El tesoro de Valeria: nuevas aportaciones sesenta años después

September 9, 2017 | Autor: I. Rodríguez Casa... | Categoría: Ancient Numismatics
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Descripción

Cuenca: la historia en sus monedas

Coordinadores: Enrique Gozalbes Cravioto Juan Antonio Hernández Rubio José Antonio Almonacid Clavería

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el tesoro de valeria: nuevas aportaCionessesenta años después1 Isabel Rodríguez Casanova

el desCubrimiento del tesoro Pocos testimonios arqueológicos han perdurado de la ocupación humana previa al asentamiento romano de Valeria, pero uno de ellos ha servido para poner en el mapa este lugar en la bibliografía de la numismática antigua europea. el tesoro de Valeria, compuesto por monedas y diversos fragmentos de joyas y lingotes de plata, es uno de los más conocidos en la bibliografía numismática hispana y quizás uno de los que ha planteado más incógnitas en el momento de su descubrimiento por lo novedoso de su composición. su importancia radica en la variedad de monedas que lo componen, de diversas cecas peninsulares y galas, además de romanas e incluso de la Grecia insular. las piezas conocidas del tesoro se dieron a conocer en varias etapas. el hallazgo se produjo, al parecer, hacia 1948 en el pago denominado «Viso del Galindo», que a raíz de la cantidad de monedas encontradas en él, pasó a denominarse «Pedazo de las monedas», según contó en su momento el alcalde

1 este trabajo es un adelanto de la monografía sobre este tesoro que se encuentra en proceso de redacción, en colaboración con el prof. d. martín almagro-Gorbea, de la real aca demia de la historia.

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de la localidad, llamada entonces Valera de arriba, d. Francisco suay2. las primeras monedas de las que se tiene noticia en la literatura numismática son las ocho cuyas improntas publica F. mateu y llopis en 1951 y que, según cuenta, eran las monedas no romanas del hallazgo3. este primer lote despierta de inmediato el interés de los numísmatas españoles (y también, porqué no decirlo, cierta suspicacia) por la singularidad de su composición: una tetradracma de la isla griega de rodas, una moneda gala del tipo denominado à la croix, dos monedas hispano-cartaginesas, una dracma de Arse (sagunto), una didracma de la ceca levantina de Saitabi (Játiva), hasta hace pocos años una pieza única, y tres dracmas emporitanas e ibéricas de imitación emporitana. algunos años más tarde, F. suay da una somera noticia del tesoro en el V Congreso nacional de arqueología al describir los fondos del entonces recientemente creado museo municipal de Valeria4 y presta las monedas conservadas allí para su exhibición en la i exposición ibero-americana de numismática de Barcelona, en diciembre de 19585. ese mismo año, martín almagro Basch da a conocer en detalle este nuevo conjunto, formado por veintitrés numismas, esta vez sí con monedas romanas6. Poco a poco fueron saliendo a la luz más piezas del tesoro: dos publica das en 19607, estudiadas de nuevo por m. almagro Basch; un pequeño lote de seis monedas más fragmentos de plata en 1963, confirmando la afirmación hecha por este autor y por F. suay de que, además del gran tesoro que habría sido descubierto algunos años antes, con anterioridad al hallazgo se habían recuperado piezas sueltas en el mismo lugar y posteriormente los vecinos del pueblo habían realizado sucesivas y exitosas rebuscas8. la aparición del último grupo de piezas dio lugar a una publicación conjunta de todo lo conocido del tesoro hasta entonces, realizada por m. almagro Basch y m. almagro Gorbea, 2 F. suay, «informes de los hallazgos arqueológicos, encontrados en la Ciudad romana de Valeria, en el período de tiempo comprendido entre el año 1952 a 1957», V Congreso Nacio nal de Arqueología, Zaragoza, 1957, p. 246. 3 F. mateu y llopis, «hallazgos monetarios (Vi)», Ampurias, Xiii, 1951, pp. 238-239, nº 459. 4 suay (1957, p. 246). 5 a. m. Guadán, «las monedas de plata de emporion y rhode. i y ii», Anales y Boletín de los Museos de Arte de Barcelona, vols. Xii-Xiii, Barcelona, 1955-1958, p. 157. 6 m. almagro Basch, «el tesorillo de Valera de arriba (Cuenca)», Numario Hispánico, Vii, madrid, 1958, pp. 5-14. 7 m. almagro Basch, «dos nuevas piezas del tesoro de Valera de arriba (Cuenca)», Numario Hispánico iX, madrid, 1960, pp. 213-214. 8 almagro Basch, 1958, p. 5.

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que es la que se ha venido utilizando hasta ahora como referencia del hallazgo de Valeria y en la que se recogen treinta y nueve monedas más treinta y tres fragmentos de plata9. los numismas compilados fueron doce monedas romanas, de las cuales once son denarios y un quinario, todos de la primera época de acuñación de esta denominación, con una cronología post. 211 a.C. hasta 207 el más moderno (rrC 58); la tetradracma de la isla griega de rodas y seis monedas galas de las emisiones conocidas como à la croix, completan la representa ción de moneda foránea. las emisiones hispánicas se encuentran documen tadas mediante dos dracmas y un hemióbolo de la ceca levantina de Arse, una dracma de Ebusus, la didracma de Saiti, una dracma emporitana más nueve dracmas ibéricas de imitación y cinco piezas de las series hispano cartaginesas, de ellas cuatro shekels y un medio shekel. Por lo que respecta a los fragmentos de objetos de plata recogidos hasta ese momento, destacan como piezas más completas un sello oval sin aro y un anillo, aunque roto. el resto de piezas está mucho más deteriorado, por lo que es difícil identificar su primitiva funcionalidad, aunque cabe distinguir lo que probablemente proceden de la fragmentación de joyas, laminillas que podrían venir de vasos de argentería y piezas identificables con lingotes. en el primer grupo podemos distinguir varios fragmentos de torques de diferen tes tipos (de alambres retorcidos, de sección octogonal); algunas chapitas o laminillas con o sin decoración, piezas de pequeño tamaño que podrían haber formado parte de joyas, pero no es posible identificar, etc. en cuanto a los lingotes, aparecen recortados en pequeñas piezas informes, aunque se conser van dos en forma de torta. Con posterioridad a este artículo del año 1964 se han dado a conocer algunas monedas a las que se atribuye, con mayor o menor certidumbre, la procedencia del tesoro de Valeria. aquella de la que tenemos más seguridad es una mitad de cuadrigato que se conserva en el museo Provincial de Cuenca (fig. 1.1), expuesto conjuntamente con el lote del tesoro que pasó a los fondos de éste desde el extinto museo municipal de Valeria de mano de F. suay. hasta donde tengo conocimiento, esta moneda la dio a conocer l. Villaronga en 1993 a partir de una información de J.C. richard10. la fecha de incorporación al museo de 9 m. almagro Basch y m. almagro-Gorbea, «el tesorillo de Valeria. nuevas aportacio nes», Nvmisma, XiV, nº71, 1964, pp. 25-47. 10 l. Villaronga, Tresors monetaris de la Península Ibèrica anteriors a August: Repertori i Análisi, Barcelona, 1993.

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esta moneda, la más antigua de las romanas conocidas en el hallazgo, es desco nocida, pero parece absolutamente segura su pertenencia al tesoro11. Por su parte a. mª de Guadán publicó dos dracmas ibéricas, una con leyenda ilegible y otra con leyenda en ibérico tikirskine, que consideraba pro cedentes de este tesoro12. en ese artículo afirma tener noticias de más piezas del tesoro dispersas en colecciones privadas, e incluso algunos años más tarde llega a afirmar que el de Valeria es un tesoro «sólo controlado en una pequeña parte y creemos que es mucho más extenso de lo estudiado hasta la fecha»13. los nuevos datos que presentamos aquí vienen a dar la razón a Guadán. en los fondos del museo Casa de la moneda de madrid se conserva un conjunto de piezas del tesoro de Valeria hasta ahora inédito que viene prácticamente a duplicar el número de elementos conocidos hasta la fecha. su composición, como veremos más adelante, es prácticamente idéntica a la del lote conser vado en el museo Provincial de Cuenca, pero además la procedencia aparece anotada en el propio libro de registro del museo Casa de la moneda, junto a su fecha de ingreso en 1965. el descubrimiento de estas nuevas piezas nos sugirió al prof. m. almagro Gorbea y a mí la necesidad de elaborar una revisión conjunta de todas las pie zas conocidas de Valeria, pasados sesenta años de su descubrimiento y más de cuarenta de la publicación de referencia, a la luz de los nuevos conocimientos numismáticos. así pues, el estudio de las nuevas monedas no tiene por objeto únicamente dar a conocer piezas inéditas, sino poner al día los datos que se extrajeron del tesoro en el momento de su estudio. esta revisión se nos antojaba igualmente necesaria en vista de la enorme cantidad de páginas de literatura numismática a las que ha dado origen el tesoro de Valeria, y no sólo en españa, sino también, y de manera muy impor tante, en otros países europeos, especialmente en Francia. así pues, merece la pena detenerse en aquellos puntos en los que este hallazgo de Valeria ha supuesto un punto de inflexión en el conocimiento numismático. Con posterioridad a las primeras publicaciones de mateu y almagro, el tesoro de Valeria ha sido recogido en distintos repertorios, tanto dedicados a los hallazgos numismáticos como relacionados con la orfebrería. así, la reco 11 las indagaciones realizadas en el museo de Cuenca así lo aseguran. 12 a. m. de Guadán «dos nuevas leyendas monetales en dracmas de imitación empori tana. los tigirsenos», Ampurias, XXViii, 1966, pp. 107-122. 13 a. m. de Guadán, «otra nueva leyenda ibérica del taller de iltirda, en dracmas de imi tación emporitana», Acta Numismática, iX, 1979a, p. 25.

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pilación de tesoros elaborada por raddatz14 y las centradas en los hallazgos numismáticos, como Roman Republican Coin Hoards15 o Inventory of Greek Coin laHoards16. variedad de monedas representadas en el tesoro, ha hecho que las mono grafías dedicadas a cada una de ellas dediquen un apartado al análisis o revisión del tesoro de Valeria. así sucede con los estudios monográficos dedicados a las monedas hispano-cartaginesas17; las dracmas de imitación emporitanas y rodetanas repetidamente estudiadas en los trabajos de Guadán18 y última mente, de Villaronga19. Por lo que se refiere a las monografías dedicadas a cecas concretas, Valeria aparece analizado en aquellas que se centran en las cecas de Ebusus20, Iltir;ta21, Arse22, Saiti23, etc. mención aparte merece por su importancia la aparición en Valeria de pie zas de las emisiones galas denominadas à la croix, ya que ha sido clave para la datación de estas series, de ahí que se sucedan las referencias al hallazgo en todas aquellas publicaciones que tratan sobre el tema24.

14 k. raddatz, Die Schatzfunde deriberischen Halbinsel, Berlin, 1969. 15 m. h. Crawford, Roman Republican Coin Hoard, london, 1969, nº 109, p.72; el autor, sin embargo, no recoge la publicación de almagro Basch y almagro Gorbea de 1964. 16 m. thompson; o. morkholm y C. m. kraay, An Inventory of Greek Coin Hoards, new york, 1973, nº 2334. 17 l. Villaronga, Las monedas hispano-cartaginesas, Barcelona, 1973, pp. 81 ss.: realiza una revisión del hallazgo, anotando una exhaustiva bibliografía y actualizando algunas referen cias. 18 a. m. Guadán, Las leyendas ibéricas en las dracmas de imitación emporitana. Estudio de epigrafía numismática ibérica, madrid, 1956; idem, 1955-1958. 19 l. Villaronga, Les dracmes ibèriques illurs divisors, Barcelona, 1998. 20 m. Campo, Las monedas de Ebusus, Barcelona, 1976. 21 l. Villaronga, Las monedas ibéricas de Ilerda, Barcelona, 1978. 22 P. P. ripollès, y m. del m. llorens, Arse-Sagvntvm. Historia monetaria de la ciudad y su territorio, sagunto, 2002. 23 P. P. ripollès, Las acuñaciones de la ciudad ibérica de Saitabi, Valencia, 2007. 24 a. soutou, «Contribution au classement chronologique des monnaies préromaines du languedoc», Ogam, XVii, 1966, pp. 267-274; d. allen, «monnaies-à-la-croix», Numismatic Chronicle, 1969, pp. 33-78; J. C. m. richard, «les monnaies «à la croix». Corpus des illustra tions», Acta Numismática ii, 1972, pp. 97-111; P. P. ripollès y l. Villaronga, «la chronologie des monnaies à la croix de poids lourd d’après les trésors d’espagne», Acta Numismàtica Xi, 1981, pp. 29-40; J.-C. hébert, «la datation haute des monnaies aux types de Béziers, moussan, et Bridiers, d’après les monnaies de ces types trouvées dans quatre trésor espagnols», Acta Numismàtica 28, 1998, pp. 79-126; l. Villaronga, «les monedas à la croix trobades a la Penín sula ibèrica», Acta Numismàtica, 30, 2000, pp. 19-31, etc. etc.

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Por lo que respecta a la identificación de más piezas procedentes del tesoro, se está efectuando un riguroso trabajo documental en diferentes archi vos y registros de diversas instituciones, tanto públicas como privadas, a fin de determinar la posible incorporación a sus colecciones de piezas procedentes de Valeria. esta investigación ha dado como primer resultado la identifica ción de varias de las piezas del primer lote publicadas por mateu y llopis en diferentes subastas realizadas en los años 60 del siglo pasado, como la tetra dracma de rodas que salió a la venta en la asociación numismática española en junio de 1968 y la moneda à la croix, vista en el catálogo de subastas de la misma firma de octubre de 1966. untesoro novedoso Como ya mencioné, el primer lote publicado de monedas de Valeria pro vocó una gran conmoción en los círculos numismáticos españoles por la can tidad de novedades que presentaba. algunos autores dudaron incluso de la verosimilitud del hallazgo25, o expresaron sus reticencias acerca de la perte nencia al mismo hallazgo de las monedas publicadas por mateu y llopis y por almagro Basch26. todas estas dudas se fueron disipando con el tiempo y nuevos descubrimientos y elementos entonces discordantes como la presencia de moneda griega foránea en el tesoro, se presentan hoy en día como una evi dencia que está siendo constatada cada vez con mayor fuerza. una de las primeras novedades fue el conocimiento de una didracma de la ceca de Saitabi, emisión que hasta entonces sólo era conocida por una hemi dracma conservada en el museo arqueológico nacional, de hallazgo y proce dencia desconocidos. la pieza de Valeria ha sido durante casi medio siglo un unicum, hasta que recientemente se ha publicado una impronta de otra pieza semejante, cuyo origen y localización actual también se ignoran, pero gracias a la cual se ha podido leer la leyenda completa, que en la pieza de Valeria estaba perdida y se había reconstruido27. también muy recientemente se ha comple tado la serie por medio de una dracma procedente del llamado tesoro X-428. 25 J. B. Colbert de Beaulieu, «le numéraire des Volcae tectosages et l'hegémonie arverne», Dialogues d’Histoire ancienne, 1, 1974, pp. 65-74. 26 así lo dan a entender Guadán (1955-58, p. 158), raddatz (1969, p. 266), e incluso los propios almagro Basch y almagro Gorbea (1964, p. 26). 27 P. P. ripollès, «una leyenda monetal inédita de saitabi», Sagvntvm 33,2001, pp. 167-169. 28 ripollès (2007, p.89).

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Por lo que respecta a las emisiones de dracmas con leyenda ibérica, las monedas aparecidas en Valeria no sólo contribuyeron a aumentar el número de ejemplares conocidos, sino que, sospecho, supusieron un revulsivo en el mercado numismático de estas series que se plasmó en el incremento de colecciones privadas y en el auge de estudios sobre este tipo de acuñaciones. hasta los años cincuenta del siglo pasado, los ejemplares y variantes de leyen das de las dracmas ibéricas eran muy escasos, como ha quedado constancia en el trabajo de referencia de a. Vives y escudero29. sin embargo, treinta años más tarde a. mª de Guadán da a conocer más del doble de tipos y de ejem plares, una parte importante de ellos pertenecientes a colecciones privadas de la época (almirall, Villoldo, Vila sivill, sastre, yriarte, etc.)30. las monedas que surten estas colecciones son aquellas que están apareciendo por aquellos años en los catálogos de las casas de subastas españolas de forma constante y en mucha mayor proporción que en décadas anteriores. evidentemente nunca tendremos certeza de la procedencia de las monedas que salen a la venta, pero las noticias recopiladas por distintas fuentes y la coincidencia de fechas apun tan con cierta verosimilitud hacia Valeria. también fue novedosa en su momento la aparición de una moneda griega –la tetradracma de rodas (BmC 120-121, pl. XXXViii.1)– atesorada junto con piezas hispánicas. hoy en día no nos resulta extraña la presencia de piezas griegas de plata en los tesoros hispanos, especialmente en el área levantina y en esta zona de Cuenca, sin embargo, en los años en los que se da la primera noticia del tesoro de Valeria, los hallazgos de este tipo de moneda eran muy raros y sorprendía, además, su ausencia en contextos u ocultaciones de los siglos iV y iii a.C.31. de hecho, de todos los conocidos en aquel momento que podían adscribirse a esta cronología, sólo en el tesoro de mogente se había documentado una dracma siracusana32. hoy en día, aún exceptuando las piezas procedentes de la colonia de Mas salia, el peso de las emisiones griegas en los hallazgos hispánicos de finales del siglo iii se revela cada vez de mayor importancia. a partir de los años 80 se han publicado monedas de todo el ámbito mediterráneo helénico: hasta hace muy 29 a. Vives, La moneda hispánica, madrid, 1926, tomo i, p. 27. 30 Guadán, 1956; idem, 1955-1958, obra que, sin embargo, terminó de revisarse en 1965 y tiene depósito legal de 1968 y 1970. 31 Véanse los comentarios al respecto de a. García y Bellido, Hispania Graeca, 1948, vol. ii, pp. 220 ss. 32 García y Bellido (1948, p. 225).

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poco tiempo la representación más numerosa la ostentaba el tesoro de Cuenca, del que formaban parte ocho piezas helenísticas de Panfilia, Fenicia, etc.33, pero muy recientemente se ha dado a conocer un importante lote de moneda griega adjudicado al tesoro X-4 con al menos quince piezas de Neapolis, Tarentum, siracusa, metaponto, tetradracmas helenísticas e imitaciones, monedas incluso del norte de África, además de varios fragmentos sin identificar34. tampoco hay que olvidar las tetradracmas de atenas y tarso del tesoro de armuña de tajuña, junto con algún fragmento que podría pertenecer a esta categoría35. también fragmentada se presenta la estátera de Dyrrachium identificada en un tesoro de procedencia incierta conservado en la american numismatic society36. todos estos hallazgos se sitúan en una misma área geográfica y en un mismo con texto cronológico, aunque también se han documentado en la zona andaluza los hallazgos de una tetradracma de Pérgamo en el tesoro de martos (Jaén)37 y una dracma de los Bretti en otra ocultación de procedencia incierta38. Pero sin duda la parte del tesoro de Valeria que ha dado lugar a una mayor controversia y que ha supuesto su conocimiento allende nuestras fronteras es la de las monedas galas à la croix. la documentación de este tipo de piezas en españa no era estrictamente nueva puesto que ya habían aparecido en el tesoro de driebes, pero la descripción ofrecida en la primera publicación de este tesoro, sin fotografías, no permitía identificarlas como tales39. tras la publicación del tesoro de Valeria, en el que, por primera vez, queda clara constancia de la aparición conjunta de monedas à la croix con denarios de primera época, estos dos tesoros pasan a convertirse en el sus tento de la propuesta cronológica de una datación alta para dichas emisio 33 l. Villaronga, «tresor de la segona guerra púnica de Cuenca», Quaderni Ticinesi, Xiii, 1984, pp. 127-137. 34 J. sills, Gaulish and early British gold coinage, london, 2003, p. 392; P. P. ripollès, «the X-4 hoard (spain): unveiling the Presence of Greek Coinages during the second Punic War», Israel Numismatic Research, 3, 2008, pp. 51-64. 35 ripollès, Cores y Gozalbes (2009, p. 164 s. nº 1-2). 36 P. G. Van alfen; m. almagro-Gorbea y P. P. ripollès, «a new Celtiberian hacksilber hoard, c. 200 BCe», AJNSecond Series, 20, 2008, pp. 265-293. 37 l. Villaronga, «necesidades financieras en la Península ibérica, durante la segunda Guerra Púnica y primeros levantamientos de los iberos», Nummus, iV-Vi, 1981-83, p. 134. 38 l. Villaronga, «Petittrésor de la deuxième guerre punique avec une drachme des Brut tiens», Florilegium Numismaticum. Studia in honorem U. Westermark edita, stockholm, 1992, p.347. 39 C. millán, «las monedas», en J. san Valero aparisi, El tesoro preimperial de plata de Drieves, Informes y Memorias, nº 9, 1945, pp. 36-39.

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nes galas, como prueban los trabajos de finales de los sesenta de soutou y allen40. sucesivos nuevos hallazgos, como Plana de utiel, el X-4 o armuña de tajuña repiten este esquema y han contribuido a difundir aún más esta propuesta cronológica41. neCesidad deuna revisión Como vengo apuntando, el tiempo transcurrido desde la publicación de almagro Basch y almagro Gorbea, ha hecho que sea necesario revisar algu nas de sus propuestas a la luz de los últimos avances numismáticos. Quizás la primera de ellas es la cronología proporcionada por la moneda romana, que en su momento fue publicada según las pautas ofrecidas por la entonces obra de referencia de sydenham42, mientras que actualmente ésta ha sido desbancada por la de Crawford, publicada en 197443. aplicando los criterios de este autor, ampliamente aceptados, los denarios documentados en el tesoro de Valeria tendrían una fecha de entre el 211 a.C. y el 207 el más moderno, retrasando así en más de medio siglo su cronología y, en consecuencia, la fecha de ocul tación del tesoro. igualmente nuevos trabajos desarrollados en las últimas décadas hacen que se deba cambiar la adscripción de dos de las piezas publicadas. la primera de ellas es el pequeño divisor con cabeza femenina en el anverso y estrella o roseta con glóbulo central en el reverso (fig. 1.4), cuya adjudica ción ha sido discutida durante muchos años. en el momento de su publica ción se dio como un posible divisor hispano-cartaginés44, posteriormente se atribuyó a Cyrenaica anotando que monedas similares habían sido halladas en aquella región45. también se han adjudicado a Malaka por la tipología de 40 soutou (1966); allen (1969). 41 hébert (1989) o ripollès, Cores y Gozalbes (2009); ripollès y Villaronga, 1981, pp. 29-40; hébert, 1998, pp. 79-126; Villaronga, «2000, pp. 19-31, etc. etc. 42 e. a. sydenham, The coinage of the Roman Republic, london, 1952;v. almagro Basch y almagro Gorbea (1964, p. 39). 43 m. h. Crawford, Roman Republican Coinage, Cambridge, 1974. 44 almagro Basch y almagro-Gorbea (1964, p. 28); opinión seguida en nuestros días por mª P.García-Bellido y C. Blázquez, Diccionario de cecas y pueblos hispánicos, madrid, 2001, vol. ii, p. 165, nº7, (s. v.«hispano-cartagineses, divisores»), quienes consideran estas emisiones «moneda de guerra pro-cartaginesa», con cronología evidentemente posterior, identificándolo con un agorá. 45 e. s. G. robinson, Catalogue of the Greek coins of Cyrenaica, British Museum Cat alogue, Bologna, 1975, p. cvii, 274 a-b. Véase también Villaronga (1973, p. 81) quien, sin embargo, recoge la pieza de Valeria como «moneda incierta l».

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reverso46. sin embargo, los hallazgos posteriores en el área levantina apunta ron hacia una ceca de la región47 que hoy se identifica con Arse y, en concreto, se cataloga la pieza como un hemióbolo del grupo ii, para el que se apunta una cronología entre 300 y 218 a.C.48. la otra nueva adjudicación que proponemos es la de una posible moneda de la tribu gala de los tarusates, tenida hasta ahora como una probable dracma de imitación de rosas49 o un probable lingote de plata (fig. 1.3). se trata de una pieza de forma globular, de 3,70 g de peso, en la que no es posible distinguir tipo alguno de anverso o reverso salvo una protuberancia. Piezas similares de forma discoidea cuyos tipos de anverso y reverso no son sino simples protuberancias, en muchas ocasiones acompañadas con marcas de cizalla, se atribuyen al pueblo de los tarusates, situado al sur de aquitania50. la pieza de Valeria podría englobarse entre estas emisiones tarusates y, en concreto, en el tipo denominado de Beyrie51. otra pieza de características similares se encuentra en el lote depositado en el museo Casa de la moneda, como veremos a continuación. recientemente, se han docu mentado otras dos monedas más de este tipo o similar en el X-452. nuevas pieZas del tesoro: el lote del museo Casa de la moneda el nuevo conjunto de piezas del tesoro de Valeria que se ha recuperado entre los fondos del museo Casa de la moneda de madrid está formado por veintiséis monedas y otros tantos fragmentos de plata. Como puede verse en el cuadro (fig. 2), este lote de piezas, ingresado por compra en los fondos del museo en 1965, es extraordinariamente similar en su composición al con 46 Villaronga (1981-83, p. 152). 47 m. García Garrido y s. Costa, «divisores de plata con tipología helénico-púnica», Acta Numismática 16, 1986, pp. 53-64. en esta publicación se afirma erróneamente (p. 57) que esta pieza ya fue publicada por mateu (1951). 48 ripollès y llorens (2002, pp. 155,280, 366, etc.). 49 almagro y almagro (1964, p. 30,nº 13). 50 l. Callegarin, «le monnayage dittarusate (sud-ouest de la Gaule): révisions et perspec tives», XIII Congreso Internacional de Numismática. Actas, madrid, 2005,vol. i, pp. 427-440. 51 V. Callegarin (2005, p. 428). 52 Villaronga (2000, p. 31, nº27). la adjudicación correcta de la pieza en ripollès, Cores y Gozalbes (2009, p. 159) y la catalogación correcta de ambas piezas del X-4 en ripollès (2008, p. 62, nº 16-17).

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servado en el museo Provincial de Cuenca. Por si quedaba alguna duda de su pertenencia al tesoro de Valeria, hay que señalar que entre sus piezas se encuentra una de las dracmas ibéricas que ya había publicado mateu y llo pis53 que se consideraba hasta hoy en paradero desconocido. las monedas conservadas son en una gran parte romano-republicanas (nueve denarios completos más dos fragmentos y un quinario), cuyos tipos y cronología coinciden casi exactamente con los de los depositados en el museo de Cuenca, si bien las monedas más modernas podrían se fechan entre 209-208 (rrC 75, 80, 107, etc.) (fig. 1.2). le sigue en número la representación de emi siones ibéricas de imitación emporitana, con cuatro dracmas de diferentes tipos. asimismo se encuentra una dracma emporitana posiblemente de fecha post. 218 a.C. y otra que podría ser una imitación gala. la moneda hispánica se completa con una dracma de Arse, del grupo iii (fig. 1.5)54 y dos monedas de las emisio nes hispano-cartaginesas: un shekel del tipo cabeza masculina/caballo parado y un fragmento de otro de la serie de tanity caballo parado con la cabeza vuelta. Completa el conjunto un interesante lote de monedas de procedencia gala, formado por tres monedas à la croix, de variantes similares a las documentadas recientemente en el tesoro X-455, una dracma fragmentada, posiblemente de las emisiones proto-elusates y una pieza ya mencionada atribuida a los tarusates. Junto con las monedas se conservan varias piezas de plata troceada, lo que se viene denominando Hacksilber o «plata picada». este pequeño lote, actual mente en estudio por parte del profesor almagro-Gorbea, es enormemente similar al conservado en el museo Provincial de Cuenca y, al igual que en él, pueden distinguirse joyas o fragmentos de ellas, láminas procedentes de la destrucción de vasos argénteos y lingotes de diversa tipología. en el primer grupo destaca en este pequeño conjunto una pequeña pieza de gran originalidad en la orfebrería hispana, en forma de cabeza de lobo, que podría tratarse de un remate posiblemente de un torques. también se encuen tra un anillo partido en dos con decoración incisa, así como una cuenta de collar y diversos fragmentos atribuidos a torques o collares. las laminillas de plata son de distintos tamaños y algunas de ellas presentan decoración sencilla (fig. 3). en cuanto a los lingotes presentan forma de torta y una oscilación de pesos entre 1,50 g y más de 80 g. (fig. 4). 53 mateu y llopis (1951, nº5). 54 se trata de la pieza nº 61 b del catálogo de ripollès y llorens (2002), aunque estos autores no mencionan su pertenencia al tesoro de Valeria. 55 Villaronga (2000, pp. 19-31).

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todo este conjunto tanto de plata como de monedas permanecía totalmente inédito hasta este momento, a excepción de la dracma de Arse, que ya había sido dada a conocer, aunque sin mencionar su procedencia y, por supuesto, la dracma ibérica de la que había dado noticia ya mateu y llopis. de este modo, su estudio viene a confirmar la pertenencia a un mismo hallazgo de las mone das publicadas por mateu y las que recopila almagro y duplica el número de piezas del tesoro conocidas hasta ahora. el tesoro de valeria en su Contexto a lo largo de este trabajo hemos visto la gran novedad que supuso en el panorama numismático español la publicación del tesoro de Valeria y cómo la aparición de otros hallazgos semejantes en los últimos cincuenta años ha elevado casi a la categoría de modelo una composición monetal que, en aquel momento, resultaba sospechosa por su novedad. estas ocultaciones son, ade más de Valeria y driebes, Plana de utiel (Valencia), armuña de tajuña (Gua dalajara), el X-4, Villarrubia de los ojos (Ciudad real) y Cuenca. todos estos tesoros, localizados en un área cuyo núcleo se sitúa en las provincias de Cuenca y Guadalajara, suelen englobarse en la bibliografía numismática en un mismo horizonte con aquellas ocultaciones ocasionadas por los episodios bélicos desarrollados durante la ii Guerra Púnica. sin embargo, los denarios que aparecen en su composición son algo posteriores al término de la contienda, llegando incluso a principios del siglo ii a.C. en el caso del tesoro de Cuenca –con el denario rrC 171, fechado entre 199-170 a.C.–, o, sin ir más lejos, al 207 a.C. en el caso del propio tesoro de Valeria. el hecho de que ninguno de los tesoros que componen este grupo proceda de excavaciones arqueológicas y de que se conozcan sólo en parte dificulta en gran medida la extracción de conclusiones de todo tipo. Únicamente podría considerarse como un tesoro completo el hallazgo de driebes (Guadalajara), si bien las circunstancias de su descubrimiento, en un talud de la excava ción del canal de estremera, no aseguran que el hallazgo estuviera completo –podría tratarse de dos tesoros diferentes unidos por los descubridores–parece que la rápida intervención de las autoridades impidió que lo descubierto se dispersara56. 56 las circunstancias del descubrimiento del tesoro han hecho pensar a algunos autores que esta ocultación, quizás doble, en un talud junto al río tajo pudo haber tenido un carácter votivo (m. Barril Vicente y e. Galán domingo, Oro y plata, lujo y distinción en la antigüedad

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mucho más incierto es, en todos los aspectos, el llamado tesoro X-4, de procedencia desconocida, y cuya composición se ha reconstruido a partir de distintos lotes de monedas sacados al mercado en sucesivas subastas en los años 90 del siglo pasado, con las dificultades que ello conlleva57. aún así, se le han adjudicado piezas de enorme interés, como la segunda dracma conocida de la ceca de Saitabi (Játiva) y diversas monedas de talleres griegos. estos dos aspectos, y otros muchos como la abundancia de moneda gala, nos revelan las enormes y sorprendentes similitudes que existen entre este enigmático X-4 y el tesoro de Valeria. la variada composición que presentan estos tesoros, en los que la moneda romana se alterna con moneda hispánica de los pocos talleres que acuñaban en aquella época –Arse, Saitabi, Ebusus, Emporion, dracmas ibéricas de imitación emporitana–, con un destacable porcentaje de moneda gala, espe cialmente del tipo denominado à la croix y una escasa pero enormemente exótica representación de moneda griega, se ha interpretado como para digma de la moneda que circulaba entre los mercenarios movilizados con motivo de la ii Guerra Púnica. a estas tropas, de procedencias diversas, se las pagaba con plata de cualquier procedencia, que era recibida en función de su valor al peso, independientemente de su origen58. problemas sin resolver en un primer momento, y a raíz de la gran proporción de piezas de plata troceada, el tesoro de Valeria fue interpretado como un escondrijo de platero que se valdría de monedas fuera de circulación y de joyas y vajilla troceados para la realización de sus trabajos59. se trata de la misma explicación que se había aplicado a la enorme cantidad de fragmentos de plata, más de trece

hispana, 2009, pp. 52 y 54). sin embargo, en la publicación del descubrimiento queda claro que el hallazgo se efectúa «en un talud del canal en construcción» (el de estremera) (v. san Valero aparisi, 1945, pp. 9 y s.), lo cual no es lo mismo. este tipo de interpretaciones de carácter votivo para los tesoros hispánicos está cobrando auge últimamente en ciertos círculos (véase esta misma publicación, pp. 46 y ss.) si bien con no pocas incertidumbres. 57 sills (2003, pp. 392 ss.). 58 Véase sobre estas cuestiones ripollès, Cores y Gozalbes (2009, pp. 165 ss.). 59 almagro Basch (1958, p. 13); almagro Basch y almagro Gorbea (1964, p. 42); a. Bel trán, «economía monetaria de la españa antigua», en m. tarradell (dir.) Estudios de economía antigua de la Península Ibérica, Barcelona, 1968, p. 274.

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kilos, recuperados en el hallazgo de driebes60. así se explicaría la aparición conjunta de monedas hispano-cartaginesa con denarios romanos que, como hemos visto, en el momento de aparición de estos tesoros, se consideraban más de medio siglo posteriores. algún autor los denominó en su momento «tesoros de recuperación», que habrían sido formados a finales del siglo ii61. este argumento fue rebatido por Crawford, aduciendo que resultaría impo sible recuperar en esas fechas de finales del siglo ii tan gran variedad de piezas datadas un siglo antes62 y en tal línea discurren las interpretaciones actuales que, como veremos, lo entienden como una muestra de la variada circulación mone taria que tiene lugar en la Península con motivo de la ii Guerra Púnica. Por lo que respecta a los fragmentos de plata de todo tipo, lo que en alemán se denomina Hacksilbery en español algunos traducen como «plata picada», actualmente la hipótesis más aceptada es que eran utilizados como metal al peso para intercambios de diversa índole63. se trataría de un estadio previo a la introducción de la moneda en sociedades que aún no han desarrollado un sistema monetario, bien conocido en otras áreas del mediterráneo y cada vez mejor documentado en el territorio hispano64. Por lo que se refiere a la composición monetal del tesoro, una cuestión aún no resuelta es la presencia de moneda gala. los hechos concretos son que se han documentado monedas à la croix en los hallazgos de Plana de utiel, drie bes, armuña de tajuña y Valeria, además de en el llamado X-465; monedas 60 J. san Valero aparisi, El tesoro preimperial de plata de Drieves, Guadalajara. Informes y Memorias, nº 9, 1945, p. 7. 61 J. C. m. richard, 1972, «monnaies gauloises du Cabinet numismatique de Catalogne. Contribution à l’étude de la circulation monétaire dans la Péninsule ibérique antérieurementa l’époque d’auguste», Melanges de la Casa de Velázquez, Viii, pp. 70 ss. 62 Crawford (1974, p. 10, n. 5). 63 Puede verse sobre este tema raddatz (1969); h.J. hildebrant, «münzen als hacksilber in schatzfunden deriberischen halbinsel um 200 v. Chr.», Madrider Mitteilungen, 34, 1993, pp. 161-189; sobre la plata troceada en los tesoros de Valeria y driebes, mª P. García-Bellido, 1990, El tesoro de Mogente y su entorno monetal, Valencia, pp. 118-120. 64 los nuevos trabajos de P. P. ripollès sobre las cecas catalanas y levantinas apuntalan estos aspectos: v. P. P. ripollès «las primeras acuñaciones griegas e ibéricas de la Península ibérica: formalización del uso de la plata a peso. emporion y arse», en F. Chaves tristán y F. J. García Fernández (eds.), Moneta qua Scripta. La moneda como soporte de escritura. III encuentro Peninsular de Numismática Antigua, 2004, pp. 333-344, especialmente pp. 335 ss. 65 también podría pertenecer a esta categoría un fragmento de moneda de identificación incierta que forma parte de un hallazgo aún inédito depositado en la american numismatic society (Van alfen; almagro-Gorbea y ripollès, 2008).

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relacionadas con la tribu de los elusates se han recuperado en Valeria y el X-4, y piezas de los tarusates, igualmente en Valeria, X-4 y Plana de utiel. la con centración de piezas en esta área tan concreta de la mitad oriental peninsular (el interior de Valencia y las provincias de Cuenca y Guadalajara), como han comentado recientemente ripollès, Cores y Gozalbes al tratar de las emisio nes presentes en el tesoro de armuña de tajuña, no puede explicarse sino a partir de la llegada de un contingente de población o de una partida de nume rario cuya pérdida se asocia a un conflicto en esta región66. Cuál fue ese conflicto es la pregunta que resolvería también la cuestión, aún no suficientemente, aclarada de la fecha de ocultación del tesoro de Vale ria y, por extensión, de todos los de su entorno. la opinión más extendida es englobar todas estas ocultaciones en un periodo de inestabilidad que englobaría desde la ii Guerra Púnica hasta la paci ficación de Catón67. en este horizonte podrían distinguirse dos grupos de oculta ciones diferenciadas por aquellos acontecimientos bélicos en los que hubieran tenido su origen: aquellas directamente relacionadas con las campañas de la guerra de roma y Cartago, que se situaban en el levante y sur peninsulares con predominio en su composición de la moneda hispano-cartaginesa, y las producidas con motivo del levantamiento de los pueblos íberos a partir del 206 a.C. y hasta la pacificación de Catón (195 a.C.), localizadas masivamente en el área catalana y con preponderancia de la dracma ibérica68. el grupo formado por las ocultaciones recuperadas en el área de Cuenca-Guadalajara queda geográficamente en medio de ambas y presenta una composición, que, como hemos visto, no se corresponde con ninguna de las dos áreas. Con los datos que poseemos actualmente, sólo podemos ofrecer una fecha post quem, que es la ofrecida por el denario más moderno, esto es 207 a.C. en todo el ámbito de ocultaciones del que venimos hablando, los denarios no van más allá del 206, a excepción de uno aparecido en el tesoro de Cuenca que rebasa la línea del siglo ii a.C. en cualquier caso, tanto la evidencia numismática, como la que proporcionan las fuentes históricas69, no permiten relacionar directamente este hallazgo con las campañas de la ii Guerra Púnica. 66 ripollès, Cores y Gozalbes (2009, p. 159). 67 Villaronga (1993, pp. 21 ss.); García-Bellido y Blázquez (2001, vol. i, p. 159, mapa ii) 68 Villaronga (1981-83, p. 133). 69 sobre estas fuentes, véase e. Gozalbes Cravioto, Caput Celtiberiae. La tierra de Cuenca en las fuentes clásicas, Cuenca, 2000.

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algunos otros indicios de tipo numismático hablan igualmente de una fecha cercana al cambio de siglo. así la emisión argéntea de Saitabi, docu mentada mediante la didracma de Valeria y la dracma del X-4, copia en su tipo de reverso el águila de los áureos romanos emitidos con posterioridad al 214 ó 211 a.C.70 por lo que tiene que ser posterior a esta fecha, aunque el grado de desgaste de ambas piezas es muy escaso, indicando que su oculta ción se produjo sin que hubieran apenas circulado71. un segundo detalle a tener en cuenta es la marca en forma de aspa que aparece en el anverso de una de las monedas à la croix y que se viene interpre tando como el símbolo equivalente del denario. de ser cierta esta explicación, esta moneda sería posterior al 211 a.C.72. la opinión más aceptada hoy en día es que el tesoro de Valeria se enterró alrededor del 200 a.C.73, aunque a lo largo de estos años se han vertido otras muchas, una de las más conocidas es la que relaciona este ocultamiento con la campaña de tiberio sempronio Graco (180-179 a.C.)74, empresa sin duda determinante para el sometimiento al poder de roma de este territorio de Cel tiberia75 y que tendría su mejor aval en lo propicio del momento histórico, si bien carece de apoyo numismático76. así pues, es evidente que el tesoro de Valeria y el grupo de tesoros de Cuenca y Guadalajara que lo acompañan ofrecen aún sugerentes incógnitas para resolver a los historiadores, arqueólogos y numísmatas de nuestros días. sería de desear que nuevas evidencias arqueológicas y numismáticas arroja ran luz sobre este «original» grupo de ocultaciones y que pudieran rescatarse nuevos materiales de los perdidos en el transcurso de los años.

70 ripollès (2007, pp. 33 ss.). 71 ripollès (2007, p.89). 72 allen (1969, p. 43); J. B. Colbert de Beaulieu, «le signe du denier au droit des mon naies d’argentgauloises dites «à la croix»», Acta Numismàtica, ii, 1972, pp. 38-42. 73 ripollès (2007, p.89). 74 m. osuna et alii, Valeria romana I. Arqueología conquense III, Cuenca, 1978, p. 17. 75 osuna et al. ibm.; G. Carrasco serrano «la presencia romana en Castilla-la mancha: la anexión del territorio», Al-Basit 47, 2003, p. 52. 76 Carente de cualquiera de los dos argumentos, el histórico y el numismático, es la opi nión sostenida aún hoy por algunos autores de otorgar al tesoro de Valeria una cronología en relación con las guerras celtibéricas o las sertorianas: v. Galán y Barril (2009, p. 50).

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Figura 1. monedas del tesoro de Valeria (ilustradas al 150% de su tamaño). 1. Cuadrigato, mitad (rrC 28/3. 2). 2. denario romano-republicano, 209-208 a.C. (rrC 107/1a).3. Posible moneda atribuible a los tarusates. 4. divisor de Arse (Cnh 77.3); 5. dracma de Arse (Cnh 306.11). 6. dracma ibérica de imitación emporitana (Cnh46.60). la pieza nº 1 se conserva en el museo Provincial de Cuenca, el resto en el museo Casa de la moneda.

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Museo de Cuenca

Museo Casa de la Moneda

moneda romana

9 denarios + 1 fragmento 1 quinario 1 fragmento de cuadrigato

9 denarios +2 fragmentos 1 quinario

moneda gala

3 monedas à la croix + 1 fragm. 1 moneda tarusate

3 monedas à la croix 1 dracma ¿protoelusate? fragmentada 1 moneda tarusate

moneda hispano cartaginesa

3 shekels

1 shekel+ 1 fragmento

moneda hispano púnica

1 moneda de Ebusus

arse emporion dracmas ibéricas total monedas

1 dracma 1 divisor

1 dracma

1 dracma 7 dracmas 31

1 dracma + 1 imitación 4 dracmas 26

Figura 2. Comparación de los lotes de monedas del tesoro de Valeria conservados en el museo Provincial de Cuenca y en el museo Casa de la moneda.

Figura 3. Fragmentos de láminas de plata del tesoro de Valeria conservados en el museo Casa de la moneda.

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Figura 4. diversos fragmentos de lingotes en forma de torta conservados en el museo Casa de la moneda procedentes del tesoro de Valeria.

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