Johann Gregor Mendel (1822-1884). Vida, obra y significado del precursor de la genética, de Rafael Lazcano (Recensión, Isaac González Marcos, en \"Revista Agustiniana\" 56(2015)

Share Embed


Descripción

REVISTA AGUSTINIANA 56 (2015)

Albania; los países bálticos; Ucrania; Rusia con el diferente trato dado a la Iglesia ortodoxa y católica… Termina ofreciéndonos una visión general del complicado tema de la cuestión china y la actual existencia de una iglesia patriótica y otra romana y clandestina, aunque ambas menos separadas que hace años: “En la actualidad, dice, se calcula que en China hay alrededor de 12 millones de católicos (8 de la Iglesia “romana” y 4 de la “patriótica” (365). Un vivo relato y duro recordatorio de unos hechos que este siglo XXI de ninguna manera debe olvidar. Una clara invitación para que todos procuremos que, desde ahora mismo, nadie sea perseguido de ningún modo por sus ideas religiosas. Otra interesante aportación histórica de la Editorial Encuentro que en esta ocasión ha permitido algunas erratas que no están a la altura de sus dignas ediciones. Mariano Boyano Revilla Lazcano, R., Johann Gregor Mendel (1822-1884). Vida, obra y significado del precursor de la genética, Editorial Académica Española, Saarbrücken (Alemania) 2014, 145 pp. Esta biografía breve, rigurosa y completa, insertada en su contexto histórico presenta de forma sencilla, pero con todo rigor científico, el genio y significado de los hallazgos del agustino moravo Johann Gregor Mendel. Después de una breve Presentación, R. Lazcano, experto en bio-bibliografías y en historia agustiniana, editor de la nueva edición de la monumental España Sagrada del P. Flórez, y autor del reciente Episcopologio Agustiniano, estudia en un primer capítulo la región de Moravia, su ambiente histórico y social, el desarrollo alcanzado por la fruticultura y pomología, la creación del imperio austrohúngaro (1867), el reconocimiento del bilingüismo de Bohemia y Moravia (1880) y la creación de la Universidad de Praga (1882). En un segundo capítulo subraya los influjos recibidos de sus padres, Anton y Rosine, quienes seleccionaban plantas en una granja; el párroco de Hyncice, Johann Schreiber (métodos de cultivo y forma de cuidar el jardín botánico de la escuela); y el maestro, Teodoro Markitta (alemán y latín). Destacó Mendel en sus estudios: Leipnik (1833-1834), Troppau (1834-1840) (prima classis cum eminentia); Filosofía en Olmütz (1840-1842), donde repitió curso por estar enfermo, ayudado económicamente por su hermana menor. Al terminar la Filosofía entró en el monasterio de Santo Tomás de Brno, sede de clérigos ilustrados (como el organista Pavel Krížkovský, el abad Napp, etc.), primer centro religioso de Moravia por su prestigioso nivel cultural y cuya biblioteca rondaba los diez mil libros. Allí profesó Mendel el 4 de diciembre de 1844 (p. 29) y continuó los estudios de teología (1844-45 a 1847-48), en los que también entraban materias referentes a la naturaleza, economía y cultivo de

162

RECENSIONES

árboles y de vides. Estudió la colección botánico-mineralógica del monasterio, del agustino Aurelio Thaler, asistió a las clases de František Diebl sobre agricultura y cultivo de árboles frutales y el 6 de agosto de 1847, con dispensa, fue ordenado sacerdote. Terminada la teología (1848) y un año de trabajo pastoral, se dedicó a la docencia en Znaim (matemáticas y griego). Suspendió en Viena el examen para profesor titular en ciencias naturales, su propia especialidad (p. 31-32). Dio clases de historia natural en el Instituto Técnico Superior de Brno y partió para Viena a preparar de nuevo el examen como oyente (1851-1853). Allí conoció a los profesores de matemáticas y física Christian Doppler y Andreas Freiherr von Ettingshasen (teoría combinatoria) y sobre todo a Franz Unger, quien le enseñó a planificar los experimentos con precisión; así como al amigo Johann Nave. La obra de Mendel se fundamenta en varios intelectuales, naturalistas, botánicos y científicos: Napp (partidario de la hibridación) y Klácel (teórico del cambio de los organismos, frente al tradicional fijación de las especies), entre otros. En el tercer capítulo se presenta a Mendel como profesor adjunto de física y ciencias naturales en la Realschule, Escuela Real, o Instituto Superior de Enseñanza Media de Brno. Después de cuatro años vuelve a las oposiciones (1856), pero fuertes dolores de cabeza le hacen fracasar de nuevo. Se dedicará a la hibridación. No fue el primero en este campo ( Josef Kölreuter, la familia Duchesne, Michel Adanson, Augustin Sageret, Karl Friedrich von Gärtner, Charles Naudin, etc.), pero Mendel buscará «una ley matemática mediante la cual quede expresada / numéricamente la proporción de las diferentes variedades que vayan apareciendo en las sucesivas generaciones de los híbridos» (p. 46-47). De sus trabajos con los famosos guisantes (Pisum sativum) dedujo la primera ley de Mendel: «los descendientes híbridos de la primera generación filial se parecerán en exclusividad, no a los dos padres, sino a uno de ellos, y nunca al otro» (p. 50-51); la segunda: «los caracteres recesivos, latentes en la primera generación filial, reaparecen en la segunda en la proporción tres dominantes por uno recesivo» (p. 52-54); y tercera ley (5460): «los descendientes de híbridos, en los cuales están reunidos varios caracteres fundamentales diferentes (guisantes de semilla lisa y amarilla con guisantes de semilla verde y rugosa, por ejemplo), constituyen los miembros de una serie de combinación, en la que están unidas las series de desarrollo de cada par de caracteres diferenciales» (dichos caracteres se combinarán según lo señalado en las leyes anteriores, pero de modo independiente entre sí. Es decir el carácter del color no influirá en que la semilla sea lisa o rugosa y viceversa) (p. 57). Con sus experimentos Mendel mostró que los híbridos producen células germinales y polínicas que responden en cantidad iguales a todas las formas constantes, y resultan de las combinaciones de los caracteres unidos por fecundación (p. 65). Después de casi ocho años (1856-1863) dedicados a experimentación sobre híbridos de guisantes, Mendel consiguió sistematizar en 40 páginas sus resultados, publicados en 1886 en la revista Actas de la Sociedad de naturalistas de Brno con el título Experimentos de hibridación en plantas. Fue mandado a 120 sociedades

163

REVISTA AGUSTINIANA 56 (2015)

científicas. Y 40 copias pidió el mismo Mendel para enviar a sus amigos. Está superada, señala acertadamente Lazcano, la visión de que las Actas «tuvieron circulación muy limitada y ajena al movimiento científico del centro de Europa» (p. 70, n. 129). Entre los destinatarios de la monografía mendeliana están Carl Wilhelm von Nägeli; Anton Kerner von Marilaun; Franz Unger; Charles Darwin; Martinus Beijerinck, quien las envió a Hugo de Vries, y Matthias Jacob Schleiden. Se debatieron públicamente en las Universidades de Upsala y San Petersburgo. La comunidad científica embebida en el estudio de las estructuras de los organismos no entendió los resultados de un sencillo fraile, sin título universitario, que utilizaba la biología unida a las matemáticas para representar la variabilidad de los caracteres de la herencia. Siguió Mendel su concienzudo estudio, ahora con las plantas Hieracium, Cirsium y Geum. Experiencias que casi le cuestan la vista, por utilizar espejos con lentes convexas. Estudió también plantas decorativas: fucsias y alhelíes. Y además tuvo otras ocupaciones: meteorólogo de Brno desde 1856 y miembro de la sociedad de Metereología Austriaca, con sede en Viena, de la que fue socio fundador. Fue Mendel, al morir el célebre abad Franz Cyrill Napp, elegido abad del monasterio, el 30 de marzo de 1868. Abandonó la docencia de «física experimental» en el Instituto de Brno, dando limosna a los alumnos más necesitados para dedicarse al progreso espiritual, científico y material de la abadía. Mendel fue miembro fundador de la Sociedad Agrícola de Moravia (1869), perteneció a la Sociedad Agrícola de Brno; y fue miembro de la comisión reguladora del catastro de Moravia y de la Real e Imperial Orden de Francisco José, consejero administrativo del Instituto moravo de sordomudos, presidente de la Estación Meteorológica de Brno (1878-1883); administrador del Banco Hipotecario de Moravia (1876-1880) y presidente del mismo (1880-1883). Además tuvo tiempo para la promoción de cursos de pomología, exposiciones de flores y frutas e intentó crear una Universidad en Brno. Fue declarado «hijo predilecto» de su pueblo natal, Hyncice, y miembro de honor del cuerpo de bomberos, a quienes había donado 3.000 coronas. Reanudó su estudio de apicultura (hacia 1850) siendo abad, en 1871, entablando contacto con los especialistas, como el salesiano Johann Dzierzon y G. Dathe. Consiguió una cepa híbrida de abejas que producían miel de excelente calidad, pero tuvo que abandonarlo porque las obreras picaban a varios kilómetros a la redonda (p. 86). El abad Mendel a mediados de 1883 sufre de hidropesía o enfermedad de Bright, una nefritis degenerativa aguda o crónica. También sufrió de obesidad. Hacia la una y media de la madrugada del domingo 6 de enero murió el fraile de los guisantes. El día 9 se celebraron las exequias, en la que Leos Janacek dirigió la misa de requiem. A partir de 1900 la fama del agustino moravo comenzó a ganar terreno, al atribuírsele la paternidad de las leyes de la herencia. El 2 de octubre de 1910 se erigió la escultura de Mendel, del escultor Theodor Charlemont, delante del monasterio de Brno (Mendelplatz) (fotografía p. 89).

164

RECENSIONES

Pocos meses después de la muerte de Mendel, el biólogo Nägeli presentó las experiencias de cruzamientos entre gatos de Angora y las variedades comunes conseguidas por él mismo. A partir de 1900 Hugo de Vries utilizó los términos «dominante» y «recesivo», sin citar al hibridador de Brno; Carl Correns, habló de «ley de Mendel»; y Erich Tschermak von Seysenegg, reconoció el método de Mendel. Otros defensores de la teoría mendeliana de la herencia frente a los teóricos de la evolución humana fueron Wilhelm Waldeyer, descubridor de los cromosomas, Wiliam Bateson, Walter S. Sutton, quien propuso que los cromosomas podían ser los portadores de los factores mendelianos; Thomas Hunt Morgan, quien sostiene que las leyes de la herencia descubiertas por Mendel tienen su aplicación en todos los seres vivos. Surgió a partir de 1906, con fuerte base mendeliana, la genética, término acuñado por Bateson. Teodoro Dobzhansky, hizo compatible a Darwim y Mendel. El agustino Antonio Blanco tiene el privilegio de ser el primer español que estudia a Mendel (Mendel y su obra científica, 1909) y a Antonio de Zulueta y Escolano, se debe la introducción de la genética experimental en España (Las leyes de Mendel, 1926). Ofrece Lazcano un Epílogo en el que resume las características más señeras que ha desarrollado en la obra (p. 106-112). Seis páginas de obligada lectura para conocer el físico, el alma y las aportaciones más genuinas del agustino moravo, que Lazcano resume en ocho: 1) La importancia de la experimentación in vivo, sin complicados aparatos artilugios, ni conocimientos especiales; 2) El empleo del método científico deductivo; 3) Los factores hereditarios afectan a todos los seres vivos; 4) La invención de términos para definir los nuevos conceptos: caracteres «dominantes» y «recesivos»; 5) La aplicación de las matemáticas a la biología; 6) La transmisión hereditaria se realiza a modo de una colección de elementos independientes, diferenciados y yuxtapuestos, no mediante mezclas globales y fusiones en la descendencia; 7) La introducción del cálculo estadístico matemático en las ciencias de la naturaleza; 8) El uso de un lenguaje simbólico inequívoco y simple en la comunicación de las conclusiones para relacionar la experimentación científica con la teoría fundamental de la herencia (p. 111-112). Concluye Lazcano diciendo que «si se exceptúa la genética molecular, las conclusiones mendelianas están en todos y cada uno de los conocimientos sobre la herencia biológica implícita o explícitamente». Y añade que «sobre los resultados obtenidos por el agustino en 1865 se asienta el más sofisticado, complejo y emblemático edifico de una de las ramas más potentes de la biología: la genética» (p. 112). Agradecerán los menos peritos en ciencia el glosario de términos que añade en apéndice Lazcano, tales como ala, alelo, androceo, antera, cigoto, cromosoma, cruzamiento monohíbrido, diploide, especie, estandarte, factor, fanerógamas, fenotipo, filamento, gameto, gametofitos, gen, genotipo, gineceo, haploide, hermafrodita, heterocigótico, hibridación, homocigoto, papilonáceas, parentales, perianto, pomología, raza pura, recesivo, retrocruzamiento, sépalo, verticilo, etc. (p. 113-117).

165

REVISTA AGUSTINIANA 56 (2015)

Como verdadero perito en estas lides Lazcano nos ofrece en la Bibliografía, las obras de Mendel (p. 118-124), incluyendo ediciones y traducciones; así como los estudios y obras sobre este agustino, de más de 180 autores (p. 124-142); y el Índice General (p. 143-145). Felicitamos al autor por esta empresa que ha llevado a buen puerto con competencia, rigor histórico, fiabilidad en el dato y muy bien narrada. Se lee con gusto y provecho. Todos y cada uno de los capítulos forman una unidad bien estructurada, aportando además nuevas ideas, temas, proyectos y experimentos. Aparece así la vida del agustino moravo como una vida inquieta por el saber, el conocimiento y la experimentación, así como su amor a la naturaleza. Se señala con acierto que su vida no fue un jardín de rosas. Supo, el fraile de los guisantes, a qué saben las dificultades y los fracasos económicos, académicos y pastorales, a lo largo de su vida. Sin embargo, Mendel, de voluntad férrea, siguió su tarea de profesor, hibridador, metereólogo, apicultor; y aunque no fue comprendido por sus coetáneos no perdió el interés por seguir adelante en su camino de naturalista. Los alumnos de enseñanza secundaria podrán tomar buena nota. Y también los estudiantes universitarios, e incluso los profesores de biología, genética y medicina. Recuerdo igualmente a la familia agustiniana que estamos ante un perfil muy completo de una de las figuras señeras en el campo de la ciencia, que merece la pena conocer y profundizar para saber dar razón de su vida con competencia. Es de agradecer a la Editorial Académica Española que haya realizado esta publicación, que representa un hito en español al presentar la primera y más importante biografía del agustino moravo Gregorio Mendel y su significado en el mundo de la ciencia. Hubiésemos deseado que el tipo de letra fuera un poco mayor, para quienes peinamos canas, sobre todo en las 209 notas, riquísimas a pie de página que el autor con pertinencia va ofreciendo al lector. Ya se puede leer en español la biografía mejor compilada del hombre de estatura media, complexión más bien fuerte, cabeza grande, ancha frente, ojos azules y voz clara, porte sencillo y cercano, espíritu noble, firme voluntad y personalidad tímida introvertida y amable, con gafas de cristales pequeños y montura dorada, acorde con el color rubio de su pelo, hibridador, apicultor, meteorólogo, de poca salud, sin títulos oficiales, pero profesor de física, matemáticas y ciencias naturales, abad de Brno y precursor de la genética, Gregorio Mendel. Si de los 180 autores que se citan en la bibliografía, sólo 50 escriben en castellano, quiere decir que el interés por Mendel en otras lenguas sigue estando vigente. Sería, pues, deseable, que este completo perfil del abad de Brno tuviera traducción a otras lenguas. No debe faltar en las Bibliotecas que quieran tener la más completa semblanza del genio de la genética, el primero que propuso la integración de la biología y las matemáticas para explicar y comprender cómo se transmite la descendencia de padres a hijos, el agustino moravo, Gregorio Mendel (1822-1884). P. Isaac González Marcos

166

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.