El viaje del \"Plus Ultra\": Ciencia y propaganda en la dictadura de Primo de Rivera | The flight of \"Plus Ultra\": Science and Propaganda in the dictatorship of Primo de Rivera

El viaje del "Plus Ultra": Ciencia y propaganda en la dictadura de Primo de Rivera José Manuel Morales Tamaral Publicado en H-Spain. Study of Spanish History and Culture [22 de enero de 2015] (https://networks.h-net.org/el-viaje-del-plus-ultra-ciencia-y-propaganda-en-la-dictadura-deprimo-de-rivera)

Tal día como hoy hace 89 años despegó de Palos de la Frontera un hidroavión Dornier Do J “Wal”, de tecnología alemana y fabricación española, con destino a Buenos Aires. El Plus Ultra, nombre con el que se bautizó al aparato, estuvo pilotado desde el 22 de enero de 1926 por el comandante Ramón Franco. Le acompañaron el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán, el cabo mecánico Pablo Rada y el fotógrafo Leopoldo Alonso. Este último viajó solo hasta las Palmas de Gran Canaria, primera escala de las seis que el hidroavión realizó en Porto Praia, Fernando de Noronha, Recife, Río de Janeiro y Montevideo hasta llegar a su destino final el 10 de febrero. Estos 10.270 kilómetros recorridos en un total de casi 60 horas de viaje y a una velocidad máxima de 185 km/h convirtieron al vuelo del Plus Ultra en el primero realizado con un solo aparato entre Europa y el Atlántico Sur. Este récord marcó sin duda un hito en la historia militar y de la aviación del siglo XX. Pero no es menos cierto que la hazaña fue aprovechada por la dictadura de Miguel Primo de Rivera para una nueva puesta en marcha de la parafernalia propagandística –en la que el propio dictador gustaba de intervenir–. Basten tres testimonios producidos a lo largo de 1926 para corroborar que el afán por influir en la opinión pública española, que ya poseía algunas de las características propias de la moderna sociedad de masas, fue uno de los pilares irrenunciables de la dictadura primorriverista: la Unión Patriótica, “partido” y máquina propagandística del gobierno, aseguró que el vuelo de Franco y compañía era un síntoma evidente de la “vitalidad ibérica”, un auténtico “redescubrimiento” de América que partió del mismo puerto que Cristóbal Colón; Franco y Ruiz de Alda quisieron dejar evidencia de su gesta en la obra De Palos al Plata; y el ABC convocó entre sus lectores un concurso de poemas que versaran sobre el vuelo del Plus Ultra –fueron recibidos 681 versos, entre los que un jurado seleccionó cuatro para su publicación–. No es difícil advertir que toda esta retórica encerraba detrás un proyecto más o menos coherente y planificado –dentro de la improvisación que la historiografía atribuye a la dictadura– encaminado a reafirmar, y en la medida de lo posible a aumentar, la presencia española en Hispanoamérica. El instrumento empleado por esta política fue la cultura, en este caso basada en una larga trayectoria de lazos y encuentros comunes entre las

dos orillas del Atlántico y que ahora se ponían al servicio de una pretendida “regeneración” de la política exterior española. Si bien esta política cultural no fue iniciada por la dictadura – ahí están la Junta para el Fomento de las Relaciones Artísticas Hispanoamericanas creada a inicios de 1920 por Natalio Rivas, Ministro de Instrucción Pública, o la Oficina de Relaciones Culturales fundada en 1921 dentro del Ministerio de Estado–, Primo de Rivera impulsó definitivamente la dimensión hispanoamericana en España. Suyas son la reconversión de la Oficina en la Junta de Relaciones Culturales (1926) y, como colofón, la celebración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929-1930), cuyo impacto sobre el urbanismo de la ciudad andaluza podemos por suerte seguir disfrutando en la actualidad. Tampoco es difícil advertir cuánto recuerda el episodio del Plus Ultra a la denominada Guerra de África mantenida entre España y Marruecos entre 1859 y 1860. Salvando por supuesto los diferentes contextos políticos y sociales entre los dos acontecimientos, lo cierto es que en ambas ocasiones se originó una campaña política y de prensa destinada a rodear a los hechos ocurridos de una aureola de heroicidad sin precedentes y, en definitiva, a tratar de hacer partícipe a la población de la causa del Estado, que es “la causa de todos”. Estos repuntes de una inquieta ambición en Marruecos y en América del Sur coinciden también con coyunturas de cierta estabilidad política y económica, de una seguridad doméstica e internacional lo suficientemente fuerte como para que Leopoldo O’Donnell y Primo de Rivera se decidieran a tratar de revisar los límites impuestos a la proyección internacional de España. Una pregunta queda en el aire: ¿hasta que punto la política exterior española se ha cimentado sobre este tipo de “golpes de pecho”? Dicho de otra forma: ¿en qué medida la política exterior española es una “política de prestigio”? Detalles de la fotografía: el Plus Ultra tras su amerizaje en el puerto de Buenos Aires. Fuente: Fundación HISTARMAR. Historia y Arqueología Marítima: http://www.histarmar.com.ar/MOP/DNVN-MOP/Aviones/1329B-PlusUltraX10.jpg