Espacio sonoro público (artículo de divulgación)

July 21, 2017 | Autor: Diego de la Mora | Categoría: Soundscape Studies, Sound, Urbanism, Public Space, Sound Art, Soundscape
Share Embed


Descripción

Espacio sonoro público Una aproximación al paisaje sonoro urbano y su construcción colectiva como plataforma de identidad, significación y apropiación por Diego de la Mora Gómez [Expediente: me51066]

Artículo de divulgación de la ciencia Taller de Investigación, Desarrollo e Innovación 1 (IDI1) Asesores: David Vargas del Río (Tutor del Trabajo de Obtención de Grado) Yolanda Bojórquez Martínez (Profesora en IDI1a) Miguel Cázares Munguía (IDI1b)

Maestría en Ciudad y Espacio Público Sustentable Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente Tlaquepaque, Jalisco, México / 20 de Abril de 2015

                Espacio sonoro público. Una aproximación al paisaje sonoro urbano y su construcción colectiva como plataforma de identidad, significación y apropiación. *

por Diego de la Mora Gómez

Nuestra percepción del espacio es holística, e integral. A través de nuestro sistema neuroperceptivo, y mediante los sentidos, vamos captando e interpretando el espacio que nos rodea, nuestro hábitat. El espacio público no es la excepción, está lleno de estímulos y elementos que nos dan información y mensajes puntuales y nos permiten sentirnos identificados o no con el mismo. Hasta hace poco no se pensaba en diseñar lo sonoro-auditivo de este contexto espacio-temporal. Hoy planteamos no sólo diseñarlo, sino además hacerlo de forma colectiva, participativa, de manera que esto entreteja nuestros imaginarios personales, en una plataforma de significación compartida que nos facilite la apropiación de dicho espacio, y nos aporte identidad así como nosotros se la aportamos a él.  

 

*

Licenciado en Arquitectura por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), músico y artista sonoro. Actualmente es estudiante de posgrado de la maestría en Ciudad y espacio público sustentable en el ITESO. 1

 

Julia y los “son nidos idos” Julia se despertó en silencio, como todos los días. Ese silencio que lo invade todo, que explota el espacio y hace vibrar a las cosas…hasta las acciones más pequeñas parece que gritaran por ser oídas… Se despertó porque no podía dormir más. En su sueño, todas las cosas tenían un “algo” diferente…algo que le provocaba una sensación extraña en la cabeza, a la altura de sus ojos, por detrás de ellos, y desde los extremos laterales de su cara, como a través de sus ideas y de regreso hacia el lugar de donde provenía la sensación, allá afuera, afuera de su cuerpo. Por la mañana, normalmente caminaba las calles en silencio, naturalmente, sin sobresaltos. Conocía esas calles como la palma de su mano. Llevaba años viviendo en esa ciudad, y le gustaba. Era una ciudad tranquila. Saludaba con la mano a algunos vecinos que encontraba en el camino. Había aprendido ese gesto –abanicar la mano- desde chica. Era una seña muy útil. Funcionaba para diferentes cosas, y esas señas le gustaban. Entre más platicaba con sus amigos y familia más señas aprendía. Con los vecinos casi no platicaba, nomás los saludaba al pasar, pero no sabía qué les gustaba y qué no, qué soñaban, cuáles eran sus historias. Sin embargo en su sueño todo era diferente… esa sensación extraña comenzaba a hacerse familiar, natural. Le ayudaba a ubicar dónde estaban los objetos o acciones que la producían, y en su cabeza iba formando una especie de mapa, en diferentes capas, cada una con distinta información. No tenía señas para nombrar lo que sentía, lo que iba percibiendo… era una sensación totalmente nueva, así que se dejaba abrazar y llenar por ella. Lo maravilloso es que nunca terminaba, seguía y seguía y entre más

recorría la ciudad, iban apareciendo nuevos y diferentes elementos de la misma sensación, como si ésta cambiara todo el tiempo. Cuando intentó compartir esto con sus amigos, y familia, en un jardín que tenían frente a sus casas, ocurrió lo que nunca había pasado. Los vecinos, que también estaban sorprendidos por la novedad y la sensación estaban interesados y emocionados por los nombres que iban inventando para cada forma o sensación distinta que habían percibido en sus recorridos. Así iban compartiendo estos significados y a la vez cosas de su vida que servían para explicar los nombres que se les ocurrían. Julia no quería despertar…y al mismo tiempo sí, quería salir y comprobar si la ciudad en verdad producía esas sensaciones, esos “sonidos” los habían llamado… como nidos de significado, con nudos y siempre con ese vacío posterior a que termina la fiesta, pues las sensaciones, aunque eran continuas, empezaban y terminaban, una a una… era imposible recuperarlas, sólo en el recuerdo. A partir de ese día, Julia recorría la ciudad buscando algún objeto que “sonara”, como ella soñaba, pero todo era silencio. Entonces recolectaba imágenes mentales de las cosas o eventos que le provocaban curiosidad por saber cómo “soñaban” con su sonido, y al llegar a casa por la noche intentaba escucharlos.

El sonido no soñado. El sonido debe entenderse como un fenómeno físico y de percepción neurológica en el ser humano y otros animales con esta capacidad. Por un lado, es un fenómeno físico, de vibración. Una acción produce una vibración en un objeto, y este a su vez la transmite a través de un medio que lo permita, como 2

el aire, hasta que llega a nuestros oídos, donde primero se transforma en un movimiento mecánico, siguiendo la misma naturaleza de la vibración, pero después pasa por un proceso de transducción (es decir, de transformación de un tipo de energía a otro), para convertirse en señales eléctricas de bajo voltaje, y entonces ser interpretadas por las neuronas del neocortex (la capa más evolucionada del cerebro humano, la más nueva, en base a la historia de evolución del mismo). Ahora bien, el sonido tiene tres características principales que nos permiten distinguirlo y clasificarlo: a) La frecuencia, expresada en hertz. que determina el tono del sonido, de grave a agudo. Mientras más baja sea la frecuencia, más grave será el sonido. (p.ej. una frecuencia de 10Hz, es más grave que una de 10,000Hz). b) El timbre, que puede ser representado por el espectro frecuencial. Esto es, la característica particular que nos permite diferenciar un sonido de otro aunque esté en el mismo tono (frecuencia). Esto que está dado tanto por el tipo de onda (sinoidal, triangular, dientes de sierra, cuadrada), así como por las diferentes frecuencias que componen un sonido. En la naturaleza, a nuestro alrededor, prácticamente no existe ningún sonido puro en cuanto a la frecuencia producida, todos son, por decirlo de alguna manera, “acordes”, o combinaciones de diversas frecuencias, llamados sonidos periódicos complejos, que son parte de los sonidos deterministas. c) El potencia o volumen, que representa la intensidad del sonido que escuchamos. Este está dado por la presión sonora (SPL 2 ) que ejerce la vibración. Sin embargo una medida 2

El  silencio  inexistente.  [dato  curioso]   El único lugar sobre la Tierra donde no existe ningún sonido propio es una “cámara anecoica”, que es un espacio diseñado especialmente para aislar los sonidos externos, y amortiguar cualquier sonido que se produzca internamente. Estás cámaras son utilizadas para afinar o probar elementos de alta precisión sonora. Sin 2 embargo, John Cage , visitando la cámara anecoica de la universidad de Harvard, y esperando escuchar el silencio, se encontró con dos sonidos, uno alto y uno bajo. Sorprendido preguntó al ingeniero responsable, quien le dijo que el bajo correspondía a la circulación de la sangre en su cuerpo, y el alto al sonido del sistema nervioso trabajando –y aunque hay quienes dicen que el sistema nervioso no hace ningún sonido, por lo que lo escuchado seguramente era el zumbido típico del 3 Tinnitus , no deja de asombrar la inexistencia del silencio total-.

que ha sido adoptada para medir en referencia al umbral de audición humano es el decibelio o decibel (dB), que es una medida logarítmica (aumenta exponencialmente, es decir, cada 10dB son el doble de presión sonora. Esta escala incluye sólo valores positivos, y va del 0 al 135dB donde 0 es la ausencia perceptible de sonido, y el 135 representa el umbral aproximado de dolor. Entendiendo esto del sonido, podemos darnos cuenta que naturalmente “no existe el silencio”. Es decir, al estar la Tierra en constante movimiento (y pudiéramos pensar aún en escalas más grandes, como nuestro Sistema Solar, o la galaxia), y en ella todo en continuo cambio y transformación, teniendo el o los medios de transmisión para las ondas, y mientras haya vibraciones, habrá sonido. Por esto, es imposible estar en un lugar totalmente silencioso, y además hay que considerar que los oídos, no tienen “párpados” –o alguna otra forma de

SPL = Sound Pressure Level

3

bloquear la percepción del sentido- como los ojos. Ahora bien, esta capacidad perceptiva que tenemos, no sólo es a través de los oídos. Nuestro cuerpo entero vibra con los fenómenos externos, y nuestros tejidos transmiten dichas vibraciones también hacia el cerebro para ser interpretadas, principalmente por el sistema óseo, cuya composición ayuda a la acústica y esta tarea de transmisión. 34

Recordando la historia de Julia, podríamos pensar en la “paradoja del árbol que cae”, que nos presenta el cuestionamiento sobre la conciencia de los eventos y nuestra percepción. La paradoja desarrolla la escena de un árbol que cae en medio de un bosque en el que no hay nadie que pueda atestiguar que el árbol cayó. Entonces, si no hay nadie que haya “oído” cuando el árbol cae, ¿en realidad esta acción produjo algún sonido? Volviendo a nuestra percepción habitual del sonido en un espacio que lo transmita adecuadamente (el sonido no se transmite en el vacío, puesto que no hay medio –como el aire- para que las ondas vibratorias se transmitan.), si nuestro proceso personal o colectivo de percepción no funciona bien, aunque existan ondas y vibraciones sonoras, no las percibiremos adecuadamente. Ahora bien, hay que entender que también las emociones y nuestro marco teórico conceptual basado en nuestras experiencias determinarán si podemos distinguir y clasificar eso que oímos.

3

Músico, compositor, instrumentista, filósofo, teórico musical, poeta, artista, pintor estadounidense. Pionero de la música aleatoria y electrónica, así como del uso no estándar de instrumentos musicales (hoy conocidas como técnicas extendidas y experimentales). (19121992) 4 Tinnitus o Acúfenos, son fenómenos perceptivos del oído, en el que se escuchan golpes o sonidos, como zumbidos o siseos.

El sonido y las emociones El sonido, como todas las sensaciones físicas en el cuerpo humano, está vinculado a una serie de emociones y significados que hemos ido construyendo desde pequeños. Recuerdos y sentimientos que se conforman con las diversas experiencias que vamos teniendo. Entre todas estas sensaciones que captan los sentidos, las vinculadas al olfato y al sonido tienen una conexión directa o muy rápida a los recuerdos. Los nuevos hallazgos de la ciencia en cuanto a neuropercepción, indican que además de que lo que percibimos genera emociones y sentimientos, también estos afectan lo percibido. Aaron Beck, uno de los fundadores de la terapia del comportamiento cognitivo en los 60’s, dice que los pensamientos, las sensaciones y el comportamiento están todos conectados. Si cambias el alguno, los otros dos se modificarán. Por tanto, vinculado al sonido, nuestra percepción depende de lo que queremos “escuchar”, puesto que los sentidos además tienen un rango selectivo sobre lo que perciben y retienen en la memoria. Un estudio de la Universidad de Texas5, encontró que recordamos: - 10% de lo que leemos - 20% de lo que oímos - 30% de lo que vemos - 50% de lo que vemos y oímos - 70% de lo que decimos - 90% de lo que hacemos y decimos Estas cifras quizá nos puedan parecer vagas, pero si las ponemos en un contexto de aprendizaje y de lo cotidiano, la cuestión es que nuestra memoria funciona con conexiones neuronales, algunas de las cuales, por los significados que implican en la 5

Metcalf, T. (1997) Listening to your clients, Life Association News, 92(7) p16 - 18

4

interpretación del estímulo, necesitan de mayor número de conexiones, y por lo tanto quedan más “afianzadas” en nuestra bio-química cerebral. Si además de esto hacemos conexiones más amplias, vinculando otros estímulos sensoriales al estímulo base, entonces tendremos un “entretejido neuronal” que hace difícil que estos datos se nos olviden. Ahora bien, en este proceso de percepción, podemos distinguir tres niveles de acción perceptiva: 1. Oír. Como decíamos antes, el oído/oreja, no tiene “parpados”, por lo que acústicamente capta todo lo que sucede a nuestro alrededor como manifestación sonora. 2. Escuchar. A partir del interés personal, el contexto de análisis o simplemente el momento respecto al sonido y la actitud personal, filtramos lo que no nos interesa y esa información sonora pasa desapercibida, o al menos a un plano de fondo, al cual no prestamos atención. Escuchar pues, es la percepción consciente del fenómeno sonoro percibido al oír. 3. Entender. Finalmente, la etapa de interpretación de lo escuchado, depende en gran medida de un proceso intelectivo y reactivo de protección personal instintiva y una conjunción de significados aprendidos o desarrollados a partir de la experiencia. Aquí es donde lo que se escucha cobra sentido, es discernible, y clasificable, sirve para tomar decisiones, disfrutar, interactuar. Como se puede apreciar, el sonido tiene muchas variables que harían dudar si todos escuchamos igual, y más aún, cómo podemos coincidir en gustos en cuanto a lo sonoro, por ejemplo la música.

Si tomamos esta complejidad y la ponemos en el espacio público como un elemento de convivencia, podemos acercarnos un poco a las implicaciones que esto tiene, en términos de vinculación, identidad, y tejido social. Hablemos un poco entonces sobre el espacio público para cruzar ambos elementos:

El espacio público En la actualidad, el espacio público, ha “resurgido” como un elemento determinante del diseño urbano y una plataforma para la dinámica políticosocial de las ciudades. A la fecha, paradójicamente, la mayoría de las ciudades a nivel mundial sufren una problemática generalizada de falta de apropiación del mismo. En Guadalajara esta condición no es diferente. Si entendemos el espacio público como una plataforma del ser ciudad, y si “la ciudad es la gente” (Sófocles) 6 , entonces el espacio público es una plataforma para ser gente... para ser persona 7 . El 6

También atribuida a Shakespeare, y a Goethe, entre otros. “¿Qué es un puente? se preguntaba el falsamente ingenuo Julio Cortázar. Y se respondía: Una persona atravesando el puente” (Borja, Jordi y Muxí, Zaida; 2000; 20). Al respecto, Mitscherlich dice bien, en la nota preliminar de su libro Tesis sobre la ciudad del futuro: ‘Quien desconozca la profunda ambivalencia del hombre, difícilmente comprenderá su relación con la ciudad, tan determinada por sentimientos encontrados.’ (Mitscherlich, Alexander; 1977; 09). 7 Y aunque pudiéramos decir que la ciudad también es para “hacer gente, para hacer personas” en el sentido de formar, de educar y cultivar –respecto a la cultura, el saber y el conocimiento-, esto se ha malinterpretado muchas veces, y ciertamente este malentendido ha sugerido las bases de la concepción del urbanismo de la época de la Revolución Industrial, como una manera de 5

espacio público urbano nos permite ser ciudad, ser parte de ella, ser y hacer ciudad en contacto y al encuentro con otros que son y hacen ciudad. Permite redescubrir la ciudad, permite resignificarla, apropiársela al gusto y necesidades personales y compartidas, identificarse y desidentificarse con y a partir de ella. Es un lugar y una postura, una actitud y un lenguaje. Al respecto, Nora Rabotnikof, en su libro “En busca de un lugar común” habla sobre los sentidos de lo público, distinguiendo tres vertientes: “a) Lo público como lo que es de interés o de utilidad común a todos, lo que atañe al colectivo, lo que concierne a la comunidad y, por ende, la autoridad de allí emanada, en contraposición a lo privado, entendido como aquello que se refiere a la utilidad y el interés individual.” “b) Lo que es y se desarrolla a la luz del día, lo manifiesto y ostensible en contraposición a aquello que es secreto, preservado, oculto. “c) Lo que es de uso común, accesible para todos, abierto, en contraposición con lo cerrado, que se sustrae a la disposición de los otros. (Rabotnikof, Nora; 2005; 28-29).

Así bien, estos tres sentidos dan forma a lo que podremos considerar el marco de significados y connotaciones a tomar en cuenta al momento de trabajar con el espacio público.

producir, albergar, y mantener con vida a miles (millones, en el caso de las metrópolis) de trabajadores prestos a operar las fábricas, máquinas, oficinas, y cientos de diversos oficios en pro de la producción, y el crecimiento económico tan vinculados al ‘desarrollo’. (ver, de Jean-Paul de Gaudemar. El orden y la producción. Nacimiento y formas de la disciplina de fábrica).

Si volvemos a la problemática planteada sobre la falta de apropiación del espacio por parte de sus habitantes y usuarios, parecería que entre el objeto y el sujeto la construcción de significados se ha estancado, lo que demanda una dinámica bidireccional que permita reinyectarle significados al espacio desde el sujeto, y suscitar otros nuevos para el individuo, desde el objeto. Aquí es donde diseñar la experiencia del sujeto en el “lugar común” es un pretexto para “reconstruir” lo público del espacio. Una experiencia que integre todos los sentidos, en diálogo constante con la persona –individual o colectiva-, y como parte de esta experiencia, el sonido es un elemento que define particularmente nuestra interacción con el espacio y a partir de éste con otras personas. Sin embargo, también es una realidad que en general no se consideran sus implicaciones al momento de diseñar.

Sonido y espacio público A finales de los 60’s Murray R. Schafer, un canadiense ambientalista y compositor, estableció un proyecto que nació del interés de poner atención a la contaminación sonora de las ciudades, y se transformó en un esfuerzo por captar y estudiar el paisaje sonoro de distintas ciudades del mundo, comenzando con Vancouver, donde estaban asentados. A través de sus investigaciones se dio cuenta que todas las ciudades, cada espacio específico y determinado por una serie de elementos delimitadores, tiene unas características acústicas y sonoras particulares. Específicamente se dio cuenta que había ciertos sonidos que se distinguían de los demás y otros que se mantenían en el fondo, al tiempo que existían algunos que eran reconocibles específicamente como de ese espacio, o ciudad.

6

En conjunto conformaban una especie de composición aleatoria, determinada por el ritmo, morfología y elementos particulares del espacio. Esta composición es lo que llamó el “paisaje sonoro”, como un conjunto de elementos sonoros contemplables (o escuchables), y analizables. Ahora bien, de ese conjunto, los tres tipos de sonido que Schafer distinguió son: • Tonalidad: es la tonalidad general de una pieza, en esta caso, los sonidos de fondo que crea la naturaleza y/o el hombre según la geografía y el clima, el contexto y la cultura. • Señales sonoras: son sonidos esporádicos que son percibidos en primer plano, como algo particular. Son “accidentales”, y normalmente corresponden a acciones o fenómenos no regulares. • Marcas sonoras: son los sonidos característicos del área en específico y que le dotan de identidad y particularidad, por lo tanto adquieren valor simbólico y afectivo. El paisaje sonoro entonces está determinado por un marco espaciotemporal definido, en el cual caben todos los fenómenos sonoros que sucedan. Entendiendo esto sobre el paisaje sonoro en vinculación con el espacio, podemos hablar entonces sobre lo que implicaría cruzar ambas plataformas de significación e identidad.

Espacio sonoro público El “Espacio sonoro público” (término acuñado por el autor) constituiría la manifestación tangible –o al menos física, en un lugar y tiempo

determinados–, de la construcción común de significados, el imaginario colectivo, el tejido social, y los procesos de apropiación, identificación y pertenencia, desde el espacio público tangible y no tangible, en vinculación al Paisaje Sonoro diseñado en colectivo. Implica el cruce de la información y significados sobre un punto en específico, y sobre una concepción general desde la postura personal para construir en colectivo desde las individualidades. Esto implica que cada persona logre cierto nivel de sensibilización ante el asunto a tratar, para desarrollar una postura personal que aporte significados y líneas de consenso y disenso. Estaríamos hablando de una plataforma que posibilite el diagnóstico y diseño sonoro participativo de diversos espacios públicos que sean aptos para este tipo de intervención (es decir, que no necesiten remediación acústica, ni intervenciones particulares para tener un contexto acústico adecuado). Construir el espacio sonoro público implica un nivel de abstracción y de participación que sería la base, cual pretexto perfecto, para hacer interactuar las subjetividades de una comunidad – como en el relato de Julia-, de manera que las decisiones y posturas estén ligadas a significados de fondo, a identidades previas y abiertas a la transformación, y complementación. Al desarrollar este proceso, la apropiación del espacio sería casi automática, dado que existirían más motivos positivos que rescatar y por los que éste significara, que la indiferencia habitual de las grandes urbes, en donde nada es de nadie, y si tiene algún valor, entonces es de quien lo “acapare”, destruyendo totalmente la definición de “espacio público” que hemos estado planteando.

7

Finalmente, al entender que el espacio sonoro público es dinámico y que depende de las actividades y acciones de los habitantes de dicho espacio físico, entonces podemos imaginar que el paisaje sonoro planteado y diseñado no puede concebirse como algo fijo, totalmente definido, o al menos totalmente cerrado. Debe dejar espacio para la sobreposición de otras capas de información, y no saturar el espacio sonoro con información que confunda, disguste, o sea inoportuna (según tiempo, y cultura). Algunos ejemplos interesantes – desarrollados principalmente en ciudades de Europa- que pueden ejemplificar algunos elementos de este tipo de proyectos son: • Carroussa Sonore Marseille Résonance (Carriola Sonora Marsella Resonante), comisionado por MuCEM, es un proyecto para la difusión del arte sonoro en el espacio urbano de Marsella. • Augmented Spatiality (2013). Una plataforma artística para el suburbio de Hökarägen en Stockholm, la que las piezas, actuaciones, y otros eventos relativos son integrados en los procesos sociales y espaciales que tienen lugar en la esfera pública. • El congreso Beyond Noise and Silence: Listening for the City. A Symposium Exploring the RElationship Between Sound, Art, and the City (Más allá del ruido y el silencio. Escuchando la ciudad. Simposio de exploración de las relaciones entre el sonido, el arte y la ciudad), desarrollado en Berlin a principios de este año (2014)8. • Structural Sound Project (Proyecto de Sonido Estructural), 8

http://www.dublincityarchitects.ie/?p=1011





de Florian Tuercke. Un proyecto público en el que micrófonos de contacto se distribuían a los participantes (cualquier persona interesada), para ser colocados en estructuras de la ciudad que tuvieran alguna resonancia interna-externa atractiva, y posteriormente ser mapeados. El proyecto se puede visitar en la página: http://floriantuercke.net/structural_ sound_project.html Urban Audio (2006-a la fecha) 9 . Proyecto de resonancia urbana, en el que se posicionan 8 instrumentos de cuerda que resuenan con el sonido del entorno (urbano), y en esta caso específicamente con el ruido del tráfico. Colocados en intersecciones viales, y mapeados vía remota al estudio móvil (camioneta van) que captura y graba los sonidos derivados de esta interacción dinámica y espontánea sonora en la ciudad. Además de estar documentado y archivado en la página web, puede ser escuchado en tiempo real mediante audífonos en el mismo estudio móvil. En este video se explica a detalle: http://vimeo.com/21844704 Geluidas (2007)10. Un proyecto de Geert-Jan, desarrollado para Zuidas Free Spaces/AIR initiative en Amsterdam, en el que integra el trabajo interdisciplinario de planeadores urbanos, desarrolladores, arquitectos, políticos, artistas y estudiantes en procesos de apropiación del espacio público. El objetivo es “tocar” la ciudad como si fuera un instrumento. (el proyecto fue

9

http://www.urban-audio.org/home.html Referencia: http://www.staalplaat.org/site/2007/05/15/upcomingprojects/ 10

8







cancelado al final por el organizador). Escoitar.org, proyecto de Galicia, comandado por Chuy Longina, con el objetivo de capturar de manera participativa los paisajes sonoros de la región gallega de España, y subirlos a una plataforma virtual a través de la cual se puedan compartir e interactuar con ellos.11 The Singing Ringing Tree (2006)12. Panopticon. Una de las estructuras propuestas para la serie Panopticons de la East Lancashire Environmental Arts Network, coordinada por Mid Pennine Arts. Diseñada por Mike Tonkin y Anna Liu, mide 3 metros de altura y está constituida por una serie de tubos huecos cortados a distintas dimensiones que con el paso del viento genera un sonido particular. El High Tide Organ (2002) es un órgano de tubos de 15metros de alto, construido como parte de “The Great PRomenade Show” (una serie de esculturas situadas a lo largo del nuevo paseo de Blackpool, en el Reino Unido. Diseñado por Liam Curtin y John Gooding. Es una pieza descrita como la manifestación musical del mar, puesto que es accionado por la energía de las olas que rompen contra el muelle. Ejemplos similares de este tipo de estructuras-esculturas sonorasmusicales son el Wave Organ en San Francisco y el Sea Organ en Croacia.

11

http://www.escoitar.org http://www.midpenninearts.org.uk/panopticons-singingringing-tree 12

9

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.