El uso de fuentes en El Paraíso en el Nuevo Mundo de León Pinelo en el sustento del dogma católico

September 21, 2017 | Autor: D. Cebreros Tamayo | Categoría: Peruvian Literature, Spanish American colonial studies, Colonial Studies
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Descripción

Diego Cebreros Tamayo
Prof. Carmela Zanelli
LIT-242: Literatura Peruana Colonial
14 de Diciembre de 2012

El uso de fuentes en El Paraíso en el Nuevo Mundo de León Pinelo en el sustento del dogma católico
Pocos textos del periodo colonial reúnen las características de un trabajo tan minucioso en las fuentes bibliográficas como el Paraíso en el Nuevo Mundo de León Pinelo. Como producto de su época, posee los rasgos propios de la Patrística y el aprendizaje medieval, en una manifestación de la corriente barroca de la segunda escolástica. El texto, en resumidas cuentas, es más un catalogo de fuentes eruditas, raras y curiosas, con inclinación al género de la miscelánea, que una tesis bien estructurada respecto del tema que busca sustentar. Sin una estructura narrativa bien encaminada, se deja llevar por lo curioso y lo extravagante que el tema que trata le permite ofrecer; esto es, la tesis de que el paraíso terrenal, el Edén perdido, se encuentra en el Nuevo Mundo (más específicamente, en el centro de Sudamérica, que por entonces comprendía el territorio de la Amazonía peruana). Siendo un texto bastante peculiar, propongo analizar el uso de las fuentes que cita León Pinelo para demostrar que, a pesar de que la obra se denomina como un "comentario apologético" y emplea fuentes teológicas, es su naturaleza miscelánica y barroca la que le permite hacer uso de todo tipo de fuentes, filosóficas, teológicas, científicas, geográficas y de historia natural, para así sustentar el dogma católico. En este sentido considero que el texto, al ser un producto de su época, ya no parte de una visión dogmática en la cual se modifica el mundo a partir de la visión de la religión católica; sino que es mediante el uso desmedido de fuentes de todo tipo que se intenta sustentar a la religión, al tiempo que el texto tiene como finalidad el demostrar, bajo la sustentación del dogma por el conocimiento, una tesis capaz de interesar por la novedad de la temática y la curiosidad de los hechos que ofrece, rasgos sin duda propios del género miscelánico y barroco.
Antes de esto, quisiera dar algunas delimitaciones. Para este trabajo, se va a considerar que el texto es tanto un comentario apologético (pues se basa en fuentes de la cristiandad primitiva, en los padres de la iglesia. De ahí que emplee fuentes de la patrística), como que también posee rasgos del género de la miscelánea. Sin embargo, propongo que de estas dos corrientes, el texto tendrá más en común con la miscelánea que con la patrística, dado que su motivación principal es el llamar la atención mediante la novedad de las fuentes, los datos rebuscados y la curiosidad (Lerner 218). De esta forma, el texto comienza delimitando la materia de que va a tratar: "[…] investigar el sitio y colegir el lugar que tuvo en su creación el Paraíso Terrenal: y si fué ó pudo ser en el nuevo mundo, que llamamos Yndias Occidentales, ó en alguna de sus Provincias" (Vol. I, p.1). La materia en cuestión es de por sí interesante y llamativa, pero respecto del periodo histórico en que se enmarca, resulta que León Pinelo no fue el primero en sugerirla. Tanto Américo Vespucio como Bartolomé de Las Casas habían adelantado la idea de un paraíso americano en Mundus Novus y la Historia de las Indias, respectivamente (Pereira 142). Asimismo, el propio León Pinelo reconoce que la idea del paraíso en América no es original:
Esta pues nueva aunque antiquísima Opinión de que el Paraíso haya sido en el Nuevo Mundo, sin explicarla ni aplicarla a la de San Efren, han tocado y referido Autores graves. El primero que tuvo este pensamiento fue el primer Descubridor del Nuevo Mundo el Almirante Don Christobal Colon […] Hicieron mención de esta Opinión, Francisco López de Gomara, Martín del Rio, Antonio de Herrera, Doctor Don Juan de Solórzano, el P. Josef de Acosta, Fray Tomas de Maluenda, Laurencio Beierlinc […] Cornelio Jansenio, Obispo Iprense, Leonardo Mario, Cornelio a Lapide, y Don Fernando Montesinos (Vol. I, pp. 133-134)
De esta forma, el texto se enmarca en un grupo específico de discursos que han intentado ubicar el Paraíso en algún punto geográfico del Universo, de tal forma que la tesis busca sustentarse al pasar por una opinión compartida (Pereira 142). Aun así, el hecho de que la materia en cuestión sea compartida no implica que esta no sea llamativa. Lo que hace es enmarcarse dentro de este género de hechos curiosos al probar que otros autores también lo han hecho.
Por otro lado, la prueba más palpable de que El Paraíso en el Nuevo Mundo forma parte de los textos del género de la miscelánea se encuentra en el hecho de que necesita emplear una vasta cantidad de fuentes, las cuales deben ser de todo tipo, precisamente por la dificulta de la materia (Lerner 218). La miscelánea es el género adecuado y justo para tratar este tipo de temas rebuscados. Así, tenemos que:
La miscelánea se adapta perfectamente a la inmensa variedad y a la diversidad y abundancia de noticias contemporáneas. Además, como pronto veremos, en gran parte de los casos la ausencia de documentación escrita obligaba a recurrir a la memoria oral de informantes cuyo conocimiento directo o indirecto del pasado exigía confirmación autorizada (Lerner 219).
De esta forma, el texto se propone utilizar una gran cantidad de fuentes en su discurso: "Las opiniones que sobre la averiguación de este sitio han inventado los Expositores y otros Autores son tantas que a no ser las más de ellas fundamentos propios de la que pretendo fundar, aun en referirlas exusara"(Vol.I, pp.2). Es decir, es mucha la necesidad de usar estas fuentes, a pesar de que son numerosas, pues de no ser así, no las emplearía. Respecto de esto, lo podemos relacionar como una característica propia de la miscelánea, que es la variedad de las fuentes. Además de ser numerosas, estas deben ser diversas para causar un efecto de impacto al informar de realidades que posean un interés intrínseco en sus lectores (Alcalá 12). Ciertamente este es el caso de El Paraíso en el Nuevo Mundo. En primer lugar, emplea una inmensa cantidad de fuentes bibliográficas para sustentar el primer volumen de la obra, "cuerpo de esta alma y adorno de este cuerpo". Según Raúl Porras Barrenechea, en el prólogo de la edición por el IV aniversario del descubrimiento del Amazonas, indica que la primer partes es: "disquisición y dialéctica pura, barroquismo mental y sutileza quintaesenciada de filósofos y geógrafos antiguos" (Porras XXVII). En efecto, dentro de las fuentes que emplea tenemos a Goropio Becano ( medico, lingüista y humanista holandés) , Benedicto Pererio (Matemático Valenciano y Jesuita), Guillermo Hamero , Ariano Nicomediense, Filostorgio Arriano (controversista), Alvino Flaco Alcuíno( teólogo, erudito y pedagogo), Jacobo Gotfredo, Nicéforo Calixto (historiador eclesiástico), Piteas Masiliense, Lactancio Firmiano, Ulises Aldobrandino (médico y filósofo italiano), Celio Rodiginio, Bridefero Ramesiense, Gotardo Artus, Bobán Mauro, Jacobo Cenoxen Buscodunense y Pedro Ciruelo Iprocense (Porras XXVIII).
Como vemos, el texto de León Pinelo tiene rasgos propios de la miscelánea, por lo que en este trabajo se lo considerará como tal. De otro lado, los ejemplos utilizados nos permiten ver que el texto se basa marcadamente en fuentes Patrísticas y bíblicas. Esto no debe causar sorpresa, ya que en el periodo en cuestión, la producción de información académica estaba relegada a los claustros universitarios y a los scriptae, por lo que todo tipo de información, sea de índole religiosa o no, podía encontrarse en estas instituciones. De otro lado, sus cargos dentro del Consejo de su Majestad y como Oidor de la casa de contratación de Sevilla, además de su relación con notables figuras intelectuales como Solórzano, Pereyra, Montesinos, el P. Antonio Ruiz de Montoya y el propio Lope de Vega, le aseguraron el contexto propicio para su labor como bibliófilo empedernido. Tenemos pues, que al estar el texto enmarcado dentro del género de la miscelánea es que puede disponer de todo un caudal de información de diversa índole, tal como indica Carlos Rey Pereira: "Múltiples materias se mezclan y dan cita en estas páginas, ejemplo entonces de miscelánea, otro género cultivado en la época" (Pereira 147).
Pasemos ahora a analizar el texto, y ver en qué forma es que el uso de las fuentes que emplea sirve como sustento del dogma católico. En principio, el texto tiene una organización peculiar, pues se divide en cinco libros (los tres primeros en el primer volumen) donde primero se ocupa de indicar el tema de la argumentación. Luego pasa a señalar las distintas opiniones recogidas sobre el carácter y lugar del paraíso (primer libro), las cuales irá descartando por diversos motivos hasta llegar a la opinión de que él paraíso, primero, se encuentra en este mundo; luego, que el paraíso se encuentra en otro continente distinto de Asia, que es el Nuevo Mundo (segundo libro). Para sustentar esto, indica variadas coincidencias entre el Nuevo Mundo y los atributos del paraíso (tercer libro). Los dos últimos libros representan más pruebas con una argumentación similar a la del tercero, por lo que no se los considerará. Al respecto, es interesante notar esta división que hace entre el paraíso ultra terreno y el Edén en la tierra. ¿Qué lo motivó a pensar que el paraíso se encuentra en la tierra y no en el cielo? Según Rosa Pellicer, la respuesta se encuentra en el contexto histórico y en las fuentes de información que empleó. Así, tenemos que: "La distinción que hizo la patrística entre el Cielo, lugar propio de Dios, y el paraíso terrenal permitió a teólogos, humanistas y artistas a humanizar el otro mundo" (Pellicer 31). Al utilizar este tipo de fuentes es que la empresa que se propone tiene una finalidad motivada por el contexto histórico y los desarrollos en el conocimiento, propios de la época. Recordemos que en el siglo XVII, tenemos un contexto barroco de desengaño y desconfianza por todo lo que se tenía asegurado, y esto incluye el conocimiento recopilado hasta entonces. Es necesario que se revise la información con la que se cuenta para dejar de lado viejos presupuestos para dar paso a lo nuevo, lo curioso y lo excitante. En ese sentido, se entiende que haya un cambio de concepción del mundo con respecto a la nueva información con que se cuenta. De ahí que el uso de fuentes, a pesar de ser teológicas y citar a los padres de la iglesia, también incluya recopilaciones orales e, inclusive, recoja información sustentada en la experiencia.
El tipo de argumentación también es importante al vincularlo con la intención que tiene el texto. Según Pellicer:
No tiene un sistema teórico, sino un método, que tiene que ver con el razonamiento casuístico, por "careo", que dice Gracián. La demostración de su tesis se desarrolla siempre en el mismo orden: exposición de la opinión, propia o ajena, argumentos a favor o en contra y, finalmente, aceptación o reprobación, es decir, "tesis, antítesis y síntesis" (Pellicer 31).
De forma similar, Carlos Pereira afirma que la obra "carece tanto de estructura narrativa como de forma cronística o historiográfica" (Pereira 143).
El tipo de razonamiento también comparte estas características, pues "el hilo del pensamiento puede ser tanto inductivo, de lo concreto a la regla, como deductivo, de la regla a lo particular" (Pereira 144). Este tipo de razonamiento escolástico se puede relacionar con la intención que León Pinelo tiene de su trabajo. Se trata más de recopilar que de relacionar. El caudal de información que necesita para tratar este tema debe ser debidamente clasificado y estructurado. No puede pasar a un nuevo punto sin antes haber aceptado o rechazado el anterior. Y en esta gigantesca labor de recopilación, el proceso mediante el cual los datos son verificados o rechazados, muchas veces no contempla la verosimilitud de sus afirmaciones, pues el autor se deja llevar por la novedad y la acumulación de los datos impactantes. Dado que se enmarca en el género de la miscelánea es que "se da una paradójica ´frivolidad del conocimiento´. Una vez satisfecha la sorpresa con la presentación de un tema se pasa a otro para seguir un ritmo impuesto por la demanda de una concentración alta de asuntos" (Alcalá 13). El texto tiene de por sí su propio ritmo y lógica, que se sigue del modo en que se presentan los argumentos, del tema de que tratan y de las aseveraciones que hacen, ya sea que los argumentos que emplea se enmarquen en una lógica particular, más allá de la que funciona dentro del propio texto. De esta forma, al dar más importancia a los datos en sí mismos que a la verosimilitud de sus afirmaciones, es que tiene una visión particular de ellos que acepta el hecho de que no pertenecen a una determinada tradición. En otras palabras, los datos que ofrece no son modificados por el dogma católico, sino que se aceptan en sí mismos para, a partir de ellos, utilizarlos en la fundamentación del dogma católico; en este caso, fundamentar la existencia del paraíso en el Nuevo Mundo. Respecto de esto, tenemos que:
Se le reconoce a lo nuevo identidad independiente; no se procura adaptarlo a lo antiguo por comparación; se le otorga nombre propio y se estudia. Nuevos valores se incorporan así al mapa de lo conocido, enriqueciéndolo. […] aquello que ha llegado a saberse de un objeto o ser vivo contribuye a hacerlo más inteligible e interesa. Junto a su constitución física son consignadas sus costumbres y, desde la perspectiva humana, su valor y uso (Pereira 149).
Es así que la intención de León Pinelo al redactar el Paraíso en el Nuevo Mundo, fue más que nada resaltar los nuevos conocimientos en sí mismos para, a partir de ahí, utilizarlos para sustentar la religión.
Respecto de las fuentes empleadas, es cierto que en el Segundo Libro del texto, en el cual se encuentra la mayor parte de la sustentación teórica de la que se basa, las fuentes que emplea son mayormente Patrísticas, dado que cita principalmente a Moisés Bar Cefas y a San Efren, considerados escritores eclesiásticos aunque conversos a la religión católica, cuando esta recién empezaba a adquirir poder político. A Bar Cefas es a quien atribuye el planteamiento de si el paraíso se encuentra en este o en otro continente, después de haber citado numerosas fuentes que plantearon la posibilidad de que el paraíso se encuentre más allá del mar, entre ellos San Agustín de Hipona (Vol. I, pp. 122). Este es el argumento principal del Libro Segundo, que afirma que más allá del mar hay otros mundos, y dado que el paraíso no se encuentra en el Viejo continente, razona León Pinelo que debe encontrarse más allá del mar, después de probar que no puede encontrarse fuera de la tierra. Paso seguido, pasa a fundamentar esta opinión al indicar, por un lado, que la verdad de esta afirmación yace en el hecho de que forma parte de un conocimiento antiguo que ahora se ha recuperado:
En solo haverla propuesto con los fundamentos vulgares que la apoyan se reconoce la facilidad y propiedad con que por sí misma se verifica en nuestras Yndias Occidentales, y que el decir hoy que estuvo en ellas el Paraíso terrenal, que parece Opinión moderna y assi la juzga su primera inspección, es tan antiguo que por lo menos tiene por Autores los primeros PP. De la Yglesia, y por demás los PP. Segundos del humano linaje (Vol. I, pp. 126).
Vemos una vez más el hecho de que la fuente, en sí misma, contiene novedad y asombro en sí misma, más por su extravagancia que por su verosimilitud. En efecto, el hecho de que un conocimiento sea antiguo no lo hace verdadero; por otro lado, podemos rescatar de la cita que va a adelantar un hecho importante en la argumentación de León Pinelo. Y es el hecho de que, por lo mismo que la naturaleza del texto acepta fuentes variadas, es que también incluye a los nuevos descubrimientos geográficos como parte de su argumentación. De esta forma, la experiencia y la autoridad del testigo entraran en juego para afirmar la existencia del Paraíso en el Nuevo Mundo, como también servirán para refutar fuentes que afirmen lo contrario, ya sean estas fuentes teológicas o patrísticas: "Y habiendo corrido esta Opinión muchos siglos llega al descubrimiento de las Yndias, y con varias navegaciones manifiestanse los más remotos términos del Mar y de la Tierra: con que ya no es dudable que este nuestro Continente sea Ysla y una de las tres mayores que contiene el Orbe" (Vol. I, pp. 128).




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