Escila y Ceto en la moneda griega de Sicilia. II Jornadas Doctorando del Mundo Antiguo.

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Descripción

Escila y Ceto en la moneda griega de Sicilia

1.- Introducción: La presencia de monstruos marinos en la mitología griega de Sicilia se centra principalmente en el área del estrecho de Messina, donde se ubican los mitos de Escila y Caribdis, nombre de las dos rocas que existen en el estrecho de Messina a las cuales se les suponía la capacidad de hacer naufragar los barcos que navegaban por el estrecho 1. Mitos que aparecen narrados por autores como Homero 2, Virgilio 3, Ovidio 4 o Pseudo Apolodoro 5 y cuya representación podemos ver en la iconografía y representaciones vasculares del área del estrecho de Messina. Sin embargo, en el caso de la numismática griega de Sicilia, tan sólo será Escila la que aparezca representada en las acuñaciones, así como también será representada la figura del Ceto, monstruo marino creado por Poseidón cuya principal aparición es descrita en el mito de Andrómeda, donde la princesa es ofrecida para ser sacrificada y devorada por el animal 6. El desarrollo de estos dos elementos iconográficos en la numismática siciliana habría que ubicarlo para el caso de Escila entre el 420 a.C. y el 405 a.C., mientras que para la figura del Ceto tendríamos un periodo más amplio, desde el 470 a.C. hasta el 406 a.C., sin contar con el caso de las acuñaciones de la población púnica de Panormo, en las cuales el monstruo marino aparece durante el periodo que abarca desde el 380 a.C. al 260 a.C. Las representaciones de ambos elementos aparecen en las distintas escenas como elemento secundario, ya sea acompañando a un elemento principal como en el caso de la moneda de Acragante o formando parte del exergo como ocurre en la moneda de Siracusa, Catania y Gela.

Homero, Odisea, Canto XII, 126; Justino, Epítome de las “Historias Filipíticas” de Pompeyo Trogo. Prólogos. Pompeyo Trogo Fragmentos, IV, 1.13. (Introducción, traducción y notas de J. Castro Sánchez). Ed. Gredos. Madrid. 1995. 2 Hom. Od. xii. 73, &c., 235, &c.; Homer, Odyssey 12. 430 ff. 3 Virgil, Aeneid 3. 418 ff. 4 Ovid, Metamorphoses 13. 729 ff. 5 Pseudo-Apollodorus, Bibliotheca E7. 21 – 23. 6 Apolodoro, II, 4,3; Higinio, LXIV; Ovidio, IV, 66; Pausanias, IV, 35.9. 1

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2.- Escila: Por lo que respecta a la representación de la figura de Escila, el principal mito7 que relaciona a esta criatura fantástica con el territorio siciliano es en el que se narra que Escila era una ninfa, de la cual se enamoró Glauco, divinidad marina que una vez fue hombre y marinero y que, tras ser rechazado por Escila, fue a pedir a Circe, la cual estaba enamorada en secreto de él, una poción para que la ninfa se enamorase de Glauco, pero Circe, guiada por los celos y el rechazo de Glauco a su amor, fabricó un veneno que transformó a Escila en un monstruo formado por la parte superior de cuerpo de mujer y la inferior por perros, además de una cola de pez o serpiente 8. La imagen de Escila aparece en la moneda de Acragante como uno de los elementos que conforman el reverso de una serie de tetradracmas pertenecientes al 420 a.C. – 406 a.C., y en la moneda de Siracusa como parte del exergo también en una serie de tetradracmas del mismo periodo. Ambas poblaciones, de carácter costero, relacionan la imagen de Escila con ciudades ubicadas próximas al mar como también es el caso en la Magna Grecia de ciudades como Cumas y la propia Esciletio, cuyo nombre deriva del de la ninfa ya que se creía que el cauce local, el Crateis, era la madre de Escila 9. En el caso de Acragante, con la representación de Escila en el reverso de sus tetradracmas nos encontrarnos ante la continuación del programa iconográfico desarrollado ante el ataque cartaginés del 406 a.C., donde se pueden contemplar elementos de carácter apotropaico como Escila y el Ceto, criaturas de origen mitológico relacionadas con los peligros del mar, medio por el cual accedería a la isla el contingente militar púnico, ya que Escila atacaba a los barcos atrapándolos y los cartagineses pretendían una invasión de Sicilia por mar, siendo Acragante uno de sus primeros objetivos en su camino hacia Siracusa 10. Junto con la figura de Escila y Ceto, utilizados en un sentido apotropaico o de protección frente al invasor, habría que añadir la aparición de otos elementos iconográficos los cuales se pueden asociar a aspectos relativos de este enfrentamiento, ya sea aludiendo a divinidades del panteón local o aspectos protectores de las mismas, como Apolo-Helios y el saltamontes en sus decadracmas, o incluso al uso de la imagen Ovidio, Metamorfosis, XIII, 729, 899; XIV, 1-74. Virgilio, Eneida I, VII; Ovidio, Metamorfosis, XIII 732, 905; Higinio, Fábulas, CXCIX. 9 Plinio el Viejo, Historia Natural, III, 73. 10 Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, XIII, 81-90. 7 8

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del enemigo en una clara actitud de perdedor frente a la población que la acuña con la representación de la famosa escena del águila devorando a su presa en la que a liebre ha sido sustituida por un caballo, elemento principal de los anversos cartagineses. Por lo tanto, se podría hablar de un programa iconográfico o, al menos, de una clara intencionalidad de representar ciertos elementos iconográficos alusivos a la victoria y defensa de la ciudad en referencia a la situación bélica que se estaba produciendo ante el inminente asedio del ejército cartaginés. En cuanto a Siracusa, la aparición de Escila en el exergo de los tetradracmas durante el periodo 415 a.C. – 406 a.C. puede estar continuando la línea del Ceto como veremos más adelante, demostrando la influencia y control de Siracusa sobre las aguas y tierras del estrecho de Messina 11 o incluso también sobre el propio mar circundante a Sicilia, ya que Siracusa poseía una gran flota en este periodo que controlaba la costa tirrena 12. Aunque también podría hacer referencia a una batalla o victoria naval 13 al igual que el Ceto representaría la victoria en la batalla de Cumas.

3.- Ceto: En cuanto a la figura del Ceto, se trataba de un monstruo marino creado por Poseidón cuya principal aparición es descrita en el mito de Andrómeda, donde la princesa es ofrecida para ser sacrificada y devorada por el animal 14. Este animal fantástico hay que relacionarlo con los peligros del mar al igual que otros seres fantásticos semejantes como pueden ser Escila o Caribdis, ya que los tres tuvieron una amplia representación en el territorio de la Magna Grecia a tenor de las cerámicas halladas en este territorio. La figura del Ceto en la moneda griega de Sicilia podemos encontrarla durante el siglo V a.C. en las acuñaciones de Siracusa, Gela, Catania y Acragante, además de en la moneda de Panormo a partir del siglo IV a.C. y hasta la primera mitad del siglo III a.C. Por lo que respecta a su primera aparición, la cual tiene lugar en la moneda de Siracusa, la imagen del Ceto aparece representada en el exergo del anverso de los tetradracmas Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, XI, 88.4-5. Diodoro de Sicilia, Biblioteca Histórica, XI, 88.4-5. 13 Jenkins, G. K. Ancient Greek Coins. London: Seaby, 1972., p. 96; Hill, G. F. Coins of Ancient Sicily. Westminster: Archibald Constable & Co, 1903, p. 64. 14 Apolodoro, Biblioteca, II, 4, 3; Higinio. Fábulas, 64; Ovidio, Metamorfosis, IV, 66; Pausanias, Descripción de Grecia, IV, 35. 9. 11 12

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acuñados durante el periodo 470 a.C. – 415 a.C., donde se trataría de un animal fantástico que, según expuso Jenkins 15, simbolizaría la victoria de Hierón I de Siracusa frente a los etruscos en el golfo de Cumas en el 474 a.C., realizando una representación paralela con la iconografía del decadracma y tetradracma conmemorativos de la victoria frente a Cartago con el león en el exergo. Aunque Kraay opina que este símbolo no probaría una referencia clara a un hecho histórico concreto 16. En el caso de Jenkins, aunque la hipótesis propuesta para la interpretación del Ceto podría ser considerada como plausible, en el caso del paralelo propuesto del león como elemento conmemorativo de la victoria frente al ejército cartaginés en el 480 a.C., éste no habría que relacionarlo con la hipótesis propuesta por Jenkins sino con la caída de la propia tiranía Dinoménida, cronológicamente más acorde con la acuñación de esta serie de decadracmas y tetradracmas 17. El Ceto también aparece representado en el exergo de los tetradracmas de Gela y Catania durante el siglo V a.C., siendo una copia del modelo siracusano. Según Jenkins 18, el Ceto en la moneda de estas dos ciudades no tendría el mismo significado conmemorativo que el caso de Siracusa y en el caso de relacionarlo con un acontecimiento histórico, éste estaría enfocado a mantener el mismo significado relativo a una victoria naval, en este caso la batalla librada junto con Acragante y Selinunte en el puerto de Siracusa para derrocar a Trasíbulo en el 465 a.C., y aun así parece difícil relacionar tal evento con la presencia del Ceto en la moneda de Gela, ya que el periodo de acuñación es demasiado breve y la ayuda que Gela aportó al conflicto fue en forma de caballería y no de naves de guerra. Además, el hecho de que el Ceto aparezca dentro de una secuencia de varios tipos iconográficos ocupando el exergo como son los dos delfines enfrentados y la espiga de trigo puede llevarnos a pensar que no tiene un significado histórico concreto al igual que ocurre con su presencia en la moneda de Catania, siendo ambos una influencia de la moneda siracusana, tan extendida por la geografía siciliana.

Jenkins, G. K. The Coinage of Gela. Berlin: Walter de Gruyter & Co, 1970, p. 56-58; Jenkins, G. K. Coins of Greek Sicily. London: The trustees of The British Museum, 1966., p. 16.; Jenkins, G. K. Ancient Greek Coins. London: Seaby, 1972, p. 86. 16 Kraay, C. Greek Coins. New York: Harry N. Abrams, INC, 1966, p. 288. 17 Rutter, N. K. Greek Coinages of southern Italy and Sicily. London: Spink, 1997, p. 132. 18 Jenkins, G. K. The Coinage of Gela. Berlin: Walter de Gruyter & Co, 1970, p. 56-58. 15

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Debido a que el Ceto aparece en la moneda de estas tres únicas ciudades formando parte del exergo y durante un único periodo de tiempo hace pensar en un denominador común. Además, el hecho de que las tres poblaciones sean ciudades costeras podría ser un matiz más a añadir, pero si tenemos en cuenta que tanto Gela como Catania estuvieron bajo la influencia de Siracusa, ésto podría dirigirnos en la línea de interpretación como una mera copia del tipo iconográfico siracusano, al igual que ocurre en Gela con la rueda del reverso de los óbolos, y la cuádriga coronada por la Niké en los tetradracmas de ambas ciudades. Mientras tanto, la figura del Ceto podría ser interpretada en la moneda de Acragante como la representación de un monstruo de carácter mitológico que formaría parte del mensaje iconográfico desarrollado en su numismática local frente al ataque cartaginés del 406 a.C., siguiendo la línea del águila devorando a su presa, la figura de escila y ahora, un monstruo marino, todos ellos como invocación de fenómenos mitológicos marinos para obtener la ayuda de los mismos y aludir a su victoria frente a la invasión del ejército cartaginés, cuyo contingente llegaría por mar. Por último, tenemos la representación del Ceto en las acuñaciones de la población púnica de Panormo, las cuales se tratarían de una copia de los tetradracmas siracusanos al igual que ocurre en el caso de Gela y Catania, ya que no sólo se copia la figura y posición del Ceto en el exergo sino también el resto de elementos iconográficos que conforman tanto el anverso como el reverso, por lo que estaríamos ante una copia de los tetradracmas siracusanos por parte de la ciudad de Panormo, siguiendo la línea de representación del hipocampo en los exergos panormitanos previos a la aparición del Ceto.

4.- Conclusión: En conclusión, el uso de la figura de monstruos marinos como Escila y Ceto en la iconografía de la moneda griega de Sicilia fue muy concreto, estando delimitado por momentos puntuales principalmente durante el siglo V a.C. en los que las poblaciones que las acuñaron pudieron reclamaban la protección de estos seres fantásticos para su seguridad frente a un enemigo invasor o como reflejo de su dominio y control de los

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mares, siendo atribuible en el primero de los casos en consecuencia un uso y carácter apotropaicos. En el caso de Escila, su figura aparece únicamente en la moneda de Agrigento y Siracusa, mientras que en el caso del Ceto, su representación aparece en las acuñaciones de poblaciones como Siracusa, Gela, Catania, Agrigento y Panormo. En ambos casos, su uso está relacionado con actividades de carácter bélico, ya sea el ataque cartaginés a Acragante en el 406 a.C. o las campañas llevadas a cabo por la flota siracusana en la península italiana durante el gobierno de Dionisio I, por lo que el estudio de este tipo de representaciones en la numismática nos puede ayudar a comprender cómo se desarrolló su uso en la iconografía de las poblaciones griegas de Sicilia y su posible extensión a la península italiana. En el caso del Ceto, este animal fantástico hay que relacionarlo con los peligros del mar al igual que otros seres fantásticos semejantes como pueden ser Escila o Caribdis, ya que los tres tuvieron una amplia representación en el territorio de la Magna Grecia a tenor de las cerámicas halladas en este territorio.

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