EL TIEMPO Y LOS RITOS DE LOS ANTEPASADOS: LA MINA Y EL ALTO DEL REINOSO, NOVEDADES SOBRE EL MEGALITISMO EN LA CUENCA DEL DUERO Manuel Rojo-Guerra (1) Rafael Garrido-Pena (2) Cristina Tejedor-Rodriguez (1) Iñigo García-Martinez de Lagrán (3) K.W. Alt (4) S. Zesch (5)
Resumen El megalitismo en la Cuenca del Duero muestra una amplia diversidad de manifestaciones, tanto los más ortodoxos tipos de monumentos (dólmenes simples y de corredor) como otras carentes de estructuras ortostáticas (túmulos simples, tumbas calero, etc.). En este trabajo presentamos dos recientes hallazgos pertenecientes a estos últimos tipos funerarios, que hemos excavado en la provincia de Burgos y la de Soria. En ellos se documentan diferentes procesos de clausura que suponen el desmantelamiento de estas sepulturas colectivas, y la transformación ulterior de los espacios funerarios, tras complejas ceremonias y reformas arquitectónicas en algún caso, hasta dar lugar a un monumento cerrado que actúa como lugar de veneración de la memoria de los antepasados allí depositados, dentro del Paisaje ritual que se articula en torno a ellos.
Palabras Clave: Megalitismo, Cuenca del Duero, ancestros, clausura, ritual Abstract The Megalithism in the Duero Basin shows a wide range of different monuments, both the more orthodox types (simple dolmens and passage graves) and others lacking the orthostatic structures (simple mounds, “lime-kiln” tombs). In this article two recent discoveries are presented that were found and excavated in the Burgos and Soria provinces. Different closure rituals were documented in them involving the dismantling of previous collective graves and the subsequent transformation of those burial spaces, through complex ceremonies and even architectonic reforms, into veneration places to the memory of the ancestors deposited there, within the ritual landscape organized around them.
Key words: Megalithism, Duero Basin, ancestors, closure rituals
(1) Departamento de Prehistoria. Universidad de Valladolid.
[email protected] ; (2) Departamento de Prehistoria y Arqueología. UAM.
[email protected] (3) Departamento e geografía, Prehistoria y Arqueología. UPV.
[email protected] ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
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albergaron los osarios allí descubiertos (Rojo et al 1.- INTRODUCCIÓN
2010).
El desarrollo reciente de las investigacio-
A continuación presentaremos dos nue-
nes sobre el megalitismo en la cuenca del Duero
vos hallazgos que enriquecen el panorama ,no solo
pone de manifiesto la importante diversidad del
por el propio interés de los espectaculares descu-
mismo (Delibes 2010). Acoge lo mismo las estruc-
brimientos, sino por haber sido analizados inten-
turas más paradigmáticas, como las distintas va-
samente gracias a la colaboración de un amplio
riantes del dolmen (simple, de corredor largo, cor-
equipo pluridisciplinar de investigadores, que nos
to, etc.) como otras menos canónicas, pero igual-
permite conocer con detalle numerosos aspectos
mente integradas dentro de este complejo e in-
de las poblaciones humanas allí inhumadas
teresante fenómeno, como los túmulos simples o
(demografía, salud, dieta, movimientos, vínculos
las tumbas calero (Rojo et al. 2005). Estos dos últi-
de parentesco, etc.).
mos tipos carecen de esqueleto ortostático pero cuentan con osarios y ajuares idénticos a los halla-
El análisis conjunto de estos nuevos sepul-
dos en los dólmenes, y además comparten aspec-
cros y los aspectos relativos a la clausura de los
tos relativos a su clausura que aportan información
túmulos simples y las “tumbas calero”, a los que
muy interesante sobre las tumbas originales que
antes aludimos, nos permitirá establecer conclu-
Fig.1.Mapa de localización de los túmulos de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria) y Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos). ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
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siones sobre los complejos ritos desarrollados en el
canal que lo atraviesa y drena, que además afectó
megalitismo del Duero con las sepulturas, sus es-
parcialmente a uno de los laterales del túmulo pé-
tructuras y osarios.
treo.
Lo que inicialmente parecía una pequeña 2. VIEJOS RITOS, RECIENTES DESCUBRIMIEN-
galería cubierta, que hubiese sido la primera descu-
TOS.
bierta en el interior peninsular, se reveló posterior-
2.1. El Túmulo de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria, España).
mente como un curioso monumento funerario, fruto de la clausura de otro anterior, un dolmen de corredor. Se trataba de un clásico ejemplar de este
Partiendo de la antigua noticia del hallazgo de una Punta Palmela de cobre en el paraje de La Mina (Taracena 1941: 38, Fernández-Miranda y Balbín 1971: 295, fig. 4:2, Delibes 1977: 48-49), en un lugar llano a las afueras del pueblo soriano de Alcubilla de las Peñas, descubrimos en el verano de 2007 los restos de un menhir decorado, fragmentado en varias piezas, y un pequeño túmulo . Las excavaciones se desarrollaron entre 2008 y 2011 y sirvieron para documentar un monumento megalítico extraordinariamente complejo, que había experimentado profundas remodelaciones arquitectónicas.
tipo funerario, tan representativo del megalitismo en el interior peninsular, con una cámara circular de unos 4 m de diámetro, y un pasillo de unos 6 m de longitud y uno de anchura, orientado al Este – Sureste . Tal y como se documenta en muchos otros megalitos contemporáneos el osario, que se encuentra en proceso de estudio, se compone en su totalidad de huesos humanos en posición secundaria, con la presencia ocasional de algunas conexiones anatómicas aisladas (brazos, piernas) . Todo ello se explica en el contexto de la reducción de restos propia de la dinámica funeraria de un panteón colectivo, donde es preciso acomo-
El túmulo se ubica en un amplio fondo de
dar nuevo espacio para las inhumaciones sucesivas.
valle, enmarcado por los relieves de los páramos
Los ajuares funerarios se componen de elementos
circundantes, que parecen rodearlo en un efecto
de adorno, como diversos colgantes de pizarra muy
casi escénico. Además, en una de las cúspides del
fragmentados y mal conservados, y varias cuentas
páramo hallamos un curioso accidente del relieve,
de collar de piedra (una de ellas de variscita), que
que podríamos calificar, quizás atrevidamente,
originalmente portaban los individuos y luego se
como un auténtico menhir natural. No somos los
desplazan con los movimientos de los cuerpos ya
únicos que apreciamos la existencia de profundas
descompuestos. Pero también se pueden docu-
interrelaciones entre el paisaje natural y los monu-
mentar ofrendas funerarias como hachas de piedra
mentos megalíticos, por lo que tampoco podemos
pulimentada, que aparecen colocadas cerca de los
pasar por alto esta curiosa circunstancia. En gene-
huesos, y en un caso incluso intencionadamente
ral el lugar tiene una amplia visibilidad, y a decir de
enterrada en la misma entrada a la cámara. Apare-
los agricultores locales , solía encharcarse con fre-
cen también, como es usual en estos contextos,
cuencia antes de que construyesen el profundo
láminas y microlitos geométricos de sílex
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Fig.2.Vista general del Túmulo de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria). Campaña 2008.
Fig.3.- Plano general del Túmulo de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria).
En un momento determinado el grupo
diseñó un complejo ritual de clausura en el que la
que usaba, y presumiblemente construyó, la sepul-
estructura ortostática al completo fue desmantela-
tura, decidió dejar de usarla con fines funerarios y
da, extrayendo uno a uno cada uno de los bloques
convertirla en un gran centro ceremonial. Para ello
que configuraban la cámara circular y el pasillo de
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Fig.4. Vista general del osario del Túmulo de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria).
Fig.5. Ajuares funerarios del Túmulo de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria). ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
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la tumba . Para ello se desmontó también un sec-
claras entre ambos túmulos que se distinguen a
tor importante del túmulo de piedra que la rodea-
simple vista. El más antiguo está compuesto por
ba, a resultas de todo lo cual quedó el osario des-
lajas calizas, que se disponen inclinadas y solapa-
nudo rodeado de los restos del viejo túmulo de
das en dirección hacia el dolmen, a modo de esca-
piedra. Entre ambos discurría una suerte de espa-
mas de pez, y el más reciente se realiza con blo-
cio deambulatorio, que recorre el perímetro de la
ques de piedra heterogéneos que se superponen al
antigua estructura, de la que solo subsistieron las
anterior y lo desbordan. Es muy difícil saber la ex-
improntas claras de las zanjas rectangulares de
tensión del túmulo del dolmen original, ya que se
cada uno de los ortostatos de piedra.
halla cubierto en su totalidad por el siguiente, de planta oval, que mide unos 31 m en el eje mayor (E-
Tras ello el osario, que aún conservaba
O) y unos 26 en el menor (N-S) . Por otro lado, una
una forma claramente circular indicativa de haber
parte del mismo, su sector norte, fue afectado por
sido constreñido por una estructura de esa misma
unas obras de canalización en los años 70 del siglo
apariencia, fue cubierto por una capa de bloques
pasado, si bien ello no afecta al conocimiento so-
de piedra, a la usanza de los túmulos simples. De
bre sus dimensiones totales, pues el túmulo conti-
los ortostatos que constituyeron la primitiva es-
núa al otro lado de la zanja moderna del canal que
tructura del dolmen de corredor inicial solo se
lo dañó.
aprovecharon algunos para construir una especie de pasillo muy estrecho, de apenas 1 m. de anchu-
También, y dentro del contexto de esta
ra, que estaba orientado al Oeste, y quedaba defi-
remodelación del sepulcro megalítico, se realizó
nido solo en el lado meridional, ya que por el norte
una pequeña zanja perimetral, a unos 3 m de dis-
solo lo delimitaban las propias piedras del túmulo.
tancia del límite del túmulo, que servía de base a
Este extraño y atípico corredor, que inicialmente
un pequeño murete de piedra irregular. Dicho mu-
nos hizo pensar en una galería cubierta, carecía sin
rete circundaba probablemente todo el óvalo del
embargo de techumbre, y no proporcionó el menor
túmulo, aunque se ha documentado en sondeos
indicio de uso funerario ni de ninguna otra clase.
realizados solo en el lado norte, y quizás tenía el
De hecho no se recuperó material arqueológico
objetivo de realzar la visibilidad de todo el monu-
alguno en su interior, a pesar de haber cribado sis-
mento funerario que se había construido en torno a
temáticamente todo el sedimento. Este peculiar
la tumba de los antepasados. Aunque no podemos
pasillo se ubica muy cerca de los restos del osario
asegurarlo, creemos más probable que la erección
cubiertos por un túmulo de piedras, como antes
del menhir decorado se produjese en el contexto
indicamos, pero no queda clara su función en la
de todas estas modificaciones que llevaron a la
estructura del monumento configurado tras todas
clausura del viejo dolmen de corredor y su transfor-
estas remodelaciones.
mación en este imponente monumento que estamos describiendo. Además este tipo de elementos
Además, el túmulo se recrece y amplía, y
son una de las manifestaciones más recurrentes en
de hecho se aprecian diferencias constructivas tan
los grandes conjuntos megalíticos peninsulares
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durante el IV milenio AC, ocupando normalmente
tal, una espátula decorada, de tipo San Martín-El
posiciones relevantes y visibles, y adquiriendo en
Miradero, muy similar a otras dos recuperadas en-
muchos casos connotaciones antropomórficas evi-
tre los restos del osario, y también en muchos mo-
dentes (Bueno et al. 2014). Finalmente, el menhir
numentos megalíticos del valle del Duero, como el
de La Mina fue fragmentado en época reciente,
propio Alto del Reinoso, que presentamos en este
apareciendo sus partes en diferentes lugares del
mismo trabajo. Además, en el interior de otra de
yacimiento, pues eran visibles las huellas de un
las zanjas se recuperaron numerosos fragmentos
escoplo de hierro, cuyos restos incluso fueron loca-
de un gran pectoral circular de pizarra, con cuatro
lizados en los niveles superficiales en las proximi-
perforaciones, dos a cada lado, que recuerda mu-
dades de los dos fragmentos mayores.
cho a otros dos recuperados en un monumento próximo, el dolmen de Portillo de las Cortes
Podemos vincular sin duda alguna el desa-
(Guadalajara) (Delibes 2010: figura 10: 7 y 8). Pare-
rrollo de este espectacular proceso de clausura de
ce que en el curso de la ceremonia de clausura par-
la tumba megalítica de La Mina con los propios
te de los propios ajuares se dejó o depósito con los
usuarios neolíticos del monumento, y presumible-
restos del osario, pero otros, quizás seleccionados
mente también sus propios constructores. Ello es
para tal fin, fueron depositados en el interior de
así porque en el interior de una de las zanjas de los
dos de las zanjas que habían albergado los ortosta-
ortostatos del primitivo dolmen desmantelado, se
tos de la estructura del dolmen.
descubrió cuidadosamente depositada en horizon-
Fig.6. Vista general del Túmulo de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria). Campaña 2010. ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
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Por los ajuares y el tipo de dolmen se puede situar claramente su cronología en un Neolítico
2.2. El Túmulo del Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos).
Medio/Final (IV milenio cal AC). Y de hecho la data-
Este pequeño túmulo simple fue descu-
ción por C14 de una muestra del osario lo fecha en
bierto accidentalmente cuando un agricultor deci-
la primera mitad del IV milenio cal BC (Beta –
dió arar la parte superior de una pequeña loma en
316132) 4970±30 BP (3893-3660 2 sigma cal BC).
un paraje al Norte de Burgos, y al pie del puerto de
Más de un milenio después del abandono del mo-
La Brújula, donde se dividen los términos munici-
numento, durante el Calcolítico campaniforme
pales de Fresno y Monasterio de Rodilla (Vide
(mediados del III milenio cal AC), volvió a reutilizar-
Fig.1). Esos trabajos agrícolas destruyeron casi por
se el monumento, practicándose probablemente
completo la frágil coraza tumular y llegaron a afec-
una inhumación acompañada de cerámicas de esti-
tar a una parte periférica del osario, por lo que aflo-
lo Marítimo (variedad ILM) y Puntillado geométrico
raron en superficie algunos huesos humanos y res-
y de la Punta Palmela de cobre, cuyo descubri-
tos de ajuares (un microlito geométrico de sílex y
miento accidental dio a conocer por primera vez el
una cuenta de collar de piedra).
yacimiento. Algunos restos óseos humanos muy dispersos descubiertos en superficie quizás pertenecieron también a esta fase, que fue lógicamente la más alterada por las faenas agrícolas en el lugar. En definitiva podemos diferenciar tres fases de uso diferentes en el túmulo de La Mina:
La excavación completa de esta tumba se desarrolló en varias campañas entre 2006 y 2007, y gracias a ella se pudo documentar un osario de extraordinaria densidad albergado en un pequeño espacio circular, de apenas 3.5 m de diámetro .En él se documentó un potente paquete de huesos en
Fase 1. Dolmen de corredor con su túmulo circundante, el corredor orientado hacia el este- sureste, fechado en el 4970±30 BP (3890-3660 cal BC).
posición secundaria, con algunas escasas conexiones anatómicas parciales. En él también se apreciaban significativos y muy interesantes fenómenos de reordenación de los huesos. En efecto algunas
Fase 2. Clausura de la tumba, mediante su desmantelamiento y la construcción de un gran monumento a la memoria de los antepasados, cuyos restos físicos custodia.
calotas craneales se hallaron enmarcadas por huesos largos , incluso con ofrendas cuidadosamente depositadas bajo ellas (por ejemplo cuentas de collar de piedra, espátulas tipo San Martín – El Miradero). Buena parte de los cráneos se colocaron
Fase 3. Más de un milenio tras el abandono del monumento, durante el Calcolítico campaniforme (mediados del III milenio cal AC), se introducen justo en el túmulo de piedra que cubría los restos del osario, una inhumación, a juzgar por los restos de los ajuares documentados, ya que el arado la destruyó por completo.
en el perímetro del osario, y algunos juntos y alineados mirando en la misma dirección incluso. También aparecieron paquetes de huesos largos reunidos en ciertas partes del mismo. No es raro documentar este tipo de manipulaciones y reordenaciones en los osarios megalíticos de la cuenca del Duero, que se inscriben en los rituales de tipo secundario que debieron rodear lo que se ha dado
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Fig.7. Osario del Túmulo del Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos).
en llamar “culto a los muertos”. Así en el corredor
homogénea en todos los individuos (Alt et al.
de Las Arnillas en Moradillo de Sedano se descu-
2015).
brió un grupo de hasta 15 cráneos, o por ejemplo, un “paquete” de huesos largos fue depositado en
Los análisis de ADN consiguieron resulta-
un rincón de la cámara del sepulcro de San Quirce
dos positivos en 26 de los 27 individuos muestrea-
en Tubilla del Agua (Delibes y Rojo 2002: 30).
dos, y apuntan claramente hacia la presencia de un grupo humano local con fuertes vínculos de paren-
Bajo ese gran paquete de huesos se des-
tesco por vía matrilineal. Incluso algunos de los
cubrieron diez cuerpos en conexión anatómica
inhumados que aparecen en conexión anatómica y
completa o parcial y una reordenación de huesos
muy próximos, o incluso abrazados, en el nivel in-
(cráneo enmarcado por huesos largos) (Figura 9).
ferior del osario, muestran fuertes lazos de paren-
En total se ha identificado un número mínimo de
tesco. Los análisis de los isótopos de estroncio de-
47 individuos, de ambos sexos y diferentes grupos
muestran que solo unos pocos individuos proce-
de edad, pero con muy escasa representación de
dían de entornos geológicos diferentes a los loca-
infantiles, especialmente entre 0-6 años. Presen-
les, lo que refuerza aún más la impresión de que
tan un número moderado de patologías, como
nos hallamos ante la sepultura de un grupo local
artrosis, fracturas curadas, traumas craneales y una
homogéneo (Alt et al. 2015).
baja frecuencia de caries. El estudio de los isótopos de C/N apunta hacia la presencia de una dieta muy
Los ajuares funerarios descubiertos resul-
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Fig.8. Detalle del osario del Túmulo del Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos).
tan muy semejantes a los documentados en el Tú-
cuenco cerámico liso con umbo, un brazal de ar-
mulo de La Mina, láminas y microlitos geométricos
quero decorado con cortos trazos perpendiculares
de sílex en la industria lítica tallada, hachas de pie-
en los extremos de los lados cortos, un botón de
dra pulimentada, cuentas de collar de diversas ma-
hueso de perforación en V y una punta de pedúncu-
terias primas (piedras verdes, lignito, pizarra, etc.),
lo y aletas de bronce.
y punzones y espátulas de tipo San Martín-El Miradero en la industria ósea .
En definitiva resulta evidente que estamos ante un espacio funerario de uso diacrónico, que ha
Todo ello sugiere una cronología del IV
generado un notable osario acumulado a lo largo
milenio AC, y efectivamente las tres dataciones
del tiempo, donde los huesos, una vez descom-
radiocarbónicas realizadas a diferentes huesos de
puestos los cuerpos allí depositados, se manipula-
la tumba sitúan un periodo de uso entre el 3700 y
ron y recolocaron. Esta circunstancia, unida a su
3600 cal BC aproximadamente (TABLA 1). En cotas
evidente contorno circular, indica claramente que
superiores, sobre lo poco que quedó del túmulo de
hubo de estar protegido por una estructura cerrada
piedras se descubrieron los restos muy deteriora-
de esas características. Dado que no se han docu-
dos de una inhumación intrusiva de la Edad del
mentado restos de cimentación o zócalo alguno,
Bronce, que demuestran una reutilización muy
solo podemos imaginar que dicha estructura des-
posterior del monumento, bien entrado el II mile-
parecida habría sido una especie de choza vegetal,
nio AC. Junto a la conexión anatómica de un húme-
similar a las frágiles cabañas que presumimos te-
ro y parte del tórax de un individuo aparecieron un
nían en sus asentamientos, sólo que dedicada a
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Fig.9. Planimetría del nivel inferior del osario del Túmulo del Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos).
Fig.10. Ajuares funerarios del Túmulo del Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos).
albergar a los difuntos. En un momento determina-
desmontarla y convertirla en un monumento fune-
do, cuando sus usuarios decidieron dar por termi-
rario a la memoria de los antepasados allí deposita-
nado el periodo de uso de la misma procedieron a
dos. Para ello tras dejar libre el osario del recinto
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delimitador, procedieron a clausurarlo construyen-
quema, que acaba sellando el osario con una costra
do sobre él un túmulo de piedras calizas, que selló
de cal, que forma el suelo de la segunda tumba,
definitivamente su contenido.
también neolítica. Asimismo, y como documentamos en La Mina, el túmulo de calizas de la estructura original es recrecido, si bien en este caso en
3. TUMBAS EFÍMERAS, MONUMENTOS ETER-
parte con lajas de arenisca, dando lugar así a un
NOS.
intencionado contraste entre el color blanco y rojo de ambos materiales (Rojo et al. 2005: 29-30 y 98Aunque muy diferentes desde el punto de
101).
vista estructural, los monumentos megalíticos de La Mina y el Alto del Reinoso albergan osarios y
Ello ayuda a comprender mucho mejor las
ajuares con características muy semejantes, y ade-
características esenciales de ciertos tipos funera-
más ambos experimentaron procesos de clausura y
rios muy mal explicados hasta el momento como
monumentalización. De hecho, y como ya propusi-
los denominados “túmulos simples” o “no megalíti-
mos anteriormente (Rojo et al. 2010: 268), esta
cos” (Delibes y Rojo 2002: 22-26), entre los que se
secuencia de modificaciones arquitectónicas y ri-
cuentan los mencionados ejemplos sorianos de La
tuales relacionadas con la transformación del uso
Tarayuela o La Peña de la Abuela en Ambrona
del espacio funerario, son una faceta relativamente
(Rojo et al. 2005), pero que también aparecen en
frecuente en el megalitismo del interior peninsular.
otras regiones del Duero como Zamora, con El Te-
En efecto el análisis de las “tumbas calero” ya nos
so del Oro o el Juncal I en San Martín de Valdera-
permitió identificar con gran detalle los complejos
duey y Castronuevo de los Arcos respectivamente
procesos de clausura y remonumentalización que
(Palomino 1991; Palomino y Rojo 1997), o Burgos
llevan aparejados en ocasiones este tipo de sepul-
con El Rebolledo y Fuente Pecina IV en Sedano
turas. El propósito de las mismas es doble, por un
(Burgos) (Delibes y Rojo 2002: 22-23). A este tipo
lado condenar una estructura funeraria cuyo perio-
funerario pertenecería también El Alto del Reino-
do de uso ha concluido, y por otro transformar el
so, y en un sector del mismo La Mina. El hecho de
lugar, sacralizado por la propia presencia física de
que bajo este tipo de túmulos de piedra se encuen-
los restos de los antepasados, en un lugar de culto,
tren osarios que revelan un uso funerario diacróni-
que se monumentaliza para que perdure a lo largo
co del lugar, se explica mejor como el resultado de
del tiempo.
procesos de clausura de una tumba previa que en el contexto de un uso sepulcral de los mismos. Na-
Esto es lo que pudimos comprobar en los
die puede imaginar que hubiese que desmontar y
túmulos sorianos de La Peña de La Abuela o La
montar el túmulo pétreo cada vez que se tuviese
Tarayuela. La espectacular secuencia funeraria del
que acceder al osario, y por ello es lógico pensar
Túmulo de La Sima ilustra algo semejante, si bien
que ese amontonamiento de piedras suponga un
en este caso se edifica una segunda tumba sobre la
cese de la actividad funeraria en el lugar y una se-
primera, condenada previamente mediante su
ñalización del mismo en el paisaje ritual de estas
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Yacimiento La Mina Alto del Reinoso Alto del Reinoso Alto del Reinoso
Sigla datación Beta 316132 MAMS-14325 MAMS-14326 MAMS-14327
Fecha bp sin calibrar 4970±30 4911±25 4854±26 4933±27
Tipo muestra Hueso humano Hueso humano Hueso humano Hueso humano
Calibración 1 sigma 3776-3706 cal BC 3700-3657 cal BC 3661-3636 cal BC 3748-3658 cal BC
Calibración 2 sigma 3893 – 3660 cal BC 3761 – 3643 cal BC 3698 – 3539 cal BC 3770 – 3653 cal BC
TABLA 1. Dataciones radiocarbónicas de los túmulos de La Mina (Alcubilla de las Peñas, Soria) y Alto del Reinoso (Monasterio de Rodilla, Burgos).
comunidades. En un sentido parecido algunos in-
No en vano se trata de un caso excepcional
vestigadores franceses consideran un proceso de
en el megalitismo peninsular, ya que si bien se co-
condenación la sustitución de las primitivas cubier-
nocen desmontajes parciales, tradicionalmente se
tas vegetales de varios sepulcros megalíticos por
han interpretado como procesos de destrucción de
otras de piedra, en el momento en que los sepul-
época histórica. No obstante, hay autores que ya
cros fueron definitivamente clausurados (Guy y
han defendido la posibilidad de que muchas de es-
Masset 1991: 287).
tas demoliciones fueran deliberadas, intencionales y que formaran parte de los rituales de clausura
Sin duda, otro aspecto importante a desta-
neolíticos (Delibes 2004: 218-219; Guy y Masset
car en estas clausuras o condenaciones de las tum-
1991: 287-288; Holtorf 2000-2008). Es el caso, por
bas megalíticas del Duero es que son las mismas
ejemplo, de la ausencia, derribo y fragmentación
comunidades que construyen y usan la tumba quie-
de parte de los ortostatos en cámaras y corredores
nes la cierran, algo por otra parte lógico. En el Tú-
de algunos dólmenes de la cuenca del Duero, como
mulo de La Mina este hecho queda perfectamente
La Cotorrita en Porquera de Butrón o Ciella en la
acreditado, como señalamos anteriormente, por la
localidad del mismo nombre, ambos localizados en
presencia de ofrendas en el fondo de las zanjas de
la provincia de Burgos (Narvarte 2005: 317).
los ortostatos arrancados en el desmontaje y transformación de la tumba. En las “tumbas calero”, ello
Evidencias como las descubiertas en La
se vincula, por otro lado, con una concepción previa
Mina, sin embargo, nos demuestran cuánto desco-
de la sepultura, que fija su periodo de uso y su final,
nocemos aún del megalitismo en el interior penin-
que podríamos considerar por ello, y hasta cierto
sular, pues con toda seguridad no podemos imagi-
punto, programado (Rojo et al. 2010). No podemos
nar que se tratase de un ejemplo único o singular
afirmar esto con tanta seguridad en los demás
también en su época. Estos complejos ritos y trans-
ejemplos, si bien se nos antoja que muy probable-
formaciones formarían parte de las complejas
mente pudo ser también el caso de los túmulos
“biografías” de los megalitos (Tejedor 2014), cuya
simples. Menos evidente resulta en la gran remode-
cara final no es fruto de un solo plan, sino la acumu-
lación desarrollada en el Túmulo de La Sima, donde
lación de numerosos cambios a lo largo de la azaro-
la erección del túmulo simple que cubre el osario,
sa vida de estos monumentos (Bueno et al 2013),
se ve acompañada y precedida de transformacio-
en el contexto de los ciclos temporales y ceremo-
nes arquitectónicas muy notables de un dolmen de
niales que articulaban la vida y la muerte entre las
corredor previo, que resulta completamente des-
comunidades que habitaron la Península Ibérica
mantelado.
durante el IV milenio AC. ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
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