Inmortalizando la arquitectutra

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Descripción

Ensayo 2. Lectura "Espacio Basura"
Mariza Paola Cisneros Peña
A01363203
Viernes 22, enero 2016
(Koolhaas, La Ciudad Genérica)Inmortalizando la arquitectura
Análisis crítico de la Arquitectura y su contexto
Prof.: Eska Solano
Contenido
Inmortalizando la arquitectura 1
Introducción 1
El Espacio Basura (Koolhaas, El Espacio Basura) 2
Reciclando y reutilizando la "basura" 3
Conclusiones 4
Bibliografía 5

Inmortalizando la arquitectura

Introducción

El hombre, desde siempre, ha creído que debe dejar una huella en el mundo utilizando a la arquitectura como medio para inmortalizarse, ya que ésta forma parte de su legado. Las edificaciones que deja a su paso, no son solamente una marca de la época en la que fueron construidas, también sirven como pie para ir realizando cambios y mejoras en el sitio donde cada una de las construcciones se realiza; estos cambios no son únicamente arquitectónicos y espaciales, sino que también provocan cambios sociales que se ven reflejados en diferentes ámbitos de la vida humana.
La necesidad de inmortalizarse y querer ser recordado por medio de obras monumentales, ha cegado al arquitecto a tal grado de que éste se ha olvidado por completo de generar espacios funcionales, dejando a su paso únicamente obras monumentales que intentan demostrar su grandeza, sin importar lo útiles o no que puedan llegar a ser estas.



El Espacio Basura (Koolhaas, El Espacio Basura)

En la actualidad, la expansión masiva de las construcciones para generar ciudades que respondan a las necesidades de desarrollo del hombre ha generado una pérdida de identidad, debido a que todas las obras arquitectónicas que se construyen carecen de sensación de pertenencia y de función, y solamente se preocupan por la belleza; una belleza que está disfrazada al ser decorada con materiales y elementos constructivos que han perdido por completo su fin para convertirse únicamente en elementos ornamentales que generen una falsa ilusión de estética monumental. Buscando trascender como con las antiguas construcciones realizadas por el hombre, el espacio basura "es el residuo que la humanidad deja sobre el planeta", el desperdicio que deja el hombre sobre la Tierra como muestra de su estancia en ella a través del tiempo.
La arquitectura dejó de ser un arte para convertirse en una disciplina que ha sido estudiada y repetida por años, como receta de cocina que pasa de generación a generación en una familia, ésta ahora es sólo una serie de pasos que se tiende a seguir para obtener un resultado que no difiere de cualquier otro más que por la forma en que ésta obra se "decora". El arquitecto se ha olvidado de buscar la solución de problemas enfocándose únicamente en disfrazarlos de manera atractiva al ojo del hombre. Elementos estructurales que antes formaban la parte del esqueleto de una obra arquitectónica ahora se muestran en las fachadas como si fuera una herida que debe exponerse para estudiarse, generando un nuevo "estilo de arquitectura" para justificar este resultado.

La arquitectura se ha vuelto grotesca buscando una aceptación social, como estereotipo que debe respetarse ante una sociedad superficial; creciendo además de manera desmesurada, creando ciudades que no responden a todas las necesidades del usuario, y sólo llenando espacios que se consideran vacíos, esto es a lo que llamamos "Ciudades Genéricas", ciudades que son para nada estudiadas o analizadas, que pueden ser replicadas en cualquier otro sitio por la falta de identidad y de pertenencia, espacios que incluyen áreas públicas en las que el hombre únicamente puede ir a demostrar un status social.

Reciclando y reutilizando la "basura"

Así como las pirámides son una muestra de los grandes avances que se tuvieron en la antigüedad y de lo lejos que pudieron llegar las antiguas civilizaciones del mundo, los edificios actuales intentan dejar un rastro de la grandiosidad del hombre actual, sin embargo, la arquitectura actual se ha ido construyendo de sobremanera; con la llegada de la Revolución Industrial, la producción en serie provocó una pérdida, hasta cierto grado, de identidad, y algo carente de identidad no puede recordarse; por tanto "la arquitectura se ha transformado en una secuencia de lapsos de tiempo para manifestar una «evolución permanente»". (Koolhaas, El Espacio Basura)
Al generar espacios solo porque sí, el hombre (diseñador o arquitecto) se ha olvidado de que estos deben ser funcionales y deben responder a las necesidades del usuario. Buscando subsanar las carencias que generan estos espacios "inútiles" el hombre ha creído que todo lo que ha muerto puede resucitarse, generando una combinación extraña de estilos, que dan como resultado una falta inminente de pertenencia, es un todo y un nada a la vez; la arquitectura ha perdido su esencia, es únicamente un adorno más, una marca más, una clase de objeto que queremos tener para aparentar tener un status ante el mundo y de cierta manera alimentar los prejuicios y estereotipos del hombre.
Los arquitectos "pensábamos que podíamos hacer caso omiso del «espacio basura», visitarlo a escondidas, tratarlo con un desdén condescendiente o disfrutarlo a través de otros… como no podíamos entenderlo, hemos tirado las llaves… Pero ahora nuestra propia arquitectura está infectada, se ha vuelto igual de lisa, inclusiva, continua, retorcida, abigarrada, repleta de atrios…" (Koolhaas, El Espacio Basura) y por ello se ha generado una desorganización "planeada", adaptando significados a conceptos que no querían decir para nada lo que ahora se ha intentado interpretar con ellos, justificando así errores cometidos por el hombre al momento de construir. Así, se ha buscado generar espacios artificiales con atmósferas ficticias para que estos provoquen la sensación de habitabilidad, que se encuentra ausente por el mal diseño que provoca una falta de interacción entre los usuarios que allí se encuentran.
Las calles, avenidas, andadores y vestíbulos, todos estos espacios de comunicación y esparcimiento, son inútiles; un simple relleno para dar algo que hacer al usuario, obligándolo a seguir un recorrido por inercia, haciendo que quien deambule por los pasillos llegue a un destino que ni siquiera se tenía planeado visitar, provocando desvíos forzados, vueltas innecesarias; creando "aventuras para el cerebro" (Koolhaas, El Espacio Basura). Lo que antes se proyectaba como un recorrido basado en el usuario, en predecir sus posibles necesidades, ahora bien se ha transformado en una manera de obtener una posible transacción, formulando "intereses creados".

Anteriormente la arquitectura solía ser como una obra de arte, que podía ser interpretada y leída por cualquiera que se detuviera a apreciarla; era una manera de comunicar sentimientos, de contar historias y dejar leyendas a través del tiempo; sin embargo, en los últimos años se ha convertido en no más que un artículo de temporada.
El proyectar un edificio, una obra arquitectónica en sí, se ha convertido en una receta de cocina; ya no hace falta pensar en cómo resolver un problema, simplemente se siguen los mismos pasos que siguen los demás arquitectos para resolver un espacio, se retoman elementos, métodos constructivos y se le cambia la presentación, como a un pastel, al que solamente se le cambia el decorado; el procedimiento sigue siendo el mismo pero el resultado es disfrazado para crear la ilusión de que se trata de algo diferente.
Arquitectura simplemente una representación superficial del hombre, una manera de querer aparentar su grandeza sin preocuparse por la función, únicamente la forma, una forma grandiosa, que maraville a los ojos del usuario al ojo del espectador, sin importar que internamente sea solamente una máscara, una fachada vacía que no aporta nada más que belleza estética.

Conclusiones

Como arquitectos y diseñadores, nos hemos olvidado por completo de lo que significa crear una obra. Nuestra nostalgia, generada por un pasado que dejó marcada la historia de la humanidad, nos ha convertido en una máquina que solo busca replicar el pasado para querer sentirse parte de él. Nos preocupamos tanto por estar en constante cambio y adaptación, que lo único que hemos logrado dejar desperdicios sobre la tierra con cada una de nuestras obras fallidas. La arquitectura es, ahora, sólo una manera de llenar un vacío que nos hemos creado por no saber respetar los vestigios de la historia. Debemos retomar únicamente lo bueno de la arquitectura, pero de cierta forma, adecuarlo a nuestras necesidades presentes para saber responder a problemas que requieren una solución actual; no podemos quedarnos atrapados en un pasado al que nunca pertenecimos, debemos construir nuestro propio futuro del cual sí seremos parte.

Bibliografía
Koolhaas, Rem. El Espacio Basura. Barcelona: Gustavo Gili, 2002.
—. La Ciudad Genérica. Barcelona: Gustavo Gili, 2006.
—. «La Triennale di Milano.» 27 de Enero de 2014. YouTube. 19 de Enero de 2016 .







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