El urbanismo amnésico del Parc del Fòrum en Barcelona: del sueño de los megaeventos a la realidad de los vacíos urbanos Giuseppe Aricó
[email protected] Observatori d’Antropologia del Conflicte Urbà (OACU) Grup de Recerca sobre Exclusió i Control Social (GRECS) Universitat de Barcelona (UB)
Durante los JJOO de 1992, la transformación urbanística que venía operándose sobre Barcelona experimentó un punto de inflexión con la reforma descontrolada de su litoral marítimo. Apenas unos años más tarde, la ciudad ya se preparaba para acoger un segundo gran evento de escala global, el denominado Fòrum de les Cultures.
Durante su inauguración, el 8 de mayo de 2004, el propio Rey de España elogiaba a los influyentes administradores y tecnócratas por su exitoso trabajo de reconversión de un “área degradada” en la segunda plaza más grande del mundo después de la Plaza Tiananmen, en Pekín. A partir de la puesta en marcha de ese megaevento, la urbanización de los terrenos que albergarían al Fòrum se convirtió en un proyecto internacionalmente promocionado.
Con un presupuesto público/privado de 3.240 millones de euros, la recalificación de la zona funcionó como una justificación inmejorable para llevar a cabo la conversión de un área, hasta entonces olvidada y mantenida en precario, en una nueva centralidad consagrada al ocio y al consumo visual. Hoy día, las propias administraciones públicas reconocen que la transformación de la zona – escenario de hechos históricos muy importantes – no ha conseguido producir todavía un “tejido social dinámico”.
Todo ello pondría al descubierto una colosal e irreversible maniobra de especulación, implementada mediante un urbanismo amnésico que encubre la realidad histórica y promueve la ilusión política de un espacio concebido y configurado sin la presencia de lo urbano.
Detalle del Edificio Fòrum. Su impresionante imponencia y peculiar morfología conforman una arquitectura propia de un urbanismo triunfalista de corte neoliberal.
La incineradora de residuos de Sant Adrià del Besòs. A pesar de las varias tentativas de camuflaje, su presencia en el recinto del Fòrum evoca el pasado industrial del área “regenerada”.
Plaza Leonardo da Vinci. La evocación de personalidades históricas y humanamente relevantes contrasta netamente con un paisaje hormigonado colmo de barreras visuales y físicas.
Fachada sureste del Edificio Fòrum. La supuesta innovación de su diseño estaría en la posibilidad de garantizar el atravesamiento libre y placentero de un espacio concebido como abierto y sin barreras.
Fachada noroeste del Edificio Fòrum. El amorfismo de sus zonas interiores ha generado, sin quererlo, toda una serie de usos imprevisibles, y siempre cambiantes, del espacio.
Letrero de bienvenida. Hasta los materiales efímeros utilizados para el letrero encarnan la propia provisionalidad de los usos establecidos para los espacios que conforman el Parc del Fòrum.
El Auditorio Mayor. La usencia de transeúntes y usuarios en este espacio no es casual, sino una evidencia representativa de cómo el Parc del Fòrum constituya, en realidad, un gran vacío urbano.
La plaza Fotovoltaica. A pesar de poder abastecer hasta 1000 hogares, nunca entró en función y acabó por representar un verdadero monumento a la hipocresía política y la codicia urbanística.
La escalera al mar. La conformación arquitectónica y espacial de este lugar sugiere, cuando no determina, el mero tránsito peatonal impidiendo un uso prolongado e intensivo del mismo.
Bancos. Quizás uno de los ejemplos más representativos de la planificación urbana del Parc del Fòrum, concebida con la presunción de prever lo que, siendo urbano, es por excelencia imprevisible.
El Port Fòrum. Esta zona del Parc del Fòrum, inicialmente pensada como zona de baños para el usuario, se convirtió rápidamente en uno de los mayores puertos turísticos del litoral barcelonés.
Las Carpas del Fòrum. Tras la celebración del Fòrum de las Culturas 2004, el área donde surge el Parc del Fòrum se utiliza para la celebración de actividades relacionadas al consumo visual y el ocio.
Vallas. A pesar de que el Parc del Fòrum se considere y elogie como un “espacio público de calidad” abierto a todos, con la celebración de actos privados amplias áreas del recinto se cierran al público.
Un lugar de memoria sin memoria del lugar. En la única zona no urbanizada, y más desolada, del recinto se encuentra una de las escasas referencias a un pasado históricamente significativo.
Placa conmemorativa. La segunda referencia a los tristes acontecimientos de la época republicana se encuentra en otro lugar muy recóndito del Parc del Fòrum.
El Camp de La Bota. Esta placa, junta a otra idéntica puesta a unos 200 metros de distancia, representa el único rastro de una vida pasada, sin duda difícil pero llena de humildad y sencillez.
