¿Hacia dónde va México? (1969) : una reflexión acerca del sufrimiento de los otros a propósito de José Revueltas

¿Hacia dónde va México? (1969): una reflexión acerca del sufrimiento de los otros a propósito de José Revueltas Ximena Gómez Goyzueta UNAM José Revueltas escribe como un sujeto histórico. Ya en su obra literaria, ya en su obra ensayística, su posición, su perspectiva, su subjetividad, su análisis es el de un ser humano inserto en una historia que le ha interesado estudiar, analizar e interpretar desde la política, y que lo ha conformado como un sujeto histórico. La pregunta con la que titula una de sus reflexiones sobre México y el movimiento estudiantil del 68, ¿Hacia dónde va México?, es un ejemplo de esta postura. En sus ensayos políticos, Revueltas intenta mostrar que le interesa indagar, entender y discutir de dónde viene México, cómo surge, cómo se constituye para conformarse como una nación colonizada, que tiene una independencia, una revolución, que ha tenido un gobierno de carácter socialista y, además, un movimiento estudiantil de carácter político sin precedentes en su historia. A propósito de esto, es interesante observar que, particularmente, la pregunta que da título al ensayo referido tiene un tono retórico, es decir, que no tiene respuesta y que su objetivo es influir en los sentimientos del receptor por sus implicaciones morales.1 Si bien, al leer el ensayo descubrimos que no se trata de una pregunta retórica, sino directa, que se responde, el tono de la pregunta en sí mismo, sí encierra una estrategia por parte de Revueltas para inquietar a su lector sobre su objetivo: que éste se entere del rumbo que México estaba tomando en aquel momento. Pero a Revueltas le interesaba indagar, no sólo con miras al porvenir, sino, como dije, desde los antecedentes que podrían o no sustentar ese porvenir de México, por el cual él lucho hasta su muerte. “Hace falta sufrir, sufrir por los demás”, le comenta o le aconseja Revueltas a Luis Spota a propósito de un manuscrito literario que éste le enseña. Y ¿qué significa el sufrimiento para Revueltas? Puedo indagar sobre ello haciendo un comentario

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Cuando digo “por sus implicaciones morales”, me refiero a que, si la pregunta fuera abordada retóricamente en el ensayo, ésta se trataría, efectivamente, desde sus implicaciones morales, que podrían ser: ya que estamos tan mal o ya que estamos tan bien, qué nos queda, qué panorama nos espera ante semejante maldad o ante semejante felicidad…

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general del propio recorrido histórico y filológico al cual Revueltas recurre insistentemente en el análisis vertido en sus ensayos. Para Revueltas, una de las claves que permiten entender cuáles son los problemas fundamentales que han puesto a México en una situación de desigualdad social, económica y política está en el modo en que se llevó a cabo la colonización española: el despojo material y simbólico que sufrieron los pueblos indígenas por parte de los españoles. Al leer a Revueltas en sus ensayos, podemos observar que estos despojos han sido una constante a lo largo de la historia de México, ya por parte de los españoles, ya por los criollos, ya por los mestizos, ya por otros extranjeros, ya por los vecinos del norte. El hecho es que este fenómeno se ha generalizado como un modus operandi de la sociedad mexicana entre sí, cuyo efecto más evidente ha sido el de la desigualdad en la repartición de la riqueza en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Así pues, el trasfondo de la forma en la que México se ha constituido como país, como nación, como territorio político y cultural ha estado marcado por el sufrimiento de aquellos que han sido y siguen siendo constantemente despojados de lo que, al menos, mínimamente les pertenece por derecho y por justicia. El sufrimiento, pues, de una nación, en general, y de algunos de sus estratos sociales, en particular, puede reflejarse para Revueltas en la escritura como experiencia propia, individual o colectiva, pero siempre en el marco del devenir histórico, de lo que hace a un sujeto perteneciente a una historicidad que le da identidad como ser humano, consciente y capaz de tener y problematizar una postura política para, crear así, el acto de comunicación con el otro. En este contexto, Revueltas escribe, por ejemplo, ¿Hacia dónde va México? desde un pasado que ha determinado a nuestro país para el fracaso constante en una organización política y social de igualdad por parte del Estado; pero gracias, también, a ese pasado causante de la consciencia del sufrimiento de los otros, ha sido posible el surgimiento del movimiento estudiantil del 68, así como la propia reflexión de Revueltas sobre este fenómeno. Su ensayo parte de la precisión a la que se siente obligado a hacer, a un comentario del escritor Andrés Malraux sobre algún hecho no identificado del movimiento estudiantil mexicano en relación con un supuesto “gobierno revolucionario”. La necesidad de esta precisión surge de lo que siempre le inquieta a Revueltas: la vida de las palabras en 2

relación con su devenir histórico. Así, nuestro autor hace un recorrido y un análisis histórico sobre la conformación de lo que Marlaux llamó erróneamente un “gobierno revolucionario”. A Revueltas le parece incomprensible el simple hecho de que Malraux hable del gobierno de México como “revolucionario”: al llamar así a un gobierno que ha reprimido a un movimiento estudiantil, el escritor francés está implicando, también erróneamente, que los contrarrevolucionarios o los reaccionarios son los integrantes de este movimiento. Así, mediante su análisis histórico-filológico, Revueltas muestra por qué el gobierno de México no puede ser “revolucionario” ni diacrónica ni sincrónicamente. Las consecuencias de ello se ponen en evidencia, naturalmente, en el surgimiento y la conformación del movimiento estudiantil, el cual fue rebelde y revolucionario. Revueltas no se emociona ante la caracterización que hace del movimiento; pero sí elabora un interesante contraste entre la vitalidad y la alegría de éste frente a su represor: cualquier sujeto del estado que ha observado manifestarse a los estudiantes a una distancia lo suficientemente cercana como para detestarlos. Es así que, en un momento estratégico de su ensayo, Revueltas inserta esta caracterización contrastante, para agudizar aún más su crítica a la denominación que hace Marlaux de un “gobierno revolucionario”, frente a, en lo que verdaderamente se ha convertido el gobierno del México posrevolucionario: “Tal juventud (la estudiantil del 68) no fue reprimida ni masacrada por un gobierno ‘revolucionario’, sino por una pandilla gobernante fuera de la historia, enemiga de la realidad viviente y creadora de la imaginación política. […] Los gobernantes viven en una pérdida del sentido histórico” (Revueltas, 1969). Finalmente, podemos decir que en sus ensayos políticos, José Revueltas recurre a la precisión histórica y, más o menos, filológica para entender, explicar y problematizar los fenómenos que considera fundamental estudiar: su objetivo es indagar y proponer posibles caminos para llevar a cabo la conformación de México como un país libre, democrático e igualitario. Pero, como sujeto histórico, muestra un profundo interés por plasmar el compromiso y la gran empatía que siente por aquellos grupos que son constantemente

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despojados de los derechos y las obligaciones básicos, que se necesitan para vivir en un mundo de seres humanos dignos de la vida y de la muerte.

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