Estructura ocupacional en la ciudad de Madrid a través de las matrículas parroquiales (1788-1800) /Occupational Structure in the City of Madrid According to the Parish Registration

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Descripción

LOS LUGARES DE LA HISTORIA

José Manuel Aldea Celada Carmen López San Segundo Paula Ortega Martínez Mª de los Reyes de Soto García Francisco José Vicente Santos (Coordinadores) Felipe Criado Boado (Prólogo)

Salamanca, 2013 Colección Temas y Perspectivas de la Historia, núm. 3

Coordinadores: José Manuel Aldea Celada, Carmen López San Segundo, Paula Ortega Martínez, Mª de los Reyes de Soto García, Francisco José Vicente Santos. Comité editorial: David Alegre Lorenz, Álvaro Carvajal Castro, Javier González-Tablas Nieto, Amaia Goñi Zabelegui, Óscar Fernández Delgado, Clara Hernando Álvarez, Iván Pérez Miranda. Consejo científico: Enrique Ariño Gil (Universidad de Salamanca), Javier Baena Preysler (Universidad Autónoma de Madrid), Mª Cruces Blazquez Cerrato (Universidad de Salamanca), Carmen Cacho Quesada (Museo Arqueológico Nacional), Antonella Cagnolati (Università di Bologna), André Carneiro (Universidade de Évora), Julián Casanova Ruiz (Universidad de Zaragoza), Leonor Chocarro Peña (EEHAR-CSIC ), Rosa Cid López (Universidad de Oviedo), Mª Soledad Corchón Rodríguez (Universidad de Salamanca), Pablo de la C. Díaz Martínez (Universidad de Salamanca), Ángel Esparza Arroyo (Universidad de Salamanca), Fábio Faversani (Universidade Federal de Ouro Preto), Raúl González Salinero (Universidad Nacional de Educación a Distancia), Mª José Hidalgo de la Vega (Universidad de Salamanca), José Ignacio Izquierdo Misiego (Universidad de Salamanca), Miguel Ángel Manzano (Universidad de Salamanca), Iñaki Martín Viso (Universidad de Salamanca), Esther Martínez Quinteiro (Universidad de Salamanca), Manuel Redero San Román (Universidad de Salamanca), Manuel Salinas de Frías (Universidad de Salamanca). Los textos publicados en el presente volumen han sido evaluados mediante el sistema de pares ciegos. © Los autores © AJHIS © De la presente edición: Los editores I.S.B.N.: 978-84-616-5755-1 Depósito legal: S. 380-2013 Maquetación y cubierta: José Manuel Aldea Celada, Carmen López San Segundo, Paula Ortega Martínez, Mª de los Reyes de Soto García, Francisco José Vicente Santos. Edita: Hergar Ediciones Antema Realiza: Gráficas LOPE

C/ Laguna Grande, 2-12, Polígono El Montalvo II



37008 Salamanca. España Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de esta publicación pueden reproducirse, registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea electrónico, mecánico, fotoquímico, magnético o electroóptico, por fotocopia, grabación o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de los titulares del Copyright.

ESTRUCTURA OCUPACIONAL EN LA CIUDAD DE MADRID A TRAVÉS DE LAS MATRÍCULAS PARROQUIALES (1788-1800) Occupational Structure in the City of Madrid According to the Parish Registration (1788-1800) Jorge Pérez León Universidad de Valladolid [email protected] Resumen: La ciudad de Madrid, sede de la Corte y centro económico y financiero del Estado español, era a finales del siglo XVIII una ciudad en continuo crecimiento, gracias especialmente a la incesante llegada de inmigrantes procedentes de todos los puntos de la geografía española. Muchos de ellos pretendieron ser reconocidos como hidalgos en Madrid. El cruce de datos entre las ocupaciones mencionadas en estos procesos de admisión y las matrículas parroquiales presentadas para este fin proporciona interesantes hipótesis de trabajo así como un ejemplo metodológico para el estudio de la estructura ocupacional y de las pautas de residencia de la población madrileña de finales de la centuria. Palabras clave: Madrid, matrículas parroquiales, hidalguía, ocupación, domicilio. Abstract: The city of Madrid, the venue of the court and the Spanish economic and financial center, was at the end of XVIII Century a city of constant development, especially due to the incessant arrival of immigrants from all over Spain. Many of them tried to obtain recognition as hidalgos in Madrid. The exchange of data between the occupations mentioned in these processes of admission and the parish registration presented for this purpose provide interesting hypotheses and a methodological example to study the occupational structure and the rules of residence of the population of Madrid at the end of the Century. Keywords: Madrid, Parish Registration, Hidalguía, Occupation, Place of Residence.

El estudio de la estructura ocupacional de la población madrileña en las

sociedades preindustriales supone todo un reto para el historiador debido fundamentalmente a la ausencia de una auténtica profesionalización en unos casos y el predominio de los estudios sectoriales en otros, todo lo cual ha

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relegado las visiones de conjunto a un segundo plano1. De igual modo, las pautas de residencia de estos sectores ocupacionales, en muchos casos influidas por una estructura gremial, apenas ha sido estudiada más allá de las realidades individuales2. En el presente trabajo pretendemos exponer una propuesta metodológica para conocer la estructura ocupacional de la ciudad de Madrid. El uso de matrículas parroquiales como parte del aparato probatorio de los procesos de hidalguía promovidos por vecinos de la villa –fuente en la que se han centrado nuestras investigaciones– nos ofrece una oportunidad inmejorable para acercarnos al estudio de la correlación entre lugar de residencia y ocupación entre los sectores económica y socialmente más dinámicos que son, al fin y al cabo, los que incoan dichos procesos. Para profundizar en esta cuestión, en primer lugar, identificaremos la procedencia y el perfil ocupacional de los pretendientes a través de la información suministrada en los procesos de hidalguía y estudiaremos la posible influencia de ambos factores en la elección de su residencia; en segundo lugar, en relación con este primer aspecto, estudiaremos cómo se expresa la correlación entre lugar de residencia y de ocupación en el espacio urbano. Más allá de las certezas que comprobaremos a lo largo de este trabajo queremos además esbozar algunas hipótesis de interés, cuya confirmación quedaría pendiente de una investigación más profunda y basada en fuentes más amplias y representativas como, por ejemplo, los censos de población. 1. Fuentes y metodología: las matrículas parroquiales y los procesos de hidalguía

El presente trabajo toma como fuente los procesos de hidalguía promovidos por vecinos de Madrid entre 1788 y 1800. A través de estos procedimientos los pretendientes solicitaban formalmente su deseo de ser admitidos como hidalgos en Madrid. Para ello, debían acudir a la Sala de Hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid, tribunal que actuaba como árbitro en materia de recibimiento de hidalgos. Obviamente, uno de los requisitos era acreditar debidamente que, en efecto, el 1 En este sentido, el trabajo de Jesús Cruz sobre los sectores más pujantes de la sociedad madrileña de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX constituye una notable excepción. Cruz, 2000. 2 No obstante, debemos destacar el esfuerzo de Fayard a la hora de ubicar las residencias de los consejeros del Consejo de Castilla. Fayard, 1982. 304

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interesado poseía vecindad en la villa mediante la compulsa de las matrículas parroquiales. Estos registros eran una especie de padrones en los que se inscribían los feligreses, proporcionando una información fundamental para conocer la población madrileña en un momento en que los censos todavía no se realizaban de forma sistemática3 más aún habida cuenta el flujo constante de inmigrantes que llevaban a la capital para establecerse y medrar a la sombra de la Corte. Durante la Edad Moderna la parroquia desempeñaba una función aglutinadora dentro de la comunidad por lo que no era extraño que las unidades vecinales se estructurasen por parroquias. Este es el caso de Madrid donde el feligrés era, al mismo tiempo, vecino de la misma, constando su residencia en los libros de matrículas. No obstante, la razón de servirnos de los procesos de hidalguía para estudiar la estructura ocupacional de la ciudad de Madrid –y no de las matrículas parroquiales directamente– se debe a que aquellos suelen reflejar datos relevantes sobre la ocupación o cargo desempeñado por el pretendiente. Por lo tanto, el proceso de hidalguía aporta dos tipos de información –ocupación y lugar de residencia–. No obstante, el uso de esta fuente no está exento de inconvenientes. Junto a los ocasionales silencios sobre la ocupación o cargo desempeñado por los pretendientes la naturaleza de estos procedimientos limita la muestra al estamento nobiliario. Esto los convierte en evidencias parciales que representan a una pequeña minoría dentro del conjunto de la población. No obstante, esta restricción de orden estamental se compensa mediante la transversalidad ocupacional de la muestra ya que encontramos representados a buena parte de los sectores en ascenso (burócratas, comerciantes, letrados). Por lo tanto, si bien las conclusiones obtenidas en este estudio no pueden ser extrapoladas al conjunto de la población madrileña de la época, en cambio sí que nos aportan un reflejo fiable de las prácticas habitacionales de los sectores ocupacionales analizados a modo de propuesta metodológica. La muestra analizada comprende 107 procesos de hidalguía (individuales o litisconsorcitados, con un total de 141 pretendientes –sin incluir a los hijos de estos u otros pretendientes no domiciliados en Madrid–) promovidos entre 1788 y 1800 y localizados en el fondo Sala Hijosdalgo-pleitos del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Esto supone una media de apenas 8,23 procesos anuales, un promedio relativamente bajo habida cuenta que Madrid contaba en esta época con una población cercana a los 3 Lamentablemente hoy día apenas se conservan esta clase de libros en los archivos parroquiales de Santiago y San Juan además de libros sueltos de San Ginés, San Luis y San José, lo que viene a revalorizar el uso de los procesos de hidalguía como fuente de estudio. CARBAJO ISLA, 1987: 16-17. Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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200.000 habitantes4 lo que revela lo minoritarias que eran estas peticiones de recibimiento. Para analizar el perfil de los pretendientes centraremos nuestra atención en una serie de cuestiones, como su procedencia geográfica y familiar o su perfil ocupacional, que no solo nos permitirán aproximarnos a los individuos sino también –habida cuenta del origen foráneo de la mayoría de ellos– conocer el cómo y el porqué de su residencia en la villa y Corte. Provincia y Comunidad autónoma de procedencia Cádiz Córdoba Granada Total Andalucía Teruel Total Aragón Total Asturias Total Cantabria Albacete Ciudad Real Cuenca Guadalajara Toledo Total Castilla-La Mancha Ávila Burgos Segovia Valladolid Total Castilla y León Barcelona Total Cataluña Alicante Valencia Total C. Valenciana Badajoz Total Extremadura La Coruña Orense Total Galicia Total La Rioja Total Madrid Total Navarra Álava Guipúzcoa Vizcaya Total País Vasco Total no peninsulares

Número de procesos 4 1 1 6 2 2 9 15 1 3 2 1 1 8 1 15 2 3 21 2 2 1 1 2 1 1 1 1 2 14 9 2 7 1 1 9 4

Tabla 1: lugares de procedencia (nº de procesos de hidalguía) (elaboración propia a partir de los procesos de hidalguía del ARChV)

4 Carrasco Martínez, 2010: 158; CARBAJO ISLA, 1987: 199. 306

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2. Estudio de la muestra: procedencia geográfica y perfil ocupacional La procedencia geográfica era una de las principales señas de identidad durante el Antiguo Régimen, tanto en términos individuales como colectivos. La adscripción a un determinado colectivo regional tenía una especial importancia en lugares receptores de inmigración como era el caso de Madrid, dando lugar a interesantes relaciones urdidas al calor de las relaciones de parentesco y paisanaje, tan potentes para los intereses de sus miembros como las creadas dentro del aparato burocrático5 o entre hombres de negocios6. En la Tabla 1 reflejamos el origen geográfico de aquellos pretendientes que manifestaron su intención de ser admitidos como caballeros hijosdalgo en Madrid, excluyendo de esta muestra a los hijos u otros parientes menores de edad que eran representados por los primeros. Como puede comprobarse, los pretendientes nacidos en Madrid conformaban una reducida minoría frente a los foráneos ya que estos, llegados a esta nueva comunidad, debían demostrar su calidad si deseaban ser reconocidos. A su vez, estos acostumbraban a incluir a sus jóvenes vástagos, madrileños de nacimiento, en sus peticiones de admisión con lo que pasaban a estar alistados como nobles y no sería necesario que la solicitasen a título propio en un futuro. Se aprecia una considerable dispersión geográfica, con representantes de 27 provincias peninsulares además de cuatro nacidos fuera de la Península en territorios vinculados a la monarquía. A pesar de esta diversidad se advierte una mayor presencia de personas procedentes de la cornisa Cantábrica, especialmente de Cantabria, Burgos, La Rioja, Asturias y Álava que representan nada menos que el 56,07% de los procesos7. La nutrida presencia de estos hidalgos norteños está directamente relacionada con el protagonismo de estas provincias en los flujos de emigración que confluyeron en la capital8. En algunos casos, los principales focos de origen se corresponden a comarcas concretas, territorios conocidos no sólo por su tradición emigratoria sino también por la “limpieza e hidalguía universal” atribuida a sus pobladores. Así, por ejemplo, la mayoría de los pretendientes burgaleses proviene de la zona limítrofe con Cantabria conocida como 5 Imízcoz Beunza, 2001: 93-130. 6 Socolow, 1991. 7 No hemos podido determinar el origen de Francisco Ambrosio de Sola, del que solo tenemos constancia de que su familia procedía de Navarra. 1788. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 993-13. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid [en adelante ARChV]. 8 CARBAJO ISLA, 1987: 121-123. Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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Montañas de Burgos, concretamente de los valles norteños de Losa y Mena donde, teóricamente, no se daba “vecindad a forasteros, sin que hagan su filiación y la traigan pasada por los señores alcaldes de hijosdalgo de la real chancillería de Valladolid por cuya razón se conservan sus moradores nobles esclarecidos”9. En la vecina Tierra de Ayala alavesa existía un régimen de vecindad semejante que, intencionadamente, algunos identificaban con los fueros que gozaban los naturales del colindante Señorío de Vizcaya10. Finalmente, también encontramos una notable representación de gente procedente de la comarca riojana de los Cameros, conocida por la situación de privilegio derivada de la implantación de dos linajes nobles –el de Valdosera y el de Tejada– de los que afirmaban descender la mayor parte de sus pobladores dando lugar a un contexto de hidalguía generalizada. El factor geográfico supone un elemento meramente circunstancial en el caso de los pretendientes oriundos de las restantes provincias, apenas representadas en uno o dos procesos. En muchos casos su presencia se debe únicamente a circunstancias personales, frecuentemente ligadas al destino profesional de los pretendientes. Es el caso del abogado de los Reales Consejos José de Ballugera y Núñez Bermúdez de Castro Acevedo, natural de Santiago de Compostela11, o del turolense Juan Sessé y Balaguer, organista de la Real Capilla12. En los procesos de hidalguía, como plasmaciones documentales de la mentalidad de la época que son, en torno a la ocupación de los pretendientes podemos encontrar tanto referencias explícitas como silencios evidentes, unos y otros claramente intencionados13. De este modo, aquellas ocupaciones y cargos que revisten de prestigio personal al interesado aparecen indefectiblemente mientras que por el contrario todas aquellas actividades tenidas en escasa estima, como los oficios mecánicos, estarán ausentes por completo. Así, indagando en la información aportada a los procesos, de un total de 141 pretendientes (con exclusión de los hijos) disponemos de referencias sobre 82 cargos y ocupaciones distintas desempeñadas por 79 de 9 Testimonio de vecino del Valle de Mena. 1790. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1180-39, f. 27r. ARChV. 10 El pretendiente José de Sobrevilla consta identificado en su petición de recibimiento en Madrid como natural de Sojo, Tierra de Ayala “en el Reino de Vizcaya”. 1796. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1196-32. ARChV. 11 Proceso de hidalguía de José de Ballugera y Núñez Bermúdez de Castro Acevedo. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1188-27. ARChV. 12 Proceso de hidalguía de Juan Sessé y Balaguer. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 998-4. ARChV. 13 Un comportamiento que hemos estudiado en el caso de los pretendientes indianos. Pérez León, 2012: 265-288. 308

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los pretendientes (56,02%), mientras que no ofrecen dato alguno sobre el desempeño de los restantes 62 pretendientes. Con el fin de agrupar la variedad de oficios y cargos diversos declarados por los pretendientes hemos creado una serie de grandes categorías por ramos de actividad (Tabla II): administración, todos aquellos cargos relacionados con las funciones de gobierno, justicia y fiscalidad (oficiales de las secretarias de despacho, fiscales en los Consejos, oficiales en diversas ramas de la Real Hacienda); letrados, difieren de los anteriores en que no poseen cargos en la administración y figuran únicamente como abogados de los Reales Consejos; servidores de la Casa Real; servidores de la nobleza; militares; comercio/finanzas; y, por último, otras ocupaciones, que reúne una amalgama de ocupaciones y cargos más o menos honoríficos tales como la de diputado del común, apoderado y comisionado del Principado de Asturias, familiaturas de la Inquisición, etc.

Categoría Administración Comercio/finanzas Letrados/ docentes Servidores Casa Real Servidores Nobleza Militares Otras

Número de cargos u ocupaciones 26 19 11 8 5 4 9

Tabla 2: Ocupaciones y cargos declarados por los pretendientes (Elaboración propia a partir de los procesos de hidalguía del ARChV)

El grupo más numeroso es el de los pretendientes que ostentan empleos en la administración14. En función de su rango y de la formación que exigen podemos distinguir dos vertientes: por un lado, cuadros medios de la administración de gobierno y justicia, integrada por letrados que ocupan cargos como los de secretarios de despacho, fiscales, relatores, etc.; por otro, oficiales responsables de la administración de las diversas rentas de la Real Hacienda como el estanco del tabaco, temporalidades, correos, etc., compuesta fundamentalmente por gente con nociones contables por lo que, por su formación, resulta probable que muchos de ellos procediesen

14 Gran parte del funcionariado procedía de los segmentos medio y bajo de la hidalguía provincial. El peso de esta nobleza en los cuadros administrativos se mantendría tras la implantación del liberalismo en España. Cruz, 1996: 456. Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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o tuviesen vínculos con la élite mercantil y financiera15. Este es el caso del pacense Mateo del Castillo y Orduña, administrador principal de la Renta del Tabaco de la villa y Corte de Madrid y provincia, que era hijo de un cajero al servicio de un comerciante de Llerena16. Esta doble especialización en materia jurídica y fiscal-contable de los pretendientes con cargos en la administración nos sitúa en contacto directo con otras dos categorías: comercio/finanzas y letrados (abogados de los Reales Consejos). En lo que respecta a los encuadrados en la categoría comercio/finanzas resulta difícil discernir la entidad y volumen de sus actividades a partir de la información suministrada por los procesos de hidalguía ya que la mayor parte aparecen identificados únicamente con la ceremoniosa y vaga denominación de “vecinos y del comercio de la villa y Corte”. No obstante, en algunos casos podemos percibir el contexto económico de la época, influido por las políticas mercantilistas implantadas por la Corona. Un buen ejemplo es la presencia del director general de la recién creada Real Compañía Marítima de Pesca, el riojano Luis Fernández de Ruidíaz Gonzalo del Río17. Como no podía ser de otra manera también abundan las referencias hacia la todopoderosa corporación de los Cinco Gremios Mayores, de la que podemos encontrar tanto a miembros de la misma, como era el caso de Domingo de Ibarrola, “vecino y del comercio de sedas en esta corte y uno de los individuos de los cinco gremios mayores de ella”18, como a trabajadores en las industrias dependientes de esta corporación, caso de Gabriel José de San Pelayo quien, tras servir como director de la Real Fábrica de Tejidos de lana y telas angostas de Cuenca, se había trasladado a Madrid para servir como oficial mayor de la mesa de Alcabalas en la casa matriz de los Cinco Gremios19, o de Juan Antonio María del Valle, empleado en Madrid en el Real Almacén de Paños de Guadalajara20. Más escasas son las referencias acerca del mundo de las finanzas, en este momento aún muy

15 Cruz, 2000: 76. 16 Declaración de Manuel Bazo, vecino de Llerena. Proceso de hidalguía de Mateo del Castillo. 1793. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1189-9, f. 31v. ARChV. 17 Proceso de hidalguía de Luis Fernández de Ruidíaz Gonzalo del Río. 1796. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1011-16. ARChV. 18 Tal y como se indica en su poder notarial. Madrid, 3 de febrero de 1792. Sala Hijosdalgopleitos: C. 1187-29. ARChV. 19 Según consta en la certificación de servicios prestado por Gabriel José de San Pelayo, suscrita por Francisco de Goicoechea y Echevarría y Vicente Ortiz de Urbina, contadores generales de la Casa Diputación de los Cinco Gremios Mayores de Madrid. Madrid, 22 de septiembre de 1794. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1194-22, f. 18r. ARChV. 20 Proceso de hidalguía de Juan Antonio María del Valle 1794. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1193-20. ARChV. 310

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vinculado a la actividad mercantil21, tal y como puede apreciarse en el caso de los alaveses Francisco Antonio y José de Arratia y Villachica, quienes además de su giro y casa de comercio tenían una fábrica de todo género de curtidos22, o de Alfonso García de Soto, este ya identificado a sí mismo como “banquero con casa abierta y giro de letras de cambio en Madrid”23. Un último sector sobre el que queremos hacer hincapié es el de los servidores o subalternos directos de la Corona y la alta nobleza. En este caso resulta evidente que no se trataban de simples criados sino que, por la naturaleza solemne o la responsabilidad de sus puestos, eran cargos prestigiosos y cercanos a figuras tan importantes como la Familia Real o la alta nobleza y que, por lo tanto, solo se asignaban a personas de confianza. Entre los empleos vinculados a la Casa Real cabe destacar, por un lado, aquellos pertenecientes al servicio doméstico del monarca y su familia, como personal de la Mayordomía Mayor, ayudas de Cámara, etc.24; por otro, cargos responsables de la administración de las cuentas de la Casa Real25 y, finalmente, nombramientos honoríficos que evocan la efervescente actividad cultural de la Corte26. En cambio, el perfil de los servidores o subalternos de la nobleza difiere notablemente. En la mayoría de los casos se trata de empleos de responsabilidad que exigían una formación especializada como es el caso de secretarios o contadores, colaboradores cercanos de estas personalidades nobiliarias27. No hay que olvidar que estas personas se 21 Cruz, 2000: 74-75. 22 Según hacen constar ambos pretendientes en la notificación al concejo de Madrid de la Real Provisión de emplazamiento despachada por la Sala de Hijosdalgo. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1470-5, f. 11r. ARChV. 23 Según consta en el formulario de interrogatorio. 1798. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 120322, f. 13r-v. ARChV. 24 Manuel José Marín y Borda, ayuda de Cámara y jefe de Guardarropa de S. M., que además era caballero de Santiago. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1179-13. ARChV; Joaquín Pantaleón de Arratia y Villachica, oficial de la secretaría de la Mayordomía Mayor. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos, C. 1470-5. ARChV; Pedro José Jordán y Domingo, ayuda de Cámara de S.M. 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1001-42. ARChV; Antonio Arias y su hijo Manuel Antonio Arias, criado de Cámara de S.M. y ayuda de Furriera al servicio del infante don Antonio respectivamente. 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1186-6. ARChV. 25 Sebastián Pablo de Herrera y García, Oficial contralor general de la Real Casa, Capilla y Cámara del Rey. 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1185-16. ARChV. 26 Santiago Gutiérrez Arintero y Pereda, profesor de arquitectura en la Corte y su fontanero mayor (según afirman los testigos) 1793. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 603-3. ARChV; Juan Sessé y Balaguer, organista de la Real Capilla. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 998-4. ARChV; Pedro García Zorrilla, oficial segundo de la Real Biblioteca de S. M. (según consta en libro de matrículas de la Real Iglesia Patriarcal) 1798.Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1203-37, f. 13r. ARChV. 27 Francisco Serrano y Cabrera, contador mayor del Duque de Medinaceli (según consta Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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encargaban de gestionar los asuntos y los patrimonios de Grandes de España como el duque de Medinaceli –primer director del Estado de Caballeros Hijosdalgo entre 1783 y 180328–, el duque del Infantado o el marqués de Astorga. Haciendo un balance global de esta realidad profesional podemos afirmar que estamos ante dos grandes colectivos ocupacionales que, en cierto modo, representan a una parte de la sociedad madrileña y española de la época. Por un lado, una hidalguía o nobleza de servicio (bien a la Corona, bien a la nobleza), estrechamente relacionada con el mundo de la Corte; y, por otro, una hidalguía “protoburguesa”, plenamente orientada hacia las actividades especulativas pero que en absoluto había renunciado a sus veleidades y pretensiones estamentales. 3. Domicilios

y estructura ocupacional de

Madrid

a través de las

matrículas parroquiales

En el presente apartado analizamos la cuestión que centra esta investigación: el estudio del asentamiento de los pretendientes en la capital y de los factores que intervienen en esta dinámica. Si bien no podemos olvidar que, debido a las condiciones en que se desarrolló el crecimiento urbano de la capital, los barrios madrileños distaban mucho de ser realidades socialmente homogéneas29 consideramos que existe una clara correlación entre la ocupación de un individuo y la ubicación de su domicilio en una determinada parroquia o barrio. De hecho, en esta época algunos oficios aún permanecían agrupados en una misma calle o barrio,

en el libro de matriculas de la parroquia de San Sebastián). 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1187-33, f. 26v. ARChV; Cayetano Rodríguez de Mora, secretario del duque de Medinaceli y de Santisteban (además de oficial de la Superintendencia de la Real Hacienda y secretario del Santo Oficio de la Inquisición) 1795. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 602-3. ARChV; José Roales Nieto, contador de la Casa y estados del Duque del Infantado. 1793. Sala Hijosdalgopleitos: C. 1251-42. ARChV; Diego Martínez Villar, recaudador en la contaduría de la casa del Marqués de Astorga, conde de Altamira (según afirma un testigo) 1797. Sala Hijosdalgopleitos: C. 1201-53. ARChV; y Antonio Rayón, contador mayor de la casa y estados del marqués de Astorga, conde de Altamira (según consta en matrículas de la parroquia de San Martín) 1797. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1239-5. ARChV. 28 Conde de la Ventosa, 2005: 195-196. 29 Por ejemplo, en el caso de la nobleza, aunque desde mediados del siglo XVIII se aprecia un desplazamiento de sus residencias hacia el este (San Sebastián, San Luis), especialmente de la aristocracia más reciente, condicionantes como el precio del suelo, normas gubernativas y la pervivencia de la mentalidad nobiliaria contribuyeron a que el asentamiento de la nobleza mantuviese los criterios del pasado, sin segregar barrios o zonas específicamente nobiliarias. Carrasco Martínez, 2010: 163. 312

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un fenómeno que aún hoy puede apreciarse en el nombre de algunas vías madrileñas30. Los registros de las matrículas parroquiales demuestran que la gran mayoría de los pretendientes residía en parroquias situadas al este de la Plaza Mayor como la de San Ginés, Santa Cruz, San Sebastián o San Martín. En la Gráfica I presentamos tres de las parroquias más representadas en la muestra. En primer lugar San Ginés, prácticamente monopolizada por los comerciantes; en segundo lugar San Martín, donde a pesar de que desconocemos la ocupación de la mitad de sus feligreses, la tendencia constatada sugiere una fuerte implantación de la nobleza y los miembros de la administración; y, por último, San Sebastián, una parroquia de semejantes características a la anterior con predominio de servidores de la Corona en el ámbito administrativo y militar. Nuestra hipótesis parte de que la mayor parte de los nuevos residentes elegía el lugar de residencia en función de la ocupación o empleo desempeñado por lo que la cercanía respecto al lugar de trabajo sería un factor decisivo para conocer el paradero de los pretendientes. Sus domicilios, expresados en las matrículas de las diferentes parroquias de la villa, nos permiten aproximarnos al estudio de las pautas de asentamiento de la población en Madrid de acuerdo a estos criterios socioprofesionales, de especial importancia entre las personas de origen foráneo. En cuanto a los pretendientes dedicados al comercio es posible apreciar una considerable concentración de los mismos alrededor de la parroquia de San Ginés, en el centro de la ciudad. Esta parroquia abarcaba lo que por entonces era el principal eje comercial y financiero madrileño (entre la Plaza Mayor y la Puerta del Sol). La escasez de inmuebles y la necesidad de proteger sus negocios obligaba a muchos de estos comerciantes a residir en las propias tiendas donde trabajaban, que hacían las veces de domicilio para varias personas. Es el caso de los riojanos Mateo y Juan Manuel Ortiz de la Iglesia Mateo. Ambos residían por separado en la parroquia de San Ginés. El primero habitaban junto a otras personas en una tienda situada en el portal de Rasilleros que pertenecía a un comerciante de sedas apellidado Zorraquín; por su parte, Juan Manuel vivía en compañía de don Fernando Martínez Santidrian, otro conocido comerciante, en los portales de la Provincia31 o del burgalés Juan Antonio Martínez de Salazar, residente “en la tienda de paños de don Juan de Gorbea”32. 30 López González, 1995: 35. 31 Según consta en las matrículas de San Ginés. 1788. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1175-13, 21r.-23r. ARChV. 32 Según consta en las matrículas de San Miguel. 1788. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1175-35, Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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Gráfica 1: principales parroquias de residencia y adscripción profesional de sus feligreses -nº de pretendientes (nº de procesos) (elaboración propia a partir de las matrículas incluidas en los procesos de hidalguía del ARChV)

f. 11r-v. ARChV. 314

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Comerciantes Otras 5 (5) San Ginés 12 (9)

San Juan 2 (1)

Gráfica 2: parroquias de residencia de los comerciantes (nº pretend./ nº procesos) (elaboración propia a partir de las matrículas incluidas en los procesos de hidalguía del ARChV)

Admon. Otras 7 (7)

San Sebastián 5 (5)

Santa María 2 (2) San Luis

San Martín 6 (6)

2 (2)

Gráfica 3: parroquias de residencia de los miembros de la administración (nº pretend./ nº procesos) (elaboración propia a partir de las matrículas incluidas en los procesos de hidalguía del ARChV)

Centrándonos ahora en los domicilios de aquellos pretendientes que desempeñaban cargos en la administración o que servían a nobles o a la Casa Real comprobamos que el eje de residencia se desplaza hacia barrios más cercanos a los núcleos de poder político, caso de las parroquias de San Sebastián, San Martín, San Justo y Pastor o San Luis33. En estos casos la proximidad del lugar de trabajo también influía considerablemente en la elección de la residencia. Por ejemplo, Mateo del Castillo y Orduña, 33 Fayard constata esta misma tendencia en los consejeros del Consejo de Castilla, en los que se observa una gran dispersión con ciertas concentraciones en el noroeste (San Martín) y sur-sudeste (San Justo y Pastor y San Sebastián). Fayard, 1982: 411-414. Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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administrador principal de la Renta del Tabaco de la villa y Corte de Madrid y provincia, vivía en la Calle Alcalá donde se situaba la Real Aduana34; Manuel de Revilla y la Presa, director general de la Real Renta de Correos, Postas y Caminos del Reino, habitaba –como no podía ser de otra manera– en la “Casa de Correos”35. Sin embargo, también debemos recordar los vínculos que la administración hacendística mantenía con el mundo de los negocios lo que explicaría casos como el de Miguel Pio Vicente, oficial de la Tesorería Mayor, residente en el portal de Manguiteros de la parroquia de San Ginés36. Por su parte, aquellos que ocupaban elevados cargos en la administración demuestran una clara inclinación hacia barrios periféricos, donde generalmente residían los sectores más acomodados. Es el caso del madrileño Juan Ignacio Güell, ministro en la Contaduría del Tribunal Mayor de Cuentas y miembro de una familia con un amplio historial de servicio a la Corona, o del chileno José de Toro Zambrano y Ureta, caballero de la orden de Carlos III, regidor honorario del ayuntamiento madrileño y miembro de la Junta de Comercio y Moneda, ambos con domicilio en la parroquia de San Martín 37.

Serv. Casa Real Igl. Patriarcal 2 (2) San José 1 (1)

Santa Cruz 1 (1) San Sebastián 1 (1) San Juan 1 (1)

Gráfica 4: parroquias de residencia de los servidores de la Casa Real (nº pretend./ nº procesos) (elaboración propia a partir de las matrículas incluidas en los procesos de hidalguía del ARChV)

34 Según consta en las matrículas de San Luis. 1793. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1189-9, f. 12r-v. ARChV. 35 Según consta en las matrículas de Santa Cruz. 1799. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1015-23, f. 13v. ARChV. 36 Según consta en las matrículas de San Ginés. 1800. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1017-19. ARChV. 37 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1186-21, f. 6v. ARChV; 1788. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1175-3. ARChV. 316

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Estructura ocupacional en la ciudad de Madrid (1788-1800)

a través de las matrículas parroquiales

Serv. nobleza

San Sebastián 1 (1)

San Martín 3 (3)

Gráfica 5: parroquias de residencia de los servidores de la nobleza (nº pretend./ nº procesos) (elaboración propia a partir de las matrículas incluidas en los procesos de hidalguía del ARChV)

Por su parte, de los servidores de la Casa Real o la alta nobleza cabe destacar que, por la naturaleza de su ocupación, se veían obligados a alojarse cerca del patrón38 lo que tiene su reflejo en el plano físico, encontrándolos frecuentemente viviendo bajo el mismo techo. Antonio Arias, criado de Cámara de S.M., residía en el Palacio Real 39; Francisco Serrano y Cabrera, contador mayor del Duque de Medinaceli, matriculado junto a la familia de este en la parroquia de San Sebastián40, o protegidos como Isidro Gaspar de Aránzazu de quien se dice que vivía con la familia del marqués de Mirabel en la calle de Leganitos41. Esta estrecha correspondencia entre el lugar de residencia y de trabajo puede también ayudarnos a reconstruir la incógnita pendiente acerca de las actividades de aquellos pretendientes sobre los cuales los procesos de hidalguía no ofrecen información al respecto. De acuerdo con esta teoría consideramos que resulta verosímil que una gran parte de los pretendientes que residía en parroquias céntricas situadas en el corazón económico y comercial madrileño como Santa Cruz, San Miguel y San Ginés42, estuviese

38 Carrasco Martínez, 2010: 161. 39 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1186-6, f. 1r. ARChV. 40 En el testimonio de su matrícula se dice literalmente: “(…)del año de noventa y uno se halla matriculada la familia del excelentísimo señor Duque de Medinaceli y entre ellos su contador mayor don Francisco Serrano”. 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1187-33, f. 26r-v. ARChV. 41 Consta en las matrículas de la parroquia de San Martín como “comensal” del marqués. 1796. Sala Hijosdalgo-pleitos, C. 1011-23, f. 17r. ARChV. 42 López García, 1998: 189. Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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Desconocida San Sebastián 3 (3) San Justo y Pastor 6 (5) San Martín 10 (8)

Otras 7 (7)

San Ginés 6 (3) San Miguel 8 (6)

Santa Cruz 15 (9)

Gráfica 6: Parroquias de residencia de pretendientes sin ocupación conocida (nº pretend./ nº procesos) (elaboración propia a partir de las matrículas incluidas en los procesos de hidalguía del ARChV)

vinculada de algún modo al mundo del comercio y/o a actividades relacionadas. Este es el caso, por ejemplo, del burgalés Eugenio de San Pelayo de la Quintana, que habitaba en San Miguel “en compañía de Francisco Manuel de la Quintana, del comercio de paños, tienda número siete de el Portal de este nombre (San Miguel)”43; o del camerano Fernando de la Riba y Robledo que había residido unos años atrás en San Ginés, en una “casa tienda rinconada” situada en el portal de Mauleros de la Plaza mayor entre la calle de la sal y de Boteros44; o, por último, de los hermanos José Joaquín y Nemesio de la Sotilla y Machón, comerciantes y parroquianos de San Miguel cuyos negocios tenían ramificaciones en América45. En apoyo de esta hipótesis hemos de recordar una cuestión de índole cultural, directamente relacionada con la naturaleza nobiliaria de los procesos de hidalguía. Tal y como hemos comprobado en anteriores investigaciones, los silencios y omisiones sobre las actividades comerciales de los pretendientes en los procesos de hidalguía resultan habituales46. Frente al comercio mayorista, estimado 43 Según consta en las matrículas de San Miguel. 1790. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1180-39, ff. 13v-14r. ARChV. 44 Según consta en las matrículas de San Ginés. 1791. Sala Hijosdalgo-pleitos, C. 1184-37, f. 15r. ARChV. 45 Expediente de información y licencia de pasajero de Nemesio de la Sotilla y Machón. 1796. Arribadas, 518, N. 182. Archivo General de Indias [en adelante AGI]. 46 Vid. Tesis doctoral Pérez León, 2012: 347-356. Defendida en la Universidad de Valladolid en 2012. http://uvadoc.uva.es/handle/10324/961 [consulta: 25 octubre 2012]. 318

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a través de las matrículas parroquiales

como fuente de riqueza y prestigio, el pequeño comercio, en especial aquel ejercitado en tienda abierta, era una actividad que si bien no derogaba el estatuto de hidalguía reportaba escasa respetabilidad. Además, a diferencia de lo que sucedía en Cádiz o en las Indias, donde la mayor parte de sus elites procedían del circulo de la plutocracia mercantil, la élite madrileña tenía como referente fundamental los valores sociales de la vieja aristocracia cortesana por ello no resulta extraño que, a excepción de los grandes comerciantes, los pretendientes no considerasen oportuna la mención expresa de esta actividad en los procesos. De acuerdo con este razonamiento, debemos descartar igualmente la presencia entre los pretendientes de miembros de los sectores populares y menos pudientes, debido principalmente al coste de estos procedimientos y a los prejuicios sociales aún existentes frente a aquellas personas que públicamente ejerciesen oficios considerados como viles47, lo que hubiese supuesto su veto en el estado de caballeros hijosdalgo madrileño. Retomando el análisis de los patrones de asentamiento queremos destacar la estructura de los hogares de los pretendientes. En este sentido se pueden establecer una serie de pautas habitacionales a partir de la información que se infiere de las matrículas y de la propia casuística de los procesos (individuales/litisconsorcitados entre varios pretendientes). En este punto, coincidiendo con las observaciones de Jesús Cruz, observamos que mientras que entre los cargos administrativos, sirvientes de la Corona y la nobleza predomina aparentemente el “hogar simple” constituido por la familia nuclear (padres e hijos), entre los comerciantes se constata la pervivencia de una estructura familiar extensa integrada por varios hermanos, tíos y sobrinos, etc. conviviendo al menos hasta que pudiesen establecerse por cuenta propia48. Conviene recordar aquí el caso ya citado de Eugenio de San Pelayo de la Quintana, residente en la tienda que su tío regentaba en el portal de San Miguel; también cohabitaban los hermanos Francisco Antonio y José de Arratia y Villachica, que “vivían en la calle del Carnero, a mano izquierda del marqués de Valmediano”49 o los hermanos Silvestre y Lorenzo Abad de Aparicio, que vivían en la calle de Postas, parroquia de San Ginés50.

Una práctica, la de las omisiones, también observada por Felices de la Fuente en las solicitudes de títulos nobiliarios. Vid. Felices de la Fuente, 2010: 229-252. 47 GUILLAMÓN ÁLVAREZ, 1981: 129-142. 48 Cruz, 2000: 232-233. 49 Según consta en las matrículas de San Juan. 1789. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1470-5, f. 13v. ARChV. 50 Según consta en las matrículas. 1792. Sala Hijosdalgo-pleitos: C. 1190-47, f. 11v. ARChV. Los Lugares de la Historia Temas y Perspectivas de la Historia, vol.3

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4. Consideraciones finales Esta propuesta metodológica para el estudio de la estructura ocupacional madrileña ha revelado el peso determinante de la misma en la elección del lugar de habitación. La mayor parte de los pretendientes, inmigrantes por motivos laborales, debían subordinar su residencia al trabajo desempeñado, tanto aquellos que lo hacían por cuenta propia como los que dependían de un señor o de la Corona. Entre los pretendientes predominan los comerciantes, burócratas, letrados y servidores de la Corona y la alta nobleza, sectores caracterizados por una fuerte movilidad social. Por lo tanto, su presencia en estos procesos no resulta casual sino que sugiere que estaríamos ante lo que Jesús Cruz califica de “notables” o, al menos, en expectativa de serlo para quienes la respetabilidad social tenía mucha importancia. Esta realidad conocida, amén de los indicios señalados, nos permite plantear como hipótesis verosímil que aquellos pretendientes de los que desconocemos su ocupación seguían un modelo ocupacional y habitacional similar. Asimismo, el estudio de los lugares de residencia de los pretendientes demuestra la existencia de ciertas pautas en función de criterios sociales y ocupacionales. Así, por ejemplo, mientras que la parroquia de San Ginés, enclavada en pleno centro comercial de la capital, albergaba principalmente a comerciantes, otras, como la de San Sebastián o San Martín, daban aposento al funcionariado y a parte de la nobleza (y con ella a sus servidores). Consideramos por lo tanto que, al margen de los condicionamientos propios de la muestra analizada, ha quedado bien demostrado que las matrículas parroquiales pueden ser una fuente fidedigna para reconstruir las pautas de residencia seguidas por los diferentes sectores ocupacionales en el Madrid del siglo XVIII. Bibliografía CarbAJO ISLA, María F., La población de la villa de Madrid desde finales del siglo XVI hasta mediados del siglo XIX, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 1987. Carrasco Martínez, Adolfo, “Ciudad y sociedad en el Madrid del siglo XVIII”, Cuadernos de Investigación Histórica, 27 (2010): 157-182. Conde de la Ventosa, El Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid, Madrid, Dykinson S.L., 2005. 320

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