Jesús, ¿la primera creación de Dios?

June 19, 2017 | Autor: Omar Ojanama Gaspar | Categoría: Intertextuality, Christology, Jesus, Cristologia
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Descripción

Jesús, ¿la primera creación de Dios?
Un estudio teológico de Hebreos 1:5 y Salmo 2:7 en cuanto a la frase "Tú
eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy"



"En el centro de la fe cristiana y de la comunidad eclesial no se
sitúa una idea o una doctrina, una moral ni tampoco un libro, sino una
persona viviente, Jesucristo, que avanza por el camino de la confianza
radical en Dios… De este Jesucristo da testimonio originario y
determinante el libro de la Biblia cristiana… y a este Jesucristo se
orienta la totalidad de la doctrina, la moral, la liturgia y la
mística cristiana, si quieren mantenerse fieles a su propia esencia".

De esta forma inicia el teólogo católico Hans Kessler su brillante
Manual de Cristología[1]. Esta cita describe la importancia de la persona y
obra de Jesús en la teología y en la vida de la iglesia. Indudablemente, la
figura de Jesucristo es el centro y razón de la revelación bíblica, así
como motivo de escándalo y tropiezo para los incrédulos y críticos de Su
persona, que han puesto en tela de juicio Su divinidad y humanidad; los
casi dos mil años de existencia de la iglesia cristiana de esto dan
testimonio de este "atentado contra Jesús".[2]


Uno de los puntos neurálgicos de la cristología, y que proyecta su
sombra en el campamento adventista desde la década de los cincuenta, es el
tema de la relación de las dos naturalezas de Cristo, lo cual ha generado
graves entredichos en diversos pensadores de ayer y hoy.[3] En este
contexto, el argumento anti-trinitario más esgrimido para socavar la
creencia en la doctrina de la Trinidad y "defender" los hitos tradicionales
de los pioneros es el asunto de la divinidad del Hijo y Su pre-existencia,
para lo cual se toca en este estudio la exposición de un versículo muy
especial del Nuevo Testamento (NT), Hebreos 1:5:

"Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás:
Hijo mío eres tú,
yo te he engendrado hoy;
Y otra vez:
Yo seré Padre para Él,
y Él será Hijo para mí?".[4]

Este texto es usado algunas veces para argumentar la falaz teoría que
Cristo fue creado por el Padre y enseñar la idea de la "generación" del
Hijo por parte del Padre. Pero, ¿Qué quiere decir la
Escritura—especialmente Hebreos 1:5—con que Jesús fue "engendrado por el
Padre"? ¿Engendrar significa "crear" o "generar"? ¿Implica eso que Cristo
tuvo un principio? Por ello, el presente estudio se encarga de exponer la
teología de Hebreos 1:5 y la idea del engendramiento de Jesús. Para ello,
se examina el trasfondo veterotestamentario de Hebreos 1:5 y ese trasfondo
se encuentra en el Salmo 2:7, un salmo de carácter mesiánico.


El engendramiento del Mesías en el AT (Sal 2:7)

Es evidente el carácter real y mesiánico del salmo 2.[5] Los
especialistas dividen el salmo en cuatro secciones que tratan el tema del
reinado del Ungido de YHWH.[6]

I. Vss. 1-3, la rebelión de las naciones contra Dios y su Mesías.
II. Vss. 4-6, la instalación del Rey de YHWH.
III. Vss. 7-9, el poderío del Rey de YHWH.
IV. Vss. 10-12, advertencia a los reyes de la tierra.

Aquí resaltan muchos temas resaltantes para una teología bíblica del
reino de Dios, pero el asunto del Hijo de Dios y el engendramiento del rey
por parte de YHWH son los temas que merecen un tratamiento especial. El
salmo 2: 7 se lee: "Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR que me dijo:
'Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy'".


"Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR"

El Salmo 2 es un salmo de realeza y debe interpretarse primeramente en
relación a la monarquía hebrea.[7] El personaje que anuncia el decreto del
Señor muy posiblemente era el rey de Judá (¿David, Salomón?).[8] En el
antiguo Israel, el rey era el representante de Dios sobre la tierra. [9]
Era además el agente de defensa, justicia y bienestar en la nación (Sal
72).[10] Este personaje proclama un decreto (heb. ḥoq)oï. El termino ḥoq,
traducido como "decreto", señala una declaración autorizada, un
pronunciamiento.[11] Y ese pronunciamiento se refiere al engendramiento del
rey.

"Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy"

El hecho de que se diga del rey "Mi Hijo eres tú" funciona como una
figura literaria que refleja el mensaje de YHWH a David por boca del
profeta Natán,[12] una promesa con marcados tintes escatológicos e
histórico-redentores:

"Cuando tus días se cumplan y reposes con tus padres, levantaré a tu
descendiente después de ti, el cual saldrá de tus entrañas, y
estableceré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo estableceré
el trono de su reino para siempre. Yo seré padre para él y él será
hijo para mí. Cuando cometa iniquidad, lo corregiré con vara de
hombres y con azotes de hijos de hombres, pero mi misericordia no se
apartará de él, como la aparté de Saúl a quien quité de delante de ti.
'Tu casa y tu reino permanecerán para siempre delante de mí; tu trono
será establecido para siempre" (2 Sa 7:12-16).

Por ello, a la luz de este pronunciamiento, las palabras del Salmo 2:7
funcionan como una declaración formal para el nuevo rey luego de su
ungimiento y establecimiento durante la ceremonia de coronación.[13]
Claramente se observa que Dios llama "hijo" al descendiente directo de
David—en este caso, Salomón—, lo que se haría efectivo cuando el rey se
siente en el trono en ocasión de su coronación y entronización.[14]

"Yo te he engendrado hoy". El uso del verbo yalad, "engendrar", es
copioso en el AT, mayormente en las genealogías y las narrativas
patriarcales.[15] Cuando se usa en voz qal—Salmo 2:7—o hifil, indica una
forma figurativa.[16] En el contexto de Salmo 2:7 y 2 Samuel 7:14 se hace
referencia a la institución legal de adopción.[17]

Según el AT, el rey no era engendrado como hijo de forma natural, ni
por recibir alguna forma de naturaleza divina—como en el pensamiento del
Antiguo Cercano Oriente (ACO)—sino un pronunciamiento de Dios en el cual Él
adopta al rey como su hijo y le confiere autoridad.[18] Este engendramiento
es un concepto central en la teología del pacto en el AT (Sal 89:26),[19]
es un engendramiento metafórico en que Dios "adopta" al rey como su
representante oficial,[20] en el que la parte humana del pacto (el rey) es
declarado "hijo" del Dios del pacto, quien es su "Padre".[21] Por ello, el
engendramiento del rey en Salmo 2:7 es la entronización y exaltación del
nuevo monarca en el trono de David, el acto en que Dios "adopta" o
"reconoce" legalmente al rey como Su "hijo", en concordancia con la promesa
de 2 Samuel 7:14.[22]

Salmo 2:7 declara que el momento del engendramiento real ocurre "hoy"
(heb. hayyom), y tal evento ocurría en ocasión que el rey era entronizado y
coronado.[23] Señala ante todo, la renovación pactal (Dt 26:17; 30:19) y la
ocasión en que el nuevo soberano toma su herencia y sus títulos.[24] En el
"hoy" se realiza una especie de "nuevo nacimiento", un engendramiento legal
en que el rey ocupa el trono de Judá.[25] Por ello, el término "engendrar"
en Salmo 2:7 es una frase apropiada para la instalación oficial del rey
como el hijo de Dios teocrático.[26] Esa entronización sucede en "Sion, mi
santo monte" (Sal 2:6).[27] Sion es el monte sagrado, santificado por la
presencia teofánica de YHWH en el santuario, que es la residencia del
dominio y el trono del rey ungido.[28]


Aunque el tenor principal de Salmo 2:7 se refiere al tiempo y
localidad del salmista, a un territorio pequeño; en un sentido amplio se
observa una orientación escatológica, mundial y dominadora sobre todos los
reyes de la tierra.[29] Se observa un carácter mesiánico al Salmo 2.[30] De
hecho, el Salmo 2 presenta al Mesías, quien con el poder de Dios libera a
las naciones.[31]

En conclusión, el Salmo 2 es un cantico que se entonaba en ocasión de
la coronación de un rey en Israel, un monarca de la dinastía davídica. La
línea familiar de David recibió el pacto divino de una descendencia que
sería bendecida. Asimismo, el texto de Salmos 2:7 se refiere al
engendramiento metafórico del rey como hijo de Dios por parte de YHWH en
motivo de su entronización al trono y posee un fuerte carácter mesiánico y
escatológico, que se cumple en el ministerio de Jesús de Nazaret.[32] Es
con este trasfondo teológico veterotestementario del "engendramiento" de
rey, que se pasa a examinar el tema del engendramiento de Jesús en el NT.


El engendramiento del Mesías en el NT, Hechos 13: 33

La primera interpretación cristológica del Salmo 2:7 en la iglesia
cristiana del NT[33] aparece en ocasión del primer viaje misionero del dúo
apostólico Pablo y Bernabé en Asia Menor (Hch 13:4ss.)[34]. Al llegar a
Antioquia de Pisidia, los líderes de la comunidad judía local les piden que
prediquen en el culto del sábado, haciendo Pablo la siguiente asombrosa
declaración.

"Y nosotros os anunciamos la buena nueva de que la promesa hecha a los
padres, Dios la ha cumplido a nuestros hijos al resucitar a Jesús,
como también está escrito en el salmo segundo: Hijo Mío eres tú; yo te
he engendrado hoy. Y en cuanto a que le resucitó de entre los muertos
para nunca más volver a corrupción, Dios ha hablado de esta manera: os
daré las santas y fieles misericordias prometidas a David (Hch 13:32-
34)".[35]

Pablo señala de manera enfática que el evento de la resurrección y
ascensión de Jesús es cumplimiento del Salmo 2:7;[36] esto es mencionado
como parte del sermón del apóstol y en el contexto del pacto entre Dios y
la casa de David, a quien se le prometió "las santas y fieles
misericordias" a su linaje.[37]

Hechos 13:33 y Salmo 2:7 tienen como trasfondo el evento pactal de 2
Samuel 7: 8-16, el texto referente al pacto davídico. Y según la idea de
Pablo, todo lo que Dios prometió a David y a su descendencia—una tierra
bendecida, reposo de sus enemigos, un reino eterno, un trono perdurable y
salvación total—ha sido hecho realidad en la persona de Jesús,[38]
específicamente en el momento de Su exaltación y entronización a la diestra
del Padre. Ese es también el tema principal en el sermón de Pedro en
Pentecostés (Hch 2:29-36):

"A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre
la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y
oís. Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice: dijo
el Señor a mi Señor: 'siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus
enemigos por estrado de tus pies'. Sepa, pues, con certeza toda la
casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios
le ha hecho Señor y Cristo."

Aquí se recalca la fuerte relación cristológica y escatológica entre
la resurrección de Jesús y Su exaltación en el trono de la Deidad como
cumplimiento de las promesas pactales. La entronización de Jesús en el
santuario celestial le ha designado como Señor (gr. kurios) y Cristo
(Christos, "Ungido") y señala el inicio de Su ministerio sumo sacerdotal en
el tabernáculo celestial.[39] Esta ascensión al trono de David en el cielo
se constituye como realización total y plena de las promesas hechas al
pueblo de Dios, en especial, a la casa de David.[40]

Ahora, al aplicar el contexto teológico de la idea de engendramiento
como designación real, legal y relacional de parte de Dios a su rey ungido,
como se aprecia en el salmo 2 (y todo el bagaje teológico detrás de dicho
salmo), se entiende que se refiere solamente a la exaltación y
reconocimiento de Jesús como Rey y sumo sacerdote en el santuario.[41] Ni
la gramática, la exegesis y la teología bíblica pactal del AT y el NT
permiten considerar el "engendramiento" de Jesús como una procreación
física o una "generación" del Hijo como criatura creada por el Padre, o un
semi-dios creado.[42] El verbo gennao, "engendrar", de Hechos 13:33 debe
ser considerado junto con el contexto del Salmo 2:7 y la teología del
pacto. El "engendramiento" de Jesús es su designación como Rey vencedor del
pecado y Sumo Sacerdote de su pueblo.

"La ascensión de Cristo al cielo fue la señal de que sus seguidores
iban a recibir la bendición prometida. Habían de esperarla antes de
empezar a hacer su obra. Cuando Cristo entró por los portales
celestiales, fue entronizado en medio de la adoración de los ángeles.
Tan pronto como esta ceremonia hubo terminado, el Espíritu Santo
descendió sobre los discípulos en abundantes raudales, y Cristo fue de
veras glorificado con la misma gloria que había tenido con el Padre,
desde toda la eternidad. El derramamiento pentecostal era la
comunicación del Cielo de que el Redentor había iniciado su ministerio
celestial. De acuerdo con su promesa, había enviado el Espíritu Santo
del cielo a sus seguidores como prueba de que, como sacerdote y rey,
había recibido toda autoridad en el cielo y en la tierra, y era el
Ungido sobre su pueblo."[43]

Es con este fundamento teológico y bíblico del "engendramiento" como
designación y proclamación—y no como procreación—aplicado a Jesús, que se
procede a analizar el mensaje teológico de Hebreos 1:5 y 5:5.


El engendramiento del Mesías en la epístola a los Hebreos (1:5 y 5:5).

Hebreos 1:5

El primer capítulo de Hebreos presenta una de las declaraciones
cristológicas más elevadas de todo el NT.[44] Señala a Jesús como el
cumplimento de los propósitos de Dios en la historia de la salvación (vss.
1,2); como el Exaltado de Dios a Su diestra por causa de su victoria en la
cruz (vss. 3,4) y el versículo 5 inicia una cadena de confesiones
concernientes a la divinidad de Cristo. En este contexto, aparece el Salmo
2:7.

"Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Hijo mío eres tú, yo
te he engendrado hoy; y otra vez: yo seré Padre para él, y él será
Hijo para mí?".[45]
"Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: 'Hijo mío eres tú, yo te he
engendrado hoy'?"
La frase "¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás…?" se interpreta como
una pregunta retórica, que exige una respuesta negativa, según el contexto
del pasaje.[46] El término "hijo" (heb. ben; gr. ujíos) es uno de los más
usados en ambos testamentos (4.850x en el AT y 379x en el NT,
respectivamente).[47] No señala solamente a la descendencia física[48] sino
también denota un relacionamiento[49] de carácter familiar, social y
teológico.[50] En el NT, "hijo" se usa especialmente para referirse a Jesús
como el "Hijo de Dios"[51] (Mt 27:54), el "Hijo del hombre" (Mt 8:20), el
"Hijo de David" (21:9) o simplemente "el Hijo" (Mt 24:36).[52]
"Engendrar",yalad, en el AT, tiene su equivalente griego en gennáo,
"engendrar", "dar a luz".[53] Su significado preciso debe determinarse por
el contexto en que aparece, ya sea en su forma activa o pasiva.[54] Tomando
en cuenta el contexto de Hebreos 1 y de Salmo 2:7, gennáo funciona aquí
como un término metafórico[55] y no referente a una emanación, generación o
creación del Hijo.[56] De hecho, se enfatiza el hecho de que el Mesías
ingresa a una nueva posición ante Dios y la nación, mediante el llamado de
Dios,[57] es decir, la "adopción".[58] El AT y el judaísmo rabínico
entendían también el engendramiento del Mesías como "adopción" y
reconocimiento divinos desde la perspectiva legal de autorización y
comisión,[59] en este caso, la función redentora de Cristo en el Santuario.



"Hoy" (gr. sémeron),[60] aparece 41 veces en el NT.[61] Este vocablo
ocupa una posición teológica central en la teología neo-testamentaria,
teniendo un sentido temporal en el contexto en el que aparezca,[62] en este
caso, la entronización de Jesús. Este "hoy" señala la confirmación de
filiación mediante una proclamación celestial (por parte de Padre), luego
de la exaltación y entronización a Su diestra.[63]

"Y otra vez: yo seré Padre para él, y él será Hijo para mí…".

El vocablo "y otra vez" (gr. kai palin), es una fórmula que sirve para
marcar el inicio de una nueva cita, teniendo la misma función de marcador
textual que abre una sentencia.[64] Lo interesante del caso es que
introduce una porción de 2 Samuel 7:14,[65] el texto que trata del evento
de la promesa de adopción del rey davídico como "hijo" de Dios; lo que a su
vez tiene alusiones al Salmo 89:26, 27, un cantico referente al pacto de
Dios con David.[66] Jesucristo es el verdadero rey de la casa de David y el
verdadero Hijo "engendrado" (en el sentido de reconocido, declarado) por el
Padre, pues Él cumple de manera total lo que los reyes judíos no pudieron
lograr.[67]

Hebreos 5:5

El tema de la exaltación de Cristo como Rey de la casa de David es
ampliado en Hebreos 5:5, pero conectándolo con el oficio de sumo sacerdote
celestial:

"Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote,
sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy. Como
también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el
orden de Melquisedec (Heb 5:5,6)."

El Salmo 2:7 es introducido nuevamente aquí, con el mismo sentido de
exaltación real y entronización a la diestra de Dios como en Hebreos
1:5.[68] El mismo verbo "engendrar", gennao, tiene el sentido metafórico
como en Hebreos 1:5. [69] El salmo 110:4 es mencionado aquí y es otro
cantico referente al rey y sacerdote mesiánico, "Juró Jehová, y no se
arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec".
La entronización de Cristo a la diestra como Rey y su designación como
sumo pontífice son el tema principal de la epístola a los Hebreos (Heb
8:1,2). Ese es el contenido del engendramiento del Mesías, no una
procreación o generación física como tal, sino una declaración por parte
del Padre hacia Su Hijo victorioso sobre el pecado, la muerte y el diablo.
Y este engendramiento legal y escatológico se realiza en el santuario
celestial.[70]
Conclusión

El texto de Hebreos 1:5 presenta a Cristo siendo engendrado por el
Padre. Esto lo hace utilizando una cita del Salmo 2:7, el cual trata del
acto de coronación y entronización del rey davídico al trono del reino de
Judá. El engendramiento del rey como hijo de Dios se refiere al momento de
su coronación y reconocimiento divino ante la nación y el cielo, y ese es
el trasfondo teológico para comprender la declaración de Hechos 13:33 y
Hebreos 1:5 y 5:5.
El engendramiento de Jesús no se refiere a un acto de procreación o
generación física por parte de la Deidad, sino a su exaltación como Señor
(Rey) y Cristo (sumo sacerdote) a la diestra del Padre en el santuario
celestial. Es una designación divina en que se reconoce a Jesús como el
Rey/Hijo, cumpliendo las promesas hechas a Israel y específicamente al
linaje de David en el AT.
Finalmente, exponer que Hebreos 1:5 y 5:5 se refiere a que Cristo es
"engendrado" en el sentido de ser la primera creación de Dios o como
producto de un tipo de procreación divina física (o "generado por el
Padre") es un grave error teológico que no hace justicia al texto y echa
por tierra la suprema persona de Jesús, rebaja su humanidad en relación con
su divinidad y descarta alguna validez teológica a la utilidad y veracidad
del AT y su teología.
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[1]Hans Kessler, Manual de Cristologia (Barcelona: Herder, 2003), 15.

[2]A pesar que ciertos problemas teológicos en cuanto a la persona de
Jesús fueron tratados en los concilios de Nicea (325 d.C.), Constantinopla
(381) y especialmente en Calcedonia (451), tales asuntos han regresado con
tal furia en nuestros días, que el escenario teológico nuevamente se ha
polarizado—y la Iglesia Adventista no está fuera de esta batalla
"cristológica". Por otro lado, los concilios mencionados fueron convocados
con el propósito de definir asuntos teológicos relacionados a la persona de
Cristo, su humanidad y divinidad, frente al ataque de grupos heréticos como
los arrianos, que atentaban contra la doctrina bíblica de la divinidad de
Jesús; Samuel Vila y Dario A. Santamaria, Enciclopedia ilustrada de la
historia de la iglesia (Terrasa: Clie, 1979), 289.


[3]Uno de los personajes más importantes en la historia moderna de la
iglesia adventista es el teólogo M. L. Andreasen.
[4]Para el siguiente artículo se ha usado la versión de La Biblia de
las Américas, a menos que se indique lo contrario.


[5]El Salmo 2 es considerado por los especialistas como la
introducción a todo el Salterio; Charles A. Briggs, A Critical and
Exegetical Commentary on the Book of Psalms, de International Critical
Commentary (Edinburgo: T&T Clark, 1906), 1:11; en adelante Psalms.


[6]La gran mayoría de eruditos reconocen esta cuádruple disección:
Hans-Joachim Kraus, Los Salmos, Vol. 1: Sal 1-59 (Salamanca: Sígueme,
1993), 198; James L. Mays, Psalms, de Interpretation, ed. James L. Mays
(Louisville, KY: John Knox Press, 1994), 45; Willem A. VanGemeren,
"Psalms", en The Expositor's Bible Commentary, Ed. Rev., ed. Tremper
Longman III y David E. Garland (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2008), 5:89;
en adelante EBC; Pierre Grelot, El misterio de Cristo en los Salmos
(Salamanca: Secretariado Trinitario, 2000), 23-4.
[7]Peter C. Craigie, Psalms 1-50, de Word Biblical Commentary, ed.
David A Hubbard, John D. W. Watts y Ralph P. Martin (Waco, TX: Word Books,
1983), 64; Geoffrey W. Grogan, Psalms, de The Two Horizons OT Commentary,
ed. J. Gordon McConville y Craig Bartholomew (Grand Rapids, MI: Eerdmans,
2008), 45; Pierre Grelot, El misterio de Cristo en los Salmos (Salamanca:
Secretariado Trinitario, 2000), 23; Rodolfo H., Blank, Salmos: Una ventana
al AT y al Mesías (Saint Louis, MS: Editorial Concordia, 2008), 65-6;
Kraus, Los Salmos, 198; VanGemeren, EBC, 5:89.


[8]Briggs, Psalms, 15; Craigie, Psalms 1-50, 65; VanGemeren, EBC,
5:95; por otro lado, Grelot coloca al salmo en el contexto del siglo VIII
en la monarquía hebrea; El misterio de Cristo en los Salmos, 23.


[9]Robert G. Bratcher y William D. Reyburn, A Handbook of Psalms (New
York: United Bible Societies, 1991), 28; en el pensamiento judío rabínico,
el rey era considerado la "cabeza" de Israel; Mayer I. Gruber, Rashi's
Commentary on Psalms (Philadelphia, PA: The Jewish Publication Society,
2004), 178; Leland Ryken, James C. Wilhout y Tremper Longman III, eds.,
Dictionary of Biblical Imagery (Downers Grove, IL: InterVarsity Press,
1998), 476.


[10]Mays, Psalms, 46.


[11]Bratcher y Reyburn, A Handbook of Psalms, 28.


[12]Hans K. LaRondelle, Deliverance in the Psalms: Messages of Hope
for Today (Berrien Springs, MI: First Impressions, 1983), 52; Craigie,
Psalms 1-50, 64.

[13]El "decreto" debe contener la promesa de adopción del heredero de
la casa de David (2 Sa 7:14, 15) en el rito de la coronación; Derek Kidner,
Psalms 1-72, de Tyndale Old Testament Commentaries, ed. D. J. Wiseman
(Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 1973), 51; por otro lado, el salmo
2 funciona como el pronunciamiento publico de la coronacion de un rey ante
la audiencia real para su instalación; Mays, Psalms, 46; LaRondelle,
Deliverance in the Psalms, 52; Craigie, Psalms 1-50, 64..

[14]Dicha coronación consistía en la colocación de la corona sobre la
cabeza del rey, la presentación formal de un documento ("el decreto de
YHWH") y la proclamación y ungimiento (2 Rey 11:12); Craigie, Psalms 1-50,
64. El término "Hijo mío" al igual que "mi ungido" (Sal 132) indican
elección, una elección legal, Mays, Psalms, 47; además, Bratcher y Reyburn
sugieren que Salmo 2:7 podría traducirse como "Tú, rey, eres ahora mi Hijo"
o "Dios me dijo que soy rey e hijo"; Bratcher y Reyburn, A Handbook of
Psalms, 28; por otro lado, la erudición ha catalogado al salmo 2 como un
salmo de coronación; Peter C. Craigie, Psalms 1-50, de Word Biblical
Commentary, ed. David A Hubbard, John D. W. Watts y Ralph P. Martin (Waco,
TX: Word Books, 1983), 62, 64.


[15]Yalad ocurre 492 veces en el AT, relativamente con frecuencia en
Genesis y en 1-2 Cronicas; G. J. Botterweck, "dl;y"", TDOT, 6:76.


[16]TDOT, 6:77; un uso figurativo de yalad aparte de Salmo 2:7 es Job
15:35 y Salmo 7:14.
[17]"Yo te he engendrado hoy" es una formula literaria que refleja el
mensaje de YHWH a David por boca del profeta Natán (2 Sa 7:14; Sal 89: 26-
27) y pertenecen al ámbito del pacto real. Por ello, "te he engendrado"
presenta un lenguaje metafórico, señalando a una adopción y un
reconocimiento legal entre Dios y su rey terrenal, Bratcher y Reyburn, A
Handbook of Psalms, 28.

[18]Israel rechazaba rotundamente la idea de una adopción de carácter
físico o literal del rey, era extraño a su concepción de la filiación entre
YHWH y su ungido, TDOT, 5: 155; cf. Bratcher y Reyburn, A Handbook of
Psalms, 28; Kraus, Los Salmos, 208; asimismo, Mays comenta que las
características de hijo de Dios y rey en el Salmo 2 juegan un papel
importante en la cristología, eclesiología y escatología del NT; Mays,
Psalms, 49.

[19]Craigie, Psalms 1-50, 67.


[20]Kraus, Los Salmos, 208.


[21]El concepto de la relación pactal de padre e hijo es también
evidente en el motivo del pacto de Dios con Israel en el Sinaí, en el cual
Dios se compromete a cuidar a su pueblo como un Padre lleva a su hijo por
el camino (Dt 1:31) y asimismo, Dios disciplina a Israel como un padre hace
con su vástago (Dt 8:5); Craigie, Psalms 1-50, 67; las relaciones de Dios
con Israel se describen como "Padre" e "hijo", H. Haag, "!Be", en
Theological Dictionary of the Old Testament, eds. G. Johanns Botterweck y
Helmer Ringgren (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1999), 2:155; en adelante
TDOT; por otro lado, existe evidencia extra-bíblica en que la entronización
de un rey como "hijo de Dios" tiene un paralelo con el lenguaje y la
práctica de los ritos de entronización del Antiguo Cercano Oriente;
Geoffrey W. Grogan, Psalms, de The Two Horizons OT Commentary, ed. J.
Gordon McConville y Craig Bartholomew (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 2008),
44; Kraus, Los Salmos, 206; TDOT, 5: 155.

[22]Grogan, Psalms, 44; Grelot, El misterio de Cristo en los Salmos,
26; TDOT, 5:156: "yo te engendré hoy" es mera terminología legal";
asimismo, la condición del rey como hijo de Dios se observa en el Salmo
89:27, 28; 2 Sam 7:13, 14; 1 Cr 28:6; Mays, Psalms, 47.


[23]El uso de yom es muy extendido en el AT, refiriéndose no solo a un
día simple de 24 horas, sino al tiempo presente en contraste con una
situación pasada, es intemporal en algunas ocasiones; M. Saebo, "~AY",
TDOT, 6:25-6; asimismo, véase Bratcher y Reyburn, A Handbook of Psalms, 29;
Craigie, Psalms 1-50, 67; Kraus, Los Salmos, 208.


[24]Kidner, Psalms 1-72, 51.


[25]Kraus, Los Salmos, 209.


[26]LaRondelle, Deliverance in the Psalms, 55; asimismo, es evidente
en el uso de "hoy" que tiene referencia a la ceremonia de entronización
real (Sal 2:6), que el salmista no tiene en mente un engendramiento físico;
TDOT, 5:156; 6:80.


[27]El monte de Sion es una referencia al santuario de Dios en el AT.


[28]Briggs, Psalms, 15.


[29]Ibid.; con la destrucción de Jerusalén (587/6 a.C.) se culmina la
línea real de David y el ideal del reino mundial nunca sería realizado en
la monarquía subsecuente, lo cual da un tono de ansiedad e imposibilidad de
cumplir dicho ideal; Craigie, Psalms 1-50, 68.


[30]Grogan, Psalms, 44.


[31]"El Salmo 2 es un discurso poético mesiánico", James L. Mays,
Psalms, de Interpretation, ed. James L. Mays (Louisville, KY: John Knox
Press, 1994), 44.


[32]De hecho, el Salmo 2 es uno de los más citados en el NT; por otro
lado, los Salmos "reales"—como el 2, 110, etc—preparan el camino hacia la
creencia cristiana en el Mesías y forman parte importante de la revelación
bíblica en la historia; C. Hasell. Bullock, An Introduction to the Old
Testament Poetic Books: Revised and Expanded (Chicago, IL: Moody Press,
1998), 137.


[33]El libro de los Salmos exhibe claramente un panorama histórico del
pueblo israelita antiguo y es importante conocer ese trasfondo, a fin de
relacionar correctamente la intertextualidad presente entre el NT y el AT;
C. Hasell. Bullock, An Introduction to the Old Testament Poetic Books:
Revised and Expanded (Chicago, IL: Moody Press, 1998), 123.

[34]El Salmo 2 fue uno muy favorecido por los apóstoles, quienes lo
interpretaron a la luz del acontecimiento mesiánico cumplido en Jesucristo,
mediante Su persona y Su obra; Van Gemeren, EBC, 5: 90.


[35]Recuérdese que el trasfondo histórico y teológico del Salmo 2:7 es
el pacto entre YHWH y la casa de David, como se describe en 2 Samuel 7 y 1
Crónicas 17:1-7.


[36]Cuando el Rey Jesús resucitado anuncio a su asamblea de apóstoles
"Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra" (Mt 28:19)
estamos escuchando la versión cristiana del decreto del rey davídico (Sal
2:7); Mays, Psalms, 50-1, 44.

[37]Esta promesa a su vez, es eco de Isaías 55:3, "Inclinad vuestro
oído y venid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma; y haré con vosotros un
pacto eterno, conforme a las fieles misericordias mostradas a David."

[38]El pacto con la casa de David tenía un tono eterno y escatológico,
así que de alguna forma la línea davídica tendrían un papel que cumplir en
el futuro, en este caso, la línea davídica llega a su cumplimiento en la
persona de Jesús de Nazaret, quien es llamado en los Sinopticos "Hijo de
David"; Craigie, Psalms 1-50, 68; Goldingay, Psalms 1-41, 335.


[39]Los escritores del NT reconocieron al rey mesiánico del AT en
Jesús de Nazaret, quien había recibido poder y autoridad en el cielo y en
la tierra (Mt 28:18); Kraus, Los Salmos, 211.


[40]Cf. Hechos 13:33, "la promesa hecha a los padres, Dios la ha
cumplido a nuestros hijos al resucitar a Jesús, como también está escrito
en el salmo segundo: hijo mío eres tú; yo te he engendrado hoy". Nótese en
todo el sermón del capítulo 13 de Hechos la concurrencia del término
"promesa" (vs. 23, 32, 33), como concepto teológico referente al
cumplimiento en Jesucristo de las promesas pactales a David dentro del
marco de la historia de la salvación. La resurrección y la exaltación de
Jesús cumplen la promesa a David.


[41]En el AT, el momento de la coronación y entronización del rey es
cuando YHWH "engendra" o "da nacimiento" a Su hijo real, como se ha visto
en la sección anterior. Por ello, el Salmo 2:7, que trata de la adopción
divina y legal, se refiere ahora en el NT a Jesús, el Cristo glorificado;
Grelot, El misterio de Cristo en los Salmos, 37; Así como el rey davídico
de Salmo 2:7 era considerado por Dios como "su hijo", el nuevo rey Jesús
puede ser considerado y confirmado como el "Hijo de Dios"; Craigie, Psalms
1-50, 69.


[42]De hecho, en el judaísmo palestino, la noción de Dios engendrando
a Su Ungido ocurre solo en relación a la esperanza mesiánica; NIDNTT,
1:178.


[43]Elena G. de White, Hechos de los apóstoles, 32.


[44]Todo el capítulo 1 presenta mayormente pasajes de los Salmos y en
el contexto del reino mesiánico.


[45]El texto de Hebreos 1:5 en griego es Ti,ni ga.r e=pen pote tú/n
avgge,lwn\ ui`o,j mou e= su,( evgw. sh,meron gege,nnhka, seÈ kai. pa,lin\
evgw. e;somai auvtw/" eivj pate,ra( kai. auvto.j e;stai moi eivj ui`o,n;
según aparece en Eberhard Nestle, Erwin Nestle, Barbara Aland y Kurt Aland,
eds., Novum Testamentum Graece (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft,
1993), 563; en adelante, NA28.


[46]Paul Ellingworth y Eugene A. Nida, A Handbook on the Letter to the
Hebrews, de UBS Handbook Series (New York: United Bible Societies, 1983),
14.


[47]H. Haag, "!Be", en Theological Dictionary of the Old Testament,
eds. G. Johanns Botterweck y Helmer Ringgren (Grand Rapids, MI: Eerdmans,
1999), 2:147; en adelante TDOT; Victor P. Hamilton, "Son", en New
International Dictionary of the Old Testament and Exegesis, ed. Willem A.
VanGemeren (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1997), 1:672; en adelante NIDOTTE;
F. Hahn, "ui`o,j", Exegetical Dictionary of the New Testament, eds. Horst
Balz y Gerhard Schneider (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Pub Co., 1983),
3:382; en adelante EDNT. .


[48]El significado básico de ben se refiere a un hijo biológico
engendrado por su padre (Gn 4:17:25; Ex 1:16; Nm 27:8; Dn 5:22); TDOT,
5:150; EDNT, 3:383.


[49]NIDB, 5:335; TDOT, 2:149.

[50]Leland Ryken, James C. Wilhout y Tremper Longman III, eds.,
Dictionary of Biblical Imagery (Downers Grove, IL: InterVarsity Press,
1998), 805.


[51]Los títulos "Hijo" e "Hijo de Dios" son cristológicos en carácter
y presentan tres puntos importantes: 1) la filiación de Jesús en cuanto a
Su relación con el Padre, 2) la posición de Hijo de Dios en un sentido
mesiánico, Su señalamiento al oficio de Salvador y 3) la posición de Jesús
como Hijo expresa su naturaleza divina; en EDNT, 3:383.


[52]Paul Niskasen, "Son", en New International Dictionary of the
Bible, ed. Katharine Soob Sakenfeld (Nashville, TN: Abingdon Press, 2009),
5:335; en adelante NIDB.


[53]Gennáo significa "dar a luz", "parir", "engendrar", y en LXX es la
traducción directa de yalad; J. H. Moulton y G. Milligan, Vocabulary of the
Greek Testament (Peabody, MA: Hendrickson Publishers, 1997), 124; en
adelante Moulton y Milligan; A. Kretzer, "genna,w", en Exegetical
Dictionary of the New Testament, eds. Horst Balz y Gerhard Schneider (Grand
Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Pub Co., 1983), 1:243; en adelante EDNT.

[54]NIDNTT, 1:178.


[55]Un uso metafórico de gennáo aparte de Salmos (LXX) es Ezequiel
16:20 y 23:37; por otro lado, en el griego secular, gennáo tiene el sentido
de "llegar a ser", "producir", pero en un sentido general y metafórico (cf.
2 Tim 2:23 y Gal 4:24); NIDNTT, 1:176.


[56]Ryken, Wilhout y Longman, Dictionary of Biblical Imagery, 805.

[57]Esto se verá de manera más evidente en Hebreos 5:5.

[58]NIDOTTE, 2:456; además, la ausencia de una procreación o
nacimiento físico del Mesías es confirmada por la misma referencia a David
y su descendencia (Hch 13:33), por ello, el NT no aplica Salmo 2:7 a las
narrativas del nacimiento de Jesús en los evangelios sinópticos, NIDNTT,
1:179.

[59]EDNT, 3:383.


[60]Sémeron proviene del atico témeron, "hoy"; Moulton y Milligan,
573.


[61]EDNT, 3:241.


[62]Ibid.


[63]NIDNTT, 1:179.
[64]Ellingworth y Nida, Handbook on the Letter to the Hebrews, 15.


[65]Su texto paralelo es 1 Crónicas 17:13.


[66]El Salmo 89:26-29 dice: "Él me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios,
y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por primogénito, El más
excelso de los reyes de la tierra. Para siempre le conservaré mi
misericordia, Y mi pacto será firme con él. Pondré su descendencia para
siempre, Y su trono como los días de los cielos". Claramente esto es una
alusión al texto del pacto davídico de 2 Samuel 7 y una evidencia
escritural para considerar el "engendramiento" del Mesías como una
designación legal y no una procreación literal.

[67]NIDNTT, 1:178.


[68]Doquiera que Salmo 2:7 sea citado en el NT, queda excluido el
sentido de engendramiento físico o de carácter sexual, NIDNTT, 1:179.

[69]Ibid., 177.


[70]Craigie, Psalms 1-50, 69.
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