Ensayos Militares de la Guerra del Golfo Pérsico 2003

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ENSAYOS MILITARES SOBRE LA GUERRA DEL GOLFO DEL AÑO 2003

Guillermo H. E. Lafferriere

ENSAYOS MILITARES SOBRE LA GUERRA DEL GOLFO DEL AÑO 2003

Colección Estudios N° 38

EDITORIAL

Diagramación: Magalí S. Hernández

Impreso en la Argentina/Printed in Argentina Hecho el Depósito que marca la Ley 11.723 © 1993, Editorial Nueva Mayoría I.S.B.N. 950-794-059-6 Derechos Reservados

EDITORIAL

Estados Unidos 943 PB -C1101AASBuenos Aires - República Argentina Telefax: (54.11) 4300-3077/4061/3164/1812 e-mail: [email protected]

ÍNDICE PRÓLOGO por Rosendo Fraga ............................................13 PRESENTACIÓN ..................................................................19 GLOSARIO MILITAR.............................................................23 CAPÍTULO I: El Marco Estratégico de la guerra ..................27 Iraq, Corea del Norte y los EE.UU...................................27 ¿Es probable una guerra simultánea de EE.UU. con Iraq y Corea del Norte?....................................................31 ¿Y Osama Ben Laden? ...................................................35 ¿Cuántas bajas aceptará la sociedad norteamericana? .39 El escenario sin Saddam Hussein ...................................43 Turquía y la nueva crisis en el Golfo ...............................48 ¿Es posible pensar en un eje Corea del Norte-Irak? ......50 La negativa de Turquía: implicancias para los EE.UU. ...54

La administración Bush y el factor tiempo.......................57 CAPÍTULO II: El desarrollo de la campaña ..........................59 La infalibilidad de los planificadores militares de los EE.UU.........................................................................59 Análisis de las opciones militares de los EE.UU. y sus aliados en Iraq..................................................................63 ¿Es probable el empleo de armamento nuclear por parte de los EE.UU. en su campaña en Iraq? ..........................72 ¿Qué misión pueden estar cumpliendo las fuerzas especiales hoy en Iraq? ...................................................75 ¿Combatirá el régimen iraquí? ........................................80 La ofensiva aérea sobre Iraq ...........................................82 Primeras acciones en el Golfo Pérsico............................86 Comentarios sobre las primeras acciones en el Golfo Pérsico .............................................................................89 ¿Por qué las tropas aliadas no eluden las ciudades del sudeste de Iraq? ..............................................................92 Análisis de los recientes combates en Iraq .....................95 ¿Se puede comparar la futura batalla por Bagdad con Stalingrado? .....................................................................98 ¿Qué está pasando con las fuerzas aliadas?................101 ¿Qué implica el arribo de refuerzos de EE.UU. al Golfo Pérsico? .........................................................................104

¿Puede convertirse Iraq en el Afganistán de los aliados? ..........................................................................107 ¿Están avanzando las tropas aliadas? ..........................110 ¿Hay opciones al asalto de Bagdad? ............................115 Los aliados a las puertas de Bagdad.............................117 Comentarios sobre las operaciones en desarrollo ........120 Primera incursión de las fuerzas terrestres de EE.UU. en Bagdad ......................................................................123 Análisis de la batalla de Bagdad....................................126 El control de Bagdad......................................................129 Comentarios sobre la toma de Bagdad .........................131 CAPÍTULO III: Enseñanzas ................................................135 Balance y perspectiva a futuro de la Guerra del Golfo Pérsico ...........................................................................135 Enseñanzas de la Guerra del Golfo para un país como la Argentina ....................................................................143

PRÓLOGO a reciente guerra de Iraq es un hecho bélico que implica, por un lado el empleo de modernas tecnologías a una escala que nunca se había registrado en el pasado, pero también la ratificación de que los valores humanos tradicionales del soldado siguen siendo la esencia de la eficacia militar. Seguramente cuando se escriba la historia, el antes y el después no será el ataque a Iraq sino los atentados del 11 de septiembre, en una visión estratégica del conflicto. Si bien la plataforma de demócratas y republicanos, expuesta por Madeleine Albright seis años atrás, al iniciarse el segundo mandato de Clinton, mencionaba la contención de Iraq como uno de los objetivos de la política exterior norteamericana, y Condolezza Rice planteaba hace dos años, en un artículo para Foreing Affairs, que terminar con el régimen iraquí era un objetivo de la política exterior norteamericana, es el atentado terrorista suicida a New York y Washington del 11 de septiembre el hecho que llevó al pueblo norteamericano a apoyar decididamente el ataque contra Saddam Hussein pese a la hostilidad de la opinión pública mundial. El argumento de que el ataque podía desatar represalias del terrorismo suicida con armas de destrucción

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masiva generó en los Estados Unidos el contra argumento: se actuó precisamente para impedir que eso suceda. Esperar a que el terrorismo utilice armas químicas, bioquímicas o nucleares para recién actuar implicaba hacerlo demasiado tarde y ésta es la idea que dominó la doctrina de Bush frente al conflicto. Los análisis realizados en función de la historia -sin cuya perspectiva se suelen cometer graves errores estratégicos- en los últimos conflictos militares mostraron sus limitaciones y ello volvió a suceder en la guerra de Iraq. Cuando ocurrió la Guerra del Golfo, la mayoría de los artículos y análisis que fueron publicados pronosticaban costos en bajas, medios y tiempos mayores de los que finalmente tuvieron lugar, ya que tomaban como base la experiencia de la guerra entre Iraq e Irán. En el conflicto de Serbia, la mayoría anticipaba costos mucho mayores para la coalición de la OTAN en función de los que sufrieron los nazis y sus aliados contra los partisanos de Tito. Más recientemente, frente a la campaña de Afganistán, la mayoría de los artículos y análisis publicados anticipaban muchas más dificultades para los Estados Unidos que las que en realidad ocurrieron, en función de las derrotas sufridas por los británicos en este país en el siglo XIX y por los rusos en el XX. Lo mismo volvió a suceder en los primeros meses de 2003. Basta releer la mayoría de artículos y análisis que pronosticaban una guerra más costosa en hombres, medios y tiempos para ver que en los hechos no ocurrió. Es que la tecnología ha dado a los militares norteamericanos un poder sin precedentes, permitiéndoles actuar con una rapidez, precisión y contundencia que les posibilita reducir tiempos y bajas, factores que condicionan a - 14 -

la opinión pública norteamericana frente al esfuerzo bélico desde la derrota de Vietnam. Pero esta campaña puso en evidencia que el valor individual, la disciplina y las condiciones de liderazgo, es decir, los factores humanos siguen siendo esenciales para el éxito y la eficacia militar. En el terreno político, los críticos de la actuación unilateral de los Estados Unidos contra Iraq y la obsesión en la lucha contra el terrorismo argumentaban que terminaría por sacrificar la democracia no sólo como objetivo externo de la política norteamericana sino también como sistema político interno. El argumento histórico de esta hipótesis es que lo mismo sucedió con el Imperio Romano cuando su expansión bélica externa lo llevó a dejar de ser República para concentrar el poder. Puede ser que sea así pero también hay contra argumentos. Los imperios latinos, como el romano, el español de los Austrias o el francés de Napoleón, claramente se establecieron sobre regímenes autoritarios. No sucedió lo mismo con el único imperio anglosajón que ha existido, el británico, que en el siglo XIX desarrolló numerosas guerras coloniales en el mundo mientras mantenía un sistema interno de garantías individuales que evolucionó en esa dirección y no en la contraria. Las dos guerras mundiales mostraron a las democracias anglosajonas -Estados Unidos y Gran Bretañacapaces de librarlas y ganarlas, imponiendo internamente muchas menos restricciones a los derechos individuales que sus enemigos y aliados. En lo que hace a la decisión unilateral, puede decirse que el mundo fracasó en impedir el ataque a Iraq por parte de los Estados Unidos y Gran Bretaña, pero también el mundo debe preguntarse cómo no logró una acción efi- 15 -

caz para que Saddam diera un paso al costado, con lo cual se hubiera evitado la guerra. Es que se puso demasiado énfasis en impedir la acción norteamericana y muy poco en actuar efectivamente sobre el dictador iraquí. Por lo tanto la guerra con Iraq no fue sólo por una decisión unilateral norteamericana sino que el resto del mundo no logró de parte del régimen iraquí el cambio de actitud que hubiera evitado el conflicto bélico. Finalmente el resultado y la eficacia dominaron la escena. La acción norteamericana fue rápida y relativamente poco cruenta y ello terminó generando una suerte de justificación, aunque las armas de destrucción masiva no se encontraron como muchos esperaban y el terrorismo fundamentalista siguió golpeando después de la caída de Saddam. Este volumen reúne los análisis publicados por la Comisión de Defensa del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría sobre este conflicto. Fueron escritos por el teniente coronel Guillermo Horacio Eduardo Lafferriere y publicados durante la guerra de Iraq en forma casi diaria en el sitio NuevaMayoría.com. El conjunto de estos análisis presentados mientras se desarrollaban los acontecimientos pone en evidencia una perspectiva militar argentina en la interpretación y evaluación de los hechos que, vista retrospectivamente, ha sido por lo general acertada. Lafferriere es un jefe en actividad que egresó del Colegio Militar de la Nación como subteniente en 1982, participando ese mismo año en la guerra de Malvinas. Es oficial de Estado Mayor de la Escuela Superior de Guerra del Ejército; ha tenido destinos en el arma de Infantería, a la que pertenece; en el Regimiento de Infantería 25; el Regimiento de Infantería de Montaña 10; la Escuela de - 16 -

Suboficiales Sargento Cabral; el Colegio Militar y actualmente se desempeña en la Escuela de Infantería. En forma paralela a sus funciones específicamente militares ha desarrollado una intensa labor intelectual en el campo de su profesión, publicando artículos sobre historia militar y temas militares en la Revista Militar del Círculo Militar, la Revista de la Escuela Superior de Guerra del Ejército Argentino, el Manual de Informaciones del Ejército Argentino, la Military Review de la Escuela de Guerra del Ejército de los EE.UU. y en la Revista del Ejército de España. Consideramos que este análisis sobre la reciente guerra de Iraq, planteada desde la perspectiva argentina, es de utilidad a todos aquellos interesados en el tema, pero en particular para quienes puedan sacar conclusiones y determinar nuevos enfoques en la política de defensa argentina.

Rosendo Fraga Director del Centro de Estudios Nueva Mayoría

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PRESENTACIÓN a recientemente finalizada Guerra del Golfo Pérsico, se constituyó en una suerte de laboratorio en el cual se hicieron evidentes situaciones por un lado novedosas y por otro sorprendentemente vigentes. En efecto, mientras que por un lado pudimos asistir a una guerra novedosa en cuanto a su concepción, ya que la misma era lanzada en forma preventiva, para impedir que el país atacado se constituyera en un futuro difícilmente discernible con precisión, en un enemigo dotado de armas de destrucción masiva eficientes. Por otro lado, y a pesar que en un primer momento la campaña militar fue anunciada como un evento donde se emplearían desarrollos tecnológicos no vistos hasta el momento, paradojalmente, resultó en la práctica una guerra donde las fuerzas en presencia recurrieron al empleo de sus tropas en combates clásicos como los que eran observables en la mayoría de las guerras del pasado Siglo XX. A los aspectos antes mencionados, cabe que se agreguen otros, que poseen implicancias más allá de lo meramente militar, y nos referimos a que cuando la guerra había casi dejado de ser un hecho de profundo análisis por muchos estudiosos de la realidad internacional, la

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misma se hizo nuevamente presente en la realidad del mundo, con la brutalidad y crudeza que son sus características inmanentes. Es que muchos observadores, evitaban quizás contemplar a la guerra como una herramienta de los Estados, en la creencia que la capacidad de destrucción a disposición de las fuerzas militares es tal que los gobiernos se sentirían no dispuestos al empleo del recurso militar. Esta creencia, olvida que la guerra, ha sido, es y con mayor seguridad en el mundo que viene lo continuará siendo, el recurso que los Estados aplican en circunstancias donde objetivos de la más alta prioridad nacional se ven de alguna manera en juego. Y ello será así toda vez que perciban que la herramienta militar se presenta como eficiente en la relación costo - beneficio que efectúan ante situaciones de conflicto devenidas en crisis. Este criterio de empleo efectivo del poder militar, por crudo que parezca para los estadios de desarrollo que consideramos pueda haber alcanzado la humanidad, se compadece por otra parte con el realismo en la conducción del Estado, del que han hecho gala a lo largo de la historia los países que se ven con un objetivo claro a cumplir. Y ese realismo, se puede manifestar tan firmemente, que cuando sea necesario, una potencia puede quebrar un sistema internacional que en la práctica se muestra como poco apto para dar respuestas a desafíos que no fueron imaginados en la época que se configuró el sistema internacional de postrimerías de la 2da Guerra Mundial. De todos estos aspectos, tratan los ensayos que a continuación se presentan. Los mismos, fueron escritos a manera de comentarios de los eventos que se desarrollaban en el Golfo Pérsico, y abarcan cuestiones que hacen a la estrategia nacional, es decir a la conducción de - 20 -

mayor nivel del Estado, aquella que realiza la máxima autoridad para conseguir los objetivos que impulsan a las acciones; y aspectos eminentemente militares, en los diferentes niveles de los mismos. Para facilitar la lectura de los trabajos, se ha procedido a ordenar a los mismos según el nivel de conducción que tratan; y en razón que ellos fueron publicados originalmente en oportunidad que los hechos sucedían, se coloca debajo del título la fecha de su publicación, para facilitar el seguimiento cronológico. Finalmente, se agrega al pie de la introducción, un glosario, para facilitar la comprensión de algunos de los términos empleados en los comentarios. Esta serie de trabajos, finaliza con dos artículos que se dedicaron a las enseñanzas que se podían obtener de la guerra, tanto en el marco general como particularmente para la situación de una país como la Argentina, donde los temas de defensa son tratados con profundidad en general en ámbitos militares, o de centros de estudio, pero permanecen totalmente fuera de agenda en los niveles de decisión política. Con la esperanza de motivar a un estudio más profundo de la temática de la defensa, es que presentamos esta serie de ensayos, esperando con ello dar un puntapié inicial a un estudio profundo de la problemática de la guerra, la que como mencionáramos al principio, aparece con renovados bríos en esta primera década del Siglo XXI. Tcnl. Guillermo Horacio Lafferriere

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GLOSARIO MILITAR A continuación se presenta un glosario de términos de empleo común en la tecnología militar, para que sirvan de ayuda al lector no habituado a los mismos. TERMINO

División Blindada

SIGNIFICADO

OBSERVACIONES

Agrupamiento de varias unidades de tanques, colocadas bajo el comando de un comandante. Cuentan con elementos que le proporcionan apoyo de fuego, comunicaciones, ingenieros, inteligencia y apoyo logístico para operar durantes períodos Normalmente, el ejército de relativamente cortos de manera EE.UU. conforma dentro de sus independiente. Entre sus unidades cuentan divisiones agrupamientos mixtos de manera minoritaria con elementos de de tanques e infantería infantería mecanizada, es decir tropas mecanizada para darle mayor transportadas en vehículos blindados. En el flexibilidad a sus operaciones. combate, este tipo de divisiones es empleada para destruir los medios blindados del enemigo y para irrumpir violentamente en sectores no defendidos y en la profundidad de la retaguardia enemiga.

Agrupamiento de varias unidades de infantería mecanizada, colocadas bajo el comando de un comandante. Cuentan con elementos que le proporcionan apoyo de fuego, comunicaciones, ingenieros, inteligencia y apoyo logístico para operar durantes períodos relativamente cortos de Idem anterior División Mecanizada manera independiente. Entre sus unidades cuentan de manera minoritaria con elementos de tanques. En el combate, este tipo de divisiones se emplea para conquistar terrenos y retenerlos. Son especialmente aptas para librar combate en terrenos compartimentados como las ciudades.

División Aerotransportada

Agrupamiento de varias unidades de infantería con aptitud para ser lanzadas por paracaídas o transportadas por helicópteros. De manera similar a las divisiones antes mencionadas, cuentan con todos los apoyos El ejército de EE.UU. tiene la Div para operar de manera independiente por 82 de paracaidistas y la 101 que períodos relativamente cortos. Este tipo de es aeromóvil, es decir que opera divisiones se emplea para operar muy en la sobre helicópteros. profundidad de las líneas enemigas, de manera de causar un importante daño en las operaciones enemigas. Normalmente, operan de manera mancomunada con alguno de los tipos de divisiones antes citados.

TERMINO

SIGNIFICADO

OBSERVACIONES

Campaña Aérea

Las campañas aéreas se Normalmente se nombra de esta manera a caracterizan por obtener las acciones que los elementos aéreos de las resultados que no tienen fuerzas aéreas, navales y del ejército permanencia en el tiempo. Por ejecutan para afectar al enemigo. En general, esta causa, se hace normalmente se atacan blancos que puedan afectar de necesario que fuerzas terrestres alguna forma el desarrollo de las acciones en ocupen el territorio enemigo para tierra. poder de esa forma cumplir con el objetivo de la guerra.

Misiles Tomahak

Proyectil lanzable desde buques de superficie o submarinos, que posee aptitud para alcanzar blancos situados en la profundidad del dispositivo enemigo. Si bien son de una alto costo (+/- U$S 1.500.000), su elevada precisión los hacen muy útiles, así como el hecho que ahorra salidas aéreas de pilotos de combate.

Este término engloba a las armas nucleares, Armas de destrucción bacteriológicas y químicas (NBC), masiva independientemente de los medios empleados para su lanzamiento.

Armas Nucleares

Son aquellas que emplean tecnología nuclear para causar el daño sobre el enemigo. Se dividen en tácticas y estratégicas. Las El empleo de estas armas es muy primeras, pueden ser lanzadas desde controvertido. El peligro de cañones, aviones o buques y se destinan a escalada con el lanzamiento de afectar blancos situados en la zona de armas nucleares tácticas es alto. combate. Las estratégicas, tienen como Por lo que no hay experiencia blancos sectores extremadamente sensibles alguna de empleo de las mismas del enemigo, como ciudades, puestos en nuestros días. nacionales de mando y los sistemas de lanzamiento nuclear del enemigo.

Armas Bacteriológicas

Su empleo presenta inconvenientes de orden práctico, Son aquellas que diseminan enfermedades tales como el tiempo en que la sobre las tropas del enemigo o su población. enfermedad comienza a surtir Pueden ser lanzadas de manera similar a las efecto, así como la necesidad de nucleares. preservar a las propias tropas de sus efectos.

Armas Químicas

Son aquellas que diseminan agresivos químicos sobre las tropas o población Presenta las dificultades comunes enemiga. Estos actúan de diferentes formas, ya expresadas para las armas siendo las más comunes aquellas que biológicas. accionan sobre la piel del afectado o las que lo hacen sobre sus vías respiratorias.

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TERMINO

SIGNIFICADO

OBSERVACIONES

Armas inteligentes

Si bien los avances en este tipo de armas es muy importante, Se emplea este término para referirse a dependen en definitiva de dos proyectiles de artillería o mísiles que una vez factores humanos clave:el lanzados, poseen la capacidad para dirigirse correcto disparo por sus de manera altamente precisa al blanco operadores y la adecuada seleccionado. información sobre el blanco, de manera de evitar afectar a la población civil.

Daño colateral

Daño que se realiza sobre la población civil como producto del empleo de algún tipo de arma dirigida contra un blanco de interés militar. En lo posible se trata que el daño colateral no exista, pero normalmente se acepta que haya un daño colateral mínimo entre los civiles que pudieran encontrarse próximos al blanco militar.

Son aquellas que se realizan para obtener información del enemigo y relacionarla con Actividades de otra información disponible, de manera de Inteligencia militar producir "inteligencia" que pueda ser útil en la toma de decisiones militares. Las fuerzas especiales se emplean para infiltrarse entre la población enemiga y El ejército de EE.UU. considera organizar guerrillas, subversión o sabotaje en Actividades de como fuerzas especiales a los el territorio enemigo. Las tropas de comando, comandos y fuerzas Boinas Verdes y a la Fuerza se emplean tras las líneas enemiga, con la especiales Delta. Siendo tropas comandos finalidad de afectar blancos militares los Rangers. relativamente próximos a las acciones de combate.

Misil Scud

Misil de origen soviético, disponible en el Irak sobre el Scud hizo sus arsenal Irakuí. Tiene un relativamente corto propios desarrollos, alcanzando a alcance y escasa capacidad de carga y muy darle una mayor distancia. mala precisión. Irak puede emplearlo contra Pueden portar cargas los estados vecinos. convencionales o químicas.

Misil Patriot

Misil de origen estadounidense, destinado a atacar mísiles enemigos que traten de afectar Israel ha recibido este material. objetivos de importancia, como ciudades u otros.

Comando y Control

Término que se aplica a las actividades que deben realizarse para que una fuerza militar pueda ser conducida en cualquier condición de combate o meteorológica. Es clave para la realización exitosa de cualquier campaña, y como tal es uno de los principales blancos a afectar por cualquiera de los beligerantes.

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CAPÍTULO I: El marco estratégico de la guerra I RAQ , C OREA

DEL

N ORTE

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EE.UU. Ene-07-03

‘El tono marcadamente militar del gobierno de los Estados Unidos hacia Iraq es notablemente contrastante con el que emplea con respecto a la decisión de Corea del Norte de reactivar su programa nuclear’

esulta probablemente llamativo que justamente en el momento que los Estados Unidos y el Reino Unido se aprestan a iniciar operaciones militares en Iraq, sea pues la ocasión elegida por el régimen comunista de Corea del Norte para reiniciar su programa nuclear. Esto ha creado a la principal potencia militar del mundo un serio inconveniente, ya que debe atender a dos conflictos

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de importancia de manera simultánea y frente a dos actores disímiles, a pesar que ambos integran el denominado “eje del mal”. El propósito de este trabajo, es el de diferenciar el tratamiento que respecto a Iraq y a Corea del Norte hace el gobierno de los Estados Unidos y comprender de que manera el armamento nuclear influye en nuestros días en la toma de decisiones. Los Estados Unidos con el más que seguro apoyo directo del Reino Unido iniciará una campaña militar para erradicar a Saddam Hussein del poder, de hecho, ha habido en Londres una reunión de la oposición iraquí en el exilio planificando el Iraq sin Hussein. La acción militar a la que asistiremos, se desarrollará con toda probabilidad sin que el régimen de Iraq haga uso de armamento nuclear. Y esto no porque el mismo no contara con el deseo de emplearlo llegado el caso y que de ello se desprendiera algún tipo de ventaja político-militar, sino por la sencilla razón que Iraq no posee la aptitud para emplear armas nucleares. El programa nuclear iraquí ha sido destruido, muy probablemente desde el fin de la Guerra del Golfo de hace poco más de una década atrás. Asimismo, lo expresado hasta el momento, no es de aplicación para otras armas de destrucción masiva, como las biológicas y químicas, las que probablemente, aunque de manera limitada, el gobierno iraquí podría echar mano en caso de un ataque militar. Esta ausencia de una real aptitud nuclear iraquí explica el tono decididamente belicoso de los Estados Unidos hacia Iraq, ya que sus planificadores civiles y militares descartan que podrán llevar a cabo una campaña militar que cumpla el objetivo político sin riesgo relevante de perdidas masivas propias como sería el caso de contar con una mínima aptitud nuclear Iraq. - 28 -

El tono marcadamente militar del gobierno de los Estados Unidos hacia Iraq es notablemente contrastante con el que emplea con respecto a la decisión de Corea del Norte de reactivar su programa nuclear. Es que los Estados Unidos saben ya desde hace mucho tiempo, que Corea del Norte poseería aptitud de al menos emplear de manera táctica armas nucleares, y que aunque sin lugar a dudas la capacidad de los Estados Unidos en esta materia es más que suficiente para convertir a toda Corea del Norte en un páramo sombrío, no menos cierto resulta el hecho que las consecuencias de un mínimo intercambio nuclear en la península nuclear sería catastrófica en el largo plazo para toda la civilización. A menos que Corea del Norte hiciera un “salto hacia al vacío” y decidiera emplear sus fuerzas militares en una acción total sobre Corea del Sur, los Estados Unidos no se verán amenazados en el mediano plazo por que el gobierno de Corea del Norte reactive su programa nuclear. De hecho, recientes informes de fuentes de los Estados Unidos sostienen que recién en el término de un quinquenio Corea del Norte dispondría de una capacidad nuclear en condiciones de amenazar vitalmente a los Estados Unidos. Nadie en su sano juicio puede siquiera pensar en un gobierno de los Estados Unidos amenazando a su par de Corea del Norte de recurrir al empleo de las FF.AA. para impedir el ya mencionado programa nuclear de este último país. La única oportunidad en que los Estados Unidos estuvieron realmente decididos a emplear sus fuerzas nucleares ocurrió durante la crisis de los misiles de 1962, y solo porque se había configurado una amenaza real, tangible sobre los Estados Unidos, caso que por la información disponible no es el que se vive con respecto a Corea del Norte. Sin embargo, el hecho que países como Corea del Norte dispongan de armamento nuclear, hace a los mis- 29 -

mos hasta cierto aspectos relativamente inmunes a presiones directas de los Estados Unidos y de alguna manera proporcionan a estos regímenes un cierto margen de maniobra para el intercambio político con la principal potencia del mundo. El armamento nuclear, ha sido desde el fin de la 2da Guerra Mundial el principal elemento que posibilitó uno de los períodos de paz más largos en la historia de Europa. La certeza que los gobiernos occidentales y el propio de la ex Unión Soviética de la aptitud que poseían para asegurarse una mutua destrucción restaba toda racionalidad a la apelación al recurso militar para dirimir las diferencias políticas que los dividían. La implosión de la Unión Soviética, dio a muchos la idea que el armamento nuclear carecería a futuro de relevancia, sin embargo, la lenta pero progresiva proliferación que ocurrió durante la propia Guerra Fría y la que en nuestros días continua, con la ominosa posibilidad que grupos terroristas puedan disponer de la aptitud de emplear artificios nucleares hace que se deba seguir con muchísima atención a este tema, el cual sería aún más grave que un país concreto efectuara un ataque nuclear directo sobre los Estados Unidos, ya que ese país, en el caso de recibir una acción terrorista nuclear, estaría en muy serias dificultades a la hora de definir la respuesta a dar, ya que no podría con facilidad justificar claramente una represalia con el mismo tipo de armamento contra organizaciones que operan en la práctica en el mundo entero. Lo tratado, sirve para poner en debida perspectiva la complejidad del mundo post guerra fría y la gran aptitud que la situación tiene de escalar en proporciones poco imaginadas por quienes vislumbraban un futuro promisorio con la caída del Muro de Berlín. - 30 -

¿E S CON

PROBABLE UNA GUERRA SIMULTÁNEA DE

I RAQ

Y

C OREA

DEL

N ORTE ?

EE.UU. Ene-13-03

“Todo hace creer que difícilmente los Estados Unidos y sus aliados escalen el conflicto con aquel país (Corea del Norte) más allá de los límites que la diplomacia ofrece”

n un reciente trabajo de la Comisión de Defensa del Centro de Estudios, se expuso acerca del diferente criterio que los Estados Unidos han empleado para hacer frente al régimen iraquí, basado fundamentalmente en un alto grado de belicosidad, con respecto al que se manifiesta frente al gobierno de Corea del Norte, mucho más moderado y basado fundamentalmente en las herramientas que la diplomacia ofrece. El propósito de este artículo, es el de reseñar las razones que se aprecian hacen poco probable que los Estados Unidos lleven a cabo operaciones militares contra Corea del Norte. Para ello, se enumerarán distintas opciones militares que los Estados Unidos pueden llevar a cabo, y el grado de factibilidad que las mismas tendrían en el especial contexto en que la crisis con Corea del Norte se lleva a cabo. Como ya se sabe, y reiteramos fuera también desarrollado en un reciente trabajo, Corea del Norte posee una capacidad para el empleo de armamento nuclear. Este dato no es nuevo, ya hace muchos años que existían sospechas al respecto. Lo que recientemente ha sucedi-

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do es que ese país habría reanudado su plan nuclear en abierta violación a compromisos asumidos con anterioridad. Este dato es de suma importancia para comprender los aspectos que a continuación se desarrollarán a medida que se desarrollen diferentes opciones militares. Acciones aéreas sobre plantas nucleares norcoreanas: Una campaña aérea de Estados Unidos sobre territorio norcoreano, aunque fuera dirigida específicamente a la afectación de la capacidad nuclear de Corea del Norte, y obviamente hiciera empleo exclusivo de munición convencional, no sería desde ningún punto de vista comparable a las que en tiempos recientes hemos visto llevar a cabo contra Serbia, o el propio Iraq. Es que independientemente que Corea del Norte muy probablemente disponga de un sistema de defensa aérea mucho más organizado que los países antes mencionados, muy difícilmente absorba el ataque proveniente desde el aire sin efectuar algún tipo de respuesta no exclusivamente sobre la propia Corea del Sur, sino también podría existir alguna posibilidad de hacer lo propio sobre el Japón. Esto podría llevar al gobierno japones a negar a los Estados Unidos el empleo de las facilidades militares que cuenta en ese país para realizar acciones aéreas contra Corea del Norte. Al mismo tiempo, es poco probable, en el actual estado alcanzado por la crisis, que Corea del Sur diera su aprobación al empleo de instalaciones militares en su territorio para accionar contra Corea del Norte. Ejecución de una campaña aeroterrestre contra Corea del Norte: Esta quizás sea la menos probable de todas las opciones militares a disposición de los Estados Unidos. El llevar a cabo la misma, implicaría contar, en primer lugar, con el apoyo de Corea del Sur, ya que ese país es el que debería proporcionar el “espacio” necesario para concentrar las fuerzas militares necesarias para la campaña. Los - 32 -

actuales casi 37.000 hombres que los Estados Unidos disponen en territorio de Corea del Sur resultan harto escasos para efectuar una campaña exitosa en el más que difícil territorio de la península coreana. Por otra parte, y en caso de una negativa de Corea del Sur a participar de la campaña, debería contarse con el apoyo del Japón, cuyo territorio soberano tan próximo a las dos Coreas, constituiría la base necesaria para facilitar algún tipo de operación anfibia de proporciones gigantescas para colocar una fuerza en territorio norcoreano en condiciones de ejecutar una campaña exitosa. El desarrollo de una campaña aeroterrestre, sería la que con mayor probabilidad podría hacer escalar el conflicto hasta alcanzar el temido umbral nuclear, toda vez que sería la que con mayor certeza amenazará la existencia del régimen imperante en Corea del Norte. Ese hecho, sumado a que no existe al menos hasta el momento, evidencia alguna que haga suponer intenciones de accionar militarmente contra Corea del Sur por parte de Corea del Norte, torna prácticamente imposible pensar seriamente en cualquier accionar aeroterrestre de los Estados Unidos, ya que como se hiciera mención no podría contar con apoyo para llevar a cabo su campaña. Establecimiento de un bloqueo aeronaval sobre Corea del Norte: Esta acción podría ser la menos traumática que podría emplear los Estados Unidos. La misma, podría tener algún tipo de respaldo previo en alguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, y de esa forma, constituir alguna fuerza multinacional que la llevara a cabo, ya que el gobierno de Corea del Norte ha negado a la Agencia Atómica Internacional acceso a su programa nuclear, lo que podría ser tomado como una excusa para la imposición de algún tipo de sanción contra aquel país. Un bloqueo sobre Corea del Norte, tornaría mucho más - 33 -

crítica la ya difícil situación de la población norcoreana, y no faltarían analistas que apostaran a que una revuelta o golpe de estado derrocara al régimen de aquel país. Sin embargo, y como siempre que se tocan temas estratégicos, será la percepción que se posea en la mente de quienes deciden en Corea del Norte, las que finalmente decidirán si un bloqueo es causa suficiente para responder con el empleo de armas de destrucción masiva o no. Asimismo, esa duda, estará presente en los planificadores civiles y militares que analicen la implantación de un bloqueo, y difícilmente tendrán mucha seguridad respecto a este punto. Sucede asimismo, que salvo en la Crisis de los Mísiles, cuando se estableció un bloqueo a Cuba, donde existían instalaciones de mísiles nucleares, no ha habido otro ejemplo de bloqueo contra un país con aptitud para el empleo de armamento nuclear. Para finalizar, creemos conveniente recordar, que hasta el momento de la preparación del presente trabajo, no hay objetivo vital de los Estados Unidos amenazado en un grado tal que lleve a ese país o a sus aliados a considerar siquiera el riesgo de una escalada donde uno de los actores pueda echar mano al recurso que el armamento nuclear ofrece. La posesión de armamento nuclear, aunque más no sea en su mínima expresión, produce un efecto de cautela muy grande en cualquier planificador militar. Si a ello se suma la repulsión manifiesta del pueblo de los Estados Unidos ha sufrir bajas masivas en sus tropas, la poca probabilidad de apoyo de los países vecinos a Corea del Norte, todo hace creer que difícilmente los Estados Unidos y sus aliados escalen el conflicto con aquel país más allá de los límites que la diplomacia ofrece. Esto mantendrá su validez, en la medida que Corea del Norte no adopte acciones militares unilaterales contra Corea del Sur, acción esta que revertiría los - 34 -

supuestos sobre los cuales este trabajo se desarrolló. Por lo expuesto, no es probable el empleo del recurso militar por parte de los Estados Unidos en su crisis con Corea del Norte. ¿Y O SAMA B EN L ADEN ? Feb-03-03

artín Van Creveld es un historiador militar holandés que reside desde hace mucho tiempo en Tel Aviv, donde se dedica a escribir sobre temas militares, así como al asesoramiento de las FF.AA. de Israel y otros países de occidente. En 1991, publicó un libro titulado “The Transformation of War”. En esta publicación, verdadera obra de referencia en los ambientes dedicados a la defensa, el señor Van Creveld expone su tesis, según la cual, la guerra tal cual la concebíamos en el fin del Siglo XX no tendría mayor continuidad en el Siglo XXI. Esto sería así, porque la capacidad militar de la mayoría de los países de occidente es de una magnitud tal, que hace muy difícil a el resto de los países hacerles frente en el campo de batalla con alguna probabilidad de éxito. Los enemigos de occidente, apelarían al uso de la violencia para obtener sus objetivos pero no buscándolo en un campo de batalla donde serían fácilmente derrotados, sino, empleando todos los recursos disponibles para hacer sus acciones espectaculares al mismo tiempo que haciendo prácticamente imposible su detección o fijación en el terreno, donde como antes dijimos tan vulnerables podrían ser. Las guerras que vislumbra el señor Van Creveld son unas donde el actual arsenal disponible se torna irrelevante, ya que son absolutamente incapaces de enfrentar eficazmente el tipo de acciones violentas que se

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desarrollarían. Las herramientas a emplear, en este tipo de acciones, ya no son las grandes formaciones blindadas con gran apoyo aerotáctico, sino pequeñas fuerzas muy ligeras, infiltradas en territorios inhóspitos, sean desiertos o poblados, con una inteligencia muy precisa, para detectar blancos sumamente elusivos, destruirlos y ser recuperadas en muy poco tiempo. Todo lo expresado hasta aquí, viene a colación de un hecho que parece hoy haber desaparecido de las primeras planas de los medios de información, bajo el peso de la espectacularidad que la inminente campaña en el Golfo trae. Y nos referimos a que el que pareciera ser el enemigo número uno de la principal potencia mundial, autor del principal ataque exterior recibido por ese país desde el 7 de diciembre de 1941, Osama Ben Laden y su grupo Al Queda no han sido de manera alguna desmantelados, y por lo tanto mantendrían su aptitud para ejecutar acciones violentas en cualquier momento. Luego del ataque del 11 de septiembre de 2001, el gobierno de Estados Unidos comenzó casi de manera inmediata una campaña militar en Afganistán en orden de encontrar a Ben Laden y destruir su estructura terrorista. Así el país asiático cambió su régimen talibán por otro más favorable a occidente, al tiempo que su territorio fue palmo a palmo revisado en búsqueda de Al Queda y sus líderes. Como mínimo podemos decir que muy poco de relevancia fue alcanzado, a pesar de emplearse el material militar más moderno disponible, no solamente por los Estados Unidos, sino por varios países de la OTAN que aún hoy continúan ocupando buena parte de Afganistán. A partir del fracaso en la captura y desmembramiento de Al Queda, muchas versiones comenzaron a circular acerca del posible paradero que tendrían tanto sus líderes como la organización en si misma. Así, se especuló con países - 36 -

del norte de África, Asia, Europa, y el mismo Afganistán...., sin que hasta el momento se haya logrado éxito de relevancia contra quienes atacaran Estados Unidos un año y medio atrás. Ante la imposibilidad de alcanzar resultados relevantes en la lucha contra el denominado terrorismo internacional, los Estados Unidos dirigen su poder militar contra un Estado, el Iraq de Saddam Hussein, al que consideran una amenaza a sus intereses, por el desarrollo que las armas de destrucción masiva tendrían bajo el actual régimen gobernante. Sin entrar en detalle sobre el verdadero significado del estado que en este tipo de armas Iraq habría alcanzado, cuestión que hemos tratado en otros trabajos del Centro de Estudios, resulta particularmente significativo que no existirían pruebas relevantes de que Iraq apoye de manera concreta a Al Queda, como sí fuera el caso con el régimen talibán en Afganistán. Mas bien parecería, en nuestro particular juicio, que el gobierno de los Estados Unidos imposibilitado de dar a su opinión pública la satisfacción a la que son merecedores luego del alevoso ataque sufrido, recurre a su instrumento militar para derrocar al régimen de Hussein, un enemigo de los Estados Unidos, que por lo menos resulta incapaz de afectar a Norteamérica ni tan siquiera de una manera similar a los hechos que Al Queda perpetrara en septiembre de 2001. Es que tal como lo mencionáramos al comienzo del trabajo, el arsenal de Estados Unidos no es relevante a la hora de enfrentar la amenaza que grupos como Al Queda representan. El enemigo no es factible de ser asociado a un espacio de terreno determinado, y por lo tanto, resultan inmunes a la capacidad militar tradicional. A lo largo de su historia reciente, Estados Unidos no se ha mostrado especialmente apto para librar operaciones militares exitosas contra un enemigo tan elusivo - 37 -

como estos grupos terroristas. La propia experiencia en Vietnam, la fallida operación en Somalía en 1993 y las recientes acciones en Afganistán, son una muestra de lo que sostenemos. Es que resulta cuando menos difícil hacer comprender a los no conocedores de los temas de defensa, que los miles de millones de dólares anualmente invertidos en defensa por la principal potencia mundial, se tornan irrelevantes a la hora de poner coto a una banda terrorista, compuesta en su mayoría por personas fanatizadas por el delirio religioso, muchas de ellas con un nivel intelectual bajísimo y con un acceso a tecnologías bastante restringido. Sin embargo, y pese a que nos cueste aceptarlo, ese precisamente es el caso, y peor que ello, es que la propia pauta cultural de occidente, de respeto por la libertad individual, de libre circulación de fondos y de acceso casi ilimitado a la información, son precisamente las armas que emplean los grupos como Al Queda para mimetizarse, planificar sus operaciones, llevarlas a cabo y posteriormente ocultarse. Mientras esto no sea cabalmente comprendido, y tenga la respuesta que resulte adecuada, muy difícilmente podremos sentirnos libres de la amenaza vital que ellos tienen para occidente. Mientras tanto, asistiremos con mucha probabilidad a un gran espectáculo bélico, el cual nos deslumbrará por su despliegue tecnológico, pero que desgraciadamente, no será apto para poner coto a la verdadera amenaza. Ella permanece a salvo, en algún lugar que no conocemos, reorganizando sus medios, planificando sus próximos pasos y listos para volver a sorprendernos. - 38 -

¿C U Á N T A S

BAJAS

ACEPTARÁ

LA

SOCIEDAD

NORTEAMERICANA ?

Feb-06-03

l tema de las bajas que puedan sufrir la fuerzas de los Estados Unidos y sus aliados en una campaña contra Iraq, es un tema de mucha importancia a la hora de decidir las formas en que se empleará el recurso militar en el Golfo Pérsico. En efecto, desde finales de la Guerra de Vietnam, la opinión pública de Estados Unidos se ha vuelto “fóbica a las bajas”, no tolerando que sus conciudadanos en uniforme sean afectados por el desarrollo de operaciones militares más allá de cierta cifra muy difícilmente evaluable. Así, no parece dispuesta a asumir costos en vidas humanas como los soportados en el sudeste asiático en los sesenta y setentas, donde más de cincuenta mil estadounidenses sucumbieron. Pero no solamente cifras como esas parecen inaceptables, en 1993, en ocasión de las operaciones para proveer ayuda humanitaria a Somalía, poco menos de una veintena de efectivos norteamericano murieron en una incursión contra uno de los “señores de la guerra” en Mogadiscio, y las vistas de las turbas somalíes vejando el cadáver de uno de los militares caídos fue el detonante para que la administración Clinton decidiera cancelar las operaciones en el país africano y retirar por ende a sus tropas de ese lugar. A continuación, trataremos de aclarar el concepto de bajas, la forma en que las mismas son obtenidas y finalmente, emitiremos alguna opinión sobre la aptitud de la opinión pública de Estados Unidos para aceptar bajas.

E

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¿Qué son en términos militares las bajas?

Las personas no iniciadas en la terminología militar, tienden a igualar el concepto de baja con el de muerto en combate. En realidad, esto no es así. Los militares consideran como baja a todo efectivo que por alguna razón no puede continuar desarrollando operaciones militares. Según este criterio, y en líneas generales, se dividen de la siguiente manera: Bajas de combate: • Personal muerto en acción de combate contra el enemigo. • Personal herido por acción de combate. • Personal capturado por el enemigo. • Personal que se encuentra desaparecido en acción de combate. Bajas no producidas en combate: • Personal que fallece en accidentes no relacionados al combate. • Personal herido en accidentes no relacionados al combate. • Personal enfermo. Bajas administrativas: • Personal en uso de licencia. • Personal transferido, etc. - 40 -

Para el planeamiento militar, interesan todas las clasificaciones de bajas que aquí se mencionan, ya que los responsables de la conducción militar necesitan saber en todo momento el nivel de fuerzas disponibles, ya que eso les permite reemplazar la bajas que se hayan producido en los diferentes elementos que les dependen. Los medios de prensa, en general, atienden con mayor atención, cuestión de absoluta lógica a las bajas de combate y en menor medida a las no producidas en combate. El problema radica cuando no se hace la distinción entre heridos y muertos, cuestión de la que son responsables tanto la prensa como quienes dan información a la misma sin el debido detalle. ¿Cómo hacen los planificadores militares para estimar el número de bajas en una operación militar?

Para efectuar el cálculo de bajas, los planificadores militares emplean tablas o programas informáticos, que les permiten determinar la cantidad de bajas y su discriminación en relación al tipo de operación que se realice. Estas tablas o programas informáticos, están basados en datos obtenidos por la experiencia histórica de anteriores conflictos. Por supuesto, el dato obtenido tiene la validez de una aproximación que permite al decisor final de la operación evaluar el nivel de pérdidas humanas que tendrá, y si el mismo guarda o no relación con el valor del objetivo militar que se quiera alcanzar. Como podrá apreciarse, esto tiene mucho de subjetividad, y dependerá en gran medida de los condicionantes que el comandante militar haya recibido de las autoridades políticas para la campaña a desarrollar. Así, si el objetivo es de carácter vital para la sobrevivencia del Estado, el poder político será más permeable a aceptar gran número de bajas en - 41 -

aras de obtener un resultado militar relevante. Por el contrario, cuando el objetivo de la guerra es de una carácter menos relevante o se presenta con cierta poca nitidez ante la opinión pública interna, el poder político no tolerará un número de bajas que le coloque en una situación difícil frente a su población. Como se podrá apreciar, el tema de las bajas militares presenta varias facetas. Por un lado, y desde un punto de vista técnico militar, ayuda a quien conduce operaciones a evaluar la factibilidad de las mismas, de acuerdo al costo en vidas que tendrá, así como el esfuerzo a realizar para atender a heridos y prisioneros de guerra. Por otra parte, las bajas son un condicionante muy importante para lograr el apoyo indispensable de la población propia al esfuerzo de guerra. Aquí entra a influenciar la percepción que la opinión pública tenga de la importancia del objetivo de guerra. En efecto, cuando como en Vietnam o en Somalía, los objetivos que se perseguían eran percibidos por la población norteamericana como irrelevantes o poco relacionados con la seguridad del país, el rechazo a las bajas propias en esas operaciones era muy alto. En la Guerra del Golfo de 1991, se consideró como aceptable un número cercano a las 40.000 bajas, las que posteriormente no pasaron de cerca de 150. Cabe que nos preguntemos ¿cómo percibirá la opinión pública de Estados Unidos a la campaña en Iraq?, ¿Estará dispuesta a asimilar un número cuantitativamente superior de bajas a las 150 sufridas en 1991 prácticamente en el mismo escenario?. Las respuestas a estos interrogantes serán muy importantes para las operaciones a futuro, a las que habría que agregar otra ¿Cuántas bajas entre la población civil Iraquí se aceptarán como “daño colateral” de las acciones militares?. - 42 -

Para finalizar, y a modo de aproximar alguna respuesta a los interrogantes formulados, cabe recordar que Estados Unidos sufrió en los atentados de septiembre de 2001, una cantidad de bajas sin precedentes en la historia de ese país. Con ese dato en vista, no puede extrañar que la población tenga una permeabilidad mayor a sufrir bajas entre sus fuerzas militares, toda vez que las mismas signifiquen de alguna manera, una cierta retribución del castigo sufrido un año y medio atrás. De todas maneras, pese a esto, no debe perderse de vista que si las bajas van más allá de un número por nosotros no conocido, tanto la opinión pública como el propio gobierno, podrán comenzar a hacer sentir su presión sobre quienes tienen la responsabilidad de conducir las operaciones militares en el Golfo Pérsico. EL

ESCENARIO SIN

S ADDAM H USSEIN Feb-10-03

escontada la decisión de los Estados Unidos de ir a la guerra en Iraq, cabe que se formulen escenarios que nos posibiliten vislumbrar la situación internacional que podría configurarse como consecuencia de la finalización de la guerra. Para llegar a la formulación de los mismos, se partirá del supuesto que se producirá el derrocamiento de Saddam Hussein, lo que se lograría mediante el accionar militar de la principal potencia de occidente con mayor o menor respaldo de otras potencias. Un hecho de importancia a la hora de formular un escenario de post guerra, estará necesariamente ligado a la cantidad de bajas que los Estados Unidos y sus aliados sufran en la guerra. En efecto, en caso que las bajas sean mínimas, es decir similares a las poco más de un cente-

D

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nar sufridas en el mismo escenario a principios de los noventa, es dable pensar que el gobierno de los Estados Unidos se encontraría con mayor libertad de acción para llevar a cabo otras acciones militares en su campaña contra el terrorismo internacional. Por otro lado, si por la acción de las fuerzas de Iraq, las bajas alcanzan una magnitud no tolerable por la opinión pública de Estados Unidos y sus aliados, muy difícilmente el gobierno del señor Bush se encontraría en aptitud para pensar en otras operaciones militares. Independientemente de lo expuesto, Estados Unidos y sus aliados deberán casi de manera inexorable mantener fuerzas de ocupación en Iraq, de una manera muy similar a la realizada en Afganistán en el año 2002, de forma de controlar a la población y apoyar algún tipo de gobierno que se establezca en ese país. Sin embargo, será muy difícil que en el corto plazo, las fuerzas de los Estados Unidos y sus aliados sean relevadas en las tareas de ocupación por una fuerza multinacional como la que actualmente opera en Afganistán. Y esto, creemos que puede hallar su explicación en que en este último país existían pruebas más consistentes del apoyo del régimen talibán a las acciones terroristas fundamentalistas ligadas a Ben Laden, cuestión que en manera alguna encuentra una certeza similar en cuanto se analiza el caso de Iraq. Respecto del régimen que puede esperarse rija a Iraq luego de la guerra, cabe esperar que el mismo sea algún tipo de gobierno de coalición, donde participen de manera determinante los grupos disidentes que desde el extranjero vienen preparándose para la eventual caída del actual gobierno de Iraq. Dicho gobierno, tendría sin lugar a dudas que contar con el respaldo de la fuerza militar de Estados Unidos para al menos resolver los siguientes aspectos: - 44 -

• Organizar una fuerza de seguridad que le permita controlar a la población. • Reestructurar las fuerzas militares de Iraq, de manera que ese país pueda representar cierto tipo de equilibrio militar en la región, especialmente teniendo en cuenta al vecino Irán. Por otro lado, el futuro gobierno de Iraq, debería hacer frente asimismo a dos cuestiones relevantes, a saber: • El control de las minorías que residen en el sur de Iraq y que al momento son protegidas por las fuerzas aéreas de Estados Unidos y del Reino Unido. • El problema de las minorías kurdas en el norte del territorio Iraquí, las que de manera similar son protegidas por los países antes mencionados. En este punto, cabe hacer mención que el apoyo que Turquía pueda presentar para las acciones militares a desarrollar por los Estados Unidos en Iraq puede resultar un condicionante de importancia, ya que muy probablemente, Turquía requiera algún tipo de garantía para que los kurdos no desarrollen operaciones terroristas contra objetivos de aquel país. Resulta asimismo evidente, que el gobierno a instalarse en Iraq será por lo menos muy favorable a los Estados Unidos, cuestión que tendrá relevancia en la región, ya que contribuirá a la visión que ciertos sectores tienen respecto del considerable aumento de la presencia militar de la principal potencia occidental en la región que produce el mayor porcentaje de crudo del mundo. Esto, puede conducir a un mayor resentimiento en las masas árabes ganadas por el fundamentalismo islámico, lo que - 45 -

podría derivar en un mayor desarrollo de operaciones terroristas contra objetivos occidentales en diferentes partes del mundo. Este aspecto puede ser crítico para los intereses de los Estados Unidos, y debería quizás ser balanceada con una postura más proclive a los palestinos en el Cercano Oriente, de manera de crear en el mundo árabe una visión más equilibrada hacia Norteamérica. Al principio del presente trabajo, mencionamos la aptitud que los Estados Unidos podrían tener al finalizar su campaña militar en Iraq para desarrollar otras operaciones militares en el mundo. En este aspecto, creemos caben hacerse las siguientes consideraciones: • El gobierno de los Estados Unidos no está dirigiendo su accionar exclusivamente contra Ben Laden y sus seguidores más cercanos, como fuera el caso de las acciones desarrolladas en Afganistán, sino que pretende orientar sus operaciones contra estados o grupos que de alguna manera amenacen a dicho país. • Pese a lo mencionado anteriormente, y como se expresara en anteriores trabajos del Centro de Estudios, resulta cuando menos improbable esperar campañas militares similares contra países que ofrezcan la posibilidad de contrarrestar el accionar militar de Estados Unidos con la amenaza de recurrir a armamento nuclear, tal como ocurre con Corea del Norte. • No resulta evidente al momento de escribirse el presente trabajo, y a la luz de la información disponible, que sea posible pensar en otras campañas en algún otro país, toda vez que no se conforme de manera evidente la presencia de grupos - 46 -

terroristas como los que operaron en Estados Unidos en septiembre de 2001. Es que si ya resulta para Norteamérica harto difícil crear un mínimo de consenso para sus operaciones en Iraq, cuanto más lo será para desarrollar operaciones militares en otros territorios que no son percibidos por la comunidad internacional como amenazas para la paz internacional en un rango cuando menos similar a lo que el régimen de Hussein lo es actualmente. Para finalizar, es dable esperar que los Estados Unidos luego de la campaña en Iraq desarrollen algunas de las siguientes acciones: • Efectúe una explotación política de su posible éxito militar en Iraq como una muestra de su determinación de accionar directamente contra los estados que amenacen sus intereses. Esto estaría más dirigido al público interno, ávido de encontrar en su gobierno acciones concretas que de algún modo reivindiquen el orgullo nacional herido en los atentados del 2001. • Incremente las acciones encubiertas en aquellos países donde considere se desarrolle apoyo a los grupo terroristas con capacidad de accionar sobre objetivos occidentales de trascendencia. • Proporcione algún tipo de respaldo a la idea dada por el presidente colombiano, señor Uribe, de concretar algún tipo de bloqueo a las costas colombianas que posibilite dificultar al tráfico de estupefacientes su acceso a los mercados consumidores en Estados Unidos y en Europa, con lo que se cortarían - 47 -

de alguna manera los fondos que dispondrían las organizaciones guerrilleras colombianas. T URQUÍA

Y LA NUEVA CRISIS EN EL

G OLFO Feb-10-03

on la negativa de Arabia Saudita para que tropas de Estados Unidos y sus aliados efectúen la concentración previa a una campaña ofensiva en Iraq , solo el pequeño Kuwait se muestra dispuesto a permitir que su territorio sea empleado para la reunión de fuerzas y como punto de partida para un ataque desde el sur al territorio controlado por Saddam Hussein. Por el norte, Turquía que en estos últimos días ha aceptado que fuerzas de Estados Unidos empleen su territorio para una campaña contra Bagdad- se ha convertido en una pieza de gran importancia en el tablero estratégico que se está configurando previo al inicio de la casi segura guerra en el Golfo. En efecto, y tal como se lo tratara en un reciente trabajo del Centro de Estudios, en el cual se analizaran las distintas opciones militares que Estados Unidos y sus aliados podían emplear en el caso de una guerra contra Iraq, el territorio turco ofrece a Norteamérica la posibilidad de accionar ofensivamente contra Hussein desde dos direcciones estratégicas. Una de ellas en el sur, basada en Kuwait y el propio Golfo Pérsico; y la otra desde el norte, tomado al territorio turco como punto de partida. Esto, obligaría al régimen iraquí a accionar y operar en dos frentes, lo que correría en contra de las operaciones militares que Bagdag podría llevar a cabo. Turquía no solamente representa una posibilidad de ampliar la gama de opciones militares de Estados Unidos a la hora de combatir en Iraq, sino que de manera

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simultánea, se constituye en una suerte de “gatillo” que podría colocar a la NATO de manera casi automática en la obligación de operar militarmente contra Iraq. Esto es así, porque Turquía, es un miembro pleno de la NATO, y como tal goza del derecho de reclamar que sus socios en la alianza atlántica corran en su ayuda en el caso que su territorio pudiera ser objeto de ataque alguno por cualquier país. A manera de ejercicio futurista, no sería descabellado pensar la probabilidad de algún tipo de ataque iraquí contra Turquía en caso que este último país posibilite el empleo de su territorio en operaciones de Estados Unidos contra Iraq. En tal caso, y como de hecho ya lo ha manifestado el gobierno turco, se solicitaría el apoyo de la NATO para hacer frente a la acción armada contra Turquía. Esta posibilidad, colocaría en una muy difícil situación a la posición contraria a la guerra sustentada por Alemania y Francia, quienes se verían en la necesidad de responder militarmente en apoyo a Turquía, si es que quieren mostrarse como socios confiables en la principal organización defensiva de Europa. Esto también afectaría a Canadá, quien no ha dado pleno apoyo a Estados Unidos en su deseo de accionar militarmente en el Golfo. De hecho, esta situación, favorecería ampliamente a Estados Unidos, ya que neutralizaría la acción de dos de los principales países europeos y los alinearía de manera casi obligatoria a la coalición que está montando para destituir al régimen iraquí. Desde los tiempos de Mustafa Kemal (Ataturk: el padre de todos los turcos), la moderna Turquía se ha sentido con derecho de ser reconocida como un Estado europeo, pero de manera sistemática, los mismos países del Viejo Continente que son sus socios en la NATO, le niegan la posibilidad de constituirse en un miembro pleno de la Comunidad Europea. Es que aunque se nieguen - 49 -

públicamente a admitirlo, muy difícilmente Europa vea con agrado la incorporación a su Comunidad como un miembro pleno de una país islámico, donde a pesar del secularismo de su clase dirigente, grupos fundamentalistas pugnan por constituirse en una opción de poder. Por otro lado, la posibilidad de ocupar un rol relevante en la campaña contra Iraq, permitiría a Turquía obtener algún tipo de mayor libertad de acción para resolver el conflicto con los kurdos, quienes desean constituir un Estado independiente; y además, podría hacer que los Estados Unidos apoyaran aún más al gobierno turco en su búsqueda de salir de la crisis económica que lo embarga. Cabe también mencionar, que Turquía aporta a la NATO uno de los contingentes más numerosos, y que históricamente, sus FF.AA. se han destacado por su alto espíritu de combate y gran entereza para soportar los esfuerzos que la guerra impone. Habrá pues que seguir con gran detenimiento, los pasos que la NATO vaya dando en las próximas semanas en relación al pedido del gobierno turco de auxilio en caso de ser atacado por Iraq, y muy especialmente los movimientos que en Berlín y París se realicen para salvar su posición contraria a la guerra y al mismo tiempo no crear una crisis en la alianza militar creada para la defensa de Europa y la América del Norte. ¿E S POSIBLE I RAQ ?

PENSAR EN UN EJE

C OREA

DEL

N ORTE Feb-27-03

n el momento que esta columna es escrita, la prensa ha anunciado que Corea del Norte, como parte de ejercicios militares que realizan sus FF.AA., habría efec-

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tuado pruebas con misiles capaces de transportar ojivas nucleares. Esto sucede al mismo tiempo que el Reino Unido y Estados Unidos han dado en la práctica a Iraq un ultimatum de tres semanas, al cabo del cual comenzarían a desarrollarse operaciones militares. Ante estos hechos, cabe que nos preguntemos si es posible pensar que pueda estar existiendo un eje entre Iraq y Corea del Norte, que les posibilite actuar con cierto grado de consonancia en estas horas. En otros trabajos del Centro de Estudios, nos referimos al distinto tratamiento que el gobierno de Estados Unidos ha tenido respecto a Corea del Norte, en comparación al que mantiene con Iraq. En los mismos mencionamos que la presencia de armas de destrucción masiva en el caso iraquí resulta un interrogante, pero es una certeza en Corea del Norte, lo que obligaba a extremar la prudencia en la relación con este país, de manera que el conflicto existente con Estados Unidos no derive en una crisis de un potencial escalamiento muy importante. El evitar el escalamiento en la relación con Corea del Norte era posible para Estados Unidos en la medida que este último país actuara de manera independiente. Pero en las últimas semanas, el gobierno de Pyongyang viene haciendo indicaciones de que estaría dispuesto a emplear la fuerza en defensa de su territorio. Si los regímenes de Iraq y Corea del Norte actuaran de manera coordinada, podrían obligar al gobierno de Estados Unidos y sus aliados a un importante replanteo de la estrategia militar a desarrollar en las próximas semanas. Pero ¿están actuando de manera coordinada o uno de los actores (Corea del Norte) aprovecha la circunstancia para sacar algún tipo de provecho?. Y de ser así, ¿cuál sería el mismo?. - 51 -

Desde la perspectiva de quienes producen esta columna, no existiría un eje común de acciones estratégicas entre Iraq y Corea del Norte, porque si bien la administración Bush los ha etiquetado como “ejes del mal”, en la práctica no parecería que los mismos mantengan un aceitado mecanismo de interconsultas que les permitiera operar armónicamente. Asimismo, el potencial militar de ambos, si bien más importante del lado Norcoreano que de Iraq, se ve afectado por la gravísima situación económica en la que los dos deben desenvolverse. En el caso iraquí, por el bloqueo al que desde hace más de una década se ve sometido, y en el de Corea del Norte por el estrepitoso fracaso de la política socialista imperante desde siempre en ese país. Por otro lado, el apoyo práctico que Iraq podría recibir de Corea del Norte en el caso de un ataque aliado, sería nulo o uno que llevara a la desaparición de Corea del Norte. En efecto, Corea del Norte está totalmente imposibilitada de hacer sentir su fuerza militar en el Golfo Pérsico, de manera de afectar a las fuerzas aliadas que allí puedan llegar a operar militarmente. Si podría atacar a Corea del Sur, limitando el teatro de operaciones a la península coreana, o ampliar el mismo a otros países de la región si la acción se llevara a cabo con misiles estratégicos. Frente a este escenario -quizás el más comprometido que los analistas militares de occidente puedan estar estudiando en estas horas- indudablemente el mundo quedaría colocado en el umbral más próximo al empleo de fuerzas nucleares desde la crisis de los misiles cubanos. Es que si bien el ejército de Corea del Sur es una fuerza altamente motivada, muy bien equipada y con el respaldo de cerca de 37.000 efectivos norteamericanos, no menos cierto es que Seúl se encuentra situada - 52 -

a escasos kilómetros de la línea que separa a las dos Coreas, lo que hace que -de manera casi segura- la misma sea o blanco de un ataque con misiles, o escenario de combate de fuerzas terrestres. Casi de manera automática esta situación obligará a los Estados Unidos a accionar militarmente en aplicación de los planes de contingencia que por décadas viene manteniendo ante un eventual intento Norcoreano de tomar el sur de la península. Los Estados Unidos vienen, desde hace muchos años, preparando a sus FF.AA. para poder llevar a cabo al menos dos campañas militares masivas en escenarios distintos del planeta, de manera simultánea. No carecen en modo alguno de la capacidad militar más que suficiente para encarar tanto la campaña en Iraq como un eventual conflicto armado en Corea del Norte. Este último país sabe muy bien que en caso de atacar a Corea del Sur o a otros aliados de los Estados Unidos se expone, lisa y llanamente, a desaparecer del planeta como sociedad. La cuestión es saber si la racionalidad prima en el sistema decisional de Corea del Norte, o si la idea de “escapar hacia delante” puede estar siendo sopesada en algunos grupos de pensamiento estratégico de esa nación. Los días por venir tendrán la última palabra.

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L A NEGATIVA EE.UU

DE

T URQUÍA :

IMPLICANCIAS

PARA

LOS

Mar-03-03 El parlamento de Turquía, ha decidido que no dará autorización para que fuerzas de los Estados Unidos puedan ocupar el territorio nacional en la campaña que lanzarán contra Iraq. Esta decisión, tiene implicancias para los Estados Unidos y el propósito de este trabajo es el analizar las mismas.

uienes han leído el trabajo del Centro de Estudios sobre las opciones militares de Estados Unidos en Iraq, podrán recordar cómo mencionábamos la importancia que Turquía podía tener para obligar a Saddam Hussein a enfrentar una acción ofensiva desde el Norte y el Sur. Hoy esto no será posible y, evidentemente, repercutirá de alguna forma en las operaciones a desarrollar. Los Estados Unidos, en manera alguna dejarán de accionar militarmente contra Iraq por la negativa de Turquía a estacionar fuerzas en su territorio. Norteamérica posee sobradas aptitudes para desarrollar cursos de acción que le posibiliten llevar adelante sus operaciones. Sin embargo, la actitud turca se podría hacer sentir en los siguientes aspectos:

Q

Implicancias estratégicas: • Al no involucrarse en las operaciones militares contra Iraq, se hace más difícil que Turquía reciba - 54 -

algún tipo de acción militar de parte del régimen de Bagdad, por lo que toda apelación a involucrar a la NATO en la campaña se diluye. • Se fortalece de manera indirecta la posición de Alemania y Francia, toda vez que se aleja el fantasma de la obligación de operar como miembros de la Alianza Atlántica en defensa de Turquía. • En cierta forma, muestra al gobierno de Estados Unidos con un mayor aislamiento en su intención de llevar adelante la campaña. Implicancias estratégicas militares: • Se priva a los Estados Unidos y sus aliados de operar zonas de concentración en la frontera norte de Iraq, lo que hubiera obligado a las fuerzas de este último país a enfrentar una amenaza proveniente desde varias direcciones. • Obligará probablemente a un reajuste del planeamiento de las operaciones a desarrollar contra Iraq, ya que las fuerzas terrestres tendrán como zonas de concentración al territorio de Kuwait y el “espacio” que los buques de transporte de la flota aliada posean para albergar a contingentes terrestres. • Facilitará a Iraq el planeamiento de sus operaciones, toda vez que la amenaza militar por tierra deberá provenir desde Kuwait o desde el Golfo Pérsico, por medio de operaciones anfibias. • El operar desde el sector sur de Iraq, implica una mayor posibilidad de librar combates en zonas urbanas. Este tipo de acciones se caracterizan por el elevado número de bajas que causa en las fuerzas atacantes, la mayor cantidad de bajas civiles que se - 55 -

provocan (daño colateral) y, asimismo, beneficia a las fuerzas de Bagdad, toda vez que este tipo de combate le permitirá enfrentar a las fuerzas aliadas con alguna probabilidad de obtener algún éxito. Esto teniendo en cuenta que las fuerzas de Iraq en modo alguno se encuentran en condiciones de librar acción militar alguna en campo abierto contra las fuerzas aliadas. • Debe mencionarse que el sector más urbanizado de Iraq es el que asimismo mejores perspectivas ofrece para el empleo de agresivos químicos, para el caso que Bagdad decida hacer uso de los mismos. Para contrarrestar estas circunstancias, es muy probable que los planificadores militares de Estados Unidos tengan ya los planes de contingencia necesarios. Entre ellos, no debería descartarse el empleo de fuerzas aeromóviles y aerotransportadas, las que podrían posicionar una fuerza importante en el norte de Iraq, para desde allí constituir una amenaza que obligue a Bagdad a combatir en dos frentes simultáneos. Esta posibilidad tiene la dificultad del sostenimiento de la fuerza, el que debería hacerse por aire, así como la imperiosa necesidad que la misma concrete su cometido en un tiempo relativamente breve, dada las dificultades que su apoyo logístico requiere. La nueva guerra del Golfo Pérsico se muestra cada vez más compleja, tanto en los aspectos estratégicos involucrados como en los operativos que hacen estrictamente a lo militar. Deberá seguirse con particular interés el despliegue que hagan los Estados Unidos y sus aliados, ya que el mismo nos podrá dar una idea del curso de acción que se adopte para desarrollar esta campaña. - 56 -

LA

ADMINISTRACIÓN

B USH

Y E L FACTOR TIEMPO

Mar-11-03

e todos los factores que la administración Bush pueda estar considerando en estos momentos, probablemente el tiempo cronológico sea el más crítico para los planificadores estadounidenses. Este se hace sentir no sólo en momentos previos al desarrollo de las acciones militares, sino que se proyecta sobre las mismas y aún más allá del momento en que puedan finalizar. El propósito de este trabajo es dar una mirada a la forma en que el tiempo pueda estar influyendo sobre quienes tienen la responsabilidad de asesorar a la máxima autoridad de Estados Unidos en los difíciles momentos actuales, en los que una nueva guerra se cierne sobre el mundo. El gobierno de Estados Unidos sabe perfectamente que el tiempo es un factor que no lo favorece, más teniendo en cuenta que la llegada de la primavera traerá ma-

D

INCIDENCIA DEL TIEMPO SOBRE

CONSECUENCIAS PREVIO A LAS OPERACIONES

DURANTE LAS OPERACIONES

Toda operación sobre Irak que lleve un tiempo de Las demoras en el inicio de las operaciones, ejecución muy prolongado, y en esto los aumentarán el aislamiento de EE.UU. y sus parámetron de la Guerra del Golfo de principios Países opuestos a la aliados, toda vez que los países opuestos a la de los noventa pueden correr en contra de los Guerra guerra vean que pueden tener alguna EE.UU., reforzará en los países opuestos a las probabilidad de lograr algún alto en las mismas, las acciones tendientes a presionar un operaciones por desarrollar. alto al fuego a las acciones. La prolongación de las operaciones sobre territorio Iraquí más allá de un margen breve de Las demoras en el inicio de la guerra, tiempo, erosionará de manera muy drástica el erosionarán el apoyo que los gobiernos puedan apoyo de los gobiernos aliados. dar a EE.UU., toda vez que la propia opinión Países que apoyan a pública tenderá a buscar soluciones pacíficas a la Si La prolongación de las operaciones, viene de EE.UU. crisis, y por lo tanto, presionará sobre sus la mano de un número de bajas militares propias representantes, de manera que los respectivos muy alto o de daño colateral desmedido, la gobiernos hagan lo propio con el de los EE.UU influencia de la opinión pública no dejará de hacerse sentir, para encontrar una salida a la guerra de la manera más rápida.

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INCIDENCIA DEL TIEMPO SOBRE

CONSECUENCIAS PREVIO A LAS OPERACIONES

DURANTE LAS OPERACIONES

Como se mencionara en anteriores trabajos del Centro de Estudios, la población de EE.UU. se La población de EE.UU. viene siendo sometida muestra como fóbica a las bajas propias. Si las desde hace meses a una gran tensión en relación operaciones se prolongan en el tiempo, sin que Opinión pública de con el conflicto con Irak, y toda demora en la se obtengan resultados concretos, y si las bajas EE.UU. iniciación de las operaciones militares, contribuirá comienzan a acumularse, es muy probable que la a erosionar el apoyo que las mismas tienen hasta propuesta sobre el desarrollo de la guerra pueda el momento hacerse sentir con fuerza, toda vez que no se perciba a Iraq como una amenaza concreta a la propia supervivencia. Si se produjesen demoras en las operaciones, El tiempo que se demoren las operaciones, esto requerirá de los mandos militares el efectuar afecta de manera directa a la moral de las tropas ajustes en sus planeamientos, y en determinados sobre el campo, toda vez que la lejanía del hogar casos, recurrir a emplear fuerzas que deban y la rutina propia de los campamentos en zonas arribar al teatro de operaciones de zonas alejadas de centros urbanos, tenderá a disminuir alejadas, lo que retrasará el logro de los la moral combativa de las tropas. objetivos. Aspectos militares Las demoras favorecen a Corea del Norte en sus Las demoras, podrían llevar al gobierno de acciones de endurecimiento de su política Pyongyang al erróneo concepto que existirá nuclear, toda vez que perciba que mientras alguna cierta posibilidad de dar un salto adelante, EE.UU. atiende su crisis con Irak, menor será la dada la demora de EE.UU. para alcanzar sus cantidad de tiempo que dispondrá para hacer objetivos en Irak. frente a sus acciones.

yores dificultades a las operaciones que se han planificado desarrollar. Todo hace presumir que la administración del señor Bush se atendrá al plazo del 17 de marzo, y no más allá del mismo, para lanzar de una manera fulminante una acción militar que le permita terminar el conflicto con Iraq. De esa forma, con una victoria rápida, con escasas bajas propias y con un nivel de daño colateral lo más cercano posible a lo tolerable, estará en condiciones de presentarse apropiadamente para la siguiente fase de su guerra contra el terrorismo internacional. Si por el contrario, las demoras previas a la guerra se continúan y las operaciones no se desarrollan con la fluidez y velocidad esperadas, el gobierno estadounidense deberá afrontar una serie de presiones provenientes de diferentes actores, que muy probablemente alterarán de manera muy significativa lo que sus planificadores han previsto hasta el presente. - 58 -

CAPÍTULO II: El desarrollo de la campaña L A INFALIBILIDAD EE.UU.

DE LOS PLANIFICADORES MILITARES DE

Ene-20-03

uando la iniciación de operaciones militares de los Estados Unidos junto a algunos aliados contra Iraq parece ser una cuestión que cuenta con alguna fecha predeterminada que desconocemos, creemos que puede resultar de interés efectuar algunas consideraciones sobre las aptitudes de los estamentos de planificación de operaciones militares de la principal potencia del mundo actual. Es que resulta muy común que ciertos círculos en nuestro país den por descontado que los Estados Unidos es una nación que puede realizar cuanto desee en el ámbito militar, sin que existan impedimentos a los objetivos que la misma busque obtener mediante el empleo de su recurso militar. El objetivo del presente trabajo es el de

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realizar un recorrido por diferentes ejemplos de la historia reciente para ver que los Estados Unidos de manera alguna son un estado todopoderoso capaz de imponer su voluntad cual si fuera la Roma de los césares, sino que por el contrario, en la aplicación de su vasto recurso militar ha cometido errores graves, poco tenidos en cuenta por quienes de manera superficial analizan el empleo de la fuerza por parte de los Estados Unidos. Durante las décadas de los sesenta y los setenta, los Estados Unidos se involucraron de manera total en una guerra interna que se llevaba a cabo en el sudeste de Asia en el actual Vietnam. Los planificadores de los Estados Unidos eran de opinión que los vastos recursos militares disponibles, los que incluían desarrollos tecnológicos no empleados por nación alguna, permitirían derrotar fácilmente a un enemigo que conducía sus operaciones militares con tecnologías mayoritariamente perimidas y cuyo elemento humano era por lo menos muy inferior en términos educativos respecto al de los Estados Unidos. De esa manera, y durante más de una década, decena de miles de tropas de Norteamérica participaron de “tours” de doce meses, donde como rasgo distintivo, el tedio, la incapacidad de fijar al enemigo y las limitaciones políticas causaron que la principal potencia de occidente tuviera que abandonar a su aliado Survietnamita, ya que los planificadores determinaron posteriormente que había que “vietnaminizar” la guerra y no involucrar más tropas de Estados Unidos. No resultará extraño que poco tiempo después, todo Vietnam fue unificado por los comunistas, al mismo tiempo que la bandera de Estados Unidos era rápidamente evacuada de una embajada en Saigón, siendo esta última una de las imágenes más claras de la derrota de ese país. - 60 -

Ya durante el gobierno del señor James Carter, y con motivo de la toma de la embajada de EE.UU. por parte del régimen de Komehini, los planificadores norteamericanos previeron y llevaron a cabo una operación de rescate de los rehenes, la cual fue encomendada a la fuerza Delta de aquel país. La operación fue un rotundo fracaso, debilitando de una manera cierta a la administración Carter y debilitando aún más el prestigio de los Estados Unidos. Con la administración Reagan, vinieron algunos aciertos en el empleo del recurso militar de los Estados Unidos, como lo fueron en alguna medida las operaciones desarrolladas en Grenada, aunque desde el punto de vista estrictamente militar fueron una clara muestra de la incapacidad de accionar eficazmente de manera conjunta. Ya durante la administración Bush padre, las operaciones en Panamá y en el Golfo Pérsico fueron un buen ejemplo de éxitos importantes en el empleo del recurso militar. Los mismos fueron resultados de la profunda autocrítica que las FF.AA. de aquel país efectuaran de su desenvolvimiento durante la guerra de Vietnam, y de las certeras medidas tomadas para transformar radicalmente a las mismas. Sin embargo, con la administración Clinton, vuelven a aparecer en los planificadores vicios que tienen que ver con la creencia de la propia capacidad para emprender cuanta operación sea concebida. Así las acciones aéreas llevadas a cabo en diferentes oportunidades en los Balcanes, en la creencia que el poder aéreo por si mismo es un medio apto para alcanzar resultados militares de cierta permanencia, y por otro lado, el rotundo fracaso experimentado por la elite de las tropas de Estados Unidos, nos referimos a los Ranger y la Fuerza Delta en Somalía, donde la muerte de poco más de una docena de sus miembros en acciones contra las masas y milicias somalíes hicieran que el gobierno - 61 -

norteamericano decidiera retirar sus fuerzas de aquel país. Hoy, a la víspera de una segura intervención militar de los Estados Unidos en Iraq, y más allá del detalle de lo que hayan planificado los responsables del empleo del recurso militar de aquel país, cabe que quienes dan por descontado una fácil victoria sobre el régimen iraquí, cuestión esta que no estamos en condiciones de cuestionar en modo alguno, tengan en cuenta a la luz de los ejemplos citados en el presente trabajo, que quienes planifican las operaciones militares del país más poderoso de la tierra son hombres, que más allá de su reconocida profesionalidad, por su condición humana han sido, son y pueden serlo a futuro, pasibles de cometer errores en la aplicación de sus medios. Asímismo, ya para finalizar, la sola posesión de una vasto y moderno arsenal no es por si mismo una condición de éxito asegurado en la guerra, ya que como hemos visto, los errores de apreciación o en la conducción de los mismos pueden llevar a fracasos que resultan casi inexplicables para quienes analizan las acciones militares poniendo un énfasis desmedido en los medios en presencia, olvidando que los mismos no son suficientes para garantizar la victoria.

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A NÁLISIS

DE LAS OPCIONES MILITARES D E LOS

SUS ALIADOS E N

I RAQ

EE.UU.

Y

Ene-24-03

No parecería que los Estados Unidos cuenten con un apoyo multinacional de carácter tan masivo (para el caso de Iraq) como el disfrutado en la Guerra del Golfo.

esulta harto evidente que los Estados Unidos realizarán acciones militares para como mínimo cambiar el régimen de Saddam Husseim en Iraq. La intención del presente trabajo de la Comisión de Defensa del Centro de Estudios es la de analizar las opciones de empleo del recurso militar disponible, tanto por parte de los Estados Unidos y sus posibles aliados como lo que podría esperarse de la contraparte iraquí. Quiere dejarse aclarado, que el presente informe se hace sobre la base de datos que surgen de los siguientes aspectos:

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• Ambiente geográfico donde se desarrollarían las operaciones. • Experiencias de empleo de fuerzas militares en los últimos conflictos. • Estimaciones propias del posible comportamiento de los diversos actores con intereses en la zona. - 63 -

Finalmente, la secuencia de enunciación de opciones responde a criterios metodológicos y no a la posibilidad mayor que la misma se configure. Opción Nro. 1: Bloqueo aeronaval a Iraq En los hechos esta opción se encuentra en plena ejecución desde prácticamente la finalización de la Guerra del Golfo Pérsico. En efecto, Iraq se halla sometido a un bloqueo económico de una magnitud mucho mayor al que soporta desde hace décadas Cuba por parte de los Estados Unidos. Asimismo, Iraq tiene tanto en el Norte de su territorio como al Sur del mismo dos Zonas de No Vuelo (NFZ). Las mismas, operan bajo el control de elementos aéreos de los Estados Unidos y sus aliados, impidiendo a las Fuerzas Aéreas Iraquíes el sobrevuelo de los sectores en cuestión, para proteger en el Norte a minorías kurdas y en el Sur a grupos opositores al régimen imperante en Iraq. Esta opción militar ha contribuido a limitar el desarrollo del potencial de Iraq y a restringir el pleno ejercicio del control del espacio aéreo por parte de las autoridades iraquíes, sin embargo, se ha mostrado incapaz de obtener un cambio en la estructura política del país. Opción Nro. 2: Acciones Aéreas masivas sobre Iraq A pesar de lo que muchos dirigentes civiles piensan, el empleo de municiones no nucleares en acciones aéreas masivas sobre un país son de un resultado muy relativo para la consecución de objetivos políticos. En el caso de Iraq, las mismas no resultarían en la opción más viable por las siguientes causas: - 64 -

• No logran crear una situación perdurable en el tiempo, toda vez que no se produce una efectiva ocupación del terreno donde se quiere obtener un objetivo político perdurable. • El efecto sobre la población probablemente sea negativo, en el sentido que reforzará su apoyo al régimen imperante, ya que como la experiencia histórica enseña, la misma tiene tendencia a aglutinarse apoyando al gobierno antes que a buscar rebelarse. Esto porque normalmente no asocia el sufrimiento que la acción aérea ocasiona con el régimen que la gobierna. • Es muy susceptible de causar importantes daños colaterales sobre la población civil, lo que atentaría especialmente en el apoyo que la comunicad internacional pueda dar al accionar militar contra Iraq. Resulta muy difícil que mediante esta opción se logre el descabezamiento del gobierno, toda vez que para ello se requeriría de un nivel de información en tiempo real muy difícil de disponer. Opción Nro. 3: Acción de Tropas Comando sobre Bagdad Este tipo de accionar, sobre el cual algunos medios se han referido en los últimos tiempos, presenta algunas ventajas que resultan de interés para los políticos responsables de decidir sobre el empleo del recurso militar. Esto es debido a que las acciones de tropas comando son en términos militares menos costosas que las que recurren a un empleo masivo de fuerzas terrestres. En efecto, las tropas comandos pueden obtener resultados muy importantes con relativamente escasos medios humanos y - 65 -

materiales. Para que esta opción sea posible en la situación que analizamos en Iraq, se requiere que se cumplan los siguientes requisitos: • Disposición de información de altísima confiabilidad, que permita producir inteligencia muy precisa para que el accionar de las tropas comandos no caiga en el vacío o peor aún en una trampa. Al respecto, no podemos dejar de mencionar dos casos de empleo de tropas comando con inteligencia poco precisa y que llevaron a rotundos fracasos. El primero la operación militar para el rescate de los rehenes en Irán a fines de los setenta y la abortada operación para eliminar los aviones Super Etendart y sus pilotos intentada por el SAS británico en 1982 y que resultara en un fracaso al descubrirse por parte de una fragata argentina la presencia del helicóptero que transportaba al escalón de reconocimiento inglés. • Contar con el apoyo de al menos un sector con fuerte influencia sobre los mandos militares iraquíes, de forma que pueda asegurarse al menos la constitución de algún tipo embrionario e gobierno de transición, para el caso que la operación tuviera éxito. De no ser esto así, podría conducir al caos a Iraq en caso que se decapitara el sistema decisional y no existiera una alternativa en condiciones de ejercer el poder. - 66 -

Opción Nro. 4: Acción anfibia desde el Golfo Pérsico Esta opción de empleo de tropas de superficie es quizás la que con menos probabilidad pueda llevarse a cabo, aunque actúa sobre la avenida de aproximación a la capital de Iraq más directa. Esto responde no tanto al hecho de la dificultad que resulta inherente a toda operación anfibia, ya que la superioridad en este campo de los Estados Unidos y sus aliados es abrumadora, sino que se fundamenta en lo que se debería enfrentar luego de establecida la cabeza de playa. Se considera como inconvenientes a los siguientes puntos: • Acciona sobre la parte del territorio iraquí que tiene mayor cantidad de poblaciones. Estas son lugares ideales para que las fuerzas iraquíes desarrollen lo que en la moderna jerga militar se conoce como “batalla asimétrica”. En este tipo de acciones militares, los iraquíes podrían compensar su notable inferioridad militar llevando a las tropas desembarcadas a operar en localidades, donde el número de bajas que se sufren son siempre muy altas en comparación con las que sería dable esperar en un combate en terrenos abiertos. Asimismo, las bajas en la población civil serían muy altas y las posibilidades que las tropas de los Estados Unidos y sus aliados causaran un daño colateral alto serían grandísimas. Este es un factor que no debe dejarse de tener en cuenta a la luz de mantener el apoyo de la opinión pública internacional al accionar en territorio de Iraq, como ya se mencionara en ocasión de analizar la opción aérea. - 67 -

• Opera sobre un sector poco apto para la maniobra, toda vez que lo hace prácticamente canalizando las acciones entre los ríos Eufrates al Oeste y Tigris al Este, así como por sectores de amplios bañados al Noreste de Basora. A lo mencionado, hay que combinarlo con la ya citada mayor presencia de poblaciones. • Es el sector donde la combinación de las restricciones que el terreno impone, sumado a la presencia de poblaciones más aptitud presenta para el empleo del mencionado potencial en armas de destrucción masiva achacado al gobierno iraquí. En efecto, una fuerza invasora operando en espacios restringidos conformaría con cierta facilidad blancos potencialmente posibles de ser afectados con armas de tipo químico. El solo empleo de este tipo de agresivo generaría una escalada en el conflicto cuyos límites son difícilmente imaginables. Opción Nro. 5: Acción aeroterrestre desde el Norte y el Sur Esta acción para ser llevada a cabo, requiere disponer que las tropas a emplearse puedan tener bases de partida para lanzar sus ataque en el Norte en territorio turco y en el Sur en Arabia Saudita y Kuwait. La misma, presenta las siguientes ventajas desde el punto de vista militar: • Al accionar en forma sincronizada tanto desde la frontera Norte como la Sur de Iraq, pone a las fuerzas iraquíes en la obligación de operar en dos frentes de manera simultánea. - 68 -

• El ataque desarrollado desde la frontera Sur emplea la parte del territorio iraquí más apta para el desarrollo de movimientos por grandes formaciones blindadas/mecanizadas, dando mayores opciones para accionar sobre la capital Bagdad desde direcciones convergentes (S-N ; SO-NE). • El ataque desde la dirección Norte, presenta menos posibilidades para el desarrollo de amplias maniobras con elementos blindados/mecanizados, sin embargo, permitiría aferrar importantes elementos iraquíes que no se hallarían disponibles para operar en el sector Sur. Esta opción, presenta también una serie de desventajas que mencionaremos a continuación: • Requiere de un compromiso de Turquía para al menos autorizar que fuerzas extranjeras empleen su territorio para invadir Iraq. Esta dificultad podría encontrar un camino de solución si a Turquía se le ofrece algún tipo de libertad de acción mayor para terminar con el secular problema que los kurdos representan para ese país. • Es la que mayor cantidad de tropas requiere para su implementación, lo que de por si insume mayor cantidad de tiempo para su concentración en los lugares de partida para el desarrollo de los ataques. • Opera asimismo en el Sur sobre el sector que las tropas de la Guardia Republicana iraquí mejor puede emplear. Asimismo, sería razonable esperar que estas fuerzas hayan capitalizado las experiencias negativas de su accionar en ese mismo terreno en la pasada Guerra del Golfo. - 69 -

• La concentración de fuerzas necesaria para operar según esta opción, permitiría a Iraq el desarrollo de algún tipo de acción con vectores que transporten ojivas con armas de destrucción masiva sobre los sitios de concentración de las fuerzas, así como los puertos y aeropuertos que se empleen para esta actividad. Este accionar de parte iraquí sería una resultante directa de la lección aprendida en la Guerra del Golfo, donde permitió a la fuerza multinacional efectuar la concentración de su personal y medios sin tratar de afectar la misma en momento alguno. Como se ha podido ver, son varias las opciones que se plantean a los planificadores militares de los Estados Unidos y sus aliados para operar en Iraq. Muchas de ellas presentan ventajas y desventajas que serán valoradas previo a la toma de la decisión final a la luz de obtener el objetivo político de la forma menos costosa posible. Lo que la razonabilidad indica es que no debería esperarse una especie de repetición de los acontecimientos vividos en esa misma región del mundo a principios de los noventa. Esto se fundamenta en los siguientes aspectos: • No parecería contar los Estados Unidos con un apoyo multinacional de carácter tan masivo como el disfrutado en la Guerra del Golfo. • No se aprecia la constitución de una alianza árabe tan fuerte como la que se tuvo en el pasado. • La situación en Israel respecto a Palestina es notoriamente peor que en la Guerra del Golfo. Debería tomarse como un hecho que Iraq tratará de accionar sobre Israel de una manera importante, de forma de - 70 -

lograr en la segura represalia israelí un elemento resquebrajante al apoyo árabe que pudiera conseguir los Estados Unidos. • En la Guerra del Golfo, al ser el objetivo que Iraq abandone Kuwait, el gobierno iraquí tenía cartas a jugar para preservarse, como realmente ocurrió, ya que existían consideraciones geopolíticas que favorecían el mantenimiento del gobierno iraquí. Ahora el objetivo es el derrocamiento del régimen, lo que podría llevar al mismo a una situación en la que podría recurrir al empleo de armas de destrucción masiva no empleadas en la Guerra del Golfo. Finalmente, cualquiera sea la opción militar que se lleve a cabo, sea alguna de las mencionadas, una combinación de ellas u otra no ponderada, puede servirnos una vez más para comprender de qué forma el empleo del recurso militar no es un fin en sí mismo, sino que responde a las más altas consideraciones que un Estado puede tomar. Asimismo, que la tantas veces mencionada situación donde el comercio y los negocios prevalecen sobre el empleo de las fuerzas militares se ve desvirtuado, toda vez que un Estado aprecia que objetivos vitales al mismo se encuentra en peligro, de allí la necesidad de contar con políticas de defensa claras y objetivas, que posibiliten al Estado otras herramientas para desenvolverse en el complicado panorama que el presente Siglo XXI nos muestra.

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¿E S

PROBABLE EL EMPLEO DE ARMAMENTO NUCLEAR POR

PARTE DE LOS

EE.UU.

EN SU CAMPAÑA EN

I RAQ ? Ene-28-03

n los últimos días, la prensa nacional e internacional ha publicado informes según los cuales los Estados Unidos estarían contemplando la posibilidad de emplear armamento nuclear en sus acciones militares a desarrollar en Iraq. Más aún, se llegó a expresar en las notas que el mencionado armamento sería empleado no solamente como una respuesta al empleo de armas químicas o biológicas por parte de Iraq, sino como una forma de destruir aquellos blancos que no puedan ser batidos por medio del empleo de armamento convencional. El objeto de este trabajo es el de poder analizar qué tan probable es el empleo de armamento nuclear por parte de los Estados Unidos. Para comenzar el análisis, debe partirse de la base de tener muy en cuenta que países occidentales de la relevancia de los Estados Unidos, cuando deciden hacer empleo de su recurso militar, normalmente estudian en el nivel de los estados mayores y superiores las distintas opciones que disponen para hacer frente, como en el caso que nos ocupa, a una campaña militar en el Golfo Pérsico. Así, se desarrollan gran cantidad de planes para atender a las diferentes contingencias que una acción militar de magnitud les puede ocasionar, de manera de achicar de esa forma las improvisaciones y acentuar las probabilidades de éxito sobre el terreno. Ahora bien, ¿cuáles podrían ser las situaciones en las cuales los Estados Unidos podrían recurrir al empleo de armamento nuclear en sus operaciones en Iraq? Enunciaremos a continuación las que consideramos más relevantes:

E

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• Si se recibiera un ataque nuclear por parte de Iraq sobre las tropas de Estados Unidos o sobre algún territorio aliado. Ya en otro trabajo del Centro de Estudios, nos manifestamos poco proclives a esta eventualidad, ya que como mencionáramos en esa ocasión, el estado de desarrollo del armamento nuclear iraquí pareciera haber sufrido un golpe decisivo en ocasión de su derrota en la Guerra del Golfo y de las sucesivas inspecciones internacionales a las que tal país fuera sometido. • Si Iraq recurriera al empleo masivo de armamento químico o bacteriológico contra las tropas de Estados Unidos o contra algún aliado. Esta eventualidad, quizás la que más posiblemente pueda darse, podría colocar a los Estados Unidos en el umbral de emplear su armamento nuclear táctico como respuesta. Sin embargo, la naturaleza y vastedad del armamento convencional y químico a disposición de Norteamérica, difícilmente obliguen a ese país a recurrir al uso de armas nucleares, cuando dispone de alternativas tan variadas a mano. Debemos asimismo, reiterar un concepto expresado en un anterior trabajo del Centro de Estudios, en cuanto a que el armamento nuclear es más una herramienta de empleo político que un arma fácilmente disponible a disposición de los comandantes en campaña. Esto es así, porque las implicancias del empleo de este tipo de ingenios tiene repercusiones mucho más allá de una situación favorable obtenida sobre el terreno, ya que sentaría precedentes de muy difícil control a futuro. Por ejemplo, otros países poseedores de armamento nuclear, podrían verse tentados a su empleo limitado para la resolución de algún tipo de conflicto que no haya encontrado resolución - 73 -

hasta el momento con el empleo de los armamentos convencionales. Asimismo, podría facilitarse una peligrosa escalada en la proliferación de armamento nuclear, toda vez que el resto del mundo observe como la principal potencia militar, y que tiene precisamente a la no proliferación como uno de sus objetivos inmediatos, hace empleo de los mismos en un conflicto en el que difícilmente pueda decirse se encuentra en riesgo algún interés vital que haga a su supervivencia como nación. No menor sería el costo político que el gobierno de Estados Unidos debería enfrentar de llevar adelante una acción con armas nucleares, ya que si hoy en día resulta difícil lograr un consenso internacional favorable al empleo de la fuerza en Iraq, mucho más duro será lograrlo para futuras operaciones que se deseen encarar, al tiempo que pude ser problemático mantener un frente interno cohesionado cuando las armas nucleares comienzan a ser empleadas. Para finalizar, resulta por lo expuesto y desde la información disponible para efectuar una evaluación de los hechos, poco probable imaginar un escenario donde los Estados Unidos hagan empleo de armamento nuclear para enfrentar su campaña en Iraq. Razones de orden político y práctico hacen que posea poco peso la opción de recurrir a un armamento cuyo empleo posee repercusiones que exceden en mucho a las necesidades propias de las operaciones militares. El recurso del armamento nuclear sería más un problema para los Estados Unidos que una solución aceptable a su campaña militar.

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¿Q U É

MISIÓN PUEDEN ESTAR CUMPLIENDO LAS FUERZAS

ESPECIALES HOY E N

I RAQ ? Feb-04-03

egún trascendidos de prensa, fuerzas especiales de Estados Unidos y del Reino Unido estarían operando en estos momentos en territorio iraquí. Esto puede llamar la atención de las personas no acostumbradas a seguir de cerca el empeñamiento de fuerzas militares, ya que cuando se habla que en un plazo de semanas se iniciarían las operaciones formales en Iraq, fracciones militares realizan operaciones militares con un tiempo de antelación muy importante. Como expresáramos en un trabajo anterior del Centro de Estudios, las fuerzas especiales operan en la profundidad del territorio enemigo, en busca de alcanzar resultados que tengan una implicancia directa en las futuras operaciones a realizar. El propósito de este trabajo, es el de echar alguna luz sobre los probables objetivos que estas fuerzas puedan estar buscando en sus acciones en el territorio de Iraq, para lo cual, formularemos algunos interrogantes, y mediante las respuestas a los mismos, trataremos de alcanzar el objeto de este artículo.

S

¿Cuáles pueden ser las fuerzas que están infiltradas en Iraq?

Las fracciones operando actualmente infiltradas en territorio iraquí, están muy probablemente organizadas sobre la base de elementos pertenecientes al Special Air Service (SAS), Special Boat Service (SBS) del Reino Unido y boinas verdes o Fuerza Delta del Ejército de los Estados Unidos. Estos pueden estar operando de manera específica, es decir sin mezclar sus efectivos entre si, o - 75 -

por el contrario de manera mixta, integrando fracciones con personal de las organizaciones antes citadas. Este criterio, variará de acuerdo a las necesidades que las misiones por cumplir tengan. ¿Cómo pueden estar infiltradas en Iraq?

organizadas

las

fuerzas

La fuerzas especiales que actuarían en Iraq, estarían organizadas en grupos relativamente pequeños. Los mismos, están normalmente a cargo de un oficial de menor jerarquía o un suboficial de mucha experiencia. De este hombre, dependen entre cinco o diez hombres, pudiendo disminuir o aumentarse los números en función de la misión a cumplir. Entre los integrantes de la fracción existirán un especialista en comunicaciones, responsable del enlace con el comando que ordenó la misión; uno o dos navegantes, quienes tienen como misión conocer en forma precisa la posición que la fracción ocupa en el terreno en cualquier momento; un especialista en explosivos, a cargo de la ejecución de las demoliciones que pudieran efectuarse; uno o más especialistas en inteligencia, con responsabilidad en la evaluación de la información que se obtenga, así como en el análisis del material que pudiera localizarse; un especialista en la señalización de objetivos, cuya misión es, una vez localizado un blanco, “iluminar” por medio del láser o infrarrojo al mismo, de forma que el blanco pueda ser atacado de manera precisa por la fuerza aérea o mísiles de largo alcance. Finalmente, pueden integrar la fracción un especialista en interrogatorios y uno o dos que tengan por misión el organizar guerrillas entre la población del territorio enemigo que por algún motivo sea hostil al régimen imperante. - 76 -

¿Qué pueden estar haciendo las fuerzas especiales en Iraq?

Muy probablemente, las fuerzas especiales operando en Iraq tengan varias misiones diferentes que cumplir. En efecto, no debe pensarse que una única fracción es empleada de manera polivalente, sino que por el contrario, son organizadas para cumplimentar una misión específica o a lo sumo otra más. Las misiones que podrían estar realizándose, quizás sean dirigidas a los siguientes fines: • Localización de armas de destrucción masivas: Estas fracciones exploran zonas del terreno, en busca de lanzadores de armas tales como los mísiles Scud, de manera de mantener actualizado su emplazamiento y en la oportunidad adecuada, iluminar los mismos para su destrucción o efectuar esta última actividad con la fracción misma. • Localización de instalaciones de comando importantes y sistemas de sensores y radares: Se procede en forma similar a la anterior. • Organización de fracciones de población hostil al régimen: Las fuerzas especiales con esta responsabilidad, toman contacto con minorías que sienten algún tipo de resentimiento respecto al régimen, y las tratan de organizar, de manera que operen detrás de las líneas de las fuerzas iraquíes, afectando sus comunicaciones, caminos, etcétera. • Eliminación de líderes enemigos: Esto puede aplicarse tanto a líderes militares de las FF.AA. iraquíes como a dirigentes políticos. Todo dependerá de la decisión política que imponga estas misiones. - 77 -

¿Cómo se emplazan las fuerzas especiales en territorio iraquí?

En la actualidad son varias las formas en que las fuerzas especiales pueden posicionarse en el territorio iraquí. Señalaremos algunas: • Lanzamiento desde gran altura de las fracciones en la profundidad del territorio: Esto se hace desde aeronaves volando a gran altura en el límite fronterizo del país, se lanza al personal, y el mismo “navega” en el aire hasta alcanzar una zona en el territorio enemigo, hecho esto, abren sus paracaídas y tocan tierra. • Despliegue desde unidades navales submarinas o de superficie: Estas se acercan a la costa, desde donde liberan a las patrullas, empleando botes con propulsión silenciosa o mediante el empleo de equipos de buceo de uso militar, los que eliminan las burbujas tan comunes en los equipos de uso civil. • Infiltración de las fuerzas por medio de helicópteros: Los Estados Unidos cuentan con helicópteros en condiciones de penetrar en territorio bajo control enemigo, desembarcar fuerzas y replegarse con grandes posibilidades de evadir la localización por parte del enemigo. ¿Cómo mantienen su enlace con los comandos superiores?

Las fuerzas especiales, normalmente no mantienen una comunicación fluida con los comandos superiores, en - 78 -

orden de evitar su detección por parte del enemigo. Normalmente, realizan sus enlaces en horarios previamente acordados, empleando equipos de comunicaciones satelitales que emplean procedimientos como “salto de frecuencia” y “cifrado automático” de las transmisiones. El primero de los procedimientos, hace que el equipo de comunicaciones cambie de frecuencia de manera automática permanentemente durante la transmisión, para dificultar la localización enemiga; por otro lado el cifrado automático, cripta las transmisiones, para que en el caso que el enlace sea detectado, el enemigo tenga los mayores problemas en entender el contenido de los mensajes que se emitan. ¿Cómo se recuperan a las fuerzas especiales?

Esto dependerá de las características de la misión, pero puede ser de alguno de los siguientes modos: • Estableciendo contacto con las fuerzas propias una vez que las mismas operen en el territorio iraquí. • Evacuándolas por medio de helicópteros o aeronaves de ala fija desde lugares seguros. • Por modo terrestre, realizando una marcha a pie a territorio controlado por minorías hostiles al régimen o a un país vecino. ¿Cómo las fuerzas especiales son sostenidas?

Este problema tendrá una solución diferente, de acuerdo a la duración y características de la misión a realizarse. Así, en las misiones de corta duración, las fuerzas lle- 79 -

varan consigo la totalidad de los elementos que les permitan sobrevivir de manera independiente en territorio enemigo, o cuando la duración sea tal que esta técnica no sea factible, podrá recurrirse al abastecimiento por modo aéreo o recurrir al sostenimiento que fuerzas hostiles al enemigo pueda proporcionar. ¿C OMBATIRÁ

EL RÉGIMEN IRAQUÍ ?

Mar-07-03

uando resulta inminente el lanzamiento del ataque de los Estados Unidos y sus aliados contra Iraq, creemos oportuno preguntarnos si Saddam Hussein dará batalla o sus declaraciones tienen sólo el valor de la retórica y asistiremos así a un espectáculo similar al que sus fuerzas dieron a principios de los noventa, en el cual masivamente se rindieron a la abrumadora demostración de fuerza de la fuerza multinacional que enfrentaron. Es que no podemos sustraernos de comparar a la próxima campaña con aquella de 1991, a pesar de ser plenamente conscientes de que hay variables nuevas en este conflicto, las que conviven con otras que se hicieron presentes en la anterior campaña. En otros trabajos del Centro de Estudios hemos mencionado las opciones militares que Estados Unidos y sus aliados tienen, así como las que el régimen iraquí puede echar mano para enfrentar el combate. Sin embargo, todo análisis de los distintos cursos de acción que puedan materializarse, en el fondo tiene como base insustituible el considerar que las fuerzas en presencia combatirán. Por la experiencia que poseemos de su historia, quienes escribimos no dudamos de que las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados sí combatirán, y cuando analizamos

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a las fuerzas de Iraq y su desempeño en la anterior guerra, es pues aceptable que nos formulemos interrogantes a la hora de pensar una respuesta terminante a la decisión de las tropas iraquíes de combatir. Cuando se analiza una cuestión tan subjetiva como lo es la voluntad de lucha de un ejército, debe tenerse muy en cuenta no aplicar parámetros que puedan tener una validez relativa, toda vez que las diferencias culturales entre las tropas iraquíes y las de los aliados son más que evidentes. Esto es así porque ciertos analistas en occidente tienden a pensar que como el régimen de Hussein es una tiranía indiscutible, las tropas de Iraq podrían estar deseosas de desprenderse del yugo que el mencionado gobierno significa. Semejante forma de pensar olvida que las concepciones sobre lo que es bueno y justo varían de formas muy marcadas, según la visión sea la de un occidental o la de un habitante del Oriente Medio. Si Saddam Hussein fuera tan impopular en su país, tendría que haber existido algún tipo de movimiento civil con apoyo en las FF.AA. con alguna mínima aptitud para afectar la sustentabilidad del régimen. Y hasta el momento ello no ha sucedido, no solamente en estos últimos años sino durante la larga guerra de desgaste que Iraq llevó adelante contra Irán. Por otro lado, las imágenes de gran cantidad de soldados iraquíes rindiéndose a la fuerza multinacional en 1991 tiene mucho más que ver probablemente con falencias muy importantes en los responsables de comandar a las tropas sobre el terreno, que en la cobardía de las mismas para hacer frente al enemigo. Si pensamos que durante años las tropas de Iraq combatieron a las de Irán en asaltos similares a los de la guerra de trincheras del frente occidental de 1914 a 1918, no podemos menos que descartar su cobardía y sí cuestionar sus mandos, que - 81 -

indudablemente debieron dar a las mismas una sensación de aislamiento o abandono que pudo haberlas motivado a la masiva rendición. En anteriores trabajos citamos que Iraq debía ser plenamente consciente de su imposibilidad de dar una batalla clásica contra Estados Unidos y sus aliados, y que el recurso más lógico a disposición era librar combate en las localidades donde Bagdad tiene mayores posibilidades de obtener algún éxito. Si son bien mandados y emplean con criterio las oportunidades que el combate urbano puede proporcionarles, el ejército iraquí puede llegar a causar más de un problema a sus oponentes. Por el contrario, si sus mandos se muestran poco cuidadosos de sus hombres y negligentes en el cumplimiento de sus deberes militares, puede asegurarse que las escenas de los principios de los noventa se repetirán ya que por más temor que por el régimen de Hussein puedan sentir, la falta de atención que las tropas puedan tener en campaña influirán mucho más sobre ellas que cualquier otra causa en su voluntad de lucha. Como ya dijimos, el tiempo nos dirá cuál será el proceder de las fuerzas de Bagdad ante la guerra que se cierne sobre ellas. LA

OFENSIVA AÉREA SOBRE

I RAQ Mar-12-03

a campaña militar contra Iraq será iniciada con seguridad por una ofensiva aérea de parte de las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados. El propósito de este trabajo, es el de colocar a esta acción dentro de parámetros que el lector no iniciado en el empleo del recurso militar pueda comprender y, asimismo, dimensionar adecuada-

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mente los alcances y limitaciones que esta fase de la campaña militar pueda tener. ¿Por qué se inicia una campaña militar con una ofensiva aérea?

Desde la irrupción de los medios aéreos en el campo militar en el siglo XX, resulta inconcebible el empleo de fuerzas terrestres de magnitudes significativas, sin que el espacio aéreo sobre las mismas no se encuentre asegurado, dentro de los parámetros militares, de cualquier acción de las fuerzas aéreas enemigas. Por ello, antes de ser lanzada una fuerza militar terrestre sobre sus objetivos, las fuerzas aéreas efectúan acciones militares para obtener el control del espacio aéreo. ¿Sobre qué objetivos se actúa?

Las acciones que se realizan, tienen diversos objetivos a alcanzar. Entre ellos, se pueden mencionar a los siguientes: • Instalaciones de radares enemigas. • Bases aéreas militares. • Instalaciones de defensa aérea. • Puestos de mando y control. • Elementos que realicen operaciones de guerra electrónica.

Las instalaciones nombradas y otras que puedan ser necesario afectar, son atacadas con la finalidad de obtener su neutralización o destrucción. La neutralización - 83 -

causa un daño sobre los blancos que impide a los mismos operar por un período de tiempo. Este tipo de afectación, normalmente es el que más barato resulta obtener, pues no requiere el empleo de municiones inteligentes o guiadas. Por el contrario, cuando se busca la destrucción de un objetivo, este no podrá operar más una vez que ha sido atacado. Exige el empleo de munición de gran precisión, y por lo tanto resulta más caro en términos económicos. Por lo general, la destrucción de un objetivo estará ligada al grado de afectación que el mismo pueda tener para el cumplimiento de la misión de las propias fuerzas. ¿Cómo es llevada a cabo la ofensiva aérea?

Normalmente, la misma es propuesta por el comandante de las fuerzas aéreas aliadas al comandante del teatro de operaciones. Una vez que éste la aprueba, es conducida por el comando que las planificó. Por lo general, las operaciones aéreas son precedidas por una importante acción de guerra electrónica, tendiente a engañar los sistemas de radares de vigilancia y de defensa aérea enemigos, para posteriormente lanzar los ataques aéreos sobre los diferentes objetivos planificados. ¿Intervienen aéreas?

solamente

medios

de

las

fuerzas

No. Si bien la ofensiva aérea es conducida por un oficial superior de la fuerza aérea aliada, en la misma participan elementos aéreos del ejército, la armada y el cuerpo de infantería de marina. Asimismo, son comprendidos dentro de este tipo de ofensivas, el lanzamiento de misiles tales como los Tomahawk, los que pueden ser lanzados desde - 84 -

buques de superficie o submarinos, o el empleo de misiles crucero, lanzados desde bombarderos, portando cargas explosivas convencionales. Por último, tropas especiales, realizando incursiones sobre radares, puestos de mando o instalaciones de defensa aérea, participan también de la ofensiva aérea. ¿Cuánto tiempo puede durar la ofensiva aérea?

El tiempo variará de acuerdo a la cantidad de blancos a afectar y a la naturaleza de los mismos. Es decir, la aptitud que posean para soportar castigo. Así, estas acciones pueden llevar desde uno pocos días, hasta semanas. ¿Qué limitaciones tiene la ofensiva aérea?

Las acciones aéreas antes mencionadas tienen como objetivo primordial ganar el control del espacio aéreo, de forma tal que las operaciones terrestres que se ejecuten posteriormente se vean facilitadas. Debe tenerse en cuenta que las acciones aéreas no logran por sí mismas obtener la decisión en la campaña, por lo que las fuerzas terrestres, con su accionar, ocupan el terreno y concretan el cumplimiento de la misión. ¿Será necesario atacar ciudades?

Muy probablemente el régimen de Bagdad posea instalaciones que resulten ser blancos de interés militar en proximidades, o bien dentro de localidades. Con seguridad los mismos serán atacados, lo que de manera inevitable acarreará la producción de un número de bajas colaterales entre la población civil. Si su número se mantiene dentro de parámetros aceptables por la opinión pública de - 85 -

Estados Unidos y sus aliados, nada afectará a la campaña aérea. Si por el contrario, el número de bajas colaterales es alto o se producen errores graves que afecten blancos civiles que hubieran sido considerados como militares, la explotación que del hecho puedan hacer tanto el gobierno iraquí como los países que se oponen a la guerra será seguramente importante. Por otro lado, debe recordarse que civiles de ciertos países occidentales se encuentran en Iraq para actuar como “escudos humanos” ante los ataques aéreos. Para ellos corren las mismas consideraciones expresadas respecto de los civiles iraquíes. Finalmente, cabe mencionar que las ciudades difícilmente sean objeto de un ataque que busque la destrucción de las mismas, toda vez que puede darse el caso que las tropas aliadas deban combatir en las mismas posteriormente. Si ellas sufrieran una importante destrucción, en la realidad se facilitaría el combate defensivo de las tropas terrestres iraquíes, las que podrían aprovechar las ruinas para dar un combate urbano sumamente duro. Muy probablemente los planificadores aliados han tomado en consideración este factor, y en consecuencia, limitarán la destrucción en las ciudades. P RIMERAS

ACCIONES E N E L

G OLFO P ÉRSICO Mar-21-03

encido el ultimátum del gobierno de los Estados Unidos, se llevó a cabo un ataque denominado de descabezamiento sobre ciertos blancos en la ciudad de Bagdad, donde se presuponía que Saddam Hussein y colaboradores podían estar ocupando. Tal ataque, llevado a cabo por misiles crucero, no habría sido eficaz en la

V

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eliminación del líder iraquí. Esto demuestra lo que en anteriores trabajos del Centro de Estudios expresamos respecto de la enorme dificultad que existe para obtener información confiable sobre el paradero de Hussein. Por otro lado, Iraq efectuó ataques con misiles Scud sobre territorio kuwaití, desconociéndose en verdad a ciencia cierta el resultado de los mismos. El que Iraq haya podido efectuar lanzamientos de misiles Scud, es una muestra que el proceso de desarme que ese país habría llevado a cabo o no fue tan riguroso o pudo de alguna manera ocultar a los equipos de inspección determinada información. Respecto de las fuerzas iraquíes, expertos de Estados Unidos han informado que las mismas se estarían concentrando en un perímetro defensivo, que toma como centro a la ciudad de Bagdad y que se extiende fuera de ella. Al mismo tiempo, casi no habría tropas iraquíes desplegadas en el terreno en proximidades a las posiciones de partida que tienen las tropas de la coalición. De confirmarse este dato, estaríamos reafirmando una de las opiniones vertidas tiempo atrás en esta columna respecto de que Iraq optaría por dar un combate de características urbanas, antes que medirse en campo abierto con las más que superiores fuerzas a las que se enfrenta. Para dar ese combate en zona urbana, las fuerzas de los aliados deberán tener muy en cuenta no causar una destrucción significativa en la ciudad, toda vez que las mismas podrían facilitar la tarea del defensor. Asimismo, los siguientes aspectos tendrán una relevancia importante en este particular tipo de combate: • Podrá optarse por cercar a las tropas iraquíes y buscar el sometimiento de las mismas por el agotamiento de sus subsistencias. Este método, tan común en tiempos pasados, posee como condición - 87 -

de gran limitación la cantidad de tiempo que puede acarrear su concreción. Por otro lado puede llegar a someter a la población civil a un padecimiento muy prolongado y peligroso. • Puede atacarse a la ciudad de forma clásica, empleando elementos de tanques combinados con infantería mecanizada para tomar en primer término los suburbios y posteriormente avanzar hacia los objetivos ubicados en la profundidad de la ciudad. Este procedimiento, que puede llevarse a cabo desde diferentes direcciones en forma simultánea, posee como aspecto negativo la cantidad de bajas que puede causar entre la tropa atacante y la población civil. Una forma de evitar el daño que denominamos colateral podría obtenerse evitando el empleo de fuegos masivos como los de artillería de campaña o aéreos y limitar los apoyos a las tropas atacantes a los fuegos que puedan hacer los cañones de los tanques en tiro directo o el de los misiles antitanques, empleados estos últimos como medios de destrucción de puntos defendidos por el enemigo. Esto daría mayores posibilidades a los civiles, toda vez que este tipo de fuegos es realizado por las tropas que realmente están en contacto con el enemigo, evitándose así la acción de fuegos que producen destrucciones muy amplias. • El peligro de empleo de agresivos químicos puede ser muy alto en el combate urbano, especialmente teniendo en cuenta que si el mismo se hace en Bagdad significa que el régimen jugará su suerte a todo o nada. No es concebible un escape de la ciudad, que probablemente sea totalmente cercada. - 88 -

• Podrá esperarse el empleo de medios helitransportados, los que sería esperable para colocar en la profundidad de la ciudad tropas que controlen o destruyan puntos que sean de interés militar y faciliten el avance de las tropas que combatan desde la periferia hacia el centro. Finalmente, cabe recordar en este punto algo que consideramos básico: que exista voluntad en las fuerzas de Iraq por combatir. Si la misma es quebrada por la intensísima campaña de acción psicológica aliada (actualmente en desarrollo) o cae como consecuencia de la falta de fidelidad al gobierno iraquí, asistiremos a una brevísima operación militar, con un gran éxito para los aliados. Si, por el contrario, la voluntad de luchar de los iraquíes es importante, el combate por Bagdad puede tener reminiscencias de lo que aconteció en el pasado en Stalingrado o en el levantamiento del gueto de Varsovia. El tiempo nos dirá cuál será la opción que tomen las tropas de Iraq. C OMENTARIOS SOBRE G OLFO P ÉRSICO

LAS PRIMERAS

ACCIONES EN EL

Mar-22-03

l propósito de este trabajo es efectuar algunos comentarios sobre el desarrollo de las operaciones actualmente en curso en el Golfo Pérsico para poder tener una perspectiva de las mismas. Para ello tomaremos distintos hechos o acciones y efectuaremos las apreciaciones que de los mismos se desprenden.

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Avance de las fuerzas aliadas desde el sur:

Tal como lo veníamos anticipando en anteriores trabajos de esta columna, las fuerzas aliadas no han encontrado resistencias de importancia en el sur de Iraq. Esto debe tener relación directa con el hecho que el régimen de Iraq ha concentrado sus medios militares en la zona de la capital, por lo que solamente elementos de segunda clase se han enfrentado hasta el momento contra los aliados. Otra prueba de lo mencionado hasta aquí surge del hecho de no haberse capturado cantidades masivas de prisioneros de guerra iraquíes y las muy exiguas bajas sufridas por los aliados, situaciones que hablan de un avance sin mayores combates de relevancia. Empleo de las localidades para ofrecer resistencia:

Las tropas iraquíes han ofrecido resistencias no muy marcadas en las localidades que los aliados han enfrentado en su avance desde el sur. Este desaprovechamiento de las localidades para infligir bajas a los aliados y obligarlos a retardar su avance, puede deberse a lo anteriormente mencionado respecto de la concentración de las fuerzas más importantes para la defensa de Bagdad. Creemos que desde el punto de vista militar, Iraq debería haber aprovechado mejor estas localidades para ofrecer una mayor resistencia a los aliados. Acciones aéreas sobre Bagdad y otras ciudades iraquíes:

La cantidad de bajas civiles o colaterales sufridas por los iraquíes ha sido realmente muy baja si partimos de la - 90 -

base de considerar el grado de masividad de los ataques y la letalidad del armamento empleado. Esto se debe, sin lugar a dudas, tanto al grado de precisión que la tecnología militar actual posee como al evidente deseo del mando aliado de no causar bajas indiscriminadas entre la población civil. Al respecto, habría que tener en cuenta la cantidad de bajas que entre la población civil causaba cualquier ataque masivo sobre una ciudad en la 2da. Guerra Mundial. Posible acción militar de Turquía:

El hecho que las fuerzas turcas puedan ingresar a la parte norte del territorio iraquí debe ser visto como la importancia que el primer país da al hecho que pueda llegar a concretarse un estado kurdo en proximidades de su frontera. El mismo tendría características inaceptables para el gobierno de Ankara. Por otro lado, la ciudad iraquí de Mosul ha sido considerada por los turcos como parte de su esfera de influencia. Ante esta eventualidad, los gobiernos aliados tendrán la necesidad de llegar a un acuerdo con Turquía, que asegure a este país contra la creación de un estado kurdo, así como sobre el estatus de Mosul. Moral de la población iraquí:

Si bien no hay evidencias del estado moral de la población iraquí en ciudades como Bagdad y otras emplazadas al norte del país, la recepción más que amistosa que las tropas aliadas han recibido en las localidades ubicadas al sur de Iraq parecen demostrar que el apoyo popular para el régimen de Bagdad tendría un relativo bajo nivel. Si esto fuera así, no debería descartarse un - 91 -

movimiento insurreccional de tipo popular, el que con apoyo de algunos líderes militares podría hacerse del gobierno. Este aspecto, que puede parecernos a nosotros algo imposible, debe ser una de las metas a alcanzar por la acción psicológica llevada a cabo por los aliados hasta el momento. ¿P O R

QUÉ

LAS

TROPAS

CIUDADES DEL SUDESTE DE

ALIADAS

NO

ELUDEN

LAS

I RAQ ? Mar-23-03

robablemente, quienes vienen siguiendo de cerca la campaña aliada en Iraq se estén preguntando la causa por la cual las fuerzas de la coalición se están enfrascando en combates en localidades en lugar de eludir a las mismas y continuar su avance en dirección a Bagdad. El propósito de este trabajo es el de tratar de encontrar las razones para estos combates que desde hace algunos días vienen sucediendo. En primer lugar, debemos recordar que la acción de los aliados no se desarrolla desde una sola dirección sino que, por el contrario, se opera desde la dirección Golfo Pérsico - Basora - Bagdad, y al mismo tiempo una amplia maniobra se encuentra en pleno desarrollo desde Kuwait en dirección Oeste de Iraq, para luego dirigirse al Norte de Bagdad. Asimismo, en reserva en sus zonas de reunión en Kuwait, la división aeromóvil 101 del ejército de Estados Unidos se encuentra lista para posicionarse en una tercera dirección. Los combates en localidades se desarrollan en la primera de las direcciones mencionadas, es decir la que marcha en proximidades de los ríos más importantes de Iraq y donde las poblaciones tienen su emplazamiento mayoritario. Analicemos ahora qué puede

P

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estar sucediendo, siempre a la luz de la información que disponemos. La doctrina militar relacionada con el combate en localidades indica que siempre es preferible eludir las mismas para no librar un combate que siempre produce gran cantidad de bajas. En ese sentido, lo que normalmente se hace es que las fuerzas atacantes hagan su avance en lo que se denomina escalones. El primer escalón que avanza tiende a eludir las localidades y a aprovechar cuanta oportunidad exista para ganar terreno en la profundidad del dispositivo enemigo. El escalón que marcha a retaguardia, es el que en general debe hacerse cargo de la limpieza de la ciudad que el escalón anterior eludiera en orden de no perder el ímpetu del avance. La limpieza de la ciudad se eludirá en función de los siguientes aspectos: • Que la ciudad no revista importancia militar. Esto puede ser porque no aporte ningún beneficio, especialmente de apoyo logístico, a las propias operaciones. • Que la ciudad no contenga fuerzas enemigas en cantidad y calidad suficientes para afectar la línea de comunicación a retaguardia. Si por el contrario, la ciudad resultará importante militarmente por las facilidades que aporte, o por la presencia de tropas enemigas que puedan accionar sobre las propias líneas de comunicaciones, las mismas deberán ser tomadas. En el caso que nos ocupa, podemos mencionar lo siguiente: - 93 -

• La ciudad de Um Qasar, próxima al Golfo Pérsico pudo demandar el esfuerzo de su limpieza por la posición relativa de la misma respecto de la zona desde la que las acciones de las fuerzas aliadas son lanzadas. • Nasiriyah, emplazada en la proximidad de la confluencia de los ríos Eufrates y Gravrat, debe tener alguna fuerza de importancia que no pueda dejarse en la misma, sin que con esa acción no se coloque en peligro a las propias fuerzas, o puede impedir el franqueo de fuerzas aliadas que intenten operar sobre la margen oriental del Eufrates. Como hemos podido observar, el combate en las ciudades responde a imperiosas consideraciones de la conducción militar. Si las tropas aliadas se encuentran combatiendo en las mismas, es por razones de estricta necesidad militar. Quienes conducen las fuerzas aliadas son profesionales con muchos años de preparación y tienen como premisa fundamental el ejecutar operaciones que cuesten el menor número de bajas compatible con la necesidad de cumplir la misión. Por otro lado, la creciente resistencia iraquí en las localidades del Sur de Bagdad, pareciera indicarnos que las tropas del régimen mantienen cierto grado de cohesión y de voluntad combativa, lo que puede ser un indicador muy importante a la hora de ir pensando las operaciones que muy posiblemente deban desarrollarse para tomar Bagdad.

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A NÁLISIS

D E LOS RECIENTES COMBATES EN

I RAQ Mar-24-03

as acciones que vienen desarrollándose en el terreno en Iraq durante el fin de semana del 22 al 23 de marzo de 2003, se caracterizan por la resistencia que núcleos relativamente pequeños de fuerzas iraquíes ejecutan en poblaciones aisladas. Como expusiéramos en comentarios anteriores, el avance desde la dirección Golfo Pérsico - Basora - Bagdad, era la que mayores dificultades podía traer a las tropas terrestres de la coalición, dado que sobre esa dirección general se ubican diversas poblaciones, las que a pesar de ser en su mayoría relativamente pequeñas, posibilitan que fracciones de tropas iraquíes con relativamente modesto armamento puedan ocasionar bajas y detenciones en el avance aliado. Asimismo, la existencia de cursos de agua que corren en dirección al Golfo Pérsico dificultan el avance por la necesidad de atravesarlos, en algunos casos recurriendo al tendido de puentes militares cuando no se puedan conquistar los puentes originales, y porque en otros, pueden llegar a dividir a las fuerzas aliadas. En efecto, el comandante operacional, deberá decidir si dividirá sus fuerzas al oeste y al este del Eufrates o si, por el contrario, mantendrá las mismas de un lado del río exclusivamente. La doctrina militar clásica, aconseja no dividir las fuerzas por un curso de agua. Sin embargo, la poca movilidad de las tropas iraquíes podría tentar al comandante aliado a dividirlas, sobre todo si puede así aprovechar características del terreno que faciliten su avance. Los retrasos que las tropas iraquíes están causando en algunas poblaciones al avance aliado, en modo alguno alterarán el resultado de la guerra, principalmente cuando (como hasta el momento) no se han mostrado en aptitud

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de conducir las acciones de retardo con algún tipo de empleo de reservas, lo que les está totalmente vedado dado el absoluto dominio que hacen del espacio aéreo las fuerzas aliadas. No puede en modo alguno dudarse que las tropas aliadas triunfarán en la guerra, ya que poseen superior entrenamiento, una conducción altamente flexible y una diferencia tecnológica abrumadora. Sin embargo, lo que acá está en cuestión es el costo que la operación tendrá para los aliados. Este costo se mide en: Bajas propias y daño colateral: Sobre este aspecto ya hemos hecho mención en anteriores trabajos. Sigue manteniendo plena vigencia lo expuesto en los mismos, toda vez que si bien la opinión pública en Estados Unidos apoya masivamente la campaña. No ocurre lo mismo con la de otros aliados, y el humor de los ciudadanos norteamericanos puede mutar si las bajas se acumulan más allá de lo razonable. Cabe acotar que hasta el momento las bajas y el daño colateral es aceptable. Tiempo: El tiempo juega en contra de los aliados. Esto es paradójico, ya que en realidad, desde el punto de vista militar, los que en peores condiciones estarán con el correr del tiempo serán las tropas iraquíes, en la medida que día a día la capacidad del régimen para sostener sus operaciones se ve degradada. Sin embargo, desde el punto de vista político, el tiempo juega en contra de los aliados, ya que no se podría cumplir con una campaña de corta duración. Esa campaña corta es más fácil de ser políticamente manejada ante la opinión pública y los distintos grupos de interés. Por el contrario, un alargamiento ostensible de las operaciones militares causaría problemas en la administración de los Estados Unidos, especialmente en mantener la coalición unida. Estos dos aspectos mencionados tantas veces en nuestros trabajos, resultarán de la mayor consideración a - 96 -

la hora de efectuar el ataque a Bagdad. Esa acción, es la que todos los analistas responsables vaticinan como la que mayores dificultades puede traer para los aliados. Esto es, por supuesto, bien conocido por los planificadores aliados y el régimen iraquí, el cual parece colocar su mayor apuesta al mismo. Finalmente, quisiéramos hacer notar un aspecto de estas operaciones que en nuestro particular punto de vista no ha sido cabalmente comprendido por muchos observadores locales. En efecto, en la visión de muchos periodistas de nuestro medio, al momento de cubrir la campaña suelen poner su mayor esfuerzo en las cuestiones relacionadas con el empleo de medios sofisticados a sus ojos, como los misiles crucero, las imágenes satelitales y otras cuestiones que hacen al empleo de alta tecnología. Creen (en su carencia de formación en temas de defensa) que esos son los aspectos determinantes de la operación en desarrollo. Pero la realidad es muy distinta: las imágenes que agencias como la CNN o la BBC destacan son las de los combates que las tropas de infantería y tanques desarrollan en las localidades donde deben limpiar de resistencia iraquí. En las mismas se ve el esfuerzo, el riesgo y la entereza que las tropas deben poseer para hacer frente, no sólo al enemigo, sino al cansancio de muchos días continuados de operaciones. Piénsese al respecto, que las tropas aliadas deben estar descansando no mucho más de tres o cuatro horas diarias desde que se inició la ofensiva terrestre. El hecho que sigan avanzando y combatiendo, es toda una muestra del grado de entrenamiento y el altísimo nivel de liderazgo que los comandantes en el campo deben estar realizando en estos precisos momentos. Este accionar es una muestra de la importancia que en nuestros días las - 97 -

tropas bien entrenadas y conducidas poseen cuando la dura realidad de la guerra reclama del Estado su empleo. La campaña en el Golfo Pérsico finalizará no con el último misil crucero impactando en alguna instalación iraquí, sino con tropas aliadas tomando el control total de la ciudad. Eso ha sido siempre así y mientras el hombre haga la guerra en la tierra, muy difícilmente cambie. ¿S E

PUEDE COMPARAR LA FUTURA BATALLA POR

CON

S TALINGRADO ?

B AGDAD Mar-26-03

a inminencia de acciones militares aliadas para la toma de Bagdad, hace que algunos analistas comiencen a comparar esta próxima acción militar con la famosa batalla llevada a cabo en la Unión Soviética durante la 2da Guerra Mundial. Sucede que el ejemplo de lo ocurrido en Stalingrado, donde se libra una brutal batalla urbana, aparece en estos días como un parámetro a ser tenido en cuenta, toda vez que la toma de Bagdad puede requerir un esfuerzo comparable a la batalla antes citada. Como caso coincidente, ambas localidades, se encuentran próximas a curso de agua. Stalingrado se recostaba sobre la margen occidental del Río Volga, mientras que Bagdad se encuentra dividida por el río Tigris, y las dos cuentan con poblaciones muy numerosas. Por otra parte, las fuerzas alemanas cercaron Stalingrado desde el sur, oeste y norte, no pudiendo hacerlo por el sector este en razón que en ese sector se encontraba el frente soviético. En cuanto a Bagdad, las fuerzas de la coalición están en condiciones de cercar a la misma en los 360 grados, ya que las fuerzas iraquíes, de forma masiva, se encuentran en proximidades de la misma, y

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agrupamientos marcadamente menores estarían emplazados en distintas localidades de Iraq. Este último aspecto reviste una gran importancia al momento de comparar ambas acciones ya que en el caso de la lucha por Stalingrado, tanto en la conquista de la misma por los alemanes como en la defensa hecha por ellos, siempre estuvo presente la posibilidad que los soviéticos pudieran recapturar la ciudad. Esto de ninguna manera podrá ocurrir en el caso de la lucha por la conquista de Bagdad toda vez que las tropas iraquíes no están en condiciones de retomar la ciudad en caso que la misma sea conquistada por los aliados. Probablemente, el punto que mayor atracción tenga sobre los analistas sea el referido a la ferocidad que los combates tuvieron en Stalingrado, tanto en la captura de la misma por lo alemanes como en la defensa. En efecto, la ferocidad de los combates en esa ciudad tuvo ribetes casi sin parangones en la guerra contemporánea. Alemanes y soviéticos combatieron por cada casa y edificio, empleando en la lucha todos los elementos de destrucción que la tecnología de la época poseía. Esa reminiscencia hace que se vea a la futura batalla por Bagdad como una reedición de los hechos sucedidos en Stalingrado. Sin embargo, las fuerzas aliadas no son carentes de experiencia práctica en el combate urbano. Los Estados Unidos tuvieron alguna experiencia de los combates librados en pequeñas ciudades de Vietnam del Sur y, más recientemente, en 1993, durante su intervención en Somalía (más precisamente en Mogadiscio). Por otro lado, las fuerzas británicas poseen la experiencia de los tours que sus regimientos deben periódicamente realizar por Irlanda del Norte, donde las calles de Belfast han servido de dura experiencia a las tropas del ejército regular. - 99 -

La lucha por la ciudad de Bagdad será muy probablemente precedida por los combates contra las fuerzas de la Guardia Republicana, las que quizás se empeñen en los accesos a la ciudad. Una vez derrotada la misma, la lucha urbana propiamente dicha dará inicio si es que las campañas de acción psicológicas dirigidas a la población y tropas, así como las operaciones especiales de inteligencia, no logran que fuerzas iraquíes se subleven contra el régimen. En tal caso, muy probablemente los aliados dividan la ciudad en zonas, donde diferentes divisiones tendrán responsabilidad de combate. En el ataque a la ciudad no se empleará fuego de artillería masivo debido a que la gran destrucción que ocasiona favorece la acción defensiva del ejército iraquí. Las tropas de infantería a pie, acompañadas por tanques, irán muy lentamente avanzando tratando de conquistar puntos importantes desde los cuales poder dominar sectores más amplios de la ciudad y, de esa forma, paulatinamente hacerse cargo del control de la ciudad. Cuando el combate por Bagdad se inicie, habrá llegado el momento culminante de la guerra ya que el régimen estará plenamente acorralado y muy difícilmente quede abierta vía alguna para evadir la acción de las fuerzas aliadas. Es allí cuando, acorralado por sus enemigos, Saddam Hussein puede llegar a apelar al empleo de armamento químico, el cual hasta el momento no empleó en localidad alguna. Si lo hace, expondrá a sus compatriotas a una eventual acción de respuesta aliada que puede alcanzar ribetes no imaginados. Un viejo adagio militar dice que al enemigo que huye hay que asegurarle un puente de plata. Esto busca evitar que el mismo adopte actitudes desesperadas, conducido por el sentimiento de frustración y seguridad de derrota. Sin embargo, tal principio se aplica cuando el objetivo de la guerra es alcanzar - 100 -

un estado de cosas determinado que aún puede lograrse negociando con el derrotado. En el caso que nos ocupa, el objeto de la campaña es derrocar al régimen iraquí y no puede, por lo tanto, vislumbrarse posibilidad alguna que permita a Saddam Hussein escapar impune de la campaña, por lo que reacciones muy violentas pueden esperarse de un régimen autocrático que se encuentra en la víspera de su desaparición. ¿Q U É

ESTÁ PASANDO C O N LAS FUERZAS ALIADAS ?

Mar-27-03

as tropas aliadas han encontrado una resistencia muy importante desde que iniciaron la fase terrestre de su campaña en el Golfo Pérsico. Tal como en esta columna pregonamos, las fuerzas iraquíes aprendieron de la dura lección recibida en 1991, donde tuvieron que abandonar Kuwait de manera apresurada bajo la pena de ser totalmente aniquiladas por la fuerza multinacional que las atacó. En efecto, en aquella ocasión los iraquíes desplegaron sus tropas en una posición defensiva muy extensa y estática, la que fue arrollada en 100 horas por fuerzas muy móviles y de una capacidad de destrucción muy superior a lo que los iraquíes podían oponer. Poco más de diez años después, los actores principales del drama se reunieron nuevamente en, prácticamente, el mismo escenario. Ambos habían cambiado mucho. Las fuerzas aliadas se convirtieron en una fuerza mucho más letal y móvil, mientras que los iraquíes vieron como el remanente de su capacidad militar se degradaba rápidamente, merced al embargo y aislamiento internacional que el régimen sufría. Sin embargo, la puesta en escena de la obra cambió radicalmente. Los iraquíes no

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desplegaron sus fuerzas para defender su territorio, sino que aprovecharon el único recurso que les posibilitaría obtener algún éxito: el empleo de las localidades. El combate urbano es un elemento que obra a la manera de un igualador de fuerzas. En efecto, las fuerzas aliadas poseen el entrenamiento, el liderazgo y la tecnología para combatir en espacio abiertos, donde todo su potencial de destrucción y movilidad pueden desarrollarse hasta el límite de lo imaginable. Allí, una fuerza relativamente menos móvil, mal liderada y con medios tecnológicos obsoletos, es presa fácil de medios como los anteriormente descriptos. Pero cuando ambos contendientes deben actuar en combate en localidades, la ecuación, marcadamente positiva para las fuerzas aliadas, tiende rápidamente a nivelarse hasta alcanzar un punto donde la movilidad, letalidad y tecnología resultan menos relevantes, por lo que el bando menos apto para el combate abierto logra alguna mayor posibilidad de éxito. Este hecho es el que estamos observando en la actual Guerra del Golfo. Combates urbanos que aferran cantidades relativamente importantes de fuerzas aliadas, así como mayor número de bajas y de daño colateral. Por otro lado, los iraquíes pueden mostrar al mundo algunos éxitos puntuales, al tiempo que explotan las bajas civiles ante la opinión pública internacional. Los aliados poseen sobrada capacidad para destruir cada una de las ciudades que los iraquíes ocupan con sus fuerzas. Pero obrar así significaría un costo inmenso en vidas humanas para los civiles iraquíes; cuestión que erosionaría muy gravemente el apoyo que los Estados Unidos posee junto a sus aliados para llevar adelante la guerra. Por lo expresado, los aliados se ven en la necesidad de efectuar combates urbanos con un gran cuidado del daño a causar, lo que a su vez limita la velocidad de las - 102 -

operaciones, lo que repercute en el mayor tiempo para finalizar la guerra. A todo esto, se suma el problema de las acciones guerrilleras llevadas a cabo contra columnas de suministros aliadas. No solamente estas acciones afectan el normal flujo de suministros, sino que obliga a destacar del frente de combate un número importante de fuerzas para atender la seguridad de la línea de comunicaciones. Muchas voces de importancia se han alzado en las últimas horas para criticar a la conducción aliada. Las críticas van desde cierta lejanía del comandante del teatro de operaciones respecto del lugar donde los combates se llevan a cabo, pasando por la escasez de tropas y la necesidad de reforzarlas para ejecutar adecuadamente la campaña, hasta llegar a una aparente subestimación de la capacidad iraquí para concretar las acciones que hasta el momento ejecutan. Quienes esto escribimos, en modo alguno pensamos que los mandos aliados sean improvisados, carentes de criterio militar o inoperantes. Todo lo contrario. Ya hemos hecho mención al alto grado de profesionalismo del que han hecho gala y aún lo demuestran, en el nivel de entrega que las tropas dejan en las acciones en el campo. Sin embargo, muy probablemente se haya sobrestimado la potencialidad del poder aéreo para por sí solo abatir la moral combativa de las fuerzas iraquíes. Las constantes apelaciones a demostraciones de fuerza abrumadora no vistas hasta ese momento son, desde nuestra perspectiva, una muestra de la confianza depositada en la alta tecnología de las bombas de guiado lasérico o en los mísiles crucero. Pero la lucha ofrecida por los iraquíes torna poco relevantes a los medios de alta tecnología y, por el contrario, potencia la necesidad de los hombres y su resisten- 103 -

cia para sobrevivir a las exigencias brutales que el combate urbano ofrece. Para terminar, quisiéramos recordar que en un último trabajo hicimos un comentario acerca de la comparación que con Stalingrado muchos observadores hacen respecto a la futura batalla por Bagdad. Esa batalla, que de darse será una prueba mayúscula para los aliados, puede quizás compararse mejor con la batalla de Berlín. Allí las cercadas fuerzas alemanas resistieron muy duramente a los ejércitos soviéticos, culminando la misma con la captura del puesto comando de Hitler. Decimos que coincide más con este encuentro porque, en ambos casos, las ciudades se encontraron cercadas y sin posibilidad de recibir ayuda alguna desde el exterior. Y porque además, la suerte del dictador estuvo atada al resultado de la misma. Berlín fue conquistada, pero al precio de su arrasamiento y a un costo enorme para el ejército rojo, sin contar las bajas entre la población civil. Si los iraquíes mantienen su voluntad de lucha en Bagdad y siguen teniendo en su interior a Saddam Hussein seguro de jugarse a todo o nada, seremos testigos, muy probablemente, de un hecho de armas que nos asombrará por mucho tiempo y que será motivo de análisis por los estudiosos del tema militar por largo plazo. ¿Q U É I M P L I C A E L A R R I B O EE.UU. AL G OLFO P ÉRSICO ?

DE

REFUERZOS

DE

LOS

Mar-28-03

e ha conocido que el gobierno de Estados Unidos ha dispuesto que más de 100.000 tropas arriben al Golfo Pérsico. El propósito de este trabajo es el de analizar las

S

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causas y los posibles empleos que tales tropas podrían tener. En principio, cabe acotar que el arribo del personal se efectuará en los próximos días. Sin embargo, el equipo pesado tardará, según algunas estimaciones, alrededor de dos semanas. Ahora bien, ¿cuál será la causa que ha llevado a Estados Unidos a tomar semejante decisión?. Muy probablemente haya habido algún grado de subestimación sobre la aptitud combativa de las tropas del régimen, y como dijéramos en anteriores trabajos, una desmedida confianza en el poder de la acción aérea para mellar la capacidad de combate de Iraq. Las fuerzas iraquíes han llevado a la coalición al combate urbano y el mismo exige una gran cantidad de tropas, especialmente de infantería para que pueda desarrollarse. Asimismo, las tropas que hasta este momento vienen empeñándose en los diferentes combates y avances, deben estar próximas a la necesidad de un descanso. Esto es así porque aún tropas de un gran nivel de adiestramiento y soberbiamente conducidas, llegan a un punto donde deben imperiosamente descansar para recuperar tanto su propia salud física como para proporcionar el mantenimiento que los diversos equipos de combate requieren, sobre todo cuando se encuentran sometidos a las rigurosidades de un clima tan hostil como el de Iraq. Así, las tropas que arriben podrán ir paulatinamente reemplazando a las que hasta el momento combate. Desde el punto de vista de la conducción general de la guerra, esta necesidad de refuerzos tiene también su aspecto negativo ante la opinión pública. Es que significa lisa y llanamente que la campaña puede prolongarse más allá de lo políticamente deseable, con lo que la integridad de la coalición tiene ante sí una nueva prueba por supe- 105 -

rar. Desde este punto de vista, el régimen iraquí se ha anotado un punto a su favor en la guerra, toda vez que ha logrado sobrevivir más allá de lo que ciertos pronósticos predecían. Sin embargo, el hecho de los refuerzos es una muestra del grado de determinación que la conducción aliada tiene respecto de alcanzar el objetivo de la campaña militar. Respecto del estado actual de la campaña, podemos comentar que, si bien se mantiene la ciudad de Basora bajo el control iraquí, las tropas aliadas han continuado su avance y han alcanzado una línea general a poco más de cincuenta kilómetros al sur de Bagdad. Desde ella, muy probablemente lancen el ataque para destruir a las fuerzas móviles de la Guardia Republicana y posteriormente iniciar las acciones sobre la ciudad propiamente dicha. Respecto del frente norte, la toma del aeropuerto hecha por las tropas aerotransportadas de Estados Unidos es de gran importancia para que a partir de ese aeropuerto puedan arribar elementos pesados, los que a su vez tendrían la posibilidad de accionar sobre Bagdad desde el norte y, simultáneamente, servir en cierta manera de contención ante acciones no deseadas de kurdos y turcos eventualmente. Cabe pues, seguir con atención los próximos desarrollos, prestando especial interés a las acciones que el régimen iraquí pueda llevar a cabo, ante este refuerzo de gran importancia que las tropas de la coalición tendrán en los próximos días.

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¿P UEDE

CONVERTIRSE

ALIADOS ?

I RAQ

E N EL

A FGANISTÁN

DE LOS

Mar-31-03

nte las más que evidentes dificultades que las tropas aliadas han encontrado en su campaña militar contra el régimen de Saddam Hussein en Iraq, son ya varias las voces que se preguntan si esta acción no podrá llegar a convertirse en una especie de reedición de los hechos sucedidos en el sudeste asiático en las décadas del sesenta y setenta para Estados Unidos y sus aliados. Quienes esto escribimos creemos, sin embargo, que ese no es el peligro que puede llegar a materializarse, sino que la situación con la cual más semejanza puede encontrarse es con la intervención que los soviéticos tuvieron en su momento en Afganistán. Si dejamos a un lado las motivaciones de tipo ideológico o políticas que las distintas acciones tuvieron, podremos ver desde el punto de vista militar, que en ambas campañas ejércitos preparados para desarrollar operaciones muy móviles a gran escala, sufrieron enormes dificultades al enfrentar a un enemigo que en términos generales, eludía dar un combate decisivo en campo abierto y que recurría a técnicas de guerrilla, sabotaje y otras para librar el combate. Esta experiencia, hasta aquí muy similar entre lo sucedido en Afganistán en los ochenta y ahora en el Golfo Pérsico, nos mueve a producir el presente trabajo, en orden de tratar de vislumbrar algunas consideraciones que las tropas aliadas actualmente operando en Iraq, probablemente considerarán, ya que es innegable que se está ante un verdadero replanteo del planeamiento que las llevó a combatir hasta el momento. Como mencionamos al comienzo del trabajo, las fuerzas aliadas están enfrentando en el Golfo Pérsico un

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combate que no es precisamente el que mejor se adapta a las condiciones de las fuerzas que actualmente operan en Iraq. Así, las armas de gran tecnología, las masas de vehículos blindados y grandes formaciones de artillería de campaña, entre otras cosas, no resultan de real relevancia ante un enemigo que se recluye en las ciudades, que realiza acciones guerrilleras, y que está dispuesto a llevar a cabo acciones suicidas contra las fuerzas aliadas. Cuando en Afganistán, el Ejército Rojo se enfrentó a un panorama similar, recurrió a responder con el empleo del terror, casi de manera indiscriminada, para tratar de contener a ese elusivo enemigo que impedía a sus tropas alcanzar objetivos concretos en esa campaña. Naturalmente, las fuerzas aliadas, que hoy operan en el Golfo no recurrirán al terror para hacer frente a esta circunstancia tan negativa para ellos. Y esto por dos razones: primero porque su propia pauta cultural les impide proceder de una forma similar a la que el Ejército Soviético ejecutaba en Afganistán, y segundo, porque no debe escapar a su conocimiento el desastroso resultado que tal proceder trajo a los soviéticos, en cuanto a su relación con la población civil. Teniendo en cuenta que, desde nuestra perspectiva, se ha producido un cambio en la guerra del Golfo Pérsico, toda vez que las tropas iraquíes están combatiendo de una manera diferente a la que la fuerza militar aliada esperaba, cabe pues que el cambio que se produzca esté dirigido a lograr que la fuerza militar propia esté en condiciones de alcanzar la victoria sobre el terreno. Para ello, los aliados deberían focalizar su atención de manera prioritaria a ganar a la población civil iraquí. Ello se está logrando de manera parcial durante la campaña. Y decimos parcial, porque si bien las fuerzas aliadas están ayudando a la población con la entrega de alimentos y pro- 108 -

porcionando asistencia sanitaria a las poblaciones que pueden alcanzar, por otro lado, en la ejecución de las acciones aéreas estratégicas sobre Bagdad, están causando daños colaterales que, si bien son relativamente bajos desde un enfoque exclusivamente militar, resultan altos y profundamente negativos en su repercusión ante la opinión pública internacional. Y lo que es más grave, ante la propia población de la capital iraquí. Justamente cuando la misma podrá constituirse en un precioso aliado en el asalto que puede darse a la ciudad en los tiempos que vienen. Ante esta situación, creemos que los planificadores aliados deberían rever su actual política de ataques con misiles crucero y bombarderos a la ciudad de Bagdad. Desde nuestra visión, tendría que desistirse de continuar batiendo blancos en la propia ciudad, aún a riesgo de favorecer en cierta medida el comando y control de las fuerzas iraquíes. Es que como señaláramos, la creciente hostilidad de la población de Bagdad será cada vez un mayor problema a la hora que deba recurrirse al combate urbano. Esas masas de ciudadanos iraquíes se constituirán muy probablemente en partícipes activos de la lucha callejera, ya que han sufrido en carne propia los resultados de una acción que estaba dirigida a liberarlos del líder que desde hace muchos años dispone a discreción de sus vidas y que, sin embargo, causa entre ellos muerte y mutilación. Los aliados deberían dirigir todo su poder aéreo con exclusividad a las fuerzas militares que se encuentran en el perímetro externo de la ciudad, a las cuales sí debería batirse con todo el potencial de destrucción que poseen. Ante el argumento que se podría esgrimir en contra de lo expuesto, señalando que fuerzas importantes pueden usar a la ciudad como protección para preservarse de los - 109 -

ataques aéreos aliados, cabría contestar que peor será que las tropas aliadas en su asalto a la ciudad de Bagdad enfrenten no solamente a las fuerzas del régimen dispuestas a defenderlo a toda costa, sino a una población hostil a su presencia, la que con su accionar hará mucho más costosa la toma de la ciudad. Una muestra de los aliados de un cambio en su estrategia de accionar aéreo, podría asimismo servir para quitar argumentos a quienes efectúan acciones guerrilleras y allanar el camino para encontrar entre la población local aliados que posibiliten obtener un final rápido a la campaña. Que la población iraquí vea a los aliados como liberadores es un dato clave para que la campaña actualmente en desarrollo logre sus objetivos en un tiempo relativamente breve. Por el contrario, una población hostil hacia los aliados, será un lastre muy difícil de manejar por fuerzas que operan en un terreno de por sí dificultoso y en medio de una cultura diametralmente diferente de la de sus países de origen. Los mandos aliados tienen en sus manos las herramientas para producir los cambios necesarios, así como sin dudas deben tener muy en claro las consecuencias que para los soviéticos tuvo el accionar en un territorio donde la población masivamente se les oponía. ¿E STÁN

AVANZANDO LAS TROPAS ALIADAS ?

Abr-01-03

n una conferencia de prensa efectuada por el General Franks, Comandante del Teatro de Operaciones Aliado en el Golfo Pérsico, sostuvo que sus fuerzas continúan operando de acuerdo con los planes originales, y que no ha pedido en ningún momento el envío de refuer-

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zos. Estas manifestaciones, por otro lado, resultan, cuanto menos, contrastantes con los siguientes hechos: • Las tropas más adelantadas de las fuerzas aliadas se encontrarían a casi 100 Km al sur de Bagdad y no a cincuenta como se especulara durante la semana pasada. • Dichas tropas, no habrían avanzado más allá de la distancia mencionada. • Al menos dos divisiones de la Guardia Republicana estarían emplazadas al sur de Bagdad y enfrentarían a las fuerzas aliadas cuando estas avancen sobre la ciudad. • Se habrían producido inconvenientes con el reabastecimiento de las fuerzas empeñadas en combate. Los problemas más críticos habrían sido relacionados con agua y combustibles. • La línea de comunicaciones de las fuerzas aliadas, es decir, los caminos que sirven de vía para el sostenimiento de las operaciones, se encontrarían asolados por acciones de fuerzas guerrilleras. • Los iraquíes mantienen núcleos importantes de resistencia, al menos en Um Qasar y Basora. • Se está produciendo el arribo de casi 130.000 hombres y su equipo pesado al Teatro de Operaciones. • Ante la enumeración de estos hechos, cabe pues que reflexionemos acerca de cuál puede ser la situación que se está viviendo en estos momentos. El panorama luce ante quienes escribimos estas líneas, como el de una fuerza que: - 111 -

• Se ha extendido en su avance mucho más allá de lo que sus fuerzas requieren para ser normalmente sostenidas. • La extensión antes mencionada, resulta en una invitación a fuerzas iraquíes (regulares o no) que por alguna causa han sido sobrepasadas, para que inicien acciones de guerrilla o sabotaje, las que dificultan aún más los problemas de abastecimiento que, de por sí, una línea de comunicaciones extendidas posee. • Las tropas aliadas habrían alcanzado, o aún superado, el umbral de cansancio que es dable de esperar en toda tropa que se ve sometida a combates ininterrumpidos durante varios días. • La resistencia de las fuerzas iraquíes ha sido sin dudas muy superior a la esperada, lo que ha traído como consecuencia un empeñamiento más duro de las fuerzas aliadas, contribuyendo así al cansancio que las mismas podrían estar soportando. • El planeamiento original de la campaña, evidentemente, no ha sido el adecuado para obtener una victoria rápida y contundente sobre las fuerzas del régimen iraquí. Se está hablando en estos días de una campaña que puede extenderse hasta el verano del hemisferio norte. No cabe duda, para quienes esto escribimos, que las tropas aliadas no están avanzando en estos momentos sobre la ciudad de Bagdad, y que muy probablemente las actividades que se estén desarrollando puedan tener relación con: - 112 -

• Reelaborar el planeamiento original de la campaña, para ajustarlo a la situación operacional que se está desarrollando en el terreno y para que las tropas que están arribando en estos momentos al Teatro de Operaciones puedan ser empleadas con todo su potencial. • Restituir la aptitud combativa de las tropas aliadas mediante la provisión de los efectos necesarios, así como la realización del mantenimiento que los equipos y armamentos requieren en un clima tan hostil como el de Iraq. • Asegurar la línea de comunicaciones de las tropas más avanzadas con la retaguardia. Mediante el establecimiento de puestos de control, patrullas móviles y otras medidas que otorguen cierta seguridad al tránsito de suministros. • Eliminar núcleos de resistencia en poblaciones en la retaguardia aliada que puedan, de algún modo, constituir una amenaza al desarrollo de las operaciones. • Todas las acciones citadas hasta el momento serán de vital importancia para la fase que seguirá a este período de ajustes que las tropas aliadas se han visto forzadas a realizar en el Golfo Pérsico. • La campaña militar desde el sur, cuando se reinicie, se dividirá a su vez en los combates por destruir a las divisiones de la Guardia Republicana al sur de Bagdad y, posteriormente, en las acciones que permitan iniciar la fase final de la campaña, cual es el asalto a la ciudad de Bagdad. • Cabría que nos preguntemos ¿cuánto tiempo puede llegar a tomar esta detención aliada en el desierto?. No es fácil a la distancia y sin conocer el - 113 -

estado real de las fuerzas sobre el terreno, arriesgar un plazo específico para que la ofensiva se reanude. Sin embargo, creemos que la detención no puede superar un número relativamente escaso de tiempo, ya que las condiciones climatológicas propias del inicio de la primavera en el hemisferio norte, servirán de acicate para acelerar las operaciones toda vez que las penurias que las tropas aliadas deberán soportar en el terreno pueden constituir un factor muy importante para los planificadores militares responsables de la campaña. Finalmente, las tropas iraquíes que se encuentran al sur de Bagdad, deben estar recibiendo una acción aérea muy importante de parte de los aliados, por lo que no sería de descartar que en los próximos días tales fuerzas recurran a alguno de los siguientes cursos de acción: • Intenten realizar un contraataque, aprovechando la momentánea detención aliada y de manera simultánea con algún fenómeno meteorológico que dificulte a los elementos aéreos de la coalición alcanzar el máximo de su potencial letal. • Replieguen las mismas contra los suburbios de Bagdad, de manera de emplearlas en oportunidad que las fuerzas aliadas asalten los límites externos. Como siempre, deberemos seguir muy atentamente el devenir de los acontecimientos de esta guerra que ya promete constituirse en todo un objeto de investigación a futuro para cualquier estudioso de los asuntos militares.

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OPCIONES A L ASALTO DE

B AGDAD ? Abr-02-03

al como las operaciones en desarrollo en el Golfo van perfilándose hasta el momento, todo hace presumir que la campaña sería decidida en Bagdad. El dominio de la misma, permitiría desbaratar el sistema de comando y control del régimen, descalabrando de esa manera cualquier forma de resistencia organizada, lo que finalmente facilitaría el control total del país. Sin embargo, para que ello pueda suceder, hay que ocupar la ciudad capital de Iraq. Como hemos venido desarrollando en otros trabajos del Centro de Estudios, la batalla por Bagdad podría llegar a alcanzar ribetes de gran dramatismo, toda vez que por su población y extensión, así como por la más que segura decisión de las fuerzas iraquíes de emplear a la ciudad como campo de batalla, están dadas las condiciones para que asistamos a una gran matanza. Cabe pues, que nos preguntemos si existen opciones menos cruentas para tomar Bagdad. La respuesta no es fácil, ya que la experiencia que la historia militar nos presenta, muestra que en el siglo XX, por lo general, las luchas por las conquistas de ciudades fueron muy sangrientas. En esos casos, como citáramos en otro trabajo acerca de Stalingrado y Berlín, las fuerzas atacantes en su acción ofensiva sobre la ciudad no ahorraron efusión de sangre propia, de sus enemigos y de la población civil. Por otra parte, existen analistas que oponen al asalto a la ciudad el recurso del asedio de la misma. ¿Qué entender por asedio? Una ciudad asediada, era normalmente rodeada por fuerzas que impedían toda comunicación terrestre o aérea de la misma con el mundo exterior. Las tropas que montaban el asedio, se limitaban a mantenerlo esperando

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que el tiempo agotara las reservas de la ciudad y ésta se rindiera por hambre, enfermedades o por un levantamiento popular que descabezara a las autoridades. En el siglo XX, el ejemplo más típico de asedio fue al que se vio sometida la actual San Petesburgo, cuando bajo el nombre de Leningrado fuera sitiada por tropas del Eje. La opción de recurrir al sitio aparece como menos traumática en comparación con el asalto a la ciudad. Sin embargo, el sitio es tan devastador para la población civil como un ataque llevado a cabo sin límite alguno al daño colateral que se pueda efectuar. En efecto, y volviendo al ejemplo de Leningrado, miles de civiles murieron por enfermedades y hambre durante los meses que el asedio duró y, paradójicamente, la población se endureció en su intención de retener la ciudad, con lo que el quiebre de la voluntad de resistir no se dio. Por lo que hasta acá hemos desarrollado, vemos que quienes son responsables de la conducción de las fuerzas aliadas se encuentran ante dos disyuntivas muy duras. A saber: tomar por asalto la ciudad o asediarla hasta que se rinda por hambre y/o enfermedades. Ambas tienen un altísimo costo en vidas civiles, en bajas de tropas propias y políticamente son muy negativas. No obstante, los británicos pareciera que están ensayando alguna alternativa en sus acciones en Basora. La ciudad se encuentra sitiada por los ingleses, y núcleos de resistencia iraquíes de cierta importancia hacen difícil la conquista de la misma. ¿Qué están haciendo los británicos? En principio, se han asegurado que la ciudad esté cercada. Luego, en los suburbios de la misma, realizan acciones para negar a la resistencia iraquí posiciones desde donde accionar contra las fuerzas británicas que cercan la ciudad. Al mismo tiempo han montado una intensa acción psicológica, direccionada a la población - 116 -

local, en búsqueda de fomentar revueltas contra las autoridades y a mostrar que las fuerzas inglesas disponen de los suministros necesarios para asistir a la población fuera de la ciudad. Con esto, han logrado que grandes contingentes de población abandonen la misma buscando refugio entre las tropas del Reino Unido, así como que se hayan producido levantamientos contra las fuerzas iraquíes. Este tipo de accionar, que requiere de un tiempo considerable para su desarrollo, parece constituirse en una solución de mayor equilibrio frente a las drásticas acciones que se enunciaran al comienzo del presente trabajo. Dependerá, en última instancia, de las autoridades políticas de la coalición el optar por el curso de acción que les permita hacerse del principal centro de poder de Iraq. No cabe duda, para quienes esto escriben, que la decisión deberá balancearse con los tiempos políticos que se dispongan y la necesidad de alcanzar un final rápido y lo menos traumático posible para la coalición. No obrar de esa forma, puede traer un costo muy alto a futuro al gobierno de Estados Unidos, toda vez que no será seguramente Iraq el último campo de batalla de la campaña preventiva que ese gobierno lleva a cabo. LO S

ALIADOS A LAS PUERTAS DE

B AGDAD Abr-03-03

nte la orden directa del Presidente de los Estados Unidos, el Comandante del Teatro de Operaciones del Golfo Pérsico, General Franks, ha retomado la iniciativa luego de varios días de incertidumbre respecto de si las fuerzas aliadas estaban detenidas o no. Según anuncios del comando de la coalición, las fuerzas de la 3ra División

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de Infantería, se encontrarían ahora cerca de 25 kilómetros de Bagdad. En los combates que precedieron a este hecho, se habría destruido la División “Bagdad” de la Guardia Republicana, desconociéndose la situación de las restantes divisiones de esa formación iraquí. Si bien el colocar a las tropas aliadas a una distancia tan cercana a la capital es un hecho de gran significación política y militar, no pueden dejarse de formular algunas consideraciones, con la finalidad de visualizar los hechos y no formular estimaciones triunfalistas que pueden a futuro llevar a cometer importantes errores. En ese sentido, cabe tener muy en cuenta que las tropas que han iniciado esta ofensiva sobre la Guardia Republicana, que como recordáramos defendía los accesos al sur de Bagdad, ha sido realizada por las mismas formaciones de las fuerzas aliadas que vienen combatiendo sin pausa prácticamente desde el inicio de la campaña. Este hecho debe ser tenido muy en cuenta, toda vez que difícilmente sean estas mismas tropas las que realicen el asalto a la ciudad. Muy probablemente, en los próximos días asistiremos a acciones militares que tiendan a formar un verdadero cerco a la ciudad de Bagdad. Para ello, la destrucción de la Guardia Republicana es -como venimos diciendo desde está columna hace ya bastante tiempo- un hecho básico a lograr. Las fuerzas aliadas deberían impedir que las formaciones de la Guardia Republicana puedan ingresar a la ciudad de Bagdad, ya que de suceder, complicaría aún más las acciones de combate que necesariamente deberán realizarse en el casco urbano para asegurar la capital iraquí. Una vez realizado el cerco, muy probablemente las tropas que lo llevan a cabo sean relevadas por otras para el asalto a la ciudad. Así, el arribo de la 4ta División de - 118 -

Infantería que se está concretando en Kuwait resulta de relevancia para esta tarea, toda vez que son tropas que no han sido empeñadas en combate y por lo tanto pueden llevar adelante el combate urbano en mejores condiciones físicas y psicológicas. Asimismo, cabe mencionar que todas estas acciones se están realizando de manera simultánea con las operaciones por ganar el control total de localidades del sur de Iraq, las que en modo alguno se encuentran bajo el dominio aliado, y potencialmente son peligrosas para lograr un fluido sostenimiento de las operaciones aliadas. En el mismo sentido, debe notarse las acciones que se llevan a cabo en conjunto con las fuerzas irregulares kurdas en el frente norte, aunque hasta el momento no se ha materializado el posicionamiento de fuerzas aliadas de gran relevancia que indiquen una dirección de ataque del norte hacia Bagdad. La presión del Presidente norteamericano para que se retome la iniciativa debe verse como un ejemplo de la forma en que la máxima autoridad de comando civil de una nación puede llegar a influir para obtener resultados concretos sobre el terreno. Sin embargo, tales intervenciones pueden resultar contraproducentes para la conducción de las acciones militares, toda vez que el Presidente, por más bien informado que esté sobre la situación en la zona de operaciones, jamás podrá tener la vivencia real de la misma que puede tener un comandante experimentado y colocado cerca de donde suceden los hechos. Una excesiva presión política sobre la conducción militar puede, en casos extremos, llevar a las propias tropas al agotamiento o a realizar acciones que no obtengan los resultados que los analistas previeron en el momento de asesorar sobre su ejecución. - 119 -

Por último, no debemos pensar que porque la Guardia Republicana abandone las posiciones en el sur de Bagdad la guerra esté próxima a su fin. Ello puede suceder en caso que la población de Bagdad o núcleos militares de relevancia se levanten contra el régimen. Si esto no sucediera, la guerra será decidida por la batalla de Bagdad. Es importante que sigamos los acontecimientos, ya que el inicio de la batalla por la capital iraquí podría ser el tiempo para que el gobierno de ese país eche mano de los recursos más extremos que pudiera disponer para su defensa, así como la ocasión para que grupos terroristas internacionales ejecuten acciones en Iraq o en el resto del mundo, que puedan concurrir en apoyo a la defensa de la ciudad. El régimen está acorralado, sabe que van por su destrucción y que no hay otra opción que la rendición incondicional. Veremos hasta qué punto puedan ser creíbles las promesas que Saddam Hussein y sus seguidores hicieron respecto de esta guerra que sacude al mundo. C OMENTARIOS

SOBRE LAS OPERACIONES EN DESARROLLO

Abr-04-03

a toma del aeropuerto de Bagdad, cerca de veinte kilómetros del casco de la ciudad, es un hecho relevante de la campaña, aunque en modo alguno marca el final de la misma sino que, como se viene diciendo en los diferentes trabajos del Centro de Estudios, estamos asistiendo al establecimiento de un cerco de la ciudad que posibilite posteriormente la ejecución de las operaciones de toma de la misma.

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El aeropuerto, con el dominio del espacio aéreo que tienen las fuerzas aliadas, puede servir para el arribo de fuerzas, suministros y la evacuación de bajas. Sin embargo, aunque Iraq no pueda emplear sus medios aéreos, esto no significa que no existan riesgos para la operación inmediata del mismo, toda vez que soldados iraquíes, provistos de armas antiaéreas portátiles, pueden con relativa facilidad afectar a las naves de la coalición en momentos tan críticos como el aterrizaje o el despegue, así como en el lanzamiento de cargas por paracaídas. En el norte de Iraq, las fuerza especiales de Estados Unidos operan junto a las tropas kurdas contra los iraquíes. Las acciones se limitan a combates de las fuerzas antes citadas, con escasos medios terrestres, pero con un inmediato apoyo aéreo. Cabe aquí mencionar, que esta colaboración de Estados Unidos con los kurdos debe ser un tema de cierta rispidez para las relaciones de Washington con Ankara, toda vez que Turquía tiene como un objetivo la no creación de un Estado kurdo próximo a sus fronteras orientales. Resulta, cuanto menos, difícil de suponer que las operaciones combinadas de Estados Unidos y los kurdos no tengan, con el tiempo, algún correlato a la hora que se decida el futuro de Iraq, una vez que el actual régimen deje de existir. En el sur del país se mantienen los focos de resistencia y persisten los problemas con la línea de comunicaciones que sostiene a las tropas aliadas. Este tema no reviste un carácter menor, ni puede tomárselo como superado por el hecho que el asalto a la ciudad capital sea previsible en el tiempo. Que aún persistan núcleos importantes de resistencia al sur del país, puede tornarse en una peligrosa situación si, una vez que las fuerzas aliadas se hagan del control efectivo de Bagdad, las mismas no pueden capturar a Saddam Hussein vivo o muerto. - 121 -

No es difícil de adivinar la conmoción que causaría que el líder iraquí lograra sustraerse con vida a la acción en la capital de Iraq y pudiera constituirse en algún punto del territorio iraquí o fuera del mismo, llamando desde allí a la resistencia. Se puede argumentar contra esta posibilidad diciendo que el régimen depende del control directo que ejerce sobre los ciudadanos y que al desaparecer el gobierno la resistencia tendría que cesar. Esto es factible, pero conviene recordar que muy difícilmente el gobierno iraquí desde el inicio de la campaña aliada esté disponiendo de un sistema eficiente para mantener el control de las operaciones que se están desarrollando en el país, especialmente en el sur del mismo, debido a la acción de guerra electrónica que las fuerzas aliadas ejercen sobre Iraq. Por lo que no debería descartarse que la resistencia tenga más que ver con el convencimiento de ciertos núcleos duros en apoyar al régimen que en el control que pueda ejercer desde Bagdad el líder iraquí. Finalmente un comentario sobre las declaraciones del Estado sirio. Es muy probable que las mismas respondan más a la necesidad de dar una satisfacción a las masas árabes que a la posibilidad cierta de intervenir en el conflicto. Consideramos que no existe posibilidad alguna de que Siria intervenga militarmente, por las siguientes razones: • No dispone de un poder militar relevante para enfrentar a Estados Unidos y el Reino Unido en el Oeste de Iraq. • Se arriesga a recibir una acción de Israel, que podría aprovechar cualquier incursión siria en Iraq para debilitar al régimen de Damasco. - 122 -

Las fuerzas aliadas están a las puertas del inicio de la fase más dramática de la guerra. Del buen tino de sus planificadores y de la habilidad de sus soldados dependerá el éxito en esta campaña. La captura de la cabeza del régimen resulta vital en esta etapa. P RIMERA INCURSIÓN DE EE.UU. EN B AGDAD

LAS FUERZAS TERRESTRES DE LOS

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uego de haber asegurado el aeropuerto, las fuerzas de la 3ra División de Infantería Mecanizada de los Estados Unidos, efectuaron una incursión en la ciudad de Bagdad. En la misma, según fuentes de la prensa internacional, cerca de un centenar de vehículos de combate (comprendiendo mecanizados, es decir transportadores de tropas de infantería y tanques) ingresaron a un suburbio no determinado de la ciudad con la finalidad de comprobar el grado de preparación y determinación de los defensores iraquíes. Las mismas fuentes expresan que cerca de mil tropas iraquíes habrían sido muertas y no se informó sobre bajas de las fuerzas atacantes. Luego de la incursión, las tropas estadounidenses se retiraron, aparentemente, hacia los sectores que actualmente ocupan en proximidades del aeropuerto de Bagdad. La incursión efectuada por las fuerzas de la 3ra División es lo que en la jerga militar se denomina una operación con objetivo limitado. La misma pudo darles, sin lugar a dudas, a las fuerzas aliadas una visión directa del grado de resistencia que las fuerzas iraquíes pueden llegar a ofrecer en la defensa de la capital. Cabe destacar el empleo combinado de fuerzas de tanques y de infan-

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tería mecanizada en la acción. En tiempos pasados, las fuerzas que ejecutaban ataques contra ciudades evitaban el empleo masivo de tanques en función que los mismos resultan sumamente vulnerables a las armas antitanque emplazadas en cualquier sitio de una ciudad, las que prácticamente a quemarropa podían destruir o neutralizar a un tanque. Actualmente, los tanques se emplean en conjunto con la infantería mecanizada, la que avanza delante y próxima a los mismos, tratando de localizar emplazamientos de armas antitanque, y una vez eliminados los mismos, posibilitar el avance de los blindados. Estos, a su vez, proveen a la infantería mecanizada el apoyo de fuego directo que se requiere para avanzar cuidando de no efectuar un daño extremo en la localidad, el que como expresáramos en anteriores trabajos, facilita enormemente al defensor su acción ya que le provee de lugares donde cubrirse y abrir el fuego. Ahora bien, en cuanto a la resistencia que las fuerzas norteamericanas recibieron en su incursión, puede considerarse que la misma debe haber sido de cierta importancia. Esto es así porque, si bien la incursión pudo tener como finalidad comprobar el estado de las defensas iraquíes y posteriormente replegarse, no es menos cierto también que si la oposición que las fuerzas iraquíes ejecutaron hubiera sido débil o de poca relevancia, las tropas que ingresaron a la ciudad, lógicamente podrían haber aprovechado la circunstancia para hacerse de un sector de Bagdad, desde el cual ejecutar a futuro operaciones en la profundidad de la misma. Asimismo, no debemos olvidar que la resistencia encontrada es la que se opuso en un sector relativamente externo a Bagdad y que todo hace prever que la mayor oposición será posible de ser encontrada en sectores más importantes, tales como centros de - 124 -

comando, instalaciones gubernamentales y plantas de producción de energía, entre otros. Finalmente, unas consideraciones sobre la propaganda iraquí y el posible empleo de armas de destrucción masiva. El ministro de Información de Iraq ha sostenido que el aeropuerto de Bagdad está en manos iraquíes y que las fuerzas de Estados Unidos fueron desalojadas de tal posición. Si bien nos encontramos muy lejos del lugar de los hechos, la racionabilidad indica que si tal hecho hubiera sido cierto, las cadenas árabes hubieran mostrado al mundo imágenes del aeropuerto en manos iraquíes, así como los restos del material norteamericano abandonado y por supuestos los muertos y prisioneros capturados. En cuanto al empleo de armas químicas, ya hemos mencionado que el combate urbano por Bagdad es el que técnicamente mejor se presenta para el uso de armas químicas por parte de Iraq. Esto porque las mismas podrían tener mayor efecto sobre el terreno ya que la compartimentación propia de los terrenos urbanos dificulta la pérdida de acción de los agresivos químicos al ir tomando contacto con la atmósfera en los espacios abiertos. En cuanto a las armas biológicas, estás no son apropiadas dado que requieren de un tiempo mayor para que sus efectos sean de validez militar. Sin embargo, a pesar de lo expresado, cabría analizar también el efecto altamente negativo que para el régimen tendría el empleo de armas de destrucción masiva. Recordemos que hasta el momento no se han encontrado las mismas, lo que no hace más que favorecer la posición política del régimen, toda vez que la eliminación de las mismas es una de las principales banderas levantadas por los aliados para la guerra. Asimismo, en caso de su uso, este se haría sobre las tropas aliadas que se encuentran equipadas y alta- 125 -

mente instruidas para combatir en un ambiente donde este tipo de elementos sean empleados, por lo que salvo el lógico momento de confusión que un empleo sorpresivo de tales armas podría proporcionar a los iraquíes, el efecto sería bastante negativo a su posición política y de escaso resultado ante las fuerzas aliadas. No debemos olvidar, sin embargo, que estamos en una situación donde el régimen iraquí se halla al borde de alcanzar su total disolución, por lo que no se puede en modo alguno descartar un empleo irracional de medios que desde un análisis desapasionado resultarían inútiles para cambiar el curso de los acontecimientos. Esto último, seguramente, no escapará al análisis que los comandantes aliados efectuaron antes de iniciar esta campaña. A NÁLISIS

D E LA BATALLA D E

B AGDAD Abr-08-03

n momentos en que estas líneas son escritas, las fuerzas de los Estados Unidos se encuentran combatiendo en la capital iraquí. Tal como vinimos mencionándolo en diversos trabajos del Centro de Estudios, la batalla por Bagdad es decisiva para el resultado de la guerra. Las fuerzas de los Estados Unidos, que por la información disponible son las que se han reservado para sí mismas esta operación, cumplieron en un primer momento con el establecimiento de un cerco a la ciudad. Este proceder es el ideal en las operaciones contra una localidad ya que posibilita a quien ataca disponer de diversas direcciones desde dónde incidir sobre el enemigo, además de permitir mantener un cierto control sobre los efectivos que el enemigo pueda tratar de sustraer de la

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ciudad o de los eventuales refuerzos que posean aptitud de recibir. El combate en Bagdad se ha caracterizado hasta el momento por evitar un ataque masivo sobre la ciudad, el que podría crear un gran número de bajas tanto entre las tropas como entre la población civil. Las fuerzas de Estados Unidos han optado por realizar diferentes incursiones sobre objetivos que consideran de relevancia, manteniendo una actitud dual. Por un lado, en ciertos casos, las incursiones alcanzan sus objetivos, destruyen los blancos predeterminados y posteriormente se repliegan a los puntos desde donde iniciaron la operación. En otros casos, las tropas avanzan sobre objetivos en la ciudad y organizan un perímetro defensivo en el mismo, el cual les puede servir a futuro de base de proyección para posteriores operaciones. Los objetivos de las acciones desarrolladas hasta el momento buscan afectar objetivos de valor militar, como instalaciones de comando y comunicaciones, pero también hay lugar para la afectación de objetivos que tienen un valor más comunicacional que militar, como los diferentes palacios presidenciales del líder iraquí. Todas estas operaciones, indudablemente, cuentan con el apoyo previo que proporcionan las fuerzas especiales de Estados Unidos, y probablemente del Reino Unido también, que estarían operando en la propia localidad. Estas, convenientemente mimetizadas con la población civil, proporcionan información de relevancia, seguramente en tiempo real, que facilita la ejecución de detalle de las diferentes operaciones. Un aspecto del que carecemos de información es el relativo a las bajas que las fuerzas de Estados Unidos puedan estar soportando en el transcurso de las operaciones actualmente en desarrollo. Es que si bien la - 127 -

resistencia iraquí parece operar de manera poco coordinada, no es menos cierto que si se producen combates y muchos de ellos de gran violencia, éstos pueden por sí mismo causar un número importante de bajas entre las tropas atacantes, máxime si las mismas operan con el criterio de preservar las vidas civiles. Si por el contrario, las bajas de los Estados Unidos son escasas, es muy probable que las bajas civiles sean mayores, ante el empleo de un combate que haga poca contemplación de las mismas en búsqueda de preservar a las propias tropas. Esta información será muy difícil de ser confirmada en estos días y sólo el transcurso del tiempo podrá echar algo de luz al respecto. En otros aspectos, puede decirse que la campaña de información seguida hasta el momento por el régimen iraquí está relacionada con la aptitud del mismo para seguir controlando las operaciones. Creemos que esa aptitud debe haber sido reducida a prácticamente cero y que la credibilidad de la acción comunicativa es más que cuestionable, toda vez que no pueden mostrar evidencia alguna que respalde su posición. La guerra está alcanzando su punto culminante. Que termine o no en los próximos días dependerá exclusivamente de la voluntad de lucha de los iraquíes que de manera desorganizada están brindando resistencia. Finalmente, determinar con precisión la suerte del líder iraquí, resultará de fundamental importancia para crear bases firmes en la recreación de Iraq luego de las operaciones. Una imagen de Saddam Hussein como mártir del mundo islámico, muy pobre favor puede hacer al objetivo de la campaña de los aliados en el Golfo Pérsico. - 128 -

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CONTROL DE

B AGDAD Abr-11-03

a presencia de las tropas de los Estados Unidos en Bagdad puede servirnos para efectuar algunas consideraciones sobre las aptitudes que los efectivos militares poseen para realizar el control de la población civil en una ciudad de gran número de habitantes. Debemos tener en cuenta que el caso de Bagdad es el típico de una ciudad que ha sido tomada por una fuerza atacante, en la que todo el sistema de seguridad que el régimen poseía para mantener el orden, colapsó. Ante ese hecho, es decir la falta absoluta de fuerzas públicas capaces de imponerse sobre la población civil, hacen que en esta última semana afloren en determinados sectores deseos de aprovechar la ocasión para realizar saqueos y otros tipos de ultrajes, amparados en la falta de respuesta que avizoran de parte de las autoridades para impedir tal accionar. Al panorama antes descrito, debe agregarse que en la particular situación que viven las fuerzas de Estados Unidos, se hallan en la práctica inhibidas de efectuar un uso indiscriminado de la fuerza para mantener el orden, toda vez que las armas que poseen las fuerzas son letales y, por lo tanto, no aptas para imponer el orden público sin una importante efusión de sangre. Esto explica la razón por la que continúan las acciones de saqueos en Bagdad, a pesar de la presencia de importantes contingentes de tropas norteamericanas. Así, se da el hecho curioso para un observador que Bagdad puede considerarse una ciudad segura desde el punto de vista militar, pero muy difícilmente alcance la misma consideración desde una perspectiva de orden público.

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Estos hechos en Bagdad deberían llamarnos a la reflexión cuando de emplear las fuerzas militares en el restablecimiento del orden público se trata. Si las mismas son empleadas aún con un uso muy acotado de su potencial letal, las posibilidades de causar daños muy importantes entre la población civil son muy altos ya que sus armas no están diseñadas para efectuar un daño puntual sobre un determinado individuo, sino que están diseñadas para afectar a muchas personas de manera simultánea y con la finalidad de causar daños que inhabiliten severamente a quienes son directamente afectados por las mismas. Frente a esto, algún observador podrá decir que la sola presencia de las tropas en las calles actuaría como un disuasivo para que los vándalos eviten realizar su actos delictivos. Sin embargo, tal aseveración choca contra el hecho de que toda disuasión se basa en que las armas podrán llegar a usarse y si quienes desean realizar los hechos delictivos advierten que la capacidad de destrucción de las tropas militares es tan alto que las inhibiría de repelerlos, seguramente se verían tentados de llevar adelante su accionar. Un ejemplo interesante sobre el empleo de fuerzas militares en el control de la población civil, es el que el Ejército Británico muestra en Belfast. Esa fuerza, que rota sus unidades cada seis meses, emplea a las mismas con armas convencionales. Es decir, las mismas que usaría en un conflicto armado y otras equipadas con ingenios no letales, aptos para actuar contra turbas que alteran el orden, sin llegar a causar daños irreparables. De esta forma, se muestran con gran flexibilidad para hacer frente a un amplia gama de amenazas, regulando el uso de la fuerza a la naturaleza particular de las mismas. El empleo de la fuerza militar para asegurar el orden público es un debate actual en nuestra sociedad. Los - 130 -

ejemplos de lo que acontece en Bagdad y lo expresado respecto a Belfast, deberían ser motivo de un cuidadoso análisis para evitar que las fuerzas militares sean empleadas de manera inadecuada y con resultados contraproducentes, en horas difíciles. C OMENTARIOS

SOBRE LA TOMA DE

B AGDAD Abr-09-03

esulta evidente que los aliados, aunque con más precisión las tropas estadounidenses, se encuentran a un paso muy pequeño de tomar el control total de la ciudad de Bagdad. El régimen, tal como lo expresáramos en un trabajo anterior, no estaba en modo alguno efectuando un control efectivo sobre las fuerzas que le respondían en las acciones de combate en la capital del país. Asimismo, los actos de pillaje que la población iraquí ha iniciado en barrios de Bagdad, así como los que ha cometido en Basora, son un indicio muy claro del nivel de desintegración de la sociedad, toda vez que la misma puede percibir que el régimen no se encuentra en condiciones de mantener el control sobre los ciudadanos. Reafirmando lo expresado, se ha hecho notable la ausencia de funcionarios iraquíes ante los medios internacionales presentes en Bagdad, aspecto este último que indica de manera muy notable que el régimen en los hechos ha dejado de existir. Ahora bien, que el régimen haya dejado de existir no significa que la paz pueda reinar en las calles de la capital iraquí, ya que grupos leales al régimen siguen dando combate, a lo que se agrega la tarea de controlar los desórdenes que la población está realizando en Bagdad. Todo esto, mientras se carece de datos fehacientes acer-

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ca de la suerte corrida por Saddam Hussein, sus hijos y miembros clave de su gabinete, así como de manera casi simultánea cuando el hasta el momento desaparecido Osama Ben Laden lanza un llamado a acciones suicidas contra intereses de los países que combaten en Iraq y de aquellos que les proporcionan diversos tipos de apoyos. Si bien es demasiado temprano para hacer un balance de las acciones que llevaron a la presencia de fuerzas de Estados Unidos en Bagdad, no por ello debemos eludir la posibilidad de realizar algunas consideraciones que resultan obvias para cualquier observador de este conflicto. En primer lugar, podemos constatar hasta qué punto es poco confiable el tantas veces publicitado aparato de guerreros suicidas que los fundamentalistas árabes proclaman permanentemente. Si bien en ocasiones, y los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 son harto elocuentes, producen hechos de gran trascendencia, no se muestran como una herramienta confiable para oponerse con eficiencia a una fuerza regular. Los tan mentados guerreros suicidas que el régimen iba a lanzar contra las tropas aliadas, se habrían reducido a algunos atentados de tipo individual, con resultados muy pobres desde el punto de vista estrictamente militar. Es asimismo notable el hecho que el régimen no haya empleado las armas químicas que muy probablemente disponía en la batalla por la capital. Esto, en nuestra opinión pudo deberse más a consideraciones de orden práctico que humanitario. Es que las fuerzas que se enfrentaban, y nos referimos a los aliados, poseían amplia aptitud para operar en un ambiente donde los agresivos químicos fueran utilizados a gran escala. Esa razón tornaba ineficaz todo uso de los mismos. En cuanto a las acciones aéreas de los aliados sobre la capital, la afectación del hotel donde se encontraban los - 132 -

periodistas de agencias internacionales, constituye una muestra más a la que se puede sumar la masa del daño colateral que se ejerciera sobre Bagdad, de la poca confiabilidad que se puede tener en las apreciaciones de oficiales militares que hablan de operaciones aéreas quirúrgicas. Tales términos son impropios del empleo de fuerzas militares, ya que siempre existen márgenes de error que llevan a causar sufrimientos entre la población civil. Resulta mucho más prudente no hacer tanto hincapié en la supuesta precisión de tales acciones aéreas, y más en su capacidad de afectación de blancos. Por otro lado, esas acciones tienen mucho de espectacularidad en cuanto a la posibilidad de destruir determinados blancos puntuales, pero poco de durabilidad de los efectos que logran. Por ejemplo, los ataques que sufriera la televisión del régimen iraquí no impidió que el mismo en pocas horas continuase transmitiendo con medios alternativos. Además, todos los ataques que se hicieron sobre posibles lugares de alojamiento de Saddam Hussein y su gobierno no habrían dado cuenta del mismo, a excepción de la última acción desarrollada en las horas finales de la batalla por la ciudad. Como siempre ha sido, y probablemente continuará siendo, la presencia de las tropas terrestres en la ciudad de Bagdad ha sido el motivo que obligó a colapsar al gobierno iraquí. Si tales tropas no hubieran hecho acto de presencia en la capital, resultaría casi imposible obtener la deposición del régimen de Saddam Hussein. Los aliados tienen por delante una tarea inmensa. El control de la población de Iraq, su alimento y cuidado, así como el restablecimiento de un sistema de gobierno que posibilite darle racionalidad al país, requerirá de la presencia militar y aún del uso de la fuerza. Hacia delante, - 133 -

otros problemas comienzan a asomarse y pueden ser motivo de conflictos. La cuestión de los kurdos en el norte del país, quienes han combatido con los aliados, requerirá de mucha atención toda vez que Turquía recela de la idea de un gobierno kurdo autónomo. La situación de los shiítas del sur, mayoría del país, aunque con escasa presencia práctica en el poder, será de por sí un desafío ya que presentan una tendencia hacia el fundamentalismo religioso que los sunnitas no tienen. Las tropas aliadas tienen sobrados motivos para congratularse por haber alcanzado a prácticamente conquistar la ciudad. Sin embargo, muchas son las consideraciones a efectuarse sobre el desarrollo de las operaciones que obligarán a realizar un replanteo sobre la forma en que el recurso militar fue empleado en Iraq. Esto resultará de vital importancia si es que la actual administración planea continuar desarrollando operaciones militares en su lucha contra lo que denominan el terrorismo internacional.

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CAPÍTULO III: Enseñanzas B ALANCE Y PERSPECTIVA G OLFO P ÉRSICO

A FUTURO DE L A

G UERRA

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i bien al momento de escribirse este artículo existen algunos focos de resistencia en Iraq, en términos prácticos la campaña militar para derrocar al régimen de Saddam Hussein ha finalizado y, a pesar que hacia el futuro se podrá contar con testimonios y documentos que posibiliten un conocimiento profundo de los hechos que han conmovido al mundo en estos últimos días, no es menos cierto que se hace necesario efectuar sobre la base de los hechos que hoy conocemos un balance que nos posibilite extraer experiencias de los sucesos acaecidos, a partir de los cuales efectuar una apreciación sobre los pasos inmediatos a esta nueva guerra en el Golfo Pérsico.

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Para efectuar un balance de los acontecimientos, dividiremos a los mismos en función de los diferentes niveles de conducción que en el mismo se dieron cita. Esto nos servirá no solamente para facilitar la comprensión de los hechos, sino también para ver de qué forma los mismos se ven influenciados de manera recíproca. Nivel estratégico nacional: • Una vez más se hizo evidente que un Estado, en este caso los Estados Unidos y sus aliados, cuando de alguna manera percibe su elemento decisor que se encuentra en peligro algún interés vital, no duda en recurrir al uso de las armas, aún cuando ello tenga un costo político con otros Estados aliados. Este aspecto debe destacarse mucho, ya que determinadas corrientes de opinión, especialmente en nuestro medio, son muy proclives a olvidar que los Estados generalmente consideran que ciertos objetivos son de una importancia tal, que por sí mismos ameritan el empleo de la fuerza para su preservación u obtención. La “novedad” para los sectores que antes citáramos es que la guerra continúa existiendo en nuestro mundo y que permanecerá en él por un tiempo que no podemos predecir. Por lo tanto, negarla podrá ayudarnos a conciliar nuestros deseos por un mundo ideal, pero de manera alguna evitará que ella se haga presente. • La guerra hizo evidente que organismos internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU requieren de un rediseño que los torne en un órgano colegiado hábil para hacer frente a un mundo que pasó, en poco más de un decenio, de un escenario bipolar al de la hegemonía de una hiperpotencia y - 136 -

que parece irse convirtiendo paulatinamente en un entorno multipolar. • La cuestión del no apoyo turco a las operaciones aliadas evidenció la influencia que acontecimientos desarrollados en el más alto nivel de la dirección del Estado pueden repercutir de manera directa en la conducción de operaciones militares. En efecto, el comandante de las operaciones en el terreno debió enterarse, casi de manera sorpresiva, que uno de los cursos de acción previstos (es decir, el ataque desde el norte) debía abortarse por consideraciones que escapaban a su capacidad de decisión. • Se depositó una confianza excesiva en la aptitud que determinadas armas, consideradas como inteligentes, poseían para alcanzar una finalización rápida de la guerra. Las muy optimistas declaraciones del principio de la guerra contrastaron rápidamente con la cautela evidenciada cuando las tropas terrestres tuvieron que chocar con la resistencia impuesta por los iraquíes. • La resolución del problema kurdo, será todo un desafío para los aliados en virtud de la muy significativa contribución de los mismos en las acciones en el norte de Iraq. Tal solución deberá contemplar de manera especial a Turquía y en menor medida a Irán. El problema kurdo tiene suficiente potencialidad para desestabilizar la región y debe ser atendido si es que se quiere lograr una situación de paz sustentable a futuro. - 137 -

Nivel estratégico militar: • La falta de autorización de parte de Arabia Saudita y Turquía para que tropas aliadas emplearan sus territorios para desplegarse, obligaron a los estrategas militares a efectuar concentraciones muy amplias de sus fuerzas en sectores relativamente pequeños, como los fueron el estado de Kuwait y el propio Golfo Pérsico. Aspectos estos que hubieran sido muy negativos en caso que se enfrentara a un enemigo con aptitud para afectar la concentración de fuerzas en espacios tan reducidos. • Los aspectos antes mencionados afectaron directamente el esfuerzo de guerra, toda vez que hicieron aumentar a un grado muy importante la necesidad de contar con puertos iraquíes sobre el Golfo Pérsico para el sostenimiento de las fuerzas en operaciones, así como la llegada de la ayuda humanitaria para la población iraquí. • Se hizo evidente la importancia que tiene en tiempos de guerra que un Estado Mayor Conjunto coordine los apoyos que recibirán las fuerzas que combatirán en el terreno. Esta coordinación fue la que permitió sortear, con las menores dificultades, los problemas causados por la escasez de espacio y de lugares aptos para el sostenimiento de una fuerza de la envergadura que desplegaron los aliados en esta guerra. Nivel estratégico operacional y táctico: • Se hizo evidente que hubo algún error de apreciación respecto de las tropas necesarias para llevar adelante la campaña. Esto fue palpablemente com- 138 -

probado cuando los Estados Unidos anunciaron que 130.000 nuevas tropas concurrirían a reforzar el despliegue inicial. Este despliegue, muy probablemente, se vio influenciado por la confianza desmedida en el poder de las armas inteligentes, así como en una cierta subestimación de la aptitud para el combate de las tropas iraquíes. • Se evidenció alguna actitud proclive a detener las operaciones hasta tanto se recibieran más refuerzos. Esto no pareció advertirse en oportunidad de efectuarse la aproximación final a Bagdad. Parecía que el comando de las tropas esperaba la culminación del arribo de una división de infantería, la 4ta, para que esta concrete el asalto a Bagdad. La presión de la Casa Blanca por finalizar el conflicto hizo que las tropas que venían combatiendo desde el principio de la campaña, sean las mismas que siguieran adelante con la conquista de Bagdad. • Las tropas iraquíes evidenciaron que fuerzas tecnológicamente inferiores pueden presentar batallas de desgaste con cierta posibilidad de éxito sobre fuerzas militares infinitamente superiores, toda vez que lleven a estas últimas a desarrollar operaciones que, como las que el combate urbano ofrece, posibilitan equilibrar de alguna manera las severas diferencias existentes. Este tipo de accionar se denomina “combate asimétrico” y, no dudamos, será profundamente analizado en los ambientes de defensa. • Aún los ejércitos más desarrollados dependen para la concreción de su operaciones de una línea de comunicaciones segura que posibilite un sostenimiento continuo de sus acciones. Esto se hizo evidente por la acción de las guerrillas iraquíes, las que - 139 -

en determinados casos lograron retrasos de cierta significación en el esfuerzo logístico de los aliados, como así también, obligaron a los mismos a retirar del frente tropas para su empleo en tareas de seguridad de la línea de comunicaciones. • El combate urbano dejó de ser un ambiente negado al empleo de tropas blindadas y mecanizadas. Tal como los israelíes vienen haciendo en territorios palestinos desde el reinicio de la Intifada, las tropas blindadas -acompañadas por infantería mecanizadase constituyen en una herramienta sumamente flexible a la hora de desarrollar un combate urbano. Esto deja atrás una serie de mitos, muy acendrados entre los militares, que negaban el empleo de medios blindados en combates urbanos. • Ganar la población civil es vital para cualquier fuerza militar que desarrolla operaciones en territorio hostil. Si la población civil ve que las tropas que los invaden mantienen un comportamiento honorable y son proclives a evitar una efusión de sangre innecesaria, naturalmente serán más proclives a aceptar el hecho de la presencia de fuerzas extranjeras. Esto responde a necesidades que la población tiene de preservarse de los rigores del conflicto, y posee un mayor énfasis toda vez que el régimen nacional que los domine presente rasgos de un autoritarismo que suprima las más elementales necesidades del ser humano. Si las fuerzas aliadas se hubieran comportado como vándalos, muy distinta hubiera sido la reacción popular, aún bajo un régimen tiránico como el iraquí. • El control de la población civil puede tornarse en un grave escollo para fuerzas militares provistas exclu- 140 -

sivamente de armamento letal. La recurrencia por parte de las tropas aliadas a efectivos de la policía local para conformar patrullas mixtas parece ser una respuesta adecuada a las circunstancias que Iraq ofrece. • El empleo de fuerzas especiales para encuadrar fuerzas irregulares continúa mostrando su utilidad, tal como sucedió con la presencia de fuerzas especiales norteamericanas entre los efectivos kurdos en el norte de Iraq. • La guerra evidenció la importancia de contar con tropas instruidas y preparadas para desarrollar operaciones de alta intensidad con un preaviso mínimo. La guerra es un hecho que en nuestros días puede presentarse de manera casi inmediata, sin tiempo para preparar un contingente apto para el combate. La paz debe ser aprovechada para alistar una fuerza apta, mínima y altamente confiable, sobre la cual depositar los más altos intereses de la nación. • Una vez más se demostró que la presencia de fuerzas sobre el terreno constituye la única forma de concretar el objetivo de un campaña. Las acciones aéreas, con toda la importancia que revisten, no son por sí mismas razón suficiente para alcanzar la finalidad de una guerra. Esto último viene a cuento de ciertas tendencias, por otra parte muy extendidas entre planificadores civiles y militares, según las cuales las acciones aéreas logran obtener objetivos que pueden alcanzarse sin la necesidad de derramar sangre de las fuerzas terrestres propias. Los bombardeos en Kosovo y las acciones de esta últi- 141 -

ma campaña en el Golfo, son una prueba más de la falacia que tal concepción presenta. Finalmente, cabe que enunciemos cuáles serían los próximos pasos que pueden esperarse de parte de los Estados Unidos y sus aliados. En nuestra concepción, los aliados dedicarán los próximos meses a consolidar su posición en Iraq. Las exigencias del gobierno militar de ese país serán tales que consideramos consumirán muchas energías para su obtención. Por otro lado, es seguro que se efectuará una muy cuidadosa revisión de todo lo actuado para subsanar falencias, tanto las que creemos se han evidenciado como otras que escapan a nuestro conocimiento. En cuanto a la dirección que un futuro esfuerzo militar aliado podría tener en el tiempo por venir, creemos que dependerá de la evolución que tenga la región. En efecto, si países tales como Siria e Irán no pasan de declaraciones duras sobre la campaña desarrollada, muy probablemente los aliados eviten injerencias en los mismos. Siria, por otra parte, deberá considerar muy seriamente su postura, toda vez que si la misma se hace muy beligerante puede verse sometida a una acción desde dos frentes simultánea entre Israel por el sudoeste y por los aliados desde el este. Damasco tiene sobrada experiencia negativa de las veces que se enfrentó contra Israel como para que decida verse tentada a operar simultáneamente con este último país y la capacidad operativa de Estados Unidos y el Reino Unido. En cuanto a Irán, debe saberse muy inferior a los aliados y probablemente trate de asumir una posición más moderada. No debemos dejar de considerar la muy beligerante forma en que Corea del Norte se ha venido manifestando hasta el presente. Su especial condición de nación con capacidad nuclear militar es un aspecto clave en cualquier - 142 -

análisis, sumado a la proximidad que dicho país posee respecto de China. Consideramos que mientras tales expresiones se mantengan dentro del plano de lo verbal, no existirán posibilidades que se efectúe una acción militar de Estados Unidos contra el régimen de Pyonpyang, a pesar que el mismo integra el famoso eje del mal denunciado por el titular de la Casa Blanca. La posibilidad de un intercambio nuclear es de por sí un factor suficientemente eficaz para morigerar los espíritus más beligerantes. E NSEÑANZAS DE LA G UERRA COMO LA A RGENTINA

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G OLFO

PARA UN PAÍS

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a Guerra del Golfo, en su renovada versión del Siglo XXI, ha sido como toda guerra una fuente de enseñanzas, las que con el correr del tiempo, y en la medida que documentos y experiencias sean públicas, contribuirán a una comprensión y asimilación de las mismas. Sin embargo, hoy podemos extraer de las mismas experiencias que nos posibiliten crecer en la necesidad de un sistema de defensa que sea útil a nuestra realidad. Así, las operaciones recientes muestran, en nuestro particular criterio, algunos conceptos que creemos pueden servir de punto de partida para un debate, largamente postergado, de nuestro sistema defensivo.

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La brutal vigencia de la guerra:

Quienes siguen estas líneas habrán advertido, en muchas ocasiones, la insistencia que ponemos en la necesidad de contar con un sistema defensivo creíble. Esto es así, porque tal como los hechos de Iraq han demostrado, los - 143 -

Estados en modo alguno renuncian al empleo de las armas cuando ciertas consideraciones de real importancia están en juego. Asimismo, esa apelación a la fuerza, otrora mayoritariamente ejercida en forma monopólica por los Estados nación, hoy es una herramienta accesible a grupos terroristas capaces de ejecutar acciones de gran poder destructivo en cualquier lugar del mundo. De esto, nosotros hemos sido víctimas en dos oportunidades, y testigos en cuanto a los acontecimientos sucedidos en Estados Unidos el pasado 11 de septiembre de 2001. Si bien es loable y primordial lograr un marco de paz que sirva de soporte a un desarrollo sustentable, desgraciadamente el mismo muchas veces se apoya en la certeza que algún actor estará dispuesto a emplear sus armas cuando alguna amenaza de importancia surja. La paz sin el respaldo de la fuerza resulta más una quimera que un hecho práctico en la dura realidad de la relación entre países. La importancia de contar con una política de defensa común en la región:

Nuestra debilidad nos hace vulnerables para hacer frente a las cambiantes condiciones que el conflicto y las amenazas pueden tomar en nuestros días. De allí la necesidad de avanzar decididamente con los países de la región en la concreción de un sistema de defensa que sea de utilidad para, en primer lugar, asegurar el marco de paz que se vive en la misma. Por otro lado, el sistema debe servir para que puedan darse respuestas adecuadas y contundentes ante amenazas que pusieran en peligro tal estado de paz en las naciones. Este respaldo de la fuerza a la paz, resultará en un verdadero polo de atracción a inversores, que verán en las condiciones de seguridad - 144 -

reinante y en el respaldo que las mismas tengan, un basamento particularmente sólido a sus desarrollos empresariales o comerciales. Necesidad de contar responder a las crisis:

con

fuerzas

aptas

para

Es muy común en nuestra realidad, escuchar a personas que sostienen que cuando surja una crisis será factible “visualizar” a la misma con tiempo suficiente para lograr el nivel de preparación necesario para afrontarla desde un punto de vista militar. Tal consideración era de aplicación en los conflictos que se sucedieron en el Siglo XIX y algunos del XX, pero totalmente inapropiada para atender el nivel de vertiginosidad que una crisis puede escalar en nuestros días. De allí la imperiosa necesidad de contar con un núcleo relativamente pequeño de fuerzas aptas para ser empleadas rápidamente ante una crisis que imponga el empleo de la fuerza militar. Así, el poder político dispone de fuerzas que le proporcionen alternativas viables para atender a la crisis, de manera de ganar el tiempo necesario para, que ante el caso de una necesidad de mayores fuerzas, contar con las mismas dentro del marco mínimo proporcionado por una fuerza de disposición inmediata. Colocar el acento en la calidad del entrenamiento:

Las fuerzas militares deben destacarse por la calidad de preparación para hacer frente a la guerra. Esa calidad se logra mediante un intenso y realista entrenamiento. Esta actividad es prioritaria dentro de la preparación de una fuerza militar y mucho más relevante que la adquisición de tecnología de punta. En efecto, y tal como los comba- 145 -

tes urbanos en Iraq lo han mostrado, las tropas del régimen depuesto sucumbieron en combate no por la acción de elementos de tecnologías muy superiores, cuanto por la decisión y entereza de tropas altamente motivadas y entrenadas, dispuestas a combatir y triunfar cualquiera sea la circunstancia que el enemigo le impusiera. También en ese aspecto, muchas veces, analistas en temas militares en nuestro país ponen el acento exageradamente en los costos de los materiales militares de alta tecnología en lugar de acentuar la importancia del entrenamiento de las fuerzas. No podremos en estos difíciles tiempos contar con tecnologías avanzadas, pero ello no puede ser un obstáculo para contar con fuerzas entrenadas, las que con mucha mayor facilidad podrán adaptarse a sistemas de armas que puedan adquirirse en la eventualidad de un conflicto. Finalmente, si bien por razones muy comprensibles el tema de la defensa está ausente de la agenda nacional, que ello sea así no significa en modo alguno que las amenazas no existan y que no deberá atendérselas en algún momento. La defensa no es una actividad del Estado autónoma, sino que contribuye directamente a proporcionar al país las condiciones de estabilidad y seguridad que como premisas básicas deben darse para que cualquier proyecto de desarrollo sea viable. Comprender esto, y llevar adelante las políticas que lo hagan posible, hace al desarrollo y prosperidad de cualquier nación.

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Editado por NUEVA MAYORÍA - JULIO DE 2003 -

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