El sistema de partidos en México y su periodización
Descripción
Los proyectos de liberalización impulsados por fuerzas del establishment del poder autoritario tienen invariablemente como objeto una apertura controlada del espacio político.
-Przeworski
El actual sistema de partidos con el que cuenta México es producto de una serie de cambios políticos, económicos y sociales, delimitados todos ellos por una especificidad histórica concreta que, en cuanto tal, debe ser estudiada. Para ello, hemos periodizado el desarrollo del sistema de partidos en nuestro país, con relación a las características y particularidades de las distintas fases de su evolución, apoyándonos en la descripción histórica que hace al respecto Octavio Rodríguez Araujo, y utilizando la tipología propuesta por Giovanni Sartori.
La parcelación histórica del sistema de partidos que hemos elaborado, consiste básicamente en tres etapas; aquella que va del año 1929 a 1988, que se caracteriza por ser un sistema de partido hegemónico pragmático, de 1988 a 1997, que responde a un sistema de partido predominante, y del año 1997 a la fecha, con una caracterización de sistema pluripartidista moderado. La descripción y análisis de las distintas etapas se llevarán a cabo en el desarrollo del trabajo.
El sistema de partidos suele interpretarse como un subsistema del sistema político, con el cual mantiene una relación de permanente interdependencia. El sistema de partidos constituye uno de los elementos fundamentales del sistema político al reflejar –al menos en el ámbito formal-, su diversidad y pluralismo. En esta relación existe otro elemento importante, el sistema electoral, ya que éste marca las pautas de participación política, y electoral.
Tanto el sistema de partidos como el sistema político, no pueden explicarse por sí mismos; ambos forman parte de un todo complejo. Ergo, aquellos cambios y transformaciones en la sociedad o en la economía, tienden a tener efectos importantes en el sistema político.
Sistema de partido hegemónico-pragmático (1929-1988).
Dentro de los sistemas de partidos no competitivos, se encuentra el sistema de partido hegemónico. En este sistema, el partido hegemónico no permite una competencia oficial por el poder, ni una competencia de facto. Se permite la existencia de otros partidos, pero como partidos de segunda, autorizados. Recurrentemente, estos partidos llamados "de segunda" no representan un contendiente serio por el poder; la competencia política es una simulación.
El año de 1929 es un punto de inflexión en la historia política de nuestro país, ya que es el año de inauguración del sistema de partido hegemónico. En ese mismo año se funda el Partido Nacional Revolucionario, es decir, el partido del régimen, y con ello se genera todo un proceso de centralización política en torno a la nueva organización institucional diseñada por Plutarco Elías Calles para dirimir conflictos políticos, en lugar de continuar con la línea dura de la política armada. Los más de 8000 partidos existentes en todo el país hacia el año 1928, -generalmente caciquiles o caudillistas-, sufrieron un proceso de supeditación a la organización central y al Partido.
Tras el proceso de centralización, el partido adoptó la forma de una auténtica confederación de caciques. Con la formación del PNR se fortaleció al Ejecutivo, definiendo así las dos piezas principales del sistema político mexicano durante mucho tiempo. La política nacional se cerró de manera importante. Desde el poder se combatió con firmeza cualquier organización que buscara actuar de manera independiente, tal fue el caso de los comunistas.
Durante la campaña de 1933-1934 Cárdenas tuvo un importante apoyo de organizaciones obreras y campesinas. En la presidencia ideó la manera de contar con un organismo político más sólido que constituyera un apoyo sustancial a su gobierno, el cual había representado una nueva etapa del desarrollo económico y social de nuestro país.
En el año de 1938, el PNR se transforma en Partido de la Revolución Mexicana, y adquiere la forma de un partido de masas, organizado por sectores; el obrero, agrario, popular y militar. Cárdenas buscaba el respaldo y movilización de las distintas clases sociales para llevar a cabo su proyecto, el cual consistía en fomentar un desarrollo capitalista independiente con una creciente participación del Estado. Ante las medidas que requeriría tal proyecto, la reacción de grupos de derecha no se hizo esperar.
Un año después de la conformación del PRM, se fundaría el Partido Acción Nacional, de derecha, identificado con posturas liberales en la política y economía. Sería el partido de oposición más importante hasta la transición del año 2000. Éste apoyó en la elección de 1940 a Juan Andrew Almazán, quien a partir de un cisma en el partido hegemónico se había postulado por el PRUN para contender por la presidencia de la República. La maquinaria política del partido oficial se echó a andar, y el candidato del PRM, Manuel Ávila Camacho, resultó ganador de la contienda ante los señalamientos de fraude por parte de los partidarios "almazanistas".
En 1945, un disidente más de la "familia revolucionaría" se hacía presente. En esta ocasión era Miguel Henríquez Guzmán, quien buscaba postularse como candidato en 1946, pero lo hizo hasta 1952. No obstante, tras una jugada política de Vicente Lombardo Toledano y su PP, el PRI volvería a obtener el triunfo con menores problemas. La persecución a los partidarios de Henríquez no se hizo esperar, y el régimen autoritario volvería a mostrar su capacidad de desintegración para con la disidencia.
A partir del año 1958, y hasta 1976, PAN, PRI, PP-PPS y PARM serían los partidos legales más importantes en el espectro electoral. El sistema de partidos, pues, mantenía una firme estructura en torno al partido hegemónico, ya que tanto el PARM como el PP-PPS, cumplían la función de "partidos satélites".
Sin embargo, a finales de los sesenta y principio de la década de los setenta, una serie de movimientos y transformaciones socioeconómicas se dieron en nuestro país, las cuales tuvieron una repercusión directa en el sistema político y de partidos.
Los conflictos estudiantiles, la crisis económica, y el desencanto de la sociedad con el sistema político confluyeron en una coyuntura por demás adversa para el régimen en el año de 1976. Después de las elecciones de 1976, y tras el "vergonzoso triunfo" de López Portillo, el 28 de diciembre de 1977 se decretó la LOPPE. Esto daría inicio al proceso de liberalización del régimen autoritario mexicano, acompañado de un proceso de transformación y apertura muy importante en el sistema electoral. A partir de este momento, distintos partidos pudieron obtener su registro, como el PC, PST y PDM.
Cabe mencionar que durante el tiempo que duró la hegemonía del PNR/PRM/PRI, el partido actuó como un partido hegemónico-pragmático; es decir, su interés principal fue conservar el poder en sus manos, en lugar de llevar a cabo un programa específico.
A pesar de que en las siguientes elecciones después de la reforma el PRI seguía obteniendo la mayoría de los votos, su capacidad de adquirir sufragios iba a la baja. Aunado a esto, en 1987 se presentó una grave crisis interna dentro del propio partido. La Corriente Democrática del PRI, con Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo a la cabeza, planteó la necesidad de reorientar la política económica del país y abrir cauces a la participación de los militantes para elegir al próximo candidato a la Presidencia de la República. Sin embargo, no tuvo éxito. Este fue el inicio de lo que sería conocido como "neocardenismo".
Ante el nombramiento como candidato de Carlos Salinas, la Corriente Democrática abandonó el PRI, y lograron que cuatro partidos apoyaran la candidatura de Cuauhtémoc; éstos eran PARM, PPS, PFCRN, los cuales habían llevado a cabo la función de "satélites", y el PMS, de reciente creación.
Independientemente del "triunfo" priísta, objeto de una fuerte acusación de fraude, la elección presidencial de 1988 representa un parte-aguas en la historia política de nuestro país, así como el punto de arranque de una nueva configuración electoral, y un sistema de partidos distinto.
Sistema de partido predominante (1988-1997)
Siempre que encontramos, en una comunidad política, un partido que deja atrás a todos los demás, este partido es dominante en el sentido de que es considerablemente más fuerte que los otros. Esta predominancia debe existir mínimamente en cuatro legislaturas consecutivas o, en su defecto, lograr tres mayorías absolutas consecutivas.
Después de 1988, el PRI mantuvo la mayoría absoluta en tres legislaturas consecutivas, hasta el año de 1997, en el cual pierde, por primera vez en la historia, la mayoría absoluta en el congreso. El proceso de liberalización política estaba avanzando, y las distintas fuerzas políticas, encontraban espacios de representación que antaño parecían imposibles.
Durante estos años, mismos en los cuales se crearon el PRD, PT, Y PVEM, el PRI tuvo la predominancia en el sistema de partidos. Sin embargo, el proceso de apertura y participación política ya llevaba un largo trecho.
Sistema de pluripartidismo moderado (1997- a la fecha)
Este sistema abarca básicamente de tres a cinco partidos importantes, y tiene como principal rasgo una configuración de coalición bipolar. La competencia es centrípeta.
A partir de 1997, con la pérdida de la mayoría absoluta en el congreso por parte del PRI, y la aparición tanto del PAN como del PRD como partidos importantes, la dinámica en el sistema de partidos ha sufrido un cambio importante. A pesar de la existencia de más partidos políticos, aquellos que mantienen las posiciones de privilegio en la negociación, siguen siendo los tres anteriormente mencionados.
El modo de competencia ha hecho que los partidos se ubiquen hacia el gobierno; es decir, ninguno de éstos se ha presentado como un partido antisistema, ni ha tendido a radicalizar su ideología. Además, es muy complicado gobernar sin coalición, al menos si se pretende tener un gobierno que pueda tener la posibilidad de trabajar, y no quedarse estancado.
Las reformas llevadas a cabo, normalmente han resultado ser el producto de una negociación bipolar entre partidos; sólo de esta forma es posible echar a andar el proyecto de gobierno. Con la aparición reciente de tres nuevos partidos, uno de ellos situado a la izquierda del PRD, resulta interesante analizar la re-configuración del sistema de partidos.
Conclusiones
Los procesos de transformación en la sociedad mexicana tuvieron repercusiones en el sistema electoral y de partidos; nuestro sistema político difiere de manera sustancial al de antaño. Sin embargo falta mucho trabajo por hacer para que nuestro sistema político adquiera un tinte democrático en esencia, y no en procedimiento, tema que por cierto, es "arena de otro costal".
Bibliografía:
Rodríguez Araujo, Octavio, "Los partidos políticos en México, origen y desarrollo", en Carlos Sirvent Gutiérrez (coord.), Partidos políticos y procesos electorales en México, México, FCPyS-Miguel Ángel Porrúa, 2002
Sartori, Giovanni, Partidos y sistemas de partidos, Madrid, Alianza, 1980
Martínez Cuadrado, Miguel, Partidos políticos y sistemas de partidos, Madrid, Editoral Trotta, 2012
Meyer, Jean, Historia de la Revolución Mexicana. Periodo 1924-1928, Estado y sociedad con Calles, México, El Colegio de México, 1977
Garrido, Luis Javier, El partido de la revolución institucionalizada, la formación del nuevo Estado en México (1928-1945), México, Siglo XXI, 1982
Sartori, Giovanni, Ingeniería constitucional comparada, México, FCE, 1994
Cosío Villegas, Daniel, El sistema político mexicano, México, Joaquín Mortiz, 1981
Woldenberg, José, Historia mínima de la transición democrática en México, México, El Colegio de México, 2012
Przeworski, Adam, Democracia y mercado, Gran Bretaña, Cambridge University Press, 1995
Véase: Rodríguez Araujo, Octavio, "Los partidos políticos en México, origen y desarrollo", en Carlos Sirvent Gutiérrez (coord.), Partidos políticos y procesos electorales en México, México, FCPyS-Miguel Ángel Porrúa, 2002; También: Sartori, Giovanni, Partidos y sistemas de partidos, Madrid, Alianza, 1980.
Martínez Cuadrado, Miguel, Partidos políticos y sistemas de partidos, Madrid, Editoral Trotta, 2012, p. 182.
Sartori, Op. cit., p. 276
Rodríguez Araujo, Op. cit., p. 12
Meyer, Jean, Historia de la Revolución Mexicana. Periodo 1924-1928, Estado y sociedad con Calles, México, El Colegio de México, 1977, p. 97.
Garrido, Luis Javier, El partido de la revolución institucionalizada, la formación del nuevo Estado en México (1928-1945), México, Siglo XXI, 1982, p. 103
Sartori menciona que "Los regímenes presidenciales casi siempre han sido sumamente inestables… La única excepción a esto es México, país que hace unos setenta años inventó un casi único sistema hegemónico de gobierno" Véase Sartori, Giovanni, Ingeniería constitucional comparada, México, FCE, 1994, p. 7
Cuando Cosío Villegas habla de una política "cerrada", se refiere a la intensidad de la disciplina dentro del partido único de la revolución, así como del grupo gobernante. A partir de 1929, "el decision-making process de la política mexicana, se ha convertido en un misterio poco menos que impenetrable". Véase: Cosío Villegas, Daniel, El sistema político mexicano, México, Joaquín Mortiz, 1981, p. 17
La oposición que surgió de un sisma dentro del PRM/PRI llegó a ser la más competitiva. Ejemplos son el propio Almazán (1940), Henríquez (1952), y Cuauhtémoc (1988).
Para ello formó la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM),
El conflicto estudiantil de 1968 –sumado a algunos previos-, desencadenó una serie de elementos que preocuparon profundamente al régimen. La radicalización estudiantil y su acercamiento a la guerrilla por ejemplo.
Woldenberg, Jose, Historia mínima de la transición democrática en México, México, El Colegio de México, 2012, p.56
Sartori, Op. cit., p.245
Sartori, Op. cit., pp. 217-225
Véase estadísticas de resultados electorales a partir de 1997 en: Woldenberg, Op. cit., pp. 142-143
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