Estudio zooarqueológico de una vivienda altomedieval en \"El Alto de los Casares\" (San Pedro Manrique, Soria). XX Congreso Nacional y XI Iberoamericano de Historia de la Veterinaria. Soria. 17/19 de octubre de 2014. Actas Pp. 69-76.

September 30, 2017 | Autor: Javier Muruzabal-Cal | Categoría: Zooarchaeology, Middle Ages
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Descripción

ESTUDIO ZOOARQUEOLÓGICO DE UNA VIVIENDA ALTOMEDIEVAL EN “EL ALTO DE LOS CASARES” (SAN PEDRO MANRIQUE, SORIA). Javier Muruzábal Cal C/ San Blas 4 /4º a 31600 Burlada (Navarra)

Resumen El presente trabajo es un análisis osteológico de los restos faunísticos del yacimiento de “El Alto de Los casares” en Tierras Altas de Soria durante época medieval.

Abstract That work is an osteological analysis of the faunal remains from the “El Alto de los Casares” site in the Highlands of Soria during middle ages.

Teléfono: 628798311 [email protected]

Palabras clave

Eduardo Alfaro Peña

Zooarqueología, Osteología, Medieval, Ganadería, Casares.

Teléfono: 650886497 [email protected]

Key Words Zooarchaeology, Osteology, Medieval, Husbandry, Casares. 69

Soria. 17/19 de octubre de 2014

Escasas son las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en Tierras Altas de Soria para el oscuro momento histórico que afecta la tardoantigüedad y el tránsito a la época medieval, sólo las aportaciones fruto de la prospección de algunos yacimientos con cerámicas de época tardorromana y las necrópolis tardías que excava Blas Taracena en Taniñe y Suellacabras. Prácticamente inexistentes son las que afectan a la Alta Edad Media. Las actuaciones llevadas a cabo el último lustro en el Alto de Los Casares de San Pedro Manrique han deparado, y creemos que depararán en el futuro, una importantísima información sobre éstos y otros momentos históricos, no en vano la secuencia atestiguada en este yacimiento abarca desde un momento indeterminado de la primera mitad del Primer Milenio a. C. hasta la Alta Edad Media. El lugar, de privilegiado emplazamiento dentro del valle del Linares soriano, ha sido el centro vertebrador del territorio desde época celtibérica hasta un momento impreciso algo anterior al siglo XII en que aparece perfectamente conformada la Comunidad de Villa y Tierra de San Pedro Manrique, con centro en esta localidad, la Villa, desplazada poco menos de un kilómetro al noroeste de Los Casares.

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El Alto de Los Casares es un pequeño altozano elevado sobre el curso del Linares unos 30 m, altura que se salva de forma abrupta en el sur, donde cae al río. El relieve presenta en cambio una cuesta más suave por el este, norte y noroeste, flancos en los que en época celtibérica se construye una muralla que, con la caída sur, cierra un recinto de poco más de 4 has. El cerro forma parte de la dehesa municipal, siendo el pasto el que cubre toda su superficie. En él se aprecian sobre el terreno además de estructuras defensivas como la citada, la planta de numerosas edificaciones y un sin fin de derrumbes entre los que asoman diminutos testimonios celtibéricos (cerámicas a torno de cocción oxidante), romanos (terra sigillata) y tardíos/altomedievales (cerámicas grises a torneta). Para clarificar la entidad real del poblado y corroborar lo que estos datos de prospección apuntaban, se ha llevado a cabo un sondeo en el sector norte de la muralla, inmediato a uno de los accesos, donde la luz rasante y el crecimiento diferencial de la vegetación indicaban la existencia de una estructura cuadrangular. El trabajo se ha desarrollado entre 2009 y 2013. En estos años se han excavado algo más de 150 m² de superficie, alcanzándose una cota máxima de -4’10 m de profundidad junto al perfil norte coincidente con la base de una atarjea en la parte exterior de la muralla y poco más de -2’50 m en el perfil sur, ya intramuros.

La secuencia estratigráfica presenta en la base los niveles celtibéricos, el más antiguo representado por la muralla y la citada atarjea, un canal que atravesaba la base de la muralla para evacuar la escorrentía de lluvia, así como dos estancias de almacenaje adosadas por el interior, cronológicamente posteriores. Sobre todo ello un potente estrato de los derrumbes de la muralla con ciertos vestigios, mínimos, de lo que presumimos fue una estructura de cronología romana por sus materiales altoimperiales, aunque deslabazados y alterados por la construcción posterior, la vivienda altomedieval. Arrasada la muralla para igualar el terreno, se levanta sobre este firme cimiento la vivienda cuya planta cuadrangular se atisbaba en la estructura que la luz rasante y el crecimiento diferencial situaba sobre el sistema defensivo. Se trata de una estructura rectangular de 10’8 x 8’8 m (unos 97 m²) con lado largo de cara al sur, compartimentada en dos estancias de parecidas dimensiones y misma orientación. La estancia meridional tiene apoyada en la pared sur un poyo de asiento a cuyos pies se sitúa el hogar. A su derecha (este) un ligero rehundimiento delimitado por piedras sirvió de asiento a una vasija de almacenaje, probablemente un contenedor tipo tinaja en el que se depositó algún elemento de primera necesidad en la cocina como el agua. Tuvo esta estancia en la pared este una estructura rectangular de unos 2 m² cuya función desconocemos; quizás tenga que ver con el acceso a la vivienda que pudo estar en esta esquina sudeste. No está totalmente claro sin embargo el acceso por el deterioro sufrido por la pared oriental y la esquina sudoeste. Del alzado se conserva el zócalo de piedra, poco más de medio metro, que se completaría con adobe o más probablemente tapial. A falta de otros indicios es evidente que la cubierta de ramaje estaría sustentada por un entramado de vigas de madera. El material asociado consiste en recipientes realizados a torneta, de pastas y paredes grises y negras, que se decoraron con trazos horizontales a peine y más excepcionalmente una sucesión horizontal de ondas, siendo reconocibles las ollitas. En el presente trabajo se ha decidido analizar cinco unidades estratigráficas bien definidas y correlacionadas a esta vivienda, las UE 205, 206, 220 correspondientes al periodo comprendido entre la última ocupación y el colapso de la vivienda; la UE 221 que es un reacondicionamiento de la última fase de la vivienda y por último la UE 222, un nivel de habitación muy arrasado.

XX Congreso Nacional y XI Iberoamericano de Historia de la Veterinaria

La metodología de trabajo ha seguido las pautas comunes al trabajo zooarqueológico y en primer lugar se ha procedido a identificar los restos gracias a una pequeña colección de referencia que pertenece a uno de los autores y a una serie de trabajos de anatomía que figuran en la bibliografía. En segundo lugar los 93 restos identificados se representan y analizan mediante el número de restos (NR) por especie, el número mínimo de individuos (NMI) y el peso de los restos por taxones, ya que hay animales que pese a presentar un menor impacto numérico, poseen tallas y pesos superiores por lo que su impacto en la dieta cárnica puede ser similar o mayor. El número mínimo de individuos ha sido calculado partiendo de cada UE y siendo inferido a través del elemento con una lateralidad más representado, el desgaste dental, la epifisación, la erupción dental, datos que por otra parte han servido por ejemplo para discernir los restos de oveja y cabra por ejemplo. Respecto a esto último nos referimos a ambas especies y a los restos con una identificación parcial como “caprino” y no con el usual “ovicaprino” ya que por un lado pensamos que hemos de seguir la clasificación zoológica cuando hablamos de taxonomía por lo que ambos taxones pertenecen a la subfamilia Caprinae y por otro lado que la historiografía mezcla en este término a dos cabañas con un manejo que la tradición etnográfica nos indica diferenciado desde un punto de vista cultural y económico. Precisamente, por esta confusión historiográfica nos ha parecido importante en el presente trabajo crear la mayor dicotomía posible entre ambas cabañas que al pertenecer a especies anatómicamente tan similares ya que muchos restos no presentan elementos diagnósticos suficientes quedando una clasificación con esta identificación deficiente. Todo esto hace que tanto cabras como ovejas nos queden sub-representadas en el NMI al no poder separar al 100% ambas cabañas domésticas. La tafonomía nos indica claramente que los restos se encuentran muy meteorizados, todos están vermiculados en menor y mayor medida; muchos de ellos además; (en concreto los restos pertenecientes a la última ocupación: UE 205, UE 206 y UE 220), presentan fracturas que indican exposición continuada a los elementos. Esto ha hecho que por un lado los restos estén profundamente fragmentados y que por otra parte haya sido imposible tomar en muchos casos datos métricos, además el fémur derecho de conejo que aparece en la UE 206 sin marcas de despiece o corte y mordeduras nos hace pensar en que los hábitos zapadores de este lagomorfo contribuyeron a degradar más si cabe los restos. Al no interactuar con

los habitantes del poblado y formar parte tan solo del proceso post-deposicional y tafonómico, este animal no ha sido contabilizado en las gráficas. Esto ha dificultado la identificación de los restos pese a la comparación con una colección de referencia ya que están profusamente astillados y a su vez, ha provocado que el Número de Restos determinado (NRd.) sea un 43,86 % frente al 56,13% de Número de Restos indeterminados (NRi.); sin embargo, esta comparativa es diametralmente opuesta en cuanto a peso se refiere, mostrando el NRd. un aplastante 78,89% frente a un 21,10% de NRi. Todos los datos parecen indicar que los restos osteológicos han estado en contacto con la cubierta vegetal y posterior dehesa comunal lo cual ha producido una meteorización agresiva, dilatada en el tiempo y muy activa que ha destruido una gran parte de la muestra y lo que ha degradado altamente la muestra recuperada y ha limitado su estudio al perder elementos diagnósticos claves en muchos de los restos. Respecto a los animales representados si empezamos por el ganado vacuno posee una representación en los resto de alrededor de 1/5 parte, de hecho si observamos el NR y NMI de la cabaña ganadera (20,6% y 17,3% respectivamente) y en la cabaña ganadera consumida (NR 21,5% y NMI 20%). Estos datos tan similares esconden la importancia proteínica que tuvo la vaca en la dieta cárnica de los habitantes del poblado ya que su importancia se eleva si vemos el peso de los restos de vaca en la cabaña ganadera y en los animales domésticos que son sacrificados por su carne con un 54,3% y un 58,2%. Si bien no hemos podido extraer datos sistemáticos sobre la edad de sacrificio, el tamaño, la epifisación y que un tercer molar este emergiendo hacen que la edad mínima de sacrificio se encuentre por ahora en individuos mayores de 26 meses. No es de extrañar que a pesar de los escasos datos se pueda deducir que el ganado bovino es sacrificado cuando puede aprovecharse el óptimo cárnico y atendiendo a las costumbres socioeconómicas serranas y a la raza autóctona aún escasamente presente en estas serranías y antaño abundante en el Sistema Ibérico, la Raza Serrana Negra fuera usado como animal de tiro y arrastre de arado. Respecto al despiece, solo se observa seccionado de la parte con menor interés cárnico de las patas traseras, es decir, a partir de la tibia distal en un caso con un golpe muy torpe. El ganado caprino representa en la cabaña ganadera (NR 70,6% NMI 60,8%) y la fauna doméstica consu-

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mida (NR 73,8% y NMI 70%) la mayoría de los restos si bien el Número mínimo de individuos aparace infra-representado, si vemos en las gráficas que la oveja era ligeramente más abundante en todos los sesgos estudiados. Si analizamos comparativamente ambas cabañas ganaderas observamos como la edad de sacrificio de las cabras se daba en una etapa infantil (60%) mientras que en las ovejas solían estar en torno a los 8 años (57,1%), observamos así mismo como las ovejas son sacrificadas en óptimo cárnico, aunque marginalmente, o al final de su vida reproductiva más activa, con la excepción de un individuo que puede rozar los 9-10 años, no nos olvidemos que ejemplares viejos femeninos suelen ser dejados para la mejor conducción del ganado ovino.

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De esto se deduce que de las cabras se explotaba su potencial lácteo, una fuente de proteínas barata de mantener ya que en las mismas edades el desgaste dentario de las cabras es más agresivo, mientras que las ovejas eran aprovechadas por su lana y por su carne. Esto explica como los restos de fauna doméstica consumida, los restos de cabra expresan un peso escaso (9,4%) frente a la oveja (15,6%), sin embargo, el nivel de grasa y proteína puede haber sido superior en la dieta que el de la oveja por su aporte lechero. En ambas especies los individuos adultos tienen las mandíbulas y metatarsianos aparecen sin fragmentar, prueba de que al pertenecer a regiones con poco aporte cárnico fueron poco procesados y solo descarnados para extraer la lengua. El cerdo es un animal escasamente representado en Los Casares que no aporta ni si quiera el 5% de los restos y peso de la cabaña y fauna consumida aunque si el 10% del NMI de la cabaña doméstica consumida, esto es fiel reflejo de lo caro que podía llegar a ser su mantenimiento, si bien es un animal con ciertos beneficios como “limpiador” de restos domésticos. Al no presentar los restos mandibulares y craneales ninguna deformidad por carencia de alimentos puede que en el ámbito montaraz fueran criados en régimen extensivo aprovechando los encinares circundantes al yacimiento. Aparece un macho con el colmillo derecho emergiendo, es decir, con unos 8 meses.

rotación, etc. Parece confirmar esta hipótesis su alto valor económico. Importante pese a su marginalidad es un húmero izquierdo de un perro adulto de baja talla, de un perro doméstico o “ratero”. Por último, un asta seccionada del cráneo en la UE 222, el único resto de la unidad estratigráfica nos crea más dudas que certezas. Se trata de una cuerna seccionada y no desmogado de corzo ya que presenta la corona soldada a los pivotes óseos y aunque no se conserva el extremo distal parece estar en formación todavía. Puede tratarse (pero no afirmarse) que pertenece a un individuo cazado. Para concluir estos dados cabe decir que merece la pena seguir estudiando la fauna medieval del yacimiento para ver si se mantienen las tendencias estudiadas, ya que la reiteración de estos datos es muy importante, así tendremos patrones más fiables al contar con un sesgo mayor de restos ya que solo hemos podido analizar un escaso muestreo perteneciente a una vivienda. Es una lástima la meteorización tan brutal que ofrecen los elementos analizados ya que en primer lugar nos ha hecho perder una gran cantidad de restos y en segundo lugar ha producido una gran fragmentación y daños en los mismos lo cual nos ha impedido estudiar mejor los restos. Se adivina una economía ganadera completa fomentada en virtud del ámbito serrano que busca el trabajo, la lana, los productos lácteos y la carne; pero sin embargo; estos datos son provisionales ya que en un futuro debiera ser estudiada con análisis isotópicos toda la cabaña, ya que por ahora estas conclusiones aunque válidas son tan solo hipótesis de trabajo en torno la vida socioeconómica de Los Casares.

Respecto a la cabaña equina con solo tres restos (taxonómicamente indeterminados) por lo que escasamente podemos confirmar la obviedad de lo apreciado de estos escasos animales para la monta, tiro, transporte y trabajo que son caros de mantener pero necesarios, la ausencia de marcas de corte, despiece,

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Gráficas

Gráfica 1: Número de restos por especie.

Gráfica 5: Expresión porcentual del NR, NMI y Peso de los restos de las especies domésticas consumidas a priori.

Gráfica 2: Número mínimo de individuos.

Gráfica 6: Expresión porcentual del NRd y el NRi en número y peso.

Gráfica 3: Peso por especie.

Gráfica 7: Edad de sacrificio de ovejas frente a cabras en base a la erupción dentaria expresado en porcentajes.

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Gráfica 4: Representación porcentual de la cabaña doméstica.

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Tablas Fauna por unidades estratigráficas. UE 220:

UE 205: Taxón

NR:

NMI:

Peso (en gramos):

Taxón

NR:

NMI:

Peso (en gramos):

-

-

-

Vaca

2

2

129,5

Vaca

Oveja

14

4

163,5

Oveja

1

1

10,1

3

2

45,2

Cabra

7

2

30,6

Cabra

Caprino indet.

14

-

115,7

Caprino indet.

3

-

16,7

2

1

41,1

Cerdo

-

-

-

Cerdo

Caballo

1

1

76

Caballo

-

-

-

-

-

-

Burro

-

-

-

Burro

Equino indet.

1

-

16,5

Equino indet.

-

-

-

Perro

-

-

-

Perro

-

-

-

Corzo

-

-

-

Corzo

-

-

-

Total restos det.

37

9

504,8

Total restos det.

9

4

113,1

Restos indet.

38

-

86,3

Restos indet.

16

-

108,8

Total

75

9

591,1

Total

4

221,8

Tabla de representación.

Tabla de representación.

UE 206:

UE 221:

75

Taxón

NR:

NMI:

Peso (en gramos):

Taxón

NR:

NMI:

Peso (en gramos):

Vaca

17

1

487,9

Vaca

3

1

334,7

Oveja

4

2

44,6

Oveja

1

1

37,2

Cabra

7

2

79

Cabra

-

-

-

Caprino indet.

5

-

20,8

Caprino indet.

6

-

47,1

Cerdo

2

1

29,9

Cerdo

-

-

-

Caballo

-

-

-

Caballo

-

-

-

Burro

1

1

9,6

Burro

-

-

-

Equino indet.

-

-

-

Equino indet.

-

-

-

-

-

-

Perro

1

1

14,6

Perro

Corzo

-

-

-

Corzo

-

-

-

10

2

419

27

-

100,8

2

519,8

Total restos det.

37

8

686,4

Total restos det.

Restos indet.

38

-

180,6

Restos indet.

867

Total

Total

75

Tabla de representación.

8

Tabla de representación.

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UE 222: Taxón

NR:

NMI:

Peso (en gramos):

Vaca

-

-

-

Oveja

-

-

-

Cabra

-

-

-

Caprino indet.

-

-

-

Cerdo

-

-

-

Caballo

-

-

-

Burro

-

-

-

Equino indet.

-

-

-

Perro

-

-

-

Corzo

1

1

30,6

Total restos det.

1

1

30,6

Restos indet.

-

-

-

Total

-

1

-

76

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