INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

September 22, 2017 | Autor: Helena Paredes | Categoría: Early Medieval Archaeology, Arqueología, Prehistoria, Calcolítico, Dolmen, Silos
Share Embed


Descripción

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

INTRODUCCIÓN

rectora Susana Sempere comunicó a la Dirección General de Cultura de Cádiz el descubrimiento de los restos arqueológicos que forman el conjunto denominado yacimiento del Cerro de las Vasconcillas. Su situación y afección por parte de la obra conllevó una inminente intervención arqueológica de urgencia que desarrolló la misma empresa contratada.

El presente trabajo da a conocer los primeros resultados obtenidos durante la intervención arqueológica desarrollada en el Cerro de las Vasconcillas, Rota (Cádiz). Dicha intervención conllevó la completa excavación del lugar ya que la obra de infraestructura realizada suponía su completa destrucción.

El yacimiento arqueológico comprende tres tipos de restos: cuarenta y ocho estructuras excavadas en el suelo, una cavidad artificial sepulcral y una estructura funeraria. Se trata de una evidencia histórica no documentada hasta el momento en la zona compuesta por estos diferentes elementos que se describen e interpretan a lo largo del presente artículo. Del mismo modo, se presentan las piezas arqueológicas encontradas cuya restauración y estudio aún se encuentran en proceso, por lo que muchos de los datos e interpretaciones que ofrecemos, especialmente las de tipo cronológico, deben entenderse como preliminares.

La provincia de Cádiz se caracteriza, entre otros muchos factores, por tener el patrimonio arqueológico más abundante y rico de la comunidad autónoma andaluza. Ante tal situación, la administración, controla todas las obras que conllevan un movimiento de tierra y que pueda afectar a restos de nuestro patrimonio cultural para poder salvaguardarlos. Con objeto de la obra de “Ensanche y mejora del firme de la carretera CA P-6041. Munive (Cádiz)”, llevada a cabo por la empresa constructora GEA21, se ha realizado la consecuente vigilancia arqueológica, efectuada por la empresa Arqueosub Andalucía S.L., cuya di-

Figura 1: Mapa de localización del yacimiento en la provincia de Cádiz.

27

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

LOCALIZACIÓN

LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA

El Cerro de las Vasconcillas, recogido en los planos del ejército 1:50.000 también como Cerro de las Vascinillas, recibe el nombre popular de Peña del Águila. Este lugar se ubica al norte del municipio de Rota, a 1 km de Costa Ballena, en una pequeña planicie elevada a 19 m snm que controla visualmente su entorno. Se trata de un emplazamiento muy cercano a la costa que constantemente ha sido explotado para uso agrícola. Se encuentra entre la desembocadura de los ríos Guadalquivir y Guadalete y su terreno se caracteriza por estar compuesto geológicamente por margas y calizas.

El descubrimiento casual del yacimiento arqueológico del Cerro de las Vasconcillas estuvo motivado por la aparición de restos humanos y la destrucción parcial de la estructura a la que estaban asociados. La extensión del yacimiento pudo corroborarse gracias a la aparición de un silo que fue parcialmente destruido. Ante la aparición de estos restos y tras realizar los trámites administrativos necesarios, se delimitó el área a excavar, realizando una limpieza superficial completa del terreno afectado por la obra de infraestructura. Esta limpieza consistió en la eliminación del sustrato superficial o mantillo, operación que sacó a la luz cincuenta y seis manchas circulares. Por la dispersión de los hallazgos, el yacimiento fue subdividido en cinco sectores. El sector I, localizado al noroeste, se compone de ocho hoyos, de los cuales seis son silos, uno no es más que una depresión del terreno, y el último hoyo es una cavidad artificial sepulcral. El sector II, ubicado al noreste, presenta treinta hoyos, siendo veintisiete de ellos silos, y tres, meras cubetas naturales. El sector III, situado en el centro del yacimiento, es el formado por la estructura funeraria colectiva. El sector IV, muestra dieciséis hoyos entre los que quince de ellos son oquedades de almacenamiento, y sólo uno, al igual que los dos hoyos del sector V son depresiones naturales del terreno. Ambos sectores se ubican al sur de la zona arqueológica.

Las investigaciones previas relacionadas con el lugar y sus proximidades, informan de yacimientos prehistóricos, fenicios y romanos que se encuentran a escasos kilómetros. En ninguna fuente se constata la existencia de los restos descubiertos, y no es de extrañar, ya que la prospección arqueológica en superficie efectuada de forma previa a la obra de infraestructura tampoco evidenció resto arqueológico alguno. Sólo la acción de la maquinaria fue capaz de desvelar la existencia de un yacimiento compuesto por estructuras excavadas en el suelo de naturaleza caliza.

Vista aérea general del yacimiento.

28

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

con material arqueológico, esto quizás sea debido a dos ritmos diferentes de abandono. El repertorio de materiales arqueológicos es muy variado. Entre la cerámica se han recogido pedazos de cerámica a mano prehistórica, fragmentos de piezas romanas como ánforas y tégulas, cerámicas medievales de cocina y vidriadas, e incluso material contemporáneo.

En cuanto a la metodología aplicada durante la intervención, se ha seguido mediante unidades estratigráficas (Harris 1991). En el caso de la excavación de los silos, el método Harris se ha realizado en dos fases. Para poder documentar gráficamente la estratigrafía de estos, se ha dividido el espacio de trabajo en dos mitades, en la primera de ellas se ha excavado siguiendo estratos naturales. La segunda mitad, tras ser documentada con el dibujo del perfil y fotografía, se ha trabajado siguiendo el método estratigráfico. Figura 3

Se han hallado también múltiples restos metálicos como cuchillos, restos óseos de animales entre los que destaca la presencia de los ovicápridos, restos de microfauna y malacofauna. En este último caso cabe citar la presencia de múltiples Cardium edule perforados empleados como elementos decorativos. En algunos rellenos se han recogido restos líticos, molinos de mano e incluso fragmentos de ruedas de moler.

Durante los trabajos de excavación se ha podido determinar la existencia de cuarenta y ocho silos o estructuras excavadas en el sustrato geológico, cuya función principal era almacenar productos relacionados con la agricultura. Se han hallado estructuras de diversas formas, tamaños y periodos, determinados según los materiales arqueológicos recogidos en los rellenos que colmatan el interior de los hoyos. En cuanto a las variadas formas, estas oquedades del Cerro de las Vasconcillas pueden tener forma de barril, campana o paredes rectas. Los tamaños son muy desiguales y oscilan entre 20 y 175 cm de profundidad, en diámetro de boca entre 30 y 182 cm, y en el diámetro del fondo entre 10 cm y 250 cm.

Uno de los hoyos, el denominado Hoyo 8, resultó ser una cavidad sepulcral artificial. Fue sometido al mismo procedimiento de excavación que el resto de las manchas circulares documentadas en superficie. En su proceso de excavación fue ofreciendo material cerámico prehistórico muy fragmentado y deteriorado, y múltiples piedras con forma de laja adosadas a la pared oeste. Tenía apariencia de un silo. Una vez agotada la secuencia, se retiraron las lajas pudiendo apreciar la existencia de una cavidad completamente colmatada de tierra. Dada la dificultad en cuanto a su acceso, se optó por excavar esta oquedad artificial mediante estratos naturales, de los cuales, los tres su-

Los rellenos de los silos también son muy diversos, ya que se ha documentado tanto la colmatación por sedimentos estériles, como por sedimento

Figura 3: Proceso de excavación del yacimiento.

29

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

periores eran completamente estériles. Tras retirar las primeras capas se documentó un sedimento arenoso y oscuro que contenía abundantes restos óseos humanos desarticulados, aunque alguna extremidad mantenía conexión anatómica. Estos restos, en muy buen estado de conservación, ya que se ha recuperado incluso un esternón, se encontraban especialmente acumulados hacia el fondo de la oquedad, lo que corresponde con la pared oeste. Junto a estos restos desarticulados apenas se han recuperado materiales, a excepción de una pequeña lezna de cobre de 4 cm, una espiral de cobre, una cuenta de collar y algunos fragmentos sin forma de cerámica a mano. Este conjunto basado en la inhumación de individuos se apoyaba sobre el fondo de la cavidad que alcanzó una distancia con respecto al techo de unos 80 cm de altura. El diámetro de la cueva sepulcral era de 110 cm.

Figura 4: Fragmento de lámina de sílex del Hoyo 11.

Finalmente se realizó la excavación del sector III o estructura sepulcral colectiva. Ubicada en el centro del yacimiento arqueológico, se encontraba parcialmente destruida y en un pequeño promontorio realizado de forma artificial por la maquinaria. Se estableció en él una cuadrícula de 3x4 m para el proceso de documentación. La estructura en sí, consiste en una amplia fosa excavada en el terreno calizo y arcilloso, cuya forma exacta no podemos precisar ya que su cierre fue destruido, puede ser simplemente circular, o tener un pequeño corredor. En el interior se apoya un conjunto de lajas de medianas dimensiones que tiene una altura máxima de 100 cm, una anchura máxima de 80 cm y un grosor máximo de 15 cm. Estas

Figura 5: Molino de mano circular del Hoyo 36.

Figura 6: Perfil de uno de los silos medievales, Hoyo 56.

30

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

mero, 2004; Gener, E., 1956; Martín et al., 1996; González, 1986). Su función sería albergar fundamentalmente productos agrícolas, es decir, son estructuras para contener, y su contenido fundamentalmente es el cereal tanto para su consumo como para su siembra (Ruiz y López, 2001). En ocasiones también se almacenaban los frutos procedentes de la recolección, como por ejemplo sucede con las bellotas (Muñoz 1998, pp.99).

lajas están sujetas por piedras de pequeñas dimensiones que funcionan como cuñas. Dentro de la estructura se han podido documentar durante la excavación varias fases de utilización funeraria. La última de las fases de uso, y por lo tanto la primera en ser excavada, fue la consistente en dos individuos en conexión anatómica y posición fetal sobre lateral derecho. Ambos están completos y carecen de materiales asociados. Se encuentran ubicados al sureste del sepulcro y apoyados sobre un sedimento muy compacto. El individuo 2, que se encuentra en mejor estado de conservación, está apoyado sobre un conjunto de huesos que han sido cuidadosamente colocados formando un paquete organizado en un lateral de la estructura, y sobre los restos del individuo 3 del que sólo quedaba el tren inferior del esqueleto.

A partir de nuestra intervención únicamente sabemos qué no contenían estas estructuras. Las encontradas en el Cerro de las Vasconcillas han sufrido dos tipos de desuso: su abandono en vacío o su amortización como basureros una vez usadas, colmatando el interior con múltiples materiales. El primero de los casos lo podemos confirmar gracias a la excavación de silos que han sufrido un proceso de colmatación de origen exclusivamente sedimentario, con ausencia total de materiales arqueológicos y superposición de estratos estériles formados por arenas muy compactas; así sucede en los hoyo 22 y 23 del sector IV. La ausencia de restos dificulta la datación de tales estructuras, aunque precisamente estos casos se han documentado en silos de similares dimensiones con aquellos que han ofrecido restos de cerámica a mano prehistórica como sucede en los hoyos 1 o 17. No por ello podemos confirmar que sean estructuras de ese periodo, ya que se trata de una datación del relleno y no del momento en el que se realizó el hoyo.

Bajo este segundo nivel estratigráfico se documentó una primera dispersión de huesos humanos desarticulados por todo el ámbito de enterramiento, entre los que se hallaban tres puntas de sílex de retoque plano, una lámina de ofita de 15 cm y dos ollas prehistóricas, una globular y otra de paredes rectas. Estas piezas cerámicas completas y de difícil extracción dado su estado de conservación apoyaban sobre una laja que formó parte en los inicios de uso de la estructura de la pared del sepulcro. En el extremo contrario se han recogido dos puntas de flecha de sílex de retoque plano, una de ellas con la punta fragmentada, y un hacha de cobre que nos ha permitido ofrecer cronologías al enterramiento tal y como podrá leerse más adelante.

Entre los silos colmatados intencionalmente hay principalmente dos tipos de rellenos. El primero es el formado por escasísimos restos asociados a un momento indeterminado de inicios de la agricultura, representados por fragmentos de cerámica a mano en muy mal estado de conservación, una olla de paredes rectas y una lámina de sílex, entre otros.

Diferenciamos como último estrato, el fondo del espacio sepulcral. Éste se encuentra asociado a los restos óseos que han sido sellados por la laja. La desarticulación de huesos de múltiples individuos hallada aquí, se caracteriza por estar muy calcificada y en mal estado de conservación. Junto a ellos y directamente debajo de la laja que servía de suelo para las piezas cerámicas de la fase anterior se ha recuperado en el suroeste del sepulcro un cuenco prehistórico completo sobre el que apoya una lámina de sílex de 23 cm.

El segundo tipo de relleno, que es el que más abunda, corresponde con el periodo medieval dadas las características del material cerámico recogido. Éste viene representado entre otros por fragmentos vidriados y cerámica de cocina, en su mayor parte ollas. La colmatación en este caso viene asociada con la reutilización como basurero de la estructura una vez en desuso, de manera que aquí se vierte todo tipo de material por cuestiones de higiene principalmente, como bien se ha podido constatar a través de estudios etnográficos de tribus nómadas del valle del Eúfrates (Román, 1999). Entre los materiales recuperados en estos silos, además de piedras y cerámica, se han recogido restos de fauna entre los que predominan huesos de oveja (Ovis aries), microfauna entre la que destacan los roedores, metales como los cuchillos de hierro, molinos de mano y malacofauna representada por moluscos. La presencia de estos últimos se asocian a la dieta de los constructores de estas estructuras debido a la fuerte dependencia de la zona con el mar dada su proximidad.

CONTEXTUALIZACIÓN Como acabamos de describir, se han diferenciado claramente a partir de la intervención arqueológica tres tipos de restos: los asociados a los dos modos de enterramiento, el denominado hoyo 8 o cueva artificial sepulcral y el llamado sector III o estructura sepulcral; y además los múltiples hoyos excavados. Comenzaremos con los cuarenta y ocho hoyos que han sido excavados, y entre los que se observan diferentes grupos de estructuras en función de sus características ya que no todos son iguales. Este tipo de hoyos, generalmente ha sido interpretado como silos, almacenes excavados en el sustrato geológico, y tienen sus paralelos en los enormes campos de silos cercanos de Cantarranas-Base Naval de Rota, El Bercial y El Trobal (Ruiz y López, 2001; Ruiz, 1986; Márquez Ro-

Como dato curioso, en el hoyo 43, se ha hallado un cráneo humano que corresponde a un indivi31

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

Dos silos prehistóricos unidos, Hoyo 1 y 2.

duo varón adulto cuyo resto fue depositado en este silo una vez descompuesto el cadáver, ya que el cráneo se encontraba sólo, sin mandíbula ni las primeras vertebras.

como basurero. No podemos afirmar con esto que todos los silos de forma acampanada respondan a una cronología de este tipo, de hecho, el vecino yacimiento de La Viña se compone sólo y exclusivamente de silos de forma acampanada y base recta con cronología prehistórica (Ruiz Fernández, 1989). Parece evidente que la morfología de los silos no es determinante a la hora de establecer cronologías.

Es de interés citar una peculiaridad en cuanto al relleno que colmata el hoyo 14. Esta oquedad es la única que se caracteriza por estar compuesta de grandes piedras entre las que se intercala cerámica contemporánea. La estructura aparentemente es la de un silo, aunque no debemos asociar estructuras siliformes contemporáneas con modos de almacenamiento ya que ni son silo ni tienen tal utilidad, sino más bien se trata de agujeros relacionados con el aprovechamiento del sustrato geológico.

Junto a las estructuras que claramente son silos, hemos documentado una serie de oquedades que muestran una intención similar a la de estos almacenes, pero que carecen de espacio, formando una mera cubeta con 50 cm de profundidad en ocasiones. Quizás estos hoyos siliformes que tienen paredes rectas y base plana respondan a depósitos de agua (Ruiz y Ruiz, 1999) o algún tipo de aljibe.

Además de estas diferencias, los silos cuentan con tres tipos de formas como se ha podido apreciar en el yacimiento del Cerro de las Vasconcillas. Se combinan aquellos que tienen forma cilíndrica, acampanada y de barril, las formas más aptas para el almacenaje (Reynolds, 1979: 71). Los silos con forma acampanada y base plana tienen sólo y exclusivamente rellenos medievales, ante lo que podemos confirmar que los silos de mayores dimensiones que son precisamente los de forma acampanada se construyen en momentos del medievo para albergar restos de los que no tenemos evidencias. Aunque no debemos descartar la intencionalidad de realizar una cavidad de este tipo con un doble uso sin tener porqué ser el de almacenaje, es decir, una oquedad creada para el aprovechamiento del sustrato calizo y la reutilización del hueco

El silo geminado definido como una boca común para dos espacios de almacenamiento (Ruiz y Ruiz, 1999), hallados en yacimientos cercanos como en el Pago de Cantarranas o en La Viña (Ruiz Fernández, 1989), no se ha documentado en el yacimiento del Cerro de las Vasconcillas. Sí tenemos dos casos de dos bocas de silos unidas por el cuerpo. Este modelo está representado por los hoyos 1 y 2, y los hoyos 41 y 42. La intencionalidad de estos silos comunicados es muy dudosa y nos hace pensar más bien en un solapamiento casual dada la proximidad de ambas estructuras. No se ha detectado ningún tipo de cierre original en las estructuras halladas. 32

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

La labor de estudio de los silos, tipología, cronología, uso y amortización es ardua y compleja. El análisis futuro de los sedimentos recogidos podrá establecer a la perfección la existencia de asociaciones de este tipo. Nosotros, exclusivamente con los rellenos de las estructuras que han aportado material, nos hemos atrevido a plantear y asociar las formas de los silos del yacimiento del Cerro de la Vasconcillas a una primera aproximación cronológica. En cuanto a la distribución de los silos en el espacio, diferenciamos tres áreas en las que se agrupan, que coinciden con los denominados sector I, sector II y Sector IV de la excavación. El reparto de los silos en cada área es completamente aleatorio, no siguen un patrón definido, aunque como se acaba de exponer sí se agrupan. Esto puede tener varias interpretaciones relacionadas con las sociedades que habitan en el entorno, cuyos asentamientos no se han documentado en este yacimiento.

Secciones de los silos prehistóricos del Cerro de las Vasconcillas.

A pesar de no tener evidencias arqueológicas relacionadas con las sociedades y sus modos de vida, dejando aparte sistemas de almacenamiento, de aquellas poblaciones que ocupan el Cerro de las Vasconcillas, si tenemos restos asociados al mundo funerario, que nos acerca al conocimiento del funcionamiento de estas sociedades. Esto queda representado en el yacimiento a través de dos sepulturas. El Hoyo 8 o cueva sepulcral artificial y el sector III o estructura constructiva funeraria. El área de la provincia de Cádiz en la que nos encontramos se caracteriza por tener enterramientos denominados “en cuevas artificiales”, y que consisten en excavar en el subsuelo un recinto o cámara por lo general elipsoidal (Caro, 1982). El Hoyo 8 de nuestra intervención arqueológica, responde a estas características aunque con alguna variante, pues para acceder a ésta cámara se realizó un pequeño pozo con apariencia de silo. Podríamos plantear la posibilidad de la reutilización ocasional de una estructura de almacenamiento como sepultura (Carriazo, 1980; Carrilero, Martínez y Martínez, 1982; Gómez y Oliva, 1985), aunque no vamos a tratar esta cuestión en la presente publicación.

Secciones de los silos medievales del Cerro de las Vasconcillas.

El proceso de excavación de la estructura en origen siguió la técnica de un silo común, ya que en superficie se presentaba como una mancha circular en el suelo al igual que el resto de los hoyos excavados. Las primeras unidades estratigráficas excavadas ya nos permitieron descartar que estábamos ante una estructura medieval. En la unidad estratigráfica 1 ya pudimos recoger algunos fragmentos de cerámica a mano prehistórica en muy mal estado de conservación, y más restos del mismo tipo se hallaron en todo el sedimento de colmatación de la cubeta o unidad estratigráfica constructiva UE7 que tenía 80 cm de diámetro en la boca y el fondo y una profundidad de 55 cm. Sobre la pared oeste de esta primera estructura descansaban algunas lajas que fueron retiradas y que sin duda forman parte del cierre de la boca de la cueva artifi-

cial excavada en el sustrato calizo en la que se hallaron los restos humanos. Este cierre muestra una apariencia circunstancial, es decir, está formado por un amontonamiento de lajas y piedras fáciles de retirar, para poder reutilizar el espacio sepulcral, tal y como se ha podido constatar a través de la intervención. La cavidad que se extendía de forma horizontal hacia el oeste fue ofreciendo una colmatación de tierra natural, fruto del proceso sedimentario. Se han diferenciado hasta tres tipos de sustratos con total ausencia de material arqueológico y textura muy suelta, que rellenan la cavidad. Es probable que este sedimento se haya filtrado a través de los huecos que quedaban entre la boca de la cueva y las lajas, y que los cuerpos se dejasen sobre el suelo de la cavidad produciéndose posteriormente una descomposición en vacío. 33

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

Cueva sepulcral artificial en el comienzo de su excavación.

Puerta de acceso a la cavidad sepulcral artificial.

Tras retirar 30 cm de tierra que rellenan la cavidad encontramos los restos humanos que se encuentran dispersos por toda la oquedad aunque con mayor incidencia hacia el oeste, o el fondo del espacio sepulcral según se accede a ella. Este dato informa de la reutilización del lugar de enterramiento y hace pensar en la intención de apartar restos humanos para realizar otras deposiciones. La mayor parte de los restos óseos recogidos no ofrecían ningún tipo de conexión anatómica, aunque sí hemos recuperado alguna extremidad conectada, e incluso una mano completa. Se puede explicar la desconexión de los huesos por la acción de la microfauna presente en la oquedad como se ha podido constatar a través de restos óseos de roedores; pero la dispersión documentada no deja lugar a dudas en

cuanto a que una parte de los restos humanos han sido desplazados de forma intencional. Hemos realizado un primer acercamiento antropológico a los restos humanos y podemos afirmar que este espacio sepulcral contenía restos de al menos tres individuos. Se han recogido tres cráneos y extremidades superiores de dos individuos entre otros. Uno de los individuos era relativamente joven ya que presenta las suturas craneales aún sin soldar y por el contrario otro de ellos era de avanzada edad ya que una de las mandíbulas recogidas ofrece un altísimo grado de abrasión dental además de reabsorción mandibular. El estudio de antropología física y la datación de los restos aún están pendientes y esperamos poder ofrecer datos al respecto en futuras publicaciones. 34

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

Agrupación ósea al oeste de la cavidad sepulcral artificial

paralelos en la lezna hallada en un sepulcro de inhumación colectiva de Jerez denominado Torre Melgarejo, fechado en un momento evolucionado y final del Calcolítico (González y Ramos, 1988). Otra pieza de cobre recogida es una pequeña espiral en muy mal estado de conservación, de la que hasta el momento no hemos encontrado paralelos. Junto a estos elementos, se ha hallado una cuenta de collar realizada en un tipo de roca dura aún por determinar en función de futuros análisis y que tiene apariencia de variscita. El hallazgo de estos elementos ornamentales, como propiedad de un individuo difunto es muy frecuente en enterramientos de ésta índole, aunque no es descartable la posibilidad de que estas piezas formaran parte de un ajuar depositado en la cavidad artificial junto a los difuntos.

Cuenta de collar de la cavidad sepulcral artificial.

En cuanto a la cronología de la cueva funeraria, deberemos esperar a los resultados de dataciones precisas, ya que existe un amplio y confuso debate en torno a las fechas a las que pertenece este tipo de restos. Tras buscar paralelos en la provincia de Cádiz, hay autores que consideran que este tipo de manifestaciones pertenece a momentos del Calcolítico y otros que se trata de un Bronce pleno. Desde luego el ritual documentado en torno al modo de enterramiento que consiste en la inhumación, con la presencia de individuos completos, recuerda a la costumbre mortuoria del mundo megalítico. No por ello debe descartarse la Edad del Bronce, cuyo ritual funerario también consiste en la inhumación individual (Martínez y Alcázar, 1992).

Espiral de metal de la cavidad sepulcral artificial.

Los materiales que se han recuperado junto con los huesos no podemos interpretarlos como ajuar funerario, sino más bien como objetos personales de los individuos inhumados. Estos son muy escasos y en la actualidad se encuentran en proceso de restauración y estudio. Además de algunos galbos de cerámica a mano muy fragmentados, se ha recogido un pequeño punzón o lezna de cobre que encuentra sus

Por último nos referiremos al enterramiento colectivo que dio origen al hallazgo del yacimiento. A pesar de su destrucción parcial, se pudo realizar la excavación que ha aportado interesante y gran cantidad de información. Una vez comenzada la intervención arqueológica se pudo advertir cómo algunas lajas habían resultado afectadas por la maquinaria destru-

35

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

Figura 15: Cavidad sepulcral artificial.

yendo parte de su altura, por lo que no se ha podido contar con el conjunto completo y se desconoce tanto la cubierta del sepulcro, como la profundidad real. La técnica constructiva ante la que nos encontramos es la misma que presenta el sector II de la necrópolis de La Casería fechada en el periodo Calcolítico, que consiste en una fosa poco profunda excavada en la roca, cuyas paredes muestran un revestimiento interno parcial de lajas de piedra colocadas verticalmente (Martínez y Alcázar, 1992).

dáveres. Con ello llama la atención la colocación de los esqueletos en el espacio sepulcral, puesto que a pesar de existir un amplio lugar de enterramiento, los difuntos están intencionalmente organizados en el área sureste de la estructura. Junto a las extremidades inferiores de ambos individuos, directamente debajo del individuo II, constatamos la presencia de otro conjunto de tibias y peronés en conexión anatómica con un pie, fémur y pelvis, que forman parte de un individuo que se inhumó antes de los dos ya descritos en este espacio sepulcral. Estos restos corresponden al individuo III o UE13. Los restos indican una posición fetal sobre el lateral izquierdo. A la misma profundidad que los restos del individuo III se ha encontrado un paquete de huesos, muy bien colocado sobre el que apoyaba el Individuo II. Dada su organización, es probable que se hallaran en un saco o recipiente de material perecedero que no ha llegado a nuestros días.

Bajo la primera unidad estratigráfica, comenzaron a emerger los primeros huesos. Concretamente, al oeste de la sepultura se halló una cabeza completa de un individuo adulto orientada hacia el interior del enterramiento. A medida que se continuó la excavación de esta zona, se pudo apreciar que el cráneo formaba parte de un individuo completo, el denominado Individuo I o UE7. Los restos, que forman parte de una inhumación en conexión anatómica, presentaban posición fetal sobre el lateral derecho y se encontraban en muy mal estado de conservación. A sus pies, emergieron nuevas extremidades inferiores que correspondían a otro individuo adulto y completo colocado en el sur de la estructura, éste fue denominado Individuo II, o UE8. Los huesos, en conexión anatómica, estaban mejor conservados que en el caso anterior y tomaban de la misma manera una posición fetal, pero en esta ocasión sobre el lateral derecho. Ninguno de los dos cuerpos ha aportado materiales asociados. Podemos afirmar gracias a la posición de los restos, como es el caso del hallazgo de las manos completas en conexión anatómica y en la misma posición en que se realizó la inhumación, o de las rótulas en su posición original, que los individuos depositados en la sepultura fueron cubiertos con tierra, lo que impidió la desconexión post mortem de los ca-

Bajo estos restos, en una unidad estratigráfica diferente, por toda la sepultura y en mediana densidad se ha documentado un conjunto de huesos desarticulados. Estos restos humanos no presentan conexión anatómica pero tienen representación de huesos de todas las partes del esqueleto. Por ello no podemos decir que se trate de inhumaciones de tipo secundario, ya que estas consisten en descarnar los cadáveres en un lugar diferente y recoger con posterioridad los huesos más significativos como los cráneos y los huesos largos para depositarlos en la tumba (Martínez y Alcázar, 1992). Asociadas a estos restos, y repartidas por el centro de la estructura hemos hallado tres puntas de flecha o puntas foliáceas talladas en sílex mediante re-

36

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

toque plano, sin pedúnculo y con aletas desarrolladas. Con ellas hemos encontrado una lámina de ofita de 15 cm y tres vasijas de cerámica, ubicadas al oeste. Una de ellas estaba completamente descompuesta y dos completas que hoy en día se encuentran en proceso de restauración y aún tienen pendiente su excavación interna en el laboratorio. Las piezas completas corresponden a una olla globular y una olla de paredes rectas, ambas con paralelos en los periodos neolítico y calcolítico. Esta última pieza, aún sin vaciar, ya que esta actividad para salvar los contenedores debe ser realizada por un restaurador dado su delicado estado, conserva en su interior una fina lámina de sílex. Sobre ésta olla, y abrazada a sus paredes, se han recogido los restos de una cazuela que tuvo que estar completa y que debido al proceso de la presión sedimentaria, colmatación del sepulcro, se rompió quedando parte de ella fuera y dentro de la pieza cerámica sobre la que se hallaba. Todas estas piezas se encontraban apoyadas sobre una de las lajas que en un inicio tuvo que formar parte de la pared de la estructura sepulcral, y que por motivos que desconocemos se precipitó hacia el interior del enterramiento. Este dato se constata no sólo porque queda un hueco entre las lajas en el que ésta piedra encaja, sino también porque sepulta un ajuar asociado a fases anteriores de utilización del lugar de enterramiento.

Estructura sepulcral al inicio de su excavación.

En el otro extremo del enterramiento y directamente sobre el suelo de éste se han recogido dos puntas de la misma tipología que las anteriormente descritas, pero una de ellas se encuentra fragmentada. Junto a ellas, en esta zona este, se encontró el único objeto metálico del conjunto sepulcral, compuesto

Estructura sepulcral al final de su excavación.

Inhumaciones individuales de la estructura sepulcral.

37

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

Última fase de utilización del sepulcro con dos inhumaciones completas.

Conjunto desarticulado de huesos de la estructura sepulcral.

rectamente bajo la laja se encontraba una cazuela que apoyaba sobre el fondo de la estructura y que contenía encima una gran lámina de cresta de sílex de 23 cm, ambas piezas se encuentran en proceso de restauración

por un hacha plana cuya composición metálica se encuentra en análisis actualmente. Su primitiva morfología hace pensar en una posible cronología asociada al periodo Calcolítico (Rovira y Montero, 1997). Al sur de esta pieza se ha recogido una piedra de ofita pulida cuya función probablemente fuera afilar.

Tras esta intervención podemos confirmar que esta estructura sepulcral contiene cuatro momentos de uso:

Bajo el desarticulado de huesos y este primer ajuar, y con el levantamiento de la laja caída en el interior oeste de la sepultura, se documenta una última fase, o primera de utilización representada través de una pequeña dispersión de restos humanos muy afectados por el sustrato calizo, suelo sobre el que están. Varias piezas de ajuar acompañan a estos restos. Di-

1- Conjunto desarticulado de huesos junto con ajuar, bajo la laja. 2- Conjunto desarticulado de huesos junto con ajuar sobre la laja. 38

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EN EL CERRO DE LAS VASCONCILLAS (ROTA, CÁDIZ). PRIMEROS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Helena Paredes Courtot Sebastián Corzo Pérez Miguel Vila Oblitas

Vasijas de la estructura sepulcral.

Tres puntas de flecha de sílex de la estructura sepulcral.

Desarticulado de huesos con ajuar de la estructura sepulcral.

39

DE LA PREHISTORIA A LA RÁBITA Y LA VILLA: Arqueología de Rota y la Bahía de Cádiz

Hacha plana de la estructura sepulcral.

rro de las Vasconcillas, justo en esta zona, a partir del desmonte de la propia peña y la intervención arqueológica desarrollada en el lugar, ofrecen nuevas aportaciones históricas al municipio de Rota y su entorno, confirmando en primer lugar la presencia de población a lo largo de todo el periodo histórico comprendido entre momentos calcolíticos y contemporáneos tal y como se puede dilucidar a través de los materiales arqueológicos recuperados. Tanto los sepulcros prehistóricos como los silos con rellenos de diferentes cronologías nos permiten confirmar tal hipótesis. Dar una fecha exacta a cada una de las estructuras excavadas es una labor ardua que pretendemos seguir estudiando y que pondremos en conocimiento a partir de datos científicos que aún no han podido obtenerse dada la reciente intervención efectuada.

Vasija y gran lámina de sílex de la primera fase de uso de la estructura sepulcral

AGRADECIMIENTOS. 3- Parte de una inhumación, y conjunto organizado de huesos.

Queremos agradecer la colaboración de GEA 21 que en todo momento ha puesto a nuestra disposición lo requerido para el desarrollo de la intervención arqueológica, al igual que al propietario del terreno D. Antonio García Ramírez.

4- Inhumación de dos individuos completos sin materiales asociados. La similitud entre los ajuares, en los diferentes momentos de uso de la sepultura, nos invita pensar que la reutilización del lugar de enterramiento se realiza en cortos periodos de tiempo. Por el contrario, el hallazgo de inhumaciones completas sin materiales asociados a fases finales de utilización de la estructura sepulcral, hace pensar en un posible cambio de ritual, o la falta de recursos de estos últimos ocupantes del sepulcro. Estos datos sólo podran confirmarse con futuros estudios comparativos de modos y rituales de enterramientos en estructuras similares a estas.

Especial agradecimiento a los arqueólogos José García Calvente, Sergio Gutiérrez Camarena y Rafael Dorado Cantero por su trabajo y a Enrique Gutiérrez Cuenca por su labor planimétrica.

CONCLUSIONES La Campiña situada entre los ríos Guadalete y Guadalquivir comienza a poblarse a finales del IV milenio a.C. en medio de un proceso de transición entre el Neolítico final y los inicios de la Edad del Cobre, tal y como se ha puesto de manifiesto con anterioridad (Caro, 1982). El hallazgo casual del yacimiento del Ce40

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.