Guatopo: Encrucijada Cultural Aborigen

July 15, 2017 | Autor: Sixto Laya Gimón | Categoría: Human Geography, Ethnography, Historia, Arqueología histórica, Antropologia
Share Embed


Descripción

Guatopo: Encrucijada Cultural Aborigen
38






GUATOPO: Encrucijada Cultural Aborigen
Por: Sixto Laya Gimón
Introducción:
En el presente trabajo se plantea esbozar la compleja diversidad cultural prehispánica de Venezuela, tomando en cuenta la dispersión de la población producida por las migraciones humanas, intentando aportar elementos etnohistóricos que contribuyan con la discusión sobre los modelos socio-económicos y políticos de los grupos indígenas prehispánicos que ocuparon la región natural centro norte costera del país. El interés de esta investigación es reconstruir el proceso de ocupación aborigen de un sector geográfico de dicha región a la que denominaremos "Guatopo", emplazada en el tramo central de la Serranía del Interior, alineación meridional de la Cordillera de la Costa o Cordillera Caribe, extenso sistema montañoso que se alza entre el Mar Caribe y la región de Los Llanos centrales venezolanos. Se pretende además, postular unas nuevas rutas migratorias de expansión cultural aborigen, que habrían partido desde los principales centros de difusión del Orinoco Medio, desde donde fueron avanzando hacia el norte, llegando a ocupar eventualmente el sector geográfico de GUATOPO, ubicado en el piedemonte llanero central (vertiente Sur) de la Serranía del Interior.
Antecedentes:
"Los ríos son los caminos naturales para la difusión de ideas" (Meggers, Betty, EE.UU, 1921_2012)
Proceso de ocupación prehistórica del territorio venezolano:
La ocupación humana del territorio venezolano en tiempos prehispánico, es decir antes del contacto con los europeos (1498), ha sido motivo de concienzudos estudios llevados a cabo por destacados investigadores de la etnohistoria Suramericana. Como resultado de esas investigaciones multidisciplinarias, se ha podido establecer que en Venezuela existían dos troncos lingüísticos principales a los que pertenecían la mayoría de los pueblos indígenas, ellos son el tronco Arawak y el Caribe, dos importantes familias lingüísticas originarias del centro de Suramérica, (GILIJ, Felipe S. 1965/ 1784). Los primeros grupos que lograron arraigarse y expandirse por esta región fueron los Arawak, un milenio antes que los grupos Caribe como veremos más delante. Dentro de ese marco, intentaremos revisar las evidencias etnohistóricas disponibles que permitan establecer la reconstrucción del proceso de ocupación prehispánica de nuestra área de estudio: GUATOPO. Centraremos nuestra investigación en la escasa y dispersa información relacionada con el espacio geográfico que enmarca las cuencas de los ríos Tuy, Lagartijo, Taguaza, Orituco y Memo, principales integrantes de la red fluvial de nuestra área de estudio (Fig. 1).

Fig. 1 Guatopo en la Región Centro Norte Costera de Venezuela, y su estratégica ubicación dentro de su Sistema Hidrológico. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.
El hombre amazónico ocupa el territorio venezolano.
De acuerdo con las más recientes investigaciones (etnohistóricas, arqueológicas, etnolingüísticas) todo parece indicar que unos mil años antes de Cristo (a.C.), ocurrió un desplazamiento humano procedente de las selvas del noroeste de la cuenca hidrográfica del Amazonas, conformando pequeños grupos de comunidades agro-alfareras que en oleadas sucesivas emprendían la marcha hacia nuevas regiones por explorar, utilizando toda la red fluvial amazónica como caminos acuáticos, los "caminos del agua" (Rouse 1985 y 1986). Algunos grupos se dirigieron hacia el Norte, ingresando al sistema hidrográfico del Río Negro, que conecta el Amazonas con el sistema hidrológico del Orinoco a través del caño o brazo Casiquiare, comunicando fluvialmente la "Amazonía" con la "Orinoquia". El río "Casiquiare" comienza como un brazo del Orinoco, encontrando luego su camino hacia el río Negro, formando así un "canal natural", ofreciendo por lo tanto una conexión permanente entre la cuenca del Orinoco y la del Amazonas (Fig. 2). Este fenómeno de "captura fluvial" descubierto tempranamente por el hombre amazónico, tendrá enorme repercusión en las interrelaciones de ambas áreas culturales. (Humboldt 1956/1814; Rouse 1985; Zucchi y Vidal 2000).


Fig. 2 Canal natural río Casiquiare: Interconexión Fluvial Orinoco-Casiquiare-Río Negro- Amazonas. Fuente: Sixto Laya Gimón. Elaboración propia.

La Cuenca del Río Orinoco (Orinoquia: 880.000 km2):
La llegada del hombre a la Orinoquia supuso un nuevo desafío de adaptación al medio y a espacios que, hasta entonces, eran totalmente desconocidos (Meggers 1977; 1999). El sistema hidrológico del Orinoco fue de crucial importancia para los grupos indígenas que arribaron a su cuenca (Fig. 3), puesto que les sirvió como medio de subsistencia, además de convertirse en el eje geográfico de sus rutas migratorias y de difusión por toda su extensa cuenca (880.000 km2). Para describir las características de su curso, le hemos divido en tres grandes secciones: 1) Alto Orinoco: (713 km) desde que nace hasta la desembocadura conjunta de los ríos Atabapo y Guaviare. 2) Orinoco Medio (515 km), desde San Fernando de Atabapo hasta la confluencia de los ríos Apure y Guárico. 3) Bajo Orinoco: (912 km) desde ese último punto, hasta el océano Atlántico.


Fig. 3 Desplazamientos humanos desde la Amazonía Central hacia el Norte, a través de la interconexión fluvial: Amazonas- Río Negro- Casiquiare- Orinoco. Fuente: Sixto Laya Gimón; elaboración propia.
A las orillas de nuestro majestuoso río (El Orinoco es el cuarto río sudamericano más largo, con 2140 km) y en las cuencas bajas de sus principales afluentes, se han ubicado numerosos sitios arqueológicos, cuyas secuencias cronológicas indican claramente la importancia que tuvieron los ríos como vías de poblamiento, difusión de rasgos culturales y comercio (Perera 2000; Lathrap 1973). De allí que las investigaciones científicas practicadas hasta ahora, tuvieran como objetivo fundamental buscar evidencias que permitiesen trazar las "rutas migratorias", logrando de esta manera, establecer una secuencia del desarrollo cultural regional. Dentro de ese marco, se buscaron yacimientos arqueológicos a lo largo de los principales ríos, y para establecer la "secuencia" se consideró a la cerámica, un producto cultural elaborado, que sirvió de medio de expresión idóneo a la simbología aborigen, representando además, un paso tecnológico clave durante el surgimiento de las sociedades tribales en la historia de la humanidad.

Saladoides y Barrancoides (Grupos ARAWAK):
En el proceso temprano de formación de sociedades agro alfareras en el territorio venezolano, el valle del Orinoco medio y bajo ha jugado un papel relevante, puesto que las más recientes investigaciones demuestran la presencia de dos tradiciones culturales: Saladoide y Barrancoide, quienes introdujeron una rica herencia cultural amazónica, posiblemente Arawak (Zucchi 1985). Hubo un primer grupo migratorio que se asentó en el sitio Saladero, a la margen izquierda del Orinoco justo en el vértice de su Delta, a unos 1,5 kilómetros, aguas arriba, de la actual población de Barrancas del Orinoco, Estado Monagas (Fig. 4) ). A ese ancestral grupo de aborígenes se les ha denominado como "saladoides" en referencia al yacimiento arqueológico de Saladero, lugar donde se descubrió por primera vez los restos de cerámica característicos de la llamada "Fase o Tradición cultural Saladoide". (Cruxent y Rouse 1958; 1961).

Fig. 4 Migración Saladoide (Arawak) a la Región Centro Norte de Venezuela. Fuente: Sixto Laya Gimón. Elaboración propia.
La "Serie Saladoide" (2000 a.C – 650 d.C) representa la introducción por parte de grupos de lengua ARAWAK (Proto Arawak) de la cerámica y la agricultura en el valle del Orinoco. Este período formativo de la sociedad tribal orinoquense, es conocido como "neoindio" (1000 a.C /1500 d.C), y se caracteriza esencialmente por la introducción de dos innovaciones tecnológicas que cambiaran las formas de su organización social: la AGRICULTURA y la CERÁMICA (Vargas Arenas 1979; Rouse 1985 y 1986).
Su economía estaba basada en la producción de yuca o mandioca o Tapioca (de la lengua Tupí "Tipi-oka"); Manihot esculenta, Familia Euphorbiaceae, Género Manihot (Crantz 1766). Es muy probable que hayan desarrollado la producción de casabe para consumir la yuca amarga (Manihot utilíssima) y esto se evidencia por la presencia de "budares" (Burén) en el Orinoco desde los 1000 a.C., pudiendo ser también un indicador del comercio, ya que representa una tecnología desarrollada para producir un alimento transportable y almacenable, esencial para los largos viajes comerciales (Lathrap 1973; Sanoja y Vargas 1974). Para complicar un poco más el proceso de ocupación humana de la región en estudio, recientes investigaciones arqueológicas nos revelan la presencia casi "simultánea" de otro grupo de lengua Arawak (Proto Maipure) en las inmediaciones de Barrancas del Orinoco, los cuales se asentaron en dicha zona entre los años 874 y 515 a.C. (Serie Barrancoide, en referencia al yacimiento arqueológico de Barrancas) (Cruxent y Rouse 1961; Sanoja 1979).
Estas sociedades aborígenes que convergieron en la región de Saladero y Barrancas, crearon una artesanía cuyos numerosos vestigios en cerámica y piedra han sido clasificados como pertenecientes a dos tipos sucesivos de ocupantes: Saladoides (Proto-Arawak) y Barrancoides (Proto-Maipure). Ambas culturas tuvieron una coexistencia temporal y regional en dicha área, con una intensa dinámica social entre sí y con su entorno ambiental. "La corta separación cronológica entre la aparición de ambas series parecería implicar que los Barrancoides expulsaron a los Saladoides del Bajo Orinoco en un tiempo muy breve, dividiéndolos en dos grupos: A) Uno que habría emigrado hacia la costa oriental de Venezuela, donde permanecería por casi mil años antes de moverse hacia las Antillas y B) Otro que se habría asentado en el Orinoco Medio" (Sanoja y Vargas 2007). Una vez establecidos en el Delta orinoquense, se presume que fueron penetrando en continuos movimientos migratorios hacia la costa oriental venezolana desde Paria hasta Píritu en la región costera de la cuenca del río Unare. Tres o cuatro siglos antes de Cristo, los Saladoides iniciaron un movimiento migratorio hacia las islas del Mar Caribe (Antillas Menores, Antillas Mayores y la Florida norteamericana) (Sanoja y Vargas-Arenas 1999). Se ha sugerido que los portadores de la cultura Saladoide (o Igneri) fueran antepasados de los "Taínos" y los "Lucayos", pueblos que predominaban en la región del Caribe en el momento del contacto europeo (1492) (Rouse 1983; Cassá 1992; Blick 2008).
Serie Cerámica Saladoide:
La peculiaridad más relevante de la cerámica Saladoide, es la utilización de la PINTURA. Sus series se caracterizaron por la presencia de piezas decoradas en "blanco sobre rojo", rojo sobre blanco y blanco y rojo sobre superficie sin pintar. La modalidad más extendida y definitoria del conjunto es el uso de la pintura de color "blanco sobre rojo". Otro destacado componente lo representó el uso de recursos decorativos en torno a motivos geométricos "incisos" en la zona intermedia de las vasijas, las cuales presentan la peculiaridad de tomar una forma de campana invertida, con asas en forma de "D" mayúscula, con un espesor sumamente fino, así como su excelente proceso de cocción. Las vasijas presentan además "adornos" comúnmente llamados caritas (figuras antropo-zoomorfas o zoomorfas), la mayoría de las cuales se encuentran en la zona de las asas (Cassá 1992).

Fig. 5 Barrancas del Orinoco, Estado Monagas, Venezuela. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.

La Tradición Barrancoide
Se trataba de los primeros grupos aborígenes que se asentaron a comienzos del primer milenio a C. en la región de Barrancas del Orinoco (Estado Monagas), geográficamente ubicadas en el vértice del Delta del gran río venezolano (Fig. 5). Fueron los primeros aborígenes que se dedicaron, especialmente, al cultivo y procesamiento de la yuca amarga (Manihot utilissima) algo que sugiere un incremento de la dependencia de la agricultura, siendo la "mandioca amarga" un componente importante, si no el básico. Su gente elaboraba una cerámica que estaba particularizada por el predominio de la "decoración modelada incisa" y específicamente la decoración incisa curvilínea. En su fase clásica desarrolló conceptos estéticos mas estandarizados con la representación tridimensional de animales y figuras humanas. Los motivos zoomorfos más populares eran murciélagos, felinos, peces y otros animales, junto con caras humanas. Las superficies altamente pulidas y una variedad de formas de vasijas les permitieron crear impresionantes obras de arte.



Fig. 6 Migración Arauquinoide (Caribe) a la Región Centro Norte de Venezuela. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.
Arauquinoides (Grupos CARIBE)
Hacia el segundo siglo de la era cristiana (siglo II d.C) , grupos de agricultores ceramistas (agro-alfareros) de la familia lingüística CARIBE, provenientes de la región central de la Amazonía (Brasil) ingresaron a la cuenca alta del río Orinoco (a través de la interconexión fluvial Orinoco- Brazo Casiquiare-Río Negro) provenientes de un centro inicial ubicado presuntamente entre el Mato Grosso (Brasil Central) y las cabeceras del Amazonas, en oleadas migratorias sucesivas, se expandieron hacia el norte remontando el Río Negro (afluente izquierdo del Amazonas) hasta alcanzar la cuenca del Orinoco alrededor del siglo III d.C. desplazando o absorbiendo a los antiguos pueblos ARAWAK que habitaban nuestro territorio desde el año 1000 antes de la era cristiana (a.C.) (Fig. 6).
Según el investigador Donald Lathrap, esos grupos conquistaron las principales rutas fluviales, practicaban la antropofagia masculina y se casaban con las mujeres de los eliminados mediante esa práctica.

Estas alianzas matrimoniales trajeron como consecuencia la aparición de variaciones lingüísticas y el surgimiento de estilos cerámicos regionales bien diferenciados. Como la mujer era la encargada de la alfarería, era obvia la influencia de su cultura ancestral sobre la nueva producción cerámica. Además, en la crianza de sus hijos también les enseñaba su lengua materna, apareciendo así las variaciones del tronco lingüístico Caribe invasor (Lathrap 1970).
Para el siglo cuarto de nuestra era (siglo IV d.C.) la consolidación del establecimiento de los Caribe en el Orinoco era ya un hecho, apareciendo nuevos grupos portadores de una tradición cerámica conocida como Valloide, quienes penetraron a la Guayana venezolana y ocuparon la margen derecha del Orinoco y sus afluentes más importantes: el Caura, Aro y Cuchivero, alcanzando hacia el año 1000 d.C. el Orinoco Medio. (Zucchi 1985).


Fig. 7 Arauquín, Yacimiento arqueológico del Estado Apure, Venezuela. Fuente: Petrullo, Vicenzo 1939.

La presencia de grupos Caribe en el Bajo Orinoco a partir del siglo seis o siete de nuestra era, identificados con la tradición arqueológica "Arauquín" (Serie Cerámica Arauquinoide), determinó la declinación de la tradición "Barrancas" inicialmente atribuida a grupos Arawak (Perera 2000). Cabe destacar, que la Serie Cerámica Arauquinoide (Fig.7), hace referencia al yacimiento arqueológico Arauquín, considerado el yacimiento tipo y el más antiguo de la serie, ubicado a orillas del río Arauca cerca de su confluencia con el Orinoco, en el Estado Apure (Petrullo 1939), y que la serie cerámica fue denominada así por los investigadores Cruxent y Rouse (1963).

Serie Cerámica Arauquinoide
Tradicionalmente se ha considerado que la alfarería con desengrasante de espículas de esponjillas de agua dulce (cauixí o cauxí) tipifican la serie cerámica Arauquinoide. Desde los primeros trabajos de investigación (Lapthrap, 1970), en donde se combinan evidencias lingüísticas y arqueológicas de los diferentes desarrollos culturales en la "cuenca Orinoco- Amazónica", se empezó a relacionar la familia lingüística Caribe y los portadores de la alfarería desgrasada con espículas de esponja de agua dulce (Cauxí). Fig. 8 Serie Arauquinoide (Caribe), Llanos de Barinas, Venezuela. Fuente: Zucchi y Denevan 1974.

Hasta ahora se acepta que la Serie Cerámica Arauquinoide, tiene estrechas vinculaciones con la "Tradición Inciso-Punteada Amazónica", la cual habría discurrido a lo largo del río Amazonas hasta el Alto Orinoco, facilitado por la interconexión fluvial Casiquiare – Río Negro, que pone en contacto estas dos grandes cuencas de Sur América (Lapthrap, 1970).

Se presume que entre el año 500 después de Cristo (d.C) y la época del contacto con los europeos (1492), es cuando aparece la tradición cerámica Arauquinoide, alcanzando su mayor desarrollo a lo largo de la gran curvatura que describe el Orinoco en su curso medio (Orinoco Medio). Sin embargo, evidencias recientes parecen contradecir dicha posición y sugieren que en el Orinoco Medio esta alfarería podría datar de los comienzos del primer milenio antes de la era cristiana (Zucchi 1976). En ese sentido, son de particular interés los datos obtenidos en Agüerito, un yacimiento arqueológico ubicado sobre la margen derecha del Orinoco, justo en frente a la desembocadura del río Apure (7.6º N; -66.3833º W/ Oeste) (Zucchi y Tarble 1982).
Características definitorias de la Serie Cerámica Arauquinoide.
La serie cerámica Arauquinoide, además de ser tipificada por el uso de "antiplástico o desgrasante"(*) de espículas de esponjillas de agua dulce (cauixí o cauxí), presenta otras características identificadoras como la "decoración" hecha a base de líneas inicisas finas y profundas (líneas rectas o formando motivos en "V") en la cual el motivo central es el triangulo, combinada con punteado o la impresión de canutillo, así como el elaborado trabajo de "aplicación" (modelado – inciso) que incluye representaciones antropomorfas (aplicación de rostros humanos con cejas arqueadas en los cuellos de las botellas, o con "ojos grano de café" que es tan típica en el material de la serie Arauquinoide), zoomorfas y abstractas. Otros trabajos de aplicación se relacionan con la impresión de tejidos y cestería sobre la superficie externa de las vasijas y los "budares" (Zucchi 1976).
(*) Nota: se llama desgrasante, desengrasante, elemento magro o antiplástico a todo aditivo corrector no plástico, orgánico e inorgánico, que se agrega a la arcilla para evitar una plasticidad excesiva.
Sociedades agro -alfareras ocupan la región centro norte venezolana
Modelo de Expansión Caribe (Arauquinoide):
Datos arqueológicos recientes indican que entre los 500 y 700 d.C se dio inicio a un periodo de intensa interacción entre los portadores de la alfarería con cauixí (Caribes amazónicos) y los demás grupos locales del Orinoco Alto, Medio y Bajo, así como también con los de los Llanos occidentales, que supuestamente eran de filiación lingüística Arawak (Tarble 1985). En esta etapa se produjo la adopción del complejo maíz- frijol- calabaza que les proveería de suficientes proteínas independientes del aporte animal (Roosevelt 1980). Paralelamente se establecieron nuevas rutas permanentes de comercio interétnico. Para los años 600 a 1000 d.C los grupos Arauquinoide llegaron a dominar todo el Valle del Orinoco, para luego entrar en una etapa de expansión lateral, a lo largo del eje fluvial Orinoco–Apure. Remontando la red fluvial integrada por los ríos Orinoco, Apure, Portuguesa, Pao y Paito lograron alcanzar el sector más septentrional de los Llanos occidentales, la cuenca endorreica del Lago de Valencia (Zucchi 1985)
La cuenca endorreica del Lago de Valencia:
Alrededor de 1100 años a.C., los grupos Arauquinoide habían ocupado toda la costa central y las montañas aledañas a la cuenca del Lago de Valencia, induciendo la aparición de una nueva serie cerámica que conformará la compleja y rica cultura Valencioide (Marcano 1971/1889; Kidder 1948) la cual se expandió por los Valles de Aragua, Caracas, Tuy, y por la costa central (desde Tucacas al occidente, hasta Río Chico al oriente), inclusive por territorios insulares como el Archipiélago de Los Roques (Antczak y Antczak 2006).
Aparentemente estos grupos lograron, por vía marítima, llegar hasta la Península de Paria (en donde dieron origen a la serie Guayabitoide; Vargas Arernas 1979)) y desde allí pasaron a las Antillas Menores. (Cruxent y Rouse 1961; Rouse 1985; Cassá 1992; Blick 2008; Zucchi 1984).


Fig. 9 Migración aborigen desde el Orinoco Medio hacia la Región Centro Norte de Venezuela. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.
Ocupación Prehispánica de la Cuenca del Unare:
"El camino es Unare, que llega al mar en una noche". De Armas Chitty, José A. (1983)
Río Unare y su cuenca (22.450 km2):
Siguiendo con el proceso de ocupación prehispánica de la región centro-norte-costera, se asume que algunos grupos aborígenes alcanzaron tempranamente la cuenca del río Unare a nivel de su desembocadura en el Mar Caribe.


La presencia de dos albuferas a cada lado de su desembocadura, (Laguna de Unare y la de Píritu) y las relaciones hidrográficas especiales a nivel de sus cabeceras, facilitaron a los indígenas el estableciendo de rutas permanentes de comunicación interregional entre la costa Caribe o antillana, y el Valle del Orinoco.
Interconexión fluvial Unare- Zuata- Orinoco Medio:
El Alto Unare a nivel de sus fuentes, en la meseta central conocida como "Serranía de Pariaguán" (línea divisoria de aguas, a 400 msnm; De Armas Chitty 1983), confina por el Sur con las fuentes de la conocida cuenca del Zuata-Pao-Caris, conformada por esos tres ríos, que vierten sus aguas al Orinoco por su margen izquierda. Estas circunstancias hidrográficas especiales, permitieron a los primeros pobladores del continente, utilizarlas como una "vía de penetración fluvial", estableciendo rutas permanentes de comunicación interregional, conformando tempranamente una "red de comercio" entre la costa Caribe, los llanos y el valle del Orinoco (Lathrap 1970; Rouse 1985; Tarble 1985; Zucchi 1984, 1985).
Después de haber recorrido 258 kilómetros desde sus cabeceras, el Unare desemboca en el Mar Caribe (Boca de Unare) formando un delta que separa la albufera de Unare de la de Píritu, cerradas ambas por cordones litorales arenosos generados por los sedimentos acarreados tanto por el río como por el Mar. Antiguamente eran conocidas como una sola con el topónimo de: Unare, Unari, Dunare (Ojer 1962).
Laguna de Cariamaná y la Salina de Unare (Periodo Prehispánico):
Realmente lo que hoy conocemos como la albufera de Unare, en la época de la conquista española de la "Provincia de los Cumanagotos", toda la superficie de la actual laguna de Unare estaba dividida en dos sectores: una "mitad occidental", ocupada por una laguna de agua salada, conocida por los aborígenes como Cariamaná, cuya boca al Mar Caribe debió quedar cerca de su extremo Oeste, donde se fundaría en 1596 la ciudad de "San Juan de la Paz de Cariamaná" (San Juan de la Laguna de Uchire como también se la conoció). La "mitad oriental", estuvo ocupada por una extensa "salina" que llegaba bastante cerca de la orilla izquierda del Bajo Unare, sin llegar a establecer contacto con sus aguas. Era una marisma costeras donde se estancaba el agua de las mareas, que por acción del sol y de los vientos producía la evaporación del agua de mar hasta que se formaran o cuajaran los cristales de sal.
La sal siempre ha representado un bien muy preciado para la humanidad, tanto por su valor dietético, como por su importancia en la tecnología de la conservación de los alimentos.
Para nuestro estudio la laguna de Cariamaná y su salina anexa ("Laguna de Sal" de los españoles) reviste especial importancia, ya que en tiempos prehispánicos su explotación la convirtió en un gran centro de intercambio aborigen de sal y pescado, involucrando tanto a la población de la costa Caribe, como a los pobladores de tierra adentro, hacia el Sur, quienes utilizaban el río Unare como vía fluvial para conectarse por una parte, con los grandes centros de intercambio a las riberas del Orinoco Medio (Interconexión fluvial Unare- Zuata- Orinoco Medio), y por el occidente, hacia la cuenca alta del río Orituco, con el Sector Guatopo, utilizando el cauce de los ríos Tamanaco y Guaribe (afluentes de la margen izquierda del Unare) logrando establecer rutas permanentes de comunicación interregional entre la costa Caribe y el Valle del Orituco.
Explotación aborigen de la sal en la Región Centro-Norte- Oriental.
Las investigaciones etnohistóricas y arqueológicas de las últimas décadas, han revelado muchas de las incógnitas relativas a la producción y comercialización de la sal por los aborígenes que ocupaban la zona costera centro-oriental del actual territorio venezolano, durante el llamado período prehispánico o "Período Indígena" (Navarrete 2005). Según se ha inferido de crónicas tempranas, fueron los miembros de la etnia Palenque, los que con mayor interés participaron en esa compleja y amplia red de intercambio por la que circulaban materias primas y bienes elaborados, desde la costa hacia los llanos (alto Unare) y viceversa. Los Palenque eran los moradores de la cuenca alta del Unare, y desde allí bajaban por el río en sus curiaras para visitar las salinas y realizar trueque con los Tomusa, Píritu, Chacopata y Cumanagoto de la costa, compartiendo la explotación de dichas salinas, formando una red comercial intra e inter-tribal, al mismo tiempo que un delicado sistema de alianzas y guerras. (Civrieux 1980; Ojer 1966).


Fig. 10 Cuenca del río Unare (22.450 km2): confina por el Sur con la cuenca Zuata-Pao-Caris, que completa la interconexión fluvial del Orinoco Medio con la costa Caribe venezolana y las Antillas. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.
Nueva ruta de expansión aborigen desde el Orinoco Medio:
La mayoría de los investigadores que han revisado las evidencias etnohistóricas disponibles hasta el presente, y que permitieron establecer parcialmente la reconstrucción del proceso de ocupación prehispánica de la región centro-norte costera de Venezuela, coinciden y apoyan el esquema de las corrientes migratorias arriba descrito, dejando de lado algunas potenciales rutas fluviales por donde también se llevó a cabo ese proceso histórico selectivo de las "migraciones", el cual representó un mecanismo alternativo para algunos grupos indígenas que buscaban cambios sociales, económicos, ecológicos, políticos y culturales en una nueva zona (Zucchi 2006), y que reflejan un proceso de "transculturación" generado por los constantes movimientos migratorios (Acosta Saignes 1945; 1961).


Fig. 11 Ruta de intercambio aborigen Orinoco Medio- Río Guárico- Río Orituco- Sector Guatopo. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia
Estamos proponiendo nuevas rutas migratorias que utilizando la red fluvial confluente al Orinoco Medio, les permitió ir avanzando hacia el norte, explorando el cauce del río Guárico hasta encontrar la desembocadura del río Orituco por su margen izquierda, para luego remontar el curso de este afluente, aguas arriba, hasta llegar al sector Guatopo donde se encuentran sus cabeceras. Si observamos detenidamente la red hidrográfica del Sector Guatopo (Fig. 11), resalta la presencia de las fuentes de los ríos Lagartijo, Taguaza, Orituco y Memo, concentradas en un área de aproximadamente 625 km2, desde donde parten sus cauces en diferentes direcciones, configurando una hipotética "Encrucijada Hidrográfica".
En su avance hacia el Norte, se presume que utilizaron tanto el cauce del Lagartijo hacia el noroeste (NO), como el cauce del Taguaza hacia el noreste (NE), hasta entrar a la principal hidrovía de la cuenca del Mar Caribe en la zona central, el Rio Tuy. Esta interconexión fluvial les facilitó la exploración y ocupación de los valles centrales de la Cordillera de la Costa o Cordillera Caribe: Valles del Tuy (Tuy Medio), la depresión de Barlovento y el valle del rió Guaire (Valle de Caracas). Más delante comentaremos otros detalles sobre las rutas migratorias que desde la región oriental, desde la margen izquierda del río Unare, siguiendo el curso de dos de sus afluentes principales (el río Guaribe y el Tamanaco) hasta su cuenca alta, mantenían a los pobladores originarios en estrecho contacto con los que ocupaban el Sector Guatopo de la subregión del Orituco. Además, revisaremos algunas evidencias arqueológicas encontradas a lo largo del recorrido de dichas rutas, las cuales sustentan parcialmente su existencia en tiempos prehispánicos (Dupouy, Requena y Cruxent 1948; Cruxent y Rouse 1958).

Sector Guatopo en la Región Centro Norte de Venezuela
Área Geocultural: Región Natural Centro Norte de Venezuela
Para lograr comprender los flujos migratorios tempranos dentro del proceso de ocupación prehispánico de la región centro-norte costera, es necesario describir sucintamente el escenario geográfico natural de la misma. En una visión de conjunto del territorio, destaca la presencia entre la costa y los llanos, la extensa cadena montañosa del Sistema de la Costa o del Caribe, hendido en el centro hasta compartirse en dos unidades paralelas: La Serranía del Litoral Central y la Serranía del Interior, dejando entre ambas las conocidas "depresiones tectónicas" del Lago de Valencia (Lago Tacarigua originario), la del Valle del Tuy y la de Barlovento.
Cordillera de la Costa o Cordillera Caribe:
Extenso sistema montañoso que se alza entre el Mar Caribe y la región de Los Llanos. Discurre paralela a la costa, y se extiende desde la depresión del Yaracuy, al Oeste, hasta el golfo de Paria, al Este. Está seccionada en tramos centrales y orientales por la depresión del río Unare y la fosa marina de Cariaco respectivamente. En los tramos centrales de dicha cordillera se distinguen dos alineaciones: una al Norte, la Serranía del Litoral Central y otra, la Serranía del Interior. Entre ambas serranías existen "depresiones tectónicas" muy importantes como son la del Lago de Valencia, la del Valle del Tuy y la de Barlovento.
Unidades Espaciales:
Para este estudio en particular, sólo haremos referencia al espacio comprendido entre los meridianos 65 y 68 de longitud Oeste, el primero pasa por Píritu en la costa oriental y el segundo aproximadamente por Puerto Cabello/ Valencia al occidente (Fig. 12).
Dentro de ese amplio marco geográfico incluiremos CINCO unidades espaciales: 1) Cuenca del Lago de Valencia, que comprende los Valles de Aragua y Carabobo, incluyendo el sector sur de la Cordillera de la Costa. 2) Costas centro-orientales, abarcan toda la costa desde Tucacas hasta Píritu, al oriente.
3) Montañas centro norte, incluye los Altos Mirandinos y el Valle de Caracas. 4) Depresión Tectónica del Tuy y la Serranía del Interior. 5) La Depresión de Barlovento y Cuenca del Unare, al oriente.
Centraremos nuestra atención únicamente en las dos últimas unidades espaciales (4ª y 5ª), y con más detalle en el tramo central de la Serranía del Interior, donde se encuentra enclavado el sector geográfico "Guatopo", cabalgando sobre la línea divisoria de aguas que separa las que vierten al Mar Caribe, de las que fluyen a la gran cuenca del río Orinoco (Uyapari, voz aborigen originaria).
Es precisamente hacia el sector geográfico de GUATOPO, ubicado en el piedemonte llanero central (vertiente Sur) de la Serranía del Interior, donde se asentaron los primeros aborígenes que habrían partido desde los principales centros de difusión del "Orinoco Medio", que fueron avanzando progresivamente hacia el norte, llegando a ocupar eventualmente dicho sector. Igualmente describiremos someramente las cuencas y los cauces de los ríos Unare y Zuata, apoyándonos con las ilustraciones anexas correspondientes, intentando resaltar sus interconexiones con el Orinoco Medio y por supuesto con nuestro sector geográfico en estudio: GUATOPO.


Fig. 12 Guatopo en la Región Centro Norte de Venezuela. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.





Depresión Tectónica del Tuy y la Serranía del Interior:
La Depresión Tectónica del Tuy mejor conocida entre la población como los "Valles del Tuy" (1694 km2), se encuentra enclavada entre las montañas de los Altos Mirandinos de la Cadena del Litoral Central, y el tramo medio de la Serranía del Interior, que la separa de la extensa región de los "Llanos Altos Centrales", sirviendo ésta última de "línea divisoria de aguas" entre la Cuenca del río Tuy y la del Guárico, es decir, entre la Cuenca del Mar Caribe y la gran Cuenca del Orinoco (Orinoquia) respectivamente (Fig. 13).
La Serranía del Interior
Esta mole montañosa representa el límite hidrográfico entre las cuencas del Mar Caribe (El río Tuy) y la del río Orinoco (La Orinoquia: 880.000 km2). Aunque es menos elevada que la Cadena del Litoral Central, separa tanto los valles de Aragua como los valles del Tuy de la región de los Llanos Altos Centrales, donde la principal corriente fluvial es el río Guárico (Río Guárico: 525 km). Desde su origen al occidente de la región, el relieve de ésta Cordillera está conformado por una serie de pequeños macizos dispuestos de Oeste a Este, dejando entre ellos accidentes o surcos orográficos conocidos como "Abra", los cuales nombraremos en ese mismo orden: la sierra o macizo de Nirgua, (abra de Las Trincheras), la sierra de Tinaco (abra de Tinaquillo), el cerro Platillón (abra de la Villa de Cura), y por especial interés de nuestro trabajo, describiremos el Abra del río Lagartijo, que al igual que las otras, también permite establecer zonas de "contacto natural" con los Llanos Altos Centrales, de relevante importancia para las comunicaciones interregionales (Valles del Tuy con el Valle del Orituco).
Río Tuy:
La corriente fluvial más importante de la depresión del Tuy, es el propio río Tuy, el cual tiene sus fuentes al pie del pico Agustín Codazzi (2.426 msnm.). Desde allí sigue un curso Sureste, descendiendo hasta alcanzar el extremo Este de la depresión del Lago de Valencia (Valle de Aragua); a ese nivel discurre por un estrecho surco orográfico en dirección Este, corriendo paralelo a la Serranía del Litoral Central, y en las proximidades de la fila La Magdalena, cambia nuevamente su curso en sentido sureste, penetrando en la garganta montañosa que lo comunica con la depresión del Tuy (Valles del Tuy) en las cercanías de la población actual de Tácata. De allí en adelante este sector del río es conocido como la cuenca media del Tuy ó simplemente Tuy Medio, discurriendo su cauce paralelamente a las faldas de la vertiente septentrional del tramo central de la espaldera Serranía del Interior; hasta entrar en las Sabanas de Ocumare, lugar de asiento de la actual ciudad de Ocumare del Tuy, a cuyo nivel cambia drásticamente su curso, enrumbándose al Noreste, para luego seguir zigzagueante al Este.
A partir de su confluencia con el Guaire, mantiene su curso con rumbo Este (un recorrido de aproximadamente 25 kilómetros), entrando en la garganta montañosa de Aragüita, para luego descender hacia la gran planicie de Barlovento y verter sus aguas al Mar Caribe (Mar de las Antillas), después de recorrer aproximadamente 293 kilómetros.





Fig. 13 Cordillera de la Costa o Cordillera Caribe y sus dos alineaciones: la Serranía del Litoral Central al norte, y la Serranía del Interior al sur. Sector Guatopo emplazado en el tramo central de la Serranía del Interior. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.

Río Lagartijo:
Las cabeceras del río Lagartijo están ubicada en las estribaciones septentrionales de la Serranía del Interior, en un sector de la misma conocido localmente como la Fila Maestra, en un punto donde también converge la Fila Cerro Azul, alineación montañosa de las estribaciones septentrionales de dicha Serranía, cuyos relieves ostentan alturas que oscilan entre los 400 y los 1.400metros, como el Cerro Azul (1460 msnm), muy próximo a la cresta de la Fila Maestra (10.012300º N; -66.492711º W/ Oeste). Después de un breve recorrido Norte-Suroeste (N-SO), paralelo a la cresta de la Fila Maestra, el cauce del Lagartijo toma una dirección Este-Noroeste (E-NO), en línea casi recta apuntando hacia las Sabanas de Ocumare. Cabe destacar que en este punto de inflexión de su curso (9.983333ºN; -66.533333ºW/Oeste), la cresta de la Fila Maestra presenta un profundo "surco orográfico" que deja expuesta sus estribaciones meridionales, donde se encuentran los nacientes del río Memo, en una falda montañosa con declinación al Sur, hacia los llanos altos centrales del actual Estado Guárico, aguas vertientes al gran sistema hidrográfico del Orinoco; convirtiéndose este accidente orográfico, en una zona de contacto natural entre los Valles del Tuy y el Valle del Orituco, como veremos más delante.


Hecho el paréntesis anterior, retomamos nuevamente la descripción de su curso medio, el cual discurre por el Abra del Lagartijo, flanqueado por la Fila Cerro Azul por el Norte, y la Fila La Rasante por el Sur. Encajonado entre estas dos moles montañosas, su curso toma en líneas generales un rumbo Este-Noroeste (E-NO), hasta confluir finalmente con el río Tuy por su margen derecha, casi frente a la población actual de San Francisco de Yare, después de haber recorrido unos 42 km (10.185864º N; -66.731492º W/Oeste). Cerca de ese lugar y a finales de la década de los sesenta, se construyó sobre su curso bajo el "Embalse Lagartijo", puesto en servicio en 1968, teniendo una capacidad de embalse de aproximadamente 80.000 miles de miles de metros cúbicos (m3).
Río Memo:
Es un importante afluente del río Orituco, el cual tiene sus fuentes en las estribaciones meridionales del tramo central de la Serranía del Interior, en el sector de la misma conocido como La Fila Maestra, representadas por dos quebradas: la quebrada de Curabe y la de Quere las cuales convergen en un punto donde hoy día se asienta el vecindario Las Bestias del Estado Guárico (9.934950º N; -66.498002º W/ Oeste). Después de esta confluencia, su curso toma un rumbo norte-sur, casi paralelo al que sigue el río Orituco, hasta su confluencia con este último, después de haber recorrido unos 106 km (9.268652º N; -66.628293º W).
Paso montañoso Lagartijo-Curabe: (630 m.s.n.m)
A través del tiempo, los hombres de ambas regiones han tenido que vencer la barrera orográfica de la Serranía del Interior para poderse comunicar, y para ello buscaron instintivamente una ruta que les brindara un fácil acceso.
Como ya hemos referido, la Fila Maestra separa la cuenca alta del río Lagartijo de la del Memo a nivel de sus cabeceras. Después de un breve recorrido Norte-Suroeste (N-SO), paralelo a la cresta de dicha Fila, el curso del Lagartijo toma una dirección Este-Noroeste (E-NO), en línea casi recta apuntando hacia las Sabanas de Ocumare, discurriendo su cauce por el accidente orográfico que denominamos Abra del río Lagartijo.
En el punto donde el cauce del Lagartijo cambia de rumbo (9.983333ºN; -66.533333ºW/Oeste) la cresta de la Fila Maestra presenta un profundo "surco orográfico" que deja expuesta sus estribaciones meridionales, donde se encuentran los nacientes del río Memo. Con tan sólo una altura de 630 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m), este particular accidente orográfico ha permitido las comunicaciones entre los Valles del Tuy y la región del piedemonte llanero de la cuenca alta del río Memo y la del Orituco (Fig. 15). En las memorias documentales más antiguas consultadas, hacen referencia a este sector con el topónimo "Curabe", voz de filiación lingüística Caribe, aplicada a un valle, a una quebrada, a un Topo y a una Fila. En consecuencia, hemos propuesto denominar a esta "zona de contacto natural" entre la cuenca del río Tuy y la del Memo (afluente importante del Orituco), como Paso montañoso Lagartijo – Curabe, guardando el mayor respeto por la toponimia aborigen.




Fig. 14 Escenario Natural del Sector Guatopo: Área de convergencia de las fuentes de los ríos Lagartijo, Taguaza (Cuenca del Tuy) y el Orituco, Memo y Macaira (Cuenca del Orituco). Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.

El Valle de Curabe en las cabeceras del río Memo
Como ya hemos mencionado, las fuentes del río Memo están representadas por dos quebradas confluentes: la quebrada de Curabe y la de Quere, cuyos cauces convergen hacia un punto intermedio de la cuenca alta del Memo, dejando entre ellas un pequeño valle faldero, con declinación al Sur, de aproximadamente un kilometro cuadrado, el "Valle de Curabe", donde muy probablemente se asentaron los primeros aborígenes que se aventuraron por este sector en tiempos muy remotos (Fig. 14).
La cuenca alta del Memo por su flanco oriental, se encuentra separada de la del Orituco, por una alineación montañosa de las estribaciones llaneras de la Serranía del Interior conocida localmente como la "Fila de Quere".
En un punto de ella no muy distante de las cabeceras de la quebrada Quere, presenta en su cresta un surco orográfico, el cual deja expuesta su vertiente oriental, donde tiene su origen la quebrada La Rubileña afluente importante del Alto Orituco.


Fig. 15 Guatopo Encrucijada Hidrográfica: Fuentes de los ríos Lagartijo, Taguaza, Orituco y Memo. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.
Paso montañoso Alto de Quere (639 m.s.n.m):
El accidente orográfico arriba descrito, se transformó en una zona de contacto natural entre la cuenca del río Memo y la del Orituco, a una altura estimada de 639 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m) (Alto de Quere: 9.951780ºN; -66.458333ºW /Oeste), el cual ha facilitado desde siempre la comunicación terrestre, permitiendo el establecimiento de rutas migratorias y de intercambio entre los pueblos aborígenes que poblaron la región (Fig. 15).
Como ya hemos mencionado, la quebrada La Rubileña desciende bruscamente en dirección sureste, hasta confluir con el Orituco por su margen derecha en el sitio conocido por nuestro ancestros aborígenes como Guanarapa, hoy Guanape (De Armas Chitty 1951), lugar donde el Gobierno Nacional en la década de los sesenta construyó el embalse Guanapito (1963), con una capacidad de embalse de 49.040 miles de m3, al cual se le anexó un sistema de riego extendido a lo largo de su valle medio.


Zonas de contacto natural en la Serranía del Interior relacionadas al Sector Guatopo

Tabla 1: Zonas de contacto natural en la Serranía del Interior relacionadas al Sector Guatopo Fuente: Sixto Laya Gimón. Elaboración propia.


El Río Orituco:
El río Orituco nace en los escarpados desfiladeros de la vertiente Sur de la Fila Maestra de la Serranía del Interior, ramal del sistema montañoso de la Cordillera de la Costa o Caribe. La extensión de la cuenca es de 7.580 km2, cubriendo altitudes que oscilan entre los 1.500 hasta 100 msnm, siendo su longitud de 315 km, hasta que entrega sus aguas al río Guárico, a poca distancia al Sur (ca. 24 km) de la ciudad de Calabozo, Estado Guárico (Fig. 16).
Para efectos descriptivos y prácticos, el curso completo del Orituco (315 km) lo dividiremos en tres grandes secciones:
1- Alto Orituco
2- Orituco Medio
3- Bajo Orituco





Tabla 2: Río Orituco: división descriptiva de su curso en tres secciones. Fuente: Sixto Laya Gimón. Elaboración propia.

Valle del Orituco: Escenario Natural
Las cabeceras del río Orituco se ubican en la vertiente Sur de un sector de la Serranía del Interior conocido como la Fila Maestra, que marca en este tramo, el límite natural entre los Estados Miranda y Guárico, siguiendo una línea imaginaria o Línea divisoria de aguas, que se establece siguiendo los puntos más altos de la serranía, la cual tiene un rumbo general Este-Oeste (EO). Sus fuentes originarias se sitúan en el cerro Peñoncito a una altura de 1516 metros sobre el nivel del mar (10.019108º N; -66.312232º W/Oeste). Su caudal aumenta considerablemente al recibir las aguas de la quebrada El Agua, muy cerca de sus fuentes y por su margen derecha. Un trecho más adelante y por la misma margen, recibe las aguas de la Quebrada Grande, que se origina en las cercanías del sitio conocido como La Colonia, en las faldas del Morro Mocapra o Morro de la Colonia (1560 m.s.n.m). El cauce del río toma un rumbo Este-Oeste (EO) por unos quince kilómetros (15 km), hasta que recibe las aguas de la quebrada Guatopo, uno de sus principales afluentes por su margen derecha (Fig. 15).
Dicha quebrada tiene sus fuentes en la Fila La Casupera, presentando su cauce un rumbo Oeste-Este (OE), hasta encontrarse con el Orituco, después que su curso describe una amplia curvatura hacia el Sur, buscando su margen derecha (10.016944º Norte; -66.435833º W/Oeste).



Fig. 16 Río Orituco: desde sus cabeceras en la Fila Maestra de la Serranía del Interior, hasta su confluencia con el Guárico (315 km). Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.

Una vez recibido las aguas de la quebrada Guatopo, el curso del Orituco toma un rumbo Norte–Sur (NS), justo donde se inicia su Abra, discurriendo por un estrecho valle el cual se ensancha progresivamente hasta alcanzar las inmediaciones del sector conocido como Guanape (Guanarapa, voz indígena original. De ARMAS CHITTY, 1951). En este punto, el Orituco recibe por su margen izquierda a la quebrada Cañafistola, y por su margen derecha se avena la quebrada La Rubileña, la cual tiene sus cabeceras en la ya mencionada Fila de Quere, línea divisoria de aguas de la cuenca del Orituco y la de su afluente el río Memo en su cuenca alta. Una vez recibida las aguas de ambas quebradas, el cauce pasa por una estrechura en medio de dos colinas bajas, donde modernamente el Gobierno Nacional, aprovechando este accidente orográfico tan conveniente, construyó en la década de los sesenta (1963), el embalse Guanapito,(Fig. 15), (9.919013º N; -66.404242º W/Oeste). Como anteriormente habíamos acordado, en este punto finaliza el tramo alto del Orituco, el primero de los tres en que dividimos todo su curso.



Asentamientos Indígenas Prehispánicos en el Alto Orituco:
En las siguientes líneas abordaremos algunas aproximaciones con el propósito de esbozar la historia cultural y la dinámica demográfica que en el pasado caracterizó a las poblaciones prehispánicas ubicadas en el sector Guatopo. Presentaremos algunos datos históricos, etnohistóricos y arqueológicos, que nos permitirán una mejor comprensión de los diferentes procesos relacionados con las migraciones y el patrón de asentamiento de los indígenas que ocuparon el Alto Orituco.

Asentamientos Indígenas Prehispánicos en el Alto Orituco:

Tabla 3: Asentamientos Indígenas Prehispánicos en el Alto Orituco. Fuente: Sixto Laya Gimón. Elaboración propia.

El Sitio de Curabe:
Debido a su estratégica ubicación geográfica, el sitio de Curabe reviste especial interés dentro del sector en estudio. Se encuentra emplazado dentro de la "zona de contacto natural" entre las cuencas del Tuy y la del río Orituco (representados por sus afluentes Lagartijo y Memo respectivamente). El sitio en cuestión, está ubicado en las cabeceras del río Memo, justo por encima del punto de convergencia de las quebradas Curabe y Quere que dan origen al Memo (Fig. 17). Se trata de un pequeño valle faldero con declinación al Sur, de aproximadamente un kilómetro cuadrado, donde muy probablemente se asentaron los primeros aborígenes que se aventuraron por este sector.
Unos venían de los Valles del Tuy, remontando el Abra del río Lagartijo, cruzando La Fila por el paso montañoso Lagartijo-Curabe, para luego descender por el cauce de la quebrada Curabe hasta su confluencia con la quebrada Quere donde dan origen al río Memo (9.934950º N; -66.498002º W/Oeste). Como podemos observar, el sitio se transformó en una encrucijada natural, puesto que los aborígenes que procedían del Sur (desde el Orinoco Medio) también llegaron y ocuparon el "valle de Curabe". Estos últimos debieron avanzar aguas arriba por el cauce del río Guárico, para luego remontar por el Orituco hasta encontrar la confluencia del río Memo, y en este punto debieron decidir cual curso tomar: avanzar por el curso del Memo hasta llegar finalmente a sus cabeceras en el valle de Curabe del sector Guatopo, o tomar preferentemente el curso del Orituco hasta sus fuentes en el mismo sector, como mencionamos anteriormente.


Fig. 17 Asentamientos indígenas prehispánicos en la Cuenca Alta del Río Orituco. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.




El Valle de Curabe: Primeros contactos con los conquistadores europeos
El sitio Curabe debió tener un encanto natural muy propicio para el asentamiento humano, de allí que, tanto los pobladores originarios como los conquistadores europeos, lo eligieran como el lugar más apropiado para establecerse permanentemente. Este hecho se puede inferir de las crónicas del periodo de conquista y pacificación de dicho territorio. El primer contacto con los conquistadores españoles fue a principios del año 1585. Esa primera expedición estuvo liderada por el capitán Sebastián Díaz de Alfaro, quien la describe con sus propias palabras: "fui por Capitán con mucha cantidad de soldados españoles e indios de paz a la conquista y población de los quiriquires, aruacos y tomusas u otras naciones de indios muy belicosos y valientes en cuya tierra en nombre del Rey Nuestro Señor fundé y poblé la ciudad de San Sebastián de los Reyes habrá tiempo de 20 años". (Sebastián Díaz de Alfaro, 1603; Probanza de Meritos. En: Dávila 1927); (Archivo General de la Nación. Encomiendas. Tomo III, Nº 3, f. 87).
La expedición del capitán Díaz de Alfaro había partido desde la ciudad de Santiago de León de Caracas a mediados del año 1584. Se dirigieron al Sur, hacia los Valles del Tuy, hasta ubicar un lugar en la margen derecha del Tuy Medio conocido como las Sabanetas de Ocumare, donde establecieron una ranchería que les permitió organizar mejor el plan colonizador de la Provincia de los Quiriquires y Aruacos (Castillo Lara 1984). Desde allí tomaron rumbo por el abra del río Lagartijo (afluente del Tuy por su margen derecha), aguas arriba, trasmontando la Fila Maestra, para caer al valle de Buena Vista o de Curabe, "un pequeño valle como de un kilómetro cuadrado, en la desembocadura de una quebrada (Curabe) en la de Quere, tributaria del río Memo"; lugar seleccionado para fundar el primitivo San Sebastián de los Reyes el seis de enero de mil quinientos ochenta y cinco (Machado 1961).
El sitio de Guanape (Guanarapa):
Una vez asentada en Curabe la ciudad de San Sebastián de los Reyes, sus pobladores descubren el vecino valle del Orituco, que desde el primer momento los deslumbra con su atrayente fertilidad. Debieron seguir el cauce de la quebrada de Quere, aguas arriba, buscando sus cabeceras hacia el Norte, se encontraron por su margen izquierda con la Fila de Quere, alineación montañosa que separa la cuenca del río Memo de la del Orituco, llegando a un punto donde su cresta presenta un surco orográfico ("Paso montañoso Alto de Quere"), el cual deja expuesta su vertiente oriental, por donde discurren las aguas que recoge la quebrada de La Rubileña, afluente del Alto Orituco, la cual desciende bruscamente en dirección sureste, hasta confluir con el Orituco por su margen derecha en el sitio conocido por nuestros ancestros aborígenes como Guanarapa, hoy Guanape. A este mismo nivel recibe el Orituco por su margen izquierda las aguas de la quebrada Cañafistola, conformando con su homóloga derecha, un pequeño valle, el cual se presume fue ocupado desde tiempos muy remotos por grupos indígenas que migraban por los vastos territorios de la región natural centro norte costera del país (Fig. 17). Al igual que el sitio de Curabe, debió estar densamente poblado, por lo que los conquistadores europeos procedieron a ocuparlo, iniciando de inmediato el repartimiento de tierras e indios a los "encomenderos" de esa primera jornada fundadora. (Castillo Lara 1984; De Armas Chitty 1951).


El sitio de Conoropa:
Una vez alcanzado las riberas del Orituco (Urituco, voz indígena originaria), los primeros exploradores europeos remontaron dicho cauce, hacia sus fuentes al norte, recorriendo su estrecho y boscoso valle, hasta encontrar una vega en su margen izquierda, muy cerca de la confluencia de la quebrada Caramacate, cuyas aguas se desprenden de las faldas del cerro del mismo nombre (Fig. 17). El sitio y la quebrada eran conocidos por los naturales como Conoropa, según se desprende de los títulos originales de las primeras encomiendas de San Sebastián, otorgados por el Capitán Díaz de Alfaro, fundador oficial de la misma, quien estaba investido de "Capitán por Su Majestad Y Teniente de Gobernador de la Ciudad de San Sebastián de los Reyes y sus Provincias, por los poderes que del Muy Magnífico Señor Don Luis de Rojas tengo". Todos esos títulos de las primeras encomiendas otorgadas en esas primeras jornadas fundadoras, quedaron asentados en la "Data y Registro General" (Resumen de los Libros de Encomiendas publicado por el Archivo General de la Nación, Tomos I-III).
Cabe destacar, que algunos investigadores, basados en su reiterada aparición toponímica en la memoria documental de San Sebastián de los Reyes, lo han postulado como posible asiento primitivo de dicha ciudad (Landaeta Rosales 1901; Bolet 1929; Dávila 1949; Castillo Lara 1984).
El sitio de Guatopo:
La estratégica ubicación geográfica del sitio Guatopo, lo convierte en el epicentro de la hipotética encrucijada cultural aborigen que estamos planteando en este estudio, fundamentada en los efectos de la dispersión de la población producida por las migraciones humanas. Prácticamente el sitio Guatopo se encuentra cabalgando sobre la línea divisoria de aguas entre las cuencas del Tuy (Cuenca del Mar Caribe), y la del río Orituco (Cuenca del Orinoco, "Orinoquia"), representada en este caso por la escarpada Fila Maestra de la Serranía del Interior (Fig. 17). Esta Fila presenta a ese nivel, un estrecho surco orográfico que facilita la comunicación con su vertiente septentrional, estableciendo una zona de contacto natural entre la subregión del Alto Orituco y la cuenca alta del río Taguaza, tributario del Tuy. Este accidente orográfico el cual hemos denominado "Paso Montañoso Guatopo-Taguaza", permitió a los primeros aborígenes que venían avanzando desde el Sur, desde el Orinoco Medio, remontar fácilmente la Serranía del Interior y adentrarse en la cuenca alta del río Taguaza, el cual enrumba su cauce hacia el noreste (NE), buscando la margen derecha del Tuy, tributándole sus aguas justo cuando el caudaloso Tuy hace su entrada a la penillanura de Barlovento, en las inmediaciones de la actual población de Aragüita, Estado Miranda.
El Paso montañoso Guatopo-Taguaza se encuentra a una altura de 668 m.s.n.m., siendo sus coordenadas geográficas 10.005277º N; -66.423333º W/ Oeste, y en la actualidad se le conoce con el topónimo La Raya, en la carretera troncal Altagracia de Orituco – Santa Teresa del Tuy, (construida en 1953), la cual atraviesa de Sur a Norte el Parque Nacional Guatopo (Decretado en 1958) (Fig. 15). Tanto el río Taguaza como el Orituco fueron de crucial importancia para los grupos indígenas, puesto que les sirvió no sólo como eje geográfico de sus rutas migratorias, sino que además les brindó la existencia de algunos yacimientos auríferos (Oro de aluvión), donde recolectaban el preciado mineral en forma de "pepitas de oro", en las riberas de algunas quebradas y arroyos, afluentes menores de ambas cuecas (Laya Gimón 2014).

Rutas migratorias convergentes al Sector Guatopo en el Período Indígena tardío.
La vida cotidiana de nuestros aborígenes necesariamente estuvo relacionada con las variaciones climáticas. Durante el período de lluvias, en los meses de junio a noviembre, en la región de los llanos bajos centrales circunvecinos del Orinoco Medio, se producían extensas inundaciones que impedían el desplazamiento terrestre. De igual manera se producían en la cuenca baja del río Unare, especialmente después de la confluencia de los ríos Tamanaco, Guaribe y Güere en su curso medio (Fig. 18). Las inundaciones sin embargo, favorecían los viajes fluviales por los "caminos del agua" (Hidrovías). En cambio, durante los meses de diciembre a mayo, la sequía o verano permitía los viajes y las visitas a otras aldeas para compartir con diversas comunidades el excedente de la producción agrícola y otras materias primas. Algunos investigadores han propuesto que dichos movimientos se dieron principalmente por vía terrestre, a través de las extensas sabanas que sirvieron de "corredores" para poblaciones que buscaban mejores recursos de recolección (Meggers 1977; Tarble 1985).

Fig. 18 Rutas fluviales de comunicación interregional entre los Llanos del Alto y Bajo Unare, el Orinoco Medio y Alto Orituco (Guatopo), con los valles centrales de la Cordillera Caribe o de la Costa. Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.

En todo caso, los ríos siempre han sido considerados como focos medioambientales muy atractivos, no sólo por brindar sus recursos naturales, sino como vías de comunicación y ejes geográficos de largas cadenas de intercambio (Lathrap 1973; Morey y Morey 1975). En consecuencia, los ríos representaron para nuestros aborígenes las principales vías de poblamiento, difusión de rasgos culturales y comercio (Perera 2000).
A continuación, abordaremos algunos aspectos dinámicos de las relaciones interétnicas en nuestra área de estudio y las posibles rutas migratorias de intercambio, por donde presuntamente se llevó a efecto dicho proceso.


Fig. 19 Sector Guatopo como "Encrucijada Hidrográfica": Rutas permanentes de comunicación interregional entre la cuenca del Unare, el Orinoco Medio, el Sector Guatopo y los valles centrales de la Cordillera de la Costa (Valles del Tuy Medio, Valle de Caracas y Barlovento). Fuente: Sixto Laya Gimón, elaboración propia.

El Sector Guatopo como "Encrucijada Hidrográfica"
Si observamos detenidamente la red hidrográfica del Sector Guatopo, resalta la presencia de las fuentes de los ríos Lagartijo, Taguaza, Orituco y Memo, concentradas en un área de aproximadamente 625 km2 (Fig. 19), desde donde parten sus cauces en diferentes direcciones, configurando una hipotética "Encrucijada Hidrográfica".

Estas relaciones hidrográficas especiales a nivel de sus cabeceras, facilitaron a los indígenas el establecimiento de rutas permanentes de comunicación interregional entre los Llanos del Alto y Bajo Unare, el Orinoco Medio y los valles centrales de la Cordillera de la Costa o Cordillera Caribe (Valles del Tuy Medio, Valle de Caracas y Barlovento).
Estos argumentos nos permiten formular la tesis donde se considera al Sector Guatopo como "Encrucijada Cultural", formando parte integral de los extensos "Sistemas Interétnicos Regionales del Orinoco" y la costa noreste de la actual Venezuela (Arvelo –Jiménez, Morales y Biord 1989; Biord Castillo 2006; Morales Méndez 2007).


Fig. 20 La Estación Arqueológica del río Memo, Estado Guárico, Venezuela: (Dupouy, Walter; Requena, Antonio; Cruxent, José María 1948). Fuente: Sixto Laya Gimón. Elaboración Propia.

Evidencias arqueológicas que sustentan las rutas migratorias hacia el Sector Guatopo
En este caso particular, se debe resaltar que la disponibilidad de datos arqueológicos no es abundante, y por lo tanto, no siempre se pueden contestar de manera completa y exhaustiva todas las incógnitas sobre la cronología y el desarrollo de esos movimientos migratorios hacia el Sector Guatopo.

Sin embargo, a mediados del siglo XIX, se descubrieron tres sitios arqueológicos en la cuenca baja del Orituco (río Memo) y la parte occidental de la cuenca del río Unare (ríos Tamanaco y Guaribe), donde se practicaron excavaciones, pudiéndose recolectar abundante material arqueológico, el cual fue organizado e interpretado por especialistas, como veremos a continuación.

Estación Arqueológica del rio Memo:
Para 1947, Walter Dupouy, Antonio Requena y José M. Cruxent descubren un yacimiento arqueológico en el Bajo Memo, unos cuantos kilómetros por encima de su confluencia con el Orituco (Fig. 20), aguas arriba, en un sitio que identificaron como la Estación Arqueológica del rio Memo, publicando sus hallazgos en Acta Venezolana, el Boletín del Grupo de Caracas de la Sociedad Interamericana de Antropología y Geografía (Dupouy, Requena y Cruxent 1948).
Una década después, los investigadores José María Cruxent e Irving Rouse publicaron un trabajo mancomunado donde se presentaba un panorama actualizado de la arqueología venezolana, y al mismo tiempo elaboraron una detallada cronología, con el fin de conseguir una base sistemática que sirviera para organizar e interpretar el material arqueológico acopiado hasta ese momento (CRUXENT, José M. e Irving Rouse 1958). En dicha publicación, los investigadores Cruxent y Rouse lograron incorporar los hallazgos encontrados tanto en el río Memo (Estación Arqueológica del rio Memo), como en el río Tamanaco, en las inmediaciones del actual poblado de San Antonio de Tamanaco; así como también los que Cruxent y Rouse excavaron y recolectaron en 1950, en las márgenes del río Guaribe, en las inmediaciones de la población de San José de Guaribe, ambas en el actual Estado Guárico, en los Llanos Altos Centrales venezolanos (CRUZ, Dinorah 1997).
Cabe destacar, que en la elaboración de la cronología, estos autores postularon las siguientes "Series": Saladoide, Barrancoide, Dabajuroide, Tocuyanoide, Arauquinoide, Ocumaroide, Tierroide, Memoide y Valencioide; definidas por sus respectivos "estilos cerámicos". El estudio fue terminado y presentado en "Arqueología Cronológica de Venezuela" (1958-59). (Cruxent, José M. e Irving Rouse 1958; 1961).

Comentarios Finales:
En este trabajo hemos intentado analizar las evidencias etnohistóricas y los hallazgos arqueológicos relativos a los grupos indígenas que habitaron en la región centro-norte del país durante la época prehispánica, destacando el aspecto dinámico de las relaciones interétnicas regionales y sus posibles rutas migratorias, contribuyendo con ello a tener una visión más completa sobre el tamaño y distribución de las poblaciones agro- alfareras que antecedieron la conquista y la colonización de esta parte del territorio venezolano.


Es imperativo continuar y ampliar los estudios en el futuro, llamando la atención de los especialistas hacia ciertos aspectos hasta ahora poco o nada considerados al estudiar las culturas prehispánicas en el Sector Guatopo de la región centro-norte del país, con miras a lograr su incorporación formal dentro del proceso de reconstrucción de los Sistemas Interétnicos Regionales del Orinoco, reivindicando y revalorizando el "período indígena" de nuestra milenaria historia.






BIBLIOGRAFÍA

ACOSTA SAIGNES, Miguel (1945) Los Caribes de la Costa Venezolana. Cuadernos Americanos. México: Nº 1, pp. 173-184.
ACOSTA SAIGNES, Miguel (1961) Estudios de Etnología Antigua de Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela (Ediciones de la Biblioteca). Caracas, Venezuela.
Archivo General de la Nación (1762 a 1764) Acta de Fundación de San Sebastián de los Reyes (1585). Caracas: Archivo General de la Nación, Diversos, Tomo XXXVI, Años 1762 a 1764, Nº 10. ff. 163 a 175 (Copia expedida el 07-08-1762) Caracas, Venezuela.
ARVELO JIMÉNEZ, Nelly; MORALES MÉNDEZ, Filadelfo y BIORD CASTILLO, Horacio (1989) Repensando la historia del Orinoco. Revista de Antropología (Departamento de Antropología, Universidad de Los Andes, Bogotá, Vol. V, Nos. 1-2: 155-174).
ANTCZAK, María y Antczak, Andrzej (2006) Los Ídolos de las Islas Prometidas: Arqueología prehispánica del archipiélago de Los Roques. Editorial Equinoccio, Caracas, Venezuela.
BIORD CASTILLO, Horacio (2007) Patrón de asentamiento aborigen y ocupación del espacio en 
la Cordillera de la Costa (1500-1600). En Antropológica, 107-108: 115-140. Caracas: Fundación 
La Salle.
BIORD – CASTILLO, Horacio (2006) Sistemas interétnicos regionales: el Orinoco y la costa noreste de la actual Venezuela en los siglos XVI, XVII y XVIII. Editor: SABER ULA, Universidad de los Andes, Venezuela. ISBN: 1856-7002.

BLICK, Jeffrey P. (2008) Arqueología del Circum-Caribe: perspectivas desde una isla Lucaya, San Salvador, Bahamas. En: Memorias del Primer Seminario Internacional de Arqueología Uniandes Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias Sociales, Departamento de Antropología, Ediciones Uniandes, Bogotá D.C., Colombia.
BOLET, Julio C. (1929) San Sebastián de los Reyes. Caracas, Venezuela.
CASSÁ, Roberto (1992) Los indios de las Antillas. Editorial Abya Yala. Quito, Ecuador.
CASTILLO LARA, Lucas (1984) San Sebastián de los Reyes, La ciudad trashumante. Caracas: Academia Nacional de Historia. Tomo I, Nº 172. Caracas, Venezuela.
CIVRIEUX, Marc de (1980) Los Cumanagoto y sus vecinos. En Walter Coppens (ed. general) Los Aborígenes de Venezuela. Caracas: Fundación La Salle de Ciencias Naturales, Instituto Caribe de Antropología y Sociología (Monografía Nº 26), tomo I, pp. 27-239. 1980.
CRANTZ, Heinrich (1766) Institutiones Rei Herbariae. Viena, Austria.
CRUXENT, José M. e Irving Rouse (1958) An Archeological Chronology of Venezuela, Panamerican Union, Science Monographs, Washington D.C
CRUXENT, José M. e Irving Rouse (1961) Arqueología Cronológica de Venezuela. Vol I-II, Publicación de la Unión Panamericana, Washington.
CRUZ, Dinorah. (1997) Estudio Arqueológico y Etnohistórico de los Sitios Las Raíces y El Cedro, área de San José de Guaribe, Edo. Guárico, Venezuela. Tesis de Grado, Escuela de Antropología, Universidad Central de Venezuela. Caracas.
DÁVILA, Vicente (1927) Encomiendas. Tomo I, II, III, V y X. Caracas: Archivo General de la Nación, Tipografía Americana, Venezuela.
DÁVILA, Vicente (1949) Encomienda de Indios Guaiqueríes en los ríos Orituco, Conorope o Corocoro, de San Sebastián de los Reyes. Encomiendas, Volumen 1. Caracas: Tipografía Americana. Caracas, Venezuela.
De ARMAS CHITTY, José Antonio (1951) Origen y formación de algunos pueblos de Venezuela. Caracas: Universidad Central de Venezuela, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Antropología y Geografía. Tipografía Americana. Caracas, Venezuela.
De ARMAS CHITTY, José Antonio (1983) Zaraza, biografía de un pueblo. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia 38. Caracas, Venezuela.
DÍAZ DE ALFARO, Sebastián (1603) Probanza de Meritos. En: DÁVILA, Vicente 1927, Encomiendas. Tomo I, II, III, V y X. Caracas: Archivo General de la Nación, Tipografía Americana, Venezuela.
DUPOUY, Walter; Antonio Requena, y J. M Cruxent (1948) "La estación arqueológica del río Memo, Estado Guárico (Venezuela)". En: Acta Venezolana. Boletín del Grupo de Caracas de la Sociedad Interamericana de Antropología y Geografía, Tomo III, Nos. 1-4, Caracas, Venezuela, pp. 29-62.



GILIJ, Felipe Salvador (1965) [1780-1784] Ensayo de historia americana o sea historia natural, civil y sacra de los reinos y de las provincias españolas de Tierra Firme en la América Meridional. Caracas: Academia Nacional de la Historia (Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Serie Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 3 vol. I-II-III: 71, 72, 73).
HUMBOLDT, Alejandro de. (1956) [1814-1825] "Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente" [hecho en 1799, 1800, 1801, 1802, 1803 y 1804 por A. de Humboldt y A. Bonpland redactado por A. de Humboldt] 5 vols. Caracas: Ministerio de Educación, 1956 (Biblioteca Venezolana de Cultura, Colección Viajes y Naturaleza) (2ª edición).
KIDDER II, Alfred (1948) The Archaeology of Venezuela. Handbook of South American Indians. J.H Steward Edit. Smithsonian Institution, Washington 4: 413- 438.
LANDAETA ROSALES, Manuel (1901) La Ciudad de San Sebastián de los Reyes. Diario El Tiempo 13 de marzo 1901. Caracas: Academia Nacional de la Historia. Archivo Landaeta Rosales, Tomo 53, ff 184-185.
LATHRAP, Donald. (1970) The upper Amazon. New York, Colectión Ancient Peoples and places. Praeger Publishers.

LATHRAP, Donald (1973) The antiquity and importance of long-distance trade relationships in the moist tropics of Pre-Columbian South America. World Archaeology 5 (2): 170- 186.

LAYA GIMÓN, Sixto (2014) Guatopo: Yacimientos de Oro y la Conquista (Venezuela). http:www.academia.edu./8079732/Guatopo_Yacimientos_de_Oro_y_la_Conquista_Venezuela
MACHADO, Adolfo A. (1961) Apuntaciones para la Historia de Altagracia de Orituco. Madrid, Publicaciones Amexco.

MARCANO, Gaspar (1971 [1889-91]) Etnografía Precolombina de Venezuela. Instituto de Antropología e Historia, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad Central de Venezuela, Caracas.
MEGGERS, Betty (1977) Vegetational fluctuation and prehistoric cultural adaptation in Amazonia: some tentative correlations. World Archeology 3 (3): 287 – 303.
MEGGERS, Betty (1999) Ecología y Biogeografía de la Amazonía. Biblioteca Abya – Yala Nº 62; Ediciones Abya- Yala, Quito, Ecuador.
MORALES MÉNDEZ, Filadelfo (2007) Reconstrucción etnohistórica del Sistema Interétnico de interdependencia regional del Orinoco durante la última etapa del Período Indígena (s.XV y XVI). En: Lecturas antropológicas de Venezuela; Editores: Lino Meneses Pacheco, Gladys Gordones y Jacqueline Clarac de Briceño. Primera edición, 2007. Mérida, Venezuela.
MOREY, Roberto V. y Nancy. C. MOREY (1975) Relaciones comerciales en el pasado en los llanos de Colombia y Venezuela. Montalbán (Revista de la Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela) N° 4: 533-564.
NAVARRETE SÁNCHEZ, Rodrigo (2005) "Empalizadas, Palenques y Caciques: Arqueología y etnohistoria prehispánica tardía y del período de contacto temprano en el Bajo Unare (llanos orientales venezolanos)"Boletín Antropológico. Año 23, Nº 65, Septiembre-Diciembre, 2005. ISSN: 1325-2610.Universidad de Los Andes. Mérida. Venezuela.


OJER CELIGUETA, Pablo (1962) Las Salinas del Oriente Venezolano en el siglo XVII. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela.
OJER CELIGUETA, Pablo (1966) La formación del Oriente Venezolano. Caracas, Universidad Católica Andrés Bello UCAB.
OVIEDO Y BAÑOS, José de (1992) [1705] Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela. Biblioteca Ayacucho edit. Caracas, Venezuela.
PERERA, Miguel Ángel (2000) Oro y hambre: Guayana siglo XVI. Caracas: Universidad Central de Venezuela, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico. Caracas, Venezuela.
PETRULLO, Vicenzo (1939) Archeology of Arauquin. En: Anthropological Papers, No. 12: 5-291, Bureau of American Ethnology, Smithsonian Institution, Washington.

ROOSEVELT, A. (1980) Parmana: prehistoric maize and manioc subsistence along the Orinoco and Amazon. New York, Academic Press.
ROUSE, Irving y José María Cruxent (1963) Arqueología venezolana. Caracas: Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas IVIC. Ediciones Vega.
ROUSE, Irving (1953) The Circum- Caribbean theory, an archeological test. American Anthropologist 55: 188-200
ROUSE, Irving (1983) La frontera Taina: su prehistoria y sus precursores. En: Las culturas de América en la época del descubrimiento. Seminario sobre la situación de la investigación de la cultura Taina. Comisión Nacional para la celebración del V Centenario del Descubrimiento de América, Madrid, España.
ROUSE, Irving (1985) Arawakan phylogeny, Caribbean chronology, and their implications for the study of population movement. Antropológica 63-64, 1985, 09. Fundación La Salle, Caracas. Venezuela.

SANOJA, Mario (1979) Las Culturas Formativas del Oriente de Venezuela. La Tradición Barrancas del Bajo Orinoco. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Caracas.
SANOJA, Mario y VARGAS, Iraida (1974) Antiguas formaciones y modos de producción venezolanos. Monte Ávila Editores CA. Caracas, Venezuela.
SANOJA, Mario y VARGAS, Iraida (1999) Orígenes de Venezuela. Regiones geohistóricas aborígenes hasta 1500 d.c. Comisión Presidencial Centenario de Venezuela. Caracas.
SANOJA, Mario y VARGAS, Iraida (2007) Las sociedades formativas del noreste de Venezuela y el Orinoco medio. En: International Journal of South American Archaeology I. pp. 14-23.
TARBLE, Kay (1985) "Un nuevo modelo de expansión Caribe para la época prehispánica". En: Antropológica, 63-64 1985, 45–81. Fundación La Salle. Caracas. Venezuela.
TARBLE, Kay y Zucchi, Alberta (1984) Nuevos datos sobre la arqueología tardía del Orinoco: la serie Valloide. Acta Científica Venezolana Vol. 35 (Nº 5-6): pp. 434 – 445. Caracas, Venezuela.
VARGAS ARENAS, Iraida (1979) La Tradición Saladoide del oriente de Venezuela: La Fase Cuartel. Academia Nacional de la Historia, Caracas, Venezuela.


ZUCCHI, Alberta (1976) Datos recientes sobre la prehistoria de los Llanos Occidentales de Venezuela. Antropológica 45,1976, 03-17. Fundación La Salle, Caracas. Venezuela.

ZUCCHI, Alberta (1984) "Nueva Evidencia sobre la Penetración de Grupos Cerámicos a las Antillas Mayores.", en: Wagner, Erika (ed.), Relaciones Prehispánicas de Venezuela. Fondo Editorial Acta Científica Venezolana, Caracas, Venezuela.

ZUCCHI, Alberta (1985) "Evidencias Arqueológicas sobre Grupos de Posible Lengua Caribe" en: Antropológica 63-64, Caracas, Venezuela.
ZUCCHI, Alberta (2006) "A new model of the northern arawakan expansion". En: J.D. Hill y F. Santos-Granero (2006) Comparative Arawakan Histories. University of Illinois Press.
ZUCCHI, Alberta y Denevan, W. (1974) Campos agrícolas pre-hispánicos en los llanos de Barinas, Venezuela. En: Indiana, 2: 209-216; Ibero- Amerikanisches Institut, Berlin 1974.
ZUCCHI, Alberta y Tarble Kay (1982) Evolución y antigüedad de la alfarería con esponjilla en Agüerito, un yacimiento del Orinoco Medio. En: Indiana, 7: (1982) 183-199; Ibero- Amerikanisches Institut, Berlin.
ZUCCHI, Alberta y Tarble Kay (1984) Los Cedeñoides. Un nuevo grupo prehispánico del Orinoco Medio, Acta Científica Venezolana 35: 293- 309. Caracas, Venezuela.
ZUCCHI, Alberta y Vidal, Silvia (2000) Historia y etnicidad en el noroeste amazónico. Consejo de Publicaciones de la Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela. ISBN: 9801103132.












Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.