HISPANIA AND SARDINIA: 398. A propósito de un nuevo pedestal ecuestre, AEp 2009, 652, hallado recientemente en Valencia: consideraciones sobre los Allii de Turris Libisonis, Epigraphica, LXXVII, 2015,1-2, pp. 271-283.

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Descripción

PERIODICO INTERNAZIONALE DI EPIGRAFIA LXXVII, 1-2

2015

FRATELLI LEGA EDITORI FAENZA

MARC MAYER I OLIVÉ

A PROPÓSITO DE UN NUEVO PEDESTAL ECUESTRE, AEp 2009, 652, HALLADO RECIENTEMENTE EN VALENCIA. CONSIDERACIONES SOBRE LOS ALLII DE TURRIS LIBISONIS

Abstract The pedestal of an equestrian statue, found in Valencia and recent and carefully published, mentions a Marcus Allius Avitus that could have relationship to the Allii of Turris Libisonis, Porto Torres, in Sardinia. Key words: Epigraphy, Roman Sardinia, Valentia, Roman History, Seaborne Trade.

Resumen El pedestal de una estatua ecuestre hallado en Valencia y reciente y cuidadosamente publicado, menciona un Marcus Allius Avitus que podría estar relacionado con los Allii de Turris Libisonis, Porto Torres, en Cerdeña. Palabras clave: Epigrafía, Cerdeña romana, Valentia, Historia de Roma, comercio marítimo.

La nueva publicación (1), reciente y bien documentada, de un pedestal de estatua ecuestre de la Valentia romana, despertará sin duda un renovado interés por el contenido de su epígrafe, por

(1) La inscripción fue publicada por primera vez por J. Corell, en la segunda edición corregida y aumentada de Inscripcions romanes del País Valencià. V. (Valentia i el seu territorio), València 2009, (Fonts històriques valencianes), núm. 26 a, pp. 82-83, que señalaba la singularidad que fuera erigida por los veterani et veteres ex decreto decurionum, lo cual no es en modo alguno habitual, e indica que por la tribu Collina se debió tratar de un forastero y propone: «No seria d’extranyar que aquest fóra un avantpassat del senador Allius Maximus que dedica un pedestal a l’emperador Probus», evidentemente difícilmente puede llegarse a esta última ilación, ya que Allius Maximus fue legatus iuridicus de la provincia Hispania Tarraconensis y como tal erigió en Valentia una estatua a Probo en el año 280, (CIL II, 3738 = ILS 597 = CIL II2, 14, 20). Sobre el pedestal de Allius Maximus cf. G. ALFÖLDY, Bildprogramme in den römischen Städten des conventus Tarraconensis-Das Zeugnis der Statuenpostamente, «Revista de la Universidad Complutense», 118, 1979 (Homenaje a García Bellido IV), pp. 177-276, núm. 275, p. 272; además, ID. Fasti

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Fig. 1.

Fig. 2.

nuestra parte remitimos a este último estudio para la cuidadosa descripción de la pieza cuyo texto reza así (2) (Fig. 1): M(arco)·Allio / M(arci)·f(ilio). Col(lina tribu) / Avito / Valentini / veterani / et·veteres / ex·d(ecurionum)·d(ecreto). Hispanienses. Senatorische Reichsbeamte und Offiziere des römischen Reiches von Augustus bis Diokletian, Wiesbaden 1969, pp. 113 y 240, esp. nota 204, donde plantea la posibilidad de que fuera hispano, sobre CIL II, 724 y 5332 de Norba y de Collipo respectivamente; sobre el origen hispano del personaje, reiterado también por J. CORELL, Inscripcions, cit., núm 25, p. 81, no creemos que tengamos datos suficientes para afirmarlo. (2) F. ARASA GIL, Un pedestal eqüestre del forum de Valentia, «Saguntum», 44, 2012, pp. 197-202 (HEp 18, 453), con una precisa y detallada exposición de los datos arqueológicos del hallazgo en la zona situada en el lado este del foro romano de Valentia; la inscripción parece ser de la caliza conocida como «pedra de Godella»; las dimensiones son 76×44×(111), el campo epigráfico es de 62,5×31,5 y las letras tiene una altura entre 5,8 y 4 cm., cf. ibidem, pp. 197-198. Agradezco al colega y amigo Ferràn Arasa el haberme cedido la fotografía (fig. 1) que ilustra este trabajo.

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Nuestro interés por el personaje radica en el hecho de su tribu Collina (3) que despierta ciertamente un interés que no ha escapado a la sagacidad de su primer editor, el qual propone paralelos onomásticos y recoge la mención epigráfica de dicha tribu en al epigrafía de Valentia y su zona inmedita. No ha dejado de notar F. Arasa que puede resultar significativa la presencia en Turris Libisonis, Porto Torres, en Sardinia, de un M. Allius Q. f. Co[l(lina)]Celer, AEp 1988, 662, al que tuve ocasión de hacer referencia desde estas mismas páginas (4). Descarta, sin embargo, Arasa una posible vinculación entre ambos personajes por la distancia cronológica que supone entre los dos documentos epigráficos (5), el sardo y el valenciano, hecho que le conduce, prudentemente, a limitarse a suponer y proponer una simple concomitancia onomástica del nomen. Juega, justificadamente, un papel de gran importancia en el razonamiento de F. Arasa la presencia, como dedicantes, en el pedestal de Valentia, de los Valentini veterani et veteres (6), cuya mención epigráfica, incluso datando el pedestal del primer tercio del siglo II d.C., sería cronológicamente la primera, dado que los demás ejemplos epigráficos son datados en el siglo III (7). La significación que reviste la presencia del pedestal de una estatua ecuestre (8), excepcional en Valencia, es destacada también en el (3) J. W. KUBITSCHEK, Imperium Romanum tributim descriptum, Prag, Wien, Leipzig 1889, pp. 127-128, para el problema de Turris Libisonis y su no adscripción a la Collina; R. WIEGELS, Die Tribusinschriften des römischen Hispanien. Ein Katalog, Berlin 1985 (Madrider Forschungen 13), esp. indices pp. 159-168, nos muestra cómo, tal como era esperable, ninguna comunidad hispánica pertenece a la tribu Collina. (4) M. MAYER, Q(ui) a(mpliationem... rei p(ublicae) intulit en CIL X, 7954?, «Epigraphica», 70, 2008, pp. 347-351, esp. pp. 350-351 y nota 12. (5) Cf. ARASA I GIL, Un pedestal, cit., p. 197, donde precisa que fue hallada entre los restos de un derrumbe de sillares del siglo V en la zona de la basílica. Situada al sur de la plaza porticada que fue derribada en el siglo III d.C. Los monumentos correspondientes a un tipo parecido, estatuas pedestres solamente, conocidos en Valentia datan entre los siglos I y IIId.C. y se elevan al número de 27 ejemplares, cf. ibidem, p. 200, donde la paleografía y la forma del monumento inducen al autor a datar el pedestal en época «flàvio-antonina», posiblemente del primer tercio del siglo II. (6) Cf. G. PEREIRA MENAUT, Valentini veterani et veteres. Una nota, «APL», 17, 1987, pp. 337-340 (Homenaje a Domingo Fletcher, vol. I). Además, A.U. STYLOW, Die Accitani veteres und die Kolonie Iulia Gemella Acci. Zum Problem von veteres, Alt-Stadt und Kolonie in der Hispania Ulterior, «Chiron», 30, 2000, pp. 775-806, especialmente pp. 802-806 y nota 126, y también CORELL, Inscripcions cit., pp. 28-30. (7) Cf. ARASA I GIL, Un pedestal, cit., p. 200. (8) Cf. en general para este tipo de pedestales, J. BERGEMANN, Römische Reiterstatuen. Ehrendenkmäler im öffentlichen Bereich, Mainz 1990 (Beiträge zur Erschließung hellenistischer und kaiserzeitlicher Skulptur und Architektur, 11), esp. pp. 119-155, para el catálogo epigráfico donde se recogen algunos paralelos para el tipo de pedestales al que pertenece el ejemplar de Valentia, cf. E26, lám 96, por mencionar sólo un ejemplo. ARASA I GIL, Un pedestal, cit., p. 200,

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análisis del autor, que se hace eco de los últimos hallazgos hispanos publicados de este tipo de monumentos (9). La conclusión final a la que llega F. Arasa es que se trataría muy probablemente pedestal correspondiente a una estatua de un notable local, quizás un patronus del ordo equester (10). Ya el comentario de AEp 2009 652 hacía notar, al comentar la primera noticia de la pieza a cargo de J. Corell, que se trataba de un personaje con un origen externo a la Península Ibérica, opinión con la cual coincidimos y que nos ha llevado a la redacción de estas líneas. Por otra parte, si atendemos a la posible categoría social del personaje, no resulta, a la vista de los datos que poseemos, automática la suposición de que el tributo de una estatua ecuestre implica la pertenencia al ordo equester del recipiendario de tal honor (11). La voluntad de dar un relieve importante a un notable sería motivo suficiente en ámbito ciudadano para otorgar este honor, que probablemente necesitaba, en este caso, un especial consenso de ordo u ordines, en el caso de Valentia, locales, quizás de aquí la redundancia de la mención de los Valentini veterani et veteres y del decreto de los decuriones al respecto. Deberemos volver, en consecuencia, a insistir en el origen foráneo de Marcus Allius Avitus y a reconsiderar la posible relación con Sardinia de este personaje que seguramente deberemos considerar originario de Turris Libisonis, Porto Torres y no de la propia Valentia, como se ha pretendido. señala que en la zona valenciano sólo se conocen ejemplares en Saguntum y Saetabis. Son, sin embargo, este tipo de pedestales relativamente frecuentes en la capital provincial, Tarraco, desde donde se debe extender el ejmplo a toda la Hispania citerior, como tenemos documentado en buen número de casos. Para la tipología tarraconense, cf. el válido comentario al respecto de G. ALFÖLDY, Die römischen Inschriften von Tarraco, Berlin 1975 (Madrider Forschungen, 10), pp. 473-476, esp. p. 474. (9) Así, J.M. ABASCAL, Pedestal ecuestre para C. Laetilius M. f. en Carthago Nova (Hispania Citerior), «Mastia», 8, 2009, pp. 103-113, donde presenta un ejemplar quizás algo más antiguo del que nos ocupa y dedicado a un personaje que sólo fue magistrado municipal, relacionado con otro del mismo tipo que se data a mediados del s. II d.C.; A.U. STYLOW, Ein neuer Statthalter der Baetica und frühe Reiterstatuenpostamente in Hispanien, en M.L. Caldelli, G.L. Gregori, S. e Orlandi, eds., Epigrafia 2006. Atti della XIV Rencontre sur l’épigraphie in onore di Silvio Panciera con altri contributi di colleghi, allievi e collaboratori, Roma 2008 (Tituli, 9), pp. 1051-1062, con excelentes fotografías de pedestales de una cronología más antigua del que nos ocupa, aunque el de la porticus post scaenam del teatro de Italica, AEp 1985, 550, por obra de una privada puede tener un cierto paralelismo cronológico, cf. ibidem, p. 1058 y nota 41. (10) ARASA I GIL, Un pedestal, cit., pp. 199 y 201. (11) Basta examinar los ejemplos del catálogo epigráfico de BERGEMANN, Römische Reiterstatuen, cit., pp. 119-155; o bien H. VON ROQUES DE MAUMONT, Inschriftlich bezeugte Reiterstandbilder der römischen Kaiserzeit”, en E. Homann-Wedeking, B. Segall, eds., Festschrift Eugen v. Mercklin, Waldsassen 1964, pp. 122-130, esp. pp. 123-129, donde resulta evidente que las estatuas ecuestres no siempre responden a una clase social ecuestre.

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Repasemos para ello en primer lugar los datos que poseemos sobre los Allii de Porto Torres (12) y sobre la tribu Collina en esta misma ciudad (13). La familia Allia en Turris Libisonis asciende al más alto grado de las magistraturas ciudadanas de la ciudad, pero no conocemos cómo y en qué momento pudo desarrollarse posteriormente la promoción de la misma. Si la relación con el personaje documentado en Valentia fuera cierta, nos hallaríamos ante el hecho de que uno de sus miembros pudiera haber ya alcanzado el ordo equester en el primer tercio del siglo II d. C., como podría parecer desprenderse de la naturaleza del pedestal, y sería, por lo tanto, éste el primer caso documentado para la familia, en el caso de que aceptáramos esta interpretación, que como hemos notado no resulta en modo alguno automática. Evidentemente el hecho de la promoción al ordo equester en una familia de notables locales no sería nada extraño, y, además, hemos que tener en cuenta que parece pertenecer a la misma familia verosímilmente el praefectus de la cohors I Augusta praetoria

(12) S. PANCIERA, M. Allio Celer, magistrato della colonia, en A. Boninu, R. D’Oriano, A. Mastino, S. Panciera, M. Ch. Satta, con il contributo di F. Guido e C. Tuveri, Turris Libisonis. La necropoli meridionale o di San Gavino, Intervento di scavo 1979-1980, Sassari 1987, (Quaderni, 16), pp. 37-51, ahora en S. Panciera, Epigrafi, epigrafia, epigrafisti. Scritti vari editi e inediti (1956-2005) con note complementarie e indici, Roma 2006 (Vetera 10), pp. 835-847) para AEp 1988, 662, ILSard. I, 224, 238 bis y 243. Además, MAYER, Q(ui) a(mpliationem), cit., pp. 350-351 y nota 12. (13) Cf. A. MASTINO, capítulo La tribù Collina, en A. Mastino, C. Vismara, Turris Libisonis, Sassari 1994 (Sardegna Archeologica. Guide e Itinerari, 23), pp. 16-20, Mastino, concluye siguiendo a S. Panciera, que la tribu Collina habría suplantado a la original de Turris Libisonis al tratarse de la tribu personal del grupo más activo de ciudadanos, ya que al tratarse de una tribu urbana dificilmente podría haber sido la original de la ciudad, evidentemente la Collina no se limita a los Allii, sino que está presente en la onomástica de otros ciudadanos. Además MASTINO, Popolazione, cit., pp. 40 y 42-43. P. MELONI, Turris Libisonis romana alla luce delle iscrizioni, «Epigraphica», 11, 1949, pp. 88-114, esp. pp. 93 y 108-109, cree por su parte que la tribu Collina es propiamente la de Turris Libisonis sirviéndose como base del Pro Milone de Cicerón, 9, 25, donde indica que en elsiglo I a.C fueron inscritos los ciudadanos más humildes en dicha tribu, de lo que deduce que no se trataría de una colonia militar, sino de una de gente humilde que sobraba en la metrópoli y también de libertos, como muchas fundaciones cesarianas. El pasaje de Cicerón tantas veces aducido reza como sigue: Convocabat tribus, se interponebat, Collinam novam dilectu perditissimorum civium conscribebat, referido a la actuación de Publio Clodio, citamos según la edición de A.C. CLARK, M. Tulli Ciceronis orationes, vol. VI, Pro Milone, Pro Marcello, Pro Ligario, Pro rege Deiotaro, Philippicae I-XIV, Oxford 1900; cf. ahora A. FERRARO, V. GORLA, Le tribù urbane. Verifica della loro composizione sociale sulla base della documentazione epigráfica, en M. e Silvestrini, ed., Le tribù romane. Atti della XV Rencontre sur l’épigraphie (Bari 8-10 ottobre 2009), Bari 2010, pp. 341-347, esp. pp. 344-345 sobre la tribu Collina a cargo de A. Ferraro, que insiste correctamente sobre lo ya adquirido por G. Forni sobre la presencia de Spuri fili y de libertos. El carácter del texto de Cicerón en un tono de invectiva contra Clodio en su defensa de Milón pone en entredicho el aserto que persigue más el aptum que el verum, en cuanto concierne a los cives perditissimi.

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Lusitanorum equitata recordado por dos papiros del año 154 d.C. en Egipto (14). Si el paso al ordo equester parece no constituir, en todo caso, un problema relevante, podemos, en cambio, preguntarnos por la razón o razones que condujeron a la erección de la estatua ecuestre a Allius Avitus en el foro de Valentia por parte del conjunto de sus ciudadanos. El motivo no explicitado por la inscripción debió de ser obvio para todo el mundo y se trata sin duda del premio de un acto más o menos continuado de evergetismo, de indulgentia y generosidad, en relación con la ciudad, incluso en el caso de que se tratara de un funcionario ecuestre, de quien hay que pensar, no obstante, que razonablemente habría constado el cursus, o bien se habría mencionado el cargo más alto alcanzado o aquel en función del cual habría podido favorecer a la ciudad. El escueto texto de la inscripción nos hace pensar en que la estatua es consecuencia de un acto privado por parte del homenajeado, independientemente de cualquier función. Si consideramos que se trata de un beneficio privado el llevado a cabo por Allius, podemos razonablemente suponer que se trataba de un individuo con gran capacidad económica y con intereses en la ciudad: las estatuas ecuestres son un símbolo de poder económico claro (15). Aunque generalmente la estatua ecuestre se reservaba al ordo de los caballeros, este hecho seguramente no responde más que a un uso y no a una norma estricta, por lo que toda deducción en tal sentido es probable, pero dista mucho de ser segura. Como veremos este hecho tendría especial significado para el estudio de su posible familia en su lugar de origen. Si se trata de un sardo de Turris Libisonis, como nos parece poder proponer, su riqueza podría depender del comercio y ser uno de los que financiaban o participaban en el comercio de los naviculari Turritani que aparecen mencionados en los mosaicos del foro de las corporaciones en Ostia (16). Un armador con inte(14) Véase más adelante la nota 25. (15) VON ROQUES DE MAUMONT, Inschriftlich bezeugte Reiterstandbilder, cit., p. 122. (16) CIL XIV, 4549, 19; MELONI, Turris Libisonis romana, cit., pp. 99-101, sobre las relaciones con Ostia y la presencia de navicularii, considerando importante la mención en CIL XIV, 4142 = ILS 6140 de un dominus de naves Sardorum en Ostia. Véase ahora por ejemplo T. TERPSTRA, Trading Communities in the Roman World, A Micro-Econmic and Institutional Perspective, Leiden, Boston 2013 (Columbia Studies in the Classical Tradition, 37), pp. 100-112, esp. p. 110 para el comercio entre Ostia, Caralis y Turris Libisonis; para el comercio entre Africa, especialmente Hippo Regius y Ostia, pp. 118-120, el autor tiene también en consideración CIL XIV, 4142, que recuerda a un armador o propietario de naves Afrae y Sardae. Hemos de observar que

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reses en la ciudad pudo aportar a ésta importantes beneficios, que le fueron agradecidos en forma de un homenaje escultórico en el foro del cual conservamos solo una parte del pedestal tripartito. Justificaría esto el hecho de que aparezca sólamente la fórmula onomástica del personaje y la mención de los dedicantes, la forma del monumento implicaría su condición social y en la mente de todos estaba la motivación del mismo. No podemos descartar que Allius residiera de forma permanente en Valentia, pero creemos probable en todo caso que mantuviera su vinculación con Turris Libisonis, su patria de origen. Seguramente el monumento probaria también su potencia financiera y su control de una parte importante del comercio marítimo de Valentia, si descartamos, como nos parece evidente que se debe hacer en función de las características del epígrafe, que se trate de un funcionario ecuestre. El puerto de Turris Libisonis jugó sin duda un papel de primer orden para el comercio de toda la isla (17). Además la curatela o procuratela de la ripa Turritana debió tener sin duda su sede en la ciudad (18), y el hallazgo reciente de lo que parece la placa de inmunidad de una nave propiedad de la virgo Vestalis maxima Flavia Publicia nos permite ver quizás la continuidad de un vivo intercambio comercial en el siglo III (19), que, por otra parte, resulta indudable a la vista de los datos materiales arqueológicos. Desde el punto de vista de Turris Libisonis el M. Allius Avitus del pedestal de Valentia podría documentarnos el paso al ordo equester de los Allii, como ya hemos señalado, de los que sólo teníamos constancia en su propia ciudad de que habían alcanzado el grado máximo de duovir quinquennalis en la persona de M. Allius

la inscripción aducida recuerda en realidad a un patronus corporis curatorum navium marinarum, un mercator frumentarius que es honrado por los domini de naves africanas y sardas, ya que el la inscripción reza, en la parte que nos concierne, en la forma siguiente: M(arco) Iunio M(arci) f(ilio) Pal(atina) / Fausto / decurioni adlecto / flamini divi Titi duumviro / mercatori frumentario / q(uaestori) aerari flamini Romae / et Aug(ustorum) patrono cor[p(orum, o -oris)] / curatorum navium marinar[um] / domini navium Afrarum / universarum item / Sardorum. Cf. además R. MEIGGS, Roman Ostia, Oxford 1973 (1a ed. 1960), p. 209. (17) Cf. por ejemplo F. VILLEDIEU, Turris Libisonis. Fouille d’un site romain tardif à Porto Torres, Sardaigne, Oxford 1984 (BAR Int. Ser. 224), p. 7. (18) AEp 1904, 212. Cf. MELONI, Turris Libisonis romana, cit., pp. 98-99; G. SOTGIU, Iscrizioni latine della Sardegna (Supplemento al Corpus iInscriptionum Latinarum, X e all’Ephemeris Epigraphica, VIII), Padova 1961 (Pubblicazioni della Deputazione di storia patria per la Sardegna) (= ILSard.), núm. 245, p. 165. (19) MAYER, Els afers d’una virgo Vestalis maxima del segle III d.C.: Flàvia Publícia, «Studia Philologica Valentina», 13, n.s. 10, 2011, pp. 141-157; ID., Sobre la posible presencia de una embarcación, cynbus Portensis, de la virgo Vestalis maxima Flavia Publicia en Porto Torres, en A. Mastino, P.G. Spanu, R. Zucca, eds., Tharros Felix, 5, Roma 2013, pp. 471-479.

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Celer, que fue también augur y ejerció al menos tres flaminatos, una carrera que se ha propuesto que se desarrollara entre el período flavio y el reinado de Trajano (20), para lo que se había tomado como indicio la reconstrucción en la ultima línea conservada de un flaminato divi Nerva]e, cuando quizás sería más probable, y acorde con la facies de la inscripción, un flaminato provincial, es decir provinciae Sardiniae, en cualquiera de sus posibilidades teniendo en cuenta además el espacio disponible en la reconstrucción del texto (21). Otro miembro de la familia, Q.Allius Q. f. Col(lina tribus) Pudentillus sumó a los títulos de la familia de nuevo el augurado local, augur, hecho que fue celebrado por las curiae XXIII, y los ministri Larum Augustorum, como precisó P. Meloni (22), o bien forzando la interpretación fue el mismo augur curiae XXIII y quizás, incluso, minister Larum Augustorum, aunque la primera solución sea la más simple y probable (23). La inscripción está grabada en un pedestal de estatua datado a mediados del siglo II d.C. (24), ya que se consideró que se trataba del mismo personaje que el Allius Pudentillus, praefectus de la cohors I Augusta praetoria Lusitanorum equitata, documentado por dos papiros egipcios antes del 22 de abril del 154 d.C. (25). En los (20) AEp 1988, 662; ILSard. 342, p. 224 y A. Boninu, M. Le Glay, A. Mastino (eds.), Turris Libisonis colonia Iulia, Sassari 1984, núm. 16, p. 102 y lám. XVI (A. Mastino). La inscripción ha sido completada en su parte derecha por un nuevo fragmento, hallado de forma indudable en Porto Torres cf. PANCIERA, M. Allio Celer, cit., pp. 38-39 y lám. X, Cf. además R. ZUCCA, Il decoro urbano delle civitates Sardiniae et Corsicae: il contributo delle fonti letterarie ed epigrafiche, en A. Mastino, P. Ruggeri, eds., L’Africa Romana. Atti del X convegno di studio, Oristano, 11-13 dicembre 1992, Sassari 1994, pp. 857-935, esp. pp. 901-908, para Turris Libisonis, y pp. 903 y 907, núm. 117, que la data en el reinado de Marco Aurelio y Lucio Vero. (21) Para los flaminatos es indispensable referirse a M.S. BASSIGNANO, Il flaminato delle provincia romane dell’Africa, Roma 1974 (Università degli studi di Padova. Pubblicazioni dell’Istituto di storia antica, XI), cf. índices pp. 424-426, para los sacerdocios, además cf. R. ÉTIENNE, Le culte impérial dans la Péninsule ibérique d’Auguste à Diocletien, Paris 1958, reimpr. 1974 (BEFAR, 191), pp. 197-283, esp. p. 198 y nota 5, para los augures. (22) MELONI, Turris Libisonis romana, cit., pp. 107, 109-110 y 113-114. (23) ZUCCA, Il decoro urbano, cit., pp. 857-935, esp. pp. 901-908, para Turris Libisonis, y concretamente p. 903 y nota 266, para la inscripción de Pudentillus que este estudioso considera dedicada por las curiae y los ministri. Sobre el número de curiae ya el propio R. Zucca remite a F. JACQUES, Les cités de l’Occident romain, Du Ier siècle avant J.-C. au IVe siècle après J.-C., Paris 1990 (La roue à libres. Documents), p. 94, donde indica que es dificil explicar la existencia de 23 curias en la ciudad, cuando el máximo legal parecen ser once, aunque en el caso de Lilybaeum sean doce las tribus en aquel caso, ya que las tribus se dan en algunas fundaciones, pero las curias son lo más frecuente y el caso de Turris Libisonis, quizás 24 curiae, aparece como excepcional. La enorme pertica que puede suponerse a esta colonia en la isla podría darnos, quizás, una explicación, dado que las curias como las tribus rústicas en Roma podrían comprender distintas zonas de su ager. (24) CIL X, 7953 = ILS 6766: Q(uinto) Allio Q(uinti) f(ilio) Col(lina) / Pudentillo / auguri / curiae XXIII et / ministr[i] Larum / Aug(ustorum) ex aere collato; cf. A. Boninu, M. Le Glay, A. Mastino, Turris Libisonis, cit., núm. 1, p. 87 y lám I (A. Mastino). (25) Cf. A. MASTINO, Popolazione e classi sociali a Turris Libisonis: i legami con Ostia” en

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últimos tiempos se ha revisado esta suposición a raíz de una nueva lectura de la documentación, el pridianum de la cohors I Lusitanorum, fundamentalmente por parte de H. Devijver, que propone una origo diversa para el personaje, ya que ésta figura mencionada explícitamente en el documento, a diferencia de cuanto se había leído hasta aquel momento, que podía hacer suponer una identidad entre ambos personajes (26). Además, como ya sospechó S. Panciera (27), hay que insistir en que el Pudentillus atestiguado en Turris Libisonis es bastante anterior, a partir de la facies de su monumento epigráfico. Hay que descartar por lo tanto cualquier relación más allá de la homonimia entre ambos personajes e incluso no resultaría siquiera prudente proponer un remoto origen de

A. Boninu, M. Le Glay, A. Mastino, Turris Libisonis, cit., pp. 37-104, esp. 40 y nota 9. Un Allius Pudentillus es recordado también en el pridianum de la cohors I Lusitanorum del 156 d.C., así, Th. MOMMSEN, Observationes epigraphicae. XLIX. Laterculus cohortis I. Lusitanorum A. CLVI, EE VII, Berlin 1892, pp. 456-467, esp. p. 458, col. I, 10, donde se lee erróneamente como Aeli Pudentilli; repetido en ID., Gesammelte Schriften, vol. VIII, Berlin 1913, pp. 553-566; R.O. FINK, Mommsen’s Pridianum: B.G.U. 696, «AJP», 63, 1942, pp. 61-71, esp. p. 62, donde corrige la lectura de Mommsen en Alli Pudentilli y data la parte del pridianum correspondiente en el 154 d.C.; además ID., Roman Military Records on Papyrus, Ann Arbor, Mi. 1971 (Philological Monographs of the American Philological Association, 26), núm 64, para BGU 696 datado en 156 d.C., pp. 228-233, esp. p. 229, para el texto que nos ocupa; S. DARIS, Documenti per la storia dell’esercito romano in Egitto, Milano 1964 (Pubblicazioni dell’Università Cattolica del Sacro Cuore. Contributi-serie terza, scienze storiche, 6), núm. 9, pp. 49-52, esp. I, 10, p. 49, para el pasaje del pridianum con la lectura Alli Pudentilli, y núm. 95, pp. 189-190, para una nueva mención en griego de Kointos Allios Poudentillos, de Syene en el año 159 d.C.; además A. BATAILLE, Un papyrus Clermont-Ganneau, «JJP», 4, 1950, pp. 327-339 (= SB VI 9227-9228); cf. PANCIERA, M. Allio Celer, cit., p. 46, y H. DEVIJVER, Prosopographia militiarum equestrium quae fuerunt ab Augusto ad Gallienum, Pars prima, Litterae A-I, Leuven 1976 (Symbolae Facultatis Litterarum et Philosophiae Lovaniensis, series A, vol. 3) núm. A 108, p. 94, que remite a ID., De Aegypto et exercitu Romano sive prosopographia militiarum equestrium quae fuerunt ab Augusto ad Gallienum seu statione, seu origine ad Aegyptum pertinebant, Leuven 1975 (Studia Hellenistica, 22), pp. 26-27, para Quintus Allius Pudentillus. (26) DEVIJVER, Prosopographia militiarum equestrium quae fuerunt ab Augusto ad Gallienum, Pars quarta Supplementum I, Leuven 1987 (Symbolae Facultatis Litterarum et Philosophiae Lovaniensis, series A, vol. 3), A108, p. 1431, que considera al personaje documentado en CIL X, 7953 = ILS 6766, es decir el de Turris Libisonis, como un simple homónimo; además ID., An African Connection in Egypt, en Y. Le Bohec, ed., L’Afrique, la Gaule, la Religion à l’époque romaine. Mélanges à la memoire de Marcel Le Glay, Bruxelles 1994 (Collection Latomus, 226), pp. 100-110, esp. pp. 103-105, donde acepta una sugerencia de lectura de J.C. Mann, sobre. La mención de una origo siguiendo al cognomen que podría ser Hippos en el lado oriental del lago de Tiberíades, su mando en Egipto debió de durar entre al menos el 28 de diciembre del 153 y el 23 de abril del 154 cuando sabemos que termina; ID. Prosopographia militiarum equestrium quae fuerunt ab Augusto ad Gallienum, Pars quinta Supplementum II, Leuven 1993 (Symbolae Facultatis Litterarum et Philosophiae Lovaniensis, series A, vol. 3), núm. A108, p. 1996, donde propone ya una origo en Hippo Regius, leyendo así el nombre del praefectus en el papiro, publicado entre otros por S. Daris y A. Bataille, como Κοίντος Άλλιος Πουδεντίλλος Ιππωνο[ς], y su cargo como desempeñado, según el diploma militar exhibido por M. Antonius Pastor, desde al menos el año 153, ya que el diploma data del 28 de diciembre de dicho año. (27) Cf. PANCIERA, M. Allio Celer, cit., p. 46: «Un collegamento, vista la coincidenza dei tria nomina, è molto probabile, l’identificazione non del tutto sicura: considerata la paleografia e la tipologia della base, il prefetto potrebbe anche essere un figlio omonimo del augure».

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Turris Libisonis para el praefectus. A pesar de ello, hay que reafirmar que los Allii no son infrecuentes en Turris Libisonis y que se nos muestran como una de las familias más en vista e influyente de la ciudad (28). La adscripción a la tribu urbana Collina de Turris Libisonis es una cuestión debatida y generalmente descartada; la prudente conclusión de S. Panciera puede servir perfectamente a nuestro análisis: «E tuttavia si ha qualche esitazione ad ammetere che i nuovi cives di una colonia romana ed i loro discendenti abbiano potuto essere ascritti in blocco ad una tribù urbana. Non abbiamo altri esempi per un fatto del genere. Piuttosto risulta interessante il confronto con Puteoli ed Ostia, in cui la tribù urbana Palatina sembra aver preso il sopravvento sulla Faleria e sulla Voturia senza che siano intervenute rifondazioni e senza ufficiali mutamenti di tribù. Se il confronto regge, potremmo ritenere che anche a Turris Libisonis, altra città portuale, l’originaria tribù rustica – che non conosciamo – sia stata soppiantata nel tempo della Collina, diffusa in loco da un attivo gruppo di cittadini che vi appartenevano a titolo personale». Recientemente, no obstante, se ha vuelto sobre la cuestión y se considera probable que Turris Libisonis perteneciera verdaderamente a la tribu Collina, como consecuencia de asentamientos sucesivos: el primero de proletarios y libertos, cesariano, en torno al 42 a.C., que traería consigo una tribu urbana, y más tarde uno de Octaviano, después de Accio en el 31 a.C., ya con una tribu rústica (29). Podemos añadir a ambos razonamientos un hecho que llama la atención: la facies, que podríamos denominar arcaizante que presenta el cursus de Turris Libisonis, con unas cuasi-magistraturas previas a la edilidad como son el sevirato y el decemvirato (30),

(28) SOTGIU, Iscrizioni latine, cit., I, núm. 249, p. 168 una placa de un monumento dedicado por Quintus Allius Telesphorus a su hijo [Q] Allius Memor; véanse además la nueva atribución propuesta por PANCIERA, M. Allio Celer, cit., p. 47, respecto a SOTGIU, Iscrizioni latine, cit., I, núm. 244. (29) A. IBBA en P. FLORIS, A. IBBA, R. ZUCCA, Provincia Sardinia et Corsica, en M. Silvestrini, ed., Le tribù romane, cit., pp. 313-318, esp. p. 315; y además IID., Notulae su alcune tribù in Sardegna, ibidem, pp. 81-87, esp. pp. 81 y 85. Cf. además nuestra nota 13. Sobre esta cronología véase el atinado razonamiento de MASTINO, Popolazione e classi sociali, cit., p. 39. (30) Cf. PANCIERA, M. Allio Celer, cit., pp. 39-42. Suponer para los grados previos al cursus propiamente municipal un origen autóctono, como reminiscencia de un estado púnico anterior, sería, sin duda alguna una posibilidad a considerar, pero la existencia de casos semejantes en ciudades itálicas en las que no pesó ningún tipo de influencia de este tipo nos conducen a descartar sin paliativos esta sugerente posibilidad y a pensar en una importación también de las mismas desde la Península itálica.

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por otra parte la existencia de augures, que si bien no puede considerarse una raridad, representa por sí misma un cierto tradicionalismo y más si, como nos informa uno de los casos, el augurado es objeto de honores por XXIII curiae ciudadanas, si no se trata de un determinativo de dicho cargo. Independientemente de este hecho es significativa la presencia de una organización en curiae, que pueden ser consideradas propias de municipios de derecho latino (31). Todo este conjunto de factores nos hace ver una sociedad en la colonia que parece querer mantener las instituciones y formas de su punto itálico de origen; la existencia y permanencia en relativa abundancia de la tribu Collina podría ser una buena clave de interpretación, ya que la existencia de las al menos XXIII curiae facilitaría la posibilidad de identificar una doble y sucesiva implantación de ciudadanos y por tanto quizás la fusión, o incluso el funcionamiento separado de un doble ordo (32). En términos más claros y sencillos, podríamos hallarnos ante una implantación de población urbana identificable por la tribu Collina en Turris Libisonis, que se mantuvo fiel a sus orígenes e instituciones, y que mediante la solidaridad, bien conocida entre tribules o, quizás mejor, contribules (33), constituyó una parte substancial de la clase dirigente del nuevo establecimiento colonial en el que desarrollo su promoción social y económica. Los Allii serían en este caso un ejemplo tipo privilegiado.

(31) Cf. al respecto MELONI, Turris Libisonis romana, cit., pp. 107-110; E. EQUINISCHNEIDER, Catalogo delle sculture romane del Museo Nazionale «G.A. Sanna» di Sassari e del Comune di Porto Torres, Firenze 1979 (Quaderni, 7), p. 42-43, n. 35, lam. XXXIV, 1 y 2, que al tratar de la urna de Vehilius Rufus (CIL X, 7967) acepta la teoría de Meloni sobre la tribu Collina, cf. P. MELONI, La Sardegna romana, Sassari 1975 (vol. III de la Storia della Sardegna antica e moderna, dirigida por A. Boscolo), pp. 217-218. Para este personaje véanse: MASTINO, Popolazione e classi sociali, cit., pp. 41-42 y 88, núm. 2, y A. IBBA en P. FLORIS, A. IBBA, R. ZUCCA, Provincia Sardinia, cit., p. 315 y nota 37. Si Vehilius mencionado es liberto la atribución a la tribu Collina de Turris Libisonis, utilizando este documento, es aún más problemática, ya que se podría tratar de la tribu personal del liberto. (32) Cf. nota 23. (33) En el Commentariolum petitionis, 5, 17, dice significativamente Cicerón: Deinde ut quisque est intimus et maxime domesticus, ut is amet quam amplissimun esse te cupiat valde elaborandum est, tum ut tribules, ut vicini, ut clientes, ut denique liberti, postremo etiam servi tui; nam fere omnis sermo ad forensem famama domesticis emanat auctoribus, y remacha en 6, 24: Sunt autem alii qui aut nihil possunt aut etiam odio sunt tribulibus suis nec habent tantum animi ac facultatis ut enitantur ex tempore; cf. la edición de W.S Watt, M. Tulli Ciceronis epistulae, vol. III, Epistulae ad Quintum fratrem, Epistulae ad Brutum, fragmenta Epistularum, accedunt Commentariolum petitionis et pseudo-Ciceronis Epistula ad Octavianum, Oxford 158, reimpr. Para un comentario sobre la relación entre tribukes cf. M. PANI, Il modello dell’obbligazione sociale nel Commentariolum petitionis, en E. Lo Cascio, G.D. Merola, eds., Forme di aggregazione nel mondo romano, Bari 2007 (Pragmateiai, 13), pp. 303-312; y sobre todo, R. COSI, Le solidarietà politiche nella reppublica romana, Bari 2002 (Documenti e Studi, 33), esp. pp. 79-108, 114.

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Muy probablemente, teniendo en cuenta lo dicho y en especial sobre la tribu Collina, el personaje que ha motivado estas páginas, Marcus Allius Avitus, estuvo emparentado, o, mejor, perteneció a la familia Allia de Turris Libisonis y por ello perteneció a la tribu Collina, adscripción que nos parece en este caso un elemento probatorio de peso (34). Podría quizás incluso pensarse que Avitus fue el primero que dió, seguramente en función de su patrimonio y de algún tipo de protección, el salto cualitativo al ordo equester, en un momento o bien concomitante o inmediatamente posterior al cursus local documentado para dos miembros de esta misma familia en Turris Libisonis. Así parece deducirse de la forma y datación del pedestal valenciano, pero ya hemos señalado que una estatua ecuestre no es indicativo seguro de una promoción al ordo equester. Por el momento ningún otro documento nos muestra que los Allii de Turris Libisonis alcanzaran este ordo, ya que el praefectus homónimo del Allius Pudentillus de Turris Libisonis, en realidad, según ha intentado demostrar convincentemente H. Devijver en uno de sus últimos trabajos, era natural probablemente de Hippo Regius según se desprende de una nueva lectura del papiro del 156 d.C. que conservaba su nombre (35). La aceptación de este hecho permite además replantear la datación del pedestal del Allius Pudentillus de Turris Libisonis, CIL X 7953 = ILS 6766, que podría ser evidentemente mucho más antiguo y prácticamente contempóraneo de AE 1988, 662, que contiene el otro testimonio de un Allius ilustre de Turris Libisonis, personaje que, como hemos visto, tampoco podemos datar en época trajanea, dado que en nuestra opinión ejerció un flaminato provincial de Sardinia y

(34) Recordemos que Hispania no proporciona más que otros tres casos de presencia de la tribu Collina, uno de ellos, inédito, de la propia Valentia que menciona un [C.C]ornelius C. f. [C]ol. Licinianus, ARASA I GIL, Un pedestal, cit., p. 198, y dos de Carthago nova, Cartagena: CIL I, 2274 = IRLRP 979 = CLE 363 = CIL II, 3504, un L. Sulpicius sin cognomen de época republicana y posiblemente llegado de Italia; y un C. Antonius Balbus sin mas determinación, cf. para ambos casos, J.M. ABASCAL, S. RAMALLO, La ciudad de Carthago Nova. La documentación epigráfica, Murcia 1997, núms. 180, pp. 411-413, y 73, pp. 246-248, respectivamente. No queda fuera de lugar recordar en este punto el carácter de importante ciudad portuaria de Carthago nova y su condición de puerto exportador de plomo entre otros productos. (35) Evidentemente la relación con Turris Libisonis podría quedar abierta, más allá de la homonimia, si pensamos en las relaciones de Ostia con Hippo Regius, e, incluso, recordamos el ya aducido epígrafe CIL XIV, 4142, citado en nuestra nota 16. Cf. ahora, TERPSTRA, Trading Communities, cit., pp. 118-120. MASTINO, Popolazione e classi sociali, cit., pp. 40 y 57-59, trata de los navicularii y presenta algunas hipótesis sobre las mercancías susceptibles de ser extraídas de Sardinia, entre ellas el granito.

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no el del divus Nerva (36), como se había propuesto anteriormente, y por sus características debe situarse en la primera mitad, sino incluso en el primer tercio del siglo I d.C. o, como último término, en los albores de la época flavia. Serviría el pedestal de Allius Avitus, que podemos situar en una cronología tan sólo algo posterior a los ejemplos de Turris Libisonis, para mostrarnos las vías de expansión de una familia, quizás de origen urbano, a partir de una colonia situada en ámbito provincial, como es el caso de Turris Libisonis, que dispone de un importante puerto y es una vía de entrada y salida de productos de un amplio territorio, por lo que el comercio con otros puertos sería su camino natural de expansión, que en el caso de Turris Libisonis tenemos excepcionalmente bien probado en relación a Ostia (37), y que ahora quizás se proyecta más allá del Tirreno con este importante documento valenciano. Sería también pensable dada la situación de Turris Libisonis que este puerto sardo pudiera jugar un papel de intermediación en la circulación de bienes entre la Península Itálica y la Ibérica, hecho que daría aún más sentido a cuanto hemos propuesto a partir de la inscripción hallada en Valentia.

(36) El flaminato en Sardinia está documentado bajo la denominación de sacerdos, que resulta equivalente sin duda a flamen en una cronología más tardía como acontece en otras zonas. Cf. por ejemplo CIL X, 79518 de Sulci, 7599 de Carales, 7940 de Bosa y 7917 de Cornus, hay que señalar que en estas titulaturas se menciona siempre con diversas abreviaturas provinciae Sardiniae. (37) A. MASTINO, P.G. SPANU, R. ZUCCA, Mare Sardum. Merci, mercati e scambi marittimi della Sardegna Antica, Roma 2005 (Tharros Felix, I), pp. 161-206, para los puertos de Sardinia, esp. pp. 192-195, para Turris Libisonis; R. ZUCCA, I porti della Sardinia e della Corsica, en G. Laudizi, C. Marangio, eds., Porti approdi e linee di rotta nel Mediterraneo antico. Atti del seminario di studio (Lecce 29-30 di novembre 1996), Galatina 1998, (Studi di filologia e letteratura, 4), pp. 213-237. Véase ahora el recientísimo trabajo de L. DE SALVO, Sardegna e Sicilia nelle correnti mediterranee in età imperiale e tardo antica, en A.M. Corda, P. Floris, eds., Ruri mea vixi colendo. Studi in onore di Franco Porrà, Ortacesus 2012, pp. 133-148, esp. p. 139. Sobre el comercio con Ostia y su alcance cf. TERPSTRA, Trading Communities, cit., pp. 95-126, esp. pp. 100-112 y 118-120, para las relaciones con Sardinia.

PERIODICO INTERNAZIONALE DI EPIGRAFIA

LXXVII, 2015

INDICE Francesca ROCCA, La liberazione degli schiavi e il teatro ........................... Alessia DIMARTINO, L’epistola di Ierone II e l’orkion boulas (IG XIV, 7): un nuovo dossier epigrafico?..................................................................... Noemí MONCUNILL MARTÍ, The Iberian lead plaque in the Víctor Català collection (Empúries, L’Escala). A new study and edition ..................... María LIMÓN BELÉN, Concepción FERNÁNDEZ MARTÍNEZ, Sobre la autenticidad de la Fíbula de Preneste. Las evidencias del texto y su confirmación científica .............................................................................. Julián GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, Tabella defixionis del siglo I a.C. encontrada en el portal (provincia de Cádiz) . ............................................ Carolina CORTÉS BÁRCENA, Riflessioni del cippo di confine di Bevke (AEp 2002, 532) alla luce di termini tra comunità appartenenti a province diverse......................................................................................................... Lorenzo CALVELLI, La laminetta bronzea di Druso Minore conservata al Museo Provinciale di Torcello: un falso smascherato.............................. Michel CHRISTOL, Une inscription du «quotidien municipal» dans la colonie d’Antioche de Pisidie . ................................................................. Khaled MARMOURI, Ob liberalitatem annuam perpetuam epu-lativam. Une nouvelle souscription publique d’Afrique proconsulaire . ...................... Ulrike Ehmig, Ausschlussverfahren: Eine Gruppe italischer Grabinschriften als Beispiel sozialer Überassimilierung in der römischen Kaiserzeit . .... Yann Le Bohec, Raid sur El-Agueneb............................................................ Juan LEWIS. External evidence and the reconstruction of missing texts: CIL III, 256 as case study ......................................................................... Roberta DE VITA, Un lottatore di Amastri sul Ponto in campania . .......... Eleonora SALOMONE GAGGERO, Testimonianze di una nuova gens a Luni: gli Hortorii ....................................................................................... Bernard KAVANAGH, The cursus and possible origo of Sex. Appius Severus . ............................................................................................................. Marc MAYER I OLIVÉ, A propósito de un nuevo pedestal ecuestre, AEp 2009, 652, hallado recientemente en Valencia. Consideraciones sobre los allii de Turris Libisonis ........................................................................ Ignazio TANTILLO, L. Amnivs …nivs Caesonivs Nicomachvs Anicivs Pavlinvs .......................................................................................................... Claudia SQUINTU, Il motivo della morte accidentale in un carme lionnese (CLE 1198 = CIL XIII, 2219) .................................................................. Maria Teresa SBLENDORIO CUGUSI, L’epigramma longum salonitano CLE 1141 ................................................................................................... Filippo BOSCOLO, Ateste romana: storia ed epigrafia negli ultimi vent’anni ................................................................................................................

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Manuel RAMÍREZ-SÁNCHEZ, Manel GARCÍA SÁNCHEZ, Sebastià GIRALT SOLER, Epigraphia 3D. Un proyecto de innovación científica en la divulgación del patrimonio epigráfico de Hispania ..................................................................................................... Schede e notizie

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Marco BUONOCORE, Spigolature epigrafiche. IX ...................................... Giulia TOZZI, Una nuova iscrizione greca dal X municipio di Roma ......... Giorgio CRIMI, Il contributo di EDR all’aggiornamento del CIL: l’iscrizione dedicatoria delle Terme di Diocleziano alla luce di un nuovo frammento ................................................................................................................ Angela DONATI, CIL VI, 12897 recuperata ................................................. Antonino NASTASI, Un’epigrafe «numidica» sul Gianicolo. Giuseppe Gatti redattore di un’iscrizione in latino del 1903 . .......................................... Umberto SOLDOVIERI, Di una nuova iscrizione funeraria dal tenimento di Volcei (Regio III)) . ............................................................................... Gemma CORAZZA, Nuove iscrizioni funerarie dall’Irpinia . ....................... Heikki SOLIN, Mika KAJAVA, Olli SALOMIES, Storie epigrafiche minturnesi ........................................................................................................ Carlo MOLLE, Un’iscrizione inedita e i Dentrii di Aquinum ....................... Nice MONTANILE, Su un’iscrizione inedita brundisina ............................. Silvia BRAITO, Attia Mulsula T. f. e «Tarquitia Mulsula»: nota su un ghost name dell’instrumentum inscriptum ......................................................... Agnese DI DONATO, La stele di C. Iulius Valens ....................................... Camilla CAMPEDELLI, Due ‘Bauinschriften’ inedite da Thamu­gadi . ............ Mauro REALI, Mostra La pietra e la carta. Libri epigrafici ed epigrafi dell’Ambrosiana, Pinacoteca Ambrosiana di Milano (dal 27 maggio al 14 settembre 2014), a cura di Antonio Sartori e Federico Gallo . .........

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*  *  * Bibliografia C. Fernández Martínez, M. Limón Belén, J. Gómez Pallarès, J. del Hoyo Calleja (edd.), Ex officina. Literatura epigráfica en verso, Universidad de Sevilla, Sevilla 2013 (Mauro Reali) . ........................... Antonio Sartori, Loquentes lapides. La raccolta epigrafica dell’Ambrosiana, Accademia Ambrosiana, Classe di Studi greci e latini (Fonti e studi 21), Milano, Bulzoni, 2014 (Alfredo Valvo) .............................................. La statio. Archéologie d’un lieu de pouvoir dans l’empire romain, édité par Jérôme France, Jocelyne Nelis-Clément, Scripta Antiqua 66, Bordeaux 2014 (Angela Donati) ......................................................... Riccardo Olivito, Il foro nell’atrio. Immagini di architetture, scene di vita e di mercato nel fregio dai Praedia di Iulia Felix (Pompei, II, 4,3), Bari 2013 (Angela Donati)� . ........................................................................ Annunci Bibliografici ......................................................................................... *  *  * Indici, a cura di Angela DONATI ................................................................... I.   Onomastica . ......................................................................................... II.   Geographica . ........................................................................................ III.   Notabiliora ........................................................................................... IV.   Tavole di conguaglio ........................................................................... Elenco dei collaboratori .....................................................................................

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