Jornaleros extranjeros en España. El contingente agrícola de temporada como política de control de flujos migratorios
Jornaleros extranjeros en España El contingente agrícola de temporada como política de control de los flujos migratorios
EQUIPO DE TRABAJO Dirección:
Juan Antonio Márquez Domínguezi
Coordinación:
Mercedes Gordo Márquezii
Autores:
Mercedes Gordo Márquezii José Díaz Diegoiii Juan Antonio Márquez Domínguezi Francisco Javier García Delgadoi José Manuel Jurado Almontei
Colaboradores:
Jesús Felicidades Garcíai Francisco José Pazos Garcíai Eduardo Rojas Martíneziv
Apoyo Logístico:
Israel Macías Llagai Antonio José Carrero Carreroi Antonio Cáceres Moraii Carlos Barranco Molinav Mercedes García Barrosoii
Edición:
Universidad de Huelva Publicaciones 1ª edición 2014, 348 páginas
ISBN:
978-84-16061-33-4
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Departamento de Historia II y Geografía, Facultad de Humanidades, Universidad de Huelva (España). Grupo de Investigación “Instituto de Desarrollo Local”, Universidad de Huelva (España). iii Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Católica de Temuco (Chile). iv Investigador contratado para el proyecto I+D SEJ2006-14945, Universidad de Huelva (España). v Escuela Técnica Superior de Ingeniería, Universidad de Huelva (España). ii
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CRÉDITOS DE REDACCIÓN
1. Introducción, inmigración y desarrollo Juan Antonio Márquez Domínguez 2. El contexto demográfico de España: de un país de emigrantes a inmigrantes Francisco Javier García Delgado, Juan Antonio Márquez Domínguez y José Díaz Diego 3. Perfil del sistema productivo español: las actividades agrícolas Juan Antonio Márquez Domínguez, José Díaz Diego, José Manuel Jurado Almonte y Francisco Javier García Delgado 4. El mercado laboral español y la población inmigrante extranjera Juan Antonio Márquez Domínguez, Francisco Javier García Delgado y José Díaz Diego 5. La política de flujos migratorios en España. El contingente de temporada agrícola Mercedes Gordo Márquez y Francisco Javier García Delgado 6. Ofertas de contratación de jornaleros mediante el contingente de temporada Mercedes Gordo Márquez 7. El proceso desde la preselección del trabajador hasta el retorno del mismo a su país de origen Mercedes Gordo Márquez 8. La magnitud y evolución del contingente en España. Las actividades agrícolas Mercedes Gordo Márquez, Juan Antonio Márquez Domínguez y José Díaz Diego 9. Principales soportes territoriales del contingente de temporada para las actividades agrícolas José Díaz Diego, Juan Antonio Márquez Domínguez y José Manuel Jurado Almonte 10. Alternativas al contingente de temporada: otras estrategias empresariales para el abastecimiento de mano de obra agrícola José Díaz Diego y Mercedes Gordo Márquez 11. Conclusiones sobre el contingente agrícola de temporada en España Juan Antonio Márquez Domínguez y Mercedes Gordo Márquez 12. Escenarios futuros para la mejora del abastecimiento de fuerza de trabajo mediante el contingente agrícola de temporada Juan Antonio Márquez Domínguez
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ÍNDICE Pág. Abreviaturas y acrónimos
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Nota aclaratoria
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1. Introducción: inmigración y desarrollo Juan Antonio Márquez Domínguez
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2. El contexto demográfico de España: de un país de emigrantes a inmigrantes Francisco Javier García Delgado, Juan Antonio Márquez Domínguez y José Díaz Diego
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2.1 La evolución de la población española 2.2 Principales indicadores demográficos 2.2.1 Natalidad y fecundidad 2.2.2 Mortalidad 2.2.3 Nupcialidad 2.2.4 Crecimiento vegetativo o natural de la población 2.2.5 Esperanza de vida al nacer 2.2.6 Estructura de la población 2.3 Cambios recientes en la población española. Las causas 2.4 De un país de emigración a un país de inmigración 2.4.1 La emigración española en el siglo XX 2.4.2 Cambios en el sentido de la corriente migratoria española: análisis de sus causas 2.4.3 Magnitud y características de la inmigración extranjera en España 2.4.4 Incidencia de los inmigrantes extranjeros en la sociedad española 2.5 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 3. Perfil del sistema productivo español: las actividades agrícolas Juan Antonio Márquez Domínguez, José Díaz Diego, José Manuel Jurado Almonte y Francisco Javier García Delgado
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3.1 Evolución reciente: notas generales 3.2 Características de los sectores de actividad 3.2.1 Actividades agrarias: una visión general 3.2.2 Pesca y minería 3.2.3 Industria y energía 3.2.4 Construcción 3.2.5 Servicios 3.3 Las actividades agrícolas: las explotaciones de vanguardia 3.3.1 La agricultura española en el contexto europeo 3.3.2 Factores naturales del agro español 3.3.3 Estructuras de las explotaciones agrarias: dimensión, régimen de tenencia y relación con el parcelario 3.3.4 Los modelos agrícolas 3.3.5 Usos agrícolas del suelo y principales cultivos y aprovechamientos 6
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3.3.6 Impronta del negocio agrícola en otras actividades 3.3.7 La balanza agroalimentaria española 3.4 La actual crisis económica: causas y consecuencias 3.5 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 4. El mercado laboral español y la población inmigrante extranjera Juan Antonio Márquez Domínguez, Francisco Javier García Delgado y José Díaz Diego
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4.1 Evolución reciente 4.2 Distribución del empleo por sectores: notas generales 4.3 Los nuevos yacimientos de empleo 4.4 Mercado laboral e inmigración 4.5 Consecuencias sobre el empleo de la actual crisis económica 4.6 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 5. La política de flujos migratorios en España. El contingente de temporada agrícola Mercedes Gordo Márquez y Francisco Javier García Delgado
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5.1 Implantación de la política de inmigración en España 5.1.1 La política de emigración 5.1.2 La política de inmigración 5.2 La “situación nacional de empleo” como criterio para autorizar la entrada de extranjeros no comunitarios en el territorio español 5.2.1 La necesidad de cobertura de puestos de trabajo 5.2.2 Los Catálogos de Ocupaciones de Difícil Cobertura (CODC) 5.2.3 La gestión de la oferta laboral ante el Servicio Público de Empleo 5.3 La necesidad de mano de obra en los campos españoles 5.3.1 La agricultura de vanguardia y la creación de empleo 5.3.2 La necesidad de mano de obra en los campos en el actual contexto de crisis 5.4 El contingente de temporada como política de control de los flujos migratorios: las actividades agrícolas 5.5 Notas aclaratorias: contingente para actividades agrícolas de temporada y contratos en origen de temporada para la agricultura 5.6 Articulación de un sistema de preferencias por países de origen de los inmigrantes 5.7 Eficacia de la política española de control de la inmigración 5.8 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 6. Ofertas de contratación de jornaleros mediante el contingente de temporada Mercedes Gordo Márquez 6.1 Normativa de aplicación 6.2 Constitución de las Comisiones de Seguimiento 6.3 Requisitos para poder acogerse a los contratos en origen de temporada 6.4 Verificación de la situación nacional de empleo 6.5 Las ofertas y su gestión
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6.5.1 Sujetos legitimados para presentar las ofertas 6.5.2 Tipos de ofertas: nominativas y genéricas 6.5.3 Cómo presentar las ofertas 6.5.4 Dónde presentar las ofertas: órgano de tramitación 6.5.5 Plazo para presentar las ofertas 6.6 Perfil del trabajador demandado por los empresarios agrícolas 6.6.1 Nacionalidad 6.6.2 Otros criterios de selección: sexo, edad, estado civil, procedencia del medio rural, repetidores 6.7 Inadmisión a trámite de las solicitudes 6.8 Resolución de las ofertas presentadas 6.9 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas Anexo - Formularios 7. El proceso desde la preselección del trabajador hasta el retorno del mismo a su país de origen Mercedes Gordo Márquez
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7.1 La preselección y selección de los trabajadores 7.1.1 La preselección de los candidatos 7.1.2 La selección 7.1.3 La formación y asesoramiento de los trabajadores 7.1.4 Facilidades a los empresarios para reclutar a los trabajadores extranjeros en sus países de origen 7.2 Asignación del Número de Identificación de Extranjeros (NIE) 7.3 La autorización de residencia temporal y trabajo por cuenta ajena de duración determinada 7.3.1 ¿Quién otorga la autorización? 7.3.2 Resolución de la autorización 7.3.3 Plazo para efectuar la resolución 7.3.4 Notificación de la resolución: contenido 7.3.5 Tasas por la autorización de residencia y trabajo concedida 7.4 Los contratos de trabajo 7.4.1 Cuándo se firman los contratos de trabajo 7.4.2 Cómo se formalizan los contratos 7.4.3 Duración de los contratos 7.4.4 Qué contenido debe figurar en los contratos 7.4.5 Consecuencias del incumplimiento de las condiciones recogidas en el contrato de trabajo 7.5 Tramitación de los visados 7.5.1 Quién debe solicitar el visado 7.5.2 Cuándo y dónde solicitar el visado 7.5.3 Cómo hacer la solicitud de visado 7.5.4 Resolución de la solicitud del visado 7.5.5 Contenido del visado y vigencia 7.5.6 Tasas del visado 7.6 Traslado del trabajador: viaje a España y de regreso a su país de origen 7.7 Acogida del trabajador: el alojamiento 7.8 Los actos de encuadramiento en la Seguridad Social 7.8.1 Afiliación y/o alta
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7.8.2 Comunicación de las jornadas reales trabajadas y cotización por ellas 7.8.3 Baja en la Seguridad Social 7.9 La tarjeta de identidad 7.10 El retorno del trabajador a su país de origen 7.11 Particularidades en la gestión de las ofertas para concatenar campañas 7.12 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 7.13 Anexo Formularios 8. La magnitud y evolución del contingente en España. Las actividades agrícolas Mercedes Gordo Márquez, Juan Antonio Márquez Domínguez y José Díaz Diego
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8.1 Evolución de los cupos estables y de temporada aprobados en los Acuerdos de contingente 8.2 El protagonismo de las actividades agrícolas en el contingente estable y de temporada 8.3 Distribución geográfica de los contingentes estables y de temporada aprobados para las actividades agrícolas 8.4 Otros contingentes: los visados para búsqueda de empleo 8.5 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 8.6 Anexo 9. Principales soportes territoriales del contingente de temporada para las actividades agrícolas José Díaz Diego, Juan Antonio Márquez Domínguez y José Manuel Jurado Almonte
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9.1 Notas previas 9.2 Huelva y el cultivo de la fresa 9.3 Lérida y los frutales 9.4 Córdoba y el olivar 9.5 Almería y la horticultura 9.6 Segovia y los viveros de altura 9.7 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 10. Alternativas al contingente de temporada: otras estrategias empresariales de abastecimiento de mano de obra para el campo José Díaz Diego y Mercedes Gordo Márquez
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10.1La diversidad en las estrategias de contratación de temporeros agrícolas 10.2El efecto llamada como estrategia empresarial 10.2.1 Los llamamientos 10.2.2 Impacto y costes sociales del efecto llamada 10.2.3 El ejemplo de la campaña de la aceituna de Jaén 10.2.4 El ejemplo de las campañas extremeñas 10.3La red de conocidos y la bola de nieve 10.4Contrataciones esporádicas: el empresario de cuadrillas 10.5Las regularizaciones de los nuevos nacionales de la UE: el quiebro a la moratoria impuesta a Bulgaria y Rumanía
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10.5.1 Las limitaciones a la contratación de estos nacionales 10.5.2 La permisividad en la provincia de Alicante 10.5.3 La permisividad en otras provincias: la particularidad de Morales de Toro (Zamora) 10.5.4 Rumanía Express: la contratación de los rumanos residentes como objetivo empresarial 10.5.5 Las ventajas económicas del Rumanía Express 10.5.6 Incidencia del Rumanía Express en el volumen de contratación por la vía del contingente de temporada 10.6La externalización de la contratación en origen y la autorización de trabajo a los rumanos en Castilla – La Mancha. Su impacto en el volumen del contingente de temporada agrícola en España 10.7Las posibilidades del CODC 10.8Bibliografía y fuentes documentales utilizadas 11. Conclusiones sobre el contingente agrícola de temporada en España Juan Antonio Márquez Domínguez y Mercedes Gordo Márquez
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11.1El alcance del fenómeno migratorio 11.2El papel de los jornaleros extranjeros en la agricultura 11.3Las estrategias políticas y empresarias en relación al contingente agrícola de temporada. 12. Escenarios futuros para la mejora del abastecimiento de fuerza de trabajo mediante el contingente agrícola de temporada Juan Antonio Márquez Domínguez
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12.1Debilidades del sistema 12.1.1 Aprovisionamiento de mano de obra inseguro 12.1.2 Lejanía de la fuerza de trabajo que llega como contingente de temporada agrícola 12.1.3 Crisis económica actual y política de inmigración 12.2Nuevos y viejos escenarios para el contingente de temporada agrícola 12.3Corporación para el Análisis, Seguimiento y Prospección del Contingente de Temporada Agrícola 12.3.1 Misión y visión 12.3.2 Estructura de la Corporación 12.3.3 Ejes estratégicos y recursos económicos
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ABREVIATURAS Y ACRÓNIMOS -
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AENEAS: Programa de Gestión Integral de la Inmigración Temporera entre la provincia de Benslimane (Marruecos) y la provincia de Huelva AEPSA: ANAPEC: Agence Nationale de Promotion de l’Emploi et des Compétences, (Agencia Nacional de Promoción del Empleo y de las Competencias, Marruecos) APAG: Asociación de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Extremadura ASAJA: Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores Art.: artículo BOCA: Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma BOE: Boletín Oficial del Estado BOP: Boletín Oficial de la Provincia BOPH: Boletín Oficial de la Provincia de Huelva CADR: Consejería de Agricultura y Desarrollo Rural de la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha CCAA: Comunidades Autónomas CCOO: Comisiones Obreras CE: Comunidad Europea CEE: Comunidad Económica Europea CES: Consejo Económico y Social Cfr. infra: ver más abajo CIF: Código de Identificación Fiscal CIS: Centro de Investigaciones Sociológicas CITRICULTORES: CNO: Código Nacional de Ocupaciones COAG: Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos CODC: Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura COMI: Coordinadora Onubense de Municipios con Inmigración Coord.: Coordinador/a CORA: Sociedad Cooperativa Andaluza Santa María de La Rábida (Palos de la Frontera – Huelva) DGAAC: Dirección General de Asuntos y Asistencia Consulares, Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación DGI: Dirección General de Inmigración, Ministerio de Trabajo e Inmigración DGPGC: Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, Ministerio del Interior Dir.: Director/a DNI: Documento Nacional de Identidad DOUE: Diario Oficial de la Unión Europea Eds.: Editores EEUU: Estados Unidos EPA: Encuesta de Población Activa ET: Real Decreto Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores (BOE núm. 75, de 29 de marzo de 1995) 1. Et a.l: y otros ETT: Empresa de Trabajo Temporal €: Euros FAECA: Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias FEADER: Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural FEMP: Federación Española de Municipios y Provincias
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Esta norma ha sido objeto de posteriores modificaciones. Las alusiones que se hacen a ella se refieren al texto reformado. 11
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FEPEX: Federación Española de Asociaciones de Productores-Exportadores de Frutas, Hortalizas y Plantas Vivas FISI: Foro para la Integración Social de los Inmigrantes FPI: Formación del Personal Investigador FPO: Formación Profesional Ocupacional FRESHUELVA: Asociación Onubense de Productores y Exportadores de Fresas GEA: Programa de Gestión del Empleo Agrario GRECO: Resolución de 17 de abril de 2001, de la Delegación del Gobierno para la Extranjería y la Inmigración, por la que se dispone la publicación del Acuerdo del Consejo de Ministros del día 30 de marzo de 2001, por el que se aprueba el Programa Global de Regulación y Coordinación de la Extranjería y la Inmigración (BOE núm. 101, de 27 de abril de 2001). ha: hectárea ICO: Instituto de Crédito Oficial IEA: Instituto de Estadísticas de Andalucía IEE: Instituto Español de Emigración INE: Instituto Nacional de Estadística INEM: Instituto Nacional de Empleo INSS: Instituto Nacional de la Seguridad Social IRPF: Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas IVA: Impuesto sobre el Valor Añadido LISOS: Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social (BOE núm. 189, de 8 de agosto de 2000; corrección de errores en BOE núm. 228, de 22 de septiembre de 2000). L. O.: Ley Orgánica LOEX: Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social (BOE núm. 10, de 12 de enero de 2000; corrección de errores en BOE núm. 20, de 24 de enero de 2000). El texto a que se hace referencia es a la redacción dada tras las leyes posteriores que la han modificado 2. MAEC: Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación MAPA: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación MARM: Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino MTAS: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales MTIN: Ministerio de Trabajo e Inmigración MYPES: Micro y Pequeñas Empresas NIE: Número de Identificación de Extranjero NIF: Número de Identificación Fiscal núm.: número OCDE: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
Tales leyes han sido: - Ley Orgánica 8/2000, de 22 de diciembre, de reforma de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social (BOE núm. 307, de 23 de diciembre de 2000; corrección de errores en BOE núm. 47, de 23 de febrero de 2001). - Ley Orgánica 11/2003, de 29 de septiembre, de medidas concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia doméstica e integración social de los extranjeros (BOE núm. 234, de 30 de septiembre de 2003). - Ley Orgánica 14/2003, de 20 de noviembre, de Reforma de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, modificada por la Ley Orgánica 8/2000, de 22 de diciembre; de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local; de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común; y de la Ley 3/1991, de 10 de enero, de Competencia Desleal (BOE núm. 279, de 21 de noviembre de 2003). 12
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OCM: Organización Común de Mercado OIM: Organización Internacional de las Migraciones ONG: Organización No Gubernamental OPI: Observatorio Permanente de la Inmigración en España OTG: Oficinas de Trabajo de la Generalitat de Cataluña PAC: Política Agrícola Común PISI: Plan para la Integración Social de los Inmigrantes, 1994 PLAN Ẽ: Plan Español para el Estímulo de la Economía y del Empleo PER: Plan de Empleo Rural PIB: Producto Interior Bruto PP: Partido Popular pp.: páginas PSOE: Partido Socialista Obrero Español PYMES: Pequeñas y Medianas Empresas REASS: Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social RLOEX: Real Decreto 2393/2004, de 30 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social (BOE núm. 5, de 7 de enero de 2005). SAE: Servicio Andaluz de Empleo SAU: Superficie Agrícola Útil SEIM: Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, Ministerio de Trabajo e Inmigración SEXPE: Servicio Extremeño Público de Empleo SGMG-MTIN: Subdirección General de Modernización de la Gestión, Ministerio de Trabajo e Inmigración SGPEPD-MAEC: Subdirección General de Planificación y Evaluación de Políticas de Desarrollo, Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación S. E. sin especificar. SILO: Servicio de Intermediación Laboral en Origen (Generalitat de Cataluña) SIMA: Sistema de información Multiterritorial de Andalucía SIMANCTEL: Sistema Múltiple de Análisis de Cultivos por Teledetección S. L.: Sociedad Limitada SOC: Servei d'Ocupació de Catalunya SPE: Servicio Público de Empleo SPE-E: Servicio Público de Empleo Estatal (INEM) SPE-A: Servicio Público de Empleo Autonómico STS: Sentencia del Tribunal Supremo TGSS: Tesorería General de la Seguridad Social TIC: Tecnologías de la información y la comunicación. TIE: Tarjeta de Identificación de Extranjeros Tm.: Tonelada UAGA: Unión de Agricultores y Ganaderos UE: Unión Europea UGT: Unión General de Trabajadores UPA: Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos URSS: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas UTA: Unidades de Trabajo al Año VAB: Valor Añadido Bruto VVAA: Varios autores
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2. EL CONTEXTO DEMOGRÁFICO DE ESPAÑA: DE UN PAÍS DE EMIGRANTES A INMIGRANTES Francisco Javier García Delgado
[email protected] Juan Antonio Márquez Domínguez
[email protected] José Díaz Diego
[email protected] 2.1 La evolución de la población española 2.2 Principales indicadores demográficos 2.2.1 Natalidad y fecundidad 2.2.2 Mortalidad 2.2.3 Nupcialidad 2.2.4 Crecimiento vegetativo o natural de la población 2.2.5 Esperanza de vida al nacer 2.2.6 Estructura de la población 2.3 Cambios recientes en la población española. Las causas 2.4 De un país de emigración a un país de inmigración 2.4.1 La emigración española en el siglo XX 2.4.2 Cambios en el sentido de la corriente migratoria española: análisis de sus causas 2.4.3 Magnitud y características de la inmigración extranjera en España 2.4.4 Incidencia de los inmigrantes extranjeros en la sociedad española 2.5 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas
España es uno de los países de Europa que más transformaciones demográficas ha sufrido en las cuatro últimas décadas (desde 1960) 1. Se trata de los mismos procesos que en el centro y el norte Europa se tardó siglos en culminar. A continuación se analizan sus características. 2.1 La evolución de la población española La población española ha pasado en medio siglo, desde 1960 hasta 2008 2, de 30,5 millones de habitantes a más de 46 millones, lo que supone un incremento superior al 33% (Gráfico 2.1). Si bien la media de crecimiento neto se situaría en torno a 6,7% en cada decenio, la situación ha sido muy desigual a lo largo de los mismos, dado que hay que tener en cuenta una serie de variables: - Los efectos en la natalidad de la epidemia de gripe de 1918-1919, la conocida como gripe española, que no sólo causó importantes mermas en la población del
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Semejante sólo a la de algunos países que han pasado por situaciones políticas, sociales y económicas similares, como son los casos de Italia, Portugal y Grecia. 2 En este caso se toman datos padronales, que posiblemente se revisarán a la baja en el próximo Censo de Población de 2011.
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momento 3 (niños y ancianos), sino que se ha dejado sentir en las generaciones posteriores por la disminución de la natalidad consecuente. Los efectos de la Guerra Civil: a las muertes directas 4 en la contienda y la posterior represión hay que sumar las indirectas, provocadas por el hambre y malnutrición. Además hay que tener en cuenta que se produjo un retraimiento de la fecundidad derivado del descenso de la nupcialidad y un aumento de las “solteras” y las viudas. A ello hay que unir la emigración forzosa, el exilio. Los procesos migratorios hacia Europa y América, desde los años 40 y hasta principios de los 70, que llevaron a un envejecimiento de la población y a un aumento de las tasas de dependencia, dado que los efectivos emigrantes eran fundamentalmente jóvenes, que no procrearon en España. Sin embargo, este proceso fue neutralizado por: a) La política natalista del franquismo, especialmente desde finales de la década de 1950, que llevó a la natalidad a dispararse, en lo que se denominó el baby boom. b) Los procesos inmigratorios desde los años 80, con la inmigración de retorno desde la crisis del 1973 y el fin del exilio político y, sobre todo, los procesos migratorios internacionales que desde 1990 han tenido a España como destino.
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Gráfico 2.1: Evolución de la población española, 1900 - 2008 50.000.000 45.000.000 40.000.000 35.000.000 30.000.000 25.000.000 20.000.000 15.000.000 10.000.000 5.000.000 0
1900
1910
1920
1930
1940
1950
1960
1970
1981
1991
2001
2008
Población 18.616.6 19.990.6 21.388.5 23.677.0 26.014.2 28.117.8 30.524.6 33.956.0 37.742.5 38.872.2 40.847.3 46.157.8
Nota: hasta 1981 se computa la población de hecho y desde esa fecha en adelante la de derecho. Fuente: INE (datos censales; padronales para 2008). Elaboración: García, F. J., 2009. 3
Las numerosas muertes provocadas por ésta son hoy inapreciables, dado que los niños que nacieron esos dos años tendrían hoy más de 90 años. 4 Igualmente casi inapreciables hoy en la pirámide de población.
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2.2 Principales indicadores demográficos ¿Cuál ha sido el comportamiento de cada uno de los indicadores demográficos? ¿En qué medida han participado en el crecimiento de la población española de los últimos años? Gráfico 2.2: Principales indicadores demográficos, 1950-2007 25
20,00 21,58 19,47 20
15,26 15
10,57
o/
oo
10,83
9,82
10,06
8,76 8,40 10
10,87
7,73
7,43 7,71
5
8,35
8,90
5,53
5,34
8,78
8,51
4,72
4,43
7,29 5,90
Tasa Bruta de Natalidad Tasa Bruta de Mortalidad
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1995
1990
1985
1980
1975
1970
1960
1950
0
Tasa Bruta de Nupcialidad
Fuente: INE, 2009. Elaboración: Díaz Diego, J., 2009.
2.2.1. Natalidad y fecundidad El descenso de la natalidad se inició de forma muy lenta en la segunda mitad del siglo XIX para situarse en la década de 1950, una vez recuperados del retroceso de la Guerra Civil y la primera posguerra, alrededor del 20‰ (Gráfico 2.2). En la década de los 60 tiene un leve ascenso debido a la política natalista del franquismo, situándose alrededor del 21‰. Los niveles de crecimiento son muy elevados debido a un descenso de la mortalidad infantil por las mejoras en las condiciones de vida y las prestaciones sociales. Se produce el baby boom, con familias numerosas y premios de natalidad. Sin embargo, los efectos de la crisis de 1973, la desaparición del régimen franquista y su apertura democrática, así como una serie de cambios sociológicos que se pueden resumir en una modernización social de España (epígrafe 2.3) llevaron a que en la segunda mitad de la década de los 70 y a lo largo de los 80 las tasas de natalidad bajasen de forma considerable, hasta situarse, a principios de los 90, en el 10‰ (Gráfico 2.2). Ello significó al descenso del número de hijos por mujer hasta 1,1, muy lejos de la tasa de reposición, que se sitúan en 2,1.
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A la vez, se pasa de tasas de fecundidad por edades muy elevadas y concentradas en los grupos de edad más jóvenes (de 15-19 años a 30-34) a tasas muy inferiores, desplazándose a edades más avanzadas (desde los 25-29 hasta los 40-44). Además, de forma global tiende al descenso, excepto entre los grupos extremos, hasta los 19 años y a partir de los 40 años, que ha aumentado. Las dificultades en el acceso a la vivienda, los problemas para encontrar un empleo y la inestabilidad o temporalidad de los mismos ayudan a comprender por qué se retrasa la maternidad. 2.2.2 Mortalidad La mortalidad en España se mantiene en niveles muy altos durante mucho más tiempo que en el resto de los países occidentales. Sin embargo, cuando desciende conocerá un proceso acelerado. A principios del siglo XX seguía manteniéndose la mortalidad en el 30‰. En la primera mitad del siglo descenderá hasta el 20‰, quedando en la década de 1950 por debajo del 10‰. En la actualidad se sitúa en el 8,57‰ (2007), tasa de la cual no es posible bajar, dadas las muertes registradas en los grupos de edad avanzada, por lo que la tendencia actual es al alza por el envejecimiento de la población española (Gráfico 2.2). Al margen de la mortalidad general, un indicador básico es la mortalidad infantil. A partir de los años 50, en los que había tasas superiores al 20‰, se produce un gran descenso debido a las mejoras alimenticias, sanitarias y culturales. En la actualidad ha llegado a uno de los niveles más bajos del mundo, al situarse en 1983 en el 10,89‰, para descender hasta el 4,08‰ en 2001. 2.2.3 Nupcialidad La nupcialidad se mantuvo estable desde los años 60. Sin embargo, a partir de la década de los 90 conoce un retraimiento. Por un lado en ello median causas sociales relacionadas con cambios en la concepción del matrimonio. Además pesan razones de tipo económico, como el retraso en la edad de emancipación de los jóvenes, el cual también repercute en la fecundidad (epígrafe 2.2.1). Así, en 1970 la tasa de nupcialidad era del 7’3‰, en 1978 de 7’0‰. A partir de entonces se dio un gran descenso, para llegar en 1990 al 5,68‰, siendo cada vez menos los matrimonios, hasta situarse en la actualidad (2007) en 4,47‰ (Gráfico 2.2). Por otra parte, tradicionalmente en España se experimentaba, debido a circunstancias socio-culturales (religiosas) y jurídicas, un bajo nivel de divorcios. En fechas recientes éstos se han disparado dada la profunda transformación social del país. Entre otros factores cabe citar la independencia femenina y la laicización de la sociedad. 2.2.4 Crecimiento vegetativo o natural de la población A principios del siglo XX las elevadas tasas de mortalidad y natalidad producían un crecimiento reducido de la población, alrededor del 6‰, aumentando entre los años 20 y 30 en los que se situó en torno al 10‰ por un incremento de la natalidad. Durante la Guerra Civil y la primera post-guerra el crecimiento fue muy escaso, aumentando en las décadas siguientes, para explotar hacia 1955 y en los 60, período en que se dio el mayor crecimiento natural de la población. En estas fechas se alcanzaron índices en torno al 12% (Gráfico 2.3), motivado por el aumento de natalidad y el descenso de la
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mortalidad. A partir de 1975, el crecimiento vegetativo empieza a disminuir drásticamente, debido a la menor natalidad. Así, en 1981 era del 6‰, en 1984 del 4‰, hasta llegar a principios de la década de 1990 al 1,7‰. Se están alcanzando niveles alarmantes, ya que la población senil supera a la joven y aumenta drásticamente la tasa de dependencia. Sin embargo, en la última década se está produciendo un cambio en la tendencia, recuperándose el crecimiento vegetativo, situado en el quinquenio 2001-2005 en el 1,5% (Gráfico 2.3). Gráfico 2.3: Evolución del crecimiento natural de la población, 1961-2005 (‰) 14 12 10 8 6 4 2 0 1961-65 1966-70 1971-75 1976-80 1981-85 1986-90 1991-95 Crecimiento
12,7
11,5
10,7
9
5,3
4
1,7
19962001-05 2000 0,41 1,5
Fuente: INE, varios años. Elaboración: García, F. J., 2009.
2.2.5 Esperanza de vida al nacer A principios del siglo XX la esperanza de vida al nacer en España se situaba en torno a los 34 años. Ha sido éste uno de los indicadores que más ha avanzado, con una gran mejora desde los años 50 y 60, hasta situarse por encima de los 80 años de media en 2005, 83,48 años en el caso de las mujeres, y en 76,96 años en el caso de los hombres. Son cifras que se sitúan entre las más altas del mundo. 2.2.6 Estructura de la población En lo referente a la edad, desde los años 60 del siglo XX se está produciendo un descenso de la representatividad del grupo comprendido entre los 0 a 14 años, aumentando por el contrario el senil, de 65 años en adelante. Así, en 1960 los menores de 25 años suponían el 42,4% de la población española, mientras los mayores de 65 años apenas eran el 8,26% de la población (Gráfico 2.4). Hasta este momento, la estructura de la población era campaniforme, típica de regímenes demográficos con alta
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natalidad y alta mortalidad, aunque con tendencia a la baja para ese momento, sujeta a los importantes efectos coyunturales ya citados: epidemias, guerras... Gráfico 2.4: Estructura de la población española por edad y sexo en porcentajes, 1960 – 2008
Año 1960, 30.524.645 habitantes (Censo) 75 y + 70 a 74 65 a 69 60 a 64 55 a 59 50 a 54 45 a 49 40 a 44 35 a 39 30 a 34 25 a 29 20 a 24 15 a 19 10 a 14 5a9 0a4
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Año 1991, 38.872.268 habitantes (Censo) 85 y + 80 a 84 75 a 79 70 a 74 65 a 69 60 a 64 55 a 59 50 a 54 45 a 49 40 a 44 35 a 39 30 a 34 25 a 29 20 a 24 15 a 19 10 a 14 5a9 0a4 -6
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Año 2001, 40.847.371 habitantes (Censo) 85 y + 80 a 84 75 a 79 70 a 74 65 a 69 60 a 64 55 a 59 50 a 54 45 a 49 40 a 44 35 a 39 30 a 34 25 a 29 20 a 24 15 a 19 10 a 14 5a9 0a4 -6
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Año 2008, 46.157.822 habitantes (Padrón) 85 y + 80 a 84 75 a 79 70 a 74 65 a 69 60 a 64 55 a 59 50 a 54 45 a 49 40 a 44 35 a 39 30 a 34 25 a 29 20 a 24 15 a 19 10 a 14 5a9 0a4 -6
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Fuente: INE, varios años. Elaboración: García, F. J., 2009.
En 1981, se detectan los primeros efectos de la modernización de la estructura poblacional española, los jóvenes eran el 25,6%, los adultos el 63,1% y los mayores de 65 el 11,2% (Gráfico 2.4). Los jóvenes son cada vez menos y los ancianos cada vez más, dándose este cambio de forma paulatina debido a la menor natalidad y la mayor esperanza de vida, acercándonos cada vez más a los niveles europeos. En estas fechas comienza a notarse la inmigración de regreso. En 2001 se sitúa en el 36,3% la población joven y la mayor de 65 años el 9,25% (Gráfico 2.4). Es en esta fecha cuando se ha producido una modernización de la estructura, con un claro estrechamiento de la pirámide poblacional por la base, dado el descenso general de la natalidad. Sin embargo, los datos padronales de 2008 indican un claro cambio en la tendencia. Al tiempo que sigue ensanchándose por la cúspide la pirámide de población, aumenta los mayores de 65 años, también se amplía la base. De esta forma, los grupos de edad de 0 a 4 años y de 5 a 9 registran un crecimiento con respecto a 2001 (Gráfico 2.4). De hecho, la población joven aumenta y se sitúa en el 25,67%, y el grupo de población mayor de 65 años crece hasta alcanzar el 16,55%. Destacar que si bien se produce un incremento de este último grupo en detrimento de aquél, es necesario tener en cuenta que la población adulta ha aumentado en torno a un 3%, por lo que se produce un retroceso de la tasa de dependencia. Son, claramente, efectos de la inmigración…
2.3 Cambios recientes en la población española. Las causas De forma general, los cambios en la población española en las cuatro últimas décadas pueden sintetizarse en: - Incremento de la esperanza de vida al nacer, lo que conlleva a medio plazo un aumento de la mortalidad, como efecto de las mejoras de condiciones de vida (progreso social y cultural). - Descenso brusco de las tasas de fecundidad, nupcialidad y natalidad. - Envejecimiento progresivo de la población, consecuencia de los dos procesos anteriores. - Aumento de la tasa de dependencia, que se desplaza desde la base de la pirámide hacia la cúspide (Gráfico 2.4). - Incremento de los flujos migratorios internacionales, que llega a cambiar las tendencias anteriores. Estos cambios son los propios de la modernización de las estructuras demográficas, con procesos de transición y consolidación. Así, son resultado da una serie de procesos más o menos acusados, con variaciones temporales y espaciales: - Desarrollo de la libertad personal (“egoísmo social”) y de la laicización social, o al menos de iglesia, que lleva a dejar de valorar negativamente determinados avances (divorcio, aborto, matrimonio, etc.) y con respecto a la libertad sexual (uso de preservativos y contraceptivos). - Incorporación de la mujer al mundo laboral, incidiendo en la fecundidad, al adaptarse ésta a cada momento de la carrera profesional de las féminas.
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Adaptación al mercado de trabajo. Problemas en el ámbito laboral derivan en una nupcialidad más tardía, exigencias para poder tener un hijo —coyuntura económica propicia—, etc. Retraso de la edad de emancipación. Obedece fundamentalmente a factores económicos, como el encarecimiento de la vivienda, los bajos sueldos, y el inadecuado nivel de formación. Esto incide directamente en la nupcialidad, la fecundidad y la natalidad. Aumento de los precios al consumo e inexistencia o ineficacia de los sistemas de cobertura social, que no favorecen la natalidad. Disminución de la emigración, predominante hasta los años 80 del siglo XX, y aumento de la inmigración. Es decir, se produce una inversión de la tendencia, ya que además se observa un proceso de retorno de parte de los emigrantes españoles.
2.4 De un país de emigración a un país de inmigración Una de las características de España durante buena parte del siglo XX y lo que va del siglo XXI son los movimientos migratorios. En sólo las dos décadas que transcurren entre 1970 y 1990 pasó de ser un emisor neto internacional de población a convertirse en un país de inmigración. Si bien este cambio es común a otros países occidentales, lo verdaderamente llamativo fue la rapidez con la que aquí se produjo ese proceso. 2.4.1 La emigración española del siglo XX Una vez concluida la mal llamada “Reconquista”, y culminado el proceso de cristianización de la Península Ibérica, conocido como la cruzada, los pobladores del solar ibérico y muy especialmente los de la Corona de Castilla, comenzaron a convertirse, con el “descubrimiento” y colonización de América, en emigrantes internacionales. Dejando a un lado las migraciones correspondientes al período de la colonia, a partir de 1850-1950 se produjeron migraciones hacia el Norte de África y la América Latina. En 1900 existía en Argelia una colonia española que ascendía a 160.000 personas, las cuales trabajaban en la agricultura mediterránea para los patronos franceses. Tras la independencia del país, en 1956, comenzó una fuerte oleada de retorno, que en muchos casos se redireccionó hacia Europa. En el caso americano, entre 1850 y 1950 se asentaron en el continente 3,5 millones de españoles, especialmente de la Cornisa Cantábrica y Canarias. Los destinos elegidos serían México, Uruguay, Cuba, Argentina, Venezuela, Brasil y, en menor medida, EE.UU. y Canadá. Se estima que, tras la Guerra Civil, salieron de España camino del exilio 800.000 personas, fundamentalmente hacia Francia, la U.R.S.S. y México, pero también a otras naciones: Puerto Rico, EE.UU., etc. En épocas recientes, desde los años 50 del siglo XX, los flujos migratorios internacionales protagonizados por españoles se dirigieron hacia Europa, aunque esta nueva corriente tuvo un volumen inferior a las anteriores. Los destinos eran Alemania, Países Bajos, Bélgica, Francia, Suiza…, países que presentaban una importante demanda de mano de obra después de la II Guerra Mundial. Había que reconstruir la Europa de posguerra y beneficiarse del desarrollo económico que se estaba experimentando en esa zona, de ahí que se desplazaran allá no sólo los españoles, sino
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también turcos, italianos, griegos, portugueses, yugoslavos, etc.. Junto a la corriente europea destacó la que se dirigió a Latinoamérica. De hecho, para evitar la pérdida de nacionalidad española en el supuesto de que adquirieran la nacionalidad del país de destino, se firmaron y ratificaron convenios de doble nacionalidad con tales países (Sagarra, 2002), el primero con Chile, el 24 de mayo de 1958. Sin contar a los españoles que salieron del país tras el golpe militar de Franco y la instauración de la dictadura, se estima que el número de emigrantes españoles que fueron a Latinoamérica y a diversos países de Europa occidental entre 1950 y 1970 fue de alrededor tres millones de personas (Centro de Estudios para la Integración Social y Formación de Inmigrantes, 2006). Los lugares de origen de los emigrantes también cambiaron, procedentes ahora del interior de España y de las zonas agrarias más deprimidas. Las principales regiones de emigración fueron Andalucía, Extremadura y Galicia, a las que se sumó el archipiélago canario. Subrayar que esta emigración española estuvo fomentada por el propio Estado como mecanismo para hacer frente a las tensiones económicas y sociales internas y a las dificultades de apertura exterior (Gráfico 2.5), política que será desarrollada en el epígrafe 5.1.1. Gráfico 2.5: Emigración española asistida a Europa por países de destino (1962-1974)
Holanda; 40.612; 4%
Gran Bretaña; 12.985; 1%
Francia; 222.329; 22%
Alemania; 377.415; 36%
Bélgica; 5.049; 1% Suiza; 376.551; 36%
Otros países; 3.419; 0%
Fuente: INE. Elaboración: García, F. J., 2009.
A partir de 1973 el ciclo expansivo europeo terminó debido a la crisis energética. Los países de destino empezaron a implantar medidas para dificultar la entrada de inmigrantes. Al igual que sucede en la actualidad, el objetivo pasó a ser dar prioridad a los trabajadores nacionales en paro, frente a los extranjeros. Esto provocó que muchos españoles se vieran obligados a emprender un viaje de retorno definitivo,
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muchos de ellos casados y con hijos 5. Lo mismo sucedió con otros nacionales. Como recoge Daveau, no dejaba de ser paradójico que “en la misma época en que los pobres campesinos de Portugal huían de la miseria (...), comenzarán a llegar, de los países que los recibían, chárteres repletos de turistas” (1998: 200). Señalar por último que las migraciones internacionales apuntadas coincidieron en el tiempo con movimientos internos desde el mundo rural hacia el mundo urbano e industrializado. Se calcula que entre 1940 y 1970 más de cuatro millones de personas pasaron del campo a la ciudad (Centro de Estudios para la Integración Social y Formación de Inmigrantes, 2006). Este éxodo rural estuvo propiciado en gran medida por la atracción ejercida por el empleo generado en las urbes y en los polos de desarrollo, frente a la escasa rentabilidad de las explotaciones agrarias. Los espacios de destino fueron fundamentalmente Madrid, Valencia, Barcelona y Bilbao, y con menos fuerza los polos franquistas. 2.4.2 Cambios en el sentido de la corriente migratoria española: análisis de sus causas Según ha quedado expuesto en el epígrafe anterior, la crisis del petróleo de 1973 hizo que Francia, Alemania, Suiza, etc. dejaran de demandar mano de obra. El resultado fue un descenso de la emigración, pues ya no había dónde ir, y los movimientos de retorno al país de origen, entre ellos a España. A partir de los años 80 del siglo XX a esta corriente se suman inmigrantes extranjeros que tienen por destino precisamente España. El signo de esta corriente va cambiando con el tiempo, distinguiéndose tres grandes fases hasta llegar a convertirse en un país de inmigración (Cachón, 2004): a) Hasta 1985: los inmigrantes son escasos. Predominan los de origen europeo, a los que se suman inmigrantes latinoamericanos. El motivo de la emigración de europeos está relacionado con el turismo y la residencialización de jubilados en las costas, trabajadores vinculados a trasnacionales y, en general, el exilio de los latinoamericanos. b) 1986-1999: España pasa definitivamente de ser un país de emigración a serlo de inmigración. Recibe efectivos africanos, del Este de Europa, asiáticos y latinoamericanos, lo que supone cambios en el origen, cambios culturales y la incorporación de nuevas etnias. Las motivaciones son ahora fundamentalmente económicas, mientras que “los efectos llamada” vienen dados por el retroceso de la incorporación de la mano de obra española al mercado laboral (epígrafe 10.2). Hay que tener presente que en este período España aprueba la primera Ley de Extranjería (1985) y que a partir de ese momento se empieza a reforzar el control de las fronteras y de los flujos migratorios. Como se desarrollará en los epígrafes 5.1.2 y 5.2, se adopta una política de inmigración restrictiva y basada en las necesidades de mano de obra: “La única llave que permite abrir la puerta a los inmigrantes extranjeros no comunitarios es que la situación nacional de empleo así lo permita” (Márquez y Gordo, 2008, 766). c) 2000 en adelante 6: se produce la institucionalización de la inmigración, observándola como un problema social, coincidiendo con la sobreoferta de 5
Cada vez resulta más infrecuente encontrarse a niños nacidos en Alemania o Suiza, lo que fue general en la escuela española de los años 80 del siglo XX. 6 Realmente, el cambio se había iniciado antes, dado que la llegada de inmigrantes a España se dispara en la segunda mitad de la década de los 90 del siglo XX (1,4 millones entre mayo de 1996 y el 1 de enero de 2002).
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empleo de escasa o nula cualificación de la mano de la agricultura y las prestaciones personales primero y boom inmobiliario, hostelería y servicios después. En el año 2004 España llega a convertirse en el país europeo que más inmigrantes recibe, con 610.100, seis veces más que Francia, siete veces y media más que Alemania y tres veces más que Reino Unido, sólo parecido al nivel de Italia, con 558.200 (Bodega et al., 2006). Persiste la ideología de control de los flujos migratorios, reforzada incluso en la actualidad, dado el contexto de crisis económica mundial y la creciente destrucción del empleo. El proceso descrito para España es similar al que han vivido Italia y, con matices, Portugal 7, respondiendo a eso que se viene llamando “un subsistema migratorio en el Sur de Europa” (Arango y Baldwin, 1999; Izquierdo, 1996; King et al., 2000). El país deja de ser emisor de emigrantes y lugar de paso de inmigrantes, para convertirse en destino de los flujos migratorios. No hay que olvidar que el espacio Mediterráneo se sitúa entre una de las zonas de mayor movilidad, África, y una de las de mayor acogida, Europa, (Aubarell, 2006). Este cambio de tendencia se atribuye a las transformaciones internas ocurridas, o iniciadas, durante los años 80 del siglo XX en los países de emigrantes como España (Bodega et al., 2006): - Avances políticos y sociales: fin de la dictadura franquista y consolidación de la democracia, con un proceso de estabilidad inusual en la historia reciente del país - Ventajas económicas crecientes con respecto a los países en desarrollo, con un crecimiento sostenido desde el ingreso en la CEE en 1986: inversiones públicas 8, inversiones extranjeras, mano de obra a costes competitivos a principios del período. - Vacío demográfico progresivo, resultado del retroceso de las tasas de fecundidad y otros indicadores, que llevan al crecimiento 0, al tiempo que se produce un envejecimiento progresivo de la población (epígrafe 2.2). Todo ello va acompañado y/o da como resultado: o Un incremento de la tasa de dependencia y un consecuente déficit de mano de obra. o La elitización de la sociedad, tanto por el aumento del nivel de formación, como por el deseo de ocupar cada vez más puestos de trabajo “cómodos” o “prestigiosos”, abandonando las labores manuales y el trabajo más duro y que menor cualificación requiere. - Atracción que ejerce la oferta de trabajo sobre “esta población extranjera, joven y activa, que ocupa habitualmente los trabajos que no interesan a la población autóctona, cada vez con mayor nivel educativo y con mayores expectativas de ingresos y de prestigio social” (Bodega et al., 2006; 385). - Elementos de índole social: posibilidad de acceder a prestaciones sanitarias universales y gratuitas, muy por encima de las que reciben los extranjeros en otros países de Europa. - Elementos de índole institucional: expectativas de nuevas regulaciones, basadas en procesos anteriores extraordinarios, así como políticas de unificación de familias (reagrupación familiar). 7
La estructura demográfica portuguesa se vio afectada por la inmigración derivada de las guerras coloniales y la posterior descolonización en la década de los 70. 8 Uno de los elementos-clave va a ser la política de desarrollo rural, financiada desde la CEE (UE), que tendió a crear actividades productivas rentables en los lugares de procedencia de los jornaleros del sur de España. Como consecuencia de ello se reduce considerablemente los temporeros andaluces en los campos de fresas, olivares…
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Oferta educativa pública y gratuita para los hijos de inmigrantes, así como el acceso a guarderías públicas en edades inferiores a la edad escolar. “Clima social de aceptación de su presencia, y de mayor tolerancia ante situaciones de irregularidad” (Bodega et al., 2006; 385), muy por encima de otros países del entorno. Efecto llamada y papel que desempeñan las redes familiares de inmigrantes en la búsqueda de empleo, además de agencias nacionales e internacionales.
A estos elementos de atracción en destino habría que sumarle otros presentes en origen, como son: - Crecimiento importante de la población, crisis económicas endémicas, falta de libertades, ausencia de expectativas. - Flujos tradicionales, especialmente con América Latina, y existencia de pequeñas comunidades de intelectuales, muchos de ellos exiliados de dictaduras latinoamericanas. - Cercanía y mejora sustancial de las comunicaciones. Ni que decir tiene que la llegada de estos inmigrantes tiene y tendrá efectos a corto o medio plazo sobre la demografía española. Entre ellos hay que destacar los siguientes: - Aumento de efectivos jóvenes y rejuvenecimiento de la población y, por ende, - Disminución de la tasa de dependencia. - Aumento de la tasa de fecundidad, de la nupcialidad y la natalidad (epígrafe 2.2). 2.4.3 Magnitud y características de la inmigración extranjera en España El epígrafe anterior ha analizado los motivos que han llevado a que en un período aproximado de veinte años España haya dejado de enviar emigrantes al exterior para convertirse en un país de inmigración. Ahora toca presentar en cifras las características de ese proceso. Hay que comenzar diciendo que en los últimos ocho años el número de extranjeros empadronados se ha multiplicado por cinco, pasando de 923.879 a comienzos del año 2000 a los 5.268.762 con que se contaba a 1 de enero de 2008 (Gráfico 2.6). Esto supone que su porcentaje se ha incrementado desde un 2,3%, valor relativamente modesto en el contexto europeo, hasta superar hoy el 10% de la población española, lo que nos convierte en uno de los países europeos con mayor proporción de extranjeros. Los procesos extraordinarios de regularización de las personas que se encontraban en situación de irregularidad administrativa ayudan a comprender los picos que se producen en los años siguientes a que los mismos han tenido lugar, a saber: 1991, 1996, 2000 y 2001, 2005. Estos procesos son de gran trascendencia para comprobar la elasticidad del país, que ha incorporado, sin traumas, a gran número de personas y nacionalidades. El “redescubrimiento” de los extranjeros, su afloración o visibilidad estadística, ha servido para hacer emerger una extendida economía sumergida y un amplio mercado de fuerza de trabajo, imprescindible para el sistema productivo español. Por otro lado, estas personas han permitido la continuidad de diversas actividades que venían siendo poco valoradas socialmente y/o abandonadas
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Jornaleros extranjeros en España. El contingente agrícola de temporada como política de control de los flujos migratorios
progresivamente por los españoles (epígrafes 4.4 y 5.2). Son muchos los sectores de actividad que en España hoy no pueden funcionar sin la contribución de los inmigrantes, especialmente la agricultura (epígrafe 5.3). Gráfico 2.6: Evolución de la población extranjera en España, 1981-2008 6.000.000 5.268.762 5.000.000
4.519.554
número de extranjeros
4.144.166 4.000.000 3.730.610 3.034.326 3.000.000 2.664.168 1.977.946
2.000.000
1.370.657 923.879
1.000.000
637.085 198.042
0
360.655 542.314
748.954
241.971 1981 1986 1991 1996 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Fuente: MTIN e INE. Elaboración: García, F. J., 2009.
En cuanto a la composición de esta corriente migratoria que se dirige a España destacar que en la actualidad cinco nacionalidades acumulan más de la mitad de los extranjeros residentes en España: rumanos, marroquíes, ecuatorianos, colombianos y británicos (Gráfico 2.7). Los rumanos son el colectivo más numeroso de todos los ciudadanos extranjeros residentes. A 31 de diciembre de 2008 un total de 718.844 rumanos contaban con certificado de registro o tarjera de residencia en España. Este peso de la comunidad rumana en la sociedad española se ha consolidado desde la adhesión de este país a la UE el 1 de enero de 2007. De hecho, la cifra de rumanos y rumanas en España prácticamente se triplicó de 2006 a 2007, es decir, en el período de tiempo en que estos ciudadanos pudieron desplazarse libremente por Europa. España se ha convertido, junto con Italia, en el destino más importante para estos emigrantes, especialmente por razones laborales (Foto 2.1).
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Foto 2.1: Temporeras rumanas en una plantación de fresas de Moguer (Huelva). Foto: Díaz Diego, J., 2008.
Marruecos, que tradicionalmente venía ocupando el primer puesto, es ahora el segundo país que más nacionales tiene residiendo en España, más de 717.400. España cuenta con una posición geográficamente estratégica para Marruecos. Así, la Península Ibérica es la puerta natural de entrada a Europa del África septentrional y subsahariana, especialmente, por su proximidad, del paso de marroquíes a la UE. Aunque las relaciones socioculturales e históricas de Marruecos sean significativamente más importantes con Francia, el desarrollo económico experimentado por España en la última década del siglo XX, el consiguiente aumento en la demanda de trabajadores y la mayor proximidad geográfica hicieron que desde finales de los 80 la comunidad marroquí dejara de ver España como mero territorio de paso hacia Francia, para considerar la posibilidad de desarrollar aquí el proyecto migratorio. Ello hizo que hasta mediados de 2008, la comunidad alauita representara el volumen de extranjeros más importante de España, y que aún hoy suponga más del 16% de ellos, cifra que se ve incrementada si se tienen en cuenta a aquellas personas que han adquirido la nacionalidad española.
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Jornaleros extranjeros en España. El contingente agrícola de temporada como política de control de los flujos migratorios
Gráfico 2.7: Extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia. Principales nacionalidades, 31/12/2008
Rumanía
718.844
Marruecos
717.416 421.527
Ecuador
274.832
Colombia
219.738
Reino Unido Bulgaria
144.401
Italia
139.132
China
138.558
Perú
130.900
Portugal
121.918
Alemania
102.202
Argentina
97.277
Polonia
86.995
Bolivia
85.427
Rep. Dominicana
80.973
Resto de países
985.771 7.588
Apátridas
0
200.000
400.000
600.000
800.000
1.000.000
1.200.000
número de extranjeros
Fuente: OPI, 2009a. Elaboración: Díaz Diego, J., 2009.
La tercera nacionalidad en número de residentes son los ecuatorianos. También con la razón laboral como principal motivación de su proyecto migratorio, los ecuatorianos representan una comunidad de más de 421.500 ciudadanos en España. Tras ellos, los colombianos, unos 274.800 ciudadanos, conforman la cuarta nacionalidad en volumen de extranjeros. Estas dos nacionalidades forman parte del conjunto de extranjeros iberoamericanos con cuyos países España tiene una histórica relación social, cultural y económica, lo que hace que a la lista de las principales nacionalidades extranjeras residentes se sumen ciudadanos procedentes de Perú, Argentina, Bolivia o República Dominicana, aunque en menor volumen. Como se ha indicado, la mejora laboral es una de las principales causas migratorias de estas nacionalidades. De hecho, más del 45% de los ecuatorianos residentes cuentan con una tarjeta de residencia concedida con motivo de una autorización de trabajo por cuenta ajena, mientras que sólo el 21% han solicitado su residencia mediante una tarjeta o certificado de residencia no lucrativa. Dentro de esta última categoría están, entre otras, las autorizaciones de reagrupación familiar. Por su parte, los colombianos bajo la modalidad de residencia para trabajo por cuenta ajena suponen un 50% de su comunidad en España. Los peruanos superan este 50% y los bolivianos alcanzan el 80% del total. En el conjunto de todos los extranjeros, los que ostentan una tarjeta para residencia no lucrativa apenas alcanzan el 10% del total, con lo que puede apreciarse la importancia de la dimensión laboral en los proyectos migratorios. Además, tal y como se expondrá en el epígrafe 5.1.2, estos datos son fiel
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Jornaleros extranjeros en España. El contingente agrícola de temporada como política de control de los flujos migratorios
reflejo de la política española y comunitaria de inmigración, donde las necesidades de mano de obra marcarán las llegadas permitidas. Finalmente, la quinta nacionalidad con mayor peso en el conjunto de extranjeros son los británicos, principalmente ingleses. La comunidad británica ronda los 220.000 ciudadanos y se localizan especialmente en las zonas de costa: litoral mediterráneo y archipiélagos. Esto se debe a que, al contrario que los grupos anteriores, los ingleses no tienen lo laboral o la mejora de sus condiciones de vida como razones de su emigración. Para ellos la motivación de venir a España está ligada a cuestiones de ocio, recreo y descanso en latitudes con mejor clima y más horas de luz al año. En lo que al género respecta, los hombres continúan siendo el sector más representativo de la inmigración extranjera hacia España, aunque la corriente se ha feminizado en los últimos años. A 31 de diciembre de 2008 los hombres representaban el 53,90% de los extranjeros residentes, 2.407.716 personas, frente al 49,38% del total de la población. A nivel de nacionalidades el mayor porcentaje de hombres lo conforman los portugueses (67,12%) y marroquíes (61,92%). Las mujeres, por el contrario, suponen la mayoría porcentual de los extranjeros residentes de nacionalidad dominicana (58,53%), boliviana (56,62%) y colombiana (56,09%) (MTIN, 2009). En cuanto a las edades, el porcentaje de población extranjera en edad de trabajar deja ver con claridad la fuerte relación que existe entre los movimientos migratorios y la búsqueda de mejores oportunidades de trabajo. En concreto, los extranjeros en edad de trabajar representan el 83,05% del total: 3.711.422 personas (MTIN, 2009). Este mayoritario escalón de población, con una edad media de 33 años, se ve aún más rejuvenecido, demográficamente hablando, al completar el perfil añadiendo que el segundo tramo de edad más importante es el que va desde los 0 a los 15 años, es decir, los hijos de estos extranjeros: 585.613 jóvenes (MTIN, 2009). En relación con los grupos de edad, las nacionalidades que más jóvenes aportan al perfil de edades son por orden las comunidades más representativas de los extranjeros residentes: rumanos, marroquíes y ecuatorianos, y al contrario, los que menos, los británicos. Como se señaló anteriormente, los ingleses, y en menor medida los alemanes, fijan España como destino migratorio por cuestiones de descanso, pero no durante vacaciones o fines de semana, sino de residencia tras su jubilación. Según la normativa aplicable, los extranjeros residentes en España presentan dos regímenes distintos de residencia: el Régimen General y el Régimen Comunitario, este último aplicable a los nacionales de los Estados miembros de la UE, además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, así como a sus familiares y a los familiares de españoles nacionales de terceros países. Según recoge el Gráfico 2.8, el número de extranjeros que acceden a España a través del Régimen General es ligeramente superior a los que lo hacen a través del Régimen Comunitario: un 52% frente a un 48%, respectivamente. No obstante, estos porcentajes tan igualados son un fenómeno muy reciente. En 2005, los extranjeros que accedían a la residencia a través del Régimen General eran proporcionalmente muchos más, en concreto el 71% de los residentes. Nuevamente, este cambio en los indicadores viene marcado por las últimas ampliaciones de la UE. Por ejemplo, al convertirse los rumanos, una de las comunidades de extranjeros más numerosa en el país, en ciudadanos de la UE pasaron a engrosar las cifras del Régimen Comunitario y por tanto a aumentar el peso de esta
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modalidad hasta prácticamente igualarla al Régimen General, ampliamente representado por ciudadanos iberoamericanos y africanos. Gráfico 2.8: Extranjeros residentes según continente de nacionalidad y régimen de residencia, 31/12/2008 (En miles)
Total
2.341,10
2.132,40
África
876,6
46,1
Asia
255,3
14,9
Europa no comunitaria
105,1
Centro y Sudamérica
1.087,20
17,8 Régimen General
Norteamérica
10,5
Oceanía
Régimen Comunitario
246,7 9,7
0,8
1,1
Unión Europea
1.794,20 0%
20%
40%
60%
80%
100%
Fuente: OPI, 2009b. Elaboración: Díaz Diego, J., 2009.
En cuanto a la distribución de los ciudadanos extranjeros a lo largo de la geografía española (Mapa 2.1), comentar que las provincias en las que se concentran un mayor número son, en este orden: Madrid, Barcelona, Alicante, Valencia, Murcia y Baleares. En términos generales se localizan por un lado en la zona centro, concretamente en Madrid y su área de influencia, y por otro en el litoral mediterráneo, incluido el archipiélago balear. Sólo Madrid concentra a más de 818.900 extranjeros, constituyéndose en el mayor polo de atracción de inmigrantes de España. Barcelona cuenta con unos 687.000 extranjeros. Otro importante polo de atracción, directamente relacionado con el dinamismo de su horticultura, es el área conformada por las provincias de Alicante, Murcia y Almería. Entre estas tres provincias se reparten el 13,22% de los extranjeros en España, lo que significa un número superior a los 594.600 ciudadanos extranjeros. Además de territorialmente, el reparto geográfico por nacionalidades tampoco es homogéneo. Los intereses concretos de cada comunidad nacional, además de las dinámicas de atracción que generan las redes de parientes y conocidos ya establecidos, hacen que cada grupo nacional se localice en mayor volumen en regiones concretas. Por ejemplo, Cataluña es la Comunidad Autónoma con mayor número de africanos, mientras que Madrid lo es de ciudadanos iberoamericanos. Los marroquíes se concentran mayoritariamente en Cataluña y en Andalucía y los rumanos en la Comunidad Valenciana y su corredor hasta Madrid. Finalmente, otras comunidades, más vinculadas al descanso por jubilación, se localizan en áreas más soleadas y calurosas, como Alicante y Málaga, en el caso de los británicos, y Baleares y Canarias, en el de los alemanes.
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Mapa 2.1: Distribución provincial de los extranjeros residentes en España, a 31 de marzo de 2009
Fuente: MTIN, 2009. Elaboración: Díaz Diego, J., 2009.
2.4.4 Incidencia de los inmigrantes extranjeros en la sociedad española La participación extranjera en la sociedad española cobra gran importancia en aspectos que afectan principalmente a las estructuras universitarias, demográficas y productivas. En el primer caso, el alumnado matriculado en formación de Posgrado, como Doctorado, Master, Cursos de Expertos, etc., significa cerca del 21% del total. Ello presupone que los mejores recursos humanos están formando a personas extranjeras, con una triple lectura: a) Los inmigrantes significan una clientela imprescindible para mantener la mayor parte de los programas de Doctorado de las universidades españolas. b) Los inmigrantes introducen competitividad y competencia en la propia universidad española, al enfrentar recursos humanos con diferentes horizontes y formación. c) Los inmigrantes enriquecen y rejuvenecen el panorama universitario español, anquilosado y falto de prestigio como opción para ocupar un puesto de trabajo en el mercado español. Además, los que regresan a sus países de origen se convierten allí en embajadores de España. En cuanto a las estructuras demográficas, la población extranjera está incidiendo en dos indicadores básicos: la nupcialidad, que significó el 14,29% de la española en 2007 (epígrafe 2.2.3), y la natalidad, que supuso el 17,65% de los nacimientos de España en ese año (epígrafe 2.2.1). Lógicamente esta última variable va a tener un profundo calado, no sólo coyunturalmente, sino en la estructura demográfica y en el 39
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mercado laboral de los próximos 25 años. Al mismo tiempo, es responsable del repunte del crecimiento natural de España y de la quiebra de estructuras demográficas envejecidas (epígrafe 2.2.6). Por lo que respecta a las estructuras productivas, uno de los elementos clave de atracción y participación del extranjero en España ha sido el mercado laboral, un mercado laboral maduro con una tasa de paro prácticamente estructural hasta 2007, en aumento actualmente debido a la actual crisis económica y similar a la media de la UE. Paralelamente, a nadie se le escapa las oportunidades que ofrece un mercado de consumo más amplio, con cerca de cinco millones más de personas. En este contexto, puede explicarse que más del 10% de las personas dadas de alta en la Seguridad Social sean extranjeros y el 21,17% de los contratos en España lo hayan firmado ellos. Como se viene señalando a lo largo de este Capítulo, en la mayoría de los casos la entrada en el mercado laboral español constituye la razón del proyecto migratorio.
Foto 2.2: Temporeras marroquíes recién llegadas a Moguer (Huelva) siendo recogidas por el empresario que las contrata. Foto: Díaz Diego, J., 2008.
Inmigrantes y mercado laboral tienen una dependencia recíproca. A medida que ha ido creciendo la actividad en el sistema productivo español, la importancia de los trabajadores extranjeros ha ido en aumento, hasta tal punto que hoy día constituyen una pieza clave de la economía española. Aunque puede haber distintas interpretaciones sobre la dialéctica capitalista y el papel y uso de la fuerza de trabajo, en la mayor parte de los casos los inmigrantes se integran en nichos laborales poco apetecidos por españoles, ocupando puestos de trabajo relacionados con labores duras, en las ocupaciones manuales del régimen agrario (Foto 2.2), de la construcción y de las tareas del hogar. Así, sería muy conveniente ahondar en la idea del predominio de la
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complementariedad frente a la competitividad del trabajador inmigrante. Además, el extraordinario crecimiento económico de la última década ha permitido crear muchos puestos de trabajo que han sido cubiertos por inmigrantes, dada la escasa disponibilidad de mano de obra nacional para determinadas ocupaciones (epígrafe 5.2). En estos casos el inmigrante es un elemento imprescindible para comprender el funcionamiento del sistema productivo y social de la España del siglo XXI. Como subrayaba un diario: “Los inmigrantes aportaron el año pasado [2007] a la Seguridad Social 9.000 millones de euros. La suma equivale a lo que le cuestan al erario público 900.000 pensionistas españoles. Porque los pensionistas que se benefician de las cotizaciones de los inmigrantes no son extranjeros: en el país hay 7,5 millones de jubilados españoles frente a sólo 60.000 extranjeros” (El País, 29 de febrero de 2008).
2.5 Bibliografía y fuentes documentales utilizadas -
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