La arquitectura de los otros. Arquitectos vascos en el exilio mexicano: Tomás Bilbao y Juan de Madariaga// The Architecture of the Others. Basque Architects in the Mexican Exile: Tomás Bilbao and Juan de Madariaga

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Descripción

Artea eta Erbestea (1936-1960) Arte y Exilio (1936-1960)



separata

Koordinatzailea / Coordinadora: Carolina Erdocia Castillejo

LA ARQUITECTURA DE LOS OTROS . ARQUITECTOS VASCOS EN EL EXILIO MEXICANO : TOMÁS BILBAO Y JUAN DE MADARIAGA

Francisco Javier MUÑOZ (Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea)

Lo que siendo efímero Se sueña como eterno Luis Cernuda Introducción La brutalidad de la Guerra Civil supuso la muerte de un gran número de profesionales relacionados con la arquitectura y la construcción (Balldellou). Entre los arquitectos muertos cabría recordar a José Manuel Aizpurua (San Sebastián, 1904-1936) y a Pedro de Asúa (Balmaseda, 1890 - Liendo, 1936), que fueron fusilados, o a Joaquín Zarranz (Pamplona, 1903-1939), que pereció luchando en el frente, mientras que otros muchos optaron por “el pasado muerto” y el “porvenir helado”, que fue como Rafael Alberti definió el exilio (211). En la mayoría de los casos, los exiliados fueron profesionales comprometidos con el bando republicano y contribuyeron en el desarrollo de la arquitectura de sus países de acogida. El primer destino de muchos de ellos fue Francia, y con la Segunda Guerra Mundial se

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establecieron en América. Martín Domínguez (San Sebastián, 1897 Nueva York, 1970) estuvo primero en Cuba y luego Estados Unidos. Pablo Zabalo (San Sebastián, 1893-1961) se estableció en Santiago de Chile, hasta su regreso a San Sebastián en 1948. Venezuela y México fueron los países que acogieron a más exiliados. En Caracas residieron Javier Yárnoz (Pamplona, 1886 - Caracas, 1959) y Urbano de Manchobas (Ermua, 1887 - Caracas, 1968). Mientras que México fue el exilio de Arturo Sáenz de la Calzada (Labraza, 1907 - México DF, 2003), Tomás Bilbao (Bilbao, 1890 - México DF, 1954) y Juan de Madariaga (Bilbao, 1901-1996) hasta su regreso en 1955. Tomás Bilbao y Juan de Madariaga tuvieron vidas profesionales y personales paralelas. Los dos desarrollaron en la capital vizcaína su principal actividad arquitectónica anterior a la guerra y, junto con otros profesionales, tuvieron un protagonismo destacado en la renovación de la arquitectura de los años treinta. Asimismo, tras una breve estancia en Francia, los dos coincidieron en el exilio mexicano. Pero mientras la actividad arquitectónica de Bilbao en el exilio fue menor, Madariaga prosiguió con su profesión también a su regreso al País 2 Vasco.

Los años anteriores a la guerra Tomás Bilbao Hospitalet terminó los estudios de arquitectura en la Escuela de Arquitectura de Madrid en noviembre de 1919, a la edad de 29 años (AGA. Educación: 050.020, caja: 32/14355, legajo: 7274, expediente: 9). Es posible que la elección de los estudios de arquitectura guardase relación con que su padre, Patricio Bilbao, era uno de los contratistas de obras más importantes de la capital vizcaína.

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Sobre el exilio arquitectónico se pueden consultar las siguientes obras:

AA.VV., 2007 y 2008; Cueto, 1996 y 2008; Flores, 1961; Garritz, 2008; Giner

de los Ríos, 1980; Sáenz de la Calzada, 1978; Souto, 1982; Vicente, 2010. Sobre la arquitectura de Bilbao y Madariaga se pueden consultar las obras ya citadas de Cueto 1996 y 2008; Granja 2008; Juaristi y Pino, 2011, Sanz Esquide 1988 y AA.VV., 1995 y 1996.

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En Madrid el joven estudiante conoció la arquitectura de la mano de sus estudios, los debates del momento, las obras de la ciudad y sus protagonistas, especialmente de Antonio Palacios que está presente en algunos de sus proyectos posteriores. En Madrid Bilbao también vivió una paternidad frustrada, apuros económicos, el inicio de una vida en pareja, el enfrentamiento con sus progenitores y la bohemia de la ciudad. En sus dilatados años de estudiante, tal como recuerdan sus familiares: “Se dedicaba a la buena vida: le gustaban las zarzuelas y la ópera, el flamenco y las verbenas… contaba que salió de extra en Aida… que los estudiantes hacían una vida muy bohemia… era un 3 enamorado de Madrid” (Cueto 1996, 68). Asimismo mantuvo una relación con María Pino, con quien tuvo un hijo (Juaristi y Pino 118 y ss., 312). Inicialmente el joven estudiante recibía una pensión de su padre, pero “como tardaba tanto” en terminar los estudios (Cueto 1996, 68), y posiblemente también debido a su relación de pareja que la familia no aceptó, se la retiraron y rompieron comunicación con él. Seguidamente, para pagar sus gastos, Bilbao empezó a impartir clases particulares de física a futuros estudiantes de arquitectura. Al poco tiempo su relación con María Pino y su hijo se rompió, sin que nunca más llegara a saber de ellos. Antes de terminar la carrera, hacia 1918, Bilbao conoció a Julia Durán, natural de la localidad burgalesa de Miranda de Ebro donde, inicialmente, se establecieron en contra de la opinión de la familia Bilbao-Hospitalet.4 Allí Tomás Bilbao, además de crear su propia familia,5 realizó varios proyectos,6 y también en Espinosa de 3

Entrevista a José Luis Benlliure Galán y María del Carmen Bilbao Durán, México D.F., 8 de abril de 1994. 4 Durante la relación con Bilbao, Julia quedó huérfana con 15 años de edad y fue internada en un orfanato, de donde Bilbao la sacó junto con su hermana Trini, para vivir con ellas. La pareja tuvo hijos sin estar casada, hasta que con el advenimiento de la II República pudo hacerlo por lo civil (Juaristi y Pino 129, 260, 306, 309 y 319). 5 Tomás Bilbao Durán nació en 1921, a él le siguieron María (que murió prematuramente), Julia, Pedro y María del Carmen. 6 Miranda de Ebro: casa de vecindad en la calle Francisco Cantera, núm. 2, esquina calle de la Estación, promovidas por la Viuda de Escudero. 1931. Archivo Municipal de Miranda de Ebro. H-791-14 (Díez y Julián 136).

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los Monteros (Juaristi y Pino, 126 y 129) y Burgos, aunque su principal actividad la desarrolló en su localidad natal y otros municipios de Bizkaia y Gipuzkoa. No en vano, en los inicios de su carrera profesional, contó con los encargos y el apoyo de su padre, que le abrieron las puertas del mercado bilbaíno. Pero no fue hasta 1924 cuando los encargos fueron cada vez mayores, lo que obligó a que la familia 7 Bilbao-Durán decidiera trasladarse a la capital vizcaína. La actividad de Tomás Bilbao se centró en la construcción de viviendas (casas de vecindad, viviendas unifamiliares y cooperativas de casas baratas), a la vez que realizó otros proyectos, que fueron conocidos gracias a la presencia que tuvieron en las revistas y periódicos locales de aquellos años. El arquitecto bilbaíno, en sus obras, al igual que otros profesionales de la época, se sirvió de un repertorio enciclopédico y ecléctico de estilos y de un muestrario de elementos ornamentales que acomodó al proyecto que tenía que realizar y que actualizó con las novedades arquitectónicas de cada momento. En todos los casos se trató de proyectos de calidad, de formas severas, de una gran plasticidad y riqueza visual, así como con una destacada presencia urbana. Su modo de trabajar era perfeccionista y cambiaba aquello que no le gustaba: “Era muy detallista y no aceptaba la más mínima falta ʊcontaban que una vez tiró un muro, que aún estaba 8 fresco, a patadasʊ” (Cueto 1996, 69). Ello causaba la irritación de su hermano Pedro, encargado de las finanzas de los proyectos familiares, porque con ello subían los costes de las obras. En la obra de Tomás Bilbao anterior a la Guerra Civil podemos diferencias dos periodos. En la primero, entre 1919 y 1927, su arquitectura sigue las formas tradicionales de la arquitectura, mientras que a partir de 1928 su obra se va abriendo a nuevas maneras de entender la arquitectura y la profesión. En los primeros años, el arquitecto se 7

Cueto apunta que se trasladaron a Bilbao en 1924 (2008, 7), mientras que Juaristi y Pino (129, 319, 333, 334) señalan que el arquitecto viviría entre Miranda y Bilbao. En la capital vizcaína adquirió un chalet (en Elorrieta) donde viviría durante la semana, hasta que finalmente se estableció en la ciudad en los años treinta, aumentado la familia con tres hijos más: Manuel, José y Marisol. 8 Entrevista a José Luís Benlliure Galán y María del Carmen Bilbao Durán, México D.F., 8 de abril de 1994.

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decantó por formas cercanas a la arquitectura tradicional y vernácula en sus proyectos residenciales y en otros proyectos urbanos. Así, en las residencias urbanas en altura y otras propuestas, Bilbao se decantó por la arquitectura barroca, que nos podrían recordar a residencias señoriales de las principales Villas vascas de siglos pasados; mientras que las referencias al caserío vasco estuvieron presentes en viviendas de baja densidad constructiva ubicadas fuera de los centros urbanos. Una de las primeras obras del arquitecto fue una lujosa casa de vecindad en la calle de Ercilla número 20 de la capital vizcaína (19191922), dentro del Ensanche de Abando donde, en años posteriores, realizaría encargos similares. La fachada del edificio destacaba por la presencia de elementos barrocos, junto con una decoración interior igualmente tradicional. Esta misma concepción de la arquitectura la repitió en la Casa Social, actualmente Conservatorio, que realizó en Las Arenas (Getxo) en 1927, así como en la aneja, coetánea y desapa9 recida Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Mercedes. El edificio de la calle Ercilla se publicó en la revista local La Construcción y las Artes Decorativas en 1922 en un artículo firmado por el arquitecto titulado “Problemas arquitectónicos”. En él, Tomás Bilbao se hizo eco del debate del momento que seguía centrado en la búsqueda de propuestas autóctonas, en este caso barrocas, que sirvieran para regenerar la arquitectura de la época. Se refirió así al barroco como la manera de “acudir a las raíces que está en la actual constitución del pueblo mismo y ahogar ese movimiento” de enmascaramiento habitual en la arquitectura de la época que utilizaba las referencias al pasado de manera epidérmica (2-5). El texto de Bilbao estaba precedido de una cita de otro artículo de José Ortega y Gasset sobre “La voluntad del Barroco” (33-35). El artículo de Ortega apareció en febrero de 1920 en la revista Arquitectura, la publicación profesional más importante de aquella época en España, en un número monográfico dedicado a la arquitectura barroca, donde se recogieron otras contribuciones como las de Leopoldo Torres Balbás (47-51). En palabras de Ortega, la “voluntad del barroco” tenía que servir, no como un 9

En 1930 Tomás Bilbao proyectó para los Padres Agustinos Recoletos en el barrio bilbaíno de Zurbarán, junto a una de sus promociones de casas baratas, otro templo que nunca fue construido (AHFB. Bilbao. Fomento. 1931-EE-67-8).

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modelo, sino como una metáfora para orientarse. A lo que Torres Balbás añadió que de la arquitectura tradicional se tenían que aprender las maneras de “reaccionar nuestra raza respecto a los problemas constructivos”. Pero la habitual libertad con la que se adoptaron las formas tradicionales siguió suscitando las críticas hacia una arquitectura que se limitaba a lo postizo. Las referencias a la arquitectura tradicional siguieron presentes en otras viviendas unifamiliares y viviendas de casas baratas del arquitecto. Entre 1924 y 1928, Tomás Bilbao construyó seis promociones de casas baratas: cuatro en la capital vizcaína, una en Arrigorriaga y otra más para el Ayuntamiento de Azkoitia en el monte de San Martín, 10 para quienes también realizó un mercado de Abastos. Siguiendo la normativa sobre casas baratas, todas fueron viviendas unifamiliares o 11 bifamiliares en las afueras de los centros urbanos. En ellas destacaron formas cercanas a la arquitectura tradicional, como el caserío vasco o la casa torre, que eran habituales en otras residencias burgue12 sas que él mismo realizó en Bilbao, Getxo, Laudio y Erandio. Sin embargo, en otros proyectos, como el Centro Farmacéutico Vizcaíno en la calle General Cocha 20 de Bilbao, que realizó en 1924 10

Sociedades Cooperativas de Casas Baratas en Bilbao: Empleados de Oficina de Vizcaya (1924-1926), Ara Bella (1925), Buena Vista (1925), Obreros Panaderos (1927), Arrigorriaga: La Mutual (1925) y Azkoitia (1926). Al respecto se puede consultar: Gómez y Ruiz 2004; Gómez y Ruiz 2010; Gómez, Ruiz y Ruiz 2010; Domingo 2008, y Posse 1928. 11 En 1922 el ayuntamiento bilbaíno convocó un concurso para construir una barriada que paliara la situación de la escasez e insalubridad de la vivienda en la capital. La obra elegida fue la propuesta de Ciudad Jardín de Pedro de Ispizua (1923-1928), ya que era el proyecto que mejor reunía las condiciones para beneficiarse de la Ley de Casas Baratas de 1921; aunque el jurado del certamen, conformado por los arquitectos Ricardo Bastida, Adolfo Gil y Tomás Bilbao, consideró que la vivienda en altura sería la solución más idónea para una ciudad como Bilbao, donde el suelo era escaso y caro. 12 Vivienda unifamiliar para Aureliano Jaureguitabeitia en la Estada de Trauko, en las inmediaciones de la promoción de casas baratas para Empleados de Oficina (desaparecido), 1926. Vivienda unifamiliar para Ramón de la Sota en Ondategi, Getxo, 1929. Vivienda unifamiliar para José María Belausteguigoitia en Laudio (desaparecida), 1932. Vivienda unifamiliar para José Líbano en Asua (Erandio), 1933 (AA.VV., 199).

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en colaboración con el joven Hilario Imaz, titulado un año antes, podemos observar una vocación clasicista que fue desdibujada en su ampliación durante los años de posguerra. A partir de 1928, una vez que terminó los proyectos de casas baratas, las promociones urbanas en altura se convirtieron en sus proyectos habituales. Entre ellos cabría destacar los edificios, todos ellos en Bilbao, de Elcano 8 (1926-1928) (Loygorri de Pereda 1928, 6-10), el único iniciado años antes, Huertas de la Villa 4 (1928-1929); Epalza 2 (1928-1929); Alameda de Recalde 32 esquina Colón de Larreátegui (1928-1929); Ercilla 16 (1928-1930); y Arenal 5 (1928-1931) (Loygorri de Pereda, 1929, 6-10) (AHFB. Bilbao. Fomento 111/562). Se trataba de viviendas lujosas, donde destacaba el uso añadido, pero comedido, de elementos decorativos en las fachadas y las referencias a 13 la arquitectura de Antonio Palacios. Pero si en el proyecto de 1926 todavía encontramos referencias a la arquitectura tradicional, en los que realiza a partir de 1928 éstas desaparecen a favor de formas más austeras y geométricas, en algunos casos cercanas al art decó u otras propuestas de arquitectos coetáneos. De hecho, a partir de esta fecha, la arquitectura de Bilbao rompe con las formas vernáculas y se empieza a aproximar a otras que estaban en boga en aquellos años, el ya mencionado art decó primero y, a partir de 1931, el racionalismo que siguió presente en su arquitectura hasta la Guerra Civil. Es posible que el cambio en Bilbao estuviera influenciado por el joven Juan de Madariaga, que rápidamente se hizo eco de las novedades arquitectónicas y quien, antes de titularse en 1930, trabajó en el estudio de Tomás Bilbao (Juaristi y Pino 321). Las novedades decó se pueden apreciar, especialmente, en los detalles de los forjados de las puertas de entrada, que nos remiten a la Exposición de Artes Decorativas de París de 1925. La renovación formal en torno al decó destaca en el interior del Café Boulevard, en los bajos del edificio del Arenal, un ejemplo de los primeros ensayos de renovación arquitectónica que se realizó en la capital vizcaína. El inmueble fue un encargo de 1928 de la compañía de seguros La Unión 13

Más concretamente, la casa de vecindad de Alameda de Recalde 32 esquina Colón de Larreátegui nos podría recordar a la casa comercial Matesanz (1919-1923) en la Gran Vía 27 de Madrid, y la de Ercilla 16 al edificio de viviendas de la Calle Alcalá 1939 también de Madrid (1924-1925).

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y el Fénix para remodelar y ampliar un edificio de oficinas y viviendas en una de las arterias más céntricas de la capital. A diferencia del café, la fachada siguió una estética tradicional, con una cúpula central que se coronó con el vistoso emblema de la compañía, a la vez que el arquitecto instaló allí su despacho de trabajo. Muchas de las propuestas de Tomás Bilbao fueron recogidas en la revista local Propiedad y Construcción. En ella, el arquitecto dejó también sus opiniones sobre el desarrollo de la arquitectura de la época. Así en 1928 señalaba que la arquitectura tenía que intentar conjugar la importancia de la villa, la monumentalidad y la presencia que se les exigía a algunos edificios por su ubicación, así como las nuevas tendencias en arquitectura. El resultado, patente en sus proyectos, fue una arquitectura que se distanciaba tanto de los pastiches de arquitecturas tradicionales como de la “tendencia racionalista, hoy sobre el tapete” (Declaraciones de Bilbao en Loygorri de Pereda 1928, 6-10). El arquitecto probablemente se refería a la conferencia que, el 18 de mayo de 1928, Fernando García Mercadal, el principal propagandista del racionalismo en España, pronunció en Bilbao (Muñoz 2004, 195-213). Sin embargo, al poco tiempo, Bilbao realizaba su propuesta más novedosa: el pabellón de Altos Hornos de Vizcaya para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 (fig. 1, pág. 75). El ensayo de modernidad de la caja de cristal esmerilado y latón niquelado, se inspiró en el Garaje Alfa Romeo de París de Robert Mallet-Stevens que Arquitectura publicó en diciembre de 1926 (Mallet-Stevens 470484). De igual forma la articulación exterior del pabellón nos podría recordar a los juegos volumétricos que también Mallet-Stevens utilizó 14 en muchos de sus proyectos. La obra fue testimonio del cambio que todavía estaba por llegar y que se limitaba tímidamente a obras efímeras y sin voluntad de permanencia, en una muestra donde primó una visión tradicional y conservadora de la arquitectura. Una de las pocas excepciones fue el conocido pabellón de Alemania de Ludwig Mies que, el todavía estudiante, Juan de Madariaga dibujó (AA.VV. 1996, 43) en su estancia en Barcelona. 14

Más concretamente, nos referimos a un proyecto de Villa que no llegó a realizarse de Mallet-Stevens publicado en la revista francesa L’Architecture Vivante (verano de 1924), conocida y leída en España, y en Arquitectura (julio de 1924).

Fig. 1 Tomás Bilbao. Pabellón para Altos Hornos de Vizcaya en la Exposición Universal de Barcelona, 1929. Publicado en “Instalación para Altos Hornos de Vizcaya en Barcelona”. Arquitectura 131 (marzo de 1930): 85-86.

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La presencia de la arquitectura racionalista, a la que inicialmente Tomás Bilbao se opuso, fue cada vez mayor a través de otras conferencias, exposiciones y publicaciones. Prueba de ello fueron las intervenciones en Bilbao de Luis Lacasa y Manuel Sánchez Arcas en 1929 y Walter Gropius en 1930, junto con las exposiciones celebradas en San Sebastián de Artistas Vascos de 1929 y de Arquitectura y Pintura Modernas de 1930. A la vez que destacó la actividad de la revista AC (1931-1937), a la que Tomás Bilbao, al igual que muchos profesionales vascos, estuvo suscrito (AHC. GTACPAC. Suscripciones). El boletín fue el órgano de propaganda del GATEPAC (Grupo de Arquitectos y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), creado en 1930 y que contaba con tres grupos: el Grupo Centro (en Madrid), el Grupo Este o GATCPAC (en Barcelona) y el Grupo Norte (en el País Vasco). Este último estaba integrado por Luis Vallejo en Bilbao y José Manuel Aizpurua y Joaquín Labayen en San Sebastián. En 1931, al poco tiempo de constituirse el GATEPAC y empezar a publicarse su revista, Tomás Bilbao fue nombrado teniente de alcalde del Ayuntamiento de Bilbao (Fomento) por el grupo Acción Nacionalista Vasca (ANV) dentro del consistorio presidido por Ernesto Ercoreca, de Acción Republicana. Bilbao, junto con Nicolás de Madariaga, hermano de Juan de Madariaga, que también fue nombrado teniente de alcalde, había sido uno de los fundadores de ANV un año antes. Dentro de la alcaldía, Bilbao fue nombrado presidente de la Jun15 ta de Viviendas Municipales del consistorio. En diciembre del mismo año la Junta convocó un concurso para construir un grupo viviendas municipales en Solokoetxe, uno de los arrabales de la ciudad. Su objetivo fue mitigar la carencia de viviendas económicas así como el paro obrero y, principalmente, definir un modelo de vivienda social moderna que pudiera repetirse en iniciativas posteriores. El concurso tomó como referencia experiencias previas y las propuestas sobre vivienda mínima que la arquitectura racionalista había formado en diferentes foros. Destacaron especialmente las referencias a los CIAM (Congrés International d’Arquitecture Moderne) de Frankfurt y Bruselas, en los que Vallejo, Aizpurua, Madariaga y su amigo, el pamplonés 15

Paralelamente su padre obtuvo el acta de concejal en las elecciones de 9 de noviembre de 1913 por el PNV (Juaristi y Pino 310).

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Joaquín Zarranz, habían participado. Las bases del concurso prescribieron así viviendas reducidas con diferentes programas dentro de un bloque abierto y en altura, que ya poco tenía que ver con las experiencias de casas baratas en las que el propio Bilbao había participado en años anteriores. Tomás Bilbao tuvo una especial relevancia en la redacción de las bases del concurso. De ahí que en diciembre de 1931, al poco de conocerse la convocatoria, el GATEPAC acordara felicitar al arquitecto, a través de Aizpurua, o que en 1933 Tomás Bilbao figurara como uno de los nuevos miembros del Grupo Norte del GATEPAC 16 que no llegó a ser efectivo. El jurado del certamen, compuesto por Bilbao y otros profesionales, eligió la propuesta del veterano arquitecto local Emiliano Amann que se erigió entre 1932 y 1933. Paralelamente, en junio de 1932, el consistorio bilbaíno, a través del Patronato Escolar y de Cultura de Bilbao, convocó otro concurso para construir el grupo escolar de San Francisco. Con él se quería marcar la pauta a seguir por el resto de centros que se acometiesen en Bilbao y dar respuesta a la demanda escolar y de servicios sociales en un enclave urbano marginal que se pretendía regenerar. Las bases se hacían eco, una vez más, de las modernas orientaciones sobre la materia a las que la arquitectura racionalista también había contribuido. En el jurado figuraba, entre otros profesionales, Tomás Bilbao que, posiblemente, fue uno de los artífices del proyecto. De este modo, con el advenimiento de la II República, Tomás Bilbao empezó a hacer arquitectura desde la política, con la intención de iniciar nuevos proyectos escolares y de vivienda. Entendió que la política era una herramienta más, si no una de las más importantes, de hacer arquitectura, en una época de grave crisis económica que había afectado de manera muy destacada a la construcción y era necesario fomentarla a través de obras públicas. Además los dos certámenes amparados por el consistorio municipal contribuyeron en dar a conocer la arquitectura racionalista, ya que fue a partir de entonces, a partir de 1931-1932, cuando la nueva arquitectura tomó carta de naturaleza en Bilbao de manera definitiva. De hecho, Tomás Bilbao pasó de mostrase contrario al racionalismo, en 1928, a convertirse en uno de 16

Carta de Barcelona a Aizpurua, fechada el 29.12.1931, y carta de Aizpurua a Josep Torres, fechada el 28.12.1933. AHC. GATCPAC. Correspondencia. Sobre el Grupo Norte se puede consultar: Muñoz 2009, 237-276.

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sus principales defensores y artífices. Así lo hizo en diciembre de 1932 desde las páginas de Propiedad y Construcción, destacando la “hermosura” de una arquitectura que estaba llamada a imponerse (Loygorri de Pereda 1932, 8-10). El arquitecto, siguiendo las ideas que Mallet-Stevens había publicado años atrás en Arquitectura, apuntaba que el racionalismo había logrado que variase el concepto de belleza, que se basaba en elementos plásticos y no añadidos (MalletStevens 484). Aunque tal como señaló el arquitecto bilbaíno Pascual Perea en respuesta a Tomás Bilbao, no dejó de ser un “pretendido racionalismo arquitectónico” (1-2). En la mayoría de los casos la arquitectura de Bilbao, al igual que la de sus compañeros, fue igual de ecléctica y superficial que en años anteriores, y no tenía nada que ver con las ideas expuestas por sus creadores, y sí con las limitaciones de una trama urbana, ordenanzas, técnicas constructivas, intereses económicos, así como gustos y costumbres de clientes y arquitectos, que el propio Bilbao reconoció (Loygorri de Pereda 1932, 9-10). Este tipo de racionalismo fue el que Tomás Bilbao utilizó a partir de 1931 en los primeros ejemplos de arquitectura racionalista que se construyeron en la capital vizcaína. Prueba de ello son las casas de vecindad de Ripa 6 (1930-1932) (Loygorri de Pereda 1932, 8-10) y Diputación 12, esquina con Rodríguez Arias 2 (1931?)17, este último erigido para su padre, o que éste, seguramente influenciado por su hijo, aceptase la propuesta racionalista de Manuel María de Smith para una casa de vecindad en Alameda de Recalde 38, esquina con Licenciado 18 Poza (1931-1932), donde fijó su residencia. Se trató de inmuebles dentro del Ensanche bilbaíno que se caracterizaron por la alternancia de vanos en base a ventanas, miradores o balcones corridos, que en algunos casos podían tener remates curvos muy característicos. En la mayoría de fachadas era habitual alternar los revocos y zonas enjalbegadas con otras pintadas o enchapadas de ladrillo rojo de Valladolid. De manera excepcional, y en proyectos de mayor presupuesto, el 17

En la actualidad el expediente de construcción del edificio está desaparecido, por lo que no se puede concretar la fecha del proyecto. No obstante, y teniendo en cuenta las opiniones y el desarrollo de la arquitectura de Tomás Bilbao, consideramos que podría acercarse a 1931. 18 Previamente Patricio Bilbao encargó a Smith su residencia en las inmediaciones del cementerio de Begoña, que más tarde fue cedida a una orden religiosa femenina.

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ladrillo podía ocupar gran parte de la fachada del edificio. Así lo hizo Tomás Bilbao en algunos de sus proyectos, llegándose a constituir en una característica propia de su arquitectura. En todos los casos, la presencia del color de las fachadas, se completaba con las tonalidades verdes y marrones de los ensamblajes y persianas. Mientras que en el interior, como ya hemos apuntado, los edificios seguían una distribución tradicional y ya conocida de la vivienda que poco tenía que ver con el racionalismo. Entre noviembre de 1930 y febrero de 1932, Tomás Bilbao realizó un proyecto de oficinas y viviendas en el muelle de Ripa, frente al edificio de la Unión y el Fénix. Se trataba de un edificio destinado inicialmente sólo a viviendas. Pero en el trascurso de las obras, hacia 1931, coincidiendo con la celebración del concurso de viviendas municipales de Solokoetxe, el arquitecto añadió oficinas en la planta baja y alteró la estética de la fachada. El inmueble se coronó con una techumbre que imitaba a la cubierta de un barco, con mástil incluido, que la revista Propiedad y Construcción, no dudó en calificar de ultramoderna. No en vano fue, como ya hemos apuntado, uno de los primeros ejemplos de arquitectura racionalista que se construyó en la capital. Aunque el propio arquitecto, en las declaraciones que recogió Propiedad y Construcción, al referirse a la distribución de la vivienda admitió que se trataba de un modo de organizarla inadmisible para el racionalismo y divorciado, por tanto, del espíritu que se había asumido en la fachada (Loygorri de Pereda 1932, 9-10). Aunque no sucedió así en el proyecto no construido que realizó en 1932 para Cooperativa la Alianza Vecinal en Uríbarri (Bilbao), en la que repitió el esquema propuesto por Aman en Solokoetxe (Loygorri de Pereda, 1932, 8-14). Bilbao, dependiendo de los encargos, atemperó el racionalismo de las fachadas, tal como puede apreciarse en varios proyectos de 1932. Algunos de ellos fueron publicados en Propiedad y Construcción en diciembre del mismo año, lo que nos da cuenta del éxito que el arquitecto había alcanzado. En la vivienda unifamiliar que proyectó, pero no construyó, para la familia Lequerica en Las Arenas, las fachadas alternaban grandes vanos de filiación racionalista, con referencias a la arquitectura señorial mediterránea y andaluza; y en la que erigió para José María Belausteguigotia en Laudio, realizó una interpretación

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racionalista del caserío vasco. Asimismo, en la reforma de la clínica 20 ginecológica que proyectó en la Alameda de Mazarredo de Bilbao, se sirvió de una articulación racionalista de la fachada; mientras que en la promoción de cinematógrafo y viviendas que realizó en la ciudad de Burgos en el mismo año, se aproximó a la arquitectura de Antonio Palacios en las casas y adoptó una propuesta más moderna en el 21 edificio público. Con el gobierno radical de 1934, el consistorio municipal fue destituido y Bilbao, al igual que el resto de la corporación, fue encarcelado e inhabilitado durante ocho años para ejercer cualquier cargo público, hasta su restitución en 1936. Precisamente a partir de 1934 la actividad arquitectónica de Bilbao se acrecentó con varios encargos de casas de vecindad en los que, al igual que otros profesionales, siguió la estética marcada en el edificio de Ripa en la fachada y el art deco en detalles interiores de espacios comunes. De las obras proyectadas en estos años, tan sólo una fue concebida con un uso mixto de viviendas, 22 talleres y oficinas (Fernández del Campo 25. 1934-1936), mientras que el resto fueron exclusivamente viviendas. En algunos de ellas destacó el uso del ladrillo en casi toda la fachada (Henao 15, esquina con Heros 24 para Patricio Bilbao, 1933-1934 (Loygorri de Pereda 1933, 8-9; AHFB. Bilbao. Fomento. 1936-EE-119-33). Alameda de Urquijo 58, 60, 62 y 64, 1933-1935 (AHFB. Bilbao. Fomento. 1937EE-126-17) (fig. 2, pág. 86), General Concha 10, y Licenciado Poza 5 y 7 (1936-1941), en colaboración con Emiliano Amann, a quien conocería de manera más estrecha a partir de la experiencia de Solokoetxe 19

José Félix de Lequerica y José María de Belausteguigoitia fueron compañeros de clase de Tomás Bilbao en el Instituto Vizcaíno. 20 El proyecto es una reforma de un edificio construido por el arquitecto Cecilio Goitia (1905-1906) que ya era utilizado como clínica ginecológica y vivienda (AHFB. Bilbao. Fomento. 5ª/0566/009). 21 Burgos: casa de vecindad y Teatro-Cine Gran Burgos entre la plaza del Cid, la calle de Vitoria y la Avda. del Arlanzón, promovidas por Carmelo Castrillo Olavarría. 1933. Archivo Municipal de Burgos. 17-4788; García Guatas 429-439; Andrés López 240-241. 22 Bilbao realizó un primer proyecto de taller entre 1930 y 1931, sobre el que más tarde realizó el proyecto actual de taller, almacén, oficinas y casa cuádruple de vecindad para la empresa Deprit y Cía. (AHFB. Bilbao. Fomento. 1932-EE-83-95 y 1936-EE-120-42).

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(AMB. 1941-XIV-432-608 y 1941-XIV-432-609), así como el uso de miradores (Fernández del Capo 25, 1934-1936) o el remate en chaflán (Alameda de Recalde 7, Lersundi. 1935-1936 para Patricio Bilbao. Henao 15, Heros 24) (AHFB. Bilbao. Fomento. 1936-EE-121-54), que nos podrían recordar a otras propuestas del arquitecto alemán Erich Mendelsohn, y que fueron habituales entre otros profesionales de la época, entre ellos Madariaga. Juan Bautista Ramón de Madariaga y Astigarraga fue hijo del conocido abogado y político Ramón de Madariaga, que contribuyó a la elaboración del Estatuto Vasco. El joven Madariaga estudió dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, donde era habitual que se prepararan futuros arquitectos, y hacia 1924 inició sus estudios en Madrid, hasta que en julio de 1931 obtuvo el título de arquitecto, al igual que Tomás Bilbao, a la edad de 29 años (AGA. 32/ 14822, 7746, 15). Previamente pasó una temporada en Inglaterra, donde también había estudiado su padre. Durante su estancia en Madrid, Madariaga vivió en la conocida Residencia de Estudiantes, lo que le permitió estar en contacto con las novedades de la arquitectura racionalista, no en vano en aquellos años pasaron por la residencia Le Corbusier (1928), Meldensohn (1929), Theo Van Doesburg o Walter Gropius (1930) (AA.VV. 2010a y 2010b), a la vez que la novedad de muchas de sus propuestas y otros profesionales, como Mallet-Stevens o Mies, estaban presentes en muchas publicaciones de la época que llegaban a la biblioteca de la 23 escuela. En 1929, como ya hemos apuntado, Madariaga acudió a la Exposición Internacional de Barcelona, donde visitó el pabellón de Mies del que realizó varios dibujos a lápiz. Precisamente a partir de 1929, Madariaga empezó a realizar sus primeros proyectos, que hasta el inicio de la Guerra Civil fueron muy escasos, pero que compartieron su filiación con la arquitectura racionalista, así como la colaboración con otros profesionales. En 1929, junto con su amigo y compañero de estudios, Joaquín Zarranz, participó en el Concurso Nacional de Vivienda Mínima (CNVM). El concurso se convocó con motivo de la exposición sobre viviendas que iba a acompañar al II CIAM y se iba a celebrar en Frankfurt entre el 24 y 23

Madariaga destacaba el donativo que realizó el arquitecto e ingeniero afincado en Estados Unidos, Juan C. Cebrián, a la biblioteca (Sanz Esquide 22).

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26 de octubre. Mercadal, como delegado del CIRPAC en España, organizó, en marzo de 1929, el CNVM con el fin de conseguir propuestas propias, ya que el modo de abordar el problema de la vivienda en España poco tenía que ver con otras experiencias que se estaban desarrollando en Europa. Los arquitectos vascos presentaron dos propuestas: una unifamiliar de dos pisos y otra en altura con dos viviendas por planta, que el jurado español criticó. Pero una de ellas (la segunda), junto con otras propuestas de Luis Vallejo, Amós Salvador y Juan Arrate, participó en la exposición del congreso y, posteriormente, se exhibieron en diferentes ciudades europeas. En la primavera de 1930, se editaron a modo de catálogo con el mismo título del congreso: Die Wohnung für das Existenzminimun (La vivienda para el mínimo nivel de vida). Una vez terminó la carrera, Madariaga trabajó en los estudios de Pedro Muguruza y Luis Gutiérrez Soto (Sanz Esquide 1996, 22), pero Madariaga no compartió con ellos su interés por la nueva arquitectura y la vivienda, algo que sí haría con Tomás Bilbao. Como ya hemos adelantado, en 1931 se convocó el concurso de viviendas municipales de Solokoetxe, con Tomás Bilbao como principal impulsor. El jurado, en el que además de Bilbao también estuvo Zarranz, eligió la ya citada propuesta de Amann, que siguió uno de los proyectos presentados en el II CIAM. Juan de Madariaga presentó, en este caso junto con Luis Vallejo, una propuesta que fue galardonada con el segundo premio. El proyecto, que tomaba como punto de partida una de las viviendas ideadas por Madariaga-Zarranz para el CNVM, era una vez más una reflexión en torno a la optimización del espacio doméstico y compartía con otras ideas presentadas orientaciones contrapuestas, cuyo interior se organizaba en torno a una pieza central común, que actuaba a modo de eje distribuidor del resto de la casa. Madariaga recuperó la colaboración con Zarranz en el ya citado concurso escolar de San Francisco (fig. 3, pág. 93). El jurado, compuesto entre otros por Tomás Bilbao, se decantó, en marzo de 1933, por la propuesta de Madariaga-Zarranz. En ella los arquitectos se sirvieron de modelos alemanes y franceses sobre arquitectura escolar que conocían mediante libros, revistas o viajes (Muñoz, 2012), lo que nos remite a la importancia de modelos foráneos en la construcción del primer racionalismo. Pero las condiciones del terreno, el presupuesto y la magnitud del proyecto, les obligó a adoptar soluciones que

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no creían que fuesen las más adecuadas. Las obras se inauguraron el 1 de mayo de 1933, con la presencia del presidente de la República Niceto Alcalá Zamora, el ministro de Obras Públicas Indalecio Prieto, representantes municipales, militares y los arquitectos del proyecto. Con la inauguración de las obras se quiso mostrar, por tanto, la capacidad de gestión de las nuevas instituciones en la creación de un servicio público con el que se mostraba la voluntad de una política educativa igualmente diferente: universal, laica y según novedosos principios pedagógicos a los que el racionalismo daba forma. Sin embargo, las obras del grupo escolar se retrasaron y paralizaron en sucesivas ocasiones debido a las lluvias, las dificultades del terreno y la cimentación, así como al aumento del presupuesto y los problemas de financiación. Como resultado, para octubre de 1935 tan sólo se habían realizado obras parciales de hormigón armado de una parte de las instalaciones, que no se inauguraron hasta el 3 de febrero de 1945, sin que se llegara a construir gran parte del grupo. El proyecto, que sirvió como modelo para otras experiencias escolares, se publicó en diferentes publicaciones, entre ellas la revista AC, desde donde se presentó a sus arquitectos como “pertenecientes al G.N.” 24 (Grupo Norte del GATEPAC). 25

Zarranz era miembro del grupo, al menos desde enero 1932, por lo que posiblemente influyó en que Madariaga también se afiliase al GATEPAC. Además de poder aparecer en la revista del grupo, los jóvenes arquitectos también entraron en contacto con otros grupos internacionales de carácter similar en torno a los CIAM y el CIRPAC (Comité international pour la réalisation des problèmes architecturaux contemporains). Así el 16 de noviembre de 1933 Aizpurua escribió a Sigfried Giedion, secretario del CIRPAC, con el propósito de que recibiera a Madariaga y Zarranz en su viaje para visitar y documentarse sobre modernos centros escolares. Seguidamente, el día 29 del mismo mes, Sert se molestaba en dirigirse a Le Corbusier para presentarle a 24

“Sección de noticias. Nuevo triunfo de GATEPAC”, AC, 7, tercer trimestre de 1933: 47. 25 De ahí que, el 11 de enero de 1932, Aizpurua escribiera a Torres solicitándole que la correspondencia que le remitiera fuese por triplicado, para poder así enviársela a Vallejo en Bilbao, y al nuevo socio de Pamplona Joaquín Zarranz (AHC. GATCPAC. Correspondencia).

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Madariaga “joven arquitecto de Bilbao, entusiasta de la arquitectura 26 moderna”, con la intención de que le mostrara sus últimas obras en París: el Armée du Salut (1929) y el pabellón suizo de la Cité Universitaire (1930-1933), construido en colaboración de Pierre Jeanneret. Al poco tiempo, a finales de año, se anunciaba la ampliación del Grupo Norte también a otros arquitectos guipuzcoanos (Eduardo Lagarde t.1911; Luis Vallet t.1920; José Antonio Ponte t.1931; Juan de Olazábal t.1931; José María Muñoz-Baroja t.1933) y un único vizcaí27 no: Tomás Bilbao. La participación del arquitecto en los concursos municipales de Solokoetxe y San Francisco seguramente motivó su presencia en el grupo, como también su relación con Madariaga, que presumiblemente le animaría a tomar parte en el mismo; sin embargo, a pesar del interés inicial, la actividad del Grupo Norte, como ya hemos apuntado, fue prácticamente nula. Al poco tiempo de ingresar en el GATEPAC, en junio de 1934, Madariaga se casaba con María Teresa Aguirre. En aquellos años Madariaga realizó diferentes proyectos, principalmente viviendas, en Getxo, Pamplona y Bilbao donde, al igual que en los proyectos de Tomás Bilbao, destacó la nueva estética racionalista, aunque no así una nueva organización de los espacios interiores. Entre todos los proyectos sobresale la sede de la S.E. Hidroeléctrica Ibérica que en 1934 realizó Manuel Galíndez, junto con Ignacio María de Smith y el joven Madariaga, aunque las obras no se finalizaron hasta 1939 (AMB. 1939-XIV-3403-92; BNB 8-11). Se trató de un edificio de gran volumen que destacaba por las dimensiones del patio interior que permitían una adecuada iluminación, ventilación y soleamiento de las dependencias abiertas en él, así como la sencillez de su fachada, que estaba inspirada en otros proyectos de Galíndez: la sede del Banco de Vizcaya en Madrid (1930-1933) y el edificio en construcción para Seguros La Aurora en Bilbao (1931-1939); aunque en este caso gran parte de la fachada se cubrió con ladrillo rojo, de manera similar a como lo estaba realizando Tomás Bilbao en algunas de sus promociones residenciales. 26

Carta de Aizpurua a Giedion fechada el 16 de noviembre de 1933, cfr. en Medina Murua, 28. Carta de Sert a Le Corbusier fechada el 29 de noviembre de 1932 (AHC. GATCPAC. Correspondencia). 27 Carta de Aizpurua a Torres, fechada el 28 de diciembre de 1933 (AHC. GATCPAC. Correspondencia).

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En el mismo año, Madariaga proyectó una casa de vecindad en Algorta (Getxo) (Telletxe 1, esquina Juan Bautista Zabala) (Propiedad y Construcción 194, 7-8) y, junto con Zarranz, el proyecto de la ciudad jardín de Pamplona, la Colonia Argaray con 105 viviendas, que atendiendo a los deseos de su promotor se acercaba a propuestas de la época de las casas baratas, también en su estética regionalista (Garitaonandia de Vera, 587-606). En 1936, antes de iniciarse la guerra, Madariaga realizó dos proyectos de casas de vecindad que tuvo que abandonar, y que retomaron y formularon otros profesionales (Doctor Areilza 18, 20 esquina Licenciado Poza, José María Sainz Aguirre, 1936-1940. Buenos Aires 4, Fernando Arzadun, 1938-1942) (AMB 1942-XIV-463-757 y 1944-XIV-520-749). En consecuencia, mientras el veterano Tomás Bilbao tuvo una importancia destacada en el desarrollo de la arquitectura en la capital vizcaína antes de que se iniciara la Guerra Civil, el joven Juan de Madariaga tan sólo realizó contados proyectos que no pudo ver construidos. Los años de guerra y exilio Durante los años de guerra, como cabría suponer, la actividad profesional de Tomás Bilbao y Juan de Madariaga fue menos intensa. Una vez que las tropas sublevadas tomaron el País Vasco, los dos arquitectos se trasladaron a Francia, donde siguieron manteniendo el contacto. Allí permanecieron hasta que las tropas alemanas, aliadas del régimen franquista, entraron en Francia, y los arquitectos optaron por el exilio hacia México. La opción mexicana no fue casual, debido a la política de acogida del gobierno del general Lázaro Cárdenas. Así otros artistas y profesionales vascos también se establecieron en el país americano. Tal fue el caso del pintor Aurelio Arteta (Bilbao, 1879 - Ciudad de México, 1940), que retrató a la familia MadariagaAstigarraga, o el crítico de arte Juan de la Encina (pseudónimo de Ricardo Gutiérrez Abascal) (Bilbao, 1881 - Ciudad de México, 1963), que impartió clases de historia del arte en la Escuela de Arquitectura 28 de la UNAM. 28

Juan de la Encina llegó a México en 1938. Allí escribió varios ensayos sobre arte y a partir de 1941 impartió clases en diferentes universidades del país. Entre aquellas cabría destacar el seminario de Historia del Arte que impartió en la Escuela Nacional de Arquitectura de la UNAM entre 1947 y 1963 y que influyó entre los profesionales de aquella época (Cueto, 2008, 30-31).

Fig. 2 Tomás Bilbao. Casas de vecindad en la Alameda de Urquijo 58, 60, 62 y 64 de Bilbao, 1933-1935. Publicado en la revista Vida Vasca (1935): s.p.

Fig. 2

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Tras la victoria del Frente Popular en las urnas, Tomás Bilbao, al igual que Ercoreca y otros políticos, fue rehabilitado y recuperó su puesto de teniente de alcalde de la ciudad. Seguidamente, ya en plena Guerra Civil, el 10 de octubre de 1936 fue nombrado Director General de Obras Públicas del recientemente constituido Gobierno de Euzkadi 29 presidido por José Antonio Agirre, cuñado de Juan de Madariaga. Bajo su dirección se iniciaron las obras del Túnel de Artxanda, cuyo proyecto inicial fue unir la capital con el valle de Asua. Aunque teniendo en cuenta la situación de guerra y los bombardeos sobre la capital, iniciados en septiembre de 1936, el principal objetivo de las obras fue construir un refugio antiaéreo. De hecho una de las principales tareas de Bilbao fue tomar las medidas necesarias para hacer frente a los bombardeos que sufría la capital (ANV. Ge, K.488, C4. Correspondencia. Cuentas, 1936. Ge, K.99, C5. Facturas, 1936, Ge, K.99, C3). Asimismo el arquitecto, junto con el Director General de Bellas Artes del gobierno autónomo, el pintor José María Ucelay, y su ayudante el también pintor Julián de Tellaeche, además de tapiar la biblioteca de la Sociedad Bilbaína de la capital de la que el arquitecto era socio, designó el depósito Franco de Uribitarte como el lugar apropiado para custodiar obras de arte que se habían retirado del frente, así como de los de museos de arte bilbaínos y de otras instituciones y particulares (Muñoz 2010). Pero tras el bombardeo de Gernika, a partir de mayo de 1937, los bombardeos sobre Bilbao fueron cada vez más habituales, hasta que la ciudad fue tomada el 19 de junio. Ante esta situación se optó por evacuar a los civiles, inicialmente niños, hacia otros países europeos. A su vez, el Gobierno de Euzkadi, bajo la supervisión y responsabilidad de Ucelay, decidió trasladar el patrimonio 29

Asimismo, el 12 de diciembre de 1936, su hermano Pedro fue nombrado inspector general de las obras afectas al Departamento de Defensa. Tomás Bilbao fue cesado de su cargo el 1 de abril de 1937 tras la reorganización de su departamento, aunque siguió encargado de tareas de defensa en el mismo departamento. “Obras Públicas. Orden nombrando a don Tomás Bilbao Hospitalet, director general de obras públicas”. Diario Oficial del País Vasco (16 de octubre de 1936): 60. “Obras Públicas. Orden disponiendo la reorganización del Departamento de Obras públicas y efectuando los nombramientos correspondientes”. Diario Oficial del País Vasco (6 de abril de 1937): 1.4421.445. “Defensa. Orden nombrando inspector general de las obras afectas al Departamento de Defensa a don Pedro Bilbao de Hospitalet”. Diario Oficial del País Vasco (16 de diciembre de 1936): 560.

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artístico que fuera posible a Francia. El país galo fue el destino de Tomás Bilbao y su familia, después de canjear por otros prisioneros a su cuñada y a sus hijos que habían quedado en Miranda de Ebro, controlada por las tropas nacionales (Cueto 1994; Juaristi y Pino 357, 365 y 366). Hasta agosto de 1938, Bilbao fue cónsul del Gobierno de la República en Perpiñán. A continuación, en una coyuntura muy desfavo30 rable, entendió como un deber aceptar el nombramiento de ministro sin cartera del gobierno de Juan Negrín en Barcelona, donde se tras31 ladó sin su familia. Tras finalizar la guerra, el gobierno Republicano se instaló en París, y Bilbao con él, en este caso acompañado de su mujer y sus hijos. En París se encargó, desde el SERE (Servicio de Emigración de Republicanos Españoles), de la consecución de subsi32 dios y ayudas para la emigración a favor de exiliados vascos. En 1940, con la ocupación alemana la familia Bilbao-Durán intentó exiliarse a México desde Sète sin éxito alguno (Cueto 2008, 33 22). De allí pasaron a Marsella, el punto de encuentro de muchos exiliados europeos. En la ciudad murió, a la edad de 19 años, su hijo Tomás que fue enterrado en Marsella en la tumba que diseñó su padre (Juaristi y Pino 139-144). También en Marsella, siguiendo la política represiva del nuevo régimen en España, canalizada a través de las órdenes del embajador de España en Vichy, José Félix de Lequerica, Tomás Bilbao fue apresado en 1941 por la Gestapo y encarcelado durante unos meses en Eix, de donde pudo salir gracias a las gestiones del Partido Comunista Francés (Cueto 2008, 22). Asimismo, gracias a 30

“El Gobierno de la República. Declaración política del nuevo ministro sin cartera don Tomás Bilbao”. La Vanguardia (31 de agosto de 1938): 4. 31 Es posible que la familia permaneciese en la costa vasca de Iparralde durante este tiempo, posiblemente cerca de Pedro Bilbao, que se había afincado en Cap-Breton (Juaristi y Pino 412). 32 Se conserva correspondencia dirigida a Tomás Bilbao en el número 11 de la rue Marceau de París, la sede del Gobierno de Euzkadi en París, por lo que entendemos que su centro de trabajo estaría instalado allí (ANV. Correspondencia. 1939. Ge, K.451, C1. Ge, K.210, C9). 33 A comienzos de 1940 las familias de Tomás y Pedro Bilbao se trasladaron a un pueblo costero de Normandía, para encontrarse más tarde en Toulouse (Juaristi y Pino 413-418).

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la intermediación del cónsul de México en Marsella, el 14 de abril de 1942 pudo partir con su familia hacia Casablanca rumbo al país ame34 ricano. En la ciudad marroquí fueron internados en un campo de refugiados, hasta que embarcaron en el trasatlántico portugués Nyassa fletado por el JARE (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles), 35 hacia Veracruz, donde llegaron el 22 de mayo. La familia se instaló en ciudad de México y allí nació su último hijo. Hasta 1945 Tomás Bilbao representó al Gobierno de la República que nadie reconocía, a la vez que realizó, posiblemente, gracias a la mediación de Madariaga con quien seguía en contacto, contados trabajos para otros exiliados. Así por encargo del empresario Martín García-Urtiaga, reformó su residencia y una planta empacadora de conservas en Loma Bonita (Veracruz 1942) y también se encargó de la remodelación de la juguetería El Jonuco en Ciudad de México (c. 1950) que desapareció debido a un incendio (AA.VV. 2007, 174-175). Bilbao siempre mantuvo la idea de regresar a su país, pero murió por una angina de pecho en Ciudad de México en las primeras horas del 36 17 de marzo de 1954, a los 63 años de edad. Por su parte, Juan de Madariaga abandonó Bilbao en 1937, antes de que las tropas franquistas tomaran la ciudad. La familia MadariagaAguirre se refugió en la localidad labortana de Angelu (Anglet), donde nació su segunda hija (Sanz Esquide 1996, 29). Madariaga, que era aficionado al canto, fue miembro del grupo coral y de danzas tradicionales vascas Eresoinka fundado en Sara en 1937 (Arana Martija 1986; Gernie 2013). El grupo participó en diferentes espectáculos en diversas ciudades europeas de Francia, Bélgica, Holanda e Inglaterra hasta 1939, 34

El 29 de mayo de 1939 Quintín Gorraluce, un exiliado en Casablanca con su mujer y su hijo, describía así su situación en la ciudad: “En Casablanca, a medida que pasa el tiempo voy viendo la situación más difícil. Es tan cierto esto, que los españoles aquí refugiados, vemos como única solución a nuestro problema, la posibilidad de embarcar para México. En este sentido se están haciendo gestiones, pero por si usted pudiera hacer algo a mi favor” (ANV. GE, K207, C1). Asimismo sobre las vicisitudes del viaje se puede consultar el libro de Juaristi y Pino (439). 35 “Los refugiados llegados en el Nyassa a México”. Euzko Deya, Buenos Aires (10 de junio de 1942): 1. 36 “Muerte de don Tomás Bilbao”. Euzko-Deya. Oficina de Prensa de Euzkadi. Boletín de Información 1.703 (24 de marzo de 1954): 1; Azúa 1954.

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acompañándose de escenarios y vestuarios realizados por Ucelay, Tellaeche, Ramiro Arrúe y Antonio de Guezala, y de pequeñas exposiciones de pintores vascos. En aquellos años, entre 1938 y 1939, la familia Madariaga vivió en Lovaina (Bélgica), con estancias en París. Durante la ocupación alemana, el arquitecto trabajó en Tarbes (en la zona de Vichy) como delineante para la industria de guerra francesa, así como en Basset en una fábrica de material eléctrico. Hasta que el 15 de enero de 1941 embarcó en Marsella con su familia en el barco francés Alsina con destino a Buenos Aires, pocos días después de que falleciera su padre. El barco tuvo que parar en Dakar a la espera de un permiso inglés, para atravesar el Atlántico, que nunca llegó. Tras permanecer varias semanas en el barco, el pasaje fue trasladado a Casablanca y de allí al campo de concentración El Ayashi de Sidi. Gracias a contactos familiares, el arquitecto y su familia fueron reclamados por unos ingleses afincados en Casablanca, donde permanecieron hasta que, el 18 de septiembre de 1941, llegaron al 37 puerto de Veracruz a bordo del barco portugués Quanza. La familia tenía intención de seguir el viaje hasta Buenos Aires, pero Tomás de Aguirre, cuñado de Madariaga y que estaba exiliado en México con la selección de fútbol de Euzkadi, fue a recibirles a Veracruz y les convenció de que se quedaran en el país. El empresario vasco José Luis Laresgoiti puso a Madariaga en contacto con el arquitecto mexicano José Villagrán García, uno de los precursores de la arquitectura moderna en su país en la década de los veinte y, en consecuencia, con él compartiría una visión similar de la arquitectura. De hecho su obra mexicana siguió con los pasos marcados por el Movimiento Moderno. La colaboración de los dos arquitectos está presente en varios proyectos de la capital como el Hospital de Jesús (1943), el Parque Deportivo Arturo Mundet (1942-1943), el Pabellón de Maternidad del Sanatorio Español de México (1943-1944) y el Monumento a la Madre (1949). Asimismo, Madariaga colaboró con Juan Montagut, arquitecto también exiliado, y realizó obras en solitario desde su propio estudio. Madariaga erigió para Laresgoiti una casa de vecindad en la glorieta de Chipalcingo y la Avenida Insurgentes (1947-1948), demolida en 37

Cueto recoge que llegaron el 18 de septiembre (2008, 26), mientras que Sanz Esquide señala que fue en el mes de noviembre (21).

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1958 tras el terremoto que asoló la ciudad, y realizó otros proyectos para miembros de la comunidad vasca en la capital. Tras varias estancias en Donibane Lohizune (San Juan de Luz), en 1955 Madariaga decidió regresar a Bilbao junto con su familia, algo que venía desean39 do desde años atrás. A su regreso a Bilbao, tuvo que solventar la inhabilitación de su 40 profesión a la que se le había condenado tras la guerra. Madariaga reanudó su actividad profesional hasta la década de los setenta, proyectando principalmente viviendas y edificios industriales en colaboración con otros profesionales. Durante estos años, el arquitecto bilbaíno incluyó en los proyectos que realizó las experiencias previas a su exilio y las novedades que tuvo oportunidad de conocer. El resultado fue una arquitectura depurada, de líneas modernas y volúmenes sencillos, que contribuyó una vez más al desarrollo arquitectónico local. Uno de sus primeros proyectos, que alternó con otros encargos, fue la participación en el Poblado Dirigido de Otxarkoaga (1959-1964). El poblado se englobaba dentro del Plan de Urgencia Social para Vizcaya aprobado en 1959, que pretendía construir 50.000 casas en cinco años. No en vano, al igual que en los años anteriores a la guerra, la falta de alojamientos seguía siendo una de las principales preocupaciones de aquella época. Otxarkoaga contaba con 3.672 viviendas en las que se siguieron las mismas ideas de racionalidad y economía del espacio que habían presidido las experiencias habitacionales de los años veinte y treinta, en las que Madariaga había participado de manera muy directa y activa (Bilbao 2008). En el poblado, el veterano arquitecto trabajó con un grupo de jóvenes profesionales titulados en la Escuela de Arquitectura de Madrid entre 1954 y 1957, que estaba 38

“Edificio de apartamentos en la Av. de los Insurgentes, México D.F. Juan de Madariaga, arq.”. Arquitectura-México 25 (junio de 1948): 274-278. 39 Así se desprende de la correspondencia fechada entre abril y mayo de 1947 entre Juan de Madariaga y Julio Jáuregui (ANV. PNV_NAC_EBB, K.00116, C1). 40 Los arquitectos exiliados, al igual que otros profesionales que permanecieron en el país, sufrieron la depuración político-social del Estado, que fue habitual en todos los ámbitos profesionales. Tomás Bilbao y Juan de Madariaga fueron suspendidos en el ejercicio público y privado de la profesión. “Orden por la que se imponen las sanciones que se indican a los Arquitectos que se mencionan”. Boletín Oficial del Estado 198 (17 de julio de 1942): 5529-5530.

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compuesto por Pedro y Javier Ispizua, Domingo Martín Enciso, Rufino Basáñez, Esteban Argarate, Julián Larrea, Antonio Zalvide, Martín de la Torre, Javier Arístegui, José Antonio Cirión y Luis Saloña. Sin embargo, la colaboración de Madariaga fue más habitual con el arquitecto Lander Gallastegi (México, 1929) y con su sobrino el aparejador y arquitecto Nikola de Madariaga (Bilbao, 1926 - Bakio, 41 2000), que eran hijos de exiliados. Con ellos realizó, principalmente, inmuebles residenciales, donde destacó su interés por armonizar con el lugar, especialmente con la tradición arquitectónica del país. Así queda patente en la reformulación que hace de la arquitectura vernácula a través del uso de grandes aleros en las cubiertas a dos aguas con teja y la alternancia de materiales tradicionales con otros más convencionales con los que logra una riqueza de texturas, matices y colores, junto con la tendencia a mostrar la estructura del hormigón. A su regreso al País Vasco, los primeros proyectos de Madariaga y sus colaboradores fueron viviendas unifamiliares en diferentes municipios vizcaínos, la mayoría en la costa. Entre ellas destacan las propuestas de Bakio (Casas de Aretaetxekosolo, San Pelaio 22, 23 y 24, en colaboración con Lander Gallastegi y con Nikola de Madariaga 42 como aparejador, 1959-60; Aristondo 54 y 51, en colaboración con Lander Gallastegi y Nikola de Madariaga como aparejador, 1962; Casa Lafita en Urzkizualde 64, en colaboración con Lander Gallastegi y Nikola de Madariaga como aparejador, 1964-1948); Getxo (Casa Altzuri, Bizkargi 7 en Andra Mari, con Nikola de Madariaga como aparejador, 1964); Casa Egape, Sollube 7 en Andra Mari con Nikola de Madariaga como aparejador, 1964; Casa Torre Amezaga, UriEstrata 5-7 en Andra Mari, con Lander Gallastegi, 1966); Sopela (Casa Kreala en Itxasgane 27, con Nikola de Madariaga como aparejador, 1965); Plentzia y, más tarde, el grupo de Unbe. 41

Lander Gallastegi vivió en Bilbao entre 1931 y 1937 y, posteriormente, en Irlanda hasta 1958. Allí se tituló como arquitecto en Dublín en 1953. Por su parte, Nikola de Madariaga vivió en Bilbao hasta 1937. Entre 1937 y 1948 residió en Chile. Se tituló como aparejador en 1953 en Barcelona y como arquitecto en 1967 en Guayaquil y en 1968 en Santiago de Chile (Viar 1996, 34). Sobre los proyectos de Madariaga en Bizkaia, véase AA.VV. 1996 y 1997. 42 Al respecto se puede consultar el testimonio de Lander Gallastegi sobre el proyecto: http://www.youtube.com/watch?v=LbLIrgni1Q0 [subido 03/03/2010; consulta 01/09/2013].

Fig. 3 Juan de Madariaga y Joaquín Zarranz. Maqueta del grupo escolar de San Francisco en Bilbao, 1933. Publicado en la revista Arquitectura 170 (junio de 1933): 157-165.

Fig. 3

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Se trató de construcciones que supusieron una nueva manera de tratar la vivienda. En ellas tuvo en cuenta, además de la tradición arquitectónica local, la relación de las casas con la naturaleza (la ubicación de los proyectos y el paisaje) y la relación del interior con el exterior de la casa. En el exterior de las viviendas es habitual la combinación de diferentes materiales y acabados como el uso de madera en aleros, ensamblajes y desvanes, piedra en zócalos o paredes en tirolesa, mientras que en el interior podemos encontrar plantas libres con diferentes niveles, o la optimización del espacio de otras. Se trata de propuestas en las que las influencias de Frank Lloyd Wright, Ludwig Mies y Alvar Aalto quedan patentes, como también lo están en otros profesionales del momento como Eugenio María de Aguinaga. Por otra parte, en las casas de vecindad está presente una formulación similar de la vivienda, donde los aleros, la zona bajo cubierta y los ensamblajes de madera también se combinan con los revocos y la estructura del hormigón a la vista. Prueba de ellos son las casas de vecindad que erigió principalmente en Getxo (Paseo del Puerto 23 y 25 en Neguri, con Nikola de Madariaga como aparejador, 1966; Artibai, San Nikolas en Algorta, con Nikola de Madariaga como aparejador, 1968). En algunos casos fueron viviendas económicas como Kasune 9, 11 e Illeta 6 en Algorta, con Nikola de Madariaga como aparejador, 1966, donde destaca el acceso desde un corredor que combina viviendas dúplex en forma de peine con otras en una planta. Asimismo cabría mencionar, por su densidad, el grupo de 296 viviendas de Santo Domingo de Guzmán en un terreno de 6.870,55 m2 junto a las calzadas de Mallona en Bilbao (1967-1973) (AMB. C-3162-1, C2926-1, C-2925-1, C-2952-2). Madariaga realizó el proyecto junto con Martín de la Torre, a quien conoció en el poblado de Otxarkoaga, y en él siguieron con una distribución mínima de la vivienda. Asimismo Madariaga también destacó en la construcción de edificios industriales y oficinas, que tuvo la oportunidad de ensayar ya en 1934. El primer proyecto tras su regreso fue para nueva fábrica de Profidén en Madrid en 1962, que no llegó a construirse, y donde se aprecia la puesta al día de su arquitectura con referencias americanas. Un año más tarde, en 1963, junto con Gallastegi realizó para la empresa francesa de depuración de aguas Degremont en Asua (Erandio) sus nuevas oficinas, almacenes y talleres. El edificio, que no se conserva en la actualidad y obtuvo el premio Pedro de Asúa de arquitectura, fue

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uno de los primeros en hormigón visto que se realizó en aquellos años 43 en el País Vasco. Asimismo también es de Madariaga la propuesta para Electrotecnia Arteche en Mungia (1969-1970), que destaca por su cubierta autónoma e integración con el entorno. Seguidamente, a partir de la década de los setenta, Juan de Madariaga se retiró de la vida profesional hasta que falleció en 1995, a los 94 años de edad.

Conclusiones Las vidas de Tomás Bilbao y Juan de Madariaga fueron vidas paralelas, tanto en lo personal como en lo profesional. Los dos nacieron en la capital vizcaína, estudiaron arquitectura en Madrid, casualmente, hasta los 29 años, y tuvieron un papel destacado en el desarrollo de la arquitectura local. Con la Guerra Civil, el compromiso político de ambos les obligó al exilio, que esperaban fuese efímero, pero que sin embargo truncó y determinó sus vidas de manera definitiva. Los dos arquitectos se aproximaron a los debates y novedades arquitectónicas del momento, pero fue a partir de la década de los treinta cuando coincidió la vida profesional de ambos, y desde entonces empezaron a compartir preocupaciones e intereses parejos. Es posible que Madariaga, quien en 1929 había participado en el II CIAM de Frankfurt, tuviera una importancia relevante en el interés de Bilbao por los nuevos planteamientos de la arquitectura de vanguardia. Asimismo ambos participaron en la renovación arquitectónica que experimentó la capital vizcaína en la década de los treinta. Tomás Bilbao lo hizo desde la política, que la entendió como un modo de hacer arquitectura. Así queda presente en los concursos municipales de Solokoetxe y San Francisco, en los que se concretaron las novedades en torno a la célula habitacional y el aula. Madariaga participó en los dos certámenes con sus propuestas, que siempre realizó en colaboración con otros profesionales.

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Al respecto se puede consultar el testimonio de Lander Gallastegi sobre el proyecto: http://www.youtube.com/watch?v=-w9336HuxiY [subido 03/03/2010; consulta 01/09/2013].

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Los dos concursos, a pesar de sus limitaciones, tuvieron una importancia destacada en el desarrollo de la nueva arquitectura en el País Vasco, así como en el modo de plantear y afrontar la casa y el aula. El concurso de Solokoetxe, con las propuestas de Madariaga y otros arquitectos, fue un ensayo sobre una nueva propuesta de alojamiento masivo para hacer frente al acuciante problema de falta de habitaciones de aquellos años. Y aunque su influencia durante los difíciles años republicanos fue escasa, supuso un modelo para abordar y reflexionar sobre la vivienda que se generalizó durante los años de posguerra y en los años del desarrollismo económico. Asimismo el concurso escolar y los proyectos en él presentados, especialmente el de Madariaga, mostraron una nueva organización escolar, que fue compartida en otros proyectos coetáneos pero, principalmente, se retomó durante los años de la dictadura. En definitiva, Bilbao y Madariaga compartieron el impulso modernizador de su sociedad a través de la arquitectura, que durante la corta y convulsa II República pareció que era posible. Pero con la Guerra Civil todos sus deseos y sus sueños quedaron truncados, tanto en el ámbito profesional como personal. Tras una breve estancia en Francia, su vida se reanudó en México. Al igual que Alberti, posiblemente, pensaron que su pasado había quedado muerto y que su porvenir era helado, pero no fue así. Tomás Bilbao, que tanto ansiaba regresar al País Vasco, murió en México, pero no su obra que continúa como parte viva de la capital vizcaína y otros municipios. También sigue presente Madariaga, por la obra arquitectónica que dejó en México, más abundante que la de Tomás Bilbao, y por la que erigió en el País Vasco, en menor medida antes de la guerra, y de manera más activa una vez que regresó en 1955. En los proyectos posteriores al exilio, Madariaga aunó la novedad con la tradición consiguiendo una formulación de la arquitectura que contribuyó a renovar, una vez más, el panorama local. En definitiva, la arquitectura de Juan de Madariaga y Tomás Bilbao fue la arquitectura de los otros, de aquellos protagonistas que fueron relegados al olvido, pero que es fundamental para entender el desarrollo y la renovación de uno de los capítulos más significativos de la historia de la arquitectura en el País Vasco.

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