Hechos recurrentes, fenómenos diferentes. Abstención electoral y voto en blanco en las elecciones presidenciales de 2014.

July 17, 2017 | Autor: M. García Sánchez | Categoría: Political Behavior, Political Participation
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Descripción

Hechos recurrentes, fenómenos diferentes. Abstención electoral y voto en blanco en las elecciones presidenciales de 2014.

Miguel García Sánchez* Carlos Felipe Cantor**

Es muy común que durante los días posteriores a un proceso electoral los medios de comunicación colombianos dirijan su atención hacia la abstención electoral y el voto en blanco. Ese interés mediático en dichos fenómenos radica, sin duda, en su alta incidencia. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2014, el 60% de los ciudadanos en edad de votar no asistieron a las urnas, y el voto en blanco ascendió al 6% del total de sufragantes. En América Latina, la abstención electoral apenas llega al 29%, en promedio (López, Gratchew y Sullivan 2002), lo que ubica a Colombia 40 puntos por encima de la media regional. Además de registrar estos eventos, los medios y algunos analistas han articulado algunas explicaciones sobre el porqué de la abstención y el voto en blanco en Colombia. Una de las más comunes sostiene que estos dos fenómenos son una manifestación de protesta ciudadana ante el deterioro de la política, de modo que abstencionistas y votantes en blanco compartirían una motivación común. Así, un columnista afirmaba: “Muchos demócratas, preocupados ante el profundo deterioro de la política y la vida pública en nuestro país, dudan si es mejor votar en blanco o abstenerse para castigar en las próximas elecciones a los políticos que han destrozado lo que tanto costó construir a nuestros antecesores. Elegir entre el voto en blanco                                                                                                                        

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Profesor Asociado y codirector del Observatorio de la Democracia, departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes. ** Politólogo y Economista, asistente de investigación Observatorio de la Democracia, departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes.

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y la abstención es todo un dilema para los demócratas y la gente decente, que quiere castigar a los partidos gobernantes y a las castas políticas.” (Palacios Echavarría, 2013). Esta interpretación suele sustentarse con evidencia anecdótica, que a simple vista resulta contundente. Sin ir más lejos, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2014 los pobladores de Taganga en Santa Marta y Barú en Cartagena, dejaron de votar masivamente en señal de protesta con los políticos locales y el gobierno nacional.1 En las mismas elecciones, el 55% de los sufragantes del municipio de Piedras, en el departamento del Tolima, votaron en blanco también en señal de protesta con los políticos. Dada la visibilidad de la abstención y el voto en blanco en Colombia, y a partir de casos como los de Taganga, Barú y Piedras, ¿podría afirmarse que la abstención y el voto en blanco son ambas manifestaciones de un descontento ciudadano con el sistema político? En otras palabras, ¿son abstención y voto en blanco dos conductas políticas estimuladas por unas causas comunes? En este trabajo argumentamos que, en contra de las interpretaciones de sentido común, abstenerse de votar y votar en blanco son dos fenómenos que no comparten los mismos antecedentes. Es decir, abstencionismo y voto en blanco deben descifrarse analíticamente de manera independiente, aunque algunos casos particulares nos muestren una aparente similitud entre los dos fenómenos. Usando datos provenientes de la encuesta 2014 del Barómetro de las Américas-LAPOP, en este artículo presentaremos un “perfil”, tanto del votante en blanco como del abstencionista, y con ello estableceremos similitudes y diferencias, desde el punto de vista de los factores que se correlacionan con cada una de estas conductas políticas. Así, a lo largo de este trabajo demostraremos, por un lado, que los abstencionistas y los votantes en blanco comparten un desinterés por la política. Por otro lado, presentaremos evidencia que nos permitirá concluir que la abstención se asocia con menores niveles de recursos individuales (educativos e informacionales), mientras que el voto en blanco se asocia con una insatisfacción hacia el funcionamiento de la democracia. En síntesis, concluiremos que mientras el voto en blanco puede descifrarse como una expresión de protesta en contra de                                                                                                                         1

En Taganga la abstención alcanzó el 88%, en Barú el 100%.

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los políticos, la abstención debe entenderse como una manifestación de desapego del ciudadano hacia el sistema político.

Sobre participación electoral y voto en blanco: Aproximaciones y algunas expectativas La producción académica que aborda los dos fenómenos de los que se ocupa este artículo describe una enorme disparidad. Mientras el volumen de artículos y libros sobre los determinantes de la participación electoral es enorme, la literatura sobre las causas del voto en blanco es muy pequeña. La razón de este desbalance es relativamente fácil de entender. Si bien participación y voto en blanco son dos conductas en las que podría incurrir un ciudadano en el marco de un proceso electoral, elegir votar en blanco depende de un contexto institucional que reconozca y facilite esta posibilidad. En América Latina, sólo Colombia reconoce el voto en blanco como una alternativa dentro del tarjetón electoral, y es el único país en el que existe alguna consecuencia política cuando este tipo de voto alcanza ciertos umbrales. En la mayoría de los casos, se habla de voto en blanco cuando el ciudadano deja sin marcar la tarjeta electoral, y esta conducta no tiene consecuencia política alguna (Vásquez 2012). En síntesis, la irrelevancia política del voto en blanco explicaría la poca atención de la literatura comparada hacia este fenómeno. Distinta es la situación de la participación electoral, pues esta conducta está posibilitada simplemente por la realización de elecciones. De las varias tendencias que la literatura, sobre las causas de la participación electoral a nivel individual,2 ha identificado, en este trabajo nos ocuparemos de dos de ellas: la de los recursos, y la psicológica.3 La primera orientación supone que el acto de votar implica la resolución, por parte del ciudadano, de una serie de escollos los cuales requieren de información, tiempo y unas destrezas mínimas.4 Votar supone la identificación de los candidatos, la recopilación de algún tipo de información sobre éstos, el desplazamiento del ciudadano al puesto de                                                                                                                         2

Otro enfoque de la literatura sobre participación política es el agregado. Esta orientación pretende entender el porqué de las variaciones en participación electoral entre países. 3 Una tercera tendencia bastante relevante en los estudios sobre participación electoral es la contextual. Según esta visión, las decisiones electorales de las personas deben ser entendidas en términos de la relación de los ciudadanos con el entorno (Huckfeldt 1979). 4 Por ejemplo, saber leer y escribir.

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votación, y finalmente, el uso correcto de la tarjeta electoral o cualquier otro mecanismo a través del cual se pueda expresar una preferencia política. Los estudios que explican la participación política a partir de los recursos que poseen los ciudadanos, han encontrado que las personas que cuentan con un mayor ingreso (Ragsdale y Rusk 1993; Fornos, Power, and Garand 2004), más información política (Plutzer 2002; Gallego 2010), tienen cierto nivel de alfabetización, y más tiempo libre (Brady, Verba y Schlozman 1995) suelen ser más proclives a participar en las elecciones. Consistente con esta aproximación, las pocas investigaciones que se han hecho en Colombia sobre participación política a nivel individual, indican que los más educados y las personas mayores suelen participar más en elecciones (Losada 1981, García 2010). En segundo lugar, las teorías psicológicas consideran que existen ciertas actitudes y creencias de los ciudadanos, hacia el sistema político o la política, que los hacen más o menos susceptibles a participar en política. En general, las actitudes positivas a hacia la política promueven la participación de las personas, pues éstas estimulan el interés en los asuntos públicos, un sentido de responsabilidad cívica, o la idea de que las elecciones importan. Varios estudios han demostrado que las percepciones de legitimidad de las personas hacia el sistema político, y las evaluaciones de éstos sobre el desempeño de la democracia y de los políticos, también afectan las motivaciones de los ciudadanos para salir a votar. Es decir, individuos que cuestionan la legitimidad del sistema político, o aquellos con bajos niveles confianza en las instituciones públicas, tenderán a ser abstencionistas (Ragsdale y Rusk 1993, Booth y Seligson 2002). Otras percepciones que afectan positivamente la probabilidad de votar de un ciudadano, son las que se conocen como el sentido de eficacia interna y externa. La eficacia interna, se refiere a la percepción que tiene un ciudadano sobre su propio conocimiento de los asuntos políticos. Por su parte, la eficacia externa es la creencia de una persona de que su voto tiene algún impacto en política (Anderson 2009). Finalmente, la identificación partidista ha sido catalogada como uno de los principales movilizadores psicológicos. Las personas con un apego partidista suelen movilizarse electoralmente debido a que tienen una responsabilidad con su partido y no les resultaría irrelevante una eventual derrota de su colectividad (Karp, Banducci y Bowler 2008; 4

Huckfeldt y Sprague 1992; Wielhouwer y Lockerbie 1994). En Colombia, existe clara evidencia que de los simpatizantes de los partidos son significativamente más proclives a la participación que las personas sin este tipo de identidad (Losada 1981, García 2010). Como hemos visto hasta este punto, las dos aproximaciones analíticas que intentan entender la abstención electoral son bastante diversas. ¿Qué podemos decir de los estudios sobre voto en blanco? Como lo mencionamos al inicio de esta sección, la investigación sobre este tema es significativamente menos numerosa y diversa. Algunos estudios argumentan que voto en blanco y abstención son fenómenos muy similares, incluso proponen que el voto en blanco es un tipo de abstención (activa) (Velásquez y González 2003, Caicedo 2015). Por tanto, se podrían explicar recurriendo a los mismos factores. Así, quienes votan en blanco, al igual que los abstencionistas, lo harían debido a que tienen una baja percepción de la legitimidad del sistema político (Cotarelo 1998), o perciben que las instituciones políticas fallan a la hora de representar a las personas (Smulovitz 1993). A pesar de esta visión, existen trabajos que distinguen analíticamente el voto en blanco de la abstención, y consecuentemente proponen que uno y otro fenómeno se deben a causas diferentes. Desde este punto de vista, el votante en blanco posee los recursos (i.e. informativos o cognitivos) para votar, y un compromiso cívico con el sistema político, pero no se siente satisfecho con las alternativas políticas. Este ciudadano sería un crítico de los políticos y de los partidos, más que del sistema político. El abstencionista, por su parte, rechazaría el sistema y no tendría los recursos necesarios para tomar una decisión electoral (Oñate 2010). Habiendo identificado varias aproximaciones analíticas sobre el la abstención y el voto en blanco, propondremos algunas hipótesis en relación a los factores, de tipo individual, que se relacionan con estos dos fenómenos. El principal planteamiento de este trabajo es que abstención y voto en blanco son dos fenómenos que responden a factores diferentes. En otras palabras, creemos que los ciudadanos que se abstienen de votar son diferentes a los que votan en blanco, en términos de sus recursos y sus motivaciones.

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Si consideramos que el votante en blanco es un ciudadano que se moviliza a un puesto de votación, pero decide no apoyar a ninguno de los candidatos que compiten en las elecciones; podríamos postular que, al igual que cualquier votante, éste tendría los recursos necesarios para tomar una decisión electoral. No sucede lo mismo con el abstencionista quien, a diferencia de los votantes (por candidatos o en blanco), no posee los recursos que un ciudadano necesita para tomar una decisión electoral. Entonces, si comparamos al votante en blanco con el ciudadano que vota por un candidato, esperaríamos no encontrar diferencias en términos de recursos entre estos dos tipos de votantes. Ahora bien, si comparamos al abstencionista con los votantes (en blanco o por candidatos), los primeros serían personas con menos recursos. Así, nuestra primera hipótesis sería la siguiente: H1a: A medida que aumentan los recursos de un ciudadano, disminuye la probabilidad de que éste se abstenga, y aumenta la probabilidad de que éste vote en blanco o por algún candidato. Desde el punto de vista de las motivaciones psicológicas proponemos que los abstencionistas son ciudadanos poco interesados en la política e insatisfechos con el sistema político. El poco interés en la política contribuiría a que estos ciudadanos no estén informados sobre los candidatos y sobre la realización de elecciones. La insatisfacción con el sistema político, que podría relacionarse con ese bajo interés, aleja al ciudadano de las dinámicas electorales. No sucede lo mismo con los votantes en blanco, quienes creemos que están más interesados en la política y están menos insatisfechos con el sistema político, que los abstencionistas, pero están inconformes con las opciones electorales o con la forma como funciona la democracia. El hecho de que los votantes en blanco se tomen el trabajo de asistir a las urnas el día de las elecciones, sugiere que tienen mayor interés en la política que los abstencionistas. Igualmente, con su participación electoral están expresando su apoyo al sistema democrático, pero están haciendo explícita una crítica a los partidos o dejando constancia de que ningún candidato los representa. Desde este punto de vista postulamos las siguientes hipótesis: H2a: A medida que aumenta el interés en la política y la satisfacción con el sistema político disminuye la probabilidad de no participar electoralmente.

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H2b: A medida que aumenta la satisfacción con el funcionamiento de la democracia y con los políticos (o los partidos) disminuye la probabilidad de votar en blanco.

Descripción de los datos y estrategia analítica Con el propósito de analizar empíricamente las hipótesis propuestas anteriormente, este artículo utiliza información proveniente de la encuesta del Barómetro de las AméricasLAPOP 2014, para Colombia. Este estudio, que es representativo del nivel nacional, se basa en una muestra de 1500 adultos, residentes en 47 municipios de todas las regiones geográficas del país.5 El análisis de la información del Barómetro de las Américas-LAPOP, sobre abstención y voto en blanco, la presentaremos en dos partes. Primero discutiremos los resultados de dos preguntas diseñadas para tener una aproximación a las razones expuestas por los encuestados para no votar o para votar en blanco. Posteriormente, haremos un análisis estadístico multivariado para tener una visión más detallada de los factores correlacionados con las conductas que queremos entender. Las preguntas que usamos en la sección descriptiva son las siguientes: ¿Por qué no votó en la primera vuelta de las pasadas elecciones presidenciales?, y ¿por qué votaría usted nulo o en blanco en esta elección presidencial?6 Para la pregunta sobre abstención las respuestas eran: (1) Estaba confundido, (2) no me gustaron los candidatos o la campaña, (3) no creo en las elecciones o en las autoridades electorales, (4) no creo en la democracia, (5) cuestiones burocráticas, (6) cuestiones de edad, (7) no estaba en la ciudad, (8) no me interesa la política. Por su parte, las opciones de respuesta para la pregunta sobre voto en blanco eran: (1) Está confundido, (2) quiere demostrar su descontento con todos los candidatos, no le gusta ninguno, (4) no cree en la democracia, quiere protestar contra el sistema, (3) no cree en las elecciones o en las autoridades electorales, (4) no me interesa la política, (5) su voto no marca la diferencia.                                                                                                                         5

Una descripción detallada de las características técnicas de la encuesta se puede consultar en García et. al. (2015). 6 En el cuestionario, cada una de estas preguntas vienen precedida de un filtro que identifica abstencionistas y votantes en blanco.

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Para el análisis estadístico trabajaremos con una variable dependiente que captura la intención, de los encuestados, de votar en blanco, por algún candidato, o de abstenerse de participar, en las elecciones presidenciales de 2014. Más puntualmente usamos la siguiente pregunta de la encuesta del Barómetro de las Américas-LAPOP: ¿Si esta semana fueran las próximas elecciones presidenciales, qué haría usted? Las opciones de respuesta a esta pregunta eran: (1) no votaría, (2) votaría por el candidato o partido del actual presidente, (3) votaría por algún candidato o partido diferente del actual gobierno, y (4) iría a votar pero dejaría la boleta en blanco. Estas opciones de respuesta fueron recodificadas de tal manera que generamos una variable categórica con tres valores así: (1) no votaría, (2) votaría por algún candidato y (3) votaría en blanco. Las principales variables independientes de este estudio se pueden agrupar en tres categorías. Aquellas que capturan los recursos de los individuos (educación, riqueza, conocimiento político y consumo de medios), las que miden características psicológicas de los encuestados (interés en la política, creencia que los partidos políticos escuchan a los ciudadanos, ideología (izquierda-derecha), poseer una identidad partidista, apoyo al sistema político y satisfacción con el funcionamiento de la democracia), y algunos controles sociodemográficos (edad, género (ser mujer) y lugar de residencia (rural-urbano)).7 Las estadísticas descriptivas se presentan en el Cuadro 1. Dada la naturaleza categórica de nuestra variable dependiente, decidimos modelar la relación entre ésta y las variables independientes, a través de una regresión logística multinomial. Esta estrategia analítica nos permite analizar de manera simultánea las distintas opciones que tienen los individuos en relación con un proceso electoral. Al modelar al mismo tiempo las probabilidades de abstenerse, votar en blanco, o por un candidato, podemos comparar de manera más confiable la relación entre cada una de las variables independientes y los tres posibles resultados de la variable dependiente. Adicionalmente, este tipo de modelo nos evita hacer análisis estadísticos con tamaños de muestra variables, cosa que sucedería si modeláramos de manera separada, por ejemplo, el

                                                                                                                        7

Algunas variables sociodemográficas las agrupamos dentro de la categoría recursos. Ese es el caso de educación y riqueza. Una descripción detallada de todas las variables independientes se presenta en el apéndice.

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voto en blanco y la abstención. En el primer caso, tendríamos que trabajar con el subgrupo de los potenciales votantes; en el segundo caso, trabajaríamos con el total de la muestra.

Cuadro 1. Estadísticas descriptivas Variable

Educación Riqueza Conocimiento Consumo Poco interés Algo interés Mucho interés Apoyo al sistema Los partidos escuchan Poca satisfacción Algo satisfacción Mucha satisfacción Ideología Afiliación Edad Mujer Urbano

Observaciones

1497 1428 1493 1497 1498 1498 1498 1463 1472 1435 1435 1435 1262 1485 1498 1499 1499

Media

9.66 49.19 49.69 87.70 0.38 0.18 0.10 0.48 23.52 0.53 0.33 0.02 53.69 0.28 37.95 0.49 0.78

Desviación Estándar

4.04 34.94 22.09 22.94 0.48 0.38 0.30 0.49 25.79 0.49 0.47 0.14 29.51 0.45 15.46 0.50 0.41

Mínimo

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 18 0 0

Máximo

18 100 100 100 1 1 1 1 100 1 1 1 100 1 88 1 1

Resultados: fenómenos diferentes Las preguntas que indagaron por las razones para abstenerse de participar y votar en blanco, nos sugieren que, efectivamente, abstención y voto en blanco son conductas que no están motivadas por las mismas razones. A la pregunta sobre las razones para no votar, una tercera parte de los encuestados dio que no lo hizo debido a que no tenía la edad para hacerlo, otra tercera parte indicó “otra razón”, y un 15% dijo que no participó en las elecciones debido a una falta de interés en la política. Las demás opciones de respuesta se distribuyeron entre el 36% restante de los encuestados. Así, si no consideramos la opción 9

“otra razón”, debido a su ambigüedad, ni a las personas de no votaron por cuestiones de edad, la principal razón para no votares el poco interés en la política.

Gráfica 1: Razones para abstenerse de votar elecciones presidenciales de 2010

Cuestión  de   edad

30.7%

Otra  razón

28.4%

No  le   interesa la  política

14.9%

No  estaba   en la  ciudad

8.9%

No  le   g ustaron   los   c andidatos

6.3%

No  cree   en las   elecciones

5.1%

No  cree   en la  democracia

3.0%

Confundido

1.8%

Cuestión  burocrática

0.9%

0

10

20

30

40

95%  Intervalo  de   c onfianza   (Efecto  de   d iseño  incorporado) Fuente:   ©  Barómetro  de   las   A méricas  por  LAPOP

Por otro lado, cuando se les preguntó a los encuestados por las razones detrás de su intención de votar en blanco, la mayoría (38%) respondió que con esta acción deseaba expresar su descontento con los políticos (Gráfica 2). La demás motivaciones para votar en blanco obtuvieron porcentajes muy similares, todos cercanos al 10%. Es importante destacar que estas preguntas tienen poca capacidad de identificar, de manera exhaustiva, las razones que hay detrás de las conductas que estamos analizando. Esto es 10

particularmente cierto para la pregunta sobre abstención electoral pues la opción “otra razón” obtuvo un porcentaje bastante alto. No obstante, incluso si consideramos esta limitación, tenemos un primer indicio de que mientras los abstencionistas son personas alejadas de la política, los votantes en blanco son ciudadanos insatisfechos con el funcionamiento de la democracia o con el desempeño de los políticos. Es decir, sus motivaciones no son iguales.

Gráfica 2: Razones para votar en blanco en elecciones presidenciales de 2014

Demostrar el   d escontento

37.6%

No  le   interesa la  política

13.3%

Otra  razón

12.4%

No  cree   en   las  elecciones

12.1%

Confundido

10.0%

No  cree   en   la   d emocracia

9.7%

Mi  voto  no   m arca   la   d iferencia

4.8%

0

10

20

30

40

50

95%  Intervalo  de   c onfianza   (Efecto  de   d iseño  incorporado) Fuente:   ©  Barómetro  de   las   A méricas  por  LAPOP

Considerando que esta primera aproximación no es suficiente para identificar las diferencias, en términos de recursos y factores psicológicos, de abstencionistas y votantes en blanco, pasamos a presentar los resultados de nuestros análisis estadísticos. El Cuadro 2 muestra los coeficientes de regresión del modelo logístico multinomial, en el cual, dado nuestro interés en entender los factores asociados a la abstención y al voto en blanco, la 11

categoría de referencia es votar por algún candidato. Coeficientes positivos nos indican un aumento en la probabilidad de cada resultado (abstención o voto en blanco) con respecto a votar por algún candidato. Un coeficiente negativo representa una reducción de la probabilidad de abstenerse o votar en blanco, con respecto a la categoría de referencia. Como en cualquier modelo de probabilidad, los coeficientes de regresión no indican más que dirección y significancia. Para identificar la magnitud del “efecto” de cada variable significativa, en términos de probabilidades, los Cuadros 3A y 3B presentan las probabilidades esperadas para distintos valores de dichas variables. Si nos concentramos en los resultados para abstención que se presentan en el Cuadro 2, podemos ver que esta conducta se relaciona tanto con los recursos del individuo, como con algunas variables psicológicas. Desde el punto de vista de los recursos encontramos que un aumento de la escolaridad y un mayor consumo de medios, están asociados con una reducción significativa de la probabilidad de abstenerse, comparada con la de votar por algún candidato. Esto sugiere que la participación política requiere de las habilidades que se adquieren a través de la educación, y de la información, presumiblemente sobre los candidatos y el proceso electoral, que circula a través de los medios de comunicación. Desde el punto de vista de los factores psicológicos, la probabilidad de abstenerse de votar, comparada con la de votar por algún candidato, también se reduce significativamente a medida que aumenta el interés en la política, y si el encuestado se identifica con algún partido político. Además de recursos, la participación política se nutre de una actitud interesada del ciudadano hacia lo político y de un apego de éste hacia algún partido político. A diferencia de lo que planteamos en las hipótesis, no encontramos una relación entre un apoyo al sistema político y abstención electoral.

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Cuadro 2. Modelo logístico multinomial para abstención y voto en blanco

Abstención Coeficiente (e.e) Educación Riqueza Conocimiento político Consumo de medios Poco interés en la política Algo interés en la política Mucho interés en la política Apoyo al sistema Escucha Poca satisfacción con democracia Algo satisfacción con democracia Mucha satisfacción con democracia Ideología (Izquierda-Derecha) Afinidad con algún partido Edad Sexo (mujer) Residente urbano Constante

-0.0951** (0.0319) 0.00327 (0.00273) -0.00366 (0.00543) -0.0141** (0.00412) -0.971*** (0.201) -2.247*** (0.353) -2.484*** (0.479) -0.223 (0.192) -0.00304 (0.00344) -0.379 (0.289) -0.381 (0.339) -0.307 (0.646) -0.00422 (0.00353) -1.316*** (0.262) -0.0331*** (0.00794) -0.0692 (0.233) 1.019*** (0.250) 3.590*** (0.745)

Observaciones 1,068 Categoría de referencia: Voto por algún candidato

Voto en Blanco Coeficiente (e.e) -0.0190 (0.0320) 0.00542 (0.00289) -0.00556 (0.00509) -0.00650 (0.00380) -0.610** (0.222) -0.821** (0.269) -1.140** (0.346) -0.0382 (0.179) 0.000399 (0.00406) -0.626* (0.257) -0.930** (0.291) -1.732 (0.932) -0.00681** (0.00261) -1.591*** (0.258) -0.0129 (0.00688) -0.277 (0.173) 0.370 (0.210) 2.248*** (0.717) 1,068

*** p
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