general en 1606 y alcalde de la Santa Hermandad dos años más tarde. En Santiago de Cuba y en La Española fueron apoderados su obispo y su arzobispo, respectivamente, fray Juan de las Cabezas y fray Domingo de Val derrama, pertenecientes a la Orden de predicadores. Llama nuestra atención que no se mencione ningún personaje establecido en Guatemala; pero con seguridad la cofradía contó con delegados en la antigua capitanía general, quizá comisionados por medio de una escritura similar a la que presentamos. En ella se nos proporciona también el nombre de la persona apoderada en aquella época por los dominicos para gestionar en Sevilla la recepción de donativos «de qualquier género» con destino a su convento, Ruy Pérez de Cabrera, a quien identificamos con el portugués vecino de la ciudad andaluza que en 1618 fue acusado de participar en una trama contrabandista junto a mercaderes canarios 9 • Esta cofradía de Nuestra Señora de Candelaria que cita el documento no es la documentada desde los años veinte del Quinientos con sede en el convento agustino de La Laguna, sino la que fundaron en el propio santuario los dominicos en el último cuarto del siglo, y que funcionó como un instrumento de control sobre el culto a la Virgen 10 . Esta escritura de poder nos A. Cioranescu, Diccionario biográfico ... , ob. cit., t. I, págs. 721, 557. AA. VV., Nobiliario de Canarias ... , ob. cit., t. II (1954), pág. 338. A. Cioranescu, Diccionario biográfico ... , ob. cit, t. I, pág. 303. 9 Véase M.F. Gómez Vozmediano, «Contrabando y poder en las islas occidentales durante el reinado de Felipe Il», Coloquio Internacional Canarias y el Atlántico 1580-1648, Las Palmas, 2001, págs. 455-477. Entre estos mercaderes de las Islas se menciona a Diego Díaz Perrera, uno de los personajes canarios recibidos como hermanos de la cofradía de la Candelaria en 1606. 10 Véase L. Santana Rodríguez, «La primera Cofradía de la Candelaria», Aislados. Artes y letras del Archipiélago, suplemento del diario El Mundo (Santa Cruz de Tenerife), 20 de agosto de 1999; y «Virgen de Candelaria. La devoción durante el siglo XVI», El Día (Santa Cruz de Tenerife), 11 de agosto de 2001. 7

8

LA CANDELARIA HACIA LAS INDIAS

[5]

37

proporciona algunas notas sobre su actividad, de la que en verdad poco se sabe. Conocemos así que había un «bolumen de las indulgensias de la dicha cofradía», además del habitual libro donde se apuntaban los hermanos; y se desprende también la existencia de un documento impreso en el que, tal vez, se hacía relación de estos tesoros espirituales. Aparentemente la corporación estaba abierta a todo tipo de miembros («todas las personas que quisieren entrarse y asentarse») sin que se mencione un criterio exclusivo por sexo o por condición social. Expresamos más arriba que, a nuestro juicio, en los años finales del siglo XVI el culto a la Candelaria afianzó su dimensión indiana y que los dominicos supieron aprovechar el atractivo piadoso de la imagen a través de la cofradía. En este sentido no nos sustraemos a anotar que la primera noticia sobre su existencia corresponde a 1583 11 , lo que casi viene a coincidir con el primer dato que constata la presencia en la Isla de fray Alonso de Espinosa, quien en 1592 ya había concluido la redacción de su Historia de la Candelaria que saldría de imprenta en Sevilla dos años después. Esta obra contribuyó, sin duda, a proyectar la devoción a la Virgen entre los fieles de dentro y fuera de las Islas, por lo que su edición puede valorarse dentro del plan de actuaciones de los dominicos al que nos estamos refiriendo. Y acaso podría considerarse lo mismo del libro titulado Estrella de la mar «que trata de Nuestra Señora de Candelaria», escrito por el canónigo Bartolomé Cairasco de Figueroa, que en 1609 dio poder a su compañero capitular Mújica Cerón para que vendiese el privilegio de impresión del volumen 12 ; sin embargo, quedó entonces manuscrito y ya hemos apuntado que décadas después, en 1642, los dominicos tuvieron intención de darlo a la imprenta en «Madrid o Sevilla o otra qualquiera parte» 13 • Libros, limosnas, oro, plata, joyas, perlas, sedas, brocados ... todo al servicio del culto a la Virgen de Candelaria, a la prosperidad de su convento y a la fortuna de sus frailes.

L. Santana Rodríguez, «La primera Cofradía de la Candelaria», art. cit. A. Cioranescu, «Cairasco de Figueora. Su vida. Su familia. Sus amigos», Anuario de Estudios Atlánticos, no 3, Madrid-Las Palmas, 1957, págs. 275-386. A. Millares Carlo y M. Hemández Suárez, Bio-bibliografia de escritores canarios (siglos XVI, XVII y XVIII), Las Palmas, 1977, t. I, pág. 146. 13 C. Rodríguez Morales, «Virgen de Candelaria», Sacra Memoria. Arte religioso en el Puerto de la Cruz, Puerto de la Cruz, 2001, pág. 129. 11

12

38

ESTUDIOS CANARIOS

[6]

ANEXO DOCUMENTAL

Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife: Protocolos notariales, signatura 466 [escribanía de Juan de Anchieta], folios 60r-62v. 1606, abril, 1O. Convento de Nuestra Señora de Candelaria la Real. «En el nombre de Dios todopoderoso y de la Virgen santa Maria su bendita madre. Sepan quantos esta carta vieren como nos el prior y frayles del convento de nuestra Señora de Candelaria la rreal de la ysla de Thenerife, una de las yslas de la Gran Canaria, estando como estamos juntos a capítulo a canpana tañida, segun que lo avernos de uso y costumbre, conviene a saber fray Geronimo Mas Betancor, prior del dicho convento y monasterio, y fray Gabriel de Aransibia, suprior, y fray Diego Ponse, y fray Antonio Lopez, y fray Juan Ramos, y fray Gaspar Cabrera, y fray Francisco de San Gregorio, y fray Salvador de Candelaria, y fray JosefRodrigues, todos de la horden de predicadores, frayles profesos y conventuales aguados en el dicho monasterio, por sí y en nombre de los demas fray les que dél son y seran de aqui adelante, otorgamos y conosemos por esta carta que en la mejor via y forma que de derecho mejor lugar aya, damos y otorgamos todo nuestro poder cunplido quan bastante de derecho se requiere y es necesario a el señor doctor Luis Lopez de A
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.