¿Es el colapso un factor inevitable de la naturaleza de las sociedades complejas?

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¿ES EL COLAPSO UN FACTOR INEVITABLE DE LA NATURALEZA DE LAS SOCIEDADES COMPLEJAS? (PAC 3) Factores geográficos y económicos en la interpretación histórica, profesora Marina Picazo 15/6/2015

Cristina Marcos Sánchez Resumen: reflexión a partir de la pregunta planteada que implica el estudio de los elementos clave del colapso de las civilizaciones antiguas. Breve análisis teórico del término en sí y las causas y consecuencias que genera con el propósito de responder a si éste es un factor inevitable o no. Palabras clave: colapso, civilizaciones antiguas, terminología, medioambiente.

Abstract: consideration about a suggested question that implies the study of the key elements of the ancient civilizations collapse. Brief theorical analysis of the term itself and the causes and consequences that generates with the purpose to respond to if this is an unavoidable factor or not. Keywords: collapse, ancient civilizations, terminology, environment.

Introducción Según la Real Academia Española, el concepto de "colapso" ( del lat. collapsus, part. pas. de collābi, caer, arruinarse) debe definirse como la "destrucción, ruina de una institución, sistema,

estructura, etc.". En principio, es evidente que la propia explicación dista de ser concisa, ya que la expresión de "etcétera" sustituye el resto de una enumeración que convendría conocer. Además de estas problemáticas de morfología y sintaxis, la definición se complementa por concepciones negativas que se tienden a atribuir al término en cuestión 1. En palabras de Demarest, "recent discussions of the collapse of civilizations have demonstrated that terminological ambiguity creates much of the controversy regarding comparative issues, including differences in the interpretation of specific cultural historial episodes. The meanings of terms such as 'collapse' and 'decline' are far from obvious. Furthermore, ambiguity about what precisely is 'collapsing' (e.g. 'civilizations', 'state', 'kingdoms', 'tradition', 'society') generates more disagreement than do problems of historical or archaeological interpretation2 (2001: p. 105). En la misma línea, Middleton atribuye dos de las principales causas al malentendido o confusión que suscita el concepto: en primer lugar, qué es lo que supone el colapso, y en segundo lugar, qué es lo que exactamente se entiende por la palabra "colapso" (2013: p. 2). Ciertamente, el debate académico que se propone sintetizar 3 en la presente redacción ha vuelto a alcanzar cierta popularidad por varias razones: por una parte, a causa de las preocupaciones contemporáneas por el cambio climático y, por otra, debido a la conciencia actual del impacto humano en el medio ambiente o la degradación de los ecosistemas. En resumen, a continuación se 1 2 3

Los sinónimos que se atribuyen a "colapso" también presentan las mismas características nocivas: declinación, caída, crisis y ansiedad, transición y transformación, a menudo consideradas como concepciones catastrofistas en lo que concierne a la pérdida de población o cambio cultural (Middleton, 2012: p. 260). Middleton también incide en remarcar la ambigüedad del término a través de Demarest: "it is often the ambiguity over what is meant by the term, as well as what kind of entity it is applied to, that creates many of the problems and disagreements in collapse studies" (2012: p. 260). El objetivo de esta reflexión es plasmar en un espacio limitado las consideraciones de diversos autores –por ejemplo, Diamond, McAnany y Yoffee o Tainter a través de Antequera– que han dedicado parte de su estudio a buscar el significado y origen de las diversas formas de la pérdida rápida de un nivel establecido con complejidad social, política y económica en el mundo antiguo.

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presentarán algunas de las concepciones teóricas respecto a esta forma de cambio para intentar dar respuesta a la pregunta inicial: ¿es el colapso un factor inevitable de la naturaleza de las sociedades complejas? ¿Qué significa 'colapso'? Breve presentación de las diversas interpretaciones Tainter señala que el colapso es un proceso político 4 de simplificación que puede ocurrirle a cualquier sociedad compleja, y considera que este proceso debe ser rápido "and must entail a substantial loss of sociopolitical structure" (1988: p. 4). Tal como explica Antequera, entre las diversas causas que propone en su estudio como motivadoras del colapso de las sociedades a través de la historia, cabe incidir en una de las apreciaciones que el americano apunta: el flujo energético debe ser suficiente para mantener la complejidad de una sociedad, lo que significa que a mayor complejidad social mayor debe ser el flujo energético que la sustente (2005: sin numerar). Sostiene también que hay dos factores que se combinan para que se culmine el colapso en una sociedad: los factores de estrés o las perturbaciones, y los rendimientos marginales que decrecen la solución de incrementar la complejidad (Antequera, 2005: sin numerar). Sin embargo, otros autores como Diamond5, influenciados por la biología y la ecología, señalan que el colapso es sobre todo un cambio demográfico que implica la pérdida drástica de la población en un área en particular. En cuanto a las sociedades del pasado, aunque existen diferencias entre la situación a la que se enfrentaron y la desarrollada en la actualidad, "tuvieron tendencia a triunfar o a fracasar en función de circunstancias similares a las que nos hacen triunfar o fracasar a nosotros en la actualidad" (2006: p. 17); en otras palabras, según el especialista, las sociedades pasadas tuvieron la opción de prosperar o declinar, y si colapsaron, fue porque dañaron su entorno (McAnany; Yoffee, 2010: p. 4), aunque autores como Pomeranz argumentan que "decision makers, however powerful were not so powerful as to engineer their own environmental ruin" (McAnany; Yoffee, 2010: p. 9). Conviente también resaltar el capítulo 17. The Shadow of the Past de la obra de Ponting, A New Green History of the World, quien opina que "the enviromental problems now facing the world are deeply rooted in human history" (1991: p. 413). Como Diamond, en lugar de centrarse en los acontecimientos políticos, se ocupa de las fuerzas fundamentales que han cambiado el mundo y en las consecuencias que han ejercido las acciones antrópicas. 4

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Según el antropólogo e historiador americano, para que el colapso se manifieste son necesarias diversas características y situaciones: cuando hay un menor grado de estratificación y diferenciación social; se da en territorios, grupos o individuos que se benefician de una especialización ocupacional y menos económica; el control centralizado y las inversiones para la complejidad tienden a ser menores; el flujo de información es mucho menor en diferentes ámbitos: entre individuos, entre grupos políticos y económicos y también entre el centro y su periferia; la distribución de los recursos y su comercio tampoco gozan de un flujo adecuado; en general, la coordinación y orgaización de los individuos y grupos es menor; y por último, el territorio de pequeñas dimensiones acaba integrándose a una unidad política (1988: p. 4). En palabras del biogeógrafo estadounidense, son cinco conjuntos de factores implicados quienes determinan si las sociedades deben desaparecer o sobrevivir: 1) el deterioro ambiental, 2) el cambio climático, 3) los vecinos hostiles, 4) los socios comerciales amistosos y 5) la respuestas de las sociedades a sus problemas medioambientales (Goldstein, 2007: sin numerar).

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No obstante, los últimos estudios respecto a la temática que se analiza cuestionan las conclusiones de los autores que siguen la línea de Diamond, por lo que no sería arriesgado afirmar que el debate académico que se presenta en este texto se constituye por dos corrientes teóricas: una resalta las debilidades antrópicas frente al colapso, y la segunda enfatiza las acciones humanas como respuesta a las vulnerabilidades de todo tipo. Es conveniente, por tanto, reconsiderar el significado del concepto de "colapso", y si éste significa el fin o la desaparición de los sistemas políticos y el marco civilizacional que los acompaña, es factible para el sociólogo Eisenstadt e incluso, para Tainter, afirmar que no hubieron colapsos en la Antigüedad. McAnany y Yoffee están de acuerdo con esta apreciación, aunque admiten que existieron diversas crisis, que las formas políticas cambiaron y que los paisajes fueron alterados, "but rarely did societies collapse in an absolute and apocalyptic sense" (2010: p. 6). Según van der Leeuw, tal como sugiere el título de su artículo Land Degradation as a Socionatural Process, la alteración del paisaje debe ser asumida como parte del proceso socionatural, iniciado a finales del Pleistoceno (McAnany; Yoffee, 2010: p. 6). McAnany y Yoffee insisten en considerar las conductas tradicionales asociadas al colapso – migraciones, cambios en las estrategias de subsistencia y uso de los recursos, abandono del monumentalismo y de los regímenes administrativos complejos– como estrategias adaptativas y de resistencia "in response to extreme problems" (2010: p. 10). Para Tainter, el colapso del sistema supondría la adopción de una configuración más simple y el potencial energético sería menor. Evidentemente, la resistencia del colectivo social a las aludidas crisis, que pudieron devenir del cambio climático y la toma (errónea) de las decisiones políticas, implica además comprender las vulnerabilidades medioambientales. Por esta razón, afirman estar de acuerdo con Diamond sólo en este punto, "but not because we suspect that rulers of the past –alleged to have been shortsighted– ruined their environments and failed. Rather, it is because we know that past societies (and their leaders as well as the opponents of leaders) experienced a variety of crises and responded to circumstances as best they could6" (2010: p. 12). En resumidas cuentas, para Yoffee y Cowgill, el término "colapso" no se refiere al fin de las grandes tradiciones (civilizaciones) que deben ser analíticamente disociadas del fracaso de los antiguos estados; de hecho, ningún estado o civilización 6

Como se ha sugerido en líneas anteriores, algunos especialistas, no partidarios del determinismo geográfico con el que se explica el éxito o el fracaso de ciertas sociedades (Middleton considera deterministas las explicaciones de Tsonis asociadas al declive minoico como consecuencia del cambio climático), resaltan y dan por hecho que las comunidades antiguas se enfrentaron a todo tipo de circunstancias y trataron de dar solución a diversos problemas que debilitaban su complejidad. Diamond señala que los problemas medioambientales que son hoy día difíciles de abordar fueron sin duda aún más difíciles de abordar en el pasado, especialmente para aquellos pueblos que no disponían de escritura y no podían leer estudios detallados sobre la desaparición de sociedades, el deterioro ecológico constituyó una consecuencia trágica, imprevista e impremeditada de su tesón, en lugar de una ceguera moralmente culpale o un egoísmo consciente (2006: p. 17). Como se ha comentado, aun así, el norteamericano justifica el colapso de una sociedad compleja como consecuencia de la alteración medioambiental, generada de acuerdo a las decisiones de la cúspide jerárquica del sistema, y desarrollada por el resto de individuos. McAnany y Yoffee opinan que "in societies that fail, leaders are selfish and advance schemes that endanger the ecological well-being of their community, polity, or island (2010: p. 8). Convendría cuestionar en este debate si algunas de las élites de sociedades complejas colapsadas del pasado actuaron también con un egoísmo consciente.

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colapsa de la misma forma (1991: p. 18). Por esta razón, Middleton considera más oportuna la utilización de términos como 'transición', 'cambio' o 'transformación' debido a su neutralidad (2012: p. 264). Es apropiado dar por finalizado este apartado exponiendo la definición que el autor ha elaborado tras su riguroso estudio y recopilación de las numerosas teorías que tratan de definir este estadio de una sociedad compleja: "collapse is a term ascribed to a range of processes and events that at their core have rapid or dramatic political and social change. That change has correlates in material culture, whether at the level of the political fragmentation of large empires or the demise of individual polities within a culture zone. It can result in and be a part of the transformation of a culture or signify the end of materially distinct communities" (2012: pp. 267-268). Pero, ¿qué enfoques medioambientales explican el colapso? Es importante conocer cuáles son los enfoques medioambientales que intentan dar sentido a los colapsos sucedidos en la Antigüedad. Middleton argumenta que aunque los arqueólogos se muestren interesados en destacar el rol de la agencia humana, las explicaciones tradicionales siguen siendo debatidas. En este último grupo se encuentran los asuntos relacionados con el medio ambiente, por lo que "debate also continues over the potential role in collapse of abrupt or longterm climate change, anthropogenic environmental damage, and catastrophic events" (2012: p. 268). Tal como explican Renfrew y Bahn, son muchas las teorías que intentan explicar los colapsos; una de las más comunes se centra en la escasez de recursos producida por cambios medioambientales o, como se ha sugerido con anterioridad, por una mala gestión, como sucedía con la irrigación intensiva en la antigua Mesopotamia y, en consecuencia, la creciente salinización de los suelos que perjudicaba directamente a la agricultura (2008: p. 178). Otros proponen a las catástrofes como causa de los colapsos; ejemplo de ello sería la erupción volcánica en Thera 7 que conllevaba el cese de la civilización minoica en Creta (ca. 1380 a.C.), tal como se discute en los estudios de Tsonis et al., Climate change and the demise of Minoan civilization, o en The Minoan Santorini eruption and tsunami deposits in Palaikastro (Crete) de Bruins, van der Plicht y MacGillivray. Otras explicaciones populares, presentadas por Antequera a través de la obra de Tainter, serían la aparición de intrusos, los conflictos o los factores místicos, entre otros (2005: sin numerar). No obstante, se destacarán las tres primeras categorías de explicación medioambiental que Middleton también cree oportunas de profundizar. La primera de todas es el cambio climático, que en recientes publicaciones parece 7

El colapso a finales del periodo Neopalacial, independientemente de los asuntos relacionados con la cronología de la erupción del volcán, se identifica con el fin del sistema palacial cretense y su cultura, basada en la utilización del Lineal A. Éste fue acompañado por una destrucción selectiva a causa de incendios, abandonos, desurbanización y, posiblemente, despoblación (Middleton, 2012: p. 281). Sin embargo, en un estudio más reciente del mismo autor, éste expresa: "climate change does not explain why the palaces were destroyed and not rebuilt when there were people around to do so" (2013: p. 5).

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consolidarse como estimulante del cambio social y colapso de numerosas sociedades pasadas. Weiss, por ejemplo, asocia el colapso de Tell Leilan (Siria) al cambio climático de ca. 2200 a.C.; Butzer, por otra parte, afirma que el colapso del Imperio del Antiguo Egipto 8 a partir de 2181 a.C. estuvo provocado por el bajo nivel alcanzado por las inundaciones del Nilo (Renfrew; Bahn, 2008: p. 178). Tal como expresa Middleton, las evidencias actuales no admiten relaciones simples de causa y efecto entre los rápidos cambios climáticos y culturales (2012: p. 270). Riechmann concreta que "la gran cuestión de fondo es si las perturbaciones socioecológicas inducidas por un cambio climático rápido y extremo pueden conducir, o no, a un colapso civilizatorio; y a esta cuestión no podrá contestar ningún modelo climático, o econométrico o mixto (2007: p. 75) La segunda categoría hace referencia al ecocidio y a la mala adaptación. Según Broswimmer, en términos actuales, el ecocidio es "el conjunto de acciones realizadas con la finalidad de perturbar o destruir, total o parcialmente, un ecosistema humano y comprende, entre otros ejemplos, el uso de de armas de destrucción masiva; el intento de provocar desastres naturales; la utilización militar de defoliantes; el uso de bombas para alterar la calidad de los suelos o aumentar el riesgo de enfermedades, o la expulsión a gran escala, por la fuerza y de forma permanente, de seres humanos o animales de su lugar natural" (López,-sin fecha- : p. 17). Efectivamente, esta definición dista de asimilarse a la concepción que Middleton quiere plasmar, pero la esencia de su significado –la degradación del entorno por parte de los humanos– es la que debe reflexionarse. De hecho, algunos hallazgos arqueológicos han demostrado que las sociedades humanas "can undermine their own environment" (Middleton, 2012: p. 270). Ejemplo de ello son los procesos de deforestación, erosión de la tierra, incremento de salinización por irrigación e intensificación agrícola observados, como se ha anticipado, en Mesopotamia, y también en la Edad del Bronce tardío en Grecia. La mala adaptación al medio desemboca en colapso, el cual, en parte, es concebido de forma positiva ya que "enables a periodic environmental and cultural resetting to take place, and then new societies can develope (2012: p. 271). Por último, la categoría del catastrofismo, "in a stricter sense, the notion that natural hazards can cause the abrupt end of human societies, also has returned to the foreground in explanations of collapse and social change" (Middleton, 2012: p. 271). Antequera señala que los estudios de Tainter hacen referencia a simples eventos naturales como los terremotos, volcanes, huracanes y epidemias (2005: sin numerar), aunque a esta clasificación se le podría añadir también el impacto del tsunami, derivado por ejemplo por una erupción volcánica, como la de Thera, y que se constituye, tal como 8

Según Castañeda y Castañeda-Reyes, el periodo de humedad en Egipto duró hasta el 2500, cuando se inicia una etapa de desertificación; el abrupto cambio climático ocurrió alrededor del 2350-2200 a.C., "y provocó el colapso del imperio de Akkad, y muy probablemente influyó también en acontecimientos similares en Egipto, Anatolia, el valle del Indo y la región del Egeo; de hecho, se ha propuesto que el impacto de esta situación llegó hasta China y Afganistán, donde afectó a la cultura Hongshan y a la civilización Hilmand, respectivamente" (2003: p. 103).

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se ha comentado, como temática central de la investigación de Bruins, van der Plicht y MacGillivray. No obstante, existe una tendencia muy consolidada de prejuicio respecto a estas explicaciones catastrofistas como causa del colapso social de una sociedad compleja. Sin embargo, la historia pasada y reciente proporciona numerosos casos de áreas y ciudades arrasadas por fenómenos naturales que, sin ninguna duda provocaron grandes impactos pero que no han provocado el fin de todo un sistema cultural. Mientras que el caso de Creta se manifiesta como ejemplo de esta propuesta, la destrucción de Pompeya y Herculano contrarresta dicha causa, ya que no supuso el fin de la cultura romana."Another point is that archaeologists in more developed nations tend to be well buffered against the worst effects of catastrophes (as indeed they are buffered from climate change and resource degradation) and simply do not experience these events in the same way as those who live in poorer or less stable societies" (Middleton, 2012: p. 272). En general, el impacto destructor de una catástrofe varía a causa de diversos factores implicados, pero tal como indica Middleton en referencia a las concepciones innovadoras de McAnany y Yoffee, las reacciones y consecuencias a fenómenos catastróficos fueron similares en distintas áreas: "both the end of societies and successful adaptations" (2012: p. 273). Presentado ya el significado del colapso y a sabiendas de las causas medioambientales a las que se aluden como antecedentes y causas del cambio, sería interesante centrarse en la cuestión planteada en el primer apartado. A continuación, se le dedicarán unas líneas a su respuesta. Entonces, ¿es el colapso un factor inevitable de las sociedades complejas? Primero de todo, es importante comprender que han existido numerosas sociedades complejas a lo largo de la Historia que han acabado disolviéndose sin la necesidad de que un factor medioambiental o ajeno lo provocasen. El ejemplo más cercano en el tiempo es el de la Primavera Árabe, la cual refleja que el pueblo, la clase más débil dentro de un sistema jerárquico, también pueden impulsar un cambio histórico en sus propias comunidades. De todas formas, es interesante añadir que el concepto de resistencia y adaptabilidad presentado por McAnany y Yoffee, evidencia el intento de muchas sociedades pasadas de evitar el colapso. Asimismo, la resistencia no se constituye como solución, sino como reacción humana ante una acción. Se cree necesario, tal como percibe Middleton, presentar el criterio de Kaufman, "chance obviously played a large part in the success or failure of states. A combination of favorable circumstances could catapult one system to the summit and keep it there for a long time; a sudden misfortune might drag a system from its day in the sun after a short interval. That is not to say that the people in positions of responsability in the overarching polities had no influence on their own fate; their actions could certainly exacerbate difficulties or take advantage of opportunities" (1988: p. 234). De nuevo, las decisiones y acciones

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de los miembros de la cúspide del sistema jerárquico de una sociedad compleja son claramente determinantes frente a la sucesión de los hechos. Luis González, autor de En la espiral de la energía9, una obra que retrata la actualidad, asume de manera acertada algunas de las concepciones que Tainter ya había expuesto años atrás. Primero, la más relevante en cuanto al estudio de Tainter, la energía determina el marco del devenir histórico, junto al resto de las condiciones ambientales, pero son las sociedades quienes toman las decisiones. Segundo, la humanidad ha transitado hasta ahora por dos grandes marcos civilizatorios: uno caracterizado por sociedades igualitarias, pacíficas y no jerárquicas y con una relación más armónica con el medio ambiente, y otro posterior, caracterizado por una mayor complejidad y un creciente incremento de la dominación, la guerra, la jerarquía y la depredación ambiental y que ha evolucionado hasta nuestro marco capitalista actual. De esta reflexión puede entenderse que quienes siguen en la competición de un complejo conflictual son aquellas sociedades (concretamente elites) que son capaces de desbancar a otras sociedades secundarias, más débiles y que acaparan otro tipo de acciones, quizás menos destructivas. Según González, el colapso de la civilización industrial, por ejemplo, es inevitable y el nuevo marco civilizatorio posterior está abierto, pero se basaría en un metabolismo agrario, local, de energías renovables y que considerará los límites ambientales. Por tanto, el propio incremento de la complejidad sociocultural que marcó tanto el auge de culturas pasadas, también propició el declive de éstas. Para que una cultura pueda crecer de forma sostenible, es necesario que sus estructuras socioculturales y de poder sean responsables, esto es, sostenibles, ya que sin la una no puede darse la otra (Ibáñez, 2014: sin numerar). Tainter 10 opina que la sostenibilidad surge de la capacidad de las sociedades para resolver problemas y "en nuestro caso, la habilidad de hacer frente a problemas como los costes de la jubilación, de la atención sanitaria, de adaptarse al cambio climático o de la energía determinará nuestra sostenibilidad en el futuro; es en este sentido como las sociedades del pasado han conseguido permanecer o no, si tuvieron éxito al afrontar los problemas desde el punto de vista económico, entonces fueron sostenibles. De lo contrario, colapsaron" (Tainer, 2011: sin numerar). En definitiva, entendiendo por "colapso" la definición elaborada por Middleton 11 a partir de las diversas concepciones de historiadores, arqueólogos, antropólogos y autores de otras ramas, 9

Las reflexiones aquí expuestas son extraídas de una entrevista realizada al propio autor de la obra. Para su consulta: En la espiral de la energía: entrevista con Luis González (Ecologistas en Acción) (1/3) – 16/4/2015 (en línea). Colectivo Utopia Contagiosa. [Fecha de consulta: 10/6/2015]: . 10 Entrevista con Joseph Tainter, autor deEl colapso de sociedades complejas – 11/3/2001 (en línea). Sociología crítica. Artículos y textos para debate y análisis de la realidad social. [Fecha de consulta: 10/6/2015]: , 11 Presentada en las últimas líneas del apartado ¿Qué significa 'colapso'? Breve presentación de las diversas interpretaciones del presente trabajo.

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como la propia biología y ecología, y sin concebirlo como el fin o declive dramático de una sociedad compleja, se trata de una forma de cambio condicionada por procesos, a veces medioambientales, a los que las comunidades deben enfrentarse y, en consecuencia, se ven influenciadas por sus efectos. La sostenibilidad de una sociedad compleja no sólo es responsabilidad de la comunidad humana, pues los factores externos (naturales) inciden en su éxito o fracaso. Evidentemente, las acciones tomadas respecto a los problemas que pueden desequilibrar un sistema influyen directamente en el futuro. Conclusiones Evidentemente, el término de "colapso" debe ser revisado y redefinido, aunque es imprescindible replantear nuevas posiciones no deterministas en lo que a la geografía respecta. Los efectos medioambientales a los que hemos aludido son los mismos que nos impactan hoy. Es significativo que en la actualidad asumamos con total normalidad que los humanos tendemos a hacer nuestro el medio ambiente, lo adaptamos en base a las necesidades que surgen en relación al incremento de la complejidad de la sociedad. Sin embargo, no estaría de más concienciarnos de que todos los efectos naturales que sufrimos son consecuencia de la acumulación prolongada de nuestras acciones. Las comunidades humanas sólo se han adaptado al medio cuando no existen más opciones, por lo que las estrategias de resistencia son fruto de esta falta de elección. Si en la actualidad diésemos importancia a los procesos del pasado y procurasemos no repetir los mismos errores –básicamente porque ahora somos más conscientes de la vulnerabilidad de nuestro medio ambiente que nunca antes–, quizás no deberíamos enfrentarnos a los diversos peligros que dinamitan el planeta. Los ecologistas llevan años haciendo un llamamiento a la responsabilidad global para reparar los daños provocados. El modelo de predicción matemática HANDY 12 encargado por la NASA al Goddard Space Flight Center predice cinco factores que influyen en el colapso de las civilizaciones: clima, población, agua, agricultura y energia; cuando estas variables se combinan para formar "la tormenta perfecta", se produce el fin de la civilización, el colapso en su sentido más apocalíptico. El estudio trata de advertir que la combinación de factores siempre es la misma: la sobreexplotación de los recursos debido al colapso económico, y la cada vez mayor diferencia entre la élite y la población. Seamos entonces responsables de nuestras acciones, respetemos el medio ambiente y demos importancia a las conductas de sociedades humanas pasadas para no volver a tropezar con la misma piedra.

12 Noticia extraída de: Estudio de la NASA augura Fin de la Civilización en décadas – 16/3/2014 (en línea). ComputerHoy.com. [Fecha de consulta: 13/6/2015]: .

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