Humbolt y Descartes en Gramatica Generativa

June 29, 2017 | Autor: Gabriel Martinez | Categoría: Semantics, Syntax, Morphosyntax
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Descripción





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Pontificia Universidad Católica del Perú
Facultad de Letras y Ciencias Humanas
Carrera: Lingüística y Literatura
Curso: Temas de Lingüística Contemporánea (LIN-249)
Profesora: Paola Cépeda Cáceres
Nombre: Gabriel Martínez Vera (20112639)
Fecha: 6 de diciembre de 2011

Hacia una nueva manera de abordar de los problemas de Descartes y de Platón a la luz de Ensamble (Merge) como mecanismo sintáctico invariante

Resumen (abstract): En el presente texto, revisaremos los problemas clásicos (desde la perspectiva de la gramática generativa) con respecto al lenguaje -el problema de Descartes (referente al uso creativo del lenguaje) y el problema de Platón (relacionado con el enorme conocimiento que adquiere un niño a partir de una evidencia tan pobre)- en relación al mecanismo computacional Ensamble (Merge) del Programa Minimista (PM). Ahora bien, este examen implica también la revisión del modo de entender la relación entre los presupuestos filosóficos y los modelos gramaticales al interior de la gramática generativa. Sobre esta base, nuestro interés está en demostrar que es necesario abordar de una manera nueva estos dos problemas, en relación a la combinatoria de elementos lingüísticos, como sigue: en referencia al problema de Descartes, la sintaxis (entendida como este mecanismo computacional que permite el uso creativo del lenguaje) sería un componente que se puede comprender en términos racionalistas en sentido estricto (ya que no hace falta la experiencia para que sea activada); y, en referencia al problema de Platón, no hace falta considerar el paso de S(O) a S(S) en relación a este componente de la competencia, porque no habría parámetros que ajustar.

Palabras clave: racionalismo, problema de Descartes, problema de Platón, Programa Minimista, Ensamble (Merge).

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En el presente documento, postulamos que el planteamiento del mecanismo sintáctico Ensamble (Merge) del Programa Minimista (PM) conduce a una nueva manera de abordar los problemas de Descartes y de Platón: el racionalismo y el paso del estado cero o S(O) al estado estable o S(S) adquieren matices distintos a los planteados inicialmente por la gramática generativa en los años 50. Para desarrollar nuestro tema y argumentar nuestra tesis, dividiremos el texto en tres partes. En la primera, a manera de preámbulo, nos acercaremos a la relación entre los presupuestos filosóficos de la gramática generativa y los modelos gramaticales postulados a partir de dichos presupuestos. En la segunda, abordaremos un tema que es trabajado cada vez más en los desarrollos del modelo gramatical asociado a PM: la poca pertinencia de postular parámetros al interior de la facultad del lenguaje (FL) y, más aun, la no variación de ciertos elementos de dicha facultad. En nuestro caso, nos acercaremos al mecanismo computacional Ensamble como uno de esos elementos de FL en los que no hay variación. Sobre la base de estas dos primeras partes, trataremos, en la tercera, el cambio conceptual que tiene lugar en la base racionalista de la gramática generativa a partir de la no variación de Ensamble y sus alcances en relación a los problemas de Descartes y de Platón.

Relación entre los presupuestos filosóficos y los modelos gramaticales en la gramática generativa

La gramática generativa, desde sus orígenes en los años 50, sobre todo por los escritos de Chomsky, ha tenido una clara base racionalista. Para ello, Chomsky se centra, principalmente, en el racionalismo moderno, sobre todo, en Descartes, aunque no deja de tomar en consideración a otros autores, tales como Cordemoy y Huarte. Dicho en pocas palabras, Chomsky toma de este grupo de intelectuales la idea de que el ser humano tiene, en su interior, una serie de mecanismos que le permiten adquirir el conocimiento sin que sea necesario tener una experiencia rica. Ahora bien, como también es bien conocido, Chomsky no adopta íntegramente la filosofía cartesiana, puesto que, entre otros aspectos, rechaza el dualismo cuerpo/mente. Chomsky hace, más bien, un uso que puede ser calificado de instrumental de algunos elementos que le son útiles para sustentar filosóficamente su visión para aplicarla al estudio lenguaje. No pretendemos con esto descalificar la postura de Chomsky, sino, más bien, hacer notar que el autor se inscribe en la corriente racionalista y la actualiza. Por ello, rechaza el dualismo cartesiano, aunque no por ello deja de situar su postura en la tradición racionalista.

La pregunta que surge, entonces, es la siguiente: racionalismo, pero ¿cómo? Chomsky plantea una actualización de esta postura a partir de los avances científicos del siglo XX (y XXI). Por ello, afirma que estos mecanismos que posibilitan la adquisición del conocimiento tienen su asidero en la mente/cerebro de los hablantes. Chomsky asume, desde una perspectiva monista de aspecto dual, que las funciones mentales que se estudiarán en relación al lenguaje tienen una contraparte neuronal. En consecuencia, podemos decir que la gramática generativa encuentra su asidero filosófico en la tradición racionalista y, a esta, se le suma una dimensión psicológico-biológica gracias a la cual se entiende que los mecanismos que permiten adquirir el conocimiento (el lenguaje, en nuestro caso) tienen su asiento en la mente/cerebro de cada individuo.

Ahora bien, lo importante de este breve recuento de las bases filosóficas de la gramática generativa es que a partir de ella se da origen a un programa de investigación que, como mencionamos líneas más arriba, apareció en los años 50. Como es conocido, este programa, que ha sido enriquecido con el paso de los años, procura dar respuesta a cinco preguntas:

¿Qué constituye el conocimiento del lenguaje?
¿Cómo se adquiere este conocimiento?
¿Cómo se usa este conocimiento?
¿Cómo está implementado en el cerebro este conocimiento?
¿Cómo apareció este conocimiento en la especie?

Los estudios de la gramática generativa empezaron con el fin de darle respuesta a la primera pregunta, la cual surge casi espontáneamente al inscribirse en el racionalismo moderno y, en concreto, en el racionalismo cartesiano. Darle respuesta a esta pregunta estuvo vinculado al llamado problema de Descartes (o el problema del uso creativo del lenguaje), esto es, que el uso que los seres humanos hacen del lenguaje no está determinado por los estímulos del medio (aunque sí implica respuestas apropiadas a los estímulos recibidos) y que, además, pueden construir enunciados nunca antes evidenciados en la experiencia lingüística. En relación a la segunda pregunta, principalmente en la década de los 80 (aunque ya desde Aspects of the Theory of Syntax), se le sumó al primer interés la cuestión de la adquisición del lenguaje. En relación a esta pregunta, está el llamado problema de Platón, que, dicho en pocas palabras, consiste en el problema relacionado con el enorme conocimiento que adquiere un niño a partir de una evidencia tan pobre. Finalmente, en relación a la cuarta pregunta surgió un nuevo problema, a saber, el modo en el que el conocimiento gramatical está implementado en el cerebro, lo cual implica establecer relaciones entre el lenguaje y otros sistemas cognitivos. Más aun, en la última década, se hizo extensivo el interés por esta implementación al modo en que el lenguaje pudo originarse (es decir, el interés por responder (5)). Así, dar cuenta de las relaciones entre el lenguaje y otros sistemas cognitivos tiene como corolario pensar el lenguaje en términos evolutivos.

Sin embargo, ¿para qué nos sirve hacer todo este recuento tan conocido y estudiado por los interesados en el devenir de la gramática generativa? Entramos, finalmente, en el objetivo de esta sección: establecer la relación entre los presupuestos filosóficos de la gramática generativa y los modelos gramaticales propuestos. Como hemos visto, las bases filosóficas (actualizadas, si se quiere, biológicamente) han dado origen a un programa de investigación extenso y difícil de agotar en poco tiempo. Ahora bien, lo que nos interesa mencionar en este punto es que dichas bases y preguntas adquieren forma, en la práctica, en modelos gramaticales específicos que tratan de dar respuestas a estas últimas.

Antes de ilustrar lo dicho con ejemplos, conviene hacer referencia a dos puntos cruciales al momento de construir modelos gramaticales. En primer lugar, una constante en los modelos gramaticales generativos es que estos deben ser recursivos, es decir, deben reproducir una visión del lenguaje constituido por un conjunto de medios finitos a partir de los cuales se puede construir un conjunto infinito de enunciados. En segundo lugar, se prefieren, en términos generales, las propuestas más simples: por ejemplo, si se tienen dos gramáticas A y B que predicen exactamente lo mismo, se elegirá la gramática que sea más económica, es decir, que, por ejemplo, tenga menos principios o que, con un número menor de elementos, obtenga los mismos resultados que otra que tenga, por ejemplo, un elemento más que la primera.

Para ilustrar cómo los presupuestos filosóficos adquieren forma concreta, acerquémonos a un ejemplo relacionado a algunos aspectos del modelo de Principios & Parámetros (P&P). Como es sabido, este modelo está construido con una arquitectura en forma de Y y fue propuesto para darle respuesta a la pregunta (2), además de a la pregunta (1). Asimismo, para darle respuesta a (2), Chomsky postula un modelo que se centra en dos aspectos: por un lado, en S(O), esto es, en el conjunto de principios universales (o dotación biológica) con el que el niño viene equipado desde el nacimiento, y, por otro lado, en el S(S), es decir, en el conocimiento de la lengua que se alcanza luego de la exposición al input de una lengua específica. S(S) se construye por medio de parámetros a los principios universales. Por medio de estos estados, además, se responde al problema de Platón, puesto que permite entender que el niño no necesite un input rico: su cerebro proporciona la riqueza necesaria para construir el conocimiento lingüístico de una lengua específica.

Ahora bien, ¿cómo se llegó a este modelo? Pues bien, antes de P&P estaba el modelo conocido como la Teoría Estándar Extendida (TEE), cuya finalidad era responder a (1). Este tiene una arquitectura en F y, en lugar de principios y parámetros, está construido sobre la base de distintas reglas, como, por ejemplo, las reglas de estructura de frase. Además, cuenta con un componente transformacional que está situado entre la Estructura Profunda y la Estructura Superficial. ¿Cuál fue el problema de TEE? Conviene mencionar que este modelo daba una respuesta a (1) y al problema de Descartes: el conocimiento lingüístico está formado por un conjunto de elementos léxicos y de reglas que permiten hacer un uso creativo del lenguaje. Sin embargo, no responde a (2) ni al problema de Platón o, al menos, no lo hace de una manera satisfactoria: ¿cómo se espera que el niño, por ejemplo, adquiera tantas reglas transformacionales específicas de una lengua a partir de un input tan empobrecido? Así, plantear reglas se vuelve insuficiente o, al menos, constituye una visión poco realista desde una perspectiva que postula que el conocimiento lingüístico está en la mente/cerebro de los hablantes. De este modo, nos encontramos frente al criterio de economía: entre TEE y P&P, ¿cuál es más simple? ¿Un modelo que postula una serie de reglas de distinta índole y que no se sabe exactamente si tienen límite o si varían de lengua a lengua en gran medida, u otro que postula que todas las lenguas estás sujetas a unos pocos principios cuyas diferencias radican solo en variación paramétrica? La respuesta es natural, como se puede notar: P&P es un modelo más explicativo que TEE al menos por dos motivos: da una respuesta más satisfactoria que TEE a (2) (además de responder también a (1)).

Conviene notar, en este punto, que lo que ha cambiado es el modelo gramatical, mientras que las bases filosóficas permanecen intactas. Aunque estamos frente a dos modelos distintos, las preguntas del programa de investigación y los presupuestos que subyacen a dichas preguntas son las mismas: P&P responde a (1) (esto es, da una solución al problema de Descartes) de una manera diferente al modo en que lo hacía TEE; no obstante, la noción de una gramática recursiva permanece y recibe una respuesta. Así, el racionalismo biologicista chomskyano, planteado en sus mismos términos (quizás solo ampliados un poco) sigue intacto.

Nos queda, por último, acercarnos a PM a la luz del objetivo de esta sección. Dentro del marco de P&P, en la década de los noventa, se incrementó el interés por articular el modelo gramatical propuesto con otros sistemas cognitivos en lo que se ha llamado el Programa Biolingüístico (se puede notar, en este punto, que la pregunta (4) y, posteriormente, la pregunta (5) empiezan a ser importantes para la gramática generativa). Desde esta perspectiva, por mencionar solo el aspecto de nuestro interés, cobró mayor importancia la noción de economía al interior del modelo gramatical. Por ello, se inició una revisión profunda de la arquitectura del modelo planteado tradicionalmente por P&P con el fin de quedarse sola y exclusivamente con los elementos estrictamente necesarios para dar cuenta de aquello que constituye el conocimiento lingüístico. En este proceso de revisión, el modelo tradicional de P&P ha sufrido grandes cambios (por ejemplo, la Estructura-P y la Estructura-S han desaparecido porque no existe la necesidad conceptual de postularlas). Así, nos encontramos ante la misma situación que la que mencionamos anteriormente en relación al paso de TEE a P&P: se produce un cambio en el modelo gramatical, mas no, en principio, un cambio de la filosofía racionalista que subyace a dichos modelos.

Sin embargo, consideramos que, en la actualidad, dicha relación unidireccional entre las bases racionalistas y los modelos gramaticales ha cambiado, al menos, en relación a un elemento fundamental del modelo gramatical. Este cambio, a su vez, lleva consigo un nuevo modo de abordar los problemas de Descartes y Platón, tema que nos interesa especialmente. Exploremos, entonces, esta cuestión, para lo cual, no obstante, conviene, primeramente, acercarnos al elemento del modelo gramatical que nos interesa (Ensamble) con el fin de cumplir nuestro objetivo de investigación.

Ensamble: un mecanismo computacional invariante

Para trabajar este punto, conviene que nos acerquemos, en primer lugar, a la tendencia general planteada por Chomsky (1995 y 2001): conviene asumir que la variación entre las lenguas es lo más reducida posible, ya que esta es sinónimo de que se evidencian imperfecciones en FL, las cuales deben ser mínimas (o, en el mejor de los casos, inexistentes, como se plantea en la Tesis minimalista fuerte o, en inglés, Strong Minimalist Thesis o SMT). En palabras de Chomsky, "In the absence of compelling evidence of the contrary, assume languages to be uniform, with variety restricted to easily detectable properties of utterances" (Chomsky 2001: 2). Más aun, esta afirmación está sustentada en un principio más general, que forma parte de los presupuestos del PM, ya articulado con el interés por rastrear el curso de la evolución del lenguaje: "it [FL] is uniform for the species, also biologically isolated in essential respects and a very recent evolutionary development" (Chomsky 2000: 90). Más allá de cuestionar la validez de si FL es uniforme en la especial en sentido absoluto, queremos hacer notar, solamente, que la tendencia a encontrar aspectos de FL de carácter invariante está presente en la reflexión lingüística al interior del PM.

Ahora bien, conviene que nos aproximemos, en concreto, al mecanismo que nos interesa (Ensamble), con el fin de acercarnos al cumplimiento de nuestro objetivo. Revisemos, al respecto, la Conjetura de Borer y Chomsky (en inglés, Borer-Chomsky Conjecture o BCC), hipótesis que nos permite abordar nuestro tema:

"Parametric variation is restricted to the lexicon, and insofar as syntactic computation is concerned, to a narrow category of morphological properties, primarily inflectional" (Chomsky 2001: 2).
"The availability of variation [is restricted] to the possibilities which are offered by one single component: the inflectional component" (Borer 1984: 3).

A partir de esta conjetura, notamos que la variación paramétrica está restringida a dos grupos de elementos: al léxico y a la morfología flexional. Ahora bien, en relación a lo que nos interesa, que la variación paramétrica esté restringida a estos dos elementos, implica que hay otros que no están sujetos a variación.

En concreto, ¿es Ensamble uno de esos elementos invariante de la FL? A partir de lo mencionado brevemente líneas más arriba en (6) y (7), podemos deducir que Ensamble es uno de ellos: no es parte del léxico y tampoco forma parte de la morfología flexional (al menos no de su variación entre las lenguas), debido a que su función consiste en combinar los elementos (en el caso de Ensamble externo) o de combinar elementos al interior de la estructura que se construye (en el caso de Ensamble interno). Sin embargo, podemos ir un poco más allá y encontrar una afirmación, si se quiere tangencial, que se refiere a Ensamble desde la perspectiva que nos interesa:

"First, what operations enter into this component of CHL [the computational procedure for human language]? One is indispensable in some form for any language-like system: the operation Merge, which takes two syntactic objects (α, β) and forms K(α, β) from them. A second is an operation we can call Agree, which establishes a relation (agreement, Case checking) between an LI [lexical item] α and a feature F in some restricted search space (its domain). Unlike Merge, this operation is language-specific, never built into special-purpose symbolic systems and apparently without significant analogue elsewhere. We are therefore led to speculate that it relates to the design conditions for human language" (Chomsky 2001: 101).

De todo este texto, nos interesa, particularmente, que Chomsky, al tratar la cuestión de las operaciones que son necesarias para el buen funcionamiento de FL, menciona que Agree (Concordancia) se diferencia de Merge (Ensamble) en la medida en que la primera operación es específica de cada lengua, mientras que Ensamble, a diferencia de Concordancia, no lo es. De este modo, encontramos que Ensamble es una propiedad común a todas las lenguas, es decir, es una operación de FL (que se encarga de la combinatoria de los objetos sintácticos) que presenta las mismas características en todas ellas. Por consiguiente, Ensamble es uno de estos elementos invariantes de FL.

Para terminar este brevísimo apartado, acerquémonos a una propuesta, si se quiere, más radical en relación a la invariación de FL. Hacemos notar, sin embargo, que no hay un acuerdo al respecto, ya que, aunque la tendencia a que el número de parámetros debe ser lo más pequeño posible es aceptada por los lingüistas que trabajan en el marco de PM, al descender a los pormenores de dicha tendencia, las discrepancias aumentan. Volviendo a lo dicho al inicio del párrafo, tenemos, por ejemplo, la postura de Boeckx, quien postula lo siguiente:

"We are thus led to the assertion in Boeckx (In pressa) that narrow syntax is invariant (symmetric to variation). Not only don't we find good examples of syntactic parameters (Newmeyer (2005), Boeckx (In progress), among others), there cannot be any syntactic parameters if we adopt the minimalist idea that principles are not parametrizable (due to their natural law-like character) and the biolinguistically motivated ban on pre-syntactic embedding" (Boeckx 2010: 19).

Como podemos notar, la postura de Boeckx es bastante radical: no solo Ensamble es invariante, sino que toda FL presenta esta característica. Más aun, no solamente Ensamble no está sujeto a variación, sino que los principios sintácticos en general no están sujetos a variación paramétrica. Como él mismo menciona en su texto, esta es una posición radical, que ha sufrido muchas críticas, aunque también elogios (encubiertos, como él mismo menciona también). En consecuencia, encontramos que la tendencia a reducir los parámetros, mencionada anteriormente, puede tener una versión radical, que consiste en plantear que, simplemente, no existen.

En definitiva, más allá de adoptar una postura radical en relación a la invariación de FL y a la ausencia de parámetros en ella, nos interesa solamente dejar en claro que existe la tendencia a (al menos) reducir la variación al interior de FL lo más posible. Más aun, como hemos mencionado también, la operación Ensamble es uno de estos elementos que no varía en las lenguas, sino que forma parte de FL sin estar sujeta a ningún tipo de cambio. Ensamble es, en este sentido, parte de la arquitectura mental, esto es, ya está dado como parte del equipamiento con que el ser humano cuenta para situarse en el mundo.

Racionalismo en sentido estricto

En este punto, queremos abordar, propiamente, lo que planteábamos en el resumen: que Ensamble sea invariante implica un cambio en los presupuestos racionalistas de la gramática generativa; puesto que implica que no hace falta, en relación a la sintaxis, activar nada a través el input del entorno, ya que Ensamble es un mecanismo que no lo necesita para ponerse en acción. A partir de este cambio conceptual, el uso creativo del lenguaje puede entenderse en términos racionalistas en sentido estricto (en relación al problema de Descartes) y no hace falta plantear el paso de S(O) a S(S) en relación a Ensamble porque no hay parámetros que ajustar (en relación al Problema de Platón según P&P). Exploremos brevemente estas cuestiones.

En primer lugar, conviene que retomemos la cuestión vinculada a la relación entre las bases racionalistas y los modelos gramaticales dentro de la gramática generativa. Como mencionamos en el primer apartado, hasta antes de PM, esta relación era unidireccional, puesto que los modelos gramaticales se ajustaban a las bases filosóficas postuladas. Con PM, en cambio, consideramos que esta unidireccionalidad se convierte en bidireccionalidad. Al tratar de responder (4) y (5), es decir, al enfrentarse con la articulación de FL dentro de la arquitectura de la mente y al acercarse a la comprensión de su origen y evolución, estas bases filosóficas han tenido que ser reformuladas. Si nos centramos exclusivamente en Ensamble, que es lo que hemos trabajado con mayor detenimiento, notamos que al tratar de vincular a FL en el resto de la mente, la solución más simple (y, quizás, más ajustada a los descubrimientos en relación a los mecanismos mentales, según Boeckx (2010a)) al interior del modelo gramatical de PM consiste en plantear la invariación de FL en la medida de lo posible. Ahora bien, postular esta cuestión, aunque necesario, si se quiere, implica una modificación en el planteamiento filosófico tradicional: el racionalismo, según la tradición adoptada por la gramática generativa, implicaba la necesidad de la experiencia para desencadenar o activar ciertos mecanismos mentales fundamentales para la construcción de la cognición humana; sin embargo, nos topamos ahora con un mecanismo (Ensamble) que es ajeno completamente a un proceso de activación por medio de la experiencia y que, por ello, implica postular que en FL existe la posibilidad de la presencia de, al menos, un mecanismo computacional absolutamente innato. Conviene resaltar, asimismo, que postular la invariación al interior de FL es un presupuesto relativo a la construcción de un modelo de FL dentro de la arquitectura mental. Este cambio constituye, por consiguiente, el paso, desde nuestra perspectiva, a un racionalismo en sentido estricto. Así, al diseñar el modelo del conocimiento del lenguaje desde PM, se postula (al menos) un presupuesto para su construcción que implica un cambio en las bases racionalistas de la gramática generativa.

De este modo, nos encontramos ante un racionalismo reformulado al considerar el proyecto de PM. Antes de este, la gramática generativa, con Chomsky a la cabeza, actualizó la tradición racionalista sobre la base de una perspectiva mentalista-biologicista. En este sentido, además, esta corriente lingüística provocó una reconsideración en el siglo XX de la filosofía racionalista, desprestigiada grandemente por el relativismo y el empirismo, ligados a la lingüística estructuralista (norteamericana). Ahora bien, en la actualidad, consideramos que la gramática generativa no está solamente retomando y actualizando la tradición racionalista (si se quiere, ortodoxa), sino que la está reformulando desde una perspectiva nueva: al parecer, considerar que hay al menos un mecanismo al interior de FL que debe ser comprendido desde la óptica de un racionalismo en sentido estricto resulta apropiado.

Una vez discutido el cambio en relación al modo de comprender el vínculo existente entre bases filosóficas y modelos gramaticales en la gramática generativa, conviene que nos acerquemos al nuevo modo de abordar los problemas de Descartes y de Platón que surgen de este cambio. Por un lado, en relación al problema de Descartes, encontramos que la capacidad de hacer un uso creativo del lenguaje es absolutamente innata en el ser humano. Ensamble es el mecanismo computacional que hace del lenguaje recursivo, ya que constituye la operación que hace posible la combinatoria de elementos. Ahora bien, es importante mencionar que, desde una perspectiva minimista, la incapacidad de un niño para hacer uso del lenguaje no se debe a que dicho mecanismo necesite ser activado por la experiencia o sufrir algún tipo de cambio para ser utilizado, sino, más bien, a otras cuestiones de distinto tipo. Por ejemplo, podríamos tener, entre ellas, la necesidad de la maduración de los sistemas cognitivos que se relacionan con FL (ya sean los sistemas articulatorio-perceptual o conceptual-intencional, solo por mencionar aquellos planteados desde los inicios del PM). En este sentido, las restricciones para constatar la exteriorización del lenguaje no se deben, en sí mismas, al mecanismo computacional invariante que forma parte de FL, sino a otros motivos.

Ahora bien, ¿qué implica este modo de entender la recursividad lingüística? Pues bien, implica un nuevo modo de entender el problema de Descartes. Si bien es cierto que la solución es la misma (a saber, la capacidad de hacer un uso creativo del lenguaje, esto es, de producir y comprender enunciados nuevos sin necesidad de haberlos escuchado anteriormente), el modo de llegar a esta solución es radicalmente distinto. En este punto es donde encontramos la relación con lo mencionado al inicio de esta sección: el racionalismo implica, normalmente, un proceso (o un momento, al menos) de activación de alguna facultad mental por medio de la experiencia; sin embargo, desde la perspectiva de Ensamble, no hay ningún proceso de activación, sino que, más bien, el mecanismo computacional que hace posible la recursividad lingüística es innato en sentido absoluto, por lo que no necesita ser activado por medio de la experiencia. Por consiguiente, desde una perspectiva minimista, el problema de Descartes encuentra una solución satisfactoria; no obstante, el modo de abordarlo es sustancialmente distinto al pasado: ahora la experiencia no juega ningún rol en su activación.

Por otro lado, en relación al problema de Platón, la cuestión es un poco más radical incluso. Como hemos visto, Ensamble es el mecanismo computacional que se encarga de la combinatoria de elementos al interior de FL. El problema de Platón, como mencionamos anteriormente, es el problema de la pobreza de estímulo, es decir, de cómo los niños adquieren un conocimiento tan grande a partir de una evidencia tan pobre. Este fue comprendido como el paso de S(O) a S(S), esto es, el input lingüístico juega un rol en la determinación de los pormenores del conocimiento lingüístico, entendido, en P&P, en relación al ajuste de parámetros. Como trabajamos en el apartado anterior, la tendencia en PM es a reducir los parámetros, además de situarlos exclusivamente a dos áreas: el léxico y la morfología flexional. En este sentido, hay un cambio en el modo de abordar el problema de Platón. Al limitar los ámbitos de la variación paramétrica, en relación a Ensamble, el problema de Platón adquiere una dimensión completamente diferente, debido a que se convierte en un seudo-problema ya que el paso de S(O) a S(S), simplemente, no tiene lugar: el input no es relevante para Ensamble, puesto que este, como mencionamos anteriormente, es absolutamente innato y no necesita ser activado. Así, en relación a Ensamble, el problema de Platón es inexistente.

A partir de lo dicho en el párrafo anterior, notamos que el problema de Platón es abordado de un modo diferente. A diferencia de lo que ocurría en relación al problema de Descartes, en este caso, no se le da una solución al mismo planteamiento inicial. Conviene distinguir, desde la óptica de PM, aquellos elementos que están sujetos a variación de aquellos que no lo están, ya que para aquellos componentes que son invariantes el problema de Platón no existe. De este modo, este problema adquiere un nuevo lugar dentro de la gramática generativa: ya no afecta a todos los elementos de FL, sino que se hace necesario distinguir los lugares (o las instancias) en los que plantearlo es pertinente. Así, al igual que con el problema de Descartes, la cuestión de la invariación (y del racionalismo en sentido estricto) al interior de FL implica un nuevo modo de entender el problema de Platón.

En definitiva, que Ensamble sea un mecanismo computacional invariante implica un nuevo modo de abordar los problemas de Descartes y de Platón. Ahora bien, a este nuevo modo de comprensión subyace un cambio en la manera de articularse la relación entre presupuestos filosóficos y modelos gramaticales en la gramática generativa: considerar a Ensamble como mecanismo invariante hace que el racionalismo tradicional se convierta (al menos en relación a este mecanismo computacional) en racionalismo en sentido estricto. Sobre la base de esta perspectiva, la posibilidad de hacer un uso creativo del lenguaje no requiere la activación por medio de la experiencia del mecanismo que lo hace posible y el problema de Platón es un seudo-problema en relación a Ensamble, puesto que no es necesario plantear el paso de S(O) a S(S) precisamente por ser invariante.

Conclusión

Al concluir el texto, recapitulemos brevemente los principales puntos trabajados. En primer lugar, abordamos la relación entre los presupuestos filosóficos y los modelos gramaticales al interior de la gramática generativa desde la perspectiva de que los segundos podían cambiar sin que ello implicara una modificación de los primeros. Al respecto, trabajamos el paso de TEE a P&P y cómo este segundo modelo tenía un mayor poder explicativo que el primero sin reformular las bases filosóficas. De este modo, se mantuvo una relación de carácter unidireccional entre las bases filosóficas y los modelos gramaticales.

Sin embargo, consideramos que esta tendencia se mantuvo desde los inicios de la gramática generativa hasta llegar al PM, en el cual, al enfrentarse con el problema de articular FL en la arquitectura de la mente, nos topamos con un cambio en ella. Al respecto, nos aproximamos al mecanismo computacional Ensamble, que es invariante. Para ello, acudimos a Chomsky, quien postula que la variación en el lenguaje se limita al léxico y a una porción de la morfología flexional. A su vez, revisamos la postura de Boeck, quien postula que FL es absolutamente invariante. En síntesis, Ensamble es un mecanismo computacional invariante que forma parte del equipamiento mental humano.

Ahora bien, que Ensamble sea un mecanismo computacional invariante implica un cambio en la manera de articularse la relación entre presupuestos filosóficos y modelos gramaticales en la gramática generativa: considerar a Ensamble como mecanismo invariante hace que el racionalismo tradicional se convierta (al menos en relación a este mecanismo computacional) en racionalismo en sentido estricto. Sobre esta base, la posibilidad de hacer un uso creativo del lenguaje no requiere la activación de Ensamble por medio de la experiencia del mecanismo y el problema de Platón se convierte en un seudo-problema en relación a Ensamble, puesto que no es necesario plantear el paso de S(O) a S(S).

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2008 "Two kinds of variation in a Minimalist System". En: HECK, Fabian, Gereon MÜLLER y Jochen TROMMER (editores). Varieties of Competition. Leipzig: Universität Leipzig, pp. 133-162.

PINKER, Steven
1994 The Language Instinct: How the Mind Creates Language. Nueva York: Harper Collins.

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SEUREN, Pieter
2004 Chomsky's Minimalism. Oxford: Oxford University Press.

SPADE, Paul Vincent (editor)
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WEBELHUTH, Gert (editor)
1995 Government and Binding Theory and the Minimalist Program. Principles and Parameters in Syntactic Theory. Oxford: Blackwell.


Entendidos como modelos del conocimiento lingüístico de los hablantes, diseñados por la teoría lingüística.
No se puede dejar de mencionar que Humbolt juega también un rol importante en la concepción chomskyana del lenguaje. No obstante, no lo incorporamos en nuestra lista porque pertenece a otra época y tiene otra ideología (romántica).
La experiencia cumple el rol de activar (trigger) los mecanismos innatos.
Aunque sería posible, en este punto, establecer toda una polémica en torno a esta noción mente/cerebro, no nos detendremos en ella.
Esta pregunta nunca ha sido el interés principal de Chomsky. No obstante, se ha pronunciado sobre ella en algunas ocasiones, por ejemplo, en Chomsky (1976 [1965] y 2002).
Normalmente llamado pobreza de estímulo.
Podrían ser mencionados otros; sin embargo, nos limitamos a los dos que mencionaremos porque son los que nos interesan directamente para sustentar nuestra hipótesis de trabajo. Asumimos, además, que todo modelo gramatical está sujeto a ser contrastado con evidencia empírica, aunque no lo abordamos directamente, ya que no está relacionado directamente con el tema que trabajamos. En último término, este es el criterio que puede validar la verdad o falsedad de un modelo gramatical.
O la tradicionalmente llamada "infinitud discreta" ("discrete infinity"). En este sentido, además, es que se entiende que el lenguaje es recursivo.
A menos de que haya algún motivo de mayor envergadura (por ejemplo, algún tipo de evidencia empírica) que haga cambiar de opinión en algún caso específico.
Aunque las diferencias son varias y podría escribirse mucho más al respecto, nos limitaremos a abordar los aspectos que son relevantes para nuestro objetivo en esta sección. Por ello, no ahondaremos en los pormenores de los modelos gramaticales que serán mencionados.
Conviene mencionar, en este punto, que los modelos gramaticales en la gramática generativa no se limitan a responder la(s) pregunta(s) para la(s) que fueron pensados, sino que le dan respuesta también a las preguntas planteadas anteriormente, para las cuales se construyeron otros modelos gramaticales. Así, aunque P&P haya sido diseñado pensando en la pregunta (2), una respuesta satisfactoria a esta pregunta incluye necesariamente la resolución de la pregunta (1).
Por poner un ejemplo, Chomsky concebía la idea de que el origen de la sintaxis estaba ligado a una reorganización del cerebro desde los inicios de sus investigaciones. En la actualidad, dicha intuición, en su opinión, se ha visto confirmada y adquirido la forma del origen de la sintaxis por exaptación.
No es nuestra intención armar una polémica al respecto ni tomar partido de si el modelo gramatical del PM es mejor o peor que el de P&P. Para comprender este proceso y revisar P&P desde una perspectiva minimista en un solo texto, el lector interesado puede revisar Hornstein, Nunes y Grohmann (2005).
Al decir cambio, no queremos entrar en conflicto con el tema de si PM es o no una continuación de P&P, ya que no es nuestro interés en este momento. Al igual que en el paso de TEE a P&P, es posible detectar continuidades y discontinuidades en relación a los distintos modelos gramaticales.
Al respecto, se encuentran casos de trastornos del lenguaje transmitidos de manera hereditaria (Cfr. Pinker y Bloom 1990, por ejemplo).
Solo por mencionar un estudio reciente en relación a este tema, en el que se plantea que Ensamble sí está sujeto a (micro)variación (postura que es contraria a aquella trabajada en este apartado a partir de lo dicho por Chomsky), remitimos al lector a Richards (2008).
En este punto, remito al lector al artículo citado de Boeckx si desea descender a los detalles de los elementos que el autor atribuye a FL.
Aunque nos estemos centrando en la teoría lingüística, no podemos dejar de mencionar que este cambio en las bases racionalistas son de gran alcance. Desde sus primeros escritos, Chomsky postula que el lenguaje es una puerta que nos permite acceder a una teoría general del conocimiento. Desde esta perspectiva, consideramos que el cambio postulado puede ser vinculado con la arquitectura mental en general: que existan elementos absolutamente innatos en FL abre la posibilidad de que existen elementos de este mismo tipo en otros componentes (o módulos) de la mente.

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