INDICIOS DE CIRCULACION A LARGA DISTANCIA DE SILEX EN EL PLEISTOCENO SUPERIOR. DATOS PETROGRAFICOS Y GEOQUIMICOS DE MATERIALES ARQUEOLOGICOS DE ANTOLIÑAKO KOBA

August 15, 2017 | Autor: Mikel Aguirre | Categoría: Prehistoric Archaeology, Mineral Raw Materials
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Boletín de la Sociedad Española de

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INDICIOS DE CIRCULACION A LARGA DISTANCIA DE SILEX EN EL PLEISTOCENO SUPERIOR. DATOS PETROGRAFICOS Y GEOQUIMICOS DE MATERIALES ARQUEOLOGICOS DE ANTOLIÑAKO KOBA Tarriño A. (*) (**), Yusta 1. (**) y Aguirre M.(*) (*) Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco, Vitoria, Spain. (**) Departamento de Mineralogía y Petrología de la Universidad del País Vasco, Bilbao, Spain.

En el yacimiento prehistórico de Antoliñako koba (Gautegiz-Arteaga, Bizkaia), descubierto por J. M. Barandiarán en 1923 (Barandiarán, 1947), han aparecido sílex exóticos que pueden haber circulado una larga distancia desde su fuente de aprovisionamiento. Desde 1995 se vienen desarrollando trabajos de excavación en este sitio, dirigidos por M. Aguirre, los cuales han desvelado hasta el momento una estratigrafía pleistocénica con ocupaciones humanas pertenecientes, de muro a techo, al Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense.

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La identificación de las fuentes de aprovisionamiento de los restos Iíticos arqueológicos ha preocupado desde antiguo, ya que su conocimiento aporta información fundamental sobre la ocupación del territorio y las Breas de explotación de los grupos humanos prehistóricos. Son numerosos los métodos que se han utilizado para trazar el paralelismo entre artefactos arqueológicos y sus posibles rocas de origen o, más ambiciosamente, las canteras de origen.

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El análisis macroscópico o de "visu" basado en las características externas tanto del córtex, núcleo y patinas es el método más común en Arqueología. dando buenos resultados a expertos locales, pero no es un mttodo sencillo de comunicar a otros científicos dado que se apoya en pequeñas diferencias que son aprehendidas tras años de observación de numerosas muestras. Ahora bien, constituye el primer paso en la identificación sílex-fuente, a veces decisivo cuando otros métodos más sofisticados no reportan la información necesaria. El análisis petrográfico de secciones delgadas, aunque laborioso y destructivo, tiene la ventaja de permitir comparar texturas y microfósiles, aportando datos significativos, como en el caso que nos ocupa. La caracterización geoquímica de los útiles de sílex es especialmente difícil dada su gran homogeneidad mineralógica, con una proporción de impurezas baja y diferencencias entre las mismas muy pequeñas. En las dos últimas décadas se ha realizado un importante esfuerzo en el campo de la diferenciación geoquímica utilizando las técnicas analíticas de AAS, NAA, ICP, FRX e ICP-MS. En una primera aproximación sobre la procedencia de las materias primas de los restos Iíticos rescatados hasta el momento en Antoliñako koba, se observó la presencia de unos sílex con una textura microcristalina muy característica, a veces, con unos bandeados rojizos, y otras, con unas inclusiones blanquecinas de tamaños de orden milimétrico. Se comprobó que en la Cuenca no hay evidencias de silicificaciones similares por lo que su origen debería ser foráneo. A1 comparar estos sílex con muestras recogidas en afloramientos naturales de la zona (le Bergerac (Dordoña, Francia; a una distancia de más de 400 kms), donde una gran abundancia de nódulos afloran dispersos en depósitos secundarios (alteritas) procedentes de la desmantelación de materiales de edad Maastrichtiense (Seronie-Vivien, M. y Seronie-Vivien, M. R., 1987), se

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constató la asombrosa semejanza entre ambos tipos. A estos síiex los prehistoriadores franceses los denominan sílex %ergeracois". Como fósil característico aparece el Orbitoides media (Demars, 1952: Geneste, 1991 ) y como consecuencia de la alteración sufrida presentan un aspecto macroscópico con zonaciones y aureolas de diversos tonos que hace que sus variedades sean abundantes.

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Se ha confirmado la similitud mineralógica y textura1 entre los sílex arqueológicos y los de procedencia geológica. Se trata de sílex tnicrocuarcítico con la presencia de texturas relicto tipo "packstone-grainstone", numerosos "pellets", pequeños granos de cuarzo clisticos y abundantes restos de organismos (fragmentos de briozoos, espículas, etc.). Pueden presentar aureolas (por presencia de óxidos de hierro) o zonas grumosolglobulosas como areas menos silicificadas que aparecen en blanco grisdceo a nivel macroscópico. Por otra parte se han analizado por FRX (Servicio de anilisis de rocas y minerales, Universidad del País Vasco) 3 restos Iíticos procedentes de los niveles solutrenses de Antoliñako koba, 3 muestras de procedencia natural de sílex del tipo "bergeracois" y o t r y 5 muestras de sílex de la Cuenca Vasco-cantibrica y Francia, para elementos mayores y 25 trazas. A la vista de los resultados, no parece que este método ofrezca una identificación inequívoca entre artefactos y sus posible roca fuente. Todas las muestras presentan alta pureza (contenidos en SiO2>93%), por lo que el resto de los elementos (mayores y traza) aparecen en proporciones muy bajas, en muchos casos por debajo del límite de detección. Unicamente son destacables valores en torno al 1,5% en Fe203 y 0,02% en P205 en las muestras arqueológicas, que pueden ser atribuibles a alteraciones producidas durante el enterramiento.

Las similitudes externas de los sílex de Antoliñako koba y los recogidos en la región de Bergerac, así como las coincidencias en los caracteres petrogrdficos permiten comprobar que no existe ninguna característica que haga pensar que ambos tipos de sílex sean diferentes, por lo que a falta de un mejor conocimiento sobre materias primas al sur de los Pirineos, se puede sugerir una fuente común para ambos. La diferenciación geoquímica basindose en los datos de FRX no parece posible por el momento, habiéndose identificado algunas diferencias debidas a fenómenos postdeposicionales en los útiles de sílex. Dado que en numerosos trabajos la asignación de procedencia mediante elementos traza ha dado buenos resultados (Luedtke, 1979; Thompson et al., 1986), en un futuro se pretende ampliar el número de muestras y variedades, a fin de confirmar los resultados aquí presentados. Referencias Barandiarin J.M. (1947). lkuska4-5. 134-147. Demars P. Y. (1982). Cnhiers du Quaternairc, 5, 253 p. Geneste J. M. (1991). En fvlora R. ct al (Eds.). Treballs d'Arqueologia, 1. 1-36. Lucdtke B. E. (1979). American Antiquiiy. 44.744-756. Seronie-Vivicn M. y Seronie-Vivicn M. R. (1987). Bull. de I;i Soc. Linn. dc Bordcaux, 15, 135 p. Thompson M.; Bush P. R. y Ferguson J. (1986). En Sieveking and Hart (Eds.) Cambridgc U. Press, 243-247. Este irabajo ha si00 parcialmente subvencionado por los proyectos: Gobierno Vasco Rcf. PU97110 y UPV 155.130H A 1 16/97

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