Juventud, política y Twitter. Jóvenes politizados en Lima contra la \"Ley Pulpín\"

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Descripción

Universidad de Lima Facultad de Comunicación

JUVENTUD, POLÍTICA Y TWITTER. JÓVENES POLITIZADOS EN LIMA CONTRA LA “LEY PULPÍN” Trabajo de investigación para optar la licenciatura en Comunicación

Eduardo Muro Ampuero Código 20090754

Asesora Teresa Quiroz Velasco Lima – Perú Mayo de 2016

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JUVENTUD, POLÍTICA Y TWITTER. JÓVENES POLITIZADOS EN LIMA CONTRA LA “LEY PULPÍN”

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ÍNDICE Resumen

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Palabras clave

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Introducción

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Estado de la cuestión

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Marco teórico

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Cuestión generacional

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Juventud y política adultocéntrica: luchas por la hegemonía

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Medios de comunicación y política

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Hipótesis y objetivos

30

Metodología

31

Aproximación metodológica

31

Estrategias metodológicas

31

Población objetivo

37

Muestra

37

Muestreo

38

Técnicas de recolección de datos

39

Resultados

40

Jóvenes, política y medios de comunicación

40

a) Historial político

40

b) Pulpines, no; jóvenes, sí

41

c) Organizarse para luchar

45

d) Jóvenes y política nacional

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e) Política y medios de comunicación

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f) Balance: Las marchas en retrospectiva

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Portales web de El Comercio y La República: La “Ley Pulpín” en los grandes medios

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Resumen del registro de noticias en portales web de El Comercio y La República La opinión pública en Twitter sobre la “Ley Pulpín” Resumen del registro de Twitter Discusión

68 72 75 83

Jóvenes politizados: una unidad generacional interfigurativa

83

¿Prácticas y discursos contrahegemónicos?

85

¿Pulpines indignados?: Política en la sociedad red

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Conclusiones

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Bibliografía

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A mi madre, mis hermanos y mi querido hermano Daniel Isidro (†).

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RESUMEN La presente investigación, a través de un estudio descriptivo-exploratorio mixto, plantea examinar las relaciones existentes entre los jóvenes politizados y la política en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”. De esa manera, se pretende conocer cómo fueron reseñadas dichas marchas en los portales web de los diarios El Comercio y La República, como también en Twitter. Asimismo, explorar las formas de participación de jóvenes líderes o voceros en las movilizaciones contra la “Ley Pulpín”; y, analizar las percepciones de estos jóvenes sobre la relación entre política y redes sociales, en particular Twitter. En líneas generales, estos jóvenes politizados no son asiduos usuarios de Twitter –es más, algunos ni lo usan-, sin embargo ellos destacaron el rol que esta plataforma desempeñó en el éxito de las marchas. A pesar de ello, todos estaban de acuerdo en señalar que las redes sociales son una forma de participación política importante en nuestros tiempos, pero solo de manera secundaria y no determinante; lo que es determinante, para ellos, es la participación “cara a cara”. Este trabajo se inscribe dentro del proyecto “Percepción de los jóvenes universitarios limeños sobre la política” realizado por el Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima.

PALABRAS CLAVE Jóvenes; política; Twitter, Ley Pulpín; protestas; Lima

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INTRODUCCIÓN En el último lustro los jóvenes han estado en el centro de la atención por su protagónica participación en protestas en países como Brasil, Túnez, España, México, entre otros; sin embargo, a diferencia de protestas pasadas, estas se caracterizaron porque el Internet y las redes sociales tuvieron una fuerte presencia en el desarrollo y resultado de las marchas. Al igual que en estos países, el Perú también estuvo inmerso en movilizaciones lideradas por jóvenes en contra del gobierno entre diciembre del 2014 y enero del 2015: el 16 de diciembre del 2014 se publicaba en el diario nacional El Peruano la promulgación de la Ley Nº30288, ley que era resultado de los “paquetazos” económicos que buscaban reactivar la economía y que, a través de un régimen laboral más flexible, proponía la reducción de costos laborales para los jóvenes entre 18 y 24 años (reducción de vacaciones, eliminar gratificaciones y Compensación por Tiempo de Servicio (CTS), entre otros). Es por ello que se bautizó a esta ley como “Pulpín”, expresión peyorativa que es atribuida a las personas tontas e inexpertas. Esta ley rápidamente fue de conocimiento público y se suscitaron fuertes discusiones entre detractores y defensores de la ley sobre la legitimidad de dicho régimen especial. Una gran mayoría de jóvenes limeños habían escuchado sobre la “Ley Pulpín”, sabían qué implicaba y reconocían que esta, de haber continuado, los hubiera perjudicado (IPSOS, 2015a); así, este amplio volumen de jóvenes conscientes de las implicancias de la ley y que eran ellos los principales afectados, decidieron salir a las calles hasta que esta fuese derogada. No obstante, mientras los jóvenes se organizaban para salir a las calles, ¿qué sucedía en el mundo virtual? Para ello es importante primero conocer el panorama respecto a la penetración y el uso del Internet y redes sociales en el Perú. Según una encuesta de opinión pública de DATUM (2015) son los medios de comunicación quienes tienen mucha influencia en la población (74%), seguido de las redes sociales (60%) y de las protestas callejeras (47%). No obstante, la cantidad de internautas a nivel nacional apenas supera a la tercera parte de la población total (37%), al igual que la cantidad de usuarios de redes sociales (31%) (IPSOS, 2014b, 2014c). En ese contexto, Facebook lidera la lista de las redes sociales más usadas en el Perú y, muy 8

por debajo en porcentaje, se encuentra Twitter (GFK, 2015; IPSOS, 2014a; IPSOS, 2015b). En suma, si bien estas cifras están aumentando progresivamente, su penetración en el Perú todavía es insipiente y para fines políticos es mucho menor aún. De esa manera, con los datos expuestos, cabe preguntarse si el Perú tenía las condiciones objetivas/materiales para que el Internet y las redes sociales fueran herramientas fundamentales en el desarrollo de las marchas contra la “Ley Pulpín”; también si existían las condiciones subjetivas/simbólicas para usar estas plataformas como herramientas estratégicas en las luchas contra el gobierno; y, además preguntarse sobre el papel que tuvieron las redes sociales, específicamente Twitter, en el desarrollo de las marchas. En ese sentido, estas preguntas pueden condensarse en la siguiente: al igual que en los países antes mencionados, ¿el caso peruano también puede caracterizarse por el uso fundamental, sino decisivo, del internet y las redes sociales en el devenir de las marchas? Ello, junto a otras interrogantes, se tratará de responder en esta investigación.

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ESTADO DE LA CUESTIÓN La relación que existe entre los jóvenes universitarios y la política siempre ha estado en el centro del debate. De esa manera, si bien los primeros estudios académicos peruanos sobre los jóvenes comienzan en la década del 60, las reflexiones sobre este grupo etario surgen a inicios del siglo XX. Las juventudes son visibilizadas propiamente, desde la década del veinte, a partir de las movilizaciones que se generan entorno a la Reforma Universitaria de 1919; sin embargo, no son distinguidas como un sector social con demandas específicas, sino más bien, en la medida que forman parte, o constituyen en sí mismas, movimientos sociales que reivindican demandas que cuestionan directamente la estructura de relaciones de poder de carácter oligárquico vigente desde fines del siglo XIX. Las juventudes, principalmente las provenientes de las universidades públicas, irrumpen por primera vez en la vida política, junto a otros sectores sociales (campesino indígena, obrero, medio) sometidos al dominio oligárquico. (Montoya, L., 2013, p. 23)

En esa línea, Montoya (2003) realiza una exégesis sobre los estudios de las juventudes en las ciencias sociales. Así, desde la perspectiva individualista, destaca algunos estudios de finales de los 80 que “muestran cómo algunos [jóvenes] transitan por los caminos de la violencia a fin de ser reconocidos y recuperar algo de la dignidad perdida” (p. 40). En ese sentido, en la segunda mitad del siglo precedente los temas centrales en los estudios relacionados a jóvenes y política se enfocaban en expresiones políticas como el de mayo del 68 en Francia o la militancia de estudiantes universitarios peruanos en Sendero Luminoso1, por mencionar algunos casos. Sin embargo, la recuperación de la dignidad a través de la violencia decayó a mediados de la década del 90 y dio paso a una aparente apatía hacia la política y, en especial, hacia su deslegitimada representatividad. De esa manera, en la actualidad, las investigaciones no giran respecto a la participación de los jóvenes en la política formal o a través de prácticas violentas en contra del establishment; sino, por el contrario, por

1

Organización terrorista izquierdista de corte ideológico marxista-leninista-maoísta en la década

del 80.

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la aparente apatía hacia ella, por la apropiación de nuevos espacios para construir nuevas representaciones y por nuevas formas de participación política. Dicha apatía, o desidia política, es el resultado del desprestigio hacia los discursos políticos, ideologías y aparatos partidarios; ello ocasiona que los sujetos con intereses por temas públicos “no dispongan de la formación política y el desarrollo organizativo necesarios para desarrollar sus capacidades y objetivos individuales y colectivos” (Chávez, 1999, p. 148). Sin embargo, este distanciamiento de los jóvenes universitarios a la participación política formal no implica necesariamente una despolitización o desinterés, sino que, como menciona Tanaka (1994), la poca participación juvenil se debe a los “costos” y “poca rentabilidad” que implica la acción colectiva. De esa manera, hay un desplazamiento de formas de participación política formales (es decir, institucionalizadas) hacia formas de participación política informales (o apartidistas) (Venturo, 2011). Quezada (2005), a través de un análisis de las percepciones en su tesis de licenciatura, menciona que para los jóvenes la política es poco creíble, tiene pocas posibilidades de realizar un cambio positivo en la sociedad y que fomentan poco la participación ciudadana; asimismo, el propio accionar político ya es un factor para generar suspicacias y asumir que las autoridades gobiernan para satisfacer sus propios intereses. De igual manera, los jóvenes consideran que los principales problemas que afectan a la política son “la corrupción y la carencia de valores de los políticos, [así como también] (…) la lejanía con que se percibe a la política como concepto abstracto” (Loayza, 2013, p. 223). Ello puede constatarse en la Primera Encuesta Nacional de Juventudes (SENAJUV e INEI, 2011) la cual señala que los jóvenes peruanos confían poco en los poderes del Estado (Poder Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial) y, en general, de las instituciones estatales y partidos políticos, y, además, que la única manera de influenciar en la política es a través del voto (74.8%). Asimismo, en el trabajo de campo de la investigación “Percepción de los universitarios limeños sobre política” realizado en el Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima (2015), los universitarios limeños destacan que la política es negativa (65%) y que todo aquel que participe en ella termina corrompiéndose (56%), es por ello que consideran que es necesaria una reforma radical en la política (91%). 11

En ese sentido, Montoya (2003) examina algunos de los factores que han influenciado en ese distanciamiento hacia la res publica en la sociedad peruana. Los efectos dejados por los años de violencia vivida en el Perú, reflejados en el descrédito y temor a la participación; las políticas económicas de liberalización que llevan a priorizar una ética individualista al extremo; y la crisis de los partidos y las instituciones democráticas, entre otros factores, crean un nuevo contexto para la práctica política y los estudios dedicados a ella. Algunos llegan al extremo de asumir como consenso que, durante estos años, la política pierde centralidad en las preocupaciones de la sociedad en general y de los jóvenes en particular. (p. 49)

Además, desde la perspectiva de la cultura política, Montoya resalta la existencia de “tensiones que evidencian los problemas de los partidos para canalizar la participación política y regular la intermediación entre el Estado y la sociedad civil; pero especialmente para traducir las demandas juveniles y transformarlas en propuestas políticas” (p. 51). En investigaciones realizadas en otros países se puede encontrar un escenario similar al peruano. Padilla (2014) expone que para los jóvenes mexicanos de Aguascalientes los discursos de los políticos han perdido valor puesto que resultan anacrónicos y poco auténticos y, es por ello que es usual ver en las redes sociales mensajes sarcásticos, memes, caricaturas, entre otros, que ironizan los discursos políticos, sobre todo durante las campañas electorales donde hay una cantidad exagerada de promesas. Por lo tanto: (…) habría un desencanto por lo público y por lo colectivo, (...) fenómeno que en gran medida afecta a la sociedad en su conjunto, pero resalta y se destaca en el mundo juvenil, básicamente por considerar que el sistema político no los representa y no incorpora sus intereses. (CEJU, 2010)

No obstante, según la investigación realizada por Galais (2012), la menor participación de los jóvenes españoles en partidos políticos no significa que estén menos interesados por la política. Asimismo, Rivera (2014), en su investigación sobre

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las movilizaciones realizadas en México denominadas #YoSoy132 2, destaca que en ese país se vive “etapa de revitalización de la política” (p. 74) que se origina por “la crisis de legitimidad de los partidos políticos, el cuestionamiento de las narrativas hegemónicas de las industrias de la comunicación, y la disposición de la Web 2.0 y las TIC para intervenir individual y colectivamente en los asuntos de interés público” (p. 74), y que decanta en una organización política horizontal y siguiendo los lineamientos de una democracia participativa (tanto en espacios virtuales como físicos). En ese sentido, Bonvillani (2014) analiza las subjetividades que están por detrás del concepto de política de jóvenes universitarios en Córdoba, Argentina. Así, a partir del habitus de cada uno y de sus consumos culturales, identifica dos perfiles de jóvenes en base a su relación con la política: unos con una tendencia conservadora/individualista; y otros, críticos y comprometidos con la transformación social. De esa manera, ante esa falta de representatividad y desapego político (o por los políticos), los jóvenes buscan otros espacios, propios de su generación, para expresarse. En ese sentido, se tienen, por un lado, los nuevos frentes organizativos alejados de la política formal/institucionalizada. Así, Rodríguez menciona las experiencias más destacadas de movidas juveniles en la región. No obstante, para él, a diferencia de otros autores, considera que no debería hablarse de una apatía política por parte de los jóvenes, sino de una respuesta en contra de la política formal a través de formas de participación alternativas. Un primer gran tema de debate es el relacionado con las [sic] real o supuesta “apatía” juvenil, sobre la que tanto se ha hablado en los últimos años, visible (según sus “intérpretes”) en los escasos niveles de participación electoral de las y los jóvenes, en su baja presencia en partidos políticos y sindicatos, en las opiniones que brindan sobre la democracia en las encuestas de opinión pública, en la supuesta “rendición” de las nuevas generaciones ante la lógica del consumo y el mercado, en el supuesto “refugio” de las y los jóvenes en la vida privada, etc. [Sin embargo,] se dijo insistentemente, lo que las y los jóvenes rechazan (y lo hacen cada vez más enfáticamente) son determinadas estrategias 2

“El nacimiento de #YoSoy132, un par de meses antes de los comicios presidenciales

[mexicanos], reflejó el malestar de la juventud con un proceso electoral viciado por los medios de comunicación y su favoritismo cínico por EPN” (Rivera, R., 2014, p. 61).

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valoradas como exageradamente formales o carentes de valor real, incluyendo los partidos políticos, las instancias electorales viciadas de diversas limitaciones, etc. Alternativamente, se ha sostenido (y la historia parece darles la razón de manera contundente) que las nuevas generaciones sí quieren participar, siempre y cuando las ofertas al respecto sean transparentes, estén alejadas de la manipulación, la corrupción y el clientelismo, y apelen realmente al ejercicio de derechos ciudadanos, a través de espacios y formatos atractivos, modernos, que incluyan un uso intensivo de redes sociales y cuenten con un importante protagonismo de los propios jóvenes. Sin duda, un enfoque totalmente alejado de la “apatía”. (2013, p. 32)

En ese sentido, las marchas contra la “Ley Pulpín” (realizadas en Perú entre diciembre del 2014 y enero del 2015) son un buen ejemplo de ello. Enrique FernándezMaldonado (2015) y Alejandra Dinegro (2015) exponen las vicisitudes realizadas en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”; como también, los factores económicos, políticos y sociales que crearon las condiciones idóneas para que los jóvenes –al lado de los trabajadores– salieran a las calles. Además, ambos autores hacen alusión al papel del Internet y las redes sociales en el marco de las marchas3. Y, por otro lado, el Internet y, sobre todo las redes sociales, que son el ambiente por antonomasia de los jóvenes donde se construyen nuevas narrativas y discursos sobre la acción política. Construcciones que están supeditadas a las características particulares del espacio virtual: el dominio de la imagen, el flujo veloz de la información, la visibilización, la espectacularidad, entre otros. En ese contexto, caracterizado por estar en constante cambio e influenciado por la transmisión a tiempo real de la información (a través, sobre todo, de las redes sociales de Internet), investigaciones realizadas en EE.UU., Alemania y España resaltaron que existía una correlación entre resultados positivos de partidos y políticos en elecciones y, la cantidad de seguidores, tuits y menciones (Congosto, M., Fernández, M. y Moro, E., 2011). Por lo tanto, cabe preguntarse hasta qué punto se relacionan las 3

Como el presente trabajo busca reconstruir las peripecias de los jóvenes que estuvieron en la

organización de las movilizaciones a través de entrevistas a profundidad, no se profundizará en los textos antes mencionados. De esa manera, queda en manos del lector cotejar la reconstrucción de los hechos expuestos en el acápite “Resultados” del presente trabajo con los dos libros sobre la “Ley Pulpín”.

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redes sociales, específicamente Twitter, con la política. En ese sentido, los autores recalcan que: Estamos a las puertas de una nueva manera de medir la opinión política: mediante la conversación en Red, que permite no sólo conocer el feedback de los ciudadanos a la política, sino también la imagen de los políticos que se refleja en la Red, la dinámica de opinión en comunidades o grupos y el efecto de los diferentes medios de comunicación en dicha conversación. (p. 15)

Así, en el evento “Movilizaciones juveniles: de las redes a las calles”, Iris Jave, experta en comunicación política, profesora e investigadora de la Universidad de Lima, concuerda con lo antes expuesto: La imagen es muy poderosa para comunicarnos hoy día, para ejercer el poder, para relacionarnos con otros, para construir relaciones sociales, culturales. (…) Entonces, es una manera que se ha incorporado en nuestra sociedad y ya no lo podemos cambiar, es muy veloz como se ha ido incorporando esta característica fundamental. Y creo que eso influye en la política, (…) Las redes sociales nos dan otra manera de colocar nuestras narrativas o nuestros propios discursos que no lo permiten los medos tradicionales. (…) Las redes, por supuesto, pasan por esa espectacularidad que tienen los medios (…). (2015)

De esa manera, Montoya (2003, p. 44) menciona algunos de los factores (re)configurantes que constituyen una nueva construcción de la realidad en las generaciones contemporáneas: (…) el contexto creado por los procesos de globalización, la influencia de los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías sobre el consumo juvenil; junto a los cambios operados en las relaciones de género y las formas de vivir la afectividad y la sexualidad; así como el redescubrimiento y redefinición de diversas identidades locales, además de relaciones de parentesco, étnicas y raciales. Constituyen en conjunto una realidad compleja que exige nuevas preguntas y respuestas.

Siguiendo esa línea, Freundt-Thurne rescata la importancia de las redes sociales en el marco de las elecciones presidenciales peruanas del 2011: Las redes sociales se han convertido en escenarios importantes de producción de información. Ello se ha evidenciado durante los primeros meses del año 15

2011, a propósito de la campaña presidencial. Los candidatos se convirtieron en actores importantes tanto en Facebook como en Twitter y sus comentarios y publicaciones generaron agenda noticiosa. Los medios tradicionales recogieron la información de las cuentas de estos personajes y la difundieron a través de los mecanismos con los que cuentan. Esto permitió que los espacios de dialogo se multipliquen y las personas experimenten un nivel de participación más directo. (Como se citó en Fernández-Maldonado, 2015, pp. 28-29)

Así, antes de que se lleven a cabo las marchas contra la “Ley Pulpín”, el mundo centró su foco de atención en las diferentes olas de protestas suscitadas alrededor del globo: en EE. UU., Europa y en algunos países árabes. En ese sentido, John Postill (2014a, 2014b, s.f.) resalta la importancia que tuvieron las redes sociales (que son parte de la nueva ecología de medios4) en el desenlace de las protestas del Movimiento 15-M (también conocido como el movimiento de los indignados) en España5. Para comenzar, el autor señala que un aspecto fundamental en el desarrollo del movimiento fue el uso de Twitter (como también de Youtube, Facebook, entre otras plataformas) debido a su capacidad de viralizar contenidos relacionadas con las protestas, como también el de convocar a muchas personas en un corto periodo de tiempo y “cambiar el tono político y emocional de las campañas” (2014, p. 6) [Mi traducción]. Ello devino, como sugiere Postill (2014, p. 12) en hackeo de la democracia por parte de los indignados a través de prácticas y contenidos que fueron distribuidos de formal viral. Sin embargo, no se percibe un fetichismo hacia las redes sociales ya que los mismos participantes, en palabras de Postill, “rechazan cualquier separación entre lo online y lo offline, o entre lo digital y lo analógico” (p. 12) [Mi traducción]. Por último, todos los devenires de las protestas repercutieron en el fortalecimiento de la sociedad civil y en una mayor consciencia de sus derechos sociales (Postill, 2014, s.f.). De igual manera, en el Perú, a través de las marchas contra la “Ley Pulpín”, también pudo observarse la relevancia de las redes sociales en el desarrollo de las movilizaciones, pero no al nivel de las protestas realizadas por los Indignados. Por un 4

Esta nueva ecología de medios puede entenderse como la amplia gama de plataformas que hoy

dispone la sociedad para informarse y comunicarse: desde los medios tradicionales que han dejado su carácter local para poder ser consumidos por cualquier usuario en cualquier parte del mundo, hasta la penetración de los teléfonos móviles y el constante uso de las redes sociales. 5

No obstante, hablar de “redes sociales” como de tecnologías puede ser muy etéreo; es por ello que

Postill (2014b) también enfoca su atención en los technologists.

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lado, si bien el libro de Dinegro (2015) menciona tangencialmente el papel del Internet y las redes sociales, llega a mencionar a Facebook como herramienta de coordinación y “principal medio de información de cómo sucedían los hechos tal cual” (p. 37). Por otro lado, Fernández-Maldonado (2015) menciona, en primer lugar, la cuestión generacional: los jóvenes que salieron a las marchas nacieron y crecieron con el Internet y las redes sociales. En segundo lugar, el uso intensivo que tuvieron durante todo el proceso de lucha como medio de comunicación, coordinación y convocatoria (sobre todo en la primera marcha en la cual convocaron a una gran cantidad de personas). En tercer lugar, la potencia que tienen las redes sociales como espacios de socialización política, con un peso considerable en la conformación de la opinión pública y como herramienta útil en las luchas por tener una posición privilegiada en las relaciones de poder. Y, finalmente, menciona que las redes sociales son un elemento importante a considerar ya que sin ellas no se hubieran alcanzado los niveles de eficacia logrados: si bien no son determinantes en la lucha, son herramientas importantes para sensibilizar y movilizar.

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MARCO TEÓRICO Cuestión generacional Para la presente investigación se consideró necesario tener un punto de partida que permita comprender y englobar al grupo de estudio en cuestión: los jóvenes politizados en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”. De esa manera, la base teorética se encuentra en el concepto de generación. Así, cabe preguntarse ¿Qué es la generación? ¿Qué determina la existencia de una generación en particular? ¿Cuáles son sus implicancias? Y, ¿cuáles son los elementos distintivos de la generación actual? Sin lugar a dudas, existen diferentes maneras de dar respuesta a estas preguntas. El sociólogo alemán Karl Mannheim (1993), en su trabajo titulado El problema de las generaciones, dilucida sobre los elementos característicos de cada generación. Así, destaca que más allá de ser simplemente factores biológicos los que influyen en la diferenciación de una generación y otra, hay que tener en cuenta factores histórico-sociales y espirituales. Es decir, una generación no es determinada solo por el año de nacimiento, sino por el contexto en el que se rodea el individuo. De esa manera, establece tres conceptos claves para la comprensión de las particularidades de las generaciones: “posición generacional”, “conexión generacional” y “unidad generacional”. El primero, Se fundamenta en la existencia del ritmo biológico en el “ser ahí” del hombre: en los hechos de la vida y la muerte y en el hecho de la edad. Uno se encuentra en una posición parecida a la de otros en la corriente histórica del acontecer social debido a que pertenece a una generación. (Mannheim, 1993, p. 208)

El segundo va más allá del factor biológico y denota la vinculación de los individuos hacia algo; no obstante, de dicha vinculación no se deriva grupo concreto alguno (p. 207). Es decir, los individuos se adhieren a través de una participación en el destino común de la unidad histórico-social a la que pertenecen (p. 221). Por lo tanto, se hace referencia a la “conexión generacional” solo “cuando los contenidos sociales

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reales y los contenidos espirituales establecen (…) un vínculo real entre los individuos que se encuentran en la misma posición generacional” (p. 222). Finalmente, la “unidad generacional” es un nivel mayor de vinculación entre los individuos; por ejemplo, los jóvenes que viven en un mismo periodo sociohistórico conviven en una misma “conexión generacional”; sin embargo, esa conexión puede derivarse en modos diversos y más específicos de actuar. (p. 223). En ese sentido, ¿en qué lugar se sitúa la generación actual entre las otras generaciones con las que convive? Para Mannheim (pp. 220-221) existen tres tipos de generación: la mayor, que por experiencia es más apta a adaptarse; la intermedia, que se encuentra en un ínterin generacional y que genera consenso, pero también conflicto intergeneracional; y la joven, que se encuentra en un continuo cambio a través de nuevas vivencias. Todo ello es parte de un fondo vital que permanece intacto y que es vinculante entre las generaciones descritas. A su vez, Margaret Mead (1970), a través de sus estudios etnográficos, distingue a las culturas a través de las relaciones de poder que se gestan entre jóvenes y adultos. Es así que, en términos generales, en las culturas posfigurativas los niños aprenden de sus padres; en las culturas cofigurativas, tanto niños como adultos aprenden de sus coetáneos; y, en las culturas prefigurativas, son los adultos quienes aprenden de los niños (o jóvenes). En esa misma línea, Feixa describe tres formas de transición hacia la vida adulta a través de la metáfora de tres tipos de relojes: el de arena, analógico y digital (estos relojes se pueden asemejar a las culturas posfigurativas, cofigurativas y prefigurativas propuestas por Mead, respectivamente) (2014, pp. 99-120). El reloj de arena simboliza “la visión cíclica del ciclo vital” (Feixa, 2014, p. 105) donde las generaciones actuales repiten continuamente los comportamientos de generaciones previas. El reloj analógico representa una visión lineal del tiempo donde las personas se insertan en la sociedad asumiendo nuevos roles en cada etapa de su vida; de esa manera, “cada generación aspira a vivir mejor que la anterior y a no reproducir sus contenidos culturales” (p. 109). El reloj digital, por su parte, constituye a un tipo de sociedad donde la concepción del tiempo se ha precisado demasiado y se ha vuelto relativa. En ese contexto donde “no existe ni el pasado ni el futuro, sino únicamente el presente” (p. 114), y en comparación con los otros estadios donde el tiempo y la transición a la vida adulta era cíclica o lineal, la transición a la vida adulta se vuelve 19

etérea y dúctil. Y, a pesar que entre grupos y personas se han ampliado las diferencias “se trata en definitiva, de una visión “virtual” de la edad, que fomenta el nomadismo social, es decir, el constante tránsito e intercambio de los roles y estatutos generacionales” (p. 117) que se reduce en tener el acceso al sistema red. Por lo tanto, ¿cuál sería la posición, conexión y unidad generacional de los jóvenes en la sociedad de la información? Y, ¿cuáles serían las características de los jóvenes de una generación joven, prefigurativa y de la era del reloj digital? Carles Feixa (2014) propone algunas características de estos jóvenes. Así, estos jóvenes a los que él denomina como miembros de la “generación #”, son híbridos en el sentido que deconstruyen la cultura preexistente para recrearla de forma creativa a partir de múltiples fuentes; es decir, hay “una deconstrucción creativa performativa basada en diferencias articuladas [entre] lo local y global, lo hegemónico y lo subalterno, el centro y la periferia” (Muro-Ampuero, 2015, p. 80). Además, Feixa describe que pertenecen a mundos plurales, es decir que viven en un mundo complejo donde sus subjetividades se constituyen en discursos opuestos en apariencia (p. 80). De esa manera, las identidades de los jóvenes en la sociedad red están cada vez más deslocalizadas, pero no homogeneizadas. Es decir, que como miembros de una generación identificable tienen una base en común, que se despliega de diversos modos en el ámbito local. (p, 80)

En suma, se puede concluir que los jóvenes de la “generación #” ya no se encuentran en una posición subalterna respecto a su relación con los adultos, situación que se puede apreciar en diferentes aristas del engranaje social donde son los jóvenes quienes están tomando los espacios privilegiados, sobre todo porque el advenimiento de las nuevas tecnologías de la información y comunicación se están desarrollando en su ámbito sociohistórico.

Juventud y política adultocéntrica: luchas por la hegemonía Luego de hacer un breve recorrido por la conceptualización del término “generación” y, sobre todo, especificar algunas de las características de los jóvenes en la actualidad, se puede decir que la “generación #” se determina por ser disconforme y confrontacional ante la hegemonía adultocéntrica. En esa línea, la política es una de las 20

principales arenas donde se realizan pugnas entre jóvenes y adultos para determinar quién ocupará el lugar más privilegiado en estas relaciones de poder. En ese sentido, el filósofo marxista italiano Antonio Gramsci reflexiona en torno al término “hegemonía”. Pero, ¿qué significa dicho concepto? De manera sucinta puede definirse la hegemonía como el uso de mecanismos de poder para cimentar una postura económica, política, cultural e intelectual en favor de un grupo determinado. Asimismo, se caracteriza por ejercer su poder de influencia a través de estratagemas discursivas que calan en las formas del imaginario colectivo. En palabras de Mirta Giacaglia (2002, p. 155) la “(…) hegemonía se define como el logro de un liderazgo moral, intelectual y político, a través de la expansión de un discurso que fija un significado parcial alrededor de puntos nodales”. Asimismo, (…) la hegemonía se cristaliza: (i) en la intervención del poder (en cualquiera de sus formas) sobre la vida cotidiana de los sujetos y (ii) en la colonización de todas y cada una de sus esferas, que ahora son relaciones de dominación. (Rodríguez, R. y Seco, J. 2007, p. 3)

No obstante, si existe un grupo hegemónico privilegiado, también existe un grupo subalterno que, o interioriza los discursos predominantes o busca las maneras de subvertir lo establecido para situarse en una mejor posición.

De esa manera, el

concepto de hegemonía puede aplicarse a las pugnas intergeneracionales y, siendo más específicos, a las pugnas intergeneracionales en la arena política. Es así que estas disputas entre generaciones con su propio ámbito sociohistórico que conviven en un mismo tiempo y espacio y que, en términos bourdieuanos, poseen un capital cultural específico, devienen “en constantes luchas por la obtención de los trofeos disputados que están en juego, luchas para obtener un capital simbólico que los sitúe en una posición privilegiada dentro de su campo de acción” (Muro-Ampuero, 2015, p. 89), en este caso, dentro del campo político. Pero, ¿qué es lo que se entiende por política? Para ello se debe regresar a los antiguos. Y la explicación de Sartori (1995, pp. 202-208) sobre lo que él considera política es de mucha ayuda. Él comenta que la forma en cómo se ha interpretado al animal político de Aristóteles es errónea y lleva a un mal entendimiento sobre qué es la

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política, ya que lo político y lo social debería ser entendido como una sola cosa indivisible. Al decir “animal político”, Aristóteles expresaba, pues, la concepción griega de la vida. (…) Por lo tanto, en el vivir “político” y en la “politicidad”, los griegos no veían una parte o un aspecto de la vida; la veían en su totalidad y en su esencia. (p.203)

En esa línea, donde se comprende lo político y social como un todo, se pueden analizar las formas de participación política. Así, pues, a través de la revisión y comparación de dos paradigmas sobre los movimientos sociales (el paradigma de la movilización de recursos y el paradigma de los nuevos movimientos sociales), Cohen (2000) destaca algunos puntos de convergencia sobre los tipos de acción política. 1. Hay dos clases diferentes de acción: la institucional-convencional y la no institucional-colectiva. 2. La acción no institucional-colectiva es una acción que no está orientada por las normas sociales existentes, sino que se forma para hacer frente a situaciones no definidas o no estructuradas. 3. A estas situaciones se les entiende en términos de un colapso, debido a cambios estructurales, ya sea de los órganos de control social o de lo adecuado de la integración normativa. 4. La presión, descontento, frustración y agresiones resultantes hacen que los individuos participen en la conducta colectiva. 5. La conducta no institucional-colectiva tiene un “ciclo de vida”, abierto al análisis causal, que pasa de la acción espontanea de la multitud a la formación de públicos y de movimientos sociales. 6. La emergencia y crecimiento de los movimientos dentro de este ciclo ocurre por medio de procesos simples de comunicación: la comunicación rápida, el rumor, la reacción circular, la difusión, etcétera. (pp. 558-559)

No obstante, la teoría social dual manifiesta que “los movimientos contemporáneos tienen una apariencia y lógica organizativa duales” (p. 586); es decir, que las formas participativas institucional-convencional y no institucional-colectiva no son excluyentes, sino que ambas prácticas pueden coexistir en los agentes de los dos grupos.

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De esa manera, los dos tipos de acción de los movimientos sociales explicados por Cohen –institucional-convencional y no institucional-colectivo– tienen su versión análoga en las formas de praxis política. Por un lado se tiene a la política institucionalizada, o formal, que es realizada a través de las instituciones públicas y/o partidos políticos, y que tienen una estructura organizativa vertical. Por otro lado, la política no institucionalizada, o informal, que es realizada a través de mecanismos no tradicionales como el artivismo, flashmobs, smart mobs, intervenciones performativas, activismo digital, slacktivism, entre otros, y que tiene una estructura organizativa, en la medida de lo posible, horizontal. Según Silva (2015), estas “otras formas de protestar” son: (…) nuevos repertorios de acción colectiva que se articulan en torno al espectáculo y la diversión carnavalesca (…) son herederos de la cultura pop y adoptan las transformaciones que se dan dentro de la industria cultural o bien asumen la iconicidad massmediática instalada en el imaginario colectivo. (p. 47) Además, de acuerdo con Castells (2015, pp. 241-248), la práctica política no institucionalizada –o, movimientos sociales como él los llama– tiene las siguientes características: 1. Están conectados en red de numerosas formas a través de redes multimodales (conexiones comunicacionales físicas y virtuales). 2. Si bien algunos movimientos suelen tener su génesis en las redes sociales del Internet, se convierten en movimientos sociales cuando ocupan el espacio público. Es decir, existe una relación dialéctica indispensable entre el espacio urbano (físico) y el ciberespacio (virtual). 3. Lo anterior se deriva porque en estos espacios de acción permiten a los movimientos tener mayor autonomía (espacio de la autonomía). 4. Los movimientos sociales son globales y locales al mismo tiempo. 5. Son, en su mayoría, espontáneos en sus orígenes y desencadenados por un contexto en específico.

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6. Son virales. Es decir que sus experiencias son difuminadas a través del Internet por todo el globo y, en algunos casos, replicadas sin abandonar sus características locales. 7. Debido al espacio de la autonomía en la que se encuentran inmersos, muchos de estos movimientos se caracterizan por no tener líderes y ser horizontales, principalmente por la existente crisis de representatividad y legitimidad de la política formal. 8. Son movimientos reflexivos pero, difícilmente programáticos. Esta separación de la praxis política responde a que se percibe a la política institucionalizada, a pesar de la experiencia que esta ostenta, como una práctica desvirtuada por la corrupción, carente de valores éticos, no representativa, con políticos poco preparados, entre otros. El resultado de ello es la desafección, en especial de jóvenes, hacia la política formal que se manifiesta a través de un apartidarismo y búsqueda de formas alternativas de participación política. De esa manera, los jóvenes gestan nuevas formas de organización política que se caracterizan por oponerse a la política adultocéntrica y tener una estructura organizativa horizontal. La realización plena de la individualidad y el reconocimiento de la diversidad y diferencia cultural juvenil sólo son posibles cuando las juventudes establecen relaciones horizontales con las instituciones y grupos sociales con los cuales se relacionan. Cuando la diversidad no legitima la desigualdad y por lo tanto: cuestiona y reemplaza las jerarquías y clasificaciones arbitrarias por relaciones de carácter más igualitario. La noción cultura, en este sentido, está plenamente articulada con la noción poder y es imposible separar ambas porque forman parte de una sola realidad. (Montoya, 2003, p. 56)

En ese sentido, y basándonos en los conflictos intergeneracionales antes mencionados, se generan dos frentes políticos6. Por un lado se tiene a la política formal, predominante y que, en general, está relacionada con una visión adultocéntrica de hacer política. Por otro lado, la política informal que está relacionada con formas alternativas, 6

Si bien la expresión “frente político” puede entenderse como un espacio independiente y

estático; en la praxis cotidiana de la política, este frente es flexible y no reducible a una sola forma de expresión y participación como ya se indicó a través de la teoría social dual mencionada por Cohen.

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no institucionalizadas, de hacer política y que apoya su carácter renovador en las generaciones más jóvenes. De esa manera, en términos de van Dijk (1999), ambos frentes tienen una auto-presentación positiva expresado a través del “nosotros”; mientras que el “ellos”, bajo una otra-presentación negativa. Es decir, ambos grupos ven la práctica e intervención del otro de forma negativa, mientras que las suyas de forma positiva. Así, Se puede decir que la política está en un proceso de dilución y crisis, según los preceptos adulto-céntricos; mientras que para los jóvenes, esta crisis política es asumida como un fenómeno transformador y deconstructor del campo político. En suma, dentro del campo político se estarían llevando a cabo luchas para subvertir las relaciones de poder hasta ahora dominadas por la política formal adulto-céntrica para enarbolar una política diferente. (Muro-Ampuero, 2015, p. 90)

Medios de comunicación y política Bourdieu al hablar de los campos establece ejes de acción en donde los agentes allí involucrados desempeñan papeles determinados que les permitan poseer una posición privilegiada dentro de él a través de luchas físicas o simbólicas. Un campo [...] se define, entre otras formas, definiendo aquello que está en juego y los intereses específicos, que son irreductibles a lo que se encuentra en juego en otros campos o a sus intereses propios [...] y que no percibirá alguien que no haya sido construido para entrar en ese campo [...]. Para que funcione un campo, es necesario que haya algo en juego y gente dispuesta a jugar, que esté dotada de los habitus que implican el conocimiento y reconocimiento de las leyes inmanentes al juego, de lo que está en juego, etcétera. (Bourdieu, 1990: 109)

Y esto se da porque Bourdieu considera que la relación entre sociedad y agentes se realiza a través de estructuras estructuradas y estructurantes; es decir, alejada de visiones constructivistas y estructuralistas para dar paso a un constructivismo estructuralista, planteamiento que propone un punto intermedio entre ambas, donde lo 25

objetivo (las estructuras sociales) y lo subjetivo (la construcción social de cada agente) convergen. No obstante, estos campos no son estancos ni mucho menos están custodiados por torres de vigilancia, sino que son abiertos y flexibles. Por lo tanto, campos otrora independientes y aislados ahora se ven influenciados por las prácticas de otros campos, generando, de esa manera, la necesidad de crear nuevas reglas de juego. En ese sentido, “el campo político ha sufrido, y está sufriendo, una serie de cambios, muchos de ellos causados por la irrupción del campo mediático dentro del político” (Muro-Ampuero, 2015, p. 90). Intromisión que implica que el campo político se diluya para darle paso a un campo político mediatizado. Sin embargo, se hace necesario alejarse un poco para ver el panorama completo: las nuevas generaciones (“generación #”), el advenimiento de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC) y la crisis política manifestada a través de la poca representatividad política y la corrupción (solo por mencionar algunos temas) son elementos que ayudan a entender la relación entre medios de comunicación y política en la actualidad. En ese sentido, ¿cuáles son algunas de las características de esta política mediatizada7? En primer lugar, este nuevo campo político se caracteriza por tener un gran influjo de los cánones del campo mediático, en especial, y en términos utilizados por la filósofa española Victoria Camps, bajo la influencia de dos tiranías: la del tiempo y la del espectáculo. [Por un lado] La tiranía de la velocidad, basada en el precepto mercantilista del “tiempo es dinero”, insta a que todo se tiene que hacer de prisa: pensar, informar, comunicar, etc. De esa manera, en los mass media impera una concepción especial y hegemónica del tiempo: el media time. El campo político no escapa de esta hegemonía impuesta por los medios, y los resultados son un espacio donde, por la premura del tiempo, se impide el debate y la reflexión. Por ello, esta imposición reconfigura el accionar político para devenir en un accionar político mediatizado: un terreno donde los medios marcan la agenda política y el formato de esta, y la política deja su rol como mediadora para ser mediatizada. 7

Concepto trabajado en el artículo publicado por el autor en la revista Contratexto (2015).

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[Por otro lado], la tiranía del espectáculo se basa, como afirma Sartori (1998), en la importancia de la imagen por sobre la palabra. Este dominio de la imagen se caracteriza por impactar a la vista y el oído a través de la producción de mensajes iconográficos, superficiales y de poca duración. (Muro-Ampuero, 2015, p. 82)

De esa manera, el campo político se ve amenazado ante la presencia impasible de estas dos tiranías; por ello, En un mundo dominado por el temor a ser aburrido y el afán de divertir a cualquier precio, la política está condenada a aparecer como un tema ingrato que se excluye en la medida de lo posible de las horas de gran audiencia, un espectáculo poco estimulante, incluso deprimente, y difícil de tratar, que hay que convertir en interesante. (Bourdieu, 1997, p. 127)

En ese contexto, donde se está en los medios o no se existe, han surgido nuevas formas de participar en política: artivismo, flashmobs, Smart mobs, etcétera. Y si bien muchas de estas expresiones políticas no se realizan en los medios, están influenciadas por la lógica mediática a través de la espectacularización y visibilización. No obstante, con ello no se quiere decir que estas nuevas formas de expresión política se realicen principalmente pensando en cómo hacer mediática la participación política, sino que los agentes usan las herramientas con las que están más familiarizados para fortalecer su expresión política. Respecto a ello, Alonso Hidalgo (2012, p. 99) concluye: (…) una realidad es irrefutable: las redes sociales han cambiado las formas de comunicación y la manera de relacionarse de los ciudadanos. Y aun cuando es apresurado

afirmar

que

un

proyecto

político

se

puede

estructurar

exclusivamente a partir del intercambio en las redes sociales, estas ya se han convertido en fuente inacabable de debate, de inspiración y, sobre todo, de información.

De esa manera, regresar a la aproximación generacional es de mucha ayuda. Así, la raison d’être de la “conexión generacional” actual es a través del uso, casi imperante, de las TIC (sobre todo del Internet) en su quehacer cotidiano. En esa línea, cabe destacar que las nuevas maneras de organización y participación política se deben, según Castells (2015), a que la generación actual posee, entre sus principales 27

características, una forma de conexión red multimodal. Es decir, que los canales comunicacionales utilizados son híbridos (una mezcla entre la comunicación cara a cara con la virtual), pero teniendo siempre en cuenta que la presente generación no sería lo que es sin el influjo del Internet. Por lo tanto, Castells destaca la importancia de la evolución tecnológica en la sociedad (y en los movimientos sociales por extensión) de la siguiente manera: En los últimos años, la comunicación a gran escala ha experimentado una profunda transformación tecnológica y organizativa con el auge de lo que he denominado autocomunicación de masas, basada en redes horizontales de comunicación interactiva y multidireccional en Internet y, cada vez más, en redes de comunicación inalámbricas, la plataforma de comunicación prevalente en la actualidad en todas partes. Éste es el nuevo contexto, en el corazón de la sociedad red como nueva estructura social, en la que se están formando los movimientos sociales del siglo XXI. (p. 240)

Ello, guste o no, produce nuevas dinámicas en las diferentes aristas de la vida de los agentes (tanto en un nivel constructivista como estructuralista) y, como ya se mencionó, la política no queda eximida de ello. Sin embargo, el debate se encuentra alrededor de la efectividad de estas nuevas formas de participar en política. Por ejemplo, mientras que unos son suspicaces respecto a la eficacia del uso de las redes sociales como espacio para generar cambios, otros consideran que el llenado de peticiones online, “likes” y compartir fotos, por mencionar solo algunas prácticas, son suficientes para contribuir y generar cambios8. Sin embargo, hay algo que no se puede negar: Hoy en día el poder de Internet multiplica la capacidad de expansión del relato porque aumenta la capacidad de los narradores, de las voces. Las posibilidades virales de la cultura digital pueden amplificar el mensaje implícito en el relato político, dada su capacidad de propagación, multiplicación y transmisión. [Asimismo, el Twitter], (…) es comunicación corta y directa, pero su potencial para generar comunidad en construcción a través de una comunicación-flujo, así como la posibilidad de empoderar a la multitud desde el compromiso

8

Ello tiene su explicación teórica a través del concepto de slacktivism (Breuer, A. y Farooq, B.,

2012; Kristofferson, Peloza y White; 2014).

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personal para organizar la acción social, es una de las grandes oportunidades para la política. (Gutiérrez-Rubí, A., 2011, p. 20).

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HIPÓTESIS Y OBJETIVOS Hipótesis El Twitter como herramienta para la expresión política por parte de los jóvenes politizados genera escaso impacto en la política formal.

Objetivo general Conocer las prácticas políticas de los jóvenes politizados en las redes sociales, específicamente Twitter, durante las marchas contra la "Ley Pulpín" en Lima.

Objetivos específicos 1.

Conocer el impacto de las marchas contra la “Ley Pulpín” en Twitter y los portales web de los diarios El Comercio y La República,

2.

Explorar las formas de participación de los jóvenes líderes o voceros en las movilizaciones contra la “Ley Pulpín”.

3.

Analizar las percepciones de los jóvenes líderes o voceros sobre la relación entre la política y las redes sociales, en particular Twitter.

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METODOLOGÍA Aproximación metodológica El tipo de metodología del presente trabajo es el de una investigación cualitativa que cuenta con dos diseños metodológicos que se aplican simultáneamente. En primer lugar, un diseño fenomenológico puesto que pretende indagar y conocer el fenómeno en el que se encuentran los jóvenes líderes o voceros en Lima; siendo más específicos, investigar las experiencias y percepciones que tienen estos jóvenes sobre la política a través de las redes sociales a partir de su experiencia en las marchas contra la “Ley Pulpín” –o Ley Nº 30288–. En segundo lugar, mas no en segundo término, un diseño de carácter etnometodológico que busca, a través de una etnografía virtual, examinar las formas de expresión y participación política en Twitter en el marco de la “Ley Pulpín”. Asimismo, se utiliza el método descriptivo-exploratorio. Estos métodos, en conjunto con los diseños establecidos, permiten profundizar respecto a las características, cualidades, percepciones y relaciones entre los objetos de análisis (jóvenes líderes o voceros, y política). El motivo por el cual se optó por esta aproximación metodológica es porque esta “pretende conocer las formas, cualitativamente diferentes, en que las personas experimentan, conceptualizan, perciben y comprenden el mundo que les rodea” (Valderrama, 2014: 308), y también porque permite “[…] describir y entender los fenómenos desde el punto de vista de cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente […]” (Hernández, 2014: 494) del joven limeño en relación con la política y las redes sociales en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”.

Estrategias metodológicas Con la finalidad de analizar los objetivos planteados, y validar o refutar la hipótesis de esta investigación se han realizado tres estrategias concatenadas que permitan profundizar en el estudio de la participación y expresión de los jóvenes líderes

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o voceros en el marco de la Ley Nº 30288 (más conocida como la “Ley Pulpín”) y las marchas en contra de ella; como también, ahondar en la relación entre redes sociales – específicamente Twitter- y política durante el contexto mencionado. Por lo tanto, las estrategias han estado relacionadas con los objetivos de la presente investigación. En ese sentido, la primera estrategia consistió en realizar un registro de todas las noticias referentes a la Ley Nº 30288 en los portales web de los diarios El Comercio y La República. Ello permitió identificar fechas claves relacionadas con el desenvolvimiento de la ley y las marchas; tendencias que se generaban en las redes sociales a través de hashtags (#); e, identificar a los principales jóvenes actores que se desempeñaron como voceros y/o líderes en las protestas contra la “Ley Pulpín”. Esta primera estrategia, por su carácter exploratorio e introductorio al tema en cuestión, y porque se utilizó como base para poder desarrollar las otras dos estrategias, permitió conocer el impacto que tuvo la “Ley Pulpín”, y las marchas suscitadas en contra de la ley, en los medios ya mencionados (objetivo específico 1). Así, con las fechas claves y los hashtags recogidos durante la primera etapa, se realizó la segunda estrategia que consistió en recoger los comentarios de los usuarios de Twitter –a través de una muestra representativa– sobre la “Ley Pulpín” y las marchas. De esa manera, esta estrategia sirvió para conocer el impacto que hubo en Twitter en el marco de dichos acontecimientos (objetivo específico 1). Finalmente, la tercera estrategia consistió en realizar entrevistas a profundidad a aquellos jóvenes líderes y/o voceros que tuvieron una participaron activa en las marchas. Con esta estrategia se buscó explorar las formas de participación de estos jóvenes en las movilizaciones contra la “Ley Pulpín” (objetivo específico 2); y, además, analizar las percepciones que ellos tienen sobre la relación entre política y redes sociales, en particular Twitter (objetivo específico 3). a. Revisión de portales web de El Comercio y La República: Como punto de partida de la presente investigación se comenzó con la sistematización de noticias relacionadas con la Ley Nº 30288, más conocida como la “Ley Pulpín”, y con las marchas que se suscitaron como reacción a dicha norma.

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Así, en la revisión de portales web se encontró lo siguiente: -

Fechas importantes: o 16 de Diciembre del 2014: Publicación de la Ley Nº 30288 en el diario “El Peruano”. o 18 de diciembre del 2014: Primera marcha contra la “Ley Pulpín”. o 22 de diciembre del 2014: Segunda marcha contra la “Ley Pulpín”. o 29 de diciembre del 2014: Tercera marcha contra la “Ley Pulpín”. o 15 de enero del 2015: Cuarta marcha contra la “Ley Pulpín”. o 26 de enero del 2015: Quinta marcha contra la “Ley Pulpín”. o 27 de enero del 2015: Derogatoria de la “Ley Pulpín” (Ley Nº 30288) a través de la Ley Nº 30300.

-

Hashtags mencionados: o #leyjuvenil

o #ConoceLeyJuvenil

o #LeyPulpín

o #abugattasteoye

o #18D

o #leylaboraljuvenil

o #regimenlaboraljuvenil

-

Jóvenes líderes y/o voceros o Víctor Otoya (25. Ex vocero Zona 9. Entrevista realizada el 19-03-2016) o Aymara León (21. Zona 9 y Frente Amplio. Entrevista realizada el 1103-2016) o Ana Luna Guillén (24. Federación de Estudiantes del Perú y Partido Socialista. Entrevista realizada el 25-02-2016) o Jorge Rodríguez Ríos (29. Representante del Foro Juvenil de Izquierda. Entrevista realizada el 16-03-2016) o Margarita Romero (24. Ex Colectivo Izquierda Universitaria PUCP y actual miembro del Foro Juvenil de Izquierda. Entrevista realizada el 0303-2016) o Maggie Garcia (25. Federación de Estudiantes de la Agraria. Entrevista realizada el 19-03-2016) o Diana Solís (26. Vocera Zona 5. Entrevista realizada el 25-02-2016) 33

o César Soberón (24. Secretario de la juventud trabajadora de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP). Entrevista realizada el 29-02-2016)

-

Estilo de la fuente: o Columna de opinión: Opinión con nombre propio donde el autor expresa lo que piensa respecto a cierto tema. o Editorial: Postura oficial que tiene el medio y que está en concordancia con la línea editorial de la misma. o Crónica: Narración cronológica de los hechos más importantes que acontecieron en las marchas. La narración es, principalmente, textual. o Crónica en imágenes: Igual que el anterior, pero la narración de los hechos es, principalmente, a través de imágenes. o Crónica en tuits: Igual que el anterior, pero a través de tuits. o Infografía: Ilustración gráfica donde se explica de manera suscinta puntos relacionados con la “Ley Pulpín”, las marchas, entre otros. o Nota informativa: Fuente que expone los hechos de manera objetiva.

-

Postura: Posición que tiene cada nota respecto a la Ley Nº 30288. Así, se determinó la postura de cada fuente solo por los elementos expuestos en ella. o A favor: La fuente presenta solo elementos beneficiosos de la ley para los jóvenes y la economía. o En contra: La fuente presenta solo elementos perjudiciales de la ley para los jóvenes y la economía. o Neutral (o, en algunos casos, a favor y en contra)9: Fuente que expone tanto los puntos positivos como los negativos de la ley o que solo presenta un balance de la misma.

En ese sentido, los hallazgos obtenidos en dicha revisión se utilizaron como herramientas estratégicas para profundizar la investigación. Por ejemplo, las 9

Al momento de realizar el trabajo de campo en los portales web se colocó a algunas fuentes la

postura de “a favor y en contra” porque exponían tanto los pros como los contras de la ley; no obstante, por cuestiones prácticas se pasaron estas fuentes a la postura “neutral”.

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fechas importantes y los hashtags fueron esenciales para realizar la etnografía virtual en Twitter, mientras que la lista de los jóvenes líderes y/o voceros fue utilizado para las entrevistas a profundidad. b. Revisión de hashtags en Twitter: Luego de la revisión de medios se utilizaron los hashtags y las fechas importantes para indagar sobre las formas de expresión y participación en Twitter en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”. De esa manera, el análisis de los hashtags en Twitter se realizó bajo las siguientes categorías: -

Seguidores: Establece rangos según la cantidad de seguidores que tenga cada usuario. Entendiendo que a mayor cantidad de seguidores (mayor popularidad), mayor amplitud para llegar a la opinión pública. o < 100

o 10000 – 49999

o 100 – 999

o 50000 – 99999

o 1000 – 4999

o 100000

o 5000 – 9999 -

Tipo de tuit: En esta categoría se dividen a los mensajes por el tipo de contenido que poseen. En ese caso, los tuits pueden ser: o De opinión: Todo aquel tuit que expresaba una opinión respecto a la “Ley Pulpín” y las marchas, ya sea a favor, en contra o neutral respecto a la ley. o Informativo: Tuit que comparte todo tipo de información respecto a la ley y las marchas. En su mayoría estos tuits no tienen juicio de valor, por lo que serían considerados neutrales. o Inquisitivo: Tuit que cuestiona todo lo relacionado con las marchas y la ley. o Troll: Aquel tuit que insulta, parodia, se mofa o burla de la ley, las marchas y los actores involucrados. o Propositivo: Es aquel tuit que no solo se queda en la opinión, sino que propone cambios para que la situación (de la empleabilidad) mejore. 35

o De convocatoria: Este tuit es un llamado a la acción (call to action) a todos los usuarios a participar de las marchas en contra de la ley. -

Principal estrategia utilizada: Táctica utilizada para tener mayor visibilidad respecto a un tema en específico. o Uso de hashtag: En el tuit solo se utiliza el hashtag para hablar del tema. Esta estrategia puede considerarse como la estrategia principal por default ya que el uso de los hashtags es el primer requisito utilizado para realizar la búsqueda en Twitter. o Compartir link/imagen: Los tuits incluyen links de noticias, foros, blogs, imágenes, entre otros. o RT (Retuit): Utilizados para compartir un tuit de manera literal. o Tag a medio/usuario: En el mensaje se etiqueta a algún usuario o cuenta de un medio de comunicación para debatir, aclarar algún punto, visibilizar algún tema o información específica, entre otros.

-

Postura: Posición que tiene cada tuit respecto a la Ley Nº 30288 o A favor: El enunciado está claramente a favor de la ley. o En contra: El enunciado está claramente en contra de la ley. o Neutral: Es un enunciado en el que no se puede determinar si está a favor o en contra. Es decir, tuits que hablaron de la ley y las marchas, pero que carecen de una posición clara.

-

RT del Tuit: Cantidad de veces que los tuits fueron retuiteados por otros usuarios.

c. Entrevistas a profundidad semiestructuradas a jóvenes líderes y/o voceros: Las entrevistas a profundidad fueron dirigidas a los jóvenes líderes y/o voceros que fueron mencionados en las noticias –de los portales web de los diarios mencionados con anterioridad– relacionadas con la Ley Nº 30288 y las marchas en su contra. La realización y análisis de las entrevistas fue el último paso del trabajo de campo de la presente investigación. 36

Población objetivo En aras de profundizar en el trinomio “jóvenes-política-redes sociales”, el público objetivo de la investigación se centrará en aquellos jóvenes que participaron en las marchas contra la “Ley Pulpín” y que fueron mencionados como líderes y/o voceros en las noticias revisadas de los portales web de los diarios peruanos El Comercio y La República. Sin embargo, por cuestiones externas, se ha optado por dos grupos de población objetivo: macro y micro.

Ello responde a que el propósito de esta

investigación es, por un lado, conocer el impacto que tuvo la “Ley Pulpín”, y las marchas suscitadas en contra de la ley, en Twitter; no obstante, como no fue posible determinar la edad de los usuarios en Twitter, se decidió por analizar a todos los usuarios que se hayan manifestado a través de los hashtags registrados (público objetivo macro). Y, por otro lado, explorar las formas de participación y analizar las percepciones de los jóvenes líderes o voceros sobre la relación entre la política y las redes sociales, en particular Twitter –según los nombres encontrados en la primera estrategia– a través de entrevistas a profundidad (público objetivo micro).

Muestra Con el tipo de población establecido, las unidades de análisis se diferencian solo por su especificidad (público objetivo macro y público objetivo micro). Más allá de esa diferenciación, ambas unidades convergen en una gran muestra en la que se analiza cómo los jóvenes líderes o voceros se expresaron y participaron politicamente en las marchas contra la “Ley Pulpín” a través de las redes sociales –específicamente en Twitter–. Asimismo, se escogió el Twitter como plataforma de análisis puesto que este ha sido el espacio ideal de expresión y participación política en protestas a nivel mundial en los últimos años. De esa manera, según una infografía realizada por

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Quantico Treds10 sobre el uso de Twitter en el Perú, se usó la siguiente formula que nos permitió tener una muestra representativa en dicha plataforma: Tomando una semana como periodo de estudio se tiene que la cantidad de tuits es de 1’900,000 (considerando que, según Quantico Trends, hay 280 mil tuits diarios); así, se asumen valores para p y q iguales a 50% para cada una, y un nivel de confianza de 95%. De esa manera, con un tamaño de muestra de 1050 tuits –fueron utilizadas las siete fechas claves, y en cada día se recogió 150 tuits de forma aleatoria– el margen de error es de +/- 3%. Cabe mencionar que, al no haber estadística más fina sobre la cantidad de tuits que tienen los hashtags analizados y no poder determinar la edad de cada usuario (para solo poder analizar a los que son jóvenes), se utilizó el universo de tuits a nivel nacional. Sin embargo, de encontrarse data que pueda especificar la cantidad de tuits por cada hashtag analizado y poder determinarse la edad de cada usuario de Twitter, resultaría en una disminución en el tamaño de la muestra y, por lo tanto, en el margen de error. En el caso de las entrevistas a profundidad, se realizaron 9 entrevistas a jóvenes líderes y/o voceros de los 19 jóvenes encontrados durante la revisión de portales web de los diarios peruanos El Comercio y La República.

Muestreo El tipo de muestreo es intencional ya que la selección del tipo de población se ha realizado con conocimiento de causa; ello permite recabar información necesaria para tener un panorama más claro respecto a los tipos de expresión y participación política de los jóvenes líderes o voceros en las redes sociales en el marco de la “Ley Pulpín”.

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Estimaciones de Quantico Trends, a cierre de año, excepto 2015 (Quantico Trends, 2015).

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Técnicas de recolección de datos -

Fuentes primarias: o Etnografía virtual: 

Registro de las noticias sobre la “Ley Pulpín” en los portales web de los diarios peruanos El Comercio y La República.



Revisión de tuits durante siete fechas claves y a través de siete hashtags identificados durante la revisión de los portales web.

o Entrevistas a profundidad semiestructuradas: 

Entrevistas a profundidad a los jóvenes líderes o voceros que aparecieron en la revisión de los portales web de los diarios peruanos El Comercio y La República en el marco de la “Ley Pulpín”.

-

Fuentes secundarias: o Fuentes bibliográficas o Encuestas y grupos focales realizados para la investigación “Jóvenes y política. Estudio sobre los universitarios limeños”, aprobada por el Instituto de Investigación Científica de la Universidad de Lima.

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RESULTADOS Jóvenes, política y medios de comunicación a) Historial político Es interesante ver que todos los entrevistados eran simpatizantes de la izquierda, ya sea siendo parte de grupos sindicalistas (CGTP Joven), partidos políticos (Partido Socialista y Frente Amplio11) o, en colectivos, zonas o federaciones de estudiantes en los cuales participaban muchos jóvenes apartidarios que no se sentían representados por los dos primeros grupos. Asimismo, existen similitudes entre algunos entrevistados respecto a la formación política. Por un lado, se encuentran aquellos jóvenes que tenían una formación más sólida como, por ejemplo, Margarita Romero que señaló lo siguiente: (…) desde que entré a la universidad siempre he estado en política universitaria y yo pertenecí a un colectivo cuando era estudiante, un colectivo universitario que se llamaba Izquierda Universitaria PUCP, en la cual, en ese entonces, era secretaria general. Y a la vez, a nivel externo, fuera de la universidad, pertenecía y sigo perteneciendo a un colectivo que se llama Foro Juvenil de Izquierda (…) (comunicación personal, 03 de marzo de 2016).

En esa misma línea, Aymara León (comunicación personal, 11 de marzo de 2016) mencionó que “siempre ha estado involucrada en eventos de política universitaria en la PUCP o en otros espacios como en el Frente Amplio”. Del mismo modo, Víctor Otoya se formó políticamente en la izquierda y fue miembro de una organización política de izquierda en su Alma Mater, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Por otro lado, y a pesar de las similitudes, no todos tuvieron el mismo sólido background político. En ese sentido, Diana Solís comentó que, previo a las marchas e involucrarse en las Zonas, al grupo político que se sentía que más pertenecía era al “Comando Feminista” (grupo que engloba a colectivos feministas y feministas independientes). 11

El Frente Amplio (FA) es una coalición de partidos peruanos de izquierda conformado por el Partido Comunista Peruano, Partido Comunista del Perú – Patria Roja, Partido Socialista, entre otros.

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Así también, este historial político se ve reflejado en la participación activa de los jóvenes en diferentes marchas contra diversos temas. Un claro ejemplo de ello es lo que mencionó César Soberón: “(…) yo soy dirigente de la CGTP, vengo del sector de construcción civil. Mi vida, por ejemplo, está compuesta por muchas marchas en contra de muchas cosas” (comunicación personal, 29 de febrero de 2016). De igual manera, Jorge Rodríguez al ser preguntado si se había manifestado antes de las marchas contra la “Ley Pulpín” respondió lo siguiente: Por varias cosas. Yo tengo una actividad política, valga la redundancia, muy activa desde la universidad. He sido ex dirigente universitario de San Marcos, he participado como candidato a regidor, soy coordinador del Foro Juvenil de Izquierda. He coordinado la campaña del “NO” y varias luchas (comunicación personal, 16 de marzo de 2016).

Asimismo, Margarita Romero enfatizó que, en todos los años que lleva militando políticamente, “la protesta ha sido como un instrumento de defensa de los derechos” (comunicación personal, 03 de marzo de 2016). En ese sentido, todos los jóvenes, salvo una entrevistada que dijo no haber participado en marchas antes de las que se suscitaron en el marco de la “Ley Pulpín”, coincidieron en varias de las marchas en las que participaron: No a Keiko, Bagua, Repartija, TPP, Conga, Tía María, entre otros. En suma, esta participación activa en política demuestra un alto involucramiento con las problemáticas sociales del país – problemáticas que en su mayoría son enfrentadas por la izquierda.

b) Pulpines, no; jóvenes, sí La Ley Nº 30288 –más conocida como “Ley Pulpín”–, creada desde la cúpula empresarial, formó parte de los paquetazos económicos realizados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para reactivar la economía. Ley que establecía un régimen laboral especial –uno más a los más de 40 que ya existen en nuestro país- para los jóvenes de 18 a 24 años en donde se les recortaba varios derechos laborales (CTS, gratificaciones, vacaciones reducidas a 15 días, entre otros).

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Ana Luna comentó al respecto: (…) esto aparte de ser una violación completa a todos los derechos laborales que ya tenemos, porque por algo tenemos tantos acuerdos con la OIT, (…) es un régimen arbitrario más de los cuarenta y tantos que ya hay, o sea, los textiles, los agrarios, mypes, trabajadoras del hogar (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Por la forma en como fue promulgada la ley12, el gobierno pensó que iba a pasar desapercibida, que no iba a generar respuesta alguna por parte de la opinión pública en general, mucho menos por parte de los jóvenes. Estoy seguro que cuando ellos aprobaron la ley no tenían ni idea de lo que iba a desencadenar. Seguramente calcularon que no iban a protestar y que si iban a protestar iba a ser una marchita que luego se iba a diluir (V. Otoya, comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Sin embargo, como dijo Víctor, a las altas esferas de poder no se les cruzó por la cabeza que hubiesen jóvenes que tuvieran, en palabras de Ana Luna, “capacidad de indignación acerca de las cosas que pasan” (comunicación personal, 25 de febrero de 2016). En ese sentido, los entrevistados mencionaron sentirse indignados al enterarse que la ley había sido promulgada, además de generarles molestia y cólera porque dicha ley se dio durante un gobierno al cual ellos apoyaron en sus inicios. Respecto a ello, la respuesta de Ana Luna sobre los sentimientos que la llevaron a salir a protestar en contra de la “Ley Pulpín” expresa de mejor manera el sentir de indignación de los entrevistados: (…) primero era la indignación y la rabia que te da un Estado que se supone que es un Estado de derecho que por dos dedos de frente en el tema legal lo que tiene que hacer para presentar una cosa por el estilo, es llevarlo a un debate pleno. Segundo, un sentimiento de traición de un partido por el cual votamos al final (…) (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Así, 12

Para profundizar en cómo la ley fue creada, promulgada y derogada revisar el libro de Enrique

Fernández-Maldonado “La rebelión de los pulpines; Jóvenes, trabajo y política”.

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(…) el gobierno nos hizo ver como que esta ley era una oportunidad para los jóvenes (…); sin embargo, había algo escondido que era el aprovechamiento de las grandes empresas con respecto a aumentar sus ganancias, en un capital humano de trabajo más barato. Justamente por eso es que a la ley le pusieron “Pulpín”, porque iban a agarrar a los chibolos de mano de obra barata (M. Garcia, comunicación personal, 03 de marzo de 2016)

En ese sentido, los entrevistados no fueron críticos solamente con la ley, sino también con los políticos y no dudaron en llamarlos oportunistas, cuando era meritorio dicho término. Así, se puede decir que existieron tres clases de políticos: los que siempre estuvieron en contra, los que siempre estuvieron a favor y aquellos que estuvieron en un inicio a favor y luego estuvieron en contra de la ley. En palabras de Margarita Romero (comunicación personal, 03 de marzo de 2016): Hay tres clases [de políticos]. Primero los que se mantuvieron desde el inicio en contra de la “Ley Pulpín”, a los cuales sí se los tenía mapeados, a los que cambiaron su voto y a los que no cambiaron su voto. Entonces a los que cambiaron su voto, como a los apristas se les veía un oportunismo político. Y nosotros lo teníamos claro, bueno particularmente mi organización y en la Coordinadora [Coordinadora 18D por un Trabajo Digno]. Teníamos en claro que era oportunismo político porque ya se acercaban las elecciones y esto se vio no a raíz de la primera marcha sino a raíz de la segunda marcha, en función a que vieron que convocaba a un montón de personas y que todos eran jóvenes, potenciales votantes nuevos para las elecciones que ya se aceraban, entonces, como la prensa ya le había puesto más atención a un hecho que era claramente visible (se tomaban calles y avenidas enteras y éramos miles y miles de jóvenes). (…) los políticos decidieron cambiar su opinión.

Sin embargo, así como criticaron la volatilidad de las posturas de algunos políticos y las consideraron oportunistas13, también supieron reconocer a aquellos políticos que estuvieron con ellos desde el comienzo. De esa manera, todos los entrevistados supieron valorar y reconocer el apoyo de políticos como Yohny Lescano, Manuel Dammert, Verónika Mendoza, Omar Chehade, Rosa Mávila y, en general, la 13

Sobre ello existe una lista que circuló en las redes sociales en donde aparecían los nombres de

los congresistas según esas tres posturas mencionadas por Margarita Romero.

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bancada Frente Amplio-Acción Popular. Así, los jóvenes, con el apoyo de estos políticos, decidieron salir a las calles con un objetivo bien claro: la derogación de la Ley Nº 30288. Además, lo que también buscaban era que se abriera el debate sobre el tema nacional del trabajo, es decir, sobre una reforma laboral (esto último se retomará en el balance que los entrevistados hicieron sobre las marchas contra la ley). Tras 5 marchas en el transcurso de poco más de un mes (de diciembre a enero), innumerables reuniones para organizar los devenires de las movilizaciones, algunos roces entre miembros de organismos (entre la Coordinadora 18D y las Zonas), entrevistas en diferentes medios, entre otros, los jóvenes consiguieron su objetivo: la derogación. La emoción de los entrevistados al ser preguntados por lo que sintieron cuando la ley fue derogada fue notorio. Las respuestas coincidieron en un sentimiento de desbordante felicidad y satisfacción, de sentir que ellos –los jóvenes- habían podido doblegar al gobierno, a la cúpula empresarial y a una ley que violentaba los derechos laborales. Así, pues, el testimonio de César Soberón (comunicación personal, 29 de febrero de 2016) es un buen ejemplo de la emoción que estos jóvenes políticamente activos pudieron sentir al derogarse la ley, ya que, como él, muchos de los entrevistados han participado en diversas marchas por diferentes temas: En realidad yo casi lloro. Estábamos dentro del congreso y habíamos pasado una delegación de 5 personas. De ahí luego, vinieron otros compañeros. (…) yo recuerdo que mi compañero, que era parte de la Coordinadora, me dice: “¡bien!”. Y yo no lo podía creer. Es que en realidad, yo soy de provincia, soy lambayecano, y hemos participado en muchas luchas con gente que siempre decía: “hay que persistir, hay que persistir, hay que persistir y el algún momento vamos a ganar”, y he cargado el cadáver de muchos de ellos, porque han muerto y nunca han podido ver una victoria de lo que estaban pidiendo: mi hermano, mi papá, algunos compañeros del movimiento sindical que han sido asesinados, (…) yo aún soy joven, tenía 23 años y estaba conociendo una victoria real, que es una pequeña cosa en comparación a todo el monstruo que es la legislación nacional. Pero por ejemplo, sentí que aquellas frases de “hay que persistir” no eran frases vacías, eran reales.

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c) Organizarse para luchar En el acápite anterior se mencionó que un factor importante para la participación política era tener capacidad de indignación. Como indica la evidencia empírica, los jóvenes demostraron tener esta capacidad y con mucho esfuerzo lograron que el gobierno diera marcha atrás y derogara la ley. Pero, ¿sería esto posible con un frente completamente desarticulado? Los entrevistados sabían que no. En ese sentido, luego de la primera marcha realizada el 18 de diciembre del 2014, los jóvenes vieron la imperante necesidad de organizarse si es que querían hacerle frente al gobierno. Así, se establecieron varios frentes de lucha con características muy particulares: la “Coordinadora 18D por un trabajo digno”, el bloque universitario y las Zonas, por mencionar a las más representativas. El tema de la organización de los jóvenes en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín” ya ha sido trabajado por varios autores (Dinegro, A., 2015; FernándezMaldonado, E., 2015; &, García, L & Vela, J., 2015). De esa manera, el propósito del presente subcapítulo no es el de explicar detalladamente cada paso realizado en la organización de estos grupos juveniles, sino, el de hacer una breve reconstrucción de las formas de organización suscitadas en las movilizaciones antipulpín a través de los testimonios de los entrevistados (pertenecientes a las zonas, el bloque universitario y la “Coordinadora 18D”)14.

Coordinadora 18D por un trabajo digno En primer lugar, tenemos a la “Coordinadora 18D por un trabajo digno”. La creación de este grupo se gestó días antes de la primera marcha oficial el 18 de diciembre15. Según cuenta César Soberón, la CGTP junto a otros sectores como el textil, 14

En ese sentido, se recomienda al lector complementar lo expuesto en esta investigación con los

autores citados. 15

A la marcha del 18 de diciembre la denomino como la primera marcha oficial porque fue la

primera movilización que convocó a un gran número de personas. Sin embargo, no fue la primera marcha que se realizó en contra de la “Ley Pulpín”, la primera salida a las calles sucedió el 9 de diciembre, pero fue una marcha pequeña y que no tuvo mucho impacto.

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el de construcción, el de telefonía, colectivos, el Partido Socialista, el Foro Juvenil de Izquierda, entre otros, se encontraban en un proceso de lucha conjunta desde la Cumbre de los Pueblos16. En ese proceso se enteran que había otros grupos que también estaban interesados en el tema, así que se convocó a una reunión. Mientras tanto, otro grupo convocaba por Facebook a una marcha el viernes 19 de diciembre. Sin embargo, la CGTP junto con los otros sectores y jóvenes de izquierda consideraron que sería mejor hacerlo el jueves 18 de diciembre. César Soberón (comunicación personal, 29 de febrero de 2016) explica el motivo: Nosotros planteamos el 18 de diciembre porque tenía un valor muy importante. Pedro Huillca, secretario general de la CGTP, es asesinado el 18 de diciembre del ‘92. Lo asesina Fujimori. (…) Entonces para nosotros, el campo sindical, era un momento muy importante para la lucha (…) Eso por un lado. Por otro lado, porque nosotros decíamos: “estamos en un país donde la prensa trata de ocultar muchas cosas, sobre todo la luchas sociales”. Haces una marcha un viernes, y sábado y domingo encuentras pura farándula, entonces, iba a pasar desapercibido. (…) Si marchábamos el jueves 18 el día viernes íbamos a copar las noticias y probablemente el fin de semana también. Y nos resultó, porque finalmente el grupo que estaba convocando por redes sociales una marcha [para el 19 de diciembre], se juntó a la nuestra convocatoria y salió el 18.

De esa manera los jóvenes se organizaron para una primera marcha. Sin embargo, como comentan los entrevistados, esta primera marcha fue desordenada y con mucha represión policial. Por lo tanto, para evitar que ello sucediese nuevamente había que organizarse. Esa desorganización, mal que bien, hizo que decidieran constituir la “Coordinadora 18D por un trabajo digno”. En efecto, la coordinadora se creó para el 18 de diciembre, pero no adoptó el nombre de coordinadora hasta después, días después de la marcha en donde nos dimos cuenta que sí podíamos trabajar en común los jóvenes por más diferencias políticas que podíamos tener. Había gente de izquierda y jóvenes de

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Evento que se realizaba desde el 9 de diciembre del 2014 en paralelo a la COP20 (“Cumbre de

los Pueblos: la reunión paralela a la COP 20”, 2014).

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derecha que también estaban en contra de la ley. (…) Entonces, esta coordinadora tenía como objetivo articular al mayor sector de jóvenes para ordenar la lucha, porque mucha gente participaba de forma independiente (César Soberón, comunicación personal, 29 de febrero de 2016).

En ese sentido, Ana Luna explica cómo era la organización dentro de esta coordinadora: (…) nos juntábamos una vez por semana, por lo menos, de hecho más de una vez por semana, y coordinábamos todas las acciones que íbamos a realizar: el tema de los medios, si iba a haber conferencia de prensa, el tema de las entrevistas, el tema de las infografías, de los volantes que íbamos sacando, etc. (…) A la par de eso, había estas asambleas ampliadas, donde ya entraba gente independiente, gente que no estaba en ningún espacio, gente de las zonas, y trabajábamos juntos. Y cuadrábamos cosas para las marchas, había mil y un discusiones, a veces que caían en asambleísmos o teníamos horas y horas discutiendo lo mismo y se decía lo mismo y no avanzábamos (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Como bien el nombre lo dice y lo hemos mencionado, la Coordinadora 18D era eso, un espacio coordinador entre los grupos que participaban en él. Sobre ello, Ana Luna (comunicación personal, 25 de febrero de 2016) comentó lo siguiente: Personalmente, no creo esta historia que había una cabeza del espacio, porque de hecho habíamos personas que éramos los representantes o las cabezas de cada uno de nuestros espacios y todos nos sentábamos en una mesa, así como estamos ahora, y hablábamos y planteábamos las cosas y si no nos gustaban, las discutíamos. Llegábamos de alguna manera a un consenso y si no había un consenso, decidíamos por el bien de la mayoría, hacíamos una cosa bien democrática.

En ese sentido, es difícil hablar de liderazgos, menos de alguien que lidere la coordinadora, de lo que sí se puede hablar, siguiendo el comentario de Ana Luna, es de un espacio donde los representantes de cada grupo discutían los devenires y porvenires de las marchas. Asimismo, Jorge Rodríguez enfatiza que

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(…) lo que había eran comisiones de trabajo: la comisión de organización y, de comunicación y prensa. La comisión de organización era la encargada de planificar, estar al tanto de las actividades, del mapeo y de las acciones; la comisión de comunicación y prensa, del contenido, la propaganda (comunicación personal, 16 de marzo de 2016).

No obstante, a pesar de haber una cierta horizontalidad en la coordinadora, en lo que sí estaban de acuerdo, por lo menos Jorge Rodríguez y César Soberón, era que el liderazgo se forjaba en la cancha.

Las Zonas En segundo lugar, estuvieron las Zonas. En líneas generales, se puede decir que las Zonas representaron una respuesta en contra de las estructuras políticas o politizadas tradicionales, en especial con las jerarquías allí establecidas17. Ello devino en la formación de un grupo de jóvenes –en su mayoría apartidarios e independientes de cualquier organización política– que se estructuraron territorialmente (en 14 zonas que abarcaban el total de distritos limeños) y cuya principal característica era el ser espacios y horizontales; en otras palabras, eran espacios donde no existían líderes y todos tenían la misma oportunidad de participar en las discusiones18. En ese sentido, Margarita Romero explica la génesis de las Zonas: (…) a raíz del 18D surge la necesidad de organizarse, es por eso que surge la Coordinadora 18D por un trabajo digno. A raíz de esa fecha nos juntamos los colectivos, juventudes de partidos políticos (…), en primer lugar, creamos esa coordinadora, solamente los partidos. (…) y por su cuenta también se 17

Para las Zonas algunos de los grupos que participaban en la Coordinadora 18D (como la CGTP y

partidos políticos) representaban estos espacios verticales. Esta diferencia en formas de organización política trajo consigo algunos roces entre ambos grupos, pero sin mayores implicancias entre ellos ni mucho menos con su lucha. 18

Se usó el tiempo pasado para describir a las Zonas para hacer referencia al momento en que se

crearon y se dieron las marchas en contra de la “Ley Pulpín”. Sin embargo, según los testimonios de los entrevistados, cabe destacar que las Zonas (algunas más que otras) siguen en actividad aunque no con la misma energía que el periodo diciembre 2014 – enero 2015.

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empezaron a formar, a raíz de las marchas donde había mucha gente que no era politizada y que no estaba organizada ni en colectivos, ni en organizaciones, las Zonas. Se organizaron a nivel sectorial: Zona 1, Zona 2, según territorio, y empezaron a organizarse (comunicación personal, 03 de marzo de 2016).

Sobre la horizontalidad, Víctor Otoya, ex vocero de la Zona 9, explica cómo esta funcionaba: Desde el inicio se pretendió una política de negación de líderes, de negación de cúpulas, de negación de estructuras jerarquizadas. Lo cual en el ambiente de la marcha de la Ley me parecía correcto. Se eligió lo que se denominaban voceros que eran personas que llevaban la posición que las Zonas tenían en asambleas democráticas. No eran propiamente líderes, sino personas que actuaban como alguien que solamente exterioriza lo que el acuerdo de las reuniones tenía. (…) La toma de decisión de los voceros era básicamente en torno al consenso. El consenso determinaba quiénes eran las personas que por distintas cualidades o por distintas cuestiones podía representar a las Zonas ante los medios o ante un órgano más grande que era el órgano colegiado. (…) Simplemente era la elección de un compañero que creíamos que con voluntad democrática podía transmitir los acuerdos zonales. Esos eran rotativos además no había un vocero eterno. Rotaban cada mes, después se volvieron dos meses, recuerdo (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

En la misma línea, Aymara León comenta sobre las vocerías: (…) algo interesante que más o menos evitaba que el poder se concentre en determinadas personas era la cuestión de rotación de los voceros y voceras. Además el mismo hecho de ser voceros o voceras y no representantes en el sentido de que (…) las vocerías tenían la estricta función de decir lo que se ha acordado. Entonces, creo que eso ayudaba un poco a romper con la verticalidad de otros espacios (comunicación personal, 11 de marzo de 2016).

De esa manera, el caso de Diana Solís da un ejemplo del motivo por el cual algunos jóvenes se inclinaron por participar en las Zonas y no en otros espacios – jerarquizados-: (…) es que en verdad, tampoco me siento muy identificada con ese tipo de espacios (…) y por eso es que me meto en las zonas, que es esta vocería 49

rotativa, que ni siquiera la vocería era como una especie de liderazgo, para nada. Sino la vocería era, más que nada, llevar la voz de tu zona a las reuniones de las demás zonas (D. Solìs, comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Si bien se tiene a la horizontalidad como principal característica de las Zonas, no se puede dejar de lado la autonomía que estas ostentaban. Y, en ese sentido, Aymara León es bien enfática respecto a la autonomía de las Zonas: “(…) la Coordinadora no agrupa las Zonas. Las Zonas coordinaban con la 18D pero no eran lo mismo. Las Zonas siempre procuraban tener su autonomía y sus formas de organización” (comunicación personal, 11 de marzo de 2016). No obstante, ello no fue un impedimento para que se establezcan vínculos entre ambos espacios ya que lo que primaba era la lucha contra la “Ley Pulpín” y sus defensores. De esa manera, se realizaban asambleas ampliadas –en donde iba una persona por cada colectivo, zona, universidad, hasta jóvenes independientes– y se planteaban nuevas acciones, se coordinaban fechas, rutas y objetivos, entre otras cosas. Luego, lo coordinado se difundía por las redes sociales de cada grupo.

El bloque universitario Finalmente, está el bloque universitario. En un principio en este bloque estaban todas las universidades que tenían centros federados; sin embargo, al pasar algunas marchas, se sumaron al bloque estudiantes de universidades privadas que no contaban con centros federados, pero que salían solo como un grupo político en representatividad de sus universidades. Maggie Garcia de la federación de estudiantes de la Universidad Agraria La – Molina comenta sobre la organización del bloque universitario: (…) las universidades nos empezamos a reunir y formábamos lo que era el bloque universitario. En este bloque, estaban todos los que tenía federación, los que eran presidentes como en el caso de la Agraria, la Católica, la San Marcos. Y nos reuníamos todos los que éramos representantes de todas estas universidades para coordinar cuál iba a ser nuestro plan de acción. Para hacer legítima nuestra representatividad teníamos que hacer charlas y asambleas en 50

nuestras universidades, informar con respecto a eso y crear una plataforma para los estudiantes de la Agraria que querían movilizarse. Y nos dividíamos el trabajo [entre todos los estudiantes de diferentes universidades que conformaban el bloque universitario]: tanto para hacer piquetes informativos, para hacer la publicidad, los pronunciamientos que muchas veces sacábamos en las marchas donde decía “bloque universitario se pronuncia (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Así como la Coordinadora 18D y las Zonas, el bloque universitario también contaba con representantes cuya principal función era transmitir la postura que tuviera cada grupo universitario. Por lo tanto, “(…) mi función como representante era representar, así la gente estuviera en acuerdo o desacuerdo yo tenía que representar lo que la mayoría diga en la agraria porque ese era mi papel”, explicó Maggie Garcia (comunicación personal, 19 de marzo de 2016). En resumen, si bien no se puede dar por sentado que la organización era tal como los entrevistados la describieron –ya que para ello sería necesario ampliar el número de entrevistas-, se pueden esbozar algunas conclusiones (ello será tratado más adelante).

d) Jóvenes y política nacional El tema de los jóvenes, desde un enfoque generacional, y su relación con la política ha sido y es tema de varios estudios. En ese sentido, la presente investigación busca contribuir al tema de estudio a través de la óptica del joven, específicamente del joven politizado. Por ello, a continuación se tratará de dilucidar cuál es el rol de los jóvenes en la política nacional desde la perspectiva de los entrevistados. A mí parecer, las respuestas permitirán tener –en términos marketeros- un insight sobre cómo los jóvenes se ven –y cómo les gustaría verse– en esta actividad, en la que colisionan distintos grupos de personas (con diferentes gustos, preferencias, agendas, necesidades, etc.) sumergidas en relaciones de poder, llamada política. Ante la pregunta sobre cuál es el rol de los jóvenes en la política nacional, Ana Luna responde de forma enérgica y tajante: “Primero debemos olvidarnos que somos el 51

futuro. Somos el presente, así de sencillo” (comunicación personal, 25 de febrero de 2016). En esa misma línea Víctor Otoya agrega: El rol de los jóvenes es el rol de los jóvenes en cualquier generación. No hay que olvidar que Mariátegui hablaba del rol de los jóvenes. El joven es la acción de hoy o no es nada, y yo creo que los jóvenes son los primeros llamados a organizarse para transformar la sociedad en cualquiera de los niveles. Eso pasa por organizarse no necesariamente a nivel de partido, pero sí a tener en cuenta la importancia permanente de la actividad política de la sociedad (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Por ello, Margarita Romero dice que el rol fundamental del joven ahora es el de involucrarse y encauzar cuestiones políticas. Y, este involucramiento es importante porque consideran que: (…) la juventud en sí es un gran grupo de gente que puede incentivar a grandes cambios, incluso conseguirlos, pero cuando están juntos y organizados”; y esto se debe a que “la juventud tiene la capacidad de la creatividad: mecanismos que ya no funcionan, los jóvenes son capaces de volverlos, de actualizarlos, de mejorarlos y hacerlos muy funcionales y efectivos (C. Soberón, comunicación personal, 29 de febrero de 2016).

Sin embargo, toda generación se enfrenta a pormenores propios de su contexto y, para lograr lo que mencionan los jóvenes, es necesario recorrer un camino sinuoso lleno de obstáculos. En ese sentido, para Víctor Otoya hay un problema clave que estorba la realización del joven como actor social; él, enfatiza que este problema está relacionado con la crisis de partidos: En el contexto neoliberal actual y en el contexto de crisis de partidos, el rol de los jóvenes es diferente al de otras generaciones en el siguiente sentido: antes existían partidos con ideologías claras, programas. Entonces, uno fácilmente podía decir: “bueno tú eres de izquierda, eres maoísta te vas a tal grupo, eres leninista te vas acá, eres trotskista te vas acá, eres aprista, te vas al APRA”, eso en el escenario actual ha desaparecido (…) por ejemplo, si tú eres una persona de derecha que tenía un programa social cristiano, sabías que tu destino era el PPC, pero ahora tú ves todos estos injertos, estos grupos que se reúnen solo en torno a clientelas, a corruptelas, gente que va de un partido a otro sin un ideario 52

político, te das cuenta que estamos en una crisis generalizada (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Por consiguiente, el principal efecto que genera es que asquea: (…) y como asquea, termina haciendo que la gran mayoría de jóvenes, sobre todo los que no están muy informados y politizados, que no vienen de una politización previa, que se desinteresen por completo de la política, que haya una pérdida de entusiasmo por la organización y la capacidad de cambiar las cosas. Y esa es la consecuencia más inmediata. Pero también genera que los jóvenes que sí se politizan y sí terminan en partidos, tengan ese reto de tratar de salir de esa crisis y no caer en ese juego del sistema. (…) La idea no es caer en esa vorágine de crisis, sino tratar de superarla (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

No obstante, para algunos de los entrevistados las marchas contra la “Ley Pulpín” resultaron ser un punto de inflexión que despertó a los jóvenes de un sueño letárgico que data de los años ‘90. Así, Jorge Rodríguez, del Foro Juvenil de Izquierda, comenta: Yo creo que en estos momentos hay una antes y un después de la “Ley Pulpín”. Sin caer en una cuestión de negar el pasado, sino como parte del proceso, creo que hay un papel muy activo de los jóvenes a involucrarse en la política, a diferencia de los 90 que fue una generación donde el apoliticismo fue muy grande producto de la guerra, de la crisis (comunicación personal, 16 de marzo de 2016).

Igualmente, Maggie Garcia opina sobre ello: La Ley Pulpín ha sido como el ganchito para despertar a los jóvenes o interesarse más en los temas de política porque no hay muchos jóvenes participando en política actualmente. Luego de la marcha veo que ya hay más interés porque se ha venido lo de TPP y ahora lo de No a Keiko y tú ves más jóvenes de diferentes pensamientos, de diferentes líneas, pero que están más interesados en política y saben más de la actualidad y del gobierno (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

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De la misma forma en que, según los entrevistados, hubo esta reacción por parte de los jóvenes en temas políticos a partir de las marchas contra la “Ley Pulpín”, también consideran que hubo un cambio en la percepción del gobierno hacia los jóvenes. En ese sentido, Diana Solís explica ello: Yo siento que, hasta ahora, los jóvenes en realidad no eran una parte importante en los planes de gobierno de los candidatos. En realidad, el joven era algo más por ahí, pero no era algo importante. (…) Entonces, después de las marchas se dieron cuenta que sí existe un porcentaje significativo de gente que quiere un cambio y que es lo que ahora los candidatos están viendo, o sea, saben que existe ese porcentaje de gente que vota y es consciente de su voto, entonces tratan de enamorarlos a través de propuestas, de leyes, de mejoras, de reformas (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

En suma, luego de exponer las ideas de los entrevistados sobre cuál es el rol de los jóvenes en la política nacional, se puede destacar que, al menos estos jóvenes, tienen un involucramiento muy fuerte en la política y son conscientes de los cambios que pueden generar. En ese sentido, la derogación de la “Ley Pulpín” es un precedente que marcó un hito en su historial de lucha y que dio esperanzas de poder producir los cambios necesarios para mejorar al país. Asimismo, el éxito de los jóvenes en las marchas contra la “Ley Pulpín” atrajo miradas de jóvenes que nunca antes estuvieron interesados en política. Ello, para los jóvenes politizados, es un gran activo y un mérito estrictamente juvenil.

e) Política y medios de comunicación Luego de un gran recorrido por la percepción de los jóvenes politizados que participaron como líderes y/o voceros en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”, se pasará al punto central de la presente investigación: conocer sus percepciones sobre la relación entre la política y los medios de comunicación, en particular las redes sociales y, siendo más específicos aún, Twitter. En ese sentido se tocarán temas como el papel del internet en el desarrollo de las marchas, si se informaban a través de las redes sociales, si usaban Twitter, si los medios tuvieron 54

alguna incidencia en el desenlace de las marchas, las diferencias encontradas entre la información brindada por los medios tradicionales y los medios digitales –o alternativos- y, si las redes sociales pueden ser una herramienta para participar en la política.

El papel de Internet en las marchas Cuando se les preguntó a los entrevistados sobre el papel del internet en el desarrollo de las marchas, todos respondieron que fue muy importante y fundamental para visibilizar las movilizaciones y, finalmente, para conseguir la derogatoria de la ley. De esa manera, hay puntos específicos a tratar como: la importancia de las redes sociales para informar y convocar; y, la importancia para poder organizarse. En primer lugar, el principal beneficio que destacan del internet es la capacidad que esta tiene para llegar a una gran de cantidad de personas, sobre todo a los jóvenes quienes son los usuarios más asiduos de esta plataforma, y en tiempo real. Yo creo que es una cosa bien interesante y que aún nos falta analizarlo un montón, porque, por un espacio, tienes el típico activista de Facebook o de Twitter o de Instagram incluso, que opina, que debate, pero que además informa. Busca informarse e informar a otros, porque además cada vez encuentran más noticias, encuentran más análisis, encuentran más cosas y da una posibilidad de apertura de información más rápida que hace 5 o 10 años (A. Luna, comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Asimismo, los jóvenes politizados se informaban y compartían información en sus grupos políticos de las redes sociales y, en general, con todos sus contactos. De igual manera, Víctor Otoya comentó: Yo creo que el rol de internet fue fundamental porque el internet brindó la capacidad de comunicación a tiempo real en un escenario donde teníamos bastante apuro. La marcha se organizó, si no me equivoco, cuatro, cinco días de anticipación. Y la convocatoria solo se pudo hacer masiva mediante la difusión en redes sociales, por Facebook sobre todo (comunicación personal, 19 de marzo de 2016). 55

Y esto pudo realizarse de forma eficaz porque los jóvenes politizados involucrados en la organización de las marchas sabían lo que a sus congéneres les gustaba: los hashtags, las fotos, los memes, videos, entre otras cosas. Además, otros factores que ayudaron a ello fueron la capacidad de viralización que existe en las redes sociales que, como dice Ana Luna, pueden servir más que un pronunciamiento o un volante. Y, asimismo, la flexibilidad que existe en las redes sociales para difundir información que normalmente no serían pasadas en los medios tradicionales. En ese sentido, Margarita Romero mencionó que una de las cosas que se consideraron al momento de escoger el nombre de la Coordinadora 18D fue la facilidad para crear un hashtag con la fecha (#18D) y moverlo en las redes sociales. En segundo lugar se tiene la importancia, que los entrevistados le atribuyen al Internet, para organizarse. En ese aspecto, el relato de Diana Solís ayuda a entender un poco cómo se usaron las redes sociales para ello: (…) me acuerdo muchísimo que nosotros nos organizamos íntegramente por Facebook. (…) como Zona 5 teníamos nuestro fan page, que aún sigue vigente, teníamos nuestro grupo cerrado, privado, secreto que nadie sabía que existía, teníamos otro grupo que era un poco más abierto, donde podíamos postear las reuniones, qué es lo que se había dicho en las reuniones, habían millones de grupos. Dentro de las Zonas, se organizaban por diferentes comités. Entonces, me acuerdo que pertenecía al comité de cultura, que es algo más que me interesa. Por lo tanto, pertenecía al grupo de cultura de la Zona 5, el grupo de cultura de las Zonas, al grupo de comunicaciones de la Zonas, al grupo de comunicaciones de la Zona 5. Entonces, tenía millones de grupos, y era a través de esos grupos que se iban organizando cosas, (…). Nos reuníamos, pero todo lo que se acordaba en esa reunión se redactaba y se ponía en ese grupo (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

56

Jóvenes politizados y Twitter Si bien la cantidad de usuarios que se conectan a Twitter en el Perú está en incremento, aún no ha alcanzado el pico de su crecimiento 19. No obstante, la penetración de esta red social, en comparación con otros países de la región 20 y del mundo21, es baja todavía. Y, como comentó Jorge Rodríguez, para cuestiones políticas el uso de Twitter es más bajo todavía. En ese sentido, no debería sorprender que la mayoría de los entrevistados no usen Twitter o que solo lo hayan usado para usarlo específicamente durante las marchas, pero de manera muy puntual. Así, Diana Solís explica cómo usaba Twitter en el marco de las marchas: En realidad yo nunca he sido mucho de usar Twitter, pero, para las marchas sí, en el sentido de que si me perdía, buscaba en dónde estaba la marcha. Por ejemplo, nos dispersaban o llegaba tarde a la marcha, entonces buscaba dónde estaba la marcha, y decían: “la marcha está por España”, “la marcha se está dirigiendo hacia Abancay”, “acaban de tirar bombas lacrimógenas y se ha dispersado. Concentración en el parque Washington (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Sin embargo, a pesar de que no sean usuarios frecuentes de esta red, enfatizan que sirvió para informar los acontecimientos de la misma, sobre todo por su rapidez. Ana Luna comenta al respecto: El Twitter es mucho más rápido de los que es el Facebook, te ayuda a llegar a mucha más gente. Y de hecho era mucho más útil para cosas más concretas como, por ejemplo, cuando teníamos marchas y había temas de violencia y agresión por parte de la policía a la gente que salía, era mucho más útil ponerlo en Twitter que en Facebook porque llegaba mucho más rápido (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

19

Quantico Trends (2015).

20

La República (2015).

21

Perfect Insider (2015.)

57

Incidencia de los medios en las marchas En líneas generales, los entrevistados consideran que uno de los factores decisivos del éxito de las marchas fue el hecho que los medios de comunicación tradicionales, en especial la televisión, abrieron sus puertas y les dieron cobertura. Jorge Rodríguez explica cuál cree él que fue el motivo para que los medios abrieran sus puertas a los jóvenes: Para nosotros estaba claro que los medios responden a una agenda e intereses económicos muy grandes, pero la contradicción de querer golpear al gobierno, hizo que nos abrieran las puertas (…) y salieran muchos voceros jóvenes a poder plantear los temas en agenda. Sin los medios de comunicación, y sin la televisión principalmente, yo creo que las marchas no hubieran tenido la masividad que tuvieron (comunicación personal, 16 de marzo de 2016).

Esa apertura de los medios de comunicación tradicionales sirvió para colocar sobre la mesa el debate en torno a la ley. De esa manera, se realizaron debates entre jóvenes, políticos y especialistas que defendían posturas antagónicas en la televisión, radio y periódicos. Ello, para los entrevistados fue importantísimo ya que tenían conocimiento que esta visibilización en los medios les permitiría atraer la mirada de los políticos. En ese sentido, Margarita Romero explica como fue el proceso para atraer la atención de los políticos: El hecho que hayamos marchado, que hayamos sido miles y hayamos tomado las calles, eso es una serie de pasos. Primero, que reaccione la población, que se dé cuenta que algo está pasando y que se informe. Cuando son más, van adquiriendo interés por la prensa y a medida que sale en la prensa se puede hacer visible la lucha y a medida que se hace público y mediático, recién los políticos van a tomar atención. Lamentablemente es así, no hay de otra. Los jóvenes hemos visto últimamente que ir solo directamente a los congresistas o a los políticos a pedir nuestras demandas, no basta sino es necesario hacerlo mediático. Entonces llega la prensa y es como un triunfo porque eso hace que por lo menos ya miren hacia ti (comunicación personal, 03 de marzo de 2016).

Es por ello que:

58

(…) nosotros consideramos en nuestra evaluación dos cosas: la “Ley Pulpín” no hubiera tenido éxito, uno, si es que la prensa masiva, hablando en términos de televisión y periódico no hubieran tenido la cobertura que tuvieron, porque gracias a eso pudimos difundir las movilizaciones, la convocatoria (…) Y los medios como el internet fueron importantísimos porque a través de ellos se pudo hacer la propaganda, las discusiones, los eventos; el poder circular fotos, videos, se hizo un espacio realmente necesario de difusión y convocatoria sobre la “Ley Pulpín” (J. Rodríguez, comunicación personal, 16 de marzo de 2016).

Asimismo, los entrevistados consideran igual de importante el impacto que tuvo esta visibilización en la opinión pública, sobre todo en jóvenes. Aymara León comenta: Yo creo que mucho de la inactividad de los jóvenes puede ser que no estamos muy informados, pero en este caso los medios, supongo que con intención de joder al gobierno, difundía esta noticia todo el día. Entonces eso hace que se te vaya metiendo, te genere cierto interés, intriga, incluso las convocatorias de las marchas salían. Quizás la gente que no tenía un espacio de organización política o cuyas amistades o redes no están tan metidos en esto, no se iban a enterar nunca por Facebook porque no iba a llegar, pero lo tenías en la tele. Entonces, creo que fue un importante espacio de difusión, también de debate para que las movilizaciones sean tan masivas (comunicación personal, 11 de marzo de 2016).

Es por ello que los entrevistados valoran tanto la aparición que tuvieron en los medios, porque les permitió llegar a jóvenes que nunca habían tenido participación alguna en marchas, mucho menos en política.

59

Medios tradicionales vs. Medios alternativos22 A pesar de que los jóvenes destacaron la importancia de que los medios de comunicación tradicionales les dieron apertura para exponer sus ideas en contra de la “Ley Pulpín”, ello no disminuyó su postura crítica hacia ellos. De esa manera, destacan diferencias importantes entre la información difundida en estos medios, de la que aparece en medios alternativos. En primer lugar señalan la cantidad de consumidores que tienen los medios tradicionales a nivel nacional, mucho mayor que el Internet debido a que la penetración de este último no llega a todos los peruanos. Así, Víctor Otoya comenta: Los medios tradicionales tienen la ventaja de que llegan a mayor cantidad de personas. Lamentablemente, los medios de internet, que son alternativos, tienen un campo de actuación mucho más limitado, esencialmente porque se dirigen a personas que tienen acceso a internet casi de manera permanente y esas personas son esencialmente jóvenes y de estratos económicos altos y medios, difícilmente personas pertenecientes a los más bajos sectores van a acceder a esa información (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Asimismo, a pesar de la desventaja de penetración entre ambos medios –que también se expresa en desventajas materiales y económicas en beneficio de los medios tradicionales–, las marchas demostraron tener mayor peso que una línea editorial y fueron muy exitosas. Víctor Otoya comentó sobre ello: Había una desventaja material, pero aun así el movimiento fue tan grande, llegó a las calles y por eso uno tiene que ser consciente de algo: los medios de comunicación sirven, pero lo que determina en última instancia que triunfe una opción política no es que los medios lo difundan, o qué medio lo difunde, sino el movimiento social que realmente se siente en las calles. Una marcha de cinco mil personas, la más numerosa, tiene más impacto mediático que la editorial de El Comercio, y eso quedó bastante claro (comunicación personal, 19 de marzo de 2016). 22

Por un lado, se optó por considerar a medios tradicionales a la radio, televisión y periódicos

(tanto a sus versiones convencionales como sus versiones online); por otro lado, a medios alternativos, a las redes sociales, blogs, microblogs, youtube, entre otros.

60

En segundo lugar, mencionan una serie de diferencias que se mencionarán a continuación (Ver cuadro Nº 1). Así, por un lado, destacan que la información expuesta en los medios tradicionales era completa y que no informaban tal cual como sucedían las cosas; ello, no solo por el tiempo limitado que estas tienen en sus espacios, sino porque consideran que estos medios tienen intereses económicos (la CONFIEP 23) y políticos, de esa manera, la información era considerada más sesgada. “El Comercio” y todo ese grupito de “América”, “Latina”, “Canal N”, evidentemente siempre tiran para la CONFIEP. Entonces, sus opiniones siempre van a estar ligadas a esos grupos de poder y siempre van a querer que el empresariado y la empresa privada estén siempre sobre nosotros” (D. Solís, comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

En ese sentido, Maggie Garcia agrega: (…) la información no era tal cual nosotros sabíamos que era. Los que participábamos en la marcha sabíamos de qué manera se manejaba la información y de qué manera sucedían las cosas, cuando veíamos en la prensa, era diferente. Nosotros entendíamos y en algún momento nos molestó, por eso que muchas veces se gritó arengas a los periodistas de prensa amarilla (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Por otro lado, y en oposición a los medios tradicionales, los jóvenes destacaron que en los medios alternativos el tratamiento informativo fue completamente diferente, especialmente por las características de este espacio. De esa manera, para los entrevistados, la información allí expuesta era completa, transparente (al no representar intereses económicos), objetiva –porque informaba tal cual cómo sucedieron las cosas– y contenía mayor análisis. (…) la cosa es simple. En portales como La Mula, Utero.pe u otros medios alternativos que hay te dicen las cosas completas, con la información completa que te da espacio a debatirlas, por ejemplo. En los medios tradicionales, en las que se concentran el grupo “El Comercio” encuentras información incompleta. Incluso cuando te dan entrevistas en la televisión, tienes poco tiempo para responder las cosas y las preguntas las estudian bien, no es que los conductores 23

Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas.

61

de los programas sean improvisados que van a preguntar cualquier cosa. Y allí hay que estar preparados para que en pocas palabras digas mucho (C. Soberón, comunicación personal, 29 de febrero de 2016).

A su vez, Ana Luna mencionó que, para ella y sus compañeros de lucha, sintieron cierto desdén hacia los jóvenes en los medios tradicionales que se manifestaba en “el adulto tiene razón y el joven no” (comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

Cuadro Nº 1: Medios tradicionales vs. Medios alternativos MEDIOS TRADICIONALES -

Acceso nacional Más sesgados Subjetivos Noticia incompleta Información recortada Menor análisis Con intereses económicos y políticos de por medio Adultocéntrica

MEDIOS ALTERNATIVOS -

Acceso limitado Menos sesgados Objetivos Noticia completa Información tal cual sucedió Mayor análisis Sin intereses económicos y políticos de por medio Centrada en los jóvenes Elaboración propia.

Redes sociales y participación política En líneas generales, los entrevistados sostienen que las redes sociales sí son una herramienta para participar en política. Especialmente para los jóvenes quienes son los usuarios más activos en estas plataformas y que, en términos demográficos, no son minoría. Además, estas plataformas permiten un tránsito rápido, directo y sin filtro de la información, debatir con personas que no conoces (con periodistas, especialistas, políticos, entre otros actores), convocar a través de eventos, llegar a muchísima más gente con un menor costo y, generar tendencias que, hoy por hoy, son importantes en la opinión pública, en la agenda de los medios de comunicación y en los temas tratados por los políticos. Respecto a Twitter, destacan que es una red social que, en algunos casos, es mejor que Facebook en cuestiones políticas. Por ejemplo, en Twitter se puede debatir 62

con personas públicas, mientras que en Facebook eso es más restringido ya que si quieres comunicarte con alguien primero tienes que ser su amigo. Además, el Twitter es muchísimo más rápido en circular información y abierto para el tránsito de la misma. No obstante, como dice Jorge Rodríguez, y sin desmerecer lo expuesto anteriormente, si el acceso a Internet es limitado en nuestro país y el Twitter no es una red social con tantos usuarios, el uso de esta red social para temas políticos es aún menor. Sin embargo, a pesar de los beneficios que rescatan los entrevistados, lo que prima en ellos es el no caer en un fetichismo tecnológico. Estos son los motivos esbozados por los jóvenes. Primero, el acceso limitado: (…) hay que recordar que estamos en un país donde el tema de acceso al internet tampoco no es que sea de todos, es bien reducido. Pero dentro del espectro que entra, sí es muy útil. Yo creo que si tuviéramos una línea de internet mucho más rápida, con capacidad también para muchas más personas, con más llegada, podría ser una cosa totalmente diferente (A. Luna, comunicación personal, 25 de febrero de 2016).

En ese sentido, todos están de acuerdo en decir que las redes sociales son una forma de participación política secundaria y que no son determinantes. Víctor Otoya explica ello: Creo que sí es una forma de participación política, pero creo que es secundaria, no hay que caer en el fetichismo de las redes sociales. Porque más allá que tú digas una posición, es correcto y está bien para difundir una idea, pero no es determinante para que tu idea termine generando apoyos reales en la población. Yo creo que sirven como apoyo, pero no son determinantes. Lo determinante es la movilización social, la lucha directa (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

De esa manera, César Soberón destacó la importancia de juntarse físicamente y no solo quedarse en las redes sociales: (…) allí hay algo que no se consigue en las redes sociales, pero que sí fue muy importante en el proceso de la Ley Pulpín: que en un momento estuvimos todos en un mismo espacio de coordinación. O sea, quieras o no, las centrales sindicales no tendrán muchos jóvenes o los partidos políticos de izquierda no 63

tendrán muchos jóvenes, pero no es lo mismo lo que dice Juan Pérez que lo que dice la CGTP, por ejemplo (comunicación personal, 29 de febrero de 2016).

Así, “(…) el espacio de coordinación de tú a tú, face to face, era más que importante, fundamental. Porque imagínate que hubiera pasado en las luchas si no hubiera habido espacios de coordinación reales. Anarquía” (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Finalmente, hay una cierta reticencia hacia el uso exclusivo de las redes sociales como herramientas de participación política (más conocido como slacktivism24). En ese sentido, Aymara León comenta sobre ello: Creo que no es la más ideal, creo que es un espacio abierto, más accesible para participar de manera más constante con tu opinión, rebotando cosas, armando cosas por ti mismo. Pero creo que también da una sensación de que “ya estás participando porque públicas, porque haces lo otro”, pero puede jugar en contra de la movilización física (comunicación personal, 11 de marzo de 2016).

f) Balance: Las marchas en retrospectiva Después de más de un año en que se realizaron las marchas contra la “Ley Pulpín” hasta conseguir su derogación, hubo altos y bajos, activos y pasivos, cosas negativas y positivas, en suma, se lograron muchas cosas, pero también faltaron otras muchas por hacer. En ese sentido, los jóvenes fueron muy críticos cuando se les pidió hacer un balance sobre las marchas.

Aspectos positivos: Qué se logró hacer El principal aspecto positivo a mencionar, y el más obvio, es que se logró la derogatoria de la “Ley Pulpín” luego de 5 multitudinarias marchas. Es más, para Jorge 24

Este término alude a la idea de que se puede cambiar el mundo a través de peticiones, likes,

fotos, entre otros, en las redes sociales. Como si con ello ya se estuviera contribuyendo a generar cambios reales sobre determinadas problemáticas (Breuer & Farooq, 2012; Kristofferson, Peloza & White; 2012).

64

Rodríguez, se superó el objetivo principal y se pusieron otros temas en la agenda (regímenes especiales, la Ley General del Trabajo, salario mínimo, entre otros). De la derogación, se decantan una serie de cuestiones positivas que los jóvenes resaltan. Así, según Ana Luna (comunicación personal, 25 de febrero de 2016)., un factor importante es que se llegó a mucha gente, especialmente “a personas que nunca habían estado ligadas con movimiento político” alguno; asimismo, para Margarita Romero también se llegó a la prensa y a los políticos. Ello, para Víctor Otoya (comunicación personal, 19 de marzo de 2016), “despertó el interés de los jóvenes en participar en política activamente”. De esa manera, Diana Solís enfatizó que ello generó que los jóvenes estén más conscientes que la mejor medida para lograr algo es a través de la lucha popular. En ese sentido, Jorge Rodríguez destaca que las marchas hayan sido “el hecho político de mayor movilización de jóvenes que haya habido en el país” (comunicación personal, 16 de marzo de 2016). El cual fue conseguido por lo que Margarita Romero (comunicación personal, 03 de marzo de 2016) llama “un logro histórico”, y fue que el movimiento juvenil y el movimiento sindicalista compartan las calles en la lucha contra un mismo objetivo25. Además, según los entrevistados, se logró marcar un antecedente y que el gobierno, desde ese momento en adelante, respete más a los jóvenes. Así, Aymara León comentó que se generó “expectativa de lo que podría ocurrir si es que hay un escenario similar” (comunicación personal, 11 de marzo de 2016). Asimismo, se consolidaron liderazgos y se articularon espacios de integración juvenil como las Zonas y las brigadas juveniles de la CGTP.

Aspectos negativos: Qué faltó lograr Así como el principal aspecto positivo fue la derogación, para los entrevistados el principal aspecto negativo fue el no seguir con el debate por una Ley General del Trabajo, y el no concientizar a la gente sobre los otros regímenes especiales que existen. En palabras de Margarita Romero, lo que faltó fue “pasar de la protesta a la propuesta (comunicación personal, 03 de marzo de 2016). En ese sentido, Víctor Otoya comentó: 25

Según Jorge Rodríguez esto era algo que no sucedía desde los años 70 u 80.

65

(…) lamento que este movimiento que se formó no tuviera metas más trascendentes. En un primer momento se intentó, por ejemplo, sacar adelante las marchas en contra de Tía María, ahora está lo de Keiko, pero se empezó a decaer el movimiento y sobre todo a perder la perspectiva. Nos volvimos un movimiento de activistas que en función de la coyuntura nos ponían a nosotros el problema sobre lo que íbamos a marchar. (…) No proponíamos y al final se convirtió en un movimiento que reaccionaba frente a las coyunturas y no un movimiento que propusiera (comunicación personal, 19 de marzo de 2016).

Otro aspecto negativo fue el tema de la organización. Según Maggie Garcia (comunicación personal, 19 de marzo de 2016): “Los jóvenes volvieron a hacer sus rutinas diarias y con la satisfacción de solamente haber logrado derogar [la ley], pero no hubo algo más después de eso, para mí faltó. Debimos organizarnos para lo que iba a hacer la post derogación de esta ley, qué más íbamos a pedir, qué es lo que queremos lograr porque ya habíamos logrado una parte”.

Asimismo, no se llegó a canalizar a los jóvenes en una sociedad civil organizada después del triunfo obtenido tras las marchas; Margarita Romero profundizó en ello: También es responsabilidad de las organizaciones o colectivos o demás organizaciones civiles el poder confluir con todos estos nuevos jóvenes que habían salido a las calles para poder mantener a la sociedad civil organizada para futuras luchas o futuras demandas. Eso no terminó en materializarse, es por eso que para ahora lo del TPP no se nota la misma articulación que se notó para la “Ley Pulpín”. De hecho que es otro tema, pero yo creo que a partir de la “Ley Pulpín” se pudo haber logrado más en la organización de la ciudadanía (comunicación personal, 03 de marzo de 2016).

Además, hubo una falta de organización entre la Coordinadora 18D y las Zonas, fue difícil establecer un trato horizontal entre los dos frentes y hubieron roces respecto a ciertos temas, así como algunas pugnas entre ambas por figurar –ya que se estaba cerca de las elecciones y algunos tenían intenciones de postular a algún cargo público-. Finalmente, Víctor Otoya, ex vocero de la Zona 9, enfatizó que las Zonas cayeron en una mala interpretación de la horizontalidad. De esa manera, para él “el 66

renegar de esas estructuras [estructuras políticas verticales, con jerarquías y estructuras de funcionamiento] por darle la contra a los partidos generó irnos al otro opuesto, y eso también es negativo” (comunicación personal, 19 de marzo de 2016). En suma, los entrevistados supieron rescatar los aspectos positivos de su lucha contra la “Ley Pulpín”; sin embargo, ello no fue impedimento para que fuesen críticos consigo mismos y reconocieran los aspectos negativos que se dieron en el desarrollo de las marchas.

Portales web de El Comercio y La República: La “Ley Pulpín” en los grandes medios26 Como bien se mencionó en la metodología, la revisión de ambas páginas web en torno a la “Ley Pulpín” fue el punto de partida de la investigación -es ahí donde se encuentran hashtags, fechas y nombres que sirvieron para profundizar en el análisis. En ese sentido, la muestra es finita y relativamente equitativa (El Comercio y La República, 57% y 43% respectivamente). Asimismo, en general la principal postura que tuvieron los medios fue en contra de la ley (44%), seguido de una postura favorable y neutral a la ley (34% y 20%, respectivamente). Más allá que ambos periódicos sean los más reconocidos y serios del Perú, es de conocimiento común que estos tienen, en algunos aspectos, posturas disímiles en lo económico, social y político. Ello se ve reflejado en la postura que toma cada medio respecto a la Ley Nº 30288 (más conocida como “Ley Pulpín”): El Comercio tiene un 41% de sus notas a favor de la ley; mientras que La República, en contra con un 51%27. Ello se pone de manifiesto explícitamente en la editorial y columnas de opinión de cada medio: por un lado, de las 30 columnas de opinión y editoriales de El Comercio, 21

26

Se registraron 379 noticias en los portales web de El Comercio (215) y La República (164) sobre

la “Ley Pulpín”. Para información más detallada revisar la metodología. 27

Cabe mencionar que no se analizó el metalenguaje de las notas, es por ello que la neutralidad de

las mismas aumentó.

67

fueron a favor de la ley; por otro lado, de las 20 columnas de opinión y editoriales de La República, 17 fueron en contra.

Resumen del registro de noticias en portales web de El Comercio y La República

Cuadro Nº 2: Noticias revisadas por portal web de cada medio

43%

El Comercio 57%

La República

La sistematización de las noticias que trataron el tema de la “Ley Pulpín” (desde agosto del 2014, fecha que se publicó la primera noticia relacionada con el tema, hasta abril del 2015) fue realizada de manera exploratoria, es decir, se recopiló todo lo que se encontró sin saber qué es lo que se iba a hallar. A pesar de ello, la muestra (noticias revisadas) resultó ser finita (379 noticias) y, además, la cantidad de noticias revisadas en ambos portales arrojó fue casi del 50% para cada uno: La República, 43% (164 noticias); y El Comercio, 57% (215 noticias).

68

Cuadro Nº 3: Estilo de la fuente de la nota (en general) 350 300 250 200 150 100 50 0

296

49

6

21

4

1

2

Estilo de la fuente

En general, el principal estilo encontrado fue el de noticia (78%), seguido de las columnas de opinión (13%) y las crónicas en imágenes (6%). El 3% restante es la sumatoria de las columnas editoriales, crónicas, infografías y crónica en tuits.

Cuadro Nº 4: Estilo de la fuente según portal web de cada medio El Comercio

La República 0

1

7

20

131

3 1

5

14

29

2 165

1 Columna de Editorial opinión

Crónica

0 Crónica en Crónica en Infografía Nota imágenes tweets informativa

Teniendo en cuenta que tanto el portal web de El Comercio y La República tienen el 57% y 43%, respectivamente, se puede apreciar en la tabla que la cantidad de estilos periodísticos es proporcionalmente bastante similar –sobre todo en los tres principales estilos encontrados-.

69

Cuadro Nº 5: Postura sobre la "Ley Pulpín" (general)

20% A favor

34%

2%

En contra

A favor y en contra Neutral 44%

En general, la principal postura frente a la “Ley Pulpín” de los medios es en contra (44%), a favor (34%), neutral (20%) y, a favor y en contra (2%) –esta postura hace referencia a las notas donde expresamente se exponen ambas posturas-.

Cuadro Nº 6: Postura sobre la "Ley Pulpín" según portal web de cada medio El Comercio

40

89

A favor

83

83

En contra

La República

5

3 A favor y en contra

36

40

Neutral

Revisando las proporciones de cada portal web se llegan a las siguientes primeras apreciaciones: Por un lado, el portal web del diario El Comercio tiene una postura que tiende a estar a favor de la Ley N° 30288 (41%), como también a mostrarse neutral (19%); por otro lado, La República, tiende a estar en contra de la ley (51%) y tener una postura neutral (22%). En general: A favor, El Comercio (41%), La República (24%); en contra, El Comercio (39%), La República (51%); a favor y en contra, El 70

Comercio (1%), La República (3%); y, neutral, El Comercio (19%), La República (22%).

Cuadro Nº 7: Postura según estilo de la fuente (El Comercio) 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%

Colum Crónic Crónic Nota Editori Crónic Infogra na de a en a en inform opinió imágen al a fía tweets ativa n es

Neutral

2

0

0

1

1

0

37

A favor y en contra

1

0

0

0

0

0

2

En contra

5

0

1

13

0

0

63

A favor

21

5

0

0

0

0

63

Si bien se puede apreciar que en las noticias la postura es equitativa (entre a favor y en contra), no necesariamente es así en las columnas de opinión y editoriales; en ellas, la postura predominante es a favor de la ley.

71

Cuadro Nº 8: Postura según estilo de la fuente (La República) 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%

Crónica Column Crónica Nota Editoria Infogra en Crónica a de en inform imágen l fía opinión tweets ativa es

Neutral

3

0

0

0

0

2

31

A favor y en contra

0

0

0

0

0

0

5

En contra

17

1

3

7

0

0

55

A favor

0

0

0

0

0

0

40

En las notas recabadas del portal web del diario La República se encontró que en las noticias hay una postura casi equitativa –con tendencia a estar en contra-; mientras que en las columnas de opinión y editoriales es predominante la postura en contra de la ley.

La opinión púbica en Twitter sobre la “Ley Pulpín”28 En la antigua Grecia la vida social de los helenos se situaba en los espacios públicos, más conocidos como ágoras. Allí, en muchas ocasiones, se realizaban intensos debates en torno a la cosa pública –actividad común del griego el cual tenía una conciencia cívica muy fuerte- (Grimberg, C, 1967 pp. 89-92). En ese sentido, el espacio público per se no ha tenido grandes modificaciones salvo que ahora se puede acceder en cualquier lugar y en cualquier momento. Así, Twitter se vuelve un espacio importante para el debate público y, de esa manera, es interesante conocer cómo fue tratado el tema de la “Ley Pulpín” en esta red social.

28

Se registraron 1050 tuits. Para mayor información revisar la metodología.

72

A diferencia de lo encontrado en los portales web, en Twitter hubo una mayor presencia de tuits que estaban en contra de la ley (35%), seguido de un 62% de mensajes que eran neutrales (tuits carentes de una postura clara, informativos, que comentaban algo relacionado con las marchas, entre otros), y un 3% a favor. En la misma línea, según la cantidad de seguidores que tienen los usuarios no existe mayor diferencia en su rechazo hacia la ley; es decir, tanto aquellos usuarios con pocos seguidores (< 100) como los que tienen muchos seguidores (> 100,000) tienen una postura en contra de la “Ley Pulpín”. Todo ello, sin ser determinante, hace manifiesto el rechazo que tiene la ley en esta plataforma. En ese sentido, puede considerarse el rechazo expresado en Twitter como una extensión del malestar manifestado en las calles: del plano offline al online. Asimismo, los tuiteros utilizaron mecanismos propios de esta plataforma para hacer escuchar su voz, para generar debate y corrientes de opinión; de esa manera, los usuarios utilizaron las siguientes estrategias en sus tuits: el uso de hashtags, compartir links o imágenes, taggear a medios y/o usuarios, y retuitear. En ese sentido, el uso de hashtags fue la principal estrategia utilizada, sobre todo porque es el requisito básico para ser parte de la discusión del problema coyuntural en el ágora virtual (45%). Compartir links o imágenes fue la segunda estrategia utilizada (27%), estrategia importante en el marco de las marchas porque permitía difundir información que no podía ser transmitida en los 140 caracteres que te permite la plataforma. La tercera estrategia, taggear a un medio/usuario (18%), es una de las más importantes en el sentido que permitió debatir, aclarar algún punto, visibilizar alguna información en específico, entre otros. Finalmente, se encuentra retuitear aquellos mensajes que los usuarios consideraban que valían la pena ser viralizados (10%). Cabe mencionar que en todas las estrategias hay un alto porcentaje de postura contraria a la ley; no obstante, el uso de hashtag y taggear a un medio/usuario son los que tienen porcentajes más altos (39% para cada uno). Finalmente, se catalogaron los tuits registrados en la revisión de hashtags según el tipo de contenido que tenían en relación a la “Ley Pulpín”. En ese sentido, los tipos de tuits detectados fueron los siguientes: de opinión, informativo, inquisitivo, troll, propositivo y de convocatoria. De todos ellos los tuits de opinión e informativos fueron 73

los que tuvieron mayor presencia (41.5% y 38.5%, respectivamente). A su vez, fueron los tuits de convocatoria (98%) y los de opinión (52%) los que estuvieron mayoritariamente en contra de la ley. En resumen, dejando de lado los tuits neutrales, se aprecia una amplia diferencia entre los tuits que están en contra y aquellos que están a favor, en detrimento de este último. Ello puede tener diferentes explicaciones que no podrán ser respondidas en la presente investigación: primero, puede que la falta de tuits a favor de la ley se deba a una mayor presencia de tuits marcadamente en contra de la ley, lo cual puede generar, según la teoría de la espiral del silencio, que las personas no manifiesten su postura por miedo de sentirse aislados, ya que al ser una postura dominada existe una mayor tendencia a que no sea expresada (de Barrios Filho, C., Tavares Paes Lopes, F. & Peres-Neto, L., 2010 pp. 43-50). Segundo, puede que aquellos que estuvieron a favor de la ley hayan tenido menor participación en el Twitter en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”. Y, por último, puede que sea porque fue un tema que involucró directamente a los jóvenes y ellos, principales y más asiduos usuarios de las redes sociales, usaron estas para manifestar su descontento hacia la ley –específicamente en Twitter29.

29

Ello puede comprenderse con mayor profundidad bajo el concepto de generación propuesto por

Karl Mannheim (1993).

74

Resumen del registro de Twitter Cuadro Nº 9: Postura sobre la "Ley Pulpín" (Total) 3%

35%

A favor En contra

62%

Neutral

En general, la gran mayoría (62%) de tweets tienen un carácter neutral sobre la Ley N° 30288, frente a un 35% que se manifiesta expresamente en contra de la norma, y un 3% a favor de ella. Sin embargo, ese porcentaje de neutralidad contiene tweets que hablaron del tema, pero que carecían de una posición clara (tweets que buscaban solo informar, comentar algo relacionado con las marchas, etc.)

75

Cuadro Nº 10: Usuarios que tuitearon sobre la "Ley Pulpín" según cantidad de seguidores

310 152 71 < 100

100 - 999

1000 4999

22

31

5000 9999

10000 49999

7 > 100000

3 50000 99999

Las mayores cantidades de seguidores que tienen los usuarios en la muestra son de 100-999 con 310 usuarios (52%); y, 1000-4999 con 152 (26%). Así, se puede apreciar que los que tuvieron más seguidores se ocuparon menos de la Ley Pulpín.

Título del eje

Cuadro Nº 11: Postura de los usuarios sobre la "Ley Pulpín" según cantidad de seguidores 300 250 200 150 100 50 0 < 100

100 999

1000 4999

5000 9999

10000 49999

50000 99999

> 100000

A favor

5

12

10

1

2

1

1

En contra

41

175

99

27

18

0

11

Neutral

46

272

189

44

53

29

14

La postura neutral es la predominante en todos los grupos, seguida de la postura en contra y, finalmente, de la que está a favor. Asimismo, se aprecia que entre los que más tuitean (el segundo y tercer grupo) son los que están criticando más a la Ley Pulpín. Como se dijo, la postura predominante es en contra: 44%: < 100; 38%: 100 – 999; 33%: 1000 – 4999; 38%: 5000 – 9999; 24%: 10000 – 49999; 0%: 50000 – 99999; y, 42%: > 100000. 76

476

Cuadro Nº 12: Principal estrategia utilizada en los tuits sobre la "Ley Pulpín"

284 189 101

Uso de hashtag

Compartir link/imagen

RT

Tag a medio/usuario

La principal estrategia utilizada por los usuarios fue el uso de hashtags (45%), compartir link/imagen (27%), Tag a medio/usuario (18%) y RT (10%). De esa manera, por el constante uso que se hace de los hashtags para hablar de temas coyunturales, este se convierte en la principal estrategia (o la estrategia por default). Seguido de los hashtags se encuentra el compartir links o imágenes, ello puede deberse al carácter del acontecimiento en cuestión, el cual inducía a los usuarios a estar compartiendo constantemente información de diversa índole. Asimismo, los usuarios taggeaban a otros medios o usuarios para debatir, aclarar algún punto, visibilizar algún tema o información específica, etc. Finalmente, los RT (Retuit), utilizados cuando alguien publicaba un tuit interesante, fueron los menos usados como estrategia principal.

77

Cuadro Nº 13: Principal estrategia utilizada en tuits sobre la "Ley Pulpín" según cantidad de seguidores Compartir

RT

Tag

Hashtag

213

138

125 85 48 21

9 14

< 100

36

73 34

53 33 4

1421

100 - 999 1000 - 4999 5000 - 9999

24

14 9

26

10000 49999

3 0 10

17

50000 99999

5 4 4 13 > 100000

Así como en el cuadro anterior, la estrategia principal utilizada por los usuarios, agrupados por la cantidad de seguidores que tienen, es el uso de hashtags (que, como se menciona en el cuadro anterior, podría considerarse como la estrategia por default). Sin embargo, en el grupo de “5000 – 9999” la principal estrategia utilizada es el compartir links o imágenes. En el resto de grupos el compartir links o imágenes se encuentra en segunda posición como estrategia principal. Luego, en la mayoría de grupos sigue el uso de tags a otros usuarios y/o medios, y finalmente el uso de Retuits (ello varía de orden en los dos últimos grupos, aquellos con mayor cantidad de seguidores).

78

Cuadro Nº 14: Tipos de tuit sobre la "Ley Pulpín" según el contenido 436

404

80

65

47

18 De opinión

Informativo

Inquisitivo

Troll

Propositivo

De convocatoria

Los principales tipos de tuits fueron los de opinión (41.5%) e informativos (38.5%); mientras que los menos frecuentes fueron los de convocatoria (4.5%) y propositivos (1.8%).

Cuadro Nº 15: Postura sobre la "Ley Pulpín" según tipo de tuit 400 350 300 250 200 150 100 50 0 De opinión

De Informativ Propositiv Inquisitivo convocato o o ria

Troll

A favor

22

3

6

1

0

0

En contra

225

66

13

9

46

12

Neutral

189

335

61

8

1

53

En general, la postura a favor de la ley es la que tiene menos presencia entre los distintos tipos de tuits (ello quizá se puede explicar con la teoría de la espiral del silencio). Así, en el tuit de opinión la principal postura era en contra; en el informativo, neutral; en el inquisitivo, neutral; en el propositivo, en contra; en el de convocatoria, en contra; y, finalmente, en el troll, neutral. 79

Cuadro Nº 16: Postura sobre la "Ley Pulpín" según estrategia utilizada 300

250 200 150 100 50 0 Uso de hashtag

RT

Compartir link/imagen

Tag a medio/usuario

A favor

24

3

1

4

En contra

185

23

90

73

Neutral

267

75

193

112

Por un lado, y al igual que en el cuadro anterior, la postura a favor de la ley carece de preferencia en las diversas estrategias utilizadas. Por otro, la postura neutral respecto a la ley es la que más destaca en las estrategias utilizadas por los usuarios en el marco de la “Ley Pulpín”.

80

Cuadro Nº 17: Tipos de tuit sobre la "Ley Pulpín" según cantidad de seguidores De convocatoria

Informativo

Inquisitivo

De opinión

Propositivo

Troll

209 156 128 114 42 41 35 30 24 34 30 23 18 22 17 15 9 7 9 41 6 5 4 4 210 1 2 1 6 0 2130 0 2126 6 0 0 < 100

100 - 999 1000 - 4999 5000 - 9999

10000 49999

50000 99999

> 100000

Lo que se puede observar es que en los primeros grupos (aquellos con menos seguidores) hay una mayor cantidad de tuits de opinión; sin embargo, hay un aumento progresivo y paulatino de los tuits informativos. De esa manera, conforme los usuarios van teniendo más seguidores (desde el grupo de 5000 – 9999 en adelante), los tuits informativos ganan preferencia, desplazando al tuit de opinión. Respecto a las otras categorías, si bien en casi todos los grupos todas están presentes, estas no tienen una cantidad significativa.

81

Cuadro Nº 18: Cantidad de tuits que fueron retuiteados sobre la "Ley Pulpín"



49%

51%

No

El 51% de los tuits analizados fueron retuiteados.

Cuadro Nº 19: Tipos de tuits que fueron retuiteados sobre la "Ley Pulpín" 2% 6% 5% De convocatoria Informativo Inquisitivo 35% 46%

De opinión Propositivo Troll

6%

De los tuits que fueron retuiteados (51%) casi la mitad eran de carácter informativo (46%), seguido de los tuits de opinión (36%).

82

DISCUSIÓN Para no desviarnos ni perdernos en toda la información aquí expuesta se planteará la discusión de la investigación a través de los ejes establecidos en el marco teórico. De esa manera, lo que se plantea a continuación es un constante diálogo entre el estado de la cuestión, los antecedentes y resultados del trabajo de campo.

Jóvenes politizados: una unidad generacional interfigurativa Como bien se sabe, las marchas contra la “Ley Pulpín” se caracterizaron por tener una presencia predominante de jóvenes a los cuales se les denominó, de manera peyorativa, “pulpines”. Desde la perspectiva generacional de Mannheim estos “pulpines” comparten una “posición generacional” ya que, en promedio, tienen la misma edad (en algunos casos con relativas diferencias, pero sin dejar de pertenecer al mismo grupo etario); asimismo, comparten una “conexión generacional” porque como conjunto movilizado tuvieron un mismo objetivo, un mismo destino común (Mannheim, 1993, p. 221); es decir, que no solo estuvieron relacionados por el año en que nacieron y por criarse –relativamente– en un mismo contexto sociohistórico, sino que las circunstancias hicieron que su relación sea más estrecha al ubicarlos en el contexto donde el gobierno aplicaba los famosos “paquetazos económicos”30. No obstante, ello no determina un mayor grado de vinculación. Lo que determinaría la “unidad generacional” en el marco de la “Ley Pulpín” sería la unión de los jóvenes en una lucha a favor de un mismo propósito; en otras palabras, lo que los unía, como decían los entrevistados, era la capacidad de indignación que tenían ante el accionar de un gobierno que buscaba su propio beneficio –y el del sector empresarial también– en detrimento de los jóvenes. Sin embargo, se puede ser más específico a la hora de definir quiénes conformaban esa “unidad generacional” al delimitarlos por su nivel de participación política. Ello puede constatarse cuando los entrevistados mencionan su

30

Medida que buscaba reactivar la economía peruana tras la desaceleración de su crecimiento a

través de políticas fiscales denominados “paquetes de reactivación” o “paquetazos económicos”.

83

formación política, actividad política y su capacidad de transformar la indignación en prácticas políticas concretas. Si bien se ha caracterizado el perfil del joven politizado en términos generacionales, es necesario analizar a esta “unidad generacional” en las relaciones intergeneracionales en que está inmersa. En ese sentido, los conceptos propuestos por Mead (1970) y Feixa (2014) sobre las culturas y las transiciones a la vida adulta –que también permiten aproximarse al problema generacional– ayudan a esbozar el perfil del joven politizado que participó en las marchas contra la “Ley Pulpín”. Por lo tanto, ¿cómo podría describirse a este joven politizado? Antes que nada, se tiene que entender que, en general, los conceptos no son definiciones en compartimientos estancos ni mucho menos herméticas y aisladas que intentan desesperadamente aprehender al objeto de estudio para siempre. Dicho ello, se puede describir al joven politizado peruano como miembro de una cultura interfigurativa31. Es decir, que el agente, como parte de una cultura hibrida, plural y glocal (Feixa, 2014), conforma su ethos a través de la apropiación de formas de vida posfigurativas, basados en lo que aprendieron de sus padres; cofigurativas, en lo que aprenden de sus coetáneos; y, prefigurativas, en lo que son capaces de enseñar a sus mayores (Mead, 1970). La interfiguratividad se expresa, de forma ilustrativa, en la praxis política de estos jóvenes politizados a través de su formación política, pertenencia a grupos políticos y las relaciones que se establecen entre estos grupos. Así, se tiene a jóvenes con una formación política partidaria o sectorial (a través de gremios como la CGTP) que tienen una concepción más tradicional de la política y que fueron mayoría dentro de la “Coordinadora 18D”. Además, jóvenes apartidarios e independientes que estaban abiertamente en contra de la política institucionalizada (por su poca representatividad, corrupción e ineficiencia en su estructura verticalizada) y que se organizaron en un movimiento horizontal e informal denominado las “Zonas”. Finalmente, están los jóvenes universitarios que no se anexaron a ninguno de los grupos mencionados y que participaban en los llamados “bloques universitarios”. No obstante, si bien se mantuvo 31

Concepto aquí propuesto que hace referencia a la mezcla y coexistencia de prácticas y discursos

provenientes de diferentes generaciones en una misma ubicación espacial y temporal. Por lo tanto, ello niega de entrada la existencia de una generación libre de toda influencia de generaciones pasadas.

84

una cohesión entre estos grupos para hacerle frente al gobierno, hubieron roces entre dos de ellos (Coordinadora 18D y las Zonas). Según algunos entrevistados, estas disensiones se suscitaron porque, a pesar de tener mucho en común a nivel ideológico o programático, para los miembros de las Zonas la organización de la Coordinadora 18D representaba una estructura vertical, similar a los espacios políticos a los que ellos se oponían. En suma, puede observarse a través de las diversas formas de participación política de los jóvenes politizados en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín” que, la praxis política desde una perspectiva generacional, transita de manera dialéctica entre modos formales e informales, entendiendo lo formal como una práctica heredada (o predominante) de la política adultocéntrica. En ese sentido, cabe preguntarse si puede definirse a estos jóvenes dentro de la “generación #” como agentes privilegiados en las relaciones de poder referentes a la política. Ello intentará responderse en los próximos acápites.

¿Prácticas y discursos contrahegemónicos? La forma en como fue “debatida” la Ley Nº 30288 (o “Ley Pulpín”) y su subsecuente promulgación fue un mensaje claro para los jóvenes politizados: el gobierno pretendía beneficiar al sector empresarial en perjuicio de los jóvenes peruanos, y algo tenía que hacerse al respecto. Ello, sin lugar a dudas, definió los bandos en la arena política: por un lado se tenía al Ministerio de Economía, al gobierno nacionalista y su bancada junto a los partidos políticos conservadores del país, al sector empresarial representado por la CONFIEP y a la Asociación de Exportadores (ADEX), que bajo políticas neoliberales buscaban abaratar los costos del capital humano en el sector laboral. Encarnaban el lado más sórdido de la política formal32 y, por ostentar el poder político y económico, representaban la práctica y el discurso hegemónico. Por otro lado, estaban los jóvenes politizados y todas aquellas personas que participaron de las marchas en contra de la “Ley Pulpín”. 32

Sobre todo porque no representaban los intereses de un gran sector de la población que votó por

el Partido Nacionalista.

85

De igual manera que en otros países, las luchas definieron frentes que a través de prácticas y discursos cimentaban su postura y atraían más feligreses (sobre todo para sumar al frente juvenil). Así, los jóvenes politizados limeños, en términos de van Dijk (1999), tenían una otra-presentación negativa de los políticos peruanos (con excepción de unos pocos que los apoyaron desde el comienzo) no solo porque apoyaban a la “Ley Pulpín”, sino también porque la política peruana es considerada como negativa y corrupta33. Esta percepción hacia los políticos decanta en una forma de acción política denominada adultocéntrica. Dicho término no es gratuito y hace referencia a una política institucional-convencional (Cohen, 2000); es decir, una cúpula jerarquizada, desfasada, desprestigiada y no conectada con la problemática nacional actual34. Ello da brecha, como ya se expuso, a que los jóvenes politizados encuentren otras formas de organizar a la sociedad civil como la no institucional-colectiva (Cohen, 2000). Sin embargo, como Cohen (2000) enfatiza y como ya se mencionó en el acápite anterior, el hecho de que los jóvenes se organicen informalmente no excluye que también lo hagan en espacios formales. Ello genera un juego bastante interesante. En primer lugar, en las luchas generadas entre el frente formal hegemónico y el frente (in)formal contrahegemónico35: uno intentando mantener su posición privilegiada y sacarle el mayor provecho posible; y el otro, intentando subvertir el estado de cosas en el que se encuentra a partir, fundamentalmente, de su capacidad de indignación. De esa 33

Basados en los resultados del trabajo de campo de la investigación “Percepción de los

universitarios limeños sobre política” realizado en el Instituto de Investigación Científica (que comenzó en el 2015 y aún sigue en elaboración) y la tesis de Quezada (2005). 34

Según Giddens (2000) el cinismo juvenil hacia la política formal radica en parte porque los

políticos tienen poco que decir en las cuestiones importantes para los jóvenes: ecología, derechos humanos, política familiar, libertad sexual, entre otros. 35

Conceptos aquí propuestos que se entienden de la siguiente manera: Por un lado, el frente formal

hegemónico puede entenderse como la política institucionalizada que busca la continuidad del statu quo a través de discursos y prácticas que establezcan su postura privilegiada. De esa manera, puede valerse de poderes como el Poder Judicial, Legislativo, Ejecutivo, económico y, en situaciones extremas, del poder militar para aferrarse en su postura dominante. Por otro lado, el frente (in)formal contrahegemónico puede comprenderse por oposición al frente antes mencionado. Así, se caracteriza por utilizar discursos que desestabilicen al sistema y muestren sus falencias, mientras que proponen alternativas, posibles o utópicas, al statu quo. Por lo tanto, buscan ser coherentes a través de prácticas mixtas (formal o informal) manteniendo un nivel alto de probidad (para diferenciarse de la desprestigiada política formal).

86

manera, los agentes involucrados en las peripecias generadas por la “Ley Pulpín” defendieron a capa y espada su posición: unos en los espacios formales de presión y negociación y los otros en las calles. Por ejemplo, en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín”, las diferencias entre estos frentes son notorias cuando comparamos la postura que tuvieron algunos medios de comunicación36 y la postura de algunos usuarios en Twitter37. Por un lado, si tomamos el caso del diario El Comercio38, y se revisa sus columnas de opinión y editorial, se aprecia una clara postura en favor de la “Ley Pulpín”. Por otro lado, en el Twitter se encuentra una postura mayoritaria en contra de la ley a través de tuits de opinión, informativos, inquisitivos y propositivos. Y, en segundo lugar, puede encontrarse que dentro del frente (in)formal contrahegemónico se suscitaron algunas disensiones respecto a las formas de organización entre dos grupos (la Coordinadora 18D y las Zonas). Estos “enfrentamientos”, a mí parecer, son inherentes a este frente puesto que coexisten dos formas de praxis política con marcadas diferencias. El éxito de las marchas, en este contexto, pone de manifiesto la capacidad de estos grupos para someter sus particularidades cuando se trata de un objetivo superior.

¿Pulpines indignados?: Política en la sociedad red Un aspecto clave e importante como punto de partida es el concepto de “campo” propuesto por Bourdieu (1990). Como ya se explicó, el campo sería el espacio donde agentes con intereses específicos están dispuestos a participar del juego aceptando las reglas inherentes de la misma con la finalidad de obtener los trofeos disputados. De esa manera, según la perspectiva bourdieuana, ambos elementos (campo y agentes que participan en dicho espacio) son dos elementos irreductibles e inseparables que se enlazan y se definen por la presencia del otro; por lo tanto, la 36

Como se mencionó en la metodología, para el presente trabajo se sistematizaron 379 noticias de

los portales web de dos de los principales periódicos del país (El Comercio y La República) que trataron el tema de la “Ley Pulpín” (desde agosto del 2014 hasta abril del 2015). 37

De igual manera que las noticias revisadas, se analizaron 1050 tuits en siete fechas claves.

38

Periódico peruano conservador con una postura política y económica de derecha.

87

modificación de alguno de ellos devendrá en cambios en el otro. En ese sentido, al adoptar una lógica mediática la política ha sufrido cambios estructurales que también han afectado a los agentes que disputan los trofeos del campo político. En el campo político mediatizado, las formas de expresión y participación política cambian tanto para los que realizan una praxis política formal como informal. En ese sentido, como se mencionó en el marco teórico, para Castells (2015, pp. 241248) los nuevos movimientos sociales tienen características particulares que difieren de otras formas de participación política, en especial, por el uso fundamental del Internet y las redes sociales39. Así, el

movimiento de los indignados en España es un buen punto de

referencia para analizar cómo fue el uso de las TIC (especialmente de las redes sociales) en el desarrollo de las protestas en el país ibérico. De esa manera, se comparará los devenires de los indignados con los jóvenes politizados que participaron en las marchas contra la “Ley Pulpín”. Postil (2014a, 2014b, s.f.), en primer lugar, destaca la importancia que tuvieron las redes sociales en el desenlace de las protestas de los indignados, y que este uso del Internet no se dio de manera espontánea40. No obstante, a pesar que el Internet es considerado como una herramienta fundamental en el desenvolvimiento de las marchas contra la “Ley Pulpín”, es interesante encontrar que el uso de las redes sociales fue bajo por parte de los jóvenes politizados que estuvieron en las calles; sin embargo, rescataban la importancia que estas tenían en aspectos como: informar, debatir, convocar, etcétera. Respecto a Twitter, los entrevistados manifestaron no haber usado esta red social o haberlo usado muy poco (para temas muy puntuales como saber el desarrollo de las marchas); sin embargo, resaltaban y valoraban el uso de Twitter por otras personas en el marco de las marchas. En ese sentido, se puede describir cómo los usuarios utilizaron Twitter: i) por las estrategias utilizadas para obtener mayor visibilización: el uso de hashtags (45%), compartir links/imágenes

39

Estas características señaladas por Castells pueden ser aplicadas para complementar la

comprensión del frente (in)formal contrahegemónico. 40

Por ejemplo, desde los años 90 del siglo pasado ya se podía ver en España una escena activa de

internautas que entre sus objetivos se encontraba la defensa de los derechos de los usuarios telefónicos y telemáticos (Asociacoón de Internautas, s.f.).

88

(27%), taggear a algún medio u otro usuario (18%) y retuits (10%); y ii) por los tipos de contenido de los tuits: de opinión (42%), informativos (39%), inquisitivos (8%), trolls (6%), de convocatoria (4%) y propositivos (2%). En segundo lugar, menciona que los participantes se manifestaban reticentes a toda separación entre lo online y lo offline; es decir, para ellos era igual de importante la participación de los hackers/geeks, abogados tecnológicos y periodistas digitales (Postill, 2014b) como de las personas que ocuparon los espacios físicos. Por el contrario, en el caso peruano, si bien los entrevistados señalaron la importancia del Internet y las redes sociales, le dieron mayor peso a la participación offline, “face to face”, como dijo César Soberón. El motivo de ello es porque consideran que el salir a las calles, el organizar las marchas en espacios físicos, reunirse con sus pares, discutir cara a cara, entre otras cosas, generan vínculos muchos más fuertes entre los participantes. Así, a diferencia de los indignados, los entrevistados marcaron una explícita diferencia entre la participación física y virtual. Para estos jóvenes politizados la participación online es un apoyo valioso, pero que no llega a igualarse a la participación offline. Por último, indica que las protestas del Movimiento 15-M tuvieron impactos positivos al fortalecer la sociedad civil y generar una mayor consciencia de sus derechos sociales. De igual manera, los entrevistados consideraron que hay un antes y un después de la “Ley Pulpín” que se manifiesta a través de una mayor participación e interés de los jóvenes en cuestiones políticas41. Además, el despertar de los jóvenes por la res publica no es el único efecto mencionado por los entrevistados, sino que también consideran que la percepción del gobierno hacia los jóvenes cambió y que ahora hay un mayor interés por atraerlos a través de propuestas, leyes, reformas, etcétera; no obstante, para los entrevistados ello responde más a fines electorales que a un interés genuino por la juventud.

41

Como bien dice Jorge Rodríguez, no se quiere negar el pasado al considerar a las marchas contra

la “Ley Pulpín” como un hito que marca un antes y después en la participación e interés político. En ese sentido, varios entrevistados mencionaron a las marchas contra el baguazo como un punto de partida de la generación actual.

89

En suma, se puede concluir que el uso de las redes sociales y el Internet en el marco de las marchas contra la “Ley Pulpín” fueron herramientas de apoyo que fortalecieron, hasta cierto punto, el desarrollo y resultado de las luchas dirigidas por los jóvenes. Sin embargo, cabe enfatizar que criticar el bajo uso de las redes sociales y el Internet, en comparación con, por ejemplo, las protestas del Movimiento 15-M, sería mezquino e injusto. Por el contrario, se debe entender que cada lucha se inscribe en un contexto sociohistórico específico con condiciones objetivas y subjetivas particulares que desembocan en prácticas y discursos concretos.

90

CONCLUSIONES Mucho se puede decir sobre las marchas contra la “Ley Pulpín” con la información recibida de amigos y/o conocidos que tuvieron algún contacto con las movilizaciones y, también, de los diferentes medios de comunicación; sin embargo, para ser más exhaustivos y tener un conocimiento más profundo del tema es necesario recurrir a la teoría, a las investigaciones ya realizadas que se relacionen con el tema de estudio, y al trabajo de campo. En ese sentido, respecto a los jóvenes politizados, las marchas, la “Ley Pulpín”, las redes sociales y el Internet pueden esbozarse algunas conclusiones: 

La revisión de los portales web de El Comercio y La República, importantes periódicos del país y que en muchos casos apoyan posturas antagónicas, mostró las diferencias existentes en el tratamiento informativo: por un lado, El Comercio tuvo una postura a favor de la ley y un tratamiento informativo vertical (ellos informan y nosotros leemos); y, por otro lado, La República tuvo una postura en contra, pero a diferencia de El Comercio, su tratamiento informativo era menos vertical y facilitaba su medio como espacio para el debate de ideas entre políticos, especialistas y jóvenes en torno a la “Ley Pulpín”.



La postura en contra de la ley fue predominante en Twitter, ello puede responder a que la mayoría de usuarios peruanos de Twitter son jóvenes y la “Ley Pulpín” era un tema que los afectaba directamente. Asimismo, la forma en como fue utilizada esta red social muestra una diversidad de estrategias utilizadas para que sean escuchados y llegar a la opinión pública; sin embargo, esta participación en Twitter fue arbitraria, espontánea, no organizada y sin una estrategia sólida y fundamentada de cómo usar esta red social como herramienta política (crear tendencias, por ejemplo).



Sobre la interfiguratividad: los conceptos de Mead son destinados para interpretar el paso a la edad adulta y las relaciones existentes entre adultos y jóvenes en diferentes culturas: jóvenes aprenden de los mayores (posfigurativa), jóvenes y adultos aprenden de sus coetáneos (cofigurativa), y adultos aprenden 91

de los jóvenes (prefigurativa); no obstante, ellos son útiles cuando se hace comparaciones entre culturas diferentes en una misma época o entre culturas que no comparten el mismo espacio temporal. Por el contrario, cuando se analiza a una sociedad en particular (o a un conjunto de ella) en cortos periodos de tiempo resulta complicado, si no improductivo, usar los términos propuestos por Mead puesto que en esa misma ubicación espacio-temporal se encuentra inmersos comportamientos híbridos. Y, es en esa hibridación intercultural donde radica la interfiguratividad. 

Los frentes formal hegemónico e (in)formal contrahegemónico fueron conceptos propuestos para aprehender las dinámicas suscitadas en la arena política contemporánea donde está cada vez más presente prácticas políticas alejadas de la institucionalidad y formalidad. Es en ese escenario donde cada frente establece sus baluartes, genera sus estrategias y forma sus trincheras para sumergirse en estas relaciones de poder –ya sea para mantener su posición privilegiada o para subvertir el injusto estado de cosas. De esa manera, las luchas se manifiestan no solo a través de las diferentes formas de organización y participación política, sino también a través de los marcos mentales (haciendo referencia a Lakoff) que los discursos difunden y evocan en los medios de comunicación; en ese sentido, los espacios de información (portales web de los periódicos y las redes sociales) fueron utilizados como trincheras de los frentes hegemónicos y contrahegemónicos.



Los jóvenes politizados organizados, a través de la Coordinadora 18D, las Zonas y otros grupos, muestran que tanto las prácticas políticas formales como informales pueden coexistir a pesar de las diferencias, siempre y cuando, tengan un objetivo en común; asimismo, también muestran que no existe un modelo específico de participación juvenil en política. De haber un modelo, este modelo se caracterizaría por su interfiguratividad, es decir, por adoptar prácticas y discursos políticos dialécticos que atraviesan tangencialmente a todas las generaciones presentes en un mismo periodo de tiempo.



En términos generales, hay una cuestión generacional cohesionada por, entre otros factores, las dinámicas impuestas por el Internet y las redes sociales (Sociedad Red); sin embargo, a nivel local, cuando se quieren trasladar estas 92

herramientas para temas políticos surgen particularidades que presentan facetas distintas de evolución en el uso del Internet y las redes sociales en la práctica política. Facetas que responden a la cultura cívica de cada país, a la penetración de las TIC en el territorio y a los tipos de usos que le dan a estas herramientas. 

Respecto a las protestas que se han presenciado en el último lustro (en Túnez, España, Brasil, Perú, entre otros) no puede decirse que pertenecen a un modelo específico e inflexible. Siempre hay que tener en cuenta el contexto sociohistórico,

las

condiciones

materiales-objetivas

y

las

condiciones

simbólicas-subjetivas para poder hacer una justa interpretación y análisis de los hechos. En ese sentido, en el contexto peruano las marchas contra la “Ley Pulpín” lograron su objetivo (derogar la ley); sin embargo, si observamos otros casos, no llegaron a aprovechar todo el potencial de las redes sociales y el Internet. Para estas marchas no fue necesario, pero de repente será necesario para futuras luchas. En ese sentido, no hay que ser mezquinos y digamos que, en el marco de estas protestas, se presenció la génesis del uso del Internet, las redes sociales y las TIC para hacerle frente a los grandes poderes y obtener resultados favorables. 

Si bien la presente investigación analiza, principalmente, las formas de participar en política a través de las redes sociales, esta no quiere dar a entender que esta práctica política es independiente y ajena a la práctica política tradicional (offline): ambas son complementarias, caras de una misma moneda.



Finalmente, sería bueno continuar las investigaciones sobre la relación de los jóvenes y la política en los tres ejes aquí examinados: desde una perspectiva generacional, hegemónica y mediática.

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