Entrevista con Raúl Kobeh, una vida en la academia, 1ª parte

August 16, 2017 | Autor: Ronan Bolaños | Categoría: Architecture, Arquitectura, Architecture Teaching Pedagogies, Enseñanza de la Arquitectura
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Entrevista://

Una vida en la academia: Raúl Kobeh 1º parte por:// Ronan Bolaños

Marta Elena Campos Newman, Raúl Kobeh Hedere y Jorge Quijano Valdéz FORMACIÓN Y ACADEMIA Ronan Bolaños: Lo primero que queremos preguntarle es sobre sus recuerdos como estudiante, cuales son las diferencias que tenemos al respecto del día de hoy. Rául Kobeh: En primer lugar las dimensiones del problema han variado muchísimo, cuando yo estudié en San Carlos, éramos como 350 muchachos en toda

la escuela, ahora deben ser miles de estudiantes. A mí me parece que en la época en la que yo estudié tuve la suerte de tener a muchos de los mejores maestros de arquitectura que había entonces, cosa que no es ahora lo mismo, ya no está el maestro –Francisco - Centeno, el maestro Mariscal, no está Augusto Álvarez, no está González Reyna, no está Marcos – Noriega -, tantísimos profesores que nos formaron y muchísimo.

El plan de estudios era elemental, yo creo que era un buen plan de estudios. En primer lugar no había semestres sino que eran años completos, los semestres entraron cuando fue rector el ing. Barros Sierra, y a mí me tocó – porque era yo secretario de la escuela entonces – convertir los años a semestres para que no hubiera problemas. Pero el hecho de que fuera un año significaba que hacíamos en composición – que entonces se llamaba composición de proyectos— cuatro ejercicios al año, lo cual si lo multiplicas por cinco llegan a ser 20 ejercicios de composición – a lo largo de la licenciatura -. Yo no he estado de acuerdo desde que se instituyó el Taller de Arquitectura, ¿por qué?, porque yo siento que el aspecto constructivo que nos enseñaban a nosotros en la escuela ahora se ha vuelto una asesoría constructiva, en la cual entra el asesor cuando ya casi casi está el proyecto, entonces a veces hacer un solo ejercicio en un semestre, y que lo pasen los muchachos, aunque el resultado sea mucho más completo que lo que me tocó a mí hacer en la escuela, siento que aún le hace falta. En mis tiempos por ejemplo había la composición que era mañana y tarde, no era nada más la mañana, y te puedo decir que era mañana y noche, porque los maestros llegaban a la hora que podían, el maestro Sordo Madaleno llegaba a las 10 - de la noche -, si

querías escucharlo tenías que esperarte ahí a que llegara, se suponía que la clase era de 4 en adelante, ningún maestro llegaba a las 4, todos tenían su despacho profesional, entonces nos teníamos que esperar en los corredores de la escuela a que llegara algún maestro con el que pudieras corregir, y ahí te inscribías, no a talleres, sino te inscribías con el profesor, por ejemplo yo estudié el primer año con Don Alonso Mariscal, el segundo año lo estudié con Guillermo Rosell, que estaba de moda entre los muchachos de años superiores. El tercero, cuarto y el quinto año lo estudié con González Reyna. Fui su ayudante en el 53, o sea un año antes de venirnos a Ciudad Universitaria, cuando nos venimos a Ciudad Universitaria estaba de director el arquitecto Alonso Mariscal y me tocó a mí ayudarlo a repartir la gente de los nuevos talleres para que toda la escuela se pudiera venir de un sólo golpe, poco después de eso murió el arquitecto Mariscal en un accidente automovilístico y entró el arquitecto Ramón Marcos Noriega, magnífico arquitecto, después entró González Reyna y después vinieron todos los demás. El plan de estudios que yo llevé contemplaba algo que a mí me parecía muy interesante, aparte del taller de composición que se daba, había un taller de construcción, con un maestro totalmente diferente con el que aprendíamos lo que ahorita tenemos que enseñarles a los muchachos en seminario de titulación, que llegan de construcción muy mal preparados.

RB: ¿Pero antes se aprendía en qué nivel?

de México. A mí esto me parece un pecado y México no es una isla. México ya está desde hace mucho globalizado, en muchas cosas. Y si un muchacho no conoce la historia del mundo…

RK: El taller de construcción empezaba desde primer año, segundo año, y creo que hasta el tercer año, pero había clases que prácticamente eran de construcción también, pero teóricas, ya no eran taller, que eran impartidas por magníficos maestros como Don Enrique Landa, nos la daba en quinto año de construcción y era un clase extraordinaria, era donde aprendíamos, y él nos llevaba a las obras. Fuimos a Tlatelolco, a la Torre Latinoamericana y a otros acompañados por él, era un magnífico maestro. Teníamos también taller de historia en el segundo año y teníamos del primer año un magnífico maestro de historia que fue don Ricardo Robina, y acompañando la clase de historia había también un taller de historia con el maestro Álvarez Espinosa, ahí es donde hacíamos los croquis de Egipto y esto y el otro, cosa que me molesta mucho porque en el actual plan de estudios lo que es la Historia Universal se ha minimizado, al punto de solo ser nombrada y nada más están viendo la historia

Cuando yo era secretario de la escuela, llevé a un grupo de muchachos a Europa, había muchachos que no tenían ni la más remota idea de lo que era el Renacimiento , lo que era Egipto, ni lo que era el Gótico, ahora es peor, porque ahora no saben absolutamente nada de eso y los maestros de historia que yo tuve fueron magníficos: Don Juan de la Encina, español que vino exiliado, nos enseñó el Renacimiento en tercer año, pero nos empapó de Renacimiento, el maestro Robina amaba el arte egipcio, nos empapó también de arte egipcio, el maestro César Novoa, que también daba historia, con él estudiamos el Islam, o sea que en el aspecto cultural – estábamos bien – , digamos, a mí me parece que si un arquitecto no lo tiene –bien trabajado - no va a llegar a ser un buen arquitecto. 12

Debe de tener un conocimiento más universal de las cosas. A mí me interesa más que sepa la historia que ahora yo lo llamo historia comparada de la arquitectura, porque jamás nos enseñaron la arquitectura que había en la India, la arquitectura de Japón, la arquitectura de Camboya, jamás, ni siquiera sabíamos que existía. Lo interesante de la historia según mi punto de vista, es que los profesores de historia hicieran una historia comparada de la arquitectura, que mencionen que se hacía cuando en Egipto estaba haciendo pirámides, qué se hacía en Mesopotamia, qué se hacía en la India, y sobre todo con la arquitectura moderna, qué se hace en Francia, qué hace Foster, qué hacen los japoneses y qué hacemos en México. Entonces eso necesitan los profesores de historia, que renueven sus fuentes porque muchos repiten lo mismo que ya les han enseñado o se la saben de memoria, pero lo importante en este momento y más con tal cantidad de alumnos, es darles un panorama general de la arquitectura, eso me inquieta, me preocupa. Lo mismo siento que desde hace muchos años a la fecha, podría

el aspecto de construcción también pero no como lo hacemos, sino siguiendo un currículum horizontal, esto no quitaría que hubiera asesoría de construcción, pero me preocupa mucho, hay muchachos que no saben hacer una zapata, muchachos que no saben qué es una losa reticulada, lo que es un capitel y yo no sé si se los enseñaron y se les olvidó, o no se los enseñaron nunca.

decirte que desde que se creó el taller integral – el taller de arquitectura que sustituyó al taller integral – ahí empezó el desorden porque se perdió la cátedra de construcción, y el único maestro de construcción digno de llamarse así fue el arquitecto Carrasco, para mí el último, Carrasco padre. Era un maestrazo en todos los sentidos, él sí sabía de todo, pero en construcción era un magnífico maestro y enseñó a muchísima gente, entonces yo creo que debes retomar la escuela en

con tal de engañarnos. Y la estructura en sí, no es tan importante hacer análisis matemáticos de las estructuras, lo importante es que el arquitecto haga el diseño y el análisis de la estructura, o sea cómo se va a comportar su edificio, si es de concreto cómo se va a comportar, donde está su eje neutro, cómo se va a mover el edificio, qué él lo proponga y que el calculista lo resuelva, nuestros muchachos no tienen por qué saber que una trabe lleva 3 varillas arriba y 6 abajo,

Recuerdo por ejemplo al arquitecto Alfonso Cacho, que en paz descanse, a él lo quise mucho y lo censuraba yo mucho porque le dije: Alfonso, tú sólo enseñas sismos, das en tal semestre, en tal semestre, en tal semestre, pero en todos les das sismos; yo quiero que les enseñes construcción a los muchachos, desde el terreno, cómo probar el terreno, su resistencia, hasta terminar el edificio, pero no existe eso en el plan de estudios. Lo mismo la clase que tuvimos que era muy importante para nosotros que era el análisis de programas, ahora el programa arquitectónico los muchachos se lo sacan de la manga

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no es malo que lo sepan, el problema es que no saben hacer un análisis estructural, un análisis de edificios, igual es con la arquitectura.

que me da tristeza ver alumnos que llegan conmigo al seminario después de haber cruzado 8 semestres, que ese es un gran error, la carrera necesita los 10 semestres y después el seminario de titulación, digo si medicina casi se hace en 12 semestres, pues diríamos entonces, ¡¿por qué a la arquitectura le quitaron un año?! Y en seminario de titulación tienes que reponer ese año. Claro que es más fácil que salgan egresados, pero tampoco es cierto que no salen, terminan el décimo semestre aunque desde el octavo ya se sienten arquitectos.

A mí me tocó la suerte de tomar clase con don Vladimir Kaspé, un señorazo que nos daba análisis de edificios y que era muy importante. Él agarraba un edificio y lo desmenuzaba y luego otro y otro y otro más, y ahí aprendíamos mucho, entonces yo creo que los planes de estudio no han ido mejorando, si se van a mejorar, necesitan enfocarlo a todas las actividades paralelas que puede hacer el arquitecto, ya que tiene, como 20 salidas laterales, así la carrera les daría de comer a los muchachos.

RB: A veces desde antes pero bueno… RK: Pero lo notable es que en octavo ya, terminaron la carrera, entran al noveno y al otro y como que ya se les olvidó todo, es vergonzoso que les pidas un croquis de funcionamiento y que no te lo puedan hacer, que les pidas un programa arquitectónico y que no te lo sepan hacer, les pides conceptos hidráulicos y no lo saben hacer.

RB: ¿Podría enumerar algunas de éstas? RK: Primero entras a un gran globo que se llama el quehacer arquitectónico y ese gran globo está tocado por muchas cosas: manifestaciones culturales, historia, teoría de la arquitectura, arquitectura moderna, y éste está tocado por otra curva que es lo estructural, en donde entra lo estructural de punta, a lo que yo le llamo contemporaneidad, el ser contemporáneo y por otro lado carreras que ya existen como maestrías, como es restauración de monumentos, pero por ejemplo museografía, es una cosa que debe de pertenecer a esta escuela, gerencia de proyectos que cada vez es más solicitada debería salir de aquí, no recuerdo todo, tendrías que verlo. Eso lo hice pensando en

RB: ¿Y esto a qué se debe? ¿Los profesores no están preparados como antes, o qué pasa? RK: Yo siento que no están preparados, siento que el plan de estudios no está organizado de manera que el profesor pueda dar su materia correctamente.

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RB: ¿Habría algún tipo de sustitución que sea urgente? ¿Poner algo, quitar algo a la licenciatura? o ¿Ampliar el

Yo conocí a maestros extraordinarios, al maestro Benlliure, a Ortíz Monasterio, a Ricardo Flores,

número de horas como mencionaba?

Attolini Lack, te puedo mencionar muchos, que eran extraordinarios dibujantes, que en un croquis te enseñaban todo y ya después era desarrollado. Esa es otra alternativa de la profesión que se debe dar, desarrollador de proyectos, estamos mancos en eso. Tú haces tú proyecto, y como ahora se utiliza la máquina para dibujar, yo en lo personal no lo hago en la máquina, es más, ni la sé usar, entonces hago mis croquis, mis plantas, mis fachadas, todo lo hago a mano ya ni siquiera con regla T, lo acoto, lo especifico y todo, y lo doy a que me lo dibujen, pero antes de que lo dibujen – ya está concebido y no después –. Tú lo ves en los edificios que hacen ahora Teodoro, Legorreta, que son una maravilla, tienen desarrolladores de proyectos extraordinarios. Álvaro Sánchez es un extraordinario desarrollador de proyectos, y esa salida hace falta, porque les daría de comer a muchísimos muchachos. Yo metería eso, metería un año más. Ántes se hacían cursos de actualización de los profesores…

RK: Para mí debería de volver a ser de 5 años, debería de hacerse énfasis en el aspecto cultural del arquitecto, la mayoría son unos burros, les platicas, pides que te digan un pintor, un músico, y pobres, no lo saben porque nunca lo han aprendido, otra cosa que no sé si sea buena o mala ahora con la tecnología nueva de la computadora, y yo insisto mucho sobre el caso, todos te traen la corrección ya en la máquina, pero nunca hicieron el ejercicio del lápiz y la goma, haber trabajado alternativas y propuestas, se van sobre uno y tenemos que empezar a corregir sobre algo malísimo para llegar a un resultado más o menos satisfactorio, entonces yo les insisto: ‘a ver hazme un croquis de lo que quieres’, no saben hacer croquis, entonces la materia de dibujo se ha quedado en un cursito de acuarela, menos el taller que da Loren, que lo da muy bien, pero lo que el arquitecto necesita es expresarse con la mano. 15

RB: Que sigue habiendo… ¿acaso no son los adecuados, o la gente no los tomará, o por lo menos no se les nota que los tomen?, ¿es esa la cuestión?

RB: Pero existían los dos cargos, ¿académico y general? RK: Si, si dos, el de alumnos, no imagínate, todos los problemas de los alumnos por el gobierno, y los académicos no eran tan difíciles, creamos en ese entonces el reglamento de talleres para toda la escuela, el reglamento de seminarios, que así se llamaba.

RK: Probablemente hacer cursos de regularización de profesores sería una buena idea, porque no todos se han ligado a la escuela con examen de oposición, te lo digo porque yo fui miembro de la comisión dictaminadora de la escuela en 3 ocasiones, como 8 años, y había profesores que te daba vergüenza de lo que te enseñaban, desde luego no pasaban, y luego estuve desde que estaba yo de secretario de la escuela.

RB: ¿Eso en qué época fue?

RB: ¿Era secretario académico, general, o no había distinción en aquél entonces?

RK: En el 62’-63’… reglamento de áreas, con la participación de varios que ahora se ha convertido en un monstruo. El consejo técnico ha crecido impresionantemente…

RK: Había un secretario administrativo y había un secretario académico, que después me convertí en secretario general porque el arquitecto González Reyna, ya ves que tuvo un problema cerebral muy serio, estuvo fuera y cuando renunció entró Ramón Torres.

RB: ¿Sabía que en nuestra facultad tenemos muchos más consejeros alumnos por alumno que en muchas otras facultades, incluyendo ingeniería?, ingeniería tiene dos consejeros alumnos por una población de 12000, nosotros tenemos 16 consejeros alumnos con una población de 7000. 16

RK: Es un absurdo, todo esto se vino después del autogobierno, inflaron a los profesores

ahora son capturistas, ya no hay dibujantes. Tu ve ahora a la configuración de los talleres de arquitectos son puros, no hay un solo restirador. Está bien, la tecnología yo la acepto, lo que no acepto es que la tomen como elemento de diseño, no acepto que me traigan las correcciones en Autocad, quiero ver la mano del muchacho, porque ahí me doy cuenta si va a ser arquitecto o no. Veo un croquis de un cuate y le digo: ‘Tú tienes talento, tu sigue así y vas a ser un buen arquitecto’.

RB: ¿Qué cosas positivas nos arrojó el autogobierno? RK: …Bueno, el acercamiento que hubo de la comunidad fuera de la Facultad, nos reuníamos en la propiedad de lo que ahora es Radio UNAM, de ahí surgió el acercamiento para comprarla. ENSEÑANZA Y PROFESIÓN

RB: ¿Puede haber buenos dibujantes que sean malos arquitectos?

RK:… los muchachos no saben qué es la composición arquitectónica, ellos entran a proyectos y proyectos es un término tan ambiguo que se puede aplicar a todo, en cambio composición arquitectónica es única, es como la composición musical, una composición literaria. Tiene los mismos principios prácticamente y por eso se le llamaba así y a mí me parecía un término muy muy adecuado, porque lo que hacíamos era componer, nos enseñaban a componer. Después

RK: Sí RB: ¿Y cómo lo podemos detectar?, ya que esto va más allá del croquis. RK: Es que el dibujo es sólo un dibujo, el croquis es arquitectónico, te tienes que dar cuenta. Yo tuve

venía lo estructural y ahora en el taller de arquitectura todo lo han sumado, entra la teoría, entra el análisis de programas, entra estructuras y entra composición. Han hecho un taller y los talleres no funcionan así, yo no conozco ningún taller de arquitectos que tenga a su estructurista ahí, a su hidráulico ahí. El taller de arquitectura es un taller en donde está el arquitecto con su grupo de ayudantes, su jefe de taller que existía antes, y sus dibujantes que ya no existen,

desde la preparatoria un amigo que dibujaba extraordinariamente, sobre todo caballos y cosas así, sin embargo no fue nunca un brillante arquitecto, sin embargo hay muchos así, Luego otros que como Benlliure – según el maestro Villagrán, quién era un maestraso en la teoría de arquitectura – quien era el alumno que había ingresado a la escuela con mayor capacidad para dibujar, nos lo ponía de ejemplo en primer año. Y luego Benlliure, nos daba él mismo clase 17

en quinto año para amacizar los conceptos, y de ahí salían todas las condicionantes que debería tener una buena arquitectura. Ya en el desarrollo de la profesión vas aprendiendo otras cosas como todo, un buen médico no sería un buen médico en un hospital, si teniendo talento no lo desarrolla y se vuelve un buen médico.

RK: Son más casuales si trabajas en un taller de ellos y das el ancho, así puedes acercarte más. Nosotros desde primer año nos íbamos a trabajar con un arquitecto, en vacaciones, yo trabajé con Carlos Lazo algún tiempo, luego trabajé con González Reyna y muchos compañeros míos tuvieron más suerte, trabajaron con Augusto Álvarez, Enrique Carral y Manuel Martínez Páez, que formaban un despacho en Campos Elíseos. Ahí aprendieron muchísimo. Otros como Álvaro Sánchez, era el discípulo favorito de Ramón Marcos y trabajó con él. Pero así era, así se daba, o sea que habíamos quienes teníamos interés de acercarnos a ellos, es lo que sucedió por ejemplo con Pedro Ramírez Vázquez, tuvo primero a Rafael Mijares y hacían mancuerna, y luego se buscaban a los mejores. Un compañero mío trabajó con ellos, ahorita no sé cómo esté conformado el taller pero estuvo David Muñoz, quien fue prácticamente el autor del Palacio Legislativo, no le dieron crédito, lo cual me dio mucha tristeza porque ese proyecto lo hizo David. Y luego a Don Pedro le jaló la chamba de hacer todos

RB: Con el tiempo, el desarrollo y la práctica van generando la experiencia… RK: …todos hemos pasado por eso. Ricardo Flores, salió de la escuela y gracias a que fue discípulo de Augusto Álvarez aprendió muchísimo. Teodoro fue otra cosa, porque estudió con Le Corbusier, entonces cuando llegó a México, Teodoro ya era un arquitecto hecho y derecho, tuvo la enorme suerte de que se juntó con Zabludovski, y ahí empezaron a caer las chambas. Él es un magnífico arquitecto, creo que actualmente es de lo mejor RB: … y sí tiene que ver que tuvieran mucha pericia de acercarse a los contactos indicados para poderse hacer de los proyectos, ¿ese tipo de mancuernas se dan hoy en día?, ¿son necesarias?, ¿son deseables?

los edificios gubernamentales de Tanzania, y ahí estaba metido David Muñoz, él fue quien los hizo. RB: ¿Quién es realmente el que hace el proyecto, el que tiene el despacho y paga las cuentas o el que dibuja todos los planos y tiene la idea o el que se acerca a los contactos y puede decir que es suyo el proyecto porque él lo consiguió?

RK: Sí, si son deseables. RB: ¿Y siempre salen de la escuela o son más bien casuales? 18

RK: Yo tuve un amigo que ya murió que me decía: ‘Mira lo más importante de todo es conseguir la chamba’. Entonces estamos hablando ahora del promotor, que es otra salida, otra de las variantes. Don Pedro Ramírez Vázquez fue un gran promotor. RB: …Al punto de promover las olimpiadas que no tenían que ver con la arquitectura RK: Además era un hombre culto. Pese a que se negó toda su vida a aprender Inglés, porque dijo que él hablaba español y que le tradujeran, y ya viste que fue parte del Comité Olímpico no sé dónde allá en los años 60.

Estamos cayendo en mala estructuración y en un error que a mí me parece aberrante, prácticamente a la segunda semana de clases o a la tercera se les está pidiendo una maqueta del concepto. Yo no entiendo el término, cómo puedes hacer una maqueta u obtener un concepto si no has hecho el programa, si no sabes de qué se tratal RB: ¿El concepto tiene que ir ligado al programa? RK: Desde luego, y el funcionamiento. Tú puedes hacer alegremente un concepto de x, pero no tiene nada que ver con lo que vas a proyectar. Entonces sí, esos grandes proyectos se hacían en los despachos, el jefe de taller era muy importante y había otros, dos o tres que intervenían también en los proyectos. RB. Pero en el caso de Antropología que Campuzano tuvo la idea ahí me parece que Álvaro Sánchez fue residente de obra.

RB: Que incluso diseñó el Museo Olímpico en Suiza con un arquitecto suizo... RK: Entonces yo creo que el arquitecto Ramírez Vázquez tuvo mucha suerte tanto con Mijares como con Campuzano, que era su cuñado. De hecho Campuzano proyectó el Museo de Antropología, él lo hizo, quizá viajó con Pedro a ver los museos en Europa,

RK: No, no recuerdo. Álvaro estuvo en el Palacio de los

todo muy bueno, antes de hacerlo acá, y puede ser que la idea, el concepto, que ahora le llamamos concepto que antes no se usaba, haya sido de Pedro.

Deportes y prácticamente él lo hizo, y lo hizo casi como desarrollador de proyectos, a lo que te digo, quizá no de gerente de proyectos. De gerente de proyectos hizo el edificio Siglum y ahí se fue como autor de proyecto porque lo hizo con Miguel Murguía…

RB: ¿Cómo le llamaban antes? RK: Antes era una idea generadora. De repente se puso de moda el concepto y ahora todos hablan del concepto que realmente muy poca gente lo tiene. 19

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