Guardianes del miedo. El sistema de defensa de la huerta marítima de Alicante durante el siglo XVI

July 21, 2017 | Autor: J. Menendez Fueyo | Categoría: Arqueología, Arquitectura, Fortifications, Alicante, Torres de la Huerta de Alicante
Share Embed


Descripción

International Conference on Modern Age fortications of the western Mediterranean coast © Editorial Universitat Politècnica de Valencia - ISBN:

Guardianes del miedo El sistema de defensa de la huerta marítima de Alicante durante el siglo XVI José Luis Menéndez Fueyo

Museo Arqueológico de Alicante (MARQ), Alicante (España), [email protected]

Abstract This paper intends to address the unprecedented case of the defensive system of the fruit and vegetable plantations of the city of Alicante during the 16th century. This can be considered a paradigm of the need to protect people and wealth and to avoid plundering, especially as a result of the raids carried out by Barbary corsairs such as Khayr al-Dīn Barbarossa and Turgut Reis Dragut in 1550 and 1554 respectively. Their attacks were the cause of wide spread paranoia under the Spanish Crown. The population of Alicante fostered the construction of a large number of refuge towers between the end of the 15th century and the mid-16th century, made a reality in a set of fortifications that can be considered unique in the Spanish Mediterranean Coast due to its amount, characteristics and distribution. However, these works arose from the private initiative of the local oligarchies of the city of Alicante. The study of this singular ensemble of our heritage completes this overview of Alicante’s coastal defensive landscape, intended for the protection of the main areas of wealth and exploitation, key to the economic up turn of the city of Alicante during the 16th and 17th centuries. Keywords: Alicante, defence, plantations, refuge towers, corsairs,

1. Introducción Los datos sobre el poblamiento en la huerta durante el siglo XVI nos “...En 24 de Mayo de 1550, Dragut, con 27 bajeles, llegó a nuestras playas, desembarcando sus gentes en las de Sant Joan cuyos moradores se refugiaron en las torres aunque no en la presteza necesaria para evitar que trece de ellos fueran cautivados. Murió el Bayle don Pedro Bendicho, al acudir en socorro de nuestros campesinos...”

muestran una importante densidad tanto concentrada en aldeas como

Crónica de la Muy Ilustre, Noble y Leal Ciudad de Alicante de D. Vicente Bendicho (1640), Cap. XIII, p. 187

estado íntimamente unida la ciudad de Alicante, ya que las tierras han

dispersa por diferentes partidas rurales. Su proximidad a la costa, la riqueza económica de la zona y las facilidades que el litoral ofrecía a los corsarios para atracar, ocasionó que fuese un espacio repetidamente saqueado. Su existencia durante la Edad Media y Moderna ha pertenecido en su mayoría a propietarios -nobleza titulada, caballeros, ciudadanos, órdenes religiosas, campesinos- que tenían su residencia en la ciudad y a que la diversidad productiva obtenida en la misma se des-

En este texto extraído de la Crónica de Alicante de Vicente Bendicho

tinaba, bien para el consumo de la población, bien para su exportación

(1640) se consigue de forma breve y concisa evidenciar la creciente

por el puerto, lo que motivó una íntima interdependencia económica.

inseguridad que sufrieron las poblaciones del litoral alicantino, y por extensión de todo el Mediterráneo Español a lo largo del siglo XVI,

La mayor riqueza que la Huerta generaba provenía del cultivo de la vid y

como consecuencia de las frecuentes incursiones de piratas berberiscos.

su posterior transformación en vino. Introducida en el Reino de Valencia

Para prever dichos ataques se comenzó a disponer a mediados del siglo

a partir del siglo XVI, en claro perjuicio del olivo. De las cepas alicantinas

XVI un sistema de torres-refugio que en función de esa inestabilidad

se cosechaba gran variedad de uvas cuya transformación proporcionaba

caracterizaron el agro alicantino, constituyéndose como el principal do-

excelentes caldos protegidos gracias a la prohibición de introducir vinos

cumento arqueológico para el estudio de la problemática que nos ocu-

extranjeros en el término en tanto no se hubiera consumido la producción

pa. Dentro del marco provincial este conjunto de torres, distribuidas en

local, siendo exportados con gran beneficio al centro y norte de Europa,

un espacio geográfico tan reducido como es la Huerta de Alicante, se

donde eran muy apreciados y habían ganado justa fama como el Fon-

constituye como un ejemplo casi único, solamente equiparable al siste-

dillón, el aloque, el moscatel o la malvasía (Alberola Romá, 1990: 74).

ma de torres que circundaban la huerta de Valencia en época islámica. 1

conjunto que, por sus características generales y de distribución, podríamos considerar como único dentro del litoral Mediterráneo Español. 2. Un sistema perfectamente distribuido y delimitado Si observamos detenidamente el plano de distribución siguiente, conviene resaltar algunos aspectos. En primer lugar, las torres se encuentran bordeando el límite de la laguna marítima de la Albufera, el cual conocemos bien gracias a la documentación contenida en el Archivo Municipal de Alicante que, a través de los siglos se ha ido acumulando referente a los diversos intentos suscitados para llevar a cabo su desecación, lo que ha permitido reconstruir el paisaje geográfico que presentaba la Albufereta antes de su agostamiento. El que las encontremos justamente haciendo frontera con el marjal refuerza la idea de generar

Figura 1: Mapa anónimo de la Huerta de Alicante donde se aprecian los caminos y las torres de la huerta atribuido al ingeniero Giovanni Battista Antonelli il Vecchio. Siglo XVI. Archivo de la Corona de Aragón.

una muralla de torres y defensas con la que proteger el frente de explotación frente a la entrada de posibles incursiones que, habitualmente

Durante el inicio del siglo XVI se produjo un aumento de la ines-

solían cruzar la huerta a través de la Albufereta, punto de atraque ha-

tabilidad en el litoral mediterráneo español, debido al levanta-

bitual y vía más rápida para llegar hasta las poblaciones de la huerta.

miento del poder Turco Otomano contra la supremacía del Emperador en Europa y, al surgimiento de los estados corsarios en el

La idea una muralla cerrada recuerda claramente al memorial del in-

Norte de África. Numerosos ataques y correrías sobre enclaves po-

geniero italiano Giovanni Baptista Antonelli il Vecchio y su idea de

blacionales peninsulares obligaron a poner en funcionamiento un

generar una muralla que controlara el acceso de los piratas a través

plan estratégico de dirección estatal, para la fortificación del litoral.

de la costa (Menéndez Fueyo, 1996; 2002). No sería de extrañar que los oligarcas locales, aquellos que debían juzgar la idoneidad de las

Alicante, por su parte, se vio protegida con el refuerzo del segundo

defensas que ingenieros como Antonelli les proponían, decidieran

recinto de muralla, justo después de que Aruj Barbarroja arrasara Gi-

aprovechar esos modelos para traspasarlos a la defensa de sus explo-

braltar en 1529 (Rosser Liminyana, 1990: 48). También se creó una

taciones, aplicando lo último en defensa para proteger su bien más

tercera muralla que, iniciada en la década de los treinta bajo la direc-

preciado, aquello que les permite mantener su economía y su status.

ción del ingeniero Joan Cervelló, se acabó a finales del siglo, después de las propuestas e insistencias para su finalización del Duque

Además, es interesante constatar que casi todos los edificios se sitúan

de Calabria y del Duque de Maqueda en un primer período de inter-

directamente en uno de los márgenes de los caminos, tanto en los princi-

venciones; de los trabajos de Juan Bautista Calvi en los sesenta y de

pales como en aquellas que se encuentran en viales de tipo secundario.

un tercer período de actuaciones bajo la concepción de Vespasiano

Eso sí, siempre situadas fuera de las zonas a irrigar y a escasa distancia

Gonzaga, Virrey de Valencia (Ramos Fernández, 1984: 83-104; Beviá y Camarero, 1988; 1991: 213-235; Rosser Liminyana, 1990: 49). Con ella, se consiguió mejorar el sistema defensivo de la plaza de Alicante, pero la población de la huerta siguió igual de desprotegida, tal y como lo demuestran los sucesivos ataques a los que se vio sometida. Los cronistas de Alicante destacan tres. El primero de ellos, el producido el 17 de Marzo de 1540 al Santuario de La Santa Verónica, se realizó con el objeto de capturar prisioneros (Viravens, 1976: 102-103). Quizá, el ataque más violento fue el del pirata Dragut el 24 de Marzo de 1550, recogido por varios cronistas, en el que con 27 bajeles, atacó la Villa de Sant Joan saqueando muchos hogares y capturando a 13 personas (Bendicho, 1991: 791; Escolano: 1965, 36; Viravens: 1976, 102-103). Y por último, conocemos la existencia de un ataque producido el 8 de Septiembre de 1557, en el que 14 galeras de moros asaltaron la partida de la Albufereta, siendo rechazados por la población (Figueras Pacheco, 1923: 210; Bendicho, 1991: 791). Estos repetidos ataques y otras más que seguras tentativas conlleva-

Figura 2: Ortofoto de la huerta de Alicante con la situacion de las torres de refugio con la indicación de los ataques de Jayr el Din Barbarroja en 1550 y de Tutgut Reis en 1554.

ron la implantación de una organización defensiva para la zona que se materializó en el sistema de torres que hemos estudiado. Se trata de un 2

dientes, hacia la Albufereta (Box Amorós, 1985) con lo que inundaban también buena parte de los espacios destinados para el cultivo. Por el contrario, las torres ubicadas en las áreas más alejadas del área lagunar, presentan sus accesos en la cara que da al camino que las vertebra, en una clara relación entre torre de refugio y camino de acceso. 3. Un acercamiento a su tipología En una primera aproximación hemos diferenciado entre aquellas situadas dentro de los núcleos de población o asociadas a edificios de importancia; y aquellas aisladas y ampliamente distribuidas por todo el espacio de explotación agrícola. En el primer grupo, el menor número, tendríamos dos torres de mayor tamaño, sin unidad morfológica en sus rasgos constructivos. Se trataría de la torre-campanario de la Iglesia de Mutxamel y la torre del Monasterio de La Verónica, situado en el actual núcleo de Santa Faz. La torre de Mutxamel, de la que el cronista Rafael Viravens (1865: 55) dice que fue levantada en 1513. Está situada en pleno centro urbano, es de planta rectangular, con Figura 3: Mapa de ubicacion de las torres de la Huerta de Alicante y su relación con los principales caminos tradicionales del agro alicantino.

morfología prismática de 4 alturas, subdivididas por molduras en

unas de otras, con la clara intención de crear una red visual entre todas

ladas horizontales y trabadas con mortero de cal, y la podemos con-

saliente. Se encuentra construida en sillería labrada, dispuesta en hisiderar la torre más antigua de este conjunto es sin duda alguna,

las torres construidas. Esta idea que estamos exponiendo se refuerza

afirmación que viene avalada, en primer lugar, por la presencia de

aún más si tenemos en cuenta que su construcción se emprende con la finalidad de hacer posible el refugio en su interior de toda aquella población que trabajaba dispersa por todas las propiedades de la huerta. Únicamente, del grupo de torres situadas en las partidas rurales de Sant Joan, podrían estar asociadas con la defensa de las acequias de Torre, Salt y Alfadramí. Un caso que hemos constatado gracias a la documentación local y a los estudios más recientes es el aportado por el Reglamento para el Aprovechamiento de las Aguas del Riego de Alicante, donde aparece la hijuela de Guerri o Torre que proviene del Brazal de Benitia (Ramón Martínez, 2005: 149). También lo hemos podido comprobar con el resto de acequias conocidas que no se encuentran asociadas ni a torres ni a viales de comunicación alguna y, aunque no parece existir ninguna torre construida en las cercanías de la Acequia Mayor. Por lo tanto, independientemente de que exista alguna torre que se encuentre cerca de algún brazal y sea así identificada, es más probable, en nuestra opinión, que las torres se relacionen de una forma directa con los caminos que recorren la huerta. También llama la atención la disposición de sus accesos, elemento fundamental para la seguridad de los que allí busquen refugio. Hemos apreciado que, en el caso de las torres que se sitúan en los aledaños del marjal, los accesos se encuentran dándole la espalda al marjal, cuestión que creemos relacionada con las condiciones de salubridad que existirían en los alrededores del área albufereña: a la vora del riu no fages niu como recogen los dichos populares e la zona (Marquiegui Soloaga, 2012: 46). Las aguas estancadas tenían, en opinión de Margarita Box Amorós, un origen diverso ya que se debe contar no sólo con las provenientes de los aportes estrictamente continentales, sino también con las esporádicas penetraciones de las aguas del mar y las

Figura 4: Vista general de la Torre de la Iglesia Arciprestal de San Salvador de Mutxamel.

que proceden, en gran medida, de los riegos realizados en la zona este de la laguna, de forma que los sobrantes se dirigían, a favor de las pen3

cubiertas con bóveda sostenida por arcos ojivales entrecruzados con clave central, elemento muy propio de las obras del tardogótico valenciano. Además, es destacable señalar que es la única torre que presenta, en su parte inferior, sillares con signos lapidarios. Además, al menos en tres caras exentas hemos detectado la presencia de troneras rectangulares, construidas en 5 piezas de sillería, situándose en todas las alturas y siempre centradas en cada una de las caras. De la torre del Monasterio de La Santa Faz sabemos a través de los cronistas que ya está iniciada su construcción en 1557 (Bendicho, 1960: 50; Viravens, 1976: 102-103) aunque no se acaba definitivamente hasta entrada la década de los 80. La torre se integra actualmente en el monasterio ya que, como señaló Vicente Bendicho, en el momento de su construcción se situó “al lado del combento con puente levadizo desde el dormitorio” (1960: 281), siendo de planta rectangular, de morfología troncopiramidal, de 4 alturas, construida en mampostería de mediano tamaño, trabada con mortero de cal con refuerzo de sillares en las esquinas y elementos ornamentales, como ventanas, matacanes, cornisa y cuatro casetones amatacanados. Aunque actualmente presenta en su última planta 4 casetones de planta casi circular, adosados a las esquinas de la edificación y techados con bovedilla, en un grabado de la Crónica de Rafael Viravens (1876) se observa como en la torre, solamente existían 2 de ellos, -situados en el frente N-, así como dos matacanes enfrentados a diferentes alturas en las caras restantes. Existe un segundo grupo de torres, de menor tamaño y capacidad, dispersas por el ámbito parcelario agrícola. Las referencias documentales conocidas acerca de las mismas son muy escasas. Proceden tanto de documentos oficiales de la época como de cronistas e, in-

Figura 5: Vista general de la Torre del Monasterio de Santa Faz.

cluso, epigráficas. Del primero disponemos de la memoria que Jerónimo Arrufat, Oidor de la Real Audiencia y Real Comisario, realiza por mandato del Rey en 1553 informándole de la necesidad de que

ca, Bonanza, Picó, Sarrió y Don García- con diversidad tipométrica de

se acaben de construir las torres que ya se han empezado a levantar

4,51 x 5 hasta 5,95 x 6,90 metros, de morfología prismática con alturas

en la huerta (Rosser Liminyana, 1990: 54-55). Los cronistas de la

comprendidas entre los 7,66 a los 14,20 metros, distribuidas entre tres

ciudad, por su parte, citan la existencia de varias torres, destacan-

y cuatro alturas, algunas de ellas con sótano en su interior. Están cons-

do la Maimona, ya desaparecida, como lugar de refugio ante el ata-

truidas tanto en mampostería de mediano y pequeño tamaño, con re-

que de 1550 (Bendicho, 1991: II, 791; Viravens, 1976: 102-103).

fuerzo de sillares en esquinas, puertas y elementos ornamentales; como

Las otras citas se refieren al ataque de 1557 donde se nombran la torre

toda ella en sillería -Torre el Ciprés- o en sillarejo -Torre Sarrió. Todas

de Nicolás Pina, en la actual partida de la Albufereta, lugar donde se dió

ellas presentan como rasgo común y diferenciador con respecto al resto

muerte a T. Llofriu; y Torre Roxa, la cual fue bombardeada sin éxito

la presencia de base alamborada, maciza, entre 1,50 a 1,80 metros de

(Bendicho, 1991: II, 791). Además de estos datos, el análisis de sus ca-

altura y dimensiones variadas en la base de 5,60 x 6,59 mts. hasta los

racterísticas morfológicas nos ha permitido distinguir tres tipos. El pri-

7,06 x 7,10 metros; construidas de forma análoga al resto de la torre.

mero, del que solamente existe una torre, -Ansaldo-, se trata de un edificio, de planta cuadrada -3,80 x 3,80 mts- de morfología prismática, de

Los accesos se encuentran en alto justo cuando finaliza el talud, cons-

tres alturas, construida en mampostería de mediano y pequeño tamaño

truidos en sillares provistos de arco de medio punto y situados en su ma-

con refuerzo de sillares en las esquinas. Su altura aproximada es de 10,20

yoría en el frente W. Suelen ser de reducidas dimensiones no superando

metros, aunque actualmente presenta un remate muy transformado. Es

el 1,20 metros de altura y los 0,70 metros de anchura. Como elementos

significativa la presencia de pequeñas troneras a pares, en cada altura y

ornamentales merece destacar que algunas presentan una cornisa moldu-

en las caras exentas de la torre. Actualmente, se encuentra adosada a una

rada como remate. La única que además presenta un matacán de sillería

finca abandonada por su frente W, lugar donde tendría el acceso al interior.

sostenido por canecillos labrados rematando el edificio, es la Torre Plasia.

El segundo grupo tipológico se caracteriza por ser edificios de planta

Las características en su interior nos muestra la presencia de go-

rectangular -Torre Condomina, Plasia, Conde, Boter, Reixas, Salafran-

rroneras para la puerta; escalera de caracol para acceder los pi4

sos superiores; techumbre adintelada con largueros de madera y ventanas rectangulares de pequeño tamaño construidas en sillería. La única torre que refleja fielmente dichas características es la Torre Boter, donde además se observa la presencia de una trampilla para acceder al sótano, situada en la primera planta bajo la escalera de caracol. Y por último, un tercer tipo de torre de planta rectangular, -Torres Soto, La Cadena, Alameda, Villagarcía y Las Aguilas, de morfología troncopiramidal, con dimensiones entre 4 x 4,90 metros a 5,90 x 6,10 metros con una altura media en torno a los 13 metros, distribuidos en tres ó cuatro alturas, con existencia de sótano en su interior. Están construidas en sillería, dispuestas a soga y tizón y trabadas con mortero de cal. Se caracterizan además, por la sustitución de la base alamborada por un plinto macizo, también de sillares con presencia de moldura y de dimensiones entre 5,90 x 6,82 a los 6,60 x 7 metros. Las torres se encuentran rematadas, al igual que el resto, por una cornisa con doble moldura en sillería. Presentan, también acceso en altura, provistos de arco de medio punto en sillería situados en el frente W del edificio. Una aproximación a estos edificios nos permite asegurar que no se trata de edificios levantados en un mismo momento, fruto de una planificación previamente establecida. La diversidad de rasgos tipológicos nos hace pensar que su construcción fue paulatina a lo largo de la centuria. La torre que

Figura 7: Vista general de la Torre del Capitán Boecio o de Villagarcía.

parece ser la más antigua es la de Mutxamel avalado por determinados elementos arquitectónicos -arcos ojivales entrecruzados con clave central, cubierta abovedada, signos lapidarios- con matices claramente góticos y que no están presentes en el resto de torres. Por ello, la fecha de 1513 aportada por los cronistas puede ser correcta. El grupo más importante de torres parece ser que se construiría a partir de mediados de siglo, momento en que se intensificaron los ataques a esta zona -incursiones de 1550 y 1557-. Juntamente con la torre del Monasterio de La Verónica, de la que conocemos la fecha de inicio de construcción en 1557, se empezarían a levantar aquellas torres que presentan su base alamborada -Boter, Reixes, Conde, Bosch, Picó, El Ciprés, La Condomina, Plasia, Don García, Sarrió, Salafranca y Bonanza-, ampliamente repartidas, tanto en La Condomina como en los alrededores de Sant Joan. Muy posiblemente, es a algunas de éstas a las que se refiere Jerónimo Arrufat en su memorial de 1553. Por último, el otro grupo de torres,-Cacholí, Villagarcía, Soto, La Cadena, Alameda y Aguilas-, distribuidas fundamentalmente en el camino principal a Sant Joan, parecen construirse en un momento posterior, a finales de siglo XVI o principios del siglo XVII, sobre todo, atendiendo a la presencia de plinto, a su mayor consistencia y a una

Figura 6: Vista general de la Torre Conde después de su proceso de restauración. Foto: Marius Beviá.

distribución periférica con respecto al grupo de torres más numeroso. 5

Figura 8: Ortofoto de la Huerta con la distribución de las torres por sus fases de construcción.

4. Guardianes promovidos por la oligarquía local

del sistema. Son torres no vinculadas con las acequias, aunque éstas se encuentren cerca, sino con la red de caminos. Ocupan el espacio de explo-

El levantamiento de un sistema defensivo como el que hemos podido estudiar

tación y están para el refugio de la población y también para el control de la

en la huerta de Alicante responde como una bóveda de crucería, donde en una

misma en períodos de paz. Se encuentran vinculadas a las parcelas de pro-

única clave central convergen varios aspectos que nos permiten calificarlo de ex-

pietarios privados, en su mayoría, nombres que componen la oligarquía mu-

clusivo e inimitable. Los condicionantes políticos, económicos y sociales que se

nicipal de la ciudad que tienen en la huerta la base de su riqueza y la razón

producen entre finales del siglo XV y la mitad del siglo XVI convergen sobre el

por la que mantienen su status. Por tanto, se hace imprescindible protegerla.

hecho pirático como razón de todas las preocupaciones que acaba desembocando en una necesidad urgente de protegerse. Protegerse de los corsarios, proteger

La formación de esta oligarquía local arranca de los repartimientos y repo-

la producción, proteger la mano de obra, proteger, en definitiva, la riqueza. Por

blación subsiguientes a la conquista, a lo que se añade en el caso de Alican-

eso y porque el conjunto es completamente unitario en su fase cronológica prin-

te, la sustitución en el tránsito de los siglos XIII al XIV, tras la incorporación

cipal respondiendo a una serie de patrones constructivos existentes en la época

de la villa al reino de Valencia, de la nobleza pro-castellana por otra fiel a Jai-

que se ajustan a las necesidades reales de defender y proteger la tierra y las per-

me II, recompensada con cargos y propiedades muebles por la Corona como

sonas que la explotan, para lo que se disponen de sistemas de protección que ga-

fueron los casos de Berenguer de Puigmoltó que ayudo a Jaime II en el asal-

ranticen con unas mínimas probabilidades de resistencia, por lo tanto, de éxito.

to y conquista del castillo de Alicante (Hinojosa Montalvo, 1990: 293); o linajes de gran tradición como el de los Burgunyó que tanto empuje tuvo en

Por aquí radica el éxito de estas construcciones y por tanto, del sistema de torres.

la Edad Moderna (Mateo Ripoll, 1994: 203-214). o los Fernández de Mesa,

En esa doble capacidad para alojar población y utensilios en su interior y resis-

procedentes de Elche y a su vez de Barcelona, quien obtuvo el título de ca-

tir por tiempo indefinido los embates y asedios de los piratas. No se pretende

ballero en el año 1402. Otras familias de caballeros alicantinos que se locali-

repeler a los atacantes contando con cuantiosas armas y defensas complicadas.

zan en las nóminas para las elecciones municipales son los Mingot, con 3

Sólo con aguantar el tiempo suficiente para esperar la llegada de las compa-

miembros en el saco mayor en 1476 y 1493 (Hinojosa Montalvo, 1990: 294)

ñías del Castillo de Santa Bárbara, el éxito de su cometido estaba asegurado.

Estas torres serán levantadas por una oligarquía municipal temerosa de que

Las torres que se construyen antes de los ataques de mediados del siglo XVI

estos ataques mermen sus beneficios que se encontraban en una clara espi-

y que Arrufat observa y aprueba en su visita en 1553 son las pre-abaluar-

ral ascendente. Su acceso al poder municipal les permitió estar en contacto

tadas y se sitúan perimetrando la línea del marjal en la parte más meridional

con los diferentes ingenieros y especialistas que visitaron Alicante durante el 6

siglo XVI para proyectar y realizar diferentes proyectos de fortificación con

ta la huerta de Alicante? Creemos firmemente que su llegada viene de la

vistas a adecuar y mejorar las defensas de la ciudad ante posibles ataques.

mano de la oligarquía municipal, jueces y partes interesadas en esta historia,

Estos planes, conveniente revisados y bendecidos por la oligarquía munici-

dado que acceden a los nuevos planes defensivos de la ciudad y precisan de

pal que ocupaba el cabildo alicantino, creemos que permitirá, de una forma

lo último en defensa para proteger sus inversiones particulares en la huerta.

adaptada y ajustada a sus necesidades, que se pudieran encargar proyectos de defensas para dar seguridad a sus predios y cultivos en la huerta alicantina.

Sin embargo, no tenemos pruebas de tal relación. Sólo la cita dejada por el Oídor del Rey, Jerónimo Arrufat, en el año 1553 cuando realiza una visita a la ciudad

Las construcciones que se encuentran en la huerta y que se encuentran en la

y alrededores en la que denomina a estas defensas como “…torres particula-

zona central y área limítrofe de la laguna de la Albufereta, responden mayo-

res…”, nos deja bien a las claras cual es el sentido y propiedad de estas obras,

ritariamente al modelo pre-abaluartado, caracterizado por su planta pris-

aconsejando que “…hagan algunas torres adonde se puedan acoger los de aque-

mática, de claras reminiscencias medievales, su alzado superior a los 15

lla parte que no las hay…” (Jover y Menéndez, 1993; 1994; Menéndez Fueyo,

metros, como comprobamos en las defensas de lança y adarga medieva-

1996). Parece pues, probado, si seguimos esta cita, que existe una clara relación

les, con la adopción de forma genérica del alambor como elemento pasivo

entre las torres de la huerta y los propietarios de los terrenos donde se encuentran.

que absorba los posibles impactos artilleros y dificulte la zapa y tormentaria;

Su erección está vinculada con los movimientos que se realizan en la ciudad de

donde existe una utilización mayoritaria de sillería a cara vista y donde en-

Alicante. Huerta y ciudad están indivisiblemente unidos tanto y en mucho más

contramos la adopción de elementos defensivos verticales, tales como la-

en este aspecto. Diseñar unas defensas para el refugio de la mano de obra agrí-

dronera y matacanes acompañados de aspilleras de reducido tamaño que

cola y los bienes de producción que dan sustento económico a los propietarios y

solemos encontrar en defensas en un inicial desarrollo del uso de la pólvora.

al colectivo es igual de importante que generar unas defensas urbanas para asegurar el puerto y la población residente en la ciudad. Esta estrecha correlación

Estos rasgos son los mismos que vamos a encontrar en las defensas del Du-

se nos antoja fundamental para entender el porqué de tantas construcciones y lo

que de Calabria en Alicante. El modelo pre-abaluartado tiene una corta vi-

similar de sus trazas. Un conjunto sin parangón, vinculado directamente con la

gencia, que podemos situar de forma genérica entre los finales del siglo XV

ciudad y al servicio de las clases dominantes. El miedo a las pérdidas humanas

y la mitad del siglo XVI, ya que al ser una etapa de transición pronto queda

y materiales hará el resto. El miedo será el alma que movilice a los poderes

superado por los modelos abaluartados posteriores. Las fechas de levan-

fácticos como a la población. Campo y ciudad, ciudad y campo, ligados en todo

tamiento del principal conjunto de torres y las de las obras del memorial del

momentos. Las torres, como eternos guardianes del miedo de esa memoria, nos

Duque de Calabria parecen coincidir en el tiempo. Pero entonces, cómo

recuerdan que nacen por la necesidad acuciante de defender el espacio y el me-

llegan entonces estos modelos defensivos, hasta ahora nunca vistos, has-

dio. Serán, pues, testimonio de la misma presión ejercida, de la misma psicosis.

Figura 9: Grabado de la Huerta de Alicante desde la Torre de Aigües de Busot en las Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia del botánico Antonio José Cavanilles (1795-1797).

7

Referencias Alberola Romá, A., (1990): La ciudad durante los siglos XVI y XVII (I y II), Historia de la Ciudad de Alicante, (Alicante), pp. 261-300. Bendicho, V., (1991): Crónica de la Muy Ilustre, Noble y Leal Ciudad de Alicante, Edición V Centenario de la Ciudad de Alicante, Ayuntamiento de Alicante, Alicante. Bevia García, M., Camarero Casas, E., (1988): Arquitectura militar renacentista (siglo XVI), (inédita). Beviá García, M., Camarero Casas, E., (1988): Arquitectura militar renacentista (s. XVI), Ayudas a la investigación 1984-85. Arte, Arqueología, Etnología, Volumen II, (Alicante), Pp. 25-36. Box Amorós, M., (2004): Humedales y áreas lacustres de la provincia de Alicante, Publicaciones de la Universidad de Alicante. Escolano, V. (1610): Décadas de la Historia de Valencia, (facsímil 1610), 1972, Valencia. Figueras Pacheco, F., (1933): Los problemas geográfico-históricos de la Albufereta de Alicante, original mecanoescrito, Alicante. Hinojosa Montalvo, J.R., (1990): La Clau del Regne, Alicante. Marquiegui Soloaga, A., (2012): Inundaciones en la comarca de l’Alacantí (Alicante). Estudio de zonas de anegamiento en los municipios de Alicante, San Vicente del Raspeig, Muchamiel, San Juan, el Campello y Agost, Universidad de Alicante, Alicante. Mateo Ripoll, V., (1994): Una élite urbana en el gobierno municipal: la familia Bourgunyo, 1490, en el umbral de la modernidad: el Mediterráneo europeo y las ciudades en el tránsito de los siglos XV-XVI, Vol. 2, (Alicante), pp. 203-214. Menéndez Fueyo, J.L., (1996): Estudio arqueológico de las torres de defensa costera en la provincia de Alicante, Tesis de Licenciatura, 3 tomos, Original Mecanoescrito, Universidad de Alicante, Alicante. Menéndez Fueyo, J.L., (1997): Centinelas de la costa: torres de defensa y de la huerta de Alicante, Diputación de Alicante, Alicante. Menéndez Fueyo, J. L, (2002): La red de torres para la defensa del litoral costero en la provincia de Alicante durante el siglo XVI: Una propuesta de evolución cronotipológica, Mil Anos de Fortificaçoes na Península Ibérica e no Magreb (500-1500), Simposio Internacional sobre los Castelos (Palmela), pp. 733-759. Menendez Fueyo, J.L., (2014): Conquistar el miedo, dominar la costa. Arqueologia del paisaje de la defensa de la costa en la provincia de Alicante (siglos XIII-XVI), Tesis doctoral, 2 volumenes, Universidad de Alicante, Alicante. Menéndez Fueyo, J. L., Jover Maestre, F. J., (1993): Torres de la huerta y costa en el siglo XVI: El ejemplo de la ciudad de Alicante, IV Congreso de Arqueología Medieval Española, Alicante 1993, Tomo II, (Alicante), pp. 505-515. Menéndez Fueyo, J. L., Jover Maestre, F. J., (1993): Estudi arqueològic de les torres de l’horta d’Alacant al segle XVI, Butlletí de la Asociació Arqueològica de Castelló nº 13, (Castellón de la Plana), pp. 23-30. Menéndez Fueyo, J. L., Jover Maestre, F. J., (1994): Hacia una tipología de las torres de la huerta de Alicante en el siglo XVI, I Congreso de Castellología Ibérica, (Aguilar de Campoo), pp. 385-404. Ramón Martínez, F.J., (2005): Las torres de defensa de la Huerta de Alicante, Ayuntamiento de Sant Joan d’Alacant, Alicante. Rosser Liminyana, P., (1990): Origen y evolución de las murallas de Alicante, Ayuntamiento de Alicante, Alicante. Viravens y Pastor, J., (1876): Crónica de Alicante, (ed. 1976), Alicante.

8

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.